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¿GENERADOR DE UTILIDADES?
Luis Felipe Sexto | 29 enero 2018 |
Existen tendencias que, si por un lado, son bien intencionadas y pretenden hacer ver la
importancia de realizar más actividades y dedicar recursos al mantenimiento
(incrementar costos de mantenimiento), por otro lado no aclaran el sentido metafórico
e ilustrativo de lo que se quiere trasmitir. Así tenemos estás extendidas afirmaciones que
es necesario aclarar:
Por su parte, el costo es el valor monetario de los consumos de factores que supone el
ejercicio de una actividad económica destinada a la producción de bienes materiales y/o
servicios. Desde el punto de vista normativo, la norma europea EN 1325-1─Value Analysis
and Functional Analysis. Vocabulary─ define costo como: “los gastos efectuados, o
imputables a un producto determinado” (the expenditure incurred, or attributable to, a
given product).
De hecho, la mano de obra, las materias primas, la energía que se utiliza, las comisiones
de ventas, el alquiler de un espacio, la actividad de mantenimiento necesaria para
garantizar la funcionalidad de los activos del proceso productivo y otros, clasifican
como costos. Se puede entrar en las particularidades de las diferentes clasificaciones de
costos, pero alejaría del objetivo del artículo.
The term “cost” includes all the expenditures related to the resources used to achieve the
results. – EN 15341.
Entre las componentes del “costo de producción” se encuentra el “costo directo” de las
actividades de mantenimiento. Por ello, muchos directivos piensan que eliminando las
actividades preventivas de mantenimiento, tienen más probabilidad de bajar el costo de
producción. Esto, en general, los lleva a decidir por un modelo de actuación contra avería
donde el tipo de mantenimiento que se ejercita es correctivo inmediato (ver artículo Tipos
de Mantenimiento) . Este hecho les conduce, frecuentemente, al efecto de incremento
del costo de producción que se pretende disminuir. La misma lógica se aplica cuando se
deciden los despidos masivos buscando reducir o eliminar el costo de la mano de obra.
Las medidas con efectos a corto plazo orientadas a disminuir el costo de producción a
través de la reducción o corte del costo de mantenimiento preventivo necesario,
conducen inevitablemente, en el mediano y largo plazo, al efecto indeseado
de incremento del costo de producción.
Los estándares que se ocupan del valor y de la gestión del valor (Value y Value
Management) están vigentes como normas europeas con décadas de desarrollo. Según
la norma europea EN 1325-1: 1996, la última revisión es del 2014, el valor, dentro de una
lógica de Value Management, queda definido como la satisfacción de necesidades y los
recursos utilizados para lograr dicha satisfacción. Por su parte, la norma EN 12973: 2000
aborda en pleno el tema de Value Management.
En este punto hay que significar que el concepto de valor tiene varias interpretaciones.
En particular, el valor está asociado a lo que se puede lograr con el activo en términos de
satisfacción de necesidades. En ISO 55000 se especifica que el valor real o potencial
asociado a un activo “puede ser tangible o intangible, financiero o extra financiero
incluyendo la consideración de riesgos y obligaciones. Puede ser positivo o negativo en
las diferentes etapas de vida del activo.” Sin embargo, la norma ISO 55000 se aproxima
al valor describiendo algunas de sus características generales, sin hacer referencia a su
definición precisa ni referencia a los estándares que se ocupan del tema
explícitamente (leer también el artículo Familia ISO 55000. Gestión de Activos, un análisis
crítico).
En una dimensión empresarial, el valor teórico de cualquier empresa depende de los flujos
de caja futuros que se estime generará, es decir, de sus expectativas. Consecuentemente,
la creación de valor depende de dichas expectativas. También, subjetivamente, se
cuenta con el valor que el cliente atribuye a determinados productos que puede ser
diferente a lo que se considera valor para la empresa que produce.
Desde hace varias décadas el criterio del valor se emplea para la evaluación de
inversiones. Así tenemos el Valor Actual Neto (VAN o VPN), como criterio financiero de
evaluación. En particular, desde este punto de vista, el valor de un activo productivo no
está dado por su costo ni por sus resultados históricos o presentes, sino por el
rendimiento que es capaz de generar en el futuro. El VPN (o VAN) permite cuantificar
dicho valor.
Bajo estas consideraciones, se evidencia que las actividades de mantenimiento no son las
que generan el valor que puede asociarse a un activo (real o potencial) o una empresa
(basado en las expectativas de los cash Flow futuros). En última instancia, las actividades
de mantenimiento colaboran en el mantenimiento del valor atribuible a un activo, pero el
valor del activo no viene generado por dichas actividades de mantenimiento. Estas últimas
buscan solo garantizar las funciones previstas del activo, a costos que no son comparables
con el valor atribuido al activo. Recordemos, que el valor, desde la perspectiva monetaria,
se determina por lo que el activo podrá dar en el futuro y no por lo que hizo en pasado o
hace en el presente.
El criterio mixto de atribución del valor de un activo se basa en la hipótesis que el valor
atribuible a un activo depende del costo de sustitución del activo, combinado con
la capacidad del activo de producir beneficios económicos futuros.
Las utilidades se crean luego de deducir gastos e impuestos. Está claro que disminuyendo
el costo de mantenimiento (porque lo hacemos más eficiente y eficaz y no porque lo
eliminamos como actividad programada necesaria), tenemos una contribución a poder
generar más bienes o servicios por parte de producción, y obtener así mayores utilidades
como empresa.
CONCLUSIONES