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31 de octubre de 2009

¿Cómo se Aprende a aprender?


Publicado por Ismael Parras Ramirez

El informe de la UNESCO sobre la educación del siglo XXI, señala que la


instrucción escolarizada debe orientarse hacia el desarrollo esencial de
habilidades que permitan a los individuos la capacidad de aprender a
aprender, ejercitando la atención, la memoria y el pensamiento para
organizar la información, seleccionar la más importante, preguntarse
por su validez y en definitiva convertirla en conocimiento, lo cual
aportará las bases para que sigan aprendiendo a lo largo de toda su vida
y puedan enfrentar con éxito las exigencias de las sociedades
informatizadas.

¿Qué necesita un individuo para aprender a aprender?

Debe tener un grado de conciencia y conocimiento sobre su forma de


pensar (procesos cognitivos) y la habilidad para monitorear, controlar y
evaluar esos procesos con el fin de organizarlos, revisarlos y
modificarlos en función de los resultados del aprendizaje que desea
alcanzar.

Este conocimiento se conoce como metacognición (Brown, 1975;


Chadwick, 1988, Flavell, 1981). El grado de conciencia se refiere a
darse cuenta de lo que pasa mientras se aprende y de la autoevaluación
que hace el individuo sobre la efectividad de los procesos en el logro de
las metas.

¿Qué componentes involucra la metacognición?

El psicólogo Flavell (1981) considera que la metacognición incluye dos


componentes:

1. El conocimiento de los procesos cognitivos: se refiere al


conocimiento declarativo que posee el individuo sobre la forma en que
aprende y de los factores que influyen en la ejecución de tareas, al
conocimiento procedimental acerca de cómo ejecutar tareas, cómo
hacer cosas y al conocimiento condicional que se refiere a saber cuándo
y por qué aplicar diversas acciones cognoscitivas (saber por qué).

2. La regulación de la cognición: implica el uso de estrategias de


planificación y control de la ejecución, lo cual implica pensar lo que se
va a hacer, toma de decisiones, supervisar la ejecución y evaluar si se
ha logrando lo que se pretendía (Ríos, 2005).

La metacognición también puede ser definida a partir de dos grandes


componentes generales, según plantea Poggioli (1998):

1. La conciencia que posee el aprendiz sobre el repertorio de


estrategias que le son útiles para el procesamiento de la información y
del conocimiento sobre el esfuerzo y autoeficacia en la aplicación de
estas.

2. Los conocimientos sobre los procedimientos metacognoscitivos, es


decir, las habilidades para supervisar (utilizar, organizar, revisar y
modificar) las estrategias, en forma progresiva y en función de las
demandas de la tarea de aprendizaje y de los resultados obtenidos.

A medida que el individuo se expone con frecuencia a las mismas


situaciones, tareas y objetivos de aprendizaje, estos procesos
conscientes se transforma en procesos de ejecución automáticos. Esta
habilidad depende del conocimiento del individuo acerca del texto, la
tarea, las estrategias y sus características como aprendiz. Todos ellos
interactúan e influyen en la manera cómo los individuos pueden
coordinar sus planes de comprensión y aprendizaje.

¿Qué estrategias pedagógicas contribuyen con la metacognición?

Existen tantas modalidades de metacognición como procesos


cognoscitivos. El aprendizaje con conciencia metacognitiva se fomenta
cuando las habilidades son enseñadas como estrategias a las que se
puede tener acceso para emplearlas en la resolución de problemas y el
logro de objetivos académicos, laborales o personales (Good y Brophy,
1996). La instrucción de estrategias se debe enfocar en: enseñar los
pasos implicados en la ejecución del proceso y el conocimiento de
cuando y por qué es conveniente utilizar la habilidad en cuestión. Este
tipo de enseñanza requiere que los docentes ayuden a los aprendices a
permanecer conscientes de sus objetivos y decisiones.

La meta-atención es la conciencia y la regulación de los procesos


involucrados en la acción de atender: a qué atender, cómo evitar las
distracciones internas o externas que interrumpen el acto de atender y
aplicar mecanismos autorreguladores para controlarlas.

La metamemoria se refiere al conocimiento sobre los procesos de la


memoria y sus mecanismos autorreguladores: qué hacer para registrar o
memorizar algo y después recordarlo, cómo controlar el olvido, cuáles
factores favorecen el recuerdo, cuál es la capacidad de la memoria. Por
ejemplo, el aprendiz consciente sobre cómo funciona su sistema de
memoria, sabe elegir y supervisar las estrategias que le permiten
procesar mejor la información: elaboración de resúmenes, esquemas,
mapas de conceptos, la toma de notas acompañada del repaso, o
cualquier otra que le facilite la evocación de lo aprendido.

El conocimiento sobre los procesos de comprensión y su regulación se


denomina metacomprensión. Esta habilidad, que depende de la edad
del aprendiz, sus conocimientos previos y la naturaleza de los
materiales, permite a los individuos, por ejemplo, apreciar si los
mensajes que reciben están incompletos, son ambiguos o imprecisos y
cómo pueden interpretarse.

La metacognición en la lectura también involucra el control y los


procesos de autorregulación. La lectura estratégica implica atender a
los propósitos del texto, activar los esquemas relevantes y
conocimientos previos, concentrarse en los puntos importantes, evaluar
el contenido, supervisar la comprensión en curso por medio del auto
cuestionamiento y probar inferencias haciendo interpretaciones,
predicciones y conclusiones.

Para mejorar la comprensión lectora, el docente puede propiciar las


siguientes estrategias: solicitar resumen de la lectura con énfasis en las
ideas principales, construir imágenes para representar en forma visual
lo que el texto describe en forma verbal, generar análisis gramaticales,
plantear preguntas acerca de los resultados o implicaciones del texto
(Baker y Brown, 1984). Los estudiantes que utilicen en forma sostenida
y consciente estas estrategias, serán capaces de comprender y procesar
mejor la información leída y utilizarla asertivamente en la resolución de
problemas.

La enseñanza de la escritura debe capacitar a los estudiantes a usarla


para organizar y comunicar su pensamiento, para auditorios particulares
con propósitos específicos. Para asistir a los estudiantes a planear sus
composiciones, se les puede pedir que respondan a una lista de
interrogantes como esta: ¿para quién voy a escribir?, ¿por qué voy a
escribir esto?, ¿qué se hasta ahora sobre este tema?, ¿cómo agrupo mis
ideas? (Englert y Raphael, 1990). Los docentes pueden solicitar la
escritura de trabajos que exijan que los estudiantes analicen,
sinteticen, evalúen y utilicen otras estrategias de pensamiento de orden
superior para responder a problemas planteados en diferentes áreas del
conocimiento.

Los alumnos pueden desarrollar sistemáticamente un compromiso y una


actitud personal hacia el aprendizaje. En tal sentido, White y Gunstone
(1989), plantean que para el desarrollo de los procesos metacognitivos,
los estudiantes deben plantearse y responder los siguientes
interrogantes: ¿Cuán difícil es la tarea que debo realizar?, ¿Qué estoy
haciendo para lograr los objetivos propuestos?, ¿He comprendido
todo?... Si el docente habitúa a sus estudiantes a resolver estas y otras
interrogantes reflexivas, se logra que el aprendiz tome conciencia de la
importancia de aprender.

Los psicólogos cognitivos han encontrando que muchas de estas


habilidades, relativamente genéricas, se pueden enseñar y desarrollar
en los aprendices. La conciencia metacognitiva, el control del
pensamiento y las estrategias de aprendizaje, se desarrollan con
lentitud y con diferencias individuales considerables. Los individuos que
logran pensar de manera crítica y creativa, solucionar problemas, tomar
decisiones, leer y estudiar con plena conciencia e interés, son capaces
de transferir estas estrategias para facilitar la adquisición de nuevos
aprendizajes y para resolver situaciones de la vida cotidiana.

María Isabel Bautiosta.


Referencias bibliográficas: - Good, T. y Brophy, J. (1996). Psicología
Educativa Contemporánea (Trad. Longman Publishing). México: Mc Graw
Hill (5ta. Ed.). - Poggioli L. (1998) Estrategias Metacognoscitivas.
Caracas: fundación Polar. Disponible en
http://200.74.229.60/poggioli/poggio05.htm [2006, 16 de junio, 3:58
am]. - Ríos, P. (2005). Psicología. La aventura de conocernos. Caracas:
editorial Texto (1ª Ed.) - UNESCO (2001). La educación encierra un
tesoro. España: Santillana Ediciones UNESCO.

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