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El documento discute el papel de la ciencia en la sociedad actual y su impacto en el ser humano. Señala que aunque la ciencia ha traído avances médicos y tecnológicos, también ha creado armas destructivas y aún no hemos aprendido a convivir en paz. Argumenta que la ciencia debe usarse para mejorar la calidad de vida y no para crear humanos "perfectos" con vidas predeterminadas. También defiende el método científico para distinguir entre la ciencia y las pseudociencias. Finalmente, examina cómo
El documento discute el papel de la ciencia en la sociedad actual y su impacto en el ser humano. Señala que aunque la ciencia ha traído avances médicos y tecnológicos, también ha creado armas destructivas y aún no hemos aprendido a convivir en paz. Argumenta que la ciencia debe usarse para mejorar la calidad de vida y no para crear humanos "perfectos" con vidas predeterminadas. También defiende el método científico para distinguir entre la ciencia y las pseudociencias. Finalmente, examina cómo
El documento discute el papel de la ciencia en la sociedad actual y su impacto en el ser humano. Señala que aunque la ciencia ha traído avances médicos y tecnológicos, también ha creado armas destructivas y aún no hemos aprendido a convivir en paz. Argumenta que la ciencia debe usarse para mejorar la calidad de vida y no para crear humanos "perfectos" con vidas predeterminadas. También defiende el método científico para distinguir entre la ciencia y las pseudociencias. Finalmente, examina cómo
La ciencia siempre ha sido una fuente de conocimiento para
tratar de entender lo que nos rodea, y así, entender nuestra propia naturaleza mortal. La ciencia nos ha traído grandes avances en medicina o en tecnología, pues nos ha rodeado de aparatos que nos hacen la vida más cómoda y fácil… Pero, siendo esto así, seguimos sin lograr convivir los unos con los otros, sin eliminar el hambre del mundo, sin lograr la paz…
Tanto avance científico no ha servido para eliminar el
sufrimiento, sino para crear armas capaces de exterminar a miles de seres humanos con solo apretar el gatillo, así que las nuevas tecnologías, lejos de salvar vidas, han servido para idear formas más atroces e inhumanas de matar.
Hemos alcanzado tal nivel de desarrollo que somos capaces
de ir en busca de nuevos mundos, nuevos planetas que investigar, tal vez pensando en poder crear nuevos núcleos civilizatorios. Pero no tiene demasiado sentido tratar de imaginar otros mundos que habitar cuando tras miles de años en la Tierra, aún no hemos aprendido a vivir en ella: la maltratamos pensando solo en nuestros intereses, sin darnos cuenta de que en la mayoría de las ocasiones vamos contra natura, oponiéndonos a esas leyes sutiles que rigen nuestro planeta y el universo entero. Tal vez aún no entendemos cómo funciona nuestro sistema solar o la Tierra, porque siempre tratamos de entender lo más grande, lo más complejo, cuando deberíamos de empezar por lo más simple y sencillo: una roca, una flor… pues ellos son también reflejo en lo pequeño de esas leyes que ignoramos y que pretendemos negar por impotencia. Recordemos que los grandes Maestros de todos los tiempos decían que el hombre debía dejar de preocuparse por conquistar y dominar mientras no fuese capaz de conquistarse y dominarse a sí mismo, viendo a la naturaleza como nuestra aliada, buscando armonizarnos con ella, y así, encontrar nuestro propio equilibrio.
La ciencia actual está ocupada intentando prolongar nuestra
vida lo máximo posible. Para ello se realizan estudios y pruebas que aseguren una mayor calidad de vida, y a nivel genético van mucho más allá, porque de qué sirve estar buscando remedio para las enfermedades si podemos extirparlas de raíz, es decir, que con la manipulación genética se pueden eliminar enfermedades, trayendo al mundo seres casi perfectos cuyas probabilidades de caer enfermos sean mínimas, casi ridículas.
Además, se están desarrollando proyectos para poder curar
a personas con problemas muy serios, como por ejemplo, aquellas personas que están en una silla de ruedas, a las que en un futuro no muy lejano, se las someterá a una serie de tratamientos para regenerar la parte de su columna vertebral dañada, con “células madre” que les serán inyectadas, ya que son incapaces de producirlas por sí solos.
Todo esto es un sueño hecho realidad: el hombre vence a la
enfermedad, pero el problema es que toda esta búsqueda de la perfección se convierta en una obsesión que nos lleve a crear seres humanos perfectos de forma mecánica, a los que se les asignarán unos trabajos y tareas concretos, y prácticamente toda su vida ya estará decidida de antemano sin sorpresas ni emoción. No es esa la sociedad que deseamos, ni tampoco creo que ese sea el sueño del que hablaba, pues probablemente ese sueño, que comparto con muchos otros, de un mundo mejor, con justicia y sin sufrimientos innecesarios, no lo lograrán las nuevas tecnologías, ni un hombre perfecto a nivel genético. Lo logrará el hombre que es consciente de que el mundo no puede seguir así, que se pregunta de qué forma puede ayudar y lo hace: actúa, como si hubiese contraído una deuda con el resto de la humanidad desde el día que nació, una deuda de vida, para respetarla y protegerla, no solo para perpetuarla. De nada serviría formar parte de una sociedad donde ya no somos personas sino individuos sin nombre, tal vez con un código de barras en la muñeca que lo acredite. ¿Por qué la ciencia es necesaria? Sí, la ciencia es lo que nos distingue de otras especies en nuestro planeta, es la que hace que los países sean poderosos, es la que permite ganar dinero con aplicaciones tecnológicas derivadas del desarrollo científco. La ciencia nos permite conocernos, la que explica que es la vida, cómo funciona nuestro cerebro y el resto de nuestro organismo.
La ciencia es la que permite desenmascarar a los
charlatanes (pseudocientíficos o paracientíficos) que nos venden agua con un poco de azúcar como un remedio para nuestra salud (los homeópatas) o te dicen que el futuro está en las estrellas (los astrólogos) o los que nos venden el engaño de que una pulsera imantada va a mejorar tu vida (los magnetoterapeutas), entre otros.
Porque la ciencia, usando el método científico, sabe que la
dilución extrema de un fármaco o cualquier otro compuesto biológicamente activo no puede producir ningún efecto biológico, pues es necesaria una concentración mínima. La concentración se refiere a la cantidad de una sustancia que está presente en un determinado medio. Se puede expresar de muchas maneras, pero ahora no viene al caso explicarlo. Lo importante es que los científicos sabemos desde hace cinco siglos (desde la época de Parecelso) de que el efecto de una sustancia depende de la dosis. Los llamados remedios homeopáticos se producen por diluciones extremas y la ciencia ha demostrado que la concentración de sustancia activa en el remedio es prácticamente nula. El método científico se basa en proponer hipótesis, hacer experimentos para refutarla o comprobarla, y a partir de aquí establecer una teoría. Con este bagaje, podemos decir que la astrología (y su consecuencia, los malditos horóscopos o las cartas astrales) es un auténtico timo. ¿En qué hipótesis se basa? ¿en qué la posición de los astros influyen en nuestra vida y comportamiento? ¿cual es la base científica? ¡Ninguna! Si fuese cierta, resultaría que millones de personas (las que comparten la misma fecha de nacimiento) tendrían el mismo destino. ¡Y a todos les tocaría la lotería el mismo día, todos se enamorarían a la vez o sufrirían la pérdida de un ser querido simultáneamente! Por supuesto, no se pueden hacer experimentos que refuten o aprueben la base científica de la astrología.
Las pulseras magnéticas, el agua magnética o cualquier
zarandaja magnética de uso cotidiano usan imanes en los que la intensidad del campo magnético es muy pequeña (causada por un imán de uso casero). El magnetismo es un área científica muy estudiada. Hace unos 200 años, científicos de la talla de Faraday, Ampère o Østerd realiaron experimentos rigurosos que dieron lugar a la teoría del campo electromagnético matemáticamente racionalizada principalmente por Maxwell (y en su versión moderna por Heaviside). En estas investigaciones se aplicó rigurosamente el método científico (hipótesis, experimentos, teoría) y una de sus conclusión es que el campo magnético es demasiado débil para causar algún efecto biológico como pretende la magnetoterapia. Por otro lado, para que se dé ese efecto biológico sería necesario que el campo magnético interaccionase con las biomoléculas de nuestro cuerpo. La ciencia sabe que el efecto de los campo magnéticos (incluso los muy intensos) sobre la mayoría de moléculas es muy pequeño y de muy corta duración. Por lo tanto, la ciencia desmonta este timo pseudocientífico; y cualquier otro (feng-shui, aromaterapia, etc.) similar. IMPACTO DE LA CIENCIA EN LA ACTUALIDAD A través de los años el ambiente social ha ido evolucionando, de tal manera que ha exigido nuevas ciencias y tecnologías. Por lo cual el ser humano ha ido modificando tanto su forma de pensar como de actuar, a tal grado que ha llegado a depender en todos los ámbitos de la ciencia y la tecnología. Día a día el hombre ha ido desarrollando más y mejor tecnología que le ha facilitado la forma de vivir, por tal motivo hemos llegado a una etapa en la cual la maquina ha rebasado en muchos aspectos al ser humano. Han sido muchas las hipótesis en las cuales se predicen una “guerra” entre las maquinas y el ser humano por la supremacía en el planeta, pero por el momento la tecnología ha favorecido en el progreso de muchos ámbitos tanto médicos, culturales y psicológicos del hombre. En la antigüedad se tenían bien definidas las funciones que fungimos como individuos, en la cual debemos de llevar una armonía tanto con la naturaleza como con la sociedad. Pero hoy en día ha modificado mucho ese marco tradicional, y ha traído consigo un desequilibrio entre el hombre y la naturaleza. Han sido muchos los progresos que ha traído consigo la ciencia, y no debemos culpar a estos avances la situación por la cual estamos pasando actualmente. Ya que nosotros hemos sido los que no hemos sabido aprovechar la ciencia como debería ser utilizada. Han sido muchos los cambios que ha originado el progreso de la ciencia, y por lo cual el ser humano ha tenido que modificar tanto su forma de pensar como de vivir, pero estos cambios se han visto relacionados o afectados tanto por la política, la religión y la sociedad en particular, ya que estos 3 factores han orientado un desarrollo más orientado a buscar el bien común de los 3. Esto ha sido muy notorio dentro de la comunidad social, ya que ha producido tanto ventajas como desventajas en la evolución y desarrollo de la ciencia. AUTORES
1. Bernardo Herradón. ¿Por qué la ciencia es necesaria?. 30
abril, 2012. 2. Mariano Artigas y Daniel Turbón. El origen del hombre, 2007. 3. Mariano Artigas, Daniel Turbón (2008). Origen del hombre: ciencia, filosofía y religión (3ª edición). 4. Charles Darwin (2009). El origen del hombre. Ediciones Crítica.