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harvard deusto business review


Crisis permanente
y comunicación eficaz:
habilidades directivas
José Ignacio Bel
Director de Comunicación del IESE.

Afrontar las situaciones de crisis es bueno y puede llevar, si se enfocan bien


las acciones de comunicación, a sinergias positivas.

L as clásicas definiciones del concepto de crisis venían


caracterizadas por cinco notas muy concretas:
tender en su verdadera dimensión la importancia de es­
te fenómeno y, en consecuencia, las maneras de hacer­
le frente, sobre todo en el ámbito de las empresas, que
• Cambios coyunturales que amenazan la situación de es el que nos preocupa en esta reflexión.
normalidad. La primera de ellas es considerar lo difícil que es hoy
• Repercusión negativa en los fines, objetivos o metas. día contemplar una crisis, a poco fuerte que sea, que no
• Necesidad de rápidas respuestas. repercuta directa o indirectamente incluso en personas
• Posible descontrol. que están alejadas físicamente del propio epicentro de
• Repercusión negativa en la imagen. la situación de emergencia, pero sufren sus consecuen­
cias. En afirmación de Velasco, la repercusión de los pro­
Quizá se podría añadir una sexta idea, aportada por blemas en nuestro mundo tiene una clara y fuerte inte­
Paniagua, uno de los mejores especialistas en este cam­ rrelación social, incluso entre sociedades alejadas por
po comunicativo, como es el descontrol por parte de las miles de kilómetros. Esto nos lleva a la idea de la globa­
personas u órganos que tienen como obligación gestio­ lización como un concepto de obligada reflexión a la ho­
nar la marcha de la empresa, lo que nos lleva a decir, si­ ra de manejar e intentar comprender el concepto de cri­
guiendo al mismo autor, que, por mucho que estemos sis en los momentos actuales.
preparados, la crisis siempre es una situación de emer­ Vivimos en un mundo en el que cualquier suceso,
gencia, de más o menos dramatismo y que siempre nos por muy alejado que ocurra de nuestra actividad diaria,
encuentra un tanto desprevenidos. puede tener una repercusión inmediata en nuestros
Sin embargo, a estas notas referidas a la parte inter­ comportamientos habituales. Los ejemplos que estamos
na de las crisis, como fenómeno concreto de una perso­ viviendo en nuestros días en el campo económico son
na, empresa o institución, hay que añadir una serie de una clara evidencia de esta afirmación. Basta con que
consideraciones referidas más al entorno social, es de­ en un país se tomen unas determinaciones equivocadas
cir, a la parte externa de las crisis, que nos permitan en­ en el campo hipotecario para que todo el sistema finan­

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ciero se tambalee. Dos aviones que chocan contra unas las consecuencias claramente negativas que eso conlle­
torres ponen en marcha toda una política antiterrorista va para todo tipo de organizaciones.
que conlleva directa o indirectamente consecuencias Para cerrar este aspecto y como consecuencia de las
concretas a medio planeta, guerra de Irak incluida, cam­ dos notas anteriormente citadas (democratización y po­
bios de gobiernos, etc. pularización), conviene señalar una tercera caracterís­
La segunda característica que es conveniente rese­ tica que afecta tanto a las personas que sufren una cri­
ñar es que, durante estos años, el término se ha “demo­ sis como a los meros espectadores: la fuerte adaptabi­
cratizado”, se ha popularizado y se ha convertido en usual lidad a las situaciones de crisis, como lo demuestra nues­
tra propia situación actual en el campo económico y
social.
La acomodación nos lleva en Uno de los muchos efectos secundarios que está oca­
sionando la actual crisis financiera –y, derivada de ella,
muchas ocasiones a no estar la crisis de la economía real– es la necesidad de acostum­
preparados, a no hacer frente brarnos a vivir en un largo, a lo mejor larguísimo, tiem­
po de incertidumbre. Esto ha evidenciado, con toda fuer­
a las situaciones de crisis za, un hecho introducido en el campo de la comunica­
con los mecanismos debidos ción en situaciones de crisis o incertidumbre: vivimos,
por una razón u otra, en un permanente estado de incer­
tidumbre, de crisis. Este concepto de crisis hasta hace
unos diez años se reservaba para analizar situaciones
por la globalización socioeconómica y cultural ya cita­ realmente traumáticas, que evidenciaban un cambio
da. Como consecuencia directa de esta nueva situación, brusco en una situación más o menos tranquila.
deriva un hecho importante en este campo de la comu­ Nos hemos acostumbrado a vivir en una situación de
nicación como es la popularización del concepto de cri­ incertidumbre, de sucesivas, diferentes y cambiantes
sis, que deja de tener un tono de dramatismo coyuntu­ crisis, relativizando al máximo sus consecuencias y re­
ral, esporádico, para convertirse en un hecho usual, co­ percusiones. Pongamos sólo un ejemplo, que, como to­
rriente, casi diríamos que normal. Crisis es un despido dos los de esta reflexión, no pretende tener un compo­
más o menos masivo, una reducción drástica de ingre­ nente político determinado. Desde el atentado del 11-M,
sos, el hecho de no alcanzar unos objetivos previstos...; en sí mismo un claro ejemplo de crisis múltiple, hemos
en definitiva, cualquier situación que altere el desarro­ convivido sin razón de continuidad con unos fuertes
llo normal de una actividad. Se ha dejado olvidado en cambios sociales (fuerte inmigración), políticos (perma­
este proceso el dramatismo puro y duro como elemen­ nente tensión entre el Gobierno y la oposición, con va­
to definitorio del concepto de crisis y se ha incorpora­ rias y masivas manifestaciones), humanos (terrorismo),
do sin excesivos problemas el concepto, más tibio, de in­ económicos (crisis financiera y de la economía real), etc.
certidumbre, para caracterizar y definir una situación Y, en gran medida, hemos asimilado todas esas situa­
de crisis. ciones con una cierta apariencia social de tranquilidad
Esto, como todo en la vida, tiene sus aspectos positi­ y aceptación.
vos y, no cabe duda, también negativos. Entre los prime­ Siendo lógicas las dos primeras notas citadas, hay que
ros, sin duda el más importante es quitar al concepto de combatir en la medida de lo posible la tercera. Por su­
crisis, referida a la comunicación, un componente de puesto que hay que saber hacer frente a las crisis, pero
ruptura absoluta entre pasado y presente, es decir, en­ no es bueno vivir en una permanente crisis e, incluso,
tre los momentos anteriores a la crisis y sus consecuen­ habituarse a vivir esta situación de forma continua. En
cias. Al vivir en unas situaciones de cambios permanen­ primer lugar, afrontar las situaciones de crisis es bueno
tes y profundos en muchos casos, la realidad diaria nos y puede llevar, si se enfocan bien las acciones comuni­
exige hacer frente de manera más usual a dichas situa­ cativas, a unas sinergias de claro signo positivo. Una cri­
ciones. Nos “acostumbra” a esas circunstancias y, aun­ sis no es en sí misma mala; lo que es negativo es su ges­
que nunca será lo deseable, nos habituamos a hacerlas tión deficiente. En segundo lugar, vivir en crisis perma­
frente. El aspecto negativo viene derivado directamente nente o habitual es claramente negativo por el coste so­
de esa indebida acomodación, que nos lleva en muchas cial y económico que conlleva. Además, en gran medida
ocasiones a no estar preparados, a no hacer frente a esas puede desencadenar una crisis absoluta e irreversible,
situaciones de crisis con los mecanismos debidos, con una sensación de impotencia igualmente desestabiliza­

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dora, aun cuando se gestione parcialmente de manera tante seleccionar y ofrecer formación específica a un
adecuada. La crisis permanente es esterilizante. portavoz de la organización.

El proceso de generación de las crisis: 2. Durante el desarrollo de la crisis


• Establecer las medidas necesarias para conseguir la
fases esenciales máxima coordinación entre los distintos estamentos
Una de las primeras habilidades que debe desarrollar de la empresa. La unidad de criterio y de decisión es
el directivo, antes incluso de que se produzca una si­ básica en esos momentos.
tuación de crisis, es la de “intuir” el peligro de un cam­ • Unificar acciones. Tanto de cara al interior como al
bio brusco, de una situación anormal que pueda de­ exterior, todo debe ser canalizado por el portavoz pre­
sem­bocar en una crisis. El olfato empresarial, directi­ viamente designado. Conseguir que sea el único pun­
vo, no debe ir sólo encaminado a lo que normalmente to de referencia es básico en estas situaciones.
se considera como negocio, sino también a aquellas • Actuar con rapidez en las respuestas. La solución ade­
facetas que rodean ese negocio y que pueden llevarlo cuada a una crisis, como señalan todos los expertos
por buen o mal camino. En el cuadro 1 se puede ver en este campo, se suele desarrollar en los momentos
esquemáticamente cuál es el proceso que sigue cual­ iniciales, en las primeras respuestas.
quier crisis. • Evaluar constantemente la situación. Cualquier dato,
reacción, noticia, etc. es importante para poder seguir
La actuación directiva en relación adoptando las medidas necesarias. El agotamiento fí­
sico y el psíquico son un problema en estos momen­
con las situaciones de crisis tos. Hay que contar con ellos, pero superarlos.
No es fácil establecer en unas líneas un análisis de los • Presentar respuestas a la crisis. La sociedad, los pú­
comportamientos debidos, por parte de los empresarios blicos internos y los externos exigen respuestas ade­
y directivos, en las situaciones de crisis, sean coyuntu­ cuadas a los problemas que la crisis les ocasiona y tie­
rales o de carácter más permanente. Por ello, vamos a nen derecho a ello. Se trata de ir por delante en el
enumerar una serie de puntos, brevemente desarrolla­ tiempo y en la intensidad. Ir a remolque de la crisis
dos, que pueden ayudar en este campo. no hace más que agravar el problema.
• Mostrar conocimiento de la situación, de los porqués,
1. Antes de la situación de crisis esto es, manifestar seguridad en los diagnósticos y
• Contar con los mecanismos necesarios para detec­ ambición en las respuestas.
tar el posible nacimiento de situaciones que pue­
den desembocar en una crisis. En este punto es esen­ 3. Después de la crisis
cial el papel de la comunicación externa e interna, • Saber analizar el porqué del nacimiento y desarrollo
que puede permitir conocer los focos originarios de del proceso ocurrido. Sin dramatismo, pero con rea­
los problemas. lismo. Sin esconder motivos, fallos, etc.
• Saber con claridad cuáles son los puntos débiles de • Asumir las responsabilidades personales. La tenden­
la organización, así como la capacidad de respuesta cia es siempre mirar al prójimo, no aceptar los pro­
ante ellos. Es lógico pensar que junto a nuestras for­ pios fallos.
talezas existen puntos débiles. Lo importante es tener • Extraer las enseñanzas debidas de todo el proceso, no
conocimiento de ellos y capacidad para detectar sus sólo de sus causas, sino también del propio desarro­
potenciales efectos negativos. llo de la crisis.
• Establecer mecanismos periódicos de conocimiento, • Buscar los elementos positivos de la crisis para salir
auditorías externas e internas, que nos permitan co­ revitalizados de ella. Las crisis son necesarias; lo que
nocer el trasvase de fortalezas y debilidades y, sobre es un error es no aprender de ellas y pensar que, co­
todo, el desarrollo de estas últimas. Una cuestión mo han pasado, no se pueden volver a presentar.
muy importante, en las ocasiones en las que sea po­
sible, es adelantarse a la crisis, anticiparse a su desa­ La comunicación como estrategia
rrollo y estallido.
• Tener configurado un gabinete/comité de crisis, lla­ en las situaciones de crisis
mado a evaluar y dar las rápidas respuestas que toda La comunicación debe ser una parte importante de la
crisis exige. Una vez llegado el momento, es impor­ estrategia de cualquier empresa, institución privada o

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Crisis permanente y comunicación eficaz: habilidades directivas

Cuadro 1

Fases del proceso de generación de una crisis


Todas las crisis atraviesan una serie de fases. Éste es un • Sin embargo, desgraciadamente, el problema, la crisis,
esquema de esas fases junto con un ejemplo de cómo se continúa avanzando y la tendencia sigue siendo la que
afrontó la existencia de una crisis económica en una orga­ marca este tercer período, la ignorancia sistemática del
nización: problema. Aquí se da una circunstancia que ningún
directivo debe olvidar: ignorar, no enfrentarse a los pro­
• En primer lugar se da la existencia de un problema, una blemas que se nos plantean en nuestras organizacio­
situación que se escapa a la normalidad, al quehacer nes, no hace más que agravar la situación, nunca me­
diario. Evidentemente, debe tener la condición de pro­ jorarla.
blema serio, ya que las muchas vicisitudes diarias que
se nos presentan son de carácter normal. En el caso Ignorada la posible crisis económica, la orga­
que nos ocupa, no es así. Se va configurando un pro­ nización no se enfrentó a la situación y la rea­
blema que poco a poco se complica, lo cual hace que lidad fue empeorando de una manera cada vez
termine por repercutir en el normal desarrollo de la más alarmante. Incluso esta decidida ignoran­
organización. Esta última idea, la repercusión en el cia ocasionó que arreciaran las críticas y que
acontecer normal, es lo determinante para calificar o la situación interna se fuera deteriorando.
no de auténtico problema lo que nos preocupa.
• La penúltima etapa viene configurada por la falta de
Desde hacía meses, todos los estudios y análisis respuestas eficaces ante el problema, lo que provoca
de diversas instituciones nacionales y extranje­ un paulatino deterioro de la situación y, sobre todo, la
ras señalaban en fechas próximas la existencia progresiva dificultad para tomar medidas eficaces, que,
de un derrumbamiento del sector de la cons­ si en un primer momento pudieron ser relativamente
trucción y, en consecuencia, una posible crisis sencillas, en las circunstancias actuales se presentan
en el normal desarrollo de la economía. Tam­ como sumamente complicadas.
bién había quienes anunciaban situaciones anó­
malas en los mercados financieros, aderezado Cuando llegó un determinado momento, la or­
todo ello con voces de alarma por la “codicia” ganización no tuvo más remedio que reconocer
salarial. lo que era evidente y se negaba admitir: había
crisis y, además, era más aguda de lo pensado.
• Ante esta situación, existen dos posibilidades. La pri­ En consecuencia, se tomaron medidas que se
mera es atajar por lo sano el problema suscitado tra­ calificaron de precipitadas, poco estudiadas, po­
tando de poner freno a sus consecuencias negativas, co convincentes, etc. y que reflejaban, para mu­
con lo que es posible vaticinar que éste se acaba total chos ciudadanos, unos planes de actuación ina­
o parcialmente. La segunda consiste en ignorar el pro­ decuados para el problema planteado.
blema, tratar de ver y hacer ver que ese problema no
existe. No entramos en los porqués. Entonces se aplica • Como consecuencia de este proceso, el estallido de la
la denominada “voz del silencio”, que se manifiesta en crisis es inevitable. El tiempo por sí mismo no cura ni
no hablar de la dificultad, no introducirla en la agenda soluciona nada. Una vez hecha patente la crisis, se ini­
de las preocupaciones o en la lista de los temas que se cia otro proceso, complejo y delicado, donde de nuevo
deben resolver con urgencia. conviene tener una actitud proactiva, que se explicará
más adelante. No cabe duda de que, si en el ejemplo
Desde un primer momento se quería ignorar la expuesto, o en cualquier otro que quisiéramos analizar,
existencia de esa posible crisis; se atribuía su desde el primer momento se hubiera reconocido la
existencia a intereses particulares y sistemáti­ existencia de un posible problema y se hubieran plan­
camente se negaba la opinión de quienes la teado las medidas oportunas, la situación al estallar la
anticipaban. En definitiva, por la vía de los he­ crisis no habría sido tan negativa, se habría ganado un
chos se aplicaba el silencio sobre la posible tiempo preciso, objetivo de todo plan de comunicación
existencia de una crisis, contraponiendo datos, de crisis, y se habrían podido plantear soluciones más
cifras, etc., de signo positivo. eficaces.

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Crisis permanente y comunicación eficaz: habilidades directivas

pública; en general, de toda clase de organizaciones. De gua, “la crisis siempre es inoportuna; se presenta cuan­
hecho, como he señalado en otro lugar, “las decisiones do menos se espera y de forma incontrolable. Cierto,
empresariales están cada vez más matizadas por el fil­ pero que sea una sorpresa no quiere decir que sea im­
tro, positivo, que supone la comunicación. La interrela­ previsible”. Hay que estar preparados y ser capaces de
ción de intereses de las organizaciones y los públicos a tener la habilidad de prepararse personal y corporati­
los que van dirigidas sus actividades hace necesario te­ vamente ante cualquier emergencia.
ner en cuenta, cada día más, el factor comunicativo, has­ • Pedir que se establezca en ese plan, tal como señalan
ta tal punto que en no pocas ocasiones el éxito o el fra­ muchos autores, entre ellos el citado Paniagua, dos
caso de una iniciativa empresarial, social o política está partes bien diferenciadas: el plan preventivo de cri­
condicionado por todo aquello que podemos englobar sis, en el que se contemplen todas las variantes o cir­
bajo el término comunicación”.
Si esto es así en la vida normal de una empresa, mu­
cho más en las situaciones de crisis que le puede tocar
vivir a lo largo de su existencia. Por ello, es absolutamen­
La comunicación externa
te necesario que el directivo desarrolle una serie de ha­ e interna puede permitir
bilidades relacionadas con la comunicación que no
siempre son fáciles de poner en práctica, pero que se
conocer los focos originarios
muestran decisivas en esos momentos difíciles. de los problemas
Esquemáticamente, por razones de extensión, las va­
mos a enumerar, siguiendo el mismo esquema que en
el punto anterior, diferenciándolas por el tiempo de su cunstancias en las que se puede desarrollar una cri­
aparición. No tratamos de presentar las partes de un sis, y el plan de gestión de crisis, que enumere las ac­
plan de crisis, sino de enumerar las habilidades, tradu­ ciones que se deben llevar a cabo en dichos momen­
cidas en actitudes concretas que debe tener un directi­ tos. Sin embargo, de nada sirve ninguno de los dos
vo en esas ocasiones para desarrollar e impulsar en otros si el directivo no tiene la conciencia y la habilidad de
las acciones debidas en esas circunstancias. analizar, sopesar y calibrar la comunicación como fac­
tor determinante en dichos momentos. Su actitud,
1. Habilidades previas a la situación de crisis siguiendo múltiples ejemplos, tenderá, en dichas oca­
• Saber valorar la comunicación. Desde el momento del siones, hacia el mutismo o incluso el silencio, que
nacimiento de la empresa se debe reconocer la impor­ siempre es “sinónimo de culpabilidad”, en palabras
tancia de la comunicación y desarrollar una política de Paniagua. Por el contrario, su deber –y ahí demos­
activa para ella, tanto externa como internamente. No trará su habilidad– es, coloquialmente hablando, “po­
se puede desarrollar una buena política de comunica­ nerse al frente de la manifestación” y saber arrostrar
ción en situaciones de crisis si antes no se ha tenido sus consecuencias.
una actitud activa y positiva ante la comunicación. En • Incluir en el comité de gestión que se ha señalado an­
definitiva, hay que tener una actitud proactiva en rela­ teriormente a su responsable de comunicación. Si
ción con la comunicación. Esta habilidad consiste tan­ siempre es necesario que dicha persona esté muy “pe­
to en poseerla personalmente como en saber hacerla gada” personal y orgánicamente al máximo respon­
desarrollar a través de los profesionales adecuados. sable del negocio, en estas circunstancias lo deseable
• Dejarse aconsejar. ¡Difícil habilidad! Es obvio que el se convierte en esencial, ya que su percepción comu­
directivo puede carecer de habilidades técnicas, pe­ nicativa será una parte esencial del trabajo que hay
ro jamás del olfato necesario para saber que la comu­ que desarrollar y deberá repercutir en todas las ini­
nicación es un activo de su empresa desde el primer ciativas que se vayan a tomar.
momento, desde de su nacimiento. Su habilidad con­
sistirá en saber rodearse de la persona o personas 2. Habilidades durante la situación de crisis
que sepan desarrollar profesionalmente esa especia­ • Saber y ayudar a todos a anticiparse en la toma de
lización. decisiones. Muchas veces, la crisis tiene su solución
• Exigir un plan de comunicación general que conten­ en la habilidad que se demuestra en los primeros
ga, necesariamente, un capítulo en relación con las momentos. Islas afirma, por ejemplo, que las accio­
posibles situaciones de crisis, es decir, que se establez­ nes que se lleven a cabo en las primeras dos horas
ca un plan de crisis. Como dice acertadamente Pania­ son las más importantes: “En un secuestro, las dos

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Crisis permanente y comunicación eficaz: habilidades directivas

primeras horas representan la vida o la muerte de la so exigente, es esencial en este punto, porque el ob­
víctima”. Al margen de la rotundidad de la afirma­ jetivo no es otro que el de saber prepararnos para nue­
ción, sí es cierto que las primeras horas son decisi­ vas situaciones de incertidumbre o emergencia.
vas en cualquier crisis. Por ello, en esos momentos, • De los resultados obtenidos de dicha evaluación se
la anticipación y la toma rápida de decisiones –que desprende la necesidad de modificar nuestra políti­
a lo mejor debe asumir el responsable de comunica­ ca comunicativa en general y de crisis en particular,
ción, pero que siempre debe avalar el directivo– son en la medida en la que las conclusiones de la evalua­
esenciales. ción así lo aconsejen. Una crisis tiene que servir, en
• Mantener la tranquilidad y la calma en esos difíciles definitiva, desde este punto de vista, para que cuan­
momentos. El ejemplo de los directivos en esas cir­ do nos llegue la siguiente estemos mucho mejor pre­
cunstancias es decisivo. Son siempre momentos de parados.
tensión, breves o duraderos, en los que es absoluta­ • Asumir las responsabilidades que la crisis hubiera
mente necesario controlar las tensiones y sus funes­ puesto de manifiesto. La tendencia es trasladar las
tas consecuencias. culpas a los demás, pero, en el ámbito de la empresa,
• Saber desarrollar una postura proactiva. Aunque Pa­ las responsabilidades empiezan fundamentalmente
niagua lo señala como una acción puramente profe­ por la cabeza, sobre todo en el campo de la comuni­
sional de la persona responsable de la comunicación, cación, por no haber sabido establecer los sistemas
lo queremos destacar aquí como habilidad de la pro­ de alarma necesarios para que los errores no lleguen
pia dirección, que, como conocedora al mayor nivel a un punto irreversible.
de la realidad del negocio, será la llamada a dar los
mensajes positivos de los que habla este autor. Todo lo expuesto puede parecer un sistema comple­
• Acentuar las relaciones humanas directas. Son mo­ jo de habilidades y destrezas. Y lo es, no cabe duda. Sin
mentos en los que los sentimientos se pueden exa­ embargo, en un mundo intercomunicado como el nues­
cerbar negativamente. La reacción del directivo tiene tro, en el que la comunicación se ha convertido en un
que ser el temple, la serenidad, el afecto sincero. Pa­ arma de poder de primera magnitud y en el que el pú­
ra ello es esencial haber tenido un buen sistema de blico, sea cual sea nuestra actividad, tiene unas posibi­
comunicación interno y comprender cualquier ma­ lidades de información extraordinarias, gestionar la co­
nifestación humana. Es crucial, tal como señala Ál­ municación, interna y externa, es una responsabilidad
varez de Mon, la interactividad comunicativa basada de primer orden, que empieza en la dirección, sigue en
en la máxima aceptación del otro. el profesional de la comunicación que se designe y aca­
• Dejar hacer a los profesionales, respaldando sus de­ ba de nuevo en la dirección en forma de resultados ope­
cisiones. Su actitud debe ser de respaldo, nunca de rativos. Si a eso añadimos la responsabilidad social cor­
suplantación. Aparecer cuando se le pida y como se porativa, asignatura en pleno desarrollo en estos mo­
le pida. mentos, tendremos un cuadro de desafíos apasionantes
en la formación de todo directivo.
3. Habilidades para los momentos posteriores
a la crisis
Es evidente que la conclusión de una crisis supone un
claro alivio. Sin embargo, es obligación de la dirección «Crisis permanente y comunicación eficaz: habilidades directivas». © Edicio­
nes Deusto. Referencia n.O 3342.
recordar que siempre se está expuesto a esta clase de si­
tuaciones y que se pueden presentar de nuevo con su­
ma facilidad. Concluir la crisis no debe significar olvi­
dar la crisis. Desde esta perspectiva, es conveniente que
los responsables de las empresas tengan en cuenta los
siguientes puntos:

• Es necesario evaluar la crisis acontecida desde sus


tres vertientes: por qué ha sucedido, cómo se ha de­
sarrollado y qué respuesta hemos sabido dar. Y se de­ Si desea más información relacionada
be hacer con el mayor rigor y ausencia de triunfalis­ con este tema, introduzca el código 21124
en www.e-deusto.com/buscadorempresarial
mo o autocomplacencia posible. La autocrítica, inclu­

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