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CRÍTICA DE LA CONCEPCIÓN
ALTHUSSERIANA
Lo que sigue es el texto de una ponencia presentada con motivo de las Jornadas
Internacionales Georg Wilhelm Friedrich Hegel "La actualidad de su pensamiento
para la filosofía y las ciencias sociales, a 200 años de la Fenomenología del Espíritu",
UBA, Facultad de Ciencias Sociales, 18-19-20 de octubre de 2006.
1. Introducción
Para concluir este apartado, hay que volver a insistir en la relación existente entre el
rechazo de la dialéctica hegeliana en los ensayos filosóficos de la primera mitad de la
década de 1960 y el establecimiento de la demarcación entre ciencia e ideología.
Althusser se pregunta en qué consiste la “inversión” de la dialéctica hegeliana
realizada por Marx, planteándola como un problema teórico. Pero este problema
teórico ya ha sido solucionado en la práctica del marxismo. Por lo tanto, se trataría de
“acortar una distancia” (Althusser, 1971: 135) entre la teoría y la práctica.
Por esto, para Althusser esta actividad supone “al mismo tiempo, la producción de un
conocimiento y la crítica de una ilusión” (Althusser, 1971:135). Consideramos que
todo este desarrollo se vincula coherentemente con la escisión althusseriana entre
ciencia e ideología a la que hacíamos referencia más arriba. Para ser más claros, el
modelo de ciencia - afuera de la ideología – y de realidad –supone una realidad
transparente que es deformada por los sujetos. Si la realidad es transparente, existe la
posibilidad, mediante una ruptura epistemológica, de postular una ciencia libre de
ideología – una ciencia sin sujeto. Ahora bien, todo el planteo tiene su sustento
filosófico en la concepción de la ruptura de Marx con la dialéctica hegeliana.
Dado que, en los artículos que dedica a examinar la cuestión de las relaciones entre
Hegel y Marx, Althusser remite muy pocas veces a los textos originales de Marx[15],
es necesario dedicar esta sección a presentar lo escrito por Marx respecto a su relación
con la filosofía hegeliana. De este modo, el debate puede fijarse en sus verdaderos
términos. Luego, en la sección siguiente nos dedicaremos a exponer el contenido de la
crítica y de la reelaboración a la que es sometida la filosofía de Hegel.
En el epílogo a la 2º edición alemana de El Capital (1873), Marx hace una breve
presentación del método con que estudia a la economía política. En ese marco se
refiere a Hegel y su concepción de la dialéctica: “Mi método dialéctico no sólo difiere
del de Hegel, en cuanto a sus fundamentos, sino que es su antítesis directa. Para Hegel
el proceso del pensar, al que convierte incluso, bajo el nombre de idea, en un sujeto
autónomo, es demiurgo de lo real; lo real no es más que su manifestación externa.
Para mí, a la inversa, no es sino lo material traspuesto y traducido en la mente
humana.” (Marx, 1996: 19-20). En el texto, Marx no utiliza exactamente la expresión
“inversión” para designar el conjunto de operaciones por el que surgió la dialéctica
materialista: “En él [en Hegel] la dialéctica está puesta al revés. Es necesario darla
vuelta, para descubrir así el núcleo racional que se oculta bajo la envoltura mística.”
(Marx, 1996: 20)[16].
Puesto que, entonces, la filosofía de Hegel era una teoría que andaba sobre su cabeza
y no sobre sus pies, parecía que el paso inevitable, desde una óptica materialista, era
su inversión. Esto es expresado en elLudwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
alemana (1886): “Esta inversión ideológica [la que se verificaba en el sistema de
Hegel] era la que había que eliminar. Nosotros retornamos a las posiciones
materialistas y volvimos a ver en los conceptos de nuestro cerebro las imágenes de los
objetos reales, en vez de considerar a éstos como imágenes de tal o cual fase del
concepto absoluto. (…) con esto, la propia dialéctica del concepto se convertía
simplemente en el reflejo conciente del movimiento dialéctico del mundo real, lo que
equivalía a convertir la dialéctica hegeliana en producto de la cabeza; o mejor dicho
invertir la dialéctica, que estaba cabeza abajo, poniéndola de pie.” (Marx-Engels,
1959: 214).[17]
Por otra parte, el “coqueteo” de Marx con Hegel en el capítulo 1 del Libro Primero
de El Capital dista mucho de concordar con el análisis de Althusser. En este capítulo
en particular se encuentran los elementos necesarios para comprender la relación entre
la dialéctica hegeliana y la dialéctica de Marx[25].
La única propiedad restante una vez abstraído el valor de uso es la de ser producto del
trabajo. Haciendo abstracción del valor de uso del trabajo, podemos distinguir entre
trabajo concreto y trabajo abstracto “reduciéndose en su totalidad a trabajo humano
indiferenciado” (Marx, 1991:47). Es decir, el método para llegar al trabajo abstracto
es el mismo.
5. Conclusiones.
Establecido lo anterior, puede decirse que la pretensión de erigir un corte entre Hegel
y Marx implica un abandono de la teoría marxista y abre la puerta para el desarrollo
de la variante estructuralista de la teoría de Marx, la cual se ha mostrado incapaz para
abordar cualquier cuestión relacionada con el cambio social. En este sentido, las
escisiones instauradas en el plano del estudio de la relación Hegel y Marx se
reproducen en el nivel de las distintas instancias regionales de la estructura social. De
este modo, el establecimiento de la ruptura entre Hegel y Marx es la base filosófica
necesaria para la elaboración de una concepción estructuralista de la sociedad, en la
que la totalidad desaparece, sumergida en la autonomía relativa de las instancias y,
posteriormente, para el desarrollo de una teoría general de la ideología, en la que el
concepto pierde hasta los vestigios de conexión con la teoría de Marx. La tesis de la
ruptura constituye, entonces, la clave para que el estructuralismo althusseriano se
constituya en teoría social independiente del marxismo.
Bibliografía:
MARX, K. (1996) El capital. Tomo I/Vol. I. Libro primero. México D. F.: Siglo XXI.
[9] Althusser desarrolla esto en una nota de “Sobre el Joven Marx”: “Para que
el término de superación en sentido hegeliano tenga un sentido, no basta
sustituirlo por el concepto de: negación-que-contiene-en-sí-misma-el-término-
negado, para hacer aparecer la ruptura en la conservación, ya que esta
ruptura en la conservación supone una continuidad sustancialen el proceso,
traducido en la dialéctica hegeliana por el paso del en-sí al para-sí, luego al
en-sí-para-sí, etc.…. Ahora bien, justamente estacontinuidad sustancial en el
proceso que contiene en germen, en su interioridad misma, su propio futuro,
es lo que aquí está en cuestión. Ahora bien, la posición de Marx, toda su
crítica de la ideología, implica por el contrario que, en su sentido mismo, la
ciencia (que aprehende la realidad) constituye una ruptura con la ideología…”
(Althusser, 1971: 63).
[11] Dicha solución está compuesta por dos niveles: a) la dispersión infinitesimal
microscópica de las superestructuras encuentra su unidad en la economía
(macroscópica). Según Althusser esta es una parte de la solución que opone los azares
de las voluntades individuales a la necesidad económica, determinante en última
instancia y exterior a estos azares. En segundo término, si Marx pudo ocuparse de esta
infinidad de azares fue a costa de no confundir los efectos históricos con sus efectos
microscópicos; b) En un segundo nivel, Engels abandonaría el caso de las
superestructuras y aplicaría su modelo a otro objeto, objeto que esta vez sí
corresponde a su esquema: la combinación de voluntades individuales. Aquí la
necesidad se encuentra fundada sobre el azar mismo como resultante global,
partiendo, no ya de los azares, sino de las voluntades individuales combinadas y
enfrentadas, su verdadero objeto. “¿Cómo se realiza la demostración? Descansa sobre
el modelo físico del paralelogramo de fuerzas: las voluntades son fuerzas; se afrontan
de dos en dos, en una situación simple, su resultante es una tercera fuerza diferente de
cada una y sin embargo común a las dos de tal modo que ninguna de las dos se
reconoce en ella, pero sin embargo, forman parte de ella, es decir, son co-autoras.”
(Althusser, 1971:100).
Tendríamos entonces, una interpretación no marxista de la carta de Engels a Bloch
que remite a los autores del individualismo metodológico, con una larga tradición en
la filosofía inglesa (de Hobbes en adelante).
[15] Este es, desde el punto de vista de los métodos de trabajo, uno de los
principales defectos de los ensayos de Althusser dedicados al examen de la
ruptura en Marx.
[16] Más adelante demostraremos cómo Althusser omite todas las referencias
positivas de Marx hacia Hegel contenidas en el epílogo citado, con lo que
contribuye a reforzar la impresión de ruptura con la que quiere caracterizar
las relaciones entre ambos.
[17] Respecto al Ludwig Feuerbach, consideramos que una lectura atenta del
texto de Engels permite visualizar una concepción muy diferente de las
relaciones entre Marx y Hegel que la formulada por Althusser. Engels realiza
una evaluación de la dialéctica hegeliana donde rescata su “carácter
revolucionario” en el sentido de que la tesis de Hegel sobre que “todo lo real
es racional” y “la realidad, al desplegarse, se revela como necesidad” (...)“se
torna, por la propia dialéctica hegeliana, en su reverso: todo lo que es real,
dentro de los dominios de la historia humana, se convierte con el tiempo en
irracional; (...) lleva en sí de antemano el germen de lo irracional; y todo lo
que es racional en la cabeza del hombre se halla destinado a ser un día real,
por mucho que hoy choque todavía con la aparente realidad existente”
(Engels, 1959: 187-188). Para Engels, ese carácter revolucionario de la
dialéctica hegeliana estriba en que “daba al traste para siempre con el caráter
definitivo de todos los resultados del pensamiento y de la acción del hombre”
(Engels, 1959: 188). Si bien afirma que esta es una afirmación que no se
presenta de modo tan claro en Hegel, sí “es una consecuencia necesaria de
su método” (Engels, 1959:189).
[18] “Hace casi treinta años sometí a crítica el aspecto mistificador de la
dialéctica hegeliana, en tiempos en que todavía estaba de moda. Pero
precisamente cuando trabajaba en la preparación del primer tomo de El
capital (....) Me declaré abiertamente, pues, discípulo de aquel gran pensador
y llegué incluso a coquetear aquí y allá, en el capítulo acerca de la teoría del
valor, con el modo de expresión que le es peculiar. La mistificación que sufre
la dialéctica en manos de Hegel, en modo alguno obsta para que haya sido él
quien, por primera vez, expuso de manera amplia y consciente las formas
generales del movimiento de aquélla.” (Marx, K. 1996: 20).
[22] Para una discusión del método dialéctico propuesto en losGrundrisse, ver
Dussel (1985: 48-63); Rosdolsky (1989: 53-56).
[23] Hay que tener en claro que la posición crítica de Marx frente al idealismo
suponía el reconocimiento de los elementos positivos contenidos en esta
corriente filosófico, sobre todo el papel activo del sujeto en la transformación
de la naturaleza y la sociedad. El texto clave para entender en qué medida la
teoría de Marx constituye una superación (en el sentido hegeliano del
término) del idealismo y del viejo materialismo son las Tesis sobre
Feuerbach, en especial la tesis nº 1 (Marx-Engels, 1985: 665-666). Para una
presentación general de las concepciones de Marx sobre el idealismo y el
materialismo, consultar Balibar (2000: 29-32).
[24] El autor del comentario autorizado por Marx afirma lo siguiente: a) Marx
no sólo se preocupa por encontrar la ley de los fenómenos que investiga, sino
que se interesa sobre todo por “la ley que gobierna su transformación, su
desarrollo, vale decir, la transición de una forma a otra, de un orden de
interrelación a otro”; b) además de examinar el orden existente de las
relaciones sociales, se preocupa por encontrar “la necesidad de otro orden en
que aquél [el orden actual] tiene que transformarse inevitablemente; c)
“concibe el movimiento social como un proceso de historia natural, regido por
leyes que no sólo son independientes de la voluntad, la conciencia y la
intención de los hombres, sino que, por el contrario, determinan su querer,
conciencia e intenciones”; d) parte de los fenómenos externos y no de las
ideas; e) “le importa la sucesión y concatenación en que se presentan las
etapas de desarrollo”; f) niega que las leyes económicas sean ahistóricas:
“cada período histórico tiene sus propias leyes (…) Una vez que la vida ha
hecho que caduque determinado período de desarrollo, pasando de un
estadio a otro, comienza a ser regido por otras leyes.” (Marx, 1996: 18-19).
[25] Para un examen del método de El Capital, ver Mandel (1998: 15-23).
[28] En un texto muy posterior a todos los que estamos analizando (las
entrevistas que Fernanda Navarro realizó a Althusser en 1984), el mismo
Althusser terminó por rechazar la idea misma de la ruptura total entre Hegel y
Marx: “a raíz de las investigaciones más recientes, como las publicadas por
Bidet en su excelente libro Que faire du Capital podemos reconocer que
efectivamente Marx nunca se liberó totalmente de Hegel, aunque sí se movió
hacia otro terreno, el científico, en el que fundó el materialismo histórico.”
(Althusser, 1998: 27). Althusser sostiene que la ruptura “fue sólo tendencial”
(Althusser, 1998: 27).