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EDUCAR ES DAR VIDA (Papa Francisco)

Autoridades del Plantel

Personal docente, administrativo y de apoyo

Niños, señoritas y señores estudiantes

Día del Educador Católico

El 7 de noviembre de 1854 nace en la ciudad de Cuenca Luis Francisco Florencio


Febres Cordero Muñoz, con una malformación de sus pies que le impidió caminar
hasta los cinco años, estudió en la escuela de los Hermanos Cristianos a pesar de la
oposición de su familia, el 24 de marzo de 1868 recibió el hábito con el nombre de
“Hermano Miguel”.

Fue sabio y bondadoso profesor pero en nada encontraba el Hermano Miguel


tanto placer como en preparar a los niños para la Primera Comunión, lo cual lo
realizó durante 26 años.

El Congreso Nacional declara el 7 de noviembre de cada año, en el NATALICIO DEL SANTO


HERMANO MIGUEL, como DÍA NACIONAL DE LA EDUCACIÓN CATÓLICA Y DEL MAESTRO
CATÓLICO EN EL ECUADOR.

La educación católica afronta “desafíos permanentes” , “la cultura en la que vivimos es muy
cambiante, donde todos los días se presentan nuevos retos”, pero más allá de todo esto,
“nunca debemos perder de vista la llamada que nos hace Jesús de ir hacia el último, hacia el
que más lo necesita y no dejar de dar nuestro testimonio cristiano, incluso dando la vida,
como Jesús lo hace en el Evangelio”.

La educación es cuestión del corazón y la clave es el amor. Ser docente no es solo un trabajo
si no una relación en la que cada maestro debe sentirse enteramente implicado como persona
para dar sentido a la tarea educativa, hacia los propios estudiantes amando con mayor
intensidad a los estudiantes más difíciles, más débiles y más desfavorecidos¨

No hay más noble profesión que la de ser maestro católico mercedario que nos permite
ser como el alfarero sacar del crudo barro, la belleza artística para contemplar, moldear
las mentes y el corazón de los futuros hombres y mujeres del mañana que dirigirán
nuestros pueblos y formaran nuevas familias, ellos son los niños y los jóvenes de hoy
que tenemos en nuestras manos, enorme responsabilidad la que se nos encomienda, de
ella dependerán muchas consecuencias positivas o negativas para el mañana. No hay
herencia más valiosa que la buena educación.

Hoy en la sociedad de la competitividad, buscar una educación de calidad, supone


pensar que no la harán los textos que el alumno tenga en el pupitre, la calidad de la
educación está en los educadores, que capacitados de forma responsable saben enseñar a
sus alumnos con una educación integral desde el conocimiento y desde la vida.
Somos educadores católicos, nuestro objetivo es trabajar con los valores no pasajeros
de una sociedad materialista y consumista sino con valores permanentes del espíritu los
cuales hacen crecer a la persona desde dentro, consolidando para no dejarse
desmoronar por las adversidades externas, sino poniendo como filosofía la del
evangelio y como modelo de vida a Cristo nuestro maestro.

Nuestra tarea educativa es formar niños y jóvenes para un futuro no de migajas de


felicidad, basado en el facilismo y falta de exigencia, sino preparar en el espíritu de
superación y responsabilidad por una educación de calidad.

Por ello queridos educadores reemprendamos la marcha con optimismo y esperanza,


con fe y con amor, como diría algún cantor:

“Si el camino es largo yo lo voy andar porque estoy seguro que voy a llegar” no
olvidemos nuestra vocación de Educadores católicos que Dios nos permite realizar.

Felicidades educadores católicos, unidos siempre construyendo y viviendo los valores


del Reino de Dios que son los que dan fundamento a la paz y la justicia que necesita
nuestro mundo y nuestro país.

Felicidades y adelante en su vocación de maestros educadores! Iluminados por el


espíritu de Cristo redentor y la protección de Nuestra madre de la Merced, educadora
de la fe y pedagoga del Evangelio, estrella de la evangelización siempre renovada nos
anime en el desafío de ser libres para liberar y nos ayude a asumir con responsabilidad
nuestra misión de ser libres para liberar.

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