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Entendiendo Purim en 5 Minutos o Menos


por Rav David Fohrman
Un vistazo rápido a la festividad más enigmática del judaísmo.
Dos generaciones atrás, una nación intentó eliminar a los judíos de la faz de la tierra. Purim es la
festividad que nos remite a la primera vez en la historia en que se intentó llevar a cabo un
genocidio como éste en contra de los judíos - hace 2.300 años atrás.

La festividad de Purim marca la salvación judía del complot de Hamán, un alto oficial del imperio
Persa, consejero del rey Ajashverosh. La ira de Hamán en contra de los judíos fue incitada por el
comportamiento de un solo judío, Mordejai, quien no se inclinaba ante él cuando pasaba. En vez de
vérselas sólo con Mordejai por su desliz, Hamán tomo venganza en contra de todo el pueblo de
Mordejai. Hamán buscó y obtuvo el permiso del rey Ajashverosh para hacer lo que quisiera en contra
de los judíos, y Hamán tomó esta licencia y corrió con ella. Él legisló un pogromo que eliminaría a
cualquier judío vivo en el imperio, en un solo día empapado de sangre.

En un acto cargado de simbolismo, Hamán hecho a la suerte el día en el cual él y sus subordinados
destruirían a los judíos. Al dejar la muerte de los judíos enteramente al azar, el mensaje de Hamán
fue inequívoco: los judíos, que creían en la providencia de un Dios bondadoso, un Ser que ellos
proclamaban como Rey del Universo - estos judíos estarían sujetos a los caprichos ciegos del
destino. Un azaroso lanzamiento de dados sería el instrumento que sellaría el final de los judíos,
mientras Dios se quedaría de pie a un lado sin poder hacer nada por ellos.

El desafío de Hamán ocurrió en un momento crucial de la historia. Visto en su sentido amplio, las
provocaciones de Hamán fueron una prueba, por así decir, de si la influencia Divina todavía se sentía
en el cierre de una gran era de la historia bíblica. Fue una prueba de si Dios era todavía relevante
en una nueva y vastamente diferente era – una era en la que los milagros no prevalecían, una era
que podríamos llamar “normal”.

Los eventos de Purim ocurrieron en el crepúsculo de la historia bíblica. El último de los profetas
bíblicos ya había hablado, y con ello, una era en la cual los milagros abiertos cambiaron
dramáticamente el curso de la historia, llegaba a un final abrupto. Antes en la historia, cuando los
judíos dejaron Egipto, cayeron plagas del cielo sobre los egipcios y el Mar se dividió para que los
judíos pudieran pasar. El Maná los sustentaba en el desierto. Pilares de fuego los protegían de las
bestias. Pero ahora, esta era llegaba a su fin. No habría más profetas. No habría más milagros. En
esta nueva era, la humanidad se enfrentaría a una dura pregunta. ¿En un mundo donde la
intervención Divina y la comunicación profética no es aparente, Dios sigue siendo relevante?

Fue en este contexto que el lanzamiento de dados de Hamán era particularmente aterrador. Con
Dios en el patio trasero y los milagros dejados a un lado, ¿existía acaso una manera significativa en
que la voluntad Divina seguía operando en el mundo?

¿Coincidencia?

Al final los judíos fueron salvados del complot de Hamán – pero fueron salvados de manera no
milagrosa. En los eventos de Purim, acontecimientos fortuitos conspiraron para traer resultados
inesperados. De manera aislada, estos eventos pueden ser vistos como coincidencias fortuitas. Pero
si los analizamos en conjunto, ¿todavía son meras coincidencias?

El rey Ajashverosh fortuitamente expulsa a su primera reina y fortuitamente decide remplazarla con
Ester, una chica que resulta ser judía. Mordejai, el pariente de Ester, fortuitamente oye y frustra el
complot de asesinato en contra del rey, y también, fortuitamente, no es recompensado por ello
inmediatamente. Una noche, Hamán decide ir donde el rey a pedir permiso para colgar a Mordejai,
pero esa misma noche, el rey tiene insomnio y no se queda dormido. Él pide el libro de los registros
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para leer, y el libro fortuitamente se abre en la página que registraba el olvidado acto de lealtad de
Mordejai para con el rey.

Todas estas aparentes coincidencias conspiran para salvar a Mordejai – y en última instancia al resto
de los judíos también – de la muerte inminente.

Cuando Dios está escondido

El rollo de Ester – el libro que relata el milagro de Purim – tiene la distinción de ser el único libro de
la Biblia que no menciona el nombre de Dios. Parece extraño que un libro completo del canon Bíblico
evite mencionar el nombre de Dios; después de todo, si la Biblia no habla de Dios, ¿de qué habla?
Pero ese es todo el punto. El mensaje del libro de Ester es que Dios está ahí incluso cuando no
parece estar ahí. La presencia de Dios en la historia no solo se siente cuando el mar se parte o
cuando el fuego desciende sobre la montaña ante los ojos de toda la nación. Estos fuegos artificiales
son agradables, pero ellos no son la totalidad o el fin de la influencia Divina en el mundo. Dios está
presente en las minuciosidades de la vida cotidiana y de la historia también.

La voluntad Divina está presente no sólo cuando las leyes de la naturaleza son suspendidas. Por el
contrario, el funcionamiento de estas leyes es una manifestación de lo Divino. Cada vez que un
cuerpo cayendo se adhiere a la ley de la inversa del cuadrado de la atracción gravitacional; cada vez
que las moléculas se disipan en el espacio en consonancia con la segunda ley de la termodinámica;
cada vez que un río fluye hacia el mar - cada vez que estas cosas ocurren, la voluntad Divina se
lleva a cabo en el mundo. Y así es con la historia. No es solamente cuando las plagas liberaron a los
esclavos en Egipto que Dios intervino en la historia; la influencia de Dios es más sutil que eso. El
puede estar presente, misteriosamente, en la más pequeña y menos entrometida de las maneras.

Chéjov dijo una vez que si un rifle está sobre el mantel en el acto I de una obra, es mejor que se
utilice antes del acto III. La marca de un buen escritor de teatro es que ningún elemento de la trama
es superfluo. Todo, eventualmente, es utilizado. Y lo mismo es verdad con el Gran Dramaturgo en
el cielo. Todo lo que nosotros los humanos hacemos “se utiliza” en la obre que llamamos vida. Pero
no necesariamente en la manera que imaginamos, o planeamos.

El rey le preguntó a Hamán como debía ser tratado el hombre al cual el rey quería honrar. Hamán,
pensando que el rey lo quería honrar a él, le aconseja hacer un desfile real. ¿Es ese consejo
utilizado? Por supuesto que sí. Pero es utilizado para honrar a Mordejai, no a Hamán. Hamán
construye una horca para colgar a Mordejai. ¿Es esa horca utilizada? Por supuesto que sí. Pero no
en la forma que Hamán pensaba. El mismo es colgado en esa horca.

Todos tenemos que hacer elecciones. El hacer esas elecciones nos corresponde a nosotros los
seres humanos; esa es la manera como nos jugamos la vida. Pero lo que pasa después de que
tiramos los dados – eso ya no está en nuestras manos. Uno de los mensajes de Purim es que Dios
está muy cerca, incluso cuando permanece detrás de la cortina. Sin la fanfarrea de los milagros, en
el espacio entre la elección humana y el resultado último, el Maestro del Universo todavía tiene lo
que decir.

Milagros Ocultos
por Sara Yoheved Rigler
Purim nos enseña cómo encontrar a Dios detrás de la cortina – ¡y en los titulares de hoy!

El Libro de Ester es el único libro de la Biblia que no menciona el nombre de Dios. Después de 3000
años de historia bíblica, en donde Dios le habla a un elenco de personajes desde Abraham hasta Job,
aparece en sueños, realiza milagros maravillosos, se revela en el Monte Sinai y manda a sus profetas
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con mensajes específicos para el pueblo y para los reyes de Israel, repentinamente... una historia
sin Dios.

¿O no?

El relato de Ester sucede seis décadas después de la destrucción del Primer Templo. Este evento
catastrófico cambió la forma en que Dios se relacionaba con los seres humanos: mientras el Templo
conllevaba una manifestación explícita de la Presencia Divina (se veían abiertamente 10 milagros
que todos podían observar), con su destrucción, la Presencia Divina se replegó a un estado de
ocultamiento.

Los sabios llamaron a este modo de funcionamiento operante "hester panim", lo que significa
"rostro oculto". La raíz de la palabra es la misma que la de la palabra Ester. La Meguilat Ester, el
Rollo de Ester puede también ser traducido como el "Rollo del Ocultamiento".

Si alguien se está ocultando, eso quiere decir que está allí, pero no se puede ver. En todo caso,
ciertos signos, como un bulto detrás de la cortina, pueden dar pistas de su paradero. El Libro de
Ester está lleno de coincidencias, la persona correcta está "justo" en el lugar correcto "justo" en el
momento indicado, y se produce un dramático cambio en el destino. Estos son los bultos detrás de
la cortina que apuntan a la orquestación divina de los eventos. Un espectador puede escoger atribuir
tales sucesos al azar, o a Dios.

Desde la destrucción del Primer Templo, nuestro desafío es encontrar a Dios detrás de la cortina de
la historia, identificar la Mano Divina detrás de los eventos y reconocer la intención de Dios en las
ocurrencias aparentemente fortuitas de nuestras vidas.

¿Coincidencias?

Para dar un ejemplo de un milagro oculto en mi propia familia: Mi primo Larry y su esposa Ruth
estuvieron casados por varios años cuando se dieron cuenta que no podrían tener hijos. Anhelando
una familia, adoptaron un bebé. Randi, una niña hermosa de pelo rubio y grandes ojos azules. Pronto
se volvió evidente que sufría de un problema respiratorio crónico que requería un cuidado médico
permanente, exámenes y rayos X periódicos. Los años pasaron. Mientras tanto, Larry y Ruth
adoptaron un segundo niño. Entonces, para su gran sorpresa y deleite, Ruth descubrió que estaba
embarazada. Este hermoso embarazo terminó con el nacimiento de Amy, una niña sana y robusta.

Ruth naturalmente llevaba consigo a Amy a todas partes. Cuando la niña tenía alrededor de un año,
Ruth llevó a Randi a uno de sus exámenes regulares de rayos X. Cuando estaban esperando el turno
de Randi, Ruth decidió que mientras estuvieran pasando todo este lío, también podía hacerle un
estudio de rayos X a su bebé.

Los rayos X de Amy revelaron que tenía un cáncer raro y fatal.

Como lo detectaron tan temprano, incluso antes de que la bebé presentara síntomas, fueron
capaces curarla totalmente. Casi tres décadas más tarde, Amy está casada y tiene su propio bebé.

O tomen el caso de un hombre que una noche repentinamente decidió una nueva ruta a casa.
Mientras pasaba por un montón de zarzas, escuchó el sonido inconfundible de una lucha. Una mujer
estaba siendo atacada.
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El hombre, que no era valiente ni atlético, temió por su propia seguridad si se veía envuelto. Pero el
escuchar que los gritos de la chica estaban debilitándose, resolvió tratar de ayudarla. Corrió detrás
de las zarzas y tiró al asaltante lejos de la mujer y forcejeó con él hasta que el atacante saltó y se
escapó.

Sólo entonces se dio cuenta que la niña era su propia hija.

El libro "Pequeños Milagros", de Yitta Halberstam y Judith Leventhal, relata docenas de estos
sucesos. A pesar de que el libro se subtitula "Extraordinarias Coincidencias de la Vida Cotidiana", las
autoras claramente creen que las coincidencias son mucho más que sólo casualidades o suerte.
Como lo asegura Yitta Halberstam en su introducción: "Para nosotras, las coincidencias son...
impactantes y sobrecogedores ejemplos de la Providencia Divina. Son actos de Dios".

Estos actos de Dios camuflados también ocurren a nivel nacional.

La Guerra de los Seis Días

En Mayo de 1967, las tropas egipcias y sirias se amontonaron en las fronteras de Israel, Egipto cerró
el Estrecho de Tirán a los barcos israelíes, y el presidente Gamel Abdal Nasser hizo llamados para
lanzar a los judíos al mar. El estado de ánimo de Israel de 19 años de edad era deprimente.
Enfrentando a 5 ejércitos árabes bien equipados y entrenados por los soviéticos, la derrota de Israel
era inminente. La frase de humor negro que todos comentaban en ese momento era: "Que el último
en salir no se olvide de apagar la luz".

Todos saben que, en vez de una derrota, Israel alcanzó una victoria rotunda. El 5 de Junio a las 7:46
AM, los aviones israelíes destruyeron completamente la fuerza aérea egipcia en tierra. En seis días,
Israel triplicó su territorio, ganando la Península de Sinai, las Alturas del Golán, la Ribera Occidental
y – más precioso que todo el resto – la Ciudad Vieja de Jerusalem y el Monte del Templo.

La estrategia crucial de destruir la fuerza aérea egipcia cuando sus aviones estaban aún en tierra
abrió el camino para la victoria israelí. El éxito de la maniobra se atribuye a que los aviones israelíes
volaron bajo la altura de detección de los radares egipcios. Sin embargo, muchos otros factores
contribuyeron al éxito del ataque aéreo y de las batallas subsiguientes. De hecho, las coincidencias
y los sucesos improbables precisamente en el momento adecuado eran tan abundantes que, a
medida que conocemos los detalles de la victoria, el bulto tras la cortina se nota claramente.

Por ejemplo, algunos días antes de la guerra, el Comandante en Jefe del ejército egipcio recibió
órdenes de cambiar a los comandantes de la mayor parte de sus brigadas por otros oficiales que no
conocían ni el terreno ni a sus fuerzas.

En la misma mañana del 5 de junio, tres horas antes del ataque aéreo israelí, la inteligencia egipcia
efectivamente envió una alerta diciendo que "un ataque aéreo israelí comenzaría en minutos". En
ese momento, Egipto aún tenía tiempo para hacer despegar sus aviones y salvarlos. El mensaje llegó
al búnker del Comandante en Jefe en El Cairo. Un ayudante recibió y firmó una copia, pero nadie se
preocupó de buscar al Comandante en Jefe.

En la misma mañana del ataque, oficiales egipcios estacionados en la estación de monitoreo en el


norte de Jordania captaron al avión bloqueador de señales israelí, y enviaron un mensaje de alerta
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roja al Cairo. El sargento en la sala de decodificación del comando supremo trató de descifrar el
mensaje utilizando el código del día anterior y falló.

¿Y dónde estaba el Comandante en Jefe egipcio? La noche anterior, él y la mayor parte de sus
oficiales de más alto rango asistieron a una fiesta en una base aérea en el norte de la zona del delta,
en la que se presentaba una renombrada bailarina de vientre. Temprano a la mañana siguiente,
partió al Sinai, donde había ordenado que todos se reunieran para encontrarse con una delegación
iraquí de alto rango. Cuando sucedió el ataque israelí, no había un sólo oficial de alto rango en su
puesto.

Milagros de Hoy

Las noticias diarias en Israel están repletas de milagros. Por ejemplo, el 8 de Febrero de 2001, un
auto bomba cargado con 15 escalofriantes kilos de explosivos, estalló en una calle angosta en el
barrio religioso densamente poblado de Mea-Shearim. De acuerdo con los testigos, esquirlas de la
explosión volaron por los aires unos 150 metros. Aún así, no hubo ningún muerto, y sólo una persona
resultó herida levemente.

Tres minutos antes que se activara el auto bomba, un camión lleno con gas propano pasó junto al
auto estacionado. Diez minutos antes de la explosión, una verdulería directamente adyacente al
auto bomba cerró sus puertas brevemente, para que su dueño pudiese asistir al rezo de la tarde.
Normalmente, la mujer del dueño de la verdulería lo reemplaza en ese lapso, pero cuando telefoneó
a su mujer para que viniera, ella estaba en un momento crítico de sus preparativos para Shabat.
Cuando apagó la cocina y corrió para abrir la tienda, lo que encontró fue un hoyo en el piso.

Además, sólo 20 minutos después de que la bomba explotara, docenas de indigentes tenían que
alinearse en una vereda adyacente para recibir su porción semanal de comida de beneficencia.

La magnitud de este milagro fue tan obvia para los residentes locales, que rompieron
espontáneamente en cantos, bailes y alabanzas a Dios durante dos horas.

Al día siguiente, salieron a la calle y pusieron panfletos en los árboles y en los postes telefónicos
llamando a la gente a recitar el Salmo 21 en agradecimiento por el milagro. Se celebró una cena de
agradecimiento, como lo requiere la ley judía cuando se nos ha salvado la vida, en el mismo lugar
de la calle en el que la bomba, que había sido instalada para matar y mutilar, estalló sin lograr su
objetivo.

Respondiendo a un Milagro

Hace algunos años, leí un artículo de la Revista Gente sobre una mujer paracaidista. En uno de sus
saltos, su paracaídas falló, ella tiró el cordón de su paracaídas de emergencia, pero éste también
estaba defectuoso. Mientras caía libremente hacia el piso, estaba segura que moriría. Entonces cayó
en un gran charco de agua, y salió ilesa.

El reportero le preguntó a qué atribuía su improbable supervivencia. Ella contestó convencida


"¡Tuve suerte!".
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Los milagros ocultos operan con la misma mecánica que la lactancia. Mientras más se nutre el bebé
de su madre, más leche produce la madre. Similarmente, mientras más respondemos
apropiadamente a los milagros divinos ocultos, más milagros ocurren.

Lo contrario también es cierto.

La respuesta correcta ante un milagro no es decir: "¡Huau! ¡Que increíble!", sino: "¡Huau! ¡Dios es
increíble!"

La victoria de la Guerra De Los Seis Días fue tan dramática e inesperada – especialmente al recuperar
el Monte del Templo después de 2000 años ¬– que prácticamente todos en Israel lo consideraron
un Milagro Divino.

Incluso el Jefe de Estado Moshe Dayán, secular comprometido, reconoció la Mano de Dios en el
triunfo. Al llegar al Muro Occidental, al día siguiente de su liberación, Dayán, siguiendo la costumbre
común, escribió un mensaje y lo insertó en un hueco entre las antiguas piedras del Muro. Tan pronto
salió, naturalmente, los reporteros sacaron la nota y la leyeron. Contenía una línea de un Salmo:

De Dios fue esto. Fue maravilloso a nuestros ojos. (Salmos 118:23)

Pero encontrar a Dios en esta larga y obscura era de ocultamiento, requiere tanto que se reconozca
su Mano, como que se recuerden los milagros históricos. Sólo seis meses después de la Guerra de
los Seis Días, la gente le estaba dando crédito a la destreza militar del ejército israelí por la
sorprendente victoria. Ésta actitud – que el brillante y poderoso ejército de Israel nos salvó – se
mantuvo hasta que el ejército casi fue derrotado en la Guerra de Iom Kipur, con 2000 bajas y los
tanques sirios rodando por la Galilea camino a Haifa.

Los milagros no sólo deben ser reconocidos, sino que también hay que responder a ellos de manera
que cambien al beneficiario del milagro.

Gratitud Pública

El judaísmo, una religión que detesta la falta de claridad, nos instruye cómo responder a los milagros
de forma concreta. Estas formas consisten tanto en alabar a Dios públicamente, como agradecerle
con bondad: Así como Él ha sido magnánimo con nosotros, así nosotros debiésemos ser también
magnánimos con sus hijos.

Así, una persona cuya vida ha sido salvada debiera recitar una bendición de agradecimiento
conocida como Birkat Ha-Gomel en presencia de un minián. Cuando un auto bomba explotó en el
centro de Netanya en el clímax de la hora de compras, y nadie murió, el alcalde secular de Netanya
declaró: "Todos deberíamos recitar la bendición de agradecimiento Birkat Ha-Gomel".

Se debe notar que Birkat Ha-Gomel debe ser recitada en público. El punto es publicitar lo que has
experimentado. El velo del ocultamiento se disminuye cada vez que uno descubre una revelación
de Dios.

Por eso la Menorá de Januca debe ser encendida donde otros puedan verla, ya sea afuera (como lo
hacemos en Jerusalem), o en una ventana, o en una habitación frente a otros. Todo el punto de la
mitzvá es "publicitar el milagro".
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Una persona que ha experimentado una salvación milagrosa, como la recuperación de una
enfermedad que amenazaba su vida, también es instada a hacer una "comida de agradecimiento".
Esto provee una ocasión tanto para publicitar el milagro, como para expresar nuestra gratitud a
Dios, y también una oportunidad para alimentar a otras personas, de la misma forma en que uno se
ha visto alimentado por la inmensidad de la Bondad Divina. Otra respuesta apropiada a un milagro
es dar beneficencia o mejorar nuestro servicio a Dios.

Ahora podemos entender las cuatro mitzvot de Purim. Reconocemos públicamente cómo Dios
orquestó los eventos en esta era Post-Templo leyendo el Libro de Ester. También hacemos una cena,
damos caridad al pobre y enviamos dos paquetes de comida a amigos. Dado que el reino del Rey
Ajashverosh abarcaba casi la totalidad de los judíos de esa era, todo judío vivo hoy (exceptuando a
los conversos) es descendiente de alguien que fue salvado por los milagros ocultos de Purim. La
respuesta apropiada son estas cuatro mitzvot.

La Divinidad se esconde para que nosotros la busquemos... y la encontremos.

Una vez, cuando era pequeña, estaba jugando a la escondida y se me ocurrió un escondite
excelente. Esperé y esperé a que mis amigos me encontraran; mi ansiedad se convirtió en
impaciencia y finalmente en desesperación. Cuando, después de lo que me pareció una eternidad,
salí de mi escondite, me di cuenta que mis amigos se habían dado por vencidos y habían cambiado
el juego.

Dios no se desespera por los seres humanos. Él está detrás de la cortina esperando... y espera... y
espera...

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