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Maggie Nelson
Al emplear los efectos retóricos y poéticos de la ecfrasis, una obra literaria incorpora y
recontextualiza a manera de cita (Yacobi 22) el objeto de una obra plástica para construir un
nuevo significado a partir del diálogo intermedial entre ambos discursos. Por ello, el estudio
de la ecfrasis multiplica los niveles de lectura que podemos hacer de un texto, ya que nos
permite explorar las complejas redes de significado y relación que una obra literaria entreteje
con otros medios de representación. Sin embargo, la ecfrasis no sólo es un recurso que
también con una larga tradición ecfrástica. Basta con recordar los orígenes del concepto de
ecfrasis en los manuales de retórica clásica para observar que la representación vívidamente
visual de una idea siempre ha estado presente en la manera en que buscamos comunicar las
De esa manera, podemos ver que la ecfrasis realiza, de manera simultánea, tres
en el que el texto dialoga con las relaciones intermediales con el objeto plástico y 3) busca
presencia que la ecfrasis tiene en la literatura es muestra de la naturaleza polifónica del arte,
de la dependencia que una obra tiene con el inagotable universo artístico que la rodea, y de
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cómo la creación de una voz o perspectiva propia nace siempre del diálogo con las voces y
múltiples voces y referencias para explorar diversos temas relacionados con la intimidad, la
de pensadores como Butler, Deleuze, Barthes o Winnicot, la autora dialoga también con la
funcionan de manera similar a las citas textuales, y buscan explorar cómo diferentes artistas
experimentan y expresan los procesos de identidad que Nelson explora en su libro; procesos
La primera intervención ecfrástica en el libro surge a partir del recuento que la autora
hace del cabildeo que se llevó a cabo en California en 2008 para aprobar la propuesta de ley
8, la cual anuló el derecho de las parejas del mismo sexo a casarse y formar una familia.
propuesta de ley con carteles que mostraban a la familia tradicional, dibujada con muñecos
Each time I passed the sign stuck in the blameless mountain, I thought about
Catherine Opie’s Self-Portrait/Cutting from 1993, in which Opie photographed
her back with a drawing of a house and two stick-figure women holding hands
(two triangle skirts!) carved into it, along with a sun, a cloud, and two birds. She
took the photo while the drawing was still dripping with blood. “Opie who had
recently broken up with her partner, was longing at the time to start a family, and
the image radiates all the painful contradictions inherent in that wish” Art in
America explains.
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I don’t get it, I said to Harry. Who wants a version of the Prop 8 poster, but with
two triangle skirts?
Maybe Cathy does, Harry shrugged. (11)
que esta inserción ecfrástica en el texto no busca nada más dilucidar el significado discursivo
Opie (“las dolorosas contradicciones” que surgen de anhelar un modelo social normativo
como la familia dentro de un contexto transgresivo como una relación queer) y el libro de
Nelson son evidentes; sin embargo, lo que interpela a Nelson en esta imagen es el impulso
esa forma, el texto de Nelson utiliza la ecfrasis para hacer que su escritura y la fotografía
dialoguen para explorar las diversas estrategias que el autorretrato fotográfico y la narrativa
permitir que una experiencia individual del deseo tome precedencia sobre una categórica1”
(9). El autorretrato de Opie encarna esta experiencia personal en la que el anhelo íntimo
trasciende las consideraciones categóricas de lo que significa una familia tradicional o una
relación queer. No obstante, la expresión visual de este deseo, a diferencia del texto de
Nelson, no está construida a partir de una polifonía de voces poéticas y críticas: la naturaleza
plástica del medio permite que el deseo sea representado en su materialidad, en el cuerpo de
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“The romance of letting an individual experience of desire take precedence over a categorical
one”.
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la autora. El deseo de Opie, si bien puede analizarse y resignificarse a través de palabras, es
una fuerza que escapa al lenguaje, una fuerza que sólo puede expresarse en el cuerpo por
medio de una representación visual que está, literalmente, tallada sobre la piel. Esto no quiere
decir, sin embargo, que esta reflexión ecfrástica contienda que la representación visual
permite expresar aquello que el lenguaje no. Así como su pensamiento ético y crítico, la
otro, sino que reflexiona acerca de las tensiones que ponen en choque constante a estos dos
de Nelson: “Before we met, I had spent a life devoted to Wittgenstein’s idea that the
why I write, or how I feel able to keep writing” (3). Nelson comienza su relato autobiográfico
narrando el inicio de su relación con su pareja sentimental Harry Dodge (una figura
reconocida en mundo del arte de las subculturas queer estadounidenses durante los años
noventa) mediante una álgida discusión que surge entre ambos sobre los mecanismos
opresivos y, paradojalmente, desbordantes del lenguaje. Esta discusión presenta una de las
4). El diálogo intermedial entre la narrativa de Nelson y la fotografía de Opie nos ofrece una
representa un anhelo que trasciende los confines del lenguaje, que sólo puede expresarse
mediante signos visuales en cuerpo; sin embargo, el lenguaje permite resignificar ese deseo
en contextos inesperados. Dicho de otro modo, ese deseo particular que sólo puede
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comunicarse a través de la materialidad (o corporalidad) de la imagen se expresa en el
lenguaje verbal, y durante ese proceso, adquiere nuevas dimensiones que, a su vez,
presente en la obra de Nelson evita replicar las dinámicas objetivantes que distinguen a la
tradición ecfrástica, dinámicas que nacen de una “lucha por el dominio de entre imágenes y
lucha] entre una narrativa masculina que intenta sobrepasar el impacto congelador de la
belleza que posa en el espacio” (Artigas 31). De ese modo, la resignificación que Nelson
hace de la fotografía de Opie no busca dominar o diseccionar el objeto artístico, sino dialogar
con los deseos latentes detrás del mismo. La ecfrasis que Nelson emplea no se limita a
experiencia y autoría.
precisamente en la presencia y la voz de sus autoras. Las fotografías con las que Nelson
fotógrafa o el espectador. Las obras fotográficas de Opie y de Steiner buscan hacer tangible
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“En el caso del objeto plástico citado, la transformación es de otro orden; en su relación con el texto
verbal la imagen evocada puede desembocar en un verdadero iconotexto (Wagner, 1996): no sólo la
representación visual es leída/escrita—de hecho, descrita—como texto, sino que al entrar en
relaciones significantes con el verbal le añade a este último formas de significación sintética que son
del orden de lo icónico y lo plástico—de hecho, una suerte de incremento icónico—, construyendo
un texto complejo en el que no se puede separar lo verbal de lo visual: un iconotexto” (Pimentel 309).
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la intimidad de la experiencia del sujeto retratado. No son los significados que desbordan el
discurso de la fotografía los que punzan a Nelson, sino la presencia explícita de la experiencia
de las autoras plasmadas en las mismas. Así, la imagen deja de ser un objeto a ser escudriñado
y apropiado por el ojo del espectador, y se transforma en un puente a través del cual podemos
empatizar con la experiencia íntima del individuo que se presenta frente a nosotros. Dentro
de los dos autorretratos de Opie, Pervert y Nursing, materializa las tensiones conceptuales e
ideológicas que Nelson explora en torno a los vínculos que existen entre la autoría, la
maternidad sodomítica (término que surge de las reinterpretaciones que Freiman hace del
caso del hombre lobo analizado por Freud) es el conflicto en el que entra el hijo al ver a su
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funciones reproductivas (Nelson 69); en otras palabras, una madre sodomítica es, como Opie
“pervertida” nombra desde lejos—escondida, casi olvidada—una escena icónica que hace
alusión a la extensa tradición de la pintura clásica en la que la Virgen María encarna los
una mujer amamantando a su hijo. Así, podemos presenciar la relación interdependiente entre
madre que se expresa simultáneamente para sí y para su bebé. Es una reversión provocadora
sujeto que se enuncia a por medio de ella: “‘The writer is someone who plays with his
mother’s body,’ Barthes wrote. But sometimes the writer is also the mother (Möbius strip)”
(Nelson 40).
texto de Nelson, quien deconstruye y recrea la experiencia de la maternidad como una que
pone en jaque los cimientos binarios en los que la idea de normatividad y radicalidad se
entreteje las experiencias sexuales de la autora con sus vivencias como madre y como un
los momentos de cariño e intimidad, sino que los complementan. Asimismo, Nelson está
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interesada en explorar el eroticismo de la maternidad, los diversos placeres que surgen de
que ambas obras busquen reflejar los matices complejos de la identidad a través del cuerpo,
sus cuerpos son cuerpos intervenidos por su discurso; son cuerpos modificados por un
discurso autoral determinado. Si bien el retrato de Opie nos abre la puerta a un espacio íntimo,
esta intimidad está representada por medio de un discurso visual con una intención autoral
muy específica. La fotógrafa decide enmarcar su experiencia dentro de una tradición artística
Portrait/Pervert). De manera paralela Maggie Nelson escribe un texto híbrido en el que sus
vivencias se alimentan y dialogan con diversas obras artísticas, críticas y teóricas (así como
con las experiencias personales de otros autores que la interpelan). Así, esta reproducción de
la maternidad mediada por un discurso autoral en diálogo con la tradición pone en crisis los
como algo intuitivo, místico e irracional sobre el cual las mujeres no tenemos control.
Además de mencionar la crítica alrededor de la obra de Opie, Nelson recuenta una entrevista
con la fotógrafa en la que explica que, para ella, “becoming homogenized and part of
mainstream domesticity is transgresive for somebody like me. Ha. That’s a very funny idea”
(74). Lo transgresivo significa cosas completamente diferentes para cada persona,, y Nelson
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no describe la fotografía de Opie para mostrarnos cómo las marcas de la perversión en el
cuerpo de la autora se contraponen al acto maternal de amamantar, sino que busca entablar
un diálogo con el contexto en el que se genera la fotografía para develar la arbitrariedad del
La tercera, y última, ecfrasis que me gustaría analizar en este ensayo lleva esta
destabilización a nuevos terrenos. Casi a la mitad del libro, Nelson incorpora una reseña que
había elaborado con anterioridad para la exposición de A. L. Steiner, Puppies and Babies. El
propósito de la exhibición era poner en duda ciertas convenciones en el mundo artístico que,
artística, mientras que otros (como los perros y los bebés) son relegados al campo de la
enfatiza la diversa gama de posibilidades en las que el placer erótico del cuidado, otra faceta
Puppies and Babies is a terrific antidote to such sneering, with its joy-swirl of
sodomitical parenthood, caretaking of all kinds, and interspecies love. In one
photo, a naked woman spoons two dogs at once. In another, artist Celeste Dupuy-
Spencer squats with her dog at the end of the lake, as if both are contemplating a
long journey. Babies get born, cry, goof around, ride small tractors, pinch nipples,
get held. Often, they nurse. One nurses—incredibly—while the nursing mother
does a handstand. Another nurses at the beach. Alex Auder, pregnant and in
leather dom gear, pretends to give birth to an inflatable turtle. A dog mounts a
stuffed tiger. Another dog is festooned with orange flowers. Two pregnant
women hold up their sundresses to rub their naked bellies together, a friendly
frottage…this orgy of adoration is clearly open to anyone who wants to play.(72)
Como menciona Nelson en la reseña completa de la exhibición, los sujetos de las fotografías
de Steiner son todos amigos o conocidos de la artista, y todas las imágenes son una “orgía de
adoración” en la que presenciamos el goce de amar y cuidar a otros. Para Nelson, las
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fotografías de esta muestra hacen explícita la diversa gama de posibilidades en las que se
puede configurar una familia: “one of the gifts of genderqueer family making—and animal
any sentient being (72). Debido a la experiencia personal de Nelson, la maternidad es un tema
central en The Argonauts; sin embargo, ésta es representada como una de las múltiples
amor.
ideas y narraciones que acompañan a la voz de Nelson en el texto por medio de citas textuales.
anteriormente, este encuentro difiere de los procesos de reapropiación del otro ajeno, de una
“invención del otro dentro del mismo”, que, de acuerdo con Mitchell, predominan en la
tradición ecfrástica3 (Pimentel 318). La mirada de Nelson se asemeja a la ecfrasis ética que
distingue a Marianne Moore, una ecfrasis que busca “subvertir las oposiciones inscritas en la
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“…toda ecfrasis es nocional, y busca crear una imagen específica que habrá de hallarse sólo en el
texto como ‘residente ajeno’ (alien resident)…Aun aquellas formas de la ecfrasis que se dan en la
presencia de la imagen descrita revelan una tendencia a enajenar o a desplazar el objeto, a hacerlo
desaparecer a favor de la imagen” (Mitchell citado en Pimentel 318).
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Si bien las ecfrasis de Nelson ponderan acerca de los distintos procesos de
experiencia ajena que nos punza y nos permite identificar nuestros deseos en la expresión del
Nelson como las obras con las que interactúa en su escritura buscan recrear este espacio
ecfrástica, Nelson no busca explorar las “ilusiones miméticas” (Pimentel 313) de la ecfrasis;
su interés recae en la expresión del deseo, el amor y la familia, en un arte y una escritura que
“dramatizes the ways in which we are for another and by virtue of another, not in a single
instance, but from the start and always” (Nelson 60). The Argonauts es un texto que expresa
la relación entre la intimidad interpersonal y la intimidad del discurso artístico que se genera
Nelson ilustra el enorme potencial que la ecfrasis tiene para generar intimidad, ya que ésta
nos demuestra que una de las cualidades del arte es existir precisamente para otros y en virtud
de otros.
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A. L. Steiner, Puppies and Babies (2013)
12
Catherine Opie, Self-Portrait/Cutting (1993)
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
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Artigas Albarelli, Irene. “La crítica ecfrástica”. Galería de palabras. Las variedades
de la ecfrasis. Bonilla Artigas Editores, Universidad Nacional Autónoma de México e
Iberoamericana. Ciudad de México, 2013. pp. 27-71.
Yacobi, Tamar. “The ekphrastic model: Forms and Functions”. Pictures into Words.
Theoretical and Descriptive Approaches to Ekphrasis. Valerie Robillard y Els Jogeneel
(editores). VU University Press. Ámsterdam, 1998. pp. 21-35.
ILUSTRACIONES:
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