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Se considera un estresante a todo evento que representa una amenaza al equilibrio dinámico
(homeostasis). El estrés es la respuesta a un estresante y consta de un componente fisiológico y del
sistema nervioso autónomo, cuando esta respuesta se prolonga conduce a un daño secundario.
La alostasis se refiere a numerosos sistemas diferentes que actúan juntos al ejecutar y medir un
amplio radio de acción dinámica hasta alcanzar “una estabilidad por medio del cambio”, esta sirve
para proteger la integridad de los mecanismos homeostáticos y representa otro nivel de adaptación,
la condición neta de estos sistemas es referida como carga alostática la cual es resultado de:
Una carga alostática tipo 1 resulta cuando existe un déficit energético mientras que la carga
alostática tipo 2 es cuando hay una sobrecarga energética.
Los agentes lesivos que pueden desencadenar esta respuesta son de diferente índole (Mecánico,
biológico, químico, etc.), sin embargo, la respuesta del organismo siempre tiene los mismos
componentes, ya sea una reacción inflamatoria, inmunitaria o metabólica.
La deficiencia de casi todos los macro o micronutrimentos puede resultar en una disminución de la
capacidad adaptativa y defensiva del huésped mientras que otros nutrimentos pueden potencializar
la respuesta.
La inflamación localizada es una respuesta del organismo a una lesión la cual esta estrechamente
controlada, al perder este control local (en el lugar de la lesión) o dar una respuesta super-activada
produce el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica, o SIRS en inglés, que se caracteriza por
ser una reacción proinflamatoria a normal y generalizada que se presenta en órganos distales a la
lesión original.
Mediadores de la agresión.
Pueden ser específicos e inespecíficos en función del predominio de los mediadores, así será la
calidad de la respuesta a la agresión.
Estas sustancias son sintetizadas prácticamente por cualquier célula del organismo, pero
especialmente por monocitos y macrófagos. EL disparador para su liberación son las endotoxinas o
exotoxinas
Citocinas.
Estás moléculas excitaran el centro hipotalámico que regula la temperatura, por lo que inducirán
fiebre por medio de la prostaglandina E; inducen síntesis de glucocorticoides activando el eje
pituitario adrenal y, directamente, las células adrenocorticales.
Glucocorticoides.
Estas respuestas elevan el gasto energético y se produce una proteólisis de proteínas estructurales,
viscerales y funcionales.
Respuesta hormonal.
Glucagón, cortisol y vasopresina se liberan más tardíamente y sus tasas plasmáticas se relacionan
con la gravedad de la agresión, el aporte de sustratos y los tratamientos hormonales, previos o
secundarios a la agresión.
Tras una fase de supresión post-agresión, la insulina, en relación con la noradrenalina (Fase Ebb) se
eleva con rapidez, sin vínculo con la glucemia, por lo que aparece una resistencia a la insulina
dependiente de las hormonas contra-reguladoras, las endotoxinas bacterianas o los mediadores
inflamatorios como el factor de necrosis tumoral. Estos cambios se mantienen durante unos 7 días
en función de la gravedad.
Tras la agresión aparece una respuesta adeno-hipofisiaria y tiroidea con aumentos de la hormona
adrenocorticótropa (ACTH), hormona del crecimiento (HC), prolactina, vasopresina, Beta-
Lipotropina y Beta Endorfina y cambios irregulares en la secreción de gonadotrofinas, hormona
estimulante de la tiroides y oxitocina. (Gonadotrofinas).
Entre los cambios que se registran posterior a la lesión para despertar la respuesta se encuentran
los cambios en la tensión arterial, volumen sanguíneo, alteraciones en concentraciones plasmáticas
de hidrógeno y dióxido de carbono y el dolor generado. Todos estos patrones son detectados por el
SNC o detecta subproductos microbianos llamados “Patrones moleculares asociados a patógenos”
(PAMP’s), estas moléculas, cuyo prototipo son los lipopolisacáridos, tiene una fuerte capacidad de
inducir una respuesta al sistema inmune innato.
No hay órgano o sistema que no resienta las consecuencias de la lesión la cual se realiza por descarga
del sistema neurovegetativo que actúa directamente sobre el tono vascular o la frecuencia cardiaca
y el sistema hipotálamo- hipófisis-suprarrenal con la liberación de hormonas como corticotropina,
ACTH y cortisol que actúan sobre el metabolismo intermediario de todos los macronutrimentos,
principalmente para aumentar la disponibilidad de glucosa.
Otro sistema que participa activamente en la respuesta a la lesión es el endotelio vascular, el cual
produce moléculas de adherencia como:
P-Selectina
E-Selectina
ICAM-1
VCAM-1
Estas moléculas disminuyen la velocidad del flujo capilar, facilita la marginación de los leucocitos,
su adherencia al endotelio y su posterior transmigración. Estos mismos mediadores aumentan la
permeabilidad del endotelio, lo que permite el paso del tejido intersticial de nutrimentos o de
células para la reparación hística.
Existe una condición inflamatoria menos dramática en las salas clínicas y quirúrgicas descritas en
años recientes como caquexia o desnutrición inducida por citocinas la cual ocurre en pacientes con
enfermedad inflamatoria o maligna asociada a una pérdida de peso involuntaria y continua. Entres
sus características típicas se encuentran cambios en las concentraciones de proteínas de fase aguda.
(proteína C reactiva, Fibrinógeno y ferritina están elevadas mientras que la transferrina,
prealbúmina y albúmina están disminuidas).
1. Vasodilatación
2. Aumento de permeabilidad microvascular
3. Activación/adhesión celular
4. Activación de la coagulación.
Existe una mayor necesidad de líquidos debido al desarrollo de un tercer espacio, así como un
incremento en el consumo de oxígeno.
Las 3 frases descritas para explicar el SIRS se componen de las siguientes etapas:
1. Fase 1: El medio local produce citocinas que provocan la respuesta inflamatoria, reparan
tejidos y reclutan células del sistema retículo endotelial.
2. Fase 2: Se liberan pequeñas cantidades de citocinas a la circulación para aumentar la
respuesta local lo que inicia la respuesta de fase aguda estrechamente controlada que se
mantendrá hasta recuperar la homeostasis.
3. Fase 3: Cuando la homeostasis no se presenta se establece esta fase que puede producir
falla orgánica múltiple y la muerte.
La fase Flow se asocia con un incremento del gasto energético en reposo, consumo de oxígeno,
producción de anhídrido carbónico y gasto cardiaco con reducción de las resistencias vasculares
sistémicas.