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LA URDIMBRE DE LA VIDA. (SER Y TENER).

Autor: Anselmo Pulido.

No puedo no ser. Pero a veces el ser queda sepultado entre una maraña de
preocupaciones, por supuesto, ajenas al ser.
Aunque no pueda no ser, vivo entonces, en la inconsciencia del ser. Y si sólo toma
forma visible en conductas o actos lo que es consciente, de nada me sirve ser sin
saberlo. Es necesario desembrozar la sinrazón de no poder ser. Porque una cosa es
ser y otra no poder vivirlo. Porque el ser se oculta a los ojos del egoísmo y de toda
falsedad. Ser es espontaneidad y frescura del existente. Pero el ser se ha ido
pervirtiendo en la costumbre como andrajo de sueños. Como una actitud falsa y
distante ante la vida; como un sueño que ya no se piensa en sí mismo, que yo no se
revela a los sentidos. Y poco a poco se agazapa en las cornisas de la vida. El no
poder ser, el no poder manifestar el ser, empobrece la vida, pues vivir es estar siendo.

Más que en su acepción ontológica, me refiero al ser como la posibilidad y el acto de


existir, como aquello que forma la urdimbre de cada vida, o como una forma de vida. A Commented [A1]: Aquí trato de esclarecer brevemente, en que
sentido uso el concepto de ser.
veces me refiero al existente siendo, o bien, al existente, al que es, como una forma
de ser, de existir en el mundo. Una forma particular y única de ser en el mundo. A la
vida irrepetible de cada ser humano.
Ser y no ser habitan en las penumbras originales del existir, y de ahí han de Commented [L2]: Sr como esencia ontológica y ser como forma
de estar en le mundo. Hacer la distinción.
emprender un arduo camino por las vicisitudes de la vida. Percepción, conocimiento,
intuición, conciencia, imaginación, han de irse impregnando de ambos modos de la Commented [L3]: ¿Cuáles son estos modos?

existencia: la que no es pero tiene posibilidades de ser, y la existencia en acto. El ser


se hermana con el sí mismo. Al sí mismo se le podría conceptualizar como el fondo
psíquico, arcaico, de cada ser humano, y que se va transformando en el curso de la
existencia para constituirse en parte esencial de cada existente. Mientras más
auténtico el sí mismo, más pleno el ser ante la vida; mientras menos auténtico, más
carente de vida. Algo semejante ocurre con la libertad, mientras más se traicione
alguien a sí mismo, más pobre es en su mismidad. El ser crece con el amor, la
espontaneidad y la libertad. Se podría decir que esos atributos (amor, ser espontáneo
y libre), son la medida del ser. Ser implica la angustia de aventurarse en sí mismo y de
conocerse. Implica romper los velos con los cuales la sociedad oculta la realidad del
ser. Implica conocerse y oponerse a todo propósito que coarte la propia libertad.
Implica estar despierto y conocer la realidad; ser libre, objetivo, trabajar y amar.
Vencer el desafío de la noche o entregarse a ser penumbra. Ser o no ser.
Sólo un piadoso engaño nos permite la ilusión de no ser, pero es como vivir con el
alma anestesiada, anular a los sentidos en la caverna del no ser y seguir viviendo en
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el engaño. En cierto modo, elegir ser en la vida, en la sociedad, significa elegir la vida,
pues no ser es cuando mucho, vivir a medias.
Ser también implica afectividad, apertura de los sentidos ante los demás y ante el
mundo.

El ser es la medida del existir. Soy en la medida en la cual existo. La medida de la


sustancia es la duración de la existencia. Sentir es la medida de la intensidad de la
existencia.
Todo apunta al espacio que se extiende en la conciencia y del cual va dando
testimonio la existencia. La sustancia estructura el sentido de la existencia, que en
todo caso, tiene un dejo de hastío y futilidad pues toda existencia es para la muerte.
Entonces, todo significado posible sólo tiene el signo de lo transitorio. Siempre, al
final, el peldaño roto, inevitable. Pero toda experiencia de ser tiene el tono de la
intensidad que le presta el sentido transitorio de la ilusión. Añora el sueño la
consistencia de la realidad que se escamotea a los sentidos. Brumas del sueño que
para la existencia se desliza entre los parámetros del ser y el no ser.

La experiencia es el gran reservorio del sentido o de la falta de sentido de la


existencia. Y es en este orden de ideas que podemos hablar de una existencia
auténtica o inauténtica.
Y aquí tenemos que recurrir a la sustancia de la cual están hechos los sueños, las
ilusiones y afanes de cada quien y sí proceden de lo íntimo y auténtico, o de la
circunstancial e impostado. La lealtad a nosotros mismos, es decir, la capacidad de
reconocer aquello que es real y verdadero, nos lleva a una existencia auténtica, y
viceversa.
Lo auténtico es aquello que nace de las raíces de sí mismo: deseos, sueños, es, Commented [L4]: Ojo, porque en el párrafo anterior utilizas
“ilusión” hasta cierto punto como denuesto.
fantasías, y que tienden a la realización del anhelo o anhelos que proceden del ser
íntimo del existente. Es como un fuego que quiere quemarse en el ejercicio diario de
la vida. Es como arder en los deseos de sí mismo. La pasión que se quema en la
realización de la propia obra. El sueño íntimo que cuaja en la realidad. De afanes y
deseos auténticos se construye la existencia. Es como un fluir del río de las
significaciones. Lo auténtico da el sentido de la alegría.
Esperanza y alegría son el binomio que atestigua la existencia auténtica.

Lo inauténtico es el andamiaje del vacío de la existencia. La flor que no encarna en el


ser. Una absoluta broma del pudo ser. El sonido hueco de la existencia que no puede
tomar forma. Ulular de sirenas lóbregas del olvido. La existencia que no toma
sustancia. El apretado dogma del olvido, de la mentira; la pálida sonrisa que se
desvanece de nada.
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La existencia inauténtica conlleva necesariamente el engaño de sí mismo que siendo


repetitivo va elevando a la indolencia. El hombre auténtico está centrado en sí mismo,
el hombre inauténtico está completamente descentrado, o mejor dicho no hay una
solidez intima de ser. La inautenticidad ha ido cubriendo el meollo del ser. Es el
susurro sin voz del ser que se gasta en el ejercicio de la inautenticidad cotidiana

Somos consustancialmente a la carne que se pierde en su horizonte finito. Somos


pues apenas una apuesta al tiempo. Y antes de ser esa apuesta, cuando mucho,
apenas somos una promesa que puede cumplirse o no. Todo reside en la energía que
tengan nuestros sueños, deseos y ambiciones, pues de eso está hecha la vida;
preámbulo de toda promesa.
.
Todo ser implica la nostalgia de la aspiración al infinito. Además, todo ser quiere ser
genuino pues de otra manera no se puede ser. Pero el hombre es un ser incompleto Commented [L5]: Es por este tipo de connotaciones que es
preciso aclares desde el principio la diferencia entre Ser y ser.
de atributos, de ahí que oscile entre el ser y el no ser genuino, pues esto es lo que da
sustancia al ser.
Un hombre genuino es aquel que encarna y desarrolla en su vida los atributos
psíquicos o espirituales de los cuales le dotó la naturaleza, y que responden a su
íntima realización. Sólo entonces se puede decir que tal hombre es un hombre para sí
mismo.
Toda vida es un afán de ser que se expresa en la desesperación de cada día, pues la
posibilidad de ser siempre es incompleta.
Poder ser es estar en contacto con nuestros íntimos sueños. Realizarlos implica estar
en contacto con la sociedad, con el mundo y con los demás. La intimidad se derrama
como una sustancia de ser.
Ser implica amor y comunión. El contacto amoroso con todo lo que se ve y se toca.
Ser es, pues, una función del alma y de los sentidos que nos pone en contacto con
todo lo que existe.
Ser para los demás, ser como ellos quieren que yo sea, es un fraude a sí mismo. Una Commented [A6]: Agregué una breve frase, espero
esclarecedora.
traición al ser. Sólo se puede ser para sí y en sí mismo. La mismidad es condición del Commented [L7]: Aunque se comprende el concepto, valdría un
ser, es decir, la fidelidad al ser. párrafo para definir la mismidad, y contrastarla con la otredad.

El sueño del ser se apaga en las tinieblas del existir, en la impotencia de ser. El ser es
un maravilloso despliegue de las capacidades psíquicas.
Sueño que no cuaja en las posibilidades del ser, sueño que se pierde.
El ser es un sueño que ha de renovarse cada día de la existencia.
Ser es la existencia genuina y en este caso no hay contradicción entre ser y existir.
Me refiero a la existencia auténtica. Ya cuando el ser auténtico se ha consolidado en
la vida. De otra manera es inútil toda posibilidad vital.
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El mal sabor y la angustia pueden tener dos fuentes: aquella que mana de la traición a
sí mismo; y la imposibilidad de ser genuino. Es la angustia de no ser, de ser a medias.
Si acaso un preámbulo de la existencia.
La angustia de poder ser es el motor que mueve a la realización personal e implica la
singularidad. Es la propia angustia y de nadie más. Commented [A8]: La angustia como fenómeno universal, ya sea
patológica o al servicio de la vida, está presente en muchos
El poder ser está en la incógnita de todo destino. fenómenos psíquicos o del alma. Aquí tiene su propia y singular
significación.
Commented [L9]: De nuevo aparaece la angustia como fuerza
Ser es como la luz del relámpago que alumbra el porvenir. Siempre un hálito del que incide en los procesos psíquicos.
sueño inconcluso del existir. Esa incertidumbre que a veces se hace congoja. El
momento presente en acción. La huella del sendero que se inventa a cada paso. Esa
marcha inconclusa por el espacio que respira de experiencia y de lo inconcluso;
haciéndose siempre. El bote sin remos de la esperanza. Un batir a tientas de las alas
del sueño.
El ser toma sustancia en los actos que lo alientan. Un beso que toma forma en los
confines de la propia alma. Un acontecer de silencio. Nos consumimos en la sustancia
de nuestro ser. Siempre está naciendo como incierta voz del destino. Intangible e
inasible como luz de luna. Como la nostalgia del puede ser que se refleja en la acción
de estar siendo.
El ser es evanescente como las márgenes del olvido, pero no deja de estar presente. Commented [L10]: De nueva cuenta, la connotación impide na
clara lectura.
Inasible como las alas del sueño. Sin embargo, en todo acontecer humano está su Commented [A11]: Poetizo un poco, pero el sentido del ser ya
sello. Estructura toda acción genuina y le da su legitimidad. está un poco más claro con la nota de arriba. Intenta leer algo de
Gastón Bachelard.
Ser es dejarse ir en aras de la existencia. Dejarse ir en ese abandono lleno de silencio
pero tan preñado de sentido. Ser es abandono, entrega y comunión con aquello que
se ama.
Cada acción es una prueba de fuego para la espontaneidad. Es como una melodía
haciéndose y recreándose en el instante.

La orientación de tener denota la inclinación del ser humano hacía lo accesorio y


circunstancial en vez de lo esencial. El tener no ayuda al crecimiento humano, en todo
caso, el esfuerzo constante por ser es lo que fundamenta la existencia.
Cada sueño se teje en el silencio del ser que emerge de recónditas profundidades. Es
como el olvido que yace ahí en la existencia, oculto por la pátina del tener. El placer
de los sentidos es el engaño camuflado del tener. Es más fácil tener que ser.
En la obra “Sidharta”, escrita por Herman Hesse, Sidharta logra tener riqueza para
poder acceder al amor de Kamala, la cortesana. Sin embargo, ha de renunciar a todo
para ir hacía la búsqueda de sí mismo, lo que finalmente logra en armonía del ser con
el mundo, con la vida que transcurre como un río en eterno devenir. ¿Quién soy yo?
Es la pregunta suprema. Es un enigma que yace en las profundidades de cada quien
y que apunta a una labor titánica de buscar en profundos contenidos espirituales, pues
no hay donde buscar la respuesta más que en sí mismo. Al Yo se opone la angustia
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que presiente el paulatino descubrimiento de quien se pueda ser. Ese Yo de mil


máscaras que oculta el ser.
El vacío del tener crece en la insatisfacción. Un guiño de la utopía que proclamaba el
señuelo de la satisfacción del tener y que no puede menos que dejar con un pasmo de
narices, y la satisfacción como luz efímera que se apaga con el desengaño. No
obstante, la ilusión persiste. El sueño inocente de la inalcanzable zanahoria. En el
tener ponemos el engaño al poder ser.
El tener está biológicamente relacionado con la sobrevivencia. Es condición necesaria
para la vida. Hasta ahí, está bien. Pero la confusión deviene cuando se convierte o se
toma por la solución al bienestar humano. El medio para existir se toma por un fin.
El tener embota los sentidos y se convierte en una esfinge de muerte. Cosifica y
sepulta la sensibilidad, el sentimiento, la emoción. Poco a poco como preámbulo que
se resuelve en el ámbito del no ser. Las personalidades acumulativa y mercantilista
son ejemplos claros de lo que quiero decir: la impostura de un pseudo Yo sobre el ser.
Pero el disfrute de la vida, la posibilidad de armonía con la naturaleza, con la sociedad
y con los demás, sólo será posible en la medida en la cual un individuo sea auténtico.
Los vericuetos de la vida se extravían en el espejismo del tener. Estableciendo la
analogía podríamos decir que hay quienes están profundamente dormidos; otros,
medio dormidos, y sólo algunos despiertos. El tener es el sopor del no ser.

Diario somos estimulados por el modo social del tener. Pero es necesario el sustratum Commented [L12]: Reiterativo.

del tener para acceder al mundo del ser, aunque no necesariamente. Luego, de algún
modo, el tener es premisa del ser. ia. Incluso, los monjes budistas que podemos situar Commented [L13]: Cacofónico.

en el ámbito del ser, han de procurarse el sustento mediante la mendicidad. Pero el


predominio de una u otra modalidad emerge de la interioridad y es como una
capacidad, como una orientación en el mundo, ya sea de tener o ser.
La paradoja: el tener para poder ser; ser a pesar de no tener. Lo que uno y la otra,
pueden ser.
Tener sin ser, marca el ocaso de la vida. Tener sin ser conduce a la esterilidad
espiritual que destruye. El tiempo inhóspito del tener conduce por los vericuetos de los
sentidos de la sinrazón.
Tener y ser es armonía del espíritu. El equilibrio perfecto del individuo en la salud y en
el bienestar. Con el predominio del ser el espíritu crece en libertad pues el tener
aparece como una ilusión que ya no encadena más.
Ser implica un desarrollo humano que trascienda el egoísmo propio, el arraigo, la
sumisión en cualquiera de sus formas. Implica un conocimiento de sí mismo que
permita el despliegue de las propias potencialidades. No se puede ser sin ese
conocimiento de sí mismo. El sueño nace y se nutre de las entrañas de sí mismo. Es
el vuelo libre del ave que siempre busca nuevos horizontes. El aleteo del recuerdo que
siempre quiere despertar a una nueva aurora. Sin libertad no es posible ser.
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La vida individual y social, están impregnadas del modo de tener y del modo de ser.
En el primer caso predominan el egoísmo y la codicia en el modo de relacionarse y de
actuar en la vida, y por supuesto apunta hacía la destructividad. En el segundo caso
triunfa la alegría de vivir y de ser en el mundo. Vivir es una bendición sin condiciones.
La pura alegría que despliega sus generosas alas.

Ser es inocente energía en movimiento,


Pura nostalgia de eternidad.
Es la sonrisa pura del olvido.
La rueda de la vida que florece
En cada ciclo de la existencia.
Una sonrisa que no se marchita. Commented [A14]: Automáticamente e ido quitando lo que
pusiste con verde. Pero aquí me puse un alto. A mí me parece un
poema conceptual de los que no apruebas. Espero un día hablemos

Tener y ser se interrelacionan en la cooperación y las paradojas de la vida. Son


un poco más de esto.

factibles unidas como la luz y la oscuridad. Igualmente, cabe diferenciarlas: En casos


extraordinarios el ámbito del tener, de las posesiones, ha tenido que ser abandonado
para la búsqueda y el logro del ser, como fue el caso de Sidharta.

En una sociedad, en un mundo orientado al o tener, el hombre consume sus Commented [L15]: Evitaría el calificativo, el desarrollo del
texto lo implica claramente.
cualidades vitales en el sótano de la ignorancia y en una manifiesta pseudo vida. El
mundo del tener significa una alineación con la vida y con la naturaleza que se vuelca
en la inconsciente destrucción de ambos: del hombre y la naturaleza. Como integrante
de este mundo, desde el fondo de mi penumbra veo cómo nos engarzamos en una
magnifica decadencia destructiva en todos los órdenes de la vida.
Se cimbran los fundamentos sociales y laborales, pues predomina la devastación del
tener. El orden de las estaciones se ve trastocado por el calentamiento global. Se
privatiza todo en aras del beneficio de unos pocos y el hambre de la mayoría. Mi fe en
el hombre se ha transformado en un ácido pesimismo, que ciega mi vista en un
horizonte sin futuro. El hombre es cada vez más un espécimen raro en la historia. La
humanidad camina hacia el caduco sinsentido. Poco a poco al margen de la nada.
Navegamos en el hastío enajenado del tener. El sueño de la vida se deshace en la
pesadilla del tener que cada vez nos aleja más de la naturaleza y de los demás, opues
no conoce el amor. Su sello es la fría y despreocupada distancia sin respeto por lo
que es.
Ante el mundo del tener el mundo del ser se deshace en un sueño sin porvenir.
La conciencia gravita como un superfluo sonido allá en la lejanía. La economía
globalizada representada sobre todo por el modelo neoliberal es inherente al mundo
del tener. Somos testigos de la historia en su gran devastación del trabajo, del
empleo, de las posibilidades dignas de sobrevivencia, y por lo tanto de una vida digna.
Parece que somos testigos de la devastación del sueño humanista, de la vida del
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hombre para el hombre. Ante nuestros ojos está la multiplicación de la miseria


económica y lo que ella conlleva de devastación humana. Día a día, segundo a
segundo, como un sueño carcomido por gusanos. El silencio de las horas cae
majestuoso en la magnífica noche del olvido, cierra los ojos de la mente, por un
instante ante la inconsciente, dolorosa devastación.
Nocturnales grillos pueblan con su sonido la devastada noche del mundo. Pero aun es
posible una lágrima de esperanza.
ose. Commented [L16]: Cantinflesco.

El ser siempre apunta su flecha al desasosiego. Es como la mirada que se pierde en


el horizonte del imposible. El alma sin ataduras tan sólo es una bella imagen.
Con la búsqueda, el caos de la conciencia va tomando forma. Entre el ser y el no ser,
el abismo de la inconstancia. Quien busca puede que encuentre. Pero definitivamente,
quien se duerme en el vaivén de la inconsciencia seguro que no alcanzará nada.
Todo requiere de una voluntad que apunta hacia la realización. Hay quienes se
quedan dormidos, o sea, indiferentes ante la vida, en un dejarse llevar por las
circunstancias, ajeno a la voluntad. ño. La vida cotidiana con sus obligaciones, puede Commented [L17]: Es preciso también que precises los sentidos
connotativos que das al término y concepto sueño. Tienes que
ser el sueño de opio que adormece los sentidos. Algo mecánico, monótono, desambiguar tu disertación.

intrascendente.
El poder llegar a ser es una flecha del anhelo que apunta al infinito.
El dardo del hastío se duerme en lo cotidiano. No es más que una flor del sueño que
se deshoja en la memoria.
La conciencia es el velo de Mara que oculta el ser.
Como un transeúnte de la memoria, como una visión del infinito, el ser podría ir
desplegando sus alas.
Atrás del viento opaco del silencio se agazapa el ser.
Es como la voz que sopla queriéndose hacer palabra. El balbuceo apenas de tu
nombre queriendo nacer. Crisálida que duerme en el vientre de la noche como una
nube preñada de posibilidades.
El ser tan sólo se hace carne en la autenticidad.

Siempre está puesta la encrucijada entre el ser y el no ser.


El ojo del abismo eterno siempre está al acecho.
El ser siempre se la juega al filo de la duda. Es un preámbulo, y a veces una
realización. Es un sueño que se teje en los pañales de la esperanza. Un murmullo de
voz que quiere tomar forma. A veces, preámbulo y olvido. A veces, el dulce fuego de
la esperanza.
A veces vivo azorado en un manto de silencio que me cubre... que anonada y cierra
veredas... mas la flecha de la esperanza no se pierde.
El no ser está oculto en el reino de la ignorancia.
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Ser es todo lo contrario de la enajenación. La enajenación es el patio oscuro de los


escombros. Un subterfugio de los sentidos que ocultan al ser. El andamiaje de la vida
inauténtica.

Los caminos se bifurcan: no ser, o ser para la vida, o ser para la muerte. Pero el ser
está determinado a ser para la vida. Ser significa conocer y estar despierto, estar vivo.
Sin embargo, como ser vivo todo humano camina hacía la muerte, y en este sentido el
ser va desgastándose en no ser. La encrucijada es tan sólo una apariencia tejida
entre el ser y el no ser. De todas maneras, de cara al día sopla el viento de la noche
como frío que muerde la carne. En la medida en que culminamos en el ser, somos
para la muerte, pues sólo alguien que es, que sigue siendo, puede morir.

El ser y la nada, abismos inconciliables, y paradójicamente complementarios pues


venimos de una ancestral e incógnita nada a dar testimonio del ser. Toda vida es un
afán de ser. Ahí es donde se recrea, en el ámbito impreciso que le va dando forma.
Todo es un sueño incierto que crece a las márgenes de la nada como un cautivo
aliento que busca la vida. Un sueño que va tomando forma en la estructura del ser
humano y en su conciencia. Primordiales reservorios del alma que pugna por vivir. No
hay más ansia que el ansia de vida. El ansia descorre el velo del ser.
La pesada inercia de la costumbre se opone al ser, pues este crece en la libertad y en
la espontaneidad. Es así que la mala costumbre va opacando al ser. Es mala
costumbre toda aquello que no se funda en la libertad; requisitos indispensables para
que crezca y se manifieste el ser.
El no ser y el ser navegan en la inconsciencia que les va dando sustento para que un
día florezcan a la vida.
Ser en el mundo es una conciencia plantada de espinas pues todo se opone a esa
conciencia de ser.
Todo ser en cuanto no ser pleno, es una promesa por cumplirse en la existencia. El
destino guía la mano de la promesa.
No ser es sinónimo de enajenación pues en este caso no hay autenticidad,
espontaneidad ni libertad. El alma se consume en las penumbras del no ser. Y todo
deseo, acto, o promesa, emerge de ese falso acorde del alma. Es la paradoja de la
muerte en vida, pues nada lleva el sello del ser, de la autenticidad. Una penumbra sin
desvelo, un sonido sin armonía, el puro remedo de vida. Se es sombra de la vida que
se pudo haber tenido.
A golpe de remo se perdió en el camino la auténtica sonrisa y la posibilidad de goce.
El no ser toca los abismos de la nada pero no es la nada ya que la nada es la
posibilidad de ser en el misterio. Con la posibilidad de la misma semilla, aunque es
posible que el no ser preceda al ser. El no ser es como una trenza de sueño que se
desgrana en el ser. Todo existente lleva la semilla, la promesa, de ser o no ser, que le
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acompaña toda la vida y más allá de la vida. Ser y no ser, es también una promesa de
eternidad. Ser o no ser es un sueño lucido que se pierde en la eternidad. Soy en
cuanto existo, en cuanto me “recuerdo” en el ancestral sueño del ser y del no ser,
cuando apenas era una promesa en el tiempo, una gota suspendida en la eternidad:
El verbo informe de la promesa.

Busco respuestas a la vida y caigo en abismos de incógnito desazón, que ahonda la


desesperación.
Buscaba consuelo en el ancestral abismo de la noche.
El corazón se freía en la espera, en un llanto desolado.
Y es que uno espera la respuesta que los labios no han de pronunciar jamás.
La angustia se sueña en el cuchillo de la desgracia.
Esa íntima agonía hiende sus raíces en una espera que no cesa, que tan solo cambia
de rostro. Es la amarga experiencia que no tiene fin.
Es una lucha sin fin que emerge del no poder ser. Eterna pugna entre ser y no ser. “Y
tan alta vida espero, que muero porque no muero,” escribió Santa Teresa de Jesús.
Por un lado el ser que ansía la certeza, y no sabe que ésta no existe; por otro lado el
desconsuelo sin fin. Ambiguas contradicciones que se albergan en el seno del ser.
Ser humano implica viva esa contradicción íntima y sin remedio.
Existir es el modo de desplegar el ser en el mundo. Commented [A18]: Espero esta frase aclare un poco las cosas.

El ser se debate en las paradojas íntimas de la angustia.


El existir va fluyendo desde el seno de la angustia que le acompaña. Es como la Commented [L19]: Convendría también un párrafo para que
distingas el ser y el existir, aunque lo esbozas en los primeros
cuerda floja de una desazón sin fin. párrafos.

Le voz de la conciencia es siempre la voz de la angustia.


La existencia se mira en los ojos ancestrales de la angustia que siempre está
presente. El problema es con cuánta angustia nos la podemos arreglar en el diario Commented [A20]: No encontré como corregir esto. La palabra
angustia es necesaria en cada concepto. Angustia no se puede decir
vivir, pues la vida es continua incertidumbre. Todo esfuerzo individual y, social está de otro modo.

dirigido a proporcionar algún grado de seguridad y certidumbre. Así se construyen


estructuras sociales y psíquicas que proporcionan una relativa confianza; más bien, la
ilusión de la certidumbre.

La angustia es la paradoja
Insoluble de la existencia,
Un andar con la voz doliente.
Un amargo aullido en la oscuridad..
El meollo del alma
Que quiere expresarse
En la vida.
Una amarga tiniebla sin fin...
O acaso descorra su velo
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Con la muerte.

El espanto se funde en el claroscuro de la angustia que fluye por todos los poros. El Commented [L21]: ¿Es un oximorón o qué?

azar nos acompaña cada día, y por lo tanto, cada paso que damos está signado por Commented [L22]: Ahora sí te luciste: “una suerte de azar,” son
sinónimos y significan lo mismo.
la angustia. Es el escándalo de la razón que no la puede contener.
La angustia desborda sus fronteras en el cotidiano albur por la existencia. Es un
sueño que no desborda sus propios márgenes de angustia.
A la luz de la angustia, la seguridad y la confianza no son más que espejismos del ser.

Querer ser auténtico, pleno, se acompaña de la angustia y la congoja de su


imposibilidad.
El ser se singulariza en cada individuo, es decir que cada quien ha de encontrar su
forma peculiar de ser.
Hay dos formas básicas de ser. Una congruente con las aspiraciones íntimas, y otra,
que no responde a las vibraciones sintónicas de la psique, hermanada con la
enajenación. Entre ambas formas, toda gradación de ser auténtico o inauténtico es
posible. Ser es la vida palpitante del existir. La aspiración de la vida que se recrea en
sí misma.
Ser es metáfora del tiempo que se desvanece, que pasa. La luciérnaga inconsútil de
la memoria. Apenas un hálito del alma.
El tiempo encarnado en la promesa de ser.
Toda línea en el tiempo
Como que se desvanece en la promesa de poder ser o no ser.
Toda huella del tiempo vital tiene el hálito del sueño de la existencia. La nostalgia del
ser que se apaga en cada acto, pues todo acto implica un paso hacía el no ser.

El ser tiene la certidumbre de la vida,


mientras el no ser se debate
en mortecinas penumbras del olvido.

La ubicua mirada del cosmos se desvanece de nada.

El sueño de la antorcha palidece.

La agonía del ser se debate


Entre ruinas.

Los labios están sellados por el silencio


de la lágrima.
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La esperanza galopa
Ante todo preámbulo de ser.

Un hilo de vida es posible


En el desierto del no ser.

El dolor infinito
De la angustia preña al ser.

México, D. F. verano de 2009.


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El ser siendo enriquece la vida y el no estar siendo, la empobrece.


El sueño de toda crisálida es llegar a ser mariposa.

Por los confines de la nada se escabulle el sinsentido.

El afán loco de los entresijos del ser.

Existencias que sólo van dejando la huella sin huella del olvido.

Toda realización es olvido de la tiniebla que agoniza.


Toda aspiración al ser implica la nostalgia y la congoja del puede ser. El sueño de la
crisálida. La sustancia recóndita de la vida

La flecha del ser apunta al corazón de la existencia auténtica.


El ser precisa de las alas de la libertad.
La calamidad que sepulta el ser poco a poco en un recóndito sueño del cual es posible que
ya no se despierte.

El mundo es un milagro erosionado por la ambición y la inconsciencia que nacen del


tener.

El degollado grito de la bestia acorralada

El rito de la noche se pierde en las entretelas del sueño. No hay más calor que el
ansia del ser. La calumnia de las palabras impronunciadas, la calamidad del sueño
que se oculta. Los besos olvidados en la pereza de ser

El ser se sueña libre al amparo de la eternidad.

Poco a poco el sueño de la congoja va tomando forma en el puedo ser.

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