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OTRA NARRATIVA DE JUGADORES

DE PELOTA EN DAINZÚ

Javier Urcid

L
a prominencia política de la antigua ciudad evidente que Dainzú llegó a ser durante el Formativo
de Dainzú entre 200 a.C. y 200 d.C. ha sido Tardío (200 a.C.–200 d.C.) uno de varios centros
reconocida ya desde hace tiempo. Su importancia políticos de segundo orden en los Valles Centrales de
atrajo atención en la década de 1950 cuando, en el Oaxaca (con Monte Albán como sitio primario) y de
transcurso de un recorrido selectivo en los Valles primer orden en el Valle de Tlacolula, extendiéndose
Centrales de Oaxaca, Ignacio Bernal encontró ahí hasta cubrir áreas cercanas a las comunidades actuales
restos de arquitectura monumental y la presencia de Macuilxóchitl y Tlacochahuaya (Kowalewski et al.
de monumentos grabados parcialmente expuestos 1989:183–184, 190) (Figura 1).2 Para entonces Dainzú
entre las ruinas. Durante varias temporadas de llegó a tener 16 edificaciones monumentales y una
campo subsecuentes se liberaron varias de las población estimada de casi mil habitantes. Según
estructuras principales y se documentó un corpus Kowalewski y sus colegas (1989:153–200), el análisis
de piedras grabadas sorprendentemente abundante del sistema de asentamiento regional para esa época
tanto en el núcleo monumental como en localidades deja entrever que la frecuencia de sitios defensivos
cercanas, incluyendo Macuilxóchitl y
Tlacochahuaya (Bernal 1967, 1968, 1973,
1976; Bernal y Seuffert 1973, 1979; Bernal
y Oliveros 1988). Estos hallazgos y varios
descubrimientos posteriores arrojan ya un
total de 104 monumentos, incluyendo 80
ortostatos,1 14 rocas naturales grabadas y
10 esculturas. Comparativamente, de las
varias localidades en los Valles Centrales
de Oaxaca donde se han encontrado
monumentos grabados, la ciudad de
Dainzú ocupa el segundo lugar en cantidad
después de la urbe de Monte Albán, en
donde se conocen cerca de 650 (Urcid
1994). Una característica muy peculiar
de casi la mitad del corpus de Dainzú
(n = 45) es la alusión icónica al juego de
pelota. Pero entre los demás monumentos
de ahí hay un conjunto enigmático que
merece mayor atención. El propósito de
este breve ensayo es comentar sobre este
otro grupo y demostrar que, a pesar de
sus características únicas, también hace
referencia al juego de la pelota.

DA I N Z Ú DE SDE U NA P E R SP E C T I VA
R E GIONA L

Figura 1. Los Valles Centrales de Oaxaca y sitios mencionados en el texto.


A raíz de un recorrido regional sistemático
posterior a los trabajos de Bernal, resultó
44 Otra Narrativa de Jugadores de Pelota en Dainzú

fue mayor que en tiempos anteriores (Kowalewski simbólicamente mediante narrativas asociadas a la
1989:153, 155, 157). La escala del sistema se redujo, arquitectura monumental.
sobre todo en el área de apoyo más inmediata a Monte Una de esas líneas de evidencia parece dar
Albán, donde se abandonaron varios sitios. En cambio, una versión de sucesos desde el punto de vista de la
hubo un aumento de asentamientos en el Valle de élite de Dainzú. Los dos programas narrativos mejor
Tlacolula y por lo tanto un incremento demográfico conocidos, uno inscrito en rocas naturales en la cima
en el sector oeste del sub–valle, donde se formaron del cerro y otro que debió decorar originalmente la
varios núcleos poblacionales densos (entre Yagul fachada de una versión anterior del edificio A (A–sub),
y Abasolo) (Kowaleski 1989:159–161). El análisis de relatan confrontaciones rituales en el contexto del
todos los núcleos poblacionales en los valles indica juego de pelota y la subsecuente victoria de uno o dos
una menor integración del sistema de asentamientos gobernantes de Dainzú (Figuras 2–4). Con base en las
al nivel regional, pero a la vez una mayor integración implicaciones sacras del juego de pelota durante la
sub–regional en el valle de Tlacolula, donde Dainzú y época prehispánica, bien reconocidas en otras partes
San Bartolomé Quialana se convirtieron en epicentros de Mesoamérica, se deduce que la victoria en el juego
(Kowaleski 1989:162). Estas características han llevado era un preludio al sacrificio humano. Puesto que los
a concluir que los Valles Centrales exhibían menor ortostatos grabados con jugadores de pelota que se
centralización política, es decir, mientras hubo menor encontraron asociados a la última versión del edificio
complejidad en el sistema del lugar central, hubo un A fueron reutilizados, sólo se puede proponer una
fuerte desarrollo de la centralización de poder al nivel reconstrucción hipotética de su configuración original
local (Kowalewski 1989:183). (Figura 5).3 Un análisis más detallado del programa
Con respecto a su relación espacial con el sitio narrativo ilustrado en la Figura 5A deja entrever una
primario de Monte Albán, los centros poblacionales diferenciación sutil entre dos equipos de jugadores,
de diversos órdenes en los Valles exhiben tendencias ya que varios de ellos —incluyendo el jugador que cae
centrípetas y centrífugas. El patrón del lugar central derrotado enfrente de la representación del gobernante
tiene la configuración de un anillo, es decir, Monte ganador4— tienen grabado en la parte anterior del
Albán al centro y los principales centros poblacionales casco protector una máscara bucal del Dios de la
con tendencias centrípetas locales situados a una Lluvia. Mientras las figuras principales en las dos
distancia de 28 kilómetros. Monte Albán, Dainzú (Valle narrativas del juego de pelota carecen de esta máscara
de Tlacolula) y El Palenque, cercano a San Martín en su parafernalia protectora, resulta significativo
Tilcajete (Valle de Zimatlán) forman un triángulo con que la única piedra grabada con la representación de
espaciamiento regular. La falta de tendencias del lugar un casco protector hasta ahora encontrado en Monte
central a lo largo de los ejes de esta configuración Albán tiene precisamente una máscara bucal (Figura
triangular sugiere la falta de una intensa interacción 6). Eso sugiere que el equipo perdedor en la narrativa
diaria entre los tres centros (Kowalewski 1989:185). Así, del edificio A–sub de Dainzú se identifica con
Monte Albán se convierte en un centro con funciones guerreros cautivos de Monte Albán.
especiales, y los sitios de segundo orden exhiben poca La otra línea de evidencia epigráfica que
dependencia entre ellos (Kowalewski 1989:187). Parece sugiere eventos de guerra entre ambas localidades
entonces que los asentamientos de mayor orden fueron proviene de Monte Albán y es más tardío, cuando
políticamente autónomos (Kowalewski 1989:190), y que aparentemente Dainzú pierde su autonomía política
el control directo y la influencia de Monte Albán sobre y queda sujeto a la gran urbe. Hacia 450 d.C. llega al
los centros sub–regionales declinó, conllevando la poder un prominente gobernante de Monte Albán
posibilidad de rivalidades entre el sitio primario y los llamado 13 Búho, y como parte de un programa
centros secundarios (Kowalewski 1989:199). narrativo comisionado para celebrar su entronización,
Aunque a escalas diferentes, la primacía de se erige una estructura —posiblemente en una
Dainzú resulta coincidir temporalmente con una versión anterior de la Plataforma Sur— que narra sus
disminución en la extensión de Monte Albán, un conquistas (Figura 7). El programa narrativo muestra a
fenómeno que estuvo acompañado de un ambicioso 13 Búho presidiendo la procesión de varios guerreros
proyecto por defender el sitio o controlar su acceso cautivos parados encima de glifos toponímicos. Ya
mediante un sistema masivo de murallas en las faldas se argumentó en otro contexto (Urcid 2001:390) que
del sector noroeste, es decir, la parte del cerro de el glifo locativo de uno de esos cautivos (en SP–6)
Monte Albán de más fácil ascenso (Blanton 1978:52–54). es similar al signo toponímico que aparece debajo
Es posible suponer que estos fenómenos coetáneos del gobernante de Dainzú en la escena principal del
reflejan, entre otras cosas, una intensa competencia conjunto narrativo en la cima del cerro y al de un
local entre ambas ciudades. De hecho hay dos líneas monumento ahora empotrado en uno de los muros de
de evidencia epigráfica que sugieren conflictos la iglesia de Macuilxóchitl (MAC–2).
armados entre ambos asentamientos, expresados
Urcid 45

junto con otra piedra ahora


empotrada en la calle Libertad
de Tlacochahuaya (TLA–3). Esta
otra piedra grabada muestra a
un jugador derrotado que cae de
espaldas sobre un glifo toponímico.
Otras dos piedras grabadas
incompletas ahora empotradas en la
calles Guerrero (MAC–4) y Morelos
(MAC–23) de Macuilxóchitl
muestran parte de jugadores de
pelota en acción, lo que sugiere que
originalmente pudieron formar
parte del programa narrativo
asociado a la estructura A–sub.
Del sitio mismo de Dainzú se
conocen otras dos piedras grabadas
que incluyen únicamente un
brazo con el guante protector y
la pelota. Una de ellas (DAN–66)
se reutilizó al erigir un muro en
el complejo monumental C. La
otra piedra (DAN–78) se encontró
aparentemente en su lugar original,
formando la esquina noreste
en el vestíbulo superior de una
angosta escalinata que desciende
hacia el complejo arquitectónico
B construido enfrente y a un
nivel inferior al complejo A. El
recurso de sinécdoque en estas
dos piedras, mostrando una parte
del jugador para denotar la figura
Figura 2. Lado oeste del Cerro Dainzú y núcleo monumental de la antigua ciudad. completa, es también común en
el programa narrativo inscrito en
las rocas naturales en la cima del
O T R A S NA R R AT I VA S DE L J U E G O DE P E L O TA cerro, excepto que en este último conjunto se grabaron
E N DA I N Z Ú únicamente los cascos protectores. Al describir estos
últimos grabados como un “tzompantli” (término
El tema del juego de la pelota figuró prominentemente náhuatl que significa ‘empalizada de cabezas’), Bernal
en otros programas narrativos asociados a la y Seuffert (1979) implicaron que la sinécdoque en esta
arquitectura monumental de Dainzú, aunque sólo narrativa conlleva otro nivel de significación, haciendo
se tienen componentes aislados que evidentemente alusión simbólica a la decapitación de los cautivos
fueron reutilizados e incorporados a edificaciones sacrificados. Sin embargo, la postura diferente de los
posteriores (Figura 8). Uno de ellos (DAN–86) muestra cascos sugiere que la intención fue la de representar a
a un jugador de pelota en procesión. Su paso es a los personajes en actitudes dinámicas, es decir, en el
través de un camino señalado por tres huellas de pie. acto de jugar.
Porta en una mano la pelota. La erosión del grabado
no permite identificar lo que lleva en la otra, pero sí se
notan varios rasgos de su indumentaria, incluyendo GR A BA D O S E N IGM ÁT IC O S DE DA I N Z Ú Y U NA
una capa y un pectoral compuesto y muy elaborado C L AV E I N E SP E R A DA
que cubre toda la parte anterior del torso. La postura,
indumentaria y la falta de una máscara bucal en el Desde que Bernal publicó la mayoría de los
casco protector sugieren que no se trata de un cautivo. monumentos grabados de Dainzú y localidades
Con base en el tamaño relativo del ortostato, es posible vecinas, había un grupo constituido por piedras
que este monumento haya sido parte de otro programa grabadas aparentemente aisladas y dispersas cuya
46 Otra Narrativa de Jugadores de Pelota en Dainzú

significación fue incomprensible en ese


entonces. El reconocer que estos monolitos
parecen hacer referencia al juego de pelota
fue posible gracias al grabado en una roca
natural en las afueras de la comunidad de
Tlacochahuaya (TLA–13) (Figura 9). Este
grabado incluye en la parte superior un signo
trilobado que tiene hacia abajo una extensión
cuya punta se curva hacia un lado. La extensión
está marcada con dos líneas diagonales
paralelas. Tal configuración permitió agrupar
inmediatamente otros cuatro ortostatos de
Dainzú y uno de Macuilxóchitl documentados
por Bernal y sus colegas.
La importancia del grabado en TLA–13
es el hecho de haberse ejecutado sobre
una roca natural, permitiendo determinar
su disposición. Esto no era posible en los
otros ejemplares por el hecho de haberse
encontrado fuera de su contexto original. Los
cuatro monolitos proceden de Dainzú y se
encontraron asociados al conjunto monumental
C (Figura 10). Los ortostatos DAN–48 y
DAN–49 estuvieron empotrados en el muro sur
del conjunto, y aunque la posición del primero
presenta el elemento trilobado hacia arriba
y la extensión curva hacia abajo, ese no es el
caso con el segundo pues su grabado aparece
de lado, con el elemento curvo a la izquierda
del motivo trilobado. La reutilización de este
último ortostato es evidente por su estado
incompleto, ya que la punta del elemento curvo
Figura 3. Narrativa del juego de pelota grabada en varias rocas está incompleta. El monumento DAN–55 se
naturales en la cima del Cerro Dainzú. encontró a unos metros al norte, suelto y con
su cara grabada hacia abajo. Como se halló

Figura 4. Ortostatos grabados que formaban el muro suroeste del basamento del edificio A (los monumentos debajo de la línea
gruesa estaban in situ; los que están arriba de la línea se hallaron desplomados al pie del muro y fueron recolocados por Ignacio
Bernal).
Urcid 47

Figura 5. [A] Reconstrucción hipotética de la narrativa del juego de pelota que debió formar el muro sur del edificio A–sub (altura
del primer cuerpo 1.90 m) y [B] reconstrucción hipotética de otro programa narrativo en Dainzú asociado a una estructura
monumental de la fase Pitao (350–500 d.C.) (altura del basamento 1.90 m)

Figura 6. Cascos protectores de Dainzú y el de Monte Albán con la máscara bucal del Dios de la Lluvia.
48 Otra Narrativa de Jugadores de Pelota en Dainzú

Figura 7. Similitud entre glifos toponímicos inscritos en monumentos de Monte Albán y Dainzú.

junto al muro norte del Complejo C y encima de un DAN–48, 49 y 55. Este último es el mejor preservado
segundo piso empedrado que cubría la terraza del y su inscripción es la más elaborada. El trabajo
conjunto, Bernal y Oliveros (1988:18–19) consideraron lapidario es además fino. Tal vez por estas razones
la posibilidad de que se había desplomado de ese su inscripción es mas fácil de discernir (Figura 11A).
muro. Eventualmente, el monumento fue removido y Dentro del elemento trilobado aparece un conjunto
llevado a la bodega del sitio. El monumento DAN–57 glífico formado por los signos E (arriba) y M (abajo).
se encontró encima del segundo piso empedrado de la El primero muestra los atributos típicos de un
terraza del Conjunto C, colapsado en la esquina noreste círculo al centro y recuadros en las cuatro esquinas
de la terraza y a unos cuantos metros al este de DAN– del cartucho. Ya se ha establecido en otro trabajo
55. Su cara grabada también estaba hacia abajo, y al (Urcid 2001:138–139) que el glifo E, cuando aparece
igual que DAN–55 fue llevado a la bodega del sitio. El acompañado de numerales en las inscripciones, es
último monolito del grupo, MAC–7, fue documentado el signo que corresponde al 17avo día en la lista de
por Bernal y Seuffert (1973:14) en la comunidad de los 20 nombres de día del antiguo calendario. Con
Macuilxóchitl, empotrado frente a un portón en la calle base al significado de los nombres de día en zapoteco
principal de la población. Evidentemente debió ser documentados en el siglo XVI por Fray Juan de
llevado del sitio a la población años antes. Córdoba (1987[1578]), es posible asentar que el glifo
E no sólo representa la concepción cuatripartita de
la tierra sino también, por metonimia, el concepto de
E L A NÁL I SI S “temblor” y otros campos semánticos relacionados
como “fuerte”, “recio”, “poderoso”. En cuanto al
¿Qué representan los grabados en este grupo de glifo M, este aparece rotado 90 grados en sentido
monolitos? El análisis de estas piedras grabadas se levógiro, pero si se gira en sentido dextrógiro se
dificulta en parte por el estado erosionado de algunas pueden reconocer inmediatamente sus atributos
de ellas. Posiblemente una re–documentación de los típicos, incluyendo una máscara bucal, un cuadrete
monumentos TLA–13, DAN–57 y MAC–7 mediante encima que representa la “nariz” y un elemento
luz artificial arrojen más datos, pero al menos se trilobado que surge de la boca. También se ha
cuenta con dibujos confiables generados a partir demostrado ampliamente (Urcid 2001:138) que cuando
de los grabados originales para los monumentos el glifo aparece acompañado de numerales en otras
Urcid 49

Figura 9. Inscripciones en Tlacochahuaya, Dainzú y


Macuilxóchitl que tienen la misma configuración (todos los
grabados, excepto TLA–13, están a la misma escala relativa).

Figura 8. Monumentos aislados en Dainzú, Macuilxóchitl y


Tlacochahuaya cuyos grabados hacen
referencia icónica al juego de pelota.

inscripciones, éste se refiere al segundo día en la lista


de los 20 nombres de día en el antiguo calendario.
Esto permite determinar, según los datos de Córdova
(1987[1578]), que el glifo M significa “relámpago”
o “viento”, y es por lo tanto la representación del
Dios de la Lluvia. Igualmente se ha podido discernir
por múltiples contextos epigráficos que el motivo
trilobado que surge de la boca hace alusión al
maíz (Sellen 2002; Urcid y Winter 2003:Figura 8). El
conjunto E–M sin numerales que aparece en DAN–55
se ha documentado dos veces en inscripciones de
Monte Albán. En un caso, los signos están separados,
pero en el otro aparecen parcialmente sobrepuestos Figura 10. Contexto de reutilización de cuatro monumentos
como en DAN–55 (Figura 11B). Por su contexto en las de Dainzú en el complejo C.
50 Otra Narrativa de Jugadores de Pelota en Dainzú

que rodea al tallo están en


relieve. Se ha podido establecer
en otros estudios (Taube 1995;
Urcid 2003:Figura 14) que el
signo en forma de S como el que
está grabado en DAN–48 es una
representación icónica de nubes
o de niebla. Los dos conjuntos
glíficos en DAN–48 y 49 parecen
tener en este contexto una función
nominativa. De hecho, varios
ejemplos de nombres personales
en el corpus epigráfico zapoteca
incluyen el glifo “hoja.” Aunque,
como se comentó anteriormente,
el monumento MAC–7 debe
documentarse nuevamente, lo
poco que se puede discernir de su
grabado parece incluir un tallo,
una hoja, el elemento en forma de
S y la silueta de un recipiente o
canal en corte (Figura 12C).
El suponer que los conjuntos
glíficos M–E y “hoja–tallo” en los
monumentos bajo discusión tienen
una función nominativa permite
dar cuenta del elemento trilobado
como una versión sinecdótica del
Figura 11. [A] Desglose analítico de la inscripción en DAN–55 y comparación con glifo I, un signo que también forma
glifos tipos; [B] función nominativa del conjunto glífico E–M en inscripciones de en ocasiones parte de nombres
Monte Albán. personales (Figura 12D). El glifo
I es morfológicamente semejante
inscripciones de Monte Albán es indudable que estos al E pues consiste en un cartucho central con cuatro
glifos constituyen el nombre personal de un personaje formas trapezoidales a cada lado. Con base en otros
llamado “13 Nudo–Relámpago Poderoso”. De hecho, contextos, incluyendo aquellos de otras tradiciones
el sobrenombre “Relámpago Poderoso” también escritas mesoamericanas, no hay duda que el signo
aparece como nombre personal en genealogías hace alusión a la concepción cuatripartita de la tierra.
zapotecas registradas en el siglo XVI (Whitecotton No obstante, a diferencia del glifo E, el signo I parece
1982:328–329). sintetizar nociones de espacio y tiempo, conllevando
El signo que aparece dentro del elemento entonces la idea de un todo que conjunta los cuatro
trilobado en DAN–57 es también el glifo M (Figura rumbos con la terminación de ciclos temporales. Sin
12A). Éste aparece igualmente boca abajo pero embargo, se desconoce su valor fónico.
invertido lateralmente si lo comparamos con el de Lo que se puede concluir hasta ahora es que los
DAN–55. Al rotarlo hacia la izquierda se puede conjuntos glíficos en la parte superior de los grabados
reconocer la máscara bucal y la “nariz”. Los conjuntos en las piedras bajo consideración consisten de dos a
glíficos que aparecen dentro del elemento trilobado cuatro glifos discretos que en algunos casos aparecen
en DAN–48 y 49 son casi idénticos e incluyen la parcialmente sobrepuestos. La iconicidad de casi todos
representación icónica de una hoja y su tallo (Figura ellos permite su identificación, e incluyen los glifos E
12B). Sin embargo, los conjuntos glíficos están (temblor), M (relámpago), “hoja–tallo”, “nube o neblina”
grabados en forma diferente. El de DAN–48 tiene un y tal vez un recipiente o un canal en corte. El signo
motivo en forma de S en relieve, y el área en forma I es más simbólico que icónico y conceptualmente
de media luna abajo del conjunto está rebajada. La parece representar una visión conjunta del cosmos que
configuración que acompaña al glifo “hoja–tallo” sintetiza tiempo y espacio. El hecho de que los signos
en DAN–49 parece representar un recipiente o un E y M no aparecen acompañados de numerales sugiere
canal en corte de donde sale la planta. En este caso que los conjuntos glíficos en estos monumentos tienen
es el tallo el que está rebajado, y la hoja y el elemento una función nominativa. De ser así, los monumentos
Urcid 51

elemento curvo encima permite determinar que


este último puede curvar hacia el frente o hacia
atrás en relación a la rejilla facial, y que en varios
ejemplos los cascos tienen insertado en la parte
central el signo en forma de S que, como ya se
comentó, es una alusión a “nubes” o “neblina”.
La comparación de estos cascos también permite
observar que la presencia o ausencia de la
terminación curva, del signo en forma de S y de
la máscara bucal frente a la rejilla facial no son
rasgos co–variantes. Igualmente resulta evidente
que ninguno de los cascos con el elemento curvo
en la parte superior tiene las líneas paralelas que
aparecen en las inscripciones bajo consideración.
Lo que se puede deducir de la
representación de jugadores de pelota en
Dainzú es que ahí se jugaba una versión del
juego que involucraba una pequeña pelota de
hule y guantes para lanzarla y atraparla. La
indumentaria de los jugadores, incluyendo
el casco, los guantes, el pantalón de media
pierna, las rodilleras y el calzado indica que la
protección extrema era para evitar lastimaduras
contra el suelo o los muros del pasajuego),5 así
como para protegerse del contacto rudo con
otros jugadores. Varios de los cascos tienen
representadas pequeñas orejas, lo que sugiere
que éstos se forraban con la piel de la cabeza
de jaguares o pumas. El casco del jugador
vencido en la escena principal en la cima del
cerro tiene inclusive la cabeza completa de un
Figura 12. [A] El glifo en DAN–57; [B] desglose de los glifos en felino (Figura 3). Aunque dos de los jugadores
DAN–48 y 49; [C] posible configuración original del glifo grabado en de pelota llevan en su vestimenta una cola
MAC–7; y [D] el elemento trilobado como un glifo I. larga de felino (Figura 13), es posible que el
elemento curvo en algunos de los cascos sea
también la punta de una cola, lo que implicaría
DAN–48, DAN–49 y MAC–7 podrían referirse a un que ciertos cascos se forraban con la porción caudal
mismo individuo cuyo sobrenombre está formado por de la piel de felinos.6 Tal vez los jugadores de un
los glifos “I–hoja–tallo”, y los monumentos DAN–55 mismo equipo cuyos cascos estaban forrados con la
y DAN–57 podrían referirse a otro personaje cuyo piel de la cabeza de felinos ocupaban una posición
nombre personal está formado por los glifos “I–E–M” delantera en la cancha (la cabeza), y los jugadores
o, en forma abreviada, por los glifos “I–M”. cuyos cascos se forraban con la piel caudal ocupaban
En cuanto al elemento inferior grabado en los la posición trasera (la cola). Independientemente de
monumentos bajo discusión se notará que éste se curva lo que represente el elemento curvo en algunos de
invariablemente hacia la izquierda y que, excepto por los cascos, la representación sinecdótica e invertida
los ejemplos en DAN–48 y 49, los demás tienen dos o de estos últimos en las inscripciones ilustradas
tres líneas diagonales y paralelas grabadas en la parte en la Figura 9 tiene implicaciones importantes.
más ancha del elemento, arriba de la curvatura. Si, para Una es que, con base en el principio de ‘la parte
efectos analíticos, los grabados se rotan 180 grados, por el todo’, las inscripciones podrían representar
su configuración se asemeja a la terminación superior jugadores de pelota identificados por sus nombres
de varios de los cascos protectores que aparecen personales. Su posición invertida sería análoga a
representados en el programa narrativo en la cumbre otras instancias de inscripciones conocidas —como en
del cerro y en el que estuvo asociado al basamento muchos de los ortostatos asociados a las tres etapas
de la estructura A–sub (Figura 13). Dicha semejanza constructivas del edificio J de Monte Albán— para
sugiere nuevamente el uso de sinécdoque para denotar denotar conquista, captura, sacrificio, o muerte. Si la
a jugadores de pelota. El análisis de los cascos con el acepción de inscripciones zapotecas invertidas fuese
52 Otra Narrativa de Jugadores de Pelota en Dainzú

correspondientes a la fase Pitao (350–


500 d.C.) (Bernal y Oliveros 1988:15).
Por lo tanto, los monolitos deben
corresponder por lo menos a la fase
Tani (200–350 d.C.) o a la fase Nisa (100
a.C.–200 d.C.). En el caso de la segunda
alternativa, el conjunto narrativo
habría sido aproximadamente coetáneo
a los otros dos programas de jugadores
de pelota o un poco posterior.

CONC LUSIÓN

Tal vez nunca sabremos cómo se


colocaron originalmente cinco de los
seis monumentos discutidos aquí, pero
es muy posible que hayan formado un
solo conjunto narrativo, y que, como
es el caso del grabado en TLA–13,
las inscripciones se presentaron en
forma invertida. Posiblemente junto
con otros monumentos aún por
descubrir, este programa narrativo
debió decorar la fachada de un
edificio en el núcleo monumental
de la ciudad, posiblemente en una
versión anterior del Complejo C. Por
ahora sólo es posible considerar dos
interpretaciones alternativas para
dar cuenta de la función que dicho
programa pudo tener. Una sería la
intención de conmemorar al menos
a dos gobernantes de Dainzú; la
Figura 13. Diversos atributos en la vestimenta de los jugadores en los programas otra sería la de registrar una guerra,
narrativos del juego de pelota. narrando implícitamente la obliteración
de dos prisioneros importantes, tal
vez líderes de otras unidades políticas
la de “conquista” o “captura”, los monumentos bajo cercanas o lejanas a Dainzú, o inclusive del mismo
discusión darían los nombres personales de cautivos Monte Albán. Después de todo parece ser que la
sacrificados en Dainzú. Pero si la acepción fuese enemistad entre ambas ciudades tuvo una larga historia
simplemente la de “muerte”, otra alternativa es que los (entre 200 a.C. y 450 d.C.) y que sus relaciones políticas
monumentos conmemoran el deceso de gobernantes durante ese lapso fueron en cierta forma análogas a la
de Dainzú identificados explícitamente como jugadores relación bien documentada entre la Triple Alianza y el
de pelota e implícitamente como guerreros y máximos señorío de Tlaxcala, es decir, la de enemigos vecinos y
sacrificadores. tradicionales involucrados en el ciclo ritual de guerra
Falta por comentar sobre la temporalidad de y captura de prisioneros para garantizar el flujo
este posible programa narrativo. En la descripción de constante de recursos humanos, necesarios para llevar
los cuatro monumentos de Dainzú, Bernal y Oliveros a cabo el contrato sagrado primordial entre mortales y
(1988:49) los consideran de fecha desconocida. No deidades y garantizar dones divinos (lluvia, fertilidad y
obstante, se comentó anteriormente que los cuatro fecundidad) mediante el ofrecimiento de guerreros.
ortostatos fueron reutilizados durante la segunda
o tercera etapa constructiva del Complejo C. Bernal A DE N DA
y Oliveros (1988:18) relacionaron la segunda etapa
constructiva del conjunto C con la cuarta y quinta Entre la fecha en la que este ensayo se terminó
etapa constructiva del Complejo B, y este último (Octubre 10, 2005) y la fecha de su publicación (2013),
contuvo en su relleno constructivo materiales cerámicos han aparecido tres artículos sobre los monumentos
Urcid 53

grabados mejor conocidos de Dainzú (ilustrados esferas de piedra con las que se realizaban combates
aquí en las Figuras 3 y 4). En ellos se han presentado rituales de apedreamiento. Para dar cuenta de la
diversas interpretaciones que es necesario comentar. evidencia más tardía en los murales de la cámara
El primero de ellos, por Claude Baudez principal de la tumba 5 del Cerro de la Campana,
(2007), se titula “El Juego de balón con bastones en Suchilquitongo, los autores argumentan que para
en Teotihuacan”. En él, Baudez argumenta que los entonces, los boxeadores seguían usando cascos con
grabados del edificio A en Dainzú representan rejilla, pero en lugar de guantes y esferas pétreas
una versión del juego de pelota que, como ritual para golpearse, el boxeo se hacía con manoplas. Aquí
gladiatorio, tenía la finalidad de herir a individuos no hay espacio para una reseña detallada. Sólo basta
que eventualmente serían sacrificados. El autor mencionar que este escenario requiere de un enfoque
postula que dicho combate ritual se llevaba a cabo experimental, replicando cascos hechos de madera o
usando pelotas pequeñas y duras (como las de golf), con muchas capas de cuero (como las manoplas para la
lo que a su vez requería de parafernalia protectora pelota mixteca). Así se podría determinar el peso que
(un argumento que contradice el postulado inicial conllevarían. Sin embargo, no es obvia la lógica de un
ya que si el propósito era herir luego entonces ¿para combate de apedreamiento en el que otras partes del
qué la protección?). Según Baudez, las “posturas cuerpo no estuvieran igualmente protegidas, y más
acrobáticas [de los personajes representados] no aún, cual sería el valor de llevar rodilleras. Igualmente,
justifican un juego de pelota lanzada con la mano”, y si en los supuestos combates rituales se hubieran usado
por lo tanto las interpreta como índice de vencimiento manoplas de piedra —como las que se conocen en
(en el juego), de la cualidad de estar heridos (a pesar muchas partes de Mesoamérica—, uno esperaría que
del equipo protector), y de su estatus como futuras en el proceso de dar golpes y de escudarlos con las
víctimas de sacrificio. Baudez también argumenta mismas , éstas se despostillarían e inclusive podrían
que el “combate gladiatorio” se enmascaraba como llegar a romperse (cuando la piedra golpeara otra
“juego” para evitar conflictos sociales internos. piedra). Y sin embargo, la gran mayoría si no todas
Dado que desconocemos cuáles eran las metas del las manoplas que se han publicado están completas y
juego y sus reglas, parece inusitado que Baudez sin despostillar (las que yo he llegado a pesar resultan
presuponga que éste involucrara solamente aventar ser más ligeras [no más de 3 kg.] que las manoplas de
y cachar una pelota. Tampoco es claro cuál sería la cuero que hoy día se usan en la pelota mixteca [entre
evidencia necesaria para demostrar que el “juego” 3 y 6 kg.]). Igualmente, si en los supuestos combates
era una actividad intra-comunitaria. En cambio, en rituales se usaban piedras (esferas o manoplas),
el presente ensayo argumento que la práctica debió uno esperaría cierta incidencia de fracturas óseas
ser inter-comunitaria con base a la interpretación conminutas en diferentes partes del cuerpo (aún si
de la variación en la representación de cascos en la versión tardía del supuesto boxeo ritual no se
protectores (con o sin máscara bucal). Respecto a la permitiera golpear mas que en la cabeza protegida).
representación de cascos aislados en la cima del Cerro Hasta ahora, el análisis de restos humanos procedentes
Dainzú, Baudez retoma la opinión de Ignacio Bernal de Oaxaca no apoya esta expectativa. Tampoco se han
al comentar que se trata de cabezas decapitadas. He encontrado esferas de piedra chicas en Dainzú o en
argumentado en otro contexto (Urcid 2010:131) que en otro sitio del Formativo Tardío en Oaxaca. Además,
las convenciones gráficas zapotecas la decapitación se los autores no toman en cuenta los ejemplos clave
indica ya sea mediante una línea ondulada que indica procedentes de Aparicio, Veracruz (García Payón 1949),
el corte, o bien complementando la parte cercenada donde los cuatro esquineros del pasajuego en el sitio
con el glifo “Sangre”. Dado que ninguno de estos dos muestran a jugadores de pelota decapitados y sentados
recursos gráficos ocurre en los petroglifos en la cima en tronos, quienes portan rodilleras, “hachas” en la
del cerro Dainzú, considero que las representaciones parte anterior de la cintura y sendas manoplas en una
siguen un recurso sinecdótico (la parte por el todo) de las manos (Figura 14).
para indicar en un espacio reducido y en la superficie El tercer artículo, por Martin Berger (2011), se
irregular de la roca a muchos individuos en el acto de titula “The ballplayers of Dainzú? An Alternative
jugar a la pelota. Interpretation of the Dainzú Iconography.” En él,
El segundo artículo, por Karl Taube y Marc Berger argumenta que los grabados encontrados en
Zender (2009), se titula “American Gladiators: Ritual el edificio A no son representaciones de personajes
Boxing in Ancient Mesoamerica.” En él, los autores jugando una variante del juego de pelota, sino una
argumentan que los relieves en el edificio A de Dainzú representación icónica que narra una batalla o los
representan boxeadores con guantes y casco protector, varios enfrentamientos de una campaña militar.
y--siguiendo una idea propuesta originalmente por Berger parte en forma implícita de su estudio sobre
Heather Orr (1997)—postulan que los objetos circulares el actual juego de la pelota mixteca (en el cual se usa
que los personajes sostienen en una mano representan una manopla de cuero para golpear una pelota de
54 Otra Narrativa de Jugadores de Pelota en Dainzú

Figura 14. Los esquineros del pasajuego en Aparicio, Veracruz y manoplas de piedra procedentes de Veracruz.

hule grande, no se requiere vestimenta de protección pelota –ahora extinta– que involucraba tomar al
como un casco y rodilleras, y los jugadores no ejecutan vuelo, lanzar y tal vez rebotar una pelota de hule
posturas tan variadas o caen al piso); o bien, lo que se chica (del tamaño de una de beisbol), vestimenta
sabe sobre la variante antigua y actual del juego de de protección (no para protegerse de la pelota
pelota que se golpea con las caderas (la pelota no se sino para proteger el cuerpo cuando éste golpeara
toma con la mano o se golpea con una manopla, no se superficies duras así como a otros jugadores), y
requiere casco ni rodilleras y sí hay un movimiento movimientos muy variados del cuerpo, incluyendo
corporal mucho más variado que incluye caídas al caídas al piso. De ahí que las representaciones
piso). Con ello, y dadas las posturas de los personajes en los grabados de Dainzú serían en un primer
en el corpus de Dainzú, Berger concluye que ahí se nivel icónicas, mostrando el dinamismo del juego
representan a guerreros derrotados que encaran a su y el equipo con el que se protegía el cuerpo y se
conquistador (el personaje parado en DAN-1). Parece signaban otros tipos de información (membresía en
entonces que Berger toma los cascos, los pantalones equipos, y posición del jugador en la cancha). Por
cortos y las rodilleras como parafernalia militar, sin metonimia, los grabados denotarían simbólicamente
aclarar cuál sería la función de los objetos circulares (ó dos aspectos íntimamente relacionados: 1) previo
esféricos) en las manos de los personajes. al juego de pelota serían una o varias victorias
Como se verá en el presente ensayo, yo militares, incluyendo aquellas que específicamente
postulo la existencia de una variante del juego de involucraron a un gobernante de Dainzú (¿llamado
Urcid 55

2E?) contra alguno o algunos de los gobernantes de Kowalewski, Stephen, Gary Feinman, Laura Finsten, Richard
Monte Albán; 2) otro posterior al juego serían una Blanton y Linda Nicholas
o varias muertes rituales en las que se sacrificaban 1989 Monte Albán’s Hinterland, Part II. Prehispanic Settlement
a los capturados (quienes eran nuevamente —y en Patterns in Tlacolula, Etla, and Ocotlán, the Valley of Oaxaca,
forma simbólica— “derrotados” en el juego de pelota Mexico. Memoirs of the Museum of Anthropology No. 23,
[aún cuando de hecho hubiesen “ganado” en el University of Michigan, Ann Arbor.
“combate ritual”]). Orr, Heather
1997 Power Games in the Late Formative Valley of Oaxaca: The
AGR A DE C I M I E N T O S Ballplayer Carvings at Dainzú. Tesis doctoral inédita,
Escuela de Graduados de la Universidad de Texas, Austin.
Gracias a Elbis Domínguez Covarrubias por elaborar Sellen, Adam
los dibujos que acompañan el ensayo y la adenda. 2002 Las vasijas efigie zapotecas: Los ancestros personificadores de
divinidades. Tesis doctoral inédita, Facultad de Filosofía
y Letras–Universidad Nacional Autónoma de México,
México, D.F.
R E F E R E NC I A S Strebel, Hermann
1889 Alt-Mexico: Archaeologischer Beiträge zur
Baudez, Claude Kulturgeschichte seiner Bewohner. Hamburg Hamburg
2007 El juego de balón con bastones en Teotihuacan. u. Leipzig, Leopold Voss.
Arqueología Mexicana 86:18-25. Taube, Karl
Berger, Martin 1995 The Rainmakers: The Olmec and their Contribution to
2011 The Ballplayers of Dainzú? An Alternative Interpretation Mesoamerican Belief and Ritual. En The Olmec World:
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1976 The Jaguar Facade Tomb at Dainzú. En To Illustrate the Urcid, Javier
Monuments. Essays on Archaeology Presented to Stuart 1994 Un sistema de nomenclatura para los monolitos grabados
Piggot, editado por Stuart Piggot y J. V. S. Megaw, pp. y los materiales con inscripciones de Monte Albán. En
296‑300. Thames and Hudson, London. Monte Albán. Estudios Recientes. Contribución No. 4 del
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Bernal, Ignacio, y Arturo Oliveros editado por Patricia Plunket, pp. 85–99. Universidad de
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Científica no. 167, Serie Arqueología, Instituto Nacional 2010 El sacrificio humano en el suroeste de Mesoamérica.
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Córdova, Fray Juan de Urcid, Javier, y Marcus Winter
1987[1578] Arte en Lengua Çapoteca. Ediciones Toledo. México, D.F. 2003 Nuevas variantes glíficas zapotecas. Mexicon,
García Payón, José XXV(5):123–128.
1949 Una “Palma” in situ. Revista Mexicana de Estudios Whitecotton, Joseph
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Antropología, México. Ethnohistory of Ancient Oaxaca. Papers in Anthropology,
1951 Breves apuntes sobre la arqueología de Chachalacas. Vol. 23 (2):285‑343. University of Oklahoma Press,
Universidad Veracruzana, Jalapa. Norman.
56 Otra Narrativa de Jugadores de Pelota en Dainzú

NO TA S

1 El término ortostato (del griego διορθόω–recto y στατες–


estacionario) se refiere a grandes monolitos que se empo-
traban en las fachadas de edificaciones monumentales, es
decir, una función diferente al de las estelas. Las estelas,
en comparación con los ortostatos, obligaban un movi-
miento de circulación alrededor de ellos para poder leer
sus inscripciones.
2 Varios de los monumentos ahora empotrados en muros
de las iglesias y casas en Macuilxóchitl y Tlacochahuaya
pudieron haber sido llevados del núcleo monumental de
Dainzú a esas comunidades cercanas.
3 Los argumentos que apoyan la deducción de que los
ortostatos que Bernal encontró en el muro suroeste del
edificio no estaban en contexto primario incluyen: 1) el
hecho de que varios de ellos, aunque in situ, estaban rotos
o incompletos (nos. 8, 9, 26 y 27); 2) que los monumentos
1 y 3 originalmente formaron una composición casi idén-
tica a la escena principal en la cima del cerro; y 3) que
al construir la fachada de la última versión del edificio
A se usaron los monolitos grabados de otro programa
narrativo nada relacionado con el del juego de la pelota
(ver Figura 5B).
4 En el ortostato DAN–1, el nombre calendárico del go-
bernante está erosionado pero incluye el numeral 2. Por
otro lado, el monumento DAN–46, encontrado al pie del
muro del edificio A pero no integrado por Bernal, tiene
el glifo E y carece de numeral por estar aparentemente
incompleto. Sin embargo, la similitud entre los cartuchos
en DAN–1 y DAN–46 sugiere que tal vez el nombre del
gobernante fue 2E.
5 El término pasajuego se refiere a la cancha para jugar a la
pelota.
6 Con base en una lectura errónea de una versión anterior
de este trabajo, Orr (1997:185) argumentó que el motivo
curvo en los cascos alude a la noción de “Cerro”. Sin
embargo, como demostré en ese trabajo, la convención
gráfica para representar cerros en la tradición escrita
zapoteca es mediante un motivo escalonado rectilíneo.
No es hasta el siglo trece o catorce d.C. que en varios sis-
temas de escritura se representaron los cerros con líneas
curvas y cimas dobladas.
ARQUEOLOGÍA OAXAQUEÑA 4

PANORAMA ARQUEOLÓGICO:
DOS OAXACAS

Marcus Winter
Gonzalo Sánchez Santiago
Editores
ARQUEOLOGÍA OAXAQUEÑA 4

PANORAMA
ARQUEOLÓGICO:
DOS OAXACAS

Marcus Winter
Gonzalo Sánchez Santiago
editores

2014
Arqueología Oaxaqueña es una publicación eventual del Centro
INAH Oaxaca dedicada a documentar y difundir el pasado arqueológico del
Estado de Oaxaca.

Editor: Marcus Winter


Centro INAH Oaxaca
Pino Suárez 715, 68000, Oaxaca, México

PANORAMA ARQUEOLÓGICO: DOS OAXACAS


Primera edición 2014
Centro INAH Oaxaca
© Marcus Winter y Gonzalo Sánchez Santiago, editores.

ISBN: 978-607-9305-34-5

Diseño de portada por Philippe Cottenier. Muestra una hacha de piedra caliza (altura ~30 cm)
procedente de Chuxnabán, Sierra Mixe, y una vasija efigie (altura ~60 cm) de cerámica gris
procedente del área de Tlaxiaco. Ambas de colecciones particulares.

Diseño Editorial: Color Digital

Se terminó de imprimir en junio de 2014 en los talleres de


Carteles Editores P.G.O., S.A. de C.V., oficinas ubicadas en
Colón 605-4, Centro, Oaxaca, Oax.

Tiraje efectivo: 700 ejemplares

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