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Ha estado desde siempre presente dentro de las ramas de la teología, donde más que dilucidar
la condición humana desde la revelación se intentaba encontrar en la Biblia y en la Tradición
las pruebas o sostén de la antropología propia de la escolástica.
Desde el Concilio Vaticano II (en ámbito católico), este tratado afronta el problema del hombre
en cuanto destinado a participar de la naturaleza divina, del hombre en cuanto, según la
revelación, está llamado a ser hijo de Dios.
Los principales temas de los que se ocupa esta disciplina son los siguientes:
La justicia original o el estado en que se habrían encontrado Adán y Eva antes del
pecado original.
El pecado original.
La doctrina de la justificación.
La inhabitación de Dios en el alma o la gracia divina.
Su dimensión sobrenatural.
La divinización del hombre o su condición de hijo de Dios.
Conceptos teológicos:
cristología:
Es la parte de la teología cristiana que dedica su
estudio al papel que desempeña Jesús de
Nazaret (desde los puntos de vista tanto humanos
como divinos, bajo el título de Cristo o Mesías).
Sin embargo, los detalles menores de su vida no
son tan importantes para la cristología, y sí lo son
más bien el quién era, la Encarnación y los
eventos más importantes de su vida (su
nacimiento, su muerte y su resurrección).
Su naturaleza humana.
Su naturaleza divina.
La interrelación entre estas dos
naturalezas, cómo interactuarían y se
afectarían entre sí.
hijo del hombre:
El sentido de esta expresión tiene gran importancia ya que, en los Evangelios, el texto es
usado por Jesús para referirse a sí mismo. Se discute si se trata o no de un título de Jesús, y si
puede arrojar luz acerca de lo que Jesús pensaba sobre sí mismo.
Con anterioridad a los Evangelios, la aparición más significativa de esta expresión tiene lugar
en el Libro de Daniel, en el Antiguo:
Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que
mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras fieras les quitaron
el poder, dejándolas vivas una temporada. Seguí mirando y en la visión nocturna vi venir
en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó
ante él. Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo
respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
(Dn 7, 11-14)
Parte del libro está escrito en arameo y parte en hebreo. El compilador final de la obra unió el
texto hebreo y el arameo y le añadió ciertos pasajes que hacen alusión a la profanación del
Templo por parte de Antíoco IV, lo que permite datar la compilación en el año 165 a. C. Es un
libro de estilo apocalíptico.
Así como el anciano representa a Dios, el hijo del hombre, representa a Jesús, el Mesías que
había sido prometido por el anciano, nacido de una virgen como lo dijo el profeta Isaías:
En la literatura apocalíptica rendida por el santo profeta Daniel, Jesús acepta poner su vida en
expiación por el pecado, se desprende voluntariamente de tales atributos, y viene a ser el
Siervo sufriente de 'Adonay .Por lo tanto, es un título legítimo que el Mesías reclamó y usó para
anunciar que debía poner su cuerpo en expiación por los pecados del Pueblo y posteriormente
vencer al pecado y a la muerte con su resurrección de entre los muertos para nunca más morir
y su regreso al padre como la gavilla mecida.
El punto de vista católico
Según los teólogos católicos, este libro, perteneciente al Canon Hebreo (Tanaj), a las sección
de los Escritos (Ketubim), dio lugar al uso de la expresión «Hijo del Hombre» aplicado
al Mesías esperado por el pueblo judío.
El Evangelio según san Juan, más tardío que los tres sinópticos, abrevia el relato de la Pasión,
de modo que el proceso ante los judíos, en el que se manifiesta la expresión Hijo del Hombre,
se distribuye por los capítulos previos al prendimiento de Jesús:
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: ¿Crees tú en el Hijo del
Hombre? Él contestó: ¿Y quién es, Señor, para que crea en Él? Jesús dijo: Lo estás
viendo: el que te está hablando, ése es. Él dijo: Creo, Señor. Y se postró ante Él.
(Juan 9, 35-38)
Geza Vermes, uno de los más destacados estudiosos del Jesús histórico, documenta con
varios ejemplos la tesis de que "hijo de hombre" es un idiotismo propio
del arameo de Galilea con que el hablante alude a sí mismo. Con respecto a su utilización en el
Libro de Daniel, para Vermes la expresión no hace referencia a un individuo concreto, sino que
alude colectivamente a "los santos del Altísimo". No obstante, admite que con posterioridad se
desarrolló una interpretación mesiánica del texto del libro de Daniel, pero la sitúa a partir del
siglo II. En ningún caso admite que la expresión "hijo de hombre" tenga en el evangelio un
carácter titular, y opina que:
"Fue este giro idiomático lo que los discípulos galileos de Jesús, de mentalidad
apocalíptica, debieron "escatologizar" por medio de una midrash de Daniel 7:13."
Creación del hombre
La antropogonía es la clase relato de carácter mítico-religioso sobre el origen del hombre, su
creación o surgimiento y por extensión de su cultura.
En el mito de los Pelasgos, el primer hombre que brotó de la tierra de Arcadia es Pelasgo, a él
siguieron otros a los que enseñó a construir cabañas y a alimentarse de bellotas, y a coserse
túnicas de piel de cerdo.
Según cuenta Hesíodo, el mito de las cinco edades o razas del hombre indica que, como un
fruto más, los primeros hombres nacieron espontáneamente de la Tierra como súbditos
de Crono. Estos primeros hombres fueron la denominada raza de oro, vivían sin preocupación,
no envejecían y la muerte no era más que un sueño. Desaparecieron. Vino la raza de plata,
comedores de pan, creados también por acción divina. Estaban sometidos a sus madres y eran
pendencieros. Zeus los destruyó a todos. Vino después la raza de bronce, nacieron como
frutos de fresnos, comían carne además de pan y eran guerreros e insolentes. La peste se los
llevó a todos. La cuarta raza también era de bronce, aunque más noble y generosa, habían
sido engendrados por dioses en mujeres mortales. Lucharon por Tebas, son héroes y habitan
los Campos Elíseos. La quinta raza es la raza actual de hierro, descendientes indignos de la
cuarta. Son degenerados, crueles, maliciosos, lujuriosos, malos hijos y traicioneros.
En los primeros capítulos del Génesis se describen en una forma popular el origen y creación
del mundo, el hombre y la vida en general. La gran mayoría de los cristianos consideran los
primeros capítulos del Génesis como escritos simbólicos, que no deben ser entendidos
literalmente. Mientras que sólo unos pocos, los creacionistas y defensores de la teoría
del diseño inteligente, creen que sean históricamente correctos.
La historia de la creación del hombre en el Huerto del Edén aparece en el segundo capítulo. En
el primer capítulo Dios crea primero a los animales, y entonces crea al hombre y a la mujer a su
imagen, sin establecer ninguna prioridad entre ellos; pero en el segundo capítulo, en la
creación del Huerto del Edén, muchos ven que Yahweh Elohim crea a los animales, Adán y
finalmente crea a Eva de una costilla de Adán, o de su costado según la traducción (Génesis
2:18).
Dualismo
Se llama dualismo a la doctrina que afirma la existencia de dos principios supremos, increados,
contornos, independientes, irreductibles y antagónicos, uno del bien y otro del mal, por cuya
acción se explica el origen y evolución del mundo; y también, en un sentido más amplio, a las
doctrinas que afirman dos órdenes de ser esencialmente distintos, con más o menos
radicalismo: por ejemplo, ser ideal y ser real, Dios y mundo, naturaleza y gracia (en el
plano cognoscitivo razón y fe), materia y espíritu, orden físico (de la necesidad) y
orden moral (de la libertad y el deber) (en el plano cognoscitivo constatación y valoración ética),
conocer y querer (plano de la actividad consciente), bien y mal (plano de la actividad moral),
etc. En el primer caso se trata del dualismo en el sentido más estricto y usual del término, y se
puede llamar dualismo teológico, cosmogónico(relativo al origen del cosmos) o religioso; en el
segundo caso se puede hablar de un dualismo filosófico o metafísico, que se opone de modo
irreductible al panteísmo y el holismo.
En la filosofía china se utilizan los términos yin y yang para indicar la dualidad de todo lo
existente en el universo yendo más allá de dos principios supremos e irreductibles y pudiendo
ser aplicados a cualquier objeto o situación.
Dualismos filosóficos
En diferentes autores se han dado formas muy diversas de dualismos ontológicos. Se
encuentra en Pitágoras, con la oposición entre límite e ilimitado, par e impar, a las que
corresponden otras ocho oposiciones; en Empédocles, con el contraste entre la amistad y el
odio, que Aristóteles interpreta como el Bien y el Mal; en Anaxágoras con el caos primitivo y la
inteligencia; en los atomistas, con el vacío infinito y la multiplicidad de corpúsculos invisibles.
Se acentúa en Platón, con los dos mundos: el mundo inteligible de las ideas, eterno, inmutable
y necesario, y el mundo sensible de la materia, temporal, mudable y corruptible (alma
encerrada en un cuerpo). Platón desvaloriza el mundo de la materia; de su doctrina procede la
imagen del cuerpo como cárcel del alma. El dualismo platónico reaparece completo en
los neoplatónicos, aunque en éstos se añade la doctrina de la emanación, que liga ambos
mundos.
Descartes acentúa el dualismo entre el espíritu y la materia. Kant introduce un nuevo dualismo:
entre la razón pura y la razón práctica, el mundo natural de la apariencia (fenómeno) y
el determinismo, y el mundo moral de la realidad en sí y la libertad.
Los espiritualistas posteriores insisten en el dualismo entre naturaleza y espíritu.
El punto de partida es la creación: el ser humano ha sido plasmado como hombre y mujer. A
partir de esa reflexión se llega a una visión integral que permite una respuesta adecuada al
problema del matrimonio y de la procreación. Por tanto, se trata de establecer lo que Juan
Pablo II llama una “antropología integral” o mejor una teología del cuerpo.
El apartado sobre la "antropología adecuada" está dividido a su vez en tres secciones que son
reflexiones a partir de textos del evangelio y que reflejan tres momentos de la historia del
hombre:
a. El origen del hombre y su inocencia según el
designio de Dios.
b. El hombre caído por el pecado y redimido por
Cristo.
c. El hombre resucitado o "escatológico" en su
situación definitiva.