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Señor

JUEZ PROMISCUO MUNICIPAL- (Reparto)


Suaita, Santander
E. S. D.

REF: ACCION DE TUTELA EN CONTRA DE LEANDRO SANTOS

ALBA FLOR GERENA VELASCO, mayor de edad, identificada con cédula de


ciudadanía número 28365967 expedida en San Benito, residenciada y domiciliada
en la Calle 4 N. 4-33 del municipio de Suaita, Santander. Por medio del presente
escrito, me permito presentar ante su despacho y con fundamento en el artículo
86 de la Constitución Política de 1991 ACCIÓN DE TUTELA en contra de
LEANDRO SANTOS por violar mis derechos fundamentales a la vida,
integridad personal, dignidad humana, intimidad personal y familiar, a la
propiedad privada y al debido proceso de conformidad con los siguientes:

HECHOS:

PRIMERO: Soy propietaria del bien inmueble ubicado en la Calle 4 N.4-33 del
municipio de Suaita Santander, según Certificado de Libertad y Tradición N.321-
3796.

SEGUNDO: Desde el mes de Julio del año 2017, vehículos de maquinaria


pesada y de construcción provenientes del Señor Leandro invaden el piso exterior
de mi casa o anden, obstaculizándome la vía de ingreso a mi propiedad y
causando daños en el mismo.

TERCERO: Mi lugar de residencia cuenta con una barda que queda al nivel de las
carrocerías y del platón de la volqueta allí parqueados, lo que facilita a posibles
delincuentes escalar por estos vehículos y acceder sin ninguna dificultad a las
instalaciones de mi propiedad.

CUARTO: Debido a la llegada de vehículos de maquinaria pesada y de


Construcción he venido presentando trastornos de sueño, ya que en el municipio
de Suaita, Santander la delincuencia prolifera últimamente.

QUINTO: En varias oportunidades requerí al Señor Leandro Santos para que


reubicara sus vehículos y restableciera el área perteneciente a mi propiedad, de
los cuales hizo caso omiso.

SEXTO: Es de resaltar que la propiedad del Señor Leandro Santos no colinda en


ningún punto de ubicación con mi propiedad en la Calle 4 N. 4-33.

SEPTIMO: pese a no obtener respuesta alguna que solucionara mi malestar frente


a lo ocurrido, procedí a presentar Querella por Perturbación a la Propiedad ante la
Inspección de Policía del municipio de Suaita Santander, el día 06 de Julio de
2017.

OCTAVO: Luego de transcurridos cinco (5) días de presentada mi queja ante la


Inspección de Policía y en vista de la no citación al querellado el señor Leandro
Santos, el día 23 de Julio de 2017 radico nuevamente la querella señalando la
perturbación a mi propiedad, tranquilidad y seguridad con copia al Personero
Municipal del municipio en mención.

NOVENO: Tras la negligencia por parte de la administración pública en ejercer la


acción preventiva por perturbación a mi bien inmueble, vuelvo a interponer
querella el día 22 de Diciembre de 2017 ante la Inspección de Policía, recibida por
la Alcaldía Municipal de Suaita, Santander.

DECIMO: En la querella presentada el día 22 de Diciembre de 2017, se señaló,


que ese escrito tiene el carácter de Derecho de Petición, según la Ley 1755 de
2015.

UNDECIMO: Ante la negativa por parte de la Inspección de Policía de dar trámite


a mis requerimientos, presentados de forma escrita y verbal, interpongo las
acciones legales debido a que pueden presentarse conductas delictivas.

Lo anterior lo fundamento en las siguientes:

PRETENSIONES

Con base en los hechos aquí señalados, solicito señor Juez disponer y ordenar a
la parte accionada y en mi favor lo siguiente:

PRIMERO: Solicito Señor Juez, amparar los derechos fundamentales a la VIDA


art 11 C. P. a la Integridad Personal art 13 C. P. , dignidad humana art 1 C. P ,
intimidad personal y familiar art. 15 C.P, a la Propiedad Privada art 48 C. P y
al Debido Proceso art. 29 C.P., vulnerados por LEANDRO SANTOS.

SEGUNDO: Que se declare que el querellado señor LEANDRO SANTOS ha


perturbado mi propiedad poniendo en grave riesgo mi integridad y la de mi familia,
ocasionando que se generen conductas delictivas en los alrededores de mi
domicilio.

TERCERO: Que se ordene al Querellado señor LEANDRO SANTOS de realizar


cualquier acto perturbatorio de mi propiedad, específicamente en los actos
relacionados al estacionamiento de los vehículos de carga pesada y gran
dimensión frente a mi domicilio.

CUARTO: Que se prohíba al querellado señor LEANDRO SANTOS el


estacionamiento de los vehículos de su propiedad frente a mi domicilio.

QUINTO: Ordenar al Señor LEANDRO SANTOS la compensación e


indemnización por daños materiales causados en el patio exterior de mi casa o
anden, ocasionados por el peso de los vehículos de construcción estacionados
allí.

SEXTO: Que se declare la conducta omisiva y negligente por parte del Inspector
de Policía del municipio de Suaita, Santander, al no amparar mis derechos
fundamentales reclamados.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Fundamento esta acción en lo consagrado en el artículo 86 de la Constitución


Política de Colombia, en concordancia con los derechos a la VIDA art 11 C. P. a la
Integridad Personal art 13 C. P., dignidad humana art 1 C. P, intimidad personal y
familiar art. 15 C.P, a la Propiedad Privada art 48 C. P y al debido proceso art. 29
C.P
FUNDAMENTOS FACTICOS

“La acción de tutela es un medio de protección de derechos fundamentales


cuando “resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier
autoridad pública” (art. 86, C.P.).
La jurisprudencia de la Corte Constitucional en Sentencia T- 797 de 2012 señala:
Procedencia excepcional de la acción de tutela contra actuaciones de
autoridades de policía en procesos posesorios.

La jurisprudencia de esta Corporación ha establecido tres reglas que resultan


relevantes para la resolución del asunto bajo examen y que se reiteran en esta
sentencia: “(i) En primer lugar, ha señalado que las decisiones proferidas por las
autoridades administrativas o de policía en procesos civiles tienen naturaleza
jurisdiccional, no administrativa, y por ende están sustraídas del control de la
jurisdicción contencioso administrativa. (ii) En segundo lugar, destacando la
naturaleza subsidiaria de la acción de tutela, ha enfatizado que este mecanismo
constitucional sólo procede contra estas decisiones cuando el afectado no tiene a
su disposición otro mecanismo eficaz de defensa; (iii) Y en tercer lugar,
reafirmando la autonomía funcional de las autoridades de policía en estas
materias, ha indicado que la procedencia de la acción de tutela contra sus
decisiones sólo es posible cuando en la actuación acusada se ha incurrido en una
vía de hecho.”

Sobre la naturaleza jurisdiccional de las decisiones que emiten las autoridades de


policía en procesos civiles, la Corte ha precisado que el artículo 82 del Decreto 01
de 1984, modificado por el Artículo 12 del Decreto 2304 de 1989, dispone que la
jurisdicción de lo contencioso administrativo carece de competencia para juzgar
las decisiones proferidas en juicios civiles o penales de policía regulados por la
ley. Esta restricción encuentra explicación en que, de acuerdo con la
jurisprudencia, incluso en algunos procesos policivos, las decisiones que se
adoptan pueden ser consideradas materialmente como de carácter jurisdiccional,
razón que a su vez condiciona la intervención del juez de tutela sólo frente a la
existencia de una vía de hecho. En efecto, sobre el particular la jurisprudencia ha
expresado:

“Está consagrado en la legislación y así lo ha admitido la doctrina y la


jurisprudencia que cuando se trata de procesos policivos para amparar
la posesión, la tenencia o una servidumbre, las autoridades de policía
ejercen función jurisdiccional y las providencias que dicten son actos
jurisdiccionales, excluidos del control de la jurisdicción de lo contencioso
administrativo, y no actos administrativos. […]”

Esta restricción legal que impide que las decisiones adoptadas en los procesos de
policía sean controvertidas ante la jurisdicción de lo contencioso administrativo, sin
embargo, no puede interpretarse en el sentido de que sea el juez constitucional
quien, a falta de otro juez que pueda conocerlas, esté llamado a revisar las
controversias que ante los funcionarios de policía se plantean, como si se tratara
de una instancia judicial natural para ventilar estos asuntos o como si por cuenta
de esta disposición se le hubiere asignado una competencia a prevención para
esos efectos. La intervención del juez constitucional debe estar fundada en la
necesidad de protección de derechos fundamentales, y la inexistencia de otro
mecanismo de defensa.

El amparo de las garantías derivadas del derecho fundamental al debido proceso


corresponde, en principio, al propio funcionario o autoridad a cuyo cargo esté el
conocimiento del asunto, ya sea este de naturaleza judicial, administrativa o
policiva, en razón a la naturaleza residual de la acción de tutela (art. 86, CP). Este
es un deber que deben observar todas las autoridades y que se cumple, entre
otras formas, por iniciativa del propio funcionario en ejercicio de las medidas de
saneamiento que pudiera adoptar para la salvaguarda de los derechos
fundamentales. Ante la omisión o insuficiencia en los controles internos o a falta
de tales medidas internas de saneamiento:

“[L]a jurisdicción constitucional puede ocuparse de poner término a las


violaciones a los derechos fundamentales que cometan los funcionarios
de policía, siempre que dentro del mismo procedimiento policivo no haya
una oportunidad o posibilidad efectiva de hacerlo; sin embargo, su
función no es la de sustituirlos y resolver las querellas que ante ellos se
plantean.

La procedencia del amparo constitucional se sujeta además a que el juez de tutela


advierta que se ha incurrido en una vía de hecho que vulnere en forma grave
alguna de las garantías derivadas del derecho fundamental al debido
proceso. Sobre el particular, ha sostenido la Corte:

“En razón de lo anterior y dada la naturaleza material de actos


jurisdiccionales que tienen las referidas providencias, cuando se alegue
la tutela del debido proceso, por estimarse violado con motivo de la
actuación de las autoridades de policía en el trámite de los procesos
policivos, para que aquella prospere es necesario que se configure una
vía de hecho, en los términos que ha precisado la jurisprudencia de la
Corte, pues en esta clase de procesos las autoridades de policía, para el
ejercicio de sus competencias, están amparadas por la autonomía e
independencia que la Constitución reconoce a los jueces. Es decir, que
como titulares eventuales de la función jurisdiccional, en la situación
específica que se les somete a su consideración, gozan de un margen
razonable de libertad para la apreciación de los hechos y la aplicación
del derecho. (…) Por consiguiente, sólo cuando se configure una vía de
hecho en la actuación policiva puede el juez de tutela invalidar la
respectiva providencia y ordenar el restablecimiento del debido
proceso.”

En Sentencia T-526 de 1992, la corte sostiene:

“el Artículo 6 del Decreto 2591 de 1991 confirma la naturaleza residual de la acción
de tutela y sus condiciones de procedencia cuando existe un mecanismo ordinario
de defensa, e indica que la eficacia de dichos recursos debe ser apreciada en
concreto, “atendiendo las circunstancias en que se encuentra el solicitante”.
Cuando se trata de proteger el derecho de petición, el ordenamiento jurídico
colombiano no tiene previsto un medio de defensa judicial idóneo ni eficaz diferente
de la acción de tutela, de modo que quien resulte afectado por la vulneración a este
derecho fundamental no dispone de ningún mecanismo ordinario de naturaleza
judicial que le permita efectivizar el mismo. Por esta razón, quien encuentre que la
debida resolución a su derecho de petición no fue producida o comunicada dentro
de los términos que la ley señala, esto es, que se quebrantó su garantía
fundamental, puede acudir directamente a la acción de amparo constitucional.

Esta Corporación ha precisado que el derecho de petición consagrado en el


Artículo 23 de la Constitución Política, es una garantía fundamental de aplicación
inmediata (C.P. art. 85), cuya efectividad resulta indispensable para la
consecución de los fines esenciales del Estado, especialmente el servicio a la
comunidad, la garantía de los principios, derechos y deberes consagrados en la
misma Carta Política y la participación de todos en las decisiones que los afectan;
así como el cumplimiento de las funciones y los deberes de protección para los
cuales fueron instituidas la autoridades de la República (C.P. art. 2). De ahí, que el
referido derecho sea un importante instrumento para potenciar los mecanismos de
democracia participativa y control ciudadano; sin dejar de mencionar que mediante
su ejercicio se garantiza la vigencia de otros derechos constitucionales, como los
derechos a la información y a la libertad de expresión. La garantía real al derecho
de petición radica en cabeza de la administración una responsabilidad especial,
sujeta a cada uno de los elementos que informan su núcleo esencial. La obligación
de la entidad estatal no cesa con la simple resolución del derecho de petición
elevado por un ciudadano, es necesario además que dicha solución remedie sin
confusiones el fondo del asunto; que este dotada de claridad y congruencia entre
lo pedido y lo resuelto; e igualmente, que su oportuna respuesta se ponga en
conocimiento del solicitante, sin que pueda tenerse como real, una contestación
falta de constancia y que sólo sea conocida por la persona o entidad de quien se
solicita la información”

DESATENCION DE LAS PETICIONES

ARTICULO 7o. LEY 1437/2011:

“La falta de atención a las peticiones de que trata este capítulo, la inobservancia
de los principios consagrados en el artículo 3o. y la de los términos para resolver o
contestar, constituirán causal de mala conducta para el funcionario y darán lugar a
las sanciones correspondientes.”

DERECHO A LA PROPIEDAD PRIVADA

Sentencia T-580 de 2011:

“Para que proceda la protección inmediata y efectiva del derecho a la propiedad


por vía de tutela, debe su desconocimiento afectar derechos que por naturaleza
son fundamentales, como la vida, la integridad física, el trabajo, etc. En este
contexto, sólo la conexidad entre el derecho a la propiedad privada y alguno de los
derechos fundamentales esenciales en el desarrollo y ejercicio de las condiciones
básicas de vida, permiten al juez de tutela, resolver un asunto de esta índole”

La Sentencia T-125 de 14 de febrero de 2008 M.P. Nilson Pinilla Pinilla estableció


unas condiciones jurídico- materiales que debe valorar el juez para conceder el
amparo tutelar a la vivienda digna y que consisten en:

“(i) la inminencia del peligro; (ii) la existencia de sujetos de especial


protección que se encuentren en riesgo; (iii) la afectación del mínimo
vital; (iv) el desmedro de la dignidad humana, expresado en situaciones
degradantes que afecten el derecho a la vida y la salud, y (v) la existencia
de otro medio de defensa judicial de igual efectividad para lo pretendido.

Con ello se concluirá si la protección tutelar procede.

Con respecto a la inminencia del peligro a que se encuentre expuesta la


persona, debe ser de tal magnitud y actualidad que ponga en riesgo la
vida, la salud, la integridad física o la dignidad del interesado y su núcleo
familiar, y que no exista otra forma de conjurar dicha situación.
Igualmente, la presencia de menores en el entorno amenazado convierte
en más apremiante la situación, ya que los derechos de los niños se
encuentran en un rango superior, según disposiciones internacionales y
constitucionales, jurisprudencialmente desarrolladas”.
DERECHO A LA INTIMIDAD Y A LA TRANQUILIDAD

“El artículo 15 de la Constitución Política establece el derecho a la intimidad


personal y familiar, que hace referencia a las garantías de inviolabilidad de
domicilio y de correspondencia. Este derecho también se encuentra en los
tratados internacionales ratificados por Colombia (CP art. 93), tal es el caso de la
Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), que comprende el derecho a
la intimidad, que establece: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida
privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra y
a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales
injerencias o ataques”. El domicilio es el lugar, el espacio físicamente determinado
donde se desarrolla la vida privada y familiar. Las personas tienen derecho al
respeto de su domicilio considerado como un espacio físico y como el derecho a
su disfrute con absoluta tranquilidad, libre de ataques materiales, e inmateriales
como los ruidos, los olores, las emisiones y otras injerencias”. Sentencia T-359 de
2011.

Según la Corte Constitucional en Sentencia T- 459 de 1998:

“Es el derecho a la tranquilidad, inherente a la persona humana, que le permite al


individuo desarrollar una vida digna y sosegada. El derecho a la tranquilidad, lo ha
dicho esta Sala, asume el carácter de fundamental por su estrecha relación con la
dignidad humana que, necesariamente, conlleva a la paz individual la cual es
necesaria para vivir adecuadamente. Como derecho inherente a la persona, el
derecho a la tranquilidad debe ser protegido por el Estado de tal forma que permita
un ambiente propicio para la convivencia humana, de manera que los individuos
puedan realizar sus actividades en un ambiente sano y exento de cualquier molestia
que tienda a vulnerar la paz y el sosiego”.

DERECHO AL DEBIDO PROCESO

“El debido proceso es un derecho fundamental de naturaleza compleja, toda vez que
está conformado por un conjunto de principios y reglas que articulados garantizan
que las actuaciones del Estado no sean arbitrarias. Valga decir, i) el principio de
legalidad, ii) el principio de juez natural, iii) la plenitud de las formas propias de cada
juicio, iv) el principio de favorabilidad, v) la presunción de inocencia, vi) el derecho de
defensa y contradicción, vii) la celeridad en los términos procesales, viii) la garantía
de la doble instancia, ix) el non bis in ídem y, x) la legalidad de las pruebas”.
Sentencia C-813 de 2014

PODER DE POLICÍA

El artículo 2º del Decreto 1355 de 1970 corresponde al conjunto de condiciones de


seguridad, tranquilidad y salubridad que permiten la prosperidad general y el goce
de los derechos humanos:

“ARTICULO 2o. - A la policía compete la conservación del orden público interno.


El orden público que protege la policía resulta de la prevención y eliminación de
las perturbaciones de la seguridad, de la tranquilidad de la salubridad y la
moralidad públicas.”

A nivel constitucional esta noción tiene consagración en el artículo 218, disposición


que establece lo siguiente: “La Policía Nacional es un cuerpo armado permanente de
naturaleza civil, a cargo de la Nación, cuyo fin primordial es el mantenimiento de las
condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para
asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz.
Sostiene la Corte en Sentencia C 813 de 2014:

“En materia internacional el Código de Conducta para Funcionarios Encargados de


Hacer Cumplir la Ley aprobado por la Resolución No. 34 de la Asamblea General de
las Naciones Unidas en 1979, establece que las medidas de policía en todo
momento deben armonizar con los derechos humanos. Si bien esta norma no
representa una fuente vinculante por no formar parte del Bloque de
Constitucionalidad, constituye un criterio hermenéutico para delimitar el alcance de
las obligaciones a cargo de las autoridades administrativas que ejercen funciones de
policía.

En ese contexto normativo, la Sala Plena hace referencia al desarrollo


jurisprudencial sobre esta específica materia, partiendo de la Sentencia C-024 de
1994, mediante la cual esta Corporación se refirió a la noción de policía, precisando
lo siguiente:

"La policía, en sus diversos aspectos, busca entonces preservar el orden público.
Pero el orden público no debe ser entendido como un valor en sí mismo sino
como el conjunto de condiciones de seguridad, tranquilidad y salubridad que
permiten la prosperidad general y el goce de los derechos humanos. El orden
público, en el Estado social de derecho, es entonces un valor subordinado al
respeto a la dignidad humana, por lo cual el fin último de la Policía, en sus
diversas formas y aspectos, es la protección de los derechos humanos. Estos
constituyen entonces el fundamento y el límite del poder de policía. La
preservación del orden público lograda mediante la supresión de las libertades
públicas no es entonces compatible con el ideal democrático, puesto que el
sentido que subyace a las autoridades de policía no es el de mantener el orden a
toda costa sino el de determinar cómo permitir el más amplio ejercicio de las
libertades ciudadanas sin que ello afecte el orden público."”

JURAMENTO

Bajo la gravedad de juramento manifiesto señor Juez que no he interpuesto acción


de tutela en contra de las entidades accionadas, por los mismos hechos y derechos
presentes en la acción constitucional.

PRUEBAS
1. Documentales:

 Fotocopia de la cédula de la ciudadanía de FLOR GERENA VELASCO


 Fotocopia del Certificado de Libertad y Tradición N. 321-3796
 Copia de la Querella presentada el 06 de Julio de 2017
 Copia de la Querella presentada el 23 de Julio de 2017
 Copia de la Querella presentada el 22 de Diciembre de 2017

ANEXOS

- Los relacionados en el acápite de pruebas


- Copia de la presente acción de tutela para el traslado y archivo.
NOTIFICACIONES

 A la suscrita en la Calle 4 N. 4-33 del Municipio de Suaita, Santander


Celular:

 Al Señor Leandro Santos en el Barrio la Plazuela debido a que desconozco


el lugar de su domicilio.
Celular:

Del señor Juez,

Atentamente;

______________________________________
FLOR GERENA VELASCO
C.C. No. 28365967 expedida en San Benito

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