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Si usted padece de hemofilia, cuando tenga una herida puede sangrar más tiempo
que las personas que no tienen esta enfermedad. También puede tener sangrado
dentro del cuerpo (sangrado interno), especialmente en las rodillas, los tobillos y
los codos. Este sangrado puede lesionar los órganos y tejidos y poner la vida en
peligro.
Revisión general
Por lo general, la hemofilia es hereditaria. El término "hereditario" significa que el
trastorno se transmite de padres a hijos a través de genes.
Perspectivas
La hemofilia puede ser leve, moderada o grave, según la cantidad de factor de
coagulación que haya en la sangre. Aproximadamente 7 de cada 10 personas que
tienen hemofilia A sufren la forma grave de este trastorno.
En las personas que no tienen hemofilia, el factor VIII tiene una actividad del 100
por ciento. En quienes sufren hemofilia grave, el factor VIII tiene una actividad
inferior al 1 por ciento.
Hemofilia A
Hemofilia clásica
Deficiencia de factor VIII
Hemofilia B
Deficiencia de factor IX
Cada una de las hijas tiene una probabilidad del 50 por ciento de heredar el
gen defectuoso de su madre y ser portadora de la enfermedad. Cada uno de
los hijos varones tiene una probabilidad del 50 por ciento de heredar el gen
defectuoso de su madre y sufrir hemofilia.
Modelo de herencia de la hemofilia: Ejemplo 2
La ilustración muestra un ejemplo de cómo se hereda el gen de la hemofilia.
En este ejemplo, el padre tiene hemofilia (es decir, su cromosoma X es
defectuoso). La madre no es portadora de la hemofilia (es decir, tiene dos
cromosomas X normales).
Sangrado excesivo
La magnitud del sangrado depende de lo grave que sea la hemofilia.
Es posible que los niños que tienen hemofilia leve no presenten signos de la
enfermedad, a menos que tengan sangrado excesivo por una intervención dental,
un accidente o una cirugía. Los varones con hemofilia grave pueden sangrar
abundantemente después de la circuncisión.
Sangrado en el cerebro
El sangrado interno en el cerebro es una complicación muy grave de la hemofilia.
Puede suceder después de un simple golpe en la cabeza o de una lesión más
grave. Entre los signos y síntomas del sangrado en el cerebro están los siguientes:
La gravedad de los síntomas entre una categoría y otra puede parecerse. Por
ejemplo, algunas personas que tienen hemofilia leve pueden tener problemas de
sangrado casi tan frecuentes o tan graves como algunas personas que tienen
hemofilia moderada.
La hemofilia grave puede causar problemas graves de sangrado en los bebés. Por
lo tanto, en los niños que tienen hemofilia grave el diagnóstico se hace por lo
general durante el primer año de vida. En las personas con formas más leves de
hemofilia, es posible que el diagnóstico no se realice hasta la edad adulta.
Las mujeres embarazadas que saben que son portadoras de la hemofilia pueden
averiguar desde la semana 12 de embarazo si el feto padece la enfermedad.
Las mujeres portadoras del gen de la hemofilia también pueden optar por el
"diagnóstico preimplantacional" para tener hijos sin hemofilia.
Para este proceso se extraen los óvulos y se fecundan luego con espermatozoides
en el laboratorio. En los embriones que resulten de esta fecundación se investiga
luego la presencia de hemofilia. Únicamente se implantarán en el útero de la
madre los embriones que no tengan la enfermedad.
Tratamiento de restitución
El principal tratamiento para la hemofilia es el tratamiento de restitución. Consiste
en la infusión o inyección intravenosa lenta de concentrados de factor de
coagulación VIII (para la hemofilia A) o de factor de coagulación IX (para la
hemofilia B). Estas infusiones corrigen la ausencia o deficiencia del factor de
coagulación correspondiente.
Para reducir aún más el riesgo, usted o su hijo pueden recibir concentrados de
factor de coagulación que no se derivan de la sangre humana. Estos factores se
llaman factores de coagulación recombinantes. Los factores de coagulación son
fáciles de conservar, mezclar y usar en la casa; la administración del factor solo
tarda unos 15 minutos.
Lesiones en las articulaciones, los músculos y otras partes del cuerpo. Las
demoras en el tratamiento pueden causar daños como los siguientes:
Sangrado dentro de una articulación. Si esto sucede muchas veces, puede alterar
la forma y el funcionamiento de la articulación.
Hinchazón de la membrana que envuelve a una articulación.
Dolor, hinchazón y enrojecimiento de una articulación.
Presión en una articulación a causa de la hinchazón, lo cual puede destruir la
articulación.
Usted o su hijo pueden recibir tratamiento más rápidamente cuando hay sangrado.
El tratamiento temprano disminuye el riesgo de que haya complicaciones.
Se requieren menos consultas con el médico o en la sala de urgencias.
El tratamiento en el hogar cuesta menos que el tratamiento en una institución de
salud.
El tratamiento en el hogar les ayuda a los niños a aceptarlo y a responsabilizarse
de su propia salud.
Consulte con su médico o con el médico de su hijo sobre alternativas de
tratamiento en el hogar. Él o algún otro proveedor de atención médica puede
enseñarle los pasos del tratamiento y las medidas de seguridad necesarias. Los
centros para el tratamiento de la hemofilia (que se mencionan en el
apartado "Vivir con hemofilia") constituyen también un buen recurso para obtener
más información sobre el tratamiento en el hogar.
Medicinas antifibrinolíticas
Las medicinas antifibrinolíticas (entre ellas el ácido tranexámico y el ácido épsilon
aminocaproico) pueden usarse con el tratamiento de restitución. Por lo general se
administran en forma de comprimidos e impiden que los coágulos de sangre se
rompan.
Otros miembros de la familia deben aprender también a estar alerta a los signos
de sangrado en un niño que tenga hemofilia. Los niños a veces no hacen caso de
los signos de sangrado porque quieren evitar las molestias del tratamiento.
Centros de tratamiento para la hemofilia
El gobierno federal financia una red nacional de centros de tratamiento para la
hemofilia. Estos centros son un recurso importante para las personas afectadas
por la hemofilia y sus familias. (El sitio web de los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos [CDC, por sus siglas en inglés]
contiene una página de información en inglés sobre los centros de tratamiento
para la hemofiliaexternal link).
Las personas que reciben atención en los centros de tratamiento para la hemofilia
tienen menos probabilidades de tener complicaciones de sangrado y menos
hospitalizaciones que quienes reciben atención en otros lugares. También tienen
más probabilidades de tener una mejor calidad de vida. Quizá esto se deba al
énfasis que los centros hacen en la prevención del sangrado y en la información y
el apoyo que se proporciona a los pacientes y a quienes los cuidan.
En los Estados Unidos hay más de 100 centros para el tratamiento de la hemofilia
que cuentan con financiación federal. Muchos de estos centros están ubicados en
importantes centros médicos universitarios y de investigación. Los equipos de
hemofilia de estos centros cuentan con los siguientes profesionales:
Enfermeras coordinadoras
Pediatras (médicos de niños) y hematólogos pediátricos y de adultos (médicos
especialistas en enfermedades de la sangre)
Trabajadoras sociales (que pueden ayudar al paciente con asuntos económicos, de
transporte, de salud mental y otros)
Fisioterapeutas (profesionales en terapia física) y ortopedistas (especialistas en
problemas de los huesos y las articulaciones)
Dentistas
Averigüe sobre grupos de apoyo que ofrezcan diversas actividades para niños con
hemofilia y para sus familiares. Algunos grupos ofrecen campamentos de verano
para niños con hemofilia. Pregúntele al médico, a la enfermera coordinadora o a la
trabajadora social sobre estos grupos y campamentos.
A medida que su niño crezca y sea más activo, surgirán dificultades. Además de
recibir tratamiento y atención médica y dental periódica, su niño necesita
información fácil de entender sobre la hemofilia.
Los niños que tienen hemofilia también necesitan apoyo constante y hay que
hacerles entender que la enfermedad no es culpa suya.
Proteja a los niños pequeños con rodilleras, protectores para los codos y cascos.
Todo niño debe usar un casco protector al montar en triciclo o bicicleta.
Con el fin de proteger al niño de caídas, no olvide usar los cinturones y bandas de
seguridad de las sillas para comer, de los asientos para el auto y de los cochecitos.
Retire los muebles que tengan esquinas agudas o póngales almohadillas mientras
su niño es pequeño.
Guarde bajo llave o lejos del alcance del niño los objetos pequeños y afilados, o
cualquier otro objeto que pueda causar sangrado o daño.
Revise los equipos y los alrededores del patio de juegos en busca de cosas que
puedan ser peligrosas.
Las paletas heladas sirven para los sangrados leves de la boca. También es posible
que le convenga tener listo un maletín con artículos que puede necesitar si debe
llevar a su hijo a la sala de urgencias o a otro lugar.
Cerciórese de que toda persona responsable del cuidado de su hijo sepa que este
tiene hemofilia. Hable con las niñeras, las empleadas de guarderías, los maestros,
el personal de la escuela, los entrenadores y los líderes de actividades
extracurriculares para que ellos sepan cuándo deben llamarlo a usted o llamar al
9-1-1 a solicitar atención de urgencias.
Las personas que tienen hemofilia leve pueden participar en muchas actividades.
Las que tienen hemofilia grave deben evitar los deportes de contacto y otras
actividades que puedan provocar lesiones que causen sangrado, como el fútbol
americano, el hockey y la lucha libre.
Costos
Los factores de coagulación son muy costosos. Muchas compañías de seguros
médicos solo cubren su costo después de analizar cada caso en particular. Es
importante que usted sepa lo siguiente:
A medida que los niños crecen, es importante averiguar las alternativas de seguro
médico que tienen a su alcance. Entérese de qué tipos de seguro médico se
ofrecen a las personas que buscan empleo.