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TÍTULO:
Desde fines de la década de los setenta los debates de calentamiento global pusieron en la
palestra mundial la necesidad de que los países asumieran compromisos y responsabilidades
frente a las consecuencias del cambio climático ocasionado por la actividad humana. Se
buscó consensuar la voluntad política para evitar escenarios catastróficos como el aumento
del nivel del mar, la desaparición de islas, la generación de migrantes climáticos, la
desaparición de especies de fauna y flora, fenómenos que cuarenta años más tarde, se
constituyen en una problemática actual y cotidiana.
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Fortalecimiento de la Resiliencia de las Comunidades frente a los Efectos Adversos del Cambio Climático con énfasis en Seguridad
Alimentaria
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World Development Indicators: Energy dependency, efficiency and carbon dioxide emissions. Recuperado de:
http://wdi.worldbank.org/table/3.8#
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disposición constitucional, con el fin de aportar a la adaptación, mitigación y resiliencia de la
población, comunidades y ciudadanía ante el calentamiento global y el cambio climático.
Sin embargo, es importante que estas discusiones no queden en un modelo descriptivo o de
análisis tradicional, para lo cual es necesario estudiar el sistema patriarcal como “aquel
sistema que estructura la parte masculina de la sociedad como un grupo superior al que forma
la parte femenina, y dota al primero de autoridad sobre el segundo” (McDowell, 2009:17),
para entender cómo relaciona su fundamentación a la naturalización de la devastación del
medio ambiente, concatenándose a las premisas de un mundo capitalista. Zaffaroni (2009)
afirmó que el patriarcado al ser el poder de lo masculino, se ejerce de forma vertical y
autoritaria, poder que actualmente se ejerce desde el Estado y por medio de sus agencias.
Bajo esta perspectiva, ¿Hasta qué medida el juego de intereses puede ceder espacio para
propender una igualdad real en todos los niveles sociales? Desde hace más de treinta años las
discusiones de género, que habían sido relegadas históricamente a causa de la construcción
binaria (hombre – mujer, femenino – masculino) y jerárquica, que crea a una mujer inferior al
hombre, han ido transformando la discursiva mundial en todo los ámbitos del ejercicio
colectivo e individual, por lo tanto su papel es de transversalización en la discusión del
cambio climático y cobra aún más relevancia en tanto los efectos del cambio climático siguen
impactando en mayor proporción a las mujeres. Así lo afirmó Phumzile Mlambo-Hgcuka la
directora ejecutiva del organismo de Naciones Unidas dedicado a la igualdad de género y el
empoderamiento de las mujeres, en la víspera de la Cumbre del Clima en 2014: "Las mujeres
están en la primera línea, se llevan lo peor del cambio climático". Se necesita reconocer las
inequidades de género existentes y la manera en que el cambio climático podría exacerbarlas.
De la misma manera que se requiere un entendimiento de cómo estas inequidades pueden a
su vez intensificar los efectos del cambio climático.
El proceso de deterioro del medio ambiente a causa del modelo capitalista de consumo, en un
principio fue justificado y reacomodado a las crecientes exigencias sociales, pero los cambios
en la calidad y cantidad de los recursos naturales estaban tornándose irreversibles y por ende
afectando la vida de todos los seres vivos. Observamos como la comunidad internacional
desde la primera Conferencia Mundial sobre el Clima en 1979, hasta el más actual Acuerdo
de París, ha ido acrecentado sus esfuerzos en comprometer a los países en la lucha contra el
cambio climático sin embargo, las posiciones han sido aún tibias según varios críticos y
necesitamos aterrizar las intenciones en acciones concretas, que respondan directamente con
los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Al parecer inevitable los efectos que produce el cambio climático, es fundamental que los
países tomen medidas prácticas para resguardar su seguridad y la de sus ciudadanos a corto y
largo plazo que incluyan no solamente un manejo ambiental sostenible sino también elaborar
un plan de manejo de desastres. Este tipo de medidas de adaptación pretenden reducir la
vulnerabilidad por medio del desarrollo sostenible. Por esta razón, el aporte institucional del
Estado ecuatoriano con el proyecto liderado por el Ministerio del Ambiente denominado
“Fortalecimiento de la Resiliencia de las Comunidades frente a los Efectos Adversos del
Cambio Climático con énfasis en Seguridad Alimentaria” (FORECCSA) constituye un
importante aporte. En 1997, “en el contexto de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático, se establecieron tres nuevos fondos en apoyo de la adaptación.
Un Fondo Especial para el Cambio Climático que ayuda a sufragar actividades "cuando se
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disponga de información suficiente". El Fondo para los países menos adelantados que trata de
preparar a los países más pobres del mundo para que puedan llevar a cabo "programas
nacionales de adaptación". Y finalmente, el Fondo de adaptación que se desarrolla en el
contexto del Protocolo de Kyoto” (CIIFEN, 2017). Ecuador al ser signatario del Acuerdo
Marco de Cambio Climático, recibe la aprobación en marzo del 2011 del Fondo de
Adaptación del Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático del Proyecto “FORECCSA con énfasis en la Seguridad Alimentaria, en la
Provincia de Pichincha y la Cuenca del Río Jubones”. FORECCSA es considerado por el
consultores de ONU mujeres como el primer proyecto en Latinoamérica que maneja un
enfoque de género y cambio climático.
- ¿Qué relación existe entre el desarrollo económico y sostenible versus el medio ambiente
en el debate de la política exterior?
- ¿Cuál es el vínculo entre el ecologismo y el feminismo como alternativa al sistema
mundial patriarcal y de consumo ilimitado?
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- ¿Por qué las desiguales relaciones de género han sido asumidas en los debates de las
relaciones internacionales y no en los de política exterior?
- ¿Bajo qué parámetros se puede verificar la correcta e integral transversalización del
género en el Proyecto FORECCSA?
- ¿Por qué el proyecto FORECCSA se constituye en un instrumento para contrarrestar el
cambio climático mundial?
1.6 Objetivos
a. General
Analizar el modelo de transversalización de género en el proyecto FORECCSA, que brinda
conocimiento y herramientas a la política exterior ecuatoriana para combatir el cambio
climático mundial.
b. Específico
i. Elaborar un estudio del proyecto FORECCSA respecto al uso del enfoque de género
para la adaptación, mitigación y resiliencia de los efectos del cambio climático global.
ii. Relacionar el aporte de la ecología y el de la perspectiva de género para contrarrestar
los efectos del cambio climático global.
iii. Identificar las acciones que determinan la relación entre la teoría del
desarrollo/progreso y medio ambiente en América Latina.
iv. Explicar la coyuntura histórica en la cual se promueve la transversalización de género
en la elaboración de política pública ecuatoriana.
Para entender las denominadas teorías de las Relaciones Internacionales desde “el Sur”, es
importante reconocer que están compuestas por un grupo heterogéneo de enfoques que se
inicia con la teoría del desarrollo, seguida por las teorías de la dependencia y Sistema-Mundo
(Wallerstein, 1984), y las teorías de la autonomía. Para concatenar esta idea con el modelo
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sistémico en el que vivimos, es importante reconocer los síntomas que refleja la problemática
y para ello es necesario develar que la funcionalidad del modelo de consumo capitalista que
encarna el crecimiento económico como puente hacia la prosperidad de los pueblos, se
encuentra en franco declive. “La clase capitalista tiene que convencernos, no obstante, de que
el capitalismo es bueno no sólo para ellos sino para todos nosotros. (…) Sin embargo el
problema central que debe resolverse queda bastante claro. El crecimiento exponencial sin fin
no es posible y los problemas que han afligido al mundo durante los últimos treinta años
indican que está llegando al límite en la acumulación continua de capital que no se puede
superar sino creando ficciones provisionales. Añádanse a esto la abyecta pobreza en la que
viven tanta gente en el mundo, la proliferación de la degradación ambiental fuera de todo
control y la ubicua y continua ofensa hacia la dignidad humana” (Harvey, 2012 :189).
Para contextualizar esto, es indispensable regresar a la teoría de los sistemas mundo, que
analizó “la expansión global del sistema capitalista a partir del siglo XVI, intentando
reconstruir el proceso histórico a través del cual se formaron y expandieron en el mundo
estructuras políticas y económicas desiguales, y los mecanismos mediante los cuales regiones
no capitalistas y precapitalistas fueron incorporadas en la economía global del mercado”
(Massey, 1999). El dilema que se presenta con este modelo recae en la necesidad de
crecimiento económico de los países desarrollados económico como la solución de todos los
problemas sociales. “Desde 1960 los objetivos de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo (OCDE) fueron promover políticas diseñadas para conseguir el crecimiento
económico sostenible y empleo lo más elevados posibles y un nivel de vida creciente en los
países miembros” (Jackson, 2015: 67), aún a costa de que ese aumento de bienes y servicios
incluyan la distribución desequilibrada de los costes del cambio climático. Cambio climático
que es provocado principalmente por las emisiones de efecto invernadero producidas cuando
se consume energía para impulsar el crecimiento económico.
El cambio climático no es ajeno a la realidad latinoamericana. “El último informe del IPCC
(por sus siglas en inglés Intergovernmental Panel on Climate Change) (2014) reporta que la
temperatura ha aumentado en Sur y Centro América entre 0,7 y 1°C desde mediados de la
década de 1970 y esto ya tiene repercusiones en los ciclos hídricos, la salud de los bosques, la
salud de los arrecifes de coral, etc. Hacia el año 2100 la temperatura podría aumentar hasta
4°C en Centroamérica y hasta 6,7°C en Sudamérica y los impactos sobre el ambiente y los
ecosistemas continuarán agravándose” (Honty, 2017).
La puesta en escena de este nuevo paradigma en el escenario global ha tenido un eco muy
tibio, aunque han dado sus primeros resultados en la aprobación de un proyecto de
Declaración de Derechos de la Madre Tierra por parte de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, generado, inicialmente, durante la Conferencia Mundial de los Pueblos
sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, por iniciativa del Presidente de
Bolivia Evo Morales. “Asimismo, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Desarrollo Sostenible Río+20, la iniciativa ecuatoriana para que se discutiera una Declaración
Universal de los Derechos de la Naturaleza como instrumento para alcanzar el Buen Vivir
(…), dio como resultado que el documento final de la Cumbre incluyera la posibilidad de
promover la armonía con la Naturaleza para lograr un justo equilibrio entre las necesidades
económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras” (Roldán,
2013:20).
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Algunos de los programas que ha impulsado el Ecuador en torno a los aportes para la
mitigación de los efectos del cambio climático son: la reducción de desforestación de bosques
nativos (Programa Socio Bosque), manejo sustentable de bosque con aprovechamiento de
madera de bosque nativo (Sistema de Control Forestal), forestación y reforestación para
captura de Co2 (Plan Nacional de Forestación y Reforestación), reducción de emisiones vía
sistemas productivos sostenibles, reducción de emisiones vía restauración y conservación de
suelos (Propuesta de Estrategia para la Reducción de Emisiones por Deforestación y
Degradación REDD+).
Otra de las teorías que se han vinculado a las Relaciones Internacionales y que responde la
variable del género en la discusión, es el feminismo, un proyecto político que tiene el
objetivo de acabar con las situaciones de desigualdad, explotación y opresión de la mujer. En
Relaciones Internacionales los enfoques feministas hicieron su aparición a fines de los años
ochenta y se autodefinen como pertenecientes a la postura epistemológica del feminismo de
punto de vista postmoderno. “Las autoras (Tickner, 1992, Withwort, 1989) que se adscriben a
esta corriente se apuntan a los llamamientos a la “reestructuración” de la teoría y -
especialmente en el caso de las autoras que defienden la perspectiva del feminismo de punto
de vista- aceptan la distinción entre teoría problemsolving y crítica, situándose, naturalmente,
en la segunda categoría” (Salomón, 2002: 29).
El punto de vista femenino en las Relaciones Internacionales, busca que la teoría sea
reinterpretada y que el marco conceptual que está “marcado por el género” rompa el reflejo
masculino. “Una perspectiva basada en el punto de vista debería poder mostrar cómo las
mujeres están situadas en relación a las estructuras de poder dominantes y cómo esto forja un
sentido de identidad y una política de resistencia, además de sugerir maneras en las que tanto
la teoría como la práctica puedan ser redireccionadas en sentido liberatorio” (Steans, 1998).
Jo Ann Tickner como autora más representativa, destaca la visión machista de las Relaciones
Internacionales y la reestructuración de las leyes presuntamente objetivas pero que considera
están basadas en una visión patriarcal y masculina. Además Tickner aborda el interés
nacional como algo que debe abordarse desde una perspectiva de cooperación e
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interdependencia con el fin de que incluya problemas globales como el bienestar económico
y la degradación medioambiental (Tickner, 1988), añadiendo a las relaciones internacionales
una perspectiva feminista. “Algunas feministas postmodernas están embarcadas en la tarea de
“deconstruir” los múltiples mecanismos de opresión (dando especial relevancia al género)
responsables de la violencia -estructural y directa- en el sistema político-económico global.
Para ello usan una metodología similar a la de los postmodernos en general” (Salomón,
2002).
Alicia Puleo (2011) afirma que de acuerdo a las estadísticas, las mujeres somos las primeras
perjudicadas por la contaminación medioambiental y las catástrofes naturales. Así lo
reconoce la Conferencia de la Mujer de Naciones Unidas celebrada en el 2000. Es así como
se visibiliza la posición de las mujeres, quienes desde su nacimiento enfrentan desventajas en
relación al modelo de referencia (salarios, preferencias, cargos, herencia). La equidad y la
identidad son los valores en riesgo. La fuente de peligro viene en primer instancia del orden
patriarcal jerárquico y violento, caracterizado por instituciones totalitarias y excluyentes
como gobiernos no democráticos, iglesias y élites.
El primer proceso que marca el reconocimiento del vínculo entre la temática ambiental y el
género se dio en 1984 en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA). El PNUMA estableció un grupo de mujeres asesoras sobre desarrollo
sustentable quienes comenzaron a reflexionar y asesorar al Programa respecto a la conexión
entre la problemática de exclusión que afecta a las mujeres, los roles que ellas desempeñan y
su aporte real y potencial a la conservación del medio ambiente en un contexto de desarrollo
(Comisión Interamericana de Mujeres, 2008).
Un año después la Conferencia Mundial para el Examen y la Evaluación de los Logros del
Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz incorpora el tema.
En la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992 adopta la perspectiva de
género en todas las políticas y programas de desarrollo y medio ambiente, de tal forma que se
convierte en el primer antecedente internacional que incorpora la perspectiva de género en la
promoción de la sustentabilidad ambiental. (Comisión Interamericana de Mujeres, 2008)
Es importante además recalcar que en 1995, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer
realizada en Beijing define el vínculo entre el género, medio ambiente y desarrollo
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sustentable. “El enfoque de género es una herramienta conceptual y metodológica que
permite entender el proceso histórico de construcción de las identidades y relaciones de
género en contextos sociales específicos y, a partir del análisis de los factores que las
determinan, formular propuestas de transformación social que contribuyan a construir
sociedades más equitativas” (PNUD, 2008).
De acuerdo con los análisis de la OMS realizados en 141 países sobre los efectos de los
desastres naturales, se demuestra que a pesar de que los impactos son obviamente negativos
en todos los países, en promedio, dichos desastres matan a más mujeres que a hombres, o
matan a las mujeres a una edad más temprana que a los hombres (Neumayer, Plumper, 2011).
Las mujeres son más vulnerables a los desastres naturales por sus roles y responsabilidades
socialmente construidos y en los países donde su estatus social, económico y político es
inferior al de los hombres (Dankelman, 2010). En este sentido el foro de mujeres para la
integración centroamericana (FMICA, 2010) elaboró un documento en el cual se plasman los
aportes desde las mujeres de Centroamérica a las políticas regionales del cambio climático, la
organización Mujer y Medio Ambiente, A.C de México (2010) aportan de igual forma con el
documento género y cambio climático en México para entender el debate del cambio
climático y su articulación con la agenda de género, de igual forma es relevante el documento
auspiciado por UNAL-Fundación Natura de Colombia-UNODC (2008) en el cual se hace
alusión al papel de las mujeres indígenas y el cambio climático desde una perspectiva
latinoamericana, Nicaragua posee una importante investigación coauspiciada por Agrónomos
y Veterinarios sin Fronteras y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) denominada Género y Adaptación al cambio climático (2014) poseedora de
importantes aportes metodológicos, México por su parte otorga una transcendental
herramienta encarnada en la Guía recursos de género para el cambio climático (2008)
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publicado por el PNUD como instrumento para alcanzar la igualdad de género y lograr el
desarrollo humano sustentable.
Jens Narger (2008) sugiere que el fortalecimiento del Derecho Internacional Público y las
organizaciones internacionales, han hecho que los Estados deban incluir entre los intereses de
su política exterior la necesidad de cumplir leyes y tratados internacionales. Kai He (2012)
por su parte afirma que en tiempo de crisis existen cuatro tipos de política exterior: la política
exterior de coerción militar, coerción diplomática, de paz condicional y la de paz. El modelo
de Annette Freyberg-Inan y William Chititick (2014) proponen ocho tipos de política exterior
a partir de la valoración de las iniciativas gubernamentales para involucrarse o no en los
temas de relaciones internacionales, de forma coercitiva o no coercitiva en los planos
multilaterales o unilaterales.
En Latinoamérica se ha investigado poco acerca del marco en que se debe formular esta
política. Reflejándose la distancia teórica en la cual se desarrolla la actividad de la política
exterior de América Latina frente a países anglosajones y europeos. De esta forma, la
construcción de esta política exterior tiene íntima relación con la elección de aquellos temas
que se consideran importantes para la agenda nacional e internacional de os Estados, como lo
ha sido el cambio climático.
No obstante, las contradicciones sociales y económicas han significado un gran abismo con la
realidad. Según el investigador peruano Manuel Lajo, el Gobierno ecuatoriano “ha hecho un
esfuerzo gigantesco por tratar de articular una estrategia que establezca una cadena de
instituciones de investigación científica y tecnológica, públicas y privadas, nacionales e
internacionales” (Lajo, 2013), con el fin de identificar los sectores económicos que aun
produciendo para el mercado interno y para la exportación, mediante el uso intensivo de
conocimiento científico e innovaciones tecnológicas, puedan lograr implementar ese cambio
urgente de la matriz productiva. Sin embargo después del fracaso económico y de la
catástrofe social del neoliberalismo, así como del balance socio-económico poco alentador
del Post-Consenso de Washington, al inicio del siglo XXI el neo-extractivismo se convirtió
en la “nueva normalidad” de la economía política suramericana (Burchardt, Domínguez,
Larrea, Peters, 2016:7). Los gobiernos denominados progresistas argumentaron a favor por
ejemplo del extractivismo diciendo que los ingresos mineros y petroleros son imprescindibles
para sostener la inversión social. En el Ecuador se dice que son imprescindibles para el
cambio de la matriz productiva (Carrión, 2016:360).
Por otra parte, existen consideraciones de que los gobiernos de América Latina por el mayor
control estatal para la extracción de petróleo en Ecuador, ha permitido dedicar mayor
financiamiento a obras de carácter social. Se rescata además que se ha impulsado la
transformación de la matriz energética al reducir la dependencia del petróleo y sus derivados,
invirtiendo grandes cantidades de dinero en energía solar e hidroelectricidad. Se reconoce
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además que se están dando pasos para mitigar las consecuencias ambientales nocivas,
promoviendo medidas de prevención y control para que la extracción petrolera. “Para
lograrlo, se está invirtiendo en alta tecnología, con recursos que vienen de la extracción de
petróleo. Dentro de las medidas de precaución y restricción para las actividades que puedan
conducir a la extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o la alteración permanente
de los ciclos naturales se han recuperado y conservado a los manglares y se los han entregado
para su manejo a las comunidades locales” (Harnecker, 2014:23).
Bajo el paradigma del modelo capitalista en el que nos desarrollamos, la paz, el aire limpio,
los trabajos asociados a los cuidados de las personas mayores y de los niños y niñas, el
trabajo doméstico, las labores relacionadas a la reproducción, la fotosíntesis que realizan las
plantas o los servicios del regulación del clima que realiza la Naturaleza, que son
imprescindibles para el mantenimiento la vida, no cuentan en ningún balance de resultados de
nuestro modelo económico (Herrero Y. , 2006), y en una cultura que sólo “conoce” lo que se
traduce en dinero, son invisibles. Una muestra de la evidencia de cómo el sistema patriarcal
capitalista ha invisibilizado y sometido históricamente a la naturaleza y por ende a la mujer a
través de la explotación de su trabajo y conocimiento. Esta sobreexplotación que busca
mantener un status quo a costa del agotamiento de los recursos deja de lado a aquellos que no
pueden expresar sus preferencias mediante el criterio de la disposición a pagar, en particular,
1) los no- humanos, y 2) las generaciones futuras. (Martínez, 1998)
Es por esta razón que el reconocimiento de los actores juega un rol fundamental, por ejemplo
el de los Estados representados en el principio de unidad y de decisión, además el papel de
los Organismos multilaterales como el Sistema de Naciones Unidas y su influencia en el
contexto mundial, sin dejar de lado el papel de las multinacionales e industrias generadoras
de las emisiones de carbono masivo, reconociendo finalmente el importante papel de los
ciudadanos, mujeres, pueblos nativos en la lucha por la reivindicación del derecho a vivir en
un ambiente sano y en condiciones de igualdad.
Ecuador es el primer país del mundo en incorporar al cambio climático como parte de la
política de Estado a través de su Constitución, así como concretar los lineamientos de acción
en la estrategia Nacional de Cambio Climático (2012-2025). El Plan Nacional de Cambio
Climático es un instrumento diseñado para hacer efectiva la transversalización del Cambio
Climático en la planificación de las iniciativas que se ejecutan en el país. El Plan integra
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acciones dirigidas a 1) fortalecimiento de capacidades, 2) mitigación y 3) adaptación al
cambio climático enfocando medidas de acción desde una perspectiva sectorial (energía,
agricultura, agua, ecosistemas, fortalecimiento de capacidades, gestión de riesgos y
territorios). (Gobierno Nacional de la República del Ecuador, 2015)
En este tenor, la adopción de medidas trascendió el clima y abarcó además la creación del
Estatuto Orgánico por Procesos del Ministerio del Ambiente en el cual se incorporara como
parte de las “Responsabilidades y Atribuciones” de la Coordinación General de Planificación
Ambiental “Asumir la institucionalización de los enfoques de género, interculturalidad,
participación ciudadana y resolución de conflictos” (MAE, 2013). El Ministerio del
Ambiente ha desarrollado medidas de adaptación al cambio climático, con énfasis en
seguridad alimentaria y enfoque de género, como resultado de la implementación de 50
medidas en el marco del proyecto FORECCSA.
El cambio climático impacta de forma negativa los medios de vida, seguridad alimentaria y
nutricional de los ecuatorianos y ecuatorianas. Por ello el Programa Mundial de Alimentos,
consciente de esta grave problemática, implementó en el 2011 el Proyecto “Fortalecimiento
de la resiliencia de las comunidades ante los efectos adversos del cambio climático con
énfasis en seguridad alimentaria y consideraciones de género” (FORECCSA), en acuerdo con
el Ministerio de Ambiente (MAE), y en coordinación con el MAGAP, el Consorcio de la
Cuenca del río Jubones y el Gobierno Autónomo Descentralizado de la Provincia de
Pichincha.
Gracias a las lecciones aprendidas y las buenas prácticas derivadas de esta experiencia, el
PMA está trabajando en coordinación directa con el Subsecretario de Cambio Climático a
través de la Dirección de Adaptación del MAE para desarrollar un proyecto binacional con
Colombia. “Este proyecto utilizará las acciones del Proyecto FORECCSA y las replicará con
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poblaciones vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, dando prioridad a los
pueblos ancestrales y poblaciones desplazadas por la violencia” (PMA, 2016).
Por la necesidad de partir desde cierto marco teórico conceptual para la explicación del
fenómeno, a continuación se detalla el papel de la teoría de las relaciones internacionales con
el fin de dibujar una línea de acción, a través de la cual pasará la información que se recoja.
La teoría que utilizaré para el estudio del presente fenómeno es la de regímenes
internacionales, el cual me permitirá explicar los complejos procesos de haber insertado en la
agenda internacional el tema del cambio climático y para que esta visión sea más completa y
ya que sólo me permite explicar una parte del fenómeno, también usaré la teoría feminista en
las relaciones internacionales para poder hacer relucir el aporte de la corriente feminista al
otorgar herramientas para visibilizar las desigualdades reales y formales del modelo patriarcal
que aún somete las relaciones de poder a paradigmas institucionalizados y que no permiten
que los compromisos frente al cambio climático sean integrales.
Las corrientes neorrealistas y neoliberales reformulaban las tradiciones teóricas del realismo
y el liberalismo y pone en la mesa el diálogo ambas corrientes. Es así, como el componente
“liberal” del programa de Keohane (1985) explica la compatibilidad de las premisas realistas
(Estados en situación de anarquía y motivados, ante todo, por la búsqueda de poder) con las
liberales (posibilidad de cooperación), distanciándose (aunque no totalmente) del optimismo
del liberalismo clásico. (Salomón, 2012:13)
Otra vertiente teórica en la que Keohane se apoyó para explicar la compatibilidad entre la
estructura anárquica del sistema internacional y la cooperación proviene de la microeconomía,
y en concreto del concepto de “fallos del mercado”. Esta noción alude a la incapacidad de un
mercado perfecto (no regulado) de proporcionar adecuadamente bienes públicos a una
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sociedad, así como a la posibilidad de que un mercado no regulado dé lugar a “males
públicos” tales como la contaminación. (Salomón, 2012:14)
En este contexto, las teorías de los regímenes internacionales a pesar de haber ocupado la
agenda internacional de forma relativamente reciente, propician que los Estados (y otros
actores) cooperen con el fin de obtener ganancias comunes, expresadas, por ejemplo, en un
mayor bienestar social o en mayor seguridad. Si clasificamos las áreas de la política
internacional de acuerdo con el valor predominante en cada una de ellas, encontramos que
existen regímenes en todos los ámbitos de la política mundial contemporánea: (…) como
regímenes ambientales, como el régimen internacional para la protección de la capa de ozono
(…) (Hasenclever Andreas. Peter Mayer. Volker Rittberger, 2009).
“En efecto, la teoría de los regímenes internacionales, desarrollada por Robert Keohane y
Joseph Nye en 1970, pretende explicar, en un contexto complejo de interacción de actores
estatales y no estatales, los intentos de establecer un orden en materias específicas de las
relaciones internacionales.” (Roldán, 2013: 19)
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Los intentos de cambio de los regímenes internacionales también se desarrollan activamente
en el seno de las instituciones establecidas a través de negociación, diálogo o confrontación
desde las distintas posiciones. “Una clara muestra de esa búsqueda por modificar los marcos
jurídicos vigentes son los esfuerzos ecuatorianos y de algunos países sudamericanos como
Bolivia, por generar un nuevo modelo de gobernanza mundial en materia ambiental, que
reemplace el actual régimen, orientado por una visión antropocéntrica y utilitarista de la
interrelación del ser humano con el medio natural” (Roldán, 2013:19).
3. Determinación de la metodología
3.1. Nivel de profundidad de la investigación
Para la elaboración del presente trabajo investigativo se ha elegido el uso del método
cualitativo, por la necesidad de recoger y utilizar datos descriptivos que permitan profundizar
en los temas que se considera indispensable para la descomposición de las variables con la
finalidad de entender el problema general.
Se emplearán dos niveles de análisis del marco constructivista: en primer lugar se tomará en
cuenta variables de la política doméstica que forma una idea del perfil ecuatoriano
representada en las posturas estatales frente al cambio climático y la transversalización del
género en la política pública. En este nivel las instituciones nacionales a cargo o relacionadas
al caso FORECCSA serán el eje central de la metodología investigativa, junto con los
beneficiarios del caso FORECSSA en la cuenca del Río Jubones. El segundo, nivel de
análisis internacional, en el cual se relaciona con los distintos organismos e instituciones
internacionales y sus motivaciones para el lanzamiento, promoción y posterior réplica del
proyecto FORECCSA a nivel internacional. Esta visión integrada permitirá observar en base
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a qué situaciones Ecuador ha mantenido sus objetivos y preferencias en su agenda. En este
sentido se elaborará un proceso de descripción y análisis simultáneos.
Tomando en cuenta que los regímenes internacionales al gobernar ciertas áreas de la política
pública internacional convocan a actores estatales y no gubernamentales bajo principios y
normas de aceptación universal. La teoría de regímenes realiza un análisis sistémico
haciendo hincapié en las normas, su proceso de aceptación y los efectos que generan
(Keohane, 1982: 330). Se dará cuenta de las conductas partiendo de percepciones y
significados compartidos de régimen. Es decir que se dará cuenta de las conductas partiendo
de las percepciones y de los significados compartidos a lo que se llama régimen. Es decir que
se puede afirmar que determinados comportamientos son efecto de la presencia de un
régimen definido en términos de expectativas y conocimientos convergentes.
Junto con ello habrá que identificar cuáles son los actores cuyas expectativas revisten de
interés para el análisis, respondiendo además a la perspectiva constructivista de si las
organizaciones o agrupaciones de individuos sostienen comprensión alguna que pueda ser
posteriormente compartida. Metodológicamente, una definición sustantiva de los regímenes
establece que los regímenes solo existen si las expectativas de los actores realmente
convergen; y hay que encontrar alguna medida de la convergencia.” (Keohane, 1993:27)
Rittberger dando cuenta del trabajo de grupo de Tubinga además de los principios, normas,
reglas y procedimientos que forman el núcleo de la definición de Krasner, estipula que las
disposiciones del régimen deben ser efectivas y duraderas. Keohane tiene la misma lógica,
“los regímenes pueden ser identificados por las existencia de reglas explícitas a las que los
gobiernos se refieren de forma afirmativa, incluso si no son necesariamente observadas de
forma completamente escrupulosa” (Kehoane, 1993:28). Para Levy, Young y Zurn (1995) la
constitución de un régimen requiere que haya un grado de formalización de sus
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prescripciones o bien un mínimo de regularidad en los comportamientos o bien ambas cosas.
“La mera presencia de acuerdos formales entre estados es una constatación empírica a
explicar y, justamente por no incluir suposiciones acerca de los comportamientos de los
estados, puede servir también para dar cuenta de ellos. Esto es, puede ser tanto variable
dependiente como independiente” (Grasa, 2004:53).
Por tanto deben encontrarse maneras de evaluar los intereses de los actores mediante el uso
de información acerca de la situación ecológica que esté basada en “hechos objetivos” y que
puedan ser “fácilmente disponible” para el investigador (List y Rittberger, 1992:102). Martin
List y Volker Rittberger escribieron que “una manera de abordar el problema de cómo
establecer la ordenación de preferencias” es caracterizando la “situación individual” de los
actores mediante tres criterios: “la magnitud del daño causado a uno mismo” por parte de uno
mismo, “la magnitud del daño causado por otros” y, finalmente, “la magnitud del daño
provocado a otros” (List y Rittberger, 1992:100).
Sprinz y Vaahtoranta asumen que “cada país es un actor autointeresado que busca, de forma
racional, la riqueza y el poder comparando los costes y beneficios de distintos
comportamientos alternativos” (Sprinz y Vaahtoranta, 1994: 78).
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los intereses como factor explicativo y capacidad para incorporar la distribución del poder en
el análisis.
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socialización e implementación. Además de los datos concernientes al cambio climático en
Ecuador.
3.4. Procesamiento de datos
Para el procesamiento de los datos obtenidos se utilizará la codificación, el cual es un proceso
mediante el cual se agrupa la información obtenida en categorías que concentran las ideas,
conceptos o temas similares descubiertos por el investigador. Son recursos mnemónicos
utilizados para identificar o marcar los temas específicos en un texto.
FORMULA
𝑍 2 . 𝑁. 𝑝. 𝑞
𝑛=
𝑒 2 (𝑁 − 1) + 𝑍 2 . 𝑝. 𝑞
En donde:
27
N=Población de beneficiarios 30.183
e= margen de error de 5%
q= Probabilidad en contra 0.5
p= probabilidad a favor 0.5
Z= nivel de confianza 1.96
REEMPLAZANDO
1.962 . 30.180(0.5)(0.5)
𝑛=
0.052 (30.183 − 1) + 1.962 (0.5)(0.5)
(3.84).30.180(0.5)(0.5)
𝑛=
2.5(30.179) + 3.84(0.5)(0.5)
28.972
𝑛=
76.407
𝒏 = 𝟑𝟕𝟗
CAPÍTULO II
LA GESTIÓN AMBIENTAL Y LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
2.1 El género y ambiente desde las teorías
28
2.1.1 Ecología Política
2.2.2 Ecología Política de Género
2.2.3 Ecofeminismo
2.2 Dicotomía privado/público
2.3 El patriarcado, los regímenes de género
2.4 El componente ambiental de desarrollo con igualdad
2.5 Inserción del enfoque de género en los proyectos públicos de desarrollo
2.6 La participación de las mujeres en la gestión ambiental
CAPÍTULO III
ESTUDIO DE CASO FORECCSA
3.1 La participación: una mirada al interior de las comunidades
3.1 Actores y participación local
3.2 Producción y Recursos Naturales
3.3 Mitigación
3.4 Adaptación
3.5 Impactos en el recurso hídrico
3.6 Impacto en la agricultura y seguridad alimentaria
3.7 Impacto en la población
3.8 Costos y beneficios: ganadores y perdedores frente a la política propuesta
4.2. Recursos
PRESUPUESTO Y FINANCIAMIENTO
RECURSOS MATERIALES
Entre los recursos materiales utilizaré:
Útiles de oficina: Papel, esferográficos, carpetas, pen drive;
Recursos Técnicos: Computadora, impresora, copiadora, y
Recursos bibliográficos: Libros, documentos, folletos, revistas, servicios de Internet.
4.3. Cronograma
Mes Actividad Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre
Defensa de Plan x
de Tesis
Recolección de x x x
la información
bibliográfica
Investigación de x x x x x x
campo.
Elaboración del x x x
informe final
Presentación del x x
informe final
Corrección del x x x x
informe final
30
5. Fuentes bibliográficas
33