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EL DESEO SEXUAL Y SUS TRASTORNOS:

APROXIMACION CONCEPTUAL y ETIOLOGICA. I

Javier Gómez Zapiain *


1. Aproximación conceptual al deseo puede reducir a una reacción puramente emo-
sexual. cional y confundirlo con otros afectos, aunque
en realidad también movilice afectos y emo-
1.1 Principales aportaciones. ciones.
No obstante, es importante y necesario tra-
En las revisiones bibliográficas de los prin- tar de responder a la pregunta ¿qué es el deseo
cipales autores que han trabajado sobre el sexual? De ello, en gran medida, depende la
deseo sexual, se constata la dificultad de defi- comprensión de su dinámica en términos psi-
nirlo con claridad. El deseo sexual tiene un cológicos. A su vez, su mayor conocimiento
origen claramente biofisiológico. con una permite profundizar en su evolución, conocer
estructura anatómico-neuro-endocrina. bastan- sus trastornos, desarrollar criterios de salud
te perfilada. Su función, desde el punto de sexual, prevenir y ofrecer posibles plantea-
vista etiológico. se centra en la supervivencia mientos terapéuticos.
de la especie a través de la reproducción. Sin En una primera aproximación se puede
embargo, el ser humano trasciende esta depen- afirmar que el deseo sexual es, antes que nada,
dencia elemental y, desde un punto de vista una experiencia. Bancroft indica que éste debe
psicológico. el deseo sexual se convierte en ser visto desde una triple perspectiva: la afecti-
una de las motivaciones más importantes de la va, la cognitiva y la biofisiológica (Bancroft,
existencia. 1988). El deseo sexual, que se desarrolla onto-
Los autores que se fundamentan en el genéticamente en lo que se puede denominar el
terreno de lo psicodinámico proponen una sistema sexual (Bancroft, 1983; Kaplan, 1979;
idea del deseo prácticamente ilimitada, basán- Carrobles, 1990), genera una experiencia que
dose en la dimensión de lo inconsciente . se expresa en ideas y evoca emociones.
Según este planteamiento, la pulsión sexual es Siendo Bancroft uno de los autores más
una energía que busca la satisfacción; el prin- relevantes en el estudio de las bases biológicas
cipio de realidad lo impide en parte, produ- del deseo sexual y a pesar del peso de su espe-
ciéndose una escisión entre la representación y cialidad, llega a la siguiente conclusión: .....
la energía, pasando ésta al inconsciente y pre- deberíamos ver el deseo sexual como un con-
sionando desde allí. El acceso al mundo cons- cepto experiencia! y no neurofisiológico; para
ciente se efectúa de manera simbólica. Por una propuesta operacional hay que identificar
tanto, lo patente sería, tan sólo, una parte de y medh tres dimensiones obvias de esta expe-
aquello que late. riencia: la cognitiva, en términos de pensa-
Los autores más empiristas se encuentran mientos e imágenes, la afectiva en término.s de
con la dificultad de que difícilmente se puede humor o estados emocionales y la neurofisio-
reducir el deseo sexual a mera conducta obser- lógica en términos de activación central"
vable, entre otras cosas porque no es un com- (Bancroft, 1989).
portamiento, aunque lo provoque. Tampoco se La dificultad para definir el deseo sexual
puede reducir a meras unidades cognitivas, ha sido señalada por los autores más relevan-
aunque se estructure también en ideas, ni se tes en el estudio de los trastornos del deseo .
• Profesor Titular del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos.
Facultad de Psicología. Universidad del País Vasco
1. Presentado en las 1 Jornadas de Sexología Clínica de la AEPS, (Nov. 1994, Valladolid).
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Lief (1977) fue uno de los primeros, en la vación de un sistema neuronal específico del
época moderna del desarrollo de la sexología cerebro" (Kaplan, 1979).
clínica, en plantear el deseo sexual como una Rosen y Leiblum (1988), en su aproxima-
dimensión diferente de la excitación y el ción conceptual, subrayan la idea de que el
orgasmo. Refiriéndose a su definición dice: deseo sexual es, ante todo, un sentimiento sub-
"El deseo sexual es una aspecto de la vida jetivo. Consideran que: " ... el deseo sexual es
humana extraordinariamente complicado y un sentimiento subjetivo que puede ser activa-
requiere una aproximación multifactorial para do por estímulos externos o internos, y que
su comprensión. No se pueden tener en cuenta puede desencadenar, o no, un comportamiento
solamente las respuestas sexuales observables, sexual abierto. Para que este estado ocurra es
como dice Kinsey. Alguien podría masturbar- necesario un adecuado funcionamiento neuro-
se 20 ó más veces a la semana, pero faltarle el endocrino, así como la exposición a estímulos
deseo para relacionarse sexualmente con una sexuales de suficiente intensidad, que pueden
pareja, o una persona podría relacionarse tener su origen en el individuo o en su entor-
sexual mente con otra 20 ó más veces al mes no ... En la presencia de un funcionamiento
sin desearla realmente" (Lief, 1988, pág. VII). neuroendocrino intacto y unas posibilidades
No es posible hablar del deseo sexual y adecuadas de expresión, vemos el deseo
sus trastornos sin citar a Heleo Singer Kaplan sexual determinado primariamente por proce-
(1974, 1979, 1985, 1987). Ella propuso el sos sexuales intrapsíquicos e interpersonales".
modelo trifásico de respuesta sexual en el Otra propuesta de particular interés es la efec-
que incluye el deseo sexual como una fase de tuada por Levine (1984, 1987, 1988), autor
la misma. Ofreció así una alternativa al que se ha preocupado por los aspectos concep-
modelo propuesto por Masters y lohnson. tuales y definitorios del deseo sexual. Lo defi-
Considera que el deseo constituye una enti- ne a través de los tres puntos siguientes: 1) El
dad neurofisiológica diferente justificando deseo sexual es lo que precede y acompaña a
así su categoría de "fase" de la respuesta la excitación; 2) Es la tendencia psicobiológi-
sexual. Su aportación ha contribuido a mejo- ca a buscar satisfacción sexual; 3) Es la ener-
rar la comprensión y las propuestas terapéuti- gía que conduce al comportamiento sexual.
cas de las dificultades sexuales. Kaplan se Por lo tanto: "El deseo sexual es la energía
refiere al deseo sexual en los siguientes tér- psicobiológica que precede. acompaña y tien-
minos: "El deseo sexual es básicamente simi- de a producir comportamiento sexual"
lar a otros impulsos como el hambre o la sed (Levine, 1987, pág. 36).
en cuanto a que depende de la actividad de Es de interés el planteamiento que este
una estructura anatómica específica del cere- autor hace de los factores que integran la
bro. Abarca centros que acrecientan el impul- experiencia del deseo. Desde esta perspectiva,
so, equilibrados por otros que 10 inhiben. el deseo sexual es el producto de la capacidad
Está servido también por dos neurotransmi- mental de integrar tres elementos razon_able-
sores específicos, uno inhibitorio y otro exci- mente separados: el impulso, el anhelo la y
tatorio. Tiene bastas conexiones con otras motivación.
partes del cerebro lo que permite que el Impulso (Drive): Es el efecto que surge
impulso sexual se halle integrado en la totali- de la acción de las bases biofisiológicas
dad de la experiencia vital del individuo y que rigen el comportamiento sexual, la
resulte afectado por ella. El deseo sexual es base energética que lo sustenta. Se evi-
vivenciado como sensaciones específicas que dencia a través de manifestaciones endó-
mueven al individuo a buscar experiencias genas y específicas de excitación genital
sexuales o a mostrarse receptivo a ellas. y/o excitabilidad sexual. Incluye típica-
Tales sensaciones son producidas por la acti- mente: excitación genital, tumescencia o
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lubricación, un cambio perceptual por lo randa, los impulsos y los anhelos van
cual los atributos físicos alcanzan un coincidiendo cuando se contempla la
lugar predominante en la jerarquía de actividad sexual como algo normal y
estímulos de valor erótico, fantasías, valioso.
sueños eróticos y tendencia a la búsque- Motivo sexual (MOIive): Representa la
da de acti vidad sexual compartida o disposición hacia la actividad sexual. Es
autoerótica. Estas cinco manifestacines el más complejo de los componentes del
pueden ser resumidas como una activa- deseo sexual. Está determinado por la
ción endógena espontánea y un aumento interacción de factores intrapsíquicos
de excitabilidad sexual. presentes y pasados y por procesos inter-
Anhelo (Wish): Hace referencia a las personales. Muchos de estos determi-
ganas, al anhelo de tener relaciones nantes no son evidentes y se descubren
sexuales, independientemente del impul- retrospectivamente. La disposición hacia
so. Se pueden tener ganas de tener rela- la actividad sexual está generalmente
ciones sexuales sin tener impulso en un inducida por uno o más de los siguientes
momento dado. Viene a ser la represen- antecedentes: el impulso, la decisión de
tación cognitiva de las ganas de vivir tener relaciones sexuales, la relación
situaciones eróticas. Es el deseo de desear. interpersonal, la observación de los
Por ejemplo, puede haber mujeres y demás, la atracción, etc. En definitiva,
hombres de cierta edad que, teniendo un siendo consciente de la activación del
impulso infrecuente o débil, anhelan impulso sexual, experimentando el anhe-
tener relaciones sexuales. Las razones lo, la aspiración de estar involucrado en
para tal anhelo normalmente se estable- una actividad erótica, el motivo, como
cen en edades tempranas. Estas pueden tercer factor del deseo sexual, se refiere
ser, según Levine, las siguientes: el a la disposición, es decir, a la voluntad
hecho de mantener relaciones sexuales de implicarse en una experiencia erótica.
hace sentirse bien físicamente, amado/a, El motivo sexual como disposición, se
valorado/a, importante, vital y enérgi- relaciona con cuatro importantes con-
co/a. Hace sentirse bien con la dimen- textos:
sión erótica de la identidad de género, - La identidad de género.
vinculado/a a otro/a, menos solo, a gusto - La calidad de las relaciones sexuales y
con la pareja. Entre personas adolescen- no sexuales.
tes o jóvenes, en ocasiones el impulso no - Las pautas de regulación propias y del
concuerda con el anhelo. Teniendo altos compañero/a.
niveles de excitabilidad, puede haber - La transferencia con los vínculos del
causas que lleven a no anhelar la activi- pasado.
dad sexual. Entre éstas se pueden citar:
no sentirse emocionalmente preparado/a, Según Levine, estos tres elementos están
no saber exactamente cómo hacerlo, no separados tan sólo conceptualmente. puesto
tener a una persona todavía apropiada, que en la experiencia, el deseo se experimenta
estar todavía asustado/a de las sensacio- como un todo. Lo lógico -y lo saludable- sería
nes del alto grado de activación sexual, que actuasen en armon.ía, aunque en la expe-
miedo al embarazo o a las E.T.S., tener riencia clínica, las dificultades respecto del
la convicción de. que la actividad sexual, deseo suelen mostrar disonancias evidentes
en ese momento, es moralmente inco- entre ellos.
rrecta, no desear el disgusto de los En síntesis y desde nuestro punto de vista,
padres. En la medida en que se va madu- el deseo sexual implica un sentimiento de inte-
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IMPULSO (Drive)
l. Excitación genital, tumescencia o lubricación
2. Un cambio perceptual.
3. Fantasías eróticas.
4. Sueños eróticos.
5. Comportamiento de búsqueda de pareja o masturbación

ANHELO (Wish)
DESEO SEXUAL Se refiere a las ganas, al anhelo de tener relaciones sexua-
(Sexual desire) les independientemente del impulso, la representación
cognitiva de las ganas de vivir situaciones eróticas.

MOTIVO (Motive)
J. El impulso
2. La decisión de tener relaciones sexuales.
3. El comportamiento interpersonal.
4. La observación de los demás.
5. La atracción.

Gráfico 1. Componentes del deseo sexual.


(Levine 1984, 1987, 1988)

rés, de necesidad, de apetencia, de búsqueda activación propia del deseo sexual y la exci-
de estimulación y placer erótico, pero no tación sexual. En la mayoría de los casos no se
implica necesariamente la puesta en marcha especifica. Desde nuestro punto de vista, man-
de conductas instrumentales dirigidas a ello. tenemos la hipótesis de que el deseo sexual
Cuando el deseo sexual está presente, dichas constituye una activación neurofisiológica
conductas, si llegan a producirse, son vividas independiente de la excitación sexual, sin
con particular intensidad, con pasión embargo interactúan entre ellas y se influyen
(Schnarch, 1991). Recíprocamente, los com- por lo que en ocasiones se confunden. La acti-
portamientos explícitamente eróticos pueden vación propia del deseo puede disparar la
activar el deseo. La respuesta sexual sin deseo excitación sexual, produciendo los cambios
puede ser considerada disfuncional dependien- fisiológicos propios de ella, aunque no necesa-
do del criterio de demanda, aunque no siempre riamente. De igual forma, cuando una persona
el deseo sexual hipoactivo es percibido como inicia la actividad sexual, a requerimiento de
una disfunción por parte de la persona afecta- su pareja, sin deseo, éste se puede activar a
da. La respuesta sexual sin deseo puede ser partir de la excitación sexual producida por el
bien integrada dentro del sistema de pareja, contexto. La diferencia entre la activación pro-
cumpliendo otras funciones de tipo afectivo pia del deseo y la excitación sexual estriba en
y/o relacional. que el deseo sexual es una experiencia subjeti-
va, mientras que la excitación sexual es una
respuesta fisiológica que implica manifesta-
1,2 Diferencia entre el deseo y la excitación ciones físicas como la erección o la lubrica-
ción vaginal (Bozman y Beck, 1991),
Una de las cuestiones que quedan menos Digamos que pueden ser dos formas diferentes
claras en las diferentes aproximaciones con- de activación que, en condiciones normales,
ceptuales es la diferencia que existe entre la actúan sinérgicamente.
EL DESEO SEXUAL Y SUS TRASTORNOS 49

Existen argumentos sólidos para tal afir- de la activación fisiológica y de los conteni-
mación. La llamada de atención tanto de Lief dos cognitivos.
(1977) como de Kaplan (1979), sobre el hecho El deseo sexual se ajusta al concepto de
de que el deseo sexual constituye una fase dis- emoción por las siguientes razones:
tinta de la excitación y el orgasmo, fue el pri- l. El deseo sexual se sustenta en el
mer paso en la comprensión de tal diferencia. sustrato biológico que está constituido
Kaplan lo especificó con claridad cuando aflI- por ]0 que algunos autores han denomi-
mó que cada fase del ciclo fisiológico de la nado el sistema sexual (Levay, 1993),
respuesta sexual constituye una entidad neuro- compuesto por elementos anatómicos,
fisiológica diferente. fisiológicos y neuroendocrinos. Desde
El estudio de casos clínicos referidos a las un punto de vista etológico, las bases
dificultades del deseo sexual indica que es neurofisiológicas alimentan una serie de
perfectamente posible activar el ciclo de res- predisposiciones comporta mentales de
puesta sexual (excitación y orgasmo) sin la respuestas hacia algunos estímulos pro-
experiencia del deseo y, de modo inverso, en vistos de significado erótico propios de
presencia de una alta intensidad del deseo pue- la especie (tengamos en cuenta que otras
den producirse bloqueos tanto de la excitación respuestas eróticas son inducidas cultu-
como del orgasmo. ralmente). El sistema genera un estado
de acti vación fisiológica específica, un
"estado del organismo" en la tenninolo-
1.3 El deseo sexual como una emoción. gía de Singer y Toates (1987), que fluc-
túa en intensidad y frecuencia.
En base a las aproximaciones conceptuales 2. El deseo sexual está conformado
descritas anteriormente podemos considerar por contenidos cognitivos, tal y como ha
que el deseo sexual se configura como una quedado de manifiesto en la aproxima-
emoción. Las principales teorías sobre ella ción conceptual. Consideramos que la
coinciden en definirla en funcón de tres com- configuración de estos son el resultado
ponentes principales: uno neurológico-bioquí- del procesamiento de la infonnación que
mico, otro motor o conductuaJ-expresivo y se produce desde los inicios de la vida
otro subjetivo- experiencial (Reeve, 1992). de las personas. La información procesa-
La emoción está compuesta por la activa- da, superando el modelo serial propuesto
ción fisiológica y los procesos cognitivos por Atkinson y Shifrin (1968), genera
que la regulan. Ha habido teorías discrepan- estructuras de conocimiento construidas
tes respecto a la interacción entre ambas. en fonna de scripts, tanto de contenidos
Para unos, la emoción depende de la atribu- como de acción (Simon y Gagnon, 1987;
ción cognitiva que se haga de unos determi- Sanuy,199l).
nados niveles de activación; para otros, son
determinados contenidos cognitivos los que En el 'deseo sexual, entendido como una
desencadenan la emoción (Schachter y emoción, cabría distinguir los siguientes ele-
Rodin, 1962; Lazarus, 1985; Mandler, mentos: a) Una reacción emocional fisiológica
1975). No obstante, lo que está netamente que son las modificaciones fisiológicas, que se
aceptado es que la cognición está presente en pueden atribuir o que son provocadas por un
toda emoción, así como la activación fisioló- estímulo emocional; b) Un comportamiento
gica. Cabe destacar que la emoción final- emocional, que se refiere a las diferentes for-
mente se compone de una reacción emocio- mas de comportamiento que surgen como
nal, de una experiencia subjetiva y de un reacción a estímulos emocionales (expresión
comportamiento emocional, que dependen gestual, postural, etc.); e) Una vivencia emo-
so ANUARlODESEXOLOGIA 1, 1995

cional subjetiva o "modo de encontrarse" en la Excitación - Orgasmo. No cabe duda de que


experiencia, que es definida como "emoción" este modelo ha supuesto un avance en el cono-
por el propio sujeto. cimiento de la dinámica de la respuesta sexual
Fundamentalmente, el deseo sexual tiende y en la comprensión de los trastornos del ciclo
a percibirse como una experiencia emocional psicofisiológico de la misma. En términos
subjetiva que puede generar diversas emocio- generales, podemos decir que, según H.S.
nes, dependiendo éstas de variables como la Kaplan, la respuesta sexual consta de tres
estructura de personalidad, las actitudes, etc. fases independientes entre sí, formando al
Se debe señalar que la experiencia subjeti- tiempo una unidad, lo cual significa que pue-
va del deseo sexual es, antes que nada, una den ser alteradas independientemente. La aJte-
experiencia íntima, personal y, en algún senti- ración de cada fase genera los trastornos espe-
do, intransferible. Como indican los autores cíficos de cada una. Esta afirmación se susten-
citados en sus aproximaciones conceptuales, ta en la consideración de que cada fase res-
debe ser vivida armónicamente como un esta- ponde a una entidad neurofisiológica específi-
do agradable, de bienestar, que implica la pre- ca. Los criterios mantenidos por la autora han
disposición a buscar satisfacción sexual aun- sido asumidos, en términos generaJes, por la
que no necesariamente se activen comporta- comunidad científica e incluidos en el D.S.M.-
mientos. 111 (1980) Y posteriores versiones, así como en
el CIE- 10. De esta manera, se abre el campo
de investigación acerca del deseo sexual en
2, El deseo sexual como componente de general y, sobre todo, sobre sus trastornos ,
la respuesta sexual humana siendo el deseo sexual hipoactivo uno de los
temas "estrella".
Desde la aparición de los pioneros del Durante la década de los ochenta se ha
estudio científico de la sexualidad se ha trata- asumido casi sin discusión el modelo de
do de explicar la respuesta sexual, observán- Kaplan. Sin embargo, muchos de los investi-
dose dos momentos que posteriormente se gadores teóricos y clínicos coinciden en mani-
definirían como fases: uno de excitación, festar la enorme dificultad de conceptual izar
tumefacción y un segundo momento de des- el deseo sexual.
carga, detumefacción u orgasmo. Schnarch (1991) pone en cuestión algunos
En la segunda mitad del presente siglo los de los argumentos del modelo propuesto por
estudios acerca de la respuesta se~ual humana Kaplan. La principal crítica radica en el con-
se han incrementado. sobre todo a partir de los cepto de fase. ¿Se puede considerar que el
trabajos de Masters y lohnson, quienes propo- deseo sexual es una fase cronológicamente
nen su ya clásico modelo de respuesta sexual anterior a la de excitación y orgasmo? ¿El
en cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y deseo termina para dar paso a la siguiente
resolución. fase: la excitación? ¿Cuál es el límite entre
Posteriormente, a partir de la publicación deseo y excitación?
de Lief (1977) y a continuación por los traba- Según Schnarch, el modelo de Kaplan no
jos de Kaplan (1979), se entra en la considera- permite ponderar el nivel de deseo precedente
ción del deseo sexual como una fase de la res- al encuentro sexual, ni su intensidad, ni su
puesta sexual no contemplada en modelos dinámica a lo largo del ciclo de la respuesta
anteriores. sexual. Considera que el deseo no es tan sólo
H.S. Kaplan ha sido la autora que más ha una fase previa, sino que precede y acompaña
desarrollado esta idea proponiendo el modelo a la excitación y al orgasmo, coincidiendo con
trifásico de respuesta sexual compuesto por otros autores ya citados (Schnarch, 1991;
tres fases claramente diferenciadas: Deseo - Levine, 1988; Rosen y Leiblum, 1988). La
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Eje Z: deseo

Eje Y: Excitación

Umbral de
orgasmo

Umbral de
excilación

~omlenzo
Eje X: tiempo
Nivel de deseo del encuentro sexual

Gráfico 2. Modelo tridimensional propuesto por Schnarch (1991).

representación gráfica del modelo trifásico pueden alcanzar los umbrales mínimos que
manifiesta el error conceptual que contiene. hacen posible la excitación y el orgasmo, sin
La respuesta sexual no puede representarse en embargo la experiencia subjetiva del conjun-
un solo plano. Es necesaria una representación to puede ser tan frustrante que, finalmente, se
tridimensional que incluya los tres ejes que perfile como una dificultad que debe ser tra-
intervienen en el ciclo psicofisiológico de la tada por un especialista. Como veremos más
respuesta sexual: a) La intensidad del deseo; adelante, según esta manera de entender el
b) El nivel de excitación; c) El tiempo. Por deseo sexual, habría que afinar considerable-
ello propone un modelo tridimensional. mente el diagnóstico diferencial entre el
Este modelo corrobora la afirmación de deseo y el resto de la respuesta sexual, puesto
Kaplan en cuanto a que se puede alterar una que algunas disfunciones pertenecientes a
de las fases independientemente de las demás. otras fases podrían encubrir un trastorno del
por tanto el deseo puede inhibirse siendo posi- deseo.
ble la excitación o el orgasmo. No obstante, La perspectiva tridimensional subraya
explica mejor cómo es posible que algunas otra carencia de las formulaciones tanto de
personas puedan reproducir ciclos de respues- Masters y Johnson como de Kaplan: ambos
ta sexual sin deseo. En el gráfico 4 se puede presuponen que la activación fisiológica es
observar cómo el deseo acompaña al ciclo de inexistente al principio del encuentro. El
respuesta sexual, en mayor o menor intensi- modelo tridimensional se ajusta mejor a la
dad. Las personas con deseo sexual inhibido realidad, puesto que las personas acuden al
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encuentro sexual con un moderado nivel de Nivel diacrónico: El desarrollo evolutivo


deseo y un cierto nivel de activación sexual. de la motivación sexual explica su configura-
Desde nuestro punto de vista, considera- ción actual y permite analizar su evolución a
mos pertinentes las aportaciones de Kaplan través de la biografía. El análisis de la historia
respecto a la inclusión del deseo sexual como psicosexual ofrece la posibilidad de compren-
parte de la respuesta sexual, puesto que ha der cómo se incardinan las disposiciones inna-
permitido el análisis de éste como una entidad tas hacia la satisfacción sexual, con su integra-
en sí misma, diferenciada de la excitación ción psicológica en base a procesos afectivos,
sexual y del orgasmo. Los límites exactos son cognitivos y comportamentales. Trataremos de
difíciles de precisar hasta el momento, sin explicarlo de otra manera. En primer lugar, las
embargo existe suficiente evidencia clínica de disposiciones innatas que se sustentan en las
que son perfectamente posibles los cambios bases biofisiológicas de la motivación sexual,
fisiológicos propios de la fase de excitación producen sensaciones internas corporales y
(lubricación vaginal, erección, entre otros) sin capacidad de respuesta, en principio no apren-
la experiencia del deseo, al tiempo que se dida 2 , hacia estímulos potencialmente eróti-
puede constatar niveles altos de intensidad del cos. Este es el primer nivel de la configuración
deseo coincidiendo con dificultades de exci- del deseo sexual, un nivel íntimo y .' personal.
tación u orgasmo. Por ello, valoramos su En segundo lugar, el contexto es portador de
aportación en cuanto que ha sido innovadora contenidos culturales que regulan la expresión
y didácticamente sugerente . Sin embargo, de la motivación sexual. Estos contenidos
coincidimos con las críticas de Schnarch, en varían a lo largo de un amplio rango entre la
la medida en que la fenomenología clínica permisividad y la intransigencia, propias de
aporta evidencias de que la realidad no se una sociedad plural. La interacción entre las
ajusta aJ modelo propuesto. La revisión y las disposiciones innatas y el contexto cultural
aportaciones sugeridas por Schnarch son de genera el segundo nivel de configuración sien-
enorme interés y abren nuevas líneas de do el deseo sexual su resultante.
investigación. La configuración del deseo sexual puede
ser armónica cuando es posible el reconoci-
miento y la aceptación positiva de los efectos
3, Desarrollo y configuración del deseo que produce la motivación sexual en un con-
sexual texto favorable que comprenda el significado
de la dimensión sexual humana, o bien puede
Dado el origen innato de las disposiciones ser escindida si impide o coarta la integración
comporta mentales hacia la búsqueda del pla- de aquélla en el conjunto de la personalidad;
cer, la motivación sexual!, conectada con recordemos que la actitud hacia la sex ualidad
áreas cerebrales que analizan e integran la en términos de erotofobia/erotofilia ha sido
experiencia vital, se configura a través de su propuesta como un rasgo estable de ésta.
socialización en sus correspondientes contex- De ahí que la biografía sea fundamental
tos (familiares, sociales, etc.). Por ello, es de en la aproximación etio lógica a los trastor-
interés analizar los niveles diacrónico y sin- nos del deseo. El análisis de las primeras
crónico. sensaciones sexuales, de los juegos eróticos,

l. Utilizamos intencionadamente los conceptos motivación sexual cuando nos referimos al impulso en el sentido biofisio-
lógico del término y deseo sexual a la resultante de todos los procesos psicológicos que intervienen en la experiencia
subjetiva del mismo.
2. Es evidente que una parte importante de la atribución de valencia erótica a determinados estimulas es cultural y por
tanto aprendida.
EL DESEO SEXUAL Y SUS TRASTORNOS 53

de las fantasías, de las primeras experiencias brio emocional, sólo es posible a través de la
autoeróticas y heteroeróticas, de la manera razón y en función del libre albedrío, siempre
en que se orienta el deseo, etc., así como la y cuando éste responda a una ética personal y
evolución de la experiencia íntima del deseo social.
en relación a la percepción del contexto, nos La adaptación positiva del deseo supone
parece esencial. el reconocimiento de todas las manifestacio-
Nivel sincrónico: Permite comprender la nes del mismo, tanto en el plano del compor-
configuración actual del deseo que, como es tamiento real, como en el de la fantasía. Esta
obvio, es el resultado de la configuración dia- puede ser una fuente de enriquecimiento
crónica. El deseo sexual se proyecta hacia la potenciadora de la experiencia, o bien un fac-
búsqueda de su satisfacción en una pareja, tor distorsionador de todo el proceso. La inte-
entendida ésta como la persona con quien se gración y adaptación positiva del deseo
comparte la experiencia sexual. Sin embargo, sexual exige una determinada capacidad de
se debe tener en cuenta que el deseo no se autorregulación, puesto que el deseo puede
agota necesariamente en el objeto. inducir a la satisfacción directa, el aplaza-
Considerada la satisfacción sexual como una miento o, incluso, a su derivación hacia otros
necesidad, ésta se articula con otras, no menos intereses, dependiendo del momento del ciclo
importantes, entre ellas la vinculación afecti- vital.
va. Por tanto, en función de una jerarquía de La configuración del deseo sexual, tanto
valores, el deseo sexual debe ser adaptado a desde el nivel diacrónico como sincrónico,
las situaciones concretas, no sin una cuota de permite agrupar u ordenar una serie de posi-
renuncia. La ecuación precisa entre el deseo bles causas de los trastornos del deseo que se
sexual y la satisfacción de otras necesidades relacionan con la experiencia íntima, indivi-
básicas que contribuyen a un estado de equili- dual y, en algún sentido, intransferible,

INCENTIVOS ., INTENSIDAD
AMBIENTE (DE LA MOTIVACION)

INTERACCIQN
CONJUNTA
¡
ESTADO DEL ORGANISMO
DIRECCION
(DE LA MOTIVACION)
REPRESENTACION COGNITIVA
DEL ESTADO ACTUAL
REPRESENTACION COGNITIVA
Z
9".;¡
U...:
...:;;¡
>;..:
-",
b"-'
IMETA I
DEPRIVACION-SACIACION DEL ESTADO FUTURO DESEADO ::>:
BASES BIOFlSIOLOGICAS
DE SEXUACION DESEO DE ESTADO FUTURO

MEDIACIONES
PSICOLOGICAS
PROCESOS AFEcnvOS
PROCESOS COGNITIVOS
SOCIALIZACION
HISTORIA PERSONAL

Gráfico 3. Sistema motivacional (motivación sexual).


54 ANUARlO DE SEXOLOGIA 1, 1995

4. La activación del deseo sexual posición cognitivo-emocional. Estos pueden


tener un origen endógeno que se corresponde-
Singer y Toates (1987) indican que la rían con scripts cognitivos, en forma de engra-
motivación sexual debe ser entendida como un mas, pensamientos, imágenes, fantasías, o
sistema motivacional, que está compuesto por bien un origen exógeno en forma de estimula-
el "estado del organismo", refiriéndose a la ción visual, olfativa, táctil, auditiva, etc., así
activación fisiológica que procede de las bases como de situaciones procesadas como eróticas
neuroendocrinas, y por los "incentivos", que o potencialmente eróticas.
son estímulos eróticos tanto exógenos como La aparición dé la experiencia del deseo
endógenos (ver gráfico 3). sexual dependerá de la interacción entre el
Los autores citados consideran que la sustrato biofisiológico y los inductores (Singer
motivación sexual debe ser entendida como un y Toates, 1987). Esta estará mediatizada por la
sistema motivacional, en el que el "estado del elaboración psicológica actual que depende de
organismo" y los "incentivos" interactúan per- disposiciones tanto cognitivas, como afectivo-
manentemente y que la diferencian deimpul- emocionales, que a su vez se derivan de las
sos más básicos como el hambre o la sed. experiencias vitales del individuo a lo largo de
Desde nuestro punto de vista, el sistema su biografía, desarrollada en contextos deter-
motivacional constituye el nivel básico del minados, donde las transacciones ambientales
deseo sexual, siendo éste el resultado de la (Broofenbrener, 1977) pueden ser detenninantes.
elaboración psicológica de aquel. La activación del deseo sexual puede cana-
La presencia de inductores evoca la apari- lizarse en varios sentidos: a) Puede lograrse
ción del deseo sexual, dependiendo de la dis- dentro del mundo intrapsíquico en base a fan-

ESTADO DEL
ORGANISMO
BASES
.. (INTERACCION) INDUCTORES
EXOGENOS
ENDOGENOS
NEUROFISIOLOGICAS

MEDIACION
PSICOLOGICA
PROCESOS COGNITIVOS
PROCESOS EMOCIONALES

1
EXPERIENCIA EMOCIONAL
SUBJETIVA
DESEO SEXUAL

Gráfico 4. Mediación psicológica de la experiencia emocional subjetiva del deseo sexual.


EL DESEO SEXUAL Y SUS TRASTORNOS 55

tasías y sueños eróticos; b) Puede obtenerse relaciones sexuales. Sólo una parte de la expe-
activando comportamientos autoeróticos que riencia del deseo corresponde al deseo por el
se incardinan con el resto del ciclo de respues- otro, el resto forma parte del contexto indivi-
ta sexual: la excitación y el orgasmo. Estos dua1. Esta situación pone a prueba la capaci-
dos niveles no superan el espacio íntimo, per- dad de su adaptación a las situaciones concre-
sonal e intransferible; e) La satisfacción tas y opcionales. El grado de satisfacción
sexual puede proyectarse hacia la experiencia sexual general dependerá de la proporción
sexual compartida, cuyo objeto de deseo entre el deseo de satisfacción sexual en el otro
dependerá de la orientación del mismo (hete- y el volumen de deseo fantaseado en situacio-
ro, homosexual). nes hipotéticas. El ajuste sexual se derivará de
Las distintas opciones tienen mayor o la capacidad racional de adaptación del deseo
menor presencia según los momentos evolu- a las situaciones reales, al tiempo que se man-
tivos o las situaciones concretas (por ejemplo, tiene el nivel de fantasía como elemento enri-
"a" y "b" se corresponderían con la adolescen- quecedor de la experiencia sexual (Davidson y
cia temprana o con personas adultas sin pare- Hoffman, 1986) (ver gráfico 5). El desajuste
ja, en intervalos de separación, etc.). puede surgir cuando el nivel de fantasía se
Resulta difícil aceptar que la experiencia convierte en un elemento distorsionador de la
del deseo se agote en el otro, entendiendo por experiencia sexual concreta (en el gráfico 6, a
"otro" la persona con la cual se mantienen modo de ejemplo, pretendemos mostrar gráfi-

DESEO SEXUAL
CENTRADO EN
LA PAREJA

DESEO SEXUAL
GLOBAL

Gráfico 5. Configuración actual del deseo (A).

DESEO SEXUAL
CENTRADO EN
LA PAREJA

DESEO SEXUAL
GLOBAL

Gráfico 6. Configuración actual del deseo (B).


56 ANUARlODESEXOLOGIA 1, 1995

camente, una situación conflictiva en la confi- (dificultades relacionadas con variables inter-
guración actual del deseo en una persona que personales), pueden ser provocadas por agen-
se sitúa en el contexto de una relación de pare- tes externos al sistema de pareja (situaciones
ja estable). La adaptación del deseo sexual, de estrés ambiental}.
desde nuestro punto de vista, depende en gran
medida del proceso de socialización del
mismo, donde la educación afectivo-sexual 5. Una aproximación parcial a la etiolo-
formal e informal (López, 1990, 1995) juega gía del deseo sexual inhibido
un papel relevante.
El deseo sexual es fluctuante en frecuencia En este apartado tan sólo pretendemos
e intensidad (Levine, 1984, 1987), dependien- hacer una aproximación parcial a la etiología.
do de la interacción continua entre el estado siendo conscientes de la complejidad y del
del organismo (bases neurofisiológicas) y los carácter multicausal del deseo sexual inhibido.
incentivos (inductores) (Singer y Toates. Revisando las aportaciones de los princi-
1987) mediatizada por la elaboración psicoló- pales autores que han escrito al respecto. la
gica y la influencia del contexto. Para mayoría coincide en afirmar que la etiología
Schnarch (1991) la pasión se corresponde con de los trastornos del deseo es sumamente com-
un estado de máxima intensidad del deseo plicada puesto que son muchos los factores
sexual que, como decíamos, pone a prueba la que inciden en esta realidad, finalmente vulne-
capacidad de autocontrol del individuo y sitúa rable. Por ejemplo, LoPiccolo (1989) propone
su foco en el compañero/a sexual, oponiéndo- un conjunto de posibles causas que expone-
lo al deseo de la conducta sexual per se. mos en la tabla 1. Por eso, s iendo cautos, nos
Nos parece necesario diferenciar los con- planteamos de momento y con cierta modestia
textos donde surge el deseo sexual, diferen - una aproximación a la etiología.
ciación que nos parece útil con fines terapéuti- Estando de acuerdo, en términos generales,
cos. Las dificultades sexuales pueden situarse con el conjunto de causas propuestas por
dentro del contexto individual (dificultades LoPiccolo. la primera impresión que nos
personales de aceptación del deseo sexual y de sugiere es la gran variedad y dispersión que en
la capacidad de autorregulación del mismo), ellas concurren. Nuestro primer propósito con-
pueden provenir del contexto compartido sistirá en plantear algunas consideraciones que

1. Ortodoxia religiosa.
12. Por asuntos relacionados con la edad.
2. Personalidad anhed6nica obsesivo-com-
13. Falta de atracción por el compañero.
pulsiva.
14. Pobreza de habilidades sexuales en el
3. Identidad de género o elección de objeto.
compañero.
4. Fobias o aversiones sexuales específicas.
15. Conflictos maritales.
5. Miedo a la pérdida de control sobre
16. Miedo a la intimidad.
urgencias sexuales.
17. Diferencias de pareja respecto al punto
6. Desviaciones sexuales enmascaradas.
de intimidad.
7. Miedo al embarazo.
18. Solución pasivo-agresiva ante el dese-
8. Síndrome del viudo.
quilibrio de poder.
9. Aspectos hormonales.
19. Incapacidad de fundir sentimientos de
10. Efecto colateral con la mediación.
amor y deseo sexual.
11 . Preocupaciones relacionadas con la edad.

Tabla 1. Posibles causas de los trastornos del deseo según LoPiccolo (1989)
EL DESEO SEXUAL Y SUS TRASTORNOS 57

pennitan agruparlas y ordenarlas en base a una bres hipogonádicos. Schiavi , Schreiner- Engel,
serie de criterios. En una primera aproxima- White, Mandell (1988) evaluaron los niveles
ción a la etiología, las causas pueden tener una de hormonas pituitarias y gonadales, así como
naturaleza orgánica o psicológica. TNP en un grupo de 17 hombres físicamente
sanos pero con bajo deseo sexuaJ, utilizando
un grupo control de otros 17 hombres y empa-
5.1 Causas de naturaleza orgánica rejados según la edad. El grupo experimental
obtuvo unos niveles de testosterona en plasma
El papel jugado por factores orgánicos en significativamente inferiores respecto al grupo
los trastornos del deseo es bastante controver- control. También se halló una significativa
tido: los resultados de las investigaciones son correlación entre el nivel de testosterona en
inconsistentes y, en ocasiones, contradictorios plasma y un índice general de severidad del
(Rosen y Leiblum, 1995). En cualquier caso. deseo sexual hipoactivo. Además encontraron
el papel de las hormonas sobre el compona- una fuerte asociación entre la amplitud y dura-
miento sexual está mejor explicado que los ción de las TNP y el grado de dificultad en la
circuitos sexuales cerebrales. erección en el grupo experimental.
Existe bastante evidencia de que la testos- El mismo equipo investigador realizó un
terona es, especialmente, la hormona del estudio similar en mujeres (Schreiner- Engel,
deseo. Rancroft (1982) observó la diferencia Schiavi, White, Ghizzani, 1989), en el cual no
entre las erecciones nocturnas involuntarias encontraron diferencias significativas en la
(TNP) y las provocadas como respuesta a estí- función hormonal respecto al deseo sexual
mulos externos a través de imágenes eróticas. hipoactivo. Considerando los estudios en con-
Las primeras se relacionarían con la noción de junto, estos sugieren que los factores hormo-
motivación, interés, deseo sexual, y las segun- nales intervendrían en la etiología de los tras-
das con la ejecución de la respuesta sexual. tornos del deseo de hombres hipogonádicos
Los hombres hipogonádicos se caracterizan pero no en las mujeres.
por un bajo nivel de testosterona, cuyas conse- En general, y considerando diferentes estu-
cuencias se manifiestan en un bajo nivel de dios, existe evidencia empírica de que las per-
deseo sexual y baja frecuencia de TNP. La sonas, tanto hombres como mujeres, con nive-
aplicación de testosterona provocó un aumen- les bajos de testosterona en plasma cursan con
to de las fantasías e interés sexual, al tiempo deseo sexual hipoactivo y responden positiva-
que aumentaron las TNP. En la comparación mente al tratamiento de restitución de andró-
con los grupos de control correspondientes. se genos (Rosen y Leiblum, 1995). Sin embargo,
comprobó que el aumento de testosterona inci- si bien parece ser cierto que las personas hipo-
dió sobre la motivación sexual, mientras que gonádicas padecen de un nivel reducido de
no influyó en las erecciones debidas a estimu- deseo sexual, también lo es que la inmensa
lación externa (Bancroft y Wu, 1982). Estos mayoría de las personas que presentan como
resultados sugieren que las erecciones noctur- queja la inapetencia o bajo interés por la acti-
nas involuntarias son ]a expresión de las mani- vidad sexual, no presentan ninguna dificultad
festaciones neurológicas del deseo reforzándo- endocrina, por lo que la investigación etiológi-
se la hipótesis según la cual los andrógenos ca debe apuntarse en otro sentido.
están más relacionados con el deseo que con
el funcionamiento sexual mismo.
Cabría pensar, por tanto, que los niveles 5,2 Causas debidas a factores psicológicos
androgénicos podrían estar en la base de los
trastornos del deseo. Sin embargo, esta hipóte- Gran parte de la literatura científica sobre
sis tan sólo obtiene apoyo empírico en hom- las causas psicológicas de los trastornos del
58 ANUARIO DE SEXOLOGIA 1, 1995

deseo ha sido desarrollada fundamentalmente reproducción que motiva a los individuos a la


por clínicos que, de forma inductiva, han ido actividad sexual cubriendo así la función bio-
estableciendo una diversidad de causas de los lógica de conservación de la especie. La evo-
trastornos del deseo, siendo analizadas desde lución ha ido configurando los mecanismos
los respectivos marcos teóricos. que regulan los comportamientos necesarios
Los trastornos del deseo han sido conside- para tal objetivo, de manera que el sistema
rados por algunos autores como efecto de sexual del cerebro consiste en una red especí-
aprendizajes inadecuados. No prestarían exce- fica de centros y circuitos neuronales (Levay,
siva atención a la historia y se cenlrarían en el 1993). Esta organización es similar a la de
análisis funcional que pennitiría establecer los otros impulsos, que están equilibrados por
antecedentes y consecuentes de la conducta a mecanismos de inhibición y activación.
estudiar. Anatómicamente, las zonas de control del
Para otros, se trataría de contenidos cogni- impulso sexual se localizan en el hipotálamo y
tivos estructurados en scripts tanto de conteni- en el sistema límbico que, a su vez, forman
do como de acción, portadores de falsas creen- parte del paleoencéfaio o cerebro antiguo. Por
cias, de mitos y de falacias. El modo en que se tanto, los elementos básicos del deseo se
ha procesado la información podría ser la hallan en la zona del cerebro que rige los
causa que explicase los trastornos. aspectos más supervivenciales, como los
Los autores que integran ambas corrientes impulsos que regulan el hambre o la sed, O los
consideran que la interacción entre el aprendi- elementos fisiológicos que activan las emociones.
zaje y las estructuras cognitivas explicarían La evolución de la propia sexualidad ha
este tipo de trastornos. generado amplias conexiones entre las distin-
El psicoanálisis considera que las dificulta- tas partes del cerebro: así, el impulso sexual se
des relacionadas con el deseo sexual se deben relaciona con las áreas que controlan el dolor
a conflictos edípicos profundos no resueltos. y el placer. Los impulsos tienden a la estimu-
No cabe duda de que no son desdeñables lación placentera y evitan la estimulación
ninguna de las fonnulaciones anteriores, ya que dolorosa, por ello el impulso sexual se halla
todas ellas aportan elementos importantes para ligado a los centros del placer y del dolor por
la comprensión de los trastornos del deseo. conexiones anatómicas y/o químicas, siendo
Nuestra discrepancia radica en la pretensión de influido por las emociones asociadas a la
quienes presentan sus propuestas como el pro- supervivencia individual.
ceso central explicativo de la etiología. Es evi- Desde un punto de vista adaptativo. el
dente que no hay una única explicación, cerebro da prioridad al dolor antes que al pla-
pudiéndose afLrmar que existe suficiente con- cer, puesto que la supervivencia individual
senso en cuanto a su carácter multicausal. tendría preferencia sobre la reproducción: por
Desde nuestro punto de vista, nos parecen ello, el impulso sexual se inhibe fácilmente
de gran interés los argumentos basados en la ante situaciones de peligro en cualquier espe-
etiología que propuso Kaplan, en particular la cie. El fundamento de esta inhibición radica
interpretación que desarrolló sobre el deseo en la incompatiblidad existente entre los
sexual inhibido situacional. No obstante, dis- mecanismos que producen la activación nece-
crepamos de la interpretación psicodinámica saria para el ataque o la huida, de carácter
que finalmente presentó. A la luz de nuevas supervivencial, con aquéllos compatibles con
aportaciones basadas en la teoría del apego, la motivación sexual. En este sentido, Kaplan
retomamos sus criterios y planteamos, en cier- indica que: "Los centros sexuales que tienen
to modo, una reinterpretación. valor adaptativo son también la base biológica
Kaplan indica que el origen del impulso para la inhibición neurótica del deseo"
sexual se sitúa en el sistema dimórfico de (Kaplan, 1979). El deseo sexual se inhibe por-
EL DESEO SEXUAL Y SUS TRASTORNOS 59

que se ponen en acción mecanismos que dan Por diversas razones que indicaremos
prioridad a unas acciones u otras en función posteriormente, la aparición del deseo sexual
de una jerarquía establecida. puede entrar en conflicto con otras instancias
El sistema sexual básico tiene amplias personales o con el contexto. La desactivación
conexiones con el neocortex y por tanto con del sistema neurofisiológico sexual se produ-
zonas donde se analizan experiencias comple- ce. en opinión de Kaplan, como una defensa
jas, también con la memoria y los sistemas de ante la angustia, siendo la inhibición absoluta
recuperación. Por ello, el impulso sexual es del deseo su máxima gravedad.
sensible al pasado, a la biografía, a las expec- Los trabajos de Bozman y Beck (I 991)
tativas, a los contextos, por tanto a la subjeti- han dado apoyo empírico a la presente for-
vidad. El deseo sexual, como indica Kaplan mulación. Estos autores encontraron que,
(1979), está integrado en la experiencia vital exponiendo a los participantes de su investi-
del individuo y está afectado por ella. gación a situaciones eróticas y sobre ellas, a
En consecuencia, desde un punto de vista momentos de angustia y ansiedad, la exci-
psicológico, las situaciones percibidas como tación fue significativamente mayor que el
peligrosas o inseguras pueden inhibir el deseo. deseo en la condición de angustia. mientras

Percepción de ACflVAClON
SEGURIDAD I I
EVALUAClON
PSlCOLOGlCA
DEL CONTEXTO ,t
Percepción de
+
SISTEMA SEXUAL
NEUROFlSlOLOGICO

t
INSEGURIDAD I DESACTIV AClON I
Gráfico 7. Sistema de activación/desactivación del deseo sexual.

sexual. Dicha inhibición es adaptativa cuando que en la condición de ansiedad no se nota-


responde a un peligro real o se da en situaciones ron diferencias significativas entre activación
donde la aparición del deseo sexual es incompa- y deseo. En la condición de control, el deseo
tible con otras actividades, o inadaptada si res- fue significativamente mayor que la exci-
ponde a una percepción de riesgo irreal o subje- tación (medida a través de tumescencia geni-
tiva. En el ser humano el deseo sexual se podría tal). Así, las medidas de excitación y deseo
inhibir cuando el contexto donde debiera surgir mostraron patrones opuestos durante la
-siendo éste el que contiene la situación poten- angustia y la condición de control. Los datos
cialmente deseable- fuese percibido por diver- indicaron que el deseo sexual y la activación
sas razones como psicológicamente peligroso e son dos procesos distintos, tal y como predijo
inseguro. Según Kaplan, lo que ocurre es que el originalmente Kaplan. Sus datos no respon-
sistema sexual se desactiva, por eilo no respon- den a la cuestión de si el deseo precede a la
de a los inductores que suscitan el erotismo y. activación, sin embargo demostraron que la
en consecuencia, no se produce el estado emo- excitación y el deseo operan de forma dife-
cional del deseo. rente en laboratorio.
60 ANUARIO DE SEXOLOGIA 1, 1995

SATISFACION
• Situación deseable

El deseo sexual se desinhibe


Cuando la situación en situaciones percibidas
deseable genera como psicológicamente
CONFLICTO seguras
(percibida como
psicológicamente SATISFACCION EN: ,
peligrosa)
Relación heterosexual desplazada
Relaciones esporádicas o
prostitución
El deseo se inhibe A través de fantasías
en esa situación.
Deseo Sexual Inhibido Algunas fonnas de
D.S.1.
homosexualidad
A través de Parafilias

Gráfico 8. Esquema del deseo sexual inhibido situacional.

Esta interpretación de la inhibición del nándose con personas inferiores en cuanto


deseo sexual se observa con mayor claridad en estatus. Un ejemplo más conflictivo se
la variante situacional del mismo. La situacio- encuentra en aquellas personas que, siendo
nalidad indica el contexto que se percibe como incapaces de sentirse motivados sexual mente
psicológicamente inseguro y es ahí donde se por personas de su entorno, utilizan la prosti-
produce la desactivación. El deseo surgirá en tución como recurso habitual. En este caso, el
otros contextos que se detecten como seguros. anonimato o la desvinculación de la actividad
Una persona podría inhibir su deseo sexual de cualquier manifestación de afectivi-
sexual, paradójicamente, ante otras que res- dad o de vinculación, podrían generar una
ponden al prototipo erótico derivado de sus situación de "seguridad".
propias configuraciones internas, cuando Según Kaplan, las parafilias podrían inter-
unola percibe la situación de interacción con pretarse como la resultante del deseo sexual
el otrola insegura debido a una autopercepci6n inhibido situacional: el contexto adecuado es
de desmerecimiento, o a la hipervaloración de percibido como psicológicamente inseguro,
la competencia del otro/a. Semejante situación luego el deseo se inhibe defensivamente.
podría resolverse cuando el deseo se activa en Existen otros contextos percibidos como
situaciones percibidas como seguras, por "seguros", donde el deseo surge. Por ejemplo,
ejemplo ante personas más "asequibles" psico- un paidófilo percibiría la relación heterosexual
lógicamente, respecto a variables tales como con sus iguales como una situación insegura,
el nivel sociocultural, variables de personali- probablemente por conflictos personales que
dad, etc. Se podría así interpretar la situación el clínico debe diagnosticar. El deseo, en tanto
en la que algunas personas no responden eróti- activación fisiológica. surge en la situación
camente hacia sus iguales y acaban relacio- paidófila donde la asimetría de poder marca la
EL DESEO SEXUAL Y SUS TRASTORNOS 61

INHIBICION LEVE ASEXUALlDAD


1 I
PARAFILIAS
I I
BUSQUEDA
DE SITUACIONES
SEGURAS I INHIBICION HETERO 1 D.S.H.
1 1

LEVEDAD GRAVEDAD

Gráfico 9. Espectro de gravedad de la inhibición del deseo. Kaplan 1979.

sensación de seguridad. Parece ser que el sus- en comportamientos explícitos o en fantasías,


trato neurofisiológico se activa en situaciones juegan un papel en cierto modo constructivo
percibidas como seguras, quedaría por ver pues permiten que el individuo experimente
cuál es el mecanfsmo a través del cual se placeres que de otra forma estarían bloqueados.
efectúa la atribución cognitiva que configura Desde un punto de vista clínico, en su opinión,
el contenido de la desviación, en este caso, el foco terapéutico debe centrarse en el conflic-
los niños. En coherencia con los postulados to que genera la inseguridad del contexto.
que hemos mantenido en la aproximación Considera que entre las causas remotas que
conceptual, el deseo sexual paidófilo es una explicarían la percepción de la situación como
experiencia emocional subjetiva, que no "psicológicamente peligrosa" se hallan el
necesariamente lleva a comportamientos con- miedo al éxito y el miedo a la intimidad.
cretos aunque, desgraciadamente en este Diversos autores, entre ellos LoPiccolo
caso, pueda activarlos. (1989), también han reconocido que el miedo
Este planteamiento resulta de interés desde a la intimidad puede considerarse como una
un punto de vista terapéutico; la perspectiva causa que pueda explicar los trastornos del
de Kaplan centra su atención en el conflicto deseo. Kaplan realiza una interpretación psi-
que subyace a la percepción de una situación codinárnica para explicar el origen del miedo
detenninada como "psicológicamente peligro- al éxito y a la intimidad, aludiendo a conflic-
sa", mientras que otros autores han puesto el tos derivados de la situación edípica. En este
énfasis en el "objeto desviante". sentido, la inhibición del deseo sería una
La parafilia puede producirse como una defensa contra la angustia que produce la con-
inhibición del deseo en la situación heterose- frontación con el progenitor. Discrepamos de
xual de tal manera que ella permite el acceso la interpretación psicodinámica del miedo a la
al placer soslayando el conflicto fundamental intimidad, planteando una posible reinterpreta-
que impide la activación del deseo en situacio- ción desde la teoría del apego. De una manera
nes adecuadas. Asimismo, las fantasías sobre muy sintética, la vinculación afectiva mantie-
objetos o situaciones sexuales variantes sirven ne los siguientes puntos:
para eludir la angustia movilizada por conflic- a) La vinculación afectiva es una necesi-
tos sexuales similares. dad primaria y supervivencia1.
En opinión de Kaplan las parafilias, intere- b) El niño/a nace con una disposición
ses sexuales especiales en general, plasmados innata a vincularse.
62 ANUARlODESEXOLOGIA 1,1995

e) El niñata articula sistemas de conduc- punto de vista disfuncional, la inhibición se


ta que le penniten vincularse. produce, paradójicamente, en la situación
La interacción entre el niño/a y la figura donde el deseo debería fluir con naturalidad.
de apego genera un "modelo interno activo", Si el modelo interno (lnternal Working
que supone un sistema de conductas que se Model) no es la representación de la figura de
activan en situaciones de necesidad o desam- apego sino la de la historia de la interacción
paro, se construye en función de la experien- con ella, si ésta genera un estilo de apego que
cia interactiva. Es definido como un scripl, tiende a ser estable a lo largo del ciclo vital, el
incluye el modelo de sí mismo y el de los estilo de apego ansioso-ambivalente, dada su
demás (Ortiz y Yárnoz, 1993). labilidad afectiva, y el estilo evitativo, por mor
El modelo interno comprende, tal y como de su tendencia a la evitación de la proximi-
lo explica el propio Bowlby (1969), el modelo dad psicológica, tendrán serias dificultades
de sí mismo y el modelo de los demás, y en con la intimidad. Por ello, las personas con un
función de la relación entre ambos surge lo estilo de apego inseguro tenderán a percibir la
que se ha venido en llamar el estilo de apego. situación de intimidad como psicológicamente
Básicamente han sido propuestos tres: seguro, peligrosa, en consecuencia podrían inhibir el
ambivalente y evitativo. El estilo de apego deseo sexual.
representa la calidad de la vinculación afectiva La autora, refiriéndose a la relación entre
y el grado de confianza en las relaciones inter- intimidad y experiencia sexual, hace el
personales. Este, en tanto que modelo interno, siguiente comentario: " ... El miedo a la intimi-
es una estructura estable, aunque susceptible dad está sumamente difundido en nuestra
de cambio en función de nuevas experiencias, sociedad, y puede producir problemas que van
que tiende a mantenerse a lo largo del ciclo más allá de las disfunciones sexuales.
vital. Tendemos a ser espectadores más que a parti-
La vinculación afectiva cumple una serie cipar, a mirar la televisión, jugar a las cartas y
de funciones. En primer lugar, su sentido últi- a otros juegos, más que a sumergirnos en una
mo es favorecer la supervivencia de la especie conversación íntima. Parece, a veces, que la
manteniendo próximas las crías y los progeni- gente le tiene más miedo a la intimidad que al
tores. En segundo lugar, desde un plano subje- contacto sexual: les resulta más fácil mastur-
tivo, el apego busca seguridad en presencia y barse que hacer el amor, comprar contactos
contacto con las figuras de apego. sexuales impersonales que compartir el amor
Por todo ello, resulta de particular interés con un amante, borrar a su pareja en el éxtasis
la posible influencia de los estilos de apego de una droga que vivenciar plenamente el con-
(seguro, ansioso-ambivalente y evitativo) tacto con ella" (Kaplan, 1979, pág. 244, ver-
sobre la experiencia sexual. Como ya hemos sión en castellano).
indicado, Kaplan (1979) mantiene la hipótesis El apego ejerce otras funciones como la de
de que una parte de las dificultades sexuales, ofrecer y regular la cantidad y calidad de esti-
en especial las que se refieren a la inhibición mulación que necesita el niño para su desarro-
del deseo, pueden relacionarse con el miedo a llo. Las adecuadas relaciones de apego fomen-
la intimidad debido a que la situación se perci- tan la salud física y psíquica. Las figuras de
be como psicológicamente peligrosa. Tal apego tienen una influencia decisiva en el
intuición puede ser interpretada desde la pers- desarrollo social (López, (993).
pectiva etológica, puesto que la inhibición Desde nuestro punto de vista, esta última
puede tener valor adaptativo en la medida en función tiene un interés especial, en cuanto a
que responde al principio jerárquico. por el la relación entre el apego y la experiencia
cual es prioritaria la supervivencia individual sexual. Como ya hemos indicado en el capítu-
a la conservación de la especie. Desde un lo de los aspectos conceptuales, filogenética-
EL DESEO SEXUAL Y SUS TRASTORNOS 63

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