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I. Psicología Educativa
La psicología educativa (o psicología educacional) es una rama de la psicología
que se dedica al estudio del aprendizaje y enseñanza humana dentro de los centros
educativos; comprende, por lo tanto, el análisis de las formas de aprender y de
enseñar, la efectividad de las intervenciones educativas con el objeto de mejorar el
proceso, la aplicación de la psicología a esos fines y la aplicación de los principios
de la psicología en aquellas organizaciones cuyo fin es instruir. La psicología
educacional estudia cómo los estudiantes aprenden, a veces focalizando la
atención en subgrupos tales como niños superdotados o aquellos sujetos que
padecen de alguna discapacidad específica.
John Dewey
En primer lugar, la opinión de que los niños son aprendices activos. Antes de Dewey
se creía que los niños debían permanecer quietos en sus asientos, y aprender
pasivamente de memoria. Por el contrario, Dewey argumentó que los niños la
aprenden mejor mediante la acción.
En segundo lugar, debemos a Dewey la idea de que la educación debe ser integral
y destacar la adaptación de los niños a su ambiente. Dewey propuso que los niños
no debían recibir una educación únicamente académica, sino más bien aprender a
pensar y a adaptarse a un mundo externo al colegio. Más concretamente, opinaba
que los niños deben aprender a resolver los problemas reflexivamente (Dewey,
1933).
En tercer lugar, le debemos el pensamiento de que todos los niños merecen una
educación adecuada. Este ideal democrático no existía en los comienzos de la
carrera de Dewey, a finales del siglo XIX, cuando la educación de calidad se
reservaba a una pequeña parte de la población infantil, en concreto a los varones
de las familias ricas. Dewey defendió una educación competente para todos los
niños y niñas, independientemente de su etnia o grupo socioeconómico.
E. L Thorndike
Desarrollo:
El enfoque conductista
La revolución cognitiva
Sin embargo, los objetivos detallados por el enfoque conductista para el aprendizaje
no abordaban muchos de los objetivos ni de las necesidades reales de los
profesores.
Como respuesta, a comienzos de la década de 1950, Benjamín Bloom elaboró una
taxonomía de habilidades cognitivas que incluía términos como recordar,
comprender, sintetizar y evaluar, y proponía a los profesores que ayudasen a los
estudiantes a usar y desarrollar estas habilidades (Bloom y Krathwohl, 1956).
Los psicólogos educativos se han centrado cada vez más en los aspectos
socioemocionales de la vida de los estudiantes. Por ejemplo, se analiza la escuela
como contexto social y se examina la función de la cultura en la educación para
optimizar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Dice Emilio Temty Fanfani argentino) que las instituciones educativas fueron
fundadas sobre 4 supuestos básicos: 1-Existían valores universales, verdades
sobre las que no había duda. 2-La Escuela era un espacio sagrado. Era clara la
distinción entre el afuera y el adentro. 3- La docencia se concebía como una
vocación que implicaba entrega y una cuota de arte en el dominio del oficio. Además
gozaba de un saludable prestigio. 4-Se consideraba que no hay contradicción entre
los contenidos que se proponen en la Escuela y la construcción de la subjetividad.
"Sométete y serás libre era la máxima que sintetizaba esta creencia. Con respecto
al punto 1 es claro que en el presente la duda campea sobre casi todos los campos
y no hay unanimidad acerca de qué son los valores. En relación al punto 2 digamos
que los centros educativos han sido poco menos que colonizados por el mercado al
punto de ser considerados como una empresa más, sujeta a la ley de oferta y
demanda. Ah, y los educandos de ayer son clientes de hoy. 3-Los docentes actuales
en muchos casos han elegido la profesión obligados por las circunstancias que no
le permitieron proseguir una carrera universitaria. Tengamos en cuenta además que
antes tenían el respaldo de los padres, de los estudiantes y de toda la sociedad.
Hoy su figura es centro de los más variados cuestionamientos. En cuanto al punto
4 hay que decir que los vertiginosos cambios que ha experimentado el mundo no
han sido acompañados por una adecuación programática y metodológica.
Fundamentación pedagógica
Un marco teórico (o conceptual) es el grupo central de conceptos y teorías que uno
utiliza para formular y desarrollar un argumento (o tesis). Esto se refiere a las ideas
básicas que forman la base para los argumentos, mientras que la revisión de
literatura se refiere a los artículos, estudios y libros específicos que uno usa dentro
de la estructura predefinida. Tanto el argumento global (el marco teórico) como la
literatura que lo apoya (la revisión de literatura) son necesarios para desarrollar una
tesis cohesiva y convincente.
Si bien un Proyecto Pedagógico está constituido por diferentes componentes (que
en la experiencia también fueron desarrollados) ...¿Por qué hemos insistido en la
importancia del marco teórico pedagógico? ¿Por qué le hemos otorgado un lugar
especial?
La respuesta es sencilla: para diferenciar en la práctica docente una intervención
tecnicista de otra reflexiva, consciente, crítica. De ahí el requisito central de enfocar
en los Proyectos, problemas reales, relevantes, significativos situándolos
contextualmente en la práctica cotidiana de la institución en dónde se ejerce la tarea
de educador.
Considerar la intervención desde un marco explícito, permite tomar conciencia (y
abarcar) los constructos teóricos que lo componen, los saberes y creencias que
impregnan el pensamiento del educador, sin dejar de reconocer la dimensión
implícita que acompaña y condiciona la acción y que a veces la moldea y conforma.
La concientización o re-concientización de éstos supuestos, consiste en el primer
paso para una modificación en los procesos educativos; porque toda innovación
o cambio implica como condición necesaria (más no suficiente) la modificación de
esos supuestos o al menos su explicitación.
Las prácticas docentes que tienen lugar en las instituciones escolares, suelen tener
limitaciones concretas porque han de ajustarse a ciertas prescripciones que no
siempre condicen con la intencionalidad del educador, pero que también tienen "la
posibilidad de generar modificaciones" (Alliaud y Duschatzky, 1992:17). En la misma
acción, en la cotidianeidad, existen espacios desde donde pueden emerger
nuevas actitudes frente al conocimiento, capitalizando los saberes construidos en la
práctica, en la propia trayectoria vivenciada en tanto contribuyan a la
problematización de los procesos educativos: desde lo que se enseña, desde la
finalidad, desde los roles asumidos.
El Psicólogo de la Educación es el profesional de la psicología cuyo objetivo de
trabajo es la reflexión e intervención sobre el comportamiento humano, en
situaciones educativas, mediante el desarrollo de las capacidades de las personas,
grupos e instituciones. Se entiende el término educativo en el sentido más amplio
de formación y desarrollo personal y colectivo.
Desarrolla su actividad profesional principalmente en el marco de los sistemas
sociales dedicados a la educación en todos sus diversos niveles y modalidades;
tanto en los sistemas reglados, no reglados, formales e informales, y durante todo
el ciclo vital de la persona.
Así mismo interviene en todos los procesos psicológicos que afectan al aprendizaje,
o que de este se derivan, independientemente de su origen personal, grupal, social,
de salud etc., responsabilizándose de las implicaciones educativas de su
intervención profesional y coordinándose, si procede, con otros profesionales.
XI. El arte y la ciencia de la enseñanza.
Saber cómo se forma un docente y qué necesita para convertirse en ese sujeto
social, es la pregunta central a partir de la cual se derivan una serie de reflexiones.
Una es reconocer que en la práctica docente se pueden apreciar dos aspectos
constitutivos: la parte científica, sistemática del conocimiento y los diversos modelos
teóricos que la respaldan. Es remitirse a la visión positivista del quehacer en la
enseñanza. La otra, atañe a esos elementos menos tangibles pero no menos
valiosos que se relacionan con la parte creativa del ser humano, con la sensibilidad
hacia diversos aspectos de la realidad social y educativa. Es una parte más instintiva
sin que ello implique necesariamente su descalificación. Del mismo modo se podría
señalar cuando se cuestiona el uso de la ciencia, pero no por la ciencia misma sino
por el uso que de ella se hace y al servicio de qué intereses se le coloca.
Ambos enfoques son mutuamente complementarios e incluyentes entre sí y se
ponen en juego en esa determinación social que hace el contexto socio-histórico,
que construye no sólo la acción científica, sino que también diseña al sujeto docente
y su identidad. Debe hablarse de ello pues la situación de la enseñanza y el
aprendizaje es cambiante e impredecible. Es ahí donde ese componente creativo
permite a la teoría, ajustarse a los procesos de cambio que ocurren de forma
invariable en la sociedad.
Sin embargo, es necesario aclarar que estos dos componentes equivalen a puntos
no exactamente opuestos, quizás intermedios, en ese continuum donde la
enseñanza se mueve de la ciencia pura e institucional a la pedagogía social y
natural que se ejerce de forma implícita en la interacción humana propia de los
escenarios educativos y escolares. Así que la acción docente se moviliza también
entre esos puntos y con seguridad tocará los límites con otras áreas del
conocimiento.