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Escuela de Psicología

Evaluación Psicológica I

INTELIGENCIA

INTRODUCCIÓN

Las definiciones de inteligencia suelen derivarse de las diferentes posturas


teóricas acerca de la misma. Algunas destacan las funciones que parecen estar
relacionadas en forma lógica con este constructo; otros enfoques son
operacionales e indican que “inteligencia es lo que las pruebas de inteligencia
miden”. Este último enfoque aporta poco a la verdadera comprensión o
conocimiento de la inteligencia (aunque parece ser el más acertado y global).

Algunos elementos comunes o más frecuentemente destacados en las distintas


definiciones de inteligencia, se exponen a continuación:

• Proceso psicológico superior.


• Capacidad para enfrentar el medio en forma efectiva.
• Habilidad que facilita la revisión de problemas.
• Capacidad para captar relaciones entre objetos y elementos (similar a la
capacidad de abstracción).
• Capacidad para enfrentar adecuadamente situaciones nuevas.

Así mismo, se exponen los aportes de algunos de los autores pioneros en abordar
el tema:

• Lewis Terman:
“La capacidad para pensar de manera abstracta”.

• David Wechsler:
“La capacidad para actuar con un propósito concreto, pensar racionalmente y
relacionarse en forma eficiente con el medio ambiente”.

• Jean Piaget:
“La inteligencia es una adaptación biológica; evoluciona gradualmente en
pasos cualitativamente diferentes”. Destaca la interacción entre las
capacidades biológicas de cada persona y el material que enfrenta en el
ambiente.

Por último, en el ámbito de las definiciones, revisemos algunas más completas,


integrativas y que pretenden cubrir distintos elementos de la inteligencia:

“ Es la capacidad o habilidad para responder de la mejor manera a las


exigencias que nos presenta el mundo, para reflexionar, pensar, examinar, revisar,
acumular datos, conocer significados, responder según la lógica y tomar
decisiones rápidas”

“Es una capacidad mental muy general que permite razonar, planificar,
resolver problemas, pensar de modo abstracto, comprender ideas complejas,
responder con rapidez y aprender de la experiencia. No constituye la simple
acumulación de conocimientos textuales (o formales), sino que reflejan una
capacidad más amplia y profunda para comprende el ambiente, dar sentido a la
cosas o imaginar qué debe hacerse en cada situación”

RESUMEN HISTÓRICO:

• Siglo XIX:

1. El campo de las pruebas intelectuales se originó en la obra de los primeros


psicólogos experimentales que se propusieron desarrollar nuevos métodos
psicofísicos (Weber, Fechner, Müller, etc.) y en los esfuerzos de Galton
(Inglaterra), Catell (Estados Unidos), Kraepelin (Alemania), Binet y Simon
(Francia). La atención sobre los procesos psicológicos superiores llevó a Alfred
Binet y Teofilo Simon a desarrollar en 1905 y estandarizar en 1916 la primera
prueba de inteligencia útil, las Escala de Stanford-Binet (En 1904 Binet y Simon
fueron comisionados por el gobierno francés para diferenciar entre niños normales
y niños con deficiencia intelectual. Junto con crear una primera escala, acuñaron
el concepto de Edad Mental).

2. Otros autores que contribuyeron al estudio de la inteligencia fueron Pearson


(coeficiente de correlación, X 2 , F 2 ), además de Ebbinhaus (memoria) y Wernicke
(funciones cerebrales), que trabajaron distintos tipos de pruebas para evaluar
funciones cognitivas.

• Siglo XX:

3. Yerkes desarrolló una de las primeras escalas de reactivos del siglo XX,
indicando que su escala tenía mejores propiedades psicométricas que el formato
por edades (en respuesta a las escalas de Binet y Simon).
4. Wechsler sistematizó y organizó una serie de subpruebas para formar una
escala estandarizada, guiado por una concepción de inteligencia que hacía
hincapié en su naturaleza global. De este modo, las escalas de Wechsler fueron
construidas considerando los factores que contribuían a la inteligencia global
efectiva del individuo, de modo que el CI global (o total) obtenido en esta escala,
representa un índice de habilidad mental general.

5. Como se enunció en la introducción, existen divergencias en torno al concepto


de inteligencia, que se pueden dividir en tres vertientes:

a) Medida de capacidad innata (forma genotípica), que no se podría medir


en forma directa.
b) De conducta observada (forma fenotípica) y no aislable.
c) De rendimiento en pruebas específicas de habilidad cognitiva.

6. La definición de inteligencia aún es un problema, como lo fue en su historia; por


ejemplo, Terman se concentró en el pensamiento abstracto, sosteniendo que éste
era una parte esencial de la inteligencia; Binet, en un conjunto muy variado de
habilidades, por ejemplo, juicio, sentido común, iniciativa y adaptación; Wechsler,
en cualidades como finalidad, racionalidad y habilidad para manejar en forma
eficiente el medio ambiente.

7. Las teorías analítico-factoriales aparecieron al mismo tiempo que se


desarrollaban métodos estadísticos para sistematizar grandes cantidades de
datos. Algunos teóricos, como Spearman y Vernon, propusieron una teoría
general de la inteligencia, en tanto que otros como Thorndike y Thurstone
concibieron la inteligencia como compuesta de muchas habilidades
independientes. En la actualidad, muchos teóricos aceptan la idea de que hay una
inteligencia general que coexiste con habilidades independientes distintas.

Spearman propuso la teoría bifactorial de la inteligencia, que destaca la existencia


de un factor general (factor g) y uno o más factores específicos (factor s). La
variabilidad entre sujetos, se explica principalmente por el factor g (similar a la
capacidad de abstracción y de establecer relaciones, vista como variable en gran
medida innata).

Vernon formuló un enfoque jerárquico que, junto con enfatizar el factor g, detalla
los factores de grupo educación-verbal y espacial mecánicos, los que a su vez se
subdividen en factores menores de grupo.

Thorndike describe tres tipos de inteligencia: Social, Concreta y Abstracta.

Thurstone señala la existencia de, a lo menos, siete factores agrupados. En su


última obra agrega un factor de segundo orden, muy parecido al factor g de
Spearman.
8. La teoría de Guilford sostiene que cualquier explicación de habilidades
intelectuales debe considerar tres clases de variables:
a) Las actividades u operaciones ejecutadas.
b) El material o contenido sobre el que versan las operaciones y
c) El producto que resulta.
En virtud del cruce de estas variables, genera una estructura o modelo
tridimensional del intelecto (Is Modelo), que en definitiva consta de 120 habilidades
presentes en la inteligencia.

9. Catell propuso dos tipos de inteligencia: fluida (capacidad independiente de la


experiencia) y cristalizada (que da cuenta del conocimiento aprendido).

10. La teoría de Jensen de una habilidad asociativa y de una de conocimiento, es


un intento por distinguir dos factores mentales distintos pero parcialmente
dependientes entre sí. La habilidad de asociación, se representa por la memoria y
tareas de aprendizaje serial; en tanto las habilidades cognitivas, se representan
fundamentalmente por las tareas de razonamiento conceptual.

11. Por último, Das propone un modelo simultáneo-sucesivo para procesar la


información, como una forma de reducir a categorías la habilidad cognitiva. En el
procesamiento simultáneo, éste suele ocurrir en forma integrada semi-espacial; en
el sucesivo, depende de una secuencia y tiene una base temporal. En este
modelo, no se presupone ninguna jerarquía.

En definitiva, la mayoría de las teorías mencionadas intentan explicar cómo se


compone la inteligencia, pero en definitiva terminan por hacer una descripción
detallada de sus propios hallazgos. En la actualidad, las contribuciones teóricas
tienden a coexistir, sin que hasta el momento se haya llegado a un acuerdo sobre
una definición consensual de la inteligencia. Este es el motivo principal por el que
algunos autores que se han dedicado ha revisar y sistematizar esta área del
conocimiento en psicología hayan llegado a postular, en un afán práctico (y por
qué no decirlo irónico) que “la inteligencia es lo que miden los test de
inteligencia”.

LOS TEST DE INTELIGENCIA:

Conceptos Preliminares:

• Recordemos que un test debe tener NORMAS o estar estandarizado; al


carecer de normas un test no se puede contrastar con nada y por lo tanto
no sirve.
• En general los test como instrumentos, nos entregan información que de
alguna manera se debe interpretar. Los test de inteligencia en la mayoría
de los casos entregan PUNTAJES BRUTOS, que de alguna forma deben
ser “traducidos” para interpretarse. En la evaluación de la inteligencia
existen fundamentalmente tres parámetros que nos permiten interpretar el
rendimiento intelectual de un sujeto: Edad Mental, C.I y Percentiles,
veamos a continuación de que se trata cada uno de ellos:

Edad Mental:

El término fue introducido por Stern, sin embargo Binet fue el primero en
utilizarlo en forma práctica. Puede definirse como el puntaje obtenido en los
test en unidades de años y meses (lo que se espera que el sujeto,
generalmente un niño, realice a una determinada edad). Así los ítems se
agrupan según edades. Cuando la Edad Mental coincide con la Edad
Cronológica, hablamos de desarrollo normal en relación con el grupo normativo
(o grupo de edad).
En la actualidad este concepto ha caído en desuso, ya que se supone que
hacia los 16 años, la persona llegaría a un “tope” en su desarrollo intelectual;
por lo tanto, a partir de esta edad, no es posible continuar estableciendo la
relación de que “a mayor edad, mayor desarrollo intelectual”. Debido a estas
dificultades de tipo práctico, se optó por introducir el concepto de C.I
(Cuociente o Coeficiente Intelectual).

C.I:

Razón entre la Edad Mental y la Edad Cronológica, expresada en un


porcentaje:

CI= E.M x 100


E.C

Un test que entrega sus resultados de esta forma es el Goodenough, que toma
el dibujo de la figura humana y transforma cada uno de sus componentes en
indicadores cuantitativos, que en su conjunto darán cuenta del potencial
intelectual del niño evaluado.

Sin embargo, este cálculo de C.I mostraba algunas dificultades y Wechsler hizo
una pequeña modificación indicando que:

“El C.I es el puntaje obtenido por el sujeto en una prueba estandarizada,


dividido por el promedio esperado de puntaje para su rango de edad”:

CI= X obtenido por el sujeto___________________ x100

X esperado de puntaje para su rango de edad


(en muestra o grupo de referencia)
Por lo tanto, es fundamental que las normas se refieran al grupo de referencia
del sujeto evaluado.

Los resultados entregados por las escalas de Wechsler (WAIS, WISC-R y


WPPSI, se expresan en C.I, desde esta comprensión).

Percentiles:

Indican la posición relativa de un sujeto en una muestra estandarizada (o de


estandarización) y se expresan como el porcentaje de personas en dicha
muestra que están bajo determinado puntaje bruto.

Por ejemplo, tanto en el Test de Dominó, como en el de Matrices Progresivas


de Raven, los resultados obtenidos se expresan en percentiles.
En general, los percentiles como parámetros para comparar el rendimiento
intelectual no son muy precisos, pues no hay equivalencia exacta de todos los
puntajes y por ende, son menos precisos que el C.I. Se utilizan con mayor
frecuencia en los test colectivos y entregan información de tipo global; son test
de screening o tamizaje (prueba gruesa que detecta los casos más extremos o
graves)

Consideraciones en torno a los test de inteligencia (ventajas y desventajas):

Un test (medida objetiva y tipificada de una muestra de conducta) de inteligencia


es una prueba diseñada específicamente para medir aptitudes, conocimientos y
capacidades del individuo. Consta de un conjunto de preguntas o ejercicios
comunes para todos los sujetos, llamados ítems, cuya función es determinar
cuantitativamente los conocimientos o destrezas. El test evalúa por
comparación, ya que compara la puntuación de un individuo específico con la
de un grupo de sujetos que han sido sometidos a la misma prueba.

Las principales ventajas de este tipo de herramientas, están constituidas por


posibilitar una comparación objetiva entre distintos sujetos; así mismo, permiten
realizar valoraciones intraindividuales a través del análisis del perfil de
habilidades del evaluado (como ocurre con las pruebas de Wechsler); por
último, no podemos desconocer sus aportes al diagnóstico y predicción de la
conducta del sujeto.

Como desventajas, podemos señalar que en la medida que no existe una


definición consensual del concepto de inteligencia y que no se ha llegado a
establecer una única definición operacional como capacidad global, se han
diseñado muchos test distintos que, en algunos casos, miden habilidades
puntuales, más que dicha capacidad global. Por otra parte, en la medida que no
se evalúa directamente la inteligencia, sino rendimiento, es necesario recordar y
considerar que éste puede verse influido por una gran cantidad de variables.
Por último, las críticas más acérrimas apuntan a la escasa cantidad de estudios
en esta área del saber, por lo que en definitiva estas pruebas estarían
incorporando insuficientemente los cambios sociales y particulares propios de
las últimas décadas. En Chile esta problemática ha derivado en que trabajemos
con test que si bien son confiables y válidos, no cuenten con normas
necesariamente actualizadas y adaptadas a cada realidad local.

Síntesis realizada por Ps. Angela Rojas Albornoz, Docente Evaluación


Psicológica I. Universidad Autónoma de Chile, Sede Talca. Primer Semestre
2008.

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