Вы находитесь на странице: 1из 6
SN. i EL PRIMER FOSIL _ DEL RIO DE LA PLATA por Juan Carlas Vedoya Desde el siglo XVIII hasta la actualidad la paleontologia ubicé y estudié innumerables yacimientos en todo el mundo, y hoy se puede decir que Ja época de los asombros pasé para ella. Ante los fésiles, ahora, solamente quedan estupefactos los visitantes ingenuos de los museos. Pero en los tiempos iniciales de la ciencia, cuando comenzaron a exhumarse las grandes bestias del terciario, la desproporcién zoolégica con lo conocide coumuciond profundamente la curiosidad popular en todo el orbe. Entonces el Rio de la Plata no fue una excepeién y también aportd su primicia absoluta. Fueron los tiempos en gue gobernaba don Nicolds del Campo, marqués de Loreto. Aqui relatamos el suceso, casi olvidado, y el inesperado epilogo con que lo cerré Carlos IIT_poco antes de su muerte. 60 SoS SHAN RRA R DAWA AH AA WAH EAHA ATRL L A EEL DALAL NNN NOOSE LOHAN Reui stn “Todo es Histoaiat N2 122 El Padre fray Manuel de To- tres, de la orden de los domini- cos, llamados también predica- dores, en oportunidad de re zar una Misi6n religiosa en la Vi- Ma de Lujan, segun su propia in- dicacién distante trece lequas de la ciudad de Buenos Aires hacia el oeste, descubrié en la barranca del rio Lujan un esque- leto practicamente completo de “megatherium”. El suceso acontecié en el afio 1787, posi blemente en el mes de marzo, pues ya el tres de abril el fraile remitia dos molares al virrey Lo- reto como prueba material de su descubrimiento. Nada se conoce de la vida del Padre Torres, y asi lo confesaba D. Ricardo Trelles', quien ex- humé toda ta documentacién re- lativa a este asunto. Solamente un fray Manuel Torres figuré en Figura del primer “megatherium" que conocié el hombre; segun armo el esqueleto el Padre fray Manuel de Torres y lo dibujé el teniente Francisco Javier Pizarro, después de retirarlo de las barrancas del rio Lujan. e1 Cabildo Abierto del 22 de mayo yacompafié con su voto al presbitero Manuel Alberti, aun- que se lo hace figurar como mercedario?, por lo cual sub- siste una duda sobre la misma identidad. Eran aquellos tiem- pos del descubrimiento en Lu- jan, cuando el obispado de Bue- nos Aires se encontraba vacante por ausencia desde 1784 de fray Malvar Sebastian y Pinto, a quien recién en mayo de 1788 sucedié fray Manuel Azamor y Ramirez, de tal suerte que fray Torres se encontrabaen libertad para dirigirse directamente al Vi- rrey, como lo hizo. Fray Azamor y Ramirez, sin embargo, debio participar en las ultimas opera- ciones del despacho de la osa- menta a Madrid, pues en se- tiembre de 1788 la secretaria del despacho general de Indias acusaba recibo de los siete ca- jones que la contenian, y esta intervencién debid ser gozosa e inteligente ya que el Obispo, como es sabido, era hombre de luces y poseia una biblioteca famosaen su tiempo y que doné en su testamento para formar ura biblioteca publica. De ahi nacid, en opinion’ de muchos historiadores®, et fondo biblio- grafico que permitié ala Primera Junta la creacién de esta institu- cién. Antes dijimos que el 3 de abril el Padre Torres habia remitido dos molares del megate‘io al vi- rrey Loreto, pero de ahi en mas no quedé inmévil ni a la espera, y el 29 del mismo mes se dirigia nuevamente al Marqués, dicién- dole "Excelentisimo Sefior. Con bastante felicidad he descar- nado toda Ia tierra de encima y lado de los huesos, y tengo un esqueleto todo del animal. No me he atrevido a moverlo, ni lo moveré interin V. E. no se digne ordenar venga un dibujante, para que lo extraiga al papel: porque de otro modo, pienso se malograré todo mi trabajo y V. E. se privard del gusto de ver una cosa muy particular; respecto de estar muy tiernos los huesos, y el sol no calentar nada para que se sequen, porque estan en Un lugar que vierte aqua ..."4 No demoré el Virrey la res- puesta y, contradiciendo a los que pregonan la lentitud carac- teristica de la administracién co- lonial, a dia siguiente mismo, 0 sea el 30 de abril, dispuso que el Teniente del Real Cuerpo de Ar- tillerfa, D. Francisco Javier Piza- rro, saliera de la Capital hacia el paraje donde se encontraba el Padre fray Manuel de Torres para que sacase puntual dibujo del esqueleto de un animal, “antes que se mueva y arries- gue la dislocacién 0 fractura de Sus partes, sacando también sus dimensiones en detalle y por el todo, haciendo su descripcién puntual y la conveniente del pa- rage (sic) y situacién en que se halla, con esplicasion (sic) del pueblo mas inmediato y su tancia, la que hay al Rio de la Plata y al cualquiera mas cer- cano que por tiempos inunce aquel terreno, y ef nombre ie este." El trabajo en el terreno no de bid ser facil para el teniente Fi zarro, y aunque lo cumplio proli- jamente y merced a ello hoy con. tamos con el dibujo total de la pieza, la diligencia le llevé un afio a juzgar por el envio de los disefios a Madrid, recién el 2 de marzo de 1788. Lo dice expre- samente la secretaria del despa- cho general de Indias cuando con la firma de Antonio Porlier, el 2 de julio de ese afo, acusd recibo-de los dibujos “de la osamenta del animal descono: cido” En este interin el militar dibu jante, fray Torres, y segura- mente el Obispo, cumplieron fielmente las érdenes imparti- das por el marqués de Loreto respecto de la osamenta ente- rradaenlas barrancas del rio Lu- jan. Los detalles quedaron asen tados en la leyenda manuscrita que acompafia el pie del dibujo del esqueleto de! megaterio. re- construido con todo acierto y evitando “toda dislocacién y fractura”, con la mencién del lu- gar donde se habia realizado el hallazgo. El texto vale la pena reproducirse, como demostra- cidn de las precauciones técni- cas tomadas en esa oportuni- dad, que no slo desmienten la ignorancia con que se denigra a la colonia, sino que demuestran un conocimiento de los res- guardos que siempre deben acompafar los trabajos paleon- toldgicos. La leyenda dice, tex- tualmente: “EI sobre dicho (sic) Rio corre inmediato a la Villa de este nom- * RICARDO TRELLES, “Ravista de la Biblio toca Piblica de Buenos Aires”, tomo IV, 1080, jaticia sobre “El Padra tray Manuel do To res", piginas 439 a 448, TTL, “Nuova Historia 6: 1inorarium, Bue: 165, + RICARDO TRELLES, opus citado. pagina a4 61 Eppinaco Costilla mayor igi Cphinare gue se foude rgenizar | Mado o Cominara del Taras X : Bd Aged 9h Costilla mendx. 6 goatee y So Lebyadar « Betas 0 Ludelllas vstasde frente que cu bren les nudes Fe lag piemnas deabasy ve uneral espinazo comose figu'en GG bre, distante 13 leguas de esta ciudad de Buenos Ayres, al rumbo de Oeste Sudueste. A le- gua y media de la misma villa al Sudueste se descubrié sote- rrado en su barranca qe tiene de alto 10 varas en este lugar, y el Rio 16 de ancho en la parte su- perior, y 8" en la inferior. Desa- gua el mismo Rio en el de la Plata a 11 leguas de distancia del lugar en ge se descubrid, Heba (sic) poca agua no ha- viendo (sic) lluvias ge le hagan engrozar. El terreno de este pa- rage (sic) es de Lomas de pe- queria elevacién, y sin arboles. En toda la América no se ha ha- Nado noticia de algiin Animal de semejante configuracién ala de este ahora descubierto, ni de su corpulencia; pues se observa que siendo el Esqueleto de tal grandeza quanto (sic) abultaria cubierto de sus Carnes y cuero: Ign6rase si acaso sera Animal anfivio (sic), 0 aquatico (sic), si bien que parece sea terrestre, por respecto a sus ufias, que in- dican han sido bastante largas, inferencia que se saca de la cir- cunferencia de sus dedos. No se 62 Primera parte de los diferentes huesos del esqueleto, con sus denominaciones y dimensiones, tomados de la lamina que confecciono el teniente Pizarro bajo la direccién de fray Torres. Una “quarta” equivale a 22 y medio centimetros. asemeja al Elefante: (aunge pa- rece ge se aproxima a igualarlo en grandeza) porque las patas son mui diferentes, como lo son los huesos de las piernas: Tam- bien no se le encuentra seme- janza con el Rhynoceronte que ordinariamente tiene 13 pies de largo, y el descubierto llegaria a 18, y se juzga de diferente figura: ni tampoco con Ia Gran bestia de América (llamada Anta) que comunmente no exede de 6 a7 pies. En dcha varranca (sic), y en distintos lugares se hallan dis- persos porciones de huesos de otros Animales de la misma es- pecie, y algunos de menos grandeza al en esta Copii ue se representa No esté demés recordar que en esta misma zonael sabio Flo- rentino Ameghino hizo muchos de los descubrimientos paleon- tolégicos que hoy se conservan en el Museo de La Plata, de donde el sabio habria seguido los pasos del Padre fray Torres. Y para rubricar la excelencia del método empleado por el fraile para descubrir los huesos sin fracturarlos ni dislocarlos, no obstante los factores contrarios que se le oponian, reproducire- mos las palabras de otro sabio, D. Jorge Leopoldo Cuvier, ef cual refiriéndose a este desou- brimiento, dijo: “Debemos decir, en alabanza de los espafioles, que son ellos los que dieron el ejemplo util, seguido después por M. Peale para el mastodonte y por M. Adams para el elefante”. Y he aqui como los espafioles intervenian positivamente en los inicios de la paleontologia cien- petites ro nk de axdba~ 5 Bl? Lo Dine de buco, de | delante fern. 2 Ge tifica, y lo que es mas positive sefialando rumbos, pues aquel megaterio, que Cuvier reconoce el animal mas raro de los ulti- mamente descubiertos, fue el primero de su especie que de- . ‘senterré ef hombre, con la virtud de obtener el esqueleto com- pleto. Siguiendo las informaciones del mismo Cuvier, parece que en el Peri se descubrid otro esque- eto que fue enviado a Madrid en 1795 y, ademas, hubo otro ejemplar en poder del padre Fernando Scio que le habria sido donado por una dama del Paraguay. Pero asegura, tam- bién, que Pander y d’Alton que ‘se ocuparon de este estudio en 1818, no encontraron rastros de ninguno de los dos. En cambio si del remitido por el virrey Lo- reto, que “fue montado por don Juan Bautista Bru, preparador del gabinete real de Madrid, quien diseiié el conjunto y las diferen- tes partes, en cinco planchas que hizo grabar, y compuso una descripcién muy detallada”.7 Segunda parte de la osamenta, que comprende la calavera y los huesos de las extremidades. La pierna de delante tenia como medidas, de arriba hacia abajo y como estén marcadas, 10 pulgadas. Una pulgada equivale a 25 milimetros. Posteriormente Joseph Ga- rrica, de quien recoge Cuvier la mencién de los otros dos esque- letos, se ocupé en 1796 del es- tudio y descripcin del megate- rio del Padre Tores, litulando su obra en forma que demuestra, indubitablemente, la sorpresa que causé en su época el des- cubrimiento del rio Lujan. No obstante las circunstan- cias poco propicias del terreno donde se efectué el hallazgo y, ademés de la fragilidad, las grandes dimensiones de la osamenta, el Padre Torres se in- genié para que no se perjudi- case en el transporte, todo el Conjunto de las piezas. En la carta del 29 de abril, antes ci- tada, seguidamente de pedir el envio de un dibujante, infor- maba al Virrey sobre la mejor forma de trasladar los huesos a Buenos Aires: “Pienso llevarlos arrastrando en cueros llenos de paja; ya porque no pueden entrar en carreta, por su magnitud, y ya porque me pa- rece mas sereno ef movimiento del cuero. Todo esto he juzgado yo por conveniente, a fin de que se dé al ptiblico esta maravilla y providencia del Sefior. La sabia (sabiduria) de V. E. reformar&, 0 dard las que mejor convengan para dicho fin”. Ala vista de tales precaucio- nes, no se puede dudar de la in- + Ut supra, lémina intercalada de 375 x 525 mm, La'letra de la leyenda es una redondilla levemente inclinada y de excelente factura JORGE L. CUVIER, “Recherches sures o¢- semens foxiles”, 16n, tomo Vil, FU supra. § JOSEPH GARRICA, ‘cuadripedo muy corpulento y raco, que se Conserva enel real gabineto de nstorianatural de Madrid”, en folio, Madrid, 1796. Citado por RICARDO TAELLES, Jescripcién de un 63 teligente diligencia del Padre Torres y cémo, ante la imposibi- lidad de utilizar las carretas -tnico medio rodante en la pampa-, adopté una modalidad de transporte muy conocida por los indigenas y muy tipica de aquella civilizacién del cuero. Y sobre cueros, seguramente despertando las exclamaciones admirativas de los vecinos, de- bidamente emocionados ante “la maravilla y providencia del Sefior", los huesos tan prolija- mente desenterrados llegaron a Buenos Aires. A juzgar por el envio por sepa- rado de los dibujos del teniente de artilleria, D. Francisco Javier Pizarro, en fecha 2de marzo del afio 1788, y que recién el 2 de setiembre siguiente la secretaria de Indias acusé recibo del es- queleto, la demora ocurrié por las tareas de acondicionarenca- jones las distintas partes del megaterio. Casi seguro antes del 2 de marzo las piezas debie- ron estar en Buenos Aires, pues es indudable que antes de des- pachar el disefio del todo y las partes, el virrey Loreto habra querido cotejar la fidelidad que guardaban con las piezas fabu- losas puestas ante su vista. De ahi resultaria un ir y venir du- rante tres meses por los carpin- teros de la ciudad para preparar los siete cajones en que se em- balaron los huesos. Cajones de bastante tamario, segtin se puede estimar por la pianilla que deta- lla menudamente sus dimensi nes y contenido, en correspon- dencia con las piezas que cada uno contenia y sus pesos. Tér- mino medio los cajones median un metro de largo por medio de ancho y otro tanto de alto, y en ellos se acomodaron separada- mente los dos brazos y las dos piernas, luego el hueso sacro, dorsales y lumbares, y final- mente la cabeza junto con las vértebras y huesos del espinazo. El todo pesaba 1.652 arrobas y 9 libras: que hacen 786,14 kilo- gramos "°, Asi llegaron a Madrid a fines de agosto de 1788 y se entregaron a Juan Bautista Bru, quien los armé hasta tener el 64 animal entero en el gabinete real de historia natural. Y si el esque- leto causé asombro y admira- cién en Buenos Aires y después justificd que Joseph Garrica lo calificara como "de un cuadri- pedo muy corpulento y raro”,no es de extrafiar que su misma Ma- jestad se sintiera estupefacto ante aquel esqueleto y absolu- tamente desconcertado res- pecto de su posible superviven- cia, Fue el secretario del despa- cho de Indias, D. Antonio Por- lier, quien se encargo, al acusar recibo de los siete cajones, de expresar al virrey Loreto los de- seos de Su Majestad para que procurara: “por cuantos medios sean po- sibles averiguar si en-el partido de Lujan o en otro de los de ese virreinato, se puede conseguir algin animal vivo, aunque sea pequerio, de la especie de dicho esqueleto, remitiéndolo vivo, si pudiese ser, y en su defecto di- seeado y relieno de paja y redu- cjéndolo al natural, con todas las demés precauciones que sean oportunas, a fin de que le- gue bien acondicionado, y tenga S.M. la complacencia de verle en los términos que desea. Y de su real orden lo participo a V. E. para su puntual y debido cum- plimiento, en la parte que le toca”."" Por supuesto que el virrey Lo- reto no pudo satistacer los de- sees reales ni con un animal grande ni mas pequefio, pero el suceso ha servido a muchos his- toriadores para introducir en sus textos un episodio jocoso y demostrativo de la absurda ig- norancia real, sin tener en cuenta que los juicios deben ajustarse a las épocas para no pecar de anacronismo. Es pe- fectamente explicable que en los inicios de la paleontologia un rey no tuviera obligacién de conocer sus posibilidades y li taciones, sobre todo cuando se tataba de un animal hasta en- tonces desconocido -asi lo do- cumenta Cuvier- y proveniente de América ademés, la tierra que por dos siglos habia causado el asombro de Europa yjustificado las creencias mas descabella- das. Tampoco debemos olvidar que hasta hoy existen hombres que sostienen la posibilidad de la sobrevivencia de algunos se- res que serian sujetos de la pa- leontologia, y que en la Argen- tina moderna se hicieron expe- diciones especiales para ubicar- los en la Patagonia. En conse- cuencia, el episodio real en que culmind el descubrimiento del Padre Torres en el rio Lujan, no debe juzgarse solamente por un deseo real que hoy nos parece grotesco, sino por todos sus an- tecedentes, -que se ocultan de- tras de su mencién jocosa-, y que colocaron a Espafa y a los americanos del Rio de la Plataa lamisma altura de los cientificos mas avanzados del mundo cris- tiano. La denigracién de Carlos lil se ha tomado como aspecto | principal del episodio, olvi- dando el conocimiento de ver- dadero paleontélogo con que actu6 el Padre Torres, su habili- dad para realizar la excavacion y su prevision al solicitar un dibu- jante, la artesania y meticulosi- dad de éste que preservo parael | porvenir el conocimiento de aquella pieza, as precauciones para el transporte, las instruc- ciones de Loreto para fijar con precisién el lugar del hallazgo, el estudio comparado del esque- leto para anotar diferencias con otros animales conocidos -se- guramente efectuado por el obispo Azamor y Ramirez-, el armado de la osamenta para po- der dibujarla en un todo y las resguardos tomados para su en- vio a Espaiia, a donde lego sin tropiezos, todo ello, evidente- mente, no fue obra de ignoran- tes ni de legos. De seguro todo esto debe considerarse /o prin- cipal cuando se desea objetiva- mente estudiar el suceso y no, Por cierto, el inesperado deseo real. Por respetar poco esta re- gla de la metodologia —distin- Quir lo fundamental de lo acce- sorio- pasa inadvertida en la his- toria de la cultura rioplatense el descubrimiento en el rio Lujan y, ale i Carta d del. Virrey ‘Toreto al Padre” [fray Manuel © fave sand j | @:informandole rier; acusa fe Bc bo de : A bios siete’ tonteniendo los esos, del megatera ¢ ~ ,éste, ‘tenfa’ estendido. PCN she ey “Muy Senor mi io’ al Co: “ mandante de Frontera, para que fact ltase a V. P.'los auxilios.que diere al objeto: sue entiende,| “a que. se ines on Ja persona qué’ he niombrado en vista de lo que V:P. me propone en el dia antecedente. Ella’ va. con pasaporte que sir: viendo de orden, contiene la.instruc Cin bastante’ para que’ se asegure cuanto V. P. propone, como, puede reconocer cuando sé lo. muestré;. serd oportuno, cuide. V.-P, se dupli quen niimeros en las articulaciones. y partes en que sea contingente s division 0 fractura, para que puedar Volverse a su lugar facilmente: aplaudiendo yo entretanto su.celo a favor de estos itil descubrimien:° tos. Dios etc.s': can a su Real Gabinete, a fin de 9 se arme el esqueleto y puedan reto: * thoverla los inteligentes en fa historias inatural y e| publica. Con este motivo: me ha mandado S. M: sé conduzean a su Real Gabinete? a fin, dé que'se. 4 ~arme el esqueleto y puedan recono® cerlo, los infeligentés: en. ta historia ‘Ratural y él piblico: Con, este motiv {me ha mandado S. Mi éncargue a: E., como. lo. ejecuto,: procie “por ‘cuantos mediog sean posibles averiz ‘Quer si en.el partido de Lujan. o:en “otro. de’ los ‘de, ese “virreinat puede conseguif algun animal vivo, alinque sea pequeno, de la especie d “Tidicho esquereto, remitiendold-vivo; Si pudiese Ser, y en su defecto dise-: «+ cado'y relleno de paja, organizéndoig. “y reduciéndolo al natural, con todas’ “las. demas’ precauciones: que’ séan- +, oportunas, -a fin. de. que: legue’ ‘bien “acondicionado,. y: tenga''S..Miila complacencia de verte ert os:tétmics Nos que desea. Y de su real ofden | ee ' esta Secfetaria del. participo 2 V. & para su puntual 10 Universal de Indias de mi’ ‘debido cumplimiento en fa parte que 18 ,Siete Cajorles remitidos’ le toca, Dios quarde a VE. muchos: ‘Con la Osamenta del animal’ aos. Sani lidefonso, 2 de setiembfe: descoriocide por los naturalistas, los de 1788. Antonio Pore fal Sal olales hamandado S. M.se cond: Virtey de Buenos Aires. Por tal, poco menos que ignorado que fueron espafioles de luces los que incorporaron el “megat- herium” al conocimiento cienti- fico de los f6siles de la fauna extinguida. El Padre fray Manuel de Torres, el teniente Francisco Javier Pizarro, ef Obispo fray Manuel Azamor y Ramirez y el marquésde Loreto, con mayor 0 menor fortuna han pasado a la historia, pero tal vez lo mas im- perecedero para ellos sea el ha- ber asociado sus meritorios afa- nes para darle existencia a ese esqueleto que se exhibe en el real gabinete de historia natural de Madrid, e! primer megaterio que conocié el mundo y que no sdlo conmocioné a Buenos Ai- res, sino atrajo la atencién de los sabios del orbe entero. Recor- darlo hoy, es hacer en la historia buena justicia y distribucién. = * La REVISTA DEL INSTITUTO ARGENTINO DE CIENCIAS GENEALOGICAS, en su edtcibn ‘Gonealogia de ios Hombres de Mayo” de yatta Gel Tenvente Francieco dav Sbicéndolo para el ato de la conguista eal Cuerpo de Atile- fia, compuesto de 219 vetoranos, y a cUyo Trente tuvo Gestacada actuacion en la So- Invasiény, tambien, como sostenedor Sela autoridaddel virey U fs asonada de Alzaga Como participante onal Cabldo Ablert del 22 Gemayo-ciunto con tray Torres?-y acompa ‘endo eos su voto al Oldor Manuel Jose de incling pore! sostenimianto del virey BERTS o la Plata’ (Buenos Aires, £4.11 Pouser, 1938), ‘nel cuadro an que presentala tormacion det Reconquista ~paginas 168 168-incluyee! Real Guar las Milicia Provinciales de Art ‘lferencia de nombres que pods ‘una duplicidad de personas, aos in Glinamos por Iaversin de! nsiituto de Genea- io biogralia iene informaciones Ta agonada de Alzaga y 0! Ca- 10 dol 22, aparte de otras posterio- res como elector de autoridades, que lornan ‘muy diel que allise haya tomado un nombre or otro. Ademas, tanto el ido de. una misma Iente, que en el Instituto se completa con otros datos, lo que no ocurre en Roberts. E7go, este ultimo debe ser et equivocado y al Jante del Padre tray Manuel do Torres tue 6! mismo que actud en las Invasiones inalosas, '® RICARDO TRELLES, imina intercalada de guales dimensiones a (5) y que detalla, con ‘gual letra, el numero de cajones, su pesO, dimensiones y contenido. * Ussupea, pigina 448. 65,

Вам также может понравиться