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PODER JUDICIAL DE LA NACION

SENTENCIA DEFINITIVA Nº 17.440


Expediente Nº 38.400/2009 SALA IX Juzgado Nº 6

En la Ciudad de Buenos Aires, al 8/11/11 para dictar


sentencia en las actuaciones caratuladas: “BARRERA SABRINA
CARLA C/ LA PERFUMERIE S.A. S/ DESPIDO”: se procede a votar
en el siguiente orden:

El Dr. Alvaro E. Balestrini dijo:


I- Contra el pronunciamiento dictado en la
anterior instancia se alza la parte actora a tenor del
memorial obrante a fs. 480/481 y vta., donde cuestiona el
rechazo del incremento indemnizatorio contemplado por el
art. 1 de la ley 25.323, y de las multas previstas por el
art. 80 de la L.C.T y el art. 15 de la ley 24.013.
Asimismo, apela los honorarios regulados a
favor de los profesionales intervinientes, por considerarlos
elevados.
Por su parte, la demandada se agravia
respecto de la jornada receptada por la Sra. Juez de grado,
y del progreso de la multa prevista por el art. 2 de la ley
25.323.
También cuestiona la condena a hacer
entrega de los certificados contemplados por el art. 80 de
la L.C.T.; y apela la forma en que la Sra. “a quo” impuso
las costas, así como los emolumentos regulados en autos.
Corridos los pertinentes traslados, las
partes demandada y actora contestan mediante las piezas que
lucen a fs. 492/494 y vta., y fs. 497/499 y vta.,
respectivamente.
II- Por razón de método me abocaré en
primer lugar al agravio principal introducido por la parte
demandada, el que –adelanto-, no tendrá favorable recepción.
En tal sentido, repárase en que la Sra.
Juez de grado resolvió que, conforme las previsiones del
art. 92 ter de la L.C.T., la circunstancia de que la
empleadora abonó a la actora sumas de dinero en concepto de
horas extras impide tener por veraz la jornada reducida
invocada al contestar la demanda. En consecuencia, concluyó
en que la trabajadora prestó servicios cumpliendo una
jornada completa.
Frente a ello, la recurrente sostiene que
al momento del distracto (19/1/09) no se encontraba vigente
la modificación introducida por la ley 26.474 al art. 92 ter
de la L.C.T., que prohibe a los trabajadores contratados a
tiempo parcial la realización de horas suplementaria. Ello
así por cuanto la citada ley fue promulgada el 12/1/09 y
publicada en el Boletín Oficial el 23/1/09, por lo que –
según su postura- durante la vigencia del vínculo laboral
con la actora (28/6/06 al 19/1/09), no existía prohibición
legal alguna respecto a que los trabajadores a tiempo
parcial pudieran cumplir horas extraordinarias.
Sin embargo, considero que este argumento
resulta inadmisible. En efecto, advierto que la recurrente
soslaya que más allá de que el art. 1º de la ley 26.474
modificó parcialmente el art. 92 ter de la ley 20.744, lo
cierto es que la prohibición de efectuar horas
suplementarias que rige respecto de los trabajadores
contratados a tiempo parcial no fue introducida por dicha
ley, sino por el art. 2º de la ley 24.465 –publicada en el
Boletín Oficial el 28/3/95-, que incorporó el art. 92 ter a
la Ley de Contrato de Trabajo.
Desde tal perspectiva, corresponde
desestimar la postura de la apelante en cuanto ésta sostiene
que en razón de la fecha en que se extinguió la relación
laboral, sería compatible la modalidad de trabajo a tiempo
parcial y la realización de horas extras, puesto que –
reitero- la veda de laborar horas suplementarias se
desprende de las modificaciones introducidas por la ley
24.465 -publicada en el Boletín Oficial el 28/3/95- a la Ley
de Contrato de Trabajo, por lo que no cabe más que concluir
en que aquella se encontraba vigente durante el vínculo que
unió a las partes.
En definitiva, por los fundamentos
expuestos, propongo confirmar la sentencia de grado en este
aspecto.
Sentado ello, conforme lo resuelto “ut
supra”, y en atención a los fundamentos vertidos por la
apelante a fs. 487 pto. 1, resulta abstracto el tratamiento
de la queja planteada en torno a la obligación de hacer
entrega de los certificados previstos por el art. 80 de la
L.C.T.
III- No tendrá mejor suerte el agravio
esbozado respecto de la multa contemplada por el art. 2 de
la ley 25.323.
Al respecto, es dable destacar que llega
firme a esta Alzada -cfr. art. 116 de la L.O.- que la
accionada despidió a la actora sin expresión de causa el día
19/1/09, y que la trabajadora no percibió pago alguno en
concepto de liquidación final (ver sent., en part. fs. 471).
Asimismo, en el escrito recursivo, la propia recurrente
reconoce que “… la actora intimó a mi representada al pago
de la indemnización del art. 245 LCT …” (ver fs. 486 vta.,
primer párrafo).
Ello así, teniendo también en cuenta lo
resuelto en el considerando precedente, no se advierte razón
que justifique el rechazo de la pretensión toda vez que se
verifica el presupuesto fáctico al que alude la norma para
su procedencia por cuanto se ha obligado a la demandante a
incoar el presente reclamo a fin de perseguir su cobro; por
lo que sugiero confirmar este segmento del pronunciamiento
de grado.
IV- En lo atinente a la queja planteada por
la actora con relación a que el Sr. Juez de grado omitió la
admisión de la multa prevista por el art. 1 de la ley
25.323, lo cierto es que –más allá de los términos del
intercambio telegráfico habido entre las partes- el concepto
objeto de cuestionamiento no fue motivo de reclamo concreto
en el inicio, ni peticionado en la liquidación practicada a
fs. 24 vta., circunstancia que impide su tratamiento en
virtud del principio de congruencia (art. 277 del
C.P.C.C.N.) y del derecho de defensa en juicio (art. 18 de
la Constitución Nacional).
V- En cambio, tendrá favorable recepción el
agravio dirigido a cuestionar el rechazo de la multa
contemplada por el art. 80 de la L.C.T.
Digo ello por cuanto si bien no soslayo que
la norma en cuestión dispone que la mentada indemnización
está supeditada a que el trabajador intime de modo
fehaciente a su empleador para que dé cumplimiento a la
entrega de los certificados, dentro de los dos días hábiles
computados a partir del día siguiente de la recepción del
requerimiento, quedando habilitado para efectuar dicho
emplazamiento dentro de los treinta días corridos de
extinguido el vínculo (cfr. art. 3 del decreto 146/01
-reglamentario de esta norma-); en este caso en particular,
considero que la actora no debía esperar el referido plazo.
En efecto, cabe destacar que conforme la
sentencia de grado y lo resuelto en los considerandos
precedentes, los certificados adjuntados por la accionada en
el responde (ver instrumentos obrantes en el sobre de prueba
reservada nro. 11.112) no reflejan las circunstancias
verídicas del vínculo con relación a la jornada cumplida por
la trabajadora.
Así las cosas, del intercambio telegráfico
emerge que, ante la intimación formulada por la trabajadora,
la empleadora –entre otras cosas- desconoció expresamente
la jornada laboral por aquella denunciada, así como las
diferencias salariales reclamadas en base a la misma (ver
fs. 6/7, y prueba informativa al Correo Argentino –obrante a
fs. 343), por lo que se torna inoperante la exigencia del
decreto citado, que en el caso excede a los términos de la
norma. Cabe memorar que en similar sentido, esta Sala
tiene resuelto que “… la cerrada negativa que expusiera la
demandada en torno de la existencia misma de la relación
laboral y a los requerimientos que le efectuó el trabajador
al respecto, tornó inoperante exigirle a éste que esperara
el lapso de 30 días establecido por el decreto 146/01 para
efectuar la intimación referida …” (S.D. nro. 16.822 del
21/2/11, en los autos “Morales Emiliano c/ Espn Sur S.R.L.
s/ Despido”).
Por lo tanto, corresponde revocar este
aspecto de la sentencia de grado, e incluir en el capital de
condena el rubro que aquí se cuestiona, que ascenderá a la
suma de $6.921,39($2.307,13 x 3).
VI- En torno a la queja planteada respecto
del rechazo de la multa contemplada por el art. 15 de la ley
24.013, la apelante se limita a discrepar en forma dogmática
con lo resuelto por la Sra. Magistrada, sin exponer
argumento alguno en tal sentido, lo que no constituye una
crítica concreta y razonada en los términos del art. 116 de
la L.O., extremo que sella la suerte adversa de la queja.
VII- Como corolario de lo resuelto en el
considerando V, corresponde modificar la sentencia apelada,
y elevar el capital de condena a la suma de $54.091,85
($47.170,46 + $6.921,39), con más los intereses fijados en
la instancia de grado, que arriban firmes a esta Alzada.
VIII- La solución que propicio implica
dejar sin efecto las costas y los honorarios regulados en la
anterior instancia y proceder a fijarlos en forma originaria
(art. 279 del C.P.C.C.N.), razón por la cual deviene
abstracto el tratamiento de las apelaciones interpuestas
respecto a dichos accesorios.
Sin embargo, no obstante el nuevo resultado
del litigio, en mi opinión, la atribución de los gastos
causídicos efectuada por la Sra. juez “a quo” resulta
adecuada al éxito obtenido por los litigantes (cfr. art. 68,
primera parte, del C.P.C.C.N.); y los emolumentos regulados,
guardan proporción con la calidad, mérito y extensión de las
tareas llevadas a cabo en la anterior instancia (conf. art.
38 de la L.O., arts. 6, 7, 8, y conc. de la ley 21.839 –mod.
por la ley 24.432-, y decreto ley 16.638/57), por lo que
propondré que se mantengan las soluciones adoptadas en la
anterior instancia en ambos aspectos, correspondiendo
calcular los honorarios de los profesionales intervinientes
con relación al nuevo monto de condena, comprensivo de
capital e intereses.
IX- Las costas de la Alzada sugiero
imponerlas a la demandada, vencida en lo principal (conf.
art. 68 del C.P.C.C.N.); y regular los honorarios de las
representaciones letradas de la parte actora y de la
demandada en el 25% de lo que a cada una le corresponda por
lo actuado en la anterior instancia (art. 14 de la ley
21.839).

El Dr. Roberto C. Pompa dijo: Por compartir los fundamentos,


me adhiero al voto que antecede.

El Dr. Gregorio Corach: no vota (art. 125 de la L.O.).

A mérito del acuerdo al que se arriba, el


Tribunal RESUELVE: 1) Modificar la sentencia de grado y
elevar el capital de condena a la suma de PESOS CINCUENTA Y
CUATRO MIL NOVENTA Y UNO CON OCHENTA Y CINCO CENTAVOS
($54.091,85), con más los intereses fijados en la anterior
instancia. 2) Confirmar la sentencia de grado en todo lo
demás que decide y fue materia de apelación y agravios. 3)
Costas de la Alzada a cargo de la demandada. 4) Regular los
honorarios de las representaciones letradas de la parte
actora y de la demandada en el 25% de lo que a cada una le
corresponda por lo actuado en la anterior instancia.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.

Ante mí.

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