“¿Por qué volvéis a la memoria mía, tristes recuerdos del
placer perdido…?”
José de Espronceda
Que los recuerdos sean tu mayor anhelo y tu mejor tesoro.
Recordad los juegos de niño en primavera y, el primer amor en luna llena ¡que sea tu aliento para una última primavera! Daniel cruz
Hoy estoy pensado en la empresa, y en el sentimiento que
nace de la comida y lo que significa aquella imagen de una “última cena”, el honor de compartir la mesa y, de brindar un sentimiento: un pensamiento que se logra con el misterio de la comida y que gracias a la misma, el ser humanos es lo que es, privilegió y poder de quien sabe mirar lo inesperado de lo cotidiano.
¿Cómo hacer surgir tan brutal sentimiento, que nace de un
recuerdo? , ¿Cómo provocar al comensal desee repetir una nueva experiencia, y evocar así, un nuevo recuerdo? Con el tiempo que he trabajo en esta empresa, he notado en muchas ocasiones que se llevan a sus hogares el bien llamado “recuerdo”, y si meditamos con profundidad, ya que el mismo nombre lo exige “recuerdo” debe ser ante todo útil, que no sea solamente llevado de la mesa a la vitrina, al contrario debe ser algo que constantemente este en la mirada del cliente, que le exija recordad ¿dónde? y el ¿cómo? De un “recuerdo”, y el tan necesario para nosotros el ¿quién? les ha brindado en las sombras de lo inesperado y al mismo tiempo cotidiano momento un bello sentimiento. No somos nosotros parte de una fiesta (un ritual); de un momento importante de sus vidas, y que debemos encargarnos de llevar a cabo tan hermoso rito, y no es la empresa ya vendedora de valiosos sentimientos, arteros de la buena comida, y del buen servicio.¿ Acaso la comida no es un arte?, y quien la práctica debe poseer bellas manos ¿y no es la comida mexicana un arte tan sentimental y al mismo tiempo difícil, y quien la prepara es artesana de recuerdos que nacen y mueren; el momento se acaba, pero “siempre algo se deja”.
Tenemos que romper el problema de la mente, “el olvido “y
¿Cómo lograr tan grave problema que exige la vida? No el humano ha pasado en generación en generación las artes, porque no apoyarnos de otro para lograr que no se olvide, podremos derribar el problema del olvido llevando a su hogar algo útil, que exija no ser olvidado, algo que se pueda ver, tocar y sentir, y al mismo tiempo exija recordar tan glorioso pasado que provoca una vieja herida, lo que nosotros llamamos nostalgia, y que al ver en tu mesa, patio, oficina, sala, etc, algo que no solamente es útil, sino que te provoque tan bello sentimiento de un momento, de un pasado y exija preguntarse ¿Cómo ha ocurrido? ¿Quién estuvo ahí? ¿Cómo se ha obtenido?, y no es el arte portador de sentimientos y que al mismo tiempo llama la atención, repara y exige un nuevo sentimiento.
Provocaremos que nosotros también estemos en su
pensamiento, y como lograr tan difícil empresa? Haciendo un “recuerdo útil”, valiéndonos del misterioso metal y el arte que se puede hacer con ellos, haciendo recuerdos útiles, duraderos y bellos maceteros en la cuales también brota el misterio, y que al verlos ahí siendo útiles, el ser señalados, y poder hablar de ellos hacen que, un recuerdo no muera, y que siga permaneciendo ahí como algo útil, y real que provoque en cualquier momento que sea visto , “un recuerdo de un sentimiento “ y así el comensal pensara en nosotros y la capacidad de provocar tan bella experiencia, y estarán gustosos de tener “una nueva experiencia” con banquetes García.