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Art. 1319 .Definición. Hay contrato de mandato cuando una parte se obliga a
realizar uno o más actos jurídicos en interés de otra. El mandato puede ser
conferido y aceptado expresa o tácitamente. Si una persona sabe que alguien está
haciendo algo en su interés, y no lo impide, pudiendo hacerlo, se entiende que
ha conferido tácitamente mandato. La ejecución del mandato implica su
aceptación aun sin mediar declaración expresa sobre ella.
2SPOTA, Alberto G., Tratado de derecho civil, Vol. 8, núms. 1987, 1989 y 1992 (tex. y ns. 138 a 141 y 155
a 169).
3ZINNI, Mario Antonio; “Mandato, apoderamiento y poder de representación” Revista del
Madrid, 1930,p. 29
6SPOTA, Alberto G.- LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. Instituciones de Derecho Civil . Contratos., Buenos
las figuras en estudio gozan de una profunda diferencia en cuanto a la naturaleza jurídica, “el
mandato es un contrato (art. 1869), y la gestión de negocios ajeno, es un cuasicontrato, como lo
manifiesta el propio Vélez en varias notas del Código Civil; LORENZETTI, Ricardo L.,Tratado de los
contratos, T. II, p. 229.
función representativa ya que, como sostiene LORENZETTI, “…el problema del
interés (…) alude al asunto gestionado mediante la representación, o a lo buscado
mediante la colaboración de otro”.9
En lo que respecta a la definición del contrato de mandato, la diferente
estructura de este contrato en el nuevo Código, que separa entre las figuras del
mandato y la representación, conlleva la pérdida de vigencia de la doctrina judicial
que caracterizaba esta figura contractual con las notas definitorias que presentaban
los Códigos extintos, mas no en lo referido a la actuación en interés o por cuenta de
otro que también tipificaba y tipifica al mandato.
En el Código de Vélez, se confundían los conceptos de mandato y
representación, a la vez que mandato con apoderamiento. A su vez, el Código de
Comercio, en el artículo 222, confunde mandato al apoderamiento y comisión al mandato.
Una interesante doctrina ha manifestado que como si dicha confusión no fuera suficiente,
la misma ha sido validada por la praxis dado el positivismo dogmático mediante, el cual
suele enseñarse en nuestras facultades de derecho. Interesante resulta el comentario que la
doctrina ha efectuado expresando: “Cómo extrañarnos, entonces, de que, luego de sufrir este
tratamiento, los alumnos salgan corriendo y gritando: "¡Lo que importa es la práctica! ¡Lo que
importa es la práctica!"? Tampoco debe sorprendernos que en el Registro de la Propiedad con
asiento en Rosario funcionara durante años una sección llamada Mandatos, pese a que en ella no se
inscribió jamás mandato alguno. Y no se lo inscribió porque las escrituras que pretendidamente
estaban destinadas a instrumentarlo fueron siempre otorgadas por un único otorgante, con lo que en
el mejor de los casos eran ofertas de mandato, de cuya aceptación, por otra parte, el Registro nunca
tuvo noticia.”10
La confusión entre el aspecto contractual entre representante y representado
y el portador del interés, quien declara la voluntad y el tercero destinatario del
acto, se explican con la simple lectura del precepto citado. En otras palabras se
confunden la declaración de voluntad efectuada por el mandatario, con la facultad
de concluir el negocio con el tercero que posee el mandante.
9LORENZETTI,Ricardo L, Tratado de los contratos, Bs. As., Rubinzal-Culzoni, 2000, T. II, p. 224.
10ZINNI,Mario Antonio; “Mandato, apoderamiento y poder de representación” Revista del
Notariado 903 , 15
ARTÍCULO 1320.- Representación. Si el mandante confiere poder para ser
representado, le son aplicables las disposiciones de los artículos 362 y siguientes. Aun
cuando el mandato no confiera poder de representación, se aplican las disposiciones
citadas a las relaciones entre mandante y mandatario, en todo lo que no resulten
modificadas en este Capítulo.
11BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Contratos, Bs. As., Perrot, 1979, T. II, p. 471.
12 Conf. ALBALADEJO, Manuel, Derecho Civil, Barcelona, Bosch, 1989, T. I, Vol. 2, ps. 391 y 420; BETTI,
Emilio, Teoría general del negocio jurídico, Madrid, Ed. Revista de Derecho Privado, s/f, p. 431; PUIG
BRUTAU, J., Fundamentos de derecho civil, Barcelona, Ed. Bosch, 1978, T. II, Vol. I-2, p. 930; PUIG PEÑA,
Federico, Tratado de derecho civil español, Madrid, Ed. Revista de Derecho Privado, 1974, T. I, Vol. 2,
p. 587..
13 Conf. BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Contratos,Bs. As., Perrot. 1979, T. II, p. 482; íd.
íd.,Parte General,Bs. As., Perrot. 1980, T. II, p. 132; RIPERT, Georges, BOULANGER, Jean. Tratado de
derecho civil, Bs. As., La Ley, 1979, T. I, p. 437.
poderdante habilita al apoderado para gestionar los negocios frente a terceros, con
el efecto de aceptar directamente todas las consecuencias jurídicas de los actos
cumplidos por este último”.14
En lo que respecta a la norma en comentario, consideramos que nuevamente
hay una concordancia entre el artículo y la correcta armonización del Código. La
fuente del artículo, corresponde al Código Italiano, y guarda una estructura
idéntica. Definiendo primero mandato (art. 1703 Código Italiano) y luego enuncia
al mandato, remitiendo a artículos referidos a la representación, Título II Capítulo
VI en relación a la representación.15
Ahora bien, nuestro Código, ubica a la representación en un capítulo
separado dentro del Título reservado a los hechos y actos jurídicos. El Código
italiano aun la sigue ubicando dentro del Libro relativo a efectos de los contratos.
La representación en el mandato, vincula al mismo tiempo la representación
en cuanto a legitimidad externa junto a la facultad interna de la gestión del derecho
material.16
La existencia de mandato sin representación y de representación sin
mandato ha dado lugar a las confusiones terminológicas. Es por ello que el
correcto encuadre de la naturaleza de la voluntad de apoderamiento y de su
relación con la voluntad contractual del represente es de fundamental importancia,
por ello la opinión según la cual la voluntad de apoderar no es distinta a la
aportada por el representante a la declaración en que el negocio consista (Savigny),
lo mismo que la teoría que entiende que la voluntad del principal y la del
representante jutas forman la voluntad contractual arrojan resultados diferentes a
14BUERES,Alberto J. y MAYO, Jorge A. Ideas básicas para una teoría de la representación, Revista de
Derecho Privado y Comunitario, Ed. Rubinzal-Culzoni, Nº 6, 1994, p. 60.
15 MESSINEO, Francesco; Manual de Derecho Civil y Comercial” T I, Ediciones Jurídicas Europa
17HUPKA, Josef; “La representación voluntaria en los negocios jurídicos”, Biblioteca de la “Revista
de Derecho Privado”, Madrid, 1930, p 13.
18 FONTANARROSA, Rodolfo “Apuntes para una teoría general de la representación con especial
19ARCOS VIERIA, Luisa “Sobre el contrato de Mandato en el nuevo Código Civil y en el Nuevo
Fuero de Navarra”,
disponiblehttp://www.navarra.es/appsext/DescargarFichero/default.aspx?codigoAcceso=PdfRev
istaJuridica&fichero=RJ_22_I_3.pdf (visitada por última vez 6/6/15
20http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-primero.PDFVistiada por última vez el 9/6/2015
Sistematizando la posición de la Comisión, calificada doctrina efectuado la
siguiente sistematización: a) La representación es tratada dentro de las reglas
generales del acto jurídico, b) El contrato de mandato contempla tanto la forma
civil como comercial, c) cuando existen consumidores se aplican las normas
relativas a los contratos de consumo, d) se regulan en forma conjunta el contrato de
mandato, la consignación y el corretaje, por la similitud en la naturaleza que
presentan estos contratos.21
Ya hemos mencionado en el apartado único, la juventud de la noción de
representación en relación de la teoría de la representación. De manera previa al
nuevo Código Civil y Comercial, la representación no había recibido un
tratamiento separado del mandato y fue tarea de la doctrina y la jurisprudencia
delinear las diferencias entre mandato y representación.
La representación es el producto de la cooperación humana. En ella se
evidencian dos elementos que forman parte de la noción de derecho subjetivo: La
voluntad y el interés. Cuando existe una separación entre interés y voluntad, la
teoría de la representación se vuelve relevante. Puede ocurrir que quien encarga a
otro la realización de su interés, quien realiza la declaración de la voluntad no es el
titular del interés. Se impone allí la clásica distinción de actuar a nombre ajeno y la
que se realiza en interés o por cuenta ajena. Actuar por cuenta ajena, significa
actual para satisfacer fines o intereses de otro, aunque el acto se celebre nombre
propio.
También, hemos dicho, que la representación en sentido técnico, puede
decirse que es una institución moderna que no fue conocida en el derecho romano,
ello en tanto la organización de los romanos era de tipo doméstico y tribal, en el
cual la familia constituía una especie de organismo cerrado, mientras que la
cooperación, en tanto la confianza depositada, requiere un esquema de desarrollo
económico y social de mucha mayor envergadura.
21JUNYENT BAS, Francisco – GARZINO, María Constanza “El contrato de mandato en el Código
Civil y Comercial”; Sup. Esp. Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación Contratos en Particular
(2015) Abril, 21/04/2015.
¿Por qué es relevante efectuar estas consideraciones de la representación?
En primer lugar cabe destacar, que la representación se da en los casos en los que
quien declara la voluntad, lo hace en nombre del sujeto titular de un interés y por
ende, las consecuencias jurídicas del acto celebrado, pero no es de la esencia de la
representación que el representante actué en interés del representado. Es posible
así concebir un mandato otorgado, cursado en interés exclusivo del mandatario: el
procurator in rem suam. Es decir, que la relación de representación consiste en el
vínculo directo que se forma entre el representado y el tercero, quedando excluidas
las relaciones internas entre representante y representado.
La representación, es un negocio que requiere consideraciones abstractas diferentes
al negocio contractual del mandato y que se fueron perfilando con el desarrollo
económico de la sociedad moderna, cuestión que puntualizaremos en el apartado
correspondiente.
En este punto, no puede pasarse por alto comparar el sistema de mandato
con el equivalente anglosajón. Tal es la figura del “agency”, la cual es una noción
mucho más amplia y cuyos límites fueron delineados por la jurisprudencia.
Calificada doctrina argentina ha dicho que “Agency es la relación que resulta de la
manifestación del consentimiento por parte de una persona a otra para que esta segunda
actúe en nombre de la primera sujeta a su control, y del consentimiento de la segunda para
actuar de tal manera". Ordinariamente es una relación contractual, pero no es necesario
que lo sea. Es decir, mientras es necesario que las partes presten su consentimiento para la
creación de la relación, en forma expresa o implícita, por el contrario, no es necesario que
exista "consideración” para ello. "Agency" no es sino, pues, la relación de carácter
representativa, resultante de la circunstancia de que una persona manifieste su intención de
que otra actúe para la primera bajo su dirección, así consintiéndose. De la definición de
"agency" surge la amplitud de su alcance. "Agency" es la representación de una persona
por otra. Y las relaciones que generalmente se incluyen dentro del alcance de "agency" son
tres: a) mandante y mandatario ("principal and agent"); b) patrón y dependiente ("master
and servant"); c) empleador y "contratista independiente" ("employer and
independentcontractor"). La característica distintiva del mandatario ("agent") es que
representa al mandante ("principal") contractualmente. Si el mandatario ("agent") ha sido
debidamente autorizado, puede contratar o realizar negociaciones en nombre de su
principal, y éste queda obligado”22.
En este sentido, el art. 1869 del Código Vélez, establecía que existía mandato
cuando una persona da poder a otra para representarla al efecto de ejecutar en su
nombre y de su cuenta actos jurídicos.
25SPOTA, Alberto G.- LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. Instituciones de Derecho Civil . Contratos., Buenos
Aires, 2° Ed. La Ley, 2010. T.VII. p.19
28JUNYENT BAS, Francisco A; “El contrato de mandato en el código civil y comercial” LA LEY
AR/DOC/1177/2015
29 MESSINEO, Francesco; Manual de Derecho Civil y Comercial” T I, Ediciones Jurídicas Europa
31SPOTA, Alberto G.- LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. Instituciones de Derecho Civil . Contratos., Buenos
Aires, 2° Ed. La Ley, 2010. T.VII. p.107.
distinta en uno y otro caso: en el de la incapacidad absoluta nos hallamos ante un
acto nulo y, por ende, de nulidad absoluta. En el supuesto de la incapacidad
relativa, se trata de anulabilidad y, por tanto, de un acto jurídico claudicante que
puede quedar convalidado por decisión del representante necesario del incapaz.32
MOSSET ITURRASPE, opina que “…sólo puede otorgarse a un incapaz el
poder o sea la facultad de cumplir un encargo a nombre ajeno; no ocurre lo mismo
con el mandato —los incapaces no pueden contratar— y, por tanto, con el mandato
sin representación, donde debe actuar en su nombre”33
Un gran sector de la doctrina, considera que Vélez autorizó este caso de
excepción porque consideraba que todo aquello que puede realizar el mandante,
puede realizarlo el mandatario, salvo aquellos actos de carácter personalísimo.
ESPER, citando a SALVAT, explica que el fundamento de la permisión se
funda en que el acto jurídico que el mandatario incapaz, realiza se reputa
efectuado por el propio mandante, y por ello, la capacidad del mandatario
resultaba indiferente, y en consecuencia, el mandato se reputa válido.34
El Proyecto de Código Civil de 1998 para la República Argentina, dispone
que el mandato puede ser conferido a un incapaz, y consagra una norma
protectora para el incapaz, tal como reclama parte de la doctrina. En esta línea de
pensamiento, se encuentran el Proyecto 1993 del Poder Ejecutivo (art. 669), y el
Proyecto de Código Civil de 1987 (arts. 1870 y 1871).
La norma en comentario continúa en este aspecto los lineamientos seguidos
por el Código de Vélez Sarsfield.
32SPOTA, Alberto G.- LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. Instituciones de Derecho Civil . Contratos., Buenos
Aires, 2° Ed. La Ley, 2010. T.VII. p.107
33MOSSETITURRASPE,
Jorge, Mandatos, p. 63
34Junyent
Bas, Francisco A; “El contrato de mandato en el código civil y comercial” LA LEY
AR/DOC/1177/2015
a) Nociones generales:
Artículo 1324. El mandatario está obligado a: a. cumplir los actos
comprendidos en el mandato, conforme a las instrucciones dadas por el mandante
y a la naturaleza del negocio que constituye su objeto, con el cuidado que pondría
en los asuntos propios o, en su caso, el exigido por las reglas de su profesión, o por
los usos del lugar de ejecución; b. dar aviso inmediato al mandante de cualquier
circunstancia sobreviniente que razonablemente aconseje apartarse de las
instrucciones recibidas, requiriendo nuevas instrucciones o ratificación de las
anteriores, y adoptar las medidas indispensables y urgentes; c. informar sin
demora al mandante de todo conflicto de intereses y de toda otra circunstancia que
pueda motivar la modificación o la revocación del mandato; d. mantener en
reserva toda información que adquiera con motivo del mandato que, por su
naturaleza o circunstancias, no está destinada a ser divulgada; e. dar aviso al
mandante de todo valor que haya recibido en razón del mandato, y ponerlo a
disposición de aquél; f. rendir cuenta de su gestión en las oportunidades
convenidas o a la extinción del mandato; g. entregar al mandante las ganancias
derivadas del negocio, con los intereses moratorios, de las sumas de dinero que
haya utilizado en provecho propio; h. informar en cualquier momento, a
requerimiento del mandante, sobre la ejecución del mandato; i. exhibir al
mandante toda la documentación relacionada con la gestión encomendada, y
entregarle la que corresponde según las circunstancias. Si el negocio encargado al
mandatario fuese de los que, por su oficio o su modo de vivir, acepta él
regularmente, aun cuando se excuse del encargo, debe tomar las providencias
conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le encomienda.
asimilarlo al del agency. Para una clara diferenciación entre ambos conceptos ver GRAUBERGER,
Jana “From Mere Intrusion to General Confusion”, Agency and Mandate in Lousiana, Tulane
LawReview“ (1998) Vol 72, pp 257- 276.
Los incisos b) y c) del art. 1324 se encuentran correlacionados ya que se
vinculan con el deber genérico que tiene el mandatario de informar al mandante
las circunstancias referidas a la posible modificación, ratificación o extinción de las
instrucciones dadas para ejecutar el mandato.38
A su vez, estos incisos se vinculan con los incisos. e) y h) que también
aluden a la obligación del mandatario de informar al mandante, en circunstancias
que analizaré oportunamente. En inc. b), se le impone al mandatario dos deberes:
El primero, avisar al mandante cualquier evento sobreviniente a la
celebración del mandato que pueda influir en las instrucciones recibidas, a fin de
que el mandante las pueda modificar o ratificar. El buen criterio del mandatario
determinará el impacto que el evento de que se trate pueda tener en las órdenes
dadas por el mandante y la conveniencia ele que éste se encuentre en conocimiento
de ello.
La norma dispone que el aviso tiene que ser inmediato, sin fijar un plazo
para ello, el que surgirá de las circunstancias del caso. No obstante, es viable
suponer que debe hacerlo en el menor tiempo posible, ya que una demora podría
influir en las instrucciones dadas por el mandante respecto del modo en que el
mandato debe ser ejecutado.
La disposición, no aclara la forma en que el aviso debe ser dado por el
mandatario, con lo cual, tranquilamente podríamos asumir que es correcta la
aplicación del principio general de libertad de formas establecido en el artículo 284.
El segundo deber, impone al mandatario adoptar las medidas
indispensables y urgentes en caso de que se presente una circunstancia
sobreviniente que pueda afectar las órdenes que había dado el mandante.
d) Deber de información
Este inciso se encuentra parcialmente relacionado con los incisos. b), c) y h) de este
artículo, y con el art. 372, inc. c, que establece las obligaciones del representante,
aplicables al mandato. Los arts. 1909 y 1911 del Código. Civil derogado, aunque
referidos a la rendición de cuentas y obligaciones consecuentes se vinculan con este
inciso.
Lo que plantea el inciso es referente a la información que debe brindarse al
mandante, que debe relacionarse con todo valor -dinero, efectos, papeles de
comercio, etc. Que el mandatario haya recibido como consecuencia de la ejecución
del mandato.
La información debe resultar clara y completa, para que el mandante tome
conocimiento de los datos de las cosas o valores recibidos, a qué operación
corresponden y, especialmente, para que instruya al mandatario respecto de qué
debe realizar con ellos, salvo, claro, que esto último surja de las instrucciones
previas, la naturaleza del negocio, las reglas de la profesión o los usos del lugar de
ejecución del encargo.
Además de informarle, el mandatario también debe poner los valores, cosas,
etc., a disposición del mandante, entregándoselos remitiéndoselos, según lo que el
mandante indique o haya indicado.
f) Rendición de cuentas.
Rendir cuenta de su gestión en las oportunidades convenidas o a la extinción del mandato.
g) Entrega de ganancias
El mandate tiene la obligación de entregar al mandante las ganancias derivadas del negocio,
con los intereses moratorios, de las sumas de dinero que haya utilizado en provecho propio.
La primera parte del inciso, que obliga al mandatario a entregar al mandante las
ganancias derivadas del negocio coincide en algunos aspectos con la regla general
que contenía el artículo 1911, Cód. Civil, que obligaba al mandatario a entregar al
mandante todo lo que hubiera recibido en virtud del mandato. Ese principio
genérico y las aplicaciones particulares que establecía el mismo art. 1911, Cód.
Civil, se mantienen en general en el nuevo Código, aunque dispersas en varios
incisos de este artículo.
La segunda parte de la norma, para que tenga mejor sentido, debe leerse sin la
coma luego de "intereses moratorias", como lo establecía la fuente directa del
precepto (art, 1247, inc. g), Proyecto de 1998). Evidentemente, se trata de una
errata.
La norma replica el art. 1913, Cód. Civil, con alguna omisión: exige que si el
mandatario utilizó a su favor sumas de dinero recibidas de terceros en la ejecución
del encargo -ello se deduce de la primera parte del inciso-, debe restituir esas
cantidades con más sus intereses moratorias. La ley no reproduce la expresión"
desde el día en que lo hizo" que empleaba el extinto art. 1913, Cód. Civil, que
establecía así un supuesto de mora legal que no requería interpelación.40
h) Deber de información:
Informar en cualquier momento, a requerimiento del mandante, sobre la ejecución del
mandato.
i) Exhibición de documentación
Exhibir al mandante toda la documentación relacionada con la gestión encomendada, y
entregarle la que corresponde según las circunstancias.
6) Conflicto de intereses.
41Junyent
Bas, Francisco A; “El contrato de mandato en el código civil y comercial” LA LEY
AR/DOC/1177/2015.
43Junyent
Bas, Francisco A; “El contrato de mandato en el código civil y comercial” LA LEY
AR/DOC/1177/2015.
8) Sustitución de mandato
a) Consideraciones generales
Artículo 1327: Sustitución de mandato: El mandatario puede sustituir en otra
persona la ejecución del mandato y es responsable de la elección del sustituto,
excepto cuando lo haga por indicación del mandante. En caso de sustitución, el
mandante tiene la acción directa contra el sustituto prevista en los artículos 736 y
concordantes, pero no está obligado a pagarle retribución si la sustitución no era
necesaria. El mandatario responde directamente por la actuación del sustituto
cuando no fue autorizado a sustituir, o cuando la sustitución era innecesaria para
la ejecución del mandato.
Esta norma, regula aquellos casos en los que el mandatario delega la ejecución del
mandato en un sustituto y prevé a favor del mandante, la posibilidad de ejercer
una acción directa contra en el sustituto cuando se haya generado responsabilidad
del mandatario por actividad del sustituto.
Los reformadores han seguido lo propuesto por Vélez en el código derogado (por
derogar), pero se incorpora una excepción en donde el mandatario se exime de
responsabilidad y se desliga de la obligación de vigilancia, cuando haya sido el
mandante el que ordenó la actividad del sustituto.
45Mosset Iturraspe,J., “El contrato de mandato en el Proyecto de Código Civil y Comercial”, Rev.
Derecho Privado y Comunitario, “Problemática contractual. Contratos en Particular”, 2014-2,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014, p. 173
46 (C. 1ª La Plata, 12/4/1955, JA, 1955-III-105)
Por su parte, ESPER, explica que la sustitución puede constituir un supuesto de
cesión de contrato o un supuesto de subcontrato o contrato derivado. Así, señala
que la cesión de contrato o transmisión de la posición contractual se encuentra
regulada en el CCCN en los arts. 1636 a 1640, dentro de la regulación de los
contratos en particular, mientras que el subcontrato, en los arts. 1069 y ss., en la
parte general de los contratos, siendo una posibilidad que en principio resulta
procedente en todo contrato con prestaciones pendientes.47
b) Mandato y Submandato
En esta línea, el autor citado aclara que la doctrina moderna diferencia la cesión de
la representación y el submandato. En el primero, el mandante autoriza la
sustitución e indica quién debe ser el sustituto, por lo que, el mandatario se desliga
del vínculo con el mandante, quien entenderá directamente con el sustituto. En el
segundo caso, el submandato se da cuando el mandatario está autorizado a
sustituir sin que se indique en quién puede hacerlo, o cuando la facultad no está
expresamente consagrada, supuestos en los que el mandatario continúa
relacionado con el mandante.
Por último, cabe destacar que no corresponde confundir la sustitución del mandato
con la relación jurídica que se establece entre el mandatario con las personas de
que se sirve para cumplir con el apoderamiento que se le ha investido; en
consecuencia, la sustitución importa un nuevo contrato de mandato que celebra el
mandatario con el sustituto, estableciéndose entre éstos una relación contractual en
la medida determinada por el objeto del nuevo negocio, que nunca puede ser
distinto, ni superior al objeto mediato del mandato origina48
47
ESPER, Mariano, Mandato, en: Código Civil y Comercial de la Nación Comentado, Rivera, Julio César y
Medina, Graciela (Directores), Esper, Mariano (Coordinador), Tomo IV, La Ley, 2014, pág 143.
48
PIANTONI, Mario A., El mandato, Córdoba, Marcos Lerner, 1983, pág 226
En primer lugar, si la sustitución está expresamente prohibida en el convenio, y a
pesar de ello, el mandatario la realiza, COMPAGNUCCI DE CASO, explica que
éste habrá violado el contrato y será responsable por los daños y perjuicios
causados incluso por caso fortuito, ocurridos por la actuación del sustituto, y esos
actos serán nulos con respecto al mandante, aunque también podrá optar por
ratificarlos si lo considera pertinente.49
En este caso, el art. 1327 expresamente dispone que el mandatario responde
directamente por la actuación del sustituto cuando no fue autorizado a sustituir,
por lo que, la regla es clara, y agrega que también responde directamente cuando
la sustitución era innecesaria para la ejecución del mandato.
49
COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H., en: Código Civil y leyes complementarias, Comentado, Anotado y
Concordado, Belluscio (Director), Zannoni (Coordinador) Tomo 9, Buenos Aires, Astrea, 2004, p. 246 y 247
50
PIANTONI, Mario A., El mandato, Córdoba, Marcos Lerner, 1983, pág. 225
segundo caso, el sustito es impuesto por el mandante, por lo que, opera la "cesión
de la representación", que desvincula al mandatario del "dominus".
51
(CCom. Cap., 23/5/1923, JA, 10-615).
52
(CCiv. 1a, 21/3/1934, JA, 45 559).
El art. 1945 del código derogado, establece el principio de solidaridad frente al
mandatario para aquellos supuestos en donde haya pluralidad de mandantes y
cuyo requisito era la comunidad de intereses.
53 MOSSET ITURRASPE, J., “El contrato de mandato en el Proyecto de Código Civil y Comercial”,
Rev. Derecho Privado y Comunitario, “Problemática contractual. Contratos en Particular”, 2014-2,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014, p. 180
54 (CCom. Cap., 2/6/1926, JA, 20-890).
55 (CNCiv., sala A, 13/9/1960, LALEY, 101-208).
Si el mandato se revoca por culpa del mandatario, el mandante no debe ninguna
remuneración.56
En la nueva normativa, nada impide que la facultad judicial de reducción de
remuneración pueda aplicarse si se apartan de los usos normalmente establecidos.
57
MOSSET ITURRASPE, Jorge, Mandatos, Santa Fe, RubinzalCulzoni, 1996, pág. 365,366.
58
(CCiv. 1ª, 21/5/1926,TA, 20-351).
En este sentido, el Cód. Civil preveía esta alternativa en el art. 1977, que fue
modificado por la ley 17.711, siempre que fuese para negocios especiales, limitado
en el tiempo y en razón de un interés legítimo de los contratantes o de un tercero,
sin embargo, aún en este supuesto la norma estipulaba la posibilidad de
revocación con justa causa.
En primer lugar, se aclara que aun cuando se produzca la muerte de las partes, el
mandato va a subsistir en el caso del fallecimiento del “representado”, siempre y
cuando el negocio englobe actos puntualmente determinados y en función de un
interés legítimo del representante o de un tercero.
En esta línea, cabe puntualizar que el nuevo ordenamiento ha eliminado los arts.
1980 y 1981 del Cód. Civil que consagraban el contrato posmortem, para ser
ejecutado después de la muerte del mandante.
59
ESPER, Mariano, Mandato, en: Código Civil y Comercial de la Nación Comentado, Rivera, Julio César y
Medina, Graciela (Directores), Esper, Mariano (Coordinador), Tomo IV, La Ley, 2014, pág 158
disposición de última voluntad, en principio no existiría formalidad alguna pues el
código no lo impone, sí resulta trascendental la prueba de tal manifestación de
voluntad que tiene que ser inequívoca por su carácter excepcional.
La irrevocabilidad establecida por el texto del art. 1977 es relativa, es decir, que
aunque el mandato se haya otorgado para un negocio especial y por un tiempo
determinado, puede ser revocado, pero el mandante se halla obligado a
indemnizar al mandatario los años que le resulten de esa revocación injustificada.60
c) Revocación
Artículo 1331: Revocación. La revocación sin justa causa del mandato otorgado
por tiempo o asunto determinado obliga al mandante a indemnizar los daños
causados; si el mandato fue dado por plazo indeterminado, el mandante debe
dar aviso adecuado a las circunstancias o, en su defecto, indemnizar los daños
que cause su omisión.
Siempre que no exista justa causa, y el derecho a revocar sea ejercido con
anterioridad al cumplimiento del plazo pactado por las partes, o con anterioridad a
la finalización de la tarea encomendada, el mandante estará obligado a indemnizar
al mandatario.
60
(C2a La Plata, 27/6/1969, JA, 1969-Reseñas-605, sumo 271).
Si el mandato no se encontraba condicionado por un plazo específico de duración,
antes de ejercer el derecho a indemnizar, el mandante debe preavisar al
mandatario para poder liberarse de la obligación de indemnizarlo. Dicho plazo
debe ser razonable. Como la norma no especifica el plazo, deberá analizarse en
cada caso en concreto el tiempo efectivo transcurrido, la situación económica del
mandatario, para poder determinar la razonabilidad del plazo en que se dio
preaviso.
Por supuesto, si el mandante omite el preaviso deberá reparar los daños que cause
dicha omisión.
El código civil establecía una regla similar en su artículo 1978, cuando determinaba
que la renuncia del mandatario, en tiempo indebido, sin causa suficiente, lo
obligaba a resarcir al mandante los perjuicios ocasionados.
Para que la renuncia del mandatario no genere una obligación, esta debe ser
planteada oportunamente. Además, debe existir una causa que amerite liberar al
mandatario de responder por los perjuicios que su renuncia pueda ocasionar.
61
PIANTONI, Mario A., El mandato, Córdoba, Marcos Lerner, 1983, pág. 291
62
(CCom., sala A, 23/3/1960, LALEY, 99-490).
No obstante, el artículo 1980 del Código derogado prevé las situaciones en las
cuales el negocio debe ser cumplido o continuado después de la muerte del
mandante, no como acto de última voluntad, sino que iniciado en vida de
mandante su fallecimiento no adquiere virtualidad extintiva del mandato y
tampoco lo será cuando exista peligro en la demora.
a) La primera parte del art. 1333 dispone que en caso de muerte o incapacidad del
mandatario, sus herederos, representantes o asistentes y, simultáneamente, deben
adoptar las medidas pertinentes para proteger los intereses del mandante en el
negocio encargado
b) La segunda parte del art. 1333 alude al caso de muerte o incapacidad del
mandante y, para esos supuestos, impone al mandatario la obligación de ejecutar
los actos de conservación si hay peligro en la demora, excepto instrucciones
expresas en contrario de los herederos o representantes.
63
CCom., 22/11/1945, JA, 1945-IV-852, CCiv.1ª, 5/6/1940, JA, 71-47.
64
GIAVARINO, Magdalena “La obligación de rendir cuentas y el mandato”, LA LEY 2009-A , 349
Subsiste en general la profusa doctrina judicial elaborada alrededor de esta clásica
obligación del mandatario, en tanto la sustancia de este deber se mantiene en la
nueva legislación.
La rendición de cuentas consiste en una manifestación completa de los ingresos
y egresos, con la presentación de los documentos que acrediten cada partida, las
explicaciones necesarias para su comprensión y un informe sobre el desempeño
del mandatario (CNCiv., sala E, 10/10/1969, LA LEY, 139-98).