Вы находитесь на странице: 1из 3

A Estefanía le gustan muchas cosas, le gusta imaginar junto a la ventana, que se convierte en miles

de mariposas azules pequeñitas y juguetonas, que salen volando por la ventana y viajan a lugares
mágicos en los confines del universo, en donde están las flores mas coloridas y que mas rico
huelen, a bosques de verdes multicolores, en donde las corrientes invisibles entre los arboles
arremolinan a las mariposas, que danzan en círculos con el viento tibio; hasta que su papá que
esta en el primer piso la llama a comer y todas las maripositas tienen que volver a convertirse en
Estefanía para ir corriendo rápido, casi de un solo brinco hasta la mesa, por que tiene mucha
hambre y su mami ha preparado una rica cena.

También le gusta jugar con sus amigos en la escuela, tiene muchos amigos: David, Mario, Johan,
Alejita y Paty; pero su amiga mas amiga es Lizeth, con quien puede jugar a un millón de cosas; lo
malo es que ella es muy malgeniada.

Hoy, por ejemplo en la hora de la lectura, Estefanía coge un libro precioso, con aves fantásticas de
colores vibrantes, que es su color preferido. Lizeth se pone brava porque a ella también quiere leer
ese libro bonito y empieza a pellizcarle los brazos y las piernas para que lo suelte. Estefanía que no
sabe qué hacer, se pone a llorar bajito por que le duele mucho, le da pena que la vean llorar,
entonces se imagina que es un pétalo de diente de león, que el viento se lleva sin esfuerzo, y vuela
hacia arriba muy arriba, que trepa hasta mas alto de las nubes y así ya no la pellizcan mas.

Cuando deja de sentir las uñas afiladas de Lizeth, abre los ojos mira hacia abajo, imaginándose que
al final ha logrado transformarse en pétalo y ha escapado, pero no. Es Glorita la profesora, que ha
separado a las niñas y que regaña a Lizeth por su mal carácter incontrolable.

La profe Glorita dice:

-Pero Estefanía mija ¿Por qué no has dicho nada? Esa Lizeth te lastimó mucho, estas todita llena de
marcas…

Estefanía responde con la vos bajita y mirando al piso:

-Profe, es que… no sabía qué hacer.

Estefanía se encoge de hombros y mira a Lizeth que ya pone cara de arrepentida.

-¿Verdad que no te gusta que te peguen o te pellizquen? le pregunta la profe y Estefanía dice que
no con la cabeza.

La profe Glorita acariciándole la cabeza y mirándola seriamente le dice:

-Pues cuando alguien te hace algo que no te gusta tienes que decirle que pare. Y si no para
entonces gritas muy muy fuerte, durísimo, hasta que vengan a ayudarte. No tienes que dejar
que nadie te haga daño mijita.

Luego con las cejas fruncidas Glorita mira a Lizeth y le dice:


-Y tú Lizeth, chiquilla grosera, aprende a pedir las cosas. No puede ser que por culpa de tu
malgenio le hagas daño a tu mejor amiga. Ven, dale un beso, pídele perdón y no lo vuelvas a hacer.

A Estefanía le gusta su pelo oscuro y larguísisimo. A veces se imagina que su pelo es un refugio
mágico que la envuelve todita, la protege del mundo y la hace más fuerte, pero cuando su mamá la
peina después del baño, se da cuenta de que en realidad, solo es pelo y que cuesta mucho
desenredarlo. Sus padres siempre la amenazan con que si se queja, le cortaran el cabello, por eso
ella se aguanta y nunca dice nada. Pero esta vez cuando su mamá le hace doler la cabeza con un
tirón de la peineta. Estela se acuerda de lo que le aconsejó la profe Glorita y dice:

-Mamá ¿será que me puedes peinar más suave? Es que me estás haciendo daño.

La mamá se sorprende un poco, porque Estefanía no se había quejado nunca, pero le da un beso y
le dice:

-Claro preciosa lo haré con más cuidado. Si vuelvo a hacerte daño me avisas ¿de acuerdo?

Estefanía se pone contentísima, ¡El truco de la profesora Glorita Funciona!

Otra cosa que le gusta mucho a Estefanía es ir a comer a la casa de sus abuelos los domingos.
Porque la abuela siempre le hace tortilla de papitas con carne desmechada, que es su plato
preferido. En cambio en casa, sus padres nunca tienen tiempo de pasarse tanto rato en la cocina.

Hasta hace poco también le gustaba jugar con el tío Venancio, que le hacía trucos de magia con las
cartas y le contaba cuentos divertidos. Pero últimamente ha empezado a hacer cosas raras y ya no
le gusta nada. La encierra con él en la habitación, mientras los mayores hablan en el comedor, le
quita todita la ropa y le hace unas cosquillas muy raras y feas por todo el cuerpo, hasta por sitios
tan escondidos que ni siquiera ella conoce, y la hacen sentir muy mal.

Cuando le pasa eso, se imagina que se evapora en millones de partículas de agua que se
convierten en una nube grande, como las que forman cosas en el cielo, cuando ella se tiende en el
pasto del patio de la escuela a imaginarlas; se ve también volando sobre la selva y ayudándola a
vivir con su agua, imagina que un viento muy suave la empuja otra vez hasta su casa y la hace
entrar por el balcón de la habitación de su mamá, y ahí se convierte en una gótica de un rico
perfume que cae sobre la mejilla de ella y la acaricia con beso muy dulce.

La primera vez que el tío Venancio hizo eso, cuando ella le preguntó por qué le gustaba, él le dijo
que era su sobrinita preferida y que la quería mucho, y que ese juego era el juego más secreto de
todos.

Como Estefanía era la sobrina a quien más quería, ella pensaba que debía hacerle caso y guardar el
secreto. Aunque ella no entendía ese juego tan desagradable y cochino, porque se supone que los
juegos tienen que ser divertidos, pero de todas formas no quería que el tío Venancio se pusiera
bravo por su culpa, así que se quedaba calladita, cerraba los ojos y se aguantaba.
Pero este domingo, cuando su tío empieza a tocarla por todo el cuerpo otra vez, Estefanía siente
como el asco la recorre de los pies a la cabeza, y la llena todita; entonces recuerda otra vez el
consejo de la profe Glorita y cómo su mamá le hizo caso cuando la estaba peinando, y le dice:

-Tío Venancio, lo que me haces no me gusta nada. Déjame en paz.

El tío Venancio no le hace caso y sigue tocándola, en ese momento Estefanía siente como, de lo
mas profundo de su ser, sale un grito enorme. Un grito tan, pero tan fuerte que se escapa por la
ventana y viaja sobre el mar y la tierra, resuena durísimo en la China y en Australia, y lo escuchan
los pingüinos del polo sur y las jirafas de África.

Y entonces toda ella se convierte en el grito y mira como tiemblan las hojas de los arboles de la
selva, y como los caracoles y las tortugas se asustan y se esconden en sus caparazones, mira
también como los perros corren a esconderse debajo de las camas y todas las nubes se ponen a
llover.

Entonces el tío Venancio trata de arreglarle el vestido rapidito y se asoman por la puerta su mamá
y su papá, los abuelos, la tía Carla y el tío Jaime y hasta la prima Miriam, todos con cara de
preocupación y gran susto.

-¿Que paso Estefanía? Preguntan todos a la vez.

El tío Venancio, que esta pálido como la leche, les dice con voz temblorosa:

-No, nada, estábamos jugando.

Estefanía lo mira seriamente y dice:

-Sí, pero a un juego feo y cochino que no me gusta.

Todos miran enojados al tío Venancio, y Estefanía corre hacia su mamá, que la abraza muy fuerte,
ella la levanta en brazos y le da un beso muy tierno; Estefanía sabe que tiene muchas cosas que
contarle a su mamá, pero lo hará mañana, hoy solo tiene ganas de abrazarla y sentir su protección.

Вам также может понравиться