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[E.A.

P INGENIERÍA ZOOTECNIA] VIII

UNIVERSIDAD NACIONAL JOSÉ FAUSTINO


SÁNCHEZ CARRIÓN
FACULTAD DE INGENIERÍA AGRARIA INDUSTRIAS ALIMENTARIA Y
AMBIENTAL
ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL ZOOTECNIA
VIII CICLO

EFECTO DEL TIPO DE ALIMENTACIÓN SOBRE LOS


PARÁMETROS ZOOTÉCNICOS Y RETRIBUCIÓN
ECONÓMICA EN CUYES EN CRECIMIENTO
 DOCENTE: LUIS LUCHO CERGA
 CURSO: MONO GÁSTRICO
 INTEGRANTES: MORALES VALVERDE WENDY
OSORIO MENDOZA, LEONARDO ADRIÁN
PALACIOS LAULATE SONIA
LEYVA BLAS VICTORIA
GRADOS GARCÍA JOSELYN
AGUIRRE NATIVIDAD DIEGO
DE LA SERNA CHECNE ERICK HUTCH

HUAURA - PERÚ

2017

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[E.A.P INGENIERÍA ZOOTECNIA] VIII
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
2.1 Fisiología digestiva del cuy
2.2 Necesidades nutritivas del cuy
2.2.1 proteína
2.2.2 energía
2.2.3 grasa
2.2.4 fibra
2.2.5 minerales
2.2.6 vitaminas
2.2.7 agua
2.3 alimentación con solo maíz chala
2.4 insumos alimenticios utilizados en el cuy
2.5 alimento concentrado peletizado
2.6 Momento Óptimo de Beneficio
III. MÉTODOS Y MATERIALES
3.1 métodos
3.1.1 lugar de ejecución
3.1.2 manejo de la investigación
3.2 materiales
3.2.1 animales experimentales
3.2.2 instalaciones y equipos
3.2.3 tratamiento
3.2.4 diseño de investigación

IV. RESULTADOS Y DISCUSIONES


4.1 ganancia de peso
4.2 consumo de alimento
4.3 conversión alimenticia
4.4 rendimiento de carcasa
4.5 retribución económica
V. CONCLUSIONES
VI. BIBLIOGRAFÍA

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i. INTRODUCCIÓN

El cuy es una especie herbívora por excelencia, su alimentación es sobre todo a base
de forraje verde y ante el suministro de diferentes tipos de alimento, muestra siempre
su preferencia por el forraje. Existen ecotipos de cuyes que muestran una mejor
eficiencia como animales forrajeros. Al evaluar dos ecotipos de cuyes en el Perú se
encontró que los maestreados en la sierra norte fueron más eficientes cuando recibían
una alimentación a base de forraje más concentrado, pero el ecotipo de la sierra sur
respondía mejor ante un sistema de alimentación a base de forraje (Zaldívar y Rojas,
1968).

Los forrajes más utilizados en la alimentación de cuyes en la costa del Perú son la
alfalfa (Medicago sativa), la chala de maíz (Zea mays), el pasto elefante (Pennisetum
purpureum), la hoja de camote (Hypomea batata), la hoja y tronco de plátano, malezas
como la abadilla, el gramalote, la grama china (Sorghum halepense), y existen otras
malezas. En la región andina se utiliza alfalfa, rye grass, trébol y retama como maleza.
En regiones tropicales existen muchos recursos forrajeros y se ha evaluado el uso de
kudzu, maicillo, gramalote, amasisa (Amasisa eritrina sp.), pasto estrella (Cynodon
plectostachyus) y brachiaria (Brachiaria decumbes).

La disponibilidad de alimento verde no es constante a lo largo del año, hay meses de


mayor producción y épocas de escasez por falta de agua de lluvia o de riego. En estos
casos la alimentación de los cuyes se torna critica, habiéndose tenido que estudiar
diferentes alternativas, entre ellas el uso de concentrado, granos o subproductos
industriales (afrecho de trigo o residuo seco de cervecería) como suplemento al
forraje.

El grano de maíz es uno de los cereales de mejor palatabilidad, siendo el de mayor


rendimiento, puede producir hasta 15,000 kg/hectárea de grano (Manrique, 1987
citado por Laforé, 1999). Al igual que otros cereales, el maíz presenta ciertas
limitaciones como alimento, pues a pesar de ser una fuente excelente de energía
digestible con 3.72 Mcal/Kg MS (Correa, 1994), dado por los 730 g de almidón por kg
MS; posee solo 9% PC (Ninanya, 1974) y escaza cantidad de fibra cruda de entre 6 a
7% (Ninanya, 1974; Correa, 1994; Mc Donald et al., 2006).

La carne de esta especie tiene un alto nivel de proteína 20,3 %, bajo nivel de grasa
8% y minerales 0,8 % se caracteriza por su excelente sabor y su alta digestibilidad. El
rendimiento de carcasa varía entre el 54.4 % (cuy nativo) y el 71.6 % (cuy mejorado),
(Higaonna, 2005).

La deficiencia de energía puede corregirse mediante la suplementación de insumos de mejor


densidad energética. En el valle del Mantaro se producen varios cereales y destaca la cebada

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por su rusticidad y producción, cuyo subproducto es el insumo apropiado para suplementar a
los cuyes, habiendo mostrado efectos positivos en la etapa de crecimiento engorde (Lozada,
2008). Para el caso del fósforo lo más aparente es el uso de sales minerales puesto que no
están disponibles en la zona insumos con alto contenido fosfórico.

Dado que no ha sido evaluado la suplementación simultanea de energía y fósforo en cuyes


en crecimiento, en este trabajo se planteó evaluar el efecto de suplementar con harina de
subproducto de cebada y bloque mineral a cuyes en crecimiento sobre los parámetros de
ganancia de peso, consumo, índice de conversión, edad de saca, costo de producción y ratio
beneficio costo.

Una de las razones que inducen al estudio de la explotación de cuyes, constituye la necesidad
de contribuir con la producción de carne a partir de una especie herbívora, de ciclo
reproductivo corto, fácilmente adaptable a diferentes ecosistemas y en su alimentación utiliza
insumos no competitivos con la alimentación de monogástricos.

Para este trabajo se plantea evaluar el uso del maíz chala (Zea mays), evaluar la alfalfa
(Medicago sativa), la alimentación mixta y el peletizado en cuyes en crecimiento en la
provincia de Huaura-huacho. El objetivo del presente es cuantificar los parámetros productivos
de cuyes la ganancia de peso, consumo, índice de conversión, edad de saca, costo de
producción y beneficio costo.

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II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

2.1 fisiología del cuy

El cuy posee un estómago glandular simple seguido de un intestino delgado


que alcanza 125cm cuando es adulto (Breazile y Brown, 1976; Snipes, 1982). En el
estómago el alimento espacialmente procesado por la acción del ácido clorhídrico y
las enzimas lipasa, amilasa y pepsina gástricas, luego este pasa al duodeno donde la
digestión es continuada por las enzimas biliares, pancreáticas y entéricas, para ser
absorbido a lo largo del intestino delgado; todo este proceso toma aproximadamente
dos horas (Chauca, 1995). Continuando el intestino delgado se localiza el ciego,
órgano importante que junto al colon proximal puede contener hasta el 65% de la
digesta y alberga microorganismos fermentadores (Snipes, 1982; Johnson-Delaney,
2006).

A pesar de los procesos ocurridos en el estómago y el intestino delgado la pared


celular contenida en la materia vegetal transita casi intacta hacia el ciego, lugar que
contiene una flora muy compleja, cuyas enzimas tienen acción degradantica sobre la
pared celular. La acción de estas enzimas se conoce como digestión fermentativa y
se lleva a cabo en aproximadamente 48 horas, producto de este proceso se obtienen
ácidos grasos de cadena corta, vitaminas del complejo B y proteína microbiana, pero
solo se absorben a este nivel los ácidos grasos volátiles, vitaminas y agua (Rico y
Rivas, 2003).

El cuy está clasificado según su anatomía gastrointestinal como fermentador post-


gástrico debido a los microorganismos que posee a nivel del ciego. El movimiento de
la ingesta a través del estómago e intestino delgado es rápido, no demora más de dos
horas en llegar la mayor parte de la ingesta al ciego (Reíd, 1948, citado por Gómez y
Vergara, 1993). Sin embargo el pasaje por el ciego es más lento pudiendo permanecer
en el parcialmente por 48 horas. Se conoce que la celulosa en la dieta retarda los
movimientos del contenido intestinal permitiendo una mayor eficiencia en la absorción
de nutrientes, siendo en el ciego e intestino grueso donde se realiza la absorción de
los ácidos grasos de cadenas cortas. La absorción de los otros nutrientes se realiza
en el estómago e intestino delgado incluyendo los ácidos grasos de cadenas largas.
El ciego de los cuyes es un órgano grande que constituye cerca del 15 por ciento del
peso total (Hagan y Robinson, 1953, citado por Gómez y Vergara, 1993).

La flora bacteriana existente en el ciego permite un buen aprovechamiento de la fibra


(Reíd, 1958, citado por Gómez y Vergara, 1993). La producción de ácidos grasos
volátiles, síntesis de proteína microbial y vitaminas del complejo B la realizan
microorganismos, en su mayoría bacterias Gram-positivas, que pueden contribuir a
cubrir sus requerimientos nutricionales por la reutilización del nitrógeno través de la
cecotrófia, que consiste en la ingestión de las cagarrutas (Holstenius y Bjomhag, 1985,
citado por Caballero, 1992).

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2.2 necesidades nutritivas del cuy

El conocimiento de las necesidades nutritivas del cuy permite la elaboración de


raciones alimenticias óptimas para un mejor desarrollo del animal en sus diferentes
etapas.

Estas necesidades nutritivas que generalmente utilizamos para formular raciones, han
sido determinadas por la National Research Council (NRC) (1995) y son mostradas
en el Cuadro 1

CUADRO 1 Requerimiento nutritivo de cuyes

Nutrientes Unidad Etapa


Gestación Lactancia Crecimiento
Proteínas (%) 18 18-22 13-17
ED1 (kcal/kg) 2 800 3 000 2 800
Fibra (%) 8-17 8-17 10
Calcio (%) 1,4 1,4 0,8-1,0
Fósforo (%) 0,8 0,8 0,4 0,7
Magnesio (%) 0,1-0,3 0,1 0,3 0,1 0,3
Potasio (%) 0,5-1,4 0,5-1,4 0,5-1,4
Vitamina C (mg) 200 200 200

1 Energía digestible.

Fuente: Nutrient requirements of laboratory animals. 1990. Universidad de Nariño,


Pasto (Colombia). Citado por Caycedo, 1992.

2.2.1 proteínas

La respuesta animal al aporte de proteína en la ración puede estar influenciada


por el genotipo animal, el tipo, calidad, cantidad y número de los insumos empleados.

Aclarando al genotipo, El tamaño y velocidad de crecimiento de los cobayos es


proporcional a los requerimientos de proteína, así los cuyes mejorados alcanzan
incrementos diarios de peso de 15.4 g con consumos de proteína de 8.48 g/animal/día
(Saravia, 1994); los cruzados ganan 8-10 g diarios con 7.2 g de proteína/animal/día
(Chauca, 1995), mientras que los criollos obtienen un incremento diario aproximado
de 3.2 a 4 g/día con un requerimiento aproximado de 8 g/animal/día (Higaona et al.,
1990; Chauca, 1995). Estas variaciones ayudan a explicar por qué bajo un mismo

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sistema de producción con dieta forrajera, un cuy criollo puede llegar a 480 g a las 13
semanas, mientras que uno mejorado logra llegar a 574 g (Roca Rey, 2001).

La mayor disponibilidad de aminoácidos esenciales: lisina, triptófano, metionina,


valina, histidina, fenilalanina, leucina, isoleucina, treonina, y arginina (Caycedo, 2000)
se da en los insumos concentrados proteicos de origen vegetal, dado su mejor
digestibilidad, respecto a los insumos concentrados de origen animal (Tsukahara y
Ushida, 2000). La combinación de insumos proteicos brinda mejor resultado durante
el crecimiento (Aliaga, 1993), debido a que se complementan los aminoácidos
proveídos por cada insumo, especialmente cuando los insumos tienen un origen
marcadamente diferenciado.

2.2.2 energía

La mayoría de los autores coinciden en que el nivel de energía ofrecido en la


dieta es directamente proporcional a la respuesta animal en ganancia de peso
(Mercado, 1972; Paucar, 1992; Torres et al., 2006), luego de evaluar un rango de
energía en la ración desde 2,200 hasta 3,080 Kcal ED/kg de alimento. Sobre el tema
Vergara (1992) citado por Caycedo (2000) considera un mínimo de 2,500 Kcal ED/Kg
de alimento para cubrir las necesidades nutritivas del cuy. Sin embargo, para un
animal herbívoro como el cobayo las oportunidades de cubrir sus necesidades
energéticas consumiendo pastos o dietas que proveen menos de 3,000 Kcal/kg MS
solo puede darse incrementando su capacidad de consumo o suplementándolos con
alimentos de mayor densidad energética. Al respecto, Lozada (2008) reporta que al
utilizar una dieta forrajera suplementada con semilla de girasol y cebada grano, el
consumo en MS del forraje fue de 62.88 g y el del suplemento de 6 g, que al
compararse con el consumo de 68.97 g para una dieta únicamente forrajera,
demuestra un efecto sustitutivo en el consumo.

2.2.3 Grasa

El cuy requiere de un aporte permanente en la dieta de dos ácidos grasos


esenciales, el linolénico y el linoleico. La deficiencia de estos ocasiona retardo en el
crecimiento, anemia microcitica, y dermatitis (Navia y Hunt, 1976).

Una respuesta satisfactoria en cobayos en crecimiento se logra incluyendo 1% de


lípidos en la dieta, cuando la concentración de lípidos saturados es alta como en el
aceite de maíz. Sin embargo, para fines prácticos es recomendable un nivel de 3% en
la ración (Reíd, 1954).

2.2.4 Fibra

La digestión fermentativa postgástrica de los cobayos, implica que estos


reciban un aporte permanente de fibra en su ración, proporcionada por los forrajes. Al
respecto, Moreno (1989) y Chauca (1995) sugieren un rango de 9 a 18% de fibra cruda

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(FC) para favorecer la digestibilidad de otros nutrientes, ya que retarda el pasaje del
contenido alimenticio a través del tracto digestivo.

Para insumos forrajeros fibrosos como el heno de alfalfa (33.07% FC) y el maíz chala
(33.55% FC); Correa (1994) encuentra coeficientes de digestibilidad de la MS de
62.57% y 59.60%, respectivamente, valores que son altos en cobayos y prueban su
eficiencia en utilización de la fibra respecto a los conejos y otros roedores (Sakaguchi
et al., 1987). El procesamiento de la fibra se da por digestión microbiana a nivel del
ciego y colon obteniendo entre sus productos ácidos grasos de cadena corta que
contribuyen a satisfacer los requerimientos de energía de esta especie. Sin embargo
cuando el forraje posee alto grado de lignificación y consecuentemente baja
digestibilidad, como ocurre con la panca de maíz (28.2 % de digestibilidad de MS); los
cuyes realizan una respuesta compensatoria incrementando su consumo (Gómez et
al., 1992).

2.2.5 minerales

El aporte de minerales orgánicos en cobayos es proporcional a la cantidad de


pasto consumido, sin embargo todavía se desconoce la cantidad estimada que aporta
cada tipo de pasto. En consecuencia la única forma de evaluar si hay satisfacción de
los requerimientos minerales propuestos por la NRC (1995) en cobayos alimentados
con pastos es verificando la ausencia de signos compatibles con cuadros deficitarios,
información que solo es referencial.

El calcio, elemento mineral más abundante e importante en los organismos animales


(Mc Donald et al., 2006), debe suministrarse en cobayos en un nivel de 0.8 % y en
una relación Ca: P de 2:1 (NRC, 1995); no obstante Flores (1991) sugiere 1% de calcio
y Afuso (1976) un 0.5% de fósforo para una óptima respuesta en conversión
alimenticia e incrementos de peso, mejor aún si se emplean fuentes orgánicas. Un
exceso en el aporte de Ca y P incrementa los requerimientos de Mg y K, ocasionando
con su deficiencia trastornos en el crecimiento, pobre coordinación muscular y anemia
en el caso de Mg y muerte temprana para el caso del K cuando la dieta proporciona
menos de 1 g/kg de alimento (Rico y Rivas, 2003).

2.2.6 Vitaminas

El cuy carece de la capacidad de sintetizar el ácido ascórbico (vitamina C),


razón fundamental por la cual deben consumir permanentemente forrajes verdes,
como fuente de esta. La adición de 30 mg de vitamina C a dietas con exclusión de
forraje verde permite una respuesta en el crecimiento de cuyes similar a la obtenida
con dietas de forraje más concentrado. No obstante niveles de vitamina C menores a
30 mg afectan el crecimiento (Amaro, 1977). Por su parte Mora y Arrellana (1993)
encontraron respuesta favorable en ganancia de peso y conversión alimenticia al
suplementar con 50 y 100 mg de vitamina C a dietas exclusivas de rye grass.

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Hay cierta controversia en la estimación de los requerimientos de vitamina C en
cobayos. Así, la NRC (1995) establece una necesidad de 200 mg/kg de alimento para
todas las etapas y Zevallos (1996) recomienda que un miligramo de ácido ascórbico
por 100 g de peso vivo es suficiente para prevenir lesiones patológicas, aunque, para
animales que tienen un crecimiento activo recomienda proporcionar 4 mg por 100 g
de peso vivo. Al parecer estas diferencias se dan por que no hay una metodología
definida que estime respuesta animal al suministro de vitamina C.

2.2.7 Agua

Esta puede ser proporcionada a los animales a través del agua de bebida, agua
contenida en los alimentos como humedad y agua metabólica, siendo de vital
importancia para los cuyes, sobre todo cuando se proporciona alimento y raciones
secas (FDN, 1994), para lo cual se recomienda proporcionarles 15 ml/100g de peso
vivo al día o 140 ml/animal/día (Rico y Rivas, 2003).

2.3 Alimentación solo con chala

Las leguminosas por su calidad nutritiva se comportan como un excelente


alimento, aunque en muchos casos la capacidad de ingesta que tiene el cuy no le
permite satisfacer sus requerimientos nutritivos. Las gramíneas tienen menor valor
nutritivo por lo que es conveniente combinar especies gramíneas y leguminosas,
enriqueciendo de esta manera las primeras. Cuando a los cuyes se les suministra una
leguminosa (alfalfa) su consumo de MS en 63 días es de 1,636 kg. Valor menor al
registrado con consumos de chala de maíz o pasto elefante. Los cambios en la
alimentación no deben ser bruscos; siempre debe irse adaptando a los cuyes al
cambio de forraje. Esta especie es muy susceptible a presentar trastornos digestivos,
sobre todo las crías de menor edad.

2.4 insumos alimenticios utilizados en el cuy

Los insumos forrajeros pueden dividirse en dos grandes grupos: las


leguminosas, constituidas por pastos más balanceados nutricionalmente, debido a
que presentan un contenido altamente proteico (15-25%) y un importante contenido
energético (2.3 – 2.5 Mcal ED/kg MS); y las gramíneas, cuyos pastos contienen un
similar contenido energético a las leguminosas, pero son deficientes en el contenido
proteico (6- 15%) (Bojórquez et al., 2006).

La calidad nutritiva de los forrajes es muy variada y está influenciada por factores
inherentes a la planta como su composición química y digestibilidad, factores
inherentes al animal como el consumo y eficiencia en la utilización de los nutrientes y
factores relacionados a la interacción forraje animal (San Martin, 1992). Un animal en
crecimiento debe consumir de 160-200 g de forraje fresco al día para cubrir sus
requerimientos de agua y vitamina C, sin embargo esta ración deberá ser
suplementada con una dieta concentrada de 18% de proteína y 66% de NDT
(Zevallos, 1996; Chauca y Zaldívar, 1995).

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Alfalfa (Medicago sativa)

La alfalfa es una leguminosa cultivada tanto en climas tropicales como


templados. Varias de las variedades introducidas a Perú se adaptaron muy bien a las
condiciones de la Sierra Central (Hinostroza et al., 2006), alcanzando altos
rendimientos de materia seca que pueden variar entre 13-20 Toneladas por hectárea
al año en siete cortes anuales, incluyendo a los meses de bajas temperaturas
(Ordoñez et al., 2001; Bojórquez et al., 2006).

La alfalfa es un forraje con alto grado de preferencia y un alto porcentaje de


digestibilidad de la materia seca en cobayos que varía entre 63 a 74% (Cuadro 6) que
lo convierten en uno de los más importantes insumos forrajeros empleados en la
crianza de cuyes en los valles interandinos.

Maíz Chala (Zea mays)

Es la planta forrajera más utilizada en la costa central, de clima cálido y poco


resistente al frio. La disponibilidad de maíz chala en la Sierra es entre los meses de
enero a abril, mientras que en la Costa, es durante todo el año.

El maíz chala es una planta forrajera con un coeficiente de digestibilidad de la materia


seca en el cobayo de 59.4%, aporta aproximadamente 2.381 Mcal ED/Kg MS, 12.17%
PC (Saravia et al., 1992; Correa, 1994), siendo sus hojas las que presentan una mayor
digestibilidad de la proteína cruda con 66 % en comparación a los tallos con 35%
(Saravia et al., 1984).

2.5 Alimento concentrado

El concentrado es una mezcla de insumos forrajeros, energéticos y proteicos


con alto valor nutritivo que se ofrece a los cuyes en crecimiento, ya que proporciona
los requerimientos nutricionales necesarios en esta etapa, principalmente en proteína
y energía (Villanueva, 2001).

Dada la deficiencia del cobayo para la síntesis de vitamina C, el alimento concentrado


es proporcionado conjuntamente con forraje fresco, y en la práctica la dotación de
concentrado puede constituir un 40% de toda la alimentación, sin embargo, cuando
se usa el concentrado integral como único alimento, el consumo se encuentra
dependiendo de la calidad, entre 40 a 60 g/animal/día (Chauca, 1995).

Este tipo de alimentación exclusiva de concentrado solo puede darse utilizando un


concentrado integral, debido a que estas fórmulas comerciales ya incluyen el
contenido necesario de fibra y al menos 200 mg/kg de vitamina C en su composición.

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2.6 Momento Óptimo de Beneficio

Se evaluaron 50 cuyes mejorados de ambos sexos procedentes de la granja zootécnica


de la UNAS, distribuidos en grupos de 10 animales cada uno; todos alimentados con
gramíneas verde (Echinochloa polystachya) más un alimento balanceado comercial, con
ración administrada de 5.6 g diarios de proteína total, de acuerdo al requerimiento del cuy.
Cada grupo de animales fueron evaluados y sacrificados a los 70, 80, 90, 100 y 110 días de
edad, encontrando un comportamiento similar (29,8 % en promedio) al efectuar el análisis
beneficio-costo. Estos comportamientos son determinados por los resultados biológicos
similares para los diferentes grupos de animales. Concluyendo que la saca de cuyes puede
realizarse a partir de los 70 hasta los 110 días de edad, sin deteriorar los ingresos netos de la
explotación (Chamorro, 1990).

Para determinar el momento óptimo de beneficio bajo dos sistemas de alimentación alfalfa y
alfalfa más afrechillo se utilizaron 40 cuyes destetados (50% machos y 50% hembras). Los
resultados determinaron que una mejor edad de beneficio fue a las 11.75 semanas para los18
machos y 11.99 semanas para las hembras, estos resultados se obtuvieron con animales que
consumieron alfalfa suplementada con afrechillo (Jiménez et al., 1,999).

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III. MÉTODOS Y MATERIALES

3.1 métodos

3.1.1 Lugar de ejecución

La investigación se realizó del 19 de mayo del 2017 en la casa del joven calzado
ubicado en 1ro de mayo antes de carquin, distrito de huacho provincia de Huaura.

3.1.2 manejo de la investigación

El alimento con solo maíz chala (Zea mays) forrajera se suministrara a


voluntad (ad libitum). Se manejara la cantidad de 180gr a 200gr por cuy, 400gr a
450gr por poza; 157gr de solo peletizado

El agua es suministrada en cantidad de 400gr por poza para todos los tratamientos,
la alimentación se realizó a las 5 pm.

ANOVA unidireccional: t-chala, t-alfalfa, t-mixta, t-peletizado

Método

Hipótesis nula Todas las medias son iguales


Hipótesis alterna Por lo menos una media es diferente
Nivel de significancia α = 0.05

Se presupuso igualdad de varianzas para el análisis.

Información del factor

Factor Niveles Valores


Factor 4 t-chala, t-alfalfa, t-mixta, t-peletizado

Análisis de Varianza

Fuente GL SC Ajust. MC Ajust. Valor F Valor p


Factor 3 1234.4 411.47 4.80 0.034
Error 8 685.2 85.65
Total 11 1919.6

Resumen del modelo


R-cuad. R-cuad.
S R-cuad. (ajustado) (pred)
9.25450 64.31% 50.92% 19.69%

Medias

Factor N Media Desv.Est. IC de 95%


t-chala 3 301.67 6.81 (289.35, 313.99)
t-alfalfa 3 283.83 4.51 (271.51, 296.15)
t-mixta 3 302.17 7.64 (289.85, 314.49)
t-peletizado 3 279.83 14.75 (267.51, 292.15)

Desv.Est. agrupada = 9.25450

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Comparaciones en parejas de Tukey

Agrupar información utilizando el método de Tukey y una confianza de 95%

Factor N Media Agrupación


t-mixta 3 302.17 A
t-chala 3 301.67 A
t-alfalfa 3 283.83 A
t-peletizado 3 279.83 A

Las medias que no comparten una letra son significativamente diferentes.

Pruebas simultáneas de Tukey para diferencias de las medias

Diferencia
de las EE de Valor p
Diferencia de niveles medias diferencia IC de 95% Valor T ajustado
t-alfalfa - t-chala -17.83 7.56 (-42.04, 6.37) -2.36 0.163
t-mixta - t-chala 0.50 7.56 (-23.70, 24.70) 0.07 1.000
t-peletizado - t-chala -21.83 7.56 (-46.04, 2.37) -2.89 0.078
t-mixta - t-alfalfa 18.33 7.56 ( -5.87, 42.54) 2.43 0.149
t-peletizado - t-alfalfa -4.00 7.56 (-28.20, 20.20) -0.53 0.949
t-peletizado - t-mixta -22.33 7.56 (-46.54, 1.87) -2.96 0.071

Nivel de confianza individual = 98.74%

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Gráfica de caja de t-chala, t-alfalfa, ...

310

300

290
Datos

280

270

260
t-chala t-alfalfa t-mixta t-peletizado

3.2 materiales

3.2.1 animales experimentales

Se utilizaron 26 animales destetados (19 ± 22 días de edad) todos machos


provenientes de la misma granja. Los animales seleccionados corresponden a cruces
con raza Perú, fueron distribuidos en cuatro tratamientos con 3 repeticiones por
tratamiento, donde cada repetición estuvo formada por 3 animales. El período
experimental tiene una duración de 49 días.

3.2.2 instalaciones y equipos:

Los animales se manejaron en un galpón de material noble, en la sala de recría de


6 x 4 m, con muro de adobe, techo de manta negra y, una ventana con una manta negra
descubierta. Los cuyes se encuentran en pozas con mallas metálicas con una altura de
40cm del suelo. Se utilizó tres pozas por tratamiento con una unidad experimental de 3
animales siendo el área por animal de 0.093 m2.

Fue limpiada, desinfectada con cal, el cuy recibió cama nueva, antes de colocar a los
animales, e instaló un lugar para el suministro y almacenamiento de forraje y un bebedero
de arcilla enlosado, de 400 ml de capacidad cada poza se considera como una unidad
experimental por tratamiento.

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El pesado de los animales, alimento concentrado se hizo empleando una balanza
electrónica con 1g de sensibilidad

PESOS DE LOS 4 TRATAMIENTOS A TRABAJAR

1 tratamiento alimentacion de maiz chala


dia 0 semana 1 semana 2 semana 3 semana 4 semana 5 semana 6 semana 7
poza 1 101 313gr
102 295gr
poza 2 103 311gr
104 300gr
poza 3 105 281gr
106 307gr

2 tratamiento alimentacion de alfalfa

poza 1 101 253gr


102 306gr
poza 2 103 296gr
104 271gr
poza 3 105 294gr
106 283gr

3 tratamiento alimentacion de peletizado

poza 1 101 270gr


102 260gr
poza 2 103 324gr
104 265gr
poza 3 105 266gr
106 294gr

4 tratamiento alimentacion mixta

poza 1 101 293gr


102 328gr
poza 2 103 311gr
104 300gr
poza 3 105 283gr
106 308gr

3.2.3 Tratamientos

A. alimentación con forraje maíz chala (Zea mays)


B. alimentación con forraje alfalfa (Medicago sativa)
C. alimentación con peletizado (purina)
D. alimentación mixta (alfalfa y alimentación balanceada)

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3.2.3 diseño experimental

El diseño experimental corresponde a una distribución completa al azar, definiendo que cada
tratamiento tenga 3 unidades experimentales, cada unidad experimental será de 2 cuyes. Se
aplicó análisis de varianza, para determinar la diferencia significativa entre los tratamientos y
la prueba de tukey para determinar la diferencia entre los promedios de los parámetros
evaluados

IV. RESULTADOS Y DISCUSIONES

4.1 peso corporal y Ganancia de peso

El control de peso de los animales se realizará al inicio del experimento, luego


semanalmente, en forma individual, para obtener los pesos promedios semanales
por tratamiento.

La ganancia de peso se determinara por la diferencia entre el peso inicial y el peso


vivo ganado en cada periodo de tiempo (semana).

4.2 Consumo de alimento

El consumo de alimento se determinara semanalmente. Por cada repetición


mediante deferencia entre lo ofrecido en la semana y el residuo de cada semana,
para luego obtener el consumo semanal promedio.

4.3 Conversión alimenticia

La conversión alimenticia se determinara semanalmente a través del consumo


semanal entre la ganancia de peso semanal. La conversión alimenticia acumulada,
se determinara atreves del consumo de alimento acumulado entre el peso vivo del
cuy.

4.4 Rendimiento de carcasa

Los animales serán sometidos a ayuno 24 horas antes del beneficio y la carcasa
incluye piel, patas, órganos nobles (corazón, pulmón, hígado, boza, riñón); tomando
al azar 1 animal por tratamiento. Se registrara el peso vivo, desangrado, pelado,
eviscerado y peso de carcasa.

4.5 Retribución económica

La estimación por la diferencia entre el ingreso bruto por cuy y el coste de


alimentación por cuy.

V. CONCLUSIONES

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 Los pesos iniciales entre tratamientos no muestran diferencia estadística
significativa (p>0.05), indicando que todo los tratamientos se iniciaron con
pesos similares.

VII. BIBLIOGRAFÍA

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