Вы находитесь на странице: 1из 3

Reflexión de la película “No” de Pablo Larraín en el contexto social

colombiano
Escrito por: Lisette Verany Marraui Revelo (20151077039)
La película “No” representa a la tercera película de Pablo Larraín sobre los años de
dictadura de Augusto Pinochet, el film trata sobre la campaña publicitaria de la
oposición en las elecciones convocadas por la dictadura a la cual se puso fin con la
elección de la opción no en el plebiscito; se centra en el año de 1988 donde luego
de 15 años de represión, tortura, desapariciones y censuras por parte de Pinochet,
nace en Chile una oportunidad, un nuevo rayo de esperanza, cuando se plantea
como opción la consulta abierta y legitimada para la libre elección del pueblo sobre
el futuro de la dictadura, cuando por primera vez en más de una década se establece
la posibilidad de decir fuerte y claro NO a la opresión en la que se vivía.
La película protagonizada por Gael García, quien interpreta a René Saavedra, un
chileno que vivió en carne propia un exilio en México y que vuelve a Chile para
trabajar como ejecutivo en una agencia publicitaria, lleva una vida tranquila junto a
su hijo hasta que se le plantea la posibilidad de hacer la campaña del NO; es la
historia de un hombre que tiene como motivaciones a su hijo y a su exesposa que
es acosada por el Estado, además de su padre que fue un dirigente de izquierda.
René se enfrenta a la mayor oportunidad de su vida, el poder realizar una campaña
publicitaria que realmente puede cambiar algo por no decir que lo puede cambiar
todo, una campaña en la que no se vende un producto sino en la que se vende
esperanza para el pueblo, una campaña con la que se puede transformar todo un
país. El reto para René era principalmente romper con todos los paradigmas que
las personas tenían en sus mentes, el miedo y el escepticismo eran los que
gobernaban al pueblo chileno y este pensamiento es precisamente lo que René
quiere erradicar de las mentes del pueblo; él entra en la campaña con ideas que
transformarían ese pensamiento según sus conocimientos en publicidad pero José
Tomás Urrutia, director opositor de Pinochet, y sus compañeros tienen distintas
ideas para la campaña.
Mientras René quiere dar esperanza de un mundo mejor, los demás desean mostrar
todos los desastres, la desolación, el dolor y la tristeza ocasionados por la dictadura,
René argumenta que con esa campaña no conseguirán ganar el plebiscito, a lo que
ellos responden que no lograrán ganar porque está arreglado que las elecciones
están perdidas desde el momento en que se convocaron, él tomando firmemente
su posición y creyendo que esta era la oportunidad que esperaban les dice
“¿Entonces para qué esta campaña?” a lo que responden “para crear conciencia”
pero Saavedra no sólo desea crear conciencia, él quiere más que eso, desea ganar
las elecciones.
Se presenta una idea innovadora, la idea de no mostrar la crueldad y la maldad con
la que se enfrenta el pueblo todos los días, al igual que en Colombia en donde todos
los días nos enfrentamos a muertes, hambrunas y desolación, Saavedra cree que
la opción no es sobrecargar a la gente con lo que ven a diario, sino por el contrario
es vender la esperanza de un país mejor para todos.
Este corto nos presenta a los colombianos una historia basada en una esperanza
que todos creían perdida, una historia llena de valor de personas del común que
decidieron que era suficiente de tanta opresión, de mentiras, de pobreza; una
historia de un pueblo que igual que el nuestro fue golpeado una y otra vez por las
fuerzas del gobierno y que aun así se levanta y grita fuerte y claro “NO” no más, no
más opresión, no más violencia, no más impuestos, no más inequidad, no más
injusticia.
El film representa a todas esas personas que tuvieron el valor suficiente como para
protestar y sentar su opinión contra las cosas que estaban mal en su país, es la
muestra más grande de valentía de esas personas que a pesar de ser perseguidos
y tachados por la sociedad y el gobierno no se dejaron vencer por amenazas, no se
dejaron comprar con beneficios propios cuando peleaban por todo un país, el valor
de aquellos que aun cuando son golpeados siguen luchando porque realmente
creen que podemos tener algo mejor.
El valor del que carecen muchos colombianos que tal y como los chilenos en 1988
están acostumbrados a vivir en condiciones precarias y lo saben pero simplemente
tienen miedo de levantarse y alzar su voz para exigir algo mejor, personas que
aceptan lo poco que les dan como si fuera lo mejor del mundo y es que es
precisamente esa actitud la que nos ata y nos prohíbe de pensar claramente, ¿en
qué momento nos hemos convertido de personas soñadoras a personas
conformistas?, nos convertimos en personas a las cuales les han quitado todo y les
dan migajas cuando merecemos más, pero nos sentimos felices y agradecidos
porque aún tenemos algo y eso es precisamente lo que los dirigentes como Pinochet
quieres, el que la población se conforme y no exija lo que por derecho le pertenece.
Cuando el pueblo se conforma, se divide, en Colombia están aquellos que desean
terminar con la inequidad con injusticia y son tachados de guerrilleros por todos
aquellos que no se imaginan un futuro mejor ya sea porque han pasado tanto tiempo
restringidos que se ajustaron a la situación actual y no son capaces de ver algo más
que eso. El ser humano es de costumbres, eso leí en un artículo estadounidense
sobre la confirmación de que somos animales de costumbres y lo creo firmemente,
al igual que un pequeño cachorro que ha sido sometido a usar una correa y estar al
pie de su amo y que cuando le quitamos la correa se queda de esa manera, así
mismo somos todos nosotros nos hemos acostumbrado tanto a estar con la correa
todo el tiempo que cuando nos la quitan para decidir tememos a las represalias al
igual que el cachorro asustadizo y nos quedamos al pie de aquellos que nos
gobiernan y que lo hacen mal.
Una expresión común estando cerca las elecciones en el país es el decir “es que
igual todos roban, pero al menos este hace algo” es un claro ejemplo de a cómo nos
tienen acostumbrados, no vemos el hecho de que alguien que se aproveche de un
cargo público para lucrarse debe ser castigado, nos decimos día tras día que está
bien porque al menos la persona a la que elegimos robó pero hizo algo, cuando la
realidad es que merecemos a alguien que no robe, alguien que no sólo haga “algo”
sino que haga lo que prometió y cómo lo prometió porque finalmente por eso es que
es elegido, no necesitamos a alguien que diga lindos discursos o que compre votos
sino a alguien que demuestre que está en un cargo de poder porque realmente
desea cambiar las cosas, porque ama a su país lo suficiente como para hacer todo
para que sea mejor, alguien que no nos de las sobras al pueblo sino que se
encargue de dar el platillo principal.
Los colombianos seguimos diciendo que no estamos tan mal por el simple hecho
de que otras personas están peor, pero no comprendemos que de esa manera no
funciona que lo que hacemos es solo buscar excusas estúpidas para justificar
nuestra miseria, al igual que en la película se muestra que algunos que votaron o
votarían por el “si” dicen que lo hacen no realmente porque crean en los conceptos
propuestos sino porque no les ha ido tan mal, pero ¿eso es realmente suficiente?,
es suficiente el “no estar tan mal” o es mejor el estar bien, satisfecho, feliz y orgulloso
de lo que se hace en el país y de las políticas que se dictan en el mismo.
Lo que no logramos comprender es que el “no estar tan mal” ahora podría significar
el estar mal en un futuro, podría significar que ese estado pasajero de bienestar
parcial acabe todo por el simple hecho de no hacer nada y es que es precisamente
la “nada” lo que dura para siempre, el no hacer algo ahora significa el atenerse a lo
que el futuro traiga consigo, pero si no exigimos algo mejor seguiremos viviendo en
condiciones indignas o en condiciones peores que las actuales, el no hacer nada
implica que continúen las muertes de personas por falta de comida, la destrucción
de nuestro país para que otros se hagan más ricos, la violencia y todos los
problemas que nos aquejan actualmente; eso es conformarnos, es buscar excusas
para justificar nuestro miedo de levantarnos y encontrar algo mejor, es morir
lentamente pensando y quejándonos en que todo sigue igual, es convertirnos en la
generación que dejó morir a un país en el cual aún se podía vivir.
Eso es lo que significa una película como esta para Colombia, una reflexión para
cambiar, para exigir, para tener valor tal y como lo tuvieron los protagonistas, una
reflexión para no vender nuestra integridad y dignidad por un “no estoy tan mal” sino
luchar por un sincero “estoy bien”, es una razón más para dar un voto a la esperanza
a pesar del miedo que esto genera; es un ejemplo a seguir para hacer sentar nuestra
opinión y dejar atrás las apariencias en las que vivimos, para conseguir lo que
merecemos y no somos capaces de alcanzar, para dejar de ser esos cachorros
asustados y convertirnos en aquel cachorro que corre feliz y ladra no con lamentos
sino de alegría, es una invitación para quitarnos la correa que tenemos hace
décadas y correr para alcanzar esa dignidad e integridad que nos han arrebatado.

Вам также может понравиться