El estudio fotográfico de los espectros estelares lo inició en 1885 el astrónomo
Edward Pickering en el observatorio del Harvard College y lo concluyó su colega Annie Jump Cannon.
Esta investigación condujo al descubrimiento de que los espectros de las estrellas
están dispuestos en una secuencia continua, según la intensidad de ciertas líneas de absorción. Las diversas etapas en la secuencia de los espectros, designadas con las letras O, B, A, F, G, K y M, permiten una clasificación completa de todos los tipos de estrellas. Clase O: Líneas del helio, el oxígeno y el nitrógeno, además de las del hidrógeno. Comprende estrellas muy calientes, e incluye tanto las que muestran espectros de línea brillante del hidrógeno y el helio como las que muestran líneas oscuras de los mismos elementos. Clase B: La intensidad de las líneas del hidrógeno aumenta de forma constante en todas las subdivisiones. Clase A: Comprende las llamadas estrellas de hidrógeno con espectros dominados por las líneas de absorción del hidrógeno. Clase F: En este grupo destacan las llamadas líneas H y K del calcio y las líneas características del hidrógeno. Clase G: Comprende estrellas con fuertes líneas H y K del calcio y líneas del hidrógeno menos fuertes. Clase K: Estrellas que tienen fuertes líneas del calcio y otras que indican la presencia de otros metales. Clase M: Espectros dominados por bandas que indican la presencia de óxidos metálicos.