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Lic. Pedro García Cartaya

La Habana, 2008

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García Cartaya, Pedro
Principios técnicos de la tomografía axial computarizada /
Pedro García Cartaya, Carlos M. Breijo García, Pedro A. García
Jordá. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 2008.
[X], 158p. : il.

Bibliografía al final de la obra.


ISBN 978-959-212-330-4

WN 206

1. TOMOGRAFIA COMPUTARIZADA POR RAYOS X

I. Breijo García, Carlos M.


II. García Jordá, Pedro A.

Edición: Lic. Yudexy S. Pacheco Pérez


Diseño: Ac. Luciano Ortelio Sánchez Núñez
Realización: Héctor Sanabria Horta
Emplane: Dunia Maritza Herrera Arozarena

© Pedro García Cartaya, 2008.


© Sobre la presente edición:
Editorial Ciencias Médicas, 2008

Editorial Ciencias Médicas


Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas
Calle 23, No. 117 entre N y O, Edificio Soto
La Habana, 10400, Cuba
Correo electrónico: ecimed@infomed.sld.cu
Teléfonos: 832 5338 y 838 3375

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Autor

Lic. Pedro García Cartaya


Especialista en Imagenología Médica, Hospital Ortopédico Docente
“Fructuoso Rodríguez”. Instructor ISCMH.

Coautores
Lic. Carlos M. Breijo García
Profesor Auxiliar, Jefe del perfil Imagenología, Facultad de Tecnología
de la Salud.

Enf. Pedro Alberto García Jordá


Hospital General Docente “Julio Trigo López”.

Colaboradores
Dr. Luis Sergio Quevedo Sotolongo
Especialista de II Grado en Imagenología. Profesor Auxiliar ISCMH.

Msc. Román Rossell Vega


Profesor Auxiliar, Facultad de Tecnología de la Salud.

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Prefacio

En 1995 el autor principal de esta obra se encontraba trabajando en los


equipos de alta tecnología del Hospital “Hermanos Ameijeiras”, donde
se le asignó la tarea de impartir la parte teórica de la tomografía axial
computarizada a los alumnos de 5to. año de la especialidad de Tecnolo-
gía de la Salud, en el perfil de Imagenología del anterior modelo pedagó-
gico. Esto supuso un gran reto, pues a los libros publicados hasta enton-
ces en Cuba, sobre tomografía axial computarizada (TAC), se les ha
dado un enfoque médico y se refieren a las imágenes con un objetivo
diagnóstico, no existiendo bibliografía para la preparación del profesio-
nal que opera este equipamiento.

Al principio, lo que se transmitía era la experiencia en la aplicación de los


software e implementación de técnicas, protocolos, centrajes, etc.
En el 2005, la Dirección Provincial de Salud orientó la tarea de impartir los
cursos provinciales de TAC de los equipos Shimadzu, que se estaban insta-
lando en Ciudad de La Habana y es entonces cuando se decide preparar un
programa bien fundamentado, que más tarde vendría a incluirse, con algu-
nas transformaciones, en la asignatura Formación Integral de las Imáge-
nes, que se imparte en 4to. año de la licenciatura en Tecnología de la Salud,
en el perfil de Imagenología del nuevo modelo pedagógico.

El texto consta de 9 capítulos, describe las características tecnológicas y


las aplicaciones médicas de este medio de diagnóstico por imágenes; cons-
tituye en un importante material de referencia práctica para licenciados,
técnicos y profesionales de la especialidad, si se tiene en cuenta que hasta
el momento no existía ninguna otra publicación acerca de este tema.

Lic. Pedro García Cartaya.

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Contenido

Capítulo 1
Introducción a la tomografía axial computarizada
(TAC)/ 1
Importancia de la TAC/ 1
Limitaciones de la TAC/ 2
Principio de la exploración de la imagen en TAC/ 2
Reseña histórica/ 3
Generaciones de TAC. Características/ 5
TAC helicoidal o espiral/ 9

Capítulo 2
Términos y definiciones en TAC/ 15

Capítulo 3
Componentes básicos y salas o dependencias de un
tomógrafo/ 32
Sala de exploración / 34
Sala de consolas/ 42
Cuarto técnico/ 50
Sala de enfermería/ 51
Local de taquillas y servicios/ 51

Capítulo 4
Programación y parámetros del estudio/ 52
Introducción de los datos en la consola de mando/ 52
Realización del topograma/ 56
Ajustes de parámetros/ 57

Capítulo 5
Uso de contrastes radiológicos en tomografía axial
computarizada/ 64
TAC simple y contrastada/ 64
Importancia del uso de los contrastes/ 65
Vía oral/ 66
Vía intravenosa / 69
Inyección dinámica y no dinámica. Actuación/ 74
Vía rectal/ 75

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Capítulo 6
Protocolos de estudio e indicaciones/ 77
Cráneo y cara/ 77
TAC de tórax/ 86
TAC de abdomen superior/ 89
TAC de abdomen largo (abdominopélvico)/ 91
TAC de abdomen inferior (pelvis menor)/ 92
SOMA/ 94
Esqueleto apendicular/ 94
Miembro superior/ 98
Miembro inferior/ 99
Esqueleto axial/ 101

Capítulo 7
Tratamiento de la imagen en tomografía axial
computarizada/ 108
Factores que afectan la calidad de la imagen/ 108
Reconstrucción de la imagen. Aspectos técnicos / 113
Reconstrucciones en distintos planos al corte original/ 119

Capítulo 8
Sistemas de grabación de la imagen/ 125
Almacenamiento de la imagen. Sistemas de grabación/ 125
Máquinas de revelado/ 126
Telemedicina/ 129
Redes/ 131
Telerradiología/ 132

Capítulo 9
La protección radiológica en TAC/ 134
Efectos de la radiación/ 135
Concepto de prácticas e intervenciones/ 136
Clasificación de los tipos de exposición a la radiación/ 137
Efectos biológicos de las radiaciones ionizantes/ 138
Clasificación de los efectos biológicos/ 141
Indicadores biológicos de daño por radiación/ 145
Principios de la protección radiológica/ 146
Bibliografía/ 149

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Capítulo 1
Introducción
a la tomografía axial
computarizada

Importancia de la tomografía axial


computarizada
La tomografía axial computarizada (TAC) se considera una de las
más importantes invenciones médicas del siglo XX. Desde su uso inicial
en el diagnóstico radiológico, durante la década de los años setenta, ha
revolucionado la ingeniería médica, siendo, sin lugar a dudas, la más grande
invención en el campo de la radiología, desde el descubrimiento de los
rayos X.
Esta técnica de imagen proporcionó a la radiología una nueva visión
diagnóstica en la patogénesis del cuerpo, considerándose en la actuali-
dad uno de los más importantes métodos de diagnóstico radiológico, puesto
que nos ofrece imágenes de los órganos internos sin necesidad de proce-
dimientos invasivos y con la ventaja, respecto al método convencional de
rayos X, de tener una resolución de contraste significativamente mejor y
de poder aumentar el tamaño de las imágenes de los órganos del cuerpo
(zoom) sin pérdida de definición, mostrando diferencias mínimas entre
tejidos, incluso cuando las densidades y números atómicos solo sean li-
geramente diferentes, lo que define su elevado nivel de sensibilidad
diagnóstica.
La TAC puede detectar diferencias en el rango de 0,25 % al 0,5 %
(dependiendo de la marca comercial y tipo de equipo), lo que compara-
do con el 10 % de discriminación que logra la radiografía convencional,
nos demuestra su notable grado de especificidad diagnóstica. Con esta
técnica se elimina además, la superposición de estructuras en un mismo
plano, como ocurre en las radiografías y gracias a que la imagen es digital
y al gran rango dinámico de los datos recolectados esta imagen puede ser
manipulada después de adquirida. Esto es equivalente en la radiografía
convencional a poder cambiar los parámetros de los rayos X (factores
electrotécnicos), aún después que la película haya sido expuesta y revela-
da, permitiendo realizar un diagnóstico mucho más preciso.

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Limitaciones de la TAC
Es importante, no obstante, conocer sus limitaciones para lograr una
mejor explotación de esta técnica. Entre ellas podemos destacar:
– Se pueden producir artefactos de imagen por el tejido óseo; por esta
razón la evaluación del contenido de la fosa posterior y de la región
selar, por medio de esta técnica, resulta a veces difícil.
– No permite la obtención de imágenes en sentido sagital durante el
estudio, como en el caso de la resonancia magnética nuclear (RMN),
logrando solamente cortes axiales fundamentalmente y coronales en
algunos, mediante la angulación del gantry. Las demás proyecciones
solo se logran mediante el posprocesamiento de las imágenes obteni-
das.
– Cuando es necesario realizar estudios contrastados se deben tener en
cuenta las posibles reacciones adversas descritas en el empleo de estas
sustancias.

Principio de la exploración
de la imagen en TAC
La TAC es un tipo especial de procedimiento radiológico donde se
reconstruye, por medio de una computadora, toda la materia en un pla-
no tomográfico de un objeto. La imagen se consigue mediante medidas
de absorción de los rayos X hechas alrededor del objeto. La fidelidad de
la imagen depende de diversos parámetros, como la naturaleza de los
rayos X, los detectores, el número y la velocidad con la que se realizan
las mediciones, los algoritmos que se utilicen en la reconstrucción de la
imagen, etcétera y se fundamenta en que todos los rayos que pasan a
través del cuerpo humano contienen información de toda la materia atra-
vesada por el haz de radiación, lo que implica la medición indirecta del
debilitamiento o atenuación de los rayos X en numerosos puntos o posi-
ciones localizadas alrededor del paciente explorado.
De forma más simplificada, este procedimiento consiste en disparar
un abanico de rayos X que llega a una serie de detectores que miden la
intensidad de la absorción de dicha radiación (coeficientes de atenua-
ción). El conjunto formado por la fuente de rayos X y los detectores
rota alrededor del paciente (en equipos de 3ra. generación y helicoidales),
manteniéndose fijos los detectores en los equipos de 4ta. generación,
obteniendo alrededor de 800,000 determinaciones individuales de los

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coeficientes de atenuación. Estos datos son recogidos por una computa-
dora que los analiza, compara y los agrupa en píxeles, formando una
imagen bidimensional en la escala de grises que implica la medición indi-
recta de los factores de atenuación de los rayos X.
Resumiendo:
– Un haz colimado de rayos X en forma de abanico atraviesa
transversalmente al objeto, produciendo imágenes de esta sección.
– Estas imágenes transversales que representan rebanadas (cortes) del
objeto nos permiten visualizar los diferentes tejidos sin el efecto de la
superposición, como ocurre en la radiología convencional.

Reseña histórica
En el año 1917 el matemático austriaco J. Radón demostró que era
posible reconstruir la imagen de un objeto de 2 ó 3 dimensiones a partir
de un gran número de sus proyecciones. En este sentido, no se lograron
más avances hasta el año 1967 en que el ingeniero Godfrey Newbold
Hounsfield dedujo la posibilidad de obtener información relativa a las
estructuras internas de un objeto si a través de este se hacía pasar un haz
de rayos X en todas direcciones, mientras se medía la radiación transmitida.
Godfrey Newbold Hounsfield nació en Newark, Inglaterra en 1919.
Graduado de ingeniero electrónico, durante la II Guerra Mundial se con-
virtió en instructor de mecanismos de radar de la Royal Air Force (RAF).
Después de la guerra se unió a la compañía electrónica EMI y dirigió un
equipo que trataba de construir las primeras computadoras totalmente
transistorizadas, aprovechando una técnica novedosa, inventada por él,
para incrementar la velocidad de los transistores.
En 1967 desarrolló el principio de la tomografía axial computarizada.
Los equipos de TAC de la firma EMI se empezaron utilizar en los gran-
des hospitales en la década del 70 y es precisamente en 1971 cuando se
realiza, en el Atkinson Morleys' Hospital de Londres, el primer examen
clínico con prototipo de TAC para exploraciones del cerebro (Fig. 1.1).
En 1972, EMI presenta una versión comercial que fue acogida como
un importantísimo avance por la comunidad de radiólogos (Fig. 1.2).
En el Congreso Anual de Radiología, celebrado en Londres en abril
de 1972, se hace el anuncio al mundo. Hasta ese momento no se había
realizado ninguna invención o descubrimiento en el campo de la radiolo-
gía comparable con el descubrimiento de los rayos X, en 1895, por Wilhelm
Conrad Roentgen, quien había recibido en 1896 la Medalla Rumford de
la Sociedad Real de Londres y el primer Premio Nóbel de Física en 1901.

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Fig. 1.1. Los primeros equipos de TAC
solo eran de utilidad en exploraciones cra-
neales.

Fig. 1.2. Hounsfield inaugura


el primer prototipo comercial
de TAC.

En 1973 comienza la producción industrial y se instalan los primeros


cinco equipos alrededor del orbe.
Años más tarde, en 1979, Hounsfield recibe el Premio Nóbel de Fi-
siología y Medicina junto al físico nuclear de origen surafricano Allan
MacLeod Cormack, que había desarrollado de manera independiente un
equipo de TAC en Estados Unidos.

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¿Quién fue Allan MacLeod Cormack? La literatura que trata sobre
TAC omite sin razón a este eminente científico que se ganó el merito de
recibir el ansiado premio junto a Hounsfield.
Allan MacLeod Cormack (1924-1998), fue un físico estadounidense
de origen sudafricano que nació en Johannesburgo, el 23 de febrero de
1924 y se licenció en Física en la Universidad de Ciudad de El Cabo, en
1944, ejerciendo posteriormente como profesor de Física de dicha Uni-
versidad.
En 1956, trabajando en el departamento de Radiología del Groote
Schuur Hospital, observó el uso de los rayos X en el tratamiento de tu-
mores en pacientes con cáncer y comenzó a preguntarse la manera de
administrar una dosis adecuada de radiación, disminuyendo así la canti-
dad de radiación secundaria recibida por el tejido sano. De esta manera
desarrolló la idea del uso de múltiples haces de rayos X proyectados al
cuerpo desde ángulos diferentes, pero en el mismo plano, pensando, no
sin razón, que podía proporcionar una visión mejorada de las estructuras
internas del cuerpo; resolviendo múltiples ecuaciones matemáticas para
convertir estas mediciones en una imagen representada como una sec-
ción transversal. Tras realizar algunos experimentos rudimentarios y por
no contar con la tecnología y los medios materiales necesarios, no pudo
construir un equipo. Por esta razón solamente publica dos artículos en la
revista Journal of Applied Physics, en 1963 y 1964, que no suscitaron
ningún interés durante más de una década por la comunidad científica
mundial.
Es justo destacar que cuando Hounsfield desarrolló sus experimen-
tos desconocía las investigaciones que Cormack había llevado a cabo,
por lo que elaboró sus propias fórmulas, creando las unidades de medi-
ción que actualmente llevan su nombre.
La historia de estos dos grandes científicos constituye un ejemplo
clásico de los muchos descubrimientos paralelos e independientes que se
llevan a cabo en el campo de las ciencias.
Los diferentes avances técnicos acaecidos desde Hounsfield y
Cormack hasta nuestros días, han permitido crear generaciones de equi-
pos cada vez con mayor rendimiento, reconociéndose hasta la actualidad
4 generaciones de TAC convencionales; el surgimiento de la TAC
helicoidal o espiral y su posterior evolución, desde los primeros equipos
que contaban con una fila de detectores o monocortes, hasta los actuales
equipos multicortes.

Generaciones de TAC. Características


Como se ha explicado, desde la primera hasta la cuarta generación se
trata de equipos de TAC convencionales, también llamados secuenciales,
debido a que los cortes se obtienen uno a uno.

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Su principio de funcionamiento es el siguiente: el tubo de rayos X
rota alrededor del paciente, emitiendo radiación X, mientras los detec-
tores captan la información correspondiente al corte. En cada adquisi-
ción del corte el tubo deja de irradiar, mientras el paciente es movido
hasta la posición del próximo corte, que se escanea de la misma forma.
Este proceso continúa hasta que todos los cortes hayan sido escaneados,
uno a uno y el estudio haya concluido. Por esta razón se le denomina
también tomografía incremental.
Es importante destacar que todos los sistemas han evolucionado, pero
el que ha marcado verdaderamente las diferencias es el sistema de tubo
de rayos X-detectores, pues su continuo perfeccionamiento ha logrado
disminuir el tiempo de barrido y mejorar la calidad de la imagen de for-
ma ostensible.
1ra. generación. Es la primera descrita y su funcionamiento se
basa en una geometría del haz de rayos X paralelo y movimientos de
traslación-rotación en un tubo de rayos X y un solo detector; de manera
que para obtener un corte tomográfico son necesarias muchas medicio-
nes y por tanto, muchas rotaciones del sistema tubo-detector. Esto hace
que nos encontremos con tiempos de barrido muy amplios (entre 4 y 5
min por corte).
– La geometría de haces paralelos la define un conjunto de rayos parale-
los unos a otros, que generan el perfil de una proyección.
– El procedimiento para la adquisición de datos utilizaba un haz de ra-
yos X único y altamente colimado y 1 o 2 detectores.
– El haz de rayos X era trasladado linealmente a través del paciente
para obtener el perfil de la proyección. Posteriormente, la fuente de
rayos X y el detector rotaban aproximadamente un grado alrededor
del isocentro para obtener el perfil de otra proyección.
– Este movimiento de traslación-rotación se repetía hasta que la fuente
de rayos X y los detectores hubieran rotado 180°.
– Tiempo de exploración entre 4,5 y 5,5 min por corte (Fig. 1.3).

2da. generación. En esta generación se montan 30 detectores,


con lo que se reduce considerablemente el número de rotaciones (de 180
a 6) y por tanto, el tiempo de barrido, que pasa a ser del orden de entre
20 y 60 s, basado igualmente en una geometría del haz de rayos X en
forma de abanico y movimientos de traslación-rotación. Se diferencia de
la primera generación por el aumento del número de detectores (alrede-
dor de 30) y un tubo de rayos X que genera múltiples haces, cada uno de
los cuales incide en un único detector del arreglo. La geometría resultan-
te describe un pequeño abanico cuyo vértice se origina en el tubo de
rayos X. El procedimiento de adquisición sigue siendo el mismo. Des-
pués de cada traslación, el tubo de rayos X y el arreglo de detectores
rotan, repitiéndose nuevamente el proceso de traslación (Fig. 1.4).

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Fig. 1.3. Primera generación. (1) Movimiento de traslación del tubo de rayos X y del (2)
detector; (3) Colimador del tubo de rayos X; (4) El primer equipo contaba con un solo
detector; (5) Una vez terminada la adquisición el sistema tubo-detector, realiza una rotación
para obtener el perfil de la próxima proyección; (6) Haz de rayos X único y altamente
colimado.

Fig. 1.4. Segunda generación. Utiliza, al igual que la generación anterior, movimientos de
rotación y traslación. Al aumentar el número de detectores disminuyen los tiempos de
exposición. (1) Movimiento de traslación del tubo de rayos X y de los (2) detectores; (3)
Colimador del tubo de rayos X; (4) En esta generación se montan 30 detectores; (5) Una vez
terminada la adquisición, el sistema tubo-detector realiza una rotación para obtener el perfil
de la próxima proyección; (6) Haces de rayos X múltiples, cada uno de los cuales incide en
un único detector del arreglo.

Debido a que la geometría del haz de rayos X cambió de un haz


paralelo a un haz en forma de abanico, se requirió un cambio significati-
vo en el algoritmo de reconstrucción de la imagen. Los tiempos de explo-
ración se redujeron entre 20 s y 3,5 min por corte.

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3ra. generación. A diferencia de las dos generaciones anteriores,
en ésta aparece un conjunto de detectores que forman un arco móvil
que, junto con el tubo de rayos X, describen a1 unísono un giro de 360°
alrededor del paciente, eliminando el movimiento de traslación de las
dos primeras generaciones. Este se basa en una geometría del haz de
rayos X en forma de abanico y rotación completa del tubo de rayos X y
de los detectores (Fig. 1.5).
A medida que estos rotan, son obtenidos los perfiles de cada proyec-
ción. Por cada punto fijo del conjunto tubo-detectores se obtiene una
vista.

Fig. 1.5. Tercera generación. En esta se eliminan los movimientos de traslación presentes en
las dos generaciones anteriores. (1) Conjunto de detectores que forman un arco móvil que
recibe un haz de rayos X en forma de abanico; (2) Tubo de rayos X; (3-4) Rotación completa
del sistema tubo-detectores.

Se le adiciona una rejilla de tungsteno entre cada detector, enfocada


hacia la fuente de rayos X, que rechaza las radiaciones secundarias.
Este sistema reduce el tiempo de barrido de forma considerable de 3
a 10 s, dependiendo de la firma, llegando en algunos equipos, incluso,
hasta 1 segundo.
4ta. generación. Esta generación presenta un anillo de detectores
fijos y es el tubo de rayos X el que gira en tomo al paciente, mejorando
de forma notoria el ajuste de los detectores. Se basa en una geometría del
haz de rayos X en forma de abanico, con rotación completa del tubo de
rayos X dentro de un arreglo de detectores estacionarios de 360°, com-
puesto por entre 600 y 4 800 detectores independientes (dependiendo
del fabricante) (Fig. 1.6).

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Fig. 1.6. Cuarta generación. Rotación del tubo de rayos X con arreglo de detectores fijos.
Esta generación no logró superar los tiempos de adquisición de la tercera.

El tubo de rayos X, que genera un haz en forma de abanico, rota


alrededor del centro mientras que los detectores se mantienen estacio-
narios, alcanzando los mismos tiempos de exploración que los equipos
de la tercera generación.
Desde el punto de vista clínico y comercial, tuvieron tanto éxito como
los de tercera generación, pero esta no satisfizo las expectativas por va-
rias razones: debido a que los detectores no tienen una posición fija con
respecto a la fuente de rayos X, entonces no se podía utilizar una rejilla
enfocada para rechazar las radiaciones secundarias, además, los tiempos
de corte no superaron a la generación anterior y tenía el inconveniente
de que los detectores debían ser calibrados dos veces por cada rotación
de la fuente de rayos X, mientras que los sistemas de tercera generación
sólo se calibran una vez cada varias horas. En la actualidad se ha retomado
nuevamente la arquitectura correspondiente a los equipos de la tercera
generación en la producción de sistemas helicoidales.

TAC helicoidal o espiral


Esta técnica fue posible gracias a la introducción de la técnica de
Slipring, que evita la utilización de los cables de conexión entre la parte
estacionaria y la parte rotatoria, como ocurría en los equipos convenciona-
les. Como se ha señalado, se retoma la arquitectura de la 3ra. genera-
ción con su sistema tubo-detectores formando un arco móvil y una rota-

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ción continua alrededor del paciente mientras se realiza el movimiento
de traslación de la mesa, haciendo posible realizar estudios en espiral o
helicoidales (Fig. 1.7).

Fig. 1.7. La técnica de Slipring evita la utilización de los cables de conexión usados en los
equipos convencionales, lo que hace posible una rotación continua del sistema tubo-
detectores. Power Brush Block (1) transfiere el alto voltaje del bloque estacionario a la parte
rotatoria. Signal Brush Block (2) transfiere el bajo voltaje y las señales de mando que
enviamos mediante la consola de mando del bloque estacionario a la parte rotatoria.

La introducción de la técnica helicoidal o espiral ha revolucionado el


campo de la tomografía, pues a diferencia de los estudios convenciona-
les, en los que el hecho de tener que mover la mesa horizontalmente a la
posición del próximo corte implica una demora, los estudios helicoidales
no tienen esta limitante, aumentan la calidad de la imagen, minimizan los
tiempos de estudio, los artefactos y eliminan los movimientos respirato-
rios de la TAC secuencial, siendo la primera técnica que permitió escanear
regiones y órganos completos durante una misma fase respiratoria lo que
conllevó a una considerable elevación del nivel de sensibilidad y especifi-
cidad del diagnóstico médico por imágenes (Fig. 1.8).
Esta técnica permite la obtención de imágenes solapadas (recons-
trucciones interpoladas) sin necesidad de radiación adicional, además,
admite la obtención de información tridimensional (volumétrica) del
paciente, con gran calidad de la imagen, en un corto período de tiempo.
Esto se logra acoplando la rotación continua del gantry con el movimien-
to de la mesa con el paciente hacia la fuente de rayos X; todo esto asocia-
do a adelantos tecnológicos que proporcionan mayor capacidad de ca-
lentamiento del tubo y mayor sensibilidad en los detectores. Esta innova-
ción técnica constituye una revolución en cuanto a sus posibilidades en
la obtención de imágenes, tomando un nuevo auge después del adveni-
miento de los equipos helicoidales o espirales, generándose por ello nuevas
indicaciones clínicas y consolidándose otras indicaciones ya existentes.

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Fig. 1.8. TAC espiral o helicoidal. Al rotar el tubo de rayos X de forma ininterrumpida unido
al movimiento de la mesa provoca una hélice o un espiral. De ahí su nombre de helicoidal o
espiral.

Al realizar la rotación continua del tubo de rayos X al mismo tiempo


que el paciente es trasladado, nos ofrece la posibilidad de obtener un
barrido volumétrico de una zona anatómica durante la suspensión de la
respiración por parte del paciente.
A diferencia de los equipos convencionales, se escanea un volumen
en lugar de un corte cada vez y durante este proceso el tubo de rayos X
rota alrededor del paciente, emitiendo un haz de rayos X y moviéndose
simultáneamente de forma horizontal a una velocidad constante la mesa
con el paciente a través del gantry, mientras que los detectores miden la
radiación transmitida por el paciente durante todo el tiempo que dura el
estudio.
A partir de los datos obtenidos, además de las imágenes solapadas se
pueden obtener imágenes en planos diferentes al plano axial convencio-
nal, como es el caso de la técnica de reconstrucción multiplanar, o en
formatos tridimensionales, usando las técnicas de exposición de superfi-
cie sombreada y proyección de máxima intensidad, proyección de míni-
ma intensidad, de renderización de volumen, angioTAC y endoscopia
virtual, procesos que serán tratados en el Capítulo 7.
Gracias al desarrollo de la TAC helicoidal se adquieren datos de una
zona anatómica grande durante la fase arterial de un bolo de contraste
adecuadamente dosificado y se obtienen imágenes vasculares en diferen-
tes planos.
En la actualidad se mantiene vigente el procedimiento fundamental
empleado por los antiguos sistemas de tomografía: reconstrucción de la
imagen a partir de sus proyecciones y los esfuerzos se han concentrado

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en el mejoramiento de la calidad de imagen y en la disminución de los
tiempos de exploración.
Estas dos limitaciones han sido constantemente mejoradas en la me-
dida que mejoran los equipos de cómputo, avanza la tecnología de fabri-
cación de tubos de rayos X, mejora la calidad de los detectores y se
perfeccionan los algoritmos para el procesamiento digital de la informa-
ción.
En relación con los tiempos de exploración, estos se han logrado re-
ducir mediante la disminución de las partes móviles, conjuntamente con
el incremento del número de detectores empleados.
La preparación del paciente es similar a la TAC convencional; te-
niendo en cuenta la necesidad de instruirlo para que mantenga suspendi-
da la respiración durante el tiempo que dura el barrido. Como se ha
señalado la TAC espiral disminuye en gran medida, debido a su rapidez,
los artefactos producidos por la respiración algo habitual en los estudios
de TAC convencional.
A modo de resumen, se podrían establecer entonces las ventajas y
limitaciones de la TAC helicoidal o espiral.
Ventajas:
– Los exámenes se realizan en un tiempo significativamente menor al
requerido con la técnica convencional.
– Mejor caracterización de las estructuras vasculares, pues éstas pue-
den ser estudiadas en el pico máximo de captación del medio de con-
traste.
– Mejor calidad de la imagen, pues se presentan menos artefactos por
movimiento.
– Reconstrucciones 3D y ortogonales 2D en varios planos sagitales,
coronales y oblicuos con excelente resolución de la imagen.
– Posibilidad de manipular la información de manera retrospectiva, con
el fin de disminuir los artificios de volumen parcial, realizando recons-
trucciones interpoladas finas en sitios que generen dudas diagnósticas.
– Obtención de mejor contraste parenquimatoso, lo que hace más evi-
dente las lesiones focales.
– No hay pérdidas significativas de la resolución espacial y de la resolu-
ción de contraste.

Limitaciones:
– No tolera altos miliamperajes; mientras menor sea este, mayor grano
tendrá la imagen.
– A menor grosor del corte, mayor grano en la imagen, lo que se com-
pensa aumentando el miliamperaje (esto se puede apreciar en cortes
menores de 5 mm)
– En los estudios de la unión cervicotorácica se presentan múltiples ar-
tefactos de origen óseo. Esto es debido a la superposición de los hom-

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bros y se soluciona evaluando dicha área con técnica convencional, lo
que permite utilizar un miliamperaje mayor (120 kV, 300 mA).

Evolución desde la TAC


helicoidal de un corte hasta los
equipos de multicorte
Ha sido una verdadera revolución dentro de la técnica helicoidal.
Estos escáneres combinan la posibilidad de realizar cortes ultra finos de
0,5 mm o menos y de explorar grandes volúmenes anatómicos, pudiendo
obtener imágenes del cuerpo entero en aproximadamente 30 s. Con la
capacidad de mostrar pequeños vasos sanguíneos con una marcada dis-
minución de la dosis de radiación, tienen su mayor utilidad en el estudio
del sistema cardiovascular con una mayor resolución temporal (puede
congelar el movimiento cardíaco) puesto que adquiere imágenes dentro
del ciclo cardiaco gracias al electrocardiógrafo incorporado, una mayor
resolución espacial porque se puede visualizar con claridad la diminuta
vascularización coronaria y con una baja resolución de contraste pudien-
do definir con claridad la placa blanda de la pared del vaso y el contraste
yodado y el calcio de las paredes (Fig. 1.9).
Los cambios fundamentales del aparataje se encuentran en el diseño
de los detectores. En vez de los actuales de matriz fija, de longitud uni-
forme con intervalos o "espacio muerto", los nuevos detectores de tipo
adaptable combinan detectores de diferentes longitudes en el eje Z, si-
tuando los de mayor tamaño en los extremos del haz cónico y los de
cortes finos en el centro. Distintas combinaciones de los detectores ad-
yacentes mejoran hasta 8 veces la velocidad de rastreo, la resolución
temporal y de contraste, respecto a los equipos de TAC helicoidales de
un solo corte.

Fig. 1.9. El equipo helicoidal multicorte (B) en relación al monocorte (A), por cada rotación
estudia un mayor volumen con un aumento de la velocidad de rotación, lo que disminuye los
tiempos de exposición. (1) Tubo de rayos X; (2) Colimador del tubo de rayos X; (3) Colimador
del Slice. En los equipos multicortes existen tantos colimadores del Slice en el eje Z como
cantidad de filas de detectores posee el equipo; (4) Colimador de los detectores. En los
equipos multicortes existen tantos colimadores del detector en el eje Z como cantidad de
filas de detectores posee el equipo.

13
En el año 1992, Elscint introduce en el mercado el primer tomógrafo
multicorte. Estos equipos emplean la tecnología Slipring, detectores de
estado sólido y una geometría de adquisición acorde a la tercera genera-
ción (Figs. 1.10 y 1.11).

Fig. 1.10. Sistema de cableado para la rotación del sistema tubo-detectores en los equipos de
TAC convencional de 3ra y 4ta generación. (1) Posición inicial antes del scan; (2-6) Comienza
la rotación del sistema tubo-detectores con irradiación del tubo para lograr un slice.

Fig. 1.11. Sistema de cableado para la rotación del sistema tubo-detectores en los equipos de
TAC convencional de 3ra y 4ta generación. (7-9) Luego de terminar la exposición el cable se
recoge y lleva al sistema tubo-detectores a su posición inicial para comenzar un nuevo corte.

14
Capítulo 2
Términos y definiciones
en tomografía axial
computarizada

La revolución científico-técnica ha influido sobre el desarrollo de las


ciencias médicas en general, representando una posibilidad extraordina-
ria de progreso en muchas ramas de esta ciencia, especialmente en el
campo de la imagenología.
La tomografía axial computarizada ha evolucionado a la par de la
ingeniería médica y la informática, contando desde sus inicios con un
vocabulario técnico muy amplio que ha ido acrecentándose en la misma
medida en que han evolucionado las generaciones de TAC estudiadas en
el capítulo anterior.
En este se presenta un glosario de términos y definiciones que con-
forman los conceptos básicos de utilidad para el manejo de este
equipamiento de alta tecnología, siendo necesario su conocimiento para
el licenciado u operador de TAC. No se ofrece una lista exhaustiva cuya
elaboración sería demasiado compleja, sino que se dan a conocer los
tecnicismos más comúnmente utilizados. Es conveniente recordar que
todas estas palabras provienen del idioma inglés y la mayoría no tienen
aun una traducción al idioma español.
Píxel. Unidad de superficie de la imagen. Es la abreviatura fonética
del concepto inglés picture element. Es la unidad de información más
pequeña que puede procesar una computadora y posee una absorción
característica. Se trata de un punto en una rejilla rectilínea de miles de
puntos tratados individualmente, para formar una imagen en la pantalla
de la computadora de la TAC (Fig. 2.1). Mientras mayor es la cantidad
de píxeles, mayor será la resolución de la imagen. La palabra resolución
se usa generalmente para indicar el número de píxeles mostrados hori-
zontal o verticalmente en el monitor del equipo. Por ejemplo, una resolu-
ción de 512×1 024 significa una resolución horizontal de 512 píxeles y
una resolución vertical de 1 024. Una imagen de la pantalla no es sola-
mente una representación 2D de la anatomía, sino que contiene informa-
ción sobre la atenuación media hística en una matriz. Es decir, una ma-
triz de 1 024 x 1 024 tiene mayor resolución que una de 512 x 512 ele-
mentos (píxeles).

15
Fig. 2.1. La cuadrícula
sombreada representa un
píxel.

Voxel. Unidad de volumen de la imagen. Es la unidad de volumen


que representa el píxel en el monitor de la TAC (píxel por sección de
corte) que es representada en la imagen plana por el píxel. Dentro de
cada voxel se considera constante el coeficiente de atenuación del obje-
to. Un corte (scan) tiene un grosor definido y se compone de una matriz
de unidades cúbicas o cuboideas (voxels) de idéntico tamaño. Este deta-
lle técnico es la razón de los efectos de volumen parcial que se explican
más adelante (Fig. 2.2).
Matriz. Es un espacio cuadriculado de filas y columnas que deter-
minan cada uno de los píxeles donde son almacenados los coeficientes de
atenuación en correspondencia con la posición de cada voxel (Fig. 2.3).
Alta resolución. Es el término aplicado a la imagen de alta calidad
y está basada en el número de píxeles (puntos) que conforman la imagen.
Mientras mayor sea la cantidad de píxeles que posea este espacio cuadri-
culado de filas y columnas que conforman la matriz, mayor resolución
tendrá la imagen, es decir, mayor detalle.

Fig. 2.2. El área sombreada


representa un voxel.

16
Fig. 2.3. La suma de todos
los píxeles que conforman
las líneas y las columnas,
forman la matriz.

Monitor. Es el dispositivo en el que se muestran las imágenes gene-


radas por la TAC. El término monitor se refiere normalmente a la panta-
lla de vídeo y su carcasa. La calidad del monitor se mide por su tamaño
(especificado como la longitud de la diagonal de la pantalla, medida en
pulgadas), el tamaño del punto, la frecuencia de barrido horizontal y la
frecuencia de barrido vertical o frecuencia de refresco.
Pantalla táctil. Es una pantalla diseñada para reconocer la situa-
ción de una presión en su superficie. Al tocar la pantalla, el operador de
la TAC puede hacer una selección sin necesidad de la utilización del
teclado o del mouse.
Unidades Hounsfield (UH). Los coeficientes de atenuación se
han codificado en una escala (escala de unidades Hounsfield), donde las
imágenes menos brillantes (hipodensas) tienen los valores más bajos y
las más brillantes (hiperdensas) los valores más altos. Hounsfield le otorgó
al agua el valor 0 UH (cero), a los valores extremos de densidad de tejido
humano se les asignan valores que van desde -1 000 UH para el aire,
hasta +1 000 UH para el hueso (estos valores pueden cambiar según el
equipo) (Fig. 2.4). Esto explica el por qué aquellos objetos con densidad
superior al hueso producen artefacto en la imagen.
El valor del agua es seguido, en orden ascendente por el del líquido
cefalorraquídeo (LCR), la sustancia blanca, sustancia gris (10 a 40 UH),
sangre líquida, sangre coagulada (40 a 100 UH) y hueso (muy por enci-
ma de 100 UH); mientras que el tejido adiposo tiene valores de atenua-
ción entre -50 y -100 UH.

17
Las imágenes en los equipos de TAC de última generación permiten
una buena diferenciación de la sustancia blanca y gris, de los núcleos
basales, así como vasos cerebrales mayores y del espacio subaracnoideo
(con el uso de medios de contraste hidrosolubles por vía intravenosa o
intratecal lumbar, respectivamente).

Fig. 2.4. La tabla de Hounsfield da un valor cero al agua, un valor máximo negativo al aire y
un valor máximo positivo al hueso.

Los coeficientes de atenuación µ dependen de la energía de la radia-


ción utilizada.
– Cada sistema de TAC trabaja con radiaciones de diferente energía.
– Para evitar que los coeficientes de atenuación de un objeto difiera de
un equipo a otro, entonces los equipos calculan coeficientes de ate-
nuación relativos.
– De este modo, se determina la diferencia entre los coeficientes de ate-
nuación del objeto y el de un material de referencia.
– Como material de referencia se utiliza el agua, debido a que su atenua-
ción es similar a los tejidos del cuerpo humano.

Histograma. Es la presentación gráfica y numérica de frecuencia de


valores de la escala de Hounsfield (UH) en una región previamente se-
leccionada.
Artefactos. Distorsión de una imagen real que dificulta la visualiza-
ción de las estructuras adyacentes producida por diferentes causas. Los
artefactos son los peores enemigos del licenciado.
Dicho de otra forma, un artefacto es cualquier cosa que aparezca
en la imagen reconstruida que no sea parte del objeto que ha sido escaneado
(Fig. 2.5). También se caracterizan por una distorsión o un error en la
imagen que no tiene ninguna relación con el objeto estudiado. Los arte-
factos pueden tener múltiples causas que, en general, se dividen en 2
grupos: los artefactos relativos a la exploración y los artefactos relativos
al sistema.
Resulta muy importante reconocerlos, por lo que el primer paso se-
ría repetir el estudio si aparece una estructura tomográfica dudosa. Se
recomienda primero cambiar ligeramente la posición del paciente dentro
del corte, ej. cambiando la posición vertical de la mesa en más de 5 mm.

18
Fig. 2.5. Artefacto en la imagen por prótesis
dentaria.

Entre las causas que producen artefactos se pueden mencionar:


Artefactos por borrosidad cinética: movimiento voluntario o invo-
luntario del paciente. Cuando el paciente se mueve durante el tiempo de
disparo, entonces la anatomía que tenga bordes con alto contraste pro-
ducirá en la imagen artefactos en forma de rayas. Estas rayas son produ-
cidas debido a que los algoritmos de reconstrucción no son capaces de
manipular de forma apropiada la gran cantidad de cambios en la atenua-
ción de los voxels en el borde de la anatomía. En los estudios de cuello,
por ejemplo, la deglución altera la calidad del examen en mayor medida
que la respiración. Los artefactos provocados por los latidos del corazón
se pueden resolver en los equipos modernos mediante las funciones "dis-
paro por ECG" y "sincronización ECG". Los movimientos peristálticos
presentan más complicaciones.
Artefactos por presencia de cuerpos metálicos: los artefactos metáli-
cos externos, como prótesis, dentaduras postizas, clavos, llaveros, cintu-
rones, etc. se deben retirar antes de comenzar el estudio y son causados
por un mal procedimiento en el algoritmo de trabajo del licenciado u
operador del equipo durante la programación del estudio. Los artefactos
metálicos internos, como pueden ser empastes dentales, prótesis y clips
quirúrgicos que absorben los rayos X resultando en perfiles de proyec-
ciones incompletas con pérdida extrema de datos que provoca la apari-
ción de artefactos y dependiendo de la densidad y del tamaño, pueden
provocar una absorción total de la radiación y producir como resultado
las correspondientes rayas fuertes, negras o blancas, o artefactos en for-
ma de estrella. Este tipo de artefactos puede ser reducidos en los equipos
modernos utilizando algoritmos de interpolación, en los equipos conven-
cionales o incluso en equipos helicoidales de primera generación (un corte)
esta es una de sus limitaciones.

19
Artefactos por endurecimiento del haz de rayos X (beam hardening):
cuando los rayos X atraviesan el tejido, la energía media del espectro de
radiación se desplaza hacia una energía más alta (la absorción de los
rayos X de baja energía por el objeto que está siendo estudiado, lo que
provoca un incremento en la energía media del haz de rayos X, o su
endurecimiento) e induce a que cambien los valores de los números
Hounsfield. Depende de la densidad del material y del grosor del tejido a
través del que pasan los rayos X en las partes del cuerpo que presentan
una densidad similar a la del agua se puede compensar, pero en aquellas
áreas de densidad alta tales como la cadera, los hombros o la base del
cráneo, se pueden ver como rayas hipodensas o áreas con densidad redu-
cida en forma circular.
Artefactos por efecto del volumen parcial: los efectos de volumen
parcial aparecen cuando las estructuras no ocupan todo el grosor de un
corte, por ejemplo cuando una sección incluye parte de un cuerpo verte-
bral y parte de un disco, se producirá una mala definición de la anatomía.
Esto ocurre igualmente si un órgano disminuye su tamaño dentro de un
corte. También es la razón de la mala definición de los polos renales, de
los límites de la vesícula o de la vejiga urinaria. Se evitan utilizando cor-
tes más finos (Fig. 2.6).

Fig. 2.6. Ejemplificación de un artefacto por efecto de volumen parcial. La imagen representa
un voxel, el eje X y el eje Y es el píxel y es la imagen que se va a mostrar en la computadora.
El eje Z es el grosor del corte. El grosor del corte atraviesa 2 estructuras de diferente
densidad (1) Grasa perirrenal: -90 UH, (2) Riñón: 30 UH. Entonces la imagen resultante
será una media entre ambas densidades que aparece en nuestra pantalla (3) es de -60 UH
y no coincide con la densidad renal.

20
Artefactos por excesiva angulación del gantry: se ha comprobado que
una excesiva angulación del gantry provoca artefactos. Con la utilización
de los modernos equipos helicoidales multicorte se ha hecho posible pres-
cindir de esta excesiva angulación.
Artefactos por existencia de contraste: el contraste residual, ya sea
en la mesa o en la parte interna del gantry, puede provocar artefactos en
la imagen.
Artefactos causados al respirar durante la adquisición de la imagen:
antes de comenzar la exploración hay que advertir al paciente que es
necesaria una respiración controlada. En la TAC convencional se instru-
ye al paciente para que respire antes de cada nueva adquisición de ima-
gen y que luego contenga la respiración durante unos segundos. Con la
técnica helicoidal, es necesario que no respire durante unos 20-30 se-
gundos. Si el paciente no lo consigue, el movimiento diafragmático pro-
ducirá borrosidad de la imagen con marcada disminución de su calidad.
Artefacto de anillos: es propio de los tomógrafos de tercera genera-
ción y de los equipos helicoidales en los que los detectores son parte de
un arreglo que rota alrededor del paciente en una posición fija con
respecto al tubo de rayos X. Durante la rotación del sistema tubo-de-
tectores, los rayos medidos por cualquier detector formarán una tan-
gente alrededor de un círculo. Estas desviaciones mínimas de los cana-
les individuales del detector del nivel de calibración original pueden
producir anillos o estructuras de artefactos anulares parciales en la
imagen. Cuanto más cerca estén dichos canales del centro del detector,
mayores serán estos efectos.
En un caso extremo, pueden aparecer anillos concentrados como un
punto borroso en el centro del campo de exploración (el centro del cam-
po de exploración aparece en el centro de la imagen si los parámetros
centro X y Y son ambos cero). Tales anillos se reconocen fácilmente,
pero un punto borroso en el centro del campo de exploración puede
conducir a un diagnóstico incorrecto.
Sistema sin calibrar: si al comenzar la jornada laboral no se ha reali-
zado la calibración, pueden producirse desplazamientos en la escala de
Hounsfield. Debemos tener presente que cuando se inicia o reinicia el
sistema, el detector todavía no ha alcanzado la temperatura de funciona-
miento. Esto puede producirse, por ejemplo, justo tras encender la uni-
dad, durante el calentamiento hasta la temperatura de funcionamiento
(calibración), o debido a un periodo prolongado de servicio del tubo de
rayos X. Lo mismo se aplica a los defectos en el sistema de exploración.
La comprobación diaria de calidad normalmente detecta y presenta tales
discrepancias.

21
Artefactos técnicos del sistema por fallo de detectores: cuando se
comprueba que la presencia de artefactos se debe a fallas de detectores,
debemos solicitar el servicio técnico especializado.
MCA (Motion Artifact Correction Algorithm). Algoritmo de
corrección de artefactos de movimiento: es una técnica especial de re-
construcción utilizada en el modo secuencial para reducir aún más los
artefactos de movimiento.
Detector. Componentes del sistema de exploración (grupo de
sensores) que mide la intensidad del haz de radiación X atenuada y la
transforman en impulsos eléctricos (voltaje). Este voltaje es convertido
en datos digitales (Raw Data).
Los datos obtenidos en el canal del detector son transmitidos, perfil
a perfil, a la electrónica de este como señales eléctricas correspondientes
a la atenuación real de los rayos X. Estas señales son digitalizadas y trans-
mitidas al procesador de la imagen. En este punto, las imágenes son re-
construidas por medio del "principio de la tubería", que consiste en
preprocesado, convolución y retroproyección (Fig. 2.7).

Fig. 2.7. Detectores.

22
Detector Array. Sistema de detectores para adquirir intensidades
de radiación.
Para ser empleados en tomografía, los detectores deben poseer un
conjunto de características esenciales que garanticen la calidad de imagen:
Eficiencia de captura: se refiere a la eficiencia con la que el detector
puede captar los fotones transmitidos por el paciente. Está determinada
por el área de la cara del detector por donde inciden los fotones transmi-
tidos y por la distancia entre detectores adyacentes.
Eficiencia de absorción: se refiere al número de fotones absorbidos
por el detector y está determinado por el número atómico, la densidad,
el tamaño y el ancho de la cara del detector.
Estabilidad: se refiere a la estabilidad de la respuesta de salida del
detector. Si el sistema no es estable, entonces serán requeridas
calibraciones frecuentes para mantener la utilidad de la señal.
Respuesta en el tiempo: se refiere al tiempo necesario para que el
detector sea capaz de detectar un evento de rayos X, y el tiempo necesa-
rio para restablecerse con el objetivo de medir el próximo evento de
rayos X.
Rango dinámico: se refiere a la relación entre la mayor señal que
puede ser medida, manteniendo la precisión de la menor señal que se
puede discriminar. Si el detector puede medir una señal de 1 µA antes de
saturarse y discriminar variaciones de señal de 1 nA, entonces el rango
dinámico del detector es 1 millón a 1. Este valor del rango dinámico es
típico de los detectores comúnmente empleados en las TAC.
Existen 2 tipos de detectores, dependiendo de su naturaleza; estos
son los detectores en estado líquido y los detectores en estado sólido,
estos últimos consisten en un cristal de centelleo acoplado a un fotodiodo
de estado sólido. Cuando los rayos X impactan el cristal, este convierte
la radiación en luz visible, la que provoca que el fotodiodo produzca una
salida eléctrica proporcional a la radiación incidente.
En los equipos helicoidales multicorte los fotodiodos se disponen en
módulos con forma matricial (filas y columnas).
Existen dos configuraciones básicas de colocar los fotodiodos: diodos
con contacto frontal y diodos con contacto posterior, las que se diferen-
cian fundamentalmente en que en el primer caso la señal eléctrica se
conecta por el frente del diodo y en el segundo, se hace por la parte
trasera a la cara, por donde incide la radiación.
Cuando se emplean fotodiodos convencionales con contacto frontal,
se tiene el inconveniente que aparece una barrera tecnológica causada
por la alta densidad de líneas de lectura, lo que limita a 32 el número
máximo de cortes sin que se reduzca significativamente la eficiencia del
detector.

23
Ahora bien, en módulos con más de 32 filas, factores como pérdida
de la eficiencia, linealidad espectral entre los canales y deriva de la ga-
nancia entre calibraciones, son prácticamente insuperables.
No es un diseño escalable, puesto que no permite incrementar la den-
sidad de elementos detectores en el arreglo de estos, así como el número
total de fotodiodos, ni el área del arreglo.
Slice (corte). Cada imagen transversal del objeto recibe el nombre
de slice (rebanadas o lasca) y se produce cuando un haz colimado de rayos
X en forma de abanico atraviesa transversalmente al objeto, produciendo
imágenes de la sección transversal o coronal del mismo (Fig. 2.8).

Fig. 2.8. (1) El haz colimado de rayos X en forma de abanico atraviesa transversalmente al
objeto; (2) En los equipos convencionales es el tiempo de espera entre corte y corte con
enfriamiento del tubo de rayos X y movimiento de la mesa para el próximo corte; (3) imagen
transversal del objeto (Slice o corte).
Grosor de corte. El grosor del corte está definido por el espesor
del haz de rayos X en la dirección del eje Z del paciente y del que obte-
nemos una imagen plana en la pantalla. El grosor lo podemos seleccionar
a voluntad y el equipo colimará en consecuencia. Este parámetro deter-
mina, como su propio nombre lo indica, el grosor del plano o sección que
es atravesado por el haz de rayos X. El valor de este parámetro está
directamente relacionado con la definición de la imagen.
La decisión entre cortes finos o gruesos viene determinada, en pri-
mer lugar, por el deseo de obtener una mayor resolución espacial o bien
una mayor resolución de contraste. Al examinar el oído interno, nos in-
teresa obtener la máxima resolución espacial posible para conseguir una
visión óptima de las delicadas estructuras óseas de este, en contraste con

24
el aire que las rodea; por tanto, se selecciona un grosor de corte de me-
nos de 2 mm. Alcanzar una alta resolución espacial es también funda-
mental en muchos estudios de TAC del pulmón. En exploraciones del
hígado, la resolución de contraste cobra mayor importancia, por lo que
utilizamos secciones gruesas para perfeccionar la eficiencia de los fotones
y mantener un nivel de ruido aceptable.
Ruido. Se manifiesta como fluctuaciones en los números Hounsfield,
de un punto a otro, dentro de una imagen correspondiente a un corte de
un material uniforme como el agua.
En una imagen perfecta obtenida de un "fantóm" de agua, los núme-
ros Hounsfield obtenidos en cualquier punto correspondiente al agua
deben tener siempre el mismo valor (0). La introducción de ruido provo-
ca que se modifique el valor de los coeficientes de atenuación del agua,
produciendo variaciones en los valores calculados. Es por ello que en
una imagen real realizada a un fantóm de agua, el tono gris correspon-
diente a esta última está conformado por la combinación de varios nive-
les de gris, indicando por tanto, la presencia de un rango de números
Hounsfield en lugar de sólo uno.
Intervalo del corte. Es el que delimita la distancia existente entre
corte y corte y determina el desplazamiento de la mesa después de cada
exploración en el caso de la TAC convencional.
Planos de corte. Es el que realizamos una vez terminado el
topograma y fija el inicio y el final de los cortes, ya sea secuencial o
helicoidal.
Pitch. Es el índice de desplazamiento de la mesa durante una rota-
ción completa del gantry respecto al espesor del corte.
Por ejemplo, un Pitch =1 significa que durante un giro completo del
gantry, la mesa del paciente se desplaza una distancia igual al espesor del
corte. Si este espesor es de 5 mm, entonces la mesa avanzará 5 mm por
cada giro de 360° del tubo de rayos X, alrededor del paciente.
Durante el proceso espiral de reconstrucción de la imagen, la mayo-
ría de los datos no se miden realmente en el corte concreto que se re-
construye. En lugar de ello, los datos son adquiridos fuera de ese corte e
interpolados, dando mayor importancia o contribución a los más cerca-
nos al corte (X). En otras palabras: los datos más próximos al corte
tienen mayor relevancia, o cuentan más, en la reconstrucción de una
imagen en una determinada posición de la mesa.
Esto provoca un fenómeno interesante: la dosis que recibe el pacien-
te (expresada en mGy) viene determinada por el producto de miliamperio
por segundo (mAs) por rotación dividida por el pitch, y la dosis de la
imagen es igual al mAs por rotación sin tener en cuenta el pitch. Si por
ejemplo, se emplean 150 mAs por rotación con un pitch de 1,5, la dosis
del paciente en mGy estará en relación directa con 100 mAs, mientras
que la dosis de la imagen lo estará con 150 mGy. Así, los usuarios de la

25
técnica helicoidal pueden mejorar la resolución de contraste, seleccio-
nando valores altos de intensidad (mA); pueden aumentar la resolución
espacial (nitidez de imagen) reduciendo el grosor de corte y emplear el
pitch para ajustar la longitud del rango espiral según se desee, todo ello
al mismo tiempo que se reduce la dosis que recibe el paciente. Se pueden
obtener más cortes sin aumentar la dosis ni forzar el tubo de rayos X.
Esta técnica es especialmente útil cuando los datos se reconstruyen para
crear otras proyecciones 2D, como sagital, oblicua o coronal, o bien pro-
yecciones 3D (MIP), reconstrucciones de sombreado de superficie.
ROI (Region of Interest). Se denomina a una región de la ima-
gen tomográfica que puede seleccionarse por su posición, tamaño y for-
ma, y en la que se llevan a cabo evaluaciones cuantitativas.
FOV (Field of View) campo de visión. Es el área de la superfi-
cie de corte que estudiamos y que podemos ampliar o reducir en función
de la zona de interés (Fig. 2.9).
Scan field (campo de examen). Es el área redonda dentro de la
abertura del gantry mediante la cual es medida la radiación transmitida.
Scan Field of-View (SFOV). Es el área de examen que es cubierta
por los detectores activos y medida en milímetros.
Amplitud o ancho de ventana. Es el intervalo de valores en la
escala de unidades Hounsfield que nos permite adecuar la escala de gri-
ses a un valor reducido de dicha escala. El rango de valores selecciona-
dos se define por su valor central y por su amplitud o ancho y a los
valores numéricos comprendidos dentro de este rango, se muestran con
solo 256 niveles de grises. A los valores que se encuentren por encima
del límite superior de esta ventana serán visualizados de manera unifor-
me con color blanco, y los valores que se encuentran por debajo del
límite inferior serán mostrados de forma uniforme con color negro.

Fig. 2.9. Diagrama que ilustra el campo


de visión. (1) gantry; (2) tubo de rayos X;
(3) Scan Field; (4) Área cubierta por los
detectores activos (Scan Field of-View).

26
Nivel o centro de ventana. Es el valor numérico que representa
la media aritmética entre los valores máximos del intervalo. Valor numé-
rico en la escala de unidades Hounsfield (+1.000 a -1.000).
El nivel de la ventana es fijado por la posición del punto medio de la
ventana escogida. Este punto medio también es llamado punto central C.
Es posible mostrar diferentes rangos de tejido o hueso si escogemos
diferentes valores para el punto medio de la ventana.
Período de integración. Es el tiempo durante el cual el conversor
analógico digital (A/D) produce el valor de la medición de los rayos X
recibidos. El período de integración no está definido por tiempo, sino
por la velocidad de rotación del tubo de rayos X alrededor del paciente.
Tiempo (Scan time). Es el tiempo de adquisición del estudio y
está formado por el tiempo de barrido o disparo y el tiempo de enfria-
miento, es decir, el tiempo de espera entre corte y corte en el caso de un
equipo convencional y entre estudio y estudio en equipos helicoidales.
Tiempo de barrido o rastreo: es el tiempo de disparo que está rela-
cionado con los otros dos parámetros que componen la técnica. El tiem-
po de disparo mínimo de un equipo varía según la generación a la que
pertenezca el equipo. Es conveniente seleccionar un tiempo de rastreo o
barrido (scan) lo más corto posible, sobre todo en estudios de tórax o
abdomen en los que el movimiento cardíaco y la peristalsis pueden de-
gradar la calidad de imagen. En otras exploraciones se logra beneficios al
disminuir la probabilidad de movimiento involuntario del paciente. En
otros casos puede ser necesario seleccionar un tiempo más largo de ras-
treo para proporcionar suficientes dosis o para permitir un mayor
muestreo y así una máxima resolución espacial. El licenciado puede es-
coger también tiempos más prolongados para reducir el nivel de mA y
así aumentar la expectativa de vida del tubo de rayos X.
Tiempo de espera o enfriamiento: es el período de tiempo que trans-
curre entre corte y corte en los equipos convencionales o de un volumen
de barrido en los equipos helicoidales y varía en función de la técnica
utilizada y la región anatómica. En muchos casos le pedimos al paciente
que suspenda la respiración durante el tiempo de barrido para evitar la
borrosidad cinética y luego alargamos el tiempo de espera para que el
paciente se recupere. Debemos mencionar que ambos valores desempe-
ñan un papel importante, el licenciado debe manipularlos a su necesidad
para conseguir un estudio de la mejor calidad. En caso de estudios diná-
micos con la utilización de medios de contraste, podemos reducir el tiem-
po de barrido y el tiempo de espera de forma que se efectúen disparos
rápidos y sucesivos, aprovechando una sola pausa de apnea del paciente.

27
Tiempo de retardo (Delay). Es el tiempo comprendido entre el
inicio de la inyección del contraste y el inicio de la obtención de las imá-
genes.
Índice de la mesa. Está relacionado con la velocidad de la mesa
(incremento).
Tomografía incremental. Se refiere a los equipos de la 1ra. a la
4ta. generación, también llamados tomógrafos convencionales o
secuenciales, en los que los cortes se obtienen uno a uno con avance
opcional de la mesa entre los mismos.
Colimación. Se determina, en primera instancia, mediante el dispo-
sitivo limitador del haz que determina el grosor del corte y otro a nivel de
los colimadores y se denominan:
– Colimación prepaciente.
– Colimación pospaciente.

La colimación prepaciente emplea un colimador para conformar el


haz de rayos X y es la que define el grosor del corte (de 0,5 a 10 mm),
dependiendo del tipo de equipo y marca comercial.
La colimación pospaciente, también llamada colimación de los de-
tectores, tiene como función absorber la radiación secundaria, como lo
realiza el bucky en radiología. La combinación de ambos colimadores
asegura un grosor de corte constante del haz de rayos X sobre el detector.
La TAC helicoidal permite diferentes combinaciones equivalentes
de colimación, movimiento de la mesa e intervalo de reconstrucción, que
pueden ser utilizados de acuerdo al área anatómica evaluada. Se reco-
mienda optar por una combinación de un Pitch mayor y una colimación
menor (Fig. 2.10).

Fig. 2.10. Colimación


pre y pospaciente.

28
Topograma. (Scout, escanograma, imagen digital, localizador o ima-
gen piloto). Radiografía digitalizada de la zona anatómica correspon-
diente, obtenida mediante el equipo de TAC, que nos proporciona una
vista frontal o lateral de acuerdo a la zona a estudiar sobre la que pueden
realizarse las secciones axiales o coronales del estudio, o sea, el
tomograma. Para realizar el topograma el gantry debe tener 0° de
angulación.
Tomograma. Es la exploración de un corte perpendicular al eje
longitudinal del paciente.
Realces. Presentación brillante de un rango de valores de UH du-
rante la formación y ajuste de ventana. Este concepto está íntimamente
relacionado con el uso de los contrastes. El contraste intravenoso se uti-
liza para realzar estructuras vasculares y órganos vascularizados, así como
para conocer el comportamiento de una determinada lesión tras su ad-
ministración, ya que ello nos proporciona una información adicional útil
para el diagnóstico, estableciéndose que el aumento de la densidad de los
vasos sanguíneos, no sólo permite su mejor definición respecto de los
músculos y órganos, sino que también proporciona información acerca
del grado de perfusión sanguínea, o sea, la captación del medio de con-
traste en los tejidos patológicos: por ejemplo, las alteraciones de la ba-
rrera hematoencefálica, los contornos de los abscesos o la captación
heterogénea de las lesiones tumorales. Este fenómeno es el que se cono-
ce como realce, porque el medio de contraste aumenta la densidad y así
se intensifica la señal.
Fantoma. Objeto de exploración cuyas propiedades de atenuación
son similares a las del cuerpo humano utilizado para las pruebas funcio-
nales y de control de calidad (Figs. 2.11 y 2.12).
Comúnmente solo se requiere la comprobación de 3 parámetros del
fantoma de agua:
1. Valor máximo del agua en unidades Hounsfield.
2. Ruido del píxel en las imágenes, que se calcula como desviación
estándar.
3. Las tensiones del tubo se miden directamente en el tubo de rayos X.

Estas mediciones se realizan en todos los valores de kilovoltios dis-


ponibles.
Cámara multiformato. Cámara con formato de película segmentada
seleccionable, que permite exposiciones de múltiples imágenes en una
sola película.
MOD. Magneto Optical Disk (disco magneto-óptico) y unidad lec-
tora: sistema de intercambio de datos.
Calibración. Procedimiento para ajustar la sensibilidad de los canales
individuales del detector; se usa para la corrección de datos de medición.

29
Fig. 2.11. Fantoma en vista frontal.

Fig. 2.12. Fantoma en vista lateral.

Slipring. Es un implemento consistente en raíles conductivos en for-


ma de anillos montados en la parte giratoria del gantry, que giran conti-
nuamente, y que están en contacto con carbones conductivos (brush),
los cuales se encuentran fijos en la parte estacionaria. Gracias a él es
posible realizar la técnica helicoidal o espiral.
DICOM (Digital Imaging Communication in Medicine). Formato
de imagen digital y comunicaciones utilizado en medicina, es de alta cali-
dad no compatible con los programas de las microcomputadoras, siendo
necesario programas afines para visualizar las imágenes. Es el estándar
actual para intercambiar imágenes médicas.
Algoritmo. Método y notación en las distintas formas del cálculo.
Conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solu-
ción de un problema.

30
kV. Kilovoltio (1 kV = 1,000 V); unidad utilizada para medir el vol-
taje del tubo de rayos X.
mA. Miliamperio (1 mA = 1/1000 A); unidad usada para medir la
corriente del tubo de rayos X.
mAs. Producto de miliamperio por segundo; unidad usada para medir
el producto de la corriente del tubo (mA) y el tiempo de exploración (s).
Equivalente a la dosis de radiación aplicada.
Telemedicina. Se define como el uso de la telecomunicación avanza-
da en el cuidado de la salud.
PACS (Picture Archiving & Communication System). Red de sistemas
de archivo y comunicación de imágenes.

31
Capítulo 3
Componentes básicos y salas
o dependencias de un tomógrafo

Un equipo de TAC está constituido por una serie de elementos bási-


cos e independientes que determinan, por decirlo de alguna forma, las
dimensiones del local, pues se debe tener en cuenta el tipo de equipo a
instalar y el hecho de que el espacio a ocupar va a ser mayor que el que
ocuparía cualquier equipo de radiología convencional (Fig. 3.1).
Se debe cumplir con los requerimientos ambientales para lograr una
explotación óptima de esta técnica de alta tecnología. Entre otros se pue-
de destacar que las salas deben estar bien refrigeradas y ventiladas con
una temperatura estable, evitando lo más posible la utilización del siste-
ma de climatización central del hospital, con deshumidificadores e ilumi-
nación apropiada, preferiblemente con regulador de luminosidad y, muy
importante, el cumplimiento de las normas de protección radiológica.

Fig. 3.1. Diagrama en bloque de un equipo de TAC. (A) Sala de exploración, (1) Gantry, (2)
Mesa del paciente, (3) Datos originales, (4) Raw Data, (5) DAS sistema de adquisición de
datos, (5A) Tubo de rayos X, (5B) Detectores; (B) Sala de consolas, (6) Sistema de
reconstrucción, (7) Imágenes transportadas en formato de datos, (8) Imágenes analógicas
en el display, (9) Consola de mando, (9A).Monitor, (9B) Teclado, (10) Computadora
principal; (C) Cuarto Técnico, (11) Generador de rayos X, (12) IUP; (D) Sala de enfermería;
(E) Local de taquillas y servicios.

32
Lo más generalizado es que en cada equipo trabajen dos operadores
y un radiólogo. Uno de los operadores trabaja en la sala de consolas,
mientras el otro lo hará en la sala de exploración. Es común que el radió-
logo informe los estudios al lado del operador, en la sala de consolas,
haciendo prácticamente todo el diagnostico "en tiempo real". En los mo-
dernos equipos multicortes puede trabajar en una estación de trabajo
independiente que viene a ser el puesto principal para la visualización de
imágenes, exposición, exportación de datos, reconstrucción 2D o 3D, en
general, el posprocesamiento de datos. Desde esta estación de trabajo, el
radiólogo controla la adquisición de datos del escáner y al mismo tiempo
es posible la evaluación, sin molestias ni interrupciones, de los datos de
los pacientes, producto que es virtualmente independiente.
La sistemática de trabajo obliga a estar largas horas sentados frente a
la pantalla del monitor, por lo que, tanto el operador del equipo de TAC
como el radiólogo, deben disponer de sillas cómodas y ajustables que
exija mantener una postura correcta para que la circulación sanguínea
sea adecuada.
Es importante conocer que en la posición de sentado correcta, los
muslos han de permanecer horizontales para que apoyen a la parte infe-
rior de la espalda y los pies deben reposar horizontalmente en el suelo.
Se recomienda que posea un respaldo que permita un buen apoyo lum-
bar (preferentemente ajustable) y con regulación, en inclinación y en
altura (de 38 a 54 cm) y con un borde redondeado para no dificultar la
circulación sanguínea.
Estos mecanismos de ajuste deben ser fácilmente manejables en po-
sición sentado y construidos a prueba de cambios no intencionados con
cinco apoyos para el suelo, preferiblemente con ruedas. Los apoya bra-
zos son opcionales, pero permiten dar apoyo y descanso a los hombros y
los brazos y no debe impedir el acercamiento a la consola de mando.
Al radiólogo se le recomienda establecer pausas para cambiar de
postura, dar algunos pasos, etcétera y realizar ejercicios visuales y de
estiramiento antes que ocurra la fatiga. Se plantea que resultan más efi-
caces las pausas cortas y frecuentes que las largas y escasas. Por ejemplo,
es preferible hacer pausas de 10 min por cada hora de trabajo continuo
frente a la pantalla de la TAC, que realizar pausas de 20 min cada dos
horas y siempre que sea posible, deben hacerse lejos de la pantalla para
relajar la vista.
El operador debe considerar mantener en todo momento una postu-
ra correcta para trabajar en la sala de consola, por lo que le recomenda-
mos que los antebrazos deben estar a la altura de la mesa y disponer de
apoyo en posición horizontal, formando un ángulo con los brazos de
entre 100 y 110°, los muslos horizontales y los pies apoyados en el suelo, la

33
espalda debe estar apoyada y formando el mismo ángulo con la horizon-
tal (100 y 110°), la línea de los hombros paralela al plano frontal y sin
torsión del tronco, la línea de visión paralela al plano horizontal y las
manos relajadas, sin flexión ni desviación lateral. El operador de la sala
de consolas debe alternar con el de la sala de exploración para evitar la
fatiga.
Al comenzar cada jornada laboral se debe hacer la medición de cali-
dad diaria (calibración).
Al terminar cada jornada laboral se debe realizar una limpieza minu-
ciosa en la sala de exploración y ante cualquier derrame de medio de
contraste se recomienda limpiar, lo más pronto posible, con un paño
mojado, tomando las precauciones de seguridad en el caso de sangre o
medios de contraste residuales, para minimizar el riesgo de infección.
Algunos agentes de limpieza causan daños al equipo y, por lo tanto,
no son recomendables. Por ejemplo, los pulverizadores se pueden intro-
ducir en los equipos y dañar los componentes eléctricos y los agentes
abrasivos o disolventes orgánicos pueden causar daño a las superficies o
grietas capilares internas. Los accesorios se deben limpiar con una solu-
ción de jabón o con líquido de limpieza diluido.
Existe un mal hábito de señalar con la punta del dedo, bolígrafo o
lápiz en la pantalla del monitor, ensuciándola de grasa o marcándola de
tinta o carbón. No se debe hacer ni permitir que otros lo hagan. El moni-
tor tiene un revestimiento antirreflectante sensible que ha de tratarse
con cuidado. Se limpia la pantalla del monitor con un paño suave y hu-
medecido con agua si es necesario. Recuerde, no use soluciones de lim-
pieza, las manchas de grasa también pueden quitarse de la pantalla del
monitor con agua.
No debe consumir comidas ni bebidas en los alrededores de la conso-
la, ni situarlas sobre ella o cerca (teclado, monitor, mouse, etc.).

Sala de exploración
En la sala de exploración es donde se encuentra el subsistema de
adquisición de datos y debe estar ubicado en un local de mayores dimen-
siones que las de los equipos de rayos X convencionales. En él se en-
cuentran el gantry y la mesa donde se coloca el paciente. Ambos son
elementos que pueden cambiar de posición durante el estudio que este-
mos realizando. El gantry se angula y la mesa se mueve horizontalmente
(Fig. 3.2).
Por otra parte, se necesita un espacio adicional para poder manio-
brar las camas o camillas de los pacientes provenientes de los servicios
de urgencias o ingresados, además, la mesa de la TAC necesita una serie
de accesorios que ocupan un espacio considerable.

34
Fig. 3.2. Diagrama de la sala de exploración.
(1) gantry, (2) mesa del paciente.

También se debe incluir el carro de reanimación cardiopulmonar, la


bomba de contrastes sincronizados, el carro de material de administra-
ción de contrastes, estanterías para prolongadores e inmovilizadores de
la mesa, contenedor de residuos biosanitarios, etc.
Gantry. Es el sistema en el que se recogen los datos, para que poste-
riormente sean transformados y procesados por el ordenador de la TAC.
Dentro de este se aloja el sistema giratorio tubo de rayos X-detectores
por donde se ha de introducir la mesa con el paciente. Una vez que el
paciente se centra con respecto a la línea de disparo del tubo, con ayuda
de las luces de centrado, éste realizará una serie de rotaciones cuyo nú-
mero variará en relación con la generación a la que pertenece el equipo.
De forma general, el funcionamiento es el siguiente: en cada disparo,
el tubo y los receptores giran en torno al paciente y durante el movimien-
to el tubo emite un haz de radiación marcadamente colimado que, des-
pués de atravesar al paciente, es captado por los detectores, siendo su
lectura la de una radiación de menor energía que la producida por el
tubo, ya que ha sido atenuada al atravesar al paciente. La diferencia ener-
gética entre la radiación primaria, es decir, la emitida por el tubo de
rayos X y la radiación atenuada, nos posibilita medir los coeficientes

35
lineales de atenuación de los diferentes tejidos atravesados y en base a
ello, la computadora principal de la TAC reconstruye la imagen (Fig. 3.3).

Fig. 3.3. Gantry. Dentro de


este se aloja el sistema tubo-
detectores por donde se ha
de introducir la mesa con el
paciente para realizar el
estudio.

El movimiento circular que ha de realizar el sistema tubo-detectores


hace que su montaje sea complicado. Para que el giro sea homogéneo en
su totalidad, los detectores y el tubo se montan sobre un raíl fijo y gracias
a unos rodamientos se consigue la traslación. En los primeros equipos el
cableado se recoge en una polea que suelta y enrolla en sincronización
perfecta al movimiento. Actualmente, se utiliza la técnica de slipring en
los equipos helicoidales multicorte, que evita la utilización de estos ca-
bles de conexión, manteniendo una rotación continua del sistema tubo-
detectores en la misma dirección. Dentro del gantry se sitúan también el
sistema de refrigeración del tubo y los motores de angulación del conjunto.
En los modernos tomógrafos multicorte el generador de alta tensión y
los transformadores de potencia se encuentran alojados dentro del mismo
gantry.
En la parte frontal del gantry, ya en su exterior, está el panel de man-
dos, que suele ser doble, es decir, a ambos lados de la mesa para facilitar
su manipulación. Con estos mandos se puede movilizar también la mesa;
sus funciones son las siguientes:
– Angulación del gantry.
– Activación de los haces de centrado.
– Introducción de la mesa en el gantry.
– Salida de la mesa del gantry.

36
– Regulación de altura de la mesa.
– Elección del nivel de inicio del estudio (centrado).
– Sistema de desconexión de emergencia.

Además del tablero de mandos, aparecen marcadores digitales que


informan de la angulación del gantry en grados y el nivel en que se en-
cuentra la mesa del paciente en milímetros (Fig. 3.4).
El centrado se realiza mediante dos haces luminosos (láser de posi-
cionamiento), uno vertical y otro horizontal, con los que se habrá de
situar al paciente según sea la exploración, identificando exactamente
dónde se localiza el haz de rayos X, así como de un sistema de
intercomunicación (micrófono y altavoz) conectado con la consola de
mandos por el que se escucha al paciente y se habla con él si fuera nece-
sario.
Tubo de rayos X. El tubo de rayos X en un equipo de TAC lógica-
mente tiene características especiales y de durabilidad, entre ellas se pue-
den enumerar el tamaño del punto focal, la capacidad de almacenamien-
to de calor y la velocidad de enfriamiento del ánodo durante la realiza-
ción de los cortes en la ejecución de los estudios tomográficos.
En los tubos convencionales para TAC diseñados con rodamientos,
el calor acumulado en el ánodo sólo puede ser removido por radiación de
calor, lo cual resulta en prolongados períodos de enfriamiento (Fig. 3.5).

Fig. 3.4. En la parte frontal del gantry está el panel de mandos, que suele ser doble, es decir,
a ambos lados de la mesa para facilitar su manipulación. Con estos mandos se puede
angular el gantry y movilizar la mesa, activar los haces de centrado y el sistema de desconexión
de emergencia.

37
Fig. 3.5. Esquema del tubo de rayos X. (1) Cátodo; (2) Filamento incandescente; (3) Rayos
catódicos; (4) Haz de rayos X; (5) Cuello de molibdeno del ánodo; (6) Porción rotatoria del
ánodo; (7) ánodo; (8) Placa de tungsteno del ánodo rotatorio; (9) Cubierta de cristal Pirex
del tubo de rayos X que mantiene al mismo al vacío.

Con el diseño de rodamientos por ranuras en espiral (rodamiento


líquido), el calor es transferido eficientemente por el rotor del ánodo,
triplicando la capacidad de enfriamiento, haciendo innecesario los tiem-
pos de espera. El contacto directo del ánodo con el aceite permite el
enfriamiento directo del primero.
Por ejemplo, en los tubos Straton, fabricados por Siemens, el contac-
to directo del ánodo con el aceite permite el enfriamiento directo de este
y elimina la necesidad de disponer de capacidad de almacenamiento de
calor, permitiendo un rápido enfriamiento del ánodo. El tubo Straton
fue el prerrequisito para la tecnología z-Sharp, la cual garantiza mayor
calidad de imagen que las tecnologías precedentes, porque utiliza un haz
de electrones que es deflectado de modo rápido y preciso, creando de
forma precisa dos puntos focales que se alternan 4 640 veces por segun-
do y duplica la cantidad de proyecciones obtenidas por cada detector,
esto se explica porque las dos proyecciones solapadas obtenidas para
cada posición angular del gantry rotatorio resultan en un doble muestreo
en la dirección del eje Z y en la medición resultante se entrelaza la mitad
del ancho del detector, por lo que dobla la cantidad de información obte-
nida sin un aumento correspondiente en la dosis recibida por el paciente.
La mesa del paciente (Patient Handling System). Es la mesa
donde se coloca el paciente y se utiliza para transportarlo y posicionarlo
dentro del plano de adquisición (plano de corte) localizado dentro de la
abertura del gantry (scan field).

38
La mesa se puede mover verticalmente para permitirle al paciente
subirse o bajarse y horizontalmente para facilitar el posicionamiento del
paciente en el plano de corte.
Forma parte de un sistema constituido por esta y el gantry. La coor-
dinación entre ambos debe ser perfecta, puesto que cada nivel de corte
viene dado por una traslación de la mesa, cuyo sentido y recorrido será
prefijado en la programación del estudio. La mesa es regulable en altura
y profundidad con respecto al gantry, facilitando así el centrado del pa-
ciente (Fig. 3.6).

Fig. 3.6. Mesa del paciente. Una vez concluido el trabajo diario se debe colocar en su punto
más bajo, como se aprecia en esta fotografía.

Esta parte del equipo de TAC consta de un pedestal móvil, que posi-
bilita la regulación en altura y un tablero con un sistema de movilización
horizontal, que soporta al paciente y lo introduce en el gantry. El tablero
móvil descansa sobre unos rodamientos que permiten la movilidad de
este y está fabricado de un material impermeable. La mesa y la colchone-
ta que lleva incluida están diseñadas de tal modo que originen, si acaso,
sólo artefactos mínimos. En el extremo más próximo al gantry posee un
sistema de anclaje para los accesorios (cabezales, extensores de tablero,
fantoma, etc.). Es de gran importancia que siempre esté limpia y sin res-
tos de sustancias de contrastes que puedan provocar artefactos.
La mesa de paciente esta diseñada para soportar ciertas cargas máxi-
mas de acuerdo al fabricante y es muy importante tener en cuenta que la
parte que sobresale del extremo de la cabeza puede soportar cargas me-
nores. Asegúrese siempre que todos los pacientes y los obesos en parti-
cular, se suban a la mesa lo más cerca posible de su centro (Fig. 3.7).
Accesorios. Los accesorios ayudan al posicionamiento óptimo del
paciente durante la exploración y están diseñados de tal modo que origi-
nen, a lo sumo, sólo artefactos mínimos, la posición del paciente en cada
estudio varía según sea la región anatómica a estudiar, y no siempre es
fácil mantener dicha posición, ya sea por lo incómodo que esta resulte o
porque sencillamente el paciente no colabore. Para estos casos se utili-
zan una serie de accesorios que proporcionan comodidad al paciente el
tiempo que dure el estudio y además facilita el trabajo del especialista.

39
Fig. 3.7. Gantry y mesa del paciente. La
coordinación entre ambos debe ser perfecta,
puesto que cada nivel de corte viene dado
por una traslación de la mesa, cuyo sentido y
recorrido será prefijado por el especialista
en la programación del estudio.

En ocasiones, el fabricante vende algunos accesorios de forma indepen-


diente (accesorios opcionales), como por ejemplo las cunas de bebé.
Los cabezales varían fundamentalmente en función al plano de corte
del estudio: así, por ejemplo, si vamos a realizar un estudio en plano
axial, utilizaremos un cabezal que facilite esta posición. Si el plano de
corte es coronal, tendremos que utilizar otro cabezal que permita la
hiperextensión del cuello. Existen dos tipos de cabezales coronales:
Cabezal supino-coronal: se coloca sobre la mesa y tiene en su extre-
mo una elevación con respecto a esta. El paciente se acuesta decúbito
supino encima del mismo con la cabeza por fuera de su extremo, de for-
ma tal que quede hiperextendida con la misma técnica de posicionamien-
to de la base del cráneo.
Cabezal prono-coronal: se inserta en el extremo proximal de la mesa
y se coloca al paciente en decúbito prono; se ajusta el soporte de frente y
de mentón (para mayor comodidad), de forma tal que quede
hiperextendida la cabeza del paciente y se pueda pasar entonces a su
inmovilización con las correas de sujeción.
Además de los cabezales, se utilizan accesorios de inmovilización
como espaciadores, cuñas, cojines o bandas de inmovilización. En estu-
dios del tronco y las extremidades a veces se utilizan extensores del tablero
y otros accesorios que proporcionen comodidad al paciente, entre las que se
pueden destacar cojines para las rodillas, apoya brazos, etc. o elementos

40
de sujeción como adaptadores para sondas, cintas de inmovilización, etc.
(Figs. 3.8 y 3.9).
Las correas de sujeción del cuerpo se insertan en las ranuras de cual-
quiera de los extremos de la mesa, fijándolas sobre el paciente de modo
que quede situado de forma simétrica con los brazos inmovilizados, sien-
do muy útiles en pacientes poco cooperativos.
Es muy importante tener presente que los accesorios también pue-
den soportar ciertas cargas máximas.

Fig. 3.8. Cabezal de cráneo con


su correa.

Fig. 3.9. Cabezal para el tórax


y el abdomen.

41
Sala de consolas
Un equipo de TAC necesita una sala de consolas donde se encuentra
el licenciado u operador junto al radiólogo y es desde donde se supervisa
todo el trabajo. Es importante mantener contacto visual con el paciente
en todo momento, este contacto se realiza mediante una ventanilla con
cristal emplomado, la comunicación con el paciente también reviste gran
importancia y se realiza mediante un sistema de intercomunicador que
trae el propio equipo (Fig. 3.10). Se deben realizar estas operaciones en
todo momento (contacto visual y comunicación) a la vez que interactúa
con la consola de mando para efectuar el estudio. En la sala de consola lo
más idóneo es que la iluminación fuese natural y en caso de no ser posi-
ble por ser equipos adaptados a locales, se deben evitar los reflejos en la
pantalla del monitor.

Fig. 3.10. Se observa al


operador del equipo en la sala
de consolas a través del cristal
emplomado.

La sala de consolas está compuesta por los siguientes elementos:


La computadora. La computadora principal es aquella que dirige
el funcionamiento de todo el sistema (he aquí su importancia), ordenán-
dole al resto (directa o indirectamente) cuándo cada una debe realizar
las tareas asignadas y cómo las debe realizar.
Gracias a la computadora se pueden ver las imágenes tomográficas
en el monitor de la consola de mando.
Simplificando este proceso lo más posible para su comprensión: por
medio de una serie de cálculos informáticos, la señal transmitida por los
detectores se transforma en una imagen que muestra el monitor y que,
además, es almacenada en la computadora, dando la posibilidad de alte-
rarla según las necesidades. El ordenador también permite transmitir las

42
órdenes a todo el equipo, es decir, programar los parámetros del estudio,
la velocidad y posición de la mesa y almacenar toda la información y, en
definitiva, manejar todo el sistema.
La consola de mando. La consola es la principal estación de tra-
bajo. Representa la interfaz hombre-máquina y se diseña para ser
multifuncional. Esta consola de mando es la mesa de trabajo del licencia-
do u operador de TAC, desde donde puede programar un estudio, archi-
varlo o recuperarlo, modificar las características de una imagen y mu-
chas otras funciones. Es la unidad de mando para todos los procedimien-
tos, donde también se evalúa el resultado del examen.
En ella se encuentra el teclado alfanumérico (keyboard), que en al-
gunos equipos incluye un teclado independiente y en otros, todas las fun-
ciones aparecen en un solo teclado.
Posee además un ratón (mouse) o un TrackBall (en equipos más an-
tiguos) y un monitor que muestra la programación y proporciona las
imágenes del estudio. Algunos equipos modernos poseen también una
pantalla interactiva (táctil) que facilita la programación y permite modi-
ficar en cualquier momento los parámetros del estudio (por ejemplo, el
grosor de corte, el intervalo, dirección del corte, FOV, etc.), lo que resul-
ta muy práctico en determinados momentos (Fig. 3.11).

Fig. 3.11. Diagrama de la consola de


mando de un equipo Shimadzu.

43
Además se encuentran los siguientes elementos: el botón de encendi-
do-apagado, el interruptor de emergencia y el sistema de revelado de la
imagen, que trataremos en el capítulo 8.
Su importancia radica, como se mencionó antes, en que es la interfaz
entre el operador y la computadora y brinda todos los dispositivos
(hardware y software) necesarios que permiten a las personas interactuar
con la computadora. Los dispositivos que permiten interactuar con la
computadora principal son el monitor, el teclado y el mouse.
El operador entra la información necesaria utilizando el teclado y
ejecuta los comandos con ayuda del ratón (mouse) y la interfaz gráfica
del software de aplicación del equipo, mientras que la información y las
imágenes le son mostradas en uno o dos monitores.
Botón de encendido-apagado. Se encuentra en la consola de mando
y, como su nombre lo indica, se utiliza para encender y apagar el equipo.
Se puede encender la computadora solamente o todo el equipo. Cuando
se enciende el equipo, lo primero que se inicia es el sistema operativo de
la computadora, que puede ser Linux como en los equipos Shimadzu o
Windows XP, como los equipos de 64 cortes Siemens u otro sistema
operativo que haya adoptado el fabricante. Cuando el sistema operativo
ha concluido, se debe iniciar la prueba general de calibración que co-
mienza con el calentamiento de los detectores y una auto calibración.
Los equipos dan la opción de saltar este paso en caso que se crea necesa-
rio. Se recomienda realizar la calibración siempre que se inicie o reinicie
el sistema.
Interruptor de emergencia. Existe uno en la sala de consolas y el
otro en la sala de exploración; próximo al gantry o incluido en el mismo
gantry (Figs. 3.12 y 3.13).

Fig. 3.12. Interruptor de emergencia colocado en el monitor en la sala de consolas.

44
Fig. 3.13. Interruptor de emergencia colocado en la sala de exploración.

Teclado. La computadora de la TAC posee un teclado similar a


cualquier computadora, con el que se introducen textos, números y ór-
denes. Para el uso correcto y confortable del teclado, este debe estar
bajo para no tener que levantar los hombros y poder apoyar los antebra-
zos en la mesa. La elevación del teclado nunca debe superar los 25°. Las
muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con este, con el
codo flexionado a 90°, los brazos deben estar relajados y los antebrazos
prácticamente en posición horizontal, que las manos se puedan despla-
zar por el teclado sin mantener una posición fija, porque obliga a la
hiperextensión de los dedos y de la fuerza con que sea necesario teclear.
La altura de la tercera fila de las teclas (fila central) no debe exceder de
3 cm respecto a la base de apoyo del teclado.
Aparecen teclas de función, el teclado alfanumérico, las teclas de
cursor y el teclado de símbolos (Figs. 3.14 y 3.15).

Fig. 3.14. Teclado de un equipo Shimadzu. (1) Teclas función, (2) Teclado alfanumérico, (3)
Teclado para el tratamiento de la imagen (estas teclas lo diferencia de un teclado ordinario).

45
Fig. 3.15. Teclas de función y
teclado alfanumérico.

Teclado de tratamiento de imagen y programación y realización del


estudio: puede estar incluido dentro del teclado alfanumérico o aparecer
de forma independiente e incluye teclas que permiten el acceso al siste-
ma informático del equipo y realizar toda una serie de operaciones como
pueden ser: magnificar una imagen, medir distancias, cambiar la ampli-
tud y el nivel de ventana, medir áreas o densidades, cancelar o detener
momentáneamente el estudio que se está ejecutando, crear protocolos
de estudio, pasar estudios del disco duro al disco óptico y viceversa, bo-
rrar estudios o imágenes previamente almacenadas, ver en pantalla va-
rias imágenes simultáneamente y reconstruirlas, la tecla de acceso al sis-
tema informático del equipo, etc. Asimismo, este teclado permite cono-
cer errores de funcionamiento, calibrar el equipo y otro tipo de funcio-
nes complejas exclusivas del electromédico (Figs. 3.16 y 3.17).
El trackball y el mouse (ratón). El trackball y el ratón se pueden
utilizar para manejar el software y para controlar el sistema.
El ratón. El empleo de este dispositivo señalador y de la interfaz
gráfica de usuario, que une un puntero en la pantalla de la TAC al movi-
miento del ratón o mouse fue un gran paso de avance con respecto a los
equipos de TAC, donde el operador debía memorizar un gran número de
comandos. Estos equipos, como los SOMATON DR-H y los CR, utili-
zaban la llamada interfaz de línea de comandos. Para hacer una explica-
ción simplificada de su funcionamiento se puede decir que cuando el
operador mueve el mouse, una bola situada en la base hace girar un par
de ruedas que se encuentran en ángulo recto, el movimiento de estas
ruedas se convierte en señales eléctricas, contando puntos conductores
o ranuras de la rueda.

46
Fig. 3.16. Teclas para el tratamiento de la
imagen. A) Desde la 1 (hueso) hasta la 8
(pulmones) son ventanas prefijadas por el
fabricante; (B) Se pueden utilizar estas teclas
del teclado de símbolos para realizar un
ajuste fino de los valores de ventana (ajuste
manual del nivel y amplitud de ventana).

Fig. 3.17. Se puede acceder, desde el


monitor y el teclado de la TAC, a cambiar el
estudio, las series y las imágenes.

El mouse debe colocarse cerca del teclado, de forma que se pueda


utilizar sin tener que estirarse o torcerse hacia un lado del cuerpo y por
lo común tiene tres botones: el botón izquierdo se usa para seleccionar
objetos, el botón derecho para llamar menús de contexto y el botón cen-
tral se utiliza para el ajuste de ventanas (moviendo el ratón hacia arriba o
hacia abajo en una imagen, manteniendo pulsado el botón central, se
modifica el nivel de la ventana y moviendo el ratón a la derecha o a la
izquierda se modifica el ancho de esta).
Se pueden utilizar algunas teclas o combinaciones de teclas en lugar
del ratón, igual que se realiza en cualquier computadora (Fig. 3.18).
Periódicamente, se debe limpiar la bola y los rodillos del ratón para
asegurar un funcionamiento adecuado: se libera el anillo alrededor de la
bola bajo el ratón girándolo hacia las flechas, se retira la bola y el anillo y
se sopla dentro de la cavidad del ratón con el fin de eliminar el polvo de
su interior y se limpian los rodillos interiores y la bola con agua limpia o
una solución limpiadora suave, secándolos con un paño limpio sin pelusa.

47
Fig. 3.18. El mouse o ratón de la TAC no
se diferencia al de cualquier ordenador.

Una vez seco se procede a introducir de nuevo la bola, colocando el


anillo y girándolo en dirección contraria a las flechas, hasta que ajusten
en su sitio.
En los modernos equipos de TAC puede aparecer el llamado ratón
óptico, que utiliza señales luminosas para determinar el movimiento del
ratón o mouse sobre una superficie. Posee un diodo emisor de luz, un
sensor óptico, similar al de las cámaras fotográficas, que capta la imagen
reflejada de esa luz, y un procesador de señales digitales.
Entre sus ventajas se puede mencionar que actúa sobre una gran can-
tidad de superficies, como es el caso de la madera o el plástico, no siendo
necesaria la utilización del Pad. Solo precisa que la superficie permita la
reflexión; por lo que no se debe colocar sobre superficies traslúcidas,
como el caso del cristal, o en situaciones de iluminación ambiental muy
intensas y además, elimina en buena medida los problemas de deterioro y
mantenimiento que requiere uno puramente mecánico.
Monitor. Mediante el monitor se puede ver y controlar el procedi-
miento de cada examen, así como visualizar las imágenes, debiendo poder
adaptarse con facilidad a las necesidades del operador, orientándose e
inclinándose a voluntad. Este se conecta a la computadora central me-
diante un cable.
Los monitores antiguos funcionaban con tubos de rayos catódicos,
similares a las pantallas de televisión. Los modernos equipos de TAC
cuentan con pantallas de tipo panel, cuya tecnología puede ser:
– LCD (Liquid Cristal Display, dispositivos de cristal líquido) (Fig. 3.19).
– Plasma.
– EL (ElectroLuminescent, electroluminiscencia).
– FED (Field Emission Display, dispositivos de emisión de campo).

Las pantallas de estos modernos monitores poseen, en su superficie,


un revestimiento especial antirreflectante y contra cargas estáticas. Este
cumple las recomendaciones internacionales sobre radiación y gestión
de la energía, no siendo necesaria la utilización del protector de pantalla.

48
Fig. 3.19. Monitor LCD que muestra la
programación y las imágenes de los
estudios.

Pantalla táctil. Este tipo de pantalla se encuentra en algunos equi-


pos como es el caso de los equipos Shimadzu monocorte, que se utilizan
para introducir los parámetros de estudio y también en los modernos
equipos multicortes, para el accionamiento de la bomba inyectora. Su
concepción se basa en el hecho de que a veces señalar la pantalla es algo
intuitivo y, por otra parte, no requiere de la utilización del ratón o del
teclado (Figs. 3.20 y 3.21).

Fig. 3.20. Pantalla interactiva (táctil) de un


equipo Shimadzu que facilita la
programación y permite modificar en
cualquier momento los protocolos de

Fig. 3.21. Vista superior de la consola de


mando, donde se puede apreciar la pantalla
interactiva (táctil), que facilita la programación
y permite modificar en cualquier momento los
protocolos de estudio.

49
La distancia recomendada entre el operador o radiólogo y la panta-
lla, es la mayor posible y debe ser siempre superior a los 40 cm, con
respecto a los ojos, porque necesita menos convergencia y, por tanto,
reduce las probabilidades de causar cansancio en la vista.
La altura adecuada de la pantalla se relaciona con la posición del ojo,
no obstante, esta altura tiene menor importancia que el hecho de que la
posición de la pantalla obligue a mantener fija la cabeza durante muchas
horas.
Nunca sitúe tazas, vasos, ni otros recipientes que contengan líquido
sobre el monitor o cerca de él, previniendo un derramamiento accidental
del mismo.

Cuarto técnico
En el cuarto técnico se encuen-
tra el transformador de potencia
para la alimentación ininterrumpi-
da (IUP) por si ocurre una falla de
energía eléctrica (Fig. 3.22).
El generador de rayos X.
Como cualquier equipo de rayos X,
el equipo de TAC también cuenta
con un generador que posibilita la
producción de los rayos X. Este blo-
que generador es el encargado de
suministrar la alta tensión y todos
los voltajes requeridos por el tubo
de rayos X para generar los rayos
X y consiste en un tanque e inver-
sores de alta tensión y corriente de
filamento, electrónica de control,
seguridad y detección de fallas. El
único propósito de esta combina-
ción de circuitos es que el sistema
sea capaz de funcionar como una
fuente segura y estable para la pro-
ducción de rayos X (Fig. 3.23).
Los sistemas de tomografía
modernos no cuentan con cuarto
técnico y solamente aparece la sala
de exploración y la sala de consolas,
Fig. 3.22. Vista frontal de un IUP. debido a que el generador de alta

50
tensión y los transformadores de potencia se encuentran alojados dentro
del gantry. El sistema de reconstrucción de imagen y el dispositivo de
almacenamiento de información se encuentran integrados en la consola
de mando.

Fig. 3.23. Generador de rayos X de un equipo


de TAC Shimadzu.

Sala de enfermería
La preparación en ciertos estudios puede suponer un proceso de más
de una hora de duración. En este juega un papel importante la enfermera
del departamento, que es la encargada de controlar la asepsia y la anti-
sepsia del local, del material estéril como es el caso de jeringuillas, gasas,
lubricantes, sondas, catéteres, pinzas, etc. y provee de todos los medios
necesarios para una actuación rápida y eficaz, en caso de reacciones
alérgicas en estudios contrastados.

Local de taquillas y servicios


Se cuenta además con cabinas dotadas de percheros y sillas donde los
pacientes se deben retirar toda la ropa y colocarse la bata correspon-
diente antes de pasar a la sala de exploración, así como de un servicio
sanitario.

51
Capítulo 4
Programación y parámetros
del estudio

A continuación, serán descritos todos los pasos que se han de dar


desde que llega el paciente a la sala de exploración hasta que se obtiene
un registro gráfico de la prueba realizada. Por tanto, se marcarán una
serie de pautas que son comunes para todos los estudios en general, aun-
que individualmente cada uno tenga características propias.

Introducción de los datos en la consola


de mando
Información al paciente. Como es lógico, los pacientes tienen sus
dudas acerca de los efectos dañinos de la radiación asociada a la TAC.
Su preocupación normalmente puede reducirse si se les explica, de for-
ma comparada, la exposición a rayos X con fines diagnósticos, en rela-
ción con la radiación de origen natural. Por supuesto, el paciente debe
tener la sensación de que se le toma en serio y que sus temores son com-
prendidos; de esta manera, su confianza aumentará. Muchos pacientes
sienten alivio cuando saben que pueden comunicarse desde la sala de
exploración mediante el intercomunicador y que el estudio puede inte-
rrumpirse o finalizarse ante cualquier problema inesperado (Fig. 4.1).

Fig. 4.1. El gantry posee un micrófono para la comunicación con el paciente.

52
Las personas con claustrofobia pueden sentirse más cómodas si cie-
rran los ojos durante la exploración, pues la proximidad del gantry se
vuelve menos problemática. En muy raras ocasiones, es útil la adminis-
tración de un sedante suave.
Retirada de todo objeto metálico. Obviamente, con el fin de
evitar artefactos durante un examen, el paciente debe pasar al local de
taquillas y servicios, donde se debe retirar todas las ropas y colocarse la
bata correspondiente antes de pasar a la sala de exploración. Se debe ser
sistemático en informarle a cada paciente que deben retirarse previa-
mente todo tipo de prendas, prótesis dentales extraíbles, etc. Cuando se
trata de una emergencia en la que el paciente se examina con sus ropas,
se debe tener presente apartar los botones, cremalleras u otros objetos
metálicos de adorno de las ropas, antes de efectuar el estudio. En caso de
no detectar la existencia de un objeto metálico, este se localiza al realizar
el topograma y será retirado antes de comenzar el tomograma.
La programación del estudio. Antes de realizar cualquier exa-
men de TAC debe tenerse una valoración del historial médico y los aná-
lisis de laboratorio del paciente. Es importante que en la hoja de solici-
tud del examen se haga constar, entre otros datos, si se le han practicado
previamente otros estudios para poder comparar las imágenes nuevas.
También es fundamental poseer información sobre cirugía o radioterapia
efectuada anteriormente sobre la región a explorar, así como los resulta-
dos de exámenes radiológicos previos. Si se desconoce estos aspectos de
la historia clínica, resultará mucho más difícil hacer un diagnóstico dife-
rencial.
Para comenzar el estudio se necesita, además de identificar al pacien-
te con la correspondiente petición, una serie de datos que se derivan de
la zona anatómica que se va a estudiar y de la afección que se sospecha;
para esto se recurre al criterio del radiólogo, quien dará la programa-
ción, es decir, los parámetros específicos, como son la zona concreta de
la anatomía del paciente que se desea estudiar, el grosor e intervalo de
corte, el plano de corte, la administración o no de contrastes y el tipo
(baritado o hidrosoluble), así como la forma (oral, rectal o intravenoso)
(Fig. 4.2).
Preparación del paciente. El licenciado u operador del equipo es
el responsable del paciente una vez que este entra en el departamento.
Esta relación debe estar en consonancia con las normas de ética y deon-
tología médica. Las instrucciones que se le den al paciente deben ser
completas, sencillas y escuetas; completas porque el paciente no conoce
la dinámica del servicio; sencillas porque el paciente no comprende los
términos médicos, por muy familiares que al operador le parezcan; y
escuetas porque si se abruman con órdenes, suelen olvidar la mayor par-
te de ellas.

53
Fig. 4.2. Topograma de
abdomen donde se observan
restos de contraste de un estudio
contrastado anterior. Resultado
de una anamnesis insuficiente.

En resumen, se debe tener paciencia y elaborar una información com-


prensible, ofreciéndole en todo momento profesionalidad para facilitar,
tanto la estancia del paciente en la TAC, como el propio trabajo del
especialista.
Hay una serie de normas que se deben cumplir por lo que se aconseja
seguir este algoritmo de trabajo:
– Verificar la información procedente de la hoja de solicitud del examen
para asegurarse que coinciden, tanto los datos personales, como el
estudio indicado. La asignación errónea de pacientes a imágenes pue-
de originar diagnósticos incorrectos.
– Si todo está en orden, se pasa a explicarle la prueba de la forma más
clara posible. Si el estudio requiere la administración de contrastes, se
pone en conocimiento del paciente. Se le explica lo que se le va a ha-
cer, es decir, en qué consiste el estudio, y se convence de que en todo
momento estará atendido.
– Se traslada al paciente al local de taquillas y servicios, en donde debe
desprenderse de las ropas y objetos que pudiera portar, etc., y se le
suministra una bata y en el caso que el estudio necesite preparación,
se pasa a la sala de enfermería donde se le administra el tipo de con-
traste requerido, si fuese necesario.

Posicionamiento del paciente


– Con el paciente ya preparado para el estudio y en la sala de explora-
ción, se baja la mesa hasta que este pueda sentarse o situarse fácilmente
en ella y se coloca convenientemente para el examen planificado, utili-
zando los accesorios que se crean oportunos para mantener la sime-
tría de la imagen y la comodidad del paciente, entre los que se pueden

54
enumerar extensiones del tablero, soportes y cojines, correas de suje-
ción u otros adaptadores, teniendo especial cuidado cuando examina-
mos a bebés, niños, pacientes obesos o pacientes que no se están quie-
tos o tienen lesiones por accidentes, con el fin de evitar lesiones y/o
artefactos por movimiento.
– A continuación, se eleva la mesa (la altura de la mesa se debe ajustar
siempre de forma que la región de interés sea el centro del campo de
exploración), se conecta el marcador láser y con el marcador lumino-
so vertical se centra al paciente y se introduce dentro del gantry,
desplazándolo hasta la posición del examen a realizar o también se
puede alinear la luz de afuera con el punto inicial de exploración, pul-
sando a continuación el botón de offset hasta que la mesa pare
automáticamente en la posición prefijada. Posteriormente, se ajusta a
cero la posición horizontal de la mesa y se verifica que la posición del
gantry esté vertical para poder realizar el topograma.
– Como medida de precaución, es preciso tener en cuenta que cuando
se desplazan, tanto el gantry como la mesa, el paciente u otras perso-
nas pueden sufrir lesiones y por último, es necesario permanecer aler-
tas para que ningún objeto obstruya dicho movimiento. Nunca se debe
colocar al paciente directamente dentro del gantry.

Centrado de la parte a estudiar. Como se explicó anteriormen-


te, la posición del examen varía según el estudio. Existen muchas prue-
bas que coinciden en cuanto a la colocación del paciente (ya sea decúbito
supino, prono, etcétera) y su diferencia estriba en el centraje de la parte,
que puede variar, tanto en profundidad como en altura, con respecto al
gantry.
El centrado de los diferentes estudios se realiza tomando como refe-
rencia la anatomía externa del paciente, pero se debe tener en cuenta que
el sistema de recogida de datos no es como la radiología convencional.
Es decir, para encontrar la región anatómica deseada se debe centrar al
paciente, además de en el plano axial, en el plano coronal (que hará que
el campo de visión sea anterior o posterior con respecto al cuerpo).
A continuación se relacionan los centrados más comunes, salvo ex-
cepciones sujetas a razones patológicas o anatómicas concretas:
– Cráneo (peñascos, senos, silla turca, etc.): el centrado se realiza a
nivel de la línea orbitomeatal, variando la angulación en cada caso
para conseguir el plano más idóneo.
– Cuello (columna cervical, laringe, etc.): el centraje en profundidad
con respecto al gantry se fija a nivel de C4, siendo la referencia anató-
mica superficial la nuez de Adán. El centrado en altura se fijará en
función del estudio.

55
– Tórax (columna dorsal, toracoabdominal, etc.): La referencia anató-
mica en este caso es la articulación esternoclavicular.
– Abdomen (abdominopélvico, hígado, etc.): el centrado se realiza a
nivel de la apófisis xifoides del esternón.
– Columna lumbar: el centraje en profundidad se realiza aproximada-
mente dos dedos por encima de las crestas iliacas y dado que la colum-
na se encuentra por detrás del plano coronal medio del cuerpo, el
centrado en altura ha de ser posterior para conseguir un campo de
visión adecuado.
– Pelvis: se realizará el centrado dos dedos por debajo de las crestas
iliacas. También se puede seguir esta misma pauta para el estudio de
caderas.

Registro del paciente. Una vez que se realiza el centrado de acuerdo


al estudio solicitado, se pasa a la sala de consolas donde se registra al
paciente (en aquellos equipos donde trabajan dos operadores el posicio-
namiento y el registro del paciente se efectuarán simultáneamente) (Fig.
4.3). El término "Registro" significa que se debe proporcionar al sistema
toda la información necesaria del paciente en la consola de operaciones:
– Apellidos y nombre del paciente.
– Número de identificación del paciente.
– Número de identificación del estudio.
– Tipo de estudio que se realiza.
– Sexo.
– Fecha de nacimiento.
– Edad.
– Procedencia.
– Datos sobre la posición (supino o prono, caudal o craneal [cabeza o
pies hacia el gantry], etc.).
– También aparece el nombre del radiólogo que hace el informe y el del
operador del equipo.

Realización del topograma


Antes de realizar los cortes (tomogramas) que proporcionan las imá-
genes deseadas se necesita visualizar la zona anatómica que corresponda
para programar el estudio. Esta imagen es el topograma (scout,
escanograma, imagen digital), que no es más que una radiografía
digitalizada de la zona a estudiar, sobre la que se ajustan los diferentes
parámetros. Se pueden realizar dos tipos de topograma:
1. Topograma frontal.
2. Topograma lateral.

56
Fig. 4.3. Registro del paciente. (1) Apellidos y nombre del paciente; (2) Número de
identificación del paciente; (3) Tipo de estudio que se realiza; (4) Sexo; (5) Fecha de nacimiento;
(6) Edad; (7) Nombre del radiólogo que informa; (8) Procedencia; (9) Nombre del operador.

Como algoritmo de trabajo se debe llevar el gantry a 0° una vez con-


cluido un estudio y antes de comenzar otro, cerciorarse de que esté en
dicha posición.
El topograma debe tener un FOV ligeramente más grande que las
exploraciones siguientes (tomograma), lo que facilita ajustar el FOV de
las exploraciones en espiral o secuenciales que se van a realizar poste-
riormente. Como se había explicado, el gantry no puede tener angulación
para realizar el topograma (Figs. 4.4 a la 4.7).
A continuación y a modo de ejemplo se describen las regiones anató-
micas más comunes de cada scout o topograma:
– Cráneo: desde la línea orbitomeatal hasta la calota.
– Senos: desde mandíbula inferior hasta la calota.
– Cavum: desde C4 hasta la línea orbitomeatal.
– Columna cervical: desde la base del cráneo hasta D2.
– Columna dorsal, tórax: desde C6 hasta L1.
– Columna toracoabdominal: desde vértices pulmonares hasta crestas
ilíacas.
– Abdomen: desde bases pulmonares hasta crestas ilíacas.
– Abdominopélvico: desde bases pulmonares hasta sínfisis púbica.
– Pelvis: desde crestas iliacas hasta sínfisis púbica.

Ajustes de parámetros
Además de los datos anteriormente enumerados e introducidos en la
consola, existe una serie de parámetros que deben ajustarse en cada pro-
gramación, dependiendo de la región anatómica, del carácter de la afec-

57
ción, del estado del paciente o de todos a la vez. Todos los equipos traen
sus propios programas con protocolos preestablecidos, pero aun así existe
la posibilidad de ajustarlos (Fig. 4.8).

Fig. 4.4. Topograma lateral de cráneo.

Fig. 4.5. Topograma lateral de columna


cervical.

Fig. 4.6. Topograma frontal de tórax.

58
Fig. 4.7. Topograma lateral de columna
lumbar.

Fig. 4.8. Pantalla interactiva de un equipo


Shimadzu. Factores técnicos del
topograma. Se programa el tipo de
topograma, ya sea lateral o frontal, el grosor
del corte, kV, mA, el largo del topograma y
las órdenes verbales programadas.

Ajustes del plano de corte. La mayoría de las veces, el barrido


que proporciona el topograma suele sobrepasar la zona que realmente
interesa estudiar. Mediante la fijación del nivel o plano de corte, se estu-
dia solamente la zona de interés, sin exponer a radiación extra al pacien-
te.
En el proceso de reconstrucción de la imagen, se pueden variar mu-
chas de las características con el plano del corte.
Ajustes del intervalo de corte. Mediante este se determinará el
desplazamiento de la mesa después de cada corte, cuando se realiza un
estudio secuencial y su valor oscilará en relación con la zona anatómica a
estudiar y con el tamaño de la lesión. Cuando se realiza este ajuste van a
quedar zonas entre cortes sin estudiar.
Ajuste de la dirección de los cortes. Dependiendo del estudio,
puede ser caudocraneal o cráneocaudal y en los estudios contrastados se
realiza a favor del flujo sanguíneo (Fig. 4.9).
Ajuste del grosor de corte. El valor de este parámetro, como se
explicaba en el Capítulo 2, está directamente relacionado con la defini-
ción de la imagen. El grosor de corte varía en función de la región anató-
mica y del tamaño de la lesión que quiera estudiarse. Los grosores de
corte oscilan entre 1 y 10 mm y en equipos más modernos es menor de 1
mm. Al elegir un grosor determinado, el ajuste de los colimadores se

59
realiza automáticamente. La elección entre cortes más finos o gruesos
está determinada, en primer lugar, por el deseo de obtener una mayor
resolución espacial o una mayor resolución de contraste.

Fig. 4.9. Pantalla interactiva (táctil) de un


equipo Shimadzu. Factores técnicos del
topograma. Posicionamiento de la mesa
(cráneocaudal o caudocraneal).

Existen otros estudios en los que pudiera interesar una alta resolu-
ción de contraste, por ejemplo, en las exploraciones del hígado. En este
caso la resolución de contraste cobra mayor importancia, por lo que se
utilizan secciones gruesas para perfeccionar la eficiencia de los fotones y
mantener un nivel de ruido aceptable.
En la práctica diaria se prefieren los cortes gruesos a los cortes finos.
Esto ayuda a aumentar la relación señal-ruido y a limitar el tiempo de
examen, reduciendo el número de cortes con menor irradiación del pa-
ciente. Sin embargo, a veces puede producir los llamados artefactos por
efecto de volumen parcial, estudiados en el Capítulo 2. Estos son causa-
dos por tejidos de alta densidad u objetos que se proyectan tan sólo par-
cialmente dentro del plano de corte. Un artefacto de este tipo, muy co-
nocido, es el llamado artefacto Hounsfield, que se produce entre los hue-
sos de la fosa posterior.
Ajuste del campo de visión (Field of view). La forma de esta-
blecer el FOV es mediante el diámetro en centímetros de la circunferen-
cia en que se muestra la imagen. El FOV debe ajustarse a la región anató-
mica en estudio; de esa forma se adapta la matriz utilizada al área de
interés. Por ejemplo, para un cráneo es suficiente un FOV de 25 cm,
mientras que para un abdomen se necesitan normalmente entre 35 y 42 cm.
Un FOV de 25 cm para un abdomen, dejaría fuera de la pantalla toda la
periferia de esta zona, y un FOV de 42 para un cráneo, daría una imagen
muy pequeña que, aunque fuera magnificada posteriormente, resultaría
una imagen con menor nitidez de la que se hubiese obtenido de haber
ajustado el FOV al perímetro cefálico.
Ajuste del voltaje y la intensidad. Al igual que la radiología
convencional, la técnica que se ha de utilizar en cada estudio se ajusta en

60
función de la zona anatómica y de las características del paciente. Ac-
tualmente esto no constituye un problema, ya que los equipos modernos
están equipados con sistemas de corrección de técnica y en los protoco-
los del fabricante suele estar preestablecida; no obstante, existe el acceso
para variarla en caso de considerarlo oportuno.
Al examinar regiones anatómicas de mayor absorción (por ejemplo:
TAC de la cabeza, hombros, columna dorsal o lumbar, pelvis y pacientes
gruesos) es aconsejable emplear niveles más altos de voltaje además o en
vez de valores superiores de intensidad. Cuando se escoge mayor voltaje
se endurece el haz de rayos X y puede penetrar más fácilmente en áreas
anatómicas de mayor atenuación y como efecto colateral positivo, los
componentes de menor energía de la radiación se reducen, lo que sería
deseable, pues los rayos X de baja energía son absorbidos por el paciente
y no contribuyen a la imagen. Al examinar niños o al realizar seguimien-
to del bolo de contraste, puede ser aconsejable utilizar un menor voltaje
que el estándar (Fig. 4.10).

Fig. 4.10. Pantalla interactiva (táctil) de


un equipo Shimadzu. En ella se realizan
los ajustes de acuerdo a la zona y tipo de
estudio y otros parámetros.

Ajuste del nivel de ventana. Los valores de grosor y nivel de


ventana pueden variar con respecto al estándar, según las características
del equipo, la finalidad del estudio y la morfología del paciente. En cual-
quier caso, estas variaciones siempre se realizan bajo criterio facultativo
y es mediante la práctica diaria que el operario llega a familiarizarse con
sus preferencias e incluso puede aportar sus propias experiencias con el
objetivo de obtener imágenes con las que sea posible realizar un diagnós-
tico semiológico en personas sanas y enfermas, para brindar al médico
especialista una mayor información que redundará, en última instancia,
en beneficio del paciente.
Es importante conocer la densidad, en escala Hounsfield, de los prin-
cipales órganos y tejidos del cuerpo humano; porque al ajustar el nivel de
densidad media debe situarse lo más cerca posible del nivel del tejido que
se quiere examinar. Las dos únicas excepciones vienen dadas cuando se
estudian los campos pulmonares y los huesos que requieren de un ajuste
de ventana especial. Los pulmones, por su contenido de aire, se ajustará
a un nivel de ventana bajo y el hueso compacto a un nivel de ventana alto.

61
Los equipos modernos poseen una capacidad aproximada de más de
4 000 tonos de gris, que representan los diferentes niveles de densidad
en UH (Unidades Hounsfield). Como se sabe, la densidad del agua se ha
establecido arbitrariamente en 0 UH y la del aire en -1 000 UH (Fig. 4.11).
Ajuste de la amplitud (grosor) de ventana. Una vez ajustado el
valor central (nivel de ventana), se determina la amplitud o grosor de
Diferentes niveles de densidad en UH

Índice de ventana Variación


1 Agua 0 ± 5 UH
2 Glándula suprarrenal 17 ± 7 UH
3 Trasudado 18 ± 2 UH
4 Exudado/derrame 25 ± 5 UH
5 Riñón 30 ± 10 UH
6 Páncreas 40 ± 10 UH
7 Bazo, músculo 45 ± 5 UH
8 Sangre 55 ± 5 UH
9 Hígado 65 ± 5 UH
10 Glándula tiroides 70 ±10 UH
11 Sangre coagulada 80 ± 10 UH
12 Aire -1000 UH
13 Pulmón -700 ± 200 UH
14 Grasa -90 ± 10 UH
15 Grasa/tejido conectivo -15 ± 65 UH
16 Hueso esponjoso 130 ± 100 UH
17 Hueso compacto > 250 UH

Fig. 4.11. Como se puede apreciar, los niveles de densidad de prácticamente la totalidad de
los órganos parenquimatosos se sitúan en el estrecho rango de 10 a 90 UH.

ventana. Los valores numéricos comprendidos dentro de ese rango, son


mostrados en los 256 niveles de grises del monitor.
Los valores que se encuentren por encima del límite superior de este
grosor de ventana son visualizados de manera uniforme de color blanco
y los valores que se encuentran por debajo del límite inferior son mostra-
dos de forma uniforme en color negro (Fig. 4.12).
Respiración durante el examen. Es una de las causas más frecuente
de artefactos de la imagen. Principalmente en los estudios del tórax, con
la técnica convencional, es muy importante el control de los movimien-
tos respiratorios, debiendo advertir al paciente que controle la respira-

62
ción durante el tiempo que dura el scan, así sucesivamente se continúa
corte a corte hasta que termine el estudio. Cuando realizamos la prueba
con técnica helicoidal, es necesario que no respire durante los pocos
segundos que dura el examen. En caso contrario, el movimiento
diafragmático producirá borrosidad de la imagen con marcada disminu-
ción de la calidad de esta.

Fig. 4.12. Para estudiar el cerebro en el


siguiente ejemplo se ajusta a un nivel de
ventana de +40 UH y una amplitud de
ventana de 100 UH, quiere esto decir,
50UH en sentido negativo y 50 UH en el
sentido positivo, lo que da un ancho de
ventana desde -10 UH a +90 UH. Todas
las estructuras con un valor menor de -
10 UH se verán en la pantalla del monitor
en color negro y todas las estructuras
con un valor mayor de 90 UH se verán
en la pantalla del monitor de color
blanca.

63
Capítulo 5
Uso de contrastes radiológicos
en tomografía axial
computarizada

TAC simple y contrastada


Todo estudio tomográfico debe comenzar invariablemente con una
TAC simple y luego realizarla de forma contrastada; aunque no siempre
este algoritmo de trabajo se cumple, como puede suceder con lesiones ya
conocidas, donde es innecesaria la realización de un estudio no contras-
tado previo, puesto que no proporcionaría ninguna información adicio-
nal a la que ya se tiene (Fig. 5.1).
Según la naturaleza del proceso que se investiga, debe realizarse o no
un estudio sin contraste (simple) antes de la inyección intravenosa del
mismo. Se diagnostican con mayor facilidad los injertos vasculares, las
lesiones inflamatorias óseas y las paredes de los abscesos, si se comparan
las imágenes sin y con contraste, y lo mismo puede afirmarse de las lesio-
nes focales hepáticas si se examinan con TAC convencional (Fig. 5.2).

Fig. 5.1. TAC simple de abdomen.

64
Fig. 5.2. TAC contrastada de abdomen.

Con el empleo de la TAC helicoidal, el examen simple puede ser


sustituido por el contrastado; por ejemplo, en el estudio de las pequeñas
lesiones focales del hígado, mediante la realización de un estudio de la
glándula hepática en la fase precoz de perfusión arterial del medio de
contraste, seguida por otras imágenes en fase de retorno venoso.

Importancia del uso de los contrastes


Contrastes radiológicos. Son un grupo de sustancias que, admi-
nistradas por diferentes vías, realzan determinadas estructuras anatómi-
cas por tener un coeficiente de absorción mayor a los rayos X que las
estructuras vecinas, aumentando notablemente la capacidad diagnóstica
de un estudio.
Los medios de contrastes endovenosos aprobados para la adminis-
tración en TAC, son moléculas orgánicas complejas unidas al yodo, con-
siderándose la primera causa de reacciones alérgicas en los pacientes
debido, en mayor medida, al grado de osmolaridad y no a la presencia del
yodo en sí. Los medios de contrastes yodados han evolucionado tratando
de tener un grado de osmolaridad lo más cercano posible al de los tejidos.
Haciendo un recuento histórico, los medios de contrastes han varia-
do desde los compuestos monoyodados, que producían grandes reaccio-
nes alérgicas; más tarde aparecieron los contrastes biyodados y, de este,
a los contrastes triyodados. Desde la introducción de los medios de con-
trastes no iónicos, a finales de la década de los 70, las reacciones desfa-
vorables son infrecuentes debido a que presentan una osmolaridad muy
cercana a la de los tejidos.

65
Se recomienda, por esta causa, la administración de medios de con-
trastes no iónicos a los pacientes con historia alérgica.
Premedicación. Está relacionada con los contrastes yodados en
aquellos pacientes que refieren haber tenido reacciones adversas, pa-
cientes con historia alérgica importante o asmáticos, calculándose la do-
sis en función del peso corporal. Para evitar la liberación de histamina
alérgica inducida por el contraste, la premedicación debe aplicarse por
vía intravenosa, lentamente, de 1 a 2 h antes de la inyección de los me-
dios de contrastes. Se han recomendado múltiples y diferentes esque-
mas, siendo el siguiente modelo uno de los más aceptados:
Prednisona 50 mg: por vía oral, cada 6 h, por tres dosis. La dosis se
inicia 13 horas antes de la inyección del medio de contraste.
Difenhidramina 50 mg: vía oral. Se administra 1 h antes de la inyec-
ción del medio de contraste.
Como regla general, los pacientes que necesitan premedicación por
reacción previa deben acudir en ayunas.
Siempre debe valorarse el riesgo-beneficio y si existe otra modalidad
diagnóstica que ofrezca una adecuada sensibilidad y especificidad, sin
riesgos para el paciente, se debe optar por esta última.

Vía oral
Concepto: consiste en la toma de un medio de contraste por vía oral,
con el objetivo de conseguir una cantidad adecuada de este en el tracto
gastrointestinal para su visualización mediante la TAC y así contrastarlo
de las estructuras que le rodean o de lesiones que pudieran confundirse
con asas intestinales.
Procedimiento: el medio de contraste líquido debe de tomarse tras un
ayuno previo y en pequeñas cantidades, durante un período de 30 a 60 min
antes del comienzo del examen TAC, para permitir la opacificación de
todo el tracto gastrointestinal. El paciente, por tanto, debe llegar al me-
nos una hora antes de la realización de la TAC abdominal.
Para facilitar una correcta elección del medio de contraste, se debe
conocer, por la hoja de solicitud del examen, si está prevista una cirugía
a corto plazo o si existe alguna sospecha de perforación o fístula. En
tales casos, se empleará un medio de contraste hidrosoluble en vez de un
medio de contraste con sulfato de bario. En la práctica diaria se prefiere
la utilización, en todos los casos, del medio de contraste hidrosoluble.
Como es lógico, debe retrasarse la realización de una TAC abdomi-
nal hasta tres días después de la práctica de un examen baritado conven-
cional (un estudio de esófago, estómago y duodeno, un tránsito intestinal

66
o un colon por enema). En el caso de que no se haya plasmado en la
solicitud y no se haya realizado correctamente el interrogatorio, será
visto, cuando se efectúe el topograma la presencia de bario residual en el
trato gastrointestinal, con la consiguiente suspensión del estudio y mo-
lestias para el paciente. Por todo lo antes señalado, se resume que la
secuencia de procedimientos diagnósticos en los pacientes con afección
abdominal, debe ser planeada con la debida atención.
Medios de contrastes. En la actualidad se utilizan dos tipos de
medios de contrastes para la utilización por vía oral:
– Las suspensiones de sulfato de bario diluido, que se utilizan de forma
rutinaria, siempre y cuando no existan contraindicaciones, en la reali-
zación de estudios de TAC de abdomen o abdominopélvico. Tiene la
ventaja de un mayor recubrimiento de la mucosa gástrica y la desven-
taja de no ser hidrosoluble.
– También existe en el mercado un producto comercial denominado
Gastrofin, que tiene la ventaja de ser hidrosoluble y puede emplearse,
por ejemplo, ante la sospecha de íleo por perforación o fístulas previa
a cirugía, pero posee el gran inconveniente que es un producto muy
caro.

Estos dos tipos de soluciones se utilizan de manera similar en la prác-


tica clínica y no se han reportado reacciones adversas severas cuando se
hace un uso racional de las mismas, con los volúmenes y concentraciones
recomendadas.
Estos son los medios de contrastes específicos para tomografía axial
computarizada que existen en el mercado. En Cuba se utilizan los me-
dios de contrastes radiológicos disponibles, diluyéndolos en proporción
de 1 x 3, obteniendo la misma calidad. Se prefiere el uso de los contrastes
yodados sobre los contrastes baritados, siendo el contraste yodado el
ideal en aquellos pacientes en que se sospecha una perforación o están
programados para cirugía abdominal, así como en los pacientes
politraumatizados.
Entre las ventajas de los contrastes yodados se puede señalar:
– Que tienen un efecto peristáltico positivo y producen un tránsito in-
testinal más rápido (30 a 60 min después de la administración oral);
es preciso tener en cuenta que en algunos pacientes este efecto puede
producir diarrea leve de tipo osmótico.
– Que proporcionan una distribución homogénea del medio de contras-
te en el intestino y no se flocula, lo que en algunas ocasiones se observa
con las suspensiones baritadas y que producen artefactos en la imagen
tomográfica.

67
Cuidados de enfermería. La enfermera es quien realiza los cuida-
dos antes, durante y después del examen; recibe al paciente y le adminis-
tra el contraste oral, ya sea baritado o hidrosoluble, en la sala de enfer-
mería, teniendo siempre en cuenta la posible duración del estudio de
otro paciente que ya se encuentra en la sala de exploración, con el fin de
mantener el flujo de trabajo.
Dosis de contraste oral en pediatría. En el estudio del abdomen
con contraste diluido (1 x 3) por vía oral, en pediatría, se han propuesto
las siguientes dosis por edad (tabla 5.1):

Tabla 5.1. Dosis por edad, usando medio de contraste hidrosoluble por vía oral (Gastrofin).

Edad Volumen medio de contraste Volumen medio de contraste


45 min. antes del examen 15 min. antes del examen

Menos de 1 mes 2-3 onzas (60-90 cc) 1-1,5 onzas (30-45 cc)
1 mes a 1 año 4-8 onzas (120-240 cc) 2-4 onzas (60-120 cc)
1 a 5 años 8-12 onzas (240-360 cc) 4-6 onzas (120-180 cc)
6 a 12 años 12-16 onzas (360-480 cc) 6-8 onzas (180-240 cc)
13 a 15 años 16-20 onzas (480-600 cc) 8-10 onzas (240-300 cc)

Precauciones y recomendaciones
– Se le debe explicar al paciente que no es necesario que retenga la orina.
– Es posible que aparezca ocasionalmente diarrea, como único efecto
secundario posible, ante esta medicación. Normalmente cede de for-
ma espontánea. Una enteritis o colitis preexistentes pueden agravarse
temporalmente.
– La toma del contraste puede ser rápida o lenta, según desee el pacien-
te o según le permita su estado. Ello no influye en el resultado final.
– En caso de que aparezcan náuseas, es preferible la toma lenta del pre-
parado e incluso, la supresión de alguna de las tomas a forzar su inges-
tión y que aparezcan vómitos.
– Si el paciente está inconsciente, se procederá a la colocación de una
sonda naso gástrica para administrar el preparado, tras lo cual se ha
de pinzar la sonda. La cantidad de líquido a administrar será de dos
jeringuillas de 100 cc de agua con 3 cc de contraste cada una, en tres
tomas cada media hora.
– Si el paciente tiene una sonda naso gástrica conectada a la bolsa, el
radiólogo consultará, junto a su médico, el historial de su enfermedad
y valorará la posibilidad de administración del medio de contrate. Por
ejemplo, en pacientes con pancreatitis suele ser muy importante la
administración del contraste, pero a su vez, resulta muy penosa, por-
que provoca malestar y vómito con facilidad.

68
– En pacientes diabéticos se puede detectar una subida de glucemia en
los controles posteriores.

Vía intravenosa
Concepto: consiste en la perfusión de un medio de contraste por vía
endovenosa para su visualización mediante TAC. El objetivo es conse-
guir un alto nivel de contraste en el torrente circulatorio para realzar
órganos o sistemas vascularizados y mejorar así la imagen.
Procedimiento: es importante informar al paciente, con el fin de dar-
le seguridad durante el procedimiento, que puede sentir un sabor metáli-
co en la boca y una sensación de calor en todo el cuerpo, después de la
administración del medio de contraste.
Este debe ser administrado mediante una aguja No. 20 G, canalizan-
do preferiblemente una vena antecubital. Cuando la velocidad de inyec-
ción es mayor de 3 cc/s, se recomienda la utilización de una aguja No. 18 G.
La administración del contraste en tomografía axial computarizada
helicoidal, idealmente debe realizarse con bomba inyectora, puesto que
garantiza una infusión del contraste constante y predecible, logrando
velocidades de inyección que manualmente no serían posibles; permite
además la programación de protocolos de inyección preestablecidos y
acoplados con los protocolos del tomógrafo.
Cuando la inyección del medio de contraste se realiza con bomba
inyectora, es necesario monitorizar la fase inicial de infusión para identi-
ficar extravasación del mismo.
En caso de extravasación del medio de contraste, debe cambiarse el
sitio de punción, además, es necesario indicarle al paciente la aplicación
de medidas locales, como compresas calientes y elevación de la extremi-
dad afectada.
Fases farmacocinéticas. Se han descrito tres fases en las curvas
de captación del contraste hepático y aórtico, después de la administra-
ción intravenosa en bolo del medio de contraste, a saber:
1. Fase arterial (l0 s-60 s): vascular o de bolo que corresponde al período
de inyección del contraste, equivale en radiología a la fase
corticomedular renal.
2. Fase de redistribución (60 s-180 s): corresponde a la "Fase portal" del
hígado, que se caracteriza por una caída rápida del contraste aórtico,
mientras el contraste hepático se mantiene en una meseta relativa.
Equivale a la fase de "nefrograma renal".
3. Fase de equilibrio (después de 180 s): ocurre generalmente después
de 3 minutos, cuando las curvas de captación hepática y aórtica se
vuelven paralelas y declinan a una velocidad similar por la filtración
renal. Equivale a la fase de "excreción renal".

69
En múltiples trabajos se ha demostrado cómo una lesión hepática
focal, hipovascular homogénea y no necrótica, detectable durante la fase
arterial y de redistribución, puede volverse isodensa al parénquima he-
pático en la fase de equilibrio y por esta causa no visualizarse.
La ventana temporal óptima para la evacuación hepática se inicia
cuando la captación hepática alcanza más de 50 UH y continúa hasta el
inicio de la fase de equilibrio.
Los exámenes que tengan como finalidad la evaluación de las estruc-
turas vasculares (ej. aorta, arterias renales, etc.) o algún tipo de lesión
hipervascular (ej. tumores de los islotes pancreáticos y sus metástasis
hepáticas), deben incluir una evaluación en la fase arterial (vascular).
La técnica helicoidal, por su capacidad de adquisición rápida de la
información, permite evaluar un mismo órgano en diferentes fases
vasculares, aumentando la detección de afecciones y mejorando la carac-
terización de las mismas.
Tomográficamente, en la fase arterial (vascular) hay una diferencia
mayor de 30 UH en los coeficientes de atenuación, entre la arteria aorta
y la vena cava inferior, a favor de la aorta. En la fase de redistribución, la
diferencia es de 10 a 30 UH y en la fase de equilibrio, la diferencia es
menor de 10 UH, además, en esta se produce la excreción de contraste
por los riñones.
El tiempo de retardo después del inicio de la administración del con-
traste se ha tratado de estandarizar, logrando unos valores que producen
opacificación vascular y parenquimatosa adecuadas en pacientes con gasto
cardíaco normal. En los pacientes con compromiso hemodinámico y bajo
gasto cardíaco, el tiempo de retardo puede llegar a duplicarse,
requiriéndose la realización de una inyección de prueba para adecuar el
estudio a las condiciones del paciente. Algunas casas comerciales ofre-
cen un software con tal finalidad.
La inyección de prueba consiste en la administración de 20 cc de
contraste intravenoso a la misma velocidad de inyección que se realizará
el estudio, obteniéndose múltiples cortes tomográficos dinámicos cada 2 s
a un mismo nivel (ej. arco aórtico para estudios aórticos y parénquima
hepático y vena porta para estudios hepáticos). Se mide en cada corte el
grado de captación del contraste en unidades Hounsfield (UH) en sitios
preestablecidos y se realizan curvas de captación contra tiempo. El tiem-
po de retardo se establece en el momento en que las estructuras que se
desea estudiar alcanzan un umbral deseado, ej. umbral de 100 UH para
la aorta en los estudios de la fase arterial (vascular) y de 50 UH para el
parénquima hepático en estudios en fase de redistribución (fase portal).
Dosis de contraste intravenoso en pediatría. La sedación en
pediatría es responsabilidad del anestesista especializado y se administra

70
aproximadamente 1,5-2 cc/kg de peso corporal. No se debe pasar de 150
cc de contraste. Además, el anestesista le administra una dosis de hidra-
to de cloral para sedación, que resulta ideal para niños menores de 18
meses, un ayuno de líquidos 3 horas y un ayuno de sólidos de más o
menos 6 horas. Es muy importante advertirle al acompañante del niño
que este pasará el día irritado e inquieto.
Reacciones alérgicas. Comentado el procedimiento en el uso de
los medios de contrastes, es preciso advertir de sus riesgos. Estas reac-
ciones se producen muy raramente y la gran mayoría aparece durante los
primeros 30 min, ocurriendo en el 70 % de los casos en los 5 min inicia-
les tras la inyección del medio de contraste. Se debe tener presente que
en la inyección del contraste de antagonistas de los receptores H1 y H2 no
se alivian de inmediato los síntomas, debido a que existe un período de
latencia. Solo los pacientes de alto riesgo necesitan supervisión durante
más de media hora, a pesar de que como se vio anteriormente, estos se
encuentran premedicados.
Aún tomando las precauciones necesarias, se pueden desarrollar re-
acciones alérgicas tras la inyección del contraste, entre las que se pueden
señalar: náuseas, vómitos, eritema, prurito, urticaria, edema, disnea, asma
y escozor.
Pueden aparecer además, efectos secundarios como aumento de la
presión intraocular, retención urinaria o también somnolencia en las si-
guientes 8 h, por lo que no se recomienda la conducción de vehículos.
Hay que prestar especial atención a los pacientes con glaucoma obstructivo
o con hipertrofia prostática benigna. Cuando se realiza el estudio a un
paciente no hospitalizado, debe informársele sobre la posibilidad de pa-
decer somnolencia o visión borrosa de forma transitoria, por lo que sería
recomendable que fuese acompañado de vuelta a su casa.
Las reacciones graves son infrecuentes, entre ellas se pueden señalar:
– Edema pulmonar.
– Convulsiones.
– Shock anafiláctico (hipotensión extrema y taquicardia).

Medios de contraste. Se utilizan medios de contrastes yodados,


recomendándose los no iónicos.
Material. Trocar (No. 18 ó 20 en adultos), esparadrapo, gasas, al-
cohol, suero salino (50 cc con sistema de suero), llave de tres pasos,
jeringuillas de 50 cc, contraste yodado, equipo de aerosol, equipo de
oxígeno con gafas nasales, equipo de monitorización: ECG y presión
arterial, equipamiento de intubación de emergencia, difenhidramina,
glucocorticoides (por ejemplo, metilprednisolona), antagonista de recep-
tores-H1 (proclorperacina,), antagonista de receptores-H2 (cimetidina),
adrenalina, teofilina, atropina y dopamina.

71
Cuidados de enfermería. La enfermera colabora con el licencia-
do y el radiólogo e interactúa con el anestesista, teniendo gran importan-
cia su actuación en el tratamiento de las reacciones adversas.
Se recomienda que sea una enfermera especializada en cuidados in-
tensivos, preferiblemente una licenciada, pero lo más importante es que
se le adiestre en el trabajo en TAC en una unidad asistencial con gran
experiencia como las de los hospitales "Hermanos Ameijeiras", "CIMEQ"
y "Calixto García", entre otras.
La enfermera debe tener presente los conocimientos de cuidados de
enfermería antes del examen, la preparación y posología de los medios
de contrastes; debe también estar atenta, durante el examen, a cualquier
llamado del licenciado o el radiólogo, así como del anestesista para el
tratamiento de una reacción alérgica, teniendo todo el instrumental ne-
cesario y los cuidados después del examen, tanto a pacientes hospitaliza-
dos, como de consulta externa.
Es muy importante la conducta a seguir ante las diferentes reaccio-
nes alérgicas en las complicaciones gastrointestinales (náuseas y vómi-
tos), donde debe colocar al paciente en posición de decúbito lateral para
evitar posibles aspiraciones.
En las complicaciones respiratorias (disnea, asma, estridor,
broncoespasmo, edema laríngeo) el paciente se debe colocar en posición
semierguida.
En las complicaciones cardiovasculares (caída de la presión arterial
acompañada de bradicardia) el paciente debe estar en decúbito supino
con las piernas elevadas, se le coloca un ECG y se procede a la
monitorización de la presión arterial, si persiste la hipotensión.
En casos extremos, si es necesario, el uso de la respiración artificial y
el traslado inmediato a la sala de cuidados intensivos.
Precauciones y recomendaciones. Previamente a la realización
de la prueba, en el servicio de radiodiagnóstico se realizará una entrevis-
ta personalizada a aquellos pacientes en los que se utilizará contraste
intravenoso. Tras identificar al paciente, se le debe entregar una hoja
explicativa para que comience a tener información acerca de la prueba y
del contraste que se le va a administrar o de lo contrario, hacerle una
explicación detallada.
Una vez el paciente haya concluido la lectura de la hoja informativa o
haya escuchado la explicación, se resuelven las posibles dudas que pudie-
ra tener. Debiendo aclararle que la aparición de una reacción alérgica al
yodo es algo imprevisible e infrecuente y que en el caso de aparecer cual-
quier tipo de síntoma, existe un equipo de profesionales que le vigila
constantemente y cuya actuación es inmediata.

72
Más tarde, se le aplica un cuestionario al paciente que trata los si-
guientes aspectos:
– Historia alérgica general personal. Está estadísticamente demostrado
que los pacientes alérgicos al marisco tienen un riesgo superior de
reacciones a otros alérgenos. Si un paciente padece un cuadro catarral
actual o reciente, se valorará el aplazamiento de la exploración, ya que
en esta situación el paciente es más propenso a manifestar una nueva
alergia.
– Historia alérgica específica al contraste yodado.
– Ayunas desde al menos 6 h. Es indispensable para evitar el riesgo de
aspiración en el caso de reacción alérgica.
– Diabetes, por las posibles complicaciones renales de un diabético de
larga evolución.
– Problemas cardiacos, por la posible repercusión hemodinámica del
volumen inyectado en poco espacio de tiempo.
– Problemas renales. En pacientes con insuficiencia renal hay que inves-
tigar los niveles de urea y creatinina y valorar la administración o no
del contraste según las cifras.
– Prótesis dental. Si es metálica y el estudio puede incluir el área denta-
ria, habrá que retirarla para evitar la aparición de artefactos metáli-
cos. En todo caso hay que tenerlo en cuenta para el hipotético caso de
que, ante una reacción alérgica grave, haya que intubar al paciente.
– Embarazo.
– Realización anterior de exploraciones con contraste.

Es muy importante que el paciente no se sienta solo y que sepa que se


puede comunicar en cualquier momento con los especialistas mediante
el micrófono incorporado en el gantry.
Se le informa que la reacción normal y habitual del contraste es la
aparición inmediata de calor (que no debe aparecer con los contrastes
no iónicos). De presentarse, aparece en la garganta (a veces acompaña-
do de sabor amargo o metálico) y en los genitales. Esta sensación de
calor es subjetiva, pero el paciente debe tener conocimiento de ello para
no alarmarse. Dicha sensación es fugaz, aparece con la inyección y des-
aparece en un minuto aproximadamente.
Una vez finalizado el estudio, se le pregunta al paciente acerca de su
estado y si todo está correcto, se procede a la retirada de la vía, explicán-
dole que está fuera de riesgo y que puede realizar una vida normal.
Función renal. Comentada ya la utilidad y necesidad del uso de
contrastes, se debe advertir de sus riesgos, muy especialmente en el caso
del contraste yodado (intravenoso), dicho contraste tiene como princi-
pales inconvenientes su nefrotoxicidad y la posibilidad de una reacción

73
alérgica al yodo. Antes de realizar la TAC, se debe evaluar la función
renal del paciente por el valor de la creatinina plasmática, puesto que en
los medios de contrastes es excretado por los riñones y puede reducir la
función tubular. Si existen signos de falla renal incipiente, sólo debería
administrarse los medios de contrastes en un limitado número de indica-
ciones.
Su uso debe ser restringido a los casos en los que el beneficio de su
administración supera a los riesgos. Es el radiólogo quien valora cada
caso particular y sopesa la relación riesgo/beneficio en cada enfermo.
Los medios de contraste pueden causar acidosis láctica, inducir una
reducción crónica de la función renal o agravar una insuficiencia renal.
Hasta hace poco tiempo, si el empleo de los medios de contrastes era
imprescindible para un paciente de diálisis, ésta se programaba para ser
realizada inmediatamente después de la TAC.
La verificación de los niveles de creatinina, antes del estudio, debería
ser una práctica rutinaria, ya que puede hacerse de forma rápida y eco-
nómica. Se ganaría aún más tiempo si se incluyera dicho dato en la hoja
de solicitud del examen.
Hipertiroidismo. El diagnóstico del hipertiroidismo lleva tiempo y
resulta costoso, pero si un médico desea solicitar una TAC contrastada a
un paciente con sospecha clínica de hipertiroidismo, debe antes excluir
la existencia de hiperactividad tiroidea o de un nódulo autónomo. Para
ello puede ser necesario realizar análisis de laboratorio, ultrasonido y/o
gammagrafía.

Inyección dinámica y no dinámica.


Actuación
Se canaliza una vía periférica con un trócar del mayor calibre que la
vena admita (en adultos se debe intentar utilizar un No. 18). Se fija y se
pasa un suero de 50 cc, hasta que se inicie el estudio.
El contraste intravenoso puede administrarse en diferentes pautas,
según la programación individual que designe el radiólogo, en función
del área de estudio y la afección que se sospeche. Existen tres métodos
diferentes de administración:
1. Visualización precoz. Se emplea cuando se requiere una concentración
muy alta del contraste en un periodo corto de tiempo (por ejemplo,
en la sospecha de disección aórtica). El radiólogo inyecta 100 cc de
contraste en embolada, debidamente protegido por un delantal
plomado. Se comienza la secuencia de cortes antes del final de la
inyección.

74
2. Inyección dinámica. Se administran 50 cc de contraste en embolada y
otros 50 cc en perfusión rápida con gotero. Se emplea en aquellos
estudios en los que se requiere una dosis alta mantenida durante más
tiempo que en el caso anterior, realizando cortes en el momento en
que el contraste está circulando por la zona de estudio. Este es el caso
de la TAC de tórax para estudiar el cáncer de pulmón.
3. Inyección no dinámica. Se inyectan 100 CC de contraste con jeringuilla
y posteriormente se realizan los cortes de TAC. Incluso se pueden
realizar cortes tardíos, más o menos media hora después de la
administración del contraste, como en el caso de una TAC de cráneo
cuando existe la sospecha de toxoplasmosis cerebral.

Vía rectal
Concepto: consiste en la introducción del medio de contraste a tra-
vés del esfínter anal, con el fin de conseguir que la ampolla rectal y la
porción distal del intestino grueso tengan una cantidad adecuada de con-
traste para su visualización mediante TAC. El uso de la vía rectal es
complementario a la administración del contraste oral.
Por vía rectal se asegura que el contraste distienda la parte distal del
tubo digestivo, donde el contraste oral puede no llegar o hacerlo en can-
tidad insuficiente.
Medios de contraste. Además de los contrastes mencionados, se
utiliza de forma complementaria el aire como medio de contraste negativo.
Material. Sonda vesical número 24 (para adultos), jeringuilla 10 cc,
jeringuilla 100 cc, suero salino 10 cc, lubricante, gasas, pinzas de Kocher.
200 cc de agua, 6 cc de contraste, empapadera y bolsa de orina.
Cuidados de enfermería. A pesar de que el paciente debe llegar al
departamento con la preparación requerida y en ayunas, en ocasiones se
hace necesario realizarle otro enema evacuante en la sala de enfermería.
Esto es muy común en pacientes atendidos por consulta externa e injus-
tificada en pacientes ingresados.
El objetivo de la preparación es limpiar el órgano lo mejor posible, a
fin de eliminar todos los restos de materia fecal y de gases, que pueda
enmascarar pequeños pólipos o cánceres.
La preparación consiste en administrar 3 cucharadas de aceite ricino
(adultos) la tarde anterior al día del enema (contraindicación:
inflamaciones agudas y recientes hemorragias digestivas). Como sustitu-
to se usa el bisacodilo. Para ayudar a limpiar el colon se acostumbra
ponerle al paciente 2 ó 3 enemas de limpieza de 2 L de agua, con una
cucharada de sal común.

75
Se recomienda realizar el enema con agua tibia, específicamente cuan-
do se sospecha colitis ulcerativa idiopática. El sulfato de bario se prepara
bien batido con agua y un agente suspensor como la dextrana. Al finali-
zar el estudio, la enfermera debe informar al paciente sobre la colora-
ción de las heces fecales.
Precauciones y recomendaciones. En los pacientes intervenidos
de cáncer de colon, no siempre es posible la administración de contraste
por vía rectal. Hay que consultar su historia clínica y preguntar al pa-
ciente si tiene orificio de colostomía. Si es así, tendrá un ano disfuncional
al que abocará un saco ciego. Entonces habrá que rellenar dicho saco
intestinal lentamente.
En pacientes intervenidos recientemente, se valorará la realización o
no de esta técnica por los posibles riesgos de provocar una dehiscencia
de sutura.

76
Capítulo 6
Protocolos de estudio e indicaciones

Este capítulo dará a conocer datos generales acerca de los protocolos


de estudio más comúnmente utilizados en equipos de TAC espiral de un
solo corte. Esta es solo una propuesta, pues en la práctica diaria irán
variando en dependencia de la marca comercial, la generación, tipo de
equipo, etc.
Es importante señalar que todos los equipos vienen con un protocolo
estándar, que también variará de acuerdo al tipo de equipo y a las carac-
terísticas propias de cada institución, a pesar de que la mayoría de los
radiólogos utilizan técnicas muy similares.
En el capítulo anterior se trataron los diferentes medios de contras-
tes y sus vías de administración. En el presente, conjuntamente con cada
protocolo, se hará referencia a "medio de contraste", en el caso que sea
necesario utilizarlos, sin olvidar que es el radiólogo quien determina cuál
estudio se debe realizar contrastado y cuál no.

Cráneo y cara
En el estudio del cráneo y de la cara es posible realizar cortes
coronales, acostando al paciente en decúbito prono, hiperextendiendo el
cuello y dando una angulación al gantry en sentido cráneocaudal. Es ne-
cesario realizar esta hiperextensión para lograr que la línea orbitomeatal
quede lo más paralela posible al plano de la mesa; además, se debe tener
presente que las posibilidades de angulación del gantry son limitadas y
que se pueden producir artefactos por su excesiva angulación. Se reco-
mienda no realizar cortes coronales a pacientes politraumatizados. Es
más, es recomendable, al realizar los cortes axiales, solamente modificar
la posición de la cabeza en el plano sagital para lograr proyecciones si-
métricas, utilizando los accesorios adecuados de sujeción, tanto en la
cabeza (correa de soporte de barbilla, cintas de sujeción de cabeza, al-
mohadillas de fijación lateral, etc.) como en el abdomen (cinta de suje-
ción del cuerpo), teniendo como principio básico no agravar el daño pre-
existente.

77
TAC de cráneo
Región de estudio. Se estudia desde la base del cráneo (línea
orbitomeatal) hasta la calota (caudocraneal) en cortes axiales.
Topograma. Lateral (Fig. 6.1).

Fig. 6.1. Topograma de cráneo lateral.

Técnica. Se puede utilizar TAC convencional, aunque se prefiere la


TAC helicoidal. Se estudia preferentemente con ventanas estrechas para
una mejor delimitación de la sustancia gris con respecto a la sustancia
blanca, con una amplitud de ventana de 80 UH y un nivel de ventana de
+35 UH (Fig. 6.2).
Los cortes axiales se realizan con el paciente acostado en decúbito
supino, con los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo y con una
angulación paralela a la línea orbitomeatal inferior. En los equipos
helicoidales multicorte no se da angulación. Se inmoviliza la cabeza, pa-
sando la cinta de sujeción alrededor de la frente del paciente y sujetándo-
la con las cintas de velcro situadas a ambos lados del cabezal, utilizando,
si fueran necesarias, las almohadillas de fijación lateral de modo que la
cabeza quede situada de forma simétrica.
En fosa posterior un grosor del corte de 2 mm con desplazamiento
de la mesa de 4 mm para un Pitch de 2.
En región supratentorial un grosor del corte de 8 mm, con desplaza-
miento de la mesa de 8 mm para un Pitch de 1.
Reconstrucción de las imágenes. Se realiza en ventana de tejidos
blandos y en ventana de hueso (nivel de ventana: + 600 UH; amplitud
de ventana: 200 UH), en caso de trauma o lesiones tumorales (Fig. 6.3).

78
Fig. 6.2. TAC de cráneo. Ventana de parénquima.

Fig. 6.3. TAC de cráneo. El mismo corte en ventana de hueso.

Medio de contraste. Los exámenes de cráneo se realizan habitual-


mente sin necesidad de administrar contraste; como se ve en los traumas
o déficit neurológico súbito donde se hará el diagnóstico diferencial en-
tre hemorragia e infarto, la utilización del medio de contraste tiene como
objetivo conseguir un alto nivel de contraste en el torrente sanguíneo
para realzar órganos y sistemas vascularizados, como ocurre en las me-
tástasis intracraneales y tumores. Se recomienda utilizar doble dosis de
contraste con cortes tardíos (40 min) en pacientes con VIH.

79
En niños, debe utilizarse una colimación de 3 mm en fosa posterior y
de 5 mm supratentorial. Se inyectan 50 cc de contraste no iónico en bolo
por vía endovenosa.
Indicaciones. Patología tumoral primaria (meningioma, neurinoma,
neurofibroma, hemangioblastoma, quiste epidermoide, craneofaringioma,
macroadenoma hipofisiario, tumor óseo, etc.) o metastásica (pulmonar,
mama, piel, etc.); en la patología inflamatoria; en el tamizaje de la pato-
logía intracraneana, en los traumatismos, la atrofia, hidrocefalia y en las
enfermedades cerebrovasculares (Fig. 6.4).

Fig. 6.4. TAC de base de cráneo.

TAC de hipófisis
Región de estudio. Región selar. Se estudia mediante cortes axiales
y coronales.
– Cortes axiales: paciente acostado en decúbito supino con los brazos
extendidos a ambos lados del cuerpo. Se estudia desde la parte infe-
rior del seno esfenoidal hasta la cisterna supraselar.
– Cortes coronales: paciente acostado en decúbito prono con la cabeza
hiperextendida y con los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo.
Perpendicular a la base de la silla turca, desde la apófisis clinoides
anterior a la posterior. En caso de empastes dentales, inclinar el ángu-
lo de corte para evitarlos.

Topograma. Lateral.
Técnica. Se realiza con cortes coronales (perpendicular a la línea
orbitomeatal inferior) y axiales (paralelo a la línea orbitomeatal inferior).

80
En ambos el grosor del corte es de 2 mm, un desplazamiento de la mesa
de 2 mm, para un Pitch = 1 (Fig. 6.5).
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
1 mm en ventana de tejidos blandos axiales (nivel de ventana de +30 a
+50 UH; amplitud de ventana de 400 UH) y coronales. En cortes
coronales además se utiliza la ventana de hueso.
Medio de contraste. En el estudio contrastado se inyectan 100 cc
de contraste no iónico, por vía endovenosa, en un bolo inicial de 45 cc a
un flujo de 1 cc x segundo (los cortes coronales se deben iniciar al termi-
nar el bolo) y los restantes 55 cc de contraste se administran mediante
infusión, a un flujo de 0,5 cc/s.
Indicaciones. Sospecha de micro o macroadenoma de hipófisis; masa
en seno cavernoso, trombosis del seno cavernoso, aracnoidocele.

Fig. 6.5. Corte axial a nivel de la hipófisis.

TAC de órbitas
Región de estudio. Región orbitaria. Se estudia mediante cortes
axiales y coronales (Fig. 6.6).
– Cortes axiales: desde el borde inferior (borde infraorbital del seno
maxilar) al borde superior de la órbita (borde supraorbital del hueso
frontal).
– Cortes coronales: desde el borde anterior (adito de la órbita) al borde
posterior de la órbita.

Topograma. Lateral.
Técnica. Se realiza en cortes coronales (perpendicular a la línea
orbitomeatal inferior) y axiales (paralelo a la línea orbitomeatal infe-
rior), con los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo. En ambos, el
grosor del corte es de 2 mm y Pitch=1.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
2 mm en ventana de tejidos blandos (nivel de ventana de +30 a +50 UH;
amplitud de ventana de 400 UH) para ambos cortes. En los cortes

81
coronales se utilizan, además, la ventana de hueso (nivel de ventana de
+600; amplitud de ventana de 200 UH).

Fig. 6.6. Corte axial a nivel de las órbitas.

Medio de contraste. Cuando se realiza el estudio contrastado se


inyectan 100 cc, por vía endovenosa, de contraste no iónico en un bolo
inicial de 45 cc a un flujo de 1 cc/s (iniciar los cortes coronales al termi-
nar el bolo) y los restantes 55 cc de contraste se administran mediante
infusión, a un flujo de 0,5 cc/s.
Indicaciones. En la patología tumoral (melanoma,
rabdomiosarcoma, retinoblastoma, linfoma o metástasis), la patología
inflamatoria (tiroidea, seudotumor o infección), en los traumatismos,
orbitopatía endocrina, miositis, riesgo de ceguera por fractura del suelo
orbital, entre otras.

TAC de senos perinasales


Región de estudio. Se estudia mediante cortes axiales y coronales.
– Cortes axiales: paciente acostado en decúbito supino con los brazos
extendidos a ambos lados del cuerpo. Cuando se estudian todos los
senos, desde el paladar duro hasta la parte superior del seno frontal y
en el caso de evaluar los senos maxilares solamente, desde el paladar
duro hasta la base de las órbitas.
– Cortes coronales: paciente acostado en decúbito prono, con la cabeza
hiperextendida y los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo. Se
estudia desde la pared posterior del seno esfenoidal hasta abarcar todo
el seno frontal, con cortes paralelos a la rama mandibular.

Topograma. Lateral.
Técnica. Se realiza con cortes coronales (perpendicular a la línea
orbitomeatal inferior) y axiales (paralelo a la línea orbitomeatal infe-
rior). En ambos, el grosor del corte es de 2 mm, con un desplazamiento
de la mesa de 2 mm para un Pitch = 1 (nivel de ventana -200 UH, ampli-
tud de ventana 2 000 UH).

82
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción
(tanto axiales como coronales 2 mm).
Los traumatismos y las lesiones tumorales se estudian en ventana de
hueso (nivel de ventana de +600 UH; amplitud de ventana de 200 UH),
cuando se estudian tumores se debe evaluar, además, la región del cuello
para identificar posibles adenopatías metastásicas. En los cortes coronales
se tratará de evitar, en lo posible, las amalgamas dentales (empastes).
Si el estudio es prequirúrgico, de cirugía endoscópica, se debe reali-
zar reconstrucción de los cortes coronales con un intervalo de 0,5 mm y
a partir de estos, reconstruir en el plano sagital para definir el drenaje de
los senos frontales y para valorar la distancia, desde la cavidad nasal
hasta el tope del seno esfenoidal.
Medio de contraste. Se estudia generalmente por TAC simple,
sobre todo en la patología inflamatoria, donde los senos están ocupados
por secreciones como ocurre en la sinusitis crónica.
Se utiliza la TAC contrastada cuando se sospecha patología tumoral
y/o complicaciones de la patología inflamatoria, inyectando aproximada-
mente 100 cc de contraste yodado no iónico, por vía endovenosa, a un
flujo de 2 cc/s en ventana de tejidos blandos (nivel de ventana de +30 a
+50 UH; amplitud de ventana de 400 UH).
Indicaciones. En la patología inflamatoria, en la tumoral, en el diag-
nóstico de destrucción de huesos faciales provocados por tumores ma-
lignos. En el estudio de los traumatismos faciales, donde en ocasiones se
aprecian signos indirectos de fractura, como ocurre en la hemorragia de
los SPN o la visualización de burbujas de aire intracraneales.

TAC de mastoides
Región de estudio. Ambas mastoides en cortes axiales y coronales.
– Axiales: paciente acostado en decúbito supino con los brazos extendi-
dos a ambos lados del cuerpo. Se estudia desde la parte inferior de la
mastoides (punta de mastoides) hasta la parte superior del peñasco.
– Coronales: paciente acostado en decúbito prono, con su cabeza
hiperextendida y los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo. Se
estudia, desde el borde posterior de las celdillas mastoideas, hasta la
rama mandibular (cubriendo todo el hueso temporal).

Topograma. Lateral.
Técnica. Se emplea una cinta de sujeción de cabeza, utilizando, si
son necesarias, las almohadillas de sujeción lateral. El grosor del corte
de 1 mm y desplazamiento de la mesa de 1 mm para un Pitch = 1.

83
Fig. 6.7. Corte axial a nivel de ambas mastoides.

Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción 1


mm (con intervalo de 0,5 mm en los tomógrafos que permitan realizar
cortes submilimétricos).
Se estudia en ventana de hueso ambos cortes (nivel de ventana 800
UH y una amplitud de ventana de 4 000 UH).
Se realiza con ventana de tejidos blandos (nivel de ventana de +30 a
+50 UH; amplitud de ventana de 400 UH) en el estudio de los ángulos
pontocerebelosos.
Medio de contraste. Se estudia generalmente mediante la TAC
simple, en el examen de traumatismos y en la patología inflamatoria no
complicada y se reserva la TAC contrastada por vía endovenosa, con
contraste no iónico, en el estudio de las lesiones tumorales y en la pato-
logía inflamatoria complicada.
Indicaciones. En la patología inflamatoria, la patología tumoral
(colesteatoma), en la hipoacusia, en los traumatismos y en los estudios
del oído medio y del ángulo pontocerebeloso.

TAC de cara
Región de estudio
– Cortes axiales: paciente acostado en decúbito supino con los brazos
extendidos a ambos lados del cuerpo. Se estudia, desde la parte supe-
rior de los senos frontales hasta la parte inferior de la mandíbula.

Fig. 6.8. Corte coronal a nivel de ambas


mastoides.

84
– Cortes coronales: paciente acostado en decúbito prono, con la cabeza
hiperextendida y los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo. Se
estudia, desde la parte anterior de los senos frontales, hasta el dorso
selar (que incluya las articulaciones temporomandibulares).

Topograma. Lateral.
Técnica. Se realizan mediante cortes axiales y coronales, con el pa-
ciente acostado en decúbito supino, los brazos descansando a ambos la-
dos del cuerpo y con un grosor de corte de 3 mm y Pitch=1,5. Se emplea
una cinta de sujeción de cabeza, utilizando, si son necesarias, las almoha-
dillas de sujeción lateral.
Reconstrucción de las imágenes. Cortes axiales y coronales. In-
tervalo de reconstrucción de 2 mm en ventana de hueso. Para obtener
imágenes 3D se debe reconstruir el estudio con intervalo de 1 mm en
ventana estándar.
Las reconstrucciones 3D, ya sea con técnica de superficie sombreada,
proyección de máxima intensidad o VRT (Volume-Rendering,) son de
gran valor para la planificación preoperatoria, facilitando la comunica-
ción con el ortopédico y los clínicos.
Indicaciones. En las anomalías congénitas, la patología tumoral y
en los casos de traumatismo facial, en los que es importante detectar
signos indirectos de fractura, donde los rayos X no son concluyentes o
sus resultados son normales pero persiste la sospecha clínica de fractura
y en la planificación preoperatorio (localización exacta de la fractura y la
posición de los posibles fragmentos).

TAC de cuello
Región de estudio. Desde la base del cráneo hasta T2.
Topograma. Lateral.
Técnica. Paciente acostado en decúbito supino. Se debe colocar el
cojín de cabeza y el soporte de rodillas, con los brazos extendidos a am-
bos lados del cuerpo. Inmovilizar con correas en caso necesario. Se realiza
mediante cortes axiales y en inspiración, con un grosor del corte de 3 mm
y un Pitch = 1.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
3 mm en ventana de tejidos blandos (nivel de ventana de +30 a +50 UH;
amplitud de ventana de 400 UH). Si se planea realizar posprocesamiento
en 3D o 2D, las reconstrucciones deben realizarse de 1 mm (aproxima-
damente 30 % de la colimación utilizada). Se le debe solicitar al paciente
no tragar durante la realización del estudio.
Medio de contraste. En el estudio contrastado se inyectan 100 cc
de contraste endovenoso no iónico, diluido a un flujo de 2,5 cc/s.

85
Tiempo de retardo. 45 s (después de iniciar la inyección).
Indicaciones. Masa cervical en estudio de etiología desconocida,
estudio de metástasis; absceso o celulitis; patología de glándulas salivares;
evaluación de nódulos linfáticos; primario desconocido.

TAC de tórax
Región de estudio. Desde C6 hasta L1 (desde los vértices
pulmonares hasta el fondo del saco pleural).

Fig. 6.9. Topograma frontal de tórax.

Topograma. Frontal (Fig. 6.9).


Técnica. Se estudia mediante cortes axiales, con el paciente acosta-
do en decúbito supino y los brazos cruzados por encima de la cabeza,
colocándosele el cabezal de tórax y abdomen en donde descansa esta.
En ventana de pulmón (Fig. 6.10): grosor del corte 8 mm y un des-
plazamiento de la mesa de 8 mm para un Pitch = 1.
Nivel de ventana de -600 a -700 UH y amplitud de ventana de 1 000
a 1 600 UH.
En ventana de mediastino (Fig. 6.11): grosor del corte 8 mm y un
desplazamiento de la mesa de 8 mm para un Pitch = 1.
Nivel de ventana de 20 a 40 UH y amplitud de ventana de 400 a 500 UH.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
1 mm en el nódulo.
Intervalo de reconstrucción de 8 mm para el estudio completo del
tórax en ventana de pulmón y tejidos blandos.
Medio de contraste. En el estudio contrastado se inyectan 100 cc
de contraste endovenoso no iónico, a un flujo de 2 cc/s.

86
Fig. 6.10. TAC de tórax en ventana de
pulmón. Factores electrotécnicos: 250 mA,
120 kV, grosor del corte 8 mm, cero grado
de angulación del gantry, zoom 1,7, nivel de
ventana -600 UH, amplitud de ventana 1612
UH.

Indicaciones. Sospecha de lesión vascular; en el estudio de las


neoplasias o metástasis, disección de la aorta, embolismo pulmonar, con-
densación pulmonar, ganglios linfáticos mediastinales, quistes dermoides
y teratomas, masas tiroideas, agenesia y aplasia pulmonar, quiste
broncogénico, alteraciones bronquiales, secuestro pulmonar, patología
pleural, sarcoidosis (asbestosis, silicosis).

TAC de tórax pediátrico


Región de estudio. Desde los ápices hasta las bases pulmonares.
Topograma. Frontal (Fig. 6.12).

Fig. 6.11. TAC de tórax en ventana de


mediastino. Factores electrotécnicos: 210
mA, 120 kV, grosor del corte 8 mm, cero
grado de angulación del gantry, zoom 1,7,
nivel de ventana +33 UH, amplitud de
ventana 442 UH.

87
Fig. 6.12. Topograma frontal de tórax
pediátrico.

Técnica. Se estudia mediante cortes axiales, el paciente acostado en


decúbito supino sobre la mesa o sobre la cuna de bebé (en caso que se
cuente con este accesorio), el acompañante, con la debida protección
radiológica, debe sujetar ambos miembros superiores e inferiores. Se
realiza con un grosor de corte de 5 mm y un Pitch de 1 a 1,5.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción 5 mm
en ventana de tejidos blandos. En pacientes pequeños (menores de 3 años) se
puede utilizar una colimación de 4 mm con un Pitch de 1 y un intervalo
de reconstrucción de 3 mm.
Medio de contraste. En el estudio contrastado se inyectan 2 cc
por kilogramo de peso corporal y un máximo de 150 cc de contraste
endovenoso no iónico. Si se va a realizar tórax y abdomen, utilizar una
tercera parte del contraste en el tórax y dos terceras partes en el abdo-
men, programando una inyección bifásica.
Tiempo de retardo. Después de haber inyectado el 80 % del con-
traste con velocidad de inyección: en bolo para aguja No. 22 G, 24 G ó
menores, se inyecta:
– Infusión a un flujo de 1,5 cc/s, para aguja No. 20 G.
– Infusión a un flujo de 2 cc/s, para aguja No. 18 G.

Indicaciones. Patología tumoral del mediastino y del pulmón, pri-


maria o metastásica; complicaciones pulmonares, pleurales o
mediastinales de procesos infecciosos, no bien caracterizados con radio-
logía convencional; traumatismos del tórax.

88
TAC de abdomen superior
Región de estudio. Desde las bases pulmonares hasta las crestas
ilíacas (craneocaudal).
Topograma. Frontal (Fig. 6.13).

Fig. 6.13. Topograma frontal de


abdomen superior.

Técnica. Se estudia mediante cortes axiales, en inspiración, con el


paciente acostado en decúbito supino y los brazos cruzados por encima
de la cabeza. Si el tomógrafo no permite una hélice (cluster) de tal longi-
tud, se realizan dos hélices (clusters), garantizando en la primera de ella
un cubrimiento completo del hígado (Fig. 6.14).
Grosor del corte de 8 mm para un Pitch = 1,5.
Instruir al paciente para hiperventilar antes de la obtención de las
imágenes. En caso de que se sospeche patología renal o se identifiquen
alteraciones a este nivel en los cortes iniciales, se debe realizar una nueva
adquisición helicoidal completa tardía de los riñones (aproximadamente
5 min).

Fig. 6.14. TAC simple de abdomen


superior. Corte axial a nivel del hígado.

89
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
8 mm, en ventana de tejidos blandos. Si se planea realizar posproceso 3D
o 2D, las reconstrucciones deben realizarse de 3 mm (aproximadamente
el 30 % de la colimación utilizada) y mantener un campo de visión (FOV)
y una matriz igual para ambas adquisiciones helicoidales (Fig. 6.15).

Fig. 6.15. TAC simple de abdomen superior.


Corte axial a nivel de los riñones.

Medio de contraste. Se estudia con doble contraste, en la vía


endovenosa se inyecta, 120 cc de contraste no iónico, a un flujo de 2,5
cc/segundo y por la vía oral, se le administran 1000 cc de dilución yodada,
60 minutos antes del examen o de solución baritada, 90 min antes de este
(dividida en 3 ó 4 dosis fraccionadas (Fig. 6.16).
Tiempo de retardo. 60 s.
Indicaciones. Aneurisma aórtico, trombosis venosa, VIH, hernias
y hematomas de la pared abdominal, traumatismos de órganos abdomi-
nales, enfermedad hepática difusa, detección de neoplasia primaria o se-
cundaria, abdomen agudo, sospecha de absceso abdominal.

Fig. 6.16. TAC de abdomen contrastado.


Factores electrotécnicos: estudio espiral,
210 mA, 120 kV, grosor del corte 8 mm,
gantry cero grado, zoom de 2,3, nivel de
ventana +8 UH, amplitud de ventana 408
UH.

90
TAC de abdomen largo
(abdominopélvico)
Región de estudio. Desde bases pulmonares hasta sínfisis púbica.
Topograma. Frontal (Fig. 6.17).

Fig. 6.17. Topograma de abdomen largo.


Factores electrotécnicos: 85 mA, 120 kV,
grosor del corte 2 mm, cero grado de
angulación del gantry, zoom 1, nivel de
ventana +8 UH, amplitud de ventana 410
UH.

Técnica. Se estudia mediante cortes axiales, en inspiración, con el


paciente acostado en decúbito supino, con los brazos cruzados por enci-
ma de la cabeza. Se debe instruir al paciente para que realice una
hiperventilación antes de comenzar el tomograma.
Primera adquisición helicoidal (primera hélice o espiral)
Grosor del corte: 8 mm.
Picht: 1,5.
Dirección cráneocaudal, desde las bases pulmonares hasta las cres-
tas ilíacas, si el tomógrafo no permite una hélice (cluster) de tal longitud,
se realizan dos hélices (clusters), garantizando en la primera de ellas un
cubrimiento completo del hígado.
Segunda adquisición helicoidal (segunda hélice o espiral)
Grosor del corte: 8 mm.
Picht: 1,5.
Dirección cráneocaudal, desde las crestas ilíacas hasta la sínfisis
púbica, esperando 5 min después del inicio de la administración del con-
traste para garantizar la presencia de este en la vejiga.
Reconstrucción de las imágenes. Se deben superponer las dos
adquisiciones helicoidales. Intervalo de reconstrucción: 8 mm para am-
bas adquisiciones en ventana de tejidos blandos.

91
Medio de contraste. Se emplea doble contraste; se inyectan 120 cc
de contraste intravenoso no iónico, a un flujo de 2,5 cc/s y 1 000 cc de
dilución yodada, por vía oral, 60 min antes del examen o solución baritada,
90 min antes del examen (en 3 ó 4 dosis fraccionadas).
Tiempo de retardo. 60 s.
Indicaciones. Sospecha de metástasis; tamizaje de la patología ab-
dominal; detección de neoplasia primaria o secundaria; en el abdomen
agudo; sospecha de absceso abdominal; en el trauma abdominal.

TAC de abdomen inferior (pelvis menor)


Región de estudio. Desde el borde superior de las crestas ilíacas,
hasta la sínfisis del pubis.
Topograma. Frontal.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales en inspiración.
Primera adquisición
Grosor del corte: 8 mm.
Pitch = 1,5.
Dirección cráneocaudal, desde los polos inferiores de los riñones hasta
la sínfisis del pubis.
Segunda adquisición
Dirección cráneocaudal, desde las crestas ilíacas hasta la sínfisis del
pubis, esperando 5 minutos después del inicio de la infusión del contras-
te para garantizar la presencia de este en la vejiga, utilizando la misma
técnica.
Intervalo de reconstrucción. De 8 mm para ambas adquisiciones
helicoidales, en ventana de tejidos blandos. Si se planea realizar
posprocesamiento 3D o 2D, las reconstrucciones deben realizarse a 3 mm
(aproximadamente el 30 % de la colimación utilizada).
Si se sospecha trombosis venosa pélvica, el retardo debe ser de 120 s,
a un flujo de inyección de 1,5 cc/s. En lo posible, disminuir los factores
electrotécnicos, especialmente en pacientes jóvenes (menos de 175 mA).
Medio de contraste. En el estudio contrastado se inyectan 120 cc
por vía endovenosa de contraste no iónico, a un flujo de 5 cc/s; por vía
oral se administran 1 000 cc de dilución yodada, 60 minutos antes del
examen o de solución baritada, 90 min antes de este (Fig. 6.18).
Tiempo de retardo. 70 s.
Indicaciones. Estadificación y seguimiento de tumor de próstata,
cérvix, ovario o endometrio; patología rectal; patología vesical; afección
de apéndice (Fig. 6.19).

92
Fig. 6.18. TAC de pelvis menor contrastada
con ventana de parénquima. Factores
electrotécnicos: 210 mA, 120 kV, grosor del
corte 8 mm, cero grado de angulación del
gantry, zoom 1,7, nivel de ventana +7 UH,
amplitud de ventana 392 UH.

Fig. 6.19. Representación gráfica de la


TAC de pelvis menor. Factores
electrotécnicos: 210 mA, 120 kV, grosor
del corte 8 mm, cero grado de angulación
del gantry, zoom 1,7, nivel de ventana +7
UH, amplitud de ventana 392 UH.

TAC de abdomen y pelvis


pediátrico
Región de estudio. Desde las bases pulmonares hasta la sínfisis del
pubis.
Topograma. Frontal.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales con un grosor de corte
de 5 mm y un Pitch de 1 a 1,5. En pacientes pequeños (menores de 3
años), se puede utilizar una colimación de 4 mm, un Picht de 1 y un

93
intervalo de reconstrucción de 3 mm. No dar contraste oral en caso de
sedación.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción:
5 mm en ventana de tejidos blandos.
Medio de contraste. Se inyecta contraste no iónico por vía
endovenosa (2 cc por kilogramo de peso corporal y un máximo de 150
cc). En la administración del contraste por vía oral se puede utilizar la
tabla 5.1.
Las velocidades de inyección pueden ser:
– En bolo, utilizando agujas 32 G, 24 G o menores.
– En infusión, con aguja 20 G, a un flujo de 1,5 cc/s.
– En infusión, con aguja 18 G, a un flujo de 2 cc/s.

Tiempo de retardo. Después de haber inyectado el 100 % del con-


traste venoso.
Indicaciones. Trauma de abdomen; patología inflamatoria
intraperitoneal (apendicitis); patología tumoral primaria o metastásica.

SOMA
La RMN se ha convertido en la "Regla de Oro" en el estudio de las
partes blandas. Su desventaja es que no visualiza de forma clara las es-
tructuras óseas, que son parte importante de la fisiopatología de esta
entidad, donde es superada ampliamente por la TAC, la que se considera
la técnica apropiada, especialmente en el estudio de los traumatismos.
También se emplea cuando la RMN está contraindicada o cuando no se
cuenta con ese tipo de equipamiento.

Esqueleto apendicular

TAC de articulación
esternoclavicular
Región de estudio. Desde 2 cm por encima de las articulaciones
esternoclaviculares, hasta el tercio medio del esternón. Si se sospecha
fractura de este último, se debe evaluar hasta el apéndice xifoides, es
decir, en toda su extensión.
Topograma. Frontal.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales con un grosor del corte
de 3 mm y un Pitch de 1,5.

94
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción 2
mm con ventana de hueso, en los estudios contrastados se adicionan imáge-
nes con ventana de tejidos blandos. Las reconstrucciones coronales de-
ben ser parte integral del estudio. Para obtener imágenes 3D se debe
reconstruir el estudio con intervalo de 1 mm en ventana estándar.
Medio de contraste. Se realiza TAC contrastada, de la articula-
ción esternoclavicular, si se sospecha infección, administrándose 120 cc
intravenoso no iónico, a un flujo de 3 cc/s.
Tiempo de retardo. 40 s.
Indicaciones. En los casos de trauma; en rayos X no concluyente;
rayos X normal, pero que persiste la sospecha clínica de fractura o luxa-
ción y en la sospecha de infección.

TAC de pelvis ósea


Región de estudio. Desde la parte superior de las crestas ilíacas,
hasta un nivel inferior a la sínfisis del pubis.
Topograma. Frontal.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales, con un grosor de corte
de 5 mm y un Pitch de 1,5.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
3 mm con ventana de hueso.
Las reconstrucciones con técnica 2D (MPR), tanto coronales como
sagitales, deben ser parte integral del estudio porque aportan una valiosa
información adicional a las imágenes axiales, muy especialmente en el
estudio de las fracturas complejas. Para obtener imágenes 3D se debe
reconstruir el estudio con intervalo de 2 mm en ventana estándar, pu-
diéndose estudiar las diferentes técnicas descritas: de superficie
sombreada, proyección de máxima intensidad o VRT (Volume-Rendering
Technique), que tienen gran valor para la planificación preoperatoria,
facilitando la comunicación con el ortopédico y los clínicos.
En la evaluación del sacro, las reconstrucciones coronales, tanto 3D
como 2D, son esenciales para el diagnóstico.
Indicaciones. En el estudio de la patología tumoral primaria o
metastásica, tanto los tumores de partes blandas como tumores óseos.
En el caso de tumores malignos músculoesqueléticos, se debe tener pre-
sente que producen metástasis característicamente por vía hematógena a
los pulmones y con mucho menos frecuencia, a los sistemas viscerales y
glandulares, linfáticos y sistema nervioso central, en los traumatismos;
en los estudios de rayos X no concluyente o que resulte imposible obte-
ner radiografías adecuadas para el diagnóstico; en aquellos estudios
radiológicos negativos en los que persiste la sospecha clínica de fractura
y como planificación preoperatoria (localización exacta de la fractura y
la posición de los posibles fragmentos) (Fig. 6.20).

95
Fig. 6.20. TAC de pelvis ósea. Factores
electrotécnicos: 210 mA, 120 kV, grosor
del corte 8 mm, cero grado de
angulación del gantry, zoom 1,9, nivel de
ventana +236 UH, amplitud de ventana
2240 UH.

TAC de los acetábulos


y de las articulaciones
coxofemorales
Región de estudio. Desde un nivel medio de las crestas ilíacas,
hasta la región intertrocantérica del fémur (Fig. 6.21).
Topograma. Frontal.

Fig. 6.21. Corte axial de articulación


coxofemoral.

Técnica. Se estudia mediante cortes axiales, con un grosor de corte


de 3 mm y un Pitch de 1,5.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
3 mm con ventana de hueso. Las reconstrucciones con técnica 2D (MPR),
tanto coronales como sagitales, deben ser parte integral del estudio. Para
obtener imágenes 3D se debe reconstruir el estudio con intervalo de 1 mm

96
en ventana estándar, pudiéndose estudiar las diferentes técnicas descritas:
de superficie sombreada, proyección de máxima intensidad o VRT
(Volume-Rendering Technique), que tienen gran valor para la planificación
preoperatoria y facilita la comunicación con el ortopédico y los clínicos.
En la evaluación del sacro, las reconstrucciones coronales, tanto 3D
como 2D, son esenciales para el diagnóstico (Fig. 6.22).

Fig. 6.22. MPR coronal de ambas


articulaciones coxofemorales.

Indicaciones. Necrosis de la cabeza femoral, displasia de cadera,


en el estudio de la patología tumoral primaria o metastásica, tanto los
tumores de partes blandas como tumores óseos, en los traumatismos; en
los estudios de rayos X no concluyente o que resulte imposible obtener
radiografías adecuadas para el diagnóstico; en aquellos estudios
radiológicos negativos en los que persiste la sospecha clínica de fracturay
como planificación preoperatoria (localización exacta de la fractura y la
posición de los posibles fragmentos) (Fig. 6.23).

Fig. 6.23. MPR coronal de articulación


coxofemoral izquierda, donde se aprecia
con claridad la línea de fractura.

97
Miembro superior

TAC de hombro y escápula


Región de estudio. Hombro: desde un nivel inmediatamente supe-
rior a la articulación acromioclavicular, hasta el tercio proximal del
húmero.
Escápula: desde un nivel inmediatamente superior a la articulación
acromioclavicular, hasta el extremo inferior de la escápula.
Topograma. Frontal.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales con un grosor de corte
de 3 mm y un Pitch de 1,5.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
3 mm, con ventana de hueso. Las reconstrucciones con técnica 2D
(MPR), tanto coronales como sagitales, deben ser parte integral del es-
tudio. Para obtener imágenes 3D se debe reconstruir el estudio con in-
tervalo de 1 mm en ventana estándar, pudiéndose estudiar las diferentes
técnicas descritas: de superficie sombreada, proyección de máxima in-
tensidad o VRT (Volume-Rendering Technique), que tienen gran valor
para la planificación preoperatorio, que facilita la comunicación con el
ortopédico y los clínicos (Fig. 6.24).
Durante el examen, los miembros superiores deben permanecer a
ambos lados del cuerpo.
Indicaciones. En el estudio de la patología tumoral primaria o
metastásica, tanto los tumores de partes blandas como tumores óseos,
en los traumatismos; en los estudios de rayos X no concluyente o que
nos resulte imposible obtener radiografías adecuadas para el diagnósti-
co; en aquellos estudios radiológicos negativos en los que persiste la sos-

Fig. 6.24. Reconstrucción de la escápula


con técnica de VRT.

98
pecha clínica de fractura y como planificación preoperatoria (localiza-
ción exacta de la fractura y la posición de los posibles fragmentos).

TAC de muñecas
Región de estudio. Cortes axiales desde el tercio distal del radio y
la ulna, hasta el tercio medio de los metacarpianos. Cortes coronales
desde la parte anterior hasta la parte posterior del carpo.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales con un grosor de corte
de 3 mm y un Pitch de 1,5.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
2 mm con ventana de hueso. Las reconstrucciones con técnica 2D (MPR),
tanto coronales como sagitales, deben ser parte integral del estudio de
las muñecas. Para obtener imágenes 3D se debe reconstruir el estudio
con intervalo de 1 mm en ventana estándar, pudiéndose estudiar las dife-
rentes técnicas descritas: de superficie sombreada, proyección de máxi-
ma intensidad o VRT (Volume-Rendering Technique), que tienen gran
valor para la planificación preoperatorio, la cual facilita la comunicación
con el ortopédico y los clínicos. En el caso de que no se puedan realizar
cortes coronales directos, se utilizan factores más finos: colimación
2 mm, Pitch = 1 e intervalo de reconstrucción de 1 mm, para obtener
reconstrucciones coronales y sagitales de gran calidad.
Indicaciones. En el estudio de la patología tumoral primaria o
metastásica, tanto los tumores de partes blandas como tumores óseos,
en los traumatismos; en los estudios de rayos X no concluyente o que
resulte imposible obtener radiografías adecuadas para el diagnóstico, en
aquellos estudios radiológicos negativos en los que persiste la sospecha
clínica de fractura y como planificación preoperatorio (localización exacta
de la fractura y la posición de los posibles fragmentos).

Miembro inferior

TAC de rodillas
Región de estudio. Desde el tercio distal del fémur hasta el tercio
proximal de la tibia y el peroné.
Topograma. Frontal.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales con un grosor de corte
de 3 mm y un Pitch de 1,5.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción 3 mm
con ventana de hueso. Las reconstrucciones con técnica 2D (MPR)

99
coronales y sagitales deben ser parte integral del estudio de las rodillas,
para definir el grado de escalonamiento de las superficies articulares (pla-
tillos tibiales). Para obtener imágenes 3D se debe reconstruir el estudio
con intervalo de 1 mm en ventana estándar, pudiéndose estudiar las dife-
rentes técnicas descritas: de superficie sombreada, proyección de máxi-
ma intensidad o VRT (Volume-Rendering Technique), que tienen gran
valor para la planificación preoperatorio, facilitando la comunicación con
el ortopédico y los clínicos.
Indicaciones. En el estudio de la patología tumoral primaria o
metastásica, tanto los tumores de partes blandas como tumores óseos,
en los traumatismos; en los estudios de rayos X no concluyente o que
resulte imposible obtener radiografías adecuadas para el diagnóstico, en
aquellos estudios radiológicos negativos en los que persiste la sospecha
clínica de fractura y en la planificación preoperatoria (localización exac-
ta de la fractura y la posición de los posibles fragmentos).

TAC de tobillos y calcáneos


Región de estudio. Cortes axiales desde el tercio distal de la tibia y
el peroné, hasta un nivel inferior a los calcáneos.
Cortes coronales desde la porción proximal de los metatarsianos, hasta
la parte más posterior de los calcáneos.
Topograma. Lateral.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales con un grosor de corte
de 3 mm y un Pitch de 1,5.
Reconstrucción de las imágenes. Intervalo de reconstrucción de
2 mm con ventana de hueso. Las reconstrucciones con técnica 2D (MPR)
coronales y sagitales deben ser parte integral del estudio de los calcáneos.
Para obtener imágenes 3D se debe reconstruir el estudio con intervalo
de 1 mm en ventana estándar, pudiéndose estudiar las diferentes técni-
cas descritas con anterioridad.
Indicaciones. En el estudio de la patología tumoral primaria o
metastásica, tanto los tumores de partes blandas como tumores óseos,
en los traumatismos; en los estudios de rayos X no concluyente o que
resulte imposible obtener radiografías adecuadas para el diagnóstico, en
aquellos estudios radiológicos negativos en los que persiste la sospecha
clínica de fractura y como planificación preoperatoria (localización exacta
de la fractura y la posición de los posibles fragmentos).

100
Esqueleto axial

TAC de columna cervical


Región de estudio. Desde el la base del cráneo hasta T2.
Topograma. Lateral (Fig. 6.25).
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales, con el paciente acosta-
do en decúbito supino. Los brazos extendidos a lo largo del cuerpo, ase-
gurando que el paciente deje caer los hombros y esté relajado. Se puede
situar el llamado cojín de cuello por debajo de este y el soporte de rodi-
llas. En el caso de ser necesario, se inmovilizará la cabeza del paciente.

Fig. 6.25. Topograma lateral de columna


cervical.

Dependiendo la técnica de la indicación del estudio:


– Para tamizaje: grosor del corte 5 mm. Pitch 1,5.
– Para evaluar C1-C2: grosor del corte 2 mm. Pitch 1.
– Para otras indicaciones: grosor del corte 3 mm.Pitch 1,5.

Es muy importante, en el estudio de los pacientes politraumatizados,


detectar fracturas o roturas ligamentosas para prevenir posible daño
medular (Fig. 6.26).
Reconstrucción de las imágenes. Se realiza con un intervalo de
reconstrucción:
– Para tamizaje y otras indicaciones: 3 mm.
– Con ventana de hueso para evaluar C1-C2: 1 mm.

101
Fig. 6.26. Corte axial de columna cervical.

Las reconstrucciones con técnica de 2D (MPR), coronal y sagital,


deben ser parte integral del estudio. Para obtener imágenes 3D se debe
reconstruir el estudio con intervalo de 1 mm en ventana estándar.
Indicaciones. De forma general, sus indicaciones vienen dadas:
– En aquellos estudios radiológicos patológicos, pero no concluyentes,
en los que se quiere definir con exactitud la extensión de las fracturas
o descartar otras no identificadas en los rayos X convencionales.
– En los que el estudio convencional resulte negativo pero persiste la
sospecha clínica y para evaluar áreas no visualizadas con claridad por
los rayos X (generalmente en C1-C2 o C6-T1) como puede ser el esta-
do de los agujeros de conjunción, patología discal y estenosis del ca-
nal.
– En los traumas donde se mide la amplitud del canal medular y la pre-
sencia de fragmentos óseos libres en el mismo.
– En las alteraciones de los ejes (cifosis, lordosis exageradas, escoliosis).
– En la disminución en altura de los discos intervertebrales, la
espondiloartrosis (fusión total o parcial de cuerpos o apófisis
transversas), existencia de osteofitos, su magnitud y ubicación.
– Más raramente subluxaciones vertebrales (secuelas de traumatismos
que no fueron diagnosticados).
– Las alteraciones congénitas de los cuerpos vertebrales.
– La existencia de patologías óseas: fracturas antiguas, tumores
extramedulares, metástasis, espondilitis tuberculosa, etc.
– Como tamizaje en pacientes politraumatizados con evaluación clínica
limitada, que van a ser evaluados con TAC de otras áreas del cuerpo
(cráneo, abdomen, tórax).

102
TAC de columna dorsolumbar
Región de estudio. Desde C6 hasta la sínfisis del pubis.
Topograma. Se realiza un topograma lateral, sobre el que se planifi-
ca el área de estudio y un topograma frontal si no se cuenta con el estu-
dio radiológico para descartar posible vértebra de transición.
Técnica. Se estudia mediante cortes axiales, con el paciente acosta-
do en decúbito supino y ambos brazos cruzados por encima de la cabeza;
las rodillas flexionadas, descansando sobre el soporte de rodillas (en su
defecto utilizar una almohada), para disminuir las curvaturas fisiológicas
de la columna y que esta quede lo más paralela posible al plano horizon-
tal. El grosor del corte depende de la localización anatómica de la zona a
estudiar, del número de vértebras a examinar y de la necesidad de hacer
reconstrucciones 2D ó 3D. Para grandes áreas se utilizará un grosor de
corte de 3 mm y un Pitch de 1,5; de la misma forma, si se van a realizar
reconstrucciones durante el procesamiento, se usa un grosor de corte de
1,5 mm y Pitch de 1 (Figs. 6.27 y 6.28).

Fig. 6.27. Corte axial a nivel del cuerpo


vertebral de columna lumbar.

Fig. 6.28. Corte axial a nivel del disco


vertebral de columna lumbar.

103
Reconstrucción de las imágenes. Las reconstrucciones coronales
y sagitales con técnica 2D (MPR) deben ser parte integral del estudio.
Para obtener imágenes 3D se debe reconstruir el estudio con intervalo
de 1 mm en ventana estándar. Las reconstrucciones 3D, ya sea con téc-
nica de superficie sombreada (SSD), proyección de máxima intensidad
(MIP), proyección de mínima intensidad (MinIP) o VRT (Volume-
Rendering Technique), son de gran valor para la planificación
preoperatorio, facilitando la comunicación con el ortopédico y los clínicos.
Indicaciones
– En aquellos estudios radiológicos patológicos, pero no concluyentes,
en los que se quiere definir con exactitud la extensión de las fracturas
o descartar otras no identificadas en los rayos X convencionales.
– En aquellos en los que el estudio convencional resulte negativo, pero
persista la sospecha clínica.
– En los traumas donde se mide la amplitud del canal medular y la pre-
sencia de fragmentos libres en el mismo.
– En las alteraciones de los ejes (cifosis, lordosis exageradas, escoliosis).
– En la disminución en altura de los discos intervertebrales, la
espondiloartrosis (fusión total o parcial de cuerpos o apófisis
transversas), existencia de osteofitos, para definir con exactitud su
magnitud y ubicación.
– Más raramente subluxaciones vertebrales (secuelas de traumatismos
que no fueron diagnosticados).
– En las alteraciones congénitas de los cuerpos vertebrales.
– Cuando se sospecha patología ósea y en el estudio de fracturas antiguas.
– En la patología discal (la hernia se produce por ruptura de las laminillas
fibrosas del anillo del disco en su parte posterior, por lo que hace
prominencia el núcleo pulposo. Cuando el anillo discal está alterado y
el núcleo se desplaza hacia atrás sin que este anillo se rompa, se habla
de hernia protruida. Cuando el anillo se rompe y el material del núcleo
sale de su espacio, se habla de hernia extruida; si este fragmento se
separa se habla de hernia secuestrada, que a su vez puede migrar hacia
proximal, distal, lateral o medial).
– En el estudio de aquellos signos que producen dolor lumbar y dolor
irradiado (la espondiloartrosis, la espondilolistesis, la espondolólisis,
la claudicación neurógena y la estenosis del canal lumbar, entidad cuyo
sitio más frecuente de presentación se localiza en orden descendente a
nivel de L4-L5, seguida por L3-L4 y que incluye, tanto a la región
central del conducto raquídeo, como a los recesos laterales y agujeros
de conjunción).
– En el estudio de aquellos signos que producen rigidez matutina pro-
longada (espondilitis anquilosante, soriásica y enteropática).

104
– En los tumores benignos (osteoma osteoide, tumor de células gigan-
tes, hemangioma, quiste óseo aneurismático).
– En los tumores malignos (mieloma, condrosarcoma, cordoma, linfoma).
– Las metástasis líticas (pulmón, riñones, mamas y tiroides), blásticas
(próstata, mama, colon) y mixtas (mama, pulmón, próstata y vejiga).
La mayoría de las metástasis en la columna vertebral se producen vía
hematógena y no suelen afectar los discos intervertebrales.

En las Figs. 6.29 y 6.30 se estudia la columna lumbar con un protoco-


lo que toma los espacios intervertebrales de L4-L5 y L5-S1 comenzan-
do con algunos cortes por encima y por debajo de ambos discos y con los
haces paralelos a dichos espacios y por tanto con ángulos diferentes de
estudio en cada caso. De esto resulta que va a quedar una zona que no
vamos a estudiar donde podría existir una lesión que pasaremos por alto
y, por tanto, el radiólogo pudiera omitir un diagnostico. Este tipo de
protocolo era muy usado en los inicios de la TAC en aquellos equipos
convencionales que realizaban los cortes uno a uno con tiempos de estu-
dio largos. Con la aparición de los modernos equipos helicoidales este

Fig. 6.29. Topograma lateral de columna


lumbar. Protocolo inadecuado.

Fig. 6.30. MPR de columna lumbar.


Protocolo inadecuado.

105
tipo de protocolo ha quedado obsoleto, nombrándose por algunos auto-
res como protocolo inadecuado.
En las Figs. 6.31 y 6.32 se examina la columna lumbar con un proto-
colo que estudia, desde el borde inferior del cuerpo vertebral de L-4,
hasta el borde superior del cuerpo vertebral de S1, con cortes perpendi-
culares, es decir, con una angulación del gantry de cero grado, con técni-
ca helicoidal y donde se va a irradiar todo este segmento sin que queden
zonas sin estudiar, como ocurre con el protocolo anterior. Este caso se
conoce como protocolo adecuado y permite estudiar una estenosis del
canal o una patología discal (fragmentos libres intrarraquídeos) no apre-
ciable en el estudio anterior.

Fig. 6.31. Topograma lateral de columna


lumbar. Protocolo adecuado.

Fig. 6.32. MPR de columna lumbar.


Protocolo adecuado.

106
MieloTAC
Es una técnica importante en aquellos casos en que la RMN está
contraindicada o no exista ese equipamiento.
El contraste yodado que se utiliza es el Iopamiro-300, de fácil y rápida
absorción.
Debe realizarse previamente una mielografía. El contraste se intro-
duce en el espacio subaracnoideo, de modo preferencial mediante una
punción en la región lumbar, previa asepsia y antisepsia de la zona. El
líquido céfalorraquídeo (LCR) obtenido se envía al patólogo para ser
examinado desde el punto de vista bacteriológico, citológico e
inmunológico. Debe evaluarse la velocidad de salida del LCR, sobre todo
en los casos de bloqueo del canal. Posteriormente, se pasan varios
mililitros de contraste, en dependencia de la región del canal espinal que
se desea estudiar y bajo control fluoroscópico continuo se visualiza el
deslizamiento y comportamiento de la columna de contraste, obteniéndose
finalmente varias radiografías en diferentes proyecciones (frontal, obli-
cua, lateral, Pancoast, en decúbito prono, de pie o en posición invertida)
para un diagnóstico definitivo.
Posteriormente se realizan los cortes tomográficos en la región ya
sospechada por la mielografía realizada, lo que permitirá un diagnóstico
más exacto, sobre todo luego de la introducción de la TAC helicoidal
con su posibilidad de reconstrucciones tridimensionales. Con esta técni-
ca se pueden delinear muy claramente los tejidos óseos y blandos, las
raíces en el receso lateral, las dimensiones del canal, los osteofitos, la
hipertrofia de ligamentos y los discos herniados y es muy útil en los casos
en que se combina la estenosis crónica con hernia aguda del disco. De-
tecta las cicatrices posquirúrgicas compresivas, el edema de las raíces y
todo tipo de tumores extradurales en el canal.
La mieloTAC valora:
– El comportamiento de las lesiones.
– El grado de compromiso de la médula espinal y del LCR.
– El estadio de estas lesiones.

Indicaciones. Traumatismos; bloqueo total o parcial del canal


raquídeo; sospechas de hernias discales; lesiones quísticas; tumores pri-
mitivos y metastásicos; rectificación de la lordosis; escoliosis;
espondilolistesis; mielopatías espondilóticas.

107
Capítulo 7
Tratamiento de la imagen
en tomografía axial
computarizada

La aplicación de la informática en la TAC permite que con un solo


estudio se puedan observar órganos y estructuras de diversa densidad,
utilizando los diferentes parámetros y tratamiento de imágenes. El trata-
miento de la imagen o posprocesamiento, comprende cualquier tipo de
manipulación y evaluación de los datos almacenados en el sistema.

Factores que afectan la calidad


de la imagen
De forma general, son dos los factores que afectan la calidad de la
imagen:
1. Resolución espacial.
2. Resolución de contraste.

La resolución de contraste y la resolución espacial son inversamente


proporcionales, al aumentar una disminuye la otra. En dependencia del
examen que se va a realizar, interesará obtener una mayor resolución
espacial, por ejemplo, para delimitar estructuras finas; o bien interesará
obtener una mayor resolución de contraste, por ejemplo, en aquellos
estudios de TAC de los pulmones o del hígado, en donde la resolución de
contraste adquiere una importancia capital. Cada protocolo de estudio
tiene ajustado una resolución de contrate y espacial aceptable y además
se le pueden realizar variaciones; es decir, son factores que pueden va-
riar ajustando los diferentes parámetros que los afectan y que serán des-
critos más adelante.

Resolución espacial
La resolución espacial describe el grado de borrosidad o indefinición
presente en la imagen y se describe como la habilidad que tiene el equipo de
discriminar objetos pequeños de diferentes densidades, que estén ubicados

108
muy próximos. Si la resolución espacial es insuficiente, entonces los ob-
jetos pequeños que se encuentren muy próximos aparecerán en la panta-
lla como un solo objeto.
La resolución espacial se divide en:
– Función de esparcimiento del punto.
– Función de esparcimiento de una línea.
– Función transferencial de modulación.

Función de esparcimiento del punto (Point Spread Function).


La función de esparcimiento del punto se emplea para caracterizar de
forma gráfica el comportamiento de la resolución espacial del sistema
(respuesta al impulso). Esta describe la indefinición que resulta cuando
un punto en el objeto no se reproduce fielmente como un verdadero
punto en la imagen y da como resultado un efecto de borrosidad, enton-
ces el punto se extiende hacia fuera formando un círculo medible.
Función de esparcimiento de una línea (Line Spread
Function). Describe la indefinición que resulta cuando una línea o una
abertura en el objeto no se reproduce fielmente como una verdadera
línea o una abertura en la imagen.
Esta indefinición da como resultado una imagen que se extiende más
allá de la ubicación real de la línea o la abertura en el objeto.
Función transferencial de modulación (Modulation Transfer
Function). Mide la resolución espacial del sistema mediante la descom-
posición del objeto en sus componentes de frecuencia.
En la medida que la frecuencia espacial se incrementa, disminuye la
habilidad de resolver espacialmente los pares de líneas de forma indivi-
dual, hasta que en cierto punto la curva alcanza el valor de cero.
Los parámetros que afectan la resolución espacial en las imágenes
tomográficas son los siguientes:
Tamaño del punto focal: el tubo produce los rayos X a partir de una
pequeña área que se encuentra en el ánodo, conocida como punto focal
(focal spot). Los tubos de rayos X poseen un punto focal fino y un punto
focal grueso. Al igual que en la radiografía convencional, la mejor defini-
ción se obtiene con el llamado foco fino, de esta manera sucede que el
foco grueso decrece la resolución espacial y el foco fino la incrementa.
Apertura del detector: un factor limitante en la obtención de una
buena resolución espacial es el área de la cara del detector, que está
expuesta a la radiación atenuada. Con detectores más pequeños se pue-
den visualizar objetos más pequeños sin incrementar la energía (kV) ni
la dosis (mAs) de radiación. Menores aperturas de los detectores provo-
can sumas de rayo más estrechas, con lo que se consigue visualizar obje-
tos más pequeños. Como resultado, menores aperturas de los detectores
permiten una mayor resolución espacial.

109
Frecuencia de muestreo: la frecuencia de muestreo es el número de
sumas de rayos X atenuados adquiridas por cada detector. Una mayor
frecuencia de muestreo permite un menor movimiento angular del tubo
de rayos X, respecto al objeto, durante la adquisición de cada suma de
rayos. En conclusión, una mayor frecuencia de muestreo incrementa la
resolución espacial.
Espesor del corte: el espesor del corte está definido por el espesor
del haz de rayos X en la dirección del eje Z del paciente, medido en el
isocentro (centro del plano de exploración) y es un parámetro que se
modifica a voluntad en la programación del estudio. Espesores de corte
más gruesos permiten estudiar regiones más amplias con menor cantidad
de cortes, disminuyendo el tiempo del estudio. Sin embargo, esto reduce
la resolución espacial e incrementa también el artefacto por efecto de
volumen parcial. Cuando se pretende estudiar estructuras pequeñas, como
la silla turca por ejemplo, se debe emplear un espesor de corte más fino.
Como resultado, cortes más finos permiten lograr una mayor resolución
espacial y cortes gruesos la disminuyen.
Ángulo de adquisición: el ángulo de adquisición es el ángulo medido
desde el comienzo de la adquisición de la información correspondiente
al Slice (Start-of-field), hasta que concluye dicha adquisición (End-of-
field). Ángulos mayores de 360° (sobreexploración) captan información
redundante, que es utilizada para reducir las sombras debido al movi-
miento del paciente. Este parámetro puede ser modificado a voluntad
con la utilización del Pitch y se logra cuando empleamos un Pitch < 1.
La sobreexploración incrementa la resolución espacial, pues permite dis-
minuir los artefactos por movimiento del paciente.
Filtro de convolución: objetos pequeños producen mayores frecuen-
cias. El filtro de convolución permite el paso de mayor o menor cantidad
de alta frecuencia espacial. Fijando frecuencias de corte mayores, se lo-
gra incrementar la resolución espacial. La frecuencia espacial está deter-
minada por la variación de amplitud de los datos captados, a partir de las
estructuras del paciente.
Interpolador de la espiral: esta es una ventaja del uso de la TAC
espiral. El interpolador espiral convierte los datos medidos en modo
helicoidal en datos de cortes axiales, como si pertenecieran a un estudio
axial. Esta interpolación tiene lugar antes de la backprojetion. Los
interpoladores espirales permiten incrementar la resolución espacial a lo
largo del eje Z, siempre que utilicen mayor cantidad de datos (Raw Data).
Posición del paciente: en los equipos de tercera generación y en los
helicoidales se logra mayor resolución espacial en el centro de la apertu-
ra (scan field) para el paciente. Como regla general, se recomienda si-
tuar al paciente de tal modo que el órgano que se va a examinar esté en el

110
centro del campo de exploración, a excepción de los exámenes de la aor-
ta y de la tráquea, que constituyen una excepción a esta regla, ya que no
deben situarse en el centro mismo del Scanfield para evitar los llamados
artefactos de anillo. La resolución espacial es mayor para las regiones
del paciente más cercanas al centro, por lo que se hace necesario, al igual
que en radiología convencional, centrar la zona a estudiar.

Resolución de contraste
En la TAC, la resolución de contraste se describe como la habilidad
que tiene el sistema de imágenes para discriminar pequeños cambios de
densidad. Estos cambios de densidad son aplicables a objetos pequeños
(típicamente de 2 a 3 mm) que varían ligeramente en densidad, con res-
pecto a la densidad del ambiente en el que se localizan y a la diferencia de
densidad existente entre dos objetos cercanos.
Los parámetros que afectan la resolución de contraste en las imáge-
nes tomográficas son los siguientes:
Sensibilidad: los detectores de los tomógrafos deben ser capaces de
discriminar pequeñas diferencias de atenuación de los rayos X, lo que es
requerido para poder distinguir pequeñas diferencias de densidades de
los tejidos. Detectores con alta sensibilidad permiten lograr mejor reso-
lución de contraste.
Ángulo de adquisición: como se ha visto, es el ángulo medido desde
el comienzo de la adquisición (Start-of-field) hasta que concluye la mis-
ma (End-of-field). Reduciendo el ángulo de adquisición, también se re-
duce el tiempo para realizar un corte; además, se elimina la sobre-explo-
ración, que se emplea para reducir artefactos producidos por movimien-
to. Debido a que los artefactos reducen, tanto la resolución espacial como
la resolución de contraste, entonces ambas resoluciones se reducirán si
se disminuye el ángulo de adquisición.
Espesor del corte: cortes más finos permiten lograr una mayor reso-
lución espacial, pero disminuyen la resolución de contraste y viceversa.
Espesores de corte más gruesos permiten que mayor cantidad de radia-
ción X atenuada alcance los detectores, mejorando la resolución de con-
traste. Concluyendo, espesores de corte finos producen baja resolución
de contraste.
Salida del tubo de rayos X: la cantidad de radiación que sale del tubo
de rayos X es proporcional a la corriente (mA) que fluye por el mismo,
al tiempo de la exposición en segundos. El producto, como se conoce, es
medido en mAs. Si se incrementan los valores de mAs, se incrementa la
resolución de contraste.

111
Filtrado del haz de rayos X: el filtrado de los rayos X, en radiología
convencional, se realiza mediante el uso de chasis de parrilla fija o siste-
ma de Potter Bucky, para eliminar los rayos X de menor energía (blan-
dos), interponiendo finas láminas de aluminio en el haz de rayos X. La
TAC utiliza un sistema similar, teniendo en cuenta la no utilización de
láminas gruesas de aluminio, pues estas eliminan mayor cantidad de ra-
yos X, lo que reduce la radiación en los detectores, disminuyendo sensi-
blemente la resolución de contraste.
Dimensiones del paciente: los pacientes obesos absorben mayor can-
tidad de radiación X y al igual que en radiología convencional, será me-
nor la cantidad de radiación atenuada que llega al chasis para imprimir la
imagen latente en la película radiográfica, siendo en el caso de la TAC a
los detectores y por este motivo, la resolución de contraste será ligera-
mente menor en pacientes obesos. Como compensación, lo que se hace
generalmente es lo mismo que en la radiografía, es decir, incrementar el
valor de mAs siempre que se estudien pacientes obesos.
Apertura del detector: con detectores más pequeños se pueden
visualizar objetos más pequeños, sin incrementar la energía (kV) ni la
dosis (mAs) de radiación, pero el costo de este incremento dará como
resultado una pérdida de la resolución de contraste. Menores aperturas
de los detectores, provocan que menor cantidad de radiación sea conver-
tida en señal.
Frecuencia de muestreo: una mayor frecuencia de muestreo incrementa
la resolución espacial pero, al reducir el tiempo disponible para adquirir
una suma de rayos y reducir la cantidad de radiación X atenuada que
llega al detector y como consecuencia, reduce la resolución de contraste.
Velocidad de rotación: mayores velocidades de rotación provocan
tiempos menores para realizar la adquisición de cada suma de rayos X
atenuado. Por tanto, las mayores velocidades de rotación reducen la re-
solución de contraste.
Ruido del sistema: este no es un parámetro modificable por noso-
tros. Los ingenieros de diseño conciben el sistema con la mínima canti-
dad de ruido posible, mientras que los ingenieros de servicio
(electromedicina), deben mantener el sistema y el entorno para minimi-
zar las fuentes de ruido. Es importante saber que todos los circuitos
electrónicos producen ruido aleatorio, pero que, además, adicionalmente,
el entorno también produce ruido aleatorio y ruido coherente, el cual es
ruido a frecuencias específicas. El ruido reduce el contraste.

112
Reconstrucción de la imagen. Aspectos
técnicos
Todos los equipos de TAC poseen un sistema de recogida de datos,
un sistema de procesado de los mismos, un sistema de reconstrucción de
la imagen y un sistema de visualización y de archivo.

Recogida de datos
La energía se obtiene con el tubo de rayos X y su consiguiente gene-
rador (similares a los equipos de rayos X convencionales), produciendo
un haz de rayos marcadamente colimado que se llamará energía prima-
ria; las estructuras que son atravesadas por este haz absorben una canti-
dad de energía proporcional a su coeficiente de atenuación. La energía
que emerge tras atravesar el cuerpo se denomina radiación atenuada. El
coeficiente lineal de atenuación depende de varios factores, como la den-
sidad del objeto, su número atómico y su espesor.
Los detectores son los encargados de recoger la señal que proporciona
la radiación atenuada (Fig. 7.1).

Fig. 7.1. Detectores. (1) haz de rayos X; (2) los detectores convierten la radiación atenuada
en voltaje; (3) el voltaje de los detectores se ha convertido en datos digitales (Raw Data).

Reconstrucción de la imagen
En la exploración se han ido midiendo las atenuaciones de hileras de
voxels. Los diferentes tonos de grises de la imagen dependen de los co-
eficientes de atenuación lineal de los tejidos. Cuando el computador TAC
procesa los coeficientes de atenuación lineal relativos de cada voxel, los
normaliza a un material de referencia; al agua se le otorga el valor 0, a los
valores extremos de densidad de tejido humano se les asignan valores
que van desde -1,000 para el aire, hasta +1,000 para el hueso (estos
valores pueden variar en función del equipo).

113
El aire es representado en negro y el hueso en blanco. Desde el blan-
co al negro hay una escala de grises que el ojo humano no es capaz de
distinguir. Esta deficiencia natural del ser humano el equipo la suple
mediante la densitometría (medición de densidad).
Cuando se realiza la reconstrucción de la imagen se pueden modifi-
car los planos de corte, teniendo en cuenta que cualquiera de ellos que
sea seleccionado dentro del volumen explorado, coincide en un solo pun-
to con la espiral y que si se realizara la reconstrucción de la imagen par-
tiendo directamente de los datos obtenidos al girar el tubo 360°, enton-
ces la imagen resultante tendrá baja calidad debido a los artefactos pro-
ducidos por el movimiento.
La reconstrucción de la imagen a partir de los datos de la exploración
volumétrica se realiza interpolando las lecturas que se encuentran hasta
180° o hasta 360°, antes y después de la posición del plano de corte selec-
cionado.
Existen 2 formas de seleccionar un plano de corte:
Reconstrucción ancha (wide): la reconstrucción de la imagen utiliza,
para la interpolación, los datos puntuales de todas las proyecciones que
se encuentran a 360°, antes y después, con respecto al plano de corte
seleccionado. Estos son algoritmos fáciles de implementar y sólidos con
respecto a la calidad de la imagen, pero tienen la desventaja que tienden
a ensanchar fuertemente los perfiles de los cortes.
Reconstrucción Delgada (slim): la reconstrucción de la imagen utili-
za, para la interpolación, los datos puntuales de todas las proyecciones
que se encuentran a 180°, antes y después, con respecto al plano de corte
seleccionado. Esto significa que todos los detalles del objeto son
visualizados desde dos direcciones opuestas durante una rotación de 360°.
Como resultado, se mejora la resolución espacial en la dirección del eje Z
y se logran menores espesores de corte.
Para lograr una imagen, el equipo realiza toda una serie de operacio-
nes que es importante conocer para la interrelación con el electromédico
y alargar la vida útil del equipo; a continuación se explican de forma muy
general y comprensible.
El preprocesado. Incluye todas las correcciones llevadas a cabo
para preparar las mediciones del rastreo para su reconstrucción, por ejem-
plo: corrección para la corriente oscura, dosis de salida, calibración, co-
rrección del canal, endurecimiento del haz y errores del espaciamiento.
Estas rectificaciones se realizan para reducir al máximo las pequeñas
variaciones inherentes a los componentes de la cadena de imagen que se
encuentran en el tubo y los detectores.
Este proceso comienza cuando se escanea la sección transversal del
paciente, obteniéndose un gran número de voxels y es a partir de ahí que

114
el sistema de reconstrucción de imagen se encarga de procesar toda esta
información digital y reconstruir la imagen correspondiente, utilizando
filtros y algoritmos especiales. Cada suma de rayos constituye una ecua-
ción lineal cuyas variables son los coeficientes de atenuación de cada
voxel atravesado y como resultado se obtendrán tantas ecuaciones como
valores medidos obtenidos (sumas de rayos).
La solución de este sistema de ecuaciones no puede ser obtenida por
métodos matemáticos directos. Para ello se utiliza una técnica interactiva
denominada retroproyección (backprojection) para calcular los corres-
pondientes coeficientes de atenuación.
La retroproyección (backprojection). Implica la reasignación
de los datos del rastreo convolucionado a una matriz de imagen 2D que
representa la sección del paciente que está siendo explorado. Se realiza
perfil a perfil, durante todo el proceso de reconstrucción de la imagen.
La matriz puede imaginarse como un tablero de ajedrez, que consiste
típicamente en 512 x 512 ó 1 024 x 1 024 elementos de imagen, llamados
píxeles. La retroproyección permite asignar una densidad exacta a cada
uno de estos píxeles que son entonces representados con una gama de
grises más o menos oscura. A mayor claridad de gris, mayor densidad
tendrá el tejido del interior del píxel (por ejemplo, hueso).
Cuando los perfiles de atenuación son sumados en la memoria del
retroproyector, los valores correspondientes al lugar donde está locali-
zado el píxel serán mucho mayores que en el resto de la matriz, por lo
que se obtiene una imagen áspera del píxel. Si se procesa un mayor nú-
mero de proyecciones y se emplea una matriz mayor, los valores donde
se encuentra el píxel permitirá una mejor definición de este en la imagen.
La imagen obtenida por la retroproyección produce sombras grises
que se extienden desde el centro del píxel, de forma similar a las puntas
de una estrella.
Este tipo de artefacto de estrella es producido por la backprojection
y no es posible corregirlo procesando un mayor número de proyecciones.
Otra desventaja de la retroproyección simple, es que da como resul-
tado una imagen borrosa debido a que cada objeto influye en toda la
imagen en su conjunto. Para corregir este artefacto se emplea un proceso
llamado convolución, que será tratado más adelante, y modifica los datos
de la proyección antes de la retroproyección.
Parámetros de la retroproyección:
Reconstrucción de los datos crudos (Raw Data): los datos crudos
son adquiridos partiendo del campo de medición (scan field) completo,
con el objetivo de evitar distorsiones de los valores Hounsfield obtenidos.
A partir de los datos crudos puede ser reconstruido un segmento de
la imagen. Esta magnificación de la Raw Data es posible, tanto desde el
centro, como desde cualquier punto de la imagen.

115
Field of View: es posible revisar una sección de la imagen a partir de
los datos crudos del campo completo. Además, es posible mejorar la
presentación de detalles. El operador del equipo puede seleccionar el
Field of View (FOV) deseado. Es posible magnificar una sección de la
imagen reconstruyéndola, a partir de los datos crudos correspondientes,
a todo el campo de medición (scan field). Escogiendo un factor de
magnificación grande, el tamaño del objeto representado por el píxel será
menor. Como resultado, pequeñas estructuras anatómicas serán
visualizadas mediante un cierto número de píxeles. Para obtener máxima
resolución es necesario minimizar el tamaño del píxel y el factor de
magnificación.
Posición X y Y: es posible realizar la reconstrucción de la imagen,
tanto desde el centro de la imagen como desde cualquier otro punto. La
posición del FOV se define por las coordenadas X y Y. La imagen re-
construida es almacenada con sus valores numéricos en una memoria de
imagen matricial. La matriz numérica no es útil con fines diagnósticos.
El visualizador convierte los valores numéricos en niveles de grises, mos-
trando dicha matriz en forma de imagen en el monitor. El ojo humano no
es capaz de distinguir 4 000 niveles de grises, por tanto, se hace necesa-
rio representar solo un determinado rango de valores HU de los conteni-
dos en la escala completa de valores.
La convolución. Para eliminar los inconvenientes de la
retroproyección (backprojection simple), se filtra matemáticamente cada
perfil de atenuación con un filtro paso alto también conocido como
Kernel. A este procedimiento matemático se le conoce como convolución
y consiste básicamente en el uso de valores negativos para corregir la
borrosidad inherente a la retroproyección simple. Si, por ejemplo, se
explora un fantoma de agua cilíndrico y se reconstruye sin convolución,
sus bordes estarán extremadamente borrosos ¿Qué ocurre cuando ocho
perfiles de atenuación de un objeto cilíndrico pequeño, de elevada absor-
ción, se superponen para crear una imagen? Puesto que la misma parte
del cilindro es medida por dos proyecciones que se superponen, se obtie-
ne una imagen con forma de estrella, en vez del cilindro que es en reali-
dad, introduciendo valores negativos inmediatamente más allá de la por-
ción positiva de los perfiles de atenuación, podrán definirse con nitidez
los contornos del cilindro.
Pasos de la convolución: comienza con la adquisición de todos los
perfiles, el cálculo logarítmico de todos los datos obtenidos y una vez
logrados los resultados, estos son multiplicados por el filtro digital
(convolución) para generar el set de perfiles filtrados. Estos últimos son
retroproyectados y como resultado de este proceso, se obtiene una ima-
gen virtualmente libre de artefactos.

116
Presentación de la imagen:
gráficos de densidad
Una vez terminado el estudio, a veces es necesario realizar una serie
de cambios en beneficio del diagnóstico, mediante técnicas de recons-
trucción, con el objetivo de lograr cortes coronales, sagitales u otros
múltiples, sin exposición adicional para el paciente y realizar determina-
dos tratamientos que permitan obtener datos de interés, entre los que se
pueden nombrar:
– Medición de densidades.
– Medición de ángulos.
– Reconstrucciones en distintos planos al corte original.

Medición de densidades (densitometría). La computadora cal-


cula los niveles de densidad media de todos los voxels, obteniendo tam-
bién la desviación estándar. Debe ponerse especial cuidado en no pasar
por alto los artefactos por endurecimiento del haz o beam hardening o
los efectos de volumen parcial que pueden proporcionar falsos resulta-
dos sobre la densidad de ese voxel. Los efectos de volumen parcial apa-
recen cuando las estructuras no ocupan todo el grosor de un corte, los
ejemplos son múltiples y entre ellos se puede citar cuando una sección
incluye parte de un cuerpo vertebral y parte de un disco, en este caso se
producirá una mala definición de la anatomía. Ocurre de igual forma si
un órgano disminuye su tamaño dentro de un corte. Es la razón de la
mala definición de los polos renales, de los límites de la vesícula o de la
vejiga urinaria.
Por esta razón, el licenciado auxiliado del radiólogo debe determinar
el grosor de la imagen.
Si una masa no se extiende por todo el grosor de un corte, la
densitometría incluirá tejido adyacente a ella. Sólo será correcta la medi-
ción de la densidad de una masa si ocupa todo el espesor del corte, pues
así será más probable que las mediciones incluyan sólo la masa.
Cuando se vaya a analizar el fluido de la cavidad pleural y no exista la
certeza de si es un derrame pleural o un hemotórax, la medida de la
densidad del líquido permitirá aclarar el diagnóstico diferencial. Lo mis-
mo podría aplicarse ante lesiones focales del parénquima hepático o re-
nal. Sin embargo, no es aconsejable efectuar mediciones de voxels úni-
cos, pues esos datos están sujetos a fluctuaciones estadísticas que pue-
den hacer poco fiable su atenuación. Proporciona mayor exactitud
colocar una más amplia región de interés (ROI: Region of Interest)
que contenga varios voxels, sobre una lesión focal, una estructura o una

117
colección líquida. La ROI nos va a proporcionar un rango de la escala de
grises de la región evaluada, su valor máximo y mínimo, valor medio y
desviación estándar, nos proporcionará el área en cm2 y el número de
píxeles existentes.
Medición de ángulos. Desde la introducción de los primeros equi-
pos convencionales, los equipos presentan en su software facilidades para
realizar la medición de ángulos, con fines diagnósticos, de las diferentes
estructuras anatómicas presentes en la imagen. En los equipos Shimadzu
se marca Screen Process en el monitor. Al salir este submenú se selec-
ciona Ángulo. Para realizar las mediciones, primero trace una línea man-
teniendo pulsada la tecla izquierda del ratón. Esta línea representa el
primer lado del ángulo, a continuación dibuje otra línea para el segundo
lado. El valor numérico del ángulo se visualizará en la imagen (Figs. 7.2
y 7.3).

Fig. 7.2. Funciones del menú de pantalla


Screen Process (procesamiento de la
imagen). Mediante la misma podemos
evaluar una ROI, también medir distancias
y ángulos, entre otras funciones.

Fig. 7.3. Accediendo a la realización de la


técnicas 2D ó 3D, desde el monitor, con la
ayuda del mouse.

118
Reconstrucciones en distintos planos
al corte original

Técnica de 2D
Reconstrucción multiplanar (MPR). Esta técnica permite la re-
construcción en múltiples planos, siendo los más usados el corte coronal,
sagital y el oblicuo. La MPR se ha convertido en una herramienta valiosa
para el diagnóstico de fracturas y de otras patologías ortopédicas, pues
las secciones convencionales axiales no siempre proporcionan suficiente
información sobre las fracturas: un buen ejemplo es aquella fractura muy
fina, sin desplazamiento ni discontinuidad cortical, que se demuestra de
forma más efectiva gracias a la MPR (Figs. 7.4 y 7.5).
M.P.R. curvas. Cuando se desea visualizar subáreas que no pue-
den obtenerse mediante las reconstrucciones planares descritas anterior-
mente, se tiene la opción de poder trazar a mano alzada una línea de
corte con cualquier curvatura y mostrarse como imagen.

Fig. 7.4. Reconstrucción multiplanar (MPR)


en el plano coronal de bases pulmonares.

Fig. 7.5. Reconstrucción multiplanar


(MPR) en el plano sagital de bases
pulmonares.

119
Técnica de 3D
Maximum Intensity Projection (proyección de máxima intensi-
dad) (MIP). Es un método matemático de visualización en 3D que ex-
trae los vóxeles de mayor absorción. Estos vóxeles son seleccionados
desde distintos ángulos mediante bloque de datos y son proyectados como
una imagen 2D. El efecto 3D se obtiene variando, en pequeños sectores
escalonados, el ángulo de proyección y viendo entonces las imágenes re-
construidas en sucesión rápida (por ejemplo, en modo "cine"). Este pro-
cedimiento también se emplea para examinar los vasos sanguíneos real-
zados por el contraste (Fig. 7.6).

Fig. 7.6. Técnica MIP de ambos riñones.

Minimum Intensity Projection (proyección de mínima intensi-


dad) (MinIP). Es un método matemático de visualización en 3D, seme-
jante a la MIP, pero con visualización de los vóxeles de menor absorción.
Técnica de exposición de superficie sombreada (Shaded Surface
Display) (SSD). En esta técnica de visualización para la construcción de
superficies en 3D sólo se consideran los vóxeles cuyos valores excedan
un valor umbral definido, mostrándose la superficie de un órgano o hue-
so que ha sido definida en unidades Hounsfield por encima de un deter-
minado valor umbral. El ángulo de visión, así como la localización de la
hipotética fuente de luz (a partir de los cuales la computadora calcula el
sombreado) son cruciales para obtener reconstrucciones óptimas (Fig.
7.7).
Es muy útil para planear la cirugía, en caso de lesión traumática de la
columna vertebral, y determinar si algún fragmento óseo ha protruido el
canal espinal.

120
Fig. 7.7. Técnica SSD de ambos riñones.

Volume Rendering Technique (VRT). Técnica de renderización


de volumen para la construcción de superficies en 3D. Este proceso,
denominado Rendering (reproducción), emplea una serie de complejos
cálculos matemáticos para determinar el aspecto que presenta un volu-
men escaneado desde distintos ángulos y como resultado, se obtendrá la
forma, el sombreado y la perspectiva lineal resultantes, tan precisos que
proporcionan sensación de profundidad y la ilusión de una tercera di-
mensión en una imagen bidimensional representada en la pantalla del
monitor del equipo de TAC (Fig. 7.8).

Fig. 7.8. Técnica VRT en la escápula.

AngioTAC. Esta técnica, aunque muy superior a la fluoroscopia y a


las radiografías del tórax en la detección de las calcificaciones de las
coronarias, tiene múltiples inconvenientes como los posibles artefactos
por movimientos de cortes lentos, los fenómenos de adición de volumen
y los problemas que crean la movilidad respiratoria y cardiaca. En la
actualidad, la información que ofrecen los equipos modernos de
tomografía con técnicas helicoidales multicortes, han superado estas di-
ficultades (Fig. 7.9).

121
A pesar de que algunos autores plantean que no se ha demostrado
aún que este medio pueda sustituir ningún procedimiento angiográfico
convencional, lo cierto es que con la introducción de los modernos equi-
pos multicortes se está relegando, cada día más, a la angiografía conven-
cional al campo de la radiología intervencionista (Figs. 7.10 y 7.11).

Fig. 7.9. Angiografía convencional.

Fig. 7.10. AngioTAC de miembros inferiores.

122
Fig. 7.11. AngioTAC de la aorta descendente
y sus ramas viscerales.

Endoscopia virtual. Es un software que poseen algunos equipos


helicoidales, con el que se puede realizar una verdadera endoscopia sin
instrumentar al paciente. Este procedimiento permite visualizar repre-
sentaciones anatómicas mediante la creación de modelos de "objetos"
tridimensionales. Con su ayuda, se pueden visualizar cavidades como el
colon, el sistema bronquial y las arterias, desde posiciones interiores del
volumen. La calidad de este proceso depende de la firma comercial y de
la generación de TAC helicoidal que se emplee (Fig. 7.12).
Es preciso alertar acerca de que aún no se ha demostrado que este
procedimiento pueda sustituir los medios endoscópicos convencionales.

Fig. 7.12. Endoscopia virtual.

123
Con el avance de la tecnología han surgido nuevas técnicas 3D, entre
ellas se pueden mencionar:
Perfusión CT. Esta técnica proporciona imágenes del flujo sanguí-
neo, del volumen de sangre y del tiempo hasta el pico, a partir de un
juego de imágenes de TAC dinámicas. Es muy útil en el proceso de se-
cuencias dinámicas de imágenes del cerebro.
Calcium Scoring. Técnica que permite estimar la cantidad de cal-
cio detectado en las arterias coronarias, facilitando enormemente el con-
trol y terapia de estos pacientes con riesgo de sufrir enfermedades
coronarias.
Fly Through. Permite visualizar representaciones anatómicas me-
diante "creación de objetos" tridimensionales. Es muy útil para visualizar
cavidades del cuerpo, desde posiciones interiores de volumen, como pue-
den ser: el colon, el sistema bronquial y de las arterias.
In Space. Es un módulo interactivo de renderización de volúmenes
en tiempo real.

124
Capítulo 8
Sistemas de grabación de la imagen

Almacenamiento de la imagen. Sistemas


de grabación
Al realizar un estudio de TAC, la información recibida se almacena-
rá en el disco duro de la computadora central del equipo, en forma de
datos (Raw Data); el monitor ofrecerá estas imágenes en muchas ocasio-
nes con ventanas prefijadas por los protocolos de estudios, sin embargo,
el licenciado u operador del equipo, supervisado por el radiólogo, mejo-
rará la calidad de las imágenes antes de grabarlas, lo que le permitirá ir
conociendo qué estudios no pueden ser grabados con estas ventanas
estereotipadas y cuáles son las más adecuadas en esos casos.
La computadora central consta de dispositivos de almacenamiento
secundarios o también denominados memorias auxiliares, entre estos
dispositivos se pueden mencionar: torre de discos flexibles, de discos
rígidos, cintas magnéticas, torre de discos magnetoópticos MOD, de
CD -RW.
En general se componen de dos partes: una de ellas es el soporte
sobre el que se colocará la información y la otra, el dispositivo o acarreador
que se emplea para leerla y escribirla.
Es necesario grabar los estudios del disco duro a estos medios de
almacenamiento de forma diaria, pues la capacidad de almacenamiento
del disco duro es limitada y nunca se debe permitir que el por ciento de
espacio libre disminuya, porque el equipo se hace mas lento y aunque la
capacidad del disco duro puede ser mayor o menor, en dependencia del
fabricante, de todas formas es limitada, por lo que al grabar dichos estu-
dios o imágenes se debe proceder al borrado de los mismos en el disco
duro.
Los MOD y las unidades de CD constituyen el medio más populari-
zado e ideal para almacenar programas y datos en TAC. Los discos
magnetoópticos se componen del medio de almacenamiento real, el "dis-
co óptico", y una cubierta que lo protege del polvo y de daños. Se consi-
dera, por excelencia, el medio de intercambio de datos, pudiendo expor-
tar los estudios del disco duro de la computadora de la TAC a los discos
magnetoópticos regrabables (MOD) y desde los MOD escritos, puede

125
volver a importar los datos de examen almacenados a la base de datos del
equipo. Tienen el inconveniente de que no se pueden borrar partes indi-
viduales, ya sean imágenes o estudios grabados, sino que se borran todos
los datos; se prefiere, para el almacenamiento a largo plazo de la infor-
mación, a los CD.
Como requisito deben ser inicializados en la computadora de la TAC,
o de lo contrario, deben cumplir con la norma DICOM. Poseen la venta-
ja que no se deterioran por los rayos X, ni siquiera por los sistemas de
seguridad de los aeropuertos.
Para alargar el tiempo de "vida útil" es preciso tener la precaución de
sostenerlos siempre por la superficie de manipulación, no se debe abrir
ni fijar etiquetas en la tapa deslizante del cartucho, ni tocar nunca la
superficie del disco óptico. Debe almacenarse en un lugar limpio y seco,
en condiciones ambientales moderadas, evitando lo más posible la radia-
ción solar directa.
En el caso de los CD, también se debe tener la precaución al manipu-
larlos, de sostenerlos siempre por sus bordes, guardados en su estuche
para evitar ensuciar o arañar las pistas, siempre alejados de las fuentes
de calor y de la luz solar directa.
Con respecto a la unidad de CD, se debe tener siempre presente no
dejar la bandeja abierta y nunca presionarla hacia abajo. La bandeja debe
abrirse solamente para insertar o retirar el CD, previniendo, de esta for-
ma, la entrada de polvo en el interior del mismo.

Máquinas de revelado
El sistema de almacenamiento y grabación de los estudios o imáge-
nes, anteriormente explicadas, no existen en todas las instituciones del
país, a pesar de los grandes esfuerzos y recursos que realiza el MINSAP.
Por lo que hace falta, además, grabar el estudio en una película que sirva
de soporte gráfico al radiólogo para realizar el informe y como docu-
mento que se remita al especialista que solicita la exploración y se archi-
ve con la historia del paciente.
Existen dos sistemas:
1. Sistema convencional. Prácticamente en desuso en Cuba. Es un sistema
fotográfico mediante el cual, una vez elegido el formato, se impresionan
las imágenes en películas radiográficas de alta definición con emulsión
por una sola cara. Tras este proceso se llevan al cuarto oscuro en un
portapelículas para su posterior revelado.
2. Sistema láser. Los avances de la ciencia han hecho evolucionar los
sistemas de procesado y revelado de películas, de manera que el sistema

126
que se impone es el de grabación por procedimiento láser. Este sistema,
más reciente, proporciona una notable calidad. La impresión de las
imágenes se realiza por medio de un sistema láser que incorpora una
reveladora integrada. Su manipulación se realiza desde la consola de
mandos con una terminal que centraliza todas las funciones del equipo
de procesado láser.

Componentes, mantenimiento
y funcionamiento
Se hará referencia a la reveladora láser por ser la que actualmente se
utiliza.
Componentes:
– Terminal de mando: conecta la reveladora a la consola; con ella pode-
mos transferir los datos de una imagen a la reveladora. Hace posible la
selección de diferentes menús en el formato de películas, permite la
alternancia del orden de los datos, borrado de imágenes y exposición
de las películas.
– Módulo láser: transfiere las señales dirigidas desde la terminal de mando
a la reveladora láser, almacenando imágenes en una memoria hasta
completar la radiografía. Toda esta información se recoge en la pelícu-
la mediante un sistema de impresión láser.
– Dispensador de películas: aquí se recogen las películas impresionadas,
las que serán transportadas a la procesadora para su perfecto revelado.
– Procesadora: está formada por:
y 2 tanques de revelador.
y 1 tanque de fijador.
y 1 tanque de agua de lavado.
y 1 tanque intermedio.
y Secador infrarrojo y ventilador.

Es el mismo procedimiento de todos los equipos de revelado conven-


cionales: se procede al revelado, fijado y secado de la imagen, siendo la
radiografía transportada por un sistema de rodillos.
Mantenimiento: la limpieza es fundamental para la calidad óptima de
la radiografía. Los líquidos han de estar en perfecto estado y sin dudas, el
radiólogo sabe que debe cuidar los equipos útiles, en su trabajo, para que
este sea reconocido lo mejor posible.
Funcionamiento: esta reveladora permite el registro de los estudios
realizados por cualquier sistema de radiodiagnóstico. Su función es la
recogida de señales y su registro gráfico, es decir, tanto las imágenes que

127
proporcionan el diagnóstico como los datos del estudio y del paciente.
Esta impresión se realiza en películas láser, facilitando repartos de imá-
genes individuales, gracias a la memoria que poseen estos equipos y van
cumpliendo órdenes, desde la terminal de mando hasta el perfecto reve-
lado de la radiografía.
Los últimos equipos introducidos al país utilizan el sistema de secado
en seco (Dry view) (Figs. 8.1 y 8.2). Este tipo de película no necesita de
un revelado, solamente se mandan a imprimir los estudios seleccionados,
desde la consola de mando, con el formato que interesa y al ejecutar las
órdenes, la maquina reveladora funciona como una impresora láser en
papel, con la gran ventaja de que no es necesario realizar el proceso de
revelado ni el gasto en reactivos fotorradiográficos, lo que resulta el método
más cómodo y eficiente con que se cuenta en la actualidad.
Su desventaja radica en el alto costo de estas películas en el mercado,
que contrasta con el carácter estatal de la salud pública cubana, su acce-
sibilidad, gratuidad y las restricciones que han impuesto, limitan la posi-
bilidad de su utilización, optando por el sistema de grabación de los estu-
dios en CD-R.

Fig. 8.1. Reveladora Dry view


(revelado en seco).

Fig. 8.2. Sistema multiformato de la


reveladora Dry view.

128
Tipos de películas:
– Película de alta definición con emulsión por una sola cara.
– Película láser convencional.
– Película láser de revelado en seco (Dry view).

Telemedicina
Actualmente existe una verdadera revolución, en cuanto a la visuali-
zación de las imágenes, con los sistemas de transmisión de imágenes en
la red intraimagenológica, intrahospitalaria y de telemedicina (Tele Ra-
diología).
La primera referencia sobre telemedicina fue encontrada en 1924,
cuando la revista "Radio News" estableció la posibilidad de su implanta-
ción en la práctica médica. No es hasta 1980 que se instala una unidad
real operativa dado que, con independencia del hardware adecuado, es
imprescindible un complejo software de comunicaciones y un protocolo
de las mismas con los correspondientes algoritmos de compresión, sin
los que el envío de imágenes supone un costo excesivo en "tráfico" de
líneas y también de tiempo, haciendo el sistema no apto, o poco útil, para
diagnósticos en tiempo real.
El desarrollo de la informática y las comunicaciones ha posibilitado
la generalización de esta tecnología en todas las esferas de la sociedad, al
hacerlas más baratas y asequibles, y la salud no es una excepción. Las
redes pueden considerarse un resultado de este desarrollo y continúan
evolucionando a pesar de las limitaciones.
Actualmente existen 4 tipos de tecnologías de comunicación:
1. La tecnología del "par de cobre".
2. La tecnología de fibra óptica.
3. La tecnología inalámbrica.
4. La tecnología por satélite.

La tecnología del "par de cobre". El "par de cobre" es parte del


soporte fisicoeléctrico de la tecnología convencional desarrollada por la
telefonía desde el año 1876 y utiliza el clásico hilo conductor doble, que
en la actualidad se deriva a tierra y que fue diseñado solo para voz, con
una marcada limitación de transmisión y una frecuencia que oscila entre
los 300 a 3 400 Hz. La configuración inicial fue paulatinamente reempla-
zada por la conexión física de un número X de abonados, con la denomi-
nada "SU central local", formando lo que se conoce como Red de Acceso
Básico o Red Telefónica Básica (RTB).

129
Esta tecnología, diseñada para voz, tiene marcada una limitación de
transmisión debido a su frecuencia que, como ya se había señalado, osci-
la entre los 300 a 3 400 Hz. Esta limitación de la RTB, es el fundamental
obstáculo para mejorar su velocidad y ampliar sus prestaciones a otras
incesantes demandas, entre ellas la telemedicina y sobre todo, la
telerradiología, que necesitan una velocidad de transmisión a partir de
los 4 KHz, entrando así en el concepto de la llamada "banda ancha".
No resulta fácil, ni costeable, cambiar toda la red de cobre por otra
nueva, especialmente considerando la lentitud de las obras en la ciudad,
el impacto medioambiental, etc. Por otro lado, no se debe olvidar que la
rapidez del avance tecnológico, cuando la nueva red aún no estuviese
concluida, exigiría pensar en sustituirla por otra más rápida y así sucesi-
vamente.
Para conservar el viejo "par de cobre" como base operativa, siempre
que la línea física estuviese en estado "aceptable", se introducen, al final
de los 80, las líneas RDSI (Red Digital de Servicios Integrados; ISDN en
la nomenclatura inglesa) y la ADSL (Asymmetric Digital Suscriber Line),
ambas incompatibles entre sí, pero cada una de ellas compatible con la
señal estándar de voz de la línea de cobre convencional.
La tecnología de fibra óptica. La fibra óptica es el tipo de red
que pretendió sustituir al par de cobre. Cierto es que, al principio de su
diseño e instalación, sus prestaciones eran notablemente superiores a las
posibilidades de ampliación y mejora de este último. Grandes inconve-
nientes en el tirado de la red, lentitud de las obras de instalación y gran-
des inversiones económicas han frenado, de manera muy notable, el ten-
dido de la misma. Por otro lado, el insospechado avance tecnológico apli-
cado a la red de cobre, citados anteriormente, ha hecho casi innecesario
el cableado con fibra óptica.
La tecnología inalámbrica. Este sistema le permite conectar re-
des sin desplegar ningún tipo de cableado. Es una solución alternativa
que se está imponiendo para evitar el tirado del cable coaxial o de fibra
óptica y reemplazar, al menos en aquellas zonas en que la calidad es baja,
el par de cobre.
Se denomina comunicación inalámbrica y permite la creación de
dos tipos de redes: las móviles y las LAN inalámbricas. En el primer
caso, las máquinas se conectan mediante comunicaciones celulares y en
el segundo, la conexión se realiza por medio de transmisores y receptores.
La tecnología por satélite. Es una magnífica tecnología, bastante
costosa por el momento, para los propósitos que tiene la TM y TP. La
oferta más baja es de 64 Kbps y la habitual que se ofrece es también,
como el cable, de 2 Mbps. Por lo tanto, también está sobredimensionada
para lo que hoy necesita la TP.

130
Su gran ventaja, en relación con las otras tecnologías, es que puede
llegar a cualquier zona del país o del mundo, aunque no existan otras
redes.

Redes
El surgimiento de las redes fue motivado entre otros factores, por la
necesidad de intercambio de información entre diferentes instituciones
docentes y asistenciales. No obstante, hace algunos años no era común la
utilización de las redes en la salud pública cubana, debido al elevado
costo de instalación y mantenimiento y a la preparación técnica requeri-
da para su utilización.
Red intraimagenológica. Está diseñada para el soporte de las ope-
raciones clínicas y administrativas de un departamento de imagenología
y entre sus funciones está el reducir la sobrecarga administrativa y mejo-
rar la calidad y eficiencia del servicio, manejando la información de pa-
cientes, reportes, planificación de estudios y gestión de películas
radiográficas.
Red intrahospitalaria. Es el sistema de gestión computarizado que
maneja tres categorías de tareas en un entorno hospitalario:
1. Soporte para las actividades clínicas y médicas del paciente en el
hospital.
2. Administración de las transacciones diarias del hospital (financieras,
personal, camas, etc.).
3. Evaluación del desempeño, los costos del hospital y la proyección
estratégica.

Como se puede apreciar, almacenan y gestionan información sobre


las operaciones del hospital, los datos demográficos de los pacientes y su
movimiento por la institución en cada momento.
Si la información va dirigida a una red diferente (telerradiología o
telemedicina), la trama debe llegar a un dispositivo de interconexión de
redes (router, gateway, bridges), que decidirá, en dependencia de su ca-
pacidad, el camino que debe seguir la trama. Por eso es imprescindible
que el paquete lleve la ruta de destino y que esta contenga, además de la
dirección que identifica al nodo, la dirección que identifica la red a la que
este pertenece (Fig. 8.3).

131
Fig. 8.3. Esquema de redes.

Telerradiología
Diagnóstico radiológico a distancia entre cuyos componentes se pue-
den mencionar:
– Dispositivo de adquisición de imágenes.
– Captura de imágenes.
– Reformateo de la imagen (JPEG a DICOM).
– Transmisión.
– Almacenamiento.
– Visualización.
– Reporte.

El uso de este en todo lo referente a imágenes médicas esta dado en:


– Promover la transmisión de imágenes digitales multimodales.
– Desarrollar los sistemas de almacenamiento y transmisión de imáge-
nes (PACS).
– Facilitar el desarrollo de bases de datos distribuidas de imágenes mé-
dicas.

Estas imágenes permanecen en formato digital y pueden ser enviadas


hasta la consulta del médico, que remitió el examen con el informe ad-
junto a un profesor para consultar casos dudosos o para cualquier otro
fin, en cualquier parte del territorio nacional e incluso, al resto del mundo.
La imagenología digital es el empleo de nuevas tecnologías digitales
para la adquisición, visualización y procesamiento de imágenes, para su
utilización en el diagnóstico médico, en sustitución de los métodos con-
vencionales que utilizan filmes o papel para la representación de las imá-
genes.
La imagen digital no es más que la representación numérica, en un
dispositivo o accesorio de computadora, de una imagen, en la que cada
color se representa por un código numérico que lo identifica de forma
única.

132
Entre sus ventajas se pueden mencionar:
– No ocupan espacio físico como las radiografías o el papel.
– No se deterioran con el paso del tiempo.
– Las copias siempre son idénticas al original.
– Pueden ser procesadas en el ordenador para destacar aspectos no visi-
bles de forma directa.
– Son inmunes a distorsiones, al ser transmitidas.
– Se pueden comprimir para almacenarse o enviarse.
– Pueden indexarse en bases de datos para su rápida localización.
– Pueden contener información adicional: datos del paciente, resulta-
dos, etc.

Dentro de sus desventajas aparecen:


– El deterioro del medio físico que las contiene provoca la pérdida total
de éstas.
– Requieren una computadora para observarse o reproducirse en un
medio físico: radiografía, papel, etc.

Por lo que se ha visto, el concepto de archivo en TAC varía radical-


mente y supone una gran ventaja en cuanto a rapidez de consulta, ocupa-
ción de espacio mínimo, limpieza, conservación, etc.

133
Capítulo 9
La protección radiológica
en tomografía axial
computarizada

Desde los primeros estudios sobre los rayos X y los minerales


radiactivos se observó que la exposición a niveles elevados de radiación
puede causar daños clínicamente identificables a los tejidos del cuerpo
humano. Además, prolongados estudios epidemiológicos de las pobla-
ciones expuestas a las radiaciones, especialmente de los supervivientes
de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, ocurridos en el
Japón en 1945, han demostrado que la exposición a la radiación puede
también provocar, en forma diferida, enfermedades malignas. Es, pues,
esencial que las actividades que implican exposición a la radiación, tales
como la producción y el empleo de fuentes y materiales radiactivo, así
como la explotación de instalaciones nucleares, incluida la gestión de
desechos radiactivos, se sometan a ciertas normas de seguridad para pro-
teger a las personas expuestas a la radiación.
Esta y las sustancias radiactivas existen de manera natural y perma-
nente en el medio ambiente y en consecuencia, los riesgos derivados de
la exposición a la radiación solo pueden restringirse, pero no eliminarse
por completo. Además, se ha generalizado el empleo de la radiación de
origen artificial. Las fuentes de radiación son indispensables para la mo-
derna atención de salud: los materiales médicos desechables, esteriliza-
dos por irradiación intensa, son de gran utilidad en la lucha contra las
enfermedades; la radiología es un instrumento fundamental de diagnósti-
co, la radioterapia es un elemento habitual del tratamiento de las enfer-
medades malignas. La utilización de la energía nuclear y las aplicaciones
de sus subproductos, es decir, la radiación y las sustancias radiactivas,
siguen aumentando en todo el mundo. Las técnicas nucleares encuen-
tran aplicaciones crecientes en la industria, la agricultura, la medicina y
muchos campos de la investigación, beneficiando a cientos de millones
de personas y ofreciendo empleo a muchos trabajadores en las profesio-
nes conexas. La irradiación se emplea en todo el mundo para conservar
los alimentos y reducir su desperdicio y las técnicas de esterilización se
utilizan para erradicar insectos y plagas portadores de enfermedades. La
radiografía industrial se usa habitualmente, para examinar soldaduras,
detectar fisuras y prevenir la rotura de construcciones mecánicas.

134
La aceptación por la sociedad de los riesgos derivados de la radiación
se condiciona a los beneficios que reporte su utilización. De todas for-
mas, hay que restringir tales riesgos y ofrecer protección contra ellos
mediante la aplicación de normas de seguridad radiológica. Estas nor-
mas son la expresión de un adecuado consenso internacional para tal fin.
Al elaborarlas se ha tenido en cuenta la información resultante de la
extensa labor de investigación y desarrollo, realizada por entidades cien-
tíficas y técnicas en los planos nacional e internacional, sobre los efectos
de la radiación en la salud y sobre las técnicas de diseño y explotación
seguros de las fuentes de radiación y se ha aprovechado la experiencia
adquirida en muchos países en la utilización de las radiaciones y las téc-
nicas nucleares. El Comité Científico de las Naciones Unidas para el
Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR), ór-
gano constituido por las Naciones Unidas en 1955, recopila, evalúa y
difunde información sobre los efectos de la radiación en la salud y sobre
los niveles de exposición a la misma, debido a las diferentes fuentes; esta
información se ha tenido en cuenta al elaborar las normas. Sin embargo,
las consideraciones puramente científicas no son más que un elemento
parcial del fundamento de las decisiones en materia de protección y se-
guridad y las normas alientan implícitamente a los responsables de las
decisiones a hacer juicios de valor sobre la importancia relativa de los
riesgos de diferentes clases y sobre la forma de equilibrar riesgos y bene-
ficios.

Efectos de la radiación
La exposición a dosis elevadas de radiación puede causar efectos ta-
les como náuseas, enrojecimiento de la piel o, en los casos graves,
síndromes más agudos que se manifiestan clínicamente en los individuos
expuestos poco tiempo después de la exposición. Dichos efectos se de-
nominan "efectos determinísticos", porque su aparición es segura si la
dosis rebasa un nivel umbral. La exposición a la radiación puede también
producir efectos somáticos tales como enfermedades malignas, que se
manifiestan tras un período de latencia y pueden ser detectables
epidemiológicamente en una población; se supone que tales efectos se
producen en toda la gama de dosis, sin nivel umbral. Asimismo, en po-
blaciones de mamíferos se han detectado estadísticamente efectos here-
ditarios resultantes de la exposición a la radiación y se supone que tam-
bién se dan en las poblaciones humanas. Estos efectos, epidemioló-
gicamente desechables (enfermedades malignas y efectos hereditarios),
se denominan "efectos estocásticos" por su naturaleza aleatoria.

135
Los efectos determinísticos son resultado de procesos diversos, prin-
cipalmente de muerte celular y demora en la división celular, causados
por la exposición a altos niveles de radiación. Si son lo suficientemente
amplios, pueden deteriorar la función del tejido expuesto. La gravedad
de un efecto determinista dado en un individuo expuesto, aumenta con la
dosis por encima del umbral de aparición del efecto.
Los efectos estocásticos pueden presentarse cuando una célula irra-
diada no muere, sino que se modifica. Las células modificadas pueden, al
cabo de un proceso prolongado, degenerar en cáncer. Los mecanismos
de reparación y defensa del organismo hacen que tal desenlace sea muy
improbable para las dosis pequeñas; ahora bien, no hay prueba alguna de
que exista una dosis umbral por debajo de la cual sea imposible la pro-
ducción de un cáncer. La probabilidad de aparición del cáncer aumenta
con la dosis, pero la gravedad de un eventual cáncer resultante de la
irradiación, es independiente de la dosis. Si la célula dañada por exposi-
ción a la radiación es una célula germinal, cuya función es transmitir
información genética a la progenie, es concebible que en los descendien-
tes del individuo expuesto se manifiesten efectos hereditarios de diver-
sos tipos. Se supone que la probabilidad de los efectos estocásticos es
proporcional a la dosis recibida, sin dosis umbral.
Además de los efectos mencionados, pueden producirse otros efec-
tos sobre la salud de los niños a causa de la exposición del embrión o feto
a la radiación. Entre estos cabe mencionar una mayor probabilidad de
leucemia y en caso de exposición por encima de distintos valores de la
dosis umbral, durante ciertos períodos del embarazo, retraso mental y
deformaciones congénitas graves.
Puesto que se supone que incluso para las dosis más bajas existe una
pequeña probabilidad de aparición de efectos estocásticos, las normas
son aplicables en toda la gama de dosis, con el fin de reducir todo detri-
mento por radiación que pueda producirse. Las múltiples facetas del
concepto de detrimento por radiación hacen poco conveniente adoptar
una sola magnitud para representarlo. En consecuencia, las normas se
basan en el concepto de detrimento recomendado por la CIPR que, en lo
tocante a los efectos estocásticos, engloba las siguientes magnitudes: la
probabilidad de un cáncer mortal atribuible a la exposición a la radia-
ción, la probabilidad ponderada de contraer un cáncer no mortal, la pro-
babilidad ponderada de efectos hereditarios graves, y el periodo de vida
que se pierde si sobreviene el daño.

Concepto de prácticas e intervenciones


En las normas se denominan "prácticas" a las actividades humanas
que hacen aumentar la exposición que las personas sufren normalmente

136
a causa de la radiación de fondo, o que incrementan la probabilidad de
que sufran una exposición. Las actividades humanas cuyo fin es reducir
la exposición existente a la radiación, o la probabilidad existente de su-
frir una exposición que no sea parte de una práctica controlada, se deno-
minan "intervenciones".
Las normas se aplican, tanto al inicio como a continuación de las
prácticas que llevan o podrían llevar aparejada una exposición a la radia-
ción, y también a las situaciones en las que sea posible reducir o prevenir
una exposición o su probabilidad, mediante una intervención. Cuando se
trata de una práctica, pueden elaborarse disposiciones de protección y
seguridad radiológicas antes de su comienzo, y las correspondientes ex-
posiciones a la radiación y su probabilidad pueden restringirse desde el
principio. En el caso de la intervención, las circunstancias que originan
la exposición o la probabilidad de exposición existen ya y su reducción
solo puede conseguirse con medidas reparadoras o protectoras.
Las prácticas a las que se destinan las normas son, en particular, las
siguientes:
– Las actividades que implican la producción de fuentes de radiación.
– El empleo de radiaciones y sustancias radiactivas en medicina, investi-
gación, industria, agricultura y enseñanza.
– La producción de energía nuclear, inclusive el ciclo completo de acti-
vidades conexas, desde la extracción y tratamiento de los minerales
radiactivos, a la explotación de los reactores nucleares y las instalacio-
nes del ciclo del combustible, así como la gestión de desechos
radiactivos.
– Las actividades tales como la extracción bajo tierra de carbón y mine-
rales fosfáticos y de otro género, que pueden aumentar la exposición a
las sustancias radiactivas naturales.

Las situaciones que pueden exigir una intervención son, por ejemplo:
– La exposición crónica a fuentes de radiación naturales, como el radón
en las viviendas y a los residuos radiactivos de actividades y sucesos
pasados.
– Los casos de exposición de emergencia, que pudieran ser resultado de
accidentes o de deficiencias en las prácticas existentes.

Clasificación de los tipos de exposición


a la radiación
Es virtualmente seguro que la realización normal de las prácticas ten-
drá por resultado ciertas exposiciones a la radiación, cuya magnitud se

137
podrá predecir, aunque con cierto grado de incertidumbre; estas exposi-
ciones previsibles se denominan en las normas "exposiciones normales".
También pueden contemplarse escenarios en los que haya posibilidades
de exposición, pero ninguna certidumbre de que tal exposición tendrá
lugar efectivamente. Estas exposiciones, que no son de esperar pero sí
posibles, se denominan "potenciales". Las exposiciones potenciales pue-
den convertirse en exposiciones reales si la situación inesperada se pro-
duce efectivamente, por ejemplo a consecuencia de fallas de equipos, de
errores de diseño o explotación, o de alteraciones imprevistas de las con-
diciones ambientales, por ejemplo, en un emplazamiento de evacuación
de desechos radiactivos. Si es posible prever la ocurrencia de tales suce-
sos, se puede estimar la probabilidad de que ocurran y la consiguiente
exposición a la radiación.
El medio que se especifica en las normas para controlar las exposi-
ciones normales es la restricción de las dosis recibidas. El principal me-
dio para controlar las exposiciones potenciales es el buen diseño de las
instalaciones, el equipo y los procedimientos de explotación, lo que tiene
como fin restringir la probabilidad de que ocurran sucesos que pudieran
producir exposiciones no planificadas y restringir la magnitud de las ex-
posiciones que pudieran producirse si ocurrieran tales sucesos.
Las exposiciones a la radiación que contemplan las normas son la
exposición, tanto normal como potencial, de los trabajadores en el ejer-
cicio de sus ocupaciones, la de los pacientes en las actividades de diag-
nóstico o de tratamiento y la de los miembros del público que puedan ser
afectados por una práctica o una intervención. En las situaciones de in-
tervención, la exposición puede ser crónica o, en algunos casos de emer-
gencia, temporal. Así pues, las exposiciones se dividen en: "exposiciones
ocupacionales", que se sufren en el trabajo y principalmente como resul-
tado del trabajo; "exposiciones médicas", que consisten principalmente
en la exposición de los pacientes en las actividades de diagnóstico o de
tratamiento y "exposiciones del público" que abarcan todas las demás
exposiciones.

Efectos biológicos de las radiaciones


ionizantes
El estudio de los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes co-
menzó prácticamente al unísono con el descubrimiento, en 1895, de los
rayos X. Los primeros hallazgos y estudios fueron de carácter cualitati-
vo, pues se realizaron cuando aún no se poseían medios para cuantificar
las dosis de radiación suministradas. A comienzos del siglo pasado se

138
detectaron efectos dañinos de las radiaciones en el hombre y en animales
de experimentación, en momentos en los que no existían normas de pro-
tección radiológica y se poseía poca información sobre los efectos de las
radiaciones. Los estudios cuantitativos que se comenzaron a efectuar en
la radiobiología experimental, en la década del veinte del pasado siglo,
junto con los estudios epidemiológicos en los sobrevivientes de los bom-
bardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki y en pacientes expuestos a
tratamientos radioterapéuticos, permiten actualmente poseer una infor-
mación voluminosa sobre el efecto biológico de las radiaciones, que fun-
damentan el establecimiento de normas destinadas a garantizar la seguri-
dad del trabajador ocupacionalmente expuesto (TOE) a las radiaciones.
Los efectos biológicos de estas se producen como consecuencia de la
ionización de los átomos que conforman las biomoléculas, produciendo
cambios químicos que alteran o erradican las funciones que ellas desem-
peñan. La energía transmitida por la radiación puede actuar de manera
directa sobre la molécula biológica, causando la ionización o de manera
indirecta, mediante los radicales libres que surgen por la ionización de
las moléculas del agua que la rodean. Los procesos de absorción de ener-
gía: ionización y excitación, así como las alteraciones bioquímicas que
desencadenan la respuesta del organismo, ocurren en un intervalo de
tiempo muy breve, que se cuenta en fracciones de segundo.
Sin embargo, los cambios que se producen se manifiestan a escala
celular, histológica y así sucesivamente hasta el nivel de organismo, de
manera inmediata o a largo plazo.
Como consecuencia de la ionización, las proteínas pierden la
funcionalidad de los grupos amino y cambian incrementando su reactividad
química, las enzimas se inactivan, los lípidos sufren peroxidación, los
carbohidratos se desagregan y los ácidos nucleicos sufren rupturas de
sus cadenas y modificaciones en su estructura. Del conjunto de altera-
ciones posibles, actualmente se considera que las que más influyen sobre
la sobrevivencia y el funcionamiento celular son las modificaciones que
tienen lugar en la molécula de ADN, por lo que este se considera el
blanco principal de las radiaciones. La molécula de ADN está constitui-
da por dos cadenas, cada una de las cuales esta formada por nucleótidos,
formados a su vez por un residuo de desoxirribosa, un grupo fosfato y
una base (adenina, guanina, citosina y timina), cuya secuencia determina
la información genética que permite el funcionamiento de las células y su
reproducción. Ambas cadenas están unidas entre sí mediante enlaces de
puentes de hidrógeno que se establecen entre las bases. La adenina siem-
pre se aparea con la timina y la citosina con la guanina.
Las lesiones que las radiaciones pueden inducir en el ADN son muy
diversas y entre ellas se pueden mencionar las roturas de una o dos cadenas
(roturas sencillas o dobles), recombinaciones, sustituciones de base, etc.

139
Después que se ha producido la irradiación, los mecanismos
enzimáticos y de reparación pueden conducir a la reparación correcta
del ADN y de esta forma, las células sobreviven sin modificaciones en
sus funciones y estructura genética. Cuando los daños se reparan de
manera errónea, las células pueden sobrevivir pero con modificaciones
en su composición genética y por lo tanto, en sus funciones. Lo que ha
ocurrido es una mutación que puede estar localizada en una célula somática
y dar lugar a un cáncer, o de una célula germinal y dar lugar a un efecto
hereditario. Las mutaciones son modificaciones en los genes que provo-
can cambios en las funciones enzimáticas originales, con la consiguiente
alteración metabólica que se manifiesta en la síntesis de proteínas. Los
efectos que así se producen se reconocen como efectos estocásticos y
sus manifestaciones tienen lugar a largo plazo.
Ahora bien, cuando estos daños no pueden repararse, se produce la
muerte celular. Para las células diferenciadas, que no proliferan, la muerte
celular puede ser definida como la pérdida de la función para la que se
han especializado. Para células proliferantes, tales como las células pri-
mordiales hematopoyéticas, la muerte celular es la pérdida de la capaci-
dad de proliferación sostenida o la perdida de la integridad reproductora.
Generalmente, la radiosensibilidad celular es directamente propor-
cional a la velocidad de división celular e inversamente proporcional al
grado de especialización celular. Esto explica por qué los tejidos que
mantienen una renovación celular permanente son más radiosensibles
que aquellos que no la tienen. En cuanto al ciclo celular, las células son
más sensibles durante la mitosis (división celular) que en las etapas que
la preceden, durante las cuales están activados los mecanismos de repa-
ración.
La respuesta celular a la radiación depende de diferentes factores
físicos, químicos y biológicos. Entre los factores físicos se pueden men-
cionar la transferencia lineal de energía de la radiación incidente, la que
a medida que aumenta conduce a un aumento de la gravedad de las rotu-
ras en el ADN, y la tasa de dosis, cuyo aumento conduce a la disminu-
ción de la probabilidad de activación, en el momento adecuado, de los
mecanismos de reparación, haciendo que se acumule mayor daño celu-
lar. Entre los factores químicos está la presencia de productos que sensi-
bilizan (radiosensibilizadores) o protegen a las células (radioprotectores)
de la acción de la radiación. Su acción está basada en la producción y
eliminación, respectivamente, de radicales libres. Entre los factores bio-
lógicos más importantes pueden mencionarse la reparación del daño
subletal, producido por los mecanismos reparadores ante la exposición a
una dosis fraccionada (esta reparación es mayor que cuando la dosis se
recibe tras una irradiación única) y la etapa del ciclo celular en que se
encuentre la célula, aspecto que ya fue mencionado.

140
En el organismo humano se pueden considerar de alta radiosen-
sibilidad los linfocitos, las células inmaduras de la médula ósea y las célu-
las del epitelio intestinal; de considerable radiosensibilidad las células
del cristalino, de las paredes estomacales, del esófago, la boca y la piel;
de radiosensibilidad intermedia las células del hígado, del riñón, los pul-
mones y la tiroides; y de baja radiosensibilidad las células rojas de la
sangre, las células musculares, óseas y nerviosas.
Los tejidos pueden mantener su funcionamiento con la pérdida de un
determinado número de células. En los tejidos proliferantes, la división
celular atenúa estas pérdidas; sin embargo, cuando los daños producidos
por las radiaciones son de tal magnitud que el número de células que
mueren es muy elevado y no hay compensación por la renovación celu-
lar, el tejido no puede mantener su funcionamiento. Este tipo de efecto
se denomina "efecto determinístico" y si ocurre en un tejido vital puede
producir la muerte.

Clasificación de los efectos biológicos


Uno de los efectos de bajas dosis de radiación, como las que se em-
plean en radiodiagnóstico, son las características probabilísticas que ri-
gen algunos de sus efectos. Por ejemplo, efectos tales como la carciogénesis
y la mutagénesis, son estocásticos.
La naturaleza estocástica del efecto provocado por radiación implica
que puede originarse por lesión de muy pocas células, o incluso de una
sola. Por lo tanto, carecen de relación con la dosis y no tiene un límite
mínimo por debajo del cual existan garantías de no producirse.
Cualquier dosis, aunque mínima, conlleva la probabilidad (por pe-
queña que sea) de producir el efecto. Un aumento de las dosis no
incrementa la severidad del efecto en el individuo, pero aumenta la fre-
cuencia o incidencia del efecto sobre la población.
La leucemia inducida por radiación puede resultar tras la exposición
a 1 rad ó a 100 rads; pero se manifestará la misma leucemia. La persona
a quien la leucemia se indujo por una dosis más alta no estará más grave-
mente enferma, ni morirá más temprano que la que se indujo por una
dosis muy baja.
La probabilidad de que suceda el efecto biológico crece conforme
aumenta el número de exposiciones, pero no incrementa la severidad del
efecto biológico cuando este sucede.
El efecto no estocástico de la radiación es somático y dependiente de
la dosis recibida. En los individuos afectados, la severidad del efecto es
mayor según aumente la dosis, causando daño a un número cada vez

141
mayor de células. Los efectos no estocásticos, o sea, los determinísticos
tales como las cataratas, atrofia de tejidos y formación de fibrosis, son de
naturaleza degenerativa.

Efecto determinístico
Como se ha explicado, los efectos de las radiaciones se clasifican en
determinísticos y estocásticos.
Son determinísticos aquellos efectos que se producen a partir de una
dosis denominada umbral, la severidad y la frecuencia de estos efectos
aumenta con la dosis y la tasa de dosis.
El número de células afectadas influye proporcionalmente en la seve-
ridad del efecto. Se pueden producir con distintos periodos de latencia,
por lo que se distinguen efectos tempranos que se detectan en pocos días
o semanas y efectos tardíos, no malignos, que aparecen meses o años
después de la irradiación. Teniendo en cuenta que existen diferencias en
la radiosensibilidad de individuos de una misma población, se entiende
como dosis umbral aquella que produce el efecto en el 1-5 % de los
individuos expuestos. Ejemplos de efectos determinísticos son el erite-
ma, la depresión de la médula ósea, las cataratas, la esterilidad temporal
y la irreversible.
El efecto determinístico más severo es la muerte. Dosis suficiente-
mente altas, recibidas en cortos periodos de tiempo, pueden provocar
efectos letales en el hombre. La respuesta de un organismo adulto a una
exposición aguda (en un tiempo corto, minutos o inferior), produce sig-
nos, síntomas y un cuadro clínico variable que se conoce como síndrome
agudo de radiación.
Aunque existe una gran incertidumbre sobre los umbrales de dosis
letales en el hombre, debido a que en ellos influyen el estado general de
salud, la asistencia médica recibida y otros factores individuales, se pue-
de afirmar que dosis entre 3-5 Gy pueden causar la muerte del 50 % de
los individuos expuestos en un plazo de 1 ó 2 meses; entre 6-10 Gy au-
menta el por ciento de letalidad y disminuye el tiempo en que puede
ocurrir la muerte. En este rango de dosis (3-10 Gy) la causa principal de
muerte es la afectación de la médula ósea, lo que se conoce como síndro-
me hematopoyético. Dosis mayores de 10 Gy causan la muerte en 1-2
semanas, como consecuencia de la afectación del tracto gastrointestinal
(síndrome gastrointestinal), con escasas probabilidades de sobrevivencia.
Dosis mayores de 50 Gy causan la muerte en horas o días, como conse-
cuencia de la afectación del sistema nervioso central (síndrome del siste-
ma nervioso central), sin posibilidades de sobrevivencia.

142
Efecto estocástico
Los efectos estocásticos o probabilísticos son aquellos para los cua-
les no existe dosis umbral. La posibilidad de su surgimiento aumenta con
la dosis recibida, pero su severidad no varía con el aumento de la dosis y
ocurre en un plazo relativamente largo después de ocurrida la exposición
Debe señalarse que tanto los estudios epidemiológicos como los ex-
perimentales, sobre los efectos de las radiaciones, se han realizado con-
siderando las exposiciones ocurridas a altas dosis de radiación y luego se
han extrapolado estos resultados a la región de las bajas dosis. Este as-
pecto es de suma importancia para la protección radiológica pues, aún
cuando no se ha demostrado la ocurrencia de efectos estocásticos a bajas
dosis, se ha asumido para sus consecuencias la hipótesis de proporciona-
lidad lineal y ausencia de umbral.
El efecto estocástico somático de mayor importancia, tras exposicio-
nes a bajas dosis de radiación, es el cáncer. Actualmente no se conoce el
mecanismo preciso por el que una célula que ha sido modificada acaba
dando lugar a un cáncer. Se acepta que la carcinogénesis es un proceso
de varias etapas, que se divide en tres fases: iniciación, promoción y pro-
gresión.
La fase de iniciación implica la transformación de una célula y el
comienzo del proceso de carcinogénesis. La mayoría de los cánceres pa-
recen iniciarse por una mutación del ADN de una célula madre, que en
consecuencia, se convierte en carcinogénica. Se presume que el proceso
comienza como resultado de la desactivación de los genes supresores de
tumores, que parecen desempeñar un importante papel en la regulación
de la proliferación celular.
De esta forma, una modificación en estos genes como consecuencia
de la exposición a radiación, llevaría a la pérdida de su actividad y por
tanto, a un crecimiento celular incontrolado. En esta fase se piensa que
también juegan un rol primordial los protooncogenes, que están
involucrados en la regulación de la proliferación y diferenciación celular.
Si estos se activan, pueden transformar la célula afectada en una célula
maligna. Se piensa que la iniciación es un proceso irreversible.
La fase de promoción implica la división de la célula madre transfor-
mada, produciéndose un conjunto de células genéticamente idénticas y
modificadas (clon). Este grupo de células puede ser eliminado por los
mecanismos de defensa del organismo y esta eliminación será menos pro-
bable en la medida que el número de células transformadas aumente.
Esta fase puede ser potencialmente reversible.
En la fase de progresión hay una tendencia a la malignidad. Su princi-
pal característica es la capacidad de las células que integran el tumor

143
primario para invadir otros tejidos y establecer allí focos de crecimiento
secundario (metástasis). Se piensa que este proceso también es irreversible.
De acuerdo con el reducido conocimiento actual de estas etapas, se
presume que, si bien la radiación puede actuar en cualquiera de ellas, es
en la fase de iniciación donde su papel carcinogénico es más relevante, es
decir, la radiación parece ser más un iniciador que un promotor o un
agente estimulador de la progresión.
Los efectos hereditarios, como se ha mencionado, son la consecuen-
cia de un daño no reparado, ocurrido en las células germinales. Son efec-
tos estocásticos que se manifiestan en la descendencia de los individuos
irradiados y no deben confundirse con los que se producen como resul-
tado de la exposición durante el desarrollo prenatal. Los efectos heredi-
tarios han sido demostrados en animales y plantas sometidas a altas dosis
de radiación. No existen evidencias conclusivas de los mismos en seres
humanos.

Efectos de las radiaciones


ionizantes durante el desarrollo
prenatal
Los efectos de las radiaciones ionizantes durante el desarrollo prena-
tal dependen, ante todo, del período en el cual se produzca la exposición
a dichas radiaciones. Estos períodos se cuantifican por días o semanas, a
partir de la última menstruación de la mujer y reflejan distintas etapas
del desarrollo embrionario. La exposición durante las primeras semanas
posteriores a la última menstruación no es peligrosa para el embrión, ya
que la ovulación y 1ra fecundación se producen alrededor del día 14, a
partir de este momento y hasta el día 20 (aproximadamente 3 semanas),
el efecto que cabe esperar producto de una exposición a radiaciones
ionizantes es el aborto, que según la experimentación en animales de
laboratorio tiene una dosis umbral de 0,1 Gy. Se estima que de manera
espontánea se pierden en este periodo entre el 30 y el 50 % de los emba-
razos. Entre los 20 días y las 8 semanas, los efectos más frecuentes en
experimentación animal son las malformaciones en el sistema nervioso.
Dosis entre 0,05 y 1 Gy, en el periodo comprendido entre las 8 y las 15
semanas, provocan, según los estudios realizados en Hiroshima y Nagasaki,
la inducción de retardo mental severo; sin embargo, no está claramente
establecida la dosis umbral y se supone que pueda ser un efecto estocástico
con un coeficiente de riesgo de 4,10-1 Sv-1. Las evidencias obtenidas en
humanos sobre el efecto de las radiaciones durante el desarrollo prenatal
se limitan a este período.

144
En la etapa siguiente, que abarca entre las 15 y las 25 semanas, el
riesgo de inducción de retardo mental severo es 2 veces menor, mientras
que a partir de las 25 semanas y hasta el final del embarazo el efecto
provocado por las radiaciones es la reducción del crecimiento fetal, con
una dosis umbral de 0,1 Gy, establecido en experimentos con animales
de laboratorio. La alta radiosensibilidad del organismo en el período de
desarrollo prenatal se explica porque en esta fase el embrión y posterior-
mente el feto, construyen un conglomerado de células en proceso de
diferenciación y división que, como se ha visto anteriormente, son facto-
res que favorecen el aumento de la radiosensibilidad.

Indicadores biológicos de daño


por radiación
Aún cuando existen regulaciones para el trabajo seguro con las fuen-
tes, no se puede excluir la ocurrencia de sucesos radiológicos durante los
cuales los TOE o individuos de la población pueden recibir dosis de ra-
diación por encima de los límites establecidos. Los indicadores biológi-
cos juegan en estos casos un papel importante en el esclarecimiento de la
gravedad del daño inducido y en ocasiones permiten establecer la dosis
de radiación recibida por sobreexposición.
Dentro de los indicadores biológicos se distinguen los clínicos y los
que pueden ser observados mediante pruebas de laboratorio. Los
indicadores clínicos se dividen en varios tipos, según sus manifestacio-
nes, que pueden ser gastrointestinales, cardiovasculares y
neuromusculares. Dentro de los indicadores gastrointestinales se encuen-
tran, las náuseas, vómitos, las diarreas y la anorexia; y dentro de los
neuromusculares, el cansancio, la apatía, la indiferencia, la sudación, la
fiebre y el dolor de cabeza.
En general, mientras más estables sean y menor el tiempo de apari-
ción, mayor es la dosis de radiación y el peligro para la vida del acciden-
tado.
Los indicadores biológicos más importantes que pueden ser observa-
dos mediante pruebas de laboratorio son los citogenéticos, los
hematológicos y los bioquímicos.
Los indicadores citogenéticos constituyen en la actualidad los
dosímetros biológicos más eficaces. Ellos basan su funcionamiento en el
brusco incremento de la frecuencia de aberraciones cromosómicas, par-
ticularmente de los dicéntricos, en los linfocitos de la sangre, producto
de la exposición a radiaciones. Con este indicador se pueden estimar
dosis del orden de los 100 mGy de radiación gamma, así como establecer

145
si la dosis de radiación recibida en un accidente fue homogénea o no y en
este último caso, evaluar el volumen irradiado del cuerpo (Tabla 9.1).

Tabla 9.1. (1) En circunstancias especiales puede admitirse una dosis efectiva de hasta 5 mSv
en solo un año, a condición de que la dosis promedio en cinco años consecutivos no exceda de
1mSv por año.

Exposición Exposición del Exposición de aprendices


ocupacional público (1) y estudiantes

Dosis efectiva 20 mSv por año, como 1 mSv por año 6 mSv por año
promedio en un periodo
definido de 5 años. En un
solo año no debe exceder
de 50 mSv.

Dosis equivalente 150 mSv 15 mSv 50 mSv


Cristalino del ojo, 500 mSv 50 mSv 150 mSv
extremidades o piel

Principios de la protección
radiológica
Antes de 1990, la protección radiológica se desempeñaba primor-
dialmente en la limitación de las dosis que se recibían de las exposiciones
normales y previsibles a fuentes artificiales de radiaciones ionizantes,
mientras que la seguridad nuclear se ocupaba de la evaluación y preven-
ción de los accidentes y de la mitigación de sus consecuencias. No sor-
prende que estas diferencias hayan creado problemas de concepto en la
interpretación de los objetivos de la seguridad radiológica. Aunque se
perciban por separado y se consideren totalmente diferentes, las dos dis-
ciplinas se complementan.

Fig. 9.1. Dosímetro cubano antiguo. 1. Vista


anterior. 2. Vista posterior.

146
En la actualidad, ambas forman parte de un régimen de control con-
tinuo al que se denomina "seguridad radiológica" y abarca todas las situa-
ciones de exposición, es decir, las exposiciones normales y potenciales
en todos los tipos de prácticas existentes, incluidas las relacionadas con
las fuentes naturales de exposición, cuando éstas son objeto de control.

Fig. 9.2. Dosímetro cubano actual. 1. Vista


anterior. 2. Vista posterior.

El límite de dosis efectiva para la exposición ocupacional es de:


– 1,5 mSv para 1 mes.
– 50 mSv es la dosis que no puede exceder en 1 año simple.
– 20 mSv como promedio en un período de 5 años.

Fig. 9.3. Dosímetro del Reino Holandés. 1.


Vista anterior. 2. Vista posterior.

No obstante, si la dosis anual de un trabajador supera los 20 mSv es


muy conveniente aplicar las siguientes medidas: revisar si la dosis fue
optimizada, adoptar medidas para que la dosis acumulada dentro del
período de los 5 años considerados no sea superior a 100 mSv e informar
a la autoridad reguladora sobre las circunstancias que determinaron ta-
les valores. El límite de 50 mSv en un simple año, no puede ser excedido
excepto en las circunstancias de una emergencia.

147
En cuanto a las medidas específicas en TAC, se pueden mencionar:
– Cálculo del blindaje necesario, dependiendo del tipo de equipo, de las
características del local y de su ubicación (CPHR).
– Puertas y cristal emplomado.
– Luces indicadoras de radiación, tanto para los pacientes y acompa-
ñantes, como para el personal profesionalmente expuesto, por lo que
deben estar ubicados en todas las puertas de acceso a la sala de explo-
ración.
– Interruptores para cortar emisión de radiación en caso de emergencia
(puerta abierta, cortocircuitos, etc.), tanto en el gantry como en la
consola de mando.

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