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a) Leyes de Bases, que constituyen una delegación legislativa que las Cortes hacen al Gobierno para la formación

de textos articulados en las materias y con los requisitos expresamente fijados por la Constitución (art. 82).
b) Leyes Marco, que son aquellas en que por atribución de las Cortes Generales, las Comunidades Autónomas
reciben la facultad de dictar, en materias de competencia estatal y para sí mismas, normas legislativas en el
“marco de los principios, bases y directrices que fije la ley (art. 150.1)
c) Leyes de Transferencia, que son leyes orgánicas a través de las cuales el Estado transfiere a las Comunidades
Autónomas facultades que corresponden a materias de las que es titular el Estado (art. 150.2).
d) Leyes de Armonización, que están destinadas a establecer, por parte del Estado, los principios necesarios para
armonizar las disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas “cuando así lo exija el interés general”
(art. 150.3).
e) Legislación Básica, que son las leyes que contienen los principios y aspectos fundamentales de la regulación de
una determinada materia sobre la que tienen competencia legislativa tanto el Estado como las Comunidades
Autónomas. A diferencia de la las Leyes de Bases que no son directamente aplicables, la legislación básica se
aplica directamente. La materia regulada por la legislación básica puede ser desarrollada por las Comunidades
Autónomas, pero con respeto a lo establecido en aquella.
f) Leyes de Presupuestos. La especialidad más característica de estas leyes es que su elaboración y, por
consiguiente, la iniciativa, corresponde exclusivamente al gobierno.

EL REGLAMENTO: CONCEPTO Y CLASES.


Por reglamento se entiende en el derecho administrativo interno toda norma escrita con rango inferior a la ley dictada por
una Administración Pública. Lo cual significa, que aunque sea posterior a ésta, no puede derogarla y por el contrario, toda
norma con rango de ley tiene fuerza derogatoria sobre cualquier reglamento, pero también significa que no hay materias
reservadas a la potestad reglamentaria en el sentido de que la ley puede entrar a regular cualquiera que con anterioridad
hay sido regulada por el reglamento.

En la actualidad dicho principio de supremacía de la ley tiene dos manifestaciones:

-La reserva material de ley, que comprende el conjunto de supuestos o materias respecto de los cuales la Constitución
exige su regulación por norma con rango de ley. Aunque la ley no las regule, en ningún caso estas materias pueden ser
reguladas por normas reglamentarias.

-La llamada reserva formal de ley opera al margen de las concretas previsiones constitucionales y significa que cualquier
materia por mínima que sea, cuando es objeto de regulación por ley, ya no puede ser regulada por un reglamento. Su
rango se ha elevado, se ha congelado en un nivel superior y es inaccesible a la potestad reglamentaria.

Su diferenciación con los actos administrativos generales.

a) El reglamento es una norma general y abstracta no referida a los administrados concretos, como ocurre con los
destinatarios de los actos administrativos. La imposibilidad de reglamentos singulares, intuiti personae es conciliable con
la existencia de reglamentos dirigidos a grupos concretos.

b) El reglamento es una norma y como tal no se agota por una sola aplicación ni por otras muchas, sino que cuanto más
se aplica más se refuerza su vigencia; por el contrario, el acto administrativo general es flor de un día, pues no tiene
ninguna vocación de permanencia.

2.2. Clases de reglamentos.


A) Por su relación con la ley:
1. Independientes. Son aquellos que regulan materias en las que no se ha producido una regulación por ley que haya
establecido una reserva formal y que, al propio tiempo, no estén protegidas por la reserva material de ley.
2. Ejecutivos. Son los que de una forma clara y directa desarrollan y complementan una ley, normalmente porque la ley
misma ha llamado e impuesto el dictado de un reglamento de estas características (ejemplo: Ley del Suelo y
Reglamento de Disciplina Urbanística).
3. De necesidad. Son aquellas normas que dicta la Administración para hacer frente a situaciones extraordinarias.
B) Por razón de la materia:
1. Administrativos. Son los que regulan la organización administrativa y, asimismo, los que se dictan dentro del ámbito
de una relación especial de poder.
2. Jurídicos. Son los que regulan o establecen derechos o imponen deberes en el ámbito de la relación de supremacía
general, es decir, la establecida entre las Administraciones públicas y el conjunto de los ciudadanos.
C) Por su origen:
1. Estatales. Los que provienen del gobierno, al que el art. 97 de la CE atribuye explícitamente el ejercicio de la potestad
reglamentaria y se aprueban y publican bajo la forma de Real Decreto.
2. Autonómicos. Son los que emanan de las comunidades Autónomas.
3. Locales. La Ley Reguladora de las Bases de régimen Local distingue el Reglamento Orgánico de cada Entidad, por el
que cada Ente se organiza, de las Ordenanzas locales, que son normas de eficacia externa de la competencia del Pleno
de la Entidad, y los Bandos, que el Alcalde puede dictar en materias de su competencia.
4. Por último, y con subordinación a los reglamentos de los Entes territoriales de los que son instrumento, puede
hablarse de los reglamentos de los Entes Institucionales (Organismos autónomos estatales, autonómicos y locales)
y reglamentos de los Entes corporativos (Colegios Profesionales).
D) Según su contenido: Es la clasificación más importante a efectos de la relación Administración y
administrado. Se distingue entre:
1. Reglamentos internos o de organización, que carecen de trascendencia directa sobre la esfera de los administrados y
agotan su eficacia en la propia Administración.
2. Reglamentos externos o de relación, que disciplinan las relaciones con los administrados o incluso inciden en el
ejercicio de derechos (por ejemplo: Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas).

LIMITES DE LA POTESTAD REGLAMENTARIA


Cuando la Administración ejerce la potestad reglamentaria está sometida a una serie de limitaciones:
Materia reglamentaria. No podrá regular aquellas materias que son competencia exclusiva del Poder Legislativo. Sólo
pueden dictarse reglamentos en materias propias de la Administración.
Principio de legalidad.
El Reglamento debe ajustarse a la legalidad, respetar el principio de reserva de Ley y la jerarquía de normas, de modo
que el Reglamento no puede contradecir lo dispuesto en la Ley, y además, el dictado por una autoridad inferior no puede
contradecir el dictado por otra de superior rango.
Competencia.
El Reglamento debe ser aprobado por órgano competente, ya que si no, sería nulo de pleno derecho.
Aprobación.
Debe ajustarse al procedimiento legalmente establecido, señalado con respecto del Estado en la Ley de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, que exige que los reglamentos sean informados
por órgano competente, publicados en el B. O. E., contener una tabla de disposiciones anteriores a ellos que continúan
vigentes o derogadas, etc.

LEY DE 39/2015 1 DE COBTUBRE DE PROCEDIMIENTO ADMNISTRATIVO Artículo 127. Iniciativa legislativa y potestad
para dictar normas con rango de ley.

El Gobierno de la Nación ejercerá la iniciativa legislativa prevista en la Constitución mediante la elaboración y


aprobación de los anteproyectos de Ley y la ulterior remisión de los proyectos de ley a las Cortes Generales.

La iniciativa legislativa se ejercerá por los órganos de gobierno de las Comunidades Autónomas en los términos
establecidos por la Constitución y sus respectivos Estatutos de Autonomía.

Asimismo, el Gobierno de la Nación podrá aprobar reales decretos-leyes y reales decretos legislativos en los términos
previstos en la Constitución. Los respectivos órganos de gobierno de las Comunidades Autónomas podrán aprobar normas
equivalentes a aquéllas en su ámbito territorial, de conformidad con lo establecido en la Constitución y en sus respectivos
Estatutos de Autonomía.

Artículo 128. Potestad reglamentaria.

1. El ejercicio de la potestad reglamentaria corresponde al Gobierno de la Nación, a los órganos de Gobierno de las
Comunidades Autónomas, de conformidad con lo establecido en sus respectivos Estatutos, y a los órganos de gobierno
locales, de acuerdo con lo previsto en la Constitución, los Estatutos de Autonomía y la Ley 7/1985, de 2 de abril,
reguladora de las Bases del Régimen Local.

2. Los reglamentos y disposiciones administrativas no podrán vulnerar la Constitución o las leyes ni regular aquellas
materias que la Constitución o los Estatutos de Autonomía reconocen de la competencia de las Cortes Generales o de las
Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas. Sin perjuicio de su función de desarrollo o colaboración con
respecto a la ley, no podrán tipificar delitos, faltas o infracciones administrativas, establecer penas o sanciones, así como
tributos, exacciones parafiscales u otras cargas o prestaciones personales o patrimoniales de carácter público.
3. Las disposiciones administrativas se ajustarán al orden de jerarquía que establezcan las leyes. Ninguna disposición
administrativa podrá vulnerar los preceptos de otra de rango superior.

Artículo 129. Principios de buena regulación.

1. En el ejercicio de la iniciativa legislativa y la potestad reglamentaria, las Administraciones Públicas actuarán de


acuerdo con los principios de necesidad, eficacia, proporcionalidad, seguridad jurídica, transparencia, y eficiencia. En la
exposición de motivos o en el preámbulo, según se trate, respectivamente, de anteproyectos de ley o de proyectos de
reglamento, quedará suficientemente justificada su adecuación a dichos principios.

2. En virtud de los principios de necesidad y eficacia, la iniciativa normativa debe estar justificada por una razón de
interés general, basarse en una identificación clara de los fines perseguidos y ser el instrumento más adecuado para
garantizar su consecución.

3. En virtud del principio de proporcionalidad, la iniciativa que se proponga deberá contener la regulación
imprescindible para atender la necesidad a cubrir con la norma, tras constatar que no existen otras medidas menos
restrictivas de derechos, o que impongan menos obligaciones a los destinatarios.

4. A fin de garantizar el principio de seguridad jurídica, la iniciativa normativa se ejercerá de manera coherente con
el resto del ordenamiento jurídico, nacional y de la Unión Europea, para generar un marco normativo estable, predecible,
integrado, claro y de certidumbre, que facilite su conocimiento y comprensión y, en consecuencia, la actuación y toma de
decisiones de las personas y empresas.

Cuando en materia de procedimiento administrativo la iniciativa normativa establezca trámites adicionales o distintos
a los contemplados en esta Ley, éstos deberán ser justificados atendiendo a la singularidad de la materia o a los fines
perseguidos por la propuesta.

Las habilitaciones para el desarrollo reglamentario de una ley serán conferidas, con carácter general, al Gobierno o
Consejo de Gobierno respectivo. La atribución directa a los titulares de los departamentos ministeriales o de las
consejerías del Gobierno, o a otros órganos dependientes o subordinados de ellos, tendrá carácter excepcional y deberá
justificarse en la ley habilitante.

Las leyes podrán habilitar directamente a Autoridades Independientes u otros organismos que tengan atribuida esta
potestad para aprobar normas en desarrollo o aplicación de las mismas, cuando la naturaleza de la materia así lo exija.

5. En aplicación del principio de transparencia, las Administraciones Públicas posibilitarán el acceso sencillo, universal
y actualizado a la normativa en vigor y los documentos propios de su proceso de elaboración, en los términos establecidos
en el artículo 7 de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno;
definirán claramente los objetivos de las iniciativas normativas y su justificación en el preámbulo o exposición de motivos;
y posibilitarán que los potenciales destinatarios tengan una participación activa en la elaboración de las normas.

6. En aplicación del principio de eficiencia, la iniciativa normativa debe evitar cargas administrativas innecesarias o
accesorias y racionalizar, en su aplicación, la gestión de los recursos públicos.

7. Cuando la iniciativa normativa afecte a los gastos o ingresos públicos presentes o futuros, se deberán cuantificar y
valorar sus repercusiones y efectos, y supeditarse al cumplimiento de los principios de estabilidad presupuestaria y
sostenibilidad financiera.

Artículo 130. Evaluación normativa y adaptación de la normativa vigente a los principios de buena regulación.

1. Las Administraciones Públicas revisarán periódicamente su normativa vigente para adaptarla a los principios de
buena regulación y para comprobar la medida en que las normas en vigor han conseguido los objetivos previstos y si
estaba justificado y correctamente cuantificado el coste y las cargas impuestas en ellas.

El resultado de la evaluación se plasmará en un informe que se hará público, con el detalle, periodicidad y por el
órgano que determine la normativa reguladora de la Administración correspondiente.

2. Las Administraciones Públicas promoverán la aplicación de los principios de buena regulación y cooperarán para
promocionar el análisis económico en la elaboración de las normas y, en particular, para evitar la introducción de
restricciones injustificadas o desproporcionadas a la actividad económica.
Artículo 131. Publicidad de las normas.

Las normas con rango de ley, los reglamentos y disposiciones administrativas habrán de publicarse en el diario oficial
correspondiente para que entren en vigor y produzcan efectos jurídicos. Adicionalmente, y de manera facultativa, las
Administraciones Públicas podrán establecer otros medios de publicidad complementarios.

La publicación de los diarios o boletines oficiales en las sedes electrónicas de la Administración, Órgano, Organismo
público o Entidad competente tendrá, en las condiciones y con las garantías que cada Administración Pública determine,
los mismos efectos que los atribuidos a su edición impresa.

La publicación del «Boletín Oficial del Estado» en la sede electrónica del Organismo competente tendrá carácter oficial
y auténtico en las condiciones y con las garantías que se determinen reglamentariamente, derivándose de dicha
publicación los efectos previstos en el título preliminar del Código Civil y en las restantes normas aplicables.

Artículo 132. Planificación normativa.

1. Anualmente, las Administraciones Públicas harán público un Plan Normativo que contendrá las iniciativas legales o
reglamentarias que vayan a ser elevadas para su aprobación en el año siguiente.

2. Una vez aprobado, el Plan Anual Normativo se publicará en el Portal de la Transparencia de la Administración
Pública correspondiente.

Artículo 133. Participación de los ciudadanos en el procedimiento de elaboración de normas con rango de Ley y
reglamentos.

1. Con carácter previo a la elaboración del proyecto o anteproyecto de ley o de reglamento, se sustanciará una
consulta pública, a través del portal web de la Administración competente en la que se recabará la opinión de los sujetos
y de las organizaciones más representativas potencialmente afectados por la futura norma acerca de:

a) Los problemas que se pretenden solucionar con la iniciativa.

b) La necesidad y oportunidad de su aprobación.

c) Los objetivos de la norma.

d) Las posibles soluciones alternativas regulatorias y no regulatorias.

2. Sin perjuicio de la consulta previa a la redacción del texto de la iniciativa, cuando la norma afecte a los derechos e
intereses legítimos de las personas, el centro directivo competente publicará el texto en el portal web correspondiente,
con el objeto de dar audiencia a los ciudadanos afectados y recabar cuantas aportaciones adicionales puedan hacerse por
otras personas o entidades. Asimismo, podrá también recabarse directamente la opinión de las organizaciones o
asociaciones reconocidas por ley que agrupen o representen a las personas cuyos derechos o intereses legítimos se vieren
afectados por la norma y cuyos fines guarden relación directa con su objeto.

3. La consulta, audiencia e información públicas reguladas en este artículo deberán realizarse de forma tal que los
potenciales destinatarios de la norma y quienes realicen aportaciones sobre ella tengan la posibilidad de emitir su opinión,
para lo cual deberán ponerse a su disposición los documentos necesarios, que serán claros, concisos y reunir toda la
información precisa para poder pronunciarse sobre la materia.

4. Podrá prescindirse de los trámites de consulta, audiencia e información públicas previstos en este artículo en el
caso de normas presupuestarias u organizativas de la Administración General del Estado, la Administración autonómica,
la Administración local o de las organizaciones dependientes o vinculadas a éstas, o cuando concurran razones graves de
interés público que lo justifiquen.

Cuando la propuesta normativa no tenga un impacto significativo en la actividad económica, no imponga obligaciones
relevantes a los destinatarios o regule aspectos parciales de una materia, podrá omitirse la consulta pública regulada en
el apartado primero. Si la normativa reguladora del ejercicio de la iniciativa legislativa o de la potestad reglamentaria por
una Administración prevé la tramitación urgente de estos procedimientos, la eventual excepción del trámite por esta
circunstancia se ajustará a lo previsto en aquella
Artículo 9

1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.
2. Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y
de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y
facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.
3. La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la
irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la seguridad
jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.

Artículo 53
1. Los derechos y libertades reconocidos en el Capítulo segundo del presente Título vinculan a todos los poderes
públicos. Sólo por ley, que en todo caso deberá respetar su contenido esencial, podrá regularse el ejercicio de tales
derechos y libertades, que se tutelarán de acuerdo con lo previsto en el artículo 161, 1, a).
2. Cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de las libertades y derechos reconocidos en el artículo 14 y la
Sección primera del Capítulo segundo ante los Tribunales ordinarios por un procedimiento basado en los principios de
preferencia y sumariedad y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Este último recurso
será aplicable a la objeción de conciencia reconocida en el artículo 30.
3. El reconocimiento, el respeto y la protección de los principios reconocidos en el Capítulo tercero informarán la
legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos. Sólo podrán ser alegados ante la Jurisdicción
ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las leyes que los desarrollen.

Artículo 10 De los derechos y deberes fundamentales

1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad,
el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social.
2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se
interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos
internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.
Del Gobierno y de la Administración

Artículo 97

El Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce la
función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las leyes.

Artículo 103
1. La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de
eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y al Derecho.
2. Los órganos de la Administración del Estado son creados, regidos y coordinados de acuerdo con la ley.
3. La ley regulará el estatuto de los funcionarios públicos, el acceso a la función pública de acuerdo con los
principios de mérito y capacidad, las peculiaridades del ejercicio de su derecho a sindicación, el sistema de
incompatibilidades y las garantías para la imparcialidad en el ejercicio de sus funciones.

I.- PRINCIPIO DE EFICACIA Y EL PRINCIPIO DE EFICIENCIA. una idea íntimamente relacionada con la celeridad y
agilidad, y lo que pretende este principio es evitar las demoras, retrasos, molestias innecesarias El principio de eficiencia
en su artículo 31.2 y con él se intenta expresar que entre varias alternativas que producen el mismo gasto, debe
seleccionarse siempre la que lleva al mejor cumplimiento de los objetivos de la Administración,
2.- Jerarquía
La jerarquía es un principio organizativo vinculado al reparto de competencias, las cuales se distribuyen según un
sistema escalonado y piramidal en el que los órganos situados en un nivel superior dirigen, controlan e incluso revisan
(ver tema de recursos) la actividad de los órganos de nivel inferior.
4.- Descentralización
La descentralización es una técnica en cuya virtud las funciones públicas se distribuyen entre varias Administraciones
públicas, jurídicamente independientes y tiene como consecuencia la disminución de la vigilancia o tutela de la
Administración de ámbito territorial superior sobre la Administración de ámbito territorial inferior. En la configuración
del Estado compuesto, la descentralización de funciones típicamente estatales ha operado en favor de los nuevos entes
regionales que se constituyeron, intensificándose, al propio tiempo, la descentralización de funciones en favor de las
entidades locales
5.- Desconcentración
La desconcentración es la transferencia de competencias de forma permanente de un órgano a otro (normalmente de
un órgano superior a otro salvo los supuestos de encomienda de gestión) dentro de un mismo ente público. Su objeto
es el de descongestionar la actividad del órgano delegante que trasvasa al delegado parte de sus competencias. Va a
tener lugar siempre entre órganos de un mismo ente público, pudiéndose dar en cualquier Administración, territorial o
institucional, siempre que exista una ordenación jerárquica que la permita. El ejemplo característico de
desconcentración nos lo proporciona la operada desde los servicios centrales hacia los servicios periféricos
Coordinación
La coordinación es la función que se ocupa de impedir o limitar tanto la duplicidad de esfuerzos como las acciones
divergentes cuando dos Administraciones o dos órganos entre los que no existe relación jerárquica concurren en el
ejercicio de una misma competencia

Artículo 75
1. Las Cámaras funcionarán en Pleno y por Comisiones.
2. Las Cámaras podrán delegar en las Comisiones Legislativas Permanentes la aprobación de proyectos o
proposiciones de ley. El Pleno podrá, no obstante, recabar en cualquier momento el debate y votación de cualquier
proyecto o proposición de ley que haya sido objeto de esta delegación.
3. Quedan exceptuados de lo dispuesto en el apartado anterior la reforma constitucional, las cuestiones
internacionales, las leyes orgánicas y de bases y los Presupuestos Generales del Estado.

Artículo 37 de la ley 39/2015 inderogabilidad singular.


Las resoluciones administrativas de carácter particular, no podrán vulnerar lo establecido en una disposición de carácter
general, aunque aquellas procedan de un órgano de igual o superior jerarquía al que dicto la disposición general.
Aunque las dicte el consejo de ministros, no puede contradecir a la del ministro, aunque el consejo de ministros es
superior de rango al ministro, pero no puede oponerse a una disposición general, si podrían hacer con una general que
anule la anterior.

Apuntes: cuando son del gobierno son: real decreto del presidente del gobierno, real decreto del consejo de ministros.
(Cuando son del mismo rango hay que mirar el principio de competencia,) y las órdenes ministeriales (de menor jerarquía
que las otras dos).
Disposición, de carácter general
Reglamento, por encima de las disposiciones, carácter general y forma concreta.
Resoluciones. Formas normales en las que acaban los procedimientos.

Cuestión y recurso de inconstitucionalidad, tribunal constitucional.


Recurso, cuando se ve que la ley no cumple la constitución.
Cuestión: cuando un juez, considera que una ley o norma con rango de ley, de de cuya validez depende el fallo puede ser
contraria a la constitución, debe plantear una cuestión ante el tribunal constitucional.
Recurso de inconstitucionalidad. Es el mecanismo de impugnación previsto en la constitución que determinadas personas
o instituciones pueden ejercitar al tribunal consti. Cuando consideran que una ley u otra disposición normativas o actos
con fuerza de ley son contrarias a la constitución.

Proyecto de ley. Por el gobierno.


Proposición, cualquier otro, congreso de los diputados, el senado, asambleas legislativas ccaa, o por el electorado, a
iniciativa popular. No pueden referirse a materias reguladas por ley orgánica, a normas tributarias, a derecho de gracia,
ni a tratados internacionales.
Si la ley no dice nada, días hábiles (sin sábados, ni festivos), días naturales, (todos los días), tiene que ponerlo.
En el examen estar atento a” puede” o a” debe”.

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