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LA MEGAMINERÍA
EN ARGENTINA:
NARRATIVA DE LA
CONFLICTIVIDAD
// Gabriela Trad Malmod, Federico Sanna Baroli y José Gambina1∗
Resumen
El presente escrito busca abordar la problemática de la mine-
ría y particularmente de la mega minería en la Argentina durante
el gobierno kirchnerista. Se analizan en forma conjunta aspectos
sociales, económicos, legales, ambientales y con perspectiva de
género, con el propósito de comprender de manera integral el fe-
nómeno estudiado, en una coyuntura mundial y regional en la cual
los distintos modelos de desarrollo -con matices- se asientan en
actividades extractivas.
Si bien se reconoce que el extractivismo constituye un importan-
te elemento de los modos de desarrollo de los países de la región,
es importante considerar el sustento social, los intereses de clase
y las alianzas geopolíticas privilegiadas por cada administración
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1- Gabriela Trad Malmod, estudiante de la licenciatura en sociología y del profesorado en sociología, Becaria
Cicitca, UNSJ, E-mail: gabrielatradmalmod@gmail.com; Federico Sanna, Abogado, adscripto a la cátedra de
Derecho Constitucional de la carrera de Abogacía en la UNSJ, E-mail: federicosannabaroli@gmail.com; José
Gambina, estudiante de la licenciatura en ciencias geológicas, UNSJ, E-mail: gambinagote@gmail.com
Introducción
El presente escrito buscará abordar la problemática de la mine-
ría y particularmente de la mega minería en la Argentina durante
el gobierno kirchnerista. Es necesario aclarar que el análisis de la
actividad, debe hacerse desde distintos enfoques que se encuentran
interrelacionados entre sí. La única forma de intentar compren-
der esta problemática, es analizando en forma conjunta el aspecto
social, económico, legal, ambiental y con perspectiva de género,
entendiendo que esto se relaciona a una determinada concepción
de la actividad minera. Dicha concepción, es la que entiende como
mejor y única posibilidad de explotación para los minerales de pri-
mera categoría, la mega minería (gran escala) metalífera a cielo
abierto practicada por empresas transnacionales.
En segundo término se debe aclarar que, el análisis aquí reali-
zado, trasciende al proceso kirchnerista como tal. El problema de
la mega minería y en general del extractivismo es un problema re-
gional y mundial del capitalismo, e incluso de muchos países que
se encuentran en vías de construir el socialismo. Particularmente
en la Argentina, para entender este modelo debemos remontarnos
mínimamente a la década del 90 y continuar el análisis hasta la
actualidad. Una de las primeras medidas que tomó el gobierno de
Mauricio Macri, mediante el Decreto 349/2016 fue la de quitar
las retenciones a las empresas mega mineras. Bajo el argumento
de darle competitividad al sector y generar puestos de trabajo, se
otorgó una nueva e irrisoria concesión, que significó una enorme
transferencia de ingresos a los sectores concentrados y transna-
cionalizados de la economía. No nos caben dudas, de que estas
empresas si bien contaron con enormes beneficios no cuestionados
durante la etapa kirchnerista, encuentran aún más “seguridad jurí-
dica y económica” en un gobierno al mando de empresarios como
Mauricio Macri.
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cada administración. Por ende, hay que aclarar las diferencias con
quienes entienden que por no haber terminado de trascender al ex-
tractivismo, se debe englobar dentro de la misma categorización
a diversos procesos latinoamericanos (Katz, 2016). Esta visión
puede ser dada desde dos perspectivas, la crítica absoluta o la re-
signación. Quienes igualan los procesos desde la crítica absoluta,
tienden a negar cualquier diferencia y sostienen que todos los pro-
cesos son “relatos” progresistas para encubrir el saqueo (sí adheri-
mos a que fueron vaciados los bienes comunes, sin que esto haga
invisibilizar otros lineamientos progresistas), equiparando así a
gobiernos neoliberales, neodesarrollistas y socialistas. En cambio
quienes se ubican en la resignación, equiparan a todos los gobier-
nos progresistas, sosteniendo que en ningún lado se ha erradicado
este problema. Desconociendo de esta manera a los gobiernos más
radicales de la región, que han restringido los beneficios de estas
empresas y que también buscan una nueva institucionalidad que
otorgue plena participación a las comunidades en las decisiones
sobre su destino.
Este escrito, abordará distintos ejes de la mega minería: mar-
co legal, impacto económico, comunidades y Derechos Humanos,
responsabilidad de los Estados y situación de la provincia de San
Juan. Se buscará hacer una contribución, con el fin de poder aportar
a la construcción de un proceso popular que contemple las luchas
de distintas comunidades a lo largo y ancho del país. Planteando el
debate sobre la posibilidad de construir un nuevo modelo produc-
tivo, teniendo como posible eje transversal al ecologismo popular.
Marco Legal
Se debe comenzar por un breve repaso histórico del régimen le-
gal de la actividad minera en la Argentina. Lo primero a mencionar
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2- En el año 1992 los recursos hidrocarburíferos se transfirieron del dominio de la Nación al dominio de las
provincias. Ley 24.145
Estado Nacional como sí lo tuvimos en materia hidrocarburífera.
La excepción está dada por la Constitución de 1949 que en su artí-
culo 40 establecía la propiedad imprescriptible e inalienable de la
Nación sobre los minerales.
Producto de los cambios económicos internacionales, y de las
“recetas” impuestas a la Argentina, en la última década del siglo
XX, se llevaron adelante una serie de reformas en la legislación
minera. Las modificaciones que se instalaron, tuvieron en miras
aumentar la “competitividad” de la actividad para atraer inversio-
nes extranjeras. Más allá de lo discutible en sí mismo de las re-
formas, se hicieron en un contexto con precios muy bajos de la
onza de oro (menos de 300 dólares) , pero se mantuvieron intactas
cuando el precio de la misma en el mercado internacional escaló
casi ininterrumpidamente de 300 dólares en 2003 a 1900 dólares
en 2011 (Ámbito Financiero, 2017). Estas normas -a las cuales
adhirieron la totalidad de las provincias mineras- otorgan, confun-
diendo seguridad jurídica con seguridad económica, a la minería
un régimen de estabilidad fiscal del que no goza ningún habitante
de nuestro país, por el término de 30 años (Antonelli et al., 2011).
Entre las principales leyes que podemos mencionar están: ley de
inversiones mineras (24.196), ley de creación de la comisión bica-
meral de minería (24.224), ley de ratificación del acuerdo federal
minero (24.228), ley de régimen de financiamiento y devolución
anticipada del Impuesto al Valor Agregado (IVA) (24.402), ley de
actualización del Código de Minería (24.498), tratado Binacional
entre la Argentina y Chile de integración y complementación mi-
nera (25.243), ley de valor de Boca de Mina (25.161).
Todo el andamiaje jurídico que se montó se tradujo en enormes
beneficios impositivos, en una inigualable libertad empresarial y
en concesiones de la Soberanía3. En el año 2004, Néstor Kirchner,
emitió el Decreto 753 por el cual se otorga total libertad a las em-
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3- El tratado de integración y complementación minera establece que los inversores podrán usar los
recursos naturales, se encuentren o no dentro del área concesionada (Ley 25.243, año 1996). Desaparece
así la frontera para los negocios mineros, pensando en el interés de las empresas y no en las necesidades
de la región.
LA MEGAMINERIA EN ARGENTINA
Ley de Glaciares
Si bien existen muchos ítems para desarrollar sobre la legisla-
ción minera, es necesario darle prioridad a la Ley de presupuestos
mínimos para la preservación de los Glaciares y el Ambiente Pe-
riglacial (Ley Nº 26.636, 2010). La “primer” ley de glaciares fue
aprobada en 2008 por unanimidad en la Cámara de Diputados y
luego por el voto afirmativo de 47 Senadores, con solo 3 votos en
contra. Cristina Kirchner la vetó por el decreto 1837/08, con la
firma de Sergio Massa como Jefe de Gabinete. En los consideran-
dos del mismo expresó: “gobernadores de la zona cordillerana han
manifestado su preocupación con lo dispuesto por la norma san-
cionada”. A través de dicho decreto convocó a un foro en el ámbito
de la Secretaría de ambiente para tratar el veto presidencial. El 10
de Diciembre de 2008, el Diputado Bonasso presentó un proyecto
de ley de glaciares (Expte. 6769-D-2008). En el 2009 el Senador
Filmus presentó un nuevo proyecto de ley producto del trabajo
en el foro. El mismo no contenía la figura del ambiente perigla-
cial, la cual fue incorporada tras arduos debates, por la propuesta
del Diputado Bonasso (Antonelli et al., 2011). El proyecto final
fue aprobado el 29 de septiembre de 2010, con solo 35 votos afir-
mativos, 12 menos de los que había tenido el proyecto de hace
dos años (Senado Nacional, 2010).
En el período intermedio entre ambas leyes, varias provincias
sancionaron leyes provinciales de protección, menos amplias que
la nacional. Luego, con medidas cautelares de por medio, se in-
tentó frenar la plena aplicación de la ley. Esto quedó sin efecto
porque en 2012 la Corte Suprema de Justicia de la Nación revo-
có la cautelar presentada por varias empresas, entre ellas Barrick
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Impacto económico
Durante el kirchnerismo, se vivió bajo un gobierno de corte neo-
desarrollista (Katz, 2016). Sin embargo, este progresismo no se
tradujo en muchas áreas que terminaron marcándole un límite al
propio modelo. Esto, sumado a los intereses de los grupos con-
centrados por tener un gobierno que les brinde más confianza,
colocó al kirchnerismo en un callejón sin salida, o al menos con
poco margen de maniobra.
El modelo neodesarrollista enfrentó una serie de problemas
económicos, entre ellos podemos mencionar: el déficit en la ba-
lanza comercial de la mano de una industrialización dependiente
de insumos importados, la fuga de divisas, y el mantenimiento de
un sistema impositivo regresivo (Katz, 2016). Muchas de estas si-
tuaciones se relacionaron con luchas que dieron distintas organi-
zaciones en el país contra las diferentes formas de manifestación
del extractivismo (mega minería, agronegocio, fracking, negocios
inmobiliarios).
En primer término, debe entenderse que “el control estatal sobre
las divisas es imprescindible para superar el status de Argentina como
agroexportador de productos básicos” (Katz, 2016: 166). Si bien du-
rante el kirchnerismo el perfil exportador no se ha primarizado, sí se
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4- En 2009, 36 de las 40 empresas más grandes que operan en el rubro minero y canteras eran
transnacionales (Félix y López, 2012).
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5- El 15 de Abril de 2009 la Presidenta Argentina y el Gobernador de San Juan, José Luis Gioja, se reunieron
con Peter Munk. El 28 de Abril de 2009 se firmó el acuerdo impositivo sobre Pascua-Lama entre representes
del gobierno argentino y chileno (Antonelli et al., 2011).
6- Jorge Mayoral (Secretario de Minería 2002-2015) era accionista de Millstone S.A en 2009. En ese mismo año
esa empresa compartía domicilio con Barrick Argentina S.A. en la calle Marcelo T. de Alvear 674, primer piso,
CABA. Si bien no se avanzó más que en denuncias, esto es algo por lo menos que debe llamar a todos/as a
la reflexión (Antonelli et al., 2011).
vez terminan funcionando como detractores de cualquier mejora
popular.
Por último, es importante decir que la actividad mega minera,
es principalmente de capital intensivo, cada un millón de dólares
invertido, se crean apenas entre 0,5 y 2 empleos directos (Anto-
nelli et al, 2011), por ende si bien ha generado puestos de trabajo
no representa para nada una fuente de trabajo ideal7. Cabe agregar
que en estas actividades de capital intensivo es menor la partici-
pación del salario de los trabajadores en el valor agregado total
que ellos producen con su trabajo: la mayor parte es ganancia del
capital (Antonelli et al., 2011). Otro de los problemas que afec-
tó al país, fue el índice de desempleo que tendió a consolidarse
como un límite estructural. Entre 2004 y 2006, por cada 10% de
crecimiento en el PBI, el empleo aumentaba 4,4%. En la segunda
etapa del neodesarrollismo, entre 2007 y 2011 aproximadamen-
te, la relación entre crecimiento económico y el crecimiento del
empleo cayó a la mitad (Féliz y López, 2012: 58). Al cierre del
segundo trimestre del año 2015, el nivel del desempleo se ubicó en
6,6% (INDEC, 2015).
Por lo expuesto, es necesario repensar un modelo productivo
que se sustente con otro tipo de actividades, sin enormes pasivos
ambientales y generando mayor cantidad de puestos de trabajo. En
esa ecuación, las actividades a gran escala y de capital intensivo,
no parecen ser la opción para romper con los índices estructurales
de desempleo en la Argentina.
7- En Argentina en 2007 (con varios proyectos en explotación y construcción), los empleos directos
representaban el 0,24% de la PEA. En Chile, la minería factura 8 veces más que en la Argentina, el empleo de
la minería (incluyendo contratistas) era el 2,4% de la PEA, según datos del año 2009. En San Juan que no se
dieron demasiados datos a conocer, salvo al comienzo, con Veladero en explotación, y Casposo, Gualcamayo
y Pascua Lama en exploración o construcción en 2006 el empleo (directo e indirecto) calculado representaba
entre el 7% y el 8% de la PEA provincial (Antonelli et al., 2011).
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lli, 2010).
Pero a su vez, las multinacionales presentan ciertos mecanismos
en común a nivel global, que son desplegados para poder instalarse
9- YMAD nació en 1958 a partir de la Ley Nacional Nº 14.771, estableciéndose como una sociedad integrada
por la provincia de Catamarca, la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y el Estado Nacional. En 1994
se crea la Unión Transitoria de Empresas con la empresa Minera Alumbrera Ltd., a partir de lo cual percibe
actualmente solo el 20% de las utilidades de su explotación. De ese porcentaje, el 60% es destinado a la
provincia de Catamarca, el 20% a la UNT, y el otro 20% a las Universidades Nacionales (UAC, 2010).
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10- Algunos de estos programas son Export Development Canadá, el Consejo de Inversión del Plan de
Pensión de Canadá y el Canadian International Development Agency. En 2011, el EDC financió con más de 7
billones de dólares canadienses al sector minero (Council of Hemispheric Affairs, 2014).
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12- Estos fueron registrados a partir de declaraciones de la misma empresa en las siguientes fechas: 13/9/15;
8/9/16 y 28/3/17 (Barrick Gold S.A, 2017).
mencionar a qué nos referimos cuando hablamos de un compuesto
químico en solución. Una solución es una mezcla homogénea de
dos o más sustancias, la sustancia disuelta denominada soluto y
la sustancia donde se disuelve denominada disolvente. Otro dato
a tener en cuenta es que el ácido cianhídrico que se utiliza en la
lixiviación se encuentra en una proporción aproximada de 5ppm;
es decir cada 1 millón de partículas de solución se encuentran 5 del
cianhídrico; compuesto que se degrada fácilmente al entrar en con-
tacto con el aire y el agua. Debido a esto, el impacto de la solución
cianurada en el medio ambiente pasaría a ser un tema secundario
ya que lo que podría generar mayor preocupación es la solución
“rica” derramada, que se obtiene con posterioridad al procesa-
miento del mineral. En virtud de que el circuito es cerrado, junto
con la solución cianurada también se derramaron millones de litros
de solución “rica”, compuesta de cianuro cargada con oro, plata,
manganeso, aluminio (elementos muy nocivos para el sistema am-
biental ya que no se desagradan). Aquí reside el mayor problema
ya que si estos metales se incorporaran a un cauce natural de un
río o se infiltraran en el suelo y en las napas subterráneas, éstas po-
drían contaminarse, con posibilidades de que ello sea irreversible.
En palabras de Robert Moran, “el derrame minero en San Juan
tenía algo más peligroso que el cianuro” (Infobae, 2016).
Es importante mencionar que no se han publicado datos sufi-
cientes sobre los derrames, existieron diversos análisis que arro-
jaron resultados altamente contrastantes. Los realizados por la
propia empresa dieron resultados negativos de contaminación.
Por otro lado a pedido de la asamblea de vecinos/as “Jachal no
se toca”, la Universidad Nacional de Cuyo realizó una serie de
análisis (UNCuyo, 2015). Estos fueron llevados a cabo por el La-
boratorio de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería, se
tomaron muestras en los cursos de agua de los ríos Potrerillos, La
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Conclusiones
En síntesis, se ha buscado cristalizar las problemáticas que la
actividad mega minera trae para un desarrollo económico nacional
y sustentable (ecológica y laboralmente). El modelo extractivista
y el desembarco de las corporaciones transnacionales en nuestro
país, han generado una serie de consecuencias tales como: pérdida
de soberanía, vaciamiento de bienes comunes, fuga legal de enor-
me cantidad de divisas al exterior y un Estado que en términos de
recaudación y recursos recibe una suma ínfima en relación a un ne-
gocio de miles de millones de dólares. Esta situación se traduce en
una enorme transferencia de la renta y de los bienes comunes. Los
países latinoamericanos, necesitan garantizar una entrada rápida
de divisas, por lo que muchas veces se priorizan las actividades
primarias. Si bien, esto puede traducir ciertos beneficios en con-
textos mundiales de precios elevados de los commodities, tiende
a reproducir la dependencia y a ser una dificultad para superar es-
tructuralmente el lugar de la región como exportadora de produc-
tos primarios en la división internacional del trabajo.
Esta situación es una deuda pendiente en toda Latinoamérica.
Los gobiernos más radicales de la región han planteado el debate
en torno a la cuestión de la matriz productiva y han restringido o
nacionalizado los beneficios de estas empresas, lo cual constituye
un paso favorable. La nacionalización por sí sola tampoco basta,
ya que se trata de una problemática más profunda, y que requie-
re una revisión completa de los modelos productivos. Se entien-
de que la superación debe ser mediante una reforma estructural e
integral, que se realice construyendo junto con las comunidades.
Priorizar el proceso de participación y discusión por parte de las
mismas, respetando el derecho de decisión y autodeterminación
constituye un eje fundamental a la hora de pensar un modelo de
desarrollo integral.
En el contexto argentino, cabe mencionar que el Kirchnerismo
no tuvo un diálogo fluido con gran parte de las comunidades que
protagonizaron estos problemas. Los gobernadores provinciales
del FPV, mucho más conservadores (desde distintos puntos de vis-
ta) que la conducción nacional, tuvieron una política de dureza e
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pasar a una fase propositiva son tareas necesarias a llevar adelante por
nuestros movimientos. Debemos comenzar ese camino, recuperando
experiencias pasadas (cosmovisiones aborígenes), con las necesidades
presentes, teniendo perspectivas socialistas, ecologistas y feministas,
que nos permitan avanzar en la construcción de un nuevo modelo pro-
ductivo para la Argentina y Nuestramérica.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Notas periodísticas
Informes consultados