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PROGRAMA DE LOGICA

UNIDAD I
PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO
1.1 APARIENCIA Y REALIDAD. (2 horas)
1.1.1 Heráclito, Parménides, Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino

1.2 PROBLEMAS DEL CONOCIMIENTO Y SUS PRINCIPALES REPRESENTANTES. (3


horas)
1.2.1 Posibilidad: Dogmatismo, Escepticismo, Criticismo
1.2.2 Origen: Empirismo, Racionalismo y Criticismo
1.2.3 Esencia: Realismo, Idealismo y Criticismo

UNIDAD II
EL CONOCIMIENTO Y LA LÓGICA
2.1. CONCEPTO DE LÓGICA (2 horas)
2.1.1 Concepto de Lógica.
2.1.2 Objeto formal y material.
2.1.3 Finalidad de la lógica
2.1.4 Ubicación de la lógica en el sistema filosófico

2.2. FACTORES DEL PENSAMIENTO (1 horas)


2.2.1. Sujeto, objeto, proceso psíquico del pensar, formas del pensamiento y
expresión

UNIDAD III
EL CONCEPTO Y OPERACIONES CONCEPTUADORAS
3.1. EL CONCEPTO (6 horas)
3.1.1. El concepto.
3.1.2 Naturaleza, funciones y Características Lógicas (contenido y extensión).
3.1.3 Clasificación de conceptos por contenido y por extensión.
3.1.4. Predicables y categorías
PRIMER PARCIAL

3.2. OPERACIONES CONCEPTUADORAS (3 horas)


3.2.1 Definición: propósito, tipos, errores y reglas.
3.2.2 División: tipos y reglas.
3.2.3. Clasificación: tipos, reglas
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3.3. PRINCIPIOS LÓGICOS SUPREMOS (2 horas)
3.3.1 De identidad, de contradicción, de tercero excluido y de razón suficiente

UNIDAD IV
EL JUICIO
4.1 EL JUICIO (7 horas)
4.1.1 Estructura y características
4.1.2 Clasificación de los juicios.
4.1.3 Cuadro tradicional de oposición
4.1.4. Categorías de los juicios según Kant
SEGUNDO PARCIAL

UNIDAD V
EL RAZONAMIENTO
5.1. RAZONAMIENTO Y MÈTODOS (2 horas)
5.1.1. Razonamiento: naturaleza y características
5.1.2 Clases de razonamiento.

5.2 RAZONAMIENTO DEDUCTIVO (9 horas)


5.2.1. Inferencias Inmediatas:
Por Subalternación, oposición, contraposición, conversión simple y por accidente.
5.2.2 Inferencias mediatas:
Silogismo: clases y reglas para su construcción

UNIDAD VI
LÓGICA SIMBÓLICA
6.1. EL LENGUAJE SIMBÓLICO (1 horas)
6.1.1 El Lenguaje Simbólico

6.2. PROPOSICIONES (7 horas)


6.2.1 Clasificación de las proposiciones y los conectivos lógicos.
6.2.2. Tablas de verdad:
Conjunción, disyunción inclusiva y exclusiva, condicional, bicondicional, negación
6.2.3. Validez lógica

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LÓGICA

UNIDAD I
PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

1.1 APARIENCIA Y REALIDAD. (2 horas)


1.1.1 Heráclito, Parménides, Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino

Heráclito de Éfeso, (340 -475 a. J.C.) lo aparente es lo estático y lo inmóvil, y lo


auténtico es el movimiento. El ser auténtico de todas las cosas es el movimiento. “Todo
fluye”, nada permanece igual en dos instantes distintos. Dice: “No puedes bañarte dos
veces en el mismo río, pues siempre un agua distinta fluye en torno a ti”. Y lo que ocurre
con el agua, ocurre con la realidad total. Todo es movimiento y sólo existe el
movimiento: “Es propio del sabio admitir que todo es uno”.

Podemos preguntarnos por la fuente o el motor de ese movimiento universal. La


respuesta de Heráclito parece ser doble. En primer lugar, se hace aún eco de la
problemática en torno al origen de las cosas, y responde que el principio de todo es el
fuego. Dice a este respecto: “Este mundo, el mismo para todos los seres, no ha sido hecho
por ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que siempre ha sido, es y será un fuego
siempre viviente que se enciende con medida y con medida se apaga”. Ahora bien, no es
concebible una llama de fuego en reposo. La movilidad del fuego, considerado como
principio de las cosas, explicaría que todas ellas sean movimiento.

En segundo lugar, la teoría de los contrarios, atribuida a Heráclito, sería la fuente del
movimiento. Según esa teoría, cada cosa procede de la lucha establecida entre dos
cosas precedentes y adversarias. La guerra, dice Heráclito, es el padre de todas las
cosas, el rey de todo. Puede pensarse que esta animosidad y combatividad es la
segunda fuente del devenir heracliteano. La filosofía de Heráclito es violenta y
combativa. Una naturaleza sin lucha es una naturaleza muerta.

Entre Parménides (540-470) y Heráclito existe una auténtica oposición. Si para


Heráclito el aspecto estable de las cosas es pura apariencia frente al movimiento como
realidad auténtica, para Parménides el movimiento o cambio es sólo una realidad
aparente frente a la inmutabilidad del ser. Según el aléata –Parménides nació en la
ciudad de Elea -, las cosas no son movimiento, sino ser.

El principio básico de Parménides es éste: el ser es y el no-ser no es. Es decir, el no-ser


no existe; sólo existe el ser. Partiendo de este principio, llega a las siguientes
conclusiones:
a) El ser es inmóvil e inmutable;
b) El ser es idéntico a sí mismo
c) El ser eterno.
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El mito de la caverna, tal y como Platón lo expuso en el libro VII de la República,
constituye un claro ejemplo de su concepción de la realidad. Según éste, existen dos
mundos o dos clases de realidades, a saber, el mundo sensible, que es un mundo
aparente, un mundo de sombras, y el mundo inteligible o mundo de las ideas, que
constituye la auténtica realidad.

Platón, al principio, gracias a su maestro Crátilo conoció la teoría de Heráclito de


Éfeso, según la cual todas las cosas se encuentran sometidas a variación o cambio:
todo fluye; pero posteriormente, en un viaje a la Magna Grecia entró en contacto con
las ideas de Parménides, según las cuales el ser es uno, inmutable, perfecto, eterno… de
este modo. Platón parece que quería establecer un equilibrio entre ambas filosofías: la
variedad y el cambio son propios del mundo sensible; la inmutabilidad, la perfección y
la eternidad del mundo inteligible.

Por otra parte, Sócrates le había enseñado que en las cosas singulares y concretas
sometidas a variación, existe una esencia universal, invariable y común a todos los
entes de la misma especie, la cual expresa su auténtica realidad, su verdadero ser.
Ahora bien, mientras que para Sócrates esta esencia es inmanente a las cosas mismas,
es decir, reside en el ser mismo de las cosas; para Platón, en cambio, es trascendente,
esto es, se da al margen de las cosas; como ya sabemos, en el mundo inteligible.

De acuerdo con estos principios, Platón aplicó atributos contrapuestos y


contradictorios a uno y otro mundo, así, el mundo inteligible (o mundo de las ideas) de
halla formado por lo que siempre es y no varía, el ser inengendrado e imperecedero,
las esencias inmutables, lo que en realidad es ente, es decir, por los seres verdaderos;
el mundo sensible, por el contrario, se encuentra integrado por las cosas que vemos en
este mundo, las cosas cambiantes, que nacen y mueren y que están sometidas a
continuo devenir, esto es, que son contingentes y, por tanto, en parte son y en parte no
son.

A este respecto, al mundo inteligible pertenecen las ideas y los números; mientras que
del mundo sensible forman parte los objetos artísticos y los entes naturales.
ABAD PASCUAL Juan José, Historia de la Filosofía, Ed. Mc Graw Hill, España,
2001 p.p. 37 a 38

Si las ideas filosóficas de Platón se vieron profundamente condicionadas por sus


ideales políticos, el pensamiento de Aristóteles lo fue por sus conocimientos
biológicos. Aristóteles, perteneciente a una familia de médicos y biólogo él mismo, fue
un perspicaz observador de la naturaleza. En este sentido tiende a ver todas las cosas
con mentalidad de naturalista y a poner de manifiesto el carácter finalista o teleológico
de las mismas; pues, en efecto, dicho carácter se da más que en ningún otro campo en
el de los seres vivos, ya que en los fenómenos de reproducción, crecimiento y
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desarrollo de éstos, una vez puestas las condiciones necesarias (por ejemplo, una vez),
el proceso natural, es decir, el proceso biológico tiende a seguir su curso por sí mismo,
de modo correcto y preciso; por ejemplo, una vez que la semilla ha caído en el terreno
adecuado, germina y el desarrollo del nuevo ser, de la nueva planta, tiende a seguir de
modo natural hacia su fin, esto es, hacia su cumplimiento correcto y adecuado.

En éste sentido, Aristóteles diferenció dos clases de seres: naturales y artificiales. Son
seres naturales aquellos que “tienen en sí mismos el principio de movimiento y de
reposo”, como los animales, las plantas, etc.; mientras que son seres artificiales los que
son fruto de la técnica o del arte, esto es, aquellos que poseen un principio extrínseco
de movimiento, como un vestido, una cama, una estatua, etc., en tanto en cuanto son
vestidos, cama, estatua; pues como compuestos de algodón, seda, madera, mármol,
etc., pertenecen a la naturaleza y se encuentran sometidos a las leyes naturales.

Tenemos, pues, que los objetos artificiales, por una parte, dependen de los objetos
naturales o, lo que es lo mismo, sólo gracias a la existencia de seres naturales
(minerales, vegetales, animales, etc.) puede haber seres artificiales (vestidos, mesas,
estatuas, etc.); y, por otra, el “arte” imita a la naturaleza y se ve obligado a tener en
cuenta sus principios y sus legalidades (con unos materiales se pueden hacer estatuas,
con otros carros, con otros música, etc.).

Frente a Platón, que situaba la auténtica realidad en el mundo trascendente, en el


mundo de las ideas, para Aristóteles, la verdadera realidad viene constituida por la
naturaleza de las cosas, es decir, las cosas son lo que son en su propia naturaleza, que,
en cuanto tal, constituye el principio de su ser y de su movimiento: el árbol, el animal,
etc, nacen, crecen y se mueven en virtud de (y de acuerdo con) su propia naturaleza
inmanente. De este modo, la naturaleza, en tanto en cuanto principio estable y
permanente del movimiento y del reposo de los seres, asegura la coherencia, el orden
y la regularidad del mundo y permite su inteligibilidad, su comprensión; en este
sentido, la naturaleza physis se opone al azar (y la técnica y el arte a la arbitrariedad).

Los filósofos anteriores tendieron a concebir por separado la realidad (el ser) y el
movimiento, intentando explicar las variaciones, los cambios, de la realidad. En este
sentido, Parménides negó la realidad del movimiento, reduciéndolo a mera apariencia
a ilusión (el ser es uno, eterno, inmóvil, etc.). Heráclito adoptó una posición contraria:
todo corre, nada es. Platón, por su parte, excluyó el movimiento del mundo inteligible,
es decir, de la auténtica realidad, y lo contrajo al mundo de la dóxa, o mundo de los
sentidos.

Aristóteles invirtió el planteamiento del problema y en lugar de explicar el cambio,


intentó analizar la realidad que cambia, pues “el movimiento no existe fuera de las
cosas”. En este aspecto, por ejemplo, tenemos que la bellota no es encina; ahora bien,
respecto a ser encina, existe una notable diferencia entre la bellota y el libro, a saber,
que el libro nunca será encina, mientras que la bellota puede serlo. Existe pues un ser
en potencia y un ser en acto; acto es lo que un ser actualmente es; potencia lo que
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puede ser. En el ejemplo señalado, la bellota es en acto bellota, mientras que es en
potencia (puede ser) encina.
ABAD PASCUAL Juan José, Historia de la Filosofía, Ed. Mc Graw Hill, España,
2001 p.p. 64 a 66

El método de conocimiento según Santo Tomás de Aquino parte de las observaciones


de la experiencia sensible acerca de las cosas que nos rodean. Nuestras percepciones
sensibles captan datos singulares y concretos; ahora bien, el auténtico conocimiento
humano es el intelectual, que aprehende las esencias universales: los conceptos del
entendimiento son universales (uno no percibe sensiblemente “el árbol”, sino “este
árbol”, pero el auténtico conocer consistiría en conocer “el árbol”). ¿Cómo se realiza el
paso del conocimiento sensible (que se limita a percibir los datos singulares y
concretos) al intelectual (que constituye el auténtico conocimiento) capaz de captar la
auténtica realidad de las cosas? Mediante la abstracción. Por medio de la abstracción
pasamos de la individualidad de las percepciones sensibles a la universalidad de los
conceptos.

En el proceso abstractivo, pueden distinguirse los siguientes momentos:


a) los sentidos perciben lo individual, lo que hace a los objetos distintos, su materia
concreta (la materia concreta es, pues, principio de individuación);
b) la imaginación registra lo percibido. Las percepciones sensibles dejan en la
imaginación o memoria una imagen o representación particular (el fantasma);
c) el entendimiento abstractivo (entendimiento agente o activo) universaliza el
contenido de esa imagen particular, despojándola de sus elementos individuales y
obteniendo los rasgos esenciales, que son idénticos para todos los individuos de la
misma especie;
d) el entendimiento cognoscitivo (entendimiento paciente o pasivo) formula el
concepto universal correspondiente;
e) el entendimiento sólo puede conocer lo individual “mirando” a la imaginación.
ABAD PASCUAL Juan José, Historia de la Filosofía, Ed. Mc Graw Hill, España,
2001 p. 129.

1.2 PROBLEMAS DEL CONOCIMIENTO Y SUS PRINCIPALES REPRESENTANTES


(3 horas)
Conocer es captar con la inteligencia y hacerlo objeto de un acto de conocimiento.

El acto de conocimiento supone una relación mutua entre:


Sujeto objeto

Se ve luego que en el conocimiento hay tres elementos: ente sujeto, ente conocimiento
y ente objeto.

El conocimiento es una relación entre sujeto y objeto.

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Es una relación mutua correlación ; cada uno está en función del otro. Si no hay esta
correlación no son sujeto y objeto.

La correlación es irreversible, de manera que en cada acto el sujeto siempre es sujeto


y el objeto siempre es objeto.

Al conocer, el sujeto cambia –se enriquece-; el sujeto queda totalmente indiferente.


Pero de alguna manera el objeto determina al sujeto ya éste sólo conoce lo que el
objeto le da a conocer.

Empero, sujeto y objeto no se agotan en la relación. El objeto sigue siendo ente aunque
no conozca, pero deja de ser sujeto – cognoscente. Al desaparecer la correlación
solamente desaparece el conocimiento.

Según lo dicho, sujeto y objeto existen de dos maneras: como entes –lo que son en sí- o
sea en el nivel ontológico; y como sujeto cognoscente y objeto conocido, o sea en el nivel
gnoseológico.

El conocimiento plantea varios problemas que analizaremos a continuación.

1.2.1 Posibilidad: Dogmatismo, Escepticismo, Criticismo.


El primer problema se concreta en la siguiente pregunta: ¿Es posible que el sujeto
capte el objeto?
Hay dos respuestas: el dogmatismo y el escepticismo.
El dogmatismo afirma no sólo la posibilidad sino el hecho mismo del conocimiento: es
totalmente cierto que el sujeto capta el objeto.
El escepticismo niega la posibilidad del conocimiento.
El criticismo cuyo verdadero fundador es Emmanuel Kant, piensa que el dogmatismo
tiene confianza ciega en el poder de la razón humana y que el escepticismo tiene
desconfianza hacia la razón pura, adoptada sin previa crítica. Sin embargo supera
ambos extremos. El criticismo es “aquel método de filosofar que consiste en investigar
las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones y las razones en que las mismas se
fundan, método que da la esperanza de llegar a la certeza”.

En el problema de la posibilidad del conocimiento, el criticismo es la única posición


correcta, ya que significa que partiendo del supuesto de que el conocimiento es posible,
se hace un examen crítico de sus fundamentos y de sus condiciones más generales.

1.2.2 Origen: Empirismo, Racionalismo y Criticismo


Aceptada la posibilidad del conocimiento, se plantea el segundo problema ¿Cuál es el
origen del conocimiento?, ¿Cómo lo realizamos?
Hay dos respuestas extremas: empirismo y racionalismo.

El racionalismo –de ratio razón- afirma que la verdadera fuente del conocimiento es la
razón. Un conocimiento es tal cuando es lógicamente válido y universalmente
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necesario, cuando la razón juzga que algo tiene que ser así y no puede ser de otra
manera, que tiene que ser así siempre y en todas partes. Tales juicios tienen necesidad
lógica y validez universal.
V. gr: El todo es mayor que la parte.

El primer representante del racionalismo es Platón. Plotino y San Agustín modifican y


prolongan el racionalismo platónico.

Otra forma de racionalismo es el innatismo que afirma que tenemos ideas innatas, es
decir, que no proceden de la experiencia, las traemos en el alma desde el nacimiento.
Así pensaron Descartes y Leibniz.

El empirismo –de empeiría, experiencia- es la antítesis del racionalismo. Para el


empirismo la experiencia es la única fuente del conocimiento. Por lo tanto no hay
ningún elemento a priori en la razón. Es espíritu es por naturaleza vacío, una hoja en
blanco en la que la experiencia va escribiendo. Todos nuestros conceptos, aun los más
abstractos, proceden de la experiencia. Por lo que la razón no da conocimientos
nuevos; es la facultad de combinar los datos de la experiencia.

El verdadero fundador del empirismo es John Locke (1632-1704) al que siguieron


David Hume (1711-1776), E. de Condillac (1715-1780), John Stuart Mill (1806-1873)
y otros.

El Criticismo sostiene que el verdadero conocimiento es el obtenido de la unidad


dinámica entre conocimiento sensible y conocimiento intelectual

1.2.3 Esencia: Realismo, Idealismo y Criticismo


El tercer problema se refiere a la esencia de la relación entre sujeto y objeto. En otras
palabras: ¿Cómo existen los tres factores que constituyen el conocimiento? O ¿Cómo el
sujeto alcanza al objeto? Si el conocimiento es inmanente ¿Por qué afirmamos que
existen realmente los entes a los que se refiere el conocimiento? Es decir ¿Los objetos
son en realidad trascendentes al conocimiento o son inmanentes a él? Como se ve, el
problema de la esencia del conocimiento es el problema de la realidad del mundo
como distinto de mi representación y del conocimiento que de él tengo.

Hay dos respuestas principales realismo e idealismo.

El realismo afirma que el sujeto capta la realidad misma y no sólo su representación o


imagen en el hombre. O sea: los objetos son entes reales independientes del sujeto y
que en el acto del conocimiento, para constituirse en objetos, determinan de alguna
manera al sujeto. Entonces la relación se rige, en cierto modo, por el ente-objeto. Todo
conocimiento es conocimiento de algo. Si este algo no existiera sería imposible el
conocimiento. Se dice que el objeto es trascendente al sujeto. Se es realista aunque se
afirme que las ideas y demás signos mentales del conocimiento se refieren a algo que
los trasciende. Ese algo puede ser material o espiritual o de cualquier otra manera de
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ser. La esencia del realismo está en afirmar que el ente – objeto existe en sí
independientemente del sujeto, que es algo dado y no producido por el conocimiento.
El idealismo sostiene que no hay cosas reales independientes de la conciencia.
Conocemos únicamente lo que hay como representación en la conciencia. Conocer es
producir o crear. El ser es función del pensamiento.

Los representantes del idealismo son Berkeley, Emmanuel Kant, Fichte, Federico
Hegel.

El Criticismo sostiene que el conocimiento se obtiene al aprehender cosas naturales, esto


es, que surgen sin la intervención del hombre, por ejemplo un árbol, una montaña, etc.,
pero también de cosas artificiales o manufacturadas, que surgen primero en la mente del
ser humano, por ejemplo, una mesa, una computadora, un auto, etc.
SANABRIA JOSÉ, Introducción a la Filosofía, Ed. Porrúa, 15ª. Ed., México, 2001.
P.p. 210 a 222

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UNIDAD II
EL CONOCIMIENTO Y LA LÓGICA
2.1. CONCEPTO DE LÓGICA (2 horas)
2.1.1 Concepto de Lógica.
En primer lugar, hay que insistir en que se trata de una ciencia. La Lógica tiene la
categoría de conocimiento científico, con todas las cualidades que se le suelen asignar
a este tipo superior de conocimiento, como son: el rigor, la exactitud, la solidez, la
universalidad, la necesidad, la sistematización.

Ya tendremos la oportunidad de tratar por extenso estas cualidades del conocimiento


científico. Entonces será oportuno también reflexionar sobre el camino andado y
verificar que efectivamente la Lógica posee dichas cualidades.

Por ahora es suficiente traer a colación el concepto tradicional (aristotélico-tomista)


de ciencia. Ciencia es un conocimiento cierto de las cosas por sus causas.
Solamente insisto en dos características aquí subrayadas.
Se trata de un conocimiento cierto, lo cual indica algo más que verdadero. La ciencia es
un conocimiento seguro, sólido, firme.

Además la ciencia estudia las causas de las cosas. Con esto se quiere dar a entender
que una persona tiene conocimientos científicos en el momento en que sabe dar la
causa o razón del fenómeno u objeto de que se trata. Mientras se enuncien sólo
hechos, sin saber el porqué de ellos, todavía no se ha llegado a un nivel científico.

La Lógica será, pues, un conocimiento científico, en la medida en que dé las razones de


lo que afirma, y posea, además, la firmeza que todos admiran en la ciencia.

La Lógica es también un arte, puesto que da reglas para razonar correctamente. A


partir de ciertas tesis científicas, la Lógica desprende para la práctica una serie de
reglas muy útiles dentro del riguroso terreno de la deducción.
INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA. Raúl Gutiérrez Sáenz. 13ª ed. Ed. Esfinge. México.
1979. P.p. 18 a 19

2.1.2 Objeto material y formal.


Aquí tropezamos ya con un término técnico que es necesario saber utilizar
correctamente. Objeto material de una ciencia, en general, es la cosa, el contenido, el
tema (o materia) que trata dicha ciencia. Así por ejemplo, el objeto material de la
Antropología y de la Historia es el hombre. Los números y las cantidades constituyen
el objeto material de las Matemáticas. Debe aclararse que la palabra material no se
refiere necesariamente aquí a cosas materiales, tangibles sólidas. El objeto material (o
sea el tema o contenido de la Teología) es Dios, sin que por ello se le quiera asignar
características materiales a este Ser Supremo.

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Pues bien, la Lógica es una ciencia cuyo objeto material está constituido por los
pensamientos. El tema que trata la lógica es el pensamiento en general. Adviértase
aquí el motivo de la dificultad esencial que encierra nuestro estudio. Tenemos que
pensar acerca de los pensamientos mismos. Se trata de una especie de reflexión sobre
ese contenido mental que todos poseemos y que, que por no poderse ver y manejar en
el espacio, ofrece una seria resistencia a una fácil comprensión desde el principio.
Pensar en una cosa material (como un automóvil, por ejemplo) es relativamente fácil.
Pero pensar en el pensamiento que es espiritual, ya es más difícil.

¿Y qué es el pensamiento? Pregunta nada fácil. La esencia del pensamiento la


dejaremos para otra materia filosófica, como es la Metafísica. Nos basta una pequeña
descripción: Pensamiento es toda representación mental de cualquier objeto. Por
ejemplo: una persona cierra los ojos y se pone a reflexionar (a pensar). En ese
momento su atención no se fija en nada de lo que sucede alrededor. Se concentra en
algo que él mismo baraja en su propia mente. Eso que maneja en su recinto mental es
un conjunto de pensamientos. Con ellos se representa los objetos y las personas; son
un sustituto de las cosas extramentales (es decir, que están fuera de la mente).

Otro modo de explicar en qué consiste el pensamiento es hacer notar que las palabras
poseen un significado. Ese significado que logra captar una persona, al oír o ver una
palabra, es lo que se llama pensamiento. Todo lo que está pasando por la mente del
lector de estas líneas es una serie de pensamientos.

Los pensamientos pueden combinarse, acomodarse y ordenarse de infinitos modos.


Por medio de ellos el hombre resuelve sus problemas. Uno de los timbres de gloria del
hombre es su propio pensamiento. Quien no se lanza a pensar por su propia cuenta no
ha logrado todavía un nivel de madurez humana. Por ejemplo: Un muchacho está
indeciso al escoger carrera. Se pone a pensar, reflexionar, sopesar pros y contras, y, por
fin, decide estudiar ingeniería, pongamos por caso. Por su mente pasó una serie de
pensamientos: “Si estudio medicina, corro el peligro de fracasar, pues tengo mala
memoria para la Anatomía”; Si estudio leyes, no me gustaría… etc.” En cambio, la
persona que no piensa por su cuenta, deja que todo se lo decidan, hace lo que todos
hacen, y no vive en un nivel auténticamente humano.

Pues bien, la Lógica estudia el pensamiento en general. Alguien podría preguntar a


estas alturas: “¿Cuáles pensamientos estudia la Lógica?” Y la respuesta es: “Todos”; o
mejor, “cualquier pensamiento”; es indiferente que sea uno u otro. Como vamos a ver,
a la Lógica no le interesa tanto el contenido de los pensamientos como su forma. Pero
esto pertenece ya al siguiente apartado.

Estamos ahora en el núcleo central de nuestra explicación. Primeramente, hay que


explicar el significado de la expresión: “objeto formal”. El objeto formal de una ciencia,
en general, es el aspecto de la cosa que se estudia. Dicho de otro modo, es el ángulo o
faceta o punto de vista especial que se considera en el objeto estudiado. Un objeto
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material tiene varios objetos formales; es decir, una misma cosa puede ser estudiada
bajo varios puntos de vista, y cada uno de ellos da origen a una ciencia diferente. Por
ejemplo: el hombre puede ser estudiado por la Anatomía, la Historia, la Psicología, etc.
En términos técnicos, se dice que estas ciencias coinciden con el objeto material; pero
difieren en el objeto formal. Las ciencias se especifican por su objeto formal, decía
Aristóteles. La Anatomía estudia la constitución física del hombre; la Historia estudia
los hechos más relevantes del hombre a través de los tiempos; la Psicología estudia el
alma del hombre.

Aplicando este término técnico a nuestra materia, podemos establecer: el objeto


formal de la Lógica está constituido por las formas mentales. Y quiere decir lo siguiente:
los pensamientos, que son el objeto material de la Lógica, pueden ser estudiados bajo
distintos aspectos. De hechos hay varias ciencias que se dedican a su estudio, como la
Metafísica, la Psicología, la Gramática, etc. Pero estas ciencias, junto con la Lógica,
aunque coinciden (al menos, en parte) en su objeto material, se distinguen
completamente por su objeto formal. A la Psicología le interesa el proceso de
formación, el origen y producción de los pensamientos. De los pensamientos sólo
capta el modo como se elaboran… A la Metafísica también le interesan los
pensamientos, pero en otro aspecto: estudia la esencia de ellos, o sea, cuál es el
constitutivo básico que hace que un pensamiento sea tal. Y a la Gramática sólo le
interesa la expresión de los pensamientos, y por eso estudia las partes de la oración,
su concordancia, etc. Por esto resulta que la gramática de cada lengua tenga
diferencias notables, en cambio la Lógica es la misma para todos los hombres,
cualquiera que sea el idioma que hablen. La Lógica prescinde de esos aspectos y sólo
estudia las formas mentales de los pensamientos. Pero falta por aclarar que significa
exactamente forma mental.

De acuerdo con lo explicado anteriormente, a la Lógica le interesa el orden de los


pensamientos. Pues bien, aquí tenemos un primer enfoque para entender el
significado de forma mental. Esta expresión quiere decir: modo u orden como están los
pensamientos en la mente. Forma metal es, pues, la palabra técnica que nos expresa
brevemente todo lo que hemos explicado. Cuando se dice que el objeto formal de la
Lógica es la forma mental de los pensamientos se quiere indicar, en una breve
fórmula, que a la Lógica le interesa el estudio del orden (concatenación, congruencia
interna, coherencia, ilación, disposición o estructura interna) de los pensamientos en
la mente.

Sólo habría que añadir ahora que en Lógica se distinguen tres clases principales de
formas mentales, o sea, tres estructuras fundamentales; de modo que cualquier
pensamiento puede ser clasificado en alguna de ellas. Tales son: el concepto o idea,
juicio y el raciocinio. Ya hablaremos de ellas por separado. Por ahora podríamos
concluir que la lógica estudia las formas mentales de los pensamientos, es decir, la
estructura correcta de las ideas, los juicios y los raciocinios.
INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA. Raúl Gutiérrez Sáenz. 13ª ed. Ed. Esfinge. México.
1979. P.p. 19 a 23
12
2.1.3 Finalidad de la lógica.
Con lo que tenemos explicado podemos sacar en limpio que la Lógica es la ciencia
que estudia los pensamientos en cuanto a sus formas mentales; o, también, que
estudia las formas mentales de los pensamientos.

Faltaría todavía añadir a esa definición un último inciso que nos indicara la finalidad
específica de su estudio. En efecto, la Lógica está hecha para “facilitar el raciocinio
correcto y verdadero”. Tal es el propósito que entraña ese estudio. Por eso se puede,
con razón, llamar ciencia práctica a la Lógica.

En base a lo anterior, tenemos una definición completa: “Lógica es la ciencia que


estudia los pensamientos en cuanto a sus formas mentales para facilitar el
raciocinio correcto y verdadero.”.
INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA. Raúl Gutiérrez Sáenz. 13ª ed. Ed. Esfinge. México.
1979. P.p. 23 a 24

Después de conocer los principales aspectos de la Lógica, surge la pregunta sobre la


utilidad de esta ciencia. Una primera respuesta sería, la Lógica es importante porque
nos enseña a pensar; y su utilidad radica en que nos ayuda a desarrollar la capacidad
de razonar.

Sin embargo, existen otras razones en que la hacen valiosa, como por ejemplo:
proporcionar las herramientas para resolver los problemas que surgen en torno al
pensamiento; facilita el paso de la simple opinión sobre las cosas a tener un concepto
bien estructurado y claro de ellos; indica cómo puede elaborarse un pensamiento a
partir de otro y lograr que sea correcto y verdadero; señala cómo fundamentar
racionalmente nuestras ideas y evitar el error; ayuda a caracterizar las bases del
conocimiento científico.

La finalidad práctica de la lógica es conducir la actividad del entendimiento para que


el pensamiento sea coherente consigo mismo, tenga ilación, sea claro, y sobre todo,
esté en conformidad con la realidad. En otras palabras, la Lógica establecerá las
condiciones para la mente, eliminando el error, alcance su fin supremo: la verdad.

La importancia y utilidad de la Lógica están en que ayuda a la mente a pensar con


mayor corrección, claridad y orden. La persona lógica llega a conclusiones coherentes
con las ideas correctas. La persona ilógica… acaba en errores, incluso sin darse cuenta.

2.1.4 Ubicación de la lógica en el sistema filosófico.


Para lograr nuestro cometido podemos utilizar el siguiente cuadro sinóptico, y de esta
manera ubicar a nuestra materia en el sistema filosófico:

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1.- TEORÍA DE LA CONCEPCIÓN DEL MUNDO
1.- ONTOLOGÍA
2- TEORÍA DE LAS CATEGORIAS DEL SER

1.- TEORIA DEL CONOCIMIENTO


2.- TEORÍA DE LA CIENCIA
2.- LÓGICA
FILOSOFÍA

1.- ÉTICA

3.- AXIOLOGÍA 2.- ESTÉTICA


TEORÍA DE LOS VALORES
3.- FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN.

4.- DISCIPLINAS FILOSÓFICAS ESPECIALES

La parte que estudia los principios más generales o universales del ser, es la
Ontología, ciencia que toma su nombre de dos palabras griegas: ontos, que significa
ser, y logos, que significa tratado.

La Ontología para su estudio puede dividirse en: Teoría de la concepción del


mundo; y Teoría de las categorías del ser

Como otra parte de la filosofía, encontramos aquella que estudia los principios más
generales o universales del conocer; consideramos que el nombre más adecuado para
la misma es el de Teoría del Conocimiento, pero como tal término se prestar a
confusiones ya que se ha dado el mismo a una de sus ramas, nos hemos decidido por
el nombre de Teoría de la Ciencia, en virtud de que ha través del estudio de las
características y formas del conocimiento científico se determinan tales principios.

La Teoría de la Ciencia se divide en Teoría del Conocimiento y Lógica.

La Teoría del Conocimiento también es llamada Epistemología o Gnoseología. Se


avoca al estudio de los siguientes problemas:
a) Fundamentar la posibilidad del conocimiento, o sea la posibilidad de que la mente
del hombre pueda reflejar, aprehender, las características y propiedades que en la
realidad presentan los objetos;
14
b) Que es el conocimiento, lo que significa determinar la esencia de éste,
c) Sus fuentes, o en otras palabras, cómo se origina y a través de qué medios se
adquiere el conocimiento;
d) El criterio de la verdad, la determinación de las condiciones requeridas para que un
conocimiento se tenga por verdadero.

La otra rama de la Teoría de la Ciencia, la Lógica, estudia los presupuestos formales


más generales del conocimiento. Por ser esta ciencia el objeto de nuestro estudio, nos
abstenemos por ahora de dar mayores explicaciones, ya que lo haremos durante el
curso.

La tercera parte de la Filosofía viene a ser la Axiología o Teoría de los valores.

A la Axiología le corresponde el estudio de los siguientes problemas:


a) Qué son los valores;
b) Cómo se conocen los valores; y
c) Cómo se realizan los valores.

La axiología se divide en: Ética, Estética, Filosofía de la religión y Disciplinas filosóficas


auxiliares.
Veremos a grandes rasgos lo que estudia cada una de ellas.
La Ética tiene como campo de reflexión y estudio filosófico, el de la moralidad.
La Estética tiene como campo de estudio el arte en sus diversas manifestaciones.
La Filosofía de la religión estudia la esencia del hecho religioso y trata de precisar cuál
es el sentido y proyección de las religiones consideradas como hecho histórico, como
producto del hombre.
Como Disciplinas filosóficas especiales tenemos a la Filosofía del Derecho, la Filosofía
de la Historia, la Filosofía de la Educación, etc.
LÓGICA. Carlos Gálvez Betancourt. Ed. UAH. México. 1979. P.p. 27 a 32

2.2. FACTORES DEL PENSAMIENTO (1 horas)


2.2.1. Sujeto, objeto, proceso psíquico del pensar, formas del pensamiento y
expresión
Son cinco los factores del pensar que habitualmente se indican:
1) Un sujeto pensante (de realidad psico-corporal) en donde tiene lugar el
pensamiento (ánthropos del pensar);
2) Un fenómeno psíquico (mental, anímico) por medio del cual el sujeto pensante
realiza sus pensamientos (psiché del pensar);
3) Una materia del pensamiento a la que se refiere en cada caso el pensar (hyle del
pensar);
4) Una estructura o forma de los pensamientos que permite fundamentalmente
descubrir su verdad (lógos) o, en todo caso, su error (á lógos).
5) Una expresión del pensamiento la más de las veces acuñada en formas lingüísticas
(escrita, verbal, mímica), y entre las cuales la más común es el signo gráfico (grámma
del pensar).
15
La circunstancia de que no todos los especialistas interpretan en sentido idéntico el
conjunto de éstos factores, obliga a describir uno a uno con cierto cuidado.

El pensar, ante todo, se lleva a cabo en un individuo, lo realiza un sujeto psico-físico.


Este sujeto sin duda alguna puede existir con independencia del pensamiento. En el
sueño profundo, por ejemplo, el individuo posee una existencia real no obstante que
su conciencia no se ocupe de pensar. En cambio, el pensamiento como hecho real
supone necesariamente un sujeto.

Con esto se ha tocado el segundo factor del pensar: el fenómeno psíquico (psiché). Es
éste un acontecimiento del alma que se caracteriza en primer lugar por su
temporalidad. Todo hecho psíquico indiscutiblemente dura un tiempo determinado:
comienza en un instante y termina necesariamente en otro. Pero se distingue con
claridad del sujeto psicofísico (primer factor). El fenómeno psíquico no se produce en
el espacio, es exclusivamente temporal, el sujeto pensante existe también en el
espacio, es de naturaleza espacio-temporal.

El pensar, tiene, además, un contenido. Para esclarecer lo que sea este nuevo elemento
y sus diferencias con el fenómeno psíquico, partamos del siguiente ejemplo:
Supóngase que varias personas piensan lo que es un pentágono. Es indudable que se
producirán tantos fenómenos psíquicos como individuos se hayan propuesto reflexionar
acerca de la figura geométrica. Más los fenómenos mentales no serán tan sólo
numéricamente diversos, se pueden distinguir por otros muchos caracteres. Algunas
personas pensarán más rápidamente que otras; éstas asociarán al pensar del concepto
geométrico, tal vez, el manual de matemáticas en que estudiaron; aquéllas, quizás, el
recuerdo placentero de su viejo maestro, etc.

Los procesos psíquicos, pues, ofrecen peculiaridades en cada uno de los sujetos
pensantes; las vivencias mentales, como también se designa a estos hechos, difieren
unas de otras en cada caso. En cambio, lo pensado como tal, en relación con la figura
geométrica, caso de que todos la piensen con exactitud, es rigurosamente lo mismo.
Todas las personas sin excepción, si piensan lo que es un pentágono, pensarán algo
idéntico, a saber, lo que es un polígono de cinco lados; en su trabajo pensante
lograrán posesionarse del mismo significado.
Pues bien, lo pensado como tal (la significación de los pensamientos) es lo que se
llama el contenido del pensar

Los contenidos del pensamiento también se confunden con la vivencia psíquica. El


hecho anímico o mental es inseparable del sujeto donde se realiza. El fenómeno
psíquico que lleva a efecto el lector al pensar las ideas que se suceden en las páginas
de este libro no volverá a repetirse, muere para siempre, por así decirlo, con el tiempo
durante el que se ha consumado. El contenido de los pensamientos, por el contrario,
puede ser transmitido a muchos otros sujetos psicofísicos. Y es que el contenido es
algo objetivo y la vivencia, algo subjetivo por excelencia. Otra desemejanza entre
fenómeno psíquico y contenido significativo reside en sus maneras propias de existir.
16
Al paso que el acontecer mental posee una existencia real temporal, el contenido de
los pensamientos es de naturaleza ideal (eidética). Todo fenómeno psíquico se
desarrolla en un tiempo más o menos corto, más o menos largo, es esencial a su
manera de existir la temporalidad. Lo que sea un pentágono (contenido) es algo que
no depende del tiempo para existir. Podría darse el caso de que en un momento
determinado ningún hombre pensase en una figura geométrica, no por eso, semejante
figura dejaría de ser lo que es, dejaría de poseer su conjunto de propiedades. Los
contenidos del pensamiento no son reales, su manera de existir ideal es
supratemporal.

Lo pensado como tal se divide a su vez en dos factores: la materia y la forma.


El significado de todo pensamiento, en efecto, posee necesariamente una estructura
(forma). Los siguientes pensamientos: “Los filósofos intuicionistas no demuestran
nada”, “el socialismo no es un movimiento ideológico de hoy”, “la ética no es ciencia
natural”, son contenidos que se refieren a las materias de conocimiento más diversas
y, sin embargo, todos se encuentran alojados en la misma forma, todos poseen
idéntica estructura, a saber, la de ser juicios negativos. No es difícil ver con claridad
que las significaciones de los pensamientos tienen necesariamente forma y materia.
En otras palabras, no puede existir un pensamiento que carezca de estructura (forma)
y no contenga alguna materia.

No todos los contenidos de pensamiento son verdaderos. El significado de los


siguientes pensamientos: “Todos los números primos son pares”, “las especies
biológicas son invariables”, “la metafísica es una ciencia rigurosa”, es, evidentemente
falso. No obstante, semejantes pensamientos tienen un contenido, un sentido. Pues
bien, la serie de las condiciones que cumplen los contenidos de los pensamientos para
elevarse a la categoría de verdaderos, recibe el nombre de lógos; la materia
imprescindible de conocimiento, la designación, también griega, de hyle.

A menudo el pensar va acompañado de expresiones verbales, escritas o mímicas. Se ha


observado, en efecto, que cuando piensan los individuos se sirven en gran medida de
palabras. Estas ayudan significativamente al desarrollo de los pensamientos. Las
palabras, Han dicho algunos psicólogos, tienen una importancia extraordinaria para la
evolución del pensamiento, por ejemplo, la lectura de un libro, casi nunca se llega a las
incontables representaciones que ha evocado su autor. Las más de las veces se les
otorga a las palabras un valor significativo (a modo de fichas) que permite abreviar
incomparablemente el trabajo pensante. Pocas personas al pensar lo que es una elipse
por ejemplo, no se ayudan del símbolo geométrico (figura gráfica) o, por lo menos, de
la propia palabra. Dada la importancia que juegan las expresiones, especialmente las
palabras escritas (en griego grámma, letra) ha llevado a muchos especialistas a
considerarlas como el cuarto factor del pensar.

La formulación lingüística de un pensamiento se distingue de su lógos. Prueba de ello


es que el mismo contenido de pensamiento puede expresarse en distintas formas
verbales. La verdad de un principio científico es independiente de su corrección
17
gramatical, así como frases correctas, incluso elegantes, son susceptibles de los más
grandes errores. En las lenguas francesa y alemana se expresa el conjunto de los
conocimientos científicos; pero no por eso varía el sentido (lógos) de cada una de sus
verdades.
LA LÓGICA DE LA CIENCIA. Francisco Larroyo. 3ª. ed. Ed. Porrúa. México. 1941.
pp. 55 a 62

UNIDAD III
EL CONCEPTO Y OPERACIONES CONCEPTUADORAS
3.1. EL CONCEPTO (6 horas)
3.1.1. El concepto.
Las sensaciones, las percepciones y las representaciones, constituyen el grado
sensorial del conocimiento. Ahora bien, la conciencia se eleva del grado sensorial al
grado lógico del conocimiento, a través de las comparaciones que efectúa, apoyándose
en los contenidos sensibles producidos por las propiedades de los objetos.

Naturalmente que al principio, la conciencia únicamente compara -relaciona entre sí-


objetos que presentan propiedades que se perciben en forma directa e inmediata por
los sentidos y sólo posteriormente realiza comparaciones más complejas de
características o propiedades de los objetos, cuyas semejanzas o diferencias no se dan
en forma inmediata a través de sensaciones y percepciones, y cuando ya se han creado
las condiciones necesarias conforme al grado de desarrollo del conocimiento y en
vista de las necesidades prácticas de la vida misma.

Al comparar la conciencia las propiedades que presentan distintos objetos, separa


mentalmente los rasgos que encuentra diferentes y reúne los semejantes.

Se llama abstracción a la operación mental que consiste en considerar por separado,


en forma aislada, alguna nota, característica o propiedad de los objetos, y se denomina
generalización a la operación mental que consiste en reunir en una unidad rasgos de
diversos objetos, en razón a sus semejanzas; tanto la abstracción como la
generalización tienen su origen en la comparación, que es la operación intelectual más
simple, después de las sensaciones, las percepciones y las representaciones que
constituyen el grado sensorial del conocimiento.

Ya con los elementos anteriores podemos afirmar, que la conciencia humana, por
medio de la abstracción y la generalización de las propiedades objetivas, llega a la
formulación de conceptos.
LÓGICA. Carlos Gálvez Betancourt. Ed. UAH. México. 1979. P.p. 53

La estructura del pensamiento se fundamenta en los conceptos y a partir de


ellos se formulan los juicios y los raciocinios. Por ello es importante que
18
conozcan las características de la idea, pues de esto depende la comprensión y
correcta elaboración de las otras formas del pensamiento.

El concepto o idea es una forma de pensamiento que contiene diversos


elementos. Para lograr mayor claridad, comenzaremos por explicar sus
significados:

El significado etimológico de la palabra concepto es el de concebir (del latín


conceptum, que se deriva del verbo concípere) Tomando como referencia esta
definición, el concepto ha sido entendido como una actividad donde la
inteligencia “da a luz”, concibe o capta una serie de datos acerca del objeto. Sin
embargo, con este término también se designa el resultado o producto de dicha
actividad.

Por idea o concepto se entiende la representación mental de un objeto sin


afirmar ni negar nada de él. Para lograr una mejor comprensión de lo que es el
concepto analizaremos brevemente cada uno de los elementos anteriores.

a. Representación mental. El sujeto reproduce en su entendimiento la esencia o


el elemento necesario constitutivo del objeto percibido; es una manera de tener
presente en la inteligencia al objeto.

b. Sin afirmar ni negar nada. La idea o concepto es solamente una


representación, pues expresa en la mente la estructura del objeto, no se “dice”
nada acerca de él, no se emite juicio alguno.

3.1.2 Naturaleza, funciones y Características Lógicas (contenido y extensión).


Naturaleza.
Desde el punto de vista estrictamente lógico, el concepto es la forma elemental del
pensamiento, a base del cual se constituyen todas las demás formas que el
pensamiento asume, razón por la que se le ha considerado el elemento lógico
fundamental.
Es de naturaleza abstracta y general, la cual se deriva de su propio proceso formativo,
como vimos anteriormente. Lo antes dicho se manifiesta aún en aquello casos en que
se trata de conceptos relativos a objetos individuales y concretos, en virtud de que,
mediante el concepto, nos referimos a lo que hay en el objeto de semejante a otros
objetos y a lo que tiene de diferente en relación con los que le son semejantes, lo que
implica generalización y abstracción.

Aclaremos lo anterior con un ejemplo:


El concepto “Benito Juárez”, hace referencia a un objeto individual y concreto, que en el
caso viene a ser uno de los más grandes presidentes que ha tenido el Estado Mexicano;
pues bien, a pesar de su carácter manifiesto de concepto individual, resulta indiscutible
que por medio de él hemos pensado en las propiedades del objeto, -que viene a ser el
19
propio Benito Juárez-, en razón a lo que tiene de semejante con otros objetos, que es su
naturaleza humana, así como en lo que se distingue de los demás hombres, es decir, de
los demás objetos que le son semejantes, que viene a ser su peculiar individualidad.

Naturalmente que para apreciar con facilidad el carácter general y abstracto que el
concepto posee, es conveniente que el alumno medite en relación con conceptos como
los de “árbol”, “animal”, “metal”, “libro”, etc., en cuyos casos le resultara más accesible
captar su naturaleza que si lo hace con conceptos que se refieren a objetos
individuales, únicos.

El concepto, considerado desde el punto de vista del lenguaje, viene a ser el contenido
o significación de las palabras.

La definición que adoptaremos del concepto, es la que atiende a su naturaleza misma


y que establece que es “la referencia de índole mental a las propiedades esenciales, o a
los caracteres diferenciales de un objeto”.

Si analizamos la anterior definición, nos encontramos que en ella se hace referencia


indistintamente a las propiedades esenciales o a los caracteres diferenciales del
objeto, por lo que resulta indispensable para su debida comprensión, aclarar que se
entiende por tales propiedades y caracteres, con lo cual precisaremos a su vez la
naturaleza del concepto.

Por caracteres diferenciales del objeto se entienden, aquellas propiedades del mismo
que son necesarias para distinguirlo de otros objetos, en la inteligencia de que dichas
características deberán ser de tal índole, que todas juntas sean suficientes para lograr
la finalidad que se persigue y que es la de determinar al objeto a través de dicha
distinción. Son propiedades que en todos los casos posee cada uno de los objetos
caracterizados por el concepto relativo y que únicamente poseerán en su integridad
tales objetos con exclusión de otros. En tal virtud, se ha señalado la circunstancia de
que los caracteres diferenciales se consideran propiedades esenciales para la
diferenciación del objeto, lo que significa que únicamente se consideren como
esenciales desde el punto de vista del conocimiento y no de la naturaleza misma del
objeto, sin que ello signifique negarles su carácter objetivo, ya que en todos los casos,
como se ha dicho, serán propiedades del objeto aunque no sean necesariamente las
esenciales del mismo.

Es evidente que en la realidad los objetos materiales existen con todas sus
propiedades, tanto esenciales como accidentales, independientemente de nuestros
pensamientos; por lo que, la distinción entre unas y otras, constituye una de las
finalidades primordiales del conocimiento. Por lo que respecta a los objetos ideales,
sólo tienen sentido en el grado lógico del conocimiento, pero debemos destacar el
hecho de que en ellos también encontramos que poseen diversas propiedades, de las
cuales su concepto recoge solamente las propiedades diferenciales o esenciales.

20
Por propiedades esenciales del objeto, se entienden “en sentido absoluto” aquellas que
corresponden a la esencia del mismo, -a las que determinan que el objeto sea lo que
es-, y que constituyen su aspecto fundamental. Son por lo tanto las propiedades
determinantes del objeto mismo. El concepto que se refiere a esta clase de
propiedades es un concepto de la esencia del objeto. Las propiedades esenciales en
todos los casos son a su vez caracteres diferenciales conforme a lo señalado en
párrafos anteriores, y, en cambio, los caracteres diferenciales no tienen que ser a su
vez propiedades esenciales del objeto.
LÓGICA. Carlos Gálvez Betancourt. Ed. UAH. México. 1979. P.p. 53 a 56

Funciones.
Se han distinguido debidamente tres funciones en el concepto: la de conocimiento, la
presentativa y la estructural dentro del juicio.
De las explicaciones que hemos dado con respecto a la naturaleza del concepto,
derivamos de manera inmediata la función de conocimiento que el mismo desempeña.
En este sentido, el concepto viene a ser la síntesis o el resultado del saber del objeto y
tiene como antecedentes a los juicios y razonamientos necesarios para determinar las
propiedades esenciales o los caracteres diferenciales del objeto.

No corresponde a la Lógica estudiar la función cognocitiva del concepto, sino a la


teoría del conocimiento.
Como funciones lógicas del concepto encontramos la función presentativa y la
estructural que desempeña en el juicio.

Por su función presentativa el concepto, en razón a su propia naturaleza, se limita a


presentar a los objetos en el campo mental de la conciencia. Es conveniente distinguir
entre el “concepto” y la “representación” ya que el primero “constituye un reflejo en la
mente, generalizado, de determinados vínculos y relaciones entre los objetos y sus
propiedades”, en tanto que la representación “constituye una reproducción perceptible
-con un grado mayor o menor de nitidez- de la contemplación viva, sensible de los
objetos”.

La función presentativa del concepto nos ayuda a distinguirlo con facilidad de otras
formas de pensamiento. Por ejemplo, son conceptos los siguientes:
1) Maestro;
2) El maestro que imparte la clase de matemáticas en nuestra escuela;
3) Campana;
4) La campana con que llamó al pueblo el cura de Dolores, don Miguel Hidalgo y Costilla,
el 16 de septiembre de 1810, para iniciar el movimiento de independencia política de la
nación mexicana;
5) Valor;
6) Escritorio.

21
Si se observan con cuidado los ejemplos puestos encontraremos que en los seis casos
se trata de pensamientos cuya función consiste en presentar a objetos al campo
mental de la conciencia, sin que se afirme o niegue algo con respecto a ellos, y que la
diferencia formal que entre los mismos existe es la mayor o menor determinación que
de su objeto hacen, así como el número de palabras que para expresarlo se requieren.
Naturalmente, que como se ha dejado asentado, los conceptos son el resultado de
afirmaciones o negaciones anteriormente realizadas, o sea de juicios formulados en
forma previa, pero tal circunstancia no modifica su naturaleza presentativa.

La función de mayor importancia desde el punto de vista lógico, que desempeña el


concepto, es la de constituir los diversos elementos que conforman el juicio. Es la que
denominamos función estructural dentro del juicio. Esta función se entenderá con
facilidad cuando estudiemos la forma aseverativa del pensamiento. Por el momento
nos limitaremos a consignar un ejemplo que nos ayudará a tener una idea con
respecto a tal función, que se subdivide a su vez en tres: la de constituir al sujeto, a la
cópula y al predicado del juicio.

En el juicio “El hidrógeno es un gas combustible”, nos encontramos que está constituido
por tres elementos que son:
1) El concepto ”hidrógeno” cuya función es sujetar a juicio al objeto a que se refiere y
que por ello mismo se denomina sujeto.
2) El concepto de “gas combustible” cuya función es la de fijar lo que se atribuye al
objeto representado en el juicio por el concepto sujeto, y que se designa con el nombre
de predicado; y
3) La cópula “es” cuya función consiste en establecer la relación atributiva entre los
elementos antes precisados.

La lógica tradicionalista denomina “predicabilidad” del concepto a la función del


mismo dentro del juicio, al hecho de que pueden “predicarse” o afirmarse unos
conceptos de otros. Lo erróneo de tal consideración salta a la vista si se tiene en
cuenta que lo que se predica en el juicio, no se predica o afirma del concepto, sino del
objeto representado por éste.
LÓGICA. Carlos Gálvez Betancourt. Ed. UAH. México. 1979. P.p. 56 a 58

Características Lógicas (contenido y extensión).


Estas características constituyen la base fundamental del estudio del concepto desde
el punto de vista lógico, ya que son las que determinan la estructura del mismo, o sea
su forma lógica.

Se entiende por contenido o comprensión del concepto el conjunto de notas que lo


componen, entendiéndose a su vez por notas del concepto, las referencias que hace a
las propiedades del objeto. De ahí se deriva que el contenido de un concepto será
mayor, mientras mayor sea el número de propiedades o características del objeto que
haya tomado en consideración.
22
No existen conceptos vacíos o sin contenido, afirmación cuya verdad es evidente, ya
que el concepto en todos los casos es referencia a objetos y la falta de notas por medio
de las cuales hacer la referencia implica su propia negación, el no ser concepto.

Por extensión de un concepto se entiende, la cantidad de objetos que quedan


comprendidos por él, que vienen a ser todos aquellos objetos a los que se les puede
aplicar el concepto respectivo.

Asimismo resulta evidente, que no puede haber concepto alguno que carezca de
extensión, ya que como en el caso del contenido, eso implicaría su propia negación
interna, porque sería tanto como aceptar la existencia de un concepto que no se
refiriera a un objeto, por lo que consideramos equivocada la opinión de algunos
lógicos que entienden que los conceptos individuales carecen de extensión, afirmando
que desde el punto de vista lógico no puede atribuirse extensión a objetos
individuales contingentes que aparecen y desaparecen, y que la extensión ínfima
corresponde a la clase menor o especie ínfima. Creemos que se demuestra lo
equivocado de tal afirmación si se toma en cuenta, además de lo antes expuesto, que
en el caso de la desaparición real de un objeto por ejemplo José María Morelos y Pavón,
tal cosa no trae consigo la desaparición de los conceptos que a él se refieren y que por
lo tanto, la extensión de los mismos está determinada por el objeto de conocimiento
que constituye su propia vida en cuanto haya sido reflejada en hechos y pensamientos.
Por otra parte, la circunstancia de que al desaparecer un objeto ello implique, con el
trascurso del tiempo, la desaparición de los conceptos respectivos, únicamente nos
muestra tanto la inexistencia de éstos como de aquél, aún como simple objeto de
conocimiento.
LÓGICA. Carlos Gálvez Betancourt. Ed. UAH. México. 1979. P.p. 58

El doble aspecto de la idea o concepto, nos conduce al análisis de dos


propiedades del concepto que son: la extensión y la comprensión.

 La extensión de la idea está directamente relacionada con el aspecto


formal o universalidad del concepto: la mayor o la menor universalidad
de una idea es la extensión. Se define como: la amplitud de una idea en
relación al número de individuos a los que se aplica dicha idea.

La idea puede ser más o menos extensa, cuando mayor o menor sea el
número de seres que realizan su contenido.

Por ejemplo:
La idea “americano” es universal porque se aplica a todos los seres humanos que
nacen en este continente y la idea “mexicano” también es universal porque se aplica a
todos los nacidos en México; sin embargo, a pesar de que las dos ideas son
universales, se puede apreciar como “americano” tiene mayor extensión que la de
“mexicano”, porque se aplica o abarca a un mayor número de seres humanos.
23
 La comprensión de la idea está directamente relacionada con el aspecto
material o esencia que contiene el concepto. Se define como la amplitud
de una idea en relación al conjunto de notas o características que contiene
dicha idea.

La idea puede tener mayor o menor comprensión, en cuanto que su


contenido o esencia tenga más o menos datos.

Por ejemplo:
La idea “mexicano” es de mayor comprensión con respecto a la de “americano”, ya que
“mexicano” contiene las notas: americano, nacido en México y los demás elementos
derivados de “nacido en México”; y la de “americano” no los posee.

Estas dos propiedades de la idea o concepto establecen entre sí una relación inversa,
es decir, los conceptos más ricos en contenido o notas esenciales, son los más pobres
en extensión o aplicación externa y los conceptos más sencillo o pobres en
comprensión, tienen mayor número de seres a los cuales se pueden aplicar.

Esta relación inversa se expresa en la Ley de Extensión y Comprensión que se enuncia:


A mayor extensión, menor comprensión y a menor extensión mayor comprensión, o
también, la extensión y la comprensión de una idea están en razón inversa.

Por ejemplo:
La idea de “animal” y “león” son universales, sin embargo la universalidad de “animal”
es mayor que la de “león”, pues se aplica a un mayor número de seres, incluyendo a
“león”; y a su vez, la idea de “león” tiene las características de concepto “animal” y
además otras notas que le son propias, como mamífero y felino, por lo cual tiene
mayor comprensión.

El Árbol de Porfirio

24
Existe un ejemplo clásico para ilustrar la Ley de la extensión y de la comprensión, se
llama El Árbol de Porfirio. Consiste en un esquema en donde se han colocado cinco
ideas fundamentales y ordenadas de mayor a menor extensión. Estas ideas son:
sustancia, cuerpo, viviente, animal y hombre. Colocadas en columna vertical forman el
tronco del famoso árbol. Además, las ramas están formadas por otros cinco pares de
conceptos e intercalados de la siguiente forma:

En primer lugar, nótese que, efectivamente las ideas del tronco central tienen mayor
extensión a medida que se va ascendiendo en él. Consecuentemente, tienen también
cada vez menor comprensión. En efecto, hay más vivientes que animales; y más
cuerpos que hombres.

Los conceptos colocados en las ramas se llaman “diferencia”. Nótese la relación entre
ellos y las ideas del tronco. Si a la idea de hombre le quitamos la de racional, tenemos
una idea más pobre en comprensión, que es la de animal. Si a esta le quitamos
mentalmente la de sensible, nos queda otra idea más pobre que es viviente, y así
sucesivamente hasta llegar a sustancia.

Por sustancia debe entenderse, en filosofía, cualquier ser que exista en sí mismo, sea
espiritual o material. Dios es una sustancia, el alma es una sustancia. La extensión de
esta idea es vastísima, abarca todos los cuerpos, vivientes, animales y hombres.

25
De arriba hacia abajo, el árbol de Porfirio puede leerse de la siguiente manera: Todas
las sustancias son materiales o inmateriales. La sustancia material se llama cuerpo. La
sustancia inmaterial se llama espíritu. Todos los cuerpos son animados (con vida) o
inanimados. Los cuerpos animados se llaman vivientes. Los cuerpos inanimados se
llaman minerales. Todos los vivientes son sensibles o insensibles. Los vivientes
sensibles se llaman animales.

El viviente insensible es el vegetal. Todos los animales se dividen en racionales e


irracionales. Los animales racionales los llamamos hombres. El animal irracional se
llama bestia. Los espíritus, los minerales, los vegetales, las bestias y los hombres
(extremos de las ramas de la derecha) son las cinco clases principales de sustancias.
3.1.3 Clasificación de conceptos por contenido y por extensión.
Los conceptos pueden clasificarse desde dos puntos de vista principales, el de su
extensión y el de su contenido.

A.- Desde el punto de vista de su extensión los conceptos se clasifican en generales e


individuales.

Se denominan conceptos generales aquellos que se refieren a grupos o clases de


objetos. Como ejemplos podemos citar: hombre, ciencia, árbol, astro, nación,
responsabilidad, etc.

Se suelen dividir los conceptos generales en limitados e ilimitados lo cual se origina en


lo limitado e ilimitado de la cantidad de objetos a los que los mismos se refieren.
Son de extensión limitada, por ejemplo, los conceptos de nación, planeta, estados de la
República Mexicana, estaciones del año, etc., y son conceptos de extensión ilimitada,
por ejemplo, los de árbol, astro, hombre, libro, etc.

Se denominan conceptos individuales aquellos que se refieren a un objeto único, por


ejemplo: América, Aristóteles, el Himno Nacional Mexicano, el autor de la Teoría de la
Relatividad, etc.

Por lo que respecta a los conceptos generales, tanto los de extensión limitada como los
de extensión ilimitada, pueden ser motivo de determinaciones cuantitativas, de las
cuales tienen especial importancia lógica, la singularización, la particularización y la
universalización de los mismos.
El primer tipo de determinación (singularización) se da en aquellos casos en los que el
concepto se refiere únicamente a uno de los objetos que quedan comprendidos dentro
del concepto general correspondiente, como en: “esta mesa” , “el planeta de órbita más
cercana al sol”, “la cuarta lección del curso de Lógica”, etc. Estos conceptos se
convierten en tales condiciones en conceptos individuales conforme a la anterior
clasificación.

26
El segundo tipo de determinación cuantitativa se presenta en aquellos casos, en que el
concepto se refiere solo a una parte de los objetos que quedan comprendidos dentro
del concepto general correspondiente, como en: “algunas naciones”, “algunos
animales”, “varios escritores”, “la mayor parte de los planetas”, “el menor número de
alumnos”, “muchos hombres”., “pocos monumentos”, etc.

Finalmente, el tercer tipo de determinación es la universalización, y se da cuando


quedan comprendidos o excluidos, todos los objetos que caen bajo la aplicación del
concepto general, por ejemplo: “todas las naciones”, “ningún animal”, etc.

La importancia lógica de la debida determinación cuantitativa de la extensión de un


concepto, se manifiesta fundamentalmente en el juicio, como veremos al estudiarlo
posteriormente.

B.- En razón a su contenido, los conceptos pueden clasificarse conforme a muy


variados puntos de vista, __concretos y abstractos; claros y obscuros; distintos y
confusos; etc__ pero no estimamos conveniente detenernos en la explicación de ellos,
por carecer de importancia para el aspecto que a la lógica corresponde. Únicamente
nos detendremos a considerar la clasificación que atiende al grado de precisión del
conocimiento implicado en los mismos.

Dijimos que el contenido del concepto está constituido por notas que hacen referencia
a las propiedades esenciales o diferenciales de los objetos; pues bien, las notas que
comprende un determinado concepto pueden precisar suficientemente al objeto
señalando las propiedades esenciales del mismo y diferenciándolo de los demás
objetos, o hacer referencia únicamente a algunas características de él que permitan su
diferenciación. En el primer caso el concepto es preciso y en el segundo será
impreciso.

Se suele designar con el nombre de “idea” al concepto impreciso que implica un


conocimiento vago de algunas características del objeto referido, en tales condiciones,
que muchos de los conceptos inicialmente son simples ideas (conceptos imprecisos), y
así vemos que se le ha definido como “la captación intelectual de algo”, o “la simple
aprehensión mental de algo”, o “la simple aprehensión mental de algo”.

Aclarar y precisar conceptos es una de las tareas fundamentales que se realizan por
medio de las ciencias.
La anterior división de los conceptos no obedece a razones meramente subjetivas, o
sea el grado de precisión del conocimiento que posea una persona determinada con
respecto a un objeto, sino al grado de conocimiento alcanzado a través de las diversas
ciencias con respecto a las propiedades esenciales o diferenciales del objeto.

Conviene aclarar que el término “idea”, ha sido tomado en muy diversas acepciones.
Algunos autores consideran sinónimo los vocablos “idea”, “noción”, “concepto” y
“representación” y, algunos otros, manejan indistintamente con la misma significación
27
los términos “idea”, “noción”, “concepto” y “representación” y, algunos otros, manejan
indistintamente con la misma significación los términos “idea” y “pensamiento”.

Nosotros hemos utilizado la expresión “idea” en las clases anteriores y lo haremos en


las subsecuentes, indistintamente en cualesquiera de los tres sentidos, o sea
simplemente sinónima de “concepto”, o como “concepto impreciso”, o bien en el
sentido de “pensamiento” y será el contexto general de lo expresado, lo que nos
indicará claramente el sentido en que en cada caso concreto se ha tomado, por lo que
tal circunstancia no se presta a confusiones.
LÓGICA. Carlos Gálvez Betancourt. Ed. UAH. México. 1979. P.p. 59 a 60

3.1.4. Predicables y categorías


Una de las definiciones que dimos de los conceptos fue que “eran predicados de
posibles juicios”. Entendiéndolos así, podemos ahora decir que los supremos, los que
parecen abarcarlo todo, serán los que definitivamente nos den mayores predicaciones.
Por ello, desde la vieja lógica aristotélica, han recibido el nombre de categorías.

Las categorías lógicas, pues, deberán quedar entendidas como los conceptos más
amplios, más extensos, y, estrictamente, como conceptos de máxima predicación.
No está mal aplicado el nombre de categorías a “esa clase especial de conceptos” que
sin duda reúne cierto número de cualidades. ¿Acaso nosotros, en nuestro diario
enjuiciar cosas y personas, cuando resaltamos sus cualidades, no les estamos dando
una categoría?

Una categoría entonces, vendría a ser un núcleo de cualidades unívocas, esto es, en un
sentido, que nos permite separar cosas o personas.
La lógica tradicional se empapó, tanto de la concepción aristotélica de las categorías
como de las consecuencias del famoso “problema medieval de los universales“, de
donde resultó diferencia entre la categoría (propiamente dicha) o universal directo y el
categorema (derivado) o universal reflejo.

De todos modos, las categorías quedaron establecidas a manera de un máximo


catálogo de la realidad; sólo que, desde siempre, ha sido difícil saber cuántas y cuáles
deben ser.

Aristóteles es el primero en hacer una tabla de categorías en la que están las diez
siguientes:
1. Sustancia: indica de que está hecho el objeto.
2. Cantidad: señala el número de objetos.
3. Cualidad: dice para lo que es el objeto.
4. Relación: dice cómo es el objeto frente a otros.
5. Espacialidad: señala el lugar que ocupa el objeto.
6. Temporalidad: indica la duración del objeto.
7. Acción: muestra la actividad sobre el objeto.
8. Pasión: dice lo que recibe el objeto.
28
9. Posición: indica el sitio o ubicación del objeto.
10. Estado: dice el modo de estar o encontrarse el objeto.

Los categoremas son también conocidos como predicables (de universales directos);
estos, aunque pueden ser iguales en número a tantas reflexiones como podamos sobre
los universales directos, al estudiarlos se han restringido, a los cinco siguientes:
1. Género: predica la esencia constitutiva del sujeto.
2. Especie: con ingrediente parcial indeterminado de la esencia.
3. Diferencia específica: con ingrediente parcial determinado
4. Propio: señala lo inseparable pero no constitutivo de la esencia
5. Accidente: lo separable y no constitutivo.

Fue Aristóteles el primero que catalogó estos predicables, que pueden hacerse
alrededor de una especie al exponer las características esenciales y no esenciales
dentro de toda definición; definición que sintetizó con “el genus” y “la differentia”
juntos.
Ejemplo: el triángulo (especie) es una figura plana (género) limitada por tres lados
(diferencia). El “propio” derivable de la esencia (que los ángulos internos suman 180
grados), y el “accidente” (inscrito en un círculo), si bien no es derivable de la
propiedad, si en cambio es una última especificación.

Emmanuel Kant rompe con las limitaciones que presenta la forma analítica del
pensamiento; con ello trasciende del formalismo al funcionalismo de los conceptos, lo
cual le permite reconsiderar las categorías a la luz de la razón pura y postularlas como
conceptos supremos del entendimiento o “explicaciones originales sin las cuales no es
posible conocimiento alguno”. En su obra “Crítica de la razón pura” presenta los cuatro
grupos siguientes:
1. Categorías de la cantidad.
En este grupo se muestra que cualquier objeto de conocimiento es ubicado, de
primera instancia, según una determinación cuantitativa (el quantum), pues nada
puede escapar a que de ese equis objeto se diga que “es uno”, “son varios” o “son
todos”.
I.- Unidad: cuando se refiere a un solo objeto.
II.- Pluralidad: cuando abarca más de uno y menos del todo.
III.- Totalidad: cuando comprende todos los objetos.
Todo conocimiento implica un orden, luego es menester que los principios puros
del conocer o categorías muestren también el orden de lo singular a la pluralidad o
multiplicidad para que, de ambas, surja la síntesis ideal total, pues es ideal, hablando
cuantitativamente, llegar a la aprehensión de todos los objetos de determinada
materia. Esta totalidad, como tercera categoría, es una nueva unidad, pero una unidad
de la totalidad que no necesita ser concebida en términos de cien, de mil o de millones
(es el todo sin importar el número).

2.Categorías de la cualidad.

29
En este grupo se mencionan los caracteres esenciales del objeto conforme a una
primera determinación (el quale) de identificación o rechazo en atención a las notas
distintivas y al alcance (límite) de ellas. Tampoco hay nada que escape a esta
cualificación, pues “algo es” o “no es” o “hasta aquí es”.
I.- Afirmación: cuando se afirma o identifica en sus notas.
II.- Negación: cuando muestra ser algo diverso o distinto.
III.- Limitación: cuando se identifica en los límites de la diversidad.

Aquí igualmente se manifiesta la tercera categoría a manera de síntesis de las dos


primeras, pues toda afirmación se limita al toparse con lo distinto o al ser negada en
términos dialécticos. Esta explicación dialéctica nos permite entender mejor los pasos
categoriales. Las primeras categorías (con el número 1) son auténticas tesis del
conocimiento o punto de partida; las segundas (con el número 2) son antítesis o
negaciones de variedad, y las terceras (con el número 3) son las síntesis que se
obtuvieron.

3. Categorías de la relación.
Si bien los grupos de la cantidad y de la cualidad nos brindan el apoyo necesario para
el conocimiento ideal o formal que manejan las ciencias de su tipo, no son suficientes,
empero, para el conocimiento de la naturaleza, cuyas ciencias, aunque fundamentadas
matemáticamente, más bien atienden al “principio de causalidad”, ya que, en efecto,
ante cualquier fenómeno natural lo primero que se nos ocurre es “que ha sido causado
por alguna circunstancia”.
I.- Sustancia: o condición constante para que se produzca el hecho; pero, como no
hay nada estrictamente permanente en la naturaleza, presupone correlativo el
accidente.
II.- Causa: o dependencia de un fenómeno a otro como antecedente necesario para
su aparición; su correlato forzoso es el efecto.
III.- Comunidad: o acción recíproca, cual sucede en los hechos naturales; su correlato
es el movimiento o enlace dinámico.

4. Categorías de la modalidad.
Estas categorías del cuarto grupo muestran el grado de verosimilitud dada en el
enunciado del conocimiento, ya que, en rigor, conocer es ir de lo probable a lo
comprobable y de lo comprobable a lo necesario.
I.- Posibilidad: o problematicidad de algo que puede ser o no ser, su correlato lógico
es la imposibilidad.
II.- Realidad: o afirmación asertórica de algo sujeto a comprobación; su correlato es
la irrealidad.
III.- Necesidad: o predicación de algo que debe ser forzosamente; su correlato es la
contingencia.

Bien vista la revolución kantiana en el campo del conocimiento filosófico, la


posibilidad, como categoría, es la posibilidad de la conciencia cognoscente
(recuérdense “los límites de la razón “); no la conciencia como un “yo” interno y
30
misterioso, sino como pensamiento, y en verdad, como pensamiento científico. La
realidad, igualmente, no habrá de entenderse como algo aislado, sino que es el
presupuesto de la realidad cultural toda, creada por la misma conciencia y para esa
conciencia. La necesidad o síntesis de las dos primeras, explicación reguladora del
hecho o fenómeno en cuestión.
CURSO DE LÓGICA. Carlos Dión Martínez. Ed. Mc Grall Hill. México. 2001. P.p. 42
a 46.

3.2. OPERACIONES CONCEPTUADORAS (3 horas)


3.2.1 Definición: propósito, tipos, errores y reglas.
La definición tiene los siguientes propósitos:
1.- Aumentar el vocabulario. El lenguaje es un instrumento muy complicado. Las
personas aprenden a usarlo de la misma manera como aprenden a usar otras
herramientas, tales como automóviles o equipos de cocina. Un muchacho que viaja
mucho con su padre raramente necesita que se le dé instrucción formal para guiar el
automóvil de la familia; adquiere su conocimiento simplemente mediante la
observación y la imitación de su padre. Una muchacha que pasa mucho tiempo en la
cocina con su madre, aprende el uso de aparatos de cocina muy complicados mediante
el mismo método. Lo mismo ocurre con el lenguaje, en la infancia, y muchos de
nosotros durante toda nuestra vida, aprendemos el uso adecuado del lenguaje
observando e imitando la conducta lingüística de la gente con la que nos encontramos
y de los libros que leemos.

Sin embargo hay límites para este aprendizaje informal. Los desastres cada vez más
frecuentes debidos a accidentes de tránsito han planteado la conveniencia de que los
conductores reciban cierta instrucción formal, además del aprendizaje por imitación
que antes era suficiente. La necesidad de que las muchachas complementen su
aprendizaje por imitación ha sido reconocida hace tiempo, como lo demuestra la
inclusión de cursos sobre economía doméstica en las escuelas secundarias y aun en
los planes de estudios universitarios. Se presenta una situación similar en el estudio
del lenguaje. Hay circunstancias en que los métodos usuales de observación e
imitación ya no bastan y se hace necesaria una instrucción formal, es decir, una
explicación deliberada del significado de los términos. Explicar la significación de un
término es dar una definición del mismo. Dar definiciones no es el método
fundamental para educar a la gente en el uso y la comprensión correcta del lenguaje;
es, más bien, un recurso complementario para llenar las lagunas que ha dejado el
método fundamental.

En la conversación o en la lectura, a menudo damos con palabras que no nos son


familiares y cuyo significado no queda aclarado por el contexto. Para comprender lo
que se dice es menester descubrir lo que las palabras significan; es aquí cuando
aparece la necesidad de las definiciones.. Un propósito de la definición, por ende, es
enriquecer el vocabulario de la persona para la cual se da la definición.

31
2.- Eliminar la ambigüedad. Otro propósito al que puede servir la definición es
eliminar la ambigüedad. Quizá la mayoría de las palabras tienen dos o más
significados o sentidos distintos, pero habitualmente esto no origina ningún
inconveniente. En algunos contextos, sin embargo, no está claro el sentido que se
pretende dar a una palabra determinada y en estos casos decimos que la palabra es
ambigua. Más adelante analizaremos los razonamientos falaces que resultan del uso
inconsciente de términos ambiguos y los caracterizamos como falacias de equívoco.
Tales razonamientos sólo son engañosos si la ambigüedad pasa inadvertida. Cuando
se analiza la ambigüedad, su apariencia persuasiva desaparece y la falacia queda a la
vista. Pero para disipar la ambigüedad necesitamos dar definiciones que expliquen los
diferentes significados de la palabra o frase ambigua.

El lenguaje ambiguo no solamente puede llevar a hacer razonamientos falaces, sino


que puede también originar discusiones que son puramente verbales. Algunos
desacuerdos aparentes no corresponden a genuinas diferencias de opinión, sino
simplemente a usos diferentes de un término. Allí donde la ambigüedad de un término
clave ha originado una disputa verbal, a menudo podemos poner fin al desacuerdo
señalando la ambigüedad. Logramos esto dando las dos definiciones diferentes del
término, de modo que puedan distinguirse claramente los dos significados y quede
disipada la confusión.

3.- Reducir la vaguedad. Otro motivo que puede impulsarnos a definir un término se
presenta cuando deseamos hacer uso de él, pero no estamos totalmente seguros de los
límites de su aplicabilidad, aunque en cierto sentido conozcamos su significado. Esta
razón para desear definir un término es distinta de la primera que expusimos. En ésta,
lo que se quería es enseñar el significado de un término poco usual. En este caso lo
que se desea es aclarar el significado de un término ya conocido. Cuando un término
necesita aclaración, decimos que es vago. Aclarar la significación de un término
equivale a eliminar su vaguedad, lo cual se logra dando una definición del mismo que
permita decidir, para cada situación particular, si es o no aplicable en ella. Esta
motivación suele confundirse con la segunda que hemos expuesto, debido a que a
veces se confunde la vaguedad con la ambigüedad. Pero éstas son dos propiedades
totalmente distintas. Un término es ambiguo en un contexto determinado, cuando
tiene dos significados distintos y el contexto no aclara en cuál de ellos se usa. En
cambio un término es vago cuando hay “casos límite” tales que es imposible decidir si
el término en cuestión se aplica a ellos o no. En este sentido, la mayoría de las palabras
son vagas.

4.- Explicar teóricamente. Otra finalidad que podemos perseguir aún al definir un
término es formular una caracterización teóricamente adecuada o científicamente útil
del objeto al cual deberá aplicársele. Por ejemplo, la definición que da el químico de
“ácido”, en el sentido de sustancia que contiene hidrógeno como radical positivo, sirve
a un fin teórico. Todo lo que en el uso corriente es llamado ácido es también denotado
por el término, tal como lo define el químico, pero no se pretende que el principio
usado por el químico para distinguir los ácidos de otras sustancias sea aplicado por las
32
amas de casa o por los que trabajan en el laminado de metales cuando usan el
término. La definición del químico está dirigida a incluir en la significación de la
palabra la propiedad que es más útil, en el contexto de su teoría, para comprender y
predecir la conducta de las sustancias denotadas por la palabra. Cuando el científico
elabora construcciones como éstas, su propósito es de carácter teórico.

5.- Influir en actitudes. Además de las cuatro razones precedentes para definir
términos, hay una quinta. A menudo se define un término con el propósito de gravitar
en las actitudes o agitar las emociones de los lectores u oyentes de cierta manera
definida. Así, una persona puede salir en defensa de un amigo acusado de falta de
tacto elogiando la honestidad de su amigo y definiendo “honestidad” como la actitud de
decir la verdad sin consideración de las circunstancias. Aquí, el propósito de la
persona en cuestión no es dar una explicación del significado literal de la palabra
“honestidad”, sino lograr que sus oyentes transfieran a la conducta de su amigo la
valoración emotiva de carácter favorable que se asigna al término honestidad.
INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA. Irving M. Copi. 22ª Edición Editorial Universitaria
de Buenos Aires. Argentina. 1981. P.p. 123 a 128

La definición es una de las operaciones lógicas de mayor importancia, a la que se


recurre constantemente tanto en la ciencia, como en la vida ordinaria.

Por medio de esta operación lógica, indicamos cuál es la esencia de los objetos
definidos y los distinguimos de todos los que se les parecen.

Así tenemos que al definir el lenguaje como medio gracias al cual los individuos se
comunican entre sí, intercambian sus pensamientos y llegan a conocerse
recíprocamente, concretamos la esencia del lenguaje como fenómeno social y lo
diferenciamos, a la vez, de todos los demás fenómenos sociales.

Al definir el Estado como organización política de la clase dominante, cuyo poder


refuerza y defiende, a la vez que aplasta la resistencia de las demás clases, ponemos de
manifiesto los aspectos esenciales del Estado, al mismo tiempo que lo diferenciamos
de todas las demás organizaciones políticas de dicha clase dominante.

Podemos decir que la definición es una operación lógica por medio de la cual
concretamos los rasgos esenciales del objeto definido y, al mismo tiempo, lo
diferenciamos de todos los demás objetos que le son parecidos.

Al abarcar en la definición los rasgos esenciales de un objeto fijamos también el


contenido del concepto correspondiente.

Obsérvese que pueden ser objeto de definición tanto las cosas materiales como los
fenómenos del mundo circundante como el reflejo de dichas cosas en la mente del
individuo (por ejemplo, el reflejo diverso de la realidad en forma de conceptos, juicios,
33
etc.), y también los signos que enuncian nuestros pensamientos o que representan los
objetos del mundo material (frases, letras, etc.).

La definición: “el oxígeno es un elemento cuyo peso atómico es igual a 16”, se refiere a
un objeto material (un determinado gas), el cual, a diferencia de todos los elementos
existentes, tiene un peso atómico igual a 16. En cambio, en la definición “concepto
singular es aquel cuya extensión representa una clase que consta de un solo objeto” se
refiere, no a un objeto material, sino a una especie de conceptos. La definición: “letra es
un signo escrito que sirve para representar determinado sonido del lenguaje” se
refiere a un signo que denota un objeto material (sonido del lenguaje).

En cada definición científica se resuelven dos problemas de cognición:


a) se fijan los rasgos esenciales -o esencia- del objeto definido;
b) se diferencia el objeto definido de los objetos que le son semejantes.

Examinemos ahora con más detalle los problemas de cognición que se resuelven en el
transcurso de la definición:
I.- Diferenciación del objeto definido con respecto a otros objetos.
Empecemos por un ejemplo concreto. Supongamos que se trata de definir el cuadrado.
El cuadrado posee los siguientes caracteres: “figura geométrica plana”, “figura de
cuatro ángulos”, “figura de cuatro lados”, “lados iguales y ángulos rectos”, “diagonales
iguales, perpendiculares entre sí, que se dividen en dos partes iguales en el punto de
intersección”, “lados paralelos dos a dos”, etc. Es evidente que alguno de los caracteres
enumerados no son exclusivos del cuadrado, sino que se dan también en otras figuras
geométricas planas (por ejemplo, los caracteres “figura geométrica plana”, “figura de
cuatro ángulos”, “figura de cuatro lados”, etc.). Algunos caracteres, sin embargo, son
propios exclusivamente del cuadrado. Tales son, por ejemplo: “lados iguales y ángulos
rectos”, “diagonales iguales, perpendiculares entre sí, que se dividen en dos partes
iguales en el punto de intersección”. Una de estas dos últimas características nos
permite distinguir el cuadrado de todas los demás cuadriláteros planos. Y si sabemos
que el cuadrado es asimismo una figura plana cuadrangular, podremos diferenciarlo
de todos los demás objetos que existen en la realidad.

Pero ni en la vida práctica ni en la investigación científica nos planteamos el problema


especial de diferenciar un objeto de aquellos con los cuales resulta imposible
confundirlo. En ninguna circunstancia se correrá el peligro de confundir el cuadrado
con un tranvía, con el mar, etc. En cambio, puede sernos necesario -y a menudo lo es-
diferenciar una figura geométrica, una ciencia, un elemento químico, etc., de otra
figura geométrica, de otra ciencia, de otro elemento químico, etc.

De ahí que al definir un objeto, cualquiera que sea, necesitamos, por una parte, indicar
el carácter (o conjunto de caracteres) que nos permite diferenciarlo de todos los
objetos que le son parecidos y, por otra, indicar el conjunto de objetos con respecto a
los cuales tiene sentido diferenciar el objeto dado. Las definiciones en las que se indica
el conjunto de objetos de entre los que es preciso diferenciar el objeto definido y el
34
carácter gracias al cual se distingue el objeto definido de los que se le parecen, se
denominan definiciones mediante el género y la diferencia específica.
He aquí un ejemplo de este tipo de definición: “El cuadrado es un paralelogramo que
tiene los lados iguales y los ángulos rectos”.

Con esta definición diferenciamos los cuadrados de todas las otras especies de
paralelogramos (género) mediante una propiedad que pertenece sólo al cuadrado y
no a las otras especies de paralelogramos. En el proceso de la investigación científica,
puede sernos necesario distinguir el cuadrado de todos los demás cuadriláteros. En
este caso, el género de la definición, será, no “paralelogramo”, sino “cuadrilátero”, y la
definición del cuadrado será: “El cuadrado es un cuadrilátero cuyas diagonales son
iguales, perpendiculares entre sí y se dividen en dos partes iguales por el punto de su
intersección”.

A menudo, en la diferenciación específica no entra solamente un carácter, sino varios.


Se debe ello a que con frecuencia resulta imposible designar un carácter que por sí
solo diferencie el objeto definido de todos los demás objetos y ponga de manifiesto su
esencia. De ahí la necesidad de designar varios caracteres.

Puede servirnos como ejemplo de este tipo de definiciones la que V.I. Lenin dio acerca
de las clases sociales: “Se denominan clases amplios grupos de personas que se
distinguen por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente
determinado; por sus vínculos (en su mayor parte, fijados y regulados por las leyes)
con los medios de producción; por el papel que desempeñan en la organización social
del trabajo y, consiguientemente, por la forma y medida en que perciben la parte de la
riqueza social de que disponen. Las clases son grupos de personas uno de los cuales
puede apropiarse del trabajo del otro gracias al distinto lugar que ocupan en un
determinado régimen económico-social.”

Es costumbre considerar aparte, en la Lógica, una variedad de definición, la definición


genética (de la palabra griega “génesis”, que significa “origen”).

En las definiciones genéticas se indica el procedimiento de formación u origen del


objeto definido, propio y exclusivo del objeto dado. Este procedimiento de formación
es lo que constituye la diferencia específica del objeto. Las definiciones de este tipo
son corrientes en matemáticas. Por ejemplo: “la circunferencia es una línea curva
cerrada, formada en un plano por el movimiento del punto B del segmento de la recta AB
alrededor del punto fijo A”.

Es necesario señalar aún otra variedad de definición, extraordinariamente difundida,


que se obtiene indicando el nombre específico del objeto. Así, asignando nombres
propios a las personas, a las ciudades, a los libros, etc., nos resulta posible
diferenciarlos entre sí. Claro es que definiendo los objetos de esta manera, no
ponemos de manifiesto sus rasgos esenciales, por lo que las definiciones de este tipo
no son definiciones en un sentido rigurosamente científico.
35
2.- Explicación de la esencia del objeto definido.
Supongamos que tenemos estas dos definiciones:
1.- “El hombre es un animal capaz de producir instrumentos de trabajo”.
2.- “El hombre es un animal racional”.

Desde el punto de vista de la diferenciación del hombre con respecto a los otros
animales, estas definiciones son idénticas, pues una y otra permiten distinguir al
hombre de todos los demás animales. Sin embargo, desde el punto de vista del otro
problema que la definición resuelve, la segunda definición es inadmisible. La solución
de este segundo problema requiere que se halle una diferencia específica de tal
naturaleza que ponga de manifiesto y fije en grado máximo los rasgos más
característicos y esenciales del objeto. Para el hombre como animal social, un carácter
de este rango es la “capacidad para producir instrumentos de trabajo”. Fue
precisamente gracias al trabajo como el hombre se diferenció del reino animal. La
actividad de trabajo del hombre hizo que aparecieran en él las cualidades que sólo él
posee (el lenguaje articulado, el alto desarrollo de los órganos de los sentidos, el
intelecto, etc.). De ahí que la definición verdaderamente científica sea la primera.

De las definiciones científicas se exige que pongan de manifiesto en grado máximo el


contenido del concepto correspondiente al objeto definido. Esto sólo se logra si la
definición abarca los caracteres del objeto que son exponentes de su esencia. Por
medio de su esencia, de sus caracteres más esenciales, es como quedan determinados
todos los demás caracteres del objeto.

3.- Errores de la definición. Reglas de la definición.


Si se cumplen los dos requisitos de la definición arriba mencionados, ésta será
correcta. Los errores se producen cuando deja de cumplirse aunque sólo sea uno de
los requisitos indicados.

Antes de pasar al análisis de los posibles errores de la definición, observemos que el


concepto que corresponde al objeto definido se llama, en Lógica, concepto
determinado. El que nos sirve para poner de manifiesto el contenido del objeto
definido, es concepto determinante.

Errores de la definición
al diferenciar el objeto definido de todos los demás objetos.
El primer requisito de la definición estriba en diferenciar, de entre todos los objetos, el
objeto definido. Si este requisito se cumple, la extensión del concepto determinado
será siempre igual a la del concepto determinante.

Así, en la definición: “el cuadrado es un rectángulo de lados iguales”, la extensión del


concepto “cuadrado” coincide con la del concepto “rectángulo de lados iguales”.

Si no se cumple este requisito, pueden cometerse dos errores:


36
1) La extensión del concepto determinante puede ser mayor que la del concepto
determinado. En este caso el concepto determinado se relaciona con el
determinante como la especie al género.

Examinemos la definición: “el diámetro es una recta que une dos puntos de la
circunferencia”. En este caso, la extensión del concepto “diámetro” constituye una
parte de la extensión del concepto “recta que une dos puntos de la circunferencia” (en
la extensión del concepto determinante no entran sólo todos los diámetros, sino
también las cuerdas). El error cometido en este caso se explica por el hecho de que el
carácter “que une dos puntos de la circunferencia” no es propio sólo de los diámetros,
sino también de todas las cuerdas en general, y, por ello, mediante dicho carácter no
es posible diferenciar el diámetro de las demás cuerdas. Tal definición se denomina en
Lógica demasiado amplia.
2) La extensión del concepto determinante puede ser más reducida que la del
determinado. En este caso, el concepto determinado se relaciona con el
determinante como el género a la especie.

He aquí un ejemplo de este tipo de definición: “la lente es un instrumento óptico


limitados por dos superficies convexas”. En esa definición, el concepto “lente” se
relaciona con el de “instrumento limitado por dos superficies convexas” como el género
a la especie.

Para ser distintivo, el carácter de la diferenciación específica ha de pertenecer a cada


uno de los objetos del conjunto dado, y no ha de pertenecer a ningún otro objeto del
mismo género. En nuestro ejemplo, en cambio, el carácter indicado pertenece sólo a
una parte de las lentes (ya que existen, por ejemplo, lentes bicóncavas) y no podemos,
por consiguiente, mediante dicho carácter, distinguir todo el conjunto de lentes de los
demás objetos, sino sólo una parte (las lentes biconvexas). Tal definición se denomina
demasiado estrecha.

Errores de la definición
al determinar la esencia del objeto definido.
1) Puede producirse en la definición un círculo vicioso.
Este error presenta dos variedades:
a) El objeto se define por medio de un concepto que, a su vez, sólo resulta
comprensible a través del concepto determinado.

Así, si se define la rotación como movimiento alrededor de un eje, obtenemos una


definición viciosa, pues el eje se define, a su vez, por medio de la rotación (eje es una
recta alrededor de la cual se produce un movimiento de rotación).

b) El concepto determinado y el determinante resultan, en esencia,


idénticos, aunque vengan expresados por palabras diferentes. Estas
definiciones se llaman tautologías.

37
Pueden servir como ejemplo de definiciones tautológicas: “materialista es el hombre
de concepciones materialistas”, “es cómico todo lo que es gracioso” (las palabras
“cómico” y “gracioso” expresan un mismo concepto).

Es evidente que si, al definir, incurrimos en un círculo vicioso, no explicamos la


esencia del objeto definido, sino que nos limitamos a repetir en el concepto
determinante lo que ya sabíamos acerca del objeto a determinar.

2) En vez de conceptos científicos, en calidad de concepto determinante se toma, a


veces, no términos científicos, sino metáforas literarias o comparaciones
alegóricas.

Afirmaciones como “el violín es el rey de la orquesta”, “los niños son las flores de la
vida”, “la repetición es la madre del saber”, no pueden considerarse definiciones
´porque no nos dan a conocer los rasgos esenciales de los objetos.

Errores de la definición
por no cumplir ninguno de los dos requisitos de la misma.
Estos errores se cometen con frecuencia en las denominadas definiciones negativas,
nombre que se da a aquellas en que entra un concepto negativo en calidad de
diferencia específica.

Examinemos la definición: “el bejuco es una planta que no se encuentra en las zonas
frías”. La esterilidad de esta definición se debe, ante todo, a que en ella no se
diferencia el bejuco de las demás plantas, pues no se señala el carácter propio y
exclusivo de los bejucos. Se menciona sólo una propiedad que no poseen, pero hay
muchas otras plantas que tampoco la tienen. Por otra parte, tampoco se explica el
contenido del concepto “bejuco”: en la diferenciación específica se indican caracteres
que no pertenecen a los bejucos y no se señalan los que le son propios.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en matemáticas y en algunas otras ciencias
las definiciones negativas son a veces admisibles, lo que suele ocurrir cuando
necesitamos delimitar conceptos sumamente amplios. Con frecuencia se encuentra,
por ejemplo, la siguiente definición de líneas paralelas: líneas paralelas son aquellas
que se hallan en un mismo plano y no se encuentran por más que se prolonguen en
sus direcciones.

Hemos visto, pues, los errores que se cometen cuando no se observan los requisitos a
los que ha de atenerse toda definición. Estos requisitos esenciales o reglas de la
definición son los siguientes:

38
1ª La definición ha de ser proporcionada, es decir, la extensión del concepto
determinado ha de ser igual a la del determinante.
2ª No ha de haber en la definición círculo vicioso.
3ª La definición no ha de ser negativa. (Sin embargo, como hemos visto, este
requisito no siempre puede ser observado. Con respecto a él se toleran excepciones en
determinados casos.
LÓGICA. D. P. Gorski y P. V. Tavants. 2ª Edición Editorial Grijalbo. México. 1968.
P.p. 68 a 77.

3.2.2 División: tipos y reglas.


La división nos sirve para establecer la extensión de un concepto. Como quiera que la
extensión del concepto constituye el exponente de una determinada clase de objetos,
en el proceso de división dilucidamos de qué subclases consta la clase dada inicial.
Esta operación nos permite concretar lo que sabemos acerca de los objetos
correspondientes al concepto dividido.

Procedamos a dividir la extensión del concepto “árbol”. Dicho concepto abarca el


conjunto de todos los árboles existentes en la naturaleza. Pero sabemos que todos los
árboles existentes pueden subdividirse, por ejemplo, en coníferas y de follaje.

A pesar de que lo dividimos es la extensión del concepto dado, en Lógica suele


denominarse dicha operación simplemente división del concepto. Esta expresión no es
exacta; pero, teniendo en cuenta la salvedad que acabamos de hacer, puede utilizarse
en aras de la verdad.

Para dividir la extensión de un concepto, es necesario averiguar el rasgo que puede


servirnos de punto de referencia al realizar dicha operación lógica. En el ejemplo que
acabamos de citar, dividíamos el concepto “árbol” según la especie de las hojas. La
extensión del mismo concepto puede dividirse también partiendo del carácter
“longitud del tronco” (hay árboles enanos y altos), o del crecimiento en una u otra
zona vegetal, o por los caracteres que determinan su pertenencia a distintas especies
biológicas, a distintos géneros, familias, etc.

A los miembros de cualquier colectividad (por ejemplo, a los alumnos de una escuela o
de un grado) se les puede dividir en subclases tomando como carácter diferencial las
calificaciones (en alumnos que tienen buenas calificaciones y alumnos que las tienen
malas), la edad, la nacionalidad a la que pertenezcan, etc.

La extensión del concepto que se trata de dividir se denomina extensión del concepto
divisible (a veces se le llama simplemente concepto divisible).

Las clases que se obtienen como resultado de la división se denominan miembros de la


división.

39
El carácter que nos sirve de punto de referencia para dividir la extensión de un
concepto en las correspondientes subclases se denomina fundamento de la división.

Un carácter puede servir de fundamento para la división únicamente si es susceptible


de presentar diversas formas. Así, podemos dividir los triángulos partiendo de la
magnitud del ángulo tan sólo porque este carácter se presenta, por lo común, en una
de las siguientes formas concretas: como carácter de ángulo agudo, de ángulo obtuso o
de ángulo recto. Al agrupar los triángulos partiendo de esta base, obtenemos la
división en agudos, obtusos y rectos.

Generalmente, las clases obtenidas por medio de la división (miembros de la división)


pueden separarse, a su vez, en subclases (es decir, pueden convertirse en conceptos
divisibles). Así, los números pueden dividirse en reales e imaginarios. Los números
reales, a su vez, pueden subdividirse en racionales e irracionales. Los números
racionales, en enteros y fraccionarios, etc. Esta especie de división se denomina
división consecutiva.

Tenemos, pues, que la división es una operación lógica en virtud de la cual la extensión
del concepto divisible se distribuye en ciertas clases desde el punto de vista de un
determinado fundamento de la división.
No hay que confundir la división con la operación denominada desintegración de los
objetos.
Ejemplos de la operación denominada desintegración: “el año se consta de 12 meses”,
“este libro consta de 10 capítulos”, “la columna vertebral se integra de vértebras”.

La desintegración puede distinguirse del proceso de división por los caracteres


siguientes: si la división es correcta, el contenido del concepto divisible siempre puede
ser afirmado con respecto a los objetos que entran en la extensión de los miembros de
la división. Tomemos, por ejemplo, la afirmación: “todos los seres vivos se dividen en
plantas y animales”. Es evidente que tanto con respecto a aquéllas como a éstos puede
decirse que son seres vivos. Es imposible realizar esta operación si desintegramos un
objeto en sus partes componentes. Sea la desintegración: “cada semana consta de
lunes, martes, miércoles, etc”. Si aplicamos a los miembros de la desintegración el
contenido del concepto inicial, obtendremos afirmaciones falsas, más aún, carentes de
sentido. (“El lunes es una semana”, “el martes es una semana” etc.)

1.- Reglas de la división. Errores de la división.


En el proceso de la división pueden cometerse distintos errores. Para evitarlos, es
indispensable observar las siguientes reglas:
a) La división ha de ser proporcionada.
Esto significa que la extensión del concepto divisible ha de ser igual a la suma de las
extensiones de los miembros de la división.

Esta regla se infringe en los ejemplos siguientes:


I. “Los triángulos pueden ser acutángulos y obtusángulos”.
40
II. “Los elementos químicos se dividen en metales, no metales y aleaciones”.
En el primer ejemplo, la extensión del concepto divisible es mayor que la suma de
las extensiones de los miembros de la división (se ha omitido uno de los miembros de
la división: “triángulos rectángulos”). Las divisiones erróneas de este tipo se
denominan incompletas.

En el segundo ejemplo, la extensión del concepto divisible es menor que la suma de


las extensiones de los miembros de la división (entre los miembros de la división
figura, como “aleaciones”, uno que no entra en la extensión del concepto divisible). Las
divisiones erróneas de este tipo se denominan divisiones con miembros superfluos.

b) La división ha de realizarse partiendo de un solo fundamento.


Ejemplo de división realizada sin partir de un solo fundamento: “los tratados
internacionales pueden ser justos, injustos, verbales y escritos”.
En este ejemplo los tratados internacionales se dividen, primero, partiendo del
criterio de la igualdad o de la desigualdad de derechos, y luego, según la forma en que
se realizan (de palabra o por escrito).

c) Los miembros de la división han de excluirse mutuamente.


Ejemplo de división en que sus miembros no se excluyen mutuamente.
“hay guerras justas, injustas y de liberación”.
Las guerras de liberación están incluidas entre las guerras justas, de donde
resulta que los miembros de la división, en este caso, no se excluyen mutuamente.

d) La división ha de ser ininterrumpida.


Al dividir es indispensable pasar al género inmediato inferior.
Si no se observa esta regla se comete el error denominado salto en la división.
Ejemplo de este tipo de división errónea: “las oraciones gramaticales pueden ser
simples, coordinadas y subordinadas”.
En esta división existe un salto. Para evitarlo, sería necesario dividir primero las
oraciones gramaticales en simples y compuestas, y sólo después habría que dividir las
oraciones compuestas en coordinadas y subordinadas.

Estas reglas se observan con todo rigor únicamente cuando prescindimos del
desarrollo o cambio de los objetos que se dividen. Donde se produce un cambio o
desarrollo de los objetos, es indispensable introducir modificaciones esenciales en las
reglas indicadas.

2.- División dicotómica.


La división dicotómica consiste en separar la extensión del concepto divisible en dos
clases que se excluyan mutuamente, de tal manera que a cada uno de los objetos de

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una de las clases le es propio el rasgo A, el cual falta a cada uno de los objetos de la
otra clase.
Así, por ejemplo, podemos dividir dicotómicamente la clase de los animales
vertebrados en mamíferos y no mamíferos (a los primeros les es propio el carácter de
“tener glándulas mamarias” y ninguno de los animales no mamíferos posee dicho
carácter). Podemos luego dividir los no mamíferos guiándonos por otro criterio (por
ejemplo, “que respiran por agallas”) en las siguientes dos clases, que también se
excluyen mutuamente: peces y no peces.
Si proseguimos la división en el mismo sentido, dividiremos, al fin, todos los
vertebrados en las clases de mamíferos, peces, pájaros, reptiles y anfibios.

La división dicotómica se aplica cuando se tiene una clase de objetos aún


desconocidos. La subdivisión en clases se verifica al aclarar si las propiedades
encontradas por nosotros pertenecen a todos los objetos de la clase dada o sólo a una
parte de los mismos.
LÓGICA. D. P. Gorski y P. V. Tavants. 2ª Edición Editorial Grijalbo. México. 1968.
P.p. 68 a 77.

3.2.3. Clasificación: tipos, reglas


Se llama Clasificación a la distribución de los objetos en clases de acuerdo con la
semejanza que entre ellos exista; la distribución se realiza de tal manera que cada clase
ocupa un lugar fijo y exactamente determinado en relación con las demás clases.

Se emplea la clasificación en las ciencias más diversas, así como en la vida cotidiana.
Se basa en la división del concepto. En la clasificación no se observan solamente las
reglas de la división. Por ejemplo, la distribución de los objetos en clases ha de
realizarse de tal suerte que las propiedades que nos sirven de fundamento para
llevarla a cabo sean las más útiles para buscar las cosas o para determinar otras
propiedades de los objetos distribuidos en clases. Por otra parte, a diferencia de la
división, con la cual distribuimos los objetos en grupos a pesar de los problemas de
orden práctico que a cada paso se nos plantean, la clasificación constituye un sistema
duradero de distribución de objetos en grupos, sistema que, por lo común, es valedero
en la ciencia en el transcurso de muchos años.

La clasificación puede ser arbitraria y natural.


Se recurre a la clasificación arbitraria para poder hallar con facilidad un individuo u
objeto cualquiera entre todos los clasificados. Puede servir de ejemplo de clasificación
arbitraria la de los alumnos de una clase por orden alfabético.

La clasificación arbitraria no permite afirmar absolutamente nada acerca de las


propiedades del objeto, aunque sepamos que pertenece a uno u otro grupo. Así, el que
el alumno Raúl Eutiquio figure en el primer lugar de la lista establecida por orden
alfabético, nada nos dice de por sí de lo que Raúl Eutiquio es como alumno.

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La clasificación natural consiste en la distribución de los objetos en grupos a base de
sus caracteres esenciales. El problema de la clasificación natural pertenece a la Lógica
formal en tanto que debe atenerse a ciertas reglas formales. A diferencia de la
clasificación arbitraria, la natural permite realizar varias afirmaciones acerca de las
propiedades del objeto sabiendo que éste pertenece a tal o cual grupo. Si sabemos que
un animal pertenece a la familia de los félidos, podemos afirmar con certeza que es
carnicero, que tiene uñas retráctiles, etc.

En algunos casos, la clasificación natural de los objetos deja prever la regularidad de


los cambios que se producen en sus propiedades estimulando con ello la ulterior
investigación de los mismos.

Se considera que la mejor clasificación natural es aquella que, al determinar a qué


grupo de un sistema de clasificación pertenece un objeto, nos permite hacer un
número máximo de afirmaciones acerca de las propiedades de dicho objeto. Ocurre
esto cuando la distribución de los objetos en grupos se realiza a base de los caracteres
más esenciales. Unos mismos objetos pueden clasificarse partiendo de fundamentos
distintos con arreglo a las necesidades de orden práctico.
Podemos, por ejemplo, clasificar los metales no sólo basándonos en sus propiedades
químicas, sino tomando como fundamento su peso específico (metales pesados y
ligeros), su importancia para la economía nacional (ferrosos y no ferrosos), etc.
A veces dividimos de nuevo en varios grupos los objetos que forman parte de uno u
otro grupo de la clasificación, con la particularidad de que esta subdivisión puede
realizarse partiendo de otro fundamento. Así, después de haber dividido los número
en reales e imaginarios, podemos subdividir los primeros en racionales o irracionales
(según puedan expresarse o no en forma de fracciones periódicas infinitas). Los
números racionales pueden dividirse en enteros y fraccionarios partiendo asimismo
de otro fundamento (según estén compuestos o no de unidades), etc. La clasificación
puede ofrecer, en este caso, la forma de “árbol genealógico”.

La clasificación está relacionada no sólo con la división del concepto, sino también con
su definición. Las propiedades que nos sirven de fundamento para la distribución de
los objetos en grupos han de ser distintivas con respecto a los objetos de cada grupo.
Indicar esta propiedad distintiva de un objeto significa definirlo. De ahí que si se
conoce la clasificación de los objetos, se puedan establecer sus definiciones, las cuales
serán tanto más completas cuanto mayor sea el número de propiedades esenciales
que se hallen en el fundamento de la clasificación.

Tenemos un ejemplo clásico de clasificación natural en la que los elementos químicos


(sistema periódico de los elementos) debida al gran sabio ruso D.I. Mendeléiev, quién
ordenó los elementos según su peso atómico y descubrió que sus propiedades
químicas se repetían en cierto modo. Esto le permitió formular la ley periódica de la
manera siguiente: “las propiedades de los elementos son una función periódica de sus
pesos atómicos”. Si se sabe a qué grupo y a qué serie pertenece tal o cual elemento,
pueden hacerse diversas afirmaciones acerca de sus propiedades.
43
LÓGICA. D. P. Gorski y P. V. Tavants. 2ª Edición Editorial Grijalbo. México. 1968.
P.p. 81 a 83.

3.3. PRINCIPIOS LÓGICOS SUPREMOS (2 horas)


3.3.1 De identidad, de contradicción, de tercero excluido y de razón suficiente
Toda ciencia parte de ciertos principios. Estos principios son juicios -
afirmaciones- sin las cuales es imposible construir el sistema de relaciones en que
cada ciencia consiste. Puede, en unos casos, considerárselos evidentes, y en otros
simplemente convencionales; pero siempre se les considera puntos de partida
forzosos para construir el sistema de relaciones. Los principios lógicos también son
juicios, afirmaciones. Pero en vez de constituir el punto de partida de un determinado
sistema de relaciones, es decir, de una determinada ciencia, constituyen el punto de
partida de todas las ciencias, porque son principios del pensamiento mismo, al que
toda ciencia recurre. El pensamiento, considerado en si mismo, tiene principios que
son previos a los principios especiales de cualquier ciencia. Estos principios previos
son los principios lógicos.

Los principios lógicos son afirmaciones de validez universal que hacen posible el
pensamiento mismo. Esos principios son cuatro:
1º. El principio de identidad.
Tradicionalmente se ha enunciado el principio de identidad diciendo:
“Toda cosa es idéntica a sí misma”,
Expresión que suele simbolizarse:
“A es A” o “A = A”.

La noción de identidad implica, pues, la de unidad, como lo señalaba Aristóteles: “La


identidad es una especie de unidad del ser, o de varias cosas, o de una sola
considerada como varias (como cuando al decir que una cosa es idéntica a si misma se
la considera como dos)”.

Decir que una cosa es idéntica a sí misma significa decir que una cosa es una cosa.
Pero para expresar ese pensamiento necesitamos referir la cosa a si misma,
desdoblarla.

El principio de identidad, enunciado en la forma: “Toda cosa es idéntica a sí misma”, es


una afirmación con respecto a las cosas. Pero la lógica no estudia cosas, sino
pensamientos. La ciencia que estudia las cosas o entes es la ontología. Si nos atenemos
a ese enunciado, el principio es ontológico, y no lógico. (Pero no por eso deja de ser
verdadero).

Para que hablemos de principio lógico de identidad, es necesario que lo enunciemos


de manera que diga algo con respecto a los pensamientos, que es lo que la lógica
estudia. Y lo que el principio dice, entendido lógicamente, es que todo juicio analítico
es verdadero.

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Como vimos antes, juicios analíticos son aquellos en los que el predicado está
implícito en el sujeto y se obtiene por simple análisis de este último: “El hombre es
mamífero”. En el concepto “hombre” está implícito el concepto “mamífero”. Para
comprobarlo no tengo más que definir el concepto “hombre”: “Hombre: mamífero
bimano”. Cuando digo, pues, que el hombre es un mamífero, estoy diciendo que un
“mamífero bimano” es un “mamífero”: o sea, estoy diciendo que un “mamífero” es un
“mamífero”.
El juicio analítico es verdadero porque contiene una identidad, y, como contiene una
identidad, puede reducirse a la fórmula “A es A”. Si digo “La materia es extensa”,
compruebo, igualmente, al definir que entiendo por materia, que el concepto “extensa”
está implícito en el concepto “materia”.

2º. El principio de contradicción.


Es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo sentido. Así
podemos enunciar el principio de contradicción desde el punto de vista ontológico, es
decir, refiriéndolo a las cosas.

Es imposible que una figura sea un triángulo y no sea un triángulo. Es imposible que A
sea B y no sea B. (Puede ser B ahora y no ser B después; pero no al mismo tiempo. Yo
puedo estar aquí, ahora, y no estar, después; pero no puedo estar y no estar, ahora,
aquí. Un tablero de ajedrez es blanco y negro -blanco y no blanco-, pero lo que en el
tablero de ajedrez es blanco no es negro y lo que es negro no es blanco; el tablero de
ajedrez es blanco y no blanco al mismo tiempo, pero no en el mismo sentido: no
decimos que el tablero de ajedrez es totalmente blanco y totalmente no blanco). Así
como el principio de identidad se reducía a decir que una cosa es una cosa, el de
contradicción dice que una cosa no es dos cosas.

Referido a los juicios, el principio de contradicción dice que en toda contradicción hay
una falsedad. Pero la contradicción puede aparecer en un solo juicio, o entre dos
juicios. Hay juicios contradictorios en sí mismos: “La materia no es extensa”, “el
triángulo no es una figura”. Aplicado a este caso, el principio de contradicción dice que
todo juicio contradictorio es falso. Hay juicios contradictorios entre sí: “173,587 es un
número primo”, “173,587 no es un número primo”. Esos juicios no pueden ser
verdaderos los dos. El principio de contradicción dice, en este caso: Dos juicios
contradictorios entre sí no pueden ser verdaderos los dos.

Referido a nuestro pensar –es decir, psicológicamente-, el principio se enunciaría así:


“No podemos sino pensar que es imposible que algo sea y no sea”
(o “…que todo juicio contradictorio es falso”, o “…que dos juicios contradictorios entre sí
no pueden ser verdaderos los dos”). En este caso, como sucede siempre en las
interpretaciones psicologistas, lo que se quiere señalar es que el principio es una ley,
simplemente de hecho, de la actividad del pensar.
45
El principio de identidad decía algo con respecto a los juicios analíticos: que son
verdaderos. Pero no decía nada con respecto a los juicios sintéticos, o sea aquellos en
que el predicado no surge del análisis del sujeto. El principio de contradicción nos dice
ya algo con respecto a esos juicios sintéticos. “hay decaedros regulares”; “no hay
decaedros regulares”. Esos dos juicios son sintéticos. La lógica, independientemente
de la geometría, y por la simple forma de esos dos juicios, declara, en nombre del
principio de contradicción, que esos juicios no pueden ser verdaderos los dos. (Pero
queda la posibilidad de que sean falsos los dos, o la de que uno sea verdadero y otro
falso.)

3º. El principio de tercero excluido.


El principio de contradicción declaraba que nada puede ser y no ser, al mismo tiempo,
en el mismo sentido. El de tercero excluido declara que todo tiene que ser o no ser.
Afirmar simultáneamente “A es” y “A no es”, es imposible, por el principio de
contradicción; negar simultáneamente “A es” y “A no es”, es imposible por el principio
de tercero excluido.
Por el principio de contradicción, no podemos afirmar esos dos juicios; por el de
tercero excluido, no podemos negarlos los dos.

También aquí, si hablamos de cosas, enunciamos el principio ontológicamente; si


hablamos de juicios, lo enunciamos lógicamente. Enunciado lógicamente, el principio
de contradicción decía que dos juicios contradictorios no pueden ser verdaderos los
dos, el de tercero excluido dice dos juicios contradictorios no pueden ser falsos los dos.

Por la aplicación de los dos principios. Resulta entonces que, dados dos juicios
contradictorios, necesariamente uno es verdadero y otro es falso:
“A es B” y “A no es B”.
Es imposible que los dos sean verdaderos, por el principio de contradicción.
Es imposible que los dos sean falsos, por el principio de tercero excluido.
Por lo tanto, uno es verdadero y otro es falso.

Dados dos juicios contradictorios, la lógica no puede establecer –ya que sólo estudia
formas, independientemente de todo contenido- cuál de ellos es el verdadero y cuál
es el falso. Si me encuentro con los juicios “El delfín es un mamífero” y “El delfín no es
un mamífero”, por el principio de contradicción sé que no puedo aceptar los dos
juicios como verdaderos; por el de tercero excluido, que no puedo rechazar los dos
como falsos, lo dirá la zoología, y no la lógica.

Por los dos principios, resulta que entre la verdad y la falsedad no hay término medio.
Ante un solo juicio no puedo decir que es verdadero y falso y tampoco puedo decir que
no es ni verdadero ni falso.

4º. El principio de razón suficiente.

46
La insistente pregunta que los niños formulan: “¿Porqué?... ¿porqué?”, traduce una
exigencia de nuestra razón, según la cual nada puede ser “porque sí”. Todo es por algo.
Todo lo que es, es por alguna razón que le hace ser como es y no de otra manera. Este es
el principio de razón suficiente, considerado por Leibniz el “gran principio”.
El cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos por
alguna razón, y esa razón aparece cuando hacemos la demostración del teorema.
Los planetas se mueven en órbitas elípticas por alguna razón, y esa razón aparece
cuando hacemos la demostración del teorema. Las planetas se mueven en órbitas
elípticas por alguna razón, y esa razón aparece cuando enunciamos la ley de
gravitación universal.
La Revolución Francesa se produjo por alguna razón, y esa razón aparece cuando
estudiamos sus antecedentes y sus consecuencias.
En matemáticas, en física, en historia, en todas las ciencias, lo que se busca es la razón
que responda a la pregunta de por qué las cosas son como son o suceden como
suceden. El principio puede enunciarse de otra manera: Nada se da aislado. Esto
significa que todo está ligado a algo que es su razón.
LÓGICA E INTRODUCCION ... Vicente Fatone. 9ª Edición. Editorial Kapelusz.
Argentina. 1969. P.p. 39 a 47.

UNIDAD IV
EL JUICIO

4.1 EL JUICIO (7 horas)


4.1.1 Estructura y características.
Si el pensamiento es una propiedad del homo sapiens, también es propio de éste dar a
conocer esos pensamientos para comunicarse o por necesidad de relación. El
instrumento, bien lo sabemos, es el lenguaje: palabras, frases, oraciones, párrafos y
discursos.

Desde la primaria sabemos que la primera forma gramatical que conlleva un


pensamiento completo es la oración, la cual se compone de sujeto, verbo y
complemento, y puede ser afirmativa, negativa, interrogativa, expresiva, condicional,
etcétera.

A las oraciones afirmativas y negativas, el lenguaje lógico las designa informativas,


declarativas o enunciativas, y las llama proposiciones o enunciados. Las proposiciones
se componen, ya más sintéticamente, de sujeto (de quien se afirma o se niega algo) y
predicado (lo que se afirma o niega del sujeto).

ORACIÓN: … “Los rosales son plantas fanerógamas”


SUJETO VERBO COMPLEMENTO

PROPOSICIÓN “Los rosales son plantas fanerógamas”


SUJETO PREDICADO

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Por su estructura gramatical, por componerse también de sujeto y predicado, algunos
autores identifican al juicio con la proposición, de la misma manera que identificaban
al concepto con el nombre de las cosas. No; la proposición es la expresión verbal del
juicio; su signo de representación externa con que se reviste y cuyo estudio le compete
a la gramática según la sintaxis de cada idioma.
Más por variados que sean los idiomas en su estructura, por variadas que sean las
proposiciones, el contenido lógico que se halla en ellas, o sea, el juicio, no cambia. Por
eso es que, mientras la proposición expresa al juicio, éste no expresa a la proposición,
sino que es una operación del pensamiento en función del conocer. En otras palabras:
una cosa es lo que pensamos siguiendo reglas lógicas y otra cosa es la manera de
expresar eso que pensamos.
En el ejemplo: “Los árboles purifican el aire” la proposición expresa “un conocimiento
bioquímico” que se ha producido en un juicio lógico. El juicio llena la necesidad de
formular una verdad porque es una forma lógica que mira al conocer. La proposición
en cambio, satisface la necesidad de expresarse en forma afirmativa, negativa,
verdadera o falsa. Del juicio nos valemos para crear conocimientos; de la proposición,
del enunciado y de la sentencia, para expresarlos.

Por su función predicativa, a diferencia del concepto (primera verdad), que tiene
función aprehensiva, al juicio lo consideramos como “la segunda verdad” en el
conocer. Un paso más.

La lógica simbólica o matemática maneja preferentemente los conceptos de


proposiciones, sentencias y enunciados; por lo que también recibe el nombre de lógica
sentencial y lógica enunciativa.

Definición e interpretación del juicio. Desde que tenemos uso de razón, podemos
decir que nos la hemos pasado haciendo toda clase de juicios. Enjuiciamos a nuestros
compañeros y amigos, a nuestros estudios y maestros, a la Universidad, a la política
internacional, al desarrollo tercermundista, a nuestros gobiernos, a sus tremebundas
deudas, etcétera, y todo como algo muy propio de la inteligencia y convivencia
humanas. “Tener juicio” es un dicho muy popular que hace referencia a saber actuar,
no por pasiones o intuiciones, sino racionalmente.
“Este libro es un curso de lógica”, “Este libro está forrado de plástico” son juicios muy
sencillos que seguramente hicimos desde que lo tuvimos en nuestras manos.

Sin embargo, ya desde aquí podemos darnos cuenta de que para formular dichos
juicios, “para poder juzgar al libro” hemos tenido que partir de un punto de vista que
nos permitiera hacerlo. No lo habríamos podido juzgar si ignorábamos lo que significa
“curso de lógica” y “forrado de plástico”, conceptos que ya teníamos, que ya habíamos
ganado, y que ahora usamos para predicar sobre el libro a manera de puntos de vista.
Lo anterior muestra la gran liga que existe entre el concepto y el juicio, liga que por
cierto, ya habíamos adelantado al definir el concepto como “predicable de posibles
juicios”.

48
De modo que los juicios que hagamos de cualquier territorio de la cultura, como la
ciencia, la política, el arte, la religión, etcétera, sin duda serán posibles por los
conceptos que ya tengamos de dicho territorio; predicaciones que a la vez nos
permitirán aumentar nuevos conceptos para enriquecer tales territorios.
“Este libro está forrado de plástico”, “Los libros forrados de plástico son símbolo de
limpieza” para el primer juicio teníamos ya el concepto “forrado de plástico” que
predicábamos del libro, y con esa predicación obtuvimos un nuevo concepto, y así
sucesivamente.

Tener que mencionar los conceptos al hablar de los juicios ha propiciado que algunos
lógicos consideren el juicio una simple combinación de conceptos. Es la definición que
encontramos en la lógica tradicionalista: relación de conceptos que se convienen o no
se convienen.
Según esta manera de entender el juicio, en el ejemplo “este libro está forrado de
plástico” se trataría sólo de combinar el concepto “libro” con el concepto “forreado de
plástico”, y su conveniencia o inconveniencia se la reservaría la cópula verbal está o no
está. Esto es, se trataría de la asociación de un concepto llamado predicado con otro
concepto llamado sujeto por medio de la cópula verbal que fija la aceptación o rechazo
entre ambos.

La biología es una ciencia natural


SUJETO CÓPULA PREDICADO

Aquí, el concepto – predicado “ciencia natural” le conviene al concepto-sujeto


“biología”, y eso lo sacamos de la cópula “es” (la cópula es lo que une o liga).

La física no es una ciencia social


SUJETO CÓPULA PREDICADO

Aquí el concepto-predicado “ciencia social” no le conviene al concepto sujeto “física”, y


eso lo sacamos de la cópula “no es”.
El juicio es la determinación de equis materia de conocimiento desde el punto
de vista que pone el predicado. ¿De dónde han brotado todos esos prejuicios o esas
confusiones acerca de lo que es el juicio? Ni duda cabe: del mismo prejuicio de
suponer que la tarea de la lógica es únicamente rehacer conocimientos y verificarlos, o
que la lógica es mera gimnasia mental y no un instrumento metódico para hacer
conocimientos.
Para Aristóteles, “el juicio es un acto del pensamiento que afirma o niega algo de algo”;
para Kant, “el juicio es el conocimiento mediato de un objeto”, para Wundt “es la
descomposición de una representación en sus elementos”, para la filosofía crítica
neokantiana, “es la determinación de una equis materia de conocimiento desde el
punto de vista que pone el predicado”.

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División o partes del juicio. Dentro del juicio sólo son de considerar dos partes o
elementos: el sujeto (S) y el predicado (P). Veamos ahora cómo deben entenderse
cada una de ellas de acuerdo con la interpretación crítica.

El sujeto es la materia del juicio.


La materia se nos presenta en un objeto por conocer.
El sujeto es, entonces, algo que todavía no es conocido.

Sujetar a la materia a juicio es ponerla apenas para su conocimiento, pero tampoco es


algo totalmente desconocido, porque ¿cómo poder, entonces, sujetarla?

El sujeto es, entonces, equis materia de conocimiento. Algo que todavía no es concepto
(en tanto se le sujeta y en lo que le corresponde dentro del juicio) pero que va a ser
hecho concepto (en la función judicativa).

Las realidades, antes de ser conceptos, no son más que incógnitas (x). Las incógnitas
tienen que irse despejando y cobrando verdadera realidad paso a paso como solución
a un problema de conocimiento.

El predicado es el punto de vista que nos permite hacer los enjuiciamientos.


El predicado es el concepto ya ganado que nos permite determinar el sujeto.
El predicado nos permite la función de captar un nuevo objeto de conocimiento.

En cuanto a la cópula, podemos señalar que para entender este supuesto tercer
concepto del juicio, conviene recordar los dos sencillos ejemplos utilizados
anteriormente: “Este libro es un curso de lógica”, “Este libro está forrado de plástico”.
Dijimos que para formularlos dábamos por entendido que ya sabíamos a qué nos
referimos con “ser un curso de lógica” o “no ser un curso de lógica”, o con “estar forrado
de plástico” o “no estar forrado de plástico”; y todo esto completo, sin ninguna
separación, es lo que estábamos predicando, sin tener por qué separar el predicado
del juicio en verbo copulativo por un lado y el complemento por el otro.
La cópula no es, pues, un tercer término del juicio, sino que forma parte del predicado.
CURSO DE LÓGICA. Carlos Dión Martínez. 3ª Edición Editorial Mc Graw Hill.
México. 2001. Pág. 67 a 72

4.1.2 Clasificación de los juicios.


Anteriormente señalamos que desde que tenemos uso de razón nos la hemos pasado
haciendo juicios de las más variadas especies, de los más variados territorios de la
cultura: sobre nuestros semejantes, sobre los hechos de la naturaleza o las acciones
sociales, sobre los bienes o los valores de la cultura, etcétera. Es decir, sobre una
variedad tanta que tendríamos que hablar lo mismo de juicios científicos que de
juicios morales, artísticos, políticos, económicos, etc. Y tal manera de separarlos sería
una clasificación hecha con el criterio de la materia a que se refieren. Sin embargo, a la
lógica no le interesa propiamente clasificar esa gran variedad, sino, bien, la estructura
lógica que lleva el juicio, sin considerar el territorio cultural a que pueda referirse.
50
Y aún así, considerando únicamente este aspecto, a lo largo del pensamiento lógico se
han formulado varias clasificaciones. Aquí daremos a conocer las que tienen mayor
importancia.

Juicios de esencia y de existencia.


a) Son juicios de esencia los que en el predicado señalan las notas esenciales del objeto
sujeto del juicio. Por notas esenciales entendemos las más importantes, las que en
verdad determinan o permiten distinguir al objeto o conceptuarlo unívocamente.
Algunos autores los llaman juicios del ser, y también, por las razones antes dichas,
juicios determinativos. Una característica de ellos sería que responden a la pregunta
¿qué es?
Ejemplo: “El oro es un metal”. Aquí se predica lo más importante. Lo esencial,
independientemente de que también pudiera decirse si es amarillento o rojizo, muy
dúctil o no, muy escaso o no, o de muy alto precio.

b) Son juicios de existencia los que en el predicado enuncian la forma de existir o


presentarse el objeto o materia del juicio. Por forma de existir no debe entenderse
estrictamente el carácter ideal o real de la existencia, sino las características que
pueden atribuirse a los objetos.
Estos juicios son llamados también juicios del modo de ser, e igualmente juicios
atributivos. Una nota distintiva es que responderían a la pregunta ¿cómo es? Ejemplo:
“El oro es muy dúctil”.
Si nos fijamos en que los primeros se originan respondiendo a la pregunta ¿Qué es?, y
los segundos a ¿cómo es?, caeremos en la cuenta de que propiamente los dos juicios
formulan una “definición”, lo cual es evidente en el ejemplo “el oro es metal muy
dúctil”, definición que comprende tanto lo esencial como lo existencial en algo
necesario a la definición misma.
En verdad, no es posible separar tajantemente la esencia de la existencia, como
tampoco lo determinante de lo atribuible, a la manera tradicionalista.
Ejemplos:
“El diámetro es la recta que pasa por el centro de un círculo y toca con sus extremos la
circunferencia”.
“El diámetro es la mayor de las cuerdas”.
“El diámetro divide en dos partes iguales al círculo”.

Juicios analíticos y sintéticos.


a) Llamo juicio analítico (dice Kant) a aquel cuyo predicado P pertenece al sujeto S como
algo contenido en él de un modo tácito.
Podemos ampliar lo anterior diciendo “juicio analítico es aquel cuyo predicado no
hace sino descomponer las notas que en esencia le pertenecen al sujeto (lo analiza)”.
Ejemplo: “Toda línea está formada por infinito número de puntos”. En este juicio, el
predicado le “está sacando” al sujeto algo que le es esencialmente determinante.
Igualmente, “el pentágono es una figura de cinco ángulos”.

51
Por el hecho de predicar algo que ya tiene el sujeto, conviene decir que, en verdad, el
juicio analítico no agrega nada nuevo al conocimiento; es decir, se cae en la idea de
que el juicio no es creativo, sino reiterativo.

b) Llamo juicio sintético (dice Kant) a aquel cuyo predicado P es completamente extraño
al sujeto S, si bien se halla enlazado con él.
Podemos ampliar lo anterior diciendo “juicio sintético es aquel cuyo predicado agrega
nuevas notas que no pertenecen en esencia al sujeto pero le convienen (lo amplía)”.
Ejemplos: “La línea recta es la más corta entre dos puntos”, “Alfa de Centauro es la
estrella más cercana al Sol”, son juicios cuyos predicados no han salido del sujeto
aunque ciertamente le convienen, como algo que agrega nuevos conocimientos.

La misma insistencia en separar la esencia de la existencia encontrada en los juicios


anteriores, se repite al respecto de estos analíticos y sintéticos, puesto que toda
verdad, función del juicio, es producto de un proceso tanto analítico como
sintetizador. Aún más, al señalar las limitaciones acerca de la esencia y la existencia, y
de lo analítico y lo sintético dentro del conocimiento, estamos subrayando que las dos
clasificaciones arrancan del prejuicio de entender el juicio como simple combinación de
conceptos, de donde se explica cierto parecido de los analíticos con los de esencia, y de
los sintéticos con los de existencia. Otro parecido se les va a encontrar con los
siguientes.

Juicios a priori y a posteriori.


a) Son juicios a priori los que valen con antelación a la experiencia; los que no se
derivan de ella, sino que, al contrario, la posibilitan.
Dice Kant: “…si se halla una proposición que tiene que ser pensada con carácter de
necesidad, esta proposición es un juicio a priori, …cuando una estricta universalidad es
esencial a un juicio, esta universalidad indica una fuente especial de conocimiento,
esto es, una facultad de conocer a priori”.
Ejemplos: “Todo efecto tiene una causa” y “El todo es igual a la suma de sus partes”.
Los axiomas matemáticos son los mejores ejemplos de esta clase de juicios.

Se dice que una cosa “tiene prioridad” cuando va antes que las demás; sin embargo, la
prioridad lógica no se refiere a una anticipación en el tiempo, sino a una anticipación
en el conocimiento. “Todo número tiene un sucesor que es otro número”, es un juicio
tan evidente que su validez, va antes de la demostración que pudiera pedirse. Es
estrictamente racional y también direccional por cuanto que fundamenta la
experiencia.
b) Son juicios a posteriori los que se derivan de la experiencia por observación,
experimentación y verificación de los hechos mismos. Su validez radica en el nexo
empírico.
Dice Kant “… la experiencia no da nunca juicios con una universalidad verdadera y
estricta, sino con una generalidad supuesta y comparativa”.
Ejemplos: “El calor derrite las grasas”, “todos los rumiantes son herbívoros”. El origen
de estos juicios es posterior a la constatación de variadas experiencias en el campo de
52
los hechos, donde la variabilidad misma obliga a la comprobación por nuevas
experiencias. “El sodio es más ligero que el agua”. Es un juicio que sólo puede
imaginarse como producto del hecho real.

Juicios sintéticos a priori.


Quien haya venido siguiendo las definiciones y demás notas características de los
distintos tipos de juicios de las tres clasificaciones anteriores, notará también la
correspondencia entre los juicios analíticos y los a priori (racionalidad y necesidad), e
igualmente la existente entre los sintéticos y los a posteriori (experiencia y
contingencia). Pudimos notar, además, que los primeros son “estacionarios” mientras
que los segundos son “progresivos”. Ninguna explicación lógica favorece el
entendimiento entre los juicios si se da por satisfecha manteniendo la distinción entre
ellos; sería tanto como mantenerse a distancia acerca de los prejuicios del
racionalismo y del empirismo: para los empiristas siempre habrá tautología o
esterilidad en los juicios que no extienden el conocimiento; para los racionalistas
siempre habrá incapacidad para fundamentar una ciencia de hechos al margen de
relaciones universales y necesarias. ¿Cómo es posible conciliar estos intereses en
beneficio de la tarea creciente pero exigiblemente segura del conocimiento?

Kant piensa lo anterior cuando se pregunta cómo son posibles los juicios sintéticos. En su
respuesta se encuentra la superación del racionalismo cartesiano y del empirismo
sensualista. Los “juicios sintéticos a priori” son la respuesta a esta posibilidad por
cuanto que “serían extensivos” en el saber, como los sintéticos, y “necesarios” por
razón, como los a priori.

En rigor, la experiencia no es más que la síntesis de lo experimentado; esa síntesis no


viene o se da en lo experimentado, sino que es función racional; función racional que
se convierte en condición necesaria para la misma experiencia.
Kant toma los frutos de la física newtoniana para hacer ver que ahí se realiza lo
progresivo del conocimiento sintético y lo necesario del apriorismo por cuanto se
trata de leyes únicas y abstractas que se refieren a fenómenos reales y cambiantes.
“Todo movimiento es proporcional a la fuerza que lo imprime”. “Todo compuesto
químico contiene siempre la misma proporción de cada uno de sus componentes”. En
verdad, el conocimiento válido de la naturaleza (de los hechos reales) está afianzado
en su fundamento matemático (apriorístico).

4.1.3 Categorías de los juicios según Kant.


Cuando hablamos de los conceptos, dijimos que en un ordenamiento que hiciéramos
de ellos atendiendo a “su extensión”, a lo que abarcan, tendríamos que llegar a
conceptos muy generales o supremos que parece como que lo abarcan todo, y que, por
ello, reciben también el nombre de categorías. Igualmente al hablar de “las partes del
juicio” dijimos que el predicado es un concepto o punto de vista o enfoque metódico
para la función judicativa. ´Pues bien, las categorías, entonces, vienen siendo los
puntos de vista más generales y, por lo tanto, lo que mejor puede servirnos como

53
criterio para hacer una clasificación de juicios más completa y ordenada que las
anteriores.

Conviene, entonces, que se repase el tema de concepto, en la parte de las categorías


kantianas, para recordar y tener muy presente lo que ahí se explica, pues de esas
categorías brota esta otra clasificación. Es decir, que se repase cada categoría de los
cuatro grupos porque a cada una le corresponderán los juicios que a continuación se
describen.

Juicios en los que se atiende a la cantidad


En ellos es evidente que no hay nada que escape a una referencia de cantidad, pues, lo
que pensemos, sea lo que fuere, siempre lo identificaremos como “uno”, “varios” o
“todos”.
Categoría de la unidad – juicio singular
Ejemplo: “Euclides formuló la geometría plana”.
Categoría de la pluralidad – juicio particular
Ejemplo: “Euclides y Einstein fueron geómetras mayores”
Categoría de la totalidad – juicio universal
Ejemplo: “Todos los geómetras son matemáticos”
Juicios en los que se atiende a la cualidad
En los cuales se muestra que de cualquier objeto, sujeto de juicio, se puede mencionar
alguna cualidad o calificación.
Categoría de la identidad – juicio positivo
Ejemplo: “La filosofía es una auténtica ciencia”-
Categoría de la diversidad – juicio negativo
Ejemplo: “Mercurio no tiene satélites”.
Categoría del origen – juicio infinito
Ejemplo: “Todo movimiento produce calor”.

Juicios en los que se atiende a la relación


Como condiciones primarias para conocer los fenómenos naturales, bastantes
complejos, en éstas, no corresponde una clase de juicio a cada categoría como en las
anteriores, sino que las tres categorías se dejan ver en los tres juicios.
Categoría de sustancia y accidente.
Categoría de causa y efecto.
Categoría de acción recíproca.

Juicio categórico.
Ejemplo: “América tiene variedad de gobiernos”.

Juicio hipotético.
Ejemplo: “Si un polígono es equiángulo, es equilátero”.

Juicio disyuntivo.
Ejemplo: “Los animales son protozoarios o metazoarios”.
54
Juicios en los que se atiende a la modalidad
Muestran el modo de ser de los juicios en cuanto a su certeza, seguridad o grado de
veracidad. En éstos, se vuelve otra vez a un juicio para cada categoría.
Categoría de la posibilidad – juicio problemático
Ejemplo: “Llegaremos a la justicia social”.
Categoría de la realidad – juicio asertórico
Ejemplo: “Algunas democracias son oligarquías”
Categoría de la necesidad – juicio apodíctico
Ejemplo: “Toda resta racional tiene resultado unívoco”.
Cuadro resumen de las clases de juicios

De esencia, del ser o determinativos


POR SU NATURALEZA
De existencia, del modo de ser o atributivos

Analíticos o de racionalidad
POR SU PREDICACIÓN
Sintéticos o de experiencia

A priori o de necesidad
POR SU LEGALIDAD
A posteriori o de contingencia

singulares
DE LA CANTIDAD particulares
universales
afirmativos
DE LA CUALIDAD negativos
POR CATEGORIAS infinitos
categóricos
DE LA RELACIÓN hipotéticos
disyuntivos

problemáticos
DE LA MODALIDAD asertóricos
apodícticos
55
Ejemplo de estos últimos: “Algunas conductas son reprobables”.
Por la cantidad ……………….. particular
Por la cualidad ……………….. afirmativo
Por la relación ……………….. categórico
Por la modalidad …………… asertórico

Los juicios tradicionales.


Son tan importantes las dos primeras categorías, es decir, la de la cantidad y la de la
cualidad, que sobre éstas fundó la vieja lógica sus formas metódicas de verificabilidad o
veritatibilidad, o sea, sus posibilidades de constatar la verdad o falsedad.

Combinando los tres juicios cuantitativos (singular, particular y universal) con los
cualitativos (afirmativo, negativo e infinito), la lógica tradicional ha manejado los
siguientes cuatro juicios, que engloban los seis anteriores.
1. Juicio universal afirmativo, simbolizado con la vocal a, en el cual el predicado
se identifica con todos los casos del sujeto.
Ejemplo: “Los veracruzanos son mexicanos”

2. Juicio universal negativo, simbolizado con la vocal e, en el cual el predicado es


diverso de todos los casos del sujeto.
Ejemplo: “Ningún hombre es infalible”

3. Juicio particular afirmativo, simbolizado con la vocal i; comprende lo mismo el


caso singular (lo uno) que el plural (lo vario), pero sin llegar a lo total de los
universales.
Ejemplo: “Algunas plantas tienen flores”.

4. Juicio particular negativo, simbolizado con la vocal o, también comprende


tanto lo singular como lo plural, pero sin llegar a lo total.
Ejemplo: “Algunos hongos no son venenosos”.

Los símbolos de los juicios (a, e, i, o) facilitan su manejo y relaciones, y vienen a ser
propiamente su expresión logística.

Esto quiere decir que la lógica siempre ha empleado símbolos, aunque haya sido
desde hace relativamente poco cuando el empleo se propagó con las llamadas “lógicas
simbólicas”, matemáticas, sentenciales, etc. De modo que, los cuatro juicios
tradicionales pueden expresarse de la siguiente manera: SaP, SeP, SiP, SoP, en los que
la vocal señala la clase de juicio que es, S el sujeto y P el predicado.

Tienen estos juicios, además, los tres elementos clásicos constitutivos: materia, forma
y extensión.

56
La materia, es la referida al objeto enjuiciado.
La forma, es la expresión categórica de afirmar o negar o son, no son; tienen, no
tienen; etcétera).
La extensión, es la cuantificación del juicio obtenida de la extensión del sujeto (este,
algunos, todos, ninguno). En cambio, la cantidad del predicado depende generalmente
de la cualidad del juicio, en la siguiente forma:
a) Si es afirmativo, el predicado es particular; porque se trata de “una” inclusión del
sujeto en el predicado; es decir, que el sujeto contiene las notas del predicado pero sin
agotarlo en su extensión.
En el ejemplo: “Todos los veracruzanos son mexicanos” (SaP), el sujeto “veracruzano”
no agota al predicado “mexicano”, porque sólo una parte de los mexicanos son
veracruzanos. Por eso aquí el predicado es particular.
Igualmente, “el oro es un metal brillante” (SiP), supone que no sólo el oro es metal
brillante.
Se exceptúan los casos de identidad absoluta, como las definiciones y las igualdades
matemáticas.

b) Si es negativo, el predicado es universal; porque el sujeto no ocupa ninguna parte del


predicado, es decir, éste excluye al sujeto, aun en el caso de contener algunas notas en
común.
En el ejemplo: “Ningún ave tiene cuatro patas” (SeP), en toda la extensión del
predicado “cuatro patas”, no se encuentra ninguna parte referida a las aves, por lo que
el predicado conserva su extensión universal.

4.1.4 Cuadro tradicional de oposición


La relación en que se encuentran los juicios tradicionales es muy clara en el siguiente
cuadro que, además, nos muestra que en ellos brilla su carácter de “proposiciones
declarativas, informativas o enunciativas”, susceptibles de valoración veritativa; es
decir, que sean verdaderas o falsas. Para ello, se usan los símbolos V y F.

57
Ejemplo: el juicio SeP “Ningún planeta tiene luz propia” V, significa que es universal
negativo verdadero.

Contrarios
a e
Todos los hombres Ningún hombre

son fieles es fiel

Subcontrarios
i o
Algunos hombres Algunos hombres
son fieles no son fieles

58
Son CONTRARIOS ……………………………………… el “a” y el “e”

1) Va - Fe

Posibilidades de verdad 2) Fa - Ve

3) Fa - Fe

Los contrarios son ambos universales que difieren en cualidad. No


pueden ser ambos verdaderos (1 y 2), pero sí podrían ser ambos falsos
(3).

Ejemplos:

1. “Todos los alumnos del 507 son inteligentes” ( Va )


“ningún alumno del 507 es inteligente” ( Fe )

2. “Todos los alumnos del 507 están estudiando” ( Fa )


“Ningún alumno del 507 está estudiando” ( Ve )

3. “Todos los alumnos del 507 aprobarán Lógica” ( Fa )


“Ningún alumno del 507 aprobará Lógica” ( Fe )

59
Son CONTRADICTORIOS ……………………………………… el “ a” con el “o”

el “ e” con el “ i ”

1) Va - Fo
Posibilidades de verdad 2) Fa - Vo
3) Ve - Fi
4) Fe - Vi

Ejemplos:

1. “Todos los peces viven en el agua” ( Va )


“Algunos peces no viven en el agua” ( Fo )

2. “Todos los metales son sólidos” ( Fa )


“El mercurio no es sólido” ( Vo)

3. “Ningún mineral es renovable” ( Ve )


“Algunos minerales son renovables” ( Fi )

4. “Ningún mamífero vuela” (Fe)


“El murciélago vuela” ( Vi )

60
Son SUBCONTRARIOS ……………………………………… el “ i ” y el “ o ”

1) Vi - Fo

Posibilidades de verdad 2) Fi - Vo

3) Vi - Vo

Los subcontrarios (subalternos contrarios) son ambos particulares que


difieren en cualidad; no pueden ser ambos falsos (1 y 2), pero sí podrían
ser ambos verdaderos (3).

Ejemplos:

1. “Neruda recibió el Premio Nóbel” ( Vi )


“Neruda no recibió el Premio Nóbel” ( Fo )

2. “Algunos planetas tienen luz propia” ( Fi )


“La tierra no tiene luz propia” ( Vo)

3. “Algunos alumnos aprobaron el curso” ( Vi )


“Algunos alumnos no aprobaron el curso” ( Vo )

61
Son SUBALTERNOS ……………………………………… el “ i” con el “a”

el “ o” con el “ e ”

1) Vi - Va
Posibilidades de verdad 2) Vo - Ve
3) Fi - Fa
4) Fo - Fe
5) Fa - Vi
6) Fe - Vo

Los subalternos son los particulares de los universales respectivos;


pueden ser ambos verdaderos (1 y 2) y también ambos falsos (3 y 4);
pero puede ser falso el universal y verdadero su particular (5 y 6).
Ejemplos:

1. “El pino tiene raíz” ( Vi ) ………………………………………….. porque


“todos los árboles tienen raíces” ( Va )

2. “El helio no tiene volumen definido” ( Vo ) ………………. porque


“ningún gas tiene volumen definido” ( Ve )

3. “Fidel Castro prohibió la religión” ( Fi ) ……………………….. porque


“todos los comunistas prohíben la religión” ( Fa )

4. “Algunos números no tienen sucesor” ( Fo ) ……………….. porque


“ningún número tiene sucesor” ( Fe )

5. “Todos los minerales son radioactivos” ( Fa ) ……………….. porque


“algunos minerales son radioactivos” ( Vi )

6.- “Ningún pez es vivíparo” (Fe) …………………………… porque


“algunos peces son vivíparos” (Vo)

62
CURSO DE LÓGICA. Carlos Dión Martínez. 3ª Edición Editorial Mc Graw Hill. México. 2001. Pág. 67 a 82

UNIDAD V
EL RAZONAMIENTO
5.1. RAZONAMIENTO Y MÈTODOS (2 horas)
5.1.1. Razonamiento: naturaleza y características
Entre nuestras capacidades humanas tenemos una muy especial que la psicología
llama del raciocinio, y es un proceso mental muy personal, muy de cada uno, muy
subjetivo, encaminado a enlazar ideas y hacer brotar otras de acuerdo con una función
cerebral que en forma de agudeza, agilidad, concentración, memoria y organización,
nos permite comunicarnos con el mundo exterior o volvernos sobre nosotros mismos.

Pero así como diferenciamos el concepto de las meras ideas o representaciones de las
cosas y el juicio de las simples asociaciones de ideas por distinguir lo subjetivo
psicológico de lo objetivo lógico, en la misma forma debemos distinguir lo subjetivo del
raciocinio de lo objetivo del razonamiento.

Lo primero es la facultad que se engendra en el cerebro obedeciendo a causas


neurofisiológicas y es estudiado por la psicología; lo segundo es la estructura
pensante producto de leyes de validez lógica.

En el diario trabajo escolar, es muy común que los maestros comentemos la capacidad
intelectual o de raciocinio de nuestros alumnos en cuanto a su rapidez, lentitud,
claridad, confusión, facilidad o tropiezos para comprender lo que les exponemos o
para aplicarlo a lo que les proponemos, y aún más, que los provoquemos tratando de
despertar en ellos mayor actividad de esas capacidades que, de todas maneras, son
muy personales.

Otra cosa es instruir al alumno en las formas lógicas del razonamiento, hecho que es
una función de validez en la búsqueda de nuevas verdades, y capítulo preferente de la
lógica. Vimos ya lo que es el concepto y lo que es el juicio creador de nuevos
conceptos, ahora vemos lo que es el razonamiento creador de nuevos juicios.

Por lo anterior, podemos definir también el razonamiento como otra forma o


estructura del pensamiento, la más elevada, que consiste en obtener nuevos juicios
partiendo de otros ya ganados.

La función del razonamiento es conclusiva y progresiva


El mero hecho de “obtener nuevos juicios” partiendo de otros ya conocidos, da al
conocimiento su carácter de conclusivo y progresivo. Es decir, mientras que la función
63
del concepto es aprehensiva y la del juicio es predicativa, esta del razonamiento es
conclusiva porque de lo sabido se saca una conclusión, y como esa conclusión se
ignoraba, o es algo nuevo, en ello radica también su progresividad, su avance en el
conocimiento.

Si algunos aficionados al beisbol declaramos:


“En vista de que todas las tardes ha estado lloviendo,
es muy probable que se suspenda el juego la tarde del sábado”
Sin duda partimos de algo sabido para llegar (razonando) a algo nuevo o no sabido.

¿Cuáles eran los juicios tenidos?


Que todas las tardes estaba lloviendo.
Que ya se habían suspendido juegos en las tardes.

¿Cuál era la conclusión o nuevo juicio?


Que la tarde del sábado también llovería (probable).
Que por ello el juego se suspendería (probable).

Pero no se detiene el razonamiento en lo conclusivo sino que avanza, es progresivo.


¿Cuál avance, cuál nueva conclusión o cuál nuevo juicio?
“No nos apresuremos a comprar los boletos”
“Llevemos paraguas al juego”
“Conservemos el talón del boleto”, etcétera.

De modo que obtener una conclusión, esencia del razonamiento, es obtener nuevos
juicios. Pero como “de la nada, nada sale”, obtener nuevos juicios válidamente es
obtenerlos de otros válidos también.

5.1.2 clases de razonamiento.


Inferir es el nombre que se ha dado a este tipo de razonamiento que lleva la intención
del progreso, de avanzar con algo echando mano de lo ya conocido. Estrictamente,
inferir es partir de un juicio o más para sacar conclusiones ciertas o probables.
Si la lógica, como insistimos constantemente, es la ciencia que estudia la estructura o
forma de los pensamientos, por ello se dice que es “una ciencia formal”, pero también
por ello podemos comprender que hay varias formas de pensamientos, mas sobre
todo, varias formas de razonar, que es lo más elevado del pensamiento. Hay, pues,
varias formas de inferir o de hacer inferencias.

El razonamiento o método deductivo


Desde Aristóteles, la lógica ha dado especial preferencia a las inferencias deductivas.
Inclusive algunos autores, muchos de ellos de los llamados modernos, han llegado a
identificar algo tan amplio como es el razonamiento con la deducción propiamente
dicha.
La deducción consiste en partir de lo general para llegar a lo menos general o
particular.
64
Por ejemplo, si la zoología me dice que:
“ningún reptil tiene la sangre caliente” (juicio universal)
Yo deduzco que esta tortuga que está frente a mí no tiene sangre caliente, sin
considerar la clase de reptil que sea la tortuga o la especie de tortuga. No necesito,
pues, más datos al respecto.

Fórmula del razonamiento deductivo


Todo S es P (universal positivo)
X pertenece a S
luego X es P (particular positivo)

Si X forma parte de S, como la parte queda comprendida en el todo, entonces participa


de sus propiedades: “lo que vale para el todo vale para cada una de sus partes”.
“Todos los alumnos del grupo 501 aprobarán el curso el curso de lógica”, luego
deducimos que Daniela Cruz, Giselle Berenice, Gustavo Cabrera, Esteban Martín y
Jessica aprobarán la materia.

Como se nota con facilidad, la validez del razonamiento deductivo, o sea, la validez de
la conclusión inferida, depende de que el juicio o los juicios de que se parte sean
válidos.

El razonamiento o método inductivo


Otro tipo de inferencias en cuya importancia coinciden tanto los lógicos como los
científicos es la inducción o razonamiento inductivo. Ésta consiste, a diferencia de la
deducción, en que no baja de lo general a lo particular, sino a la inversa; de lo
particular se eleva a lo general.

Revisando distintos casos de equis objeto de conocimiento llega a formular una ley
general que habrá de valer no solamente para esos casos particulares revisados, sino
para todos los de su especie.
Por ejemplo,
“Si notamos que el cobre (metal) es un buen conductor de la electricidad”,
“que la plata (metal) es una buena conductora de la electricidad”, y
“que el oro (metal) es un buen conductor de electricidad”,

entonces, por inducción, podemos establecer la ley general:


“Todos los metales son buenos conductores de la electricidad”.

En la deducción se pasaba del género a la especie, aquí se pasa de la especie al género.


En la deducción se pasaba del todo a las partes, aquí de las partes al todo. Hay un
principio matemático que dice: “lo que vale para “n” casos, vale para “n+1””, pues en él
se apoya la inducción para darle el carácter de extendible que ciertamente no tiene la
deducción.
65
Si se dice que el físico estudia mucha matemática, que el químico estudia mucha
matemática y que el biólogo también, inferimos, por inducción, que todos los
científicos de la naturaleza dominan muy bien la matemática. Es decir, de juicios
particulares inferimos la conclusión universal.

Los juicios universales, que se infieren inductivamente, vienen a constituirse en leyes


necesarias a manera de explicaciones de los hechos o fenómenos, tanto de la naturaleza
como de la sociedad.

Fórmula del razonamiento inductivo


a, b, c, son S (particular)
a, b, c, son P (particular)
luego Todo S es P (universal)

El razonamiento o método analógico


Otro tipo de razonamiento o modo de inferir es el analógico, por cierto más usado de
lo que comúnmente se cree.

La analogía lógica consiste en trasladar las propiedades de un objeto ya conocido a otro


que tratamos de conocer y le es semejante o análogo.

Si meditamos un momento lo anterior, caeremos en la cuenta de que en este


razonamiento analógico no se trata de bajar de lo general a lo particular como en la
deducción, ni de elevarnos de lo particular a lo general como en la inducción, sino que
la conclusión se mantiene y vale para la misma particularidad confrontada.

“Si usé una llantas en mi coche que me salieron muy duraderas, infiero, por analogía,
que si vuelvo a usar llantas de la misma marca me saldrán igualmente duraderas”, lo
cual ciertamente no habrá de valer para todas las llantas.

S es P
X es semejante, parecido o análogo a S
luego,
X es probablemente P

CURSO DE LÓGICA. Carlos Dión Martínez. 3ª Edición Editorial Mc Graw Hill.


México. 2001. Pág. 93 a 97

5.2 RAZONAMIENTO DEDUCTIVO (9 horas)


5.2.1. Inferencias Inmediatas:
Por Subalternación, oposición, contraposición, conversión simple y por
accidente.

66
Anteriormente en la página 67 de esta compilación hablamos de los juicios
tradicionales (a-e-i-o); se fijó un pequeño cuadro en el que se señalan las relaciones
de unos y otros, y, además, se diagramaron para entenderlos mejor.
Igualmente hablamos del razonamiento, vimos cómo nuestro pensamiento culmina
cuando los conocimientos obtenidos por conceptuaciones y judicaciones los hacemos
valer al razonar frente a las cuestiones que a diario se nos presentan.

Pues bien, con estos antecedentes se nos va a facilitar entender los breves y sencillos
razonamientos que llamamos inferencias simples, porque parten de una sola premisa,
o inmediatas, porque con ese nombre damos a entender que la conclusión la
obtenemos rápidamente a partir del juicio premisa que ya teníamos.

“Ruíz aprobará el curso de lógica”.


¿De dónde obtuvimos este juicio conclusivo?
a) De que todos lo que cursan lógica la aprueban;
b) de que todos los apellidados Ruíz aprueban sus cursos;
c) de que el profesor de lógica no reprueba a nadie;
d) de que el profesor de lógica no reprueba a ningún Ruíz.

Y así sucesivamente, podríamos seguir preguntándonos de que juicio (premisa)


habíamos partido para concluir con seguridad lo que declarábamos de la compañera
Ruíz.

Estrictamente, llamamos inferencias simples o inmediatas a los razonamientos en los


que, a partir de un juicio llamado premisa, se obtiene otro llamado conclusión. Las
premisas son, pues, los juicios ya ganados, que nos sirven de base o punto de partida.

Juicio - premisa
Juicio – conclusión

Estos sencillos razonamientos pueden hacerse de varias maneras; es decir, hay varias
clases de ellos.

Inferencias inmediatas por subalternación


Éstas son las más sencillas y se apoyan en que “lo que vale para el todo vale para cada
una de sus partes”; o sea, que de un juicio universal válido se pasa o se infiere su juicio
particular referido a lo mismo. Es decir, se hace únicamente un cambio de cantidad (de
lo universal a lo particular).
Ejemplo:
“Todos los textos son útiles” ………………………….. es la premisa
luego, “Este texto es útil” ………………………………………… es la conclusión

Se podría decir que este razonamiento es una cosa “meramente formalista” porque no
se refiere a la cualidad, y tal juicio-premisa-universal (el a o el e) podría ser falso (el
67
contenido existencial de que hablan algunos lógicos) y entonces la conclusión también
sería falsa, aunque el modo de inferir fuera correcto.

A lo anterior hay que responder que es absolutamente cierto que “de premisas falsas o
dudosas, conclusiones también falsas o dudosas”, pero, debemos aclarar que cuando
nos valemos de estos razonamientos lo hacemos para aumentar nuestros
conocimientos en forma seria y positiva y no solamente “para divertirnos” por un
simple juego de palabras que, claro, también podría hacerse.

Como no hay más que dos juicios universales, no puede haber más que dos inferencias
inmediatas por subalternación:

a) de SaP a SiP. Ejemplo: “Todos los gases son cuerpos”


luego “El helio es cuerpo”

b) de SeP a SoP. Ejemplo: “Ningún gas tiene volumen constante”


luego “El helio no tiene volumen constante”

Inferencias inmediatas por oposición


En las cuales cambia la cualidad por tratarse de opuestos, ya contrarios o ya
contradictorios. Hay dos grupos de estas inferencias. En el primero, se pasa de la
veracidad a la falsedad; en el segundo, se pasa de la falsedad a la veracidad. Cada
grupo comprende cuatro tipos de estas inferencias en virtud de que se manejan los
cuatro juicios tradicionales.

PRIMER GRUPO
1. Verdadero SaP, luego falsos SeP y SoP
Ejemplo. Verdadero: “Todos los cuadrados son equiángulos”,
luego falso: “Ningún cuadrado es equiángulo”
y falso “Este cuadrado no es equiángulo”.
2. Verdadero SeP, luego falsos SaP y SiP
Ejemplo. Verdadero: “Ningún ave tiene cuatro alas”,
luego falso: “Todas las aves tienen cuatro alas”
y falso: “El águila tiene cuatro alas”.

3. Verdadero SiP, luego falso SeP


Ejemplo. Verdadero: “Algunos planetas tienen satélites”,
luego falso: “Ningún planeta tiene satélites”.
NÓTESE que en este tercer caso no se invalida el subcontrario, es decir, el o queda
indeterminado.

4. Verdadero SoP, luego falso SaP


Ejemplo. Verdadero: “Algunos astros no brillan”,
luego falso: “Todos los astros brillan”.

68
NÓTESE que en este cuarto caso tampoco se invalida el subcontrario, es decir, el i
queda indeterminado.

SEGUNDO GRUPO
1. Falso SaP, verdadero SoP
Ejemplo. Falso: “Todas las plantas tienen flores”.
luego verdadero: “Algunas plantas no tienen flores”
AQUÍ el juicio e queda indeterminado.

2. Falso SeP, verdadero SiP


Ejemplo. Falso: “Ninguna verdad es objetiva”.
luego verdadero: “Algunas verdades son objetivas”
AQUÍ el juicio a queda indeterminado.

3. Falso SiP, verdaderos SeP y SoP


Ejemplo. Falso: “Algunos planetas tienen luz propia”.
luego verdadero: “Ningún planeta tiene luz propia”
y verdadero: “Venus no tiene luz propia”.

4. Falso SoP, verdaderos SaP y SiP


Ejemplo. Falso: “Algunos animales no se reproducen”.
luego verdadero: “Todos los animales se reproducen”
y verdadero: “La lagartija se reproduce”.
Inferencias inmediatas por conversión
Estas inferencias se obtienen haciendo un intercambio entre términos del juicio (el
sujeto de la premisa pasa a ser predicado de la conclusión y el predicado de la premisa
pasa a ser el sujeto de la conclusión). Existen dos clases de conversiones:
1. POR CONVERSIÓN SIMPLE, en la que se hace el intercambio de términos pero
conservando la misma cantidad y cualidad de sus juicios:
a) De SaP a PaS (válida solamente en las definiciones). Ejemplo: “Todos los triángulos
son polígonos de tres lados” luego, “Todos los polígonos de tres lados son triángulos”.
REPITIENDO: Si no es para definiciones, no es válido hacer esta conversión simple del
universal afirmativo (a), porque podría darnos absurdos como el siguiente: “Si todos
los perros muerden, entonces todos los que muerden son perros”.

b) De SeP a PeS
Ejemplo: “Ningún niño es responsable”,
luego “Ningún responsable es niño”.

c) De SiP a PiS
Ejemplo: “Algunos estudiantes son socialistas”,
luego “Algunos socialistas son estudiantes”.
NOTA: De SoP a PoS no es válido inferir.

69
2. CONVERSIÓN POR ACCIDENTE, en la que el sujeto pasa a predicado y el predicado
pasa a sujeto pero cambiando la cantidad.
De SaP a PiS, ÚNICO CASO VÁLIDO
Ejemplo: “Todos los yucatecos son mexicanos”
luego “Algunos mexicanos son yucatecos”.

Inferencias inmediatas por contraposición


En las que el sujeto pasa a predicado y el predicado a sujeto cambiando en la
conclusión a su contrario y contradictorio. Casos válidos:
a) SaP, luego no PeS
Ejemplo: “Todas las ciencias son demostrables”,
luego “Nada no demostrable es ciencia”.

b) SeP, luego no PiS


Ejemplo: “Ningún político es honrado total”,
luego “Algún no honrado total es político”.

c) SoP, luego no PiS


Ejemplo: “Algunos alumnos no son estudiosos”.
luego “Algunos no estudiosos son alumnos”.

CURSO DE LÓGICA. Carlos Dión Martínez. 3ª Edición Editorial Mc Graw Hill.


México. 2001. Pág. 101 a 105

5.2.2 Inferencias mediatas:


Silogismo clases y reglas para su construcción
Anteriormente se señalaba que la matemática nos había acostumbrado al uso de
símbolos y que la lógica también lo hacía. Pues bien, la matemática asimismo nos
acostumbró a “sacar resultados”: si un coche sale a las 10 de la mañana a 80 kilómetros
por hora y otro sale detrás a las 12 a 120 kilómetros por hora, ¿a qué hora alcanza el
segundo al primero? El resultado es a las 16 horas porque el segundo iba reduciendo 40
kilómetros cada hora y la ventaja era de 160 kilómetros. Los resultados “se sacan” de
los datos que nos entrega el problema, y eso es precisamente quiere decir deducir:
sacar; y lo que se saca se saca de donde lo hay. La matemática es, pues,
eminentemente deductiva, y la mayoría de los razonamientos que nosotros hacemos
también son deductivos. Ahora daremos a conocer cómo son estas inferencias
deductivas, que ya no son simples e inmediatas, sino compuestas y mediatas en un
proceso discursivo que arranca de dos o más premisas. Método deductivo es su
nombre indicado.

En clases anteriores, al hablar de los distintos razonamientos o inferencias,


mencionábamos la deducción como el procedimiento típico de los tradicionalistas;
adelantábamos también que el método lógico ideal por excelencia, muy idóneo para
las ciencias formales y que procede de lo general a lo menos general o particular.

70
El principio en que se asienta el procedimiento deductivo es el que nos dice que “lo
que vale para el todo vale para cada una de sus partes”; por lo que, al decir también
que la deducción viene de arriba hacia abajo, estamos dando a entender que de juicios
generales o universales inferimos o sacamos conclusiones particulares o específicas.

Si decimos que “Todos los peces respiran por branquias” (juicio universal)
Inferimos o concluimos que “la mojarra respira por branquias” (juicio particular).

Los estudios lógicos de Aristóteles reunidos bajo el nombre de órganon, que ponían al
descubierto los elementos del pensar –como el concepto, el juicio y el razonamiento-
colocaron a éste como “un instrumento deductivo de la investigación”. La influencia
aristotélica perduró, con algunos agregados, el resto de la Antigüedad y la Edad Media,
donde mantuvo su ordenamiento y su carácter formal.

Es, pues, la deducción o método deductivo, la inferencia compuesta o mediata que parte
de dos o más juicios llamados premisas para obtener otro llamado conclusión.

Si parte de dos o más juicios llamados premisas para obtener otro llamado conclusión,
casi se está indicando que “la conclusión” ha de estar incluida en las premisas; de
donde decimos que es un razonamiento que se logra a base de pura abstracción, sin
tener que recurrir a la experiencia.
Deducir significa “sacar algo”, y lo que se saca de donde ya está. Por ejemplo, en una
resta aritmética, el sustraendo forzosamente se quita del minuendo de manera tan
mecánica que tanto el sustraendo como “el resto” de la operación eran parte del
minuendo.
El mencionar esta operación aritmética tan simple como la resta o sustracción (-), nos
coloca en el momento de señalar dos cosas: primera, que el estudioso de la lógica
podrá ir encontrando en este tema del razonamiento deductivo gran parecido entre
las operaciones lógicas y las matemáticas, tanto por el mecanismo mental de que se
valen ambas, como por el uso de símbolos que las facilitan; y la segunda, que la
influencia actual del llamado positivismo lógico o lógica matemática se deja ver o
brilla con mayor intensidad precisamente en el instrumental silogístico de que se ha
valido la vieja deducción.
Lo antes dicho nos ayuda a entender hasta qué punto es válida o consecuente la crítica
que se hace a este razonamiento deductivo. Se dice, por ejemplo, que es estéril porque
la conclusión ya se la supone en las premisas de lasque se obtiene, que repite, pues, lo
contenido en ellas. Olvida la crítica que, desde siempre, la tarea del conocimiento ha
consistido, hasta por economía o por ahorro de tiempo, pues, de otra manera, sería un
eterno volver a comenzar, ya que el aumento de las clases específicas no podrían
lograrse sin el concurso de las clases medias, por más que éstas se consideren
incluidas en las clases genéricas.
Una cosa es cierta: la deducción es una operación analítica, pero no una que pone al
descubierto las conexiones entre conocimientos ya adquiridos (función didáctica),
sino una que, entendida como instrumento de la investigación, fundamenta hipótesis

71
de dicho quehacer del conocimiento, ya que las conclusiones nos permiten utilizar
nuevos puntos de partida o nuevas premisas.

El instrumento silogístico de la deducción


Aristóteles define el silogismo como un razonamiento formado por tres juicios tales que,
dados los dos primeros, el tercero resulta necesariamente. Siguiendo este origen,
podemos considerarlo también como el instrumento idóneo de la deducción. El
razonamiento “baja” de los dos primeros (las premisas) y llega a la conclusión (el
tercero), en forma tan mecánica, que por eso en algunas épocas llegaron a
considerarlo “una gimnasia mental” muy apropiada para “el arte de argumentar,
demostrar y refutar”, y, hasta “para confundir”.

Existen tres clases de silogismos según la clase de sus juicios (como los de las categorías
de la relación), a saber: categóricos, hipotéticos y disyuntivos.

EL SILOGISMO CATEGÓRICO. Este tipo de silogismo está formado por tres juicios
categóricos, tres términos, cuatro figuras y diecinueve modos.

De los juicios
Consta de tres juicios categóricos colocados verticalmente. Los dos primeros reciben el
nombre de premisas y el tercero el de conclusión. También pueden colocarse
horizontalmente pero se dificulta la mecánica del procedimiento.

PREMISAS

CONCLUSIÓN

De los términos
Consta de tres términos: mayor (P) y medio (M), que, repetidos una vez, ocupan los
lugares del sujeto y del predicado en los tres juicios (ocupan los lugares de las seis
líneas que hicimos arriba).
El término mayor (P) siempre se localiza en el predicado de la conclusión y en la
primera premisa. El término menor (S) siempre se localiza en el sujeto de la
conclusión y en la segunda premisa. El término medio (M) nunca va en la conclusión
sino únicamente en las premisas. Por ejemplo:

Ningún pez respira por pulmones


P M

El delfín respira por pulmones


S M

72
luego El delfín no es pez
S P

Supimos que “pez” era el término mayor (P) porque ocupa el predicado de la
conclusión; lo subrayamos, le pusimos su símbolo, y luego lo buscamos en la primera
premisa para también subrayarlo y ponerle su símbolo. Supimos que “delfín” era el
término menor (S) porque ocupa el sujeto de la conclusión; lo subrayamos, le pusimos
su símbolo, y luego lo buscamos en la segunda premisa para hacer lo mismo. Supimos
que el término medio (M) era “respira por pulmones” porque era el que nos faltaba y
porque nunca va en la conclusión. Lo subrayamos y le pusimos un símbolo las dos
veces.

De las figuras
Las figuras silogísticas son cuatro y se integran según la colocación del término medio
(M), de la siguiente manera:

I II III IV

MP PM MP PM
SM SM MS MS
SP SP SP SP

En la primera figura, el término medio (M) va de sujeto en la primera premisa o


premisa mayor, y de predicado en la segunda premisa o premisa menor.
En la segunda figura, el término M va de predicado en las dos premisas.
En la tercera figura, el M va de sujeto en las dos premisas.
En la cuarta figura, el M va de predicado en la primera y de sujeto en la segunda.

De los modos
Los modos silogísticos son las distintas formas que toma el silogismo como resultado
de combinar las cuatro clases de juicios (a e i o) con las cuatro figuras (4X4X4X4). Sin
embargo de sus 256 posibilidades 237 se eliminan por las leyes propias del silogismo,
quedando como válidos únicamente 19 repartidos entre las 4 figuras de la siguiente
manera:
a a a Bárbara
e a e Celaren
PRIMERA FIGURA (4) a i i Darii
e i o Ferio

e a e Cesare
a e e Camestres
SEGUNDA FIGURA (4) e i o Festino
a o o Baroco

a a i Daraptí Bamalip a a i
e 73
a o Felapton Calemes a e e
TERCERA FIGURA (6) i a i Disamis Dimatis i a i
a i i Datisi Fesapo e a o
oao Bocardo Fresison e i o
eIo Ferison
Las vocales indican las clases de juicios que son las dos premisas y la conclusión, por
eso son tres en cada modo. Por ejemplo, en la primera figura tenemos que el primer
modo es a a a, lo cual significa que la primera premisa es un juicio universal positivo,
y la conclusión también lo es. En cambio, el último modo de la cuarta figura (e i o)
significa que la primera premisa es universal negativa, que la segunda es particular
afirmativa y la conclusión es particular negativa.

Los nombres de la derecha, que pueden parecernos ciertamente raros, convienen, sin
embargo, para que se nos facilite su memorización, pues no es lo mismo decir “Modo
Camestres”, por ejemplo, que decir, “Modo a e e”. Pero, además, las consonantes que
llevan esos nombres raros también tienen un significado que se explicará adelante.

Ejemplos

PRIMERA FIGURA

Bárbara: Todos los seres vivos son mortales (a)

Todos los humanos son seres vivos; (a)

luego Todos los humanos son mortales (a)

Celaren: Ningún mamífero respira por branquias (e)

Todos los solípedos son mamíferos; (a)

luego Ningún solípedo respira por branquias (e)

Dariri: Todos los cetáceos son acuáticos (a)

Algunos mamíferos son cetáceos (i)

luego Algunos mamíferos son acuáticos (i)

Ferio: Ningún protozoario vive a más de 100° (e)

La amiba es un protozoario (i)

74
luego La amiba no vive a más de 100° (o)

SEGUNDA FIGURA

Cesare: Ningún hombre de ciencia es irresponsable (e)

Todos los ociosos son irresponsables; (a)

luego Ningún ocioso es hombre de ciencia (e)

Camestres: Todos los mamíferos son de sangre caliente (a)

Ningún reptil es de sangre caliente; (e)

luego Ningún reptil es mamífero (e)

Festino: Ningún pez respira por pulmones (e)

La ballena respira por pulmones (i)

luego La ballena no es un pez (o)

Baroco: Todas las personas son atentas (a)

Algunos funcionarios no son atentos (o)

luego Algunos funcionarios no son personas educadas (o)

TERCERA FIGURA

Darapti: Todos los ácidos son corrosivos (a)

Todos los ácidos tienen hidrógeno; (a)

luego Algo que tenga hidrógeno es corrosivo (i)

Felapton: Ningún gas tiene volumen constante (e)

Todos los gases son cuerpos; (a)

75
luego Algunos cuerpos no tienen volumen constante (o)

Disamis: Algunos triángulos son equiláteros (i)

Todos los triángulos son polígonos; (a)

luego Algunos polígonos son equiláteros (i)

Datisi: Todo movimiento se convierte en calor (a)

Algunos movimientos producen reacciones químicas; (i)

luego Algunas reacciones químicas son producidas por calor (i)

Bocardo: Algunos insectos no tienen alas (o)

Todos los insectos son animales articulados; (a)

luego Algunos animales articulados no tienen alas (o)

Ferison: Ninguna novela es libro de texto (e)

Algunas novelas son interesantes; (i)

luego Algo interesante no es un libro de texto (o)

CUARTA FIGURA

Bamalip: Todos los genios son coléricos (a)

Todos los coléricos son poco sociables; (a)

luego Algunos poco sociables son genios (i)

Calemes: Todos los atletas cuidan su salud (a)

Nadie que cuida su salud es vicioso; (e)

luego Nadie que sea vicioso es atleta (e)

Dimatis: Algunos mexicanos son socialistas (i)

Todos los socialistas son reformistas; (a)

luego Algunos reformistas son mexicanos (i)

Fesapo: Ninguna figura con diagonales es triángulo (e)

76
Todos los triángulos son polígonos; (a)

luego Algunos polígonos no tienen diagonales (o)

Fresison Ninguna cosa venenosa es alimento (e)

Algunos alimentos son hongos (i)

luego Algunos hongos no son venenosos (o)

REGLAS PARA BUSCAR LA CONCLUSIÓN.


Ya dijimos que el silogismo es una operación tan mecánica que, “puestas” las premisas
tiene que brotar necesariamente la conclusión. Más si ésta no apareciera por el
ejercicio y la agilidad del pensamiento, síganse los siguientes pasos.
a) Teniendo enfrente las dos premisas, subráyese el término que ya va dos
veces en ella (M) porque nunca va en la conclusión. Por la colocación del
M se sabrá ya a qué figura pertenece el silogismo;
b) Subráyese ahora el término P en la primera premisa y el S en la segunda,
y márquese la clase de juicios que constituyen esas dos premisas (a e i
o);
c) Búsquese dentro de la figura que resultó, el modo que empieza con esos
dos juicios, y tómese nota de qué clase de juicio es la conclusión que te
corresponde;
d) Formúlese la conclusión con los conceptos que llevan los términos S y P,
a sabiendas de que siempre van en ese orden, pero cuidando que el
juicio corresponda a la clase que señala su modo.

REGLAS PARA LA CONVERSIÓN O CAMBIOS DE LOS MODOS.


De los diecinueve modos del silogismo categórico sólo cuatro de la primera figura son
perfectos y claros en su razonamiento. Entonces, cuando tenemos duda de la
perfección de un modo de la segunda, tercera o cuarta figuras, le podemos “hacer su
prueba” convirtiéndolo o cambiándolo a uno de la primera.

Pero, ¿cómo lo cambiamos?, guiándonos por los siguientes pasos:


a) Las letras iniciales mayúsculas (B C D F) nos indican que debe ser cambiando al
modo de la primera figura que lleve dicha inicial. Por ejemplo, un Bamalip
deberá ser cambiado a una Bárbara; un Calemes a un Celaren; un Datisi a un
Darii y así sucesivamente. Por eso los modos deben escribirse únicamente con
la inicial mayúscula;
b) Las consonantes minúsculas de los modos (s p m c) , indican que operaciones
debemos ejecutar para que el cambio sea correcto: la s indica conversión
simple; ; la p conversión por accidente (ya las conocimos en las inferencias
inmediatas); la m mutación o cambio de premisas (la de arriba abaja y la de
abajo arriba), y c, reducción al absurdo;

77
c) La s y la p afectan al juicio que va delante de ellas, mientras que la m y la c,
vayan donde vayan es lo mismo. Por ejemplo, el modo Disamis lleva una
conversión simple (s) a la primera premisa (i), otra conversión simple (s) a la
conclusión (i), y un cambio de premisas (m);
d) La reducción del absurdo (c) se verifica únicamente en los modos Baroco y
Bocardo porque son los únicos que llevan c, y y se deben cambiar en la forma
siguiente: primero, se considera falsa la conclusión y verdadera su
contradictoria; segundo, esa conclusión que se cambió se coloca como premisa
junto a la universal positiva que ya hay (a) pero cuidando que el término medio
(M) quede en la primera figura; tercero, una vez colocadas las premisas, se le
saca la conclusión siguiendo el modo Bárbara. Si la conclusión obtenida en el
Bárbara riñe con las premisas del Baroco o Bocardo que estamos verificando,
esa conclusión del Bárbara se rechaza por absurda, y el otro era correcto.

Por ejemplo:
Todas las ciencias son demostrativas Ba
Algunas doctrinas no son demostrativas ro
luego Algunas doctrinas no son ciencias co

Los cambios son, entonces:

PRIMERO: falsa su conclusión y verdadera su contradictoria

Todas las doctrinas son ciencias

SEGUNDO: se coloca la contradicción como premisa junto a la universal


positiva (a) pero cuidando que el M quede como en la
primera figura.

Todas las ciencias son demostrativas (a)


Todas las doctrinas son ciencias

TERCERO: sacarle la conclusión siguiendo el modo Bárbara.

Todas las doctrinas son demostrativas

Esta conclusión del Bárbara se rechaza por contradecir la segunda premisa del
Baroco.

LEYES DEL SILOGISMO.


En las que se atiende a los términos:
a) El silogismo se compone de tres términos repetidos forzosamente una vez;
78
b) Ningún término ha de poseer mayor extensión en la conclusión que en las
premisas;
c) La conclusión no debe llevar el término medio; y
d) El término medio ha de ser tomado en toda su extensión por lo menos una vez
en sus premisas.

En las que atiende a los juicios:


e) De dos premisas afirmativas no se puede obtener conclusión negativa;
f) De dos premisas negativas no es lícito concluir;
g) La conclusión debe seguir siempre la parte más débil, es decir, la premisa
particular o la negativa; y
h) Nada se concluye de dos premisas particulares.

EL SILOGISMO HIPOTÉTICO. El segundo tipo de silogismo es el hipotético, que puede


ser hipotético puro si las dos premisas son juicios hipotéticos; o hipotético impuro si
sólo la primera premisa es hipotética.

Modo del silogismo hipotético puro

Fórmula: Si es A, es B
Si es B, es C
*
* * Si es A, es C

Ejemplo: Si es gas, es cuerpo


Si es cuerpo, es medible

*
** Si es gas, es medible

Modos del silogismo hipotético impuro


a) Modo Ponendo Ponens (el que al afirmar, afirma)

Fórmula: Si es S, es P
es S
*
* * es P

Ejemplo: Si es español, 79
es europeo
es español

*
** es europeo
b) Modo Ponen
c) do Tollens (el que al afirmar, niega)

Fórmula: Si es S, no es P
es S
*
* * no es P
Ejemplo: Si la ballena tiene pulmones, no es pez
la ballena tiene pulmones

*
** no es pez

d) Modo Tollendo Tollens (el que al negar, niega)

Fórmula: Si es S, es P
no es P
*
* * no es S

Ejemplo: Si el cuerpo esta en movimiento, produce calor


no produce calor
*
** el cuerpo no está en movimiento

e) Modo Tollendo Ponens (el que al negar, afirma)

Fórmula: Si es S, no es P
no es S
*
* * es P

Ejemplo: Si el alumno es sincero, no es criticable


80
el alumno no es sincero
*
** es criticable
EL SILOGISMO DISYUNTIVO. El tercer tipo de silogismo es el disyuntivo en el que la
premisa mayor es un juicio disyuntivo; abarca sólo dos modos: el Ponendo Tollens y el
Tollendo Ponens.

Aunque la disyuntiva es una alternativa entre dos opciones, no son raros los casos en
que se presentan tres o cuatro en la premisa respectiva.

1. Modo Ponendo Tollens (el que al afirmar, niega)

Fórmula: S es A, o B
es B
*
* * no es A

Ejemplo: Este metal es plata o plomo


es plomo
*
** no es plata

2. Modo Tollendo Ponens (el que al negar, afirma)

Fórmula: S es A, B, o C
no es B ni C
*
* * es A

Ejemplo: Este metal es plata, plomo o galena


no es plomo ni galena
* 81

** es plata
SILOGISMOS IRREGULARES. La irregularidad de estos silogismos consiste en que
violan la primera ley de los silogismos, la que dice que “todo silogismo consta de tres
juicios”; pero como de todas maneras son razonamientos auténticamente deductivos y
en muchas ocasiones usados, hablaremos de ellos.
I. El entimema. Este es un silogismo de expresión abreviada por que se omite una
de las premisas –casi siempre la segunda—por considerársela sobreentendida
o “en el espíritu de lo que se dice” (en thymos), de donde le viene su nombre.
Por ejemplo:

“Los poliedros son cuerpos geométricos”


………………………………………………………….
luego “El tetraedro es cuerpo geométrico”.

La premisa omitida sería “El tetraedro es un poliedro”

II. El Epiquerema. Este es un silogismo en el que a todas o a alguna de las


premisas de que se compone se les agregan más argumentos como buscando
que la conclusión resulte más contundente. Precisamente lo de “contundente”
está en la significación etimológica de este silogismo que es “apoyar sobre la
mano”. Ejemplo:

Todos los hombres son falibles


pues la perfección sólo es
atributo del ser supremo
Todos los filósofos son hombres
luego Todos los filósofos son falibles

SILOGISMOS COMPUESTOS.
I. El Polisilogismo. También llamado prosilogismo y episilogismo, y que consiste
en unir varios silogismos por medio de la conclusión de uno que sirve de
primera premisa de otro que se le encadena, y así sucesivamente hasta llegar a
una conclusión definitiva. Por ejemplo:

Los nopales son cactáceas


Las cactáceas son plantas del desierto
82
luego Los nopales son plantas del desierto

Los nopales son plantas del desierto


Las plantas del desierto son fibrosas
luego Los nopales son fibrosas

Los nopales son fibrosas


Las fibrosas se industrializan
luego Los nopales se industrializan

II. El sorites. Es un tipo de Polisilogismo cuya irregularidad consiste en que las


conclusiones parciales se van suprimiendo, por lo cual también se le llama
“polisilogismo abreviado”. Su nombre significa amontonar silogismos (sorés =
montón). Se distinguen dos especies de sorites:
a) Progresivo, cuando la conclusión de cada silogismo sirve de premisa mayor al
nuevo silogismo. Cuando la conclusión de cada silogismo sirve de premisa
mayor al nuevo silogismo.

Fórmula abreviada: A es B
B es C
A es C

Ejemplo: Los veracruzanos son mexicanos


Los mexicanos son americanos
luego Los veracruzanos son americanos
(se suprime como conclusión y se pone
premisa mayor del siguiente silogismo).

Los veracruzanos son americanos


Los americanos son del Nuevo Mundo
luego Los veracruzanos son del Nuevo Mundo

b) Regresivo, cuando la conclusión de cada silogismo sirve de premisa menor al


nuevo silogismo.

Ejemplo: Los mexicanos son americanos


Los veracruzanos son mexicanos
luego Los veracruzanos son americanos
(se suprime como conclusión y se pone como
83
premisa menor del siguiente silogismo).

Los americanos son del Nuevo Mundo


Los veracruzanos son americanos
luego Los veracruzanos son del Nuevo Mundo

III. El dilema. Este es un silogismo compuesto que combina el silogismo hipotético


con el disyuntivo. En el antecedente se implican dos hipótesis contrarias que se
excluyen. Es de dos tipos:

a) Dilema constructivo

Fórmula: Si es S, tiene que se A o B


es A
*
* * es S

Ejemplo: Si es triángulo, tiene que ser regular o irregular


es regular
luego es triángulo

b) Dilema destructivo

Fórmula: Si es S, tiene que se A o B


no es A ni B
*
* * no es S

Ejemplo: Si es número natural, es par o impar


no es par ni impar
luego no es número natural

Los sofismas de la deducción


Por el formalismo de la deducción y el mecanismo de la silogística, aquélla se ha
prestado a “ciertos juegos o ardides del razonamiento” en los que se pretende hacer
valer ingeniosos absurdos, unas veces sólo con la pretensión de demostrar que el
silogismo lleva al engaño, pero otras veces tratando de engañar con argumentos
falsos.
84
Inclusive algunos autores modernos, amparándose en la validez de “lo meramente
formal” del razonamiento silogístico, llegan a querer demostrar lo absurdo de algunas
conclusiones a pesar de lo verdadero de sus premisas, como cuando tratan de
formular el siguiente modo (¿?) silogístico:

Todos los perros dan mordiscos


Algunos hombres dan mordiscos
luego Algunos hombres son perros

Silogísticamente, su esquema sería:


PM a
SM i
SP i

Falacias o sofismas han sido llamados los argumentos falsos con pretensión de
verdaderos. Los más conocidos son los siguientes:

1) Sofisma por consiguiente. Consiste en hacer la conversión simple (s) del juicio
universal positivo (a) a sabiendas que no se trata de una definición:
Ejemplo: Todos los artistas son ególatras
luego Todos los ególatras son artistas

2) Sofisma de accidente. En él se confunde lo esencial o principal por lo accidental


o secundario:
Ejemplo: Este libro no habla de metafísica
luego Su autor es ignorante

3) Sofisma de lo relativo. En él también se quiere hacer valer el pase de lo


particular relativo a lo absoluto total:
Ejemplo: Estas pastillas me aliviaron
luego Todas las pastillas alivian

4) Paralogismo del cuarto término. Viola la regla que sólo adscribe tres términos a
los silogismos, y aquí resultan cuatro porque el término medio se toma con
doble significación:
Ejemplo: Todos los perros son mamíferos
Todos los gatos son mamíferos
luego Todos los gatos son perros

5) Ignorancia de la cuestión. Consiste en discutir con rodeaos acerca de algo que


intencionalmente o por descuido se ignora.
Ejemplo, cuando se habla del marxismo sin haber leído a Carlos Marx.

85
6) Petición de principio. O lo primero por lo segundo.
Ejemplo: Como cuando alguien niega que el pensamiento sea un atributo de la
materia organizada por el hecho de que el cerebro no secreta pensamientos como
el estómago jugos gástricos.

7) El círculo vicioso. O doble petición de principio, porque se vuelve al origen de la


discusión sin aparente salida por ningún lado; pero lo que sucede es que se
trata de hacer una demostración con otra que a la vez necesita de la primera.
Ejemplo: creemos en Dios porque Dios existe y que Dios existe porque creemos en
Él.

CURSO DE LÓGICA. Carlos Dión Martínez. 3ª Edición Editorial Mc Graw Hill.


México. 2001. Pág. 101 a 122

UNIDAD VI
LÓGICA SIMBÓLICA
6.1. EL LENGUAJE SIMBÓLICO (1 horas)
6.1.1 El Lenguaje Simbólico

Desde mediados del siglo pasado, la humanidad ha vivido inmersa en un impulso


progresivo técnico-científico, el instrumental lógico no lo ha hecho siempre “de
acelerador”.

Nuevas maneras de acercarse a desconocidas realidades ha provocado sin embargo,


en el campo lógico, una reacción parecida a la de la matemática en el desarrollo de
conceptos operatorios de posibilidad funcional y cuya consecuencia inmediata ha sido
abandonar paulatinamente la vieja problemática cognoscitiva acerca de “las esencias”,
para penetrar en el terreno particular de “las estructuras” o relaciones dadas en un
conjunto de objetos. Conjuntos, utilizados pragmáticamente para acudir a muchas y
variadas disciplinas aparentemente sin relación con la pureza del razonamiento
matemático; sus conceptos y operaciones son tomados para simplificar notaciones,
comprensiones y demostraciones.

De modo que lo que hoy día se entiende por lógica, hay que reconocerlo, se ha ido
apartando no sólo del campo general de la filosofía sino también del tradicional “arte
del razonamiento”, para convertirse en todo un sistema tabular de símbolos lineales
cuya ubicación espacio visual aligera pasar de una expresión de conocimiento a otra
en relaciones de identidad, conjunción, disyunción, negación, etcétera, en
86
correspondencia mecánica con un orden de ideas. En correspondencia, cierto, a un
orden de ideas pero en el que la simbólica del nuevo lenguaje lógico se aparta de toda
sustancia o se encadena de manera independiente sin referencia necesaria a
determinado objeto concreto.

Es válido pensar que el pensamiento lógico, por las apremiantes necesidades de la


ciencia moderna, “ha venido a formalizar más”, mediante la objetividad de los
símbolos.

En la química, por ejemplo, permite ciertas operaciones que nos entregan nuevas
propiedades sin tener que ir al laboratorio; en el lenguaje de la física nuclear, en los
circuitos electrónicos, en la programación de computadoras y tarjetas perforadas, en
la lingüística, en las estructuras del parentesco, en los pentagramas musicales, en el
planteamiento de las jugadas de ajedrez, en las mil posibilidades de una jugada de
beisbol, en la combinación de los tejidos de agujas, en fin, en muchas y muchas
aplicaciones de funciones.

Tal como la matemática ha mirado siempre a la representación numérica cuantitativa,


las operaciones lógicas miran ahora más al lenguaje de las relaciones, coinciden
ambas en que “el ser que persiguen” es propiamente “la estructura”.

La simbólica en la lógica es, pues, la simbólica de la estructura del lenguaje que hace
referencia al campo de la evidencia por la deducibilidad del razonamiento
proposicional, en el entendido de que esta deducibilidad cabe o se deja ver
precisamente en las proposiciones “indicativas de verdad”, enunciados o sentencias.

La lógica viene ahora a reforzar así mismo al campo cognoscitivo que al práctico,
cuando precisa las reglas combinatorias y el manipuleo instruccional en una máquina
computadora. Decisiones frente a los impulsos revolucionarios en la industria y en la
política; en el desborde demográfico y sus consecuentes problemas urbanísticos; en el
desplazamiento de fuerzas militares, localización de blancos y abastecimiento de
zonas de ocupación; en la distribución de alimentos y recuperación de áreas de
desastre. Modelos de estructuras analíticas o sistemas de variables que vinculan más
el pensamiento a la acción en un nuevo y atractivo trazo de investigación operacional.
Conjuntos que rebasan los términos tradicionales para vincularse en procesos
articulando circuitos, relevos y funciones. Todo esto viene a superar, en metas, los
intentos plausibles de las viejas “logística numerosa”, “logística espaciosa” y la
conocida “logística militar”.

Ahora bien, este desprendimiento del pensamiento lógico como cuerpo de doctrina
sistematizado del campo de la filosofía en lo general y esta despreocupación por “el
ser en general”, ¿será acaso lo que nos brinde el criterio que nos permita decidir si la
lógica matemática es propiamente otra rama más de la matemática que otro método
de la lógica? ¿Set trata más bien de una algebrización de conjuntos que de una
deducción agilizada?
87
De todas maneras es un hecho que la práctica lógica de nuestro tiempo exige mayor
uso del lenguaje simbólico más idóneo al razonamiento científico (“…un instrumento
poderoso para el análisis y la deducción…” dice Copi en su Lógica).

Psicológicamente, los signos son algo sensible que despierta en nuestro entendimiento
la idea de otra cosa (precisamente lo que significan). Todo signo así entendido consta
de un significante, que es el signo mismo, y un significado que es la idea que despertó
en nosotros.

Por ejemplo:

SIGNIFICANTES SIGNIFICADO
Nublado del cielo Lluvia o tormenta
Humo Fuego o cenizas
Migración de aves Cambio de estación anual
Palidez y temblor del cuerpo Enfermedad

Las “señas” tienen el mismo origen etimológico “signum”, y todos sabemos que son
muestras o representaciones, ya de amistad u hostilidad, burla o afectos,
agradecimientos o insultos. Son, pues, también formas externas de comunicación o
relación. Su relación con lo interno está en su significado (aprehensión mental).

Además de los signos naturales mencionados arriba y muchos más, hay también signos
culturales o convencionales; es decir, creados por el hombre con esa intención.

Por ejemplo:
El lenguaje taquigráfico,
El lenguaje telegráfico,
Las señales de tránsito,
Los logotipos de celebraciones o acontecimientos.

Claro que puede haber signos naturales, como el humo, que se conviertan en
convencionales cuando su significado ya no sea causal sino arbitrariamente aceptado,
como lo hacían los pieles rojas de Norteamérica o la Iglesia Católica para comunicar la
elección de un nuevo Papa.

Sin duda una de las conquistas más valiosas de la humanidad fue la agrupación de
signos orales primero, y escritos después, que formaron los lenguajes y permitieron al
hombre dar a conocer sus pensamientos con facilidad: pensamientos de lo que sabía,
de lo que quería o de lo que sentía. Como no puede haber “pensamientos vacíos”, sino
que todo pensamiento es pensamiento de algo (lo pensado), entonces el significado de
estos signos lingüísticos es la realidad pensante. Recuérdese que la gramática
(“gramma” = signo) surgió después de las aportaciones de las escuelas griegas de “la
analogía” y “la anomalía”.
88
Siendo, pues, el significante que nos entrega el significado de la realidad y siendo la
realidad un todo nada simple sino bastante complejo, es de imaginar que la necesidad
de aprisionar esta realidad con una más clara significación motivó la aparición de
lenguajes más precisos; esto es, de los llamados lenguajes simbólicos, que ha permitido
hacer modelos o sistemas de la realidad. De manera que un lenguaje simbólico es un
sistema de símbolos que precisan con mayor claridad el significado de los signos.

Un lenguaje simbólico de los más conocidos y útiles, es el de los sistemas de


numeración: el dígito decimal, luego los modelos algebraicos de los árabes y después
con las aportaciones de Descartes, Newton y Leibniz, dichos sistemas permitieron el
avance del método científico en el mundo occidental. Desde entonces el lenguaje
científico empezó a separarse el lenguaje común y corriente con grandes ventajas.
Ventajas de creación, ventajas de asimilación, de reproducción, y, sobre todo, ventajas
de “convención” o uniformidad en su contenido. El lenguaje simbólico de la química,
de la física, de la electrónica, etc., son tan universales con el de la música.

La lógica también exige, y cómo no, un lenguaje simbólico. ¿Acaso no definimos el


pensamiento científico como el auténtico campo de la lógica? ¿No dijimos que toda esa
producción que englobamos con el nombre de “ciencia” es el objeto de la lógica? La
verdad es que siempre se vio la necesidad del manejo de símbolos lógicos, sólo que la
vieja simbólica silogística fue pronto rebasada por los logros de las ciencias
particulares.
6.2. PROPOSICIONES (7 horas)
6.1.1 Clasificación de las proposiciones y los conectivos lógicos.
Si un primer paso en la economía del proceso del conocimiento fue separar el lenguaje
común del lenguaje propio del desarrollo de las ciencias, otro fue distinguir
específicamente cuáles partes del discurso oral o escrito son las que pueden ser
llamadas estrictamente partes lógicas más que partes gramaticales.

Todos sabemos que al combinar con determinado significado varios fonemas (sonidos
distintos), por ejemplo “yo”, “no”, “es”, etc., formamos signos lingüísticos llamados
palabras.
Las palabras las unimos para formar frases; por ejemplo:

Yo no Él es Tierra caliente Los animales del bosque

Y para entendernos mejor nos expresamos procurando no dejar dudas o le damos


sentido completo a nuestras expresiones en forma de oraciones gramaticales. Por
ejemplo:

Yo no fui el vencedor
La tierra caliente ampolló mis pies
Los animales del bosque

89
Clásicamente la oración está formada por sujeto, verbo complemento. Ejemplo: “El
Maestro Ibarra Manzur es profesor de filosofía”

Por su intención, las oraciones se clasifican en


Aseverativas. Cuando afirman o niegan un hecho. Ejemplos:
“La Coatlicue es una escultura mexica”.
“Los mayas no crearon el sistema decimal”.

Interrogativas. Cuando inquieren si un algo es o no es. Ejemplo:


“¿Hay justicia en el mundo?”

Admirativas. Cuando expresan emoción o pasión. Ejemplo:


“¡Qué pronto pasa el tiempo!”

Imperativas: Cuando indican orden o mando. Ejemplo:


“¡A trabajar todo el mundo!”

Si nos fijamos, sólo la primera clase de oraciones, las aseverativas (o declarativas o


informativas) son portadoras de una doble significación: el significado de lo que están
asegurando y “un significado de valor”, ya que al afirmar o negar algo están
exponiendo un valor veritativo o de verdad; es decir, se les expone a ser verdaderas o
falsas, lo cual no sucede con las otras.

Si decimos:
Buenos Aires es la capital de Argentina
o ¿Es bello Buenos Aires?
o ¡Que bello es Buenos Aires!
o Debes conocer Buenos Aires.
nos damos cuenta de que, propiamente, sólo de la primera oración podríamos afirmar
o negar con verdadera certeza; esto es, sólo de la que está aseverando. En palabras
más sencillas: sólo de lo que se afirma o se niega se puede decir que es verdadero o falso.

Partiendo de lo anterior (análisis del lenguaje), la lógica hace suyas estas oraciones
“con significación veritativa” y convierte en proposiciones que ciertamente no trata la
gramática.

La proposición lógica queda, entonces, “como el significado de una oración


aseverativa”, y el valor que le apliquemos (el que sea verdadera o falsa) se referirá a
su significado y no a la oración en sí, ya que hemos pasado del campo de la gramática
al de la lógica.

Para facilitar la verificación de la verdad, la proposición se diferencia también de la


oración en que mientras ésta última se compone de las tres partes ya dichas de sujeto,
90
verbo y complemento, la proposición en cambio queda formada sólo con dos partes
lógicas: el sujeto y el predicado.

Ejemplos:
Oración “Algunos planetas tienen satélites”
Sujeto Planetas
Verbo Tener
Complemento Satélites

Proposición “Algunos planetas tienen satélites”


Sujeto Algunos planetas
Predicado Tienen satélites.

La proposición queda entendida, entonces, como “una declaración de verdad o


falsedad”, afirmativa o negativa (se acuerdan de los juicios tradicionales):

El mercurio es un metal líquido Afirmativa verdadera


Baja California es una isla Afirmativa falsa
El hule no es electropositivo Negativa verdadera
La lógica no es ciencia filosófica Negativa falsa

De la misma manera que las oraciones pueden ser simples o compuestas según que
contengan uno o más verbos, las proposiciones también pueden ser simples o
compuestas según que contengan una sola declaración o lleven dentro de sus
componentes otra proposición. Ejemplo:

La UNAM aumentó su población


Es proposición simple

La UNAM aumentó su población, y los planteles son insuficientes


Es una proposición compuesta porque la segunda parte de ella es en sí otra
declaración.

De manera que una proposición es compuesta cuando está formada por dos o más
simples.

La negación de una proposición simple la convierte en proposición compuesta.


Ejemplo:
México es un país tercermundista: Proposición simple
No es cierto que México es un país tercermundista: Proposición compuesta

Esta última incluye dos declaraciones o proposiciones:


México es un país tercermundista
91
México no es un país tercermundista

Otros ejemplos:
Luis anotó el gol: Proposición simple
Luis anotó el gol, pero salió lastimado Proposición compuesta

Porque comprende Luis anotó el gol y Luis salió lastimado.

La lógica proposicional, enunciados y sentencias.


Si la lógica había considerado siempre que la proposición es la expresión del juicio, la
lógica simbólica o matemática considera que la proposición se expresa en un
enunciado. Un enunciado es entonces una proposición indicativa de verdad y se
representa con signos (letras como en el álgebra) o combinaciones de signos llamados
sentencias (p q r ……….. x y z) (p . q), etcétera.

Por el uso de esas “letras sentenciales” es por lo que algunos autores lo mismo hablan
de lógica proposicional que de una lógica sentencial. Es lo mismo.

Esas letras sentenciales que simbolizan los enunciados son signos variables (o
simplemente “variables”) que no representan específicamente objetos determinados,
ya pues arbitrarios (¿Por qué letras?) o convencionales (¿Por qué en orden lineal?)
como nos puedan parecer, la importancia de ellos no está en el símbolo mismo (que
podría ser otro), sino en sus relaciones con otros símbolos.

Los enunciados atómicos y los moleculares.


Ya sabemos que las proposiciones son simples cuando hacen sólo una declaración, y
compuestas cuando contienen otra declaración.

Ahora diremos otro tanto de los enunciados, pero en forma más sencilla:

Los enunciados son simples o atómicos cuando no incluyen conectivas.


Los enunciados son compuestos o moleculares cuando incluyen conectivas.

En lógica las conectivas desempeñan el mismo papel de combinar, unir, ligar o


conectar, que las conjunciones en la gramática.

Enunciados atómicos:
“El neón tiene una estructura atómica inerte”
“El helio tiene una estructura atómica inerte”

Enunciados moleculares:
“El neón / y / el helio tienen una estructura atómica inerte”
Es un enunciado molecular porque lleva la conectiva / y / .

92
“Javier se dedica a las matemáticas / o / al inglés”.
Lleva la conectiva / o /

“Si x = 8 entonces x = 64
2

Lleva la conectiva /si ………. entonces/

Las conectivas y las partículas lógicas.


Ya hemos repetido que, de los lenguajes, el que nos muestra mayor precisión es el
científico que se caracteriza por el uso preferencial de partículas lógicas que, en la
eterna búsqueda de la verdad que nos muestra la tarea del conocimiento, vienen a
formar las estructuras lógicas cuando se combinan con las partículas fácticas o de los
hechos.

Si decimos que “Mercurio /y/ Venus son planetas internos”


Y que “Elia es literata /o/ pedagoga”
O que “/Algunas / plantas/ no / tienen flores
O que “/Todos / los cetáceos/ son / mamíferos”
o bien que “/Si /Herlinda estudia/ entonces / ganará más”
o bien que “Un triángulo es equilátero /si y sólo sí/ es equiángulo”.

Distinguiremos que las partículas lógicas (las encuadradas) como “y”, “o”. “algunas…
no”, “todos… son”, “si… entonces”, “si y sólo si”, de inmediato nos dan idea de que son
usadas constantemente para estructurar declaraciones (proposiciones o enunciados),
junto a otras partículas (las fácticas) que pueden variar o ser otras, como “Mercurio”,
“Venus”, “planetas internos”, “Elia”, “literata”, “pedagoga”, “plantas”, “flores”,
“cetáceos”, “mamíferos”, “Herlinda”, “triángulo”, etcétera. Podían haber sido otras las
partículas fácticas y las mismas partículas lógicas y de todos modos nos darían
estructuras lógicas.
Ejemplo:
Júpiter y Saturno son planetas externos
Rodolfo es ingeniero o arquitecto
Algunos verbos no son regulares
Todos los nopales son cactáceas
Aunque en gramática encontramos un sinnúmero de conjunciones, como las
copulativas, disyuntivas, adversativas, causales, comparativas,, condicionales,
hilativas, continuativas, etc., la lógica proposicional, en cambio, para sus fines propios
sólo considera las que en gran parte ya hemos mencionado:

Y copulativa

o disyunción inclusiva

o o disyunción exclusiva
93
no negativa

si entonces condicional

si y sólo si bicondicional
6.1.2 Tablas de verdad:
Conjunción, disyunción inclusiva y exclusiva, condicional, bicondicional,
negación.
Ya habíamos dicho que los enunciados pueden ser atómicos (simples) o moleculares
(compuestos). Que los moleculares son combinados o compuestos de simples por
medio de las conectivas. También quedo ya entendido que tanto los enunciados
simples como los compuestos son simbolizados por las letras sentenciales.

Repetiremos ahora que las conectivas no solamente “conectan” sino que lo hacen en
una función de verdad. Bien, empezaremos a usar los símbolos de las conectivas que
ya hemos mencionado, en función de verdad de los enunciados.

Los enunciados conjuntivos.


Si decimos. . . “Los caballos son solípedos ungulados” ................ “p”
y.......... “Los burros son solípedos ungulados” ................ “q”

estamos usando la sentencial “p” para el primer enunciado y “q” para el segundo.

Con estos enunciados atómicos (p y q) podemos formar el molecular:


“Los caballos y los burros son solípedos ungulados”
con la representación simbólica “p . q”

El símbolo del punto ( . ) representa la conjunción “y” como “liga” y como función de
verdad porque la verdad o falsedad de los enunciados conjuntivos (p . q) se
encuentran determinadas por la verdad o falsedad de sus componentes simples.

Es decir, que la verdad o falsedad de


“Los caballos y los burros son solípedos ungulados” (p.q) v
Depende de la verdad o falsedad de
“Los Caballos son solípedos ungulados” (p) v
“Los burros son solípedos ungulados” (q) v

Si se trata de verdad o falsedad, quiere decir que para cada enunciado hay dos
posibilidades veritativas (lógica bivalente): o son verdaderos o son falsos.

Entonces . . .
V V
p q
F F
94
de manera que para la sentencia “p . q” existirán cuatro posibilidades en función de
verdad (2x2), en la forma siguiente:
1. Si p es verdadero y q es verdadero, entonces (p.q) es verdadero
2. Si p es verdadero y q es falso entonces (p.q) es falso
3. Si p es falso y q es verdadero, entonces (p.q) es falso
4. Si p es falso y q es falso entonces (p.q) es falso

Ejemplos:
1. “El río Bravo es frontera con Estados Unidos” (p) y
“El río Bravo desemboca en el golfo de México” (q) Verdadero

2. ”El río Bravo es frontera con Estados Unidos” (p) y


“El río Bravo desemboca en el golfo de California” (q) Falso

3. ”El río Bravo es frontera con Guatemala” (p) y


“El río Bravo desemboca en el golfo de México” (q) Falso

4. ”El río Bravo es frontera con Guatemala” (p) y


“El río Bravo desemboca en el golfo de California” (q) Falso

De lo anterior ha brotado una de las conquistas más útiles de la lógica matemática: las
llamadas Tablas de Verdad, que se auxilian de nuestros ya conocidos símbolos “V” y
“F” para significar lo verdadero y lo falso que va apareciendo en el manejo de tales
tablas.

Tabla de verdad para los enunciados conjuntivos (p . q)


p q (p.q)
1. V V V
2. V F F
3. F V F
4. F F F

Un enunciado conjuntivo es verdadero si y sólo si ambos enunciados atómicos


son verdaderos (caso 1).

Ejemplos:
1. 3 es mayor (p) V y 6 es par (q) V V
2. 3 es mayor (p) V y 5 es par (q) F F
95
3. 12 es 2 (p) F y 22 es 4 (q) V F
4. 8 = 42 + 42 (p) F y 10 = 1 (q) F F

En las sentencias (p . q), (r . s), etc., el contenido de cada representación puede ser
distinto o variar, pero la estructura lógica especificada por el conectivo es la misma. Es
la forma de cualquier enunciado molecular (compuesto) constituido por dos
enunciados atómicos (simples) y el conectivo ( . )

Los enunciados disyuntivos


Si decimos. . . . “Cristian Andrey se dedica al fut o al beis”.
es un enunciado disyuntivo porque lleva la conectiva “o” aunque su significado es algo
dudoso o ambiguo en virtud de que, si nos fijamos, puede ser tomado en dos formas, a
saber:

1. En disyunción inclusiva: es decir, que se dedica al fut o al beis o a ambas


inclusive. Se simboliza con la “” colocada entre la sentencia.
Por ejemplo: (p  q) se lee “p o q”.

Tabla de verdad para los enunciados disyuntivos inclusivos ()


p q (p  q)
1. V V V
2. V F V
3. F V V
4. F F F

Ejemplos:
1. “Dulce Guadalupe está enferma” (p) V o
“Dulce Guadalupe está cansada” (p) V . . . . pq verdadero

2. “Dulce Guadalupe está enferma” (p) V o


“Dulce Guadalupe está cansada” (q) F . . . . pq verdadero

3. “Dulce Guadalupe está enferma” (p) F o


“Dulce Guadalupe está cansada” (q) V . . . . pq verdadero

96
4. “Dulce Guadalupe está enferma” (p) F o
“Dulce Guadalupe está cansada” (q) F . . . . pq falso

Como se ve, para que la sentencia disyuntiva inclusiva () sea verdadera, con
que lo sea uno de los enunciados basta dado que lo verdadero está en lo inclusivo
y se ofrecen dos posibilidades.

Para que sea falsa, deben serlo ambos componentes (caso 4).

2. En disyunción exclusiva: es decir, donde la declaración de un enunciado


excluye al otro definitivamente. Se simboliza con “la reja partida ()”. Por
ejemplo: (p  q) (se lee “o p o q”
Por ejemplo: “O Alfonso se dedica al fut o al beis”.

Tabla de verdad para los enunciados disyuntivos exclusivos ()


P q (p  q)
1. V V F
2. V F V
3. F V V
4. F F F

Ejemplos:
1. “O los yanquis ganan este juego” (p) V
“o los yanquis pierden la serie” (q) V . . . p  q falso

2. “O los yanquis ganan este juego” (p) V


“o los yanquis pierden la serie” (q) F . . . p  q verdadero

3. “O los yanquis ganan este juego” (p) F


“o los yanquis pierden la serie” (q) V . . . p  q verdadero

Como se ve, para que la disyunción exclusiva () sea verdadera, sólo uno de los
componentes debe serlo, pues si ambos son verdaderos o ambos son falsos, no
dejan otra posibilidad fuera de ser F.

Los enunciados negativos.


Mientras que para emplear las conectivas que ya hemos visto ( . ) () () se requieren
cuando menos dos enunciados que sean conectados por éstas, para formar la negativa
() sólo se requiere uno.

97
Ejemplo:
No tendría sentido ( . p) = “y p”
Tampoco (p) = “o p”
Y menos (p) = “o p o p”
En cambio:
Si tiene sentido (p) = “no p”
También (q) = “no q”
O (r) = “no r”

De manera que la negativa sólo establece formas monarias mientras que las otras
conectivas vistas, establecen formas binarias.

Empecemos a usar la conectiva “” (se lee “no”). Por razones prácticas del lenguaje
lógico se coloca antes de la sentencia o letra sentencial. Por ejemplo: ( p) se lee “no
p”.

Usualmente decimos “Rubén Olivares no es un campeón ejemplar”;


simbólicamente diremos “No (Rubén Olivares es un campeón ejemplar)”.

Igualmente, si decimos “México no está en Centroamérica”,


Ahora diremos “No es cierto que México esté en Centroamérica”.

De manera que la negación de un enunciado se logra anteponiendo NO:

“Los gases tienen volumen definido” (p)


“NO (los gases tienen volumen definido)” ( p).

Aquí debemos recordar que “la negativa” o la negación de una proposición es


independiente de su verdad o falsedad. Vamos: no debemos caer en el descuido de
identificar lo afirmativo con lo verdadero y lo negativo con lo falso.

Por ejemplo:
“Hay vida en los polos” es afirmativa y verdadera;
“Hay vida en Marte” es afirmativa y falsa;
“No hay vida en Marte” es negativa y verdadera;
“No hay vida en los polos” es negativa y falsa.

De manera que el valor de verdad de  p  q depende del valor de verdad asignado a


“p”, “q”, etc. Es decir, si a “p” se le asigna F, entonces “ p” sería V y viceversa.

De lo anterior resulta que la tabla de verdad para estos enunciados es bastante


sencilla, ya que sólo nos indica los dos casos posibles, éstos:

p p
98
1. V F
2. F V

Ejemplos:
1. “José Vasconcelos fue rector de la UNAM” (p) V
“No (José Vasconcelos fue rector de la UNAM)” ( p) F

2. “José Vasconcelos fue psicólogo” (q) F


“No (José Vasconcelos fue psicólogo)” ( q) V

Algunos autores consideran también la llamada doble negación o negación destructiva,


que se simbolizaría así: (()), y se leería es falso que no.

En los ejemplos:
“No (José Vasconcelos fue rector de la UNAM)” ( p) F
“No (José Vasconcelos fue psicólogo)” ( q) V

La doble negación nos daría:


“Es falso que no (José Vasconcelos fue rector de la UNAM)” ((p)) V
“Es falso que no (José Vasconcelos fue psicólogo)” ((q)) F

En el primer caso, la F de la negación simple cambió a V;


En el segundo, la V de la negación simple cambió a F.

Por lo tanto, la segunda negación destruyó la primera.


Los enunciados condicionales.
En estas sentencias condicionales se vuelve a mostrar la gran liga que hay entre lógica
y matemática, pues la mayoría de las matemáticas tiene la forma hipotética en que se
asienta “la condicional” del juicio. En efecto, una condicional es una proposición de
fórmula:
SI (antecedente) ENTONCES (consecuente)
Si “p” (hipótesis-antecedente), entonces “q” (tesis-consecuente)
SI x=5 ENTONCES 2x=10

Que lo mismo podría decirse: 2x=19 si x=5; es decir, perdiendo el entonces.

Igualmente: “Si experimentas ENTONCES sabrás más”.

Y la podemos invertir: “Sabrás más SI experimentas”.

De manera que la fórmula si p, entonces q

99
puede quedar si p, q
o también q si p

De donde resulta que si p (antecedente)


es condición necesaria para entonces q (consecuente);

también q es condición necesaria para p.

Esta conectiva condicional “si….. entonces” se simboliza con el signo de la herradura


(), de modo que (p q) se lee:
Si p entonces q
Ejemplo:
“Si Sandra Luz estudia, entonces aprobará el curso”

Con toda intención se ha puesto este ejemplo para que reflexionemos acerca del
alcance de verdad que puede encerrar una condicional.

¿No sucederá que Sandra Luz estudie y por esto o por aquello no apruebe el curso?

¿No sucederá que Sandra Luz no estudie y por esto y por aquello otro, de todas
maneras apruebe el curso?

¿Hay alguna relación forzosa de causa – efecto como para que puesto el antecedente
se dé el consecuente?

En rigor, el símbolo () no representa ni pretende, todas las significaciones que pueda
suponer el “si….. entonces”; se mantiene formalmente en que para que sea verdadera la
formulación condicional debe ser también verdadera la negación de la conjunción de
su antecedente con la negación de su consecuente. Es decir, se abrevia el significado
de:
“( p) . ( q)”

“Si 8 es mayor que 7” V


“ENTONCES 8 es mayor que 6” V Condicional V

“No (8 es mayor que 7)” F


“No (8 es mayor que 6)” F Condicional V

Como puede verse en la siguiente tabla de verdad para los enunciados


condicionales ():
p q (p q)
1. V V V
100
2. V F F
3. F V V
4. F F V

Como se ve, sólo cuando el consecuente es falso, el enunciado es F.


Ejemplos:
1. “Si 8 es mayor que 7 (p) V
entonces 8 es mayor que 6” (q) V (p q) V

2. “si x2 es 16 (p) V
entonces x2 es 32 (q) F (p q) F

3. “Si 4 es mayor que 8 (p) F


entonces 4 es mayor que 2” (q) V (p q) V

4. “Si 3 es número par (p) F


entonces 9 es número par” (q) F (p q) V

La conectiva bicondicional.
Otra conectiva condicional, mejor dicho, bicondicional, es “si y sólo si”, simbolizada
por el signo “reja ( )”.

“p  q” se lee “p si y sólo si q”
“x2 es 16 si y sólo si x = 4”

Estos enunciados compuestos con el conectivo bicondicional están indicando una


condición recíproca entre las proposiciones que los forman; es decir, que para que sea
verdadero el enunciado bicondicional, ambos enunciados deberán ser simples,
verdaderos o falsos.

En rigor, se trata de una conjunción ( . ) de proposiciones condicionales invertidas: (p


q) . (q p).

Tabla de verdad para los enunciados bicondicionales.


p q (p  q)
1. V V V
2. V F F
3. F V F
4. F F V

Ejemplos:
1. “16 es par” (p) V si y sólo si
101
“2 es factor de 16” (q) V (p q) V

2. “La lógica es ciencia formal” (p) V si y sólo si


“La lógica es preceptiva” (q) F (p q) F

3. “México es superdesarrollado” (p) F si y sólo si


“México es democrático” (q) V (p q) F

4. “El ornitorrinco es ave” (p) F si y sólo si


“El ornitorrinco tiene alas” (q) F (p q) V

CURSO DE LÓGICA. Carlos Dión Martínez. 3ª Edición Editorial Mc Graw Hill.


México. 2001. Pág. 191 a 209

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