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Industria de la energía
eléctrica
La industria de la energía eléctrica proporciona la
producción y distribución de energía eléctrica, a
menudo conocida como potencia eléctrica, en
cantidades suficientes para las áreas que necesitan
la electricidad a través de una red. Muchos hogares
y empresas necesitan tener acceso a la electricidad,
especialmente en los países desarrollados. La
demanda de electricidad se deriva de la necesidad
de esta para el funcionamiento de los aparatos
domésticos, equipos de oficina, maquinaria industrial
y proporcionar suficiente energía para la iluminación
doméstica y comercial, la calefacción, la cocina y los
procesos industriales.
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Energía en la industria
Para la actividad industrial es fundamental la
existencia, y el consumo, de energía que mueva los
ingenios y las máquinas.
En épocas preindustriales las fuentes de energía
eran renovables: cursos de agua, vientos y animales
eran un factor de localización fundamental, puesto
que sin ellas no puede haber industria.
Con la revolución industrial y la invención de
la máquina de vapor por James Watt en 1767, la
industria se libera un poco de esa dependencia tan
estricta. Sin embargo, la máquina de vapor funciona
con agua y carbón, ya sea este mineral o vegetal, y
por lo tanto alcanza su óptimo de producción en
lugares en los que haya estos dos recursos en
abundancia. Las primeras industrias, que funcionan
principalmente con máquinas de vapor, se localizan
en regiones carboníferas, de carbón mineral, que es
más barato que el vegetal, y en zonas húmedas, en
donde el agua (aún no se habían regulado los ríos)
era abundante. Son regiones como
el Ruhr, Inglaterra, el norte de
los Apalaches o Asturias, en España.
La liberación definitiva se consigue con el
abaratamiento del transporte, la producción
de energía eléctrica y su transporte a larga
distancia. Cosa que sólo ocurre en el siglo XX. Hoy
en día la mayor parte de las máquinas industriales
son eléctricas; y para las que no lo son el transporte
de carbón, petróleo o gas es muy barato. Además,
existe una política, al menos en Europa, de precios
uniformes para el consumo de electricidad. Esto ha
permitido liberar totalmente a la industria de una
localización cercana a las regiones productoras de
energía. En el caso de España las principales
regiones productoras de energía son Castilla y León,
los Pirineos, Galicia y Castilla-La Mancha; sin
embargo, las regiones más consumidoras
son Madrid y el Levante. En general, en todos los
países las regiones productoras son pobres y están
despobladas; ya que la producción de energía es
una de las actividades más contaminantes, con
más impacto ambiental y que más rechazo producen
entre la población. Por el contrario, las regiones
consumidoras son las más ricas y pobladas. En todo
caso, las zonas donde se produce la energía están
alejada de los núcleos importantes de población,
aisladas en regiones montañosas; pero las zonas de
mayor consumo son las ciudades y su entorno
industrial.
El recurso energético básico para la producción
industrial es la energía eléctrica, salvo para
el transporte, los altos hornos y la propia producción
de energía eléctrica.
La producción de electricidad necesita otras fuentes
de energía, de las que no puede prescindir. Dos son
las fuentes de energía básicas, para la producción
eléctrica: la hidroelectricidad y la termoelectricidad.
La posibilidad de instalar potencia eléctrica por
medios térmicos es muy superior a la
hidroelectricidad, ya que no precisa de condiciones
naturales favorables, y es apta para ubicarse en
regiones secas o llanas.
Existen otras formas de producir electricidad, con
fuentes de energía renovables: eólica, solar,
geotérmica, etc.; pero tienen el mismo inconveniente
que la hidroelectricidad: necesitan unas condiciones
naturales óptimas, y su producción no se podrá
incrementar mientras que no se consiga un cambio
tecnológico sustancial. Sólo la energía solar puede
llegar a ser ubicua, si se consigue la tecnología
necesaria.
La electricidad no es el único recurso energético
utilizado por la industria; el carbón, el gas y
el petróleo tienen una importancia no pequeña en la
producción industrial (mucho mayor en el pasado
que en la actualidad). En general son los hornos los
que utilizan este tipo de fuentes de energía.
Si todos estos factores han contribuido al despegue
industrial de ciertas regiones, el factor decisivo que
ha impulsado la renovación ha sido el transporte y la
creación de un mercado nacional.
Ley de Ohm[editar]
Basada en el trabajo de Georg Simon Ohm, la Ley de Ohm es una de las tres leyes
fundamentales del estudio de la electricidad, en compañía de las leyes de Kirchhoff
del voltaje y de la corriente. Estas tres leyes conforman el marco dentro del cual el
resto de la electrónica se establece. Es importante notar que estas leyes no se aplican
en todas las condiciones, pero definitivamente se aplican con gran precisión en
alambres los cuales son usados para conectar entre sí la mayor parte de las partes
electrónicas dentro de un circuito. Aunque las partes individuales pueden o no ser
analizadas por la ley de Ohm, sus relaciones con el circuito pueden serlo.