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La Carta Iberoamericana de la Función Pública establece los principios de la Función Pública en los países
Iberoamericanos firmantes, cuyos gobiernos se comprometen a implementar, con la finalidad de fortalecer
el Estado y la Democracia.
Un Servicio Civil de calidad contribuirá a elevar los niveles de confianza de los ciudadanos en la
administración pública, así como el crecimiento económico. El cual se caracteriza por garantizar la
profesionalización de las personas al servicio del Estado, en base al mérito, la capacidad, la vocación de
servicio, la eficacia en el desempeño de su función, la responsabilidad, la honestidad y la adhesión a
principios y valores de la democracia.
Al respecto dicha carta ha definido la función pública como los arreglos que gestionan el empleo público y
las personas que la integran en un marco de administración profesional que satisfaga requerimientos de
igualdad, mérito e imparcialidad.
Asimismo detalla que la función pública debe guiarse por los siguientes criterios:
- La persona como base de la función pública;
- Estabilidad del empleo público;
- Responsabilidad de los empleados públicos por trabajo realizado, respeto a los principios éticos
personales y debido manejo de los recursos;
- Responsabilidad de los directivos;
- Promoción de la comunicación, participación, diálogo y consenso del clima laboral;
- Política de igualdad de género y minorías; y,
- Transparencia.
Adicionalmente la carta realza la importancia que la función pública como sistema integrado y profesional
de recursos humanos cuente con:
- Planificación del requerimiento de recursos humanos;
- Perfiles de puesto basados en competencia que incluyan funciones claras y sirvan de base para la
selección del personal;
- Plan de Carrera que permita la sucesión y crecimiento dentro de la institución en base a méritos, así como
la debida capacitación del recurso humano; y,
- Evaluación del desempeño en base a instrumentos objetivos y válidos que sean la base para los
incrementos salariales.
Podemos concluir que en cuanto al servicio civil o función pública podemos definir a la inclusión como
aquella respuesta política y social que realiza efectivamente la participación de cualquier minoría en el
ámbito de la gestión pública con base en el mérito, la capacidad, la vocación de servicio, la eficacia en el
desempeño de la función, la responsabilidad, la honestidad y la adhesión a los principios y valores de la
democracia. La inclusión en el marco de la administración pública consiste en la implementación de políticas
públicas encaminadas a la vinculación de todas y todos los miembros de la sociedad para la participación
de los beneficios que ésta adquiere. Su principal característica es que desconoce la discriminación, además
de procurar satisfacer por todos los medios los requerimientos sociales, económicos, políticos y culturales
teniendo como principal fundamento la singularidad y la legitimidad de la diferencia, y que provean a la
materialización social y jurídica de la dignidad humana en toda su dimensión.
Finalmente, un sistema de Servicio Civil que funciona, emite señales positivas de un gobierno de leyes; de
un gobierno público, respetuoso de la división de poderes, de un gobierno abierto a los ciudadanos y de un
gobierno con capacidad para solucionar problemas y entregar servicios de alto rendimiento.
UNIVERSIDAD RICARDO PALMA EDUCACIÓN CONTINUA
DIPLOMADO EN GESTIÓN PÚBLICA
2013
El Servicio Civil del Estado
Para la consecución de un mejor Estado la profesionalización de la función pública es condición necesaria,
será una garantía que los servicios públicos tengan el mérito, capacidad, vocación de servicio, eficacia en
el desempeño de su función, responsabilidad, honestidad y adhesión a los principios y valores de la
democracia.
Una administración profesional que incorpora tales sistemas contribuye al fortalecimiento institucional de
los países y a la solidez del sistema democrático.
La gestión del empleo y los recursos humanos al servicio de los gobiernos deben incorporar los criterios
jurídicos, organizativos y técnicos, como las políticas y prácticas que caracterizan a un manejo transparente
y eficaz de los recursos humanos.
Función Pública
Está constituida por el conjunto de arreglos institucionales mediante los que se articulan y gestionan el
empleo público y las personas que integran éste, en una realidad nacional, comprende normas, escritas o
informales, estructuras, pautas culturales, políticas explicitas o implícitas, procesos, prácticas y actividades
diversas cuya finalidad es garantizar un manejo adecuado de los recursos humanos, en el marco de una
administración publica profesional y eficaz.
Criterios Orientadores
Principios Rectores
Deberán inspirar las políticas de gestión del empleo y los recursos humanos salvaguardados en las
prácticas concretas del personal:
- Igualdad de todos los ciudadanos, sin discriminación de género, raza, religión, tendencia política
u otras.
- Mérito, desempeño y capacidad como criterios orientadores de la política de recursos humanos.
- Eficacia, efectividad y eficiencia de la acción pública y de las políticas y procesos de gestión del
empleo y las personas
- Transparencia, objetividad e imparcialidad.
- Pleno sometimiento a la ley y al derecho
Responsabilidad Laboral
Los sistemas de función pública deben contar con mecanismos que aseguren el control de presencia, la
realización completa de la jornada de trabajo, los instrumentos para la reducción de ausentismo y el
cumplimiento de sus obligaciones laborales por parte de los empleados públicos.
Los núcleos o departamentos centrales de RRHH deben asignar a los directivos de línea un papel
predominante en la gestión de las personas a su cargo:
- Descentralizar
- Asumir desde las instancias centrales un papel principal de asesoramiento, apoyo y provisión de
servicios técnicos especializados en materia de personal.
- Fortalecer las competencias de los directivos en materia de gestión de las personas, asumiendo
líneas de capacitación permanente en conocimientos y habilidades.
Cambio Cultural
La eficacia de los arreglos institucionales propone la adaptación de las reglas informales, modelos mentales
y pautas establecidas de conducta que caracterizan al funcionamiento público.
- La interiorización de modelos de Administración Publica basada en sistemas de mérito.
- La superación de las visiones burocráticas sobre las Administraciones Publicas, con enfoques
orientados a la producción de resultados a la innovación y el aprendizaje.
- La adopción de enfoques flexibles de gestión de las personas y las reformas de la gestión pública.
- La incorporación por los diferentes actores institucionales de los valores propios del servicio
público, la honestidad, la austeridad en el manejo de los recursos, la transparencia de las
decisiones, la evaluación y rendición de cuentas y el compromiso con el servicio a los ciudadanos.
De la lectura de la Carta, podemos concluir que en cuanto al servicio civil o función pública podemos definir
a la inclusión como aquella respuesta política y social que realiza efectivamente la participación de cualquier
minoría en el ámbito de la gestión de la cosa pública con base en el mérito, la capacidad, la vocación de
servicio, la eficacia en el desempeño de la función, la responsabilidad, la honestidad y la adhesión a los
principios y valores de la democracia. La inclusión en el marco de la administración pública consiste en la
implementación de políticas públicas encaminadas a la vinculación de todas y todos los miembros de la
sociedad para la participación de los beneficios que ésta adquiere. Su principal característica es que
desconoce la discriminación, además de procurar satisfacer por todos los medios los requerimientos
sociales, económicos, políticos y culturales teniendo como principal fundamento la singularidad y la
legitimidad de la diferencia, y que provean a la materialización social y jurídica de la dignidad humana en
toda su dimensión.
Finalmente, un sistema de Servicio Civil que funciona, emite señales positivas de un gobierno de leyes; de
un gobierno público, respetuoso de la división de poderes, de un gobierno abierto a los ciudadanos y de un
gobierno con capacidad para solucionar problemas y entregar servicios de alto rendimiento.
El primer documento elaborado por CLAD y respaldado por la XII Cumbre Iberoamericana de
Jefes de Estado y Gobierno mediante la Declaración de Santa Cruz de la Sierra en noviembre
de 2003 se refiere a los criterios mínimos que debe de reunir la función pública para que se
considere que es profesional.
Al respecto dicha carta ha definido la función pública como los arreglos que gestionan el empleo
público y las personas que la integran en un marco de administración profesional que satisfaga
requerimientos de igualdad, mérito e imparcialidad.
Asimismo detalla que la función pública debe guiarse por los siguientes criterios:
c. Responsabilidad de los empleados públicos por trabajo realizado, respeto a los principios
éticos personales y debido manejo de los recursos;
g. Transparencia.
Adicionalmente la carta realza la importancia que la función pública como sistema integrado y
profesional de recursos humanos cuente con:
b. Perfiles de puesto basados en competencia que incluyan funciones claras y sirvan de base
para la selección del personal;
d. Evaluación del desempeño en base a instrumentos objetivos y válidos que sean la base para
los incrementos salariales.