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INTRODUCCION

La violencia intrafamiliar es un tema que en los últimos años ha crecido


notablemente debido a la falta de conciencia que tienen los ciudadanos.
Comprenderlo e identificarlo puede ser a simple vista, pero hasta con una simple
palabra se puede causar un daño irreparable.
Disminuir la incidencia y prevalencia de la violencia intrafamiliar es posible por
medio de planes, programas y actividades en conjunto con la secretaria de Estado y
la Sociedad Civil.
Es un problema social de grandes dimensiones que afecta sistemáticamente a
importantes sectores de la población especialmente a mujeres, niñas, niños, ancianos
y ancianas. Una forma endémica de la violencia intrafamiliar es el abuso a las
mujeres por parte de su pareja.
Las manifestaciones de la violencia íntima también denominadas "violencia
intrafamiliar" o violencia doméstica, incluyen la violencia física, Psicológica y
Sexual. Según estudios realizados en América Latina, entre un cuarto y la mitad de
las mujeres informan haber sido abusadas por sus parejas.
La prevalencia significativa de la incidencia intrafamiliar constituye un serio
problema de salud, un obstáculo oculto para el desarrollo socioeconómico y una
violencia flagrante a los seres humanos. La violencia intrafamiliar hacia la mujer
tiene un alto costo económico y social para el estado y la sociedad y puede
transformarse en una barrera para el desarrollo económico. Violencia intrafamiliar,
toda acción u omisión cometida por algún miembro de la familia en relación de
poder, sin importar el espacio físico donde ocurra
CAPÍTULO I
1. EL PROBLEMA
1.1 Planteamiento del problema.
El maltrato infantil ha sido una práctica de siglos atrás, pero es ahora, ante los
eventos de violencia que registran altos índices de mortalidad y morbilidad
mundiales y en el país por esta causa, que se ha prestado mayor atención en el logro
e identificación de situaciones que ponen en peligro la vida de los infantes. A través
del tiempo diversas definiciones de maltrato infantil se han dado en torno a la
problemática que presentan estos niños y al análisis de las consecuencias de las
agresiones en cualquiera de sus modalidades.
Diversos estudios han demostrado que los niños maltratados o abandonados son por
lo menos 25% más susceptibles a experimentar problemas tales como delincuencia,
embarazo precoz, bajo rendimiento académico, uso de drogas y problemas de salud
mental (Kelley et al., 1997). Así mismo, el abuso y el abandono incrementan la
probabilidad de comportamiento criminal violento del adulto en un 28 a 30 %
(Widom & Maxfield, 2001).
El problema se incrementa y no tendrá como detenerse si se considera que los padres
que maltratan a sus hijos frecuentemente han experimentado maltrato durante su
propia infancia y por lo tanto serán potenciales maltratadores; se estima que
aproximadamente una tercera parte de los niños abusados y abandonados
eventualmente maltratarán violentamente a sus propios hijos (Prevent Child Abuse
New York, 2001).
A partir de estos hallazgos, diversas investigaciones y trabajos mundiales y
nacionales se han orientado para enfrentar la problemática; sin embargo, el éxito ha
sido insuficiente, pues a la fecha, el maltrato infantil y su impacto sobre el desarrollo
de las diversas esferas de los niños como seres humanos y las secuelas consecuentes
al mismo, no dejan de ser un problema de salud pública y de otras áreas de la salud,
la educación, la economía, en todas las regiones del mundo, incluso de las más
industrializadas.
El primer paso en todo el problema es el conocimiento. Qué tanto se conoce acerca
de este problema. Por ello la importancia de que la sociedad se eduque acerca del
maltrato infantil y sus secuelas. Esto permite no solo la instrucción de los padres
sobre este hecho, sino también que tomen medidas para ayudar ó para no lastimar a
los hijos.
1.2 Formulación del problema.
¿Cómo influye la violencia intrafamiliar en presencia del abuso sexual en menores de
18 años, en Guayaquil 2017?
1.3. Objetivos del problema
1.3.1. General
Explicar la influencia de la violencia intrafamiliar en el acoso sexual en menores de
18 años, realizando una investigación para diseñar un plan de prevención al niño(a)
víctima de la violencia intrafamiliar
1.3.2 Específicos
• Conocer si el agresor ha sido víctima de violencia intrafamiliar.
• Determinar las principales consecuencias que trae consigo el abuso sexual en
menores de edad.
• Proponer un plan de convivencia para los padres de familia para obtener una
informar sobre actitudes, comportamientos, valores y diversas formas de violencia
que se presentan frecuentemente en la familia, con la finalidad de buscar un mejor
trato y convivencia entre sus miembros
1.3Justificación de la investigación.
Al investigar sobre este problema, consideramos que los resultados obtenidos
contribuirán a conocer la influencia del maltrato intrafamiliar en el abuso sexual en
menores de 18 años. Pretendiendo identificar los puntos críticos del conocimiento
que poseen los abusadores y las consecuencias psicológicas que conllevan esta
influencia a los menores, se centran en que este sector vulnerable de población se
encuentra expuesto en mayor medida que el resto de la sociedad a los riesgos que
puede implicar dicha influencia.
Si se estudiara mejor el problema de la influencia intrafamiliar en el abuso sexual y
se tomarán las medidas adecuadas para la disminución de abusos sexuales en
menores de 18 años; contribuiremos a evitar la pérdida de valores en la familia.
1.4 Delimitaciones del problema
Dada la amplitud de este tema, esta investigación será realizada exclusivamente a
menores de 18 años, en Guayaquil 2017.
El estudio se refiere a aquellos factores de la influencia intrafamiliar en el abuso
sexual en menores de 18 entre octubre del 2017 y enero del presente año 2018.
Esta investigación se enfocará en la influencia de la violencia intrafamiliar en
presencia del abuso sexual en menores de 18 años.

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
Antecedentes.
En la década de 1970 las feministas analizaron el alcance de la violencia doméstica
(considerada como un fenómeno exclusivamente masculino) y se crearon centros de
acogida y de ayuda para las mujeres maltratadas y para sus hijos. La violencia
doméstica también está relacionada con los niños maltratados (muchas veces, aunque
no siempre, por abuso sexual) y con acciones verbales y psicológicas que pueden ser
cometidas tanto por mujeres como por hombres.
Algunos autores buscan el origen de los conflictos subyacentes a la violencia
doméstica en las rutinas del hogar adaptadas a una fuerza de trabajo exclusivamente
masculina, que ha dejado de monopolizar los ingresos económicos de la familia con
la incorporación de la mujer al trabajo, la pobreza y la escasa movilidad social.
A lo largo de la historia, el patriarcado, según el movimiento feminista, ha puesto el
poder en manos de maridos y padres en cualquier relación conyugal o de pareja. El
sute entre los hindúes (que exige que la viuda se ofrezca en la pira funeraria de su
marido), el infanticidio femenino en la cultura china e india dominadas por hombres,
los matrimonios concertados entre los musulmanes, que pueden llevar al asesinato o
a la tortura de la mujer, y la esclavitud doméstica en el nuevo hogar indican la
presencia endémica de sexismo y violencia doméstica masculina.
Se desconoce si este tipo de violencia es un fenómeno en alza o en baja, incluso en
países donde hoy existe un mayor número de denuncias y de registros que en épocas
anteriores. Por un lado, es probable que haya una mayor predisposición a denunciar
estos hechos al existir una mayor independencia femenina, más oportunidades de
trabajo fuera del hogar, mayor conciencia feminista y más posibilidades de
anticoncepción.
Por otro lado, la motivación para la violencia es menor al existir una mayor libertad
de elección de compañero, menos matrimonios forzados y una mayor emancipación
de la mujer en cuanto a propiedad, estudios y divorcio. Ninguno de estos elementos
puede ser evaluado con exactitud. La tecnología de la información actual ayuda a
recopilar datos, pero en cambio resulta difícil conocer los procesos y los
antecedentes. Algunas feministas radicales opinan que es la familia la raíz del
problema y que la solución está en liberarse del hombre, mientras que en el extremo
opuesto otros opinan que la mujer debe limitarse a su papel de ama de casa y madre.
Aunque no puede afirmarse que toda la violencia sea cometida por hombres, sí
ocurre así en la mayoría de los casos. A veces son el padre y la madre juntos quienes
cometen las agresiones, como en el caso de malos tratos a los hijos. La patología del
maltrato infantil, desgraciadamente, no tiene fin.
El fratricidio, asesinato de un hermano, también ha sido un hecho frecuente en las
sociedades con derechos de primogenitura. Las herencias de coronas y títulos y las
herencias de propiedades han dado origen a fraudes y asesinatos. Los hermanos
varones, que han constituido a veces grupos de venganza en sociedades poco
estructuradas, aún sigue operando en el mundo de la mafia y en círculos criminales.
Se considera Violencia Intrafamiliar a toda acción u omisión que consista en maltrato
físico, psicológico o sexual, ejecutado por un miembro de la familia en contra de la
mujer o demás integrantes del núcleo familiar.
La Violencia Intrafamiliar constituye una violación de derechos humanos, es un
problema de salud pública y por tanto es uno de los principales obstáculos al
desarrollo de las ciudades y los países, que afecta a 7 de cada 10 mujeres.
La mayor parte de los actos violentos tienen como consecuencia lesiones, trastornos
mentales y reproductivos, enfermedades de transmisión sexual y otros problemas.
Los efectos sobre la salud pueden durar años, y a veces consisten en discapacidades
físicas o mentales permanentes, y aún la muerte.
Se ha comprobado que, por regla general, a lo largo de sus vidas las víctimas de
violencia doméstica o sexual padecen más problemas de salud, generan costos de
atención sanitaria significativamente más elevados y acuden con mayor frecuencia a
los servicios hospitalarios de urgencia que las personas que no sufren violencia, lo
cual impide su aporte pleno al desarrollo.
En su mayoría estos costos no son asumidos por el estado, sino por las mismas
víctimas, consecuentemente las personas más pobres, son las más gravemente
afectadas. De ahí que el sector de la salud debe estar incorporado en la prevención y
tener un papel clave que desempeñar al respecto.
Por otra parte para las víctimas de violencia de género, una de las principales
inquietudes es el acceso a la administración de justicia. A pesar de los avances que se
han dado, aún subsisten obstáculos para el acceso, prejuicios sexistas desde quien
administra justicia.
Conceptualización de la violencia intrafamiliar.
La violencia intrafamiliar o violencia domestica puede definirse como una situación
de abuso de poder o maltrato físico o psicológico, de un miembro de la familia, sobre
todo. Puede manifestarse a través de golpes e incidentes graves, como también
insultos, manejo económico, amenazas, chantajes, control de las actividades, abuso
sexual, aislamiento de familiares y amistades, prohibición a trabajar fuera de la casa,
abandono afectivo, humillaciones o no respetar las opiniones.
Estos son solo algunos de las situaciones que podemos citar como ejemplos de lo que
es la violencia doméstica o violencia intrafamiliar que en nuestro país está muy
marcada por el hecho de que se dé el machismo en muchos lugares principalmente
rurales y pobres de nuestra república.
Hay autores que señalan que la violencia intrafamiliar se da básicamente por tres
factores; uno de ellos es la falta de control de impulsos, la carencia afectiva y la
incapacidad para resolver problemas adecuadamente; y además en algunas personas
podrían aparecer variables de abuso de alcohol y drogas.

Teoría De Los Géneros.


La teoría de los géneros afirma que el concepto de feminidad y masculinidad se
constituye a partir de dos categorías: Sexo y Género.
Sexo: El sexo es el conjunto de características anatómicas y fisiológicas de los
órganos sexuales, con las cuales se nace y determinan la pertenencia al sexo
femenino o al masculino. El sexo aparece como natural e inmutable, la sociedad ha
construido el género.
Género: El género es el conjunto de características sociales, culturales, políticas,
psicológicas, jurídicas, económicas, habituales, asignadas diferencialmente a
hombres o mujeres, bajo la denominación de lo masculino y lo femenino.
Por lo tanto, el género es la unidad bio-socio-cultural construida sobre el cuerpo; que
no describe a la mujer a o al hombre, sino que describe la relación que se establece
entre ellos a partir de una construcción social.
Formación del Género.
El Género se aprende en la etapa inicial de la vida, aprender a ser hombre y mujer no
es un hecho solo intelectual sino fundamentalmente un proceso afectivo e
inconsciente.
El Género se construye mediante procesos sociales, es transmitido en la crianza y
educación del individuo.
La formación del género se hace a través de varias instituciones de la sociedad como
son:
• La familia.
• La educación.
• Los medios de comunicación.
• La religión.
La Familia:
Se nos enseña las reglas, leyes y valores que nos determinan como hombres y
mujeres. Las jerarquías de género son creadas en la interacción con los miembros de
la Familia, en donde se plantea la división sexual del trabajo, el control de la
sexualidad, la construcción y reproducción de la identidad de género. Los niños
descubren que hay acciones que son aprobadas o desaprobadas según las realice un
niño o una niña.
La Educación:
• Las expectativas que tiene el profesor del alumno y la alumna son diferentes.
• Los niños descubren que hay acciones que son aprobadas o desaprobadas según
las realice un niño o una niña.
• Los libros de lectura también son agentes socializadores.
• En la primaria transmiten imágenes y textos que refuerzan la diferenciación del
género, así: "Mi mamá cocina, Mi papá trabaja".
• En la escuela primaria los maestros son importantes agentes de socialización al
transmitir valores y actitudes.
Los Medios de Comunicación:
• Los medios de comunicación refuerzan la de la mujer seductora que está
complaciendo continuamente a su familia y la del hombre de éxito social.
La Religión:
• Muchas ideas que promulga la religión enseñan que la mujer debe ser sumisa,
obediente, abnegada, sacrificada y dependiente.
Violencia de Género.
• Entendemos la violencia de género como una forma de relación donde se utiliza
la fuerza física o psicológica para imponer, desde una posición de superioridad frente
a alguien que no se reconoce como igual.
Tipos de violencia intrafamiliar.
Violencia Física
La violencia física son actos que atentan o agraden el cuerpo de la persona tales
como empujones, bofetadas, golpes de puño, golpes de pies, etc.
Todo acto de fuerza que cause daño, dolor o sufrimiento físico en las personas
agredidas cualquiera que sea el medio empleado y sus consecuencias, sin
considerarse el tiempo que se requiera para su recuperación.
Las consecuencias que se producen pueden ser: lesiones en el cuerpo, abortos,
incapacidades e incluso la muerte.
Producen enfermedades, heridas mutilaciones e inclusive la muerte. Según las
estadísticas, la mayoría de las personas han sufrido alguna vez en su vida violencia
de este tipo; violencia física, la cual se hace presente en todos los lugares, tanto que
se nos ha hecho natural ver a dos personas golpeándose o se ha visto normal que un
padre eduque a su hijo a través de los golpes y los insultos.
Actualmente todos los tipos de violencia están penados por la ley y son acreedores a
multas o cárcel a las personas que ejercen y promueven la violencia doméstica.

Violencia Psicológica.
La violencia psicológica son actitudes que tienen como objetivo causar el temor,
intimidar y controlar las conductas, sentimientos y pensamientos de la persona a
quien se está agrediendo como las descalificaciones, insulto, control, etc.
Constituye toda acción u omisión que cause daño, dolor, perturbación emocional,
alteración psicológica o disminución de la autoestima de la mujer o el familiar
agredido. Es también la intimidación o amenaza mediante la utilización del apremio
moral sobre otro miembro de la familia infundiendo miedo o temor a sufrir un mal
grave o inminente en su persona o en la de sus descendientes o afines hasta el
segundo grado.
Es la que afecta a la salud mental o emocional de la víctima.
Se manifiesta por: palabras soeces, amenazas, burlas, encierros, celos, otros.
Las consecuencias que se producen pueden ser: ansiedad, depresión, temor,
agresividad, irritabilidad, resentimiento, inseguridad, inestabilidad, dependencia,
enfermedades psicosomáticas, perdidas de autoestima, abuso de alcohol y drogas,
intentos de suicidio, accidentes en el trabajo o labor que desempeñe.
Según lo que entendemos por violencia intrafamiliar son golpes, maltratos, lagrimas,
alcohol o incluso hasta la muerte, pero pocas veces tomamos en cuenta que otro tipo
de violencia intrafamiliar es <<La violencia psicológica>>, que se hace presente sin
ningún maltrato de tipo físico, pero que tiene las mimas o peores repercusiones en el
individuo maltratado, puesto que crea seres inseguros e incapaces de resolver sus
problemas, gente aislada que se niega a recibir ayuda profesional, gente cerrada a su
ideología de los roles de género, etc.

Violencia Sexual
La violencia sexual se define como la imposición de actos de carácter sexual contra
la voluntad de la otra persona. Como por ejemplos exposición a actividades sexuales
no deseadas, la manipulación a través de la sexualidad, tocamientos, miradas,
caricias que quien las recibe no las desea, violación; es decir la consumación del acto
sexual por la fuerza. Se considera violencia sexual todo maltrato que constituya
imposición en el ejercicio de la sexualidad de una persona, y que la obligue a tener
relaciones u otras prácticas sexuales con el agresor o con terceros, mediante el uso de
la fuerza física, amenazas o cualquier otro medio coercitivo.
Es obligar a la víctima a tener relaciones sexuales utilizando la fuerza o el chantaje y
desprecio de la capacidad sexual.
Las víctimas agredidas viven una sexualidad para los demás, en donde su placer no
existe o está muy mezclado con sentimientos de culpabilidad, lo que les conduce a
rechazar su cuerpo y su sentir.
Este tipo de violencia se da muchas veces entre los parientes de los niños como tíos,
primos, abuelos, etc. Que obligan a los niños a realizar actos sexuales frente a ellos,
tales como masturbación o mostrarles sus órganos sexuales, etc.
En ambos casos difícilmente la familia o la victima recurre a las autoridades a
denunciar el caso de violencia sexual por vergüenza, por que las autoridades no dan
resultados a la situación, porque no les creen a los niños o porque consideran que los
mayores tienen todo el derecho sobre ellos y que el esposo tiene todo el derecho
sobre la mujer, lo cual es una ideología errónea.
Violencia Económica
La violencia económica se refiere a no cubrir las necesidades básicas de la persona y
ejercer control a través de recursos económicos.
Este tipo de violencia es muy frecuentada sobre las personas de la tercera edad,
aquellas que no pueden sostener su economía por si solos y que necesitan de alguien
que solvente sus gastos, puesto que en muchos de los casos la persona que aporta el
dinero, también es quien limita al adulto mayor sobre sus gastos y no cubre con las
necesidades básicas de este.
Las repercusiones de este tipo de violencia también son psicológicas ya que puede
sentirse inútil e incapaz de remediar la situación y de estar sometido a alguien y
sentirse carga de este lo cual viene terminando en huida del hogar o suicidio.
CAUSAS PARA QUE SE PRODUZCA LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
En el mundo tres de cada cuatro mujeres sufren diversos tipos de agresiones dentro
del hogar, principalmente a manos de hombres de la familia. En México, cada año
miles de niños son atendidos en hospitales por que han sido víctimas de maltrato por
parte de sus padres o algún otro familiar. Los tipos de violencia muchas veces no se
consideran como tal, porque hombres y mujeres ya sea como hijos, esposas, esposos,
pareja o padres y madres de familia, creen que los golpes, los gritos y las amenazas
son una forma "natural" de "corregir" o "educar". ¿Por qué la violencia?, ¿Por qué
los padres violentos?, ¿Por qué los abusos sexuales en la familia?, ¿Por qué tantos
traumas y cicatrices psicológicas?, etc. Estas son solo algunas de las preguntas que
quizás nos planteemos para saber el origen de la violencia en cada una de las
familias, cuáles son los factores que la originan, en que tipos de familias se dan, etc.
• Alcoholismo
En República Dominicana el alcoholismo se encuentra dentro de la lista de los
problemas más graves puesto que este es un problema que trae consigo una serie de
consecuencias físicas y psicológicas en la persona consumidora de alcohol. La
dependencia del alcohol no solo ocasiona trastornos de salud, sino que también
puede originar dificultades en las relaciones familiares, pérdida del trabajo o
incremento del riesgo de sufrir accidentes de tráfico. El alcoholismo se convierte,
además, en un grave problema para el círculo social que rodea al enfermo. En
algunos países se ha tratado, para controlar el abuso del alcohol, de aprobar leyes que
castiguen su consumo y prohíban la distribución de bebidas alcohólicas a menores de
edad. Así mismo se le considera al alcoholismo una de las principales causas de la
violencia domestica ya que en muchas ocasiones son los hombres quienes al estar
bajo los efectos del alcohol golpean a sus esposas e hijos provocando también
violencia psicológica, sexual y económica.
• Desempleo
Desempleo, paro forzoso o desocupación de los asalariados que pueden y quieren
trabajar, pero no encuentran un puesto de trabajo. En las sociedades en las que la
mayoría de la población vive de trabajar para los demás, el no poder encontrar un
trabajo es un grave problema debido a los costes humanos derivados de la privación
y del sentimiento de rechazo y de fracaso personal. El desempleo también se puede
considerar causa de la violencia, principalmente la violencia económica la cual en
ocasiones provoca que se limite a las familias acerca del dinero para cubrir las
necesidades básicas como la comida, la salud y la recreación.

• Drogadicción
Los efectos de las drogas son múltiples y complejos. En ocasiones, dependen de
factores como la pureza, la vía de administración, la dosis consumida, la frecuencia y
las circunstancias que acompañan al consumo (entorno, lugar, mezcla con otras
sustancias). Las drogas actúan sobre el sistema nervioso central produciendo un
efecto depresor, estimulante o perturbador
• Medio Ambiente Propicio.
El ambiente propicio para que se desarrolle cualquier tipo de violencia entre los
miembros de la familia es un espacio difícil, donde existen preocupaciones o
conflictos, como escasez económica, problemas en el trabajo, falta de empleo,
alcoholismo, drogadicción, hacinamiento, infidelidad y celos.
Ciclo de la Violencia Intrafamiliar.
El ciclo de la Violencia Intrafamiliar es el conjunto de etapas por las que atraviesa
una pareja donde existe violencia doméstica, que tienden a repetirse periódicamente
y juntas conforman el ciclo de la violencia; del que resulta difícil salir cuando se ha
adoptado esta manera de relacionarse.
Fase 1. Incidentes menores
Se manifiestan incidentes menores de violencia.
Recurre a la negación como mecanismo de defensa: tuvo problemas en el trabajo,
esta cansado/a, estaba borracho/a, yo tengo la culpa, ya cambiará con el tiempo.
Fase 2. Explosión Explicación.
Se produce entonces un incidente agudo de agresión, caracterizado por el descontrol
y la destructividad.
Fase 3. Distanciamiento.
En esta fase la pareja se distancia temporalmente, se produce la "ley del hielo".
Fase 4. Reconciliación.
Es la fase del arrepentimiento y las disculpas. El agresor se muestra cariñoso,
arrepentido, suplica perdón y promete no volver a repetir su conducta.
Para salir del círculo de la violencia es necesario cambiar conceptos y actitudes en
cada integrante de la pareja o separarse definitivamente, de lo contrario al
acumularse nuevamente las tensiones el círculo se repetirá
Consecuencias de la violencia intrafamiliar
Las consecuencias de la violencia intrafamiliar son múltiples y variadas. Vamos a
dividirlas en función de la población que sufre el maltrato y del tipo de violencia que
se ejerce.
Consecuencias de la violencia en los menores
Los menores son un colectivo especialmente vulnerable y en el que las
consecuencias de la violencia son más dramáticas, tanto si se ejerce sobre ellos como
si viven en un domicilio en el que se hace uso de la violencia entre los familiares.
Por otro lado, los estudios indican que, en algunos casos, las secuelas emocionales
pueden desembocar en la reproducción en el futuro de esta forma de violencia. Si el
niño crece en un ambiente en el que el uso de la violencia es la manera de resolver
los conflictos es posible que aprenda esta misma pauta desarrollando un déficit en las
habilidades para la resolución de problemas.
Además, en estos menores aparecen alteraciones que afectan a diferentes áreas de su
desarrollo:
• A nivel físico: aparecen retraso en el crecimiento, problemas de sueño,
trastornos de la conducta alimentaria y síntomas psicosomáticos como alergias,
problemas gastrointestinales, dolores de cabeza, etc.
• A nivel emocional: aparecen problemas de ansiedad, depresión, baja autoestima,
déficit de habilidades sociales, estrés post-traumático y aislamiento social.
• A nivel cognitivo: pueden aparecer retrasos en el desarrollo verbal y del lenguaje
y alteración del rendimiento escolar.
• A nivel de comportamiento: conductas violentas hacia los demás, inmadurez,
déficit de atención, retraimiento y conductas autodestructivas.
Consecuencias de la violencia en la pareja
Aunque la gran mayoría de los casos de violencia son ejercidos del hombre hacia la
mujer, también existen casos en los que el maltrato lo sufren los hombres,
especialmente del tipo psicológico. Las consecuencias derivadas del maltrato las
encontramos en tres niveles:
• A nivel físico: lesiones (heridas, golpes, quemaduras, etc.), mayor vulnerabilidad
a padecer una enfermedad y descuido personal. En el caso de las mujeres sufren
riesgo de embarazos no deseados si son forzadas a mantener relaciones sexuales.
• A nivel psicológico: puede aparecer estrés postraumático, depresión, ansiedad,
baja autoestima, intentos de suicidio, abuso de alcohol y otras sustancias,
disfunciones sexuales, trastornos somáticos (dolores de cabeza, problemas
gastrointestinales, malestar generalizado e inespecífico, etc.), sentimiento de
culpabilidad, sentimiento de desesperanza y vacío.
• A nivel social: actitud de desconfianza y hostilidad hacia todo el mundo,
aislamiento social, sentimiento de peligro y amenaza constantes por parte de todo lo
que les rodea.
Consecuencias de la violencia en la tercera edad y personas discapacitadas
Estos colectivos, al igual que los menores, son especialmente vulnerables. En estos
casos, además de la violencia que sufren, hay que sumarles la edad y en muchos
casos la dependencia física y /o económica del agresor.
Además, muchos de los casos de este tipo de violencia nunca llegan a conocerse
debido a que el anciano o la persona discapacitada no se encuentran en condiciones
de realizar una denuncia. De nuevo podemos dividir las consecuencias en función del
área afectada:
• A nivel físico: aparecen lesiones de todo tipo que en algunos casos dejan graves
secuelas e incluso la muerte, desnutrición, deshidratación, fracturas debido a las
caídas o los golpes, abandono y falta de cuidados.
• A nivel psicológico: depresión, ansiedad, sentimiento de soledad e incapacidad,
sentimiento de indefensión y desesperanza, ideación suicida y problemas somáticos.
• A nivel social: aislamiento del entorno. En algunos casos la única persona con la
que se pueden relacionar es con el propio agresor.
Consecuencias para el agresor
Numerosos estudios coinciden en señalar una serie de consecuencias que aparecen en
la persona que ejerce la violencia:
• Incapacidad para disfrutar de una relación de pareja o familiar satisfactoria y
gratificante.
• Riesgo de ruptura y pérdida de los familiares. Rechazo por parte de la familia y
el entorno social.
• Riesgo de detección y condena por parte de la justicia.
• Aislamiento social.
• Sentimiento de frustración, fracaso y resentimiento.
• Baja autoestima.
• Dificultad para pedir ayuda psicológica.
• Abuso del alcohol y otras sustancias.
Características de la Violencia Intrafamiliar.
De las víctimas de Violencia intrafamiliar.
• Baja Autoestima.
• Acepta la responsabilidad de las agresiones.
• Sufre sentimientos de culpa.
Del Agresor/a
• Personas con una marcada mezcla de amor y temor a la pareja.
• No se creen merecedores del cariño de sus parejas y sienten un temor constante
al abandono.
• Los agresores creen que su compañera/o los aniquila emocionalmente, perdiendo
el poder sobre si mismos.
• La persona agresora logra autoafirmarse si se siente necesario, para lo cual
refuerza la dependencia.
• Han sido formados con un aislamiento emocional.
De los hijos/as donde existe violencia doméstica.
• Apatía.
• Violencia.
• Insensibilidad.
• Dificultad para expresarse.
• Falta de seguridad personal.
• Tendencia a repetir las conductas aprendidas.
• Dificultad para escoger en base a sus propios criterios.
• Pueden presentar síntomas de deficiencia mental.
• Seudomadurez.
• Estados de pánico.
• Control de impulsos alterado.
Factores de riesgo y vulnerabilidad
Aunque cualquier persona (con independencia de su sexo, edad, raza, nivel
sociocultural, etc.) puede ser víctima de violencia intrafamiliar, determinados
estudios coinciden en señalar una serie de características que pueden influir a la hora
de sufrir este tipo de maltrato.
Factores de riesgo para los menores:
• Ser menor de seis años.
• Tener problemas de conducta y/o hiperactividad.
• Padres jóvenes y/o con bajo nivel educativo.
• Padre/madre con problemas de alcohol u otras sustancias.
• Hogar monoparental.
• Elevado número de hijos en la familia.
• Violencia entre los padres.
• Que los padres hayan sufrido maltrato en su infancia.
• Creencias sobre el derecho de los padres a ejercer la violencia para educar a los
hijos.
Factores de riesgo para la violencia de pareja:
• Sexo femenino y menor de 25 años.
• Bajo nivel educativo y/o socioeconómico.
• Experiencias de violencia y maltrato en la infancia.
• Residencia urbana.
• Baja autonomía y baja autoestima de la persona maltratada.
• Creencias tradicionales y de roles de género.
• Bajo poder de decisión de la persona maltratada.
• Escasez de apoyo institucional ante la violencia.
• Justificación y tolerancia de la violencia como forma de resolver los problemas o
de someter a la pareja.
Factores de riesgo para la violencia en personas mayores:
• Pertenecer al sexo femenino.
• Edad avanzada.
• Vínculo conyugal con el cuidador.
• Problemas de movilidad.
• Dependencia económica.
• Dependencia para los cuidados básicos.
• Enfermedad y problemas de salud.
• Impedimentos psíquicos o cognitivos.
• Sobreexposición del cuidador, un único cuidador de la persona dependiente.
• Ausencia de recursos y programas sociales de apoyo a la dependencia y al
cuidador.
• Aislamiento social.
Factores de riesgo en las personas discapacitadas:
• Pertenecer al sexo femenino.
• Inmovilidad física o movilidad limitada.
• Dependencia emocional del cuidador.
• Incapacidad de comunicarse y/o de reconocer el abuso.
• Problemas de salud.
• Bajo nivel educativo y socioeconómico.
• Desempleo y/o imposibilidad de acceder a un empleo.
• Sobreexposición del cuidador.
• Ausencia de recursos y programas sociales de apoyo.
• Aislamiento social.
Prevención de la violencia intrafamiliar
Para llegar a erradicar este tipo de violencia, una herramienta fundamental es la
prevención. Con esta estrategia se busca erradicar el problema desde su raíz y puede
realizarse a tres niveles diferentes:
A nivel primario
Mediante la modificación de las creencias culturales que perpetúan la superioridad
del hombre frente a la mujer o la superioridad del fuerte contra el débil. Cuestionar la
violencia como una vía útil para resolver los conflictos.
Trabajar en reducir el nivel de tolerancia de este tipo de comportamiento a todos los
niveles y buscar el rechazo y la condena de estas situaciones. Y por último, es de
especial importancia realizar campañas de sensibilización y difusión de información
de las formas de violencia, sus consecuencias y cómo actuar frente a ella.
La prevención a nivel primario es de crucial importancia en el ámbito educativo.
A nivel secundario
En este tipo de prevención aparece la necesidad de formación y reciclaje de todos los
profesionales que puedan estar en contacto con víctimas de violencia para que
entiendan la situación en la que se encuentran y poder ayudarles de la forma más
adecuada.
En este contexto es especialmente importante la formación al personal sanitario, a las
fuerzas de seguridad, servicios sociales, abogados y jueces.
En definitiva, a todos los profesionales que puedan estar implicados en la detección o
intervención en situaciones de violencia.
A nivel terciario
Por último, es necesario disponer de una serie de servicios y recursos de atención,
asesoramiento, protección y asistencia a los que puedan acudir las víctimas de
violencia.

ABUSO SEXUAL.
Generalidades.
Según el diccionario de La Real Academia Española (RAE) define al abuso como
usar mal, excesiva, injusta, impropia o indebidamente algo o alguien. El abuso sexual
se puede dar entre personas adultas, un adulto a un niño, o entre niños. Un abusador
sexual obliga a su víctima a tener actividad sexual con él. Entendiéndose como
actividad sexual a todo acto de penetración de los genitales.
El abuso sexual se refiere a cualquier acción que presiona u obliga a alguien a hacer
algo sexualmente que no quiere hacer. También puede referirse al comportamiento
que afecta la habilidad de la persona de controlar su actividad sexual o las
circunstancias bajo las cuales ocurre la actividad sexual. Esto incluye el sexo oral, la
violación o impedir el acceso a métodos anticonceptivos y condones.
Es importante saber que solo porque la víctima “no dijo no”, eso no significa que
haya dicho que “sí”. Cuando alguien no pone resistencia a una insinuación sexual
indeseada, eso no significa que haya dado su permiso. Algunas veces poner
resistencia física puede poner a la víctima bajo mayor riesgo de ser dañada
físicamente o abusada sexualmente.
Algunas personas piensan que si la víctima no ha puesto resistencia, que entonces no
cuenta como abuso. Eso no es cierto. Aun así es abuso. Este mito es malsano porque
hace más difícil que la víctima denuncie lo sucedido y hace más probable que se
culpe a sí mismo(a). No importa si fue drogada o si se sintió presionado(a), intimidad
u obligado(a) a actuar de cierta manera, la culpa nunca la tiene la víctima.
Se debe tener claro que el abuso sexual no es únicamente la penetración de los
genitales, también es el obligar a tener sexo oral, obligar a tocar sus genitales, obligar
a observar masturbándose, etc. Este tipo de actos tan despreciables no tienen un lugar
específico pueden ocurrir dentro de la misma familia, en el trabajo, en los centros
educativos etc. Existen varias señales o síntomas que nos indicarán que ha ocurrido
un abuso sexual:
● Cambios en la conducta de la víctima.
● Señales de dolor en las zonas de los genitales.
● En el caso de los niños muestra de sangramiento.
● Depresión.
● Embarazo.
Vivimos en una sociedad donde la pérdida de valores se ha acrecentado, el consumo
de drogas, alcohol, puede desencadenar este tipo de conductas, como padres se debe
estar atento ante cualquier cambio en la conducta de los hijos, que alerte de que algo
está pasando, desconfiar de todos, hasta de los mismos familiares, es lamentable,
pero es la realidad, como dice el dicho “caras vemos corazones no sabemos”.
La preocupación por el tema está alcanzando cada vez mayor importancia para las
autoridades, como para las diversas instituciones tanto públicas como privadas que se
relacionan con el tema. Existe cada vez mayor información acerca de las severas
repercusiones físicas, psicológicas, sociales y familiares que sufre una niña,
adolescente o joven que es víctima de Violencia Sexual desde el Acoso Sexual hasta
la Violación y por lo tanto es más evidente la necesidad de que sea atendida en forma
adecuada por profesionales de la salud, de protección de menores, policiales y otros.

El abuso sexual infantil.


El abuso sexual ocurre cuando un niño es utilizado para la estimulación sexual de su
agresor (un adulto conocido o desconocido, un pariente) o la gratificación de un
observador. Implica toda interacción sexual en la que el consentimiento no existe o
no puede ser dado, independientemente de si el niño entiende la naturaleza sexual de
la actividad e incluso cuando no muestre signos de rechazo.
Con frecuencia, las personas que han sido abusadas sexualmente se sienten culpables
por no haberse sentido suficientemente seguros para decirle a alguien lo que les
estaba sucediendo en el momento.
El contacto sexual entre un adolescente y un niño o una niña más pequeños también
puede ser abusivo si hay una significativa disparidad en la edad, el desarrollo, el
tamaño o si existe un aprovechamiento intencionado de esas diferencias.
● La interacción abusiva, que puede ocurrir con o sin contacto sexual, incluye:
● Los manoseos, frotamientos, contactos y besos sexuales.
● El coito Inter femoral (entre los muslos).
● La penetración sexual o su intento, por vía vaginal, anal y bucal aún cuando se
introduzcan objetos.
● El exhibicionismo y el voyerismo.
● Actitudes intrusivas sexualizadas, como efectuar comentarios lascivos e
indagaciones inapropiadas acerca de la intimidad sexual de los menores.
● La exhibición de pornografía. En ocasiones, disfrazada como “educación
sexual”.
● Instar a que los menores tengan sexo entre sí o fotografiarlos en poses sexuales.
● Contactar a un menor vía internet con propósitos sexuales.
No hay niño preparado psicológicamente para hacerle frente al estímulo sexual
repetitivo. Aun los niños de dos o tres años que no pueden saber que la actividad
sexual es incorrecta, desarrollarán problemas como resultado de su inhabilidad para
hacerle frente a la sobre-estimulación. .
El niño de cinco años o más que conoce y aprecia al que lo abusa se siente atrapado
entre el afecto y la lealtad que siente hacia esa persona y la sensación de que las
actividades sexuales son terriblemente malas. Si el niño trata de romper con las
relaciones sexuales, el que lo abusa puede amenazar mediante la violencia o
negándole su afecto.
Cuando los abusos sexuales ocurren en la familia, el niño puede tenerle miedo a la
ira, los celos o la vergüenza de otros miembros de la familia, o quizás puede temer
que la familia se desintegre si se descubre el secreto. El niño que es víctima de abuso
sexual prolongado generalmente desarrolla una pérdida de autoestima, tiene la
sensación de que no vale nada y adquiere una perspectiva anormal de la sexualidad.
El niño puede volverse muy retraído, perder la confianza en todos los adultos y
puede llegar a considerar el suicidio. Algunos niños que han sido abusados
sexualmente tienen dificultad para establecer relaciones con otras personas a menos
que estas relaciones tengan una base sexual. Algunos niños que han sido abusados
sexualmente se convierten en adultos que abusan de otros niños, se dan a la
prostitución, o pueden tener otros problemas serios cuando llegan a adultos.
Muchas veces en el niño no hay señales físicas de abuso sexual. Algunas señales sólo
pueden ser reconocidas mediante un examen físico por un médico.
Los niños abusados sexualmente pueden desarrollar lo siguiente:
● Interés poco usual en, o el evitar, todo lo de naturaleza sexual
● Problemas con el dormir o pesadillas
● Depresión o aislamiento de sus amigos y familia
● Comportamiento seductor
● Decir que tienen el cuerpo sucio o dañado, o tener miedo de que haya algo malo
en sus genitales
● Negarse a ir a la escuela
● Delincuencia/problemas de conducta secretividad.
● Evidencia de abusos o molestias sexuales en sus dibujos, juegos o fantasías
● Agresividad poco común
● Comportamiento suicida
Los que abusan sexualmente de los niños pueden hacer que el niño se muestre
extremadamente temeroso de revelar las acciones del agresor y, sólo cuando se ha
hecho un esfuerzo para ayudarlo a sentirse seguro, puede el niño hablar libremente.
Si un niño/niña dice que ha sido molestado sexualmente, los padres deben tratar de
mantenerse calmados y hacerle sentir que lo sucedido no fue culpa suya.
.
Los padres pueden impedir o disminuir la oportunidad del abuso sexual sugiriendo:
Si alguien trata de tocarte el cuerpo y de hacerte cosas que te hacen sentir raro, dile
que NO a la persona y ven a contármelo enseguida enseñándole a los niños que el
respeto a los mayores no quiere decir que tienen que obedecer ciegamente a los
adultos y a las figuras de autoridades.
Los niños que han sufrido abusos sexuales y sus familias necesitan evaluación y
tratamiento profesional inmediato. Los psiquiatras de niños y adolescentes pueden
ayudar a los niños que han sido abusados a recuperar su sentido de autoestima, a
sobrellevar sus sentimientos de culpabilidad acerca del abuso y a comenzar el
proceso de superación del trauma. Estos tratamientos pueden reducir el riesgo de que
el niño desarrolle serios problemas cuando llegue a adulto
El abuso sexual como una cuestión sobre la sexualidad del menor.
Una vez establecido que el abuso sexual no es sino una forma de maltrato al niño o a
la niña y que éste maltrato supone y se basa en un abuso de poder sobre el menor, es
importante, de cara a la conceptualización del abuso sexual infantil, abordar sus
particularidades. El abuso sexual es una forma de abuso que afecta a la sexualidad
del individuo.
En este punto es importante diferenciar la intimidad de la sexualidad y de la
genitalidad. La intimidad de la persona está compuesta de múltiples contenidos y uno
de ellos es la sexualidad, que a su vez no puede ser limitada a la genitalidad. Este es
uno de los factores esenciales a la hora de comprender el abuso sexual infantil. En
efecto, éste no se limita a realizar conductas genitales con el niño sino a un abanico
de conductas sexuales mucho más amplio.
La victimización del niño en el abuso sexual infantil es psicológicamente dañina,
socialmente censurable y legalmente perseguible. Sin embargo, el componente
sexual de esta forma de maltrato hace que su detección, la revelación e incluso la
persecución de este tipo de delitos sea mucho más difícil. La detección viene
dificultada por los miedos y mitos respecto al tema, puesto que invade la parcela
privada relacional de la persona. No deja indiferente a nadie, nos afecta y nos
interpela. Además, existe un gran número de falsas creencias y mitos sobre la
sexualidad infantil y las relaciones familiares que afectan a la detección de los casos
de abuso sexual infantil. Asimismo, la revelación se dificulta, tanto para la víctima
como para el agresor.
Algunos agresores pueden llegar a relatar el maltrato físico o la negligencia, pero
difícilmente relatarán un abuso, cuyo componente de secreto es imprescindible para
mantener su impunidad. Para la víctima, mucho más, puesto que narrará aspectos que
atañen a esa esfera privada que presupone difícil de creer por su entorno, como lo es
para él o para ella cuando el abuso sexual comienza. En cuanto a la persecución
legal, el hecho de que el abuso sexual infantil se considere un delito privado va en
esta línea. Por todo ello, el componente sexual de este tipo de abuso presenta y
supone unas dificultades añadidas a las ya de por sí importantes en cualquier tipo de
maltrato infantil.

Falsas creencias sobre el abuso sexual infantil.


A continuación, se referencia una clasificación interesante elaborada por Félix López
y Amaia del Campo acerca de las falsas creencias existentes en el abuso sexual
infantil.
● Los abusos sexuales solo los sufren las niñas.
● Hoy en día se dan más casos de abuso sexual que en el pasado.
● Quienes cometen abusos sexuales son enfermos psiquiátricos.
● Los abusos sexuales no se dan en todo tipo de situaciones sociales.
● Los niños y niñas en este caso no dicen la verdad.
● Los niños y niñas son responsables de abuso sexual.
● Los niños y niñas a veces pueden evitar el abuso sexual.
● Si el abuso tuviese lugar sobre un menor de mi entorno cercano, yo lo detectaría.
● Cuando se da un abuso sexual sobre un niño o niña, su familia lo denuncia.
● Los agresores sexuales son casi siempre desconocidos.
● Los efectos de un abuso sexual son casi siempre muy graves.
● Los abusos sexuales siempre van acompañados de violencia física.
● Los abusos sexuales son poco frecuentes.

Víctimas de abuso sexual.


Cualquier menor puede ser víctima de abuso sexual, independientemente de su edad,
género, etnia y nivel sociocultural. A diferencia del maltrato físico y la negligencia,
en los que el agresor es típicamente una figura parental, el agresor de un abuso
sexual contra los menores puede ser cualquier persona.
Desde un punto de vista estadístico, una parte importante de los abusos es de tipo
incestuosa, ejercida por familiares y conocidos del menor y favorecida por la
convivencia o cercanía. Los menores de edad siempre son vulnerables frente a los
adultos porque están en desarrollo, son dependientes y establecen vínculos signados
por la asimetría mental y física. Los niños y las niñas carecen de recursos suficientes
para auto protegerse frente al agresor, y en la adolescencia la inexperiencia e
inmadurez son factores decisivos.
Factores de riesgo para el abuso de menores
Existen circunstancias que hacen más probable que se produzca un abuso sexual, a
esto se le llama factores de riesgo. Estos factores no son causas que automáticamente
provoquen el abuso sexual, son circunstancias que debemos tomar en cuenta y que
hacen más probable que ocurra un abuso. Entre estos factores están:
● Consumo de alcohol o drogas de uno o ambos padres o de otro familiar que
convive con el niño.
● Discapacidad psíquica grave de uno o ambos padres o de los familiares que
conviven con el niño.
● Historia de maltrato previa en uno o ambos padres o familiares.
● Falta o deficiencias de vínculo entre los padres y el niño.
● Falta de red de apoyo social en la familia.
● Problemas de ruptura familiar.
● Desempleo o pobreza.
● Falta de reconocimiento de los Derechos del niño como persona.
● Aceptación de prácticas como el castigo físico.
Diferentes investigaciones han encontrado que un factor que influye para que
aparezca el maltrato y abuso sexual es un modelo de creencias rígido, formal e
idealizado: "Cómo debe ser una buena familia", "Quién debe decidir en grupo",
Cómo debe comportarse un buen bebé" (por ejemplo, que sea obediente), "Cómo
debe comportarse la mamá en familia" (por ejemplo, callada y sumisa), etc. Este tipo
de ideas fomenta relaciones de control, limita las relaciones de igual a igual y frena
el aprendizaje compartido dentro de la familia.
La mayoría de los abusos sexuales son cometidos por varones adultos. Diferentes
estudios a escala internacional afirman que las agresiones por varones ascienden a
86,6% en comparación con 13,9 % de mujeres.
Entre las formas de abuso sexual se encuentran: mostrar al niño o niña material
sexualmente explícito sin fines educativos como la pornografía, besar al niño o niña
como adulto, sexo oral, anal y genital, exponer a niñas y niños a actos sexuales entre
adultos, exhibicionismo, irrumpir su intimidad, etc.

Causas del abuso infantil


Podemos hablar de causas multifactoriales que suelen estar interrelacionadas y
pueden ser:
● Familiares.
● Culturales.
● Sociales.
● Individuales.

Familiares
Endogamia
Se puede decir que la familia es el espacio donde el ser humano crece y se desarrolla
como individuo, es el lugar donde logra la individualización.
Cuando el tabú del incesto no se cumple predomina la indiscriminación de vínculos
familiares (familia actual - familia de origen), como la indiscriminación generacional
(padres - hijos) y de tiempo (pasado - presente). Cuanto mayor sea esta
indiscriminación mayor será la patología y la posibilidad de abuso, sobre todo
sexual.
Cuando el hijo significa para los padres una mera prolongación de ellos mismos,
cualquier inadecuación del pequeño respecto a las ilusorias expectativas de los
padres, pueden generar sentimientos de enorme frustración, odio y rechazo, al punto
de desencadenar conductas abusivas, tanto físicas como emocionales.
Para que el niño logre un adecuado desarrollo en la vida, los padres deben sentir que
además de ser parte de ellos, el hijo es a la vez alguien único y diferente y que se
debe respetar como ser humano y que es una persona con derechos y deberes igual
que ellos en el clan familiar.

Culturales
Autoritarismo Masculino
Es de orden cultural, económico y biológico y se origina en la supremacía física y
cultural del hombre sobre la mujer y los niños. En lugar de hacer respetar la ley, él se
cree la Ley (machismo).

Sociales
Aislamiento social
En las familias muy aisladas socialmente, las dificultades de integración pueden
deberse a que viven o provienen de lugares muy apartados o a otros motivos de
índole psicológica. También, es habitual el abuso en aquellas familias que viven
hacinadas por motivos socioeconómicos y que debido a esa cercanía se despiertan en
ellos las necesidades biológicas y afectivas.

Individuales
Aumento de tensión o estrés
Personas que están atravesando una crisis por motivos económicos o afectivos, etc.
(la frustración puede producir aumento de la agresión, regresiones, alcoholismo)
pueden ser personas potencialmente abusadoras, siempre que haya una
predisposición, sobre todo si no cuentan -como en el caso del aislamiento social- con
fuentes de apoyo externas, familiares o comunitarias.

Historia de abuso intergeneracional


Un gran porcentaje de abusadores han sido abusados ellos mismos de niños y repiten
el modelo del padre o del familiar que tuvieron, lo que no quiere decir que todo niño
abusado se vaya a transformar en abusador. (Haciendo activo lo que sufriera
pasivamente como una forma de venganza).
Muchas veces permanece en posición pasiva siendo siempre una víctima propicia
para el abuso.
Supervisión deficiente
Niños poco atendidos, quizá debido a que ambos cónyuges trabajan, o
Los niños permanecen muy solos o poco comunicados son proclives a convertirse en
víctimas fáciles del abuso.
Personalidad perversa
Si bien es cierto que algunos abusadores son considerados sádicos, perversos, adictos
al alcohol u otras drogas, es difícil dar un perfil del abusador, porque los hay de muy
distintas personalidades.
Pueden ser individuos muy enfermos, en los cuales la personalidad está afectada en
todas sus áreas, pero también pueden ser individuos que lleven una vida
aparentemente normal, siendo el abuso el único rasgo anormal.
El abuso puede darse en cualquier estructura de personalidad: psicótica, perversa o
neurótica, siendo por lo general más grave cuando mayor sea el trastorno de
personalidad.
● Personalidad psicopática o perversa: Son autoritarios, narcisistas; consideran a
los demás como objetos a los que manipulan para satisfacer sus deseos sexuales o
agresivos, de dominio y poder; no sienten culpa. Manipulan los sentimientos,
pensamientos y percepciones de los otros a los que ven como víctimas.
● Personalidad psicótica: No tiene verdadera conciencia de sus actos.
● Personalidad neurótica: Pueden actuar impulsivamente como una manera de
compensar frustraciones y luego arrepentirse.
En el abuso sexual, por lo general, se utiliza la seducción, que suele comenzar como
juegos de tocar y hacer cosquillas. Estos juegos se van socializando cada vez más
pero el niño no se anima a contarlos por diferentes motivos: siente culpa, siente
placer, miedo a que no le crean, miedo al reproche, se siente confundido, no sabe si
está bien o mal, etc. En la mayor parte de los casos existe en el abusador una gran
dificultad para relacionarse sexualmente con un adulto.

Consecuencias del abuso sexual infantil


Los niños y niñas que sobreviven al abuso suelen sufrir daños físicos y psicológicos
a corto y largo plazo, que afectan su capacidad de aprender y de relacionarse
socialmente. Los niños y niñas que sobreviven al abuso – según destaca el informe
del Estado Mundial de la Infancia 2007- suelen sufrir daños físicos y psicológicos a
corto y largo plazo, que afectan su capacidad de aprender y de relacionarse
socialmente.
Junto a los graves problemas en el ajuste sexual, destacan también trastornos
disociativos de la personalidad que originan problemas sociales.
Las consecuencias son diferentes si la persona abusadora es un familiar, un extraño u
otro niño mayor que él o ella. También difieren si la relación sexual ha sido violenta
o no. Los abusos en familia suelen ser más traumáticos, ya que para el niño suponen
además sentimientos contradictorios en cuanto a la confianza, la protección, y el
apego que esperamos y sentimos con relación a nuestros propios familiares.
Consecuencias del abuso sexual infantil a corto plazo.
De entre las consecuencias a corto plazo, conviene recalcar un fenómeno importante:
el Síndrome de acomodación al abuso sexual infantil, que tiene muchos paralelismos
con el síndrome de Estocolmo y que incluye cinco fases:
1. Impotencia. Los niños víctimas de abuso sexual generan un fenómeno de
indefensión aprendida, puesto que sus intentos por evitar el abuso resultan vanos.
Poco a poco dejarán de intentarlo siquiera.
2. Mantenimiento del secreto. La manipulación y la amenaza a la que son sometidos
les obliga a mantener, sobre todo, en los casos de abuso intrafamiliar una doble vida
para mantener el secreto y evitar la revelación.
3. Entrampamiento y acomodación. Si el abuso se prolonga en el tiempo, el niño
poco a poco irá asumiendo el papel de pareja del agresor.
4. Revelación espontánea o forzada. Cuando se llega a la revelación, suele ocurrir
con un igual, pudiéndose producirse bien de manera espontánea o bien forzada por
un adulto al valorar los indicios.
5. Retracción. Si no hay una intervención efectiva, incluso habiéndome, la retracción
es frecuente, por culpa, vergüenza o miedo.
Posteriormente, las consecuencias asociadas al abuso sexual tienen que ver
igualmente con el Síndrome de Stress Postraumático. Es importante recordar que
algunos niños pueden vivir un abuso sexual y permanecer asintomáticos, es decir, no
mostrar signo alguno de trauma.
El motivo puede ser desde la propia vivencia del niño (que según su edad y la
ejecución del abuso, puede no percibirlo como una agresión) a un fenómeno de
bloqueo pasajero.
Consecuencias a largo plazo
● FÍSICAS. Dolores crónicos generales, hipocondría o trastornos psicosomáticos,
alteraciones del sueño y pesadillas constantes, problemas gastrointestinales, desorden
alimentario.
● CONDUCTUALES. Intentos de suicidio, consumo de drogas y alcohol,
trastornos de la identidad.
● EMOCIONALES. Depresión, ansiedad, baja autoestima, dificultades para
expresar sentimientos.
● SEXUALES. Fobias sexuales, disfunciones sexuales, falta de satisfacción o
incapacidad para el orgasmo, alteración de la motivación sexual en exceso o en
defecto, mayor probabilidad de sufrir violaciones y de entrar en la prostitución,
adicciones sexuales, dificultades para establecer relaciones sexuales sanas.
● SOCIALES. Problemas de relaciones interpersonales, ausencia de confianza en
los demás, aislamiento, dificultades de vinculación afectiva con los hijos. Pero, así
como las consecuencias son duras, sin embargo, estos pueden ser la semilla para
iniciar el proceso de recuperación.

Consecuencias sicológicas del abuso sexual infantil.


Problemas emocionales: Dentro de este apartado destacan, por su presencia en gran
parte de las víctimas de abuso sexual infantil, los trastornos depresivos y bipolares;
los síntomas y trastornos de ansiedad, destacando por su elevada frecuencia el
trastorno por estrés postraumático; el trastorno límite de la personalidad; así como las
conductas autodestructivas (negligencia en las obligaciones, conductas de riesgo,
ausencia de autoprotección, entre otras); las conductas autolesivas; las ideas suicidas
e intentos de suicidio; y la baja autoestima. Fue detectado en el 72% de la muestra
con la presencia variada de uno y otro problema emocional.
Problemas de relación
El área de las relaciones interpersonales es una de las que suele quedar más afectada,
tanto inicialmente como a largo plazo, en víctimas de abuso sexual infantil. Esta área
fue la de mayor por ciento existente en la muestra, casi la totalidad de esta presenta
dificultades en el establecimiento de relaciones con los coetáneos y dificultades en
los padres como pareja.
Destaca la presencia de un mayor aislamiento y ansiedad social, menor cantidad de
amigos y de interacciones sociales, así como bajos niveles de participación en
actividades comunitarias. Se observa también un desajuste en las relaciones de
pareja, con relaciones inestables y una evaluación negativa de las mismas, entre
otras. También aparecen dificultades en la crianza de los hijos, con estilos parentales
más permisivos en víctimas de abuso sexual al ser comparados con grupos control,
así como un más frecuente uso del castigo físico ante conflictos con los hijos y una
depreciación general del rol maternal.
Problemas de conducta y adaptación social
Se observan mayores niveles de hostilidad en víctimas de abuso sexual infantil que
en grupos control, así como una mayor presencia de conductas antisociales y
trastornos de conducta. Kaufman y Widom (1999), por su parte, constataron,
mediante un estudio longitudinal (1989-1995), el mayor riesgo de huida del hogar
que presentaban las víctimas de maltrato infantil, entre ellas, de abuso sexual infantil,
en comparación con un grupo control. A su vez, la conducta de huida del hogar, así
como el haber sufrido abuso sexual infantil, incrementan el riesgo de delinquir y de
ser arrestado por delitos diversos. Dentro de la muestra existen dos niños con
problemas de conducta que están siendo valorados por el CDO del municipio para
ser insertados en una escuela apropiada para este tipo de trastorno.
Problemas funcionales
Uno de los problemas que afecta a las funciones físicas de estas víctimas de forma
más frecuente son los dolores físicos sin razón médica que los justifique. También se
observan algunas cefaleas, fibromialgias y trastornos gastrointestinales, lo que
implica un importante gasto para los sistemas de salud, especialmente si no se
diagnostican ni tratan de forma adecuada (Walker, Unutzer, Rutter, Gelfand,
Saunders, Von Korff et al., 1999).
Son diversos los estudios que demuestran la frecuente presencia de trastornos de la
conducta alimentaria en víctimas de abuso sexual infantil, especialmente de bulimia
nerviosa. También se detectan trastornos de conversión, que incluyen la afectación
de alguna de las funciones motoras o sensoriales de la víctima (APA, 2002); las
denominadas crisis convulsivas no epilépticas, que cambian brevemente el
comportamiento de una persona y parecen crisis epilépticas, si bien no son causadas
por cambios eléctricos anormales en el cerebro si no por la vivencia de
acontecimientos fuertemente estresantes; y el trastorno de somatización, definido
como la presencia de síntomas somáticos que requieren tratamiento médico y que no
pueden explicarse totalmente por la presencia de una enfermedad conocida, ni por los
efectos directos de una sustancia (APA, 2002).
Se ha observado, a su vez, la frecuente presencia de síntomas y trastornos
disociativos en víctimas de abuso sexual infantil, referidos a aquellas situaciones en
las que existe una alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la
identidad, la memoria y la percepción del entorno (APA, 2002). Concuerdan con
estos datos tres niños que tuvieron tratamiento psiquiátrico por pérdida de memoria
retrograda.
Destacan, por otro lado, los estudios sobre desórdenes ginecológicos, particularmente
dolores pélvicos crónicos, así como también un inicio significativamente temprano
de la menopausia en mujeres víctimas de abuso sexual. Este punto no pudo ser
constatado por el período de tiempo que requiere y además por no contar con la
muestra física.
Los trastornos relacionados con el abuso de substancias también aparecen
frecuentemente en estudios sobre consecuencias del abuso sexual infantil. Otros
trabajos han mostrado la relación existente entre la experiencia de abuso sexual
infantil y un peor estado de salud física general, tanto mediante síntomas físicos
reales como según la percepción de salud subjetiva de las víctimas (O"Toole,
Shrimpton, Parkinson y Oates, 2013).
Problemas sexuales
Browning y Louman (2011) defienden que la sexualidad desadaptativa es la
consecuencia más extendida del abuso sexual infantil, no obstante, destacan la no
existencia de una relación causal entre la experiencia de abuso sexual infantil y el
desarrollo de este problema, si bien el abuso sexual infantil actuaría como un
importante factor de riesgo a tener en cuenta.
Otros estudios también han confirmado la frecuente presencia de problemas de tipo
sexual en víctimas de abuso sexual infantil, como una sexualidad insatisfactoria y
disfuncional, conductas de riesgo sexual (como el mantenimiento de relaciones
sexuales sin protección, un mayor número de parejas y una mayor presencia de
enfermedades de transmisión sexual y de riesgo de VIH). Derivados de estos
problemas de tipo sexual y, particularmente de las conductas sexuales promiscuas y
del precoz inicio a la sexualidad que presentan estas víctimas, destaca también la
prostitución y la maternidad temprana.

Revictimización
La revictimización es una de las consecuencias del abuso sexual infantil relacionadas
con el área de la sexualidad que supone una mayor gravedad. Por revictimización se
entiende la experiencia posterior de violencia física y/o sexual en víctimas de abuso
sexual infantil por agresores distintos al causante del abuso en la infancia (Maker,
Kemmelmeier y Peterson, 2012). Existe una niña que ha sido revictimizada y es un
caso bastante serio que está siendo tratado por especialistas superiores dentro del
Centro y por todo un equipo multidisciplinario.
Son diversos los estudios que han mostrado el riesgo de revictimización que
presentan las víctimas de abuso sexual infantil. Las revisiones realizadas, por otro
lado, destacan las enormes diferencias existentes entre los porcentajes de
revictimización obtenidos por los diversos estudios, oscilando entre un 16% y un
72%, según las definiciones y las muestras utilizadas (Breitenbucher, 2001;
Messman- Moore y Long, 2003; Roodman y Clum, 2001).
Transmisión intergeneracional
La posible transmisión intergeneracional de las prácticas parentales, así como del
maltrato y el abuso sexual infantil sigue siendo un tema de estudio controvertido y
con resultados que pueden llegar a ser contradictorios. Un niño maltratado tiene alto
riesgo de ser perpetrador de maltrato en la etapa adulta a su pareja o a sus hijos.
Las revisiones específicas sobre la hipótesis de la transmisión intergeneracional del
maltrato, es decir, la hipótesis de la reproducción del maltrato de padres a hijos,
confirman su posible existencia (Green, 1998), aunque los autores constatan la
enorme variabilidad en los porcentajes entre diversos estudios.
Centrado en el tema del abuso sexual infantil, se han obtenido cifras de la posible
transmisión intergeneracional situadas entre el 20% y el 30% de los casos, si bien la
controversia sobre esta posible consecuencia del abuso sexual sigue existiendo y los
resultados de las diversas investigaciones no pueden considerarse definitivos.
Esta consecuencia pudo ser constatada, pero en los padres de los niños víctimas en
las historias psicosociales aparece el dato de que los padres de 4 niños de la muestra
fueron abusados durante su infancia.
La mayoría de los indicadores que a continuación se relacionan fueron encontrados
en los dibujos de los niños de la muestra que fueron analizados por los especialistas
que atendieron las particularidades de todos los casos al ser llevados al centro según
aparece en las historias clínicas revisadas:
1. Indicadores sexualmente inapropiados y agresivos, (símbolos fálicos, exposición
de genitales).
2. Incapacidad para confiar, (perspicacia, suspicacia, ojos y oídos alertas, boca
desmesuradamente grande y reforzada).
3. Figuras humanas pequeñas.
4. Ansiedad, miedo, desamparo, (impotencia).
5. Baja autoestima; depresión, rabia.
6. Conflictos familiares.
7. Daño al esquema corporal y el deterioro del concepto de "humano" en los niños
abusados.

Derechos vulnerados.
El abuso sexual contra los menores es una de las peores formas de violencia. Las
víctimas sufren un daño irreparable a su integridad física, psíquica y moral. Se daña
su derecho a la integridad, la intimidad, la privacidad y, principalmente, se vulnera el
derecho a no ser expuesto a ningún tipo de violencia, abuso, explotación o malos
tratos.
Estos derechos se encuentran protegidos a nivel internacional por la Convención
sobre los Derechos del Niño. A nivel nacional y provincial, en diversas normas, entre
las que se destaca la Ley Nacional 26.061 de Protección Integral de Niños, Niñas y
Adolescentes.
El abuso sexual es una forma de violencia previsto en el Código Civil y Comercial de
la Nación, que en su artículo 647 prohíbe específicamente cualquier tipo de malos
tratos o hechos que lesionen o menoscaben física o psíquicamente a los menores por
parte de quien tenga a su cargo la responsabilidad parental.
El abuso sexual, además, es un delito sancionado penalmente por el Código Penal de
la Nación en su Título III “Delitos contra la integridad sexual” (artículos 118 a 133).
Están previstos tres tipos de abuso sexual:
En primer lugar, el abuso sexual simple, que sucede cuando un menor es sometido a
contactos sexuales, manoseos o tocamientos en las zonas íntimas con fines sexuales.
Este tipo de contacto sexual se produce en situaciones en las que, o bien el
consentimiento no está dado porque el hecho fue realizado mediante violencia,
amenaza o abuso de poder, o bien no puede ser dado porque se cometió contra un
niño o una niña que tiene menos de 13 años.
En el segundo escenario el factor de la edad es muy importante, ya que el delito se
configura sin necesidad de que el pequeño haya sido sometido en contra de su
voluntad o haya existido abuso de poder.
El segundo tipo de abuso previsto en el Código Penal es el abuso sexual gravemente
ultrajante. Ocurre cuando la situación de abuso explicada precedentemente resulta,
por su duración o debido a las circunstancias de su realización (tiempo, modo, lugar,
medio empleado, entre otros factores) especialmente humillante y denigrante para la
víctima.
El tercer tipo es el abuso sexual agravado por el acceso carnal, que ocurre cuando
existe penetración por cualquier vía: vaginal, anal o bucal aún cuando se introduzcan
objetos u otras partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías.
Existen circunstancias agravantes del delito como el vínculo con el agresor: cuando
quien comete el abuso es el padre, madre, padrastro, madrastra, abuelo, hermano,
tutor, ministro de culto religioso, encargado de la educación o la guarda.
A esto se suma el agravante por aprovechamiento de la situación de convivencia con
los menores y el grave daño a la salud física o mental del menor como consecuencia
del abuso.
También está previsto como agravante que el agresor tuviera conocimiento de que es
portador de una enfermedad de transmisión sexual grave y hubiere existido peligro
de contagio -un agresor portador de VIH que no utiliza preservativo.
Además, están previstas las situaciones en las que el abuso es cometido por dos o
más personas, o a partir del amedrentamiento con armas, o por agresores que
pertenecen a las fuerzas policiales y de seguridad.
Finalmente, el artículo 120 establece el abuso sexual por aprovechamiento de la
inmadurez sexual. Este caso ocurre cuando el abusador, que es un adulto, somete a
un adolescente de entre 13 a 16 años a contactos sexuales gravemente ultrajantes o
con acceso carnal por aprovechamiento de su inmadurez sexual.
SEIS LEYES DE PROTECCIÓN A LA NIÑEZ QUE SANCIONAN LA
VIOLENCIA SEXUAL
Organismos privados y públicos trabajan en la prevención de este delito en
instituciones educativas, los hogares y el entorno social de los menores. Seis leyes
protegen a los niños y adolescentes en casos de violencia sexual, psicológica y física
a nivel nacional e internacional. Las normativas dictan medidas legislativas, sociales,
administrativas y judiciales para defensa de los menores que son abusados o
explotados. Estas disposiciones legales están contenidas en la Convención sobre los
derechos de los niños, en el Protocolo facultativo de la convención sobre los
derechos del niño relativo a la venta de niños, prostitución infantil y la utilización de
niños en la pornografía.
Se unen la normativa del Comité de Derecho del Niño, la Constitución del Ecuador,
Código Orgánico Integral Penal (COIP) y el Código de la Niñez y Adolescencia. La
asambleísta Silvia Salgado, presidenta de la Comisión Aampetra, organismo
encargado de investigar casos de abuso sexual a niños y adolescentes en el sistema
educativo, dijo que las cifras actuales sobre estos casos reflejan que los menores se
encuentran en estado de vulnerabilidad.
“El escenario preocupa por los casos que se han hecho públicos y en función de
conocer que este es un problema estructural que se evidencia en el sistema educativo,
pero puede estar en un contexto exterior, en la familia y en la sociedad”. La
legisladora mencionó que es necesario revisar y ahondar en leyes como el Código de
la Niñez (COIP) y la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI).
El COIP sanciona el delito de abuso sexual a niños y adolescentes con una pena de 3
a 10 años; la violación de 5 a 10 años. En casos de utilización de personas para la
exhibición pública con fines de naturaleza sexual, la sanción es de 5 a 7 años;
contacto con finalidad sexual por medios electrónicos de 3 a 5; y trata de personas
(prostitución, pornografía infantil, turismo sexual, etc.) de 16 a 26 años de privación
de la libertad. Además, la normativa prohíbe la publicación de imágenes, vídeos que
permitan la identificación de niños y adolescentes víctimas de abuso sexual.
Concientizar la denuncia Mayra Soria, fiscal de la Unidad de Género, manifestó que
es necesario que todas las instituciones del Estado se unan para prevenir el delito.
“La agresión sexual que investigamos son casos de personas con vulnerabilidad, es
decir, niños, personas con discapacidad y adolescentes. Del 100% de denuncias el
80% de los agresores se encuentra en el entorno familiar”.
La funcionaria consideró que los casos sobre violencia sexual en menores se
visualizan ahora, ya que existe una mayor conciencia de denuncia, puesto que en
instituciones públicas y privadas se trabaja por la erradicación de este problema
social.
Niños en vulnerabilidad Del total de abusos sexuales a niños y adolescentes, solo el
15% fue denunciado y el 5,3% tuvo una sanción, según el Fondo de las Naciones
Unidas para la infancia (Unicef-Ecuador). Las cifras fueron tomadas del último
estudio efectuado por la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia
de Género contra las Mujeres, en 2011. Unicef indicó que este problema ocurre
porque las víctimas callan por temor a represalias, vergüenza, impotencia o miedo a
las amenazas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Violencia de Género y la Agenda Nacional
de las Mujeres e Igualdad de Género (2014-2017), en Ecuador, 6 de cada 10 mujeres
sufrieron algún tipo de violencia: psicológica, física, sexual o patrimonial; y una de
cada 10 padeció abuso sexual antes de cumplir los 18 años. “Para Unicef este tema es
una prioridad global, tenemos una campaña que se llama ‘Fin a la violencia’ y en
muchas de nuestras oficinas, en 192 países, trabajamos para prevenir la violencia”,
dijo Andrea Apolo, vocera del organismo.
A través de la campaña ‘Ahora que lo ves di no más’, emprendida este año, la Unicef
señala que los niños callan ante el abuso sexual por culpa, vergüenza, miedo a las
consecuencias, por temor de ser acusados de complicidad, por estigmatización,
rechazo, carencia de interlocutores dispuestos a creer en sus palabras, y porque
reciben amenazas de daño físico, muerte o tienen un vínculo afectivo con el
abusador.
La Unicef sugiere no victimizar a niños en medios Natalia Calisti, periodista
argentina, participó en un taller para medios, junto con la Unicef y el Ministerio de
Educación, sobre abuso sexual a niños y adolescentes.
La comunicadora dijo que este es uno de los delitos más complejos que los medios
pueden tratar al interior de sus estudios o redacciones. Para ello indicó que es
necesario realizar las notas desde una perspectiva de Derechos Humanos. “Contar
estas historias que duelen son necesarias para visibilizar el abuso sexual, para generar
un debate público, a fin de prevenir e informar”.
La Unicef recomienda utilizar el término abuso sexual contra niños y adolescentes
debido a que minimiza la gravedad del delito. “Es necesario que la construcción de la
noticia sea completa, que esta contenga datos estadísticos, que consten opiniones de
especialistas y mencionen una campaña de ayuda.
Es importante sensibilizar a la persona que está del otro lado”, indicó la funcionaria.
Mencionó que hay que tener cuidado con revictimizar a los niños y adolescentes,
para ello es necesario proteger la identidad de la víctima y evitar que los menores
vuelvan a vivir, a través de la narración del hecho y de lo sucedido.
Explicó que escribir la noticia desde los Derechos Humanos significa mostrar que las
leyes amparan a los niños con respecto a estos delitos. También dirigir al lector sobre
dónde se puede presentar una denuncia sobre este particular.
¿Por qué los menores de edad callan los abusos sexuales?
Son muchos los motivos que confluyen y hacen que los menores no revelen que han
sido o están siendo sexualmente abusados.
● El niño y su familia reciben amenazas de daño físico o de muerte.
● Tienen miedo de las consecuencias que sus dichos puedan ocasionar en el
agresor y su familia.
● Callan por temor a ser acusados de complicidad y complacencia con el abuso
sexual que padecieron.
● Evitan ser estigmatizados y rechazados.
● Sienten culpa, vergüenza y desvalimiento.
● Muchas veces, al padecimiento sufrido se suma otro: carecen de interlocutores
válidos dispuesto a creer en sus palabras.
Las niñas y niños víctimas de abuso sexual requieren de un entorno conformado por
adultos que sean comprensivos y contenedores, que les brinden acceso a los servicios
asistenciales y los protejan tanto de posibles represalias como del proceso de
revictimización. Dependen de los docentes, psicólogos, médicos, policías y
operadores del sistema de protección integral y judiciales, que deben estar
capacitados para ofrecer un abordaje apropiado al trauma que atraviesan.
¿Cómo puedo saber si un niño está siendo o ha sido abusado sexualmente?
Los menores que han sido o son abusados sexualmente pueden estar aparentemente
asintomáticos. Muchos muestran síntomas que no son específicos ni exclusivos del
abuso, sino que se asemejan a otros tipos de trauma, como por ejemplo el maltrato
físico y emocional, haber sido testigos de violencia o haber vivido catástrofes. Las
manifestaciones adquieren diferentes expresiones súbitas o solapadas.
● Incremento de pesadillas y problemas para dormir.
● Conducta retraída.
● Estallidos de angustia.
● Ansiedad.
● Depresión.
● Rechazo que quedarse solos con una persona en particular.
● Conocimiento inapropiado para la edad acerca de la sexualidad, que se
manifiesta mediante conductas y lenguaje sexualizados.
Los niños menores de tres años pueden presentar lesiones genitales y reacciones
inespecíficas que, en un principio, parecen inexplicables: irritabilidad, rechazos,
regresiones, llanto, trastornos del sueño y el apetito. En cualquiera de estos casos, no
debería descartarse la sospecha antes de una cuidadosa evaluación por parte de
profesionales especializados.

¿Cómo identificar a un agresor sexual?


No existe una manera de saber, a partir del tipo de personalidad o la conducta social,
si una persona es o no un agresor sexual de menores. Pueden ser personas exitosas,
médicos, psicólogos, abogados, docentes, líderes religiosos y juveniles como los
guías estudiantiles que realizan viajes de egresados o los entrenadores deportivos.
Los agresores sexuales circulan disimulados en el entorno familiar y social.
Las estadísticas indican que la mayoría de los abusadores son varones heterosexuales
adaptados socialmente. Suelen presentarse a sí mismos como personas afectuosas y
humanitarias hacia el mundo exterior, mientras que la relación que establecen con el
niño abusado sexualmente está basada en amenazas, control e intimidación. A pesar
de que se tiende a relacionar el abuso sexual con el alcoholismo, la mención del
consumo excesivo de alcohol parece ser más una manera de excusar o racionalizar
las acciones del agresor que un factor causativo. Habitualmente, el agresor establece
a lo largo del tiempo una relación con el niño destinada a evitar su resistencia y
pactar el secreto con el que intentará no ser descubierto.
PREVENCIÓN DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL.
Conozca los hechos: los padres son los responsables de sus hijos y somos los que
debemos estar en alerta para evitar que pueda darse una situación de abuso. Una
tercera parte de las víctimas son abusados por miembros de su familia y esto
significa que el riesgo principal proviene de las personas más cercanas. Los
abusadores suelen tratar de establecer una relación de confianza con los padres de las
víctimas y debemos tener en cuenta que cualquiera puede serlo.
Reduzca los riesgos: el abuso infantil ocurre cuando un adulto está a solas con el
niño. Debemos tratar de conocer a la persona con quien se queda e intentar que
puedan ser observados por otras personas. Internet es una gran puerta de entrada para
los abusadores, debemos supervisar el uso que puedan hacer nuestros hijos de la red.
Hable sobre el tema: los niños suelen mantener el abuso en secreto. Los abusadores
manipulan y confunden a los niños para que crean que la culpa es de ellos o que lo
que están haciendo es algo normal o un juego, pueden amenazar al niño o incluso
amenazar con hacer daño a otras personas de su familia. Hablar con los niños sobre
el abuso, adaptando nuestro diálogo a su edad puede hacer que se elimine la barrera
del silencio.
Manténgase alerta: debemos valorar con detenimiento las señales físicas como
irritación, inflamación o sarpullido en los genitales, infecciones de vías urinarias, etc.
y otros problemas como dolor abdominal o de cabeza fruto de la ansiedad.
De manera más habitual surgen problemas emocionales o del comportamiento tales
como retraimiento o depresión, exceso de autoexigencia, rabia y rebeldía
inexplicables, etc.
Un comportamiento y lenguaje abiertamente sexual y atípico para la edad pueden ser
también signos de alarma.
Infórmese, sepa reaccionar: responder ante la verdad expresando incredulidad o rabia
y enfado puede hacer que el niño intente justificar la acción, que cambie la versión o
que evite preguntas y diálogos que vuelvan sobre el tema.
Actúe cuando tenga sospechas: las sospechas dan miedo, pero pueden ser la única
oportunidad de un menor de salvarse (o de varios menores, los abusadores tienen
varias víctimas). Si no nos atrevemos a denunciar podemos contactar con los
servicios sociales, con los servicios de protección al menor, con el centro de salud,
etc.
Involúcrese: podemos luchar contra el abuso, por ejemplo, apoyando leyes y
organizaciones que luchen contra el abuso sexual a los menores.
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR EN PRESENCIA DEL ABUSO SEXUAL.
Rasgos más frecuentes de los hombres maltratadores
Los maltratadores suelen ser personas de valores machistas que han internalizado
profundamente un ideal de hombre como modelo incuestionable a seguir. Este ideal
de hombre ha sido interiorizado a través de un proceso social en el que ciertos
comportamientos son reforzados, otros reprimidos y una serie de reglas transmitidas.
Entre las características de este ideal están la fortaleza, la autosuficiencia, la
racionalidad, el control del entorno que le rodea y la superioridad sobre las mujeres.
La violencia supone, en muchos casos, un intento desesperado por reafirmarse y
recuperar el control perdido, a veces fuera del hogar, en el último ambiente donde
realmente pueden demostrar su superioridad, en casa. Han recibido el mensaje básico
que dice que ser hombre es algo importante y que todo hombre debe tratar de
demostrar esa importancia de alguna manera, en este caso a través del sometimiento
y dominación de su pareja.
Normalmente tienen un bajo auto concepto, se sienten carentes de poder y emplean
la violencia para ganar esa sensación de poder. Suelen ser posesivos y celosos y, en
muchos casos, abusan del alcohol.
Suelen ser menos asertivos y con menos habilidades sociales que los hombres que no
maltratan y su comunicación está centrada en la agresión.
En la mayoría de los casos no presentan trastornos psicopatológicos, ni se comportan
de forma violenta fuera del hogar. Tienen una doble fachada, es decir tiene una
imagen pública y otra privada, como una personalidad de tipo “Jekyll y Hyde”.

La violencia sexual
Se considera violencia sexual, todo comportamiento de naturaleza sexual realizado
sin el consentimiento válido de la otra persona. Incluye conductas como el
exhibicionismo, palabras obscenas, tocamientos, violación, etc.
Se pueden distinguir tres tipos de violencia sexual:
a) Las agresiones sexuales. Son aquellas que se producen mediando violencia o
intimidación. El caso más paradigmático es la violación en sus diferentes formas.
b) Los abusos sexuales. Son aquellos que se realizan sin violencia o intimidación.
Están incluidos aquí los abusos cometidos sobre personas que no pueden prestar
consentimiento válido por tener limitada su capacidad volitiva o intelectiva
(menores, personas privadas de sentido o con determinadas discapacidades psíquicas,
etc.).
c) El acoso sexual. Se trata de comportamientos verbales, no verbales o físicos de
índole sexual y no deseados, que se producen en el marco de una relación laboral,
docente o similar, con el propósito o el efecto de atentar contra la dignidad de la
persona o de crear un entorno intimidatorio hostil, degradante, humillante u
ofensivo.2
Aunque pueda pensarse lo contrario, en muchos casos la violencia sexual proviene de
familiares o de personas conocidas. La violencia sexual, además de daños físicos,
suele producir graves consecuencias psicológicas en las víctimas (ansiedad,
pesadillas, depresión, disminución del deseo sexual...), que se prolongan mucho
tiempo después del comportamiento violento y que requieren generalmente para
poder superarlas de ayuda psicológica especializada.
En muchos casos la violencia sexual no se denuncia. Ello se debe a que
tradicionalmente ha existido una amplia tolerancia social respecto de esta conducta,
así como a otros factores interrelacionados como: el miedo a represalias por parte del
agresor o a ser considerada culpable de lo ocurrido, la vergüenza de que el hecho sea
conocido públicamente, la falta de apoyo familiar o social, el estado de confusión o
conmoción psicológica generada por el comportamiento violento, la falta de
información, etc.
En la siguiente tabla se exponen los datos sobre el número de denuncias relativas a
mujeres víctimas de delitos contra la libertad sexual en la Comunidad, elaborados a
partir de la información facilitada por el Dpto. de Interior del Gobierno Vasco sobre
denuncias interpuestas en las comisarías de la Ertzaintza. Según dicha fuente, las
relativas a mujeres representan el 86% de las denuncias interpuestas por delitos
contra la libertad sexual

Indicadores de abuso sexual.


- Físicos.
• El niño usa ropa interior manchada, rota o con sangre.
• Enfermedades de transmisión sexual.
• Embarazo.
• Infección genital.
• Trauma físico o irritación del área genital/ anal (especialmente si las
explicaciones no existen o son inconsistentes).
• Dolor durante la micción o defecación.
• Dificultad para caminar o sentarse debido al dolor genital o anal.
• Síntomas psicosomáticos.
• Presencia de chupones o moretones en cuello, cara, genitales, glúteos, lado
interno de los muslos. (Araya y cols, 1999).
- Conductuales en niños.
• Conducta sexual en niños (conocimiento detallado e inapropiado, conducta
sexual inapropiada, inusual o agresiva con amigos o con juguetes, masturbación
compulsiva, curiosidad sexual excesiva, conducta seductora y exhibicionista).
• Miedos y fobias inusuales a adultos, a salir a jugar, a la madre o al padre.
• Problemas escolares o cambio significativo del rendimiento escolar.
• Trastorno de la alimentación.
• Conducta compulsiva evidente.
• Conducta inapropiada para la edad (pseudomaduración o conducta regresiva).
• Incapacidad para concentrarse.
• Trastornos del sueño.
• Conductas violentas y agresivas.
• Demostraciones de una combinación de violencia y sexualidad en los dibujos,
juegos, lenguaje y trabajo escolar en general.
• Auto agresión y conductas de riesgo.
• Reacciones disociativas (confusión, alucinaciones auditivas, cambios marcados
de personalidad u olvido del episodio de abuso). (Araya y cols, 1999).
Conductas en adolescentes.
• Prostitución y promiscuidad.
• Excesiva preocupación por homosexualidad (especialmente en varones).
• Aislamiento y depresión.
• Conducta excesivamente quejumbrosa.
• Mala higiene o baño excesivo.
• Mala relación con los pares.
• Conducta desaptativas (agresividad, fugas o delincuencia).
• Abuso de alcohol y drogas.
• Trastornos de la alimentación.
• Problemas escolares
• Episodios micropsicóticos y disociativos
• Intentos de suicidio u otras conductas autodestructivas.
• Miedo repentino.
• No participar en deportes ni actividades sociales (Araya y cols,1999).

Síndrome de estrés post-traumático.


• Hiperactivación fisiológica.
• Re experiencia del evento traumático.
• Evitación de estímulos asociados con el evento traumático
• Alteración de los afectos, conciencia, percepción de sí mismo, del perpetrador,
de la relación con otros del sistema de significados y de la humanidad en general-
(Araya y cols, 1999).
Pronóstico de acuerdo con la forma del abuso.
• Edad de comienzo del abuso: los resultados son equívocos.
• Experiencias estresantes previas: asociadas a peor pronóstico.
• Violencia física y coerción: asociadas a peor pronóstico.
• Duración y naturaleza persistente del abuso: asociadas a peor pronóstico.
• Edad y relación con el abusador: asociadas a peor pronóstico aquellos abusados
por padrastros.
• Eventos posteriores al abuso: asociadas a peor pronóstico aquellos casos en que
la madre no les creía o la mala calidad de la relación familiar (Araya y cols, 1999).
Efectos del abuso sexual infantil.
_Efectos sexualiza dores: El aumento de las actividades sexuales, tanto durante la
niñez y adultez, es una de las respuestas más específicas al abuso sexual. Se
manifiesta una tendencia a iniciar contacto sexual con otras personas, o niños que se
involucran en juegos sexuales con otros. (Araya y cols,1999).
Los niños que sufren abuso sexual muestran confusión y ansiedad respecto a su
identidad sexual. Temen que su imperfecta resistencia al abuso signifique orientación
sexual. (Araya y cols,1999).
Efectos emocionales: En muchos estudios se describen sentimientos de culpa y
responsabilidad en la víctima, principalmente en niños mayores, debido a que creían
que se encontraban capacitados para haberlo evitado, más aún si tuvieron alguna
respuesta física o disfrutaron de la mayor atención y ternura. Se describe una
sensación de pérdida o aislamiento del medio
Animo depresivo: se da asociado con rabia, dirigida al abusador, hacia la familia o
hacia los servicios sociales, y se expresa a través de una sensación de desesperanza
acompañada de ira.
Los niños abusados generalmente sienten rabia contra su padre, pero las niñas se
enojan con su madre, tienen una autoimagen baja relacionada con la imagen del
cuerpo y la relación con los padres y presentan fatiga, alteración del sueño y el
apetito y preocupaciones generales de salud. (Araya y cols, 1999).
Efectos ansiosos: Se evidencian pesadillas, quejas somáticas y temor aumentado,
asociado a recuerdos rápidos de la experiencia de abuso o del contexto en que este
ocurrió. Estudios realizados por diversos autores demuestran la relación entre abuso
infantil y trastornos fóbicos en mujeres, autoestima, sexualidad y satisfacción marital
y regularización de ánimo. En hombres se encuentra una mayor prevalencia de
depresión, sentimientos suicidas, baja autoestima y trastornos de la ansiedad. (Araya
y cols, 1999).
Efectos conductuales: en niños se manifiesta el desarrollo de conductas agresivas
como matonaje, actos antisociales y desobediencia crónica. En las niñas se
encuentran conductas autodestructivas como actividades suicidas o respuestas
anoréxicas. (Araya y cols, 1999).

Tratamiento del abuso sexual.


Terapia individual para adolescentes. Es bastante difícil intervenir en esta etapa por
cuanto el paciente tiende a negar el hecho o bien recibe mal la intervención de otros
debido a que confía en su propia capacidad para superarlo( esto porque al superar el
abuso sexual los limites personales, el adolescente siente una pérdida de control
sobre el medio, lo que produce una fragmentación de la identidad y una pérdida de la
identidad psicológica, por lo que intenta ejercer un control por sí mismo), por lo que
es importante no parecer intrusivo y proteger el vínculo terapéutico. (Araya y cols,
1999).

Se debe buscar:
• Que el adolescente recupere la seguridad psicológica y física, esto se puede
lograr sacándolo de la situación abusiva o ayudándole a que tome control de su
propio cuerpo. Se requiere de un vínculo seguro, protegido y de compromiso.
• Ayudar al adolescente a externalizar el problema, a diferenciarse él y su
identidad de lo que ha sucedido, ayudarlo a expresar e identificar lo que está
sintiendo, de las emociones asociadas a la situación traumática (miedo, impotencia,
culpa o responsabilidad). Se relata la situación hasta que el joven lo narra sin
compromiso afectivo. Identificando en el otro el responsable, el “malo”. Lo
importante es que el paciente sienta que él es el experto y el terapeuta solo lo ayuda
en su proceso de cambio. En el caso de incesto, es necesario ayudar al adolescente a
entender los patrones interacciónales que facilitaron la consecución del abuso y a que
se mantuviera en secreto.
• Ayudar al paciente a restablecer los vínculos que fueron dañados y fortalecer
una adecuada reinserción social, poniendo énfasis en su capacidad de autoprotección.
(Araya y cols, 1999).
Terapia individual para niños.
Como en esta terapia son los padres lo que lo llevan, es importante explicarles paso
por paso lo que se realizara en la terapia, no cuestionarios y darles un espacio para
responder a las preguntas, dudas y preocupaciones, así como entregarles la
orientación necesaria para que reciban el apoyo terapéutico necesario. (Araya y cols,
1999).
Al relacionarse con el niño el terapeuta debe tener presente la etapa del desarrollo
por la cual atraviesa este, considerando sus herramientas cognitivas. Esto es
importante porque se requiere que los niños puedan relatar lo sucedido, para lo cual
puede servir contarles historias de niños hipotéticos, utilizando materiales didácticos.
Es importante no perder nunca de vista que se deben respetar los tiempos del niño, y
sus necesidades, además de intentar aclarar lo que se le ha dicho al niño por parte de
los adultos o de sus pares. (Araya y cols, 1999).
Es común que los niños pasen por un periodo regresivo durante la terapia, punto que
debe ser aclarado por el terapeuta a los padres para que no lo interpreten como un
empeoramiento de la sintomatología. (Araya y cols, 1999).
Como el niño va reproduciendo lo sucedido de acuerdo a las distintas etapas del ciclo
evolutivo, el niño va a requerir ayuda en esta reelaboración en cada etapa,
especialmente durante la pre pubertad, en que ocurre la desorganización de la
identidad. (Araya y cols, 1999).
La terapia cognitivo-conductual plantea que se debe considerar el tratamiento en
conjunto con los procesos cognitivos y emocionales asociados al abuso. Con relación
a los aspectos emocionales, es necesario identificar los estímulos que evocan la
situación abusiva. Para manejar el miedo y ansiedad asociados, se debe relatar en un
ambiente seguro y protegido. Se utilizan técnicas de relajación, de control e la
respiración, desensibilización sistemática, detención del pensamiento, auto
instrucciones tranquilizadoras, reestructuración cognitiva y role-playing. (Araya y
cols, 1999).
Es necesario entrenar a los niños para que logre visualizar la responsabilidad del
perpetrador. Hay que trabajar los temas relacionados a límites personales, manejo de
estrés y competencia, además de conductas de autoprotección, disminuyendo así la
vulnerabilidad del niño a otro ataque. (Araya y cols, 1999).
Los silencios en la terapia están contraindicados ya que ellos evocan la situación de
secreto. (Araya y cols, 1999).
Terapia grupal para niños y niñas víctimas de abuso sexual e incesto.
A través del tratamiento de niñas y niños víctimas de abuso, se ha acumulado gran
cantidad de conocimiento que ha apoyado que la terapia de grupo es el método de
intervención más efectivo en el tratamiento de este tipo de víctimas (Zarate, 1998).
La psicoterapia grupal para niños se caracteriza por emplear técnicas participativas y
de juegos como medios fundamentales en el proceso de crecimiento personal de cada
niño. Estas técnicas permiten desarrollar una adecuada expresión de la experiencia
abusiva, fomentando en los niños compartir con los demás sus sentimientos y
aprender nuevas reacciones emocionales y habilidades conductuales. Las dinámicas
tienen por objeto animar y cohesionar a los participantes creando un ambiente cálido
y confiable de aceptación y respeto para cada uno de los integrantes (Zarate, 1998).
Las estrategias de intervención están enfocadas a reducir el impacto psicológico
consecuencia del trauma del abuso sexual. Estas intervenciones están dirigidas a
modificar tres componentes básicos: el elemento afectivo, elemento cognitivo, y el
elemento conductual (Zarate, 1998).
El tratamiento de niños víctimas de abuso está enfocado en la evaluación de la
experiencia del abuso sexual en términos de cuatro dinámicas traumatizantes. Estas
son: la estigmatización, impotencia, traición y sexualización traumática. Estas
dinámicas afectan la orientación cognitiva y emocional del niño en su relación con el
mundo, creando un comportamiento disfuncional al distorsionar el auto concepto del
niño, la visión de su mundo y de sus capacidades afectivas (Zarate, 1998).

Maltrato Infantil
La violencia afecta a millones de personas de todo el mundo y produce conflictos
armados, situaciones de injusticia, dominación, pobreza y sufrimiento. Actualmente,
la violencia está en aumento y afecta considerablemente a mujeres y niños, por lo
que la OMS ha adoptado la Resolución 49.25, declarando "la violencia como un
problema prioritario de Salud Pública y reconociendo las graves consecuencias
inmediatas y futuras que la violencia tiene para la salud y el desarrollo psicológico y
social de las personas, las familias, las comunidades y los países".
Violencia de género: la violencia contra las mujeres y las niñas es un fenómeno
complejo y con múltiples causas que ha tenido lugar a lo largo de la historia y se basa
en la relación de desigualdad existente entre hombres y mujeres.
Esta violencia incluye la violencia física, sexual y psicológica en la familia, incluidos
los golpes, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la
dote, la violación por el marido, la mutilación genital y otras prácticas tradicionales
que atentan contra la mujer, la violencia ejercida por personas distintas del marido y
la violencia relacionada con la explotación; la violencia física, sexual y psicológica al
nivel de la comunidad en general, incluidas las violaciones, los abusos sexuales, el
hostigamiento y la intimidación sexual en el trabajo, en instituciones educacionales y
en otros ámbitos, el tráfico de mujeres y la prostitución forzada; y la violencia física,
sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera que ocurra.
El término "violencia intrafamiliar" hace referencia a una situación de poder y alude
a todas las formas de abuso que se dan en las relaciones entre los miembros de la
familia. Para hablar de violencia familiar, esta relación de abuso debe ser crónica,
permanente o periódica.
En general, la violencia es ejercida sobre los miembros más débiles de la familia
(niños, mujeres y ancianos) y es el adulto masculino quien más frecuentemente
utiliza las distintas formas de abuso. Un grupo familiar cuyo modo de resolución de
conflictos es violento, será un modelo para los hijos testigos de esa violencia, que
repetirán las mismas conductas cuando formen sus propias parejas, constituyéndose
esa situación en un factor de riesgo, además de ser un daño en sí mismo para los
miembros más débiles de la familia.
El maltrato infantil constituye un problema de salud pública debido a sus
consecuencias en el desarrollo tanto físico como psicosocial de los niños. La
situación de maltrato comprende una a sincronía con los padres que hace el vínculo
afectivo superficial e inseguro, conduciendo al niño a malas relaciones con los
iguales y con los adultos, mal funcionamiento académico y trastornos de conducta.
Éste es un círculo vicioso que parece lleva al fracaso escolar y profesional, al abuso
de posteriores generaciones y trastornos de conducta en la edad adulta.
Es necesaria la prevención integral de la violencia intrafamiliar, aunque presenta
múltiples dificultades. Hay que afrontar las causas que sustentan las desigualdades de
género, estructurales, sociales, económicas y políticas ancladas en la estructura de
nuestra sociedad, pero no por ello inamovibles. En este contexto, las enfermeras,
aunque sólo somos un pequeño eslabón de la gran cadena necesaria para abordar
eficazmente este problema, debemos ser conscientes de la responsabilidad que nos
concierne, siendo sensibles y asumiendo nuestro papel en la detección, en el
tratamiento y en el apoyo a las víctimas

¿Qué ocurre con los niños cuando en casa existe violencia?


La mayor parte de las ocasiones, las consecuencias en los niños no se verán
manifiestas de manera inmediata, sino algunos años después, posiblemente repitan lo
que vivieron en casa siendo ellos quienes maltraten, convirtiéndose en personas
violentas, incapaces de controlar sus emociones o sus frustraciones; las niñas
asumirán el papel de víctimas y buscarán una pareja que las maltrate, ya que esto fue
lo que aprendieron en el hogar como forma de vida

Las encuestas internacionales, declaran que el 80% de las personas, ante la


percepción de un peligro, recurrirían a su familia o a su hogar como refugio y
protección. Sin embargo, para las niñas/niños y para las mujeres, el hogar y el
ambiente familiar, son lugares en los cuales es más probable que sean víctimas de
violencias, malos tratos y delitos relacionados con su integridad sexual.
El abuso sexual intrafamiliar, está considerado uno de los delitos más traumáticos
para las víctimas, puesto que, a la violencia del hecho en sí, se agrega el carácter
sorpresivo e inesperado de los acontecimientos, la ruptura de vínculos hasta ese
momento de afecto y la destrucción de la percepción de lo familiar como un sitio de
resguardo.
En la constitución de una víctima de abuso sexual, el género es un factor
determinante en general y en el marco de la familia en especial. Los dos factores que
favorecen este delito son (en el mismo orden):
• La edad
• El género
Aunque las costumbres sociales y culturales tienden a extremar la protección frente a
personas extrañas, el delito sexual intrafamiliar tiene una alta frecuencia (casi dos-
terceras partes de los asaltos sexuales son cometidos por alguien conocido por la
víctima[1]), un estudio[2] del Secretario General de Naciones Unidas (ONU),
concluye que “…Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha sido golpeada,
forzada a mantener relaciones sexuales o ha sido víctima de otros abusos durante su
vida, y, por lo general, quien la ha maltratado ha sido alguien conocido por ella…” .
Los delitos sexuales intrafamiliares poseen, además, el agravante de tener una alta
cifra oculta ya que las víctimas no denuncian, ni en la justicia ni socialmente.
La falta de denuncia es una característica central de estos abusos de carácter
incestuoso. Los motivos son múltiples, y entre ellos podemos mencionar:
-La familia es un sitio con características de endogamia que favorece el secreto y la
privacidad.
-La víctima de un delito sexual intrafamiliar teme no ser creída porque, además,
carece casi siempre de testigos.
-La víctima se avergüenza de lo sucedido y se auto inculpa creyendo que hubiese
podido hacer “algo más “para evitarlo.
–En el 90% de las veces, el abuso sexual intrafamiliar carece de lesiones y/o marcas,
ya que el agresor se acerca de modo “amoroso” y “afable” (factores que aumentan la
confusión de la víctima)
-En la mayoría de los casos, el entorno familiar tiende a no creer o a minimizar los
hechos.
-La presión del entorno familiar es muy fuerte para evitar la denuncia y la
judicialización.
-El perjuicio contra el agresor a veces pasa a ser un “tema de familia” en el cual
todos se sienten “mancillados” y comprometidos en el nombre y apellido familiar,
motivo por el cual, se evita dar a conocer el delito.
-La ruptura de vínculos y la reorganización familiar resultante hacen que a veces se
considere que será peor denunciar que “pasar página”.
Estas y varias razones más hacen que en la mayoría de los casos se considere que al
romper el vínculo con el agresor, se podrá dar “solución “a los hechos. En esta última
opción, lo que la víctima y su familia no sabe (o no puede ver) es que de este modo
se contribuye no sólo a su impunidad, sino a la posibilidad de la repetición de los
hechos. Los estudios internacionales demuestran que un agresor sexual intrafamiliar,
jamás asalta a una sola víctima de su entorno, sino que replica y repite (favorecido
por la impunidad del silencio y el “secreto de familia”) el mismo hecho a lo largo de
los años y con varias víctimas del medio familiar, a quienes frecuenta y con quienes
permanece en contacto y por lo mismo, a quienes puede reiteradamente acosar.
-Características siempre presentes en el abuso sexual intrafamiliar
En los casos de abuso sexual intrafamiliar, se observan siempre presente todas o
algunas de las siguientes características:
-La asimetría jerárquica entre víctima y agresor: el victimario ejerce una posición de
poder con referencia a su víctima, expresada entre otras causas, por su edad y la
posición jerárquica[4] que ocupa en la familia. Por este motivo y otros que se
asocian, la víctima siempre está en una posición de vulnerabilidad ya sea transitoria o
permanente. Esta vulnerabilidad obedece no sólo a esta asimetría jerárquica pre
establecida, sino que puede ser además, el resultado de un estado de ánimo, una
situación vivencial especial o alguna minusvalía psíquica o física por la que esté
atravesando. Circunstancias de las que siempre el abusador se aprovecha.
-La confianza y cercanía entre víctima y victimario, el hecho que la agresión
provenga de una persona conocida, con vínculos de afecto y presente en el ámbito
familiar, impedirá que la víctima esté a la defensiva o en estado de alerta para
defenderse y/o huir. El hecho la sorprenderá, la invadirá y por lo mismo, no podrá
reaccionar de la misma forma que tal vez hubiese podido hacerlo con un desconocido
en un escenario adverso que implicaría a priori “cuidarse” (de noche, en sitios
solitarios, etc.)
La cualidad de la asimetría jerárquica entre víctima y victimario hace que el asalto
posea un doble impacto que profundizará el trauma puesto que la posición de poder y
la dominancia, harán que la víctima piense que no será creída en su relato y que por
lo mismo no será posible la retaliación contra el victimario. A su vez, la dominancia
del agresor, le otorgará poder sobre la víctima y aumentará el sentimiento de
vulnerabilidad.
La confianza y cercanía entre víctima y victimario profundizarán el sentimiento y la
situación de desvalimiento porque los hechos son inesperados, sorpresivos y por lo
mismo, traumáticos y paralizantes. Ver de repente a una persona cercana y ligada por
vínculos afectivos, convertirse en alguien que daña, invade y violenta, produce
angustia confusional e imposibilidad de procesar lo ocurrido para comprender qué
sucedió. Este estado confusional, que forma parte de lo imprevisto previo y durante
la agresión, permanece luego como parte de la sintomatología que acompaña al
trauma. Por lo mismo, y como la víctima no podrá reaccionar de forma drástica y
contundente contra su agresor, se incrementará su sentimiento de culpabilidad
pensando que “hubiese podido hacer algo más”, y/o “impedir que el hecho
sucediese”.Es importante destacar, tal como lo consideran los estudios específicos y
se refleja en el Convenio de Estambul, que una mujer víctima de un asalto sexual en
el marco de su familia, se ve envuelta en un hecho violento contra su libertad, su
integridad sexual y su dignidad personal, hecho que la avergüenza, la sorprende y
para lo cual está desprevenida y minimizada su capacidad de reacción y defensa. Por
otra parte, psicológicamente, cualquier hecho que invada de forma violenta (contra
su voluntad) la intimidad sexual, posee un mismo impacto para la víctima ya que la
psiquis imagina siempre el “peor “desenlace y el más extremo. Ella no sabe hasta
dónde será capaz de llegar el agresor, es algo que no conocerá hasta que el ataque
termine. Esto hará que el sufrimiento psíquico establezca una herida que en un
primer momento será igual para cualquier agresión sexual. Luego, al procesar la
realidad, la víctima verá -y comprenderá- racionalmente cuán grave ha sido el ataque
y en el proceso hacia su recuperación, tal vez podrá ver aliviados sus síntomas. En el
marco de una agresión sexual intrafamiliar, es significativa la influencia de
situaciones de estrés adicionales (como consecuencia de la revelación del abuso)
sobre la estabilidad emocional de la víctima. En concreto, la posible ruptura con esa
parte de la familia supone un coste emocional y de adaptación importante; también la
implicación en un proceso judicial (con las posibles consecuencias penales para el
abusador) son algunas de estas situaciones. Respecto a la judicialización de este
delito, los juicios largos, las testificaciones reiteradas y los testimonios puestos en
entredicho suponen una victimización secundaria y ofrecen también un pronóstico
desfavorable para la recuperación psicológica de la víctima.
CAPÍTULO III
Metodología.
. MARCO METODOLÒGICO
3.1 Nivel o tipo de investigación.
3.1.1 Investigación Explicativa:
Este proyecto se encarga de buscar el porqué de los hechos mediante el
establecimiento de relaciones causa-efecto. En este sentido, los estudios explicativos
acerca de la pueden ocuparse tanto de la determinación de las causas, como de los
efectos, mediante la prueba de hipótesis. Sus resultados y conclusiones constituyen el
nivel más profundo de conocimientos.

3.1.2 Nivel exploratorio


Este proyecto se inició como exploratorio, ya que se sabía muy poco sobre los
efectos que causan violencia intrafamiliar en presencia del abuso sexual, lo que
permite dar a conocer a la sociedad un concepto de igualdad.

3.1.2 Nivel descriptivo


El nivel descriptivo permitió detallar ciertos indicadores notables que se encontraron
durante las observaciones realizadas, como son: Familiar, social y sexual.

Para MORALES, Frank (2012) En su página web Creadas menciona:


El objetivo de la investigación descriptiva consiste en llegar a conocer las
situaciones, costumbres y actitudes predominantes a través de la descripción exacta
de las actividades, objetos, procesos y personas. Su meta no se limita a la recolección
de datos, sino a la predicción e identificación de las relaciones que existen entre dos
o más variables.
La investigación descriptiva permitió medir las dos variables establecidas y de los
resultados obtenidos se realizó una descripción de los aspectos principales del
problema de investigación en el estudio de la población y la construcción de un plan
de convivencia alternativa al problema de estudio.
3. Desarrollo de la investigación
El tipo de diseño de la investigación fue de campo en donde se recolectó datos
directamente de la realidad, en su ambiente cotidiano para posteriormente analizar e
interpretar los resultados de estas indagaciones por medio de la técnica de la
encuesta.
4. Población y muestra
4.1 Población
La población es el conjunto de todos los elementos objeto de estudio.
4.2 Muestra
Parte o cantidad pequeña de una cosa que se considera representativa del total y que
se toma o se separa de ella con ciertos métodos para someterla a estudio, análisis o
experimentación.
Se realizará el muestreo no probabilístico cuyo procedimiento de selección en el que
se desconoce la probabilidad que tienen los elementos de la población para integrar
la muestra. Se seleccionará al azar, los elementos sin un juicio o criterio
preestablecido. Nos ubicaremos principalmente en un establecimiento educativo y
sólo menores de 18 años tendrán toda la probabilidad para integrar la muestra.
5. Técnicas e instrumentos de recolección de datos
Las técnicas de recolección de datos son las distintas formas o maneras de obtener
información, por ejemplo: la observación directa, la encuesta en sus dos modalidades
(entrevista o cuestionario), en el análisis documental, etc.
Los instrumentos de recolección de datos son los medios materiales que se emplean
para reunir y almacenar la información, por ejemplo: las fichas, formatos de
cuestionarios, guías de entrevista, lista de cotejo, escalas de actitudes u opinión, etc.
5.1 Técnicas de procesamiento y análisis de datos
Para indagar y obtener información sobre el problema a investigar, se utilizaron
técnicas como encuestas o cuestionarios que fueron suministradas a los sujetos de
investigación, los datos obtenidos contribuyeron al cumplimiento de los objetivos
planteados en el presente estudio y a la validación de variables e hipótesis
respectivas, se utilizaron las siguientes técnicas e instrumentos de investigación:
La Encuesta
La encuesta en sí es una acción que se realiza para la recolección de datos de un
objeto de estudio, más el documento se aplica para este levantamiento por tanto se lo
denomina instrumentos de investigación. Esta técnica permite recabar información
más viable para la aplicación de posibles soluciones en la investigación.
Se escogió y realizó esta técnica ya que se puede aplicar en mayor cantidad que la
entrevista, dada la relativa sencillez del procedimiento para hacerlo. Está constituida
por una serie de preguntas dirigidas a obtener información precisa sobre la Violencia
intrafamiliar en presencia del abuso sexual en menores de 18 años
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES Y
POLÍTICAS
CARRERA DE DERECHO
ENCUESTA
TEMA: LA INFLUENCIA DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR EN EL
ABUSO SEXUAL DE MENORES DE 18 AÑOS EN LA CIUDAD DE
GUAYAQUIL EN EL AÑO 2017.
Esta es una encuesta para jóvenes menores de 18 años que ayudará a
proporcionar información sobre las principales causas de la violencia
intrafamiliar y consecuencias del abuso sexual.
Instrucciones: Lea determinadamente cada pregunta y proceda a contestar marcando
con un X en la opción de respuesta que considere más adecuada.

1. Género:
A) Masculino 1 B) Femenino 2

2. Edad:
A) 10-12 1 1 B) 12-16 2 2 C)16-18 33

3. Nivel educativo:

A) Primaria 1 B) Secundaria 2 C) Ninguno


3
4. Localidad:

A) Rural 1 B) Urbana 2
5. ¿Con quién reside en su hogar?

A) Madre y Padre 1 B) Madre 2 C) Padre


3

D) Familiar 4 E) Otros 5
Instrucciones: Lea determinadamente cada pregunta y proceda a contestar
marcando con un X en la opción de respuesta que considere más adecuada.
Responda según las siguientes opciones:
•5 (Totalmente de acuerdo), 4 (De acuerdo), 3 (Indeciso), 2 (En desacuerdo), 1
(Totalmente en desacuerdo)

PREGUNTAS 1 2 3 4 5
1. ¿Cómo considera que es la relación con sus padres?
2. ¿Ha sido agredido/a por sus padres?
3. ¿Se siente a gusto en su hogar?
4. ¿Sus padres le critican, humillan o se burlan de usted?

5. ¿Considera que la aplicación de un plan de convivencia


mejorará la calidad de vida intrafamiliar?

6. ¿Pudo contarle a alguien sobre el abuso cuando ocurrió?

7. ¿Podría usted identificar a un menor que ha sido abusado


sexualmente?
8. ¿Sintió apoyo de su familia?
9. ¿En qué grado le afectó el abuso?
10. ¿Se realizó una denuncia?
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA.
Pregunta 1: ¿Cómo considera que es la relación con sus padres?

TABLA 1: ¿Cómo considera que es la relación con sus padres?

Frecuenc Porcenta Porcentaje Porcentaje


ia je válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 62 36,3 36,3 36,3
En desacuerdo 31 18,1 18,1 54,4
Indeciso 40 23,4 23,4 77,8
De acuerdo 31 18,1 18,1 95,9
Totalmente de acuerdo 7 4,1 4,1 100,0
Total 171 100,0 100,0

Fuente:

Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narváez, Marcela Palma, Diana Prieto,
Andrea Castro, Mary Morales.

Gráfico #1
¿Cómo considera que es la relación con sus padres?

Totalmente de
acuerdo
4%
De acuerdo
18%
Totalmente en
desacuerdo
36%

Indeciso
24%

En desacuerdo
18%
Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo
Interpretación:
En la primera pregunta el 36% de los encuestados respondió que no tienen en su

totalidad una buena relación con sus padres, el 18% consideró que siente un malestar

en sus relaciones familiares, el 24% indicó que estaba indeciso, el 18% determinó que

tiene una relación normal con su familia y el 4% restante indicó que tiene una excelente

relación con su familia.

Criar hijos adolescentes conlleva satisfacciones y desafíos. A medida que nuestros

hijos crecen, adquieren una gran independencia. Es una parte normal y natural del

crecimiento. Pero, aunque esta independencia aumente, debemos mantener nuestra

relación con ellos tan íntima como cuando eran pequeños. Todavía necesitan que los

amemos, que los orientemos y que nos divirtamos con ellos. Además, podemos sentir

mucha satisfacción y felicidad a través de nuestra relación con ellos. Una de las cosas

más importantes que un padre puede hacer por su hijo es velar por que su autoestima

sea lo mayor posible. (Saecker, 2011)

La autoestima se puntualiza como la percepción emocional que uno tiene de sí mismo,

algo así como el afecto a uno mismo y comienza, en gran parte, por la relación que los

demás mantengan con otras personas, por la percepción que los demás tengan de ti y

por cómo se sienten estando contigo. En los primeros años de vida los niños entablan

las primeras relaciones con sus padres y hermanos, siendo la relación más intensa

emocional y físicamente hablando la que se crea con sus padres y, sobre todo, con el

referente primario, que suele ser la madre.


Pregunta 2: ¿Se siente a gusto en su hogar?

TABLA 2: ¿Se siente a gusto en su hogar?

Frecuenc Porcenta Porcentaje Porcentaje


ia je válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 62 36,3 36,3 36,3
En desacuerdo 24 14,0 14,0 50,3
Indeciso 25 14,6 14,6 64,9
De acuerdo 34 19,9 19,9 84,8
Totalmente de acuerdo 26 15,2 15,2 100,0
Total 171 100,0 100,0

Fuente:

Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana Prieto,
Andrea Castro, Mary Morales.

Gráfico #2
¿Se siente a gusto en su hogar?

Totalmente de
acuerdo
15%

Totalmente en
desacuerdo
36%

De acuerdo
20%

Indeciso En desacuerdo
15% 14%

Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo


Interpretación:
En la segunda pregunta el 36% de los encuestados respondió que nunca ha tenido

ningún tipo de agresión verbal, física o psicológica de parte de sus padres o

representantes, el 14% consideró que apenas han sido a agredidos por sus familiares,

el 15% indicó que estaba indeciso, el 20% respondió que si había existido algún tipo

de violencia dentro de su círculo familiar y el 15% indicó que está siendo agredido por

sus padres o representantes.

El bienestar en el hogar incluye aquellas cosas que inciden de manera positiva en la

calidad de vida. Pese a que la noción de bienestar es subjetiva (aquello que es bueno

para una persona puede no serlo para otra), el bienestar social está asociado a factores

económicos objetivos. (Gorog, 2011)

Una familia en la que se castigue sin avisar, exigiendo muchas normas con las que

hijos no entiendan o sean difíciles de cumplir (por su edad, sus responsabilidades,

etc.), es totalmente incompatible con un ambiente mínimamente disciplinado. Por eso,

es importante que los padres y los hijos socialicen entre ellos las normas del hogar y

hablen en familia de sus dudas al respecto. Es función de los mayores que ellos

entiendan cuáles son sus obligaciones y ayudarlos a convertirse en personas maduras

y responsables. De lo contrario, se presentarán nuevos enfrentamientos debido a esta

falta de comunicación.
Pregunta 3: ¿Sus padres le critican, humillan o se burlan de usted?

TABLA 3: ¿Sus padres le critican, humillan o se burlan de usted

Frecuenci Porcentaj Porcentaje Porcentaje


a e válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 76 44,4 44,4 44,4
En desacuerdo 18 10,5 10,5 55,0
Indeciso 20 11,7 11,7 66,7
De acuerdo 24 14,0 14,0 80,7
Totalmente de acuerdo 33 19,3 19,3 100,0
Total 171 100,0 100,0

Fuente:

Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana Prieto,
Andrea Castro, Mary Morales.

Gráfico #3
¿Sus padres le critican, humillan o se burlan de usted?

Totalmente de
acuerdo
19%

Totalmente en
desacuerdo
44%
De acuerdo
14%

Indeciso
12%
En desacuerdo
11%
Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo
Interpretación:
El 44% de los encuestados respondió que no ha sido violentado moralmente por sus

padres o representantes, el 11% indicó que no es frecuente el abuso verbal de sus

padres o representantes, el 12% se mostró indeciso, el 14% respondió que recibía

simultáneamente maltrato verbal de parte de sus padres y el 19% indicó que

constantemente era maltratado psicológica y moralmente por sus padres.

La autoestima, las relaciones con los amigos y la propia imagen de los niños se

desmoronan cuando los padres castigan psicológicamente a sus hijos. Se ejerce

violencia evidente a través de palabras hirientes o descalificaciones abiertas al

comportamiento del niño; sin embargo, y de forma más sutil, la ausencia de caricias

psicológicas también deja huella y es una de las formas de maltrato más

desapercibidas, según la definición de violencia psicológica de la psicóloga clínica

Francisca Urra. (Schadeck, Beltrame, Mirek, & Vieira, 2013)

Con la violencia dentro del círculo familiar se afecta la capacidad del menor para

manejar los impulsos violentos, su proceso de búsqueda de identidad en la juventud y

su correlación con el mundo. Lo de mayor delicadeza, es que muchas veces los papás

no remedian en lo grave que es este perjuicio, y no se dan cuenta cuando están

violentando a sus hijos moralmente.


Pregunta 4: ¿Considera que la aplicación de un plan de convivencia mejorará la
calidad de vida intrafamiliar?

TABLA 4: ¿Considera que la aplicación de un plan de convivencia mejorará la


calidad de vida intrafamiliar?

Frecuenc Porcenta Porcentaje Porcentaje


ia je válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 100 58,5 58,5 58,5
En desacuerdo 30 17,5 17,5 76,0
Indeciso 16 9,4 9,4 85,4
De acuerdo 12 7,0 7,0 92,4
Totalmente de acuerdo 13 7,6 7,6 100,0
Total 171 100,0 100,0

Fuente:
Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana
Prieto, Andrea Castro, Mary Morales.
Gráfico #4
¿Considera que la aplicación de un plan de convivencia mejorará la calidad de
vida intrafamiliar?

Totalmente de
acuerdo
De acuerdo 8%
7%

Indeciso
9%

Totalmente en
desacuerdo
58%
En desacuerdo
18%

Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo


Interpretación:
En la cuarta pregunta de la encuesta, el 58% de los encuestados respondió que un plan

de convivencia no era una medida factible para evitar la violencia intrafamiliar, el 18%

respondió que estaba en desacuerdo con el plan de convivencia, el 9% indicó que

estaba indeciso, el 7% respondió que estaba de acuerdo con el plan preventivo y el 8%

consideró que el plan de convivencia si mejoraría la calidad de vida intrafamiliar.

Los niños aprenden lo que viven y ven a diario, por eso es inútil hablar y hablar sin

darles el ejemplo. Predicar y no aplicar es uno de los más grandes errores que cometen

los padres, pues es a través de su ejemplo es que los más pequeños aprenden a

comportarse en casa y fuera de ella. (Alsius, y otros, 2009)

El concepto de las reglas o normas de convivencia en casa forman cierta conducta en

la vida cotidiana y que deben alcanzarse consistentemente para conservar un orden en

la armonía de las personas que habitan en un mismo lugar.


Pregunta 5: ¿Pudo contarle a alguien sobre el abuso cuando ocurrió?

TABLA 5: ¿Pudo contarle a alguien sobre el abuso cuando ocurrió?

Frecuenc Porcenta Porcentaje Porcentaje


ia je válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 71 41,5 41,5 41,5
Indeciso 29 17,0 17,0 58,5
De acuerdo 11 6,4 6,4 64,9
Totalmente de acuerdo 60 35,1 35,1 100,0
Total 171 100,0 100,0

Fuente:
Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana
Prieto, Andrea Castro, Mary Morales.

Gráfico #5
¿Pudo contarle a alguien sobre el abuso cuando ocurrió?

Totalmente de
acuerdo
35% Totalmente en
desacuerdo
42%

De acuerdo
6%
Indeciso
17%
Totalmente en desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo
Interpretación:
En la quinta pregunta, el 42% no tuvo la determinación de contar a alguien sobre el

abuso ocurrido, el 17% tuvo la oportunidad de contar sobre el abuso pero no lo hizo,

el 6% de los encuestados contó sobre su abuso al menos a una persona y el 35% indicó

que tuvo la determinación de contarle a sus familiares y amigos sobre el abuso

ocurrido.

Existen muchas reacciones que los sobrevivientes de violación y agresión sexual

pueden experimentar. Para eventos traumáticos en general, es importante darse cuenta

de que no existe un patrón “estándar” de reacción al estrés extremo provocado por

experiencias traumáticas. Algunas personas responden inmediatamente, mientras que

otras tienen reacciones retardadas que aparecen, con frecuencia, meses o, incluso, años

después. Y mientras que algunas experimentan efectos adversos por un período

prolongado, otras se recuperan con bastante rapidez. Las reacciones pueden cambiar

con el paso del tiempo.

Algunas personas que han sufrido un trauma se sienten con energías inicialmente para

asumir el reto de enfrentar la situación, para luego sentirse desanimadas o

deprimidas. 2 El impacto del abuso sexual varía de persona a persona y puede ocurrir

en varios niveles, física, emocional y mentalmente.


Pregunta 6: ¿Podría usted identificar a un menor que ha sido abusado
sexualmente?

TABLA 6: ¿Podría usted identificar a un menor que ha sido abusado


sexualmente?

Frecuenc Porcenta Porcentaje Porcentaje


ia je válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 47 27,5 27,5 27,5
En desacuerdo 13 7,6 7,6 35,1
Indeciso 8 4,7 4,7 39,8
De acuerdo 32 18,7 18,7 58,5
Totalmente de acuerdo 68 39,8 39,8 98,2

Total 171 100,0 100,0

Fuente:
Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana
Prieto, Andrea Castro, Mary Morales.

Gráfico #6
¿Podría usted identificar a un menor que ha sido abusado sexualmente

Totalmente en
desacuerdo
28%

Totalmente de
acuerdo
40%

En desacuerdo
8%

Indeciso
5%
De acuerdo
19%
Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo
Interpretación:
En la pregunta número 6, el 28% los encuestados respondió que no podría reconocer

en absoluto a un menor que ha sido abusado sexualmente, el 8% indicó que no podría

reconocer en algunos aspectos a un menor violentado sexualmente, el 5% se mostró

indeciso, el 19% determinó que en casos especiales lograría identificar a un menor

abusado sexualmente y el 40 restante respondió que sería fácil reconocer a un menor

violentado sexualmente.

El Abuso Sexual de Niños es cualquier interacción entre un niño y un adulto (u otro

niño) en el que el niño es usado para estimulación sexual/gratificación de parte del

abusador ó observador. Abuso sexual puede incluir tanto contacto físico y

comportamiento sin contacto alguno.

El contacto físico puede envolver el tocar la vagina, pene, pechos o nalgas, el contacto

oral de los genitales, o sexo. El comportamiento sin contacto puede incluir, el tratar de

mirar a el cuerpo desnudo de un niño, exhibicionismo, o exponiendo al niño a

pornografía. Considere la posibilidad de abuso sexual cuando un niño:

 Tiene dificultad al caminar o sentarse

 De repente rehúsa a cambiarse para el gimnasio o participar en actividades físicas

 Le cuente que tiene pesadillas o empieza a mojar la cama

 Experimenta un repente cambio de apetito

 Demuestra conocimiento o comportamiento sexual que es inusual y sofisticado

 Se embaraza o contrae una enfermedad transmitida sexualmente (STD) o una infección

transmitida sexualmente (STI) – particularmente si tiene menos de 14 años de edad


Pregunta 7: ¿Sintió apoyo de su familia?

TABLA 7: ¿Sintió apoyo de su familia?

Frecuenc Porcenta Porcentaje Porcentaje


ia je válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 3 1,8 1,8 1,8
En desacuerdo 2 1,2 1,2 2,9
Indeciso 29 17,0 17,0 19,9
De acuerdo 49 28,7 28,7 48,5
Totalmente de acuerdo 88 51,5 51,5 100,0
Total 171 100,0 100,0

Fuente:
Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana
Prieto, Andrea Castro, Mary Morales.
Gráfico #7
¿Sintió apoyo de su familia?

Totalmente en En desacuerdo
desacuerdo 1%
2%

Indeciso
17%

Totalmente de
acuerdo
51%
De acuerdo
29%

Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo


Interpretación:

En la pregunta número 7, el 51% de los encuestados determinó que su familia lo había

apoyado en todas las fases del abuso sexual, físico o psicológico, el 29% también tuvo

el apoyo de su familia pero no en la misma medida de importancia que el anterior, el

17% se mostró indeciso, el 1% indicó que su familia no se había mostrado interesada

en el abuso sexual y el 2% respondió que nadie lo había apoyado en su totalidad.

El involucramiento familiar en la vida académica de los más pequeños se ha vuelto un

punto importante para mejorar el rendimiento de los niños en el colegio. Padres o

apoderados que no sólo asisten a las reuniones, sino que estimulan diariamente los

conocimientos que sus hijos van adquiriendo, es parte de la experiencia que algunos

colegios han tomado y que, además, está dando resultados. (Saecker, 2011)

Cuando un adulto de confianza abusa sexualmente a un niño, esta situación crea una tensión

muy grande en las relaciones dentro de la familia. A algunos miembros de la familia puede

hacérseles difícil creer que el abusador haya podido hacer semejante cosa, y pueden ponerse

del lado del niño o del abusador (o sentirse presionados a ponerse de un lado o del otro) en

cuanto a quién dice la verdad. Los miembros de la familia también pueden tener problemas

para manejar la división de lealtades hacia el abusador y hacia la víctima. Aún en familias que

aceptan que el abuso ocurrió, las reacciones hacia el abusador pueden pasar por una gama

muy amplia que va desde querer “encerrarlo para siempre” hasta “odiar el pecado pero amar

al pecador”. Puede que surjan tensiones cuando diferentes miembros de la familia tengan

diversas opiniones acerca de la lealtad, equidad, justicia, perdón y responsabilidad.


Pregunta 8: ¿Ha sido agredido/a por sus padres?

TABLA 8: ¿Ha sido agredido/a por sus padres?

Frecuenci Porcentaj Porcentaje Porcentaje


a e válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 69 40,4 40,4 40,4
En desacuerdo 10 5,8 5,8 46,2
Indeciso 34 19,9 19,9 66,1
De acuerdo 16 9,4 9,4 75,4
Totalmente de acuerdo 42 24,6 24,6 100,0
Total 171 100,0 100,0

Fuente:
Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana
Prieto, Andrea Castro, Mary Morales.

Gráfico #8
¿Ha sido agredido/a por sus padres?

Totalmente de
acuerdo
25%

Totalmente en
desacuerdo
40%

De acuerdo
9%

Indeciso En desacuerdo
20% 6%

Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo


Interpretación:
En la pregunta número 8, el 40% de los encuestados nunca ha sido agredido por sus

padres, el 6% indicó que sus padres por lo menos los han agredido una vez, el 20% se

mostró indeciso, el 9% respondió que había sido agredido por sus padres en varias

ocasiones y el 25% restante determinó que sus padres nunca los habían agredido.

La violencia es aquello que se ejecuta con fuerza y brusquedad, o que se hace contra

la voluntad y el gusto de uno mismo. Se trata de un comportamiento deliberado que

puede ocasionar daños físicos o psíquicos a otro sujeto. . (Kang, 2011)

Por lo general, un comportamiento violento busca obtener o imponer algo por la

fuerza. Por otra parte, la familia es la principal forma de organización de los seres

humanos. Es una agrupación social basada en lazos de consanguinidad (como la

filiación entre padres e hijos) o en el establecimiento de un vínculo reconocido

socialmente (como el matrimonio). La violencia familiar, por lo tanto, es la acción u

omisión que el integrante de un grupo familiar ejerce contra otro y que produce un

daño no accidental en el aspecto físico o psíquico.


Pregunta 9: ¿En qué grado le afectó el abuso?

TABLA 9: ¿En qué grado le afectó el abuso?

Frecuenc Porcenta Porcentaje Porcentaje


ia je válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 2 1,2 1,2 1,2
En desacuerdo 2 1,2 1,2 2,3
Indeciso 19 11,1 11,1 13,5
De acuerdo 39 22,8 22,8 36,3
Totalmente de acuerdo 109 63,7 63,7 100,0
Total 171 100,0 100,0

Fuente:
Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana
Prieto, Andrea Castro, Mary Morales

Gráfico #9
¿En qué grado le afectó el abuso?

Totalmente en En desacuerdo
desacuerdo 1%
1%

Indeciso
11%

De acuerdo
23%
Totalmente de
acuerdo
64%

Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Indeciso De acuerdo Totalmente de acuerdo


Interpretación:
En la pregunta número 9, el 64% de los encuestados respondió que el abuso tuvo un

profundo impacto en su vida, el 23% determinó que el abuso le afectó, pero pudo

superarlo después con ayuda, el 11% se mostró indeciso, el 1% indicó que el abuso

no tuvo tanto efecto y el 1% restante no le afectó en los absoluto.

Se reportan más de 80,000 casos al año de abuso sexual a los niños/niñas, pero el

número de casos que no se reporta es aún mayor, ya que los niños tienen miedo de

decirle a alguien lo que les pasó y el proceso legal para validar un episodio es difícil.

El problema debe de ser identificado, debe de ponerse fin al abuso y el niño debe de

recibir ayuda profesional. El daño emocional y sicológico a largo plazo debido al abuso

sexual puede ser devastador para el niño. (Gorog, 2011)

El abuso sexual a los niños puede ocurrir en la familia, a manos de un padre/madre, un

padrastro, hermano u otro pariente; o fuera de la casa, por ejemplo, por un amigo, un

vecino, la persona que lo cuida, un maestro o un desconocido. Cuando el abuso sexual

ha ocurrido, el niño puede desarrollar una variedad de sentimientos, pensamientos y

comportamientos angustiantes.

Pregunta 10: ¿Se realizó una denuncia?

TABLA 10: ¿Se realizó una denuncia?

Frecuenc Porcenta Porcentaje Porcentaje


ia je válido acumulado
Totalmente en desacuerdo 79 46,2 46,2 46,2
Indeciso 30 17,5 17,5 63,7
Totalmente de acuerdo 62 36,3 36,3 100,0
Total 171 100,0 100,0
Fuente:
Elaborado por: Ana García, Jimena Oyola, Julady Narvaéz, Marcela Palma, Diana
Prieto, Andrea Castro, Mary Morales.

Gráfico #10

¿Se realizó una denuncia?

Ventas

Totalmente de
acuerdo
36%
Totalmente en
desacuerdo
46%

Indeciso
18%
Totalmente en desacuerdo Indeciso Totalmente de acuerdo

Interpretación.
En la pregunta número 10, el 46% no realizó la respectiva denuncia, el 18% no supo

cómo actuar después del abuso y se mostró indeciso, el 36% restante sí realizó la

denuncia.
La definición de abuso sexual infantil (ASI) utilizada clásicamente se refiere al

compromiso de un niño en actividades sexuales que no corresponden a su etapa

evolutiva, es decir, a su desarrollo psicosexual; siendo por definición emocionalmente

inmaduro y dependiente, no está capacitado para dar su consentimiento a acciones que

violan los tabúes de los roles familiares y de la cultura a la que pertenece. (Alsius, y

otros, 2009)

Asimismo, se propone comprender el abuso sexual no solo como la penetración oral,

anal o vaginal sino también como toda forma de toqueteo, exhibicionismo,

masturbación, pornografía, etc., o sea toda forma que sobrepase el tono erógeno

tolerable para un niño

Anexos

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