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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE ESTUDIOS INTERNACIONALES
RELACIONES ECONÓMICAS INTERNACIONALES I

Mercosur Vs Alianza del Pacífico

Muchos fueron los esfuerzos institucionales latinoamericanos que concebían la


integración como un modo de lograr desarrollo económico y social en la región
permitiendo adquirir mayor capacidad de negociación en el ámbito internacional con
otras instituciones o Estados.

Es imprescindible que una institución comercial de tal magnitud como el Mercado


Común del Sur o la Alianza del Pacífico, tengan su explicación en la historia
integracionista, la cual ha estado profundamente expuesta a la controversia de
intereses existentes entre los grandes países por hacerse con la hegemonía
económica y comercial de cada una de las subregiones existentes, entre ellas
Suramérica, la cual posee una diversidad de materias primas y productos de alto
valor.

La historia de Latinoamérica es proactiva en proyectos de integración, pero escasa


en acuerdos y con resultados efectivos, Mercorsur no escapa a esta realidad, debido
a que para su formación tuvo que pasar por una serie de etapas para consolidarse;
y es que esta institución forma parte de uno de los procesos regionales más
recientes en materia integracionista, sin embargo, los hechos que configuraron su
trayectoria son diversos.

Por su parte la Alianza del Pacífico se constituyó en el año 2011 como iniciativa
para relanzar el proyecto integracionista, fomentar el desarrollo y la cooperación
económica entre Colombia, Perú, Chile y México buscando consolidarse como un
nuevo bloque regional que estableciera puentes con los mercados del Pacífico
aprovechando los beneficios del libre comercio y la potencialidad económica de la
región. Es por ello que nos parece importante el abordaje de ambos bloques de
integración para proceder con un análisis comparativo sobre las similitudes y
desventajas. Sin embargo, nos parece pertinente revisar los antecedentes de
integración en la región para comprender el contexto en el cual surge el Mercosur y
la Alianza del Pacífico.
Antecedentes de la integración latinoamericana

Latinoamérica, a través del siglo XX, se enmarca en dos (2) etapas, que describe
Alvarez (2011), como una primera y luego segunda ola de regionalismos;
propiciándose la primera entre los años cincuenta a los setenta y las posterior entre
los años ochenta y noventa, época en la cual nace el MERCOSUR. (p. 10) En
primera instancia debemos remontarnos a la década de finales de los años
cincuenta, donde hay una preponderancia a nivel internacional y regional de la
cláusula o principio de la nación más favorecida, la cual propiciaba la existencia de
un conjunto de ventajas comerciales entre los países como forma de búsqueda del
crecimiento económico de las naciones a través de la subscripción de acuerdos
comerciales en el marco del GATT, la cual era una institución comercial promotora
de este principio, sin embargo el apego a esta cláusula no implicaba la supresión
de las zonas de preferencias establecidas por los gobiernos.

En el marco del GATT, los esfuerzos para la integración latinoamericana se


consagraron a en Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (alalc); creada el
18 de febrero de 1960, mediante el Tratado de Montevideo, cuyo objetivo era crear
una zona de libre comercio que entraría en operación a partir del 31 de diciembre
de 1972, pero nunca fue puesta en práctica. En 1980, la alalc fue substituida por
la Asociación Latinoamericana de Integración (aladi), formada por los mismos once
gobiernos participantes en la alalc, a los cuales se sumaron posteriormente los de
Cuba (1999) y Panamá (2011). La transición de la alalc a la aladi impuso una
suerte de paradigma político: la ausencia de resultados concretos con un programa
de integración no fue obstáculo para pasar, sin más, a una nueva iniciativa; así, los
proyectos se multiplicaron, llenando el espacio latinoamericano de siglas: sela, can,
mercosur, alba, celac, unasur, otca, sic, mcc, cc, etc.

Cabe destacar también, que mientras se empezaba a evidenciar un proceso de


acercamiento económico entre los Estados latinoamericanos, muchos de ellos
experimentaban un proceso de industrialización a lo interno conocido como modelo
ISI, esto con el fin de combatir el deterioro de los términos de intercambio y la
dependencia de los mercados extranjeros y su volatilidad, aspectos que llevaban a
dividir el mundo y la región entre centros y periferias, lo cual contradecía para el
momento los principios de la integración. Este modelo fue impulsado por el
Secretario Ejecutivo del CEPAL Raúl Prebisch en los años cincuenta (50) como
forma de encontrar una senda hacia el desarrollo de la región.

Sin embargo, la década de los 80 combinó algunos desequilibrios que afectaron


las economías subdesarrolladas. El aumento de las tasas de interés, la apreciación
del dólar, el creciente endeudamiento en muchos países para sostener el gasto
público y la caída en los precios de los commodities llevó a muchos países a la
imposibilidad de pagar su deuda externa, esto aunado con episodios inflacionarios
y acentuados déficit fiscal. El consenso de Washington propició políticas de
liberación de los mercados para corregir los fallos así con un mercado altamente
competitivo, una reorientación del gasto gubernamental, una reducción del estado
que a su vez permitiera un comercio libre, un tipo de cambio competitivo y una
apertura a la inversión extranjera directa comenzaban a dar forma en la región
paralelamente con los cambios introducidos en las economías de los Estados
Unidos y Gran Bretaña donde el tema mercado recobraba fuerza.

La década de los 90 representó un giro ideológico con respecto al paradigma de


crecimiento, se entendió que el crecimiento económico no es igual a calidad de vida.
Los niveles de pobreza seguían siendo altos. El crecimiento sostenido para
erradicar la pobreza y lograr una proporcionalidad entre los ingresos en la población
fue el objetivo de los países.

Luego de este proceso exhaustivo durante más de cuatro (4) décadas por lograr
una compenetración de los mercados latinoamericanos como forma de expandir el
comercio; y luego de haberse superado las dificultades políticas, territoriales y
sociales entre diferentes países en especial los que integraran el MERCOSUR, se
procede en 1991 a firmar el Tratado de Asunción, el cual da inicio a este
importantísimo bloque comercial económico que nos ocupa.
Mercado Común del Sur (MERCOSUR)

El MERCOSUR vino a representar el proceso regional final del siglo XX en materia


de Integración comercial y económica. En principio este contemplaba una zona de
libre comercio entre los miembros fundadores, pero al mismo tiempo quería
desarrollar una unión aduanera y consolidar un mercado común, lo cual fue muy
ambicioso para la época, pero visto con muy buenos ojos a nivel regional, por ser
novedoso en materia integracionista. Como señala Alvarez (2011) “mientras la
trayectoria latinoamericana era de grandes iniciativas que no lograban concretarse,
parecía que el MERCOSUR se escaparía de esa dinámica, sobreviviendo a los
cambios de gobierno…” (p. 15). El Mercado Común del Sur, desde su creación en
1991, ha presentado diferentes etapas como consecuencia de las variaciones de la
política interna de cada miembro y los distintos ciclos que se ha visto sometida la
economía a escala regional durante los más de veinte (20) años de creación hasta
la actualidad. Por lo cual podemos dividir en tres (3) etapas la evolución hasta
nuestros días del bloque comercial.

Una primera etapa, de 1991 a 2005, donde se observó un rápido crecimiento en los
flujos comerciales intrabloque a partir de la desgravación arancelaria y luego fuertes
crisis estructurales por la caída de los niveles de actividad y de comercio
entre los miembros. En esta etapa las economías del MERCOSUR crecieron
apoyadas en el contexto externo favorable y en la recepción de flujos
internacionales de ca pital. Con el Tratado de Asunción de 1991 , sólo se
inauguró el periodo de transición hacia la conformación del mercado común.
Dicho tránsito pasó por una serie de protocolos que permitieron al MERCOSUR
consolidarse. Desde 1991 hasta el año de 1994, que e s la etapa fundacional
donde se llevan a cabo las negociaciones sobre la apertura comercial y la
creación de la zona de libre comercio del MERCOSUR, la Unión Aduanera y
la construcción del mercado común.

También se le proporcionó al organismo de una institucionalidad que permite


completar el esquema de integración en 1994 por el Protocolo de Ouro Pretto,
el cual le proporciona una serie de órganos internos que regularan su
funcionamiento entre los cuales destacan . Por otra parte en este mismo periodo
fundacional rea el Protocolo de Brasilia como forma de concertar un
mecanismo de solución de controversias en caso de existir problemas entre
los miembros, así como la eliminación de barreras no arancelarias, origen y
unas cláusulas de sal la adopción de un régimen de vanguardia que fueron
desapareciendo con el tiempo. Por otra parte en 1998 se crea el Protocolo
de Ushuaia compromiso democrático , que versa sobre el de los miembros,
este como forma de asegurar los valores que engloba este sistema político
dentro del MERCOSUR. Luego se deroga el anterior Protocolo de Brasilia de
1991 en 2002 por el Protocolo de los Olivos, el cual versa sobre la misma
materia del primero, este proporciona más avances en materia de solución de
controversias y prevé la constitución de un Tribunal Permanente de Revisión
como forma de asegurar un juicio transparente entre los estados partes del
Tratado comercial , en caso de existir algún por menor en la materia.
Desde finales de los noventa (90) hasta el año 2005 observamos que MERCOSUR
se encuentra centrado en los temas comerciales, con miras a perfeccionar su zona
de libre comercio, eliminar las listas de excepción nacionales de bienes y lograr la
meta de reducir a cero el universo arancelario, para ello se propicia una especie de
relanzamiento a lo interno como forma de lograrlo.

La segunda etapa del grupo comercial se materializa en el 2007 hasta finales del
año 2010, con la creación del instituto Social del MERCOSUR, y la aprobación de
la Declaración de Principios del MERCOSUR Social, las cuales van a buscar
modificar el carácter meramente geoeconómico en torno al cual giran todas las
negociaciones dentro del bloque

La tercera y última etapa del MERCOSUR, que va desde finales de la década


pasada hasta nuestros días, ha sido de vital importancia y se ha caracterizado por
un agotamiento de la fase político-ideológica, producto de los cambios de gobierno
y por otra parte la nueva expansión del comercio, quizás signifique esto que la
institución está en un regreso a sus orígenes comerciales-económicos, bajos los
cuales se fundó. También en esta última etapa hay un predominio y relanzamiento
de la agenda de libre comercio y la concreción de nuevos acuerdos con otros de
esquemas de integración. Así, existe por último un refuerzo del compromiso con la
democracia en el bloque, por medio del fortalecimiento del Protocolo de Ushuaia II
en 2011, lo cual propiciará la garantía de esta forma de gobierno en la subregión.
Alianza del Pacífico

La Alianza del Pacífico (AP) es un proceso de integración profunda constituido


el 24 de abril del 2011 por Perú, Chile, Colombia y México. Dentro de sus objetivos
se encuentran construir de manera consensuada un área de integración que permita
alcanzar progresivamente la libre circulación de bienes, capitales, servicios y
personas; lograr, por medio del desarrollo y crecimiento económico, la superación
de la pobreza y la desigualdad; lograr mayores niveles de bienestar e inclusión
social; ser una plataforma de articulación política, comercial y económica hacia el
mundo, en particular hacia el Asia-Pacífico (Alianza del Pacífico, 2013a).

La Alianza del Pacífico recoge así un grupo de países que coinciden en el manejo
de la política y la economía, alejados de la influencia que ejerce el socialismo del
siglo XXI en la región, y caracterizados por su compromiso con el libre comercio
como vehículo para el desarrollo de sus sociedades. La Declaración de Lima
también deja claro que la AP es un mecanismo de proyección económica y
política de los países que la conforman hacia la región del Asia Pacífico.

A pesar de que la AP ha sido calificada por algunos sectores políticos de la región


como una nueva intervención de los Estados Unidos para hacer frente al liderazgo
de Brasil y Venezuela y los bloques liderados por ellos, Mecosur y el ALBA, la
Primera Cumbre de la AP sostiene que es un esfuerzo que alienta la integración
regional y que surge de un esfuerzo antecesor denominado Arco del Pacífico
Latinoamericano. Lo anterior puede entenderse a partir de la aparición a comienzos
del siglo XXI de distintas tendencias que asumen de modo diferente la integración
comercial y el regionalismo abierto; así pues, Ignacio Barteghai (2010) explica la
existencia de tres ejes: a) regionalismo abierto (TLC), b) revisionista y c)
antisistémico. El primer eje hace referencia a aquellos países cuya agenda
comercial está orientada hacia la firma de tratados de libre comercio (TLC),
fundamentalmente con Estados Unidos y otras potencias económicas, aunque sin
descartar a los países de la región; en el eje revisionista está caracterizado el
Mercosur, el cual, aunque tiene una naturaleza comercial, ha adoptado
comportamientos que trascienden lo social y productivo; finalmente, el eje
antisistémico está expresado en el grupo de países del ALBA, que no ven en el libre
comercio una alternativa para el desarrollo social.
En ese sentido, el Arco del Pacífico Latinoamericano surge en el 2006 como una
aparente alternativa a esos tres enfoques, e integra a los países de la región que
tienen costas sobre el océano Pacífico (Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El
Salvador, Honduras, Nicaragua y México). Solo Nicaragua y Ecuador practicaban
modelos diferentes al regionalismo abierto y al libre mercado. A pesar de
presentarse como una alternativa, no resulta difícil encasillar el Arco del Pacífico en
el eje del regionalismo abierto (TLC), pues la mayoría de las economías que lo
integraban se reconocían allí, pero sobre todo por el contexto de su creación: la
crisis de la CAN. El surgimiento del Arco obedece a la fractura sucedida en la CAN
por la intempestiva salida de Venezuela del bloque, como respuesta a la
negociación de TLC entre Colombia y Perú con Estados Unidos.

De acuerdo con la Declaración de Lima, producto de la Primera Cumbre de la AP


en el 2011, esta iniciativa surge de la invitación de Alan García, presidente de Perú
en esa época, con el fin de promover el desarrollo económico, la generación de
empleo, la reducción de la pobreza, el desarrollo inclusivo y el fortalecimiento de la
democracia.

Es importante destacar que en la 4ta cumbre se definió, “que el 90 % del universo


arancelario tendrá arancel 0 y que el 10 % restante se desgravará conforme a lo
acordado entre las partes La firma del Protocolo Adicional del Acuerdo Marco de la
Alianza del Pacífico fue el hecho más trascendental de la Octava Cumbre, realizada
en Cartagena (Colombia), en febrero del 2014” (Barteghai, 2009,p.7). El Protocolo
recoge todas las negociaciones en las distintas materias que habían sido analizadas
en las cumbres anteriores; consta de diecinueve capítulos dentro de los cuales se
destacan temáticas como acceso a mercados, reglas de origen, facilitación del
comercio y cooperación aduanera, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos
técnicos al comercio

Estado actual de la integración Latinoamérica. Logros y desafíos del Mercado


común del sur y la alianza del Pacífico

En el contexto latinoamericano, la Alianza del Pacífico y el Mercado Común del


Sur ilustran las nuevas líneas de división de América Latina; las diferentes
visiones y tendencias de la economía y el comercio perfilan una división.

Muestra de lo anterior es que los miembros de la Alianza, entre sí, han suscrito
acuerdos comerciales; además, su promedio de aranceles aplicados de nación
más favorecida es el más bajo en la región, su número de acuerdos comerciales
con el mundo es el más alto de América Latina, figuran entre los países con mayor
apego al Consenso de Washington y superan al mercosur en su participación en
el comercio regional22. También se observa un alto índice promedio de apertura
comercial (51.40%).

Sin embargo, nos parece importante resaltar los beneficios del mercado regional en
el sentido de que este modificó el comercio y la inversión en la región, se incrementó
el comercio exterior del grupo con el resto del mundo y, a la vez, el comercio
intrarregional. En efecto desde que se inició el acuerdo hasta el 2011 y como afirma
Ruy Carlos Pereira:
En el área comercial, los resultados del MERCOSUR son palpables: (a) el comercio intra-
MERCOSUR fue récord en 2011, habiendo alcanzado los U$S 53 mil millones; (b) en 2008,
el comercio había sido de U$S 40 mil millones –aun después del inicio de la crisis
internacional–, por lo tanto, el intercambio siguió creciendo (33% más en 2011 respecto de
2008); (c) desde 1991, año de la firma del Tratado de Asunción –y, por lo tanto, de la
“fundación” del bloque–, el valor del comercio intrazona se multiplicó por diez, mientras que
el intercambio de los países del MERCOSUR en su conjunto con el mundo creció siete
veces; (d) en 2011, el 90% de las exportaciones brasileñas al MERCOSUR fue de bienes
manufacturados (p.10)

Este incremento se produjo especialmente entre la Argentina y Brasil. Ocurrió la


creación del comercio desde que los brasileños comenzaron a importar de argentina
combustibles (petróleo), manufacturas de origen agropecuario e industrial
(alimentos elaborados, autopartes, etc.) y otros productos que antes ellos
elaboraban a un costo mayor. Igualmente, desde que Argentina comenzó a importar
de Brasil textiles, calzado, vehículos, automotores, bienes intermedios y de capital
(que ellos producen a un costo más bajo). En ambos casos se produjo un
desplazamiento de la producción desde productores domésticos de mayor costo
hacia productores de menor costo localizados en el país socio.

Otro aspecto que debemos considerar es que la regionalización del comercio


aumentó la exposición a la competencia y redujo la ineficiencia. En Argentina la
productividad laboral media creció como lo señala Jorge Shvcer (2014)
“En términos relativos, han logrado reducir el costo laboral unitario relativo entre 1995 y
2001 entre un 40% y 50%, lo cual les ha otorgado una mejora de competitividad relativa
significativa frente a los países del ALCA. En el área económica, el MERCOSUR, ha tenido
importantes avances porque ha logrado incrementar el flujo comercial entre sus países
miembros. De acuerdo con cifras publicadas por la ALADI, las exportaciones intra-
MERCOSUR Fob alcanzaron 53.853 millones de US$ (2011). Para ese mismo año, las
importaciones intra-MERCOSUR, se ubicaron en 52.478 millones de US$ (2011). En este
sentido, se puede decir que este bloque es mucho más dinámico que la Comunidad Andina,
cuyas exportaciones Intra-CAN FOB, llegaron a 9.264 millones de dólares (2011) y el monto
de las importaciones Intra-CAN CIF, se ubicaron en 9.648 millones de dólares (2011). El
intercambio comercial puede considerarse como uno de los aspectos más ventajosos del
MERCOSUR”. (p.5)
El intercambio comercial y la integración han sido beneficiosos en el mercado
laboral y la unificación de una tasa arancelaria englobando sectores de mercados
diferentes y abriendo las posibilidades para inversiones. Esto representa un debate
en la actualidad. La integración implica disciplina macroeconómica si se cuenta con
bancos centrales independientes con metas definidas en materia de crecimiento,
empleo e inflación. Aunque quizás el beneficio de un mercado de más de 200
millones de consumidores ha sido las economías de escala en la medida que se
han reducido los costes fijos y se han incentivado la producción a través de la libre
circulación de mercancías con una política arancelaria común permitiendo una
mayor oferta de bienes e innovación.
Sin embargo, el MERCOSUR va a enfrentar numerosos desafíos en los próximos
años que pondrán a prueba su estabilidad. La estanflación que atraviesa Brasil con
un déficit fiscal acentuado aunado por los problemas de la economía argentina y los
desequilibrios macroeconómicos de Venezuela ponen en riesgo la estabilidad del
bloque y la profundización de la integración. Algunos de esos peligros tienen
orígenes estructurales tales como fallas en la productividad, inflación progresiva,
pérdida de posicionamiento global, caída en los ingresos externos, endeudamiento,
fuga de capitales y caída en la inversión.

Otros desafíos que debe enfrentar el bloque es la desproporción entre los países
miembros en cuanto a tamaño, dotación de recursos y sistema económico. El
bloque económico tendrá que lidiar con los diferenciales productivos de cada
economía que conforma el bloque, la coordinación de políticas macroeconómicas
comunes y la solidez en los indicadores macroeconómicos podrán nivelar dichos
diferenciales. En el camino también han quedado temas como la adopción de una
moneda única, siguiendo el ejemplo de la Unión Europea o el mejor funcionamiento
de instancias como el Tribunal del MERCOSUR. Tampoco se ha podido concretar
el esperado acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Temas pendientes
que marcarán la pauta del bloque en los próximos años.

Por su parte, la Alianza del Pacífico ha avanzado en la consolidación de la


integración con la creación de una plataforma de integración bursátil, el Mercado
Integrado Latinoamericano (MILA), entre los cuatros países de la Alianza, cuya
capitalización superó los 950 mil millones de dólares. Durante este tiempo se tienen
aumentos importantes en el turismo intra-alianza, en la movilidad académica y
estudiantil, en el número de becas. Además destacan resultados en materia
de Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), en la interoperabilidad de las
ventanillas únicas y operador económico autorizado, avances en proyectos de
propiedad intelectual, innovación, servicios, protección al consumidor, la
eliminación de visas, la participación en el Mercado Integrado Latinoamericano, las
oficinas conjuntas de promoción comercial y las embajadas conjuntas, así como
diversos temas de cooperación como medio ambiente, minería, género, cultura,
laboral, entre otros.

Otro factor que potencia la alianza es la integración es que según el FMI, “el PIB de
los países de la Alianza del Pacífico (AP) ascendió a USD 3,8 billones en 2016,
representó 40,9% del PIB de América Latina y el Caribe y 3,2% del PIB mundial”
(Cámara de comercio de Cali, 2017). En conjunto, las cuatro naciones representan
36,0% de la población de América Latina y el Caribe y 3,0% de la población mundial.
En términos comerciales, desde el primero de mayo de 2016 la Alianza del Pacífico
hizo uso del Protocolo Comercial, instrumento que le permitió liberar 92% del
comercio entre estos cuatro países, mientras que el restante 8% eliminará sus
aranceles en periodos de 3 y 7 años, solo un porcentaje reducido de productos
estará sujeto a un plazo máximo de desgravación arancelaria de 17 años. Dentro
de estos productos que se desgravarán paulatinamente el maíz, trigo, café, banano,
frijol y papa. El azúcar, producto de gran importancia para la economía regional, fue
excluido por solicitud de los países miembros de esta Alianza, dados las grandes
distorsiones del mercado internacional.
Alianza del Pacífico Vs Mercado común sur

Podemos precisar algunas semejanzas y diferencias de ambos bloques de


integración:

1) Red institucional: El Mercosur posee un desarrollo institucional con cierta


madurez, que siguió el modelo de la UE, que no parece ser replicado por
la Alianza del Pacífico. Como es sabido, el Mercosur apostó a conformar
un mercado común entre sus miembros 6 , lo que implica el mismo nivel
de integración que pretende alcanzar la Alianza del Pacífico. Sin
embargo, este último “pretende hacerlo de forma más pragmática y
quizás menos ambiciosa que lo inicialmente planteado por el Mercosur,
lo que también tiene que ver con que son acuerdos creados con más
de veinte años de diferencia (los cambios en el escenario internacional
fueron sustanciales en ese período” (Bartesaghi, 2017, p. 8).

2) Énfasis político y económico: El Mercosur tuvo un perfil netamente


económico y comercial como la Alianza del Pacífico, desde hace unos
años el primero fue ponderando más sus intereses políticos, lo que ha
ido transformado al bloque en un foro que se encuentra más cerca de
la UNASUR que de la AP (Bartesaghi, 2013). Entre las principales
razones por las cuales el Mercosur viró en sus intereses (de lo
económico – comercial hacia lo político), podrían destacarse las
transformaciones políticas de la región sudamericana, como la asunción
de presidentes de izquierda con una visión ideológica de los procesos
de integración que difiere sustancialmente con la presentada en los
inicios de la década del noventa. A su vez, la ponderación de los
intereses políticos frente a los económicos, se encuentra estrechamente
relacionada con la política exterior de Brasil y sus intereses en América
del Sur. Desde el punto de vista comercial, la AP cuenta con una
economía más abierta en comparación con el Mercosur, hecho que
queda en evidencia si se calcula el indicador de apertura comercial o
se analizan los aranceles promedio de los dos procesos de integración.
En el primer caso, la apertura comercial de la AP duplica a la del
Mercosur, mientras que el arancel promedio NMF ponderado del
Mercosur es el doble del nivel de la alianza, 12,1% frente a 6,6% (Guillén,
2013).

3) Comercio interregional: el Mercosur se encuentra mejor situado que la


Alianza del Pacífico. Si bien la AP aumenta progresivamente su comercio
intrarregional, como bien dice el mismo se sitúa 10 puntos por debajo a los
niveles presentados por el Mercosur. El bajo nivel de comercio intrarregional
de la alianza en comparación con el total del comercio, tiene que ver según
Bartesaghi “con la importante concentración de las ventas de México con
Estados Unidos, pero también de todos los miembros de la alianza con dicho
país así como con la UE y China” (p. 6). Como es natural debido a las
asimetrías que existen entre las economías, gran parte del comercio
intrarregional del Mercosur está explicado por el comercio entre Brasil y
Argentina.
4) Semejanzas: Por otra parte, entre los bloques también se pueden identificar
algunas semejanzas. En los dos casos hay dos potencias que marcan la
diferencia en cuanto al peso económico y comercial. En efecto, Brasil explica
el 71% del PIB del Mercosur y México el 58% de la AP. Cabe resaltar que
el Mercosur supera a la AP en términos de PIB, representando el 56% del
total de AL, frente al 35% de la alianza. En términos de territorio y población,
Brasil representa el 67% y 71% respectivamente de Mercosur, mientras que
México el 38% y 56% respectivamente de la AP. El Mercosur también supera
a la alianza en estas dos variables de acuerdo a datos de CEPAL
correspondientes al año 2012.

En definitiva, el lanzamiento de la AP generó un debate de modelos al interior


del continente, especialmente en lo que refiere a los liderazgos de las dos
potencias de AL, Brasil y México. Es en este punto donde se visualizan las
diferencias entre los dos bloques y no tanto en las políticas económicas
donde existen muchas similitudes.
Frente a este fenómeno, no todos los países de AL se posicionaron de la
misma forma. En efecto, desde el fracaso de la negociación del ALCA
impulsada por los Estados Unidos, los países de la región hicieron públicas
sus diferencias en las estrategias de inserción que consideran más apropiadas
de acuerdo a sus políticas de desarrollo. Es por ello que se vislumbran dos
tendencias en América Latina: la del Atlántico, que desconfía de la globalización,
imbuida por los principios del socialismo y otorga un mayor papel al Estado en
la economía, y la del Pacífico que opta por el libre mercado y comercio"

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