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ARAGÓN / FILOSOFÍA / JUNIO 08 / REFERENTES

ELIJA UNA DE LAS OPCIONES PROPUESTAS.

OPCIÓN 2

1. Exponga una teoría política de la Edad Antigua (3,5 puntos).


2. Exponga una teoría del conocimiento de la Edad Moderna (3,5 puntos).
3. Desarrolle tres referentes elegidos entre los siguientes: existencialismo, nihilismo, marxismo,
escolástica, fenomenología (3 puntos).

RESPUESTAS:

OPCIÓN 2

3. Desarrolle tres referentes elegidos entre los siguientes: existencialismo, nihilismo, marxismo,
escolástica, fenomenología (3 puntos).

- Existencialismo: Según Sartre, uno de los máximos representantes del Existencialismo, las tesis que lo
definen son las siguientes:
a) La existencia precede a la esencia, es decir, no hay una esencia previa que determine o condicione
la existencia, sino al contrario: cualquier esencia surge por la condición de una existencia que
siempre es anterior. Esta tesis se opone a la filosofía tradicional. Sartre defiende que el hombre
concreto está formado por los caracteres que lo individualizan más la libertad de elección: la suma
de estos dos elementos es lo que conforma su esencia. En este sentido solo el hombre existe (las
demás cosas son, pero no existen). Se hace a sí mismo en sus elecciones. La vida humana es un
ejercicio de libertad: “existirse” es elegirse. Por tanto, podríamos afirmar que la existencia precede
a la esencia porque el hombre es libertad.
b) La inexistencia de Dios. Si Nietzsche anunció la muerte de Dios, Sartre la asume y extrae
consecuencias: no hay esencias ni valores inmutables y eternos; no existe una naturaleza humana; el
hombre está solo, tiene que hacerse a sí mismo, inventar sus valores, legislarse; el hombre es
absoluta e inevitablemente libre y responsable para sí mismo y para los demás de todos sus actos;
la libertad y la responsabilidad generan angustia (ante la elección), desamparo (no tiene a qué
aferrarse) y desesperación (sus elecciones y acciones están condicionadas por lo posible).
El Existencialismo nos enfrenta a una vida que, en sí misma, no tiene sentido ni valor; es el hombre el
que se lo da a través de su acción. Por esto, nuestros actos nos comprometen particularmente, pero
también a la humanidad entera.

- Escolástica: Etimológicamente, escolástica viene del latín “schola”, escuela, porque inicialmente
escolástica significaba el saber cultivado en la Edad Media en las escuelas monacales, episcopales o
palatinas.
A pesar de que los pensadores de esas escuelas seguían tendencias variadas (platonismo, neoplatonismo,
aristotelismo, etcétera), se suele utilizar el término escolástica para definir la filosofía cristiana
medieval.
De la escolástica surgieron comentarios en los que se recogían las “lectiones”, las “quaestiones” y las
“disputationes”. Las “quaestiones” tenían siempre la misma estructura: exposición del problema, tesis
que va a mantener el profesor, observaciones críticas a la tesis propuesta, respuesta a cada una de las
objeciones, y solución.
En la filosofía escolástica cristiana se suelen distinguir tres etapas: el período de formación, hasta el
siglo XII (San Anselmo, Pedro Abelardo); el período de apogeo, durante el siglo XIII (Tomás de Aquino);
y la crisis o decadencia, en el siglo XIV (Guillermo de Ockham).

Ediciones SM
ARAGÓN / FILOSOFÍA / JUNIO 08 / REFERENTES

Todos los filósofos cristianos están inspirados por el aristotelismo y el agustinismo neoplatónico. Son,
fundamentalmente, teólogos, es decir, buscan la fundamentación racional de aquello que previamente
aceptan por la fe. Por ello todos tienen la preocupación de conciliar la reflexión racional con la teología.
Algunos, como Tomás de Aquino, contribuyen de forma decisiva a la autonomía de la razón al señalar
diferentes campos de conocimiento.
Los temas más importantes y comunes en todos los filósofos cristianos de esta época son el tema de
Dios y su demostrabilidad, la distinción entre el Ser y los seres, el hombre, la naturaleza del
entendimiento y el problema de los “universales”.

- Nihilismo: Para Nietzsche el nihilismo se asienta en la interpretación cristiano-moral del mundo,


interpretación que se encuentra en la filosofía, en la política, en el sistema social o en la ciencia. El
nihilismo es un movimiento histórico peculiar de la cultura occidental; es el destino de los pueblos
occidentales porque la historia de Occidente es la historia de una decadencia, de una profundización en
la negación de los auténticos valores de la vida que tiene como consecuencia la voluntad de nada.
Significa que Dios, como origen de todo lo real, ha perdido su fuerza obligatoria, y que, por tanto, el
hombre ha perdido su orientación en el mundo.
El nihilismo tiene dos aspectos: uno negativo, pues significa la destrucción de valores, la crítica
destructiva de la tradición occidental; otro positivo, pues supone el reconocimiento de las condiciones
por las que Occidente ha llegado a ser nihilista. Estos dos aspectos simbolizan la necesidad de negar
para poder afirmar. La superación del nihilismo se produce por la creación de valores que den sentido al
hombre y la vida, y por la transvaloración (“transustanciación”) de los valores que condujeron a la
nada. Esta superación no se produce por la reflexión de la razón, sino por instinto, es la “voluntad de
poder” la que destruye y crea nuevos valores. La nueva moral está basada en el deseo apasionado de
vivir, en la exaltación de la vida sin traba alguna, pues la vida es el valor absoluto al que se subordinan
los demás.

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