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15

Poemas de amor
Rima XXIII ( Mirada)
Por una mirada, un mundo…
Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso… ¡yo no sé
que te diera por un beso!
Gustavo Adolfo Bécquer
Amor Eterno
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte


cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
Gustavo Adolfo Bécquer
Rima XXXVIII
Los suspiros son aire y van
Al aire. Las lágrimas
Son agua y van al mar.
Dime mujer; cuando el
Amor se olvida,
¿Sabes a dónde va?
Gustavo Adolfo Bécquer
¿Qué es poesía?
¿Qué es poesía? Dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul;
¿Qué es poesía…? ¿Y tú me lo preguntas?
¡Poesía… eres tú!
Gustavo Adolfo Bécquer
Poema 15
Me gustas cuando callas porque estás como ausente
y me oyes desde lejos y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio,
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa basta.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Pablo Neruda
Se equivocó la paloma
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.

Por ir al Norte, fue al Sur.


Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo;


que la noche la mañana.
Se equivocaba.

Que las estrellas eran rocío;


que la calor, la nevada.
Se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa;


que tu corazón su casa.
Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.


Tú, en la cumbre de una rama.)
Rafael Alberti
El beso
Con candoroso embeleso
y rebozando alegría,
me pides morena mía
que te diga… ¿Qué es un beso?

Un beso es el eco suave de un canto,


que más que canto es un himno sacrosanto
que imitar no puede el ave.

Un beso es el dulce idioma


con que hablan dos corazones,
que mezclan sus impresiones
como las flores su aroma.

Un beso es…no seas loca…


¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!
Federrico Barreto
Tu Boca
Tu boca hecho con mágicos pinceles,
más que boca es cualquier húmeda granada
que pide tentadora y encarnada
un beso audaz que la derrita en mieles.

Cuando en tus risas entreabrirlas sueles


se difunde en la atmósfera extasiada
el grato olor de fruta sazonada
que hay en la intimidad de los vegetales.

Es abreviada gruta de frescura


constreñido paréntesis de flores
y animado jardín en miniatura.

Yo la besare en férvido embeleso


para sentir, muriéndose de amores,
la eternidad en la embriagues de un beso.
La Hora del Amor
La hora del amor,
tiene color de lilas
y mensajes dormidos,
con sabor de manzana.

tu cuerpo cual la hidra


que cobija mi cuerpo,
con el loco deseo
de eternizar el tiempo.

A la hora del amor


se cierra la garganta
acallando mil cantos
melodías del alma,
me atengo a ti enredada,
y soy cual mariposa,
aleando en tus entrañas.

La hora del amor


se aquieta y en silencio,
es de los dos el tiempo,
y no existen distancias…
Mariana Ortega
Verso de Amor
El primer amor que entra al corazón
Es el último que sale de la memoria
Petit Seron

Te Amo
Me borraste del libro de tu vida,
más no tengo reproches que lanzarte;
si me llamé tuya y consentí en amarte,
no me muestro por ello arrepentida.

No es perenne el amor, no hay fuerza


capaz de contemplarlo eternamente…
Tú y yo nos adoramos locamente, no
importa que haya sido una mañana.

Dulce huella en mi espíritu has dejado


por que en mi corazón ¡Oh mi bien
amado!
no se abrieron las rosa de estío..

Yo no quiero no debo reprocharte,


porque espero algún día perdonarte
y llamarte de nuevo, amado mio.
Rosario Sansores (México)
Yo no quiero que nadie me consuele
Yo no quiero que nadie me consuele
Si me mata la fuerza de tu amor…
Si me matan los besos insaciables,
Fervorosos, ardiente que te doy.

Quiero yo que te invadan la tiniebla


cuando ya para mí no salga el sol.
Quiero yo que sucumbas y enloquezca,
¡loca sí, muerta sí, te quiero yo!

Mi querida, mi bien, mi soberana,


mi refugio, mi sueño, mi caudal,
mi laurel, mi ambición, mi santa madre…
¡y todavía más!
Pedro B. Palacios (Argentina)
Una Flor
Una tarde bendecida
me diste, amada, una flor,
y de entonces su perfume
embriaga mi corazón.

Era un jazmín blanco y puro


más no tanto como tú;
emblema de mis ensueños
símbolos de tu vida.

Yo lo conservo en mi pecho
y en el siempre vivirá;
lo han marchitado mis besos
y lo he regado al llorar.

Pero conserva el aroma


de tu aliento virginal
de tus lágrimas la huella,
de tus miradas quizá.

Será el dulce compañero


de mi triste soledad;
y mientras tú no me olvides
jamás me abandonarás.

Más, acaso por desgracia,


te olvidaras de mi amor,
no resistirán sus hojas
la tormenta del dolor.
Y en medio de mi amargura,
de mi angustia y aflicción,
se deshará en mil pedazos,
¡Y con el corazón!
Jerónimo Ossa (Panamá)

Despedida
Quizás te diga un día, que dejé
de quererte, aunque siga
queriéndote más allá de la
muerte y acaso no comprendas
en esta despedida, que, aunque
el amor nos une,
nos separa la vida.
Quizás te diga un día que se
me fue el amor,
y cerraré los ojos para amarte
mejor, porque el amor nos
ciega, pero vivos o muertos,
nuestros ojos cerrados, ven
mejor que estando abiertos.
Quizás te diga un día, que
dejé de quererte, aunque siga
queriéndote más allá de la
muerte; y acaso no
comprendas en esa
despedida, que nos
quedamos juntos
para toda la vida.
José Angel Buesa
Dice El
Le pedí una mirada, y al mirarme
brillaba en sus pupilas la piedad,
y sus ojos parecen que decían;
¡No puedo darte más!
Le pedí un beso, ¡Un beso! y al dejarme
sobre sus labios el amor gustar,
su cuerpo contra el mío,
me decía:
¡No puedo darte más!

Le pedí, en una súplica suprema,


que me diera su ser… y al estrechar
su cuerpo contra el mío me decía:
¡No puedo darte más!
Miguel Magallanes Moure (Chile)
Dice Ella
Sus ojos suplicantes me pidieron
una tierna mirada, y por piedad mis ojos
se posaron en los suyos…
Pero él me dijo: ¡Más!

Sus ojos suplicantes me pidieron


una sonrisa, y por piedad
mis labios sonrieron a sus ojos
Pero él me dijo: ¡Más!

Sus manos suplicantes me pidieron


que le diera más, y en mi afán
de contentarlo, le entregué mis manos…
Pero él mi dijo: ¡Más!

Sus labios suplicantes me pidieron que el


diera mi boca y por gustar
sus besos, le entregué mi boca trémula…
Pero él me dijo: ¡Más!
Miguel Magallanes Moure (Chile)
El Ultimo Beso
Tu boca hecha de amor y de ambrosía,
donde bebí de amor el rojo vino,
sobre tu rostro pálido y divino
una mancha sangrienta parecía.

Yo iba a partir y tú con ansia loca,


estrechándote a mí, sensual y ardiente,
en un beso juntaste largamente
la fiebre de tu boca con mi boca.

Hoy nada me interesa cuanto existe,


pero aunque la nostalgia me tortura
al recordar tu amor y tu hermosura.

Voy cruzando la vida menos triste,


porque llevo en los labios la dulzura
de aquél último beso que diste.
Felipe Sassone (Perú)
Seré Tuya
Seré tuya sin ti el día que los sueños
alejan de mi senda tu frente creadora,
el día que tu sed no pueda limitarse al
hueco de mis manos.

¡Seré tuya sin tí! Dejaré de mecerte


en la cuha encendida que tejieron mis
besos de borrará en tus labios la forma
de los mios, y el cielo de tu vida
tendrá un color distinto al de mi corazón.

Pero sabré ser tuya sin nublar tu camino


con la huella indecisa de mi andar
solitario. Me ceñiré a tú sombra, y
lo mas puro de mí.

¡Con qué amarga dulzura repetiré, ya


sola, esos gestos antiguos pero pulió tu
mirada! Me seguirás teniendo igual que
me quisiste y acunaré en secreto tu amor
eternizado.
Ernestina De Champourcin (Española)
Limosna de Amor
Yo limosnera de amor fui un día
de corazón en corazón llamé
pero nadie mi pena comprendía
de una limosna de cariño hallé
Llamé a tu corazón con yerta mano
y al mirarme tuviste compasión
un poco de cariño me brindaste
y yo en cambio te di mi corazón.
Hoy en vano llamé, tu pecho mudo
no me dio la limosna de su amor
y te quedaste indiferente y mudo
pero yo me quedé sin corazón.
Rosario Sansores Prén
Nos Besamos
Nos besamos, ¿recuerdas?, una tarde
en el espejo azul de la bahía.
La gaviota del beso aún vibra y arde;
¡No ha plegado; las alas todavía!.

Nos besamos, ¿recuerdas?, y el poniente


sangró la primavera de sus ramos…
luego del poniente se agolpó en tu frente.
Cuando otra vez, y muchas, nos besamos.

Y yo te digo la palabra viva


en la fuga ideal de tu mirada…
(aún tengo el alma de tu amor cautiva,
o tú ya no estas enamorada…)

Ahora, lejos de ti, te besaría


en melena luminosa y bruma,
mientras rueda el azul de la bahía
la cándida gaviota de luna.
Andrés de Piedra Bueno (Cuba)

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