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Tema 1: La Hispania romana y la monarquía visigoda.

1. La Península Ibérica durante la Antigüedad, la entrada en la historia y la Edad del Hierro.


La metalurgia del hierro llega a la Península Ibérica desde Oriente a través de los celtas, fenicios y griegos.

1.1. Las colonizaciones y los Tartessos.


Llegan a la Península Ibérica los fenicios, los griegos y los cartaginenses, procedentes del Mediterráneo, buscando
aprovecharse de la riqueza de los metales. Fundaron establecimientos comerciales (factorías) como centros de
intercambio de metales y otros productos. Los fenicios fundaron factorías en Cádiz y a cambio de los metales ofrecían
objetos de vidrio, tejidos y cerámicas. En sus aportaciones está el cultivo de la vid, el uso del hierro y el procedimiento
de salazón del pescado. Los griegos establecieron sus colonias en el litoral catalán, la más importante fue Ampurias. A
los griegos se les debe la moneda, el cultivo del olivo, la escultura y la cerámica. Los cartagineses continuaron la obra
de los fenicios y se establecieron en Ibiza.
Los Tartessos fueron la primera organización de Estado en la Península Ibérica. Se localizaban en la zona de Huelva y
el valle bajo y medio el Guadalquivir.

1.2. Los pueblos prerromanos.


Los iberos se localizaban en la franja mediterránea y en el sur peninsular. Su cultura es resultado de la evolución de
los pueblos indígenas de la zona, bajo la influencia de los fenicios y los griegos y los Tartessos. Vivian en poblados
fortificados y en lugares elevados. La religión estaba muy presente en el mundo ibérico y practicaban la incineración
de sus muertos.
Los celtas procedían de Europa Central, y se establecieron en el centro y el oeste de la Península y en la franja
cantábrica, mezclándose con las poblaciones autóctonas. En los celtas se incluyen los celtíberos localizados en la
cabecera del Duero, estos incorporaban rasgos de la cultura ibérica. Practicaban la incineración de sus cadáveres,
enterrados en campos de urnas.

2. La Hispania romana y la monarquía visigoda.


2.1. La Hispania romana.
2.1.1. La conquista romana y el sentido de unidad.
La rivalidad entre Roma y Cartago por el dominio del Mediterráneo dio lugar a las Guerras Púnicas. La que afecto a la
Península Ibérica fue la Segunda Guerra Púnica, que se saldó con el derrumbe del dominio cartaginés sobre la
Península, mientras que Roma iniciaba su presencia en Hispania.
Esta guerra se desarrolla cuando Aníbal cruzó los Pirineos y los Alpes e invadió Italia, derrotando a los romanos en
varias batallas. Roma reacciono enviando a los hermanos Cneo y Publio Escipión, que desembarcaron en Ampurias y
fueron asesinados. Después Roma envió al hijo del segundo, Publio Cornelio Escipión, quien conquisto Cartago Nova
venció a los cartagineses y tomó Cádiz, expulsando de la península a los ejércitos de Cartago. Publio Cornelio
Escipión decidió atacar Cartago, por lo que Aníbal regreso para defenderla, pero fue derrotado y como consecuencia
Roma se apoderó del litoral mediterráneo y de los valles del Ebro y del Guadalquivir.

A) La conquista de la Meseta. Guerras contra celtiberos y lusitanos.


Los lusitanos, dirigidos por Viriato, derrotaron a los romanos hasta que fueron sometidos tras el asesinato de Viriato.
Los celtiberos resistieron el cerco romano en Numantia. El general romano Publio Escipión Emiliano asedió la ciudad
durante varios meses. Al final muchos de sus habitantes prefirieron suicidarse a entregarse.

B) Fin de la conquista de Hispania. Las guerras cántabras. El sentido de la unidad


Durante el mandato de Octavio Augusto, tuvo lugar la definitiva conquista del norte peninsular (los romanos
necesitaron diez años para dominarlos), conocida como las guerras cántabras. La conquista de la península dio unidad
a los pueblos que la habitaban. El latín acabo con los idiomas prerromanos (menos con el vasco), la religión romana,
la red de carreteras, o la fundación de ciudades fueron vehículos de unificación. Como también la organización
administrativa (se dividió la península en dos provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior).
2.1.2. La romanización.
Los pueblos peninsulares adquirieron los modos de vida y pensamientos romanos. Produciéndose el proceso de
romanización, que fue una transformación lenta que comenzó al mismo tiempo que la conquista de Hispania. El
triunfo de la romanización se vio posibilitado gracias al establecimiento de colonos de Italia, y al asentamiento de
soldados atraídos por las riquezas hispánicas. La fundación de ciudades fue otro elemento de romanización (las
actuales Sevilla, Barcelona, Zaragoza...). En este proceso también ayudo la densa red de calzadas que comunicaba las
ciudades con los lugares más importantes del Imperio. Hispania quedo integrada en la economía del imperio romano.
La romanización también afectó a la sociedad, ya que el latín colaboró a eliminar las lenguas indígenas.

2.1.3. La sociedad hispanorromana, la crisis del siglo III y el Bajo Imperio.


La sociedad hispanorromana puede definirse como “esclavista”, se diferencia entre hombres libres y esclavos. Otra
forma de llamarla es “Sociedad de órdenes”, estructurada en órdenes cerradas, a las que se accedía por nacimiento o
por concesión imperial. El orden superior era el senatorial, miembros de las familias más ilustres que residían en
Roma. Orden ecuestre o de los caballeros con más presencia en Hispania, desempeñaban los cargos superiores del
ejército. Orden decurional, eran los miembros de las oligarquías municipales.
Por debajo estaba la población libre caracterizada por su diversidad ante la riqueza. Los esclavos eran la capa más baja
de la sociedad. No tenían derechos políticos o civiles y no podían ser considerados personas. Se les utilizaba como
mano de obra, el amo podía liberarle convirtiéndolo en liberto.
La crisis del siglo III, afecto at sistema político, económico y social, provocando cambios en la sociedad. El fin de las
grandes conquistas provocó una caída en la esclavitud, reduciéndose la mano de obra para la producción agrícola y
minera. La pérdida progresiva del valor de la moneda hizo disminuir el comercio.

2.2. La inserción germánica en la sociedad hispanorromana. La Hispania visigoda.


La Hispania visigoda, constituyó el primer intento de unidad política en la península y se configuró como una
prolongación decadente de la Hispania romana.

2.2.1. Las invasiones germánicas. El establecimiento de los visigodos en Hispania.


En 409 se establecen los suevos en Galicia, los alanos en Lusitania y los vándalos en la Bética. Los visigodos tras una
larga migración penetraron en el Imperio Romano y se establecieron en los Balcanes y tras saquear Roma firmaron un
pacto por el que, a cambio de ayudar militarmente a Roma, podían asentarse en el sur de la Galia. Los visigodos
penetraron en Hispania y consiguieron arrinconar a los suevos en Gallaecia, tras la desaparición del Imperio romano
de Occidente los visigodos fundaron reino con capital en Tolosa.

2.2.2. El reino visigodo de Toledo: la unificación.


Los visigodos eran minoría respecto a los hispanorromanos. Formaron dos comunidades y cada comunidad vivía bajo
sus propias leyes, con diferente religión (los visigodos eran arrianos y los hispanorromanos católicos).
El proceso de unificación se impuso gracias a:
1. Unificación territorial: los monarcas visigodos extendieron la soberanía sobre el territorio de la
antigua Hispania romana. Leovigildo dio paso a la unificación territorial cuando puso fin al reino
suevo de Gallaecia.
2. Unificación religiosa: se consigue gracias a la conversión de Recaredo al catolicismo en el III
Concilio de Toledo, los judíos quedaron fuera de la unificación y fueron perseguidos.
3. Unificación legislativa: se obtendría con Recesvinto que promulgo el Liber Ludiciorum, texto único
legal para visigodos e hispanorromanos.
El reino visigodo tuvo una debilidad interna, la evolución hacia una sociedad feudal con predominio de la nobleza,
que restaban autoridad al Estado visigodo. La lucha por el poder entre las grandes familias de la nobleza (la monarquía
no era hereditaria a sino electiva). La lucha interna entre los dos últimos reyes Witiza y Rodrigo terminaron con el fin
del reino, muerto Witiza sus apoyos en la nobleza quisieron transmitir la corona a su hijo Akila, pero sus rivales se
opusieron y colocaron como rey a Rodrigo. Los witizianos llamaron en su ayuda a los musulmanes. En 711
desembarcaban en Gibraltar los musulmanes, Don Rodrigo acudió para frenarlos en la batalla de Guadalete, pero
serian derrotados y acabaría la dominacion visigoda en la Península.

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