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1 FLAGELOS
1.4.1 FILAMENTO
1.6.3.1 DEFINICIONES
4 PROSTECAS
5 TALLOS O PEDÚNCULOS
ENLACES
1 FLAGELOS
1.1 INTRODUCCIÓN: LA MOVILIDAD EN LAS
BACTERIAS
Los procariotas capaces de moverse lo hacen por alguno de estos sistemas:
por flagelos
por deslizamiento sobre superficies sólidas
por sacudidas o contracciones (en algunos cocos Gram-negativos).
El filamento del flagelo bacteriano, que constituye su porción externa más visible,
consta generalmente de un solo tipo de proteína, y en él no se realiza ningún trabajo
quimiomecánico.
El mecanismo del flagelo bacteriano es rotatorio, con un motor reversible (funciona
en los dos sentidos de giro).
La energía que propulsa a este motor no es ATP ni ninguna otra molécula con enlaces
energéticos, sino que deriva directamente del gradiente de protones (fuerza protón-
motriz).
A microscopía electrónica
Algunas especies presentan simultánemante dos tipos de flagelos, con dos longitudes de
onda diferentes (normalmente una es la mitad de la otra). A este fenómeno se le
denomina biplicidad.
El patrón de flagelación (es decir, el número y localización de los flagelos) varía entre
especies, y reviste interés en la determinación taxonómica:
filamento helicoidal largo, que es la única parte visible a microscopía óptica; está
conectado a un corto segmento curvado denominado...
codo o gancho, que a su vez está unido al...
corpúsculo basal. Este corpúsculo basal está inmerso en las envueltas (membrana
citoplásmica y pared), y consta esencialmente de un cilindro que ensarta 1 o 2 parejas
de anillos.
Estructura
de un
flagelo de
una
bacteria
Gram-
negativa
1.4.1 FILAMENTO
Es la parte visible en las preparaciones de células intactas, y representa hasta el
95% de la masa total del flagelo. Se puede aislar fácilmente por agitación mecánica, con
ulterior ultracentrifugación diferencial en gradientes de densidad.
Antigenicidad
Tanto la flagelina nativa aislada como los filamentos intactos son buenos
antígenos, constituyendo el denominado antígeno H flagelar, específico para cada
especie e incluso para cada estirpe o raza.
Las células flageladas reaccionan in vitro con sus antisueros específicos, dando
una aglutinación floculenta y laxa, bastante típica. Esta reacción de aglutinación se
emplea en la caracterización de las variedades de Salmonella (véase la clasificación de
Kauffmann-White, en la sección de Taxonomía, capítulo dedicado a la familia
Enterobacteriaceae).
Entre el codo y el filamento existen dos discos de proteínas accesorias del codo
(HAP1 y HAP3). Cada uno de los discos consiste en dos giros de hélice, e intervienen
en el control del ensamblaje del flagelo. Son estructuras adaptadoras que permiten la
correcta interacción entre filamento y codo.
1.4.3 CORPÚSCULO BASAL
Por debajo del anillo M existen tres proteínas (FliG, FliM y FliN) que están
implicadas en la conmutación del sentido del giro del motor: permiten que el motor
pueda girar en sentido de las agujas del reloj y en el sentido contrario al de las agujas
del reloj. Recientemente se ha visto que estas proteínas configuran un quinto anillo
(anillo C), por debajo del M, ya inmerso en el citoplasma.
Rodeando al corpúsculo basal, a modo de empalizada cilíndrica, existen subunidades
de dos proteínas: MotA y MotB. Aunque aún no está aclarada totalmente su
intervención, parece que son elementos esenciales de la maquinaria que hace girar a
una parte del corpúsculo basal (motor). Este giro se comunica probablemente al
cilindro central, que a su vez debe de estar “fusionado” con algunos de los anillos. El
giro se transmite al codo y al filamento, siendo ésta la base del movimiento rotacional
del flagelo. Se supone que al menos algún anillo debe de permanecer fijo, anclado a
alguna estructura de las envueltas, actuando a modo de estator del motor, pero se
desconoce su identidad. Recientemente se ha demostrado que los anillos interiores (M
y S) se mueven solidariamente, lo que permite descartarlos, en principio como
estatores del motor. Un buen candidato a estator podría ser el anillo P, que podría
interaccionar de modo fuerte con el peptidoglucano, que es a fin y al cabo la
estructura más rígida de las envueltas, pero este punto aún no se ha confirmado
experimentalmente.
El motor es rotatorio y tiene dos estados: giro en sentido contrario a las agujas del
reloj (CAR), sentido igual al de las agujas del reloj (AR)
Relación entre estos estados del rotor y el movimiento de la célula: “por defecto”, el
flagelo gira en sentido CAR, lo que provoca que los flagelos formen un penacho
detrás de la célula, que de este modo nada en línea recta (corrida o carrera). Pero de
vez en cuando hay breves pausas o el motor gira en sentido AR, lo que provoca un
cambio conformacional en cada filamento: ahora cada filamento “tira” de la célula
por su lado, lo que hace que la célula cabecee (viraje).
Posibles componentes del motor y del conmutador: empalizada de MotA y MotB
alrededor del corpúsculo basal. Anillo C adosado al anillo MS posee proteínas (FliG,
M y N) implicadas en el cambio de sentido (conmutador de giro).
Aspectos energéticos del motor: el motor gira a altas velocidades (¡hasta 1000
revoluciones por segundo!), que permite que la bacteria nade a altas velocidades
relativas, hasta 100 mm/seg., (si un coche corriera a la misma velocidad relativa…
¡rompería la barrera del sonido!). Este motor usa como combustible directamente la
fuerza protón-motriz (f.p.m.), es decir, la disipación de parte del gradiente
electroquímico de protones a ambos lados de la membrana. El flujo es de unos 1.000
protones por cada giro. Se desconoce cómo se acopla este flujo de protones con el
movimiento del motor, pero se sabe que la velocidad de rotación es proporcional a la
f.p.m.
Desde hace varios años, por experimentos en los que las bacterias quedaban
unidas a cubreobjetos por anclaje a ellos de los filamentos flagelares, se dedujo que el
motor flagelar funciona como una máquina rotacional reversible, o sea, tiene dos
sentidos: el de las agujas del reloj (AR) y el contrario (CAR).
Veamos a continuación las relaciones que se dan entre estos estados funcionales del
motor y los fenómenos de rotación en línea y virajes bruscos.
Como ya dijimos, parece que Mot A y Mot B forman parte del mecanismo del
motor. Son proteinas necesarias para la rotación. A microscopía electrónica aparecen
rodeando a los anillos interiores (M y S). ¿Funcionan como unidades generadoras de
fuerza, quizás interaccionando con proteínas de alguno de los anillos, para originar la
rotación?
1.6.3.1 DEFINICIONES
En ausencia de un gradiente de estímulo, el movimiento de cada célula es a base
de períodos de 2-4 segs de natación separados por virajes. El movimiento en un
gradiente de estímulo se logra variando la frecuencia de virajes: si la concentración de
un atrayente aumenta, o la de un repelente disminuye, las células no viran tan
frecuentemente como lo harían en un entorno uniforme. Por lo tanto, el resultado es que
nadan en la dirección favorable más tiempo, y este sesgo respecto de la natación
aleatoria hace que exista un movimiento neto en relación con el gradiente.
un conjunto de azúcares que son detectados por el mismo sistema de transporte por
traslocación de grupos (PTS) que los introduce en forma modificada al interior
(repasar el apartado correspondiente del tema 6); parece ser que el nivel de
fosforilación de la enzima-II específica (por ej., la E-IIGlc) constituye la señal para
controlar el conmutador flagelar en el caso de la atracción hacia cada azúcar.
una serie de atrayentes orgánicos y de repelentes orgánicos e inorgánicos que son
captados directamente por proteínas integrales de membrana citoplásmica, y que
funcionan exclusivamente como receptores sensoriales;
quimioatrayentes orgánicos que se unen primero a proteínas específicas del espacio
periplásmico (PBP), que son las mismas proteínas periplásmicas implicadas en el
transporte ABC (repasar el apartado correspondiente del tema 6). El complejo
PBP-atrayente se puede unir al receptor específico de membrana de tipo similar al
citado en el párrafo anterior. Por lo tanto, este sistema se puede considerar como una
variante del anterior, en la que hay una “estación” intermedia de "recogida" del
estímulo por parte de la correspondiente proteína periplásmica de transporte.
Estos dos últimos tipos de estímulos usan los receptores llamados MCP, es decir,
proteínas quimiotácticas aceptoras de metilos: Transmiten información desde el
periplasma al citoplasma. Se han estudiado 4 proteínas MCP homólogas que atraviesan
la membrana. Actúan como receptores y transductores, al unirse directamente a algunos
aminoácidos y repelentes, y con proteínas de unión periplásmicas que se ligan a ciertos
azúcares y dipéptidos (estas proteínas de unión sirven simultáneamente como parte de
los sistemas de transporte sensibles a choque osmótico).
Tap Dipéptidos
(1) Los azúcares no se unen directamente al MCP, sino que lo hace el complejo formado por el azúcar y su correspondiente proteína
de unión periplásmica. Ejemplo: la maltosa se une a la proteína periplásmica de unión a la maltosa (MBP), que a su vez se une al
receptor Tar (el mismo que recoge directamente aspártico y glutámico).
Los receptores de membrana que hemos visto hasta ahora son proteinas de unos
60 kDa, bastante similares entre sí en sus secuencias, sobre todo en sus extremos C-
terminales, y muestran una estructura terciaria común:
CheA: Es una proteínquinasa que se autofosforila en una His concreta (His-48) del
dominio amino-terminal. Es el regulador central del sistema quimiotáctico:
Modula el conmutador flagelar a través de CheY (el CheY-P origina más giro en
sentido AR)
Retroalimenta el nivel de señalización de las MCP, a través de CheB (la CheB-P
elimina metilos del MCP).
CheY: Es una pequeña proteína globular con 5 láminas intercaladas con 5 hélices a.
Se fosforila en el Asp-57. CheY es fosforilado por CheA, y en su forma CheY-P
interacciona con el conmutador. La interacción entre CheY-P y el conmutador flagelar
(sobre todo con FliM) parece que incrementa la probabilidad de una inversión del giro
desde CAR a AR, con lo que aumenta la probabilidad de virajes.
Dependiendo del receptor, la MCP puede metilarse en 4-6 sitios, que son
siempre ciertos glutámicos (Glu) conservados, presentes en el dominio citoplásmico. La
metiltransferasa CheR metila transfiriendo grupos metilo desde la S-adenosilmetionina
(SAM) a dichos glutámicos específicos.
fase de latencia (que dura unos 0.2 seg.), en la que el patrón de rotación no se
modifica.
rápida excitación (medida aquí como la probabilidad de encontrar al rotor girando en
sentido CAR).
fase de adaptación lenta, hasta que se restablece el patrón inicial.
1. MCP sin estímulo: à tiene una media de 1 metilo/molécula (nivel basal). En esta
situación, la CheA tiene un nivel basal de fosforilación, que sirve para fosforilar a
CheY y aCheB. El motor flagelar presenta un patrón de giro de unos cuantos
segundos en sentido CAR (à natación en línea recta), y breves períodos de sentido
AR (à virajes). Ahora veremos cómo este flujo basal de información hacia el
flagelo y de metilación del MCP se altera con un estímulo químico. Veamos lo que
ocurre con una sustancia atrayente.
Como ejercicio, veamos qué pasaría si ponemos un repelente: la unión del repelente al MCP
provoca un cambio conformacional que hace que el dominio citoplásmico interaccione ahora
con el complejo CheW·CheA de modo que se aumenta la tasa de autofosforilación de CheA.
Ahora esta CheA fosforila tanto a CheY como a CheB. La CheY-P difunde a la base del flagelo
e interacciona con el conmutador (sobre todo con FliM y FliG), y "da la orden" de que se
cambie más a menudo a giro en sentido de las agujas del reloj (AR), lo que hace que la
bacteria vire caóticamente más a menudo. Con ello aumentan sus probabilidades de que
encuentre una dirección de natación más favorable (en sentido opuesto al gradiente), en cuyo
caso tendríamos un patrón similar a cuando se une un atrayente. Mientras tanto, la CheR ha
encontrado más difícil acceder a los glutámicos, y el mayor nivel de la metilesterasa (CheB-P)
hace que se eliminen metilos.
RECAPITULEMOS:
corpúsculo basal, con dos pares de anillos (excepto en Leptospira, con sólo un par);
codo
filamento, a base de subunidades de flagelina.
Ahora bien, lo característico es la disposición de los flagelos que salen de cerca de cada
extremo, en relación con el cuerpo celular:
Esquema de
los flagelos
periplásmicos
de las
espiroquetas
En la mayoría de las especies, cada flagelo se extiende a lo largo del eje bacteriano,
paralelo a la superficie del cilindro protoplasmático, hasta alcanzar los 2/3 de
la longitud total; esto se traduce en que los flagelos que salen de cada extremo se
solapan en la zona central (la excepción la tenemos en el gén. Leptospira, en
que no se solapan).
Las distintas fibrillas provenientes de cada extremo discurren paralelas y cercanas. El
conjunto de estas fibrillas se manifiesta como filamento axial, recubierto por
membrana externa.
microcolonias y velos (los velos son películas formadas por acúmulos de bacterias en
medios estáticos -en reposo-).
adhesión a superficies inertes
adhesión superficies vivas. En el caso de bacterias patógenas, esta capacidad tiene
que ver con su virulencia, invasividad del tejido. Ejemplos de función como
adhesinas:
en la formación de la placa dental, por coagregación de individuos de distintas
especies sobre el diente;
factores de colonización de tejidos, por ejemplo en el gonococo (Neisseria
gonorrhoeae) y en las cepas uropatogénicas de Escherichia coli.
Aspectos genéticos:
Los genes codificadores de las proteínas de los pelos adhesivos son de localización
cromosómica.
En muchas bacterias patógenas se da un fenómeno de variación de fase: se trata de
cambios rápidos y reversibles por los que células piliadas (Fim+) pueden convertirse
en no piliadas (Fim--), y viceversa. El significado adaptativo es que los individuos
Fim+ son los más capaces de iniciar la colonización del animal hospedador, pero son
más sensibles a la fagocitosis, mientras que una vez que han colonizado el epitelio, el
cambio a Fim-- permite que los individuos resistan mejor la fagocitosis.
Pero además, existe otro interesante mecanismo adaptativo: las células Fim+ de
algunas especies experimentan fenómenos de variación antigénica, es decir, por una
serie de mecanismos genéticos, cambian la especificidad antigénica de su pilina, lo
que supone una estrategia de evitación contra el sistema inmune del hospedador (un
caso más de esa “carrera de armamentos” evolutiva que se libra entre
microorganismos y organismos superiores).
Hay dos clases principales de pelos sexuales: los de de tipo F y los de tipo I,
cada uno con un tipo de proteína distinta (genéricamente conocida como pilina sexual).
Son usados como receptores específicos por parte de algunos fagos.