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Una investigación encarada en los Sandia National Laboratories ha dado como resultado el
desarrollo de un novedoso sistema de turbinas de gas para generación de energía, que
promete mejorar la eficiencia de la conversión termoeléctrica hasta un 50%. La
innovación tiene como pilares el avance en sistemas de CO2 supercrítico y en turbinas de
ciclo Brayton. Por Pablo Javier Piacente.
Las turbinas de ciclo Brayton en base a sistemas de CO2 supercrítico podrían incrementar en gran medida la
efectividad de la conversión termoeléctrica. Imagen: gaianews.it
Ingenieros y científicos de Sandia National Laboratories han logrado diseñar un nuevo sistema
de turbinas de gas que apunta a incrementar en un 50% la eficiencia del proceso de conversión
de energía térmica a electricidad en plantas y centrales de distintas características. Se trata de
turbinas de ciclo Brayton, en base a tecnologías y sistemas de CO2 supercrítico.
Estas nuevas turbinas son la esperanza para un gran salto en la eficiencia de la conversión
termoeléctrica, un avance que sería vital para la generación de energía utilizando una
importante cantidad de fuentes además de los combustibles fósiles, como por ejemplo en el
caso de la energía solar, geotérmica, biocombustibles y energía nuclear.
Esto se debe a la necesidad de contar con turbinas de gran tamaño y condensadores para
eliminar el exceso de vapor. Asimismo, el ciclo Brayton podría producir 20 megavatios de
electricidad en un espacio de solamente cuatro metros cúbicos. Este importante avance fue
difundido a través de distintos artículos en medios especializados, como por
ejemplo Physorg.com y Solar Thermal Magazine, además de por un comunicado del Sandia
Nacional Laboratory.
Según los especialistas, existe un gran interés industrial y científico en los sistemas de CO2
supercrítico para la generación de energía, considerando su amplio rango de aplicaciones en
todo tipo de fuentes energéticas, tanto renovables y alternativas como convencionales. Las
nuevas turbinas funcionan básicamente a partir de un motor a reacción que se ejecuta en un
líquido a altas temperaturas.
Instalaciones de Sandia National Laboratories en Albuquerque, Nuevo México. Imagen: Solar Thermal
Magazine.
Desarrollo a futuro
Sin embargo, el ciclo Brayton de CO2 supercrítico proporciona la misma eficacia que los
sistemas de helio pero a una temperatura considerablemente más baja (250-300 C). El equipo
de S-CO 2 también es más compacto, logrando de esta forma disminuir los costos de
producción e incrementando en algunos puntos más los índices de eficiencia.
Por otro lado, las propiedades del dióxido de carbono supercrítico a temperaturas superiores a
500 C y presiones por encima de los 7,6 megapascales permiten que el sistema pueda
funcionar con una eficiencia térmica muy alta, superando incluso los indicadores de una planta
de carbón de gran potencia.
En otras palabras, en comparación con otras turbinas de gas el nuevo sistema basado en el
ciclo Brayton de CO2 supercrítico podría aumentar la potencia eléctrica producida por unidad
de combustible en un 40% o más. La combinación de bajas temperaturas, alta eficiencia y alta
densidad de potencia permite el desarrollo de sistemas más compactos y económicos, ya que
se requieren menos materiales y se ocupan menores superficies.
NEGOCIOS / Staff
Cd. de México (17 mayo 2017).- Siemens lanzó una turbina para operaciones marítimas que
por su potencia permite explorar yacimientos de petróleo y extraer crudo, así como generar
electricidad para unidades flotantes de producción y carga.
La turbina produce 36 megawatts de electricidad y puede generar fluido a grandes
operaciones petroleras, destacó José Aparicio, vicepresidente de la división de Power & Gas de
Siemens México y Centroamérica, en un comunicado.
Sostuvo que la unidad permite una solución rentable para la industria de petróleo y gas costa
afuera u offshore, al aumentar la densidad de potencia del equipo generador de energía de la
superestructura, reduciendo así la demanda espacial requerida.
Las turbinas de Siemens tienen más de 800 instalaciones en todo el mundo y más de 37
millones de horas de operación.
Todos los componentes giratorios están sometidos a prueba por millones de horas acumuladas
en vuelo, así como el servicio industrial y marítimo, destacó.