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4 VIDA 4.1 QUE ES LA VIDA? UN PROBLEMA FILOSOPICO-CIENTIFICO Durante mucho tiempo, la vida fue un misterio en torno al cual prosperaron los cultores del misterio. Es mas, mientras la pregunta ‘Qué es la vida?" s6lo se tra- t6 fuera de la ciencia, es decir, en la metafisica tradicional, apenas cabia esperar una respuesta plausible. Sin embargo, aun cuando se le enfocd cientificamente, no podia esperarse una respuesta satisfactoria mientras los seres vivos fueron es- tudiados o bien en su propio nivel (enfoque holistico) 0 como sistemas fisicos des- provistos de propicdades emergentes (reduccionismo), y en ambos casos separa- dos de su historia. Sdlo la biologia moderna, en su calidad de disciplina de niveles miltiples entre la biologia evolutiva y la molecular, ha transformado el misterio de la vida en el problema de la vida: su origen y mantenimiento, su evolucién y extincin. La pregunta ‘éQué es la vida?’ se convirtié en un problema filoséfico- A pesar de estas nuevas perspectivas por responder una pregunta en parte cientifica y en parte metafisica, no resultarfa exagerado decir que muchos estu- diosos de las cosas vivientes parecen interesarse en una definicién del concepto de vida sdlo durante el primer afio de su carrera, y tal vez hacia el final. A la mitad de la carrera, a menudo se les desanima en tratar de elucidar este concep- to y, en general, en involucrarse en cuestiones filos6ficas. En cambio, se les ani- ma a “abocarse a lo suyo”, lo que por supuesto puede hacerse exitosamente dan- do Ia vida por sentada. Mas atin, la biologia molecular y en particular las teorias de evolucién molecular parecen incluso haberse desanimado en una definicién de “vida” basandose en que no tendria sentido trazar una distincién nitida entwe entidades vivas y no vivas: habria s6lo una twansicién continua y gradual. Aparen- temente sélo unos pocos fisicos, bioquimicos y bidlogos que tratan temas tales co- mo el papel de Ia autoorganizacién, la sinergia y la termodinamica en biologa han abordado el concepto de sistema vivo, aunque sus sugerencias usualmente (por desgracia) son demasiado generales para resultar de relevancia biolégica. Es interesante que pese a ser un problema filos6fico-cientifico 0, mas precisa- Mente, un problema ontoldgico-cientifico, la pregunta ‘Qué es la vida?’ tampo- Co es un tema candente en la biofilosofia contempornea. Algunos filésofos, que simpatizan en parte con el funcionalismo (p. ¢j., Sober, 1991-763), dicen incluso que una respuesta a esta pregunta tampoco importaria mucho, de todas formas (Si no est familiarizado con la literatura actual, consulte Ruse, 1988. Por supues- to, hay excepciones, como Wuketits, 1983 y Sattler, 1986, pero el libro del tiltimo: €8 algo mistico.) En contraste, algunos de ta vieja guardia si abordaron la cues- tion (p. ¢j., Haeckel, 1866; Schrddinger, 1944; Sommerhoff, 1950; von Berta- (165) 166 PUNTOS FUNDAMENTALES EN BIOFILOSOFEA lanfly, 1952; Hartmann, 1965; Monod, 1971; Rensch, 1971; Mayr, 1982.) Como es bien conocido, las dos opiniones tradicionales sobre la vida son el vi- talismo y el mecanismo (0 mecanicismo). De acuerdo con el vitalismo, las cosas vi vientes se distinguen por entidades inmateriales especiales, tales como entele- quias y espiritus animales; 0 algunas propiedades particulares, tales como la persecucién de metas o formacién de totalidades; o algunas fuerzas especiales ta- les como el élan vital o el Bildungstrieb. Como el vitalismo ha sido suficientemen- te yapuleado, podremos ignorarlo aqui con seguridad. De cualquier manera, su incompatibilidad con una metafisica materialista deberia resultar obvia. (Sin em- bargo, siempre hay quienes atin tienen inclinaciones vitalistas: véanse p. ¢)., Le- nartowiczn 1975; Engelsn 1982.) La respuesta mecanistica viene en dos versiones, que pueden denominarse fi- sicoquimicalismo y maquinismo. De acuerdo con la primera, los organismos sélo son sistemas fisicos 0 fisicoquimicos extremadamente complejos: no tienen pro- piedades o leyes propias. De acuerdo con el maquinismo, los organismos no son meramente sistemas fisicoquimicos extremadamente complejos, sino sistemas se- mejantes a maquinas, si no propiamente maquinas. ‘Ires ejemplos comunes de es- te legado de Descartes y de La Mettrie saltan a la mente. El primero es el enfo- que de la biologia segtin Daniel Dennett, de acuerdo con el cual “la biologia no sdlo es como la ingenierfa; es ingenierfa” (1995:228.) El segundo es la descripcion de organismos en términos de varias teorfas formales de maquinas, tales como la teorfa de los autématas autorreplicantes. Obsérvese el maquinismo indisimulado del proyecto Vida Artificial (Langton, 1989:5-6), que se discutira en la secci6n 4.4. El tercero es la Hamada “Escuela de Morfologia Constructiva de Frankfurt”, que apunta a describir los organismos exclusivamente como maquinas hidraulicas y convertidores de energia (Gutmann, 1995.) No comentaremos aqui este enfoque, ya que apenas se le conoce fuera de Alemania, y lo hemos criticado en otra par- te (Mahner, 1995.) Aunque el mecanicismo tiene el mérito de haber sido extre- madamente fructifero en el pasado, resulta inadecuado aunque s6lo sea porque se da de patadas con la evidencia de que estar vivo no es lo mismo que estar muerto. Adoptaremos una tercera opcisn, a saber, el biasistemismo, que reconoce el bios como un nivel emergente arraigado en el quimico (Bunge, 1979a). Mas precisamen- te, el biosistemismo sostiene que (a) los sistemas vivos, aunque compuestos de sub- sistemas fisicoquimicos, tienen propiedades emergentes, en particular leyes, de las que sus componentes carecen (fig. 4.1), y (b) las unidades de la ciencia biolégica son el organismo-en-su-ambiente, asf como sus diferentes subsistemas (moléculas, células, érganos) y supersistemas (poblacién, comunidad, ecosistema.) Por supuesto, el hecho de que los seres vivos no slo son agregados de partes sino totalidades integradas y coordinadas (esto es, sistemas) ha sido reconocido desde hace mucho, en particular entre citélogos (véase, p. ¢j., Ia revisiGn en Woodger, 1929); pero no fue generalmente aceptado debido a la fuerte influen- cia del mecanicismo y el reduccionismo. A una interpretacién sistémica de la ve da también se le conoce como organicismo (von Bertalanffy, 1952, 1968; Weiss, vos 167 1973; Wuketits, 1989; Mayr, 1996). Aunque von Bertalanffy distingui dad el organicismo del holismo, a veces esta distincién fue subsecuentemente difundida por otros. Por esta razon, y a fin de evitar cualquier ambigiiedad, pre- ferimos nuestro término propio ‘biosistemismo’. con clari- fa) (b) bon tna Fig 4.1 a, b. Las cosas vivientes y no vivientes poseen diferentes propiedades y, asi, leyes. a el sistema no viviente @ posce dos propiedades P y Q. lacionadas por la ley Ly b el biosistema 6 posee todas las propiedades y leyes del sistema no viviente y, adicionalmente, la propiedad emergente R. También se caracteriza por leyes propias: Lig ¥ Lng: 4.2 piosisTEMA Aunque muchos autores creen que la definicién de “vida” es una tarea elusiva, de cualquier manera intentaremos dar una lista de propicdades que, segtin creemos, de manera conjunta caracterizan a I s vivientes, y s6lo a ellas. Segtin nues- tro andlisis crs de los sistemas (seccién 1.7.2), asumimos que un ser viviente es un sistema material tal que (i) su composicién incluye dcidos nucleicos, asf como protefnas (tanto estructu- Tales como funcionales, en particular enzimaticas, y estas tiltimas le permiten ex: plotar su habitat); Gi) su ambiente incluye algunos precursores de sus componentes (y asi le per- Mite al sistema autoensamblar la mayoria de sus biomoléculas, si no es que todas); (ii) su estructura incluye las capacidades de metabolizar, y de mantenerse y re- Pararse a si mismo (dentro de ciertos limites.) Expresamos esta hipétesis en un axioma y una convencién: Postviabo 4.1. Existen sistemas concretos de un tipo B tales que para cada b miembro de B, (i) 4 se compone de subsistemas quimicos y bioquimicos, en particular agua, proteinas, &cidos nucleicos, carbohidratos y lipidos; Gi) tos componentes de b estan Io suficientemente contiguos como para permitir inter- Acciones (bio)quimicas continuas entre ellos; 168 PUNTOS FUNDAMENTALES EN BIOFILOSORLA (iii) el limite de 6 involucra una membrana lipidica flexi brana); (iv) 6 incorpora algunas de las biomoléculas que simtetiza (en vez de liberarias inmedia. tamente a su habitat); (¥) las posibles actividades de b incluyen el ensamblaje, reacomodo y desmantelamien- to de componentes (que permiten el automantenimiento de 6 durante un cierto tiempo), asi como la captura y almacenamiento de energia libre (p. ¢j., en moléculas de ATP) para consumo futuro (metabolismo); (vi) algunos de los subsistemas de # regulan la mayoria de los procesos que ocurren en de manera tal que se mantiene en el sistema un miliew intérieur bastante constante (ho- mneostasis, autorregulacién); (vii) uno de los subsistemas de 6 involucrados en la autorregulacién ~su sistema géni- co- estd compuesto por moléculas de dcidos nucleicos, y su interaccién con otros subsiste- mas de 6 (co)regula cl automantenimiento, asi como el desarrollo -si lo hay- y la repro- duccién -si la hay- de 6; (vili) todos Jos sistemas de control en 6 estan interconectados por sefiales quimicas (ta: Jes como la difusién de iones, 4tomos 0 moléculas, y reacciones quimicas propagativas) y asi constituyen una red (quimica) de sefales; (ix) b puede ajustarse a algunos cambios ambientales sin arriesgar la continuidad de su existencia, ile y semipermeable (biomem. DEFINICION 4.1. Los sistemas de tipo B a los que se refiere el postulade 4.1 se denominan biosistemas, sistemas vivientes, cosas vivientes © seres vivientes Deberia notarse que “biosistema” no es coextensivo con “organismo”. Todos los organismos son biosistemas pero no a la inversa. Piénsese en las células, tej dos y 6rganos que constituyen un organismo multicelular; son componentes vir vientes de organismos, pero no organismos ellos mismos. Por esta razén, debere- mos definir por separado el concepto de organismo (véase definicién 4.5.) Lo que hemos afirmado en el postulado 4.1 usualmente se denominaria una ‘definicién de la vida’. Pero seria incorrecto. Lo que hemos echo es hipotetizar las propiedades que en forma conjunta serian necesarias y suficientes para cons- tiuir un sistema viviente. Gomo no definimos cosas sino s6lo conceptos y signos, s6lo podemos definir el concepto “vida”. Esta definicién puede ser como sigue: DEFIN futuros. ION 4.2. Vida =» la colecci6n de todos los sistemas vivientes -pasados, presentes y En otras palabras, “vida” es la extensién del predicado “esté vivo”. La vida no €s una entidad material ni inmaterial, ni una sustancia o fuerza, ni una propie- dad: es una coleccién, por lo tanto, un objeto conceptual. (Véase también Mayr 1982.) Lo que es una propiedad es estar vivo, y es una propiedad de algunos sis- temas complejos con cierta composicién, entorno y estructura. No hay, sin em- bargo, ningtin sistema compuesto por todos los seres vivientes ~pasados, presen- EDA 169 ges y futuros— que posea él mismo la propiedad de estar vivo. Esto debe enunciar ge exspecificamente porque fa metafisica de algunos autores les permite hablar de Jos taxones biolégicos como si fueran “partes de la vida” (Nelson 1989.) Aunque Nelson enticnde que la palabra ‘vida’ denota un grupo monofilético constituide por ‘odos los organismos, su uso de la relacién partetodo presupone que la vida 0 “iateria viviente” es un sistema material. Como esto es falso, deberfamos tener presente que hablar de ‘vida’ en vez de ‘sistemas vivientes' es en la mayoria de los casos una elipsis. Lo anterior, sin embargo, no agota el significado del término ‘vida’, que tiene diferentes significados en expresiones tales como “la vida de b”. Aqui, ‘vida’ signi fica la historia (total o parcial) de un biosistema 6. ‘Como las caracterizaciones de los sistemas vivientes siempre dan origen a con- troversia, vale la pena hacer unas pocas observaciones acerca del postulado 4.1 1. La cldusula (i) restringe la nocién de sistema viviente a los biosistemas fami- liares de la Tierra. Algunas personas, desde escritores de cienciaficcin hasta defensores de la Vida Artificial formularin seguramente la objecién de que de- berfamos hacer lugar a una concepcién mas amplia de la vida. Después de todo, no sabemos cémo podrian estar compuestos los sistemas vivientes, si los hay en ‘otros planetas. Cierto, pero los sistemas vivientes de nuestro planeta son las tini- ‘eas cosas vivas que conocemos, y por esto las tinicas que requieren investigacién y-comprensién cientificas. Todo lo demas es por el momento pura especulaci6n. Por ejemplo, lo que se ha dado en llamar ‘exobiologia’ no tiene (todavia) materia de investigacin, por lo que no es una disciplina cientifica propiamente dicha, En Jo que respecta a la Vida Artificial, merece su propia seccién (seccién 4.4,) Final- mente, nucstra caracterizacién de los sistemas vivientes no es dogma sino postu- lado (0 sea hipstesis), que se puede descartar © corregir y mejorar a la luz de fur turas investigaciones. 2. Aunque todo sistema tiene una frontera mas o menos definida que lo sepa: ra de su entorno (Bunge, 1979a, 1983c, 1992), la frontera de los sistemas vivien- tes es peculiar porque en iltima instancia involucra una biomembrana -incluso ésta esta revestida de una pared de celulosa, una capa de cera 9 cuerno, una valva o Io que fuere. Como esta frontera comparativamente precisa restringe el intercambio de sustancias con el medio ambiente, los biosistemas son sistemas se- miabiertos, aunque a menudo se diga que son sistemas abiertos. En general, un sistema semiabierto es uno que tiene una frontera que restringe la clase de inter. cambios entre los componentes del sistema y los items de su entorno. Por esto es ‘ue los biosistemas interactiian selectivamente con los items ambicntales. 3.No todas las funciones (propiedades y actividades) que atribuimos a un bio- sistema son efectivamente Hevadas a cabo por él en todo momento durante su his toria de vida. El metabolismo puede quedar temporalmente reducido o quizé sus- Pendido por entero, como es el caso de las esporas o semillas en estado latente, © durante la anabiosis. Avi, algunas de las propiedades de los biosistemas son dis- Posiciones que pueden realizarse en circunstancias favorables. 4. No tenemos uso para ciertas nociones en boga, tales como la de “estructu- 170 PUXTOS FUNDAMENTALES EN BIOFILOSOFIA ra disipativa”, tomada de la termodinamica irreversible, porque tambien caracte- rizan a muchos sistemas no vivientes y por esto son demasiado generales para dis- tinguir las cosas vivas de las no vivas. (Mas sobre termodinamica y evolucién en la seccién 9.3.4.) De la misma manera, tampoco tenemos uso para el término ‘au. torreferencia’, porque consistentemente restringimos a Ia semantica el uso de la nocién de referencia, Hay términos tales como “retroalimentaci6n’, ‘autorregula- cidn’ y *homeostasis', mas adecuados para denotar las propiedades a las que usualmente se hace referencia con el término ‘autorreferencia’. Finalmente, nos abstenemos de usar el término ‘autopoyesis’ (Varela ef al, 1974) porque parece no ser mas que un sindnimo extravagante de ‘autoorganizacién’ y ‘automanteni- miento’. 5. Algunos autores creen que una caracterizaci6n de los sistemas vivientes de- beria incluir referencia a su origen, su historia evolutiva o al menos la propiedad de evolucionar. Disentimos, porque “estar vivo” es una propiedad intrinseca de un biosistema, de manera que ¢l origen y Ia historia de éste son irrelevantes. Ya sea que un sistema se origine a partir de autoensamblaje de precursores abidticos (es decir, por neobiogénesis), haya sido sintetizado in vitro o descienda de biosistemas que ya existen, no incide sobre su estatus de sistema viviente. (No hace falta decir que cualquicr origen a partir de un acto de creacién sobrenatural queda excluido por una ontologia naturalista. Sin embargo, aun semejante sistema estaria vivo, iempre y cuando tuviera la composicién, entorno y estructura necesarios.) Lo mismo vale para la disposici6n a evolucionar. Por supuesto, si los biosistemas ca- reciesen de esta facultad no habria hoy bidlogos ni objetos de investigacién biol6 gica. Aun asi, la facultad de evolucionar no es una propiedad necesaria ni suficien- te de un biosistema. z Notese también que la propiedad de la ascendencia no sélo resulta irrelevan- te por la razén dada en el parrafo precedente, También es inaplicable al ser ticamente falsa. En rigor, una caracterizacién de los sistemas vivos mediante la propiedad relacional de la descendencia, tal como en el axioma “todo biosistema desciende de un biosistema” (recuérdese el principio ckisico omne vivwn e vivo), implicarfa que hay una secuencia infinita de biosistemas, Sin embargo, como el universo y por lo tanto nuestro planeta son espaciotemporalmente finitos, debe- mos asumir la (pasada) existencia de al menos un primer sistema viviente. 6. Muchos bidlogos habran esperado encontrar la capacidad de autorreprodu- cirse entre las propiedades listadas en el postulado 4.1. (Véase también Bunge, 1979a). Después de todo, la reproduccidn es esencial para la evolucién, y resulta muy verosimil que la capacidad de autorreplicarse fuera una caracteristica funda mental de los primeros biosistemas en nuestro planeta, Sin embargo, existen va- rias razones por las cuales pensamos que la reproducibilidad no es una propie: dad de un sistema necesaria para que pueda ser considerado un biosistema. La raz6n mas importante es que muchos biosistemas simplemente no son capaces de autorreproducirse: piénsese en la mayorfa de los subsistemas viventes de los or ganismos, tales como tejidos y érganos, incluyendo el sistema reproductivo, de haberlo. Incluso no todos los organismos son capaces de autorreproduccién, tal vipa 171 ‘in, los como ciertos hibridos © los miembros de ciertas castas de insectos. Mas jlamados organismos de reproduccién sexual no se autorreproducen realment: Jo que produce la progenie no es el individuo sino la pareja sexual; y al hacerlo no se autorreproduce en realidad ~no produce otra pareja sexual- sino que pro- duce uno o mas organismos de la misma especie. Finalmente, nuestra caracteri zacion es ontolégica, no taxondémica ni filogenética. Esto es, aunque una defini- cin taxonémica del grupo monofilético Vida (sobre la Tierra) bien puede tener que ver con la autorreplicabilidad, una caracterizacién ontoldgica de los biosiste- mas no necesariamente. (En la secci6n 7.2.2.2 se aclarara por qué sf se cumple lo mero.) Sin embargo, si estas consideraciones parecieran insuficientes, nada impide que tanto los bidlogos como los ontélogos ahadan al postulado 4.1 una cliusula extra referida a la capacidad de autorreproducirse. No obstante, a fin de ser ra- zonablemente comprensivos, seme sulla deberia leerse como sigue: algunos subsistemas de 5, 0 b junto con algtin otro sistema ¢ en B, en algtin tiem- po durante su historia, son capaces de producir un sistema de un mismo tipo o parte de un sistema del mismo tipo”, Si se adopta el postulado 4.1, incluso con algunas reservas, entonces debe admi- tirse que aunque los sistemas bidticos hayan emergido al final de un largo proceso evolutivo prebidtico, su aparicién fue un salto cualitativo -tanto como la formacién de una molécula a partir de los dtomos. (Véase también Weiss, 1973.) En una onto- logia emergentista sistémica natura facil saltus, por pequenos que puedan sei Esto responde la vieja pregunta en biologia y en su filosofia de si hay un limite entre los sistemas vivos y los no vivos. Por ejemplo, mas de un bidlogo molecular afirma que no hay tal linea, sino s6lo un continuo entre biomoléculas, viroides, vi Tus, células y organismos multicelulares. A tal punto es asf que a menudo se cree que el origen de las moléculas replicantes, en particular el ARN, marca el comien- 70 de la vida (p. ej. Figen et al, 1981). Sin embargo, de acuerdo con el postulado 4.1, la propiedad de autorreplicabilidad no es siquiera necesaria para que un sis- tema esté vivo. Asf, s6lo la combinacin de moléculas de acidos nucleicos con sis temas metabolizantes marca el “comienzo de la vida” 0, mas precisamente, la emergencia de los primeros biosistemas sobre la Tierra, (Para ser consistentemen- te pedantes: al no ser una entidad, la vida no tiene comienzo ni fin. A lo sumo, tie ne un primer y un tiltimo miembro.) Asi, la pregunta de si las moléculas replican- tes evolucionaron primero y los sistemas metabolizantes después, 0 si se originaron en el orden inverso, resulta irrelevante para el problema de la vida. (Mas sobre el particular en Kiippers, 1979; Dyson, 1985.) En consecuencia, no hu- bo un origen multiple de fa vida (en nuestro planeta), aun cuando los componen- tes prebidticos de los sistemas vivos hayan entrado en la existencia independiente- Mente unos de otros. En otras palabras, no importa cudn graduales hayan sido la €volucién molecular y la biogénesis, la emergencia de cada propiedad nueva o sis- témica es un salto. Si no, hay que negar por completo la novedad cualitativa, Asi, de nuestra caracterizacién se sigue que hay una linea divisoria, por delgada que Sea, entre lo viviente y lo no viviente, tal como la hay entre dtomos y moléculas. is 172 PUNTOS FUNDAMENTALES EN BIOFILOSOFIA Para evitar esta conclusién sélo hay dos alternativas extremas. La primera es el fisicalisma o reduecionismo radical, de acuerdo con el cual toda cosa es metamen- te fisica, aunque quizds aliamente compleja. Los reduccionistas radicales recha zan la distincin cualitativa entre cosas vivientes y no vivientes sélo ante el peli gro de negar sus propias vidas. Ms atin, resulta inconsistente negar una distincién cnuie cosas vivas y no vivas y al mismo tiempo denominarse biologo (en. vez de fisico 0 quimico.) Por ejemplo, Keosian (1974) y Dennett (1995) niegan que haya una frontera entre lo viviente y lo no viviente, pero meditan sobre el ori- gen de la vida. Sin embargo, sélo se puede especular sobre el origen de algo si se tiene una idea de qué es este algo, Io cual sdlo es posible si es diferente de todo lo demas. La segunda alternativa es el hilozoismo, que entiende que toda cosa esta viva. (En la actualidad esta idea solo esta cobrando fuerza en el campo New Age. A fuer de ser justos con los presocraticos, tal vez deberfamos llamar a esta version neohilozoismo.) Al atribuir a todo la propiedad de estar vivo, el neohilozoismo vuelve trivial y superfluo el concepto de vida, si no es que incomprensible. En ri- gor, a fin de trazar la obvia distincién entre cosas vivas y no vivas, el hilozoista debe asumir que los biosistemas de alguna manera estan “mas vivos” que las otras cosas; esto es, que hay “grados de vida” o “grados de ser” (p. ¢j., a la Jeuken, 1975). Si tomasemos en serio estas ideas, deberfamos decir que los muertos no estén muertos sino s6lo un poco menos vivos que los vivos. 4.3 BIOSISTEMA ELEMENTAL, BIOSISTEMA COMPUESTO Y ORGANISMO Habiendo postulado que estar vivo es una propiedad emergente de ciertos siste- mas con determinada composicin, ambiente y estructura, ahora podemos inten- tar identificar la mas pequefia “unidad de vida” o la mas pequefta “unidad de ma- teria viviente”. Sin embargo, como estas expresiones son metaforicas, convendria introducir un concepto mis exacto. Este sera la nocin de biosistema elemental, que queda dilucidada por: DEFINIGION 4.8. Un biosistema elemental cs cualquiera tal que ninguno de sus componen- tes es un biosistema. (Mas precisamente, x ¢ B,=yx ¢ B & Vy (y © C(x) = € B), donde B, designa al conjunto de todos los biosistemas elementales, B el conjunto de todos los biosistemas y C(x) la composicién de un sistema x.) Por lo tanto, équé entidades son, en realidad, biosistemas elementales? Exami nemos varios candidatos. De acuerdo con el postulado 4.1, los virus no estan vi- vos porque no metabolizan. En otras palabras, no funcionan para nada fuera de una célula hospedante -a tal punto que los agregados de virus independientes a menudo son cristales. Sélo est vivo el sistema célula hospedante-virus. (Véase también Weiss, 1973.) Lo mismo vale para otros parasitos intracelulares, tales co- Spa 173, © yao las clamidias. En lo que respecta a Jos componentes subcelulares propiamen- te dichos de las células procariéticas, esté claro que no poscen todas las propie- dades listadas en el postulado 4.1 La situacin es més complicada en el caso de las células eucariéticas. Las mito- * condrias y cloroplastos, por ejemplo, poscen muchas de las propiedades listadas en el postulado 4.1, En particular, tienen su propio material genético. Este, sin embar- , no es auténomo en cl sentido de regular todas las funciones del sistema. En ver- dad, s6lo algunas funciones son reguladas por el sistema génico mitocondrial, mientras que otras son reguladas por el sistema génico nuclear (Thorpe, 1984.) En suma, un par de propiedades —no importa cuan importantes sean no basta para earacterizar un biosistema, Sélo la posesiGn conjunta de todas las propiedades lista- das en cl postulado 4.1 es necesaria y suficiente -hasta nuevo aviso. Parece, enton- es, que como ni los virus ni ningtin componente subcelular propiamente dicho son biosistemas, la célula es la “minima unidad de la vida”. Expresamos esto en: POSTULADO 4.2, Todos los biosistemas elementales son células. » Nétese que, como los biosistemas elementales parecen ser células (0, metafS- ricamente, como “la vida comienza en el nivel celular”), y la biologia es la ciencia -de los sistemas vivos, la expresién “biologia molecular” ¢s un oximoron. En otras palabras, puesto que las moléculas no estan vivas, no puede haber biologia de moléculas. La biologia propiamente dicha comienza con la biologia celular. Lo que distingue a la biologia molecular de la bioquimica es que la primera estudia Jas moléculas qua partes de biosistemas, mientras que la tltima estudia las (bio) moléculas qua moléculas. Si se entiende en este sentido, la expresién ‘biologia molecular’ es inofensiva. N6tese también que la reciproca del postulado 4.2 no es cierta: no todas las cé Julas resultan biosistemas elementales. Por ejemplo, muchos ciliados, clasificados ‘como organismos unicelulares, contienen algas unicclulares simbisticas tales co- mo las zooclorelas. Est claro que estas algas no son sélo biosistemas sino tam- bién componentes (csto es, subsistemas) de la célula ciliada. Asi, al contener 700- @lorelas, una célula, por ejemplo de Stentor no es un biosistema elemental. Sin embargo, se convierte en tal apenas pierde sus simbiontes. (Nétese que, a la luz de este ejemplo, la definicién 4.3 podria precisarse mas agregando la nocién de tiempo: un biosistema es un biosistema elemental en el tiempo # si y sGlo si nin- uno de sus componentes es un biosistema en el tiempo ¢.) Adems de Stentor, hay por supuesto muchos mas biosistemas, tales como teji- dos, érganos y organismos enteros que no son elementales, sino que estén com- Puestos por biosistemas. Asi, tenemos que completar la nocién de biosistema ele- Mental con la de biosistema compuesto. La definicién de este concepto es bastante directa y se lee: DEENIGION 4.4. Un biosistema compuesto es cualquier biosistema compuesto de (al menos dos) biosistemas (elementales.)

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