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LOS PLURALISTAS de descubrirlo todo. Pero ¡qué poco pueden ver, entender y captar

EMPÉDOCLES DE AGRIGENTO con la mente! (νοω). Tú, pues, ya que te has apartado para venir
aquí, no sabrás más de lo que puede abarcar el pensamiento
EL HOMBRE.
humano (2).
Apolodoro hace coincidir su máximo prestigio con la
La mente se desarrolla en los hombres en proporción de lo
fundación de Turio: 444-443, lo que le rejuvenece probablemente en
que les es presente (106).
unos diez años. Poeta, escribe en hexámetros a la manera de
Parménides. Profeta, escribe unas Purificaciones en las que se Tal sentido de los límites de la experiencia humana se apoya

presenta como taumaturgo y enseña una doctrina secreta. en una teoría del conocimiento que pretende que la condición del

Observador y experimentador, debe mucho a los médicos, objeto esté exactamente proporcionada a la estructura del sujeto:

especialmente a los de la célebre escuela de Crotona; inventa él Por la tierra conocemos la tierra; por el agua conocemos el
mismo la experiencia de la clepsidra (o pipeta) destinada a agua; por el éter, el éter divino; por el fuego, el fuego destructor; por
demostrar que el aire no es el vacío (fragmento Diels-Kranz 31, B, el amor, el amor, y por el odio, el triste odio (109). « Lo semejante es
100). Posiblemente murió en el transcurso de una observación del conocido por lo semejante», repetirán Platón y Aristóteles. Pero de
Etna. esta teoría, aún rudimentaria, de la «.representación», Empédocles
deduce un relativismo que le lleva muy lejos del eleatismo:

LA DOCTRINA. EL MÉTODO. En la medida en que los hombres son diferentes, su


pensamiento también muestra diferencias (108).
El espíritu de Empédocles es fundamentalmente opuesto al
de Parménides; en lugar de la intuición de lo absoluto, Empédocles En estas condiciones, el conocimiento verdadero es el

preconiza el paciente inventario de la experiencia. Estrechos son los resultado de una búsqueda laboriosa. Empédocles suplica a la

medios de captación esparcidos por los miembros del hombre; mu- Musa: Envíame, con ayuda de la Piedad, un carro fácil de conducir.

chos males asaltan a los mortales y ofuscan sus pensamientos; no Se ha terminado el sueño presuntuoso de un Parménides que se

ven más que una débil medida de vida... Cada cual sólo cree aquello dejaba conducir por las Helíades... Y la Musa le responde con

sobre lo que es lanzado. Empujados por todos lados, se vanaglorian consejos de una metodología que implica el esfuerzo:
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Ten valor y lánzate hasta las cimas de la ciencia. Ve y invalidar el valor del principio. De este modo, Empédocles es el pri-
considera, con todas tus fuerzas, el rodeo por el que cada cosa es mer testimonio de la exigencia nueva que va a atormentar a todos
manifiesta. No concedas a tu vista un crédito demasiado grande en los sucesores de Parménides: ¿cómo conciliar las afirmaciones de
comparación con tu oído y no estimes por encima de las declara- los jonios y de Heráclito con la imposibilidad revelada por
ciones de la lengua los rumores resonantes. No niegues tu confianza Parménides? La solución es que no hay physis:
a ninguna de las partes de tu cuerpo en las que hay un camino para
No hay «physis» para ninguna de las cosas mortales, ni
pensar. Antes examina cada cosa por el sesgo en que es manifiesta
término para la muerte funesta; sino que solamente hay mezcla y
(3).
separación de las cosas mezcladas. «Physis» es sólo un nombre
A los ojos de Parménides, el único sesgo manifiesto de cada añadido por los hombres (8). No traducimos la antigua palabra
cosa era el ser. Empédocles siente que el ser se nos da en formas ϕυσις, que evoca la intuición básica de los jonios: empuje de
diversas, cuya claridad no es igual. crecimiento, origen de un desarrollo, elemento real.

Cuando los elementos mezclados llegan a la luz del día en la

EL SER. forma de hombre, o siguiendo el género de un animal salvaje, o de


una planta, entonces se dice que hay nacimiento; cuando se separan
Al menos hay una evidencia que Empédocles toma de
se dice que hay muerte doloroso. Pero esto no es nombrar según la
Parménides: el principio de la inmutabilidad del ser.
justicia; aunque incluso yo mismo hablo según la convención (9).
¡Insensatos! ¡No hay en ellos pensamientos ampliamente
Observemos la oposición de «justicia» y de «convención»:
abiertos! Esperan que llegue a ser lo que antes no era, o que una
«naturaleza» sólo se dice por «convención». El entrechocar de estas
cosa pueda morir y desaparecer completamente (11). Pues, a partir
tres ideas (justicia, convención, naturaleza), no termina aquí. Pero
de lo que no existe en absoluto, es imposible que nada sea
notemos, sobre todo, la nueva idea que Empédocles introduce, y que
engendrado, y es inverificable e inaudito que el que es deje de ser;
no sabe con qué nombre designar: unas realidades, desprovistas de
pues siempre será, no importa dónde se le meta (12, cf. 13, 14).
physis, pero que son susceptibles de mezclarse... Una comparación
Solamente el método de observación, que otorga confianza lo aclarará todo: el fragmento 23 evoca los polvos de colores con los
a todos los sentidos, excluye las conclusiones de Parménides, sin que los pintores, por medio de mezclas sabiamente dosificadas,
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crean las imágenes de todas las cosas. La fuente de las imágenes separado y arrastrado por el odio (17, versos 7 y 8). El odio está
es idénticamente la fuente de sus modelos. fuera de las cuatro raíces; la amistad está entre ellas igual en
longitud y en anchura. Empédocles recurre a la experiencia interna:
El mecanicismo ha nacido. Los jonios tenían razón: todo
la amistad está atestiguada por los impulsos del instinto. No
nace y muere. Pero Parménides tiene aún más razón; el ser no nace
obstante, aunque se mueve en círculo entre ellos, ningún mortal la
ni muere. Pues lo que nace y muere no es. Lo que es, está
ha percibido aún. El fragmento 20 acude a la experiencia biológica:
escondido debajo, o dentro, de la physis. Pero esto es eterno e
Empédocles reconoce la amistad en la fuerza vital que une los
inmutable. Con ello, evidentemente, causa una doble extorsión al
miembros en la salud, y el odio en los desórdenes que provocan la
eleatismo: se supone que hay muchos seres, y que son susceptibles
muerte.
de movimientos mecánicos... Estos seres inmutables, pero miscibles,
serán las «raíces» de Empédocles. Se diría que en Empédocles el mecanicismo ha reconocido
sus límites: postula la movilidad, y debe por ello indicar un principio
de motricidad. Como Tales y Anaxímenes, recurre a la experiencia
EL DEVENIR
biológica, lo que no puede sorprender en un siciliano, al corriente de
El universal e incesante cambio, que había sido objeto de la los florecientes estudios médicos de la Magna Grecia. Pero la noción
reflexión jónica, hallaba su solución en el mecanismo de la mezcla y de alma motriz le parece demasiado simple para dar cuenta del ciclo
de la separación: admitamos que existen cuatro elementos: Aprende del año, y sobre todo del gran año, y toma de los sentimientos
primero las cuatro raíces de todas las cosas: Zeus, que brilla; Hera, humanos dos fuerzas antagonistas que proporcionan una analogía
que trae la vida, y Edoneo, y por último Nestis, que alimenta con suficiente para representar la causa de la aproximación y del
lágrimas la fuente de los mortales (6). Añadámosles dos motores: la alejamiento.
amistad y el odio ϕιλοτης, νεικος). Obtenemos la teoría de los
ciclos alternantes que expone el fragmento 17: hay un tiempo de
EL ALMA.
unificación que llega a la unidad perfecta del σϕαιρος, y después
viene un tiempo de plurificación o de dispersión. Y así siempre de No es que Empédocles desconozca la realidad del alma.
nuevo. La reunión es generación; la separación es corrupción. Ya, Pero lo psíquico no es objeto de descubrimiento racional; en una
por la amistad, todo se reúne en uno; ya, a la inversa, todo es atmósfera de misterio religioso evoca Empédocles el destino del
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alma: ¡Oh amigas que habitáis la parte alta de la gran ciudad, al ciclo cósmico.
borde del rubio Acragas!, he venido junto a vosotros como un dios
inmortal y no como un morid; colmado de honores, en medio de
LO DIVINO.
todos, voy como es justo, con la cabeza ceñida de cintas y de
coronas de flores (112; primer extracto de las Purificaciones). Lo que El lenguaje de Empédocles es arcaico por el retorno a las
el profeta Empédocles revela sobre el destino de las almas, es el personificaciones: el nombre mitológico atribuido a los cuatro
ciclo' que recorren, y que va de la extrema desgracia a la suprema elementos, el nombre de sentimientos humanos dado a los dos
alegría. Reconocemos aquí una doctrina órfica: Yo también soy motores antagonistas. Pero, en realidad, sólo hay en ello una
ahora una de estas almas, y huyo de los dioses y voy errante, coquetería de escritor. Sólo la amistad y el odio sacan su valor
porque he obedecido a la discordia furiosa (117). explicativo de la psicología humana: y este antropomorfismo escapa
a toda mitología. Es un antropomorfismo racional.
Los fragmentos 128 y 130 evocan la edad de oro: Todo era
dulce y familiar al hombre: animales salvajes, pájaros, y la llama de También cuando aborda el problema de Dios, Empédocles
la bienaventuranza lo iluminaba todo. adopta las miras en adelante definitivas de Jenófanes:

Los fragmentos 119 a 125 evocan una era de sombría (Dios) no posee un cuerpo provisto de cabeza humana; no
tristeza para el universo y el alma: ¡Ay! ¡Oh desgraciadísima raza de tiene espalda de donde como dos ramas partan dos brazos; no tiene
los mortales, oh dolorosísima! ¡De qué disputas, de qué gemidos pies ni rodillas ágiles, ni sexo velludo. Es únicamente un espíritu
habéis nacido! (124). augusto y de un poder indecible, cuyo pensamiento rápido recorre el
universo (134).

Por el contrario, los fragmentos 146 y 147 anuncian la


elevación del alma al rango de lo divino: Finalmente se convierten en ANAXÁGORAS DE CLAZOMENE
adivinos, rapsodas, médicos y jefes de hombres, viviendo sobre la
EL HOMBRE.
tierra, después elevándose al rango de los dioses, colmados de
honores (146). La filosofía se instala en Atenas. Nacido hacia el año 550,
muerto en el 428, según las crónicas de Apolodoro. Por tanto, es
Este ciclo de las almas no es más que un calco humano del

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