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INTRODUCCION A LA HISTORIA SOCIAL DOMINICANA

INOCENCIO DE LOS SANTOS RODRIGUEZ


17-8646
UNIDAD IV

Realiza las siguientes actividades:

1- Explica las características generales que distinguen la primera


mitad del siglo XIX en la isla de Santo Domingo.
La Era de Francia en Santo Domingo y el gobierno de Louis Ferrand 1804-1809.
En 1804, las tropas que se establecieron con Leclerc en la parte este de la
Isla afianzan su poder luego que los franceses fueron desplazados en la parte
oeste y establecen un dominio en santo domingo por espacio de 4 años.

El general francés Louis Ferrand se enteró de la capitulación de su compañero de


armas Kerveseau en Santo Domingo decide mantener el gobierno francés en la
parte Este, iniciando así la llamada Era de Francia en Santo Domingo. Sus
medidas de gobierno fueron entre otras:

 El restablecimiento de la esclavitud.
 El fomento de la producción agrícola.
2- Completa el siguiente cuadro acerca de los acontecimientos
ocurridos en la primera mitad del siglo XIX
La Era La España Boba
Francesa Reconquista

Período 1809 - 1821 1814-1817 1809 y 1821.


histórico que
abarca

Personajes Louis Ferrand Españoles Juan Sanchez


implicados Ramirez

Jose Nuñez de
Caceres

Características • El 1-Desde el v Agricultura


restablecimiento punto de vista había bajado.
de la economico, la
esclavitud. conquista de v Se redujo la
• El fomento de America fue de producción de
la producción caracter tabaco,
agrícola. privado. La maderas,
• El corona de café…
establecimiento castilla por v La ganadería
de un libre efectos de la llego a la ruina.
comercio, bula
donde no intercaetera, v Poco dinero.
participara poseia el
v Conspiración
Inglaterra. dominio
independentista
• El patrimonial de
de Manuel del
mantenimiento America. Por lo
Monte (clase
de los símbolos tanto tenia la
media).
Hispánicos. exclusividad de
• El uso del los v Movimiento
idioma francés descubrimientos abolicionista e
en los y conquistas. independentista
documentos 2-La corona de de Mendoza y
oficiales. castilla solo Mojarra
comprometia (esclavos y
capitales libertos).
propios en
empresas de
conquista de
gran
importancia
3-Las empresas
de conquistas
pricadas,
estaban
reglamentadas
a traves de
capitulaciones
4-La
capitulacion de
conquista y
descubrimiento
era un contrato
bilateral entre el
empresario, es
decir el
descubridor y la
corona de
españa
3- Presenta de manera precisa los aspectos más importantes de
la Ocupación Haitiana 1822-1844
Causas Medidas Consecuencias

Las causas de la ocupación La ocupación de El 27 de febrero de 1844


son muchas, pero las Boyer fue la surgió el Estado
mismas se explican en la tercera invasión Dominicano según el
especial situación haitiana que procedía de conceptual independizador
que hereda Jean Pierre Haití al territorio de inculcado por Juan Pablo
Boyer, quien fue llamado la parte este de la Duarte y como
"unificador de Santo isla. Esta se consecuencia del
Domingo", por unir el norte produjo sin activismo revolucionario
y el sur de Haití, así como derramamiento de que desplegaron los
el territorio de su país con sangre y fue Trinitarios, a la cabeza de
el dominicano. aceptada los cuales quedaron
pasivamente por la Francisco del Rosario
población Sánchez, Ramón Matías
dominicana. Mella, Manuel Jiménez,
Vicente Celestino Duarte y
Esta aceptación se José Joaquín Puello.
debió quizás al
terror que habían
infundido las
invasiones
haitianas
anteriores y a la
superioridad del
ejército de Boyer.

La pasividad puso
de manifiesto la
debilidad general
de los
dominicanos en
todos los
aspectos.
4- Investiga y presenta en dos párrafos las razones por las que
los trinitarios apoyaron al militar haitiano Charles Herrard en el
Movimiento de la Reforma.

Charles Riviere Hérard nació en Puerto Príncipe el 16 de febrero de 1789 y falleció


en la isla de Jamaica el 31 de Agosto del año 1850.

Fue un presidente y oficial del ejército de haití que luchó en contra de la


declaración de Independencia dominicana de 1844. E l día 10 de marzo de ese
año, envió unos de 30 mil soldados a combatir en contra de los independentistas y
el pueblo dominicano.

Luego de un mes sin ver los frutos de su invasión, Hérard fue forzado a retirarse a
territorio haitiano pues la situación política de su país se deterioraba rápidamente.
Ante esa situación, se disolvió en la hermana nación, el Parlamento y la
Constitución haitiana.

A raíz de las elecciones municipales que se celebraron en la isla de Santo


Domingo, en junio de 1843, los dominicanos rompen la alianza antiboyerista
dominico-haitiana.

Los independentistas, (como se les conoce a los dominicanos de esa época que
lucharon por su soberanía), ganaron esas elecciones y en medio del entusiasmo,
se dedicaron a deponer a los comandantes militares haitianos en los pueblos del
interior, en tanto que muchos hablaban abiertamente de que el próximo paso sería
la separación de Haití.

La conspiración trinitaria fue denunciada a las autoridades de Puerto Príncipe por


dominicanos afrancesados y pro-haitianos, convirtiendo en certidumbre un rumor
que circulaba en aquella ciudad por lo menos desde marzo de ese año,
coincidiendo con la caída de Boyer.

Las acusaciones de que existía una conspiración separatista en la parte del Este
movieron al "Jefe de Ejecución de la Voluntad del Pueblo", Charles Hérard, a
organizar una imponente fuerza militar para visitar la parte oriental de la isla y
reprimir el movimiento independentista.

Los dominicanos conocen la rapidez con que Hérard detuvo el movimiento


trinitario haciendo prisioneros a los líderes más visibles y enviándolos a Puerto
Príncipe, mientras el jefe de los trinitarios, Juan Pablo Duarte, tenía que salir al
exilio.
Para entonces, ya Hérard estaba perdiendo simpatías en la parte occidental de la
isla y su ausencia creó un vacío de poder que fue aprovechado por el partido
Boyerista para recomponer sus cuadros políticos, en desbandada desde marzo de
ese año.

Los enemigos de Hérard lo acusaban públicamente de incapaz, vanidoso e


ignorante.

Hérard mismo contribuyó a reforzar la oposición a su régimen durante su estadía


en la parte dominicana, pues estando en Santo Domingo, el 27 de julio, lanzó una
larga proclama dirigida a los "ciudadanos, hermanos y amigos" de la parte del Este
en la cual los llamó a la unidad con Haití diciéndoles, entre otras muchas cosas,
que "somos todos haitianos" y que debían volver a la unidad con Haití que los
había liberado de "las cadenas de la esclavitud".

El ex presidente haitiano utilizó esa proclama para describir lo que serían los
principios políticos de la nueva Constitución que el gobierno provisional planeaba
redactar a través de una Asamblea Constituyente. Como esos principios estaban
tan detallados, su proclama fue interpretada por la Oposición como un borrador del
futuro texto constitucional, y los Boyeristas comenzaron a acusar a Hérard de
tratar de imponerles autoritariamente una carta magna hecha unilateralmente sin
esperar a que la Asamblea Constituyente estuviese reunida.

De manera que, a su regreso, Hérard encontró la capital del país en medio de un


intenso revuelo político. El mismo reconoció, y así se lo confesó al cónsul francés
en una ocasión, que su capacidad de maniobra se había estrechado visiblemente,
pues hasta sus antiguos partidarios ahora estaban cambiando de opinión con
respecto a él y lo acusaban de ser un dictador que no quería respetar la voluntad
popular y que se resistía a aceptar las iniciativas "democráticas" de los llamados
comités municipales, particularmente, el de Puerto Príncipe.

Con todo, Hérard logró sobrevivir a la crisis política detonada por la celebración de
la Asamblea Constituyente, entre el 15 de septiembre y el 31 de diciembre de
1843, y alcanzó a ser nombrado Presidente constitucional.

Pero el nuevo año de 1844 lo esperó con varias sorpresas. La primera de ellas fue
la declaración de independencia de los dominicanos el 27 de febrero y la
constitución de una Junta Gubernativa separatista al día siguiente con la
consecuente prisión y deportación de los comandantes y burócratas haitianos de
Santo Domingo, así como la cadena de adhesiones a la independencia en el resto
del país durante los días siguientes.
Al recibirse la noticia en Puerto Príncipe de la secesión de la parte de Este, el
presidente Hérard solicitó a la Asamblea Nacional la movilización de la Guardia
Nacional y pidió autorización para organizar una nueva expedición hacia la parte
dominicana para abortar este movimiento.

La juventud se mostraba indignada contra los dominicanos que querían otorgar a


los hombres de todas las razas, de todos los colores, el derecho de naturalizarse
en la nueva República.

Debido a la indignación inicial, Hérard logró movilizar un gran ejército que dividió
en tres columnas.

Estos tempranos combates culminaron con las batallas de Azua y Santiago, el 19


y el 30 de marzo, respectivamente.

El 19 de marzo en Azua hubo un primer tiroteo entre las fuerzas comandadas por
Pedro Santana y una avanzada haitiana a cargo del Coronel Vincent, la cual
sufrió, una cincuentena de bajas, entre muertos y heridos, tanto oficiales
superiores, como subalternos y soldados, incluyendo al mismo comandante
Vincent.

En Santiago, entretanto, en la tarde del 30 de marzo, cuando el General Louis


Pierrot pidió tregua para recoger los numerosos heridos y muertos que cayeron en
la larga batalla de ese día, los dominicanos le mostraron una hoja de propaganda
forjada en Santo Domingo en la que se decía que Hérard era uno de los oficiales
haitianos que había sido herido o muerto en Azua.

Sin embargo, esa misma noche Pierrot levantó el campo y se retiró


apresuradamente con su ejército hacia su sede en Cabo Haitiano, en donde se
enteró de que Hérard seguía en Azua a la cabeza de un ejército al cual le
escaseaban cada día la comida y le desertaban continuamente los conscriptos
campesinos que no veían razón para mantenerse en campaña en la parte
dominicana.

En vano se esmeraba el gabinete de Hérard por enviarle refuerzos materiales y


humanos. El partido Boyerista, encabezado por los hermanos Ardouin, continuaba
su agitación, tanto que ambos fueron detenidos y deportados.

La sacudida se trasladó entonces hacia la ciudad de Les Cayes, en el Sur,


mientras Pierrot se preparaba para marchar hacia Puerto Príncipe con sus tropas.

En los primeros días de abril, estalló en Les Cayes una nueva rebelión popular,
encabezada por un jefe militar negro de nombre Louis Jean-Jacques Accau, quien
entró a la ciudad a la cabeza de más de 2,000 campesinos armados con lanzas y
picas, amenazando con asesinar a todos los mulatos para quitarles sus tierras y
tiendas y repartir sus bienes y, ulteriormente, para marchar también hacia Puerto
Príncipe con el propósito de derrocar el régimen mulato e imponer un jefe militar
negro en la presidencia de la República.

En los textos de historia haitiana se conoce este movimiento como "Les piquets de
Accau". Este levantamiento fue tan masivo y violento que hizo recordar a la clase
mulata haitiana los horrores de la revolución de 1791, así como de la guerra civil
de 1798-1800 entre negros y mulatos.

Accau no estaba solo, pues contaba con el apoyo de los antiguos jefes militares
negros Dugué Zamor y Jean Claude, con quienes se reunió en la localidad de
Camp Pérrin y desde allí lanzaron un manifiesto de agravios contra la clase mulata
que había gobernado a Haití en las últimas décadas.

Con el movimiento de los "piquets de Accau" renació la guerra social y racial en


Haití, al declarar sus líderes que a partir de ese momento, y para fines de
confiscación de propiedades, "todos los mulatos pobres serían considerados como
negros, y todos los negros ricos serían considerados como mulatos.

Ante estos graves acontecimientos, el Consejo de Secretarios de Estado,


comunicó a Hérard, todavía en Azua, lo que ocurría en Les Cayes, y ordenó al
coronel mulato Fabré Geffrard que se trasladara al Sur a combatir la rebelión
campesina de Accau y los demás jefes negros.

Dugué Zamor intentó negociar con Geffrard, pero éste se negó a conciliar y
enfrentó a Zamor en un fiero combate en Aquin el 10 de abril derrotando a los
insurgentes que se refugiaron en el extremo oeste de la isla, en la localidad de
Saint-Louis.

Geffrard tuvo que luchar solo con sus propias tropas contra Zamor pudiendo haber
contado con 150 hombres adicionales que el Consejo de Secretarios de Estado
había enviado a Azua para auxiliar a Hérard, pero el comandante de esas tropas,
General Riché, se negó a prestarle ayuda a Hérard, porque éste se negó a
entregarle el mando supremo de sus fuerzas.

Entre tanto, Hérard continuaba anclado en Azua, impedido de cruzar las montañas
de El Número ni penetrar hacia El Maniel por el paso de El Memiso, en donde
Pedro Santana había dejado guerrillas cerrándoles el paso a los haitianos.

A mediados de abril de 1844 Haití estaba, pues, sin Presidente de la República,


con una guerra civil en el Sur y, peor, con todos los jefes militares del muy
importante Departamento del Norte en rebeldía, encabezados por los generales
Louis Pierrot y Phillipe Guérrier.
Al llegar a Cabo Haitiano, Pierrot y sus oficiales levantaron la bandera de la
rebelión contra Hérard, a quien empezaron a culpar de su derrota en Santiago de
los Caballeros, y se organizaron para marchar hacia Puerto Príncipe para derrocar
al Consejo de Secretarios de Estado y, por ende, al mismo Hérard.

Entre los oficiales de Pierrot dominaba la idea de separar el Departamento del


Norte de los departamentos del Oeste y del Sur de Haití, por lo menos, mientras
Hérard se mantuviera como presidente. Así lo hicieron el 25 de abril y nombraron
Comandante en Jefe al anciano General negro Phillipe Guerrier quien tenía mayor
ascendencia que Pierrot.

Tratando de evitar el agravamiento de la guerra civil o una nueva división de Haití


que sirviera a los británicos para influir en los acontecimientos y hasta ejercer un
protectorado político en el Sur o en el Norte, el jefe de una escuadra naval
francesa que operaba en aguas haitianas y seguía de cerca los acontecimientos,
el Almirante De Moges, se ofreció a mediar entre Hérard y Pierrot, y entre el
gobierno haitiano y la nueva junta de gobierno de la naciente República
Dominicana.

De Moges navegó hasta Azua y desembarco allí proponiéndole a Hérard el


reconocimiento de la independencia dominicana y la firma de un tratado de paz,
amistad, comercio y navegación con los dominicanos, y hasta la formación de una
confederación, según cuenta el historiador Madiou.

En correspondencia del cónsul de Francia en Puerto Príncipe, Mr. Levasseur, se


leen importantes detalles de los intereses franceses y haitianos que movían a
estos funcionarios de Francia para actuar de esta manera, pero esa será materia
de un próximo artículo.

Mientras tanto, lo importante es mencionar que Hérard, a diferencia de la mayoría


de sus secretarios de Estado, se negó a aceptar las proposiciones francesas. De
Moges entonces se retiró de Azua y poco después una goleta de guerra
dominicana se acercó a las costas y cañoneó aquel poblado, pero sin resultados.

Enterado Hérard de la traición de Pierrot, intentó vanamente detenerlo enviando


una orden de arresto. Ya era demasiado tarde. Los destituidos asambleístas
tomaron el camino de la rebelión abierta en Puerto Príncipe bajo el liderazgo de
los Boyeristas que empezaron a proclamar la necesidad de que Guerrier se
trasladara a Puerto Príncipe a asumir la presidencia de la República.

Accau, mientras tanto, también se preparaba para marchar contra Puerto Príncipe,
mientras en Azua Hérard veía su ejército consumiéndose cada día por la inanición
y las deserciones.
La caída de Hérard era solamente cuestión de tiempo.

Resumiendo mucho los acontecimientos, digamos ahora solamente que a finales


de abril todo estaba preparado para el golpe de Estado. Una comisión de
Boyeristas visitó a Guerrier, quien ya estaba en la capital, y le ofrecieron
formalmente la presidencia de la República.

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