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“2018: Año del Bicentenario del Nacimiento de Ignacio Ramírez Calzada.

El Nigromante”

ESCUELA NORMAL DE ZUMPANGO


C.C.T. 15ENL0009X
Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Historia

Asignatura: El Conocimiento Histórico I (Finalidades y Características)


Docente titular: Mtra. Juana Morales Rodríguez

ENSAYO:
EL AULA: UN MUNDO CONSTANTE DE DIFÍCIL
CONQUISTA

Docente en formación: Flores Balderas Luis Fernando


Segundo Grado, Grupo Uno Tercer Semestre

Ciclo Escolar 2017 – 2018


Zumpango de Ocampo, Estado de México a Enero 10, 2018
INTRODUCCIÓN:
El presente ensayo responde a una de las actividades que la Escuela Normal de
Zumpango adopta para evaluar el desempeño de sus docentes en formación
durante cada uno de los semestres que se cursan, este caso resaltaré algunas de
las problemáticas que durante mis jornadas de observación y práctica docente se
me presentaron, de la mano con algunos testimonios y datos bibliográficos de las
asignaturas del semestre en cuestión.

La práctica en el docente en formación es el elemento base para generar su propio


estilo de trabajo, para valorar lo que implica el trabajo docente y para que el mismo
normalista se autoevalúe sus capacidades y trace mejoras para eventos futuros,
considerando que en la actualidad ser maestro está categorizado como un mal
empleo o como las ultimas opciones de trabajo, aunque es todo un reto por el tipo
de problemáticas que se presentan en el aula.

El tiempo, la saturación de alumnos y el dominio de los contenidos dificultan el


trabajo de un docente de secundaria, debido a las exigencias que la parte
gubernamental hace en cuestión de atender las necesidades de cada alumno que
se tiene en las aulas, sin dejar de lado la parte personal de cada maestro pues no
son máquinas, al contrario son padres y madres por tiempos prolongados de una
juventud determinante y cuestionadora del siglo XXI entonces… ¿fácil ser docente?
¿Difícil? o ¿te has puesto en los zapatos de un maestro?
ENSAYO: EL AULA: UN MUNDO CONSTANTE DE DIFÍCIL CONQUISTA
“Mientras enseño continúo buscando, indagando. Enseño porque busco, porque
indagué, porque indago y me indagó. Investigo para comprobar, comprobando intervengo,
interviniendo educo y me educo. Investigo para conocer lo que aún no conozco y comunicar
o anunciar la novedad.”

Paulo Freire

Para comenzar este ensayo me gustaría hablar sobre las expectativas que yo como
estudiante de Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Historia
tenía al ingresar al tercer semestre de mi preparación como futuro docente, ya que,
al escuchar la palabra “intervención” se me venía a la mente una clase perfecta,
lograr la atención de mis alumnos, dominar perfectamente el tema de los contenidos
a trabajar, entre otras cosas, sin embargo, la realidad es muy distinta a lo que uno
cree, puesto que la práctica te permite diferenciar entre ser un estudiante y ser un
maestro practicante, mientras en un lado obedeces, en el otro mandas.

Practicar te abre muchas puertas de análisis, ya que desde un punto más cercano
valoras el trabajo de los maestros que día con día ejercen dentro de una aula,
evalúas tu trabajo como practicante y poder decir como coloquialmente se menciona
“si la hago de maestro”; pero todo esto no es tan fácil y no se da a la primera, pues
tú como estudiante normalista buscas ser innovador con tus estrategias, buscas
crear ambientes espectaculares de aprendizaje en un mundo donde existen tantas
barreras como exigencias de la vida cotidiana.

Factores como el tiempo, la saturación de alumnos por aula y la falta de dominio de


contenidos son en ocasiones obstáculos para construir una educación de calidad y
cumplir con un perfil de egreso que se establece, lo cual llama mi atención durante
la teoría vista dentro de la escuela normal y durante mis jornadas de práctica
docente en una escuela secundaria del municipio de Zumpango, Estado de México.

En primer lugar, me gustaría abordar la temática del factor tiempo, puesto que, la
escuela normal solicita que tú como docente en formación debes de hacer “magia”
en el aula con demasiadas actividades en tan solo 50 minutos (pase de lista, orden
del grupo, secuencia didáctica y atender problemas de aprendizaje) y como lo
menciona Heller, (1977):

“Aun cuando cada maestro maneja el tiempo de acuerdo a su estilo, existen ciertas
preocupaciones generalizadas del magisterio de secundaria, tal vez la más
importante sea la intención de terminar su programa (que pocas veces se consigue),
la revisión de cuadernos o la evaluación bimestral aunado al tiempo de 50 minutos
nos permite ver que el maestro parece que llevase prisa.”

(Heller, 1977, pág. 390)

En el caso de mi primera jornada de práctica docente, el papel del tiempo dentro de


mi secuencia didáctica fue fundamental para no lograr evaluar el trabajo de mis
alumnos quienes me solicitaron ir más despacio con las actividades que realizaban
puesto que no entendían el tema que abordaba por primera vez; en la segunda
jornada de práctica docente logre dar continuidad a un tema en específico, sin
embargo, por querer darle otro sentido a la forma de trabajo usual, apoyándome con
recursos multimedia, se presentó otra barrera que con el factor tiempo impidió que
cerrara mi secuencia didáctica: el traslado hacia otros espacios de trabajo, ya que
al dar la indicación a los alumnos de cambiar de espacio no logran comprender la
orden y se distraen con otras acciones lo que implica trabajar con más presión
dentro del aula pues los 50 minutos siguen en marcha.

Otro de los aspectos que me llamó la atención en mi práctica docente de la mano


con lo visto en la escuela normal es la saturación de grupos, mismo que se
considera como una situación que los maestros enfrentan cotidianamente ya que,
las escuelas con grupos así padecen problemas de hacinamiento de lugares debido
al tamaño de las aulas y la disponibilidad del mobiliario que es mínimo aunado al
deterioro del mismo que hace que los alumnos tengan poco movimiento en su aula,
sin dejar de lado en la edad en que se encuentran (cambios biológicos), todo esto
como lo menciona Rockwell, 1987:

“La cantidad de alumnos con que trabaja un maestro es un elemento que condiciona
el tipo de relación pedagógica y de las actividades que puede poner en práctica
durante la clase; todo esto depende de la demanda que tenga la escuela y el
número de turnos”

(Rockwell, 1987)

Aterrizando estos datos en mis jornadas de observación y práctica docente y a


través de entrevistas con los mismos alumnos hacen hincapié en que se sienten
incomodos no tener tanto movimiento entre lugares y que sus pupitres están
maltratados gracias al descuido de los alumnos del turno vespertino; por otro lado
los maestros se quejan de esta situación debido a que administrativamente se pide
poner atención a cada individuo del grupo para atender problemas de aprendizaje,
pero es imposible debido a la saturación de grupos y al factor tiempo que aborde en
la primera parte.

“Creo que nos encontramos muy apretados en el salón porque somos muchos y luego
también los orientadores nos regañan porque no cuidamos las bancas pero eso lo hacen
los de la tarde y nosotros siempre somos los malos”

Entrevista M.G.S.C 28 de Noviembre de 2017.

“Como te podrás dar cuenta aquí en el salón es imposible que yo cheque cada alumno o
que pueda pasar entre sus lugares ya que estamos muy amontonados y de esto las
autoridades no se dan cuenta y nos meten más niños a grupo, antes eran 45 ahora son 52”

Entrevista G.M.L 30 de Noviembre de 2017

Por lo tanto, resulta complejo atender cada una de las necesidades del alumno
como lo plantea la parte gubernamental debido a que no existe una conciencia de
con qué número de alumnos se trabaja adecuadamente, es decir, consideran que
la parte magisterial son máquinas de moldear adultos futuros a los cuales por el
contrario, se deben ayudan a crear una conciencia y sentido crítico sin embargo no
se tiene en cuenta de que un maestro también es un ser humano con características
propias y un estilo de vida que también debe de atender.

Finalmente uno de los elementos más importantes que considero eje para el trabajo
docente es el dominio de contenidos, puesto que muchos de los maestros que
observe durante mi estancia en la escuela secundaria no tenían dominio de
contenido y buscaban evadir toda clase de dudas por parte de los alumnos, siendo
que a ti como docente en formación en una escuela normal te piden que eso sea la
herramienta básica para llegar al aula e impactar al grupo con el que se trabaja;
para esto, Rosa Martin del Pozo menciona que:

“Los contenidos deben tener un sentido para los alumnos más allá de desarrollar el
listado de temas del libro de texto. Desde esta visión que se comparte, los
contenidos han de adoptar la forma de problemas, proyectos o centros de interés
que sean relevantes para la vida presente y futura de los alumnos, estos problemas
o proyectos escolares son cotidianos en la medida en que afectan a sus vidas, pero,
por su complejidad, requieren de otras formas de conocimiento para ser tratados en
el aula. Constituyen, por tanto, un medio para integrar y relacionar informaciones
que provienen de fuentes epistemológicas diversas.”

(Martín Del Pozo, 2009)

En la parte de mi práctica consideró que me faltó dominar el contenido en


determinado momento, y es que siendo honesto los nervios me traicionaron pues
eran las primeras ocasiones cuando trabajaba con alumnos de secundaria y siendo
observado por un maestro titular y un representante de la escuela normal, entonces
cualquier error consideraba que era un tropiezo en mi formación, sin embargo, las
observaciones hechas fueron positivas resaltando la parte del dominio de los
contenidos que me hizo falta para controlar más el grupo pero que solo es el
comienzo y esta correcto equivocarse.
“La parte del dominio de contenidos es fundamental para tu formación, no te desanimes, es
el comienzo, hay que practicar más e investigar más sobre los contenidos para trabajar
preguntas con el grupo”

Observaciones del docente titular L. M. L. 09 de Octubre de 2017

Así como a lo largo de este ensayo aborde factores que obstaculizan el trabajo del
docente (llámese tiempo, número de alumnos y dominio de contenidos) también hay
exigencias por parte de las autoridades educativas que exigen el cumplimiento de
un perfil de egreso en la Licenciatura en Educación Secundaria en el plan de
estudios de 1999 que a lo largo de los ocho semestres el docente en formación debe
adquirir por ejemplo:

 Poseer alta capacidad de comprensión.


 Solido dominio de los propósitos y contenidos de la educación secundaria.
 Saber diseñar, organizar y poner en práctica estrategias y actividades didácticas.
 Reconocer el significado del trabajo docente.
 Apreciar y respetar la diversidad regional.
(Secretaria de Educación Pública, 1999)

Pero todo esto se frena con las problemáticas planteadas con anterioridad, por lo
que considero que no es imposible alcanzar el perfil de egreso, solo es cosa de
trazarnos metas a corto, mediano y largo plazo, donde plasmemos lo que queremos
lograr con nuestros alumnos.
CONCLUSIÓN:

En este tercer semestre de la Licenciatura en Educación Secundaria con


Especialidad en Historia he aprendido bastantes elementos que me permiten
construir este documento, sin embargo, no todo es fácil, hay pruebas que llegan a
hacer que me cuestione sobre si continuar en esta bella carrera o mejor desistir y
buscar alternativas, ante esto puedo inferir que trabajar con alumnos de secundaria
implica todo un reto, afrontar situaciones que cada escuela tiene, analizar con
profundidad la situación actual de México y su impacto en la juventud me permite
concluir que nada es imposible, que cuando se quiere se puede pero siendo
realistas y nada que fuera de la realidad porque aunque se quiera encontrar una
sociedad transformada para bien, hoy en día son más los malos que los buenos;
hoy yo me encuentro en proceso de formación docente donde estoy seguro que en
un futuro no muy lejano lograré estar frente a un grupo corrigiendo lo que en este
semestre aprendí en mis primeras jornadas de observación y práctica docente; pues
para mí, ser docente practicante me permite construir un estilo de enseñanza y
saber cómo relacionarme con los alumnos para no perder la jerarquía de roles;
confió plenamente en que los nervios que me traicionaron en estas ejecuciones
frente a grupo disminuyan con la ayuda de técnicas de trabajo grupal.

REFERENCIAS:
Heller, A. (1977). Sociología de la vida cotidiana. Barcelona: Península.

Martín Del Pozo, R. y. (2009). La formación inicial en competencias valorada por los
maestros en activo. Revista Electr´nica Interuniversitaria de Formación del
Profesorado, 59-69.

Rockwell, E. (1987). Desde la perspectiva del trabajo docente. México: DIE-


Cinvestav.
SEP. (1999). PERFIL DE EGRESO SECUNDARIA PLAN 1999. México: Secretaría
de Educación Pública.

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