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SUMARIO
pág. 3. Treinta años de actuación de la O. S. del H. en Madrid. • pág. 17.
Madrid, 1968. % pág. 33. Un resumen del desarrollo urbanístico de Madrid,
pág. 46. Los últimos veinticinco años. • pág. 60. Madrid, fotos aéreas,
pág. 81. El "Futuro Madrid" de Fornándex de los Ríos. • pág. 90. Estudio
sociológico sobre Madrid. • pág. 102. La arquitectura madrileña del ocho-
cientos. • pág. 121. Suplemento. Resumen informativo. Fichas de Legisla-
ción.
En cubierta: La Fuente de San Isidro en dia de Romería. Grabado de «El Museo Universal». 1865.
Edita: Ediciones y Publicaciones Populares.—Dirección, Redacción y Administración: Paseo del Prado, 18, 16.°
Teléfonos 239 70 00* - 2662. Madrid (14).—Distribuidores para España y Extranjero: E. I. S. A. Oñate, 15. Ma-
drid (20).—Publicidad, «Agencia Azul», Príncipe, 9. Teléfono 221 97 47. Apartado 658. Madrid. — Fotografías,
A. Sánchez-Prieto, Trabajos Fotográficos Aéreos, Pa S'jjes Españoles, Ferriz, Mamegam.—Grabados: en color,
Pozuelo; en negro, Ciarán.—Impreso en Artes Gráficas Ibarra, S. A., Batalla del Salado, 49, Madrid.—Depósito
Legal: M. 1.071 -1958—Director: Carlos Flores.
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viendo, de amplio comedor-estar, cocina, tres Características constructivas: estructura de
dormitorios y aseo, lo siguen, en general, to- hormigón a r m a d o visto, en bloques de 15 y
das las construcciones de esta etapa. 10 plantas.
Estructura de ladrillo, en bloques de cuatro
Segunda efcpa: años 1954 y 1955. plantas.
Cubiertas.
La construcción de viviendas en esta se- Cámara de aire en muros exteriores.
gunda etapa recibe un gran impulso. Se pro- Fechadas de ladrillo visto.
mulga el Plan Sindical de la Vivienda «Fran- Ascensores en bloques de 15 y 10 plantas.
cisco Franco» por decreto ley de 29 de mayo G r u p o «San Nicolás», en la Dehesa de la
de 1954. Basándose en él y en la ley de 15 de Villa, de 480 viviendas y 22.000.000 de pese-
julio del mismo año, la O. S. H. emprende tas de coste.
un vasto plan de construcciones. Edificado sobre un solar de 17.274 metros
El criterio seguido en esta etapa es el de cuadrados.
hacer viviendas de superficie más reducida, G r u p o «Nuestro Señora del Carmen», en
pero de mejor calidad en lo que se refiere a el barrio de La Quintana, que consta de 744
aislamiento del suelo y paredes y construc- viviendas, de las cuales 94 tienen cuatro pie-
ción rígida en cubierta. Se busca la adapta- zas; 630, cinco habitaciones, y 20, para f a m i -
ción de los bloques a la configuración del lias numerosas, seis habitaciones.
terreno, con intención de procurar diferentes Los Grupos Fuencarral «A», del arquitecto
puntos de vista a los grupos. Francisco Javier Sáenz de O i z a , y Fuenca-
Las viviendas se ajustan a los tipos de «ren- rral «B», proyectado por A l e j a n d r o de la
ta reducida», «renta mínima» y «tipo social», Sota, de 487 y 532 viviendas, respectivamen-
definidos en las disposiciones citadas. te, constituyen aportaciones interesantes y
Acogiéndose a ellas, la O. S. H. edifica, en muy estudiadas, de acuerdo con una concep-
general, viviendas de «renta mínima», con ción actual de la arquitectura social y eco-
presupuesto de 28.000 a 46.000 pesetas y su- nómica.
perficie de 35 a 58 metros cuadrados, y vi- En esta misma época se realizan, en torno
viendas de «renta reducida», con superficie o Villaverde, los grupos «Experimental», de
de 64 a 100 metros cuadrados, y distribución 408 viviendas; «Cruce», de 752, y «San Fer-
de cocina, comedor-estancia, dos a cinco dor- mín», primera fase, de 510 viviendas, y en los
mitorios y aseo. Se señaló como precio del sectores que su nombre indica, los de «Comi-
metro cuadrado de construcción el de 800 pe- llas», primera fase, de 246 viviendas; «Cani-
setas para las primeras y el de 1.000 pesetas llas», de 528; «Zofío», primera y segunda f a -
para les segundas. Finalmente, para las vi- ses, de 604 viviendas; «Vista Alegre», de 788
viendas de «tipo social» se adoptó el mó- viviendas, y «Caño Roto», primera fase, de
dulo de 42 metros cuadrados y 25.000 pesetas 582 viviendas.
de ejecución material. Trece son los grupos construidos en esta
Los grupos construidos durante esta etapa etapa, que comprenden un total de 8.642 v i -
en M a d r i d son: Grupo «Francisco Franco», viendas y suponen una inversión de trescien-
de 1.978 viviendas. tos setenta millones.
Situado en la prolongación sur de la Ciu-
dad Lineal. Dividido en tres parcelas por ca- Tercera etepa: bienio 1956-57.
lles trazadas por la Comisaría de Ordenación
Urbana de M a d r i d .
Superficie, 77.752 metros cuadrados. En este bienio prosigue la construcción de
La densidad de población fue impuesto por viviendas de «renta limitada» y «tipo social»
razones de economía. Para la buena distri- del Plan Sindical de la Vivienda, iniciado en
bución de los bloques y saneamiento de los el período anterior, por lo que a éste se le
mismos, se adoptaron construcciones de gran designa, en lenguaje familiar, con el nombre
altura. El bloque de quince plantas, f o n d o de de «Segundo Programa».
perspectiva de la calle de penetración, alber- En esta época la O.S.H. levanta en M a -
ga 90 viviendas de «renta reducida» (327 y drid los grupos San Blas I y San Blas II, de
354 pesetas mensuales). 1.114 y 1.118 viviendas, respectivamente, en
el barrio del mismo nombre. Su presupuesto
El resto de los bloques son de viviendas de
se eleva a doscientos millones de pesetas.
«renta mínima» (103 y 105 pesetas men-
suales). Próximo a los anteriores construye el gru-
po «Hermanos Gcrcía Noblejas», dividido en
1.280 viviendas de tres dormitorios.
tres fases, de 450, 650 y 1.134 viviendas, y
698 viviendas de dos dormitorios.
coste, respectivamente, de 33,53 y 128 millo-
91.570.635 pesetas supone el presupuesto
nes de pesetas.
total, incluida la urbanización.
Comenzaron las obras el 1 de octubre Construye también, en los barrios del mis-
de 1954. mo nombre, los grupos de «La Elipa», prime-
Finalizaron el 1 de octubre de 1955. ra fase, de 700 viviendas; «Comillas», segun-
da fase, de 292 viviendas; «Usera», primera
y segunda fases, con un total de 1.148 vi-
Situación de los grupos de viviendas construidos en viendas; «Vallecas», primera fase, de 802 v i -
Madrid por la O. S. del H. viendas; «San Fermín», segunda fase, de 705
viviendas, y «Padre Juan Tornero», de 1.098 rias parcelas o sectores, de cada una de les
viviendas. cuales se encarga un equipo de prestigiosos
En esta etapa las viviendas terminadas son arquitectos. Así, del primero de los proyec-
9.211, y la suma invertida, aproximadamente, tos, parcela G, de 2.074 viviendas, se ocu-
895 millones de pesetas. pan j . A. Corrales, J. Cano Laso y R. Vázquez
Molezún, dirigidos por Luis Gutiérrez Soto. Del
Cuarta etapa: año 1958 y parte de 1959 proyecto número 2, de 2.641 viviendas, par-
cela o unidad vecinal F, se encargan los ar-
Se designa con el nombre de «Tercer Pro- quitectos Manuel Barbero, Rafael de la Joya,
grama» y durante ella se construye el grupo Vicente Benlloch y Francisco Riestra, presidi-
denominado «Gran San Blas», que consta dos por el primero. Finalmente, del proyecto
de 7.484 viviendas y supone una inversión número 3, de 2.769 viviendas, parcelas D y E,
que se aproxima a 750 millones de pesetas. se ocupan los arquitectos Rafael Aburto,
El grupo consta también de 533 locales co- Eusebio Calonge, José Maríc Argote, Anto-
merciales y de edificaciones complementa- nio Roca y Joaquín Núñez M e r a , bajo la ins-
rias de carácter religioso, docente o recreati- piración del primero. Dentro de la armonía del
vo, para las necesidades de la población. conjunto se adoptan diversas soluciones en las
Para la mejor realización de los proyectos siete fases en que se divide el proyecto prime-
y ejecución de la o b r a , se divide ésta en va- ro, en las 11 en que se divide el segundo y
en las cuatro en que se desglosa el tercero- programas de 72, 84, 92 ó 104 metros cua-
De la totalidad de 7.484 viviendas, 1.996 drados por vivienda, según categoría, y pre-
son de renta limitada y 5.488 de tipo social. supuesto tope de 2.850 pesetas por metro
Finalmente, diremos que la superficie ur- cuadrado para las primeras y de 3.150 para
banizada que ocupa el grupo excede del me- las segundas, y «subvencionadas» de «tipo
dio millón de metros cuadrados. social», con tope de 68 metros cuadrados y
de 2.450 pesetas por metro cuadrado.
Quinta e f c p a : años 1959 y 1960 Acogidas a esta calificación construye la
O b r a Sindical del Hogar, en M a d r i d , 850 v i -
Constituye el «Cuarto Programa». Duran- viendas en el grupo de «Manoteras», Fase
te este período se levanta la segunda fase «A», y 336 viviendas en la Unidad Vecinal de
del grupo de «La Elipa», de 320 viviendas; Absorción de «Entrevias».
210 viviendas en el grupo de «Comillas»; 28
Y los «albergues», construcciones de carác-
viviendas en la avenida de América, y 448
ter provisional, en gran parte prefabricadas,
viviendas en Getafe: grupo «Nuestra Señora
definidas en Decreto Ley núm. 18, de 12 de
de los Angeles».
enero de 1963. Están destinadas a remediar
En este lapso se construyen, pues, 1.006
calamidades endémicas (chabolismo) o gran-
viviendas y se emplean en ellas y en la urbani-
des siniestros (inundaciones, etc.). Su exten-
zación correspondiente unos 110 millones de
sión suele ser de 54 a 58 metros cuadrados
pesetas.
por albergue.
Ultima etapa: de 1960 en cdeiante Construcciones de esta índole, la O.S.H. ha
levantado en torno a la capital, las siguien-
En esta etapa, que llamamos «Plan Nacio- tes:
nal» surgen dos nuevos conceptos de vivien- 1.200 albergues en la U.V.A. de Vallecas.
das: Presupuesto, 156 millones de pésetes más ocho
Las «subvencionadas», que define el De- millones para edificaciones complementarias.
creto núm. 789, de 12 de abril de 1962, con Se ha realizado por un equipo de arquitec-
U. V. de A. de Hortaleza
U. V. de A. de Pan Bendito
Delegación Nacional de Sindicatos. Aspecto interior
y exterior
Edificio «Arriba»; realización y maqueta
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señanzo de los oficios y formación profesio- De composición sencilla y materiales nobles
nal obrera. En ella se enseñan las diferentes en fachada — g r a n i t o y ladrillo visto—, en-
especialidades de artes gráficas, mecánica, caja perfectamente en el ambiente urbano
ebanistería, dibujo, decoración, fontanería, en que está enclavado. Del proyecto y direc-
calefacción, albañilería, instalaciones eléctri- ción del mismo, discernido en concurso na-
cas y radiotecnio. Consta de pabellones de cional, se encargaron los arquitectos Fran-
dirección, oficinas, aulas, talleres, capilla, co- cisco Cabrero y Rafael Aburto. Sus autores
medor, instalaciones deportivas y servicios. explican en las siguientes líneas los fines que
Con el carácter y denominación actuales, inspiraron su actuación:
empezó a funcionar en 1945, si bien, suce- «El trazado del edificio ha sido convenien-
diendo a la Escuela «Ramiro Ledesma», inau- temente modulado de acuerdo con las ne-
gurada en enero de 1942. La total renovación cesidades de sus elementos de trabajo. Esta
de las instalaciones y proyecto de nuevos pa- modulación ha permitido una resolución f á -
bellones fue encomendada al arquitecto Mar- cil en la distribución de los diversos depar-
tín José Marcide. tamentos y locales del edificio, así como una
resolución volumétrica clara que trae como
Casa Sindical. consecuencia una unidad armónica del con-
junto.»
En el paseo del Prado, frente al museo de «Al comenzar el proyecto definitivo de la
pintura del mismo nombre, se levanta la sede Casa Sindical, nos propusimos estos fines:
central de los sindicatos españoles, constitui- responder a los medios empleados, eliminan-
da por una edificación central, de 18 plantas do en absoluto decoración de otros tiempos;
y dos laterales, perpendiculares a ella, de reflejar necesidades funcionales del edificio, 13
siete plantas, formando un conjunto de co- trascendiendo del espacio interior a su ex-
losales dimensiones y bien proporcionado. presión volumérica externa; respetar por in-
Pabellón de Cristal en
la Feria del Campo
Parque Sindical
A la derecha: Escuela
Nacional de Hostele-
ría en la Feria del
Campo
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Sus dimensiones son hoy de dos mil por Feria Internacional del Campo
trescientos metros, y en él figuran las siguien-
tes pistas y campos: frontón, tres trinquetes, La Feria Nacional del Campo, promovida
cuatro ccmpos de baloncesto reglamentario, por la Organización Sindical, se celebró por
campo de fútbol de hierba de 102 por 64 primera vez en M a d r i d el año 1950 (27 de
metros, dos de tierra de 96 por 48 metros, mayo al 18 de junio), en el sector de la
pista atlética completa de seis calles, tres pis- Casa de Campo, utilizado por los antiguos
cinas unidas (una infantil de 40 por dos me- Concursos Nacionales de ganado desde el
tros, otra de adultos de 136 por 60 metros y año 1907.
otra de competición de 50 por 16 metros) con
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un total de 11.820 metros cúbicos que cons-
en la autopista de Barajas
tituyen el conjunto mayor de Europc, dos ves-
tuarios de señoras, con capacidad para 10.000
Se encuentra situada en el Km. 10 de la
servicios, dos de caballeros para 12.000 ser-
margen derecha de la autopista de Barajas.
vicios, otro infantil para 500; la presa, de Ocupa una extensión de 45.000 metros cua-
78.000 metros cúbicos, parque infantil, restau- drados, en los que se han edificado 11 pa-
rante, seis bares, 12 pistas de bolos ameri- bellones que ocupan 15.300 metros cuadra-
canos, botiquín y edificio de Dirección, y los dos. El resto lo constituyen zonas de jardine-
correspondientes servicios de almacenes, jar- ría, red viaria interior, estacionamiento de 15
dines, invernadero, etc., que son necesarios vehículos y servicios generales. El pabellón
en una instalación de esta envergadura. número 1 esta dedicado a dirección, oficinas
Edificio «Pueblo»
Dos aspectos del Parque Sindical de Madrid
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EL ÁGUILA
OTERIAl TABACOS
UN R E S U M E N D E L DESARROLLO
U R B A N Í S T I C O DE M A D R I D
Francisco Lesta
Después de haber consultado ma, que a su vez desemboca en el je fantástico de la época: «Fundó
una pequeña parte —por desgra- Tajo. Altura sobre el nivel del mar esla nobilísima Villa, según varios
cia— de la abundante bibliografía entre 580 y 694 metros. En las es- autores, el príncipe Ocno Bianor,
sobre el tema, he pensado que po- tribaciones de las sierras, extensas griego, llamándola Mantua, en ob-
co es lo que podría yo aportar superficies boscosas naturales. sequio a la reina Manto, su ma-
como extranjero al mejor conoci- Clima continental. Originariamente dre. Es más antigua que Roma 417
miento del desarrollo histórico de región de pastos, no escasa de años. Los romanos la pusieron Ma-
la ciudad. Por eso me he concre- agua, posteriormente devastada, yorito, que quiere decir mayor po-
tado a dar una somera descripción empobrecida y abandonada. blación, cuyo nombre se corrom-
cronológica de los momentos que La industria prehistórica más an- pió en Magerito por los años 986.
he considerado fundamentales y tigua fue la chelense, y según se Después los moros la llamaron
que abarcan el período que va ha podido comprobar se verificó Madrit, que quiere decir casa de
desde la prehistoria hasta princi- una invasión de pueblos africa- aires saludables, o madre de las
pios del siglo XX, y añadir al final nos, procedentes de un centro de ciencias; por ser la Universidad
unas consideraciones de tipo ge- civilización paleolítico más ade- donde los moros leían el Alcorán.
neral urbanístico basadas en ob- lantado que los sincrónicos euro- Han sido señores de esta esclare-
servaciones de ésta y otras ciuda- peos, del que posteriormente se cida villa los griegos, romanos,
des, y buscando resumir en pocos originaría el capsiense (paleolítico godos, ostrogodos y, últimamente,
puntos un devenir histórico-urba- superior). Existían tres grupos étni- la capturaron los moros más de
nístico, que es, en este caso, y por cos: el indígena; posteriormente, 200 años, hasta que el rey don
muchas razones, extraordinaria- en el musteriense, una superficial Alfonso VI la redimió del yugo sa-
mente particular, tanto en sus par- invasión de pueblos nórdicos; el rraceno por los años 1083 (Miguel
tes positivas como en sus negati- ibero-mauritano. Milenios después, Molina Campuzano, Planos de Ma-
vas; por último, como sugerencia en el neolítico final: cultura de las drid...). Fernando Chueca —entre
para un estudio mucho más serio cuevas, con cerámica de cordones; los autores modernos— supone un
—si bien referido en particular a cultura de las cuevas trapezoida- posterior origen visigótico, un pe-
un aspecto del urbanismo— tomo les, con idustria de los vasos cam- queño poblado, que después lla-
del libro de Kevin Lynch «The Ima- paniformes. En la segunda edad de maría la atención de los sarrace-
ge of the City» algunas citas, que Hierro vivió un pueblo emparen- nos. (El geógrafo africano Moha-
para el caso de Madrid, si se en- tado con el de los Cogotas (Avi- med-ÁI-Edrisi, a principios del
sayase una metodología, sería de la), ligeramente iberizado. Cultu- siglo XII menciona: Madrit, casti-
vital importancia, por cuanto refe- ras ribereñas, que no forman aún llo fuerte, clima benigno, salvaje
riría todo el desarrollo urbano a ciudad. naturaleza.)
un sistema relativamente científico
y universal, y además relacionaría Jaime Oliver Asín opina que en
toda una serie de obras importan- la segunda mitad del siglo IX la
PERIODO HISTÓRICO oldea visigótica se transforma en
tes encaradas y realizadas duran-
te su historia, que a pesar de la plaza fuerte árabe, por medio de
abundancia de datos —sobre todo Respecto a la fecha y circuns- obras esenciales. Los árabes es-
de su arauitectura— se me han tancia de la fundación ele la po- tablecen un punto defensivo en
presentado como desconexas. blación que después sería la ca- el camino de Toledo a la Alcarria
pital española no hay datos con- («siguiendo el Henares y al so-
cretos y hasta ahora sólo se han caire de la barrera del Guada-
hecho suposiciones. Un Madrid rrama»). El escarpe sobre el río
PREHISTORIA ibero-celta o romano es sólo fá- Manzanares es buena defensa, y
bula, o si se quiere más poética- así nació el «castillo famoso».
Ya que la situación geográfica se mente, mitología. Madrid quedará, Bayan Almogherb dice aue el
da por conocida, sólo haré men- en el período romano, al este de habig Almanzor reunía sus hues-
ción de datos muy generales: En la gran vía que va desde Ceasar tes contra los cristianos en Medi-
el centro de la península ibérica, Augusta (Zaragoza) hasta Emérita na Machrit. EI_Mqdr¡t de la épo-
en medio de la meseta castellana, a Augusta (Mérida). Al Himyari, au- ca hispano-musulmana tiene dos
3o 4' de longitud oeste y 40° 25' de tor árabe de fines del siglo XIII o recintos según la teoría más
latitud norte, sobre una penillanu- principios del XIV, en su obra «La aceptada (según otra, hubo dos
ra; terreno desigual, rico en hon- Pininsule Iberique au Moyen Age» primeros recintos sucesivos, uno
donadas y colinas, entre la sierra atribuye la fundación a Abderra- moro primero, y luego otro cris-
de Guadarrama al norte y río Ta- mán II, Emir de Córdoba (812-856). tiano). La teoría de los dos recin-
jo al sur. Ríos poco caudalosos, El-Edrisi la considera, asimismo, tos simultáneos: Uno eminente, en
casi secos en verano, uno de ellos, ciudad árabe. Espinosa en su pla- torno al castillo o alcázar, el otro
el Manzanares, afluente del Jara- no de 1769 escribe, en el lengua- pegado a él, que bajaba por las
laderas de la actual calle de Se- Las condiciones naturales: el tarse de ir ganando cada vez más
govia y llegaba hasta las Visti- agua del subsuelo era relativamen- la confianza de los reyes: se ha-
llas. El recinto dominante, alcaza- te abundante, el paraje desértico, blaba de «lealtad». El año 1438
ba, almudaína, almudena, era la pero en el inmediato alrededor y Madrid sufrió el flaaelo de la pes-
residencia del gobernador Alcá- hasta Segovia debió de haber te. En 1449 acontecimiento que co-
zar. Existía una mezquita, la futu- grandes bosques. Alfonso VI, que laboraría un poco más a modelar
ra iglesia de Santa María de la residía cierto tiempo del año en la civilidad de la villa: se de-
Almudena. Cuatro puertas: de Madrid, le acordó privilegios de cretan dos ferias francas al año,
Moros al Sur; Cerrada al Este; importancia, entre ellos el funda- que habían de durar quince días
de Guadalajara y de Balnadú. La mental para su economía primaria: cada una. En esencia, ese fue el
ciudadela comunicaba directa- «la donación perpetua de montes punto de partida, a fines de la
mente con el exterior por la puer- y sierras entre ella y Segovia para Edad Media, en ¡as ciudades ita-
ta de Alvega, después de la Ve- pastos de sus ganados, leña y ma- lianas, francesas y nórdicas —la
ga, y con el otro recinto por el deras para sus edificios...» Con el gracia real—, que impulsaría el co-
arco de la Almudena. Recintos agua de los pozos se cultivaban mercio y daría lugar a la burgue-
simultáneos correspondientes a quintas para provisión de los ve- sía, y por fin al desarrollo urba-
una medina y su alcazaba. Nutri- cinos. En el siglo XIII se cuentan no propio de la Edad Moderna.
do caserío musulmán, calles es- diez parroquias. Alfonso VI hace Ya veremos que Madrid no tendrá
trechas y tortuosas, convergiendo repoblar el Vicus Sancti Martini, esa suerte; para convertirse en
hacia las puertas amplios patios un arrabal ya bastante antiguo, en ciudad, aunque sin burguesía, ten-
interiores en las manzanas, dos torno al monasterio del mismo drá que esperar a Carlos III.
barrios separados por la vagua- nombre. Y se comienza a gestar
da (esta gran ventaja: no era ne- un proceso que quizá tenga impor- La historia menor de Madrid con-
cesario salir fuera del recinto tancia para el futuro: el madrile- tinúa con Enrique IV, un persona-
protegido para proveerse de ño aparece como un tipo especial, je que debió ser extraordinaria-
agua). Superficie, cinco hectáreas; que no se siente ni muy cristiano mente humano, pues según los
según Torres Balbás su población ni muy árabe, población de mes- cronistas vivía como los musulma-
era de 12.500 habitantes, cifra naderos, cerca fronteriza, ciertos nes y gustaba de «mezclarse entre
que, sin grandes oscilaciones, se privilegios reales, que llegan casi el pueblo». Quizá consideraba que
mantendrá durante toda la Edad por sorpresa; Madrid era «nuevo» las cosas estaban muy bien como
Media, hasta el momento del ve- en cierta forma, dentro del con- estaban, porque no hizo nada
loz crecimiento en la Edad Mo- junto hispano. grande como constructor. Pero
derna. nombró un corregidor de la villa,
Un momento histórico para Ma- y con ello instituyó el cargo.
Macherit es el nombre árabe, drid: 1202. Alfonso VIII dicta los En 1494 se construyen portales
según la interpretación etimológi- fueros. Con esto se dio la posibi- en la Plaza del Arrabal, con desti-
ca de Jaime Oliver Asín (1953): lidad del desarrollo ciudadano, de no a la venta de comestibles. Ya
de «Machrá, que quiere decir la protección, de un moderado pro- se había fundado el Hospital de
«matriz» o «madre de agua» y greso, que desde luego las cróni- la Corte, y había, por lo menos,
del sufijo «¡t», que significa cas antiguas alaban sin reticen- tres puentes: «la Puente de Sego-
«abundancia», aludiendo a la cias. Todas las ciudades castellanas via, el de Toledo y la puentecilla
«plural captación de aguas por gozaban de fueros, y entre ellas de Balnadú»: En 1499, fundación
medio de pozos y minas, sistema —muy especialmente— Segovia, del Hospital de la Concepción.
traído de Persia y aplicado en quien vio en Madrid una rival mo- Madrid es una ciudad sin im-
España a tierras estériles». Se lesta. La tercera cerca se construye portancia, con una administración
supone que, en cuanto a la cul- no por razones defensivas, antes civil petulante, a quienes los mo-
tura, los árabes no dieron a Ma- bien por el paulatino crecimiento narcas no prestaban mucha aten-
drid el desarrollo de un Córdoba, de la población: cerca del arra- ción: incluso los portales de la
y desde luego que no sintieron bal, puertas: Puerta del Sol, de Plaza del Arrabal no eran sino
la misma predilección que por Antón Martín, de Bolecas y el pos- obra para el vulgo; pero fueron,
Granada o Toledo. tigo de San Martín. El Gobierno en realidad, un germen de urbanis-
En las campañas guerreras en- de la villa es encomendado a mo, desgraciadamente desaprove-
tre árabes y españoles, Rami- cuatro alcaldes y se siente un re- chado por ese «vulgo», que era
ro II, rey de León, loma Madrid lativo auge del comercio: «los más bien misticista antes que prag-
en 932—la ciudad figuraba en los portillos y las puertas, el Alcázar, mático. Y esa diferencia, cuya ges-
documentos como Magerit (cro- las plazas o azoches, las tabernas tación se inició en el Madrid
nista Sampiro, siglo XI)—luego la y los templos formaban un abiga- «nuevo», se agranda por la falta
abandona, vuelven a ella los ára- rrado conjunto en cuyo rededor de contacto y comprensión entre
bes, se quedan durante un siglo y los égidos, carrascales y praderas rey y pueblo, entre aristocracia y
medio, son los Almorávides, hasta de pastos ponían un colmo de lo- vulgo (que tan pintorescamente
que Alfonso VI la incorpora defi- gro vital». había buscado Enrique IV), y que
nitivamente a la Corona de Casti- origina lo exagerdao, lo funambu-
En 1309 reúne Fernando IV de lesco, sobre todo lo anárquico de
lla en su campaña para conquistar Castilla, por primera vez, las Cor-
Toledo. Y será una ciudad mude- la ciudad. En el Renacimiento el
íes en Madrid y libera a ésta de arquitecto del Hospital de La La-
jar, relativamente protegida por los tributos de guerra: «Cuando
sus monarcas y en donde vivían tina es un moro, el maestro Huzan
no se hiciesen levas no se cobra- (1505), y anteriormente, en el si-
sin muchas complicaciones ni aspi- se fonsadera.» Alfonso XI decreta
raciones, cristianos, moros y judíos. glo XV, en el Monasterio de San
en 1346 una cédula que es consi- Jerónimo del Paso, se usaba de!
Las cartas lingüísticas indican la derada como el origen del Ayun-
penetración en forma de cuña del estilo «gótico trovador». Hasta
tamiento de Madrid, y establece Juan Bautista de Toledo no habrá
castellano; en Madrid se hablaba una Escuela de Gramática. En 1383
mozárabe hasta el año 1100. El arquitectos españoles en España
Juan I entrega las llaves de Ma-
problema judío—individuo organi- drid a León V, quien se situlaba
zado—surge con sus posibilidades Y la política sigue: Castelar con-
rey de Armenia y decía haber lu- sidera la regencia del Cardenal
económicas, se hace prestamista chado por el cristianismo y haber-
del monarca, vive en las inmedia- Cisneros, alrededor de 1516, como
lo perdido todo contra los musul- sumamente ventajosa para Ma-
ciones de la Alcazaba, goza de manes. León V goza de sus privi-
protección real y lentamente aspi- drid, en sus aspiraciones a la ca-
legios en Madrid dos años, restau- pitalidad. En esa época la villa ad-
ra al patriciado. El árabe forma ra el castillo con mucho celo y lue-
la población artesanal estaciona- quiere su primer recinto verdade-
go se va a París, donde muere en ramente urbano: la Plaza (de la
ria, sin participación civil, el pro- 1390. Esto motivó un posterior de-
letariado del futuro Madrid. El Villa). Fernando Chueca dice que
creto de no enajenar en lo sucesi- «(la plaza) representa uno de los
cristiano, noble y arrogante, que vo ninguna ciudad de la Corona.
considera al trabajo indigno. pocos casos de tradición y per-
Bajo Enrique III Madrid podía jac- manencia de... Madrid. En la
Edad Media llamada de San Sal-
vador, la primera civil de la villa,
como luego ¡o fue la del Arrabal...»
Enrique IV había dado —en 1466—
licencia para que se ensanchara;
Isabel I quería verla poblada de
mercaderes y oficiales. El Mayo-
razgo construye un edificio en
aparejo toledano de ladrillo y
mampuesto, su estilo ya plateres-
co. (La fachada que da a la calle
del Sacramento es la única que se
conserva de la época.)
Levantamiento de los comune-
ros, sojuzgados por Carlos V. Es-
te, por una razón u otra, estuvo
residiendo en Madrid hacia 1551,
e hizo restaurar el Alcázar. Su- ^ # >
perficie de la ciudad, capaz de al-
bergar 2.500 casas. Según Fernán-
dez de Oviedo, autor de la Histo-
ria Natural de las Indias, hablaba
r >
en 1513 de 3.000 vecinos y en 1546
de 6.000.
TRECE PARROQUIAS
Plano de Madrid hacia 1635 con • Las salidas de Madrid a tra- O. Postigo de S. Martín
vés de sus puertas principales. E. Puerta de Sto. Domingo
los viejos caminos naturales
más importantes y l a indica- • Alcázar y Murallas de la
O Cerca de 1566
Almudena y de la Villa.
ción aproximada de los r e c i n -
1. Arco de Santa María a. Puerta de Toledo
tos y perímetros anteriores. b. Puerta de Antón Ma.iín
2. Puerta de la Vega
3. Puerta de Moros o de Atocha
(Los punteados indican los t r a - 4. Puerta Cerrada c. Puerta c'e Alcalá o del
mos que ofrecen dudas). 5. Puerta de Guadalajara Sol
6. Puerta de Balnadú d. Puerta de S. Luis
• Cerca del Arrabal
• Perímetro alcanzado por la
A. Puerta de San Francisco población hacia 1590
o La Latina
38 B. Puerta de Atocha I' Puerta de Toledo
C. Puerta del Sol I" Puerta de Atocha
i • Las salidas d e M a d r i d a través d e sus puertas principales.
• A l c á z a r y murallas d e la A l m u d e n a y d e la Villa.
• Cerca del A r r a b a l .
• Cerca de 1566.
• P e r í m e t r o alcanzado por la población hacia 1590.
41
La estructura viaria fundamental del casco Viejo
(Según Molina Campuzano. Croquis del autor).
netas», de inspiración francesa, o la parte de realidad que aquéllas cia. Alrededor de 1920, año en que
sea, plazas de planta circular en tienen—; la interacción intelectual fallece Soria, viven en la Ciudad
el punto de encuentro de varias entre los países centroeuropeos; Lineal unas 5.000 personas y en
calles. A pesar de haber comba- la búsqueda individual: Sant'Elia, verano aumenta el número de la
tido la ¡dea de Fernández, el con- Mies van der Rohe, El Lizinsky, población considerablemente. La
cejal se la apropia después y pro- Perret, Ebenezer Howard, Sulli- Ciudad Lineal de Madrid es la
yecta una calle que corre aproxi- van... Madrid no ha participado realización española más impor-
madamente como aquél la había en nada de eso, sus arquitectos tante de la reciente historia urba-
concebido. Se trata de la «Gran han seguido ideas ya superadas, nística.
Vía», cuya realización según nuevo se habían empeñado en la resu- Hasta la primera postguerra se
proyecto de Carlos Velasco (1388), rrección de formas estilísticas es- observan, refiriéndose sólo a la
se encarga a los arquitectos José pañolas, consideradas como «na- ciudad, dos zonas fundamentales:
López Salaberry y Francisco Gavio. cionales»: Rucabado, González, el casco viejo, con sus ampliacio-
La Gran Vía comienza en la parte Smith; otros, como Palacios, ex- nes hasta el siglo XVIII—de una
más ba¡a de la calle de Alcalá (a quisitos creadores de fantasías, gran densidad constructiva—y la
unos doscientos metros de la Plaza caían, empero en el urbanismo de- ciudad nuevamente activa alrede-
de Cibeles), de la cual calle se bi- coratí vista-monumental: proyecto dor de aquél a partir de 1850 (en-
furca en ángulo muy agudo hacia de reforma de la Puerta del Sol tre medio un período de absoiuta
el noroeste, atraviesa el casco (1919), correspondiente a un remo- inercia constructiva que surge de
viejo y termina en la actual Plaza delamiento del centro. la comparación del plano de Es-
de España. Según el primer proyec- Ya han sido comentados los en- pinosa de 1769 con el de Coello y
to sus partes extremas tendrían 20 sanches de Madrid, el «extrarra- Madoz, de 1848). Poco después de
metros de ancho, la parte central dio», que no se realizó. Hacia ¡a la primera guerra mundial se su-
35; ésta, tratada como paseo, sería otra margen del Manzanares se pone que la población ascendía
arbolada (recuérdese la propuesta había avanzado con la ciudad, a 650.000 habitantes. José Luis de
de Mesonero Romanos). En la Gran pero sólo aisladamente. La Casa Oriol da, según un censo de 1915,
Vía se permite la construcción de de Campo seguirá—repito: por la cifra de 651.155. Oriol se plan-
edificios de 35 metros de altura, suerte—intacta, permanente acier- tea un gran problema, aún hoy no
más un ático, para conseguir el to urbanístico de Madrid. Por mo- resuelto: el gran eje norte sur
carácter de «city», que, de acuer- tivo de la escasez de viviendas y de la ciudad que debería pasar
do con el concepto urbanístico de de terrenos urbanizados se cons- por el casco viejo. En 1921 él pro-
la época, era propio de una gran truye en gran altura ya a princi- pone partir con dicho eje desde la
metrópoli moderna. Or ginar.a- pios de siglo: a ambos lados de Glorieta de Bilbao, pasando por
mente destinada a oficinas, la edi- una aveniaa que se traza hasta la las inmediaciones de la Puerta del
ficación fue luego también de vi- Glorieta de los Cuatro Caminos, Sol, sin tener en cuenta—o sin res-
viendas, debido a la paulatina es- en el norte, al comienzo del ba- petar—la red viaria existente. Esta
casez de éstas. Detrás de las rrio obrero de Tetuán. 35 metros de vía pasaba al costado oeste de la
magníficas fachadas, estrechos pa- altura, o sea, 10 pisos, además un Plaza Mayor, arrancándole su fa-
tios de luz y aire, a donde dan ático; a destinar exclusivamente a chada y desvirtuándole, por tanto,
habitaciones mal iluminadas. La viviendas. En contraposición apa- su carácter de espacio cerrado.
Gran Vía hace a Madrid ciudad rece la necesidad del «chalet», Una arbitraria integración a la ar-
moderna. No porque resuelva sus una casa en el campo, con jardín. teria proyectada.
problemas urbanísticos o porque Los precios de los solares en las
modifique su estructura urbana. inmediaciones de la ciudad son
Como vía de tráfico convulsiona PLANOS DE MADRID
muy elevados. Sólo las personas
una red mezquina aunque sensible más pudientes tienen una vivienda
(podría haber dicho «sensible aun- Para los siglos XVII y XVIII e.
de veraneo en los alrededores pa- imprescindible la excelente obra
que mezquina»), y eso es todavía norámicos '(estribaciones de la
embrionario. Pero lo que se pre- de Miguel Molina Campuzano
sierra). Se construyen varios polí- «Planos de Madrid de los si-
senta con toda claridad es el nue- gonos residenciales alrededor de
vo elemento espacial y su nueva glos XVII y XVIII». En ella se in-
la ciudad, con idílico carácter de vestigan las siguientes fuentes: 1)
escala. Prescindiendo del Palacio, ciudad jardín, pero socialmente
volumen sin raigambre urbana Plano de hacia 1635, denominado
desvirtuado: sólo para gente adi- de DE WIT; 2) Imitaciones de este
—elemento edilicio de intención nerada.
abstracta—, y de sus jardines—pla- plano; 3) Plano de Teixeira, de
cer aristocrático—los espacios de La única idea digna de mérito no 1656, su reducción de 1683 e imi-
Madrid eran, hasta entcnces, es- tuvo éxito. La Ciudad Lineal de taciones posteriores; 4) Planos pe-
táticos: la Plaza de la Villa, la Arturo Soria y Mata que para un queños de Tomás López, de 175/ y
Plaza Mayor, la Puerta del Sol (los extranjero es una gran sorpresa, de otros años siguientes, corregi-
paseos deben ser considerados está hace ya mucho tiempo aban- dos éstos por Ventura Rodríguez,
como «periféricos») de esos espa- donada y su intención olvidada o y algunas copias de los mismos; 5)
cios históricos es la Plaza Mayor desvirtuada. Gran injusticia. Soria Plano de Chalmandrier, de 1761,
el único pensado, con escala cons- inicia su campaña publicitaria en y su imitación, muy reducida, por
ciente y con clara intención de 1882 en forma ciara y enérgica: Andrews; 6) Planimetría general
provocar una actitud contempla- «la línea recta es el rasgo más ca- de Madrid, de mediados del si-
tiva, independientemente de la racterístico de las ciudades moder- glo XVIII; 7) Trabajos basados en
mayor o menor intensidad de ésta. nas; una sola calle de 500 metros la planimetría general, aparecidos
La Gran Vía introduce la dinámica, de anchura y de la longitud que hasta el año 1800: los importantes
quizá involuntariamente, lo cierto fuera necesaria... tal será la ciu- planos de Espinosa (1769) y de Ló-
es que convierte a ésta en una dad del porvenir, cuyos extremos pez (1785); 8) Algunos planos me-
dimensión determinante, incitante. pueden ser Cádiz y San Petesbur- nores, derivados de los de Chal-
Como vía de tráfico es incompleta, go, o Pekín y Bruselas»; y respecto mandrier y de Espinosa, publicados
como elemento urbano, brutal, al costo de la tierra: «en la Ciu- en Francia, a fines del siglo XVIII.
pero transmite ese fluido ciudada- dad Lineal... el precio más alto no Para el tiempo siguiente se de-
no, al polarizar: «Puerta del Sol, estará en un solo punto, sino en ben citar los siguientes planos: 9)
Gran Vía», que hará a Madrid un una línea de extensión indefinida La modificación del plano de Es-
proioorganismo con potente nú- y, por tanto, niveladora de pre- pinosa de 1769, hecha en 1821 (Mo-
cleo. Después de esto tendrá que cios». Del proyecto total, una cinta lina Campuzano); 10) Plano de
venir el urbanismo con mayúscula. de 58 kilómetros alrededor de Ma- Coello y Madoz, de 1848, basado
Pero lo que viene es el urbanismo drid, desde Fuencarral al norte has- en el de los ingenieros de caminos
monumental. El racionalismo—revi- ta Pozuelo de Alarcón en el nor- Juan Merlo, Fernando Gutiérrez y
sión de estilos y su condena—; las oeste, y vinculando poblados sa- Juan de Ribera; 11) Plano de Ibá-
ideas románticas urbanísticas—que télites existentes, sólo se construyó ñez Ibáñez de Ibero, de 1874; 12)
Ribas diferencia de las utopías por una cuarta parte: el tramo de la Plano de Pedro Bidagor, sobre ei
carretera de Aragón a la de Fran- plano de Teixeira, mostrando ia
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I Oda
verdadera planta de éste; y 13) a redactar su magnífico «Viaje de acceso en dirección norte y esle.
Plano del Anteproyecto de Ensan- España», y, además porque los Falta de interrelación con poten-
che de Madrid, de Carlos María tiempos son otros, lo que tengo tes núcleos vecinos o cercanos, que
de Castro (1860). que decir lo voy a plantear así: hubiesen podido trabar una red de
1.—En la Edad Media, estructura establecimientos humanos, como ya
CONSIDERACIONES DE social basada en una población empezaba a suceder en Italia en la
CARÁCTER URBANÍSTICO mixta, cristiano-árabe judía, en pie Toscana y en la zona del mar Bál-
de convivencia relativamente pací- tico con las ciudades de la Hansa.
En este punto considero que es fica, sin importancia política ni cul- Madrid medraba huérfana en me-
necesario arriesgar una opinión, tural, después de haber sido vapu- dio de la meseta castellana.
la enumeración de hechos histó- leada por ejércitos árabes o espa- 2.—Con el aumento y consolida-
ricos y de su comentario por dife- ñoles. Ausencia de burguesía, aisla- ción del poderío cristiano—reyes
rentes autores es un camino fácil, miento en el acontecer europeo, y de Castilla—no cambia demasiado
pero precisamente por ello, en- a más, en el español. Ausencia de la suerte de Madrid. La corte era
Universidades. La estructura urba- 43
gañoso. Sin pretender asumir el nómada y quería serlo; la pequeña
papel del Vago Italiano, quien na, morisca, con cierta tendencia villa, sin aristocracia fuerte y con
con sus críticas estimularía a Ponz casual a abrirse a los caminos de una población fluctuante, aspira
quizá a mucho, pero logra poco. al desaparecido Lustgarten de Ber- seguía siendo—empeorada por el
Los fueros de 1202 no significan lín— no deja por ello de tener un crecimiento de la población—des-
demasiado en el desarrollo de la bien logrado carácter urbano, ba- astrosa.
civilidad y poco menos en el de la sado en su rotundidad proyectiva. 8.—El Paseo de Ronda, el de la
estructura urbano. No hay una Casi podríamos prescindir de la Castellana, la Ciudad Lineal son
voluntad superior directiva, que clase de acontecer en ese espacio, documentos más o menos valede-
las sociedades de la época veían para saludar el acontecer en sí. ros de una preocuoación urbana
en dos instituciones: o en el mo- El primer espacio digno, ya no —cada uno en su función especí-
narca y los señores feudales, o en arrabal, preparación para otro fica—. Pero todos ellos están ais-
la clase burguesa, posteriormente más sensible, más humano aunque lados de un acontecer contempo-
enriquecida y elevada al rango menos orgánico, la Puerta del Sol. ráneo europeo de la más formi-
de patriciado, con derecho a parti- 5.—Los sitios reales. El Palacio, dable fuerza democrática en el
cipación en el gobierno: sólo los El Monasterio de El Escorial, el Pa- urbanismo: el período entre las
judíos aspiraron en parte al patri- lacio de Aranjuez, La Granja, El dos guerras. Madrid, toda España,
ciado, pero no a la participación Pardo, el Palacio del Buen Retiro, a excepción quizá de Barcelona,
en el gobierno. Las Cortes, con- corresponden todos ellos a una pierde el nexo cultural que habían
vocadas por Fernando IV, y su mentalidad epocal relativamente establecido Felipe V, Fernando VI
predilección ñor la ciudad, la Real sincrónica con el resto de Europa: y Carlos III con el resto de Europa.
Cédula de Alfonso IX—posible ori- el arte barroco es intelectual, abs- La pregunta sobre la esencia de
gen del Ayuntamiento—, todos tracto, por tanto prescinde de una Madrid y la relación con su en-
ellos son gestos proDiciatorios, estructura preexistente, dada. Se torno sigue sin plantearse. La dis-
pero incipientes. Madrid sigue sin basa, o surge, de una voluntad gue tancia ¡erárquica-urbanística entre
participar en grandes aconteci- no quiere ser limitada ni dirigida Madrid y sus pueblos de influencia
mientos y no tiene conciencia de más que por sus propias leyes. Por se va haciendo cada vez más des-
núcleo autónomo. Su economía es eso prescinde de la ciudad como esperantemente mayor; los pobla-
exclusivamente local, las murallas, organismo. Y en Madrid las dis- dos quedan relegados a la Edad
o sea, las cercas, no necesitan ser tancias son mayores, por la aridez Media: la distancia física, digamos,
defensivas. Madrid vive de su pro- del paisaje, por lo convulsionado cincuenta kilómetros.
pia mitología. de la topografía; en Berlín, por 9.—El período de enriauecimien-
3.—Felipe II decide—es impor- ejemplo, la vía desde el Palacio to del Madrid preindustrial, pro-
tante que un monarca español de- del emperador hasta el de Char- ducto de una actividad parasitaria,
cida—establecer la Corte, hacerla lottenburg era una avenida triun- valga la contradicción, o sea buro-
sedentaria: algo que no se com- fal entre lagos y bosques; en Ma- crática y rentista, corre paralelo
prendió, ni en su época ni hasta drid, las siete leguas hasta El Es- con profundas modificaciones po-
la de Carlos III, que la Corte debe corial son un casi sendero de mon- lítico-sociales, que conducirán a la
dejar de ser nómada. Madrid, aue taña. Los sitios reales de Madrid República, y en ese ambiente ha-
aspiraba a mucho en su fantasía, no se integran en un grandioso es- brá algunos urbanistas aue harán
se horroriza ante el inminente quema con la ciudad, el único mo- propuestas más o menos interesan-
acontecimiento, no está preparada numento dentro de ella es el Pa- tes sobre la apertura de grandes
para albergar a la nueva avalan- lacio; pero éste, a excepción del ejes (que los alemanes llaman téc-
cha burocrática; y, a pesar suyo, Campo del Moro y del río y de la nicamente «Magistrales), quizá con
medra y crece; pero no aumenta Casa de Campo, sí, un eje ba- vistas a una organización urbana.
de categoría. Sin un apoyo de tra- rroco, también iqnora a la ciudad. Pero en todas ellas, salvo en la
dición, no sabe o no se preocupa Piénsese como ejemplo de integra- propuesta de Soria, se observa un
por observar con realismo su es- ción urbana de eficios monumen- abstraccionismo más o menos ba-
tructura y acomodarla a las nue- tales en el Ring de Viena: Schón- rroco o monumental. Coetánea-
vas exigencias históricas. Lo que brunn. mente, las empresas constructoras
viene a Madrid con Felipe II es comienzan a hacer fabulosos nego-
6.—Sin embargo el Barroco hace cios con sus «urbanizaciones».
burocracia, elemento parasitario y teóricamente la ciudad moderna:
sin imaginación, población asimis- para Madrid llega tarde, la so- 10.—Madrid inicia su período de
mo, hasta entonces por lo menos, lución es costosa. Las famosas fa- industrialización muchísimo más
fluctuante. Y como Felipe II no chadas al río y el arreglo de éste, tarde aue las ciudades europeas
hace lo que corresponde a un cons- con sus paseos ribereños, son la y aue Barcelona, y esa es, mirado
tructor de ciudades, o sea, dar interpretación secundaria. El gran a fondo, su gran salvación: salva-
franquicias para el poblamiento, momento es el Salón de Prado. ción del hórrido suburbio de los
la ciudad no construye. El caserío, Pero la lección es mal interpreta- barrios del proletariado. Aunque
crecimiento biológico autónomo, da; el «eje de composición» como ya los especuladores de terrenos
incontrolado, sigue a lo largo de concepto fracasa en la relación se encargaron en parte de tal ta-
los caminos de acceso, con el «me- Palacio-ciudad, se transforma pos- rea; pero a escala menor. Los
tro místico de la Edad Media», con teriormente en eje anodino de si- arrabales de Madrid, antes del
su red de calles tortuosas, minimi- metría—«glorietas»— y la cuadrícu- «chabolismo», tendrían, incluso, un
zado en superficie y en materiales. la hipodámica serán el adefesio re- carácter semirrural. Y con toda se-
Pero ese crecimiento es agónico, sultante. El territorio urbano de guridad eran menos miserables
desganado y, sobre todo, anties- Madrid está condenado. Los urba- aue los de París o los de Buenos
tético. nistas han fracasado Aires. Por el contrario, barriadas
en la ciudad misma, como Lava-
Juan de Toledo, Juan de Herrera 7.—La necesidad de crear ejes piés, aunaue no tan sórdidos como
son grandes arguitectos, no se les —de organizar algo en la ciudad— el Barrio Gótico de Barcelona, cla-
permite ser grandes urbanistas. se ve en la Gran Vía Escuela de maban v claman por la pigueta.
4.—Lo que había dibujado Tei- Haussmann. Pero la Gran Vía, a
11.—El advenimiento de los fe-
xeira mostraba un Madrid quizá pesar de su extraordinario encanto
rrocarriles será igual de fatídico
simpático, pero incongruente, en- ciudadano, es un taio un poco
para Madrid como lo ha sido para
clavado en una región devastada: granguiñolesco, y es el único. Ma-
todas las ciudades. Si bien no hay
la ciudad degeneraba, no había drid, gue en el siglo XIX sigue sien-
ninguna línea férrea que la atra-
hecho más gue hincharse de una do una ciudad de millonarios y
viese, el sistema forma un cerco
casta burocrática, no había ideado mendigos (y hasta 1900... y tantos),
oor los costados norte, este y sur.
ni planeado nada. Con la Plaza no puede encarar grandes obras.
Y se crean los pueblos "ara el ser-
Mayor se lograba crear un espacio Esta gran arteria, en una ciudad
vicio del ferorcarril, Getafe, por
urbano: es inevitable que el es- de más de medio millón de habi-
ejemolo... El sistema del metro,
quema de las calles medievales tantes, cruza por una zona de
oriqinado oor la línea de Puerta
moriscas se vea desgarrado por construcción saturada, pero no es
del Sol a Cuatro Caminos, si bien
una voluntad barroca. Si le falta un verdadero eie (ni lo es, en es-
sigue unas avenidas troncales, es
a la Plaza Mayor una sensibilidad tricto sentido del término, con su
arbitrario e insuficiente.
histórica contemporánea—como la prolongación de la calle Princesa).
que anima a la Plaza de Siena o Por lo demás, la estructura urbana F. L.
B I B L I O G R A F Í A
Al - Himyari, Abu - abe) - Alian Muhammad Admínistración Local. Conferencia Mu- Madrid de los siglos XVII y XVIII». Ins-
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NOTA
E L L I B R O DE K E V I N L Y N C H " T H E I M A G E OF T H E C I T Y " Y M A D R I D .
olo-
Los arquitectos necesitan una metodolo- po, la «fachada» sobre el Manzanares; o como señales o como símbolos (uno de
gía para hablar de urbanismo. Lynch la el sistema de calles que «marcan» la tran- éstos, el Alcázar); en Madrid, la topogra-
propone y desarrolla el tema con el si- sí- sicíón entre el casco vieio y la planta de fía se define por sí propia como infinita
jes-
guiente cuestionario: El panorama de nues- la ciudad a partir de 1850; o las vías en- fuente de «señales».
3ey-
tro entorno; tres ciudades, Boston, Jersey- tre zonas edificadas y zonas de prrques. El cuadro de una realidad física puerie
City, Los Angeles; El Cuadro de la Ciu-Z\u- (Retiro). cambiarse en su tipo según cómo y quién
dad y sus Elementos; 4, el aspecto exterior
rior Z O N A S . Desde una mediana dimensión la observe; las categorías, sin embargo,
de la ciudad; la Nueva Escala; y en uun n
hasta una grande, bidimensionales, donde parecen tener para ¡guales condiciones
Apéndice, Observaciones sobre el tema Bina el observador «se introduce», i d e n t i f i c a r e s un valor perdurable: en Madrid, la calle
Orientación, El Uso del Método, Dos Ejem- Mayor no ha modificado sus condiciones
em- «por dentro», utilizadas «por fuera» como
plos de las Investigaciones Analíticas. Y (sin considerar la edificación) a través de
da una copiosa bibliografía. Y referencia: en Madrid, zonas centrales, el
casco viejo o Cuatro Caminos; zonas li- la historia; más aún, se le han precisado
Lynch, como comentan los editores de neales los Paseos, entre ellos fundamen- con la alineación sucesiva de la Puerta
la traducción alemana «Ullstein Bauweít rvelt talmente el Prado —que a su vez actúa del Sol, la calle de Alcalá, la puerta de
Fundamente», después de estudiar las ex- como línea de demarcación—, la Castella- Alcalá; independientemente de su capaci-
periencias de los habitantes de las rtres dad viaria, su valor como elemento es per-
es na —como eje—, la Ciudad Lineal.
ciudades mencionadas, con un enorme m ma-a durable. Termina la cita de Lynch. En Ber-
~ FOCOS. Puntos estratégicos de una ciu- lín se ha realizado una experiencia seme-
terial y con conocimientos ganados de: [la a
dad, centrales, de intensivo uso, de parti-
C0
antropología, de la literatura, de la psico- jante en la cátedra de urbanismo del ya
' T da o meta en los movimientos del obser- fallecido profesor Eqgelin (ganador riel ori-
logía y del arte, creó un nuevo criterio,; el** vador. En general pueden ser considerados
de la «capacidad de grabarse» una ciudad, mer premio del concurso Be lín-Cepitel,
*a°- como «nudos», en un plano más detallado, 1957), en la zona central de Berlín Oeste,
de «leerla», de «imaginársela» cuyo valora
'°r como puntos de concentración. Pueden ser
para la construcción y reconstrucción cde o sea alrededor de la iglesia in Memoriam
'e Centro y dato del contenido de una zona: Kaiser Wilhelm, en la que participaron
ciudades él trata de demostrar. Yo inten-ten
" en Madrid, indudablemente la Puerta del
taré dar sólo un resumen muy su min'o o
estudiantes de arquitectura que habían sido
Sol, la Plaza Mayor, el Rastro, la Plaza preparados como observadores: luego de
de la nomenclatura de los elementos de- 'laa de Cibeles; según los casos diferentes
ciudad y los relacionaré con Madrid: dar un paseo por el sector a investigar,
categorías para el movimiento peatonal o los observadores debían trasladar a un pla-
C A M I N O S . Son canales, por los quei el vehicular; un ejemplo de foco como ele- no (de memoria) sus datos. Estos se su-
observador se mueve según alguna moti- ioti- mentó de demarcación zonal, la Plaza de perponían a la planta auténtica de la zona
vación: en Madrid se podrían clasificar ¡car España. estudiada y se marcaban las diferencias;
por categorías o por su grado de claridad;Jad
; SEÑALES O SÍMBOLOS. Establecen otra resultado: desviación de ejes, falsa ubi-
activos, pero confusos, calles alrededor "de e
especie de «puntos c'e relación visual», cación de edificios importantes, falsa pro-
la Puerta del Sol; de gran claridad y acti-
[c^1' son «marcas externas». Muchas señales se porción de éstos. La corrección del plano
vidad, Paseos, sobre todo el de la Cas- obligaba al observador a la corrección in-
'as~ encuentran a alguna distancia del obser- telectual de su «imagen».
tellana.
vador, sirven como «marcas radiales». Pue-
LINEAS DE DEMARCACIÓN. Son ele- den indicar una dirección constante. El sol Yo estoy convencido de que el método
mentos lineales, c,ue el observador no con-
;on- es una de ellas. También hay señales lo- de Lynch es bueno; con él solo no se
sidera ni usa como caminos, lineas entre
ntre cales, de detalles, figuras claves que na- hará urbanismo, por cierta, como t:mpo-
dos zonas, interrumpciones lineales del del cen de la costumbre: en Madrid, como co se hace con estadísticas o con momen-
conjunto, ejes de coordenadas. Pueden ser
ser marcas radiales, la sierra; para la margen tos de inspiración: con todo ello, puede
consideradas como barreras más o menos nos oeste del Manzanares, la fachada sobre ser. Habría que definir los propios ele-
infraqueables; o como líneas de costura,
jra, el río; desde la Casa de Campo la skyli- mentos de Madrid —o de la ciudad que
que ordenan dos zonas paralelamente: yy ne de la city, Torre de Madrid, etc.; en fuese— hacer las experiencias, encontrar
las ponen en comunicación: en Madrid,, la la el dibujo de Wyngaerde aparecen elemen- la simbología apropiada y experimentar.
gran línea entre ciudad y la Casa de Cam-
am- tos típicos que pueden ser considerados Encontrar la metodología. F. L.
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El presente trabajo fue publicado en la revista «Información Comer-
cial Española», perteneciente al Servicio de Estudios del Ministerio de
Comercio, en su número correspondiente a febrero de 1967. Agradece-
mos la autorización para reproducirlo en nuestras páginas.
Madrid, 1965
M A D R I D : LOS Ú L T I M O S V E I N T I C I N C O ANOS
Rnfncl Moneo
No creo que deba comenzarse año realiza su tarea, puesto que dustria y el comercio, el tráfico, la
un análisis del desarrollo urbano las bases del concurso se publi- vivienda, terminándose por expo-
de Madrid en estos últimos veinti- can el 16 de ¡ulio de 1929, a un ner en ella los proyectos que el
cinco años sin aludir a lo ocurrido tiempo con la Memoria informativa Ayuntamiento prelendía llevar a
años atrás. redactada por la oficina. cabo.
Tal alusión quizá no estuviese El trabajo llevado a cabo en Entre éstos destaca el de la pro-
justificada sí se tratase tan sólo tan corto plazo de tiempo no de- longación de la Castellana, «im-
de hacer constar el cambio de bió ser fácil: se comenzó por po- portante mejora urbana, prcx ma
mentalidad que la guerra supuso, ner al día el plano de Madrid a a llevarse a la práctica, la prime-
cambio de mentalidad que, como escala 1 :2.000, completándose los ra con que los concursantes tienen
es natural, acusó la forma urba- estudios cartográficos con vuelos forzosamente que contar».
na inmediatamente. Sin embargo, fotogramétricos, que nos permiten
hoy disponer de documentos pre- Conviene que nos detengamos a
en el tema de que vamos a ocu- examinar los antecedentes de la
parnos la alusión es forzosa, pues, ciosos para estudiar el Madrid de
aquellos años; se realizaron, por que había de ser, no sólo para
como veremos, algunos de los pro- los concursantes, sino también pa-
blemas que la ciudad acometió en otra parte, encuestas y trabajos
que permitieron, entre otras cosas, ra la generación posterior, primor-
la posguerra se habían planteado dial reforma urbana.
años atrás. establecer algunos criterios respec-
to al tráfico, del que ya se habla El Plan Castro (1860) empuja de-
Comenzaremos, pues, recordan- en la Memoria con cierto recelo, finitivamente a Madrid hacia el
do la preocupación de la Admi- diciéndonos que «los problemas Norte, cambiando bruscamente ei
nistración madrileña «ante la ur- creados por el tráfico subsistirán sentido del desarrollo, que hasta
banización y extensión de la ciu- con caracteres difíciles de re- entonces seguía la trayectoria que
dad», preocupación que le llevó, solver». le marcaban viejos caminos, como
el 25 de ¡unió de 1928, a convo- Chueca nos dice en su libro «Ei
car un concurso internacional y a La Memoria, redactada con el
semblante de Madrid».
establecer una oficina de informa- propósito de que «pudiera ser uti-
ción sobre la ciudad. lizada por extranjeros», era un De ahora en adelante, si bien
documento valioso, dado el espí- la ciudad crece tentacularmente
Tal oficina, capitaneada por Eu- ritu de objetividad y estudio que sirviéndose de las vías de comuni-
genio Fernández Quintanilla, y a la animaba, y quien esté intere- cación, el Norte será su meta; ia
auien secundan, entre otros, B. G¡- sado en los problemas urbanos de Memoria de 1929 nos proporciona
ner de los Ríos y F. García Merca- Madrid encontrará allí datos pre- un estudio sobre la evolución de 47
dal, se obliga a reunir cuantos ciosos sobre los espacios libres, la la ciudad en el que esta tenden-
datos puedan ser útiles a los con- instrucción pública, la higiene y la cia al Norte se advierte claramen-
cursantes, y en el plazo de un salubridad, la beneficencia, la in- te. Pero un hecho inesperado, hoy
ü
Un proyecto de Nueva Gran Via debido al arquitecto Carlos Velasco Peinado, 1888.
Plano general y perspectiva. (De la «Ilustración Española y Americana», 1888).
Plano de la reforma de la Puerta del Sol.
\.
7 i
43
casi pura anécdota, dificultaba y nían las bases, y así lo reconoce enlaces ferroviarios a lo largo de
obstaculizaba el desarrollo de la P. Bonatz, miembro del jurado en la Castellana, que se convertía en
ciudad a lo largo del viejo paseo representación de los arquitectos una auténtica espina dorsal, en la
de la Fuente Castellana: el Hipó- extranjeros, cuando nos dice que que se concentraban los cada día
dromo. La ciudad no encontraba «el que no se hayan enviado más más compiejos servicios. Por otra
obstáculos, sin embargo, en un eje que doce trabajos, a pesar de la parte, la Castellana permitió a Zua-
más modesto: el que, arrancando ciudadosa preparación del concur- zo articular las zonas verdes de
de la glorieta de Cuatro Caminos, so y de la alta suma de los pre- la ciudad, de Norte a Sur, comen-
va a Tetuán de las Victorias; en mios, se debe a las extraordinarias zando en el Retiro.
torno a él se consolida una popu- condiciones exigidas». Como nin-
losa barriada, en la que se da gún trabajo cumplía con las bases, Un examen de los otros pro-
cita el proletariado socialista que que exigían con precisión «movi- yectos presentados al concurso nos
acude a los mítines del cine Eu- miento de tierras, construcción de haría valorar aún más el proyecto
ropa. alcantarillado, distribución de agua, de Zuazo, pues en los otros pro-
establecimiento de canalizaciones yectos se advierten compromisos
Quien examine con atención el para el alumbrado, etc.», el jurado y titubeos al enfrentarse con una
plan de 1929 comprobará la im- tuvo que declarar el concurso de- realidad inconsistente y azarosa;
portancia que en el desarrollo ur- sierto, «a pesar de ser admirables falta en ellos, en una palabra, la
bano han tenido, a veces, hechos algunas de las soluciones presen- asombrosa claridad del proyecto
en apariencia insignificantes, co- tadas». de Zuazo.
mo éste a que nos hemos refe- Veamos, por ejemplo, el proyec-
rido del Hipódromo: el paseo de Pero aunque el concurso se de- to presentado por Czerkelius y
la Fuente Castellana se trunca en claró desierto, fue Zuazo, con Ulargui, también destacado por el
el Hipódromo, conservando, sin quien colaboró Jansen, el autén- jurado y recompensado por el
embargo, su vieja condición de ca- tico vencedor moral, y así lo re- Ayuntamiento con 75.000 pesetas;
ñada. El entorpecimiento que pa- noció el jurado, puesto que des- el eje del crecimiento es, como
ra un crecimiento Norte suponía tacó su trabajo indemnizándole en el proyecto de Zuazo, el Nor-
el Hipódromo bien pronto lo ad- con 100.000 pesetas. Un estudio de te-Sur, pero el desarrollo se plan-
virtieron los técnicos del Ayunta- la solución Zuazo-Jansen nos lle- tea circularmente, envolviendo ei
miento, y el ingeniero municipal varía lejos, pues se trata de un casco de la ciudad, por no haber-
Núñez Granes traza un proyecto, trabajo denso, en el que no sólo se liberado, tal vez, de las presio-
en 1915, para prolongar el paseo se han trazado las directrices fun- nes que hacían que la ciudad cre-
de la Castellana. El proyecto no damentales del desarrollo urbano, ciese como mancha de aceite: se
ofrece demasiado interés y da la sino en el que, a menudo, se des- trata de ordenar un crecimiento
impresión de que todo el esfuerzo ciende a detalles concretos, como anárquico, pero no se procede con
íe centra en eliminar el obstáculo, los derribos en la plaza del Pro- la entereza y la firmeza que vemos
del que, sin embargo, quedan ras- greso o la fusión de las calles de en el proyecto de Zuazo.
tros en la planimetría, pues la pro- Fuencarral y Hortaleza, valiosísi-
longación comienza en una capri- mas contribuciones, y más si se tie- En cuanto a los aspectos for-
chosa plaza, en la que no es di- ne en cuenta la fecha en que fue- males, la solución Zuazo-Jansen
fícil adivinar las pistas de las ca- ron proyectadas, a lo que noy lla- tal vez pueda ser tachada de sim-
rreras. mamos «urban renewall». plista; no conviene olvidar, sin
embargo, el fervor racionalista de
Pero eliminar el Hipódromo no Pero si éste no es el lugar apro- aquellos años, fervor que empu-
debía ser tan fácil, y la Real Or- piado para un análisis de tal tipo, jaba a los arquitectos a esquema-
den que promete los terrenos del sí que lo es para señalar que el tismos que hoy nos parecen pecar
Hipódromo al Ayuntamiento a proyecto de Zuazo-Jansen se dis- de ingenuos. En los años 30, si el
cambio de la construcción de uno tinguía, ante todo, por la claridad arquitecto, y así Zuazo, llegaba ai
nuevo se consigue años más tarde, con que planteaba el quiebro que convencimiento de que la orienta-
pues lleva fecha de 10 de agosto el crecimiento de Madrid iba a dar ción más favorable era la Norte-
de 1925. al tropezar en su desarrollo con Sur, no dudaba en uniformar todas
la vaguada de la Castellana; para las viviendas que se alineaban, su-
Poco después, en 1926, la Ofi- Zuazo, Madrid debía crecer, si- misas, en busca del Mediodía. No
cina Técnica Municipal, cumplien- guiendo el eje de la Castellana, debe extrañarnos, por tanto, ni el
do con lo previsto en el Estatuto hacia el Norte, sin titubeo alguno, esquematismo formal que respiran
de Calvo Sotelo de 1924, presenta olvidando viejas directrices, como las perspectivas presentadas al
un estudio del sector norte-nordes- las de la calle de Alcalá y la calle concurso ni una cierta satisfacción
te; pero bien sea porque la so- de Atocha. Madrid, pues, se con- por lo monumental en la que se
iución no convence, bien sea por- vertía en el proyecto de Zuazo en vislumbra la formación clasicista
que el Ayuntamiento, consciente de una ciudad con claro desarrollo de don Secundino.
la importancia del paso que va axial, en una ciudad vertebrada,
a dar, prefiere confrontar la opi- disponiéndose en la periferia nú- Si el Plan Zuazo se hubiese lle-
nión de otros profesionales, la Cor- cleos de vivienda autónomos, lo- vado a la práctica, la Castellana
poración no se decide a actuar, y calizados en torno a pequeños sería hoy un eje indiferenciado en
sólo un par de años más tarde, pueblos ya existentes, cumpliendo el que bloques gigantescos, dis-
como ya hemos dicho, convocará así con una elemental previsión de puestos perpendicularmente, tenían
un concurso internacional con la reserva urbana. Tal vez las ideas como contrapunto visual un fondo
esperanza y el deseo de encontrar de Arturo Soria influyeron en Zua- singular: los edificios destinados
una solución para los problemas zo; esta impresión se tiene al con- a Music Hall y Salón de Exposicio-
que la ciudad tiene planteados. templar sus dibujos, en los que el nes y los hoteles. De su eficacia
desarrollo lineal se propone con visual dudamos, pero es preciso
El concurso se convocó el 16 reconocer que se trataba de una
decisión y entereza.
de julio de 1929, siendo el plazo arquitectura al servicio de los idea-
previsto para la ejecución de los les inmediatamente anteriores a la
Pero si la influencia de Soria
trabajos un año. Da fe de que eí Segunda Guerra Mundial; pense-
puede ponerse en tela de juicio,
Ayuntamiento esperaba que los mos, por ejemplo, en los esquemas
forzoso es recordar, ante los es-
profesionales respondiesen con in- lecorbusieranos de aquellos años:
quemas de Zuazo, los trabajos de
terés a su llamada el premio es- la actitud de Zuazo no puede pa-
algunos de sus coetáneos: pensa-
tablecido: 200.000 pesetas, canti- recemos extraña.
mos en Hilberseimer, en Ernst May
dad de considerable importancia,
o en Bruno Taut.
si se tiene en cuenta el año que Pero sigamos. La recién instau-
corre. Sin embargo, al concurso El esquema axial daba pie, por rada República se propuso llevar
acudieron tan sólo doce proyec- otra parte, a que Zuazo resolvie- a la práctica el Plan Zuazo, con
tos, número que tal vez no deba se con facilidad los problemas que las enmiendas que la Oficina Téc-
parecemos escaso si tenemos en la infraestructura planteaba. Se nica Municipal creyó oportunas,
cuenta las obligaciones que impo- estructuraban, pues, linealmente los enmiendas a decir verdad no muy
afortunadas, y presentó, muy ufa- comienza a apuntarse en núcleos doce apartados, que eran los si-
na, sus tableros en la Exposición como Carabanchel Alto y Chamar- guientes:
de Stuttgart. Poco después, en no- tín de la Rosa, ambos en trance a) Capitalidad.
viembre de 1932, se crea una co- de perder su condición de lugares b) Ordenación ferroviaria.
misión encargada de estudiar ei apacibles, propios para que en c) Los accesos a la ciudad.
proyecto de los enlaces ferrovia- ellos estableciese la aristocracia
d) Zonificación.
rios, y en diciembre se crea un ga- sus quintas y de convertirse, en
e) La ciudad antigua y su re-
binete para el estudio de los acce- breve, en barrios proletarios.
forma.
sos y el extrarradio, dependiente Pero poco dura aquel entusias- f) La terminación del ensanche.
del Ministerio de Obras Públicas: mo y pronto los conflictos labora- g) El nuevo ensanche de la
la solución Zuazo parece ser el les se reflejan en la industria de
guión, al menos, de que dispone prolongación de la Castellana.
la construcción; en julio de 1936 h) El extrarradio.
la Administración; el responsabb estalla la guerra.
directo de estas medidas es Inda- i) Los suburbios.
lecio Prieto, ministro de Obras Pú- ¡) Los límites de la ciudad y
LA POSGUERRA: EL PLAN DE 1941 los anillos verdes.
blicas desde diciembre de 1931 a
octubre de 1933. La situación en que se encon- k) La ordenación de la indus-
traba Madrid tres años después tria.
Fue Prieto quien, una vez des- I) Los poblados satélites.
aparecido el Hipódromo, encargó debía ser verdaderamente lamen-
al arquitecto bilbaíno los Nuevos table. La guerra había dejado b En el Plan de 1941 se plantea-
Ministerios: los motivos que empu- huella de su paso en toda la ciu- ban, pues, casi todos los proble-
jaron a Prieto a tomar una deci- dad, pero sobre todo la orilla del mas abordados en la solución Zua-
sión de tal importancia no están Manzanares, el barrio de Argue- zo, que no en balde comenzaba
claros, y, si atendemos a los rela- lles y la Ciudad Universitaria, es- también su memoria señalando la
tos de alguno de los profesionales taban destrozados. función de capitalidad que era
que colaboraron con Zuazo en En el mes de junio de 1939 se preciso exigir a una ciudad que
aquella tarea, se emprendió la constituye la Junta de Recons- debe todo a ser sede del Gobier-
construcción sin tener el programa trucción de Madrid, presidida por no. Pero como vamos a ver aho-
bien definido, para paliar una de José Moreno Torres, que sería mas ra, el Plan de 1941 respondía a
aquellas endémicas crisis laborales tarde alcalde de Madrid, y que criterios bien distintos, criterios
del sector que ya era, en aquellos era a la sazón director general de que no son de extrañar si se tiene
años, el más importante de la po- Regiones Devastadas. en cuenta el clima cultural de
blación activa madrileña. aquellos años, propicio a magni-
Tal Junta nombra una Ponen- ficar ¡deas que no siempre, o al
La República, por otra parte, es- cia, que queda encargada de re- menos no para todos, tenían sig-
timula las construcciones en la Ciu- dactar un Plan bajo la presiden- nificado.
dad Universitaria, colaborando con cia de Pedro Muguruza, asumien-
don Modesto López Otero, direc- do una «Oficina fénica», dirigida Así, por ejemplo, y sirviendo a
tor de las obras, los arquitectos por Pedro Bidagor, la responsabi- la exigencia de capitalidad, el Plan
Sánchez-Arcas y Lacasa. Se traba- lidad del trabajo. se preocupó en ordenar aquella
ja también en la Gran Vía, en la zona de la ciudad que por sus
Nos encontramos aquí, por pri- valores geográficos y por sus re-
que comienza a levantarse b si-
mera vez, con un hombre que cuerdos históricos podía cumplir
Ijeta del Capitol, obra de los ar-
quitectos Feduchi y Eced, definién- será, de ahora en adelante, pieza mejor con una misión representa-
dose así uno de los perfiles más cbve no sólo en el desarrollo de tiva. La zona que se pensó satis-
característicos de la ciudad: tal la ciudad, sino en toda la polí- facía tales requisitos fue la cor-
vez el que con mayor capacidad tica urbanística del Gobierno. nisa de las colinas que miran al
de evocación formal nos transporta Cuando Bidagor se hace cargo de valle del Manzanares. De aquí ei
a aquellos años. la Oficina Técnica, tenía tan sólo propósito de situar en ella los ór-
treinta y cinco años. Había ter- ganos supremos de la nación: tres
Valga, para completar el cua- minado la carrera en 1931 y era edificios de primer orden—la Ca-
dro, el recordar que de entonces relativamente conocido a través tedral, el Alcázar y el nuevo edi-
datan las primeras colonias resi- de algunas publicaciones sobre ficio de la F. E. T. y de las J. O. N. S.
denciales, como las del Viso y la urbanismo; trabajó algún tiempo que había de emplazarse en el
Residencia, buscando en ellas, ar- en el estudio de Zuazo y, más colar del antiguo Cuartel de la
quitectos como Bergamín y Blan- tarde, durante la guerra, con un Montaña—presidirían el perfil ds
co Soler, el incorporar a la cons- grupo de compañeros, comenzó a la cornisa, vinculada, por otra par-
trucción madrileña el lenguaje ar- plantearse e! problema urbanístico te, al recinto de la ciudad vieja y
quitectónico europeo de los años de b ciudad, que poco después a las zonas típicas; un conjunto
treinta, lenguaje al que pronto bau- estaría en sus manos. de edificios ministeriales situados
tizó el pueblo de Madrid con el en los mejores emplazamientos
genérico, y en cierto sentido des- El comienzo de su carrera es,
del barrio de Arguelles completa-
pectivo, calificativo de cubista. sin embargo, oscuro, y tal vez
rían el nuevo episodio urbano, di-
fuese Muguruza, como Bidagor y
bujando en el Limpio azul del
Se construyen también, como es como Zuazo, vasco, quien propu-
cielo de Madrid una «fachada»
natural, en los Ensanches y se con- siese el nombre de aquel que
digna de la capital de España.
solidan poco a poco algunas ba- años más tarde sería el inspira-
rriadas de la periferia. Tetuán es, dor de la Ley del Suelo.
En cuanto a los nuevos accesos,
de todas estas barriadas, la de vi- La «Oficina Técnica» que Bida- se proyectaron «evitando en lo
da más animosa; baste recordar gor dirigía, y de la que formaban posible los obstáculos y dejando
que la primera línea del Metro, parte los arquitectos Alemany, a un lado los suburbios nacidos
inaugurada el 17 de octubre de Méndez Cuesta, Moya, De Miguel, a lo largo de las carreteras ac-
1919, fue la de Cuatro Caminos- Tamés, García Palencia, Pérez tuales». Así, la carretera de Fran-
Sol. Le siguen en importancia los Mínguez, Sánchez Conde, Barrios, cia enlazará con la prolongación
núcleos formados en torno a los Magdalena y López Morales, tra- da la Castellana; la vieja carre-
Puentes de Vallecas y Toledo, y en bajó con premura, pues consta tera de Aragón, obstaculizada por
los altos de la carretera de Ara- que el Plan estaba terminado en las agrupaciones suburbanas de
gón, Pueblo Nuevo. Otros núcleos diciembre de 1941, aunque se pu- Pueblo Nuevo y Ventas, desapa-
de importancia son los de la Pros- blique en 1942 y se apruebe en rece como tal al construirse la
peridad, que tiene como eje la ca- las Cortes en 1944, completándo- autopista que termina en María
ile de López de Hoyos, camino de lo, más tarde, la Ley de 1 de de Molina; la carretera de Valen-
Hortaleza, y el de la Guindalera, marzo de 1946, en la que se es- cia se alejará (1964) del Puente de
que se apoya en las Rondas. tablece la Comisaría General para Vallecas, para entroncarse con el
Por último, conviene también se- la Ordenación Urbana de Madrid. eje norte-sur en Atocha. La Ciudad
ñalar el cambio de estructura que El Plan se estructuró a través de Universitaria y la Casa de Campo
garantizan un limpio acceso a las
carreteras de La Coruña y Extre-
madura. Sin solución clara toda-
vía las carreteras de Andalucía y
Toledo.
«Además de estas vías de ca-
rácter urgente, se previeron tres
entradas representativas, a saber:
vía de la Victoria, vía del Impe-
rio, vía de Europa.» La vía de la
Victoria enlazaría la «fachada» de
Madrid con «el salón del cerro
Garabitos», como acceso de honor
desde El Escorial y el Monumenlo
a los Caídos; la vía de Europa
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señalaría el acceso a la ciudad.
Francia, y, por último, «la vía
del Imperio desviaba la carrete-
ra de Andalucía para alcanzar
Atocha sin pasar por el paseo de
las Delicias». No es preciso que
insistamos en la pretensión sim-
bólica de estas vías, pues no es
un secreto cuál era la mentalidad
de los dirigentes españoles en
aquellos tiempos; la realidad, sin
embargo, debía ser muy otra y
no es preciso señalar cómo estos
grandiosos sueños no pasaron de Í * , i
ser tales.
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En el centenario de una obra p r e c u r s o r a
En la desvencijada historia de perniciosa fiebre del fanatismo manifestarle con mi ruda franque-
la cultura española hay no pocos político, aunque animado por una za que el tal proyecto me parecía
huecos y lagunas debidos a la honradez y desinterés patriótico a un sueño quimérico, inoportuno y
caída en la Fosa común del ano- toda prueba, apartaron de la sen- hasta violento y perjudicial, si bien
nimato de ciertos personajes de da tranquila y bonancible de ¡a todas estas circunstancias estaban
indiscutible mérito, que fueron en- literatura y de los estudios prácti- neutralizadas con la de ser irrea-
terrados por las circunstancias ad- cos de economía social a que le lizables por sus mismas inverosími-
versas o sus ¡deas discrepantes. llamaba su instinto, y en que, sin les proporciones».
Fernández de los Ríos cae de lleno aquel descarrilamiento de su fu- La cita es ciertamente larga, pero
dentro de la categoría de aque- gosa imaginación, acaso hubiera en ella se hallan insinuadas dos
llos que pudiéramos llamar «per- llegado a colocar su nombre al cuestiones de alguna envergadura
fectamente desconocidos»: no se lado del ilustre don Fermín Caba- e íntimamente ligadas entre sí: la
suela saber nada de lo que hizo llero». También contaba que ha- de ¡os «gigantescos proyectos» ur-
y su nombre apenas nos suena. Sin bía colaborado con él—hacia banísticos, que a Mesonero le pa-
embargo, no faltan razones que 1849—en «La Ilustración», otro recen quiméricos y hasta violentos,
justifiquen una evocación de sus periódico que creó su incansable y la del «descarrilamiento de su
novelescas andanzas y respeta- laboriosidad, y en ella me consa- fogosa imaginación» por culpa de
bles quehaceres. Por lo pronto, su gré especialmente a desenvolver «la perniciosa fiebre del fanatismo
figura nos va a permitir examinar mis ideas sobre reformas materia- político».
una serie de tópicos bastante ex- les y administrativas del pueblo La escueta imagen que de Fer-
tendidos sobre el siglo XIX en ge- de Madrid, en cien artículos, con- nández de los Ríos nos traza Me-
neral y el urbanismo en particu- tenido siempre en los límites de sonero en estas líneas encaja sin
lar, que pueden ser puestos en en- la conveniencia y la posibilidad dificultad en una muy corriente,
tredicho gracias a sus impetuosos que mi larga práctica me había según la cual la gente de hoy se
pero concienzudos escritos, y tam- dado a conocer, pero que acalo- imagina la sociedad del diecinue-
bién, a la incansable actividad raron la exaltada fantasía de Fer- ve plagada de curiosos sujetos
que desarrolló. nández de los Ríos y fueron sin más o menos tuberculosos, sensi-
Con motivo de la muerte en Pa- duda el germen de sus gigantes- bles y barbados, cuya cabeza era
rís de don Ángel Fernández de los cos proyectos formulados algunos una coctelera de ideas generosas
Ríos, acaecida el 18 de junio de años después en su conocido libro y estimables, por un lado, y
1880, publicó Mesonero Romanos «El futuro Madrid». Consultándole absurdas y utópicas, por otro. Tan-
en «La Ilustración Española y Ame- conmigo su autor, y mostrándome to es así, que llega a parecer que
ricana» (I) un artículo dedicado a el inmenso plano que había hecho antes de la generación del 98 no
levantar de aquel proyecto, y que 81
su persona en el que, entre otras había habido conciencia de los
cosas, afirmaba que había sido un tenía en una casa del barrio de males que aquejaban a España y
«malogrado escritor, a quien la Arguelles, no pude por menos de de la necesidad de aplicar rápi-
Calle de los Mancebos y barrio de la Morería. Grabado de la «Ilustración
Española y Americana» de 1876.
Pabellón Árabe en la Exposición de Agricultura de Madrid, 1857.
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domante el bisturí a una serie de monopolización del urbanismo por relación entre sí, sin mira alguna
enfermedades nacionales casi cró- parte de un determinado sector de trascendental. Tratándose de la
nicas. Fernández de los Ríos, Fer- especialistas. «Pero, ¿qué títulos reforma de un punto importante
mín Hernández Iglesias, Ildefonso tiene este proyectista?, se pre- de una ciudad conviene estudiar,
Cerda, Fermín Caballero y el mis- guntarán algunos. ¿Es ingeniero, no sólo el punto en cuestión, sino
mo Soria y Mata, entre otros mu- es arquitecto de la Real academia aquellos con que se relacione más
chos hombres ilustres olvidados de Nobles artes de San Fernando 0 menos directamente.» (4)
casi por completo, son claros o de la Real casa y patrimonio, Un factor que también convie-
ejemplos, aunque en distinta medi- o siquiera de algún ministerio o ne tener en cuenta al juzgar las
da, de cómo fue posible conjugar corporación del Estado?» (FM 9). reformas que propugna, es el de
un espíritu indomable, dispuesto Arguyendo que los resultados ob- las especialísimas circunstancias
de veras a jugarse la vida en de- tenidos hasta aquel entonces por en que fueron concebidas. Fernán-
fensa de lo que cree justo, con una unos y otros no habían sido lo dez de los Ríos, que había hosti-
labor intelectual meticulosa y sis- que se dice deslumbrantes, opina gado durísimamente a los gobier-
temática, con un extremado rigor, que proponiéndose en su libro nos isabelinos desde el periódico
con una gran capacidad de tra- «algo más que un movimiento de La Iberia, allá por los años 1860
bajo y con un conocimiento bas- tierras, de piedras y materiales, al 64, intervino de un modo deci-
tante exacto de la realidad de algo más que abrir a gusto del sivo en la fracasada intentona de
aquel entonces que les permitió tira-líneas calles y plazas, que derrocamiento de Isabel II del 22
prever, en cierto modo, el ulterior tratándose de destruir juntamente de junio de 1866. Su destacada
desarrollo de las cuestiones de edificios y abusos, de levantar participación b valió ser sometido
que se ocuparon. Estos personajes construcciones e instituciones, así a un consejo de guerra que pidió
fríos y metódicos a la hora de ra- como nosotros carecemos de auto- para él la pena de muerte. Cómo
zonar y arrojados a la de actuar ridad para formar proyectos basa- se libró del paredón, sería largo
son una especie de «bólidos» dos en la ciencia de los ingenie- de contar; la cuestión es que en
que la sociedad, no pudiendo asi- ros y de los arquitectos, tampoco última instancia logró huir a Fran-
milar de ningún modo, los desíi- éstos la tienen para ocuparse del cia. Estando precisamente en París
qura y aisla haciéndoles aparecer cimiento de esas reformas, que es redactó El futuro Madrid, lo cual
como descabellados y pintorescos. esencialmente político, económico no deja de ser sorprendente, pues
El cuadro que del diecinueve es- y administrativo; es más: tan com- apenas se comprende cómo pudo
pañol se puede adquirir a través pleja es la reforma reclamada por arreglárselas allí, para elaborar
de ellos es muy otro del habitual Madrid, que ningún facultativo es- un plan tan minucioso de reformas
y verdaderamente aleccionador. pecial tendría competencia para en el que se examina casi calle
dar su opinión sobre toda ella por calle toda la ciudad, propo-
Ciñéndonos a Fernández de los (los subrayados son nuestros) por- niendo acciones muy concretas, ta-
Ríos podemos afirmar con cier- que si el hombre político no es les como el derribo de la casa nú-
ta tranquilidad que nada de io voto en punto a rasantes y alinea- mero X de la calle Z, la unión de
que dijo y defendió la generación ciones, tampoco el ingeniero lo es la plazuela del Ángel con la de
del 98 en el terreno de las refor- en punto a desamortización, a des- la Leña, la prolongación de la calle
mas le hubiera sonado, unos trein- centralización, a producción y con- del Príncipe, la rectificación de la
ta años antes, ni a nuevo, ni mu- sumo: si el arquitecto tiene auto- calle de más allá, etc. El mismo
cho menos a revolucionario. Estas ridad para juzgar las perspecti- Mesonero al referirse a la Guia
consideraciones previas tienen su vas y la planimetría, no la tiene de Madrid, que también empezó
razón de ser en la casi absoluta por su profesión para hablar de a escribir en la emigración y que
indisolubilidad existente entre las arbolado, de aguas, de meteoro- representa una obra de romanos
ideas políticas y urbanísticas de logía, de higiene y de economía de unas ochocientas páginas de
nuestro polifacético personaje. Si social» (FM 10). letra menuda, decía, en el artículo
a Mesonero le chocan y hasta le anteriormente citado, que era un
molestan sus proyectos, es debido Al examinar luego con detalle «esfuerzo verdaderamente asom-
justamente a que la conjunción sus propuestas urbanísticas, se po- broso». Pues bien, percibiendo que
de unas y otras en ellos, le pro- drá estar o no de acuerdo sobre pese al fracaso del golpe no le
ducen un doble e inconsciente cos- la conveniencia o eficacia de las quedaban muchos meses de vida
quilleo motivado por una parte, mismas, pero lo que no se puede en el poder a la camarilla de los
por la explosiva carga política negar es que están concebidas González Bravo y compañía, pre-
que encierran, y por otra, por el con esa amplitud de miras que de- viendo un inminente cambio brus-
hecho de dejar bastante atrás ese nota la anterior parrafada y que co y dándose cuenta de que no
primer peldaño hacia el urbanis- intuye con claridad la interco- podía haber nadie que tuviese la
mo, del que Mesonero apenas nexión de múltiples realidades di- serenidad y calma suficientes como
pasó, que es el de las simples cró- versas en cualquier tipo de refor- para ponerse a meditar en las re-
nicas municipales y el del erudito ma que se plantee. Por eso insis- formas más necesarias y razona-
recuento del pasado de la ciudad. tió siempre en la necesidad de un bles en esos momentos de incer-
Si bien es verdad que lo que plan general y en que la ciudad tidumbre en que se verifica el paso
Fernández de los Ríos entendía no es, por así decir, un pedazo de un régimen a otro y que son
por urbanismo no es justo lo que inerte de mineral que podamos precisamente los oportunos para
hoy en día se suele aceptar como reconocer estudiando tan sólo una pensar en ello, porque al cabo
tal, su visión puede ofrecer, y de fracción microscópica del mismo, de cuarenta años de convulsiones,
hecho creo que los ofrece, algu- sino algo vivo y cambiante. En un ni se han cortado los abusos, ni
nos matices esenciales un poco artículo publicado en La Época, se han iniciado siquiera las refor-
olvidados o más bien dejados sis- en abril de 1868, escrito desde mas, y para que eso no se repita,
temáticamente de lado ante las su exilio de París, escribía: «Sin es para lo que nosotros nos he-
dificultades que entrañan. Es pro- ofensa de nadie, ni del Gobier- mos tomado el trabajo, un tanto
bable que este enfoque especial no, ni del Patrimonio, ni del Ayun- ímprobo por cierto, de tenerlo pen-
de los problemas urbanísticos se tamiento, ni de los ingenieros, ni sado y estudiado a fin de propo-
deba a su formación, que no fue de los arquitectos municipales o nerlo en la primera hora del día
propiamente técnica, y a su con- particulares; reconociendo en to- a propósito para llevar a cabo
tacto permanente con la actuali- dos títulos de capacidad y bue- una verdadera revolución. (FM 9).
dad y la realidad del país en su nos deseos, del estado actual de Esto explica un tanto el carácter
condición de director de varios Madrid resulta un hecho evidente: radical, radical en el sentido de
periódicos (2) en el período com- que hay absoluta falta de un pian ir hasta las últimas consecuencias,
prendido entre mil ochocientos de mejoras, y que las que se ha- de su libro. Muy significativo a
cuarenta y tantos y 1866. En la cen con pretensión de tales, cuan- este respecto es el título de otra
introducción de su libro Ei futuro do no son obstáculo y remora obra suya, en la que recogía ar-
Madrid (3) plantea, para empezar para el embellecimiento de Ma- tículos periodísticos y comentarios
la cuestión, que al parecer esta- drid en el porvenir, son aisladas,
ba ya en germen de la posible locales, mezquinas, raquíticas, sin 1
políticos publicados en La Iberia,
que se llamaba O todo o nada (5). que les faltaba de gusto, y puede
Con la mentalidad que esto refle- asegurarse que entre aquellos y
ja, era de la opinión, por ejemplo, estos ocupaban tanto sitio como
de que antes de planear algo se todo el vecindario» (6).
requería reestructurar al Ayunta- Una vez expropiadas esas fincas
miento de quien en última instan- podría encontrar ocupación la cla-
cia iba a depender la realización: se obrera en «abrir y preparar
«Es preciso introducir reformas que para utilizarlos en beneficio pú-
dependen exclusivamente del pa- blico esos inmensos terrenos cer-
triotismo, la inteligencia y la ilus- cados que los reyes se han acos-
tración del Ayuntamiento, empe- tumbrado a llamar suyos y que
zando por las de su organización tienen oprimido a Madrid —en
interior y por la de los servicios efecto, según datos que él mismo
establecidos hoy de una manera proporciona, Madrid contaba en
onerosa.» (FM 100). el siglo XIV dentro de los muros
Puede darnos una imagen dei con unos 63,74 metros cuadrados
sistema y el orden con que está por persona y hacia 1860 con tan
concebido El futuro Madrid el sin- sólo 28,68 (FM 193)—; aprovechar
tético índice que el mismo Fernán- los edificios que queden vacíos
dez de los Ríos coloca en las pri- para instalar convenientemente y
meras páginas, diciendo que su con absoluto ahorro de los alqui-
obra comprende: «Una reseña his- leres que hoy pagan gran núme-
tórica de Madrid, desde Felipe II ro de dependencias públicas, cu-
hasta el día. Las bases revolucio- rando así a la capital de la con-
narias sobre que debe descansar gestión en el corazón y la pará-
la reforma. El método que debe lisis en los extremos que, entre
observarse para llevarla a cabo. otros males, debe a una absurda
Las mejoras de más urgente, más centralización local» (FM 14-15).
fácil y más económica realización. La noción de los peligros que en-
Las que están más indicadas y se traña un centro concentrado, y
hallan al alcance del período re- valga la redundancia, así como la
volucionario. Las que deben com- necesidad de paliar los efectos
binarse con otras indispensables, negativos del mismo, son dos in-
aunque no puedan hacerse inme- tuiciones que no acierta a crista-
diatamente. Las que deben pre- lizar del todo, pues quizá era
verse para el desarrollo de Ma- necesario que pasaran unos años
drid y sus necesidades en el por- para que se pudiera afirmar lo
venir. Un resumen del resultado que dijo Tagore en una ocasión,
general de la reforma. Un ojeada pero de todos modos surgen una
por Madrid reformado. Una indi- y otra vez a lo largo de la obra.
cación de los elementos con que Tagore decía, usando el mismo sí-
cuenta Madrid para ir adquirien- mil, que estas ciudades modernas
do vida propia, hasta tener con- superhacinadas, «lejos de compa-
diciones de pueblo productor». rarse a un corazón vivo, estancan
(FM 12) Ateniéndonos en grandes y corrompen la sangre, creando
rasgos a este esquema, que puede focos de infección. Los hombres
servir para mostrar, por ejemplo, asociados sólo por razones mate-
que el gran rigor de Cerda no riales no forman un organismo, sino
era un caso aislado ni excesiva- únicamente una masa propicia a
mente excepcional, iremos entre- la corrupción moral; así ocurre
sacando los rasgos más sugerenies cuando la verdadera civilización
de las teorías de Fernández de los es reemplazada por lo que Occi-
Ríos. dente denomina «progreso» (7).
Fernández de los Ríos insiste, no
La idea central en el caso con- pocas veces, en que hay que bus-
creto de la reforma de Madrid, car «elementos que den vida a
aunque era aplicable, según él, a la circunferencia y desahoguen el
otras capitales de provincias y so- centro» para lo cual «es preciso
bre la que se basan otras muchas desprenderse del punto de vista
propuestas es la contenida en es- que da la costumbre de vivir en
tos breves renglones: «O la revolu- una población; es preciso mirar
ción ha de ser infecunda, o ha de... y analizar fríamente las condicio-
declarar propiedad de la nación nes locales del actual Madrid, no
todas las fincas llamadas del pa- cohibido el ánimo por la pre-
trimonio de la corona, todos los sión de ideas tradicionales que le
edificios y propiedades de las tienen acostumbrado a mirar como
comunidades, institutos y corpora- invariable aquello que se halla
ciones que se supriman» (FM 14). bajo el patronato de instituciones
Este exabrupto revolucionario tie- determinadas» (FM 18).
ne, hasta cierto punto, una expli-
cación si se conoce, por ejemplo, «Analizando fríamente el Madrid
el siguiente texto de una persona de sus días observa que sólo una
tan moderada y pacífica como «vía directa, aunque irregular y
Mesonero Romanos: «Ocupaban tortuosa, cruza a Madrid de un
un espacio inmenso más de seten- extremo a otro; la que forman las
ta conventos con que dotó a Ma- calles Mayor y de Alcalá o Carre-
drid la piedad de los Reyes de la ra de San Jerónimo: fuera de
rama austríaca, asignando a cada esa, no hay ninguna que corte la
uno tan considerable terreno para población en toda su longitud». De
huertas y dependencias, que les
hicieron señores de una gran par-
te del perímetro de Madrid. Los
oalacios y caserones de los gran- Plano para el Ensanche de Madrid
des señores que seguían a la cor-
del ingeniero Carlos María de
te suplieron también en espacio lo
Castro.
E w c A w f l f ü* n i r ivr A Yin T TI
AXTEPROYWl'TO.
PLANO GENERAL DE LA ZONA DE ENSANCHE Y DEL EMPLAZAMIENTO Y DISTRIBUCIÓN DEL NUEVO CASERÍO.
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aquí resulta que para trasladarse bién la construcción de un ferro- cuanto a escritos de carácter re-
de un lado a otro, o «para encon- carril de circuito, al que años más formador anteriores a los suyos
tras vías medianamente regulares, tarde, en su Guía de Madrid, lla- suele hacer mención, unas veces
hay que pasar por la puerta del maba ya ferrocarril de circunvala- para respaldarse y otras para re-
Sol; de este paso obligado por la ción, que es la expresión que usa- futar opiniones no compartidas, de
puerta del Sol, resulta el grave ma¡ ría Soria y Mata al intentar llevar don Mariano Albo, autor de un
de la importancia excepcional, sin a la práctica un proyecto similar folleto titulado Observaciones so-
ejemplo en ninguna capital dei que, por otra parte, estaba relacio- bre mejoras de Madrid (8), de Car-
mundo, que tienen ese centro y nado también con sus teorías li- los María de Castro y de Meso-
sus inmediaciones con inmenso neales. Es muy probable que éste nero. La crítica que hace, por ejem-
perjuicio del resto de la pobla- haya sido sugerido por el de Fer- plo, del conocido plan de ensan-
ción... Mientras en la puerta del nández de los Ríos, y más tenien- che del segundo tiene todavía su
Sol y sus inmediaciones hay un mo- do en cuenta el respeto y la ad- interés. Aun reconociendo el mé-
vimiento desproporcionado a la miración que hacia su persona sen- rito de los trabajos de Castro
vida, en sitios que debían ser muy tía Soria y Mata. La cuestión es —«nosotros apreciamos en lo que
importantes falta vida, y si la que ninguno de los dos llegó a vale la Memoria del señor Castro,
hay en alguno contrasta de tal realizarse pese a las numerosas aprobada por Decreto de 19 de
modo con la del centro que no razones que aconsejaban su eje- julio de 1860, en la parte que tra-
parece la misma población» (FM18- cución. Fernández de los Ríos lo ta de consideraciones generales y
19). Buena parte de culpa la acha- consideraba indispensable «para datos estadísticos» (FM 199)—, opi-
ca al Gobierno que se empeña «en que la población no continúe aglo- na perspicazmente que una cosa
que ha de tener el Ministerio de merada en el centro», para que se es fundar una población nueva y
la Guerra en la calle de Alcalá, el pueda disfrutar fácilmente del cam- otra ensanchar una ya existente,
de Ultramar en la calle de Alcalá, po y «para que las clases traba- y cree que tal vez entre «en lo
el de Hacienda en la calle de A l - jadoras puedan habitar en puntos posible, aunaue no acaso en lo
calá, el de Gobernación en la Puer- distantes» (FM 188). conveniente, el sistema de tablero
ta del Sol, el de Fomento en la ca- Es digna de resaltar la concien- de damas, a que según el plano
lle de Atocha, el Gobierno Civil cia que tanto Cerda como Fernán- se sacrifican todas las demás con-
en la calle Mayor, y las oficinas dez de los Ríos y Soria y Mata te- diciones del ensanche; pero como
todas alrededor de estos Ministe- nían de la importancia que iban hay que aceptar a la capital tal
rios, en vez de colocarse en sitios adquiriendo los medios de locomo- cual es, como no se puede ni se
equidistantes en el radio de la po- ción, y tampoco está de más seña- debe perscindir de esa base, la
blación, para llevarse así a ellos lar esa visión global de los pro- principal condición del desarrollo
no sólo la masa de empleados de blemas tan lejos de la especializa- de Madrid está en no agregarle
cada uno de estos departamentos, da estrechez mental de esos téc- barrios independientes por la con-
sino el movimiento que cada uno nicos, que todo lo ven en función figuración que se les dé, sino, al
de ellos imprime al punto en que del pequeño campo de conocimien- contrario, en prolongar mejorando
está situado y que hoy se aglome- tos en el que ellos se sienten se- los de la circunferencia de la villa.
ran en uno mismo» (FM 21). Siguien- guros y sólidamente establecidos, Sólo por una obcecación sistemá-
do el hilo de esa madeja que es y que, por si fuera poco, miran tica y por un ciego respeto a de-
en el fondo cualquier problema ur- por encima del hombro cualquier terminadas fincas de manos muer-
banístico, Fernández de los Ríos idea o realización que cuente con tas, puede explicarse que una per-
vuelve a él bastantes páginas más un par de décadas. Hoy día, que sona tan competente como el se-
adelante apuntando que «con des- disponemos, al menos en teoría, ñor Castro caiga en la inconcebi-
ahogar el centro de Madrid de ofi- de mejores medios de trabajo y ble aberración de cerrar el des-
cinas y establecimientos públicos, de respetables cantidades de in- arrollo natural de las principales
con fijarlos en la circunferencia, formación, es difícil hallar un ur- arterias de Madrid» (FM 199).
con abrir calles directas y anchas, banista que, como Fernández de
con hacer rompimientos y nivela- En relación con los que tal vez
los Ríos, se moleste, antes de pro- podríamos llamar precursores de
ciones no se habría conseguido, poner sus ideas, en estudiar el pa-
sin embargo, llevar a los extremos don Ángel, no estaría de más ver
sado de la ciudad, las reformas hasta qué punto es exacta esa opi-
la vida que necesitan. Las refor- que en ella se han hecho anterior-
mas tienen de bueno que reclaman nión bastante extendida de que el
mente, la situación política nece- interés general por los problemas
nuevas reformas. Lo que hemos saria para poder llevarlas a ia
propuesto impone el deber de fa- urbanos es algo relativamente re-
práctica, la manera de dar traba- ciente. Por lo pronto, no hay que
cilitar los medios necesarios para jo a las clases obreras, el modo
que dé resultado sin molestia de olvidar que a principios de la se-
de financiar las obras y el de lo- gunda mital del pasado siglo hubo
nadie. La dependencia del Estado grar una unificación administrativa
que se traslada desde el centro a grandes discusiones en Madrid y
eficaz, etc., etc. Barcelona sobre los pros y los
un barrio extremo lleva consigo
una población de empleados que En lo que toca al pasado de la contras de un ensanche y que, por
se establece en las inmediaciones ciudad, Fernández de los Ríos ejemplo, los planes de Cerda y su
de la nueva instalación. Tiene esto aprovecha los estudios que ya ha- aprobación por el Gobierno le-
dos ventajas: la una, para el ba- bía hecho Mesonero Romanos, al vantaron verdaderas polvaredas. Y
rrio que recibe nuevos habitantes, que considera «una autoridad muy aún existe un factor más, y es el
que aumenta su movimiento y el competente para el caso», aunque de la honda conciencia cívica de
valor de su propiedad; la otra, pa- su interpretación de la historia sea muchos personajes que con inde-
ra el empleado, que encuentra en menos benévola y mucho más crí- pendencia de criterio y, en gene-
la mudanza o una economía con- tica que la de aquél. Un ejemplo ral, con móviles generosos, creyen-
siderable de alquileres o un au- que puede dar ¡dea del tono ge- do que era su deber dar a cono-
mento de habitación sin que le neral con que describe el pasado cer su propia experiencia o algu-
cueste más. Pero es preciso no con- de la capital es su aguda opinión na idea u observación que pudie-
denarle a vivir confinado en el de que El Escorial tiene la culpa ra ser útil a los demás, terciaban
barrio de su oficina, con los de- del lamentable estado de Madrid públicamente en el debate escri-
más que le habitan; es necesario durante la época de los Austrias. biendo folletos que costeaban de
que esté al alcance de todo el Como Felipe II «no reconocía más su propio bolsillo y que regalaban
mundo trasladarse, sin necesidad opinión que la suya, le sobraba la a los periódicos, a las bibliotecas
de carruaje, ni propio ni alquila- corte, si no había de tener más e instituciones más importantes con
do, por una cantidad mínima, de cortesanos que una comunidad: el fin de que se discutieran y se
unos extremos a otros de la po- por eso no pensó en Madrid, que airearan sus opiniones. El nivel de
blación; en una palabra, son ya sólo iba a servirle de apeadero; estos folletos no es de ningún mo-
de todo punto indispensables los por eso puso todo su esmero en do despreciable y no parece des-
ómnibus» (FM 185-186). Como me- El Escorial», donde «se enterró a cabellado pensar que abonaron ei
dida complementaria propone tam- sí mismo después de dejar ente- terreno para obras de mayor en-
rrada a la nación» (FM 38). En vergadura, como la de Fernández
de los Ríos. Una muestra brillante formación revolucionaria de Ma- preciso reformar las escuelas pri-
de sutileza es, por ejemplo, esta drid que he hecho en la emigra- marias, crear cursos de adultos pa-
observación del ya citado Mariano ción, el pueblo me lleva contra to- ra ambos sexos, cursos técnicos,
Albo, que encaja perfectamente en da mi previsión y mi propósito al escuelas dominicales y nocturnas,
esa línea de rigor moral y de res- primer Ayuntamiento nacido del bibliotecas populares, sociedades
peto a los valores humanos que sufragio universal» (FM 354). de libros útiles y conferencias y
caracteriza el quehacer urbanísti- De esta transformación revolu- orfeones; combatir, en una pala-
co de Cerda, Fernández de los cionaria de Madrid ya hemos re- bra, la ignorancia inveterada»
Ríos y Soria y M a t a : «Cuando un saltado los dos primeros pasos: el (FM 99).
individuo compra un terreno para de la incautación que haría posi- Concibiendo el urbanismo como
edificar, le adquiere legalmente en ble «un plan de reformas basado una gran empresa nacional, opina
una figura cerrada superficial cu- en edificios y terrenos públicos, de que uno de los resultados inmedia-
yos límites no le es dado traspa- que se ha de poder disponer li- tos de los pasos anteriores es que
sar, ¿ha comprado también la fa- bremente» (FM 13), y el del trasla- con ellos se da trabajo a los bra-
cultad de elevar su casa hasta las do inmediato de las oficinas y Mi- ceros, a los artesanos, a los ar-
nubes? Un edificio es un sólido de nisterios a puntos de la circunfe- quitectos, a los artistas y a los
tres dimensiones, ha adquirido bien rencia, para lo cual daba una lisia técnicos. Para salvaguardar los re-
la longitud y latitud superficial, y detallada de los edificios que se sultados positivos que resulten de
¿qué razones se podrán exponer debían trasladar y de los lugares estas reformas cree necesaria la
para que la tercera dimensión, o en los que se podía instalarlos sin formación de un cuerpo de guar-
sea, la altura, no sea relativamente necesidad de construir nada. El ter- dias urbanos que sepa conquistar-
limitada bajo las condiciones so- cer paso es el de los derribos. Co- se una «fuerza moral en el pue-
ciales y cuyo límite sea fijo y cons- mo él mismo afirma, no se trata de blo, que es la que principalmenie
tante que tampoco pueda traspa- que «la revolución derribe por de- necesita esa institución», y que im-
sar? Si a su edificio, por razón de rribar», sino que «se necesita que pida que los jardines y plazas pe-
altura excesiva, le coloca, como es derribe para construir» (FM 15). Las rezcan «por efecto de un vanda-
indispensable, una escalera para razones que da para justificar la lismo impune», y que al abrir «al
subir a sus buhardillas o sotaban- serie de demoliciones que sugiere vecindario los inmensos desahogos
cos de ciento o ciento veinte pel- nos muestran una gran intuición de la Casa de Campo, de la Mon-
daños, ¿compra también los pul- de las funciones y necesidades de cloa, del Pardo y otros», haya
mones del cartero, del aguador una ciudad moderna. «Porque las «que volverlos a cerrar, so pena
cargado con cuatro o seis arrobas grandes ciudades no son en el es- de verlos talados al poco tiempo»
de peso; de la lavandera, del re- tado actual de la civilización más (FM 110).
partidor de periódicos, etc., que que aglomeraciones de hombres
Entre las reformas más peren-
tienen que subirla diariamente?; y, que viven en actividad», hay que
torias que se deben llevar a cabo
por último, ¿de los criados que la facilitar el movimiento, y «para
después de los primeros pasos, in-
suben y bajan quince o veinte ve- producir, para cambiar, para circu-
cluye en un lugar preeminente la
ces en veinticuatro horas? ¿Com- lar, para gozar, se pide hoy que
de crear barrios económicos apro-
pra también la luz que quita a las no se tropiece con embarazos ni
vechando la experiencia de las ciu-
habitaciones de sus inmediatos con- obstáculos» (FM 88). Es de obser-
dades obreras de Mulhouse (11),
vecinos, el sol que les calienta, con var que tanto este texto como el
«para mejorar la vida de las cia-
el aire libre que purifica, renueva que viene a continuación, que po-
ses poco acomodadas» y como
la atmósfera y la hace saludable? dían ser perfectamente fruto de la
«medio de desahogar la pobla-
O ¿puede continuar repartiendo a observación de un habitante de
ción y disipar focos insalubres».
su capricho la oscuridad, la lobre- una gran ciudad de nuestros días,
Con estas miras defiende que ¡as
guez, la atmósfera húmeda y mal- tienen nada menos que un siglo
casas «deben ser construidas en
sana del aire por corrientes mefí- sobre sus espaldas. «Los obstácu-
grupos de a dos, unas de planta
ticas e insalubres? Que me con- los, los edificios monstruosos, los
baja, otras de planta baja y un
testen también los hombres del de- cercados de tapias, las grandes
piso, ambas con cueva, desván y
recho acerca de si deben indemni- oendientes, las callejuelas estrechas
jardín por delante» (FM 134). De-
zación tales propiedades: a mi y tortuosas, cuadruplican las dis-
dica gran espacio a estudiar con
convicción el Gobierno, la muni- tancias y roban el tiempo a todo
detenimiento la forma de que es-
cipalidad, tienen derecho a man- el mundo sin utilidad de nadie,
tén al alcance de las fortunas mas
dar a sus mangueros y derribar mientras que una calle recta, an-
modestas, sugiriendo un método
cuantos obstáculos de esta natura- cha, con buena rasante, aproxima
original y fácil gracias a la inter-
leza se encuentren en Madrid, de- y pone, por decirlo así, en con-
vención de las Cajas de Ahorro.
jándolos que sufran las pérdidas tacto dos puntos que antes de
Más interés aún tiene su idea de
consiguientes los causantes de tan- abrirla parecían separados por
las cooperativas obreras: «los ba-
tos abusos, de tantos males, y apli- una legua» (FM 89).
rrios que proponemos ofrecen ade-
cando una muy buena parte de
más el medio de que, formando
ellas a los que hayan dirigido las En el cuarto paso examina el sus habitantes una sociedad coope-
construcciones, faltando a las re- aprovechamiento de los materiales rativa, alcancen una gran mejora
glas de la buena edificación en de los derribos; en el quinto, las y una gran economía en la sa-
que entra como la primera la hi- expropiaciones por razón de utili- tisfacción de sus necesidades»
giene pública» (9). ¿Cuántos serán dad pública de una serie de te- (FM 137).
los que desde 1854, fecha en que rrenos y las reformas legislativas
se escribió este párrafo, se habrán concretas que harían falta para «Una vez establecida la socie-
enriquecido «faltando a las reglas proceder a aquéllas y a las que dad cooperativa, que debe ser
de la buena edificación»? fueren necesarias en el futuro; en fundada bajo los auspicios y la
el sexto estudia las instituciones protección del Ayuntamiento, pero
Otra muestra del interés que las que es indispensable crear para administrada e intervenida por los
cuestiones urbanísticas desperta- los enfermos, los huérfanos, ias mismos interesados, pueden irse es-
ban en la gente es el hecho de parturientas, ¡os desvalidos, los ni- tableciendo:
que El futuro Madrid se publi- ños, etc. Ni que decir tiene que Una panadería en cada barrio,
có simultáneamente en tres perió- en todas ellas late un gran sen- que comprando el trigo en los pun-
dicos (10) de Madrid en forma de tido social; por otra parte, ias tos de producción, directamente de
artículos antes de que el Ayunta- propuestas que hace en este apar- los cosecheros, y no proponiéndo-
miento popular hiciera por cuenla tado muestran la clara conciencia se ganancia en la elaboración del
suya la edición del libro. La reper- que tenía de que la regeneración pan, pueda dárselo a los asociados
cusión que tuvieron tales artículos del país sólo se podía lograr a uno o dos cuartos más barato que
debió ser enorme, pues Fernández través de la educación: «Es pre- el de la misma clase que se ex-
de los Ríos, estando aún en París, ciso, y además de preciso es ur- penda en Madrid.»
escribió un último apéndice al li- gentísimo, organizar la instrucción «Una cocina general en cada ba-
bro en el que dice-. «Como san- pública de modo que todo espa- rrio, que comprando los comesti-
ción de los trabajos para la trans- ñol aprenda a leer y escribir. Es bles de la misma manera y renun-
Puerta del Sol en 1871. Dibujo del natural, por Tomé, publicado en la
«Ilustración Española y Americana» de dicho año.
La plaza de Neptuno en 1929.
t
88
ciando a los beneficios, proporcio- tra el desarrollo de la matemática como es la música: «Después dei
ne, más económicamente que en o de la filosofía. En España, y en trabajo es necesario el descanso,
el propio domicilio, un alimento materia de urbanismo, esa continui- y apenas podrá citarse una distrac-
sano y bueno.» dad no existe apenas, y ello ha ción más moral y menos dispendio-
«Un establecimiento de baños hecho posible la casi universal sa que el canto, la música no cues-
económicos y un lavadero.» aceptación de un concepto del mis- ta nada al que la produce, y di-
mo que, en comparación con ei fícilmente puede abusarse de ella;
«Por último, la sociedad, después que tenían Cerda o Fernández de que haya en un pueblo un hombre
de montar lo relativo al alimento, los Ríos, es francamente pobre. Es- de buena voluntad que organice
debe extenderse al mobiliario y al tos grandes precursores patentiza- un orfeón y habrá cortado por la
traje, siempre siguiendo el mismo ron con su quehacer cómo el ur- raíz el vicio de la taberna y el ga-
sistema de comprar las primeras banista de veras no sólo ha de te- rito; que los orfeonistas se acos-
materias en ¡unto, directamente y ner unos amplios y sólidos conoci- tumbren a reunirse todas las no-
en los puntos de producción, de mientos profesionales, sino que, ches para instruirse en el canto y
elaborar, sin propósito de ganan- además, ha de poseer una mínima de la reunión nacerá por sí misma
cia, y de vender a los asocia- capacidad de expresión que facili- una escuela de adultos que aspire
dos forzosamente al contado» te la transmisión de sus inquietu- a otras enseñanzas; que los con-
(FM 127-138). des y opiniones a personas ajenas vecinos se vean insensiblemente
Dentro de un segundo período despertando en ellas el interés que llevados a asociarse todas las no-
de reformas incluye Fernández de estos graves problemas se merecen ches y desaparecerán las rencillas
los Ríos la apertura de la Casa de y que, por último, ha de poseer de vecindad; que se forme un or-
Campo al público y la construc- también la entereza necesaria co- feón en un pueblo y en el inme-
ción en aquella zona de barrios mo para enfrentarse a los enor- diato nacerá otro; que se reúnan
de casas de campo al alcance dei mes intereses económicos de una los dos para formar un coro, y las
mayor número posible de personas minoría que no suelen ser idénti- fiestas que hasta entonces termi-
con el fin de crear una especie de cos a los de la totalidad. Es triste naban a palos o navajazos entre
modesto cinturón verde alrededor tener que constatar que la pérdida los dos, acabarán complaciéndose
de Madrid. En repetidas ocasiones de esa continuidad histórica haya ambos en los aplausos que han al-
señala a lo largo de su obra que significado, entre otras cosas y en canzado reunidos; que una cir-
Madrid es una ciudad artificial gran medida, la pérdida de ese cunscripción cuente muchos orfeo-
enclavada arbitrariamente en una sentido moral impertérrito que nes y podrá dar festivales, cuyo
región que apenas la puede soste- alienta en el fondo de la actua- producto se aplique al material de
ner, y por eso creía que había que ción pública de cualquiera de es- enseñanza y a obras de beneficen-
estudiar detenidamente las cerca- tas figuras decimonónicas que in- cia; que los orfeones se extiendan
nías y ver la manera de dar vida tentaron, como era su deber, hacer y ellos darán de sí lo necesario
a toda la región circundante. Opi- urbanismo no al servicio de tal para que los orfeonistas se trasla-
naba que uno de los medios mas empresa privada o de cual facción den de unos puntos a otros, se
eficaces era fomentar la construc- social, sino, primordialmente y por agrupen y se asocien; que se
ción de esos barrios de casas de encima de todo, al servicio y en reúnan y varíen de localidad, y
campo y llevar a cabo una cam- defensa del hombre. en sus maneras, y en su lenguaje,
paña sistemática de repoblación y en sus acciones, y en su traje,
forestal: hay que «restituir a Ma- Aunque en el terreno práctico y en su manera de ver las cosas,
drid su antiguo clima, modificar las propuestas de Fernández de los y en su adelanto y en su progreso
los rigores de las estaciones vol- Ríos no nos sirvieran ahora para señalarán muy pronto la obra de
viendo a poner en actividad las nada—cosa que habría que discu- la civilización» (FM 303).
cercanías y proporcionando riego tir—, existe en su obra otro rasgo
a sus contornos. El hombre tiene que siendo inherente a la esencia
hoy tales medios de dominar la del urbanismo no ha jugado lo (1) 6 de julio de 1880. Este artículo fue
naturaleza que puede hasta mo- que se dice un papel importante recogido posteriormente en el tomo se-
dificar las condiciones climatoló- en estos últimos años, y es el de gundo Trabajos no csleccitnados, de
la previsión. Va siendo hora de Mesonero Romanos, que publicaron sus
gicas del país en que habita; el hijos en Madrid en el año 1905.
trabajo y el arte pueden mucho. que nos ocupemos de los proble- (2) Según dice el gran escritor Anto-
En las ciudades el agua, con la mas un poco antes de su embesti- nio Espina en su libro El cuarto poder
cual hay plantíos, fuentes, estan- da y no cuando nos cornean ya. (Aguilar, Madrid, 1963), Fernández de los
No cabe duda que cuando Cerda Ríos «fundó siete periódicos, dirigió nue-
ques, bosques y lagos, es un gran ve, escribió en veinticinco, p u b l L ó diez
auxiliar contra los destemples de y Fernández de los Ríos estudia- libros suyos y editó más de mil de otros
la atmósfera. En los campos el rie- ron las posibilidades de expansión autores-.
go produce iguales resultados; la y mejora de Barcelona y Madrid (3) El futuro Madrid. Paseos mentales
lo hacían aguijoneados por nece- por la capital de España, tal cual es y tal
introducción de máquinas agrícolas cual debe dejarla transformada la revolu-
puede suplir la falta de brazos en sidades perentorias como, por ción. Imp. de la Biblioteca Universal Eco-
muchas localidades y redimir ai la- ejemplo, la tremenda mortandad, nómica, Madrid, 1868. De aquí en adelan-
pero las soljciones que propusie- te al transcribir algún párrafo de este l i -
brador de los trabajos más peno- bro lo indicaremos abreviadamente me-
sos y más perjudiciales a la sa- ron fueron algo más que meros diante FM y el número de la página en
lud» (FM 232). parches y en ellas se intentaba la que se halla éste.
dar respuestas de largo alcance (4) Este párrafo fue r e p r o d i c d: años
teniendo en cuenta las exigencias más tarde en su Guía de Madrid, Suceso-
A la vista de esta breve esque- del futuro y procurando prever los
res de Rivadeneyra, Madrid, 18.6
matizaron de los rasgos más so- (5) O todo o nada, Madrid, 1864.
factores que iban a entrar en jue- (6) Proyecto de mejcras generales de
bresalientes de las teorías de Fer- go como los en aquel entonces in- Madrid presentado al excelentísimo Ayun-
nández de los Ríos en relación con cipientes medios de locomoción. tamiento constitucional en agosto de 1846.
las cuestiones urbanas, cabe que Este trabajo fue recogido en el tomo I
muchos piensen que sí, que para Esa falta de continuidad a que de la obra que se indica en la nota I.
(7) RabinJranath Tagore, La clucad y
su tiempo eran muy interesantes, aludíamos es culpable también del la aldea. Visva-Bharati Quarte: ly, o : t u -
pero que no está clara la utili- vergonzoso e injusto olvido en que bre de 1924. Este artículo se ha reprodu-
dad que puedan tener hoy y yace la vida y la obra de Fernán- cido en Hacia el h;mb e univesal, Sagita-
que, por otra parte, es preciso dez de los Ríos. No estaría de más rio, S. A., Barcelona, 1S67.
dejarse de antiguallas y hacer airear un poco su nombre con mo- (8) Mariano Albo, Observaciones sobre
mejoras de Madrid y proyecto de ensan-
cosas nuevas y originales propias tivo del centenario de la publica- che de la Puerta del Sol, Imp. de Tejado,
de nuestra época. En efecto, sería ción de una obra tan importante Madrid, 1854.
absurdo llevar a la práctica en como El futuro Madrid. (9) Loe. cit.
este momento y punto por punto (10) El Universal, La Época y El Im-
Vaya como nota final que ayu- parcial.
las reformas que proponía en 1868; de a dar una imagen de su pecu- (11) Sobre estas ciudades o l i r e n s de
ahora bien, tampoco convendría liar fe y entusiasmo esta curiosa y Mulhouse y sobre experiencias similare3
olvidar que toda actividad riguro- simpática teoría de que la regene- en este terreno, se puede consultar la
sa y compleja precisa de una con- obra de José Antonio Rebolledo Casas
ración de España se podría lograr para obreros o económicas, Imp. de la
tinuidad histórica, como lo demues- a través de algo tan inofensivo Viuda e Hijos de Galiano, Madrid, 1872.
En el presente artículo se desea por una parte, al alargamiento de de América del Sur, se si-
ofrecer una visión de conjunto de la vida humana y por otra, a las túan al nivel de crecimien-
algunos aspectos de la realidad fuertes corrientes migratorias. Es- to de Madrid.
social de Madrid, analizada des- tas corrientes llevan a los centros
de un punto de vista puramente d) El actual crecimiento casi
de trabajo una masa de pobla-
sociológico. Ello quiere decir que duplica el previsto por el
ción de una edad determinada, la Plan General de Ordena-
se renuncia, de antemano, a to- edad laboral fundamentalmente, y
do estudio monográfico y que se ción Urbana del Área Ms-
con una capacitación laboral y tropolitana de Madrid (6).
renuncia también a ofrecer cual- cultural extraordinariamente bajas,
quier análisis que escape al en- pues se trata de población oriun- e) El actual crecimiento demo-
foque propuesto. da de las zonas rurales más aban- gráfico de Madrid se sitúa
Como fuente documental se uti- donadas. Es así como crecen y se al mismo nivel del creci-
lizará el reciente estudio de Ca- transforman, a un ritmo extraordi- miento acaecido en las gran-
ritas Diocesana y la Fundación nario, ciudades enteras que dan des ciudades industriales a
Foessa (1). Es el primero y único cabida a una nueva estructura de finales del siglo pasado,
estudio sociológico global que edades, de grupos ocupacionales, aunque el proceso de cre-
existe sobre la ciudad y es'.á ba- de culturas, de valores, de margi- cimiento industrial no se
sado sobre fuentes documentales nalismo, etc. desarrolla de la misma for-
ma (7). La distancia de 50
propias que, en varios aspectos Madrid es una de estas ciuda- años de una industrial za-
de la realidad social de Madrid, des que, favorecida por una con- ción a otra no parece ha-
son únicas. Determinados datos tinuada creación de pues'os de ber modificado el s'gno y
sobre la estructura ocupacional de trabajo, crece y se multiplica a la forma de desarrollarse
la población, sobre vivienda, so- ritmo de gigante acogiendo cons- las corrientes migratorias.
bre educación, sobre trabajo, so- tantemente una fuerte inmigración.
bre marginalismo, sólo se encuen- Los grandes movimientos de po-
tran en el mencionado estud o y 1.1. Evolución de la población blación de la era industrial die-
por eso lo utilizaremos como ron lugar a grandes convuls'ones
fuente documental básica a lo lar- Madrid (2) tenía a princip'o de urbanas (8). La afluencia mas va
go de las líneas que siguen. siglo 576.538 habitantes y en 1965, de migrantes creó, en la per.feria
2.793.510; ello quiere decir que la de las ciudades, barrios sucios, ca-
1.—LA POBLACIÓN DE MADRID población de principio de siglo se rentes de todos los servicios don-
ha multiplicado por 5, en el espa- de las gentes se apiñaban en cha-
Estamos sufriendo una auténtica cio de 65 años. El cuadro 1 pre- bolas o en «semi-viviendas» anti-
revolución demográfica, debida, senta así el problema: higiénicas.
El crecimiento masivo ha dado
lugar, por lo menos hasta ahora,
Cuadro 1
a lo irracional y a lo indeseable,
POBLACIÓN DE MADRID DE 1900 A 1S65 que no ha quedado todavía enju-
gado en las viejas ciudades euro-
Crecimiento Crecimiento peas. Lo malo es que este m smo
Aumento
A Ñ O S Habitantes intercensal intercensal
en Madrid en índices en España desequilibrio se sigue produciendo
allí donde las ciudades crecen a
1900 576.538 100 un ritmo superior al que permite
1910 659.775 14.4 % 114 0,7 %
1920 848.383 28.5 % 147 0,7 % su capacidad de absorción.
1930 1.137.943 34,1 % 197 1,1% El ritmo de crecimiento de una
1940 1.326.674 16,5% 230 1,0%
1950 285 0,8 %
población tiene que e s t a r en
1.645.215 24,0 %
1960 2.259.931 37,3 % 392 0,9 % función, al menos, de estas pre-
1965 2.793.510 23,6 % (*) 484 misas:
FUENTE: Informe sociológico sobre la situación social de Madrid, págs. 40 y 65. 1) La capacidad económica de
la ciudad. Si no existe equi-
(*) Los períodos anteriores son de diez años, pero el último es sólo de cinco. Todos
ios datos se refieren al 31 de diciembre del año de referencia.
librio entre el crecim'ento
de la ciudad y la creac ón
de puestos de trabajo, se
Desde 1910, a excepción del pe- 1930, con un 1,1 por 100 de producirá el paro y la mi-
ríodo 1930-40 en que tiene lugar crecimiento anual. seria.
la guerra civil española, la pobla- b) Ninguno de los grandes
ción de Madrid crece siempre a 2) La capacidad de la ciudad,
municipios españolas ha cre- o del sistema social en que
un ritmo superior al 2 por 100 cido al ritmo del de Ma- ella se enmarca, para o ga-
anual. Este crecimiento rápido ha- drid. Si en vez de comparar nizarse adecuadamente y
ce que la ciudad doble sus habi- los municipios se comparan ofrecer todos los serv cios
tantes cada treinta años; en 1933 las aglomeraciones urbanas que necesita una población
Madrid tiene doble población que (3) solamente la de Barce- en expansión: agua, luz,
en 1900, y en 1960, doble que en lona y Bilbao han cree do transportes, policía, vivien-
1930. Últimamente el ritmo de cre- al ritmo de la de Madrid. da, etc.
cimiento es mucho más rápido al-
canzando la alarmante cifra de un c) En la actualidad ninguna de 3) La capacidad de la c'udad
4,7 por 100 anual para el período las grandes capitales de para «absorber» a los recién
1960-1965. América del Norte y Europa llegados, para convertirlos
Como puntos de referencia pa- crece al ritmo de Madrid. en unos ciudadanos más. La
Londres, París, Estocolmo, ciudad no puede existir co-
ra comprender mejor que sign f -
Amsterdam, Chicago, Nue- mo una simple concentración
ca el crecimiento de Madrid, apun-
va York (4), no superan el ecológica; no puede subsis-
tado anteriormente, baste decir: 2,16 por 100 de crecimiento tir sin una cierta comunidad
a) El crecimiento de la pobla- anual. Tokyo (5), con un cultural, es decir, sin la par-
90
ción española adquirió su 4,75 por 100 de crecim'ento ticipación en unos d e t e i m -
nivel máximo de crecim'en- anual, en el período 1910- nados valores comunes, en
to anual en el período 1920- 1960, y algunas capitales unas tradiciones.
UNA V I S I O N SOCIOLÓGICA DE M A D R I D
Jacinto Rodríguez Osuna
r "*^* f
POBLACIÓN ACTIVA E INACTIVA, SEGÚN
<—«I
V CI firic
\
V SSeijtsé,^ de
AtcobttHjas
N
\
LAS ÁREAS Les RQUS
/*•%' ?9rJ¡Me
1?r ANILLO
Madrid (1965) 38
Chicago (1959) 37
Amsterdam (1960) 39 D « NÚCLEOS EXISTENTES EN 1.800 2.° ANILLO
Nueva York (1958) 45 93
Paris (1962) 47 ܧ¡| ZONAS DE CRECIMIENTO DE 1.800 A 1.900 - + - + - 3. 9r
ANILLO
Londres (1959) 49
Estocolmo (1959) . 49 ¿giñ ZONAS DECRECIMIENTO DE 1.900 A 1 3 6 4
Milán (1961) 57 -+ 1-4? A N I L L O
La razón de este bajo porcenta- Aparece que: Cuadro 12
je ocupaclonal, sólo compa ab'e ÁREAS HISTÓRICAS: POBLACIÓN FEME-
al de Chicago y Amsterdam, hay a) En el Centro y Periferia hay NINA EN EDAD LABORAL Y POBLACIÓN
que buscarla en una de estas dos el mismo porcentaje de po- ACTIVA FEMENINA
direcciones. blación activa que de po-
Población en
blación en edad laboral. edad laboral Pobla-
— En la existencia de un alto Áreas
ción Desvia-
porcentaje de población en b) En el Ensanche el porcenta- históricas Cifras activa ción
edad laboral que no traba- je de población en edad la- corregidas *
ja por estar estudiando. boral es mayor que el por- Centro 65 24 — 43
centaje de población a c t - Ensanche ... 67 23 — 43
— En la existencia de un alto
va, pues la proporción de Periferia ... 62 13 — 49
porcentaje de mujeres que no
estudiantes de grado medio * Llamamos cifras corregidas a las re-
ejercen una actividad laboral. y superior es mucho más sultantes de descontar el 2,84 por 100 de
El porcentaje de población en elevada que en ninguna otra incapacitadas.
edad laboral que realiza estudios área. Se traía del Madrid FUENTE: Informe sociológico sobre la si-
tuación social de Madrid, op.
es pequeño, y no puede explicar más rico y más culto. cit., pág. 60.
de ninguna manera el bajo porcen-
taje de población activa. Apareciendo claramente que:
La proporción de mujeres inte- Población femenina activa
gradas al mundo laboral es pe- a) La ausencia de la mujer de
queña en Madrid, siendo ésta s'n los puestos de trabajo, es
Entre las mujeres sólo el 18 por general en todo Madrid.
duda la causa de ese bajo por- 100 forma parte del mundo Icbo-
centaje de población activa glo- ral. Teniendo en cuenta que ex s- b) En la Periferia exisíe un
bal. De aquí que sea necesar o te un 66 por 100 de mujeres de mayor porcentaje de mu¡3-
estudiar por separado la pobla- res inactivas, debido, sin du-
quince a sesenta y cuatro años
ción activa masculina y la pobla- da, a que las mujeres se ca-
o un 64 por 100 si queremos utili-
ción activa femenina, para poder san más jóvenes, con lo cual
llegar a conclusiones más def ni- zar las cifras corregidas (descon-
dejan, en la mayoría de los
dos. tando las incapacitadas), resulta casos, el trabajo para dedi-
que el porcentaje de mujeres en carse al hogar. Por otra
Población masculina activa edad laboral incorporadas al parte, la carencia de servi-
mundo del trabajo es del 23 por cio doméstico en este área
El 61 por 10 de la poblac'ón 100. La comparación de estos da- liga más al hogar a la mu-
masculina madrileña ejerce una tos con los de otras grandes ciu- jer casada.
actividad económica. Como el dades, aparece en el cuadro 11.
porcentaje de población en edad
laboral es del 66 por 103, qu ere Cuadro 11 1.3.2. Población activa manual y
decirse que la desviación es muy no manual
PORCENTAJE DE VARONES Y MUIERES
pequeña, o lo que es lo mismo; EN LA POBLACIÓN ACTIVA EN DIS-
entre los varones el porcentaje de Grosso modo, se podría dscir
TINTAS CIUDADES que las diferencias fundamentales
ocupación es muy elevado.
Teniendo en cuenta que entre la Ciudades Varones Mujeres Total
entre trabajo manual y no manual,
población en edad laboral hay son las siguientes:
un 2,84 por 100 aproximadamente Amsterdam (1957). 78 22 100
Madrid (1965) . ... 75 25 100 M A N U A L
de incapacitados (27), se obten-
Milán (1958) 67 33 100
drían los siguientes resultados: Chicago (1960) ... 66 34 100 — Más penoso, más duro.
% Londres (1959) ... 62 38 100
Población masculina en edad la- Nueva York (1960). 62 38 100 — Existe muy poco cultivo de las ciencias
boral 66 Estocolmo (1951). 60 40 100 del espíritu, quizá ninguno.
Población en edad laboral incapaci- París (1962) 60 40 100
2,84 X 66 — La remuneración es más baja que en
tada = 2 FUENTE: París et huit metropoles mundia- los no manuales.
100 les, op. cit., pág. 72. Los datos
Población real en edad laboral 64 de Madrid son del Informe socio N O M A N U A L
lógico sobre la situación social
En este caso la desviación es de Madrid, op. cit., pág. 60. En-
aún más pequeña (64 por 100 en tre paréntesis aparecen los años — Menos penoso, más llevadero.
a que hacen referencia los da-
edad laboral y 61 por 103 traba- tos. — Exige, en los puestos más elevados,
jando), lo que equivale a decir una fuerte preparación humana. En to-
que el 95 por 100 de población dos los puestos exige algún nivel de
masculina madrileña de qu.nce a De la comparación se deduce: estudios.
sesenta y cuatro años ejerce una a) M a d r i d , |untamente con •— La remuneración es más alta que en
actividad. Naturalmente es'e ele- Amsterdam, presentan el los manuales.
vado porcentaje va en detr mentó porcentaje más bajo de mu-
de la actividal escolar. jeres entre la población ac- De aquí que el predominio de
Dentro de este fuerte grado de tiva. uno u otro sea un elemento más
ocupación laboral de la población de caracterización de la ciudad y
masculina, las diferencias son muy b) Las ciudades con un fuerte de cada una de las grandes áreas
notable de área a área (ver cua- predominio del sector tercia- en que se ha dividido.
dro 10). rio: Londres, Nueva York,
Estocolmo y París, son las El 62 por 100 de la población
Cuadro 10 que presentan mayor por- activa de Madrid es manual, pero
ÁREAS HISTÓRICAS: POBLACIÓN MAS- centaje de mujeres entre la su distribución ecológica varía
CULINA EN EDAD LABORAL Y POBLACIÓN población activa. Amster- mucho de área a área. La explo-
ACTIVA MASCULINA tación de la documentación del
dam, con un alto porcentaje
Po jl < i n e
j ! ; l 1 Pobla- de empleo en el sector ter- Informe Sociológico sobre la si-
Areas ^ ^ " ^ «ón Desvia- ciario, se escapa de esta tuación social de Madrid, permite
históNcas Cifras activa cion
norma igual que Madrid. ofrecer los siguientes datos:
corregidas *
% % % c) De todas formas en Madrid 7o
Centro 69 69 — el porcentaje de mujeres ac-
Centro 56
Ensanche ••. 64 57 — 7 tivas es bajo, al menos com- Ensanche 48
Periferia ... 62 62 — parado con las ciudades Periferia 74
* Llamamos cifras corregidas a las re enumeradas.
OA sultantes de descontar el 2,84 por 100 de Madrid 62
incapacitados. La distribución de la población
FUENTE: Informe Sociológico sobre la si- femenina activa en las distintas Esto permite apuntar una clasi-
tuación social de Madrid, op.
cit., pág. 59. áreas, es como sigue: ficación de las áreas de Madrid
que respondería al siguiente or- entre la Periferia y el Ensanche es dominio absoluto de la c a -
den: muy acusada: 74—48 = 26, parece se trabajadora.
indicarse que realmente las dife- Madrid resulta, entonces, un
1.° Ensanche. rencias entre el Ensanche y la Pe- organismo de difícil funciona-
2.° Centro. riferia son muy fuertes. El Centro, miento, ya que la ciudad está
3.° Periferia. por su parte, está mucho más pró- estructurada, de hecho, en dos
ximo del Ensanche que de la Pe- ciudades: la interior, que quizá
El Ensanche, con el menor por-
centaje de manuales, sería el área riferia. por el mismo mecanismo del
más cultivada y más acomodada «comercio» del suelo y porque
1.3.3. Ocupaciones ha sido visto como de más pres-
de Madrid, mientras que la Peri-
feria, por el contrario, sería el La distribución de la población tigio, ha ido seleccionando las
área menos cultivada y más pobre. activa de Madrid por ocupacio- élites que tenían mayores posi-
Como la distancia de manuales nes, aparece en el cuadro 13: bilidades económicas, y el Ma-
drid «exterior», donde han ido
a parar los que no tenían ca-
Cuadro 13 bida en el Madrid interior, es
ÁREAS HISTÓRICAS: OCUPACIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA decir, los que no podían asen-
ÁREAS HISTÓRICAS
tarse en él por carencia de re-
O C U P A C I O N E S cursos: las categorías más mo-
Centro Ensanche Periferia TOTAL destas de la sociedad, no sólo
Agricultura — 1 1 1 económicamente, sino también
Empleadores de la industria y el co- culturalmente.
mercio 7 5 4 5 En resumen, en el Ensanche pre-
Directores de empresa, directivos, cua-
dros superiores y altos funcionarios. 4 6 1 3 dominan las categorías del máxi-
Profesiones liberales y asimilados .•• 8 6 1 4 mo nivel, seguido de cerca del
Empresarios y comerciantes sin asala- Centro y ya muy lejos de la Pe-
riados, trabajadores independientes. 3 2 1 2
VI Cuadros medios, empleados y funcio- riferia. La situación de este área,
narios en general . 22 32 18 23 de 1.622.022 habitantes en 1965,
Vil Capataces, maestros y contramaestres es un indicativo más de la desor-
y obreros cualificados 23 19 42 32
VIH Peones y obreros sin cualificar . 7 3 14 9 ganización social que existe en la
IX Personal manual de servicios no cuali- misma.
ficados 26 26 18 21
102
La mayor parte de los edificios que esta arquitectura reciente, que del ochocientos, sobre todo en
que definen la fisonqmía actual es la que realmente ha definido la España, ha sido siempre negativa
de Madrid han sido construios constitución de Madrid, cerno la en general. La razón más podero-
en el siglo XIX o en los principios de la mayoría de las capitales mo- sa se debe a que el enfrentamien-
del XX. Hoy día, con el incremen- dernas, sea borrada sin haber sido to con ella se ha producido casi
to constructivo de los últimos años, estudiada, conocida ni casi vista. sin excepciones polarizado en dos
están desapareciendo muchos de El historiador actual, al intentar posturas extremas, en sí mismas
estos edificios para ser sustitu dos estudiar la arquitectura española opuestas a ella. Por un lado el
por nuevos inmuebles destinados academicismo conservador, al que
del ochocientos, se encuentra con
en su mayoría al negocio de la todavía se debe la total dad de la
un vacío prácticamente total, en
construcción de viviendas o de blo- poca historia de la arquitectura
ques de oficinas. Sorprende la el que ni la documentación ni el
análisis crítico y cías ficatorio ha que se hace en nuestro país, no
escasa proporción de edificios de ha visto en ella sino las transgre-
funciones públicas que han surgi- sido apenas iniciado. De ahí pro-
cede la indiscriminación absoluta siones de las normas academicis-
do en los últimos años, frente a tas y la desviación de los princf-
viviendas y edificios comerciales. y el desprecio global hacia toda
la arquitectura de este período y pios del neoclasicismo formal. Es-
La mayor parte de los edificios ta visión ha calificado superficial-
públicos, representativos o institu- la indiferencia ante su paulatina
pero tenaz desaparición. mente a la más genuino arquitec-
cionales de la actualidad, siguen tura decimonónica de arbitraria y
alojados en construcciones que se La demolición indiferente del dotada de un caprichoso «mal
erigieron en los años que convier- Palacio de Anglada, del de Msdi- gusto» buscador de originalidades
tieron a Madrid de una pequeña naceli, de la fábrica Gal, la re- sin sentido, cuando es en estas
ciudad en una metrópoli, es de- centísima de la Concepción Jeró-
cir, en edificios que preceden de originales desviaciones donde re-
nimo, la anunciada del Asilo de side precisamente la pujanza pro-
la cultura arquitectónica del ocho- las Mercedes y la posible de las
cientos. Asimismo, un porcentaje gresiva de la arquitectura del
Escuelas Aguirre, entre una infini- ochocientos.
enorme de bloques de viviendas dad más, son realidades desola-
siguen todavía siendo edificios de Por otro lado, en un extremo
doras, más que por el hecho en
esta época; aunque cada día va- opuesto, la óptica moderna, re-
sí, que, en ocasiones, podía estar
yan desapareciendo más y más, ducida a los creadoras, no ha
lo mismo que los edificios de fun- justificado por la dinám ca urba-
na, porque no ha habido la más visto en ella más que ornamenta-
ciones públicas, sin que apenas ción vacía y un historicismo eva-
quede constancia de su existencia mínima intención de recoger una
información o documentación que sivo, que, hoy día, empezamos a
anterior. comprender que constituye uno
los mantenga para el conocimiento
de la arquitectura de una época de los más instrínsecos paráme-
Es posible que llegue un día en tros de la cultura moderna.
que Madrid carezca prácticamen- que, a pesar de sus muchas de-
te de edificios decimonónicos —!o ficiencias, es la que en definitiva Acosada por estos dos extre-
que no sería del todo desale Ma- ha cubierto con mayor densidad mos, antagónicos entre sí, la ar-
dor si su sustitución estuviera jus- el escenario de nuestro mundo ac- quitectura del ochocientos ha su-
tificada por la creación de una tual y dentro de la cual, además, frido un desprecio indiscriminado
ciudad nueva, coherente, organ - se ha fraguado la arquitectura que se traduce en una laguna cul-
zada y vivible; desgraciadamente, contemporánea. tural e histórica palpable y, dé
no es así—. Lo más lamentable es La valoración de la arquitectura rechazo, en la desaparición de
bastantes edificios de un conside- completo de las rutas de la ar- ción privada bastante considera-
rable valor ¡unto con todos los quitectura española en general. ble.
rastros que puedan aar pie a un Los inicios de una actitud arqui- De 1856 a 1861 se realiza la re-
estudio objetivo de este período tectónica que se puede definir en forma de la Puerta del Sol de
arquitectónico problemático y con- general como historicista, a con- Lucio del Valle. De 185/ a 1860 es
tuso, pero enormemente puente y secuencia de la crisis de un siste- el proyecto de Carlos María de
prenaao de potenciaiidaaes, que ma unívoco y coherente como era Castro del Ensanche sobre el cual
es el ochocientos. el clásico, se producen en el mo- se verifica la mayoría de las ex-
Una de las máximas dificultades mento en que aparece el contras- periencias edificatorias de loa
que ofrece el análisis de la arqui- te entre diversos orígenes lingüís- años posteriores. Esta misma «con-
tectura decimonónica, en gran par- ticos y teóricos enfrentados al cla- ciencia de Madrid» y su creci-
Te por la taita de estudio que la sicismo prolongado y codificado miento da lugar algunos años más
envuelve, es el de la fijación ae por la cultura neoclásica, centra- tarde a una de las más impo/tan-
los límites cronológicos ae la cul- da en España en la Academia de tes aportaciones españo.as del
tura arquitectónica a que obedece Bellas Artes. XIX: la Ciudad Lineal ae Arturo
Soria, pensada desde 1882 y co-
el conjunto de edificios ae esie Una serie de circunstancias, que menzada a construir en 1894.
ciclo. sería arriesgado calificar de for-
La característica más decisiva tuitas, hacen coincidir en España
de la arquitectura del ochocientos la aparición fuerte de una cultu- LA HERENCIA NEOCLÁSICA
está definida por la crisis ae la ra historicista, que se manifestó
cultura renacennsta a raíz, tunaa- más o menos implicada en la bus- Desde la muerte de Villanueva
mentalmenre, ae la aparición ae ca de un estilo o unos estilos dis- (1811) hasta mediados del siglo
una cultura hiSToncisfa proauciaa tintos al clásico, con el desarrollo en Madrid hay una desoladora
por el acercamiento a muy aistm- de la capital de España y con un escasez de edificios de importan-
ras arquitecturas, geográfica e His- enorme incremento de la construc- cia. Casi el único edificio notable
tóricamente dispersas, y sus corres- ción en ella de edificios públicos es el Congreso de Diputados, hoy
pondientes sistemas, tsta crisis ae tanto como de edificaciones pri- Cortes Españolas (184J-185U) —pla-
los sistemas clásicos renacentistas vadas. za de las Cortes—, de Narciso
se retrotrae prácticamente a los Pascual y Colomer, obra tipo de
La creación de la Escuela de
tíñales del Renacimiento humanis- un academicismo convencional y
Arquitectura, como alternativa di-
ta, desde los que se va estirando, correcto, pero sin ninguna enjun-
dáctica y de influencia de la Aca-
a veces subterráneamente, hasla dia en su planteamiento. En algu-
demia, marca precisamente la in-
su eclosión definitiva en la arqui- nas otras obras de Narciso Pas-
corporación de unos sistemas ar-
tectura del siglo XIX. cual, el arquitecto de mayor im-
quitectónicos que no se basan ex-
portancia dentro del neoclasicis-
La estructuración de los siste- clusivamente en una estructuración
mo prolongado en el período isa-
mas arquitectónicos a base de una plástica de formas analíticamente
belino, aparecen algunos rasgos
metodología de selección y criti- claras y procedentes del alfabeto
singulares, que no se pueden atri-
ca se organiza en el ochocientos clásico. La atención a materias de
buir más que a la versión nacio-
de una manera decisiva a partir importancia muy secundaria pa.a
nal del clasicismo renacentista te-
de la asimilación de la hisrona la Academia, como la construc-
ñido de impurezas platerescas,
como una materia didáctica. Su ción y la técnica en general y lue-
mucho antes de que la polémica
entraña consiste en la creación de go la historia estudiada con un
sobre los estilos nacionalistas to-
un sistema sintáctico apto paia criterio profundamente pragmáti-
mase cuerpo, bl Palacio del Mar-
operar con vocabularios dados y co, constituyen factores que modi-
qués de Salamanca, hoy Banco
mantenidos más o menos integral- ficaron considerablemente la acti-
Hipotecario (hacia 1855) —Paseo
mente. La específica cultura ar- tud creativa de los arquitectos for-
de Recoletos, 10— es uno de es-
quitectónica del siglo XlX se basa mados en la Escuela.
tos escasos ejemplos de cierta ca-
precisamente en esta ¡ncorpoia- lidad hacia mediados del siglo.
La incorporación de los arqui-
ción del conocimiento histórico
tectos salidos de la Escuela de Ar-
—y más tarde geográfico— a los Un análogo clasicismo, poco
quitectura a la tarea de construir
procedimientos operativos. teórico y nada purista, bastante
el cúmulo de edificios que por
separado de la lección de Villa-
Por supuesto, como se ha dicho estos años van surgiendo en Ma-
nueva, se prolonga durante casi
repetidas veces, los siglos cultu- drid, y su misma influencia sobre
todo el siglo, presentando a ve-
rales no coinciden exactamente los anteriores formados en San
ces rasgos singulares, casi siem-
con los cronológicos; de ahí el Fernando es la razón principal de
pre ornamentales, por su misma
problema de aquilatar el límite elegir la fecha de 1845, año de la
falta de rigidez, mezclándose en
más o menos exacto, para los creación de la Escuela de Arqui-
muchas ocasiones con las aporta-
principios de la cultura arquitec- tectura de Madrid, como inicio de
ciones no clásicas venidas en su
tónica historicista del ochocientos, la cultura arquitectónica del ocho-
mayoría de la Escuela. El mante-
en este caso en España, y más cientos en España.
nimiento del clasicismo, resultado
estrictamente en Madrid, al que Adquiere mayor importancia es- de la potencia de Bellas Artes,
se refiere este esbozo de estudio. ta fecha y la creación de la Es- aparece implicado con el efecto
Dada la tendencia centraliza- cuela porque coincide baslante de los Premios de Roma y los via-
dora de la política y la cultura aproximadamente con la aparición jes a la Ciudad Eterna, impacto
española del siglo XIX y sus ale- de una auténtica conciencia ar- considerable en casi todos los ar-
daños, Madrid marca con bastan- quitectónica y urbana referida a quitectos destacados de la segun-
te exactitud los itinerarios de la la construcción de Madrid como da mitad del siglo.
capital y gran ciudad.
época en toda España. Quedan El Marqués de Cubas, a su vuel-
aparte algunos episodios singula- Estas fechas se corresponden ta de Roma, construyó una serie
res, especialmente en Cataluña y con la mayoría de edad de Isabel de palacios urbanos, en los que
sus zonas de influencia, donde se II y el final de un período de gue- un clasicismo poco purista, basa-
producen algunos ciclos bastan- rras civiles y de desastres econó- do en un vocabulario de orna-
te localizados y autónomos. Bas- micos. En la etapa isabelina, coin- mentación renacentista —un neo-
ta citar el «modernisme», uno de cidiendo con las primeras promo- renacimiento más que un verda-
los capítulos más interesantes de ciones de arquitectos de la Es- dero neoclasicismo— es la nota
la arquitectura española del pa- cuela de Arquitectura, se empiezan más destacada. El Palacio Aren-
sado inmediato. Por lo demás, y una serie de reformas urbanas zana, hoy Embajada de Fran-
con pequeñas salvedades, la ar- que lógicamente se emparejan cia (1876) —Héroes del 10 de
quitectura madrileña del ochocien- con un incremento de las construc- Agosto, 9— y el Palacio de Alca-
tos, en sus edificios y sus tenden- ciones públicas y con un desa ro- ñices (1865) —Paseo de Recole-
cias, constituye un índice bastante llo de la arquitectura de promo- tos, 13— son los más importantes.
LAS PRIMERAS PROMOCIONES
DE LA ESCUELA DE ARQUITEC-
TURA DE MADRID
La hibridación producto de la
crisis de la s¡£temática clasicista,
aunque también muchas veces de
una postura más inclinada al rea-
lismo utilitario que mantenedora
del purismo teórico, se manifiesta
en la actuación de la mayoría de
los arquitectos de las primeras 105
promociones. Uno de los arquitec-
tos más significativos de esta pos-
tura es Francisco Jareño, qu'en
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106
construyó los edificios públicos nada como una alternativa críti- ble arquitectura moderna autóc-
más importantes del período ¡sa- ca al sistema clasicista, llega a una tona en los años treinta.
belino: la Casa de la Moneda definición clara y consecuente en Gran importancia tuvo también
(1856-1861) —plaza de Colón— v algunos arquitectos titulados años en aquél momento, tanto por el
la Biblioteca Nacional (1865-1892 más tarde.
número de las realizaciones como
—Paseo de Recoletos, 20. El primer medievalista sistemáti- por la lección que ejercicio sobre
A pesar de! lenguaje visible de camente definido e 'ncluso crea- otras actuaciones, el giro de leí
origen clásico, la nota más carac- dor de escuela es Juan de Ma- arquitectura del Marqués de Cu-
terística de los edificios de Jare- drazo. Como Viollet, su princ'pa! bas, ya citado como uno de los
ño es precisamente su racionalis- labor práctica fue la restauración prolongadores del clas'cismo; ade-
mo funcional y con:trudivo, lo que purista; sin embargo, en algunos más fue una de las figuras públi-
le llevó a adoptar gran parte de de sus edificios originales, llegó a cas más importantes de la arqui-
las características de la arquitec- un lenguaje mucho más libre. Su tectura del ochocientos. Hacia
tura artesanal d3 ladrillo, así co- principal obra en Madrid, el Pa- 1880, el Marqués de Cubas em-
mo notables experiencias ambien- lacio del Conde de la Unión de prendió una serie de obras, tam-
tales y funcionales. La Biblioleca Cuba (1866) —Hortaleza, 9 1 — es bién eclesiásticas y de beneficen-
Nacional, que fue terminada por un excelente ejemplo de descrip- cia, al parecer con intervención
Antonio Ruiz de Salces, muestra tivismo, injertando en la tradición personal en la promoción de al-
hoy poco del proyecto de Jare- clasicista una enfatización de los gunas, en las que su factor con-
ño, uno de los más interesantss1 materiales y del proceso cons- dicionante más decisivo fue tam-
de la época, mucho más parecido tructivo.
a la Casa de la Moneda que fo bién el deseo de hacer una ar-
que presenta el actual ed ficio, Veinte años más joven que Ma- quitectura económica, simple y ba-
ampuloso y bastante convencional. drazo, admirador y continuador sada en una elemental consiiuc-
En el proyecto de Jareño los lo- suyo es Juan Bautista Lázaro, un ción artesanal. Tal vez este cam-
cales estaban dotados de luz ce- arquitecto insuficientemente valo- bio de estilo del Marqués de Cu-
nital, predominaban las fachadas rado para la categoría de su bas tenga una relación directa con
ciegas con nichos en lugar de obra, numerosísima y de gran ca- el proyecto de la inacabable Ca-
ventanas y las estructuras metá- lidad. Lázaro definió una genuino tedral de la Almudena, iniciado
licas tenían un importante papel. modalidad de arquitectura del en 1881, en un medievalismo pu-
ochocientos español. Casi toda sú ramente historicista que se a tero
El Hospital del Niño Jesús (1885) obra pertenece a programas de en detalles de las partes cons-
—Menéndez y Pelayo, 65— y la an- arquitectura religiosa, conventos, truidas por él. Entre las obras
tigua Escuela de Veterinaria (1877) asilos y colegios. En los muchos más destacadas del Marqués de
—Glorieta de Embajadores— son edificios que construyó de este íi- Cubas en su segunda etapa figu-
otras obras de Jareño que mues- po aparece a veces un claro neo- ran el Convento de las Salesas Rea-
tran su arquitectura escueta y ra- gótico, pero en la mayoría <Je les —García Morato, 18— el Asi-
cional, en la que del neoclasicis- ellos se presenta totalmente li- lo del Sagrado Corazón (1882)
mo sólo queda un orden calma- berado del historicismo erudito —Claudio Coello, 100— y esa dis-
do y lógico. para obtener todos los resultados creta obra maestra, increíble para
formales de un auténtico raciona- su época por su racionalismo
LOS MEDIEVALISTAS lismo constructivo y de un realis- constructivo y su desnudez orna-
mo total en el tratamiento de los mental que es el Convenio de las
programas. La mayoría de suri Siervos de María —plaza de
Las corrientes medievalistas del
construcciones son de escasos pre- Chamberí.
siglo XIX, que constituyen uno de
los fermentos más considerables supuestos y, sobre esta base, des-
arrolló una arquitectura postulada Entre los más o menos adictos
de la elaboración de una nueva al medievalismo, con sus reper-
arquitectura, se manifiestan en a base de un concienzudo estu-
dio funcional y de un perfeccio- cusiones sobre la teoría arquitec-
muy diversos caminos y con moti- tónica que llega en aigunos casos,
vos de distinta raíz; desde las namiento de la técnica artesanal
del ladrillo. Una de sus principa- como en Lázaro, a ser sólo la con-
teorías de los valores asociativos secuencia de un análisis racional
según los cuales cada formulación les aportaciones fue el empleo,
novedoso en Madrid, de la cons- del programa y del proceso cons-
estilística correspondería con ma-
trucción tabicada a la catalana, tructivo, figura José Marañan,
yor ¡usteza a un programa, hasta
así como el estudio cuidadosísi- contemporáneo casi exacto de Lá-
las teorías estructurales que veri-
ficaron una transposición de los mo de los aparejos, con lo que zaro y como él entregado funda-
sistemas mecánicos medievales a obtuvo un sobrio lenguaje orna- mentalmente a una arquitectura
las estructuras de hierro, pasando mental basado en el mismo siste- económica y razonante. Junto con
por las teorías sociales y artesa- ma constructivo. numerosas casas de vecinos en
nales. Entrecruzadas entre sí to- Madrid construyó, como Lázaio,
Entre su gran cantidad de obras sus obras más interesantes en tor-
das estas trayectorias dieron co- en Madrid destaca el Asilo de San
mo resultado más visible un én- no a programas eclesiásticos y de
Diego y San Nicolás (1903-1906) beneficencia. Una de sus ob as
fasis sobre el proceso constructi- —Eduardo Dato, 6—, un precioso
vo de los edificios y la primacía más acertadas y jugosas, d e n t ó
edificio, bien estudiado y cons- de la sobriedad del lenguaje de
de un lenguaje descriptivista, des- truido. El Colegio de las Ursuli-
de el punto de vista constructivo ladrillo, es el recientemente desa-
nas (1889-1898) —General Mofa, parecido Convento de la Concep-
más que desde el funcional. La
número 42—, el Convento del Bea- ción Jerónimo —Velázquez, 84—.
máxima fuerza teórica del medie-
valismo se debe incuestionable- to Orozco —Goya, 87—, la Iqle- En el Hospital de San José y San-
mente a Viollet-le-Duc a través de sia de la Milagrosa (1904) —Gar- ta Adela (1893) —Reina Victoria
sus libros. cía de Paredes, 39—, los Redento- número 24— el anális : s rae onal
ristas —Manuel Silvela, 14—, las del programa le condujo a una
Por otra parte, hacia 1850, co- Reparadoras (1898) —Fomento, nú- cuidada organización y a un di-
mo señala H. R. Hitchcock, en to- mero 17— son algunas de sus seño, sobre todo en las salas de
do el mundo occidental, el góti- obras, lógicas, claras y minucio- enfermos, enormemente original
co, con algunas derivacicnes neo- samente estudiadas. y ciaro distributivamente.
románicas, era aceptado como ¡a Se puede decir que la obra de
modalidad naiural para la arqui- Lázaro centra toda una modali- Algunos edificios de Luis Lande-
tectura eclesiástica. dad de arquitectura madrileña cho, especialmente la Maternidad
Las tendencias medievalistas —aunque también en el resto de de S a n t a Cristina (1904-1918)
que habían empezado a influir di- España— que se prolongó largo —O'Donnell, 55— o la casa de vi-
fusamente sobre los primeros ar- tiempo y de la que, ¡ncluso, sur- viendas de Sagasta 33 y 35 (1902)
quitectos salidos de la Escuela de gieron casi espontáneamente a!» hicieron pervivir un medievalismo
Arquitectura de Madrid, más que qunos de los brotes de una posi- bastante similar al de Lema, aun-
que con una mayor tendencia or-
namental.
En otra parcela del medievalis-
mo, la más convencional por su
simple preocupación historicista,
figura el neo-gótico más o menos
purista o inventivo, pero ligado
fundamentalmente al diseño for-
mal, que constituye la modalidad
aplicada a la mayoría de las igle-
sias de una cierta envergadura.
En 1881 el marqués de Cubas
proyecta la Catedral de la Almu-
dena en gótico de erud ción.
Otras numerosas iglesias madrile-
ñas presentan sus formas gotizan-
tes, frecuentemente por medio de
revestimientos, despreocupándose
de sus problemas técnicos. La igle-
sia del Buen Suceso (1 £65-1868,
—Princesa, 35— da Agustín Ortiz
de Villa¡os o la de Nuestra Ssño-
ra de los Angeles —Bravo Muri-
Ilo, 93—, de Enrique María Repu-
Iles, son algunas de ellas.
Dentro de planteamientos análo-
gos para la arquitectura religiosa
no fue la única propuesta la inspi- Francisco Jareño. Escuela de Veterinaria, 1877.
ración goticista. Manuel Arbós rea- Juan Bautista Lázaro. Asilo de S. Diego y S. Nicolás, 1903-06. Iglesia
lizó una interpretación personal de de los Redentoristas.
un medievalismo bizantinizante ins-
pirado en la arquitectura italiana,
que dejó en fecha tardía un exce-
lente ejemplo en la iglesia de San
Manuel y San Benito (1910) —Alca-
lá, 83—, Arbós había realizado an-
tes el proyecto, construido sólo en
parte, de la basílica de Atocha
—Avenida de la Ciudad de Barce-
lona.
EL NEO-MUDEJAR
El fenómeno de la arquitectura
surgida del racionalismo medieva-
lista, basada teóricamente en su
mayor parte en Viollet-le-Duc, se
entremezcla en numerosas ocasio-
nes con ot-o fenómeno, este autóc-
tono, que ha dado lugar a una de
las arquitecturas más originales del
ochocientos español: el neo-mudé-
¡ar. Dentro del experimentalismo
historicista aue caracteriza la mis-
ma médula de la arquitectura deci-
monónica, los «reviváis» basados
en la consideración del nacionalis-
mo de un estilo determinado cons-
tituyen uno de los itinerarios cons-
tantes en toda la cultura occiden-
tal. Inglaterra, Alemania, Italia y
otros países europeos elaboraron
sus propios estilos nacionales, en
parte como oposición a la primacía
cultural francesa. España, naturd-
mente, también especuló en torno
a la busca de un estilo conaruente
con las peculiaridades del país,
aunque aquí se ofrecieron sucesi-
vamente diversas alternativas al
postulado del nacionalismo arqui-
tectónico.
seguir su evolución...» Además el Carlos Velasco y Eugenio Gimé- aunque en partes del edificio apa-
hecho de entremezclarse con la ar- nez Corera hicieron en un neo- rece la afección a los nacionalis-
quitectura de ladrillo utilitaria y mudéjar más puramente historicista mos.
económica, pero sin pretensiones la iglesia de San Fermín de los Na- Carlos Velasco, en el teatro Lara
estilísticas básicas, hace aún más varros (1885-1891) —Eduardo Dato, (1880) —Corredera Baja, 15— se
difícil precisar sus demarcaciones. número 10—. También de Carlos apartó por completo del neo-mu-
Parece bastante seguro que el Velasco es el Asilo de las Merce- déjar. Eugenio Giménez Corera
verdadero iniciador del neo-mudé- des (1879) —Núñez de Balboa, nú- construyó la representativa iglesia
¡ar fue Emilio Rodríguez Ayuso; mero 106—, que, por su pragma- de la C o n c e p c i ó n (1902)—Go-
concretamente con la desaparecida tismo y espíritu de economía se ya, 28—en un gótico ecléctico in-
Plaza de Toros (1874). Parece lóqi- acerca más, como muchos edificios ternacional.
co el empleo del «revival» mudejar neo-mudéjares, a la arquitectura
desestilizada de Lázaro o Ma- Por otro lado, la Escuela de Sor-
en un edificio de este tipo, más que domudos, hoy Escuela Superior del
nada por razonamientps «asociati- rañan.
Ejército (1898) —Castellana, 71 —
vos». Pero lo cierto es que el len- Enrique Fort fue uno de los más iniciada por Carlos Velasco, fue
guaje formal neo-mudé¡ar, basado fervientes y virtuosos practicantes construida por Ricardo Velázquez
en una estilización de la construc- del neo-mudejarismo, llegando a Bosco, uno de los más representa-
ción en ladrillo, constituye la más una gramática formal realmente tivos arquitectos del eclecticismo
acusada característica de otras original y cuidada, a veces exube- internacional afrancesado, con un
obras de Rodríguez Ayuso. Las más rante como en el I. C. A. I. (1904- patente predominio de la artesanía
notables son las Escuelas Aauirre 1908) — A l b e r t o Aguilera, 23—, del ladrillo sobre la escultoricidad
(1884) —Alcalá, 64—, el Palacete otras más contenida y racional co- barroquizante que manifiesta en
del Marqués de Núñez (hacia 1887) mo en el Colegio La Salle (1905- otras obras.
—Eloy Gonzalo, 5—, ¡unto al Hos- 1907) —Guzmán el Bueno, 32.
pital Homeopático y la desapareci- Más significativo todavía es el
da casa del propio arquitecto en En fechas ya tardías, Amos Sal- caso de Ignacio Aldama, construc-
b calle de Alcalá, verdadera exhi- vador construyó en 1915 una obra tor de una enorme cantidad de ca-
bición de ornamentalismo en la- maestra del neo-mudéjar, la fábri- sas de «estilo francés», quien dejó
drillo. ca Gal, un precioso edificio de la- una excelente obra neo-mudéjar en
drillo y cerámica, lamentablemente el Asilo de San Rafael (hacia 1910)
La proliferación de las fiorituras desaparecida. —Avenida de la Habana, 92.
ornamentales obtenidas con la ar-
tesanía del ladrillo se generaliza Quizá la máxima virtud de toda
esta arquitectura de ladrillo, tanto EL ESTILO INTERNACIONAL
en la arquitectura madrileña a par- «SEGUNDO IMPERIO»
tir de estas obras de Rodríguez la más racionalista y utilitaria co-
Ayuso. <De 1880 a 1910 —dice Car- mo la ornamentada neo-mudéjar,
es que no pretendió nunca elevar- En la segunda mitad del siglo
los Flores— son muchos centenares XIX la modalidad arquitectónica
los edificios con fachada de ladri- se a la postulación de un estilo
formal generalizable, sino que se creada por los arquitectos france-
llo que se construyen en Madrid. ses del Segundo Imperio, se exten-
Los arquitectos consagrados de la mantuvo como una modalidad esti-
lística ligada a un proceso cons- dió por toda Europa hasta crear un
época se adhieren a esta tsndencia auténtico estilo internacional. La
y entre todos van creando un tipo tructivo, condicionado la mayoría
de las veces por el programa y los aplastante exuberancia de este
que, con diferencias casi exclusiva- neo-barroco, luego prolongado en
mente de detalle, se repetirá una medios. La mayoría de los arqui-
tectos adictos al neo-mudejarismo el llamado estilo «Beaux-Arts», en-
y otra vez... Estas fachadas de la- contró un visible eco en la mayoría
drillo, por otra parte, además de hicieron edificios muy diferentes
cuando las premisas de las obras de las obras representativas y ofi-
su acierto plástico ofrecen una ca- ciales de todos los países occiden-
lidad constructiva de primer or- fueron otras.
tales. España, carente de una po-
den». tente formulación de arquitectura
El mismo Rodríguez Ayuso em-
Lorenzo Alvarez Capra, el cola- pleó un lenquaje muy diferente en representativa y lujosa, asimiló
borador de Ayuso en la Plaza de el Palacio de Anglada (hacia 1879), también, como es natural, esta mo-
Toros, construyó la iglesia de la una de las obras más desgraciada- dalidad. Esta incorporación se ve-
Paloma (1896-1912) —Toledo, 98—, mente destruidas de Madrid, ver- rificó principalmente después de 109
en un claro neo-mudejarismo, aun- dadera obra maestra de una no- la Restauración y es en cierto
que perduren algunos detalles gó- bleza clasicista elaborada con un modo la arquitectura oficial del
ticos. lenguaje formal realmente original, último cuarto de siglo.
Sobre estas líneas: Marqués de Cubas. Convento de las Siervos de María.
José Marañan. Hospital de S. José y Sta. Adela, 1893. Vista de la Sala
de enfermos desde el jardín y planta.
Debajo: Carlos Velasco y E. Jiménez Corera. S. Fermín de los Navarros,
1885-91. E. Rodríguez Ayuso. Escuelas Aguirre, 1884.
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Arriba: Enrique Fort. ICAl, 1904-08.
Debajo: Colegio Lasalle, 1905-07. Galería y Planta.
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Son numerosos los arquitectos modo internacional ¡unto con algu- arquitectura de los nuevos mate-
franceses que construyeron en Ma- nos esporádicos rasgos nacionali- riales.
drid edificios significativos para las zantes, muestran unas cualidades Sin la exuberancia y virtuosismo
«élites» de la capital. El casino de que destacan a Velázquez Bosco plástico de los de Velázquez Bos-
Madrid—Alcalá, 13— el ed ficio como uno de los más dotados ar- co, otros numerosos edificios pú-
de la Unión y el Fénix—Alca- quitectos españoles del ochocien- blicos y representativos construi-
lá, 39—¡unto con numerosos pala- tos, excelente en el diseño de de- dos después de la Restauración
cios particulares son algunas de talles, a veces sofocados por la manifiestan la influencia del neo-
estas obras de importación. exuberancia y ampulosidad de su barroquismo de origen francés,
Lo que caracteriza fundamental- lenguaje plástico. apareciendo en frecuentes ocasio-
mente la arquitectura «Segundo Sus principales obras en Madrid nes híbridos nacionalizantes, más
Imperio» es, según Hitchcock, «la son: el retórico Ministerio de Fo- que nada por el efecto del cons-
elaboración de una composición mento, hoy de Agricultura—Paseo tante empleo del ladrillo.
tridimensional con el empleo de Infanta Isabel, 1—plagado de ex- El excelente edificio del Museo
pabellones en los extremos y en el celentes detalles sobre todo en sus de Ciencias Naturales (1881-1887)
centro de los edificios y altas man- partes secundarias, la Escuela de —Castellana, 86— construido por
sardas convexas o cóncavas». Minas y el Laboratorio anejo a ella Fernando de la Torriente para Pa-
(1883-1893)—Ríos Rosas, 5 y 7—, lacio de las Artes y de las Indus-
Es significativo que la misma Bi- edificios extremadamente cuidados, trias, y terminado por Emilio Boix,
blioteca Nacional, el más repre- y las dos pequeñas obras maestras es una muestra de la transforma-
sentativo de los edificios de la eta- del Palacio de Cristal y el Palacio ción de b modalidad internacional
pa isabelina, fuera completado por de Velázquez en el Retiro, cons- en un edificio de ladrillo de minu-
Ruiz de Salces, a partir de 1884, ya truidos para la Exposición de Mi- cioso y cuidado tratamiento ma-
en tiempo de Alfonso XII, con én- nería de 1874. terial. Sobre ello, y por la valora-
fasis sobre los pabellones y man- ción racional del programa y el
sardas convexas. Uno de los rasgos más significa-
tivos de Velázquez Bosco, lo que empleo del hierro y del cristal, el
Posiblemente el máximo repre- señala también su internacionalis- Museo de Ciencias es quizá uno
sentante de esta tendencia en Es- mo, es el empleo concienzudo del de los edificios del ochocientos
paña sea Ricardo Velázquez Bos- español que mejor sostiene una
112 hierro y el cristal en sus edificios.
co, el principal arquitecto del comparación con el nivel europeo.
El patio central de la Escuela de
Estado en el último cuarto del si- Minas y los dos pabellones del Con grandes puntos de contacto
glo. Sus obras, dentro del opulento Retiro son excelentes muestras de con el Museo de Ciencias, aunque
lili En i m m m
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a menor escala, se presenta otro —Plaza de Canalejas, 1 — también sí existen en Madrid algunas mues-
excelente edificio del último cuarto de Eduardo Adaro. tras significativas de este sector
de siglo: el Instituto Oftálmico La Bolsa (1886-1893)—Plaza de de la arquitectura decimonónica.
1897-1903) —General Goded, 17— la Lealtad—de Enrique María Re- Uno de los ejemplos más intere-
de José Urioste, una magnífica y pullos, es otro de los edificios ofi- santes y de auténtica calidad de
elaborada obra de ladrillo en dos ciales de finales de siglo, en el arquitectura de hierro fue el tris-
colores, igual que el Museo. Aun- que, sin embargo, predomina un temente desaparecido Mercado de
que el alfabeto, tanto del Museo academicismo convencional más la Cebada, un edificio enteramen-
como del Instituto Oftálmico, sea propio de un cuarto de siglo antes. te importado, construido por Cam-
clasicizante y existan los corres- ne y la Compañía de París en 1869.
pondientes pabellones y mansar- LA ARQUITECTURA
das, el parentesco con la arquitec- Alberto de Palacio, el auior del
INDUSTRIAL Puente Movible de Portugalete,
tura nacionalizante es evidente.
aplicó su metodología ingenieril en
Muy análogo es el caso de la Es-
En la evolución de la arquitec- la Estación de F. C. de Atocha
cuela de Sordomudos de Veláz- (1880-1892)—Plaza de Carlos V—
quez Bosco antes citada. tura mundial del siglo XIX y en su
trayectoria más progresiva rumbo Esta es posiblemente la obra de
Uno de los más nobles edificios a la arquitectura moderna tienen mayor envergadura en Madrid en
públicos del último cuarto de siglo una importancia decisiva las reali- cuanto al empleo exhaustivo de los
es el Banco de España (1884-1891) zaciones basadas en el empleo ra- materiales metálicos y a su utiliza-
—Alcalá, 4 8 — , de Eduardo Adaro cional de los nuevos materiales, ción explícita e incluso, estilística
en colaboración con Severiano hierro, casi exclusivamente en los La combinación de la exhibición
Sainz de la Lastra. En él la influen- primeros tiempos. de la construcción metálica con
cia neo-barroca francesa está com- ornamentaciones no del todo des-
Dada la casi nula industrializa- ligadas de ella, pero claramente
positivamente atenuada y aplana- ción del centro de España en estas
da ante un cuidadosísimo diseño historicistas, liga más este edificio
épocas, no es extraño que la capi- a obras como los Palacios france-
de un rico vocabulario ornamental tal no cuente con importantes ni
que dentro de su barroquismo ses de la Exposición de 1900 que
numerosas obras basadas en el a otras realizaciones más pura-
afrancesado muestra rasgos que lo empleo del hierro, ni que la pro-
acercan al todavía no planteado mente estructurales.
blemática de estos nuevos sistemas 113
neo-plateresco. De menos enver- constructivos no llegase a consti- En numerosos edificios de la
gadura, aunque no menos cuidado, tuir una base firme hacia la reno- época aparece el hierro empleado
es el Banco Hispano Americano vación arquitectónica; no obstante, esporádicamente como un recurso
nuevo de graneles posibilidades es-
tructurales e incluso estéticas, aun-
que generalmente incluido en un
contexto ecléctico. La Plaza de
Toros de Rodríguez Ayuso, los Pa-
lacios del Retiro de Velázquez
Bosco o el Museo de Ciencias de
Torriente son quizá los ejemplos
más destacables. Más tarde, la ma-
yoría de las primeras obras de
Antonio Palacios presentan una
clara intención de explotar las po-
sibilidades expresivas del acero
laminado, aunque también como
un enriquecimiento del lenguaje
estilista.
La industria madrileña, de escasa
pujanza y proyección, careció de
fuerza para condicionar una ar-
quitectura en que las nuevas ad-
quisiciones estructurales definiesen
una tipología nueva. Los locales
para fábricas, industrias o progra-
mas estrictamente utilitarios se
mantuvieron en un discreto prag-
matismo que, en la mayoría de los
casos, recurrió a los recursos meto-
dológicos de la arquitectura eco-
nómica de ladrillo, entremezclando
el más estricto pragmatismo con li-
geras efusiones ornamentales ba-
sadas en la persistente artesanía.
La fábrica de cervezas «El Águi-
la»—General Lacy, 25—de Euge-
nio Jiménez Corera, o la fábrica de
gas—Ronda de Toledo, 10— de
Luis de Landecho, son algunas de
estas realizaciones asimilables sin :
específicas d i f e r e n c i a s a otras __••!•
obras de los mismos arquitectos.
Un ejemplo de gran calidad de Ñ
lí"
arquitectura laboral perfectamente w - m y» u« UM UJ M UU ¿¿J MU JL* A I
insertada en los procedimientos del
ladrillo, con derivaciones hacia el rs m wm M f»
neo-mudéjar, es el Matadero Mu-
nicipal (1908-1928)—Paseo de la
Chopera, 7—de Luis Bellido, don-
de la mecánica funcional de los
procesos laborales no impide dis-
cretas acentuaciones ornamentales
neo-mudéjares, ya que todo el
proceso constructivo es estricta- Ricardo Velázquez Bosco. Escuela de Sordomudos, 1898. Planta.
mente artesanal, con un predomi- Ricardo Velázquez Bosco. Escuela de Ingenieros de Minas, 1833-93.
nio de las técnicas tabicadas del
ladrillo en las partes más acerta-
das.
PLANTA BAJA
EL MODERNISMO
arquitectura madrileña es la de en- principalmente para los Pabellones siempre su primordial preocupa-
contrar un estilo, generalmente representativos en Exposiciones In- ción por las sistematizaciones de
centrado en problemas ornamenta- ternacionales, la asimilación de los su sistema constructivo artesanal.
les, que manifestase alguna carac- rasgos neo-platerescos a toda la El Seminario Conciliar (1899-
terística específicamente nacional. arquitectura nacional llegó a ser 1906) —San Buenaventura, 9— de
Indudablemente esta postura se co- la modalidad más común en el pri- Ricardo García Guereta y Miguel
rresponde con el pensamiento na- mer cuarto de siglo. Olabarría con la colaboración de
cionalizante y casticista de la ma- El edificio de Blanco y Negro Juan Moya, muestra una intersec-
yor parte de la generación del 98. (1899)—Serrano, 61—de José López ción del empleo constructivo y or-
El problema en arquitectura se Sallaberry es una de las primeras namental del ladrillo con formula-
planteó casi siempre en unos tér- formulaciones claramente neo-pla- ciones renacentistas castizas.
minos enormemente artificiales, ya terescas. Su profusión ornamental
que lejos de continuar la tradición de temas renacentistas nacionales
artesanal de la anterior arquitectu- LA OBRA DE PALACIOS
señala más o menos las caracterís-
ra de ladrillo—aunque ésta prosi- ticas de los demás edificios neo-
guiese en un cierto seaundo pla- En medio de los devaneos orna-
platerescos. La casa de Barqui- mentales de la arquitectura nacio-
no—y plantear la metodología de llo, 6, de José Urioste, o la de
este nacionalismo apoyándose so- nalista apareció la presencia de
Gran Vía, 7, de Eduardo Reynals Antonio Palacios, una figura de
bre los datos estructurales y cons- son típicos ejemplos de esta moda-
tructivos del país, se vertió la excepcional talla y de grandes fa-
lidad. La influencia tipológica del cultades que por algunos años cen-
atención sobre un estilismo formal Palacio de Monterrey de Salaman-
puramente representativo y litera- tró la atención del ambiente arqui-
ca, que se extendió a toda España, tectónico madrileño, en el que rea-
rio. Así aparecieron nuevos «revi- tiene en Madrid una muestra clara
vals» e'n correspondencia nominal lizó algunos de sus más importan-
en el Palacio de Bermejillo—Eduar- tes edificios. Su obra, de gran ca-
con los episodios históricos más do Dato, 27—de Eladio Laredo.
singulares de la historia española. lidad y potencia, resultó en cierto
La discusión teórica acompañó en En cierto modo, una de las con- modo sofocada por el medio que,
la mayoría de las ocasiones a es- secuencias de la implantación del con su conservadurismo y su re-
tas adopciones de estilos castizos. «revival» ornamental y tipológico traso industrial, impidió la realiza-
del renacimiento local fue la inda- ción del principal contenido de las
En torno a estas consideracio- gación y aplicación consecuente aportaciones de Palacios: la supe-
nes, uno de los edificios más cele- de las variedades regionales, lo ración de la inspiración historicista
brados en su momento fue la rasa cual llegó a constituir un capítulo y la obtención de una libre formu-
de San José—Alcalá, 41—de Juan extenso de la arquitectura españo- lación estilística apoyada básica-
Moya y Joaquín Fernández Menén- la en el primer tercio de siglo. Sus mente en la naturaleza de los ma-
dez Valdés, creadora de un neo- principales sectores fueron el mon- teriales. Las primeras obras de Pa-
barroco madrileño, en este caso tañés y el andaluz, que tuvieron lacios son muestras patentes del
inspirado en la contigua Iglesia sus principales representantes en intento de asimilar los nuevos ma-
que, no obstante, tuvo escasa pro- Leonardo Rucabado y Aníbal Gon- teriales, hierro y cr¡sta,l a un tra-
yección. Otra celebrada experien- zález, respectivamente. Ambos de- tamiento original y enjundioso de
cia, esta tardía, de asimilación de! jaron muestras de su labor injerta- los tradicionales, especialmente la
barroco español fue la decoración, das en la arquitectura madrileña piedra.
hoy alterada, del Palacio de la en la casa de la Plaza de Canale- El Palacio de Comunicaciones,
Música (1926)—Gran Vía, 35— de jas, 3 (1914-1918) y en la fachada una de sus primeras obras (190i-
Secundino Zuazo. a la Castellana de Blanco y Negro 1918) —Plaza de la Cibeles— inmer-
La alternativa historicista nacio- —Castellana, 38. so aún en los nacionalismos, detrás
nal que tuvo verdadera aceptación El neo-mudéjar de ladrillo, más de un cietro plateresquismo, con
fue la del neo-plateresco, que sin o menos ornamental, entró asimis- mayor preocupación por el mate-
salirse completamente del vocabu- mo en estos años en la polémica rial que por la ornamentación sim-
lario clásico academicista permitió de los nacionalismos arquitectóni- bólica, ofrece una planta libre y 117
la elaboración de un repertorio cos, revistiendo en ocasiones un un empleo ostensivo de elementos
ornamental ligado a las glorias papel representativo o simbólico metálicos. El Banco del Río de la
imperiales. Empezado a elaborar que, sin embargo, mantuvo casi Plata, hoy Banco Central (1910-
PI pi PI r >r y*",,»* fr W_ f»t_^ PW _ % ;», ir n «
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LA APARICIÓN DE LA
ARQUITECTURA MODERNA
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de las nuevas promociones por dis- Tiene especial interés la línea pero muy desvaído frente al racio-
tintos caminos, aunque comúnmen- que va siguiendo la arquitectura nalismo y contención con que todo
te en contacto con los movimien- económica y pragmática, basada es resuelto en virtud de su progra-
tos europeos. La preocupación por en el ladrillo, que va tendiendo ma y de su proceso constructivo.
la modernidad y por la asimilación progresivamente hacia la desorna- Algo semejante ocurre con la serie
de las corrientes internacionales, mentación y la geometrización to- de grupos escolares que va r e a l -
aunque escasa, tuvo su represen- tal y llega a dar una cierta arqui- zando en Madrid, en los que llega
tación en España y en Madrid. tectura moderna autóctona, de un a una peculiar modernidad sin
funcionalismo natural, nada dog- dogmas, basada en los datos au-
1927 es el año que se ha podido
mático, y basada en los sistemas tóctonos. Los ejemplos más desta-
señalar como el de la aparición en
de producción nacionales. cados de estos grupos escolares
España de las tres primeras obras
son el «Zumalacárregui» —Bravo
asimilables a los movimientos in- Las figuras claves de esta pos-
Murillo, 162—, el «Concepción Are-
ternacionales. Dos de ellas están tura son Gustavo Fernández Bal-
nal» —Antonio López, 1 — , y el
situadas en M a d r i d : la Gasolinera buena y Antonio Flórez. Del pri-
«Menéndez y Pelayo» —Méndez
de Alberto Aguilera, 18, de Casto mero, cuyas principales aportacio-
Alvaro, 14—, todos ellos de 1923-
Fernández Shaw, y la casa del nes se refieren al urbanismo, son
1929. El último es probablemente
M a r q u é s de V i l l o r a—Serra- las casas de Miguel Ángel, 8 a 14
la obra más rotundamente innova-
no, 130— de Rafael Bergamín. (1925-1927), de gran originalidad y
dora de todas y en él la arquitec-
de un funcionalismo racionalizante
A partir de esta fecha, aunque tura está liberada prácticamente
indudable.
continúa existiendo con una den- de toda preocupación estilíitxa
sidad bastante absorbente la ar- Antonio Flórez fue quien llegó historicista.
quitectura historicista, adquiere fundamentalmente a dar el paso
carta de naturaleza la arquitectura decisivo hacia un total racionalis-
moderna, más o menos superficial- mo funcional y constructivo, ha- A.G. A.
mente comprendida, mientras la ciendo desaparecer prácticamente
historicista pierde toda su consis- todos los rasgos historicistas, en
tencia teórica y no crea sino epí- una labor que no deja de tener
gonos degenerados de la cultura contacto con la de Lázaro o Ma-
del ochocientos. En 1926 se incor- rañan un cuarto de siglo antes. Lo Debo expresar mi agradecimiento
pora a la revista Arquitectura un que a finales de siglo representó por la colaboración de los alum-
la arquitectura conventual y de be- nos del Seminario de Historia de
equipo nuevo, cuya más activa f i - la Arquitectura de la Escuela de
gura es Anasagasti, que promueve neficencia lo representó la arqui- Madrid que están contribuyendo
el conocimiento de la arquitectura tectura escolar para Flórez. considerablemente al estudio de
la arquitectura española del si-
120 moderna internacional. En 1930 se En la Residencia de Estudiantes glo XIX. A ellos se deben algunos
crea el GATEPAC que es el fruto (1911-1913) —Pinar, 2 1 — aparece de los datos y documentos gráfi-
maduro de una nueva etapa, luego un historicismo nacional casi popu- cos aquí publicados.
truncada por la guerra. lar, ligado al empleo del ladrillo,
SUPLEMENTO
AL NUM. 75 DE HOGAR Y ARQUITECTURA
C. F.—Don Secundino: Como ayudante suyo, pero procuré siem- bloque «Las Flores» fue construi-
principio de esta conversación en pre no ser influido por él. Ana- do por «Fomento de Obras y
la que tantos temas van a ser sagasti, otro profesor de entonces, Construcciones». Esta empresa era
abordados desearía que me ha- vuelve de Roma tras su pensiona- propietaria de la «Cerámica de
blara de sus años escolares. do y trae grandes inquietudes; San Antonio» y como propagan-
S. Z.—Cursé asignaturas de cien- ¡deas claras, sin embargo, no las da de la fábrica quisieron volcar-
cias en Salamanca y después pasé traía. En aquellos años influían so- se en el bloque «Las Flores». Pu-
a Barcelona, en cuya Escuela de bre nosotros, los estudiantes ma- sieron a mi disposición toda clase
Arquitectura permanecí durante drileños, las publicaciones sobre de magnífico ladrillo y esta cir-
dos años. Uno de mis profesores, Otto Rieth, Mancini y Otto W a g - cunstancia fue la causa principal
gran maestro, fue Vilaseca, el del ner. Creo que a ellos, sobre todo, de la solución plástica tan comen-
Arco de Triunfo. Era director Do- era a quienes veíamos como maes- tada. Los arquitectos madrileños,
ménech y Montaner, y entre mis tros capaces de señalar un rum- sin embargo, no parecieron muy
condiscípulos recuerdo ahora a bo. La verdad es que yo salí de interesados por este camino...
Florensa. En la escuela estaba tam- la escuela procurando encontrar
mi camino a base de sentido co- C. F.—El edificio para los Nue-
bién Puig y Cadafalch. Eran gran- vos Ministerios —cuya obra esta-
des maestros y grandes construc- mún y deseando asimilar la ense-
ñanza de los grandes maestros del ba ya iniciada al empezar la gue-
tores. El oficio me ha preocupado rra de 1936— parece suponer una
siempre; desde el principio. Creo pasado, fundamentalmente de Vi-
llanueva a quien teníamos tan «marcha atrás», una arquitectura
que Barce ona en el dominio del más convencional. El conjunto ofre-
oficio ha sido, al menos por enton- próximo.
ce un colosalismo un tanto apabu-
ces, superior a Madrid. De los tres, llante, en cierto modo afín a la ar-
es a Puig al que consideraba más C. F.—Su proyecto para el Círcu-
lo de Bellas Artes de Madrid de quitectura hitleriana o stalinista...
afín con mis propias ideas. Tanio
Doménech como Puig y Vilaseca 1919 y el mismo Palacio de la Mú- S. Z.—A mí los Nuevos Ministe-
poseían un gran dominio del ofi- sica, terminado en 1926, no dejan rios no me parecen apabullantes.
cio, pero al mismo tiempo cierta de ser obras eclécticas si bien de Creo que tienen dignidad y gran-
desorientación conceptual. un eclecticismo ponderado y ele- deza, y esto para mí son valores.
gante. Sin embargo, en su Casa La obra puede considerarse mía
de Correos para Bilbao (1927) pa- aunque en ciertos aspectos se ha-
C. F.—Hábleme de Gaudí.
rece que se vislumbra ya un nue- yan apartado de mi proyecto. Yo
S. Z.—Con Gaudí estuve en dos vo lenguaje. ¿Existe alguna expli- pensaba que el edificio final (el
ocasiones, siempre en visita orga- cación para este hecho? más próximo a la calle de Raimun-
nizada por la Escuela. Tenía una
S. Z.—Con el Palacio de la Mú- do Fernández Villaverde) estaría
cabeza impresionanle, a lo Víctor
sica en construcción hice mi pri- completamente separado del resto
Hugo. Yo admiraba, natural/nente,
mer viaje a Holanda. Las sobrias y alcanzaría cuanta altura fuera
la genialidad de Gaudí. Me pare-
arquitecturas de ladrillo de Berla- necesaria para cubrir las necesida-
cía, sin embargo, un hombre fuera
ge y Dudok fueron para mí del des del programa. En cuanto a su
de la realidad de la vida. Tenía
mayor interés. Su conocimiento di- lenguaje es indudable que no pre-
un concepto tan elevado de la ar-
recto es seguro que habría de in- tende estar en la misma línea de
quitectura, como actividad ideal,
fluir en obras mías posteriores. la «Casa de ias Flores». El Escorial
que siempre se preocupó más de
fue mi inspiración. Una inspiración
servir a este ideal que a la socie- C. F.—La «Casa de las Flores» no, naturalmente, formal, sino de
dad. Nunca creí que pudiera ser es un gran acierto como ordena- ideas, de espíritu. Hay que tener
el orientador de una arquitectura, ción volumétrica pero auizá su en cuenta que los Nuevos Minis-
pero es imposible no admirar su plástica sea lo más sorprendente terios se trataba de una obra pú-
obra singular y aquella entrega e inesperado dentro de su labor. blica y representativa y para que
iotal a una ¡dea. Mucho se ha especulado sobre la su proyecto fuera aceptado era
C. F.—¿Qué recuerdos conserva intervención de Miguel Fleischer, preciso un entronque con la tra-
c'e la Escuela de Madrid? el arquitecto alemán que por dición. El veintiocho de diciembre
aauellos años, 1930-32, trabajaba de mil novecientos treinta y dos
S. Z.—En Madrid la desorienta-
en su estudio. presenté un anteproyecto bastante
ción era semejante a la que exis-
tía en Barcelona. Yo sentía gran S. Z.—Me alegro de que me plan- completo, el veintinueve quedaron
admiración y respeto por don Ri- tee tan claramente esta cuestión definidos los presupuestos y el
cardo Velázquez Bosco, maravillo- porque así podré yo también, clara- treinta y uno es aprobado en el
so dibujante y profundo conoce- mente, explicar cuál fue la inter- último consejo de Ministros de
dor de la Historia. También fui vención de Fleischer en «Las Flo- aquel año.
discípulo de Lampérez, cuyas obras res». Cuando Fleischer llegó a mi La obra de los Nuevos Ministe-
de restauración no me parecen, estudio, el proyecto estaba deci- rios fue la primera realizada por
en general, acertadas. Palacios ca- dido. El fue sólo un buen ayudan- el Gabinete de Accesos y Extrarra-
recía de sentido autocrítico y, e n ' te que resolvió algunos detalles. dios del que le hablaré con deta-
mi opinión, no creó escuela. Fui Existe una explicación sencilla. El lle más adelante. El proyecto hubo
de hacerse con la premura con S. Z.—No sé cómo habrán sido anteriores a la guerra son bien
que estas cosas suelen plantearse terminados interiormente. Mi idea conocidas. Hablemos si le parece
en España. No Se me suministró no era realizar nada de carácter de su actividad arquitectónica pos-
ninguna clase de programa. Ape- lujoso, sino más bien monacal, es- terior a mil novecientos cuarenta.
nas unas superficies relativas a curialensa. Había, sí, una parte S. Z.—Efectivamente, sobre algu-
otros ministerios existentes. No sé central representativa común a to- na de mis obras anteriores a mil
aún cómo pude hacer ese milagro. dos ¡os ministerios. Con destino a novecientos treinta y seis —Fron-
Dicen qu'e los Ministerios son una esta zona el pintor Sert llegó a tón, Palacio de la Música, Casa
obra faraónica y sin embargo ya realizar algún boceto. de las Flores, etcétera— se ha ha-
sabe que no han sido suficientes. blado mucho. Lo que no suele sa-
Se echa a faltar el grupo de edi- C. F.—¿Es suya la solución de
la arquería exterior? Resulta un berse es que casi nada de lo que
ficaciones al otro lado de la calle yo proyecté vino como encargo
que proyecté formando una «uni- tanto extraña esa disminución en
la altura de los arcos y su con- de un cliente. Yo no he tenido
dad política». La entrada no se —en general— clientes. Los edi-
pensó nunca desde la Castellana, versión en dintel cuando aquellos
no son prácticamente posibles. ficios citados surgen a través de
sino por detrás. La lonja daría lu- sociedades que yo mismo promue-
gar a unas plazas tranquilas y re- S. Z.—Los Ministerios tienen dos vo o contribuyo a promover.
mansadas. El utilizarlas como apar- arquerías completamente distintas. Obras de clientes son las casas
camiento es para mí otro dispa- La interior que mantiene su altura de algunos amigos: Domingo Or-
rate. en toda la fachada y la exterior tega, Sebastián Miranda, Martínez
que, como usted dice, va perdien- Sierra, Domec, Ridruejo, Bordega-
C. F.—Interiormente son quizá do altura (debido a la pendiente
demasiado lujosos. Hay que tener ray, Gaiztarro, etcétera.
de la Castellana) hasta adintelar-
en cuenta que en su mayor parte se. Creo que es una solución bas- Ya que sale a cuento la casa
no son otra cosa que un conjun- tante feliz. unifamiliar aislada, quiero decirle
t o de oficinas. ¿Qué opina sobre algo de mi primera o b r a : un ho-
esto? C. F.—Sus obras más importantes tel en San Lorenzo de El Escoria!
terminado en mil novecientos die-
cinueve. Por entonces los edificios
que se levantaban iban acabados
exteriormente en fábricas de la-
drillo de complicados aparejos y
extraordinario mal gusto. Las cu-
biertas, de teja plana tipo Marse-
lla, eran pretenciosas y abiga-
rradas. La casa que yo construí
pretendía volver a una lógica
constructiva sirviéndose de los ma-
teriales propios de la zona. Utili-
cé granito y madera al exterior
y pizarra para las cubiertas. No
era más que seguir aquel modelo
insuperable que tenía tan cerca.
Esta obra mía supuso un cambio
en las futuras construcciones del
lugar. Muchas de ellas se harían,
en adelante, procurando, al menos
en los materiales, un enlace con
la arquitectura del Monasterio.
C. F.—Usted es una de las per-
sonas que más admira y mejor co-
noce el Monasterio de El Escorial.
Además de sus estudios ya publi-
cados parece ser que tiene en pre-
paración un importante libro so-
bre el tema.
S. Z.—Amigo Flores: Llevo trein-
ta años estudiando el Monasterio.
Es una obra en la que cada vez
uno se sorprende al encontrar nue-
vos valores. Creo que mi estudio
será definitivo para dejar en claro
muchas cosas. Entre otras quién
fue el auténtico artífice de aquel
prodigio. Herrera era un gran ar-
quitecto, pero sobre todo un gran
teórico. Para mí, sin duda ningu-
na, El Escorial se debe a Juan
Bautista de Toledo. A él y a Fe-
lipe. También se dieron circunstan-
cias de índole económica que ten-
drían indudable influencia sobre
la arquitectura.
C. F.—Volviendo a su actividad
de posguerra...
S. Z.—Como sabe, pasé toda la
guerra fuera de España. Residí en
París, Pau y San Juan de Luz. En
mil novecientos cuarenta y tres
termina mi confinamiento en Las
Palmas de Gran Canaria y vuelvo
a Madrid. Algunos años después
en el estudio hay ya un volumen
normal de trabajo.
C. F.—Seguramente su obra más
importante de los últimos años
sean los bloques en altura de Cea
Bermúdez.
S. Z.—Sin duda alguna. Supon-
ga lo que habría sido el nuevp
Madrid de la prolongación de la
Castellana planteado a base de
una edificación de este tipo con
parque arbolado a su alrededor.
Y esta era la solución encarada
en el proyecto Zuazo-Jansen.
C. F.—¿Qué opina sobre la ar-
quitectura que hoy se hace en
Madrid? ¿Conoce Torres Blancas?
S. Z.—No he visto Torres Blan-
cas más que exteriormente. Me
preocupa de la arquitectura actual
ese prurito del arquitecto por ser
original, por destacar. El trabajo
del arquitecto es de servicio a la
sociedad pero él se sirve a sí
mismo. Los intereses colegiales en-
cubren también no pocas veces ¡n-
tereses particulares olvidando esta que se imponga la labor en satisfecho de no haber salido de
misión de servicio, insoslayable. equipo. la arquitectura de organización y
procedimientos artesanales...?
C. F.—¿Cómo ve al arquitecto C. F.—Y usted como arquitecto
con una obra importante cumpli- S. Z.—En España lo natural ha
dentro de la sociedad futura?
da, ¿qué piensa al considerar los sido trabajar así. Ahora empieza
S. Z.—Su actuación deberá cam- años pasados? a hacerse entre nosotros una ar-
biar radicalmente. Somos los últi- quitectura igual a la de fuera, sin
mos románticos. Este arquitecto S. Z.—Mi suerte en arquitectura
ningún interés. Creo que cuanto
solitario de hoy desaparecerá casi es que he podido hasta el final
más se hace «moderno» más que-
por completo. El arquitecto, en su seguir trabajando la piedra, el la-
dan prestigiadas estas cosas de
despacho, esperando al cliente, drillo, la madera, el hierro... Y
siempre...
está a punto de pasar a la histo- además que he contado con buena
ria. Los jóvenes que salgan de las mano de obra, con artesanos pre- C. F.—Pero entonces... ¿La «Ca-
escuelas se incorporarán inmedia- parados. Puedo asegurarle que sa de las Flores»?
tamente a una oficina privada trabajar en estas circunstancias
produce un auténtico placer. S. Z.—Artesanía. Fábrica de la-
u oficial. Las grandes organizacio- drillo, de un ladrillo magnífico y
nes, las grandes empresas, harán C. F.—¿Quiere decir que está variado...
C. F.—Si le parece, don Secundi- del Ayuntamiento de Madrid y sin concesión de la Reforma Interior
no, vamos a dejar los temas ar- duda la cabeza más clara de aque- de Madrid (Gran Vía), proyecto
quitectónicos para tratar de temas lla corporación. Jansen es, para que había sido realizado por Ma-
urbanísticos, ese otro campo en mí, el padre de todo el urbanismo ñas y Sallaberry con carácter par-
el que sus aportaciones al desarro- moderno. A mí me enseñó enorme- ticular no como técnicos del Ayun-
llo de Madrid han sido asimismo mente. Jansen tenía un seminario tamiento.
fundamentales. Supongo que en la en Berlín por donde han pasado Mis trabajos con esta sociedad
escuela la formación urbanística prácticamente todos aquellos que fueron formándome y empezaron
sería escasa y en cualquier caso luego han jugado un papel des- a darme cierta renombre como ur-
orientada como una actividad collante. banista.
esencialmente «artística». ¿Cómo C. F.—Tengo entendido que us-
se produjo su iniciación en los pro- C. F.—Y aquí es donde enlaza-
ted intervino en la construcción de mos ya con la eminente figura del
. blemas del urbanismo moderno? la Gran Vía. profesor Jansen.
S. Z.—En mil novecientos die- S. Z.—Yo formé con Mañas en
ciocho, al final de los estudios em- S. Z.—Efectivamente. Cuando el
mil novecientos veinte una socie-
piezo a interesarme por los pro- Ayuntamiento de Madrid convoca
dad para estudios urbanísticos a la
blemas auténticos de la ciudad. en mil novecientos veintinueve un
que pertenecían también López
Como usted supone, en la Escuela concurso internacional para la or-
Sallaberry, Sánchez Toca y Ruano,
el urbanismo era una actividad denación de Madrid, Jansen, que
secretario este último del Ayunta-
de significado puramente «acadé- ha decidido presentarse, se dirige
miento de Madrid. Hicimos los pro-
mico». Mi formación en esto ha a mí para pedir que sea su cola-
yectos de reforma parcial de Bil-
sido la de un autodidacta: Revis- borador en este proyecto. Como
bao y del Barrio de los Remedios,
tas, especialmente alemanas, y el usted sabe, el proyecto Zuazo-
en Sevilla. También otro para la
contacto con dos personas a quie- Jansen obtuvo el primer premio
prolongación del Paseo de la In-
126 nes
tanto debo en tal aspecto, Ma- y sirvió de pauta para mis estu-
dependencia hasta las Catedrales,
dios posteriores sobre la capital.
nuel C. Mañas y Hermann Jansen. en Zaragoza. Desde mil novecien-
Mañas era por entonces (mil nove- tos veintiuno a mil novecientos C. F.—Con posterioridad al pro-
cientos veinte) interventor general ventitrés estuve al frente de la yecto Zuazo-Jansen, usted siguió
profundizando en los diversos pro- llegar el momento de actuar so- facto. En el proyecto Zuazo-Jan-
blemas que tendría que resolver bre la realidad. sen los enlaces ferroviarios esta-
Madrid como urbe en crecimiento. ban previstos y asesorados por un
S. Z.—Así es. Una mañana del ingeniero alemán especialista en
S. Z.—Mi actividad en este sen- verano de mil novecientos treinta obras férreas que había resuelto
tido fue asombrosa. Por un lado y dos encuentro en la calle a un el problema análogo de Berlín.
formulé un vasto plan para la re- buen amigo, Carlos Montilla, di- «¿La estación de enlaces en la
forma interior de Madrid teniendo rector general de Ferrocarriles. Me plaza del Callao? ¡Pero eso es una
en cuenta el aumento de tránsito anuncia las grandes obras que va monstruosidad! Montilla: dígale a
rodado, el saneamiento de zonas a emprender el Gobierno para ali- su ministro (Prieto) que desde este
densas escasamente higiénicas, el viar el paro que ya empezaba a momento me opongo con todas
ordenamiento urbano, etcétera. ser alarmante. Entre ellas el pro- mis fuerzas a ese descabellado
Definía los períodos de ejecución yecto de enlaces ferroviarios que plan, Y que si persisten en la ¡dea
y superficies afectadas, concretan- tendría en la plaza del Callao su de llevarlo a cabo, yo mismo, con
do los presupuestos de inqresos y estación central. Me deja estupe- ayuda de la prensa y de la opi-
gastos correspondientes. Por otra
parte di a conocer todo esto a
los responsables de Madrid _ y al
público en general por medio de
folletos, publicaciones y campañas
en la prensa. Creo que la opinión
pública llegó a poseer suficientes
elementos de ¡uicio sobre el pro-
blema.
También hacia mil novecientos
treinta-treinta y uno expongo mis
¡deas sobre un plan comarcal. La
electrificación del ferrocarril había
«acercado» a Madrid toda una re-
gión y esta región debía ser pla-
neada.
En mil novecientos treinta y uno
el Ayuntamiento madrileño —era
alcalde el marqués Hoyos— se
dirige a mí en solicitud de un pro-
yecto de prolongación del Paseo
de la Castellana. Yo acoto una
zona de quinientos veinte metros
por dos kilómetros y organizo la
prolongación con una vía central
de ciento veinte metros para trá-
fico rápido y dos laterales para
servicios. A ambos lados de (a ar-
teria principal van dos fajas de
edificación de cien metros de an-
cho y al otro lado de las latera-
les otra de cincuenta metros. Para
esto tomaba como base la ley
Castellana de mil ochocientos no-
venta y cinco que permitía expro-
piar en una profundidad de cin-
cuenta metros a ambos lados de
las vías de tráfico. Las plusvalías
del terreno permitían que la em-
presa privada estuviera en condi-
ciones de llevar adelante la obra.
(Al construirse la prolongación de
la Castellana después de nuestra
guerra la plusvalía ha sido un re-
galo que ha ¡do a parar al bolsillo
de los especuladores de solares.)
Con el planteamiento que le indi-
co, Madrid hubiera tenido una ar-
teria más hermosa que la de cual-
quier otra capital del mundo. En
esta ocasión el Paseo de Recole-
tos, que considero un gran acierto,
fue en cierto modo el modelo. Se
incluía en esta zona, asimismo, una
sala de Conciertos y un Gran Tea-
tro, rodeado de jardines, con sus
aparcamientos correspondientes.
En el Ayuntamiento la minoría
socialista logra echar abajo mi
proyecto y se encarga de su rea-
lización un grupo de jóvenes ar-
quitectos municipales dirigidos por
don Luis Bellido. Estos, que pro-
curaron seguir el trazado Zuazo-
Jansen, en definitiva hicieron un
mal proyecto.
127
C. F.—Hasta el momento su ac-
tuación no pasa del campo de las
¡deas; pronto, sin embargo, iba a
nión pública, a quien informaré ta inhibía por completo su escasa
por todos los medios, nos bastare- iniciativa. Esta opinión mía se la
mos para echarlo abajo.» En el expuse a Azaña en mi única entre-
proyecto Zuazo-Jansen las esta- vista, con él en junio de mil nove-
ciones de los enlaces ferroviarios cientos treinta y dos. Fue a raíz
se escalonaban a lo largo de la de la oposición por la minoría
Castellana como, en realidad han socialista del Ayuntamiento a mi
sido construidas. plan para prolongación de la Cas-
tellana.
C. F.—¿Quién había proyectado
esa Estación Central en Callao? C. F.—¿En qué términos se des-
S. Z.—El proyecto era de Reyes, arrolló esta entrevista?
un ingeniero andaluz afincado en S. Z.—Yo había pedido al pre-
Barcelona. sidente del Gobierno una entre-
vista no protocolaria, «con tiempo
C. F.—No hace falta insistir en por delante», para exponerle mis
que el proyecto de Reyes no pros- ideas urbanísticas y económicas
peró. \ sobre Madrid. Conocía ya mi cam-
S. Z.—No podía prosperar. Se paña de «El Sol». Estaba también
trataba de un error integral. Prie- interesado en una política euro-
to conoció mi crítica y deseó co- pea y prometió apoyarme en mis
nocerme a mí. El seis de noviem- reivindicaciones. Esta entrevista y
bre de mil novecientos treinta y mi encuentro con Carlos Montilla
dos, en una entrevista que duró trajeron como consecuencia el in-
varias horas y se desarrolló den- terés de Prieto por conocerme. El
tro de su coche, le hablé de mane- paro obrero fue también, en todo
ra clara y concreta. Le dije no que esto, una enorme baza a mi fa-
me creyera, sino que se informara. vor. Había que actuar y hacerlo
Que organizara una reunión y en breve plazo. Las masas sin tra-
oyera la opinión de técnicos diver- bajo no admitían espera.
sos. Por mi parte, estaba determi-
nado a llegar hasta el final: Aquel Los Nuevos Ministerios fue la
proyecto no prosperaría. primera de las obras promovidas
por el Gabinete de Accesos y Ex-
C. F.—Parece que este tipo de trarradios. Antes de mi incorpora-
actuaciones por parte de los téc- ción se había pensado construirlos
nicos han ido siendo abando- en el solar del viejo mercado de
nadas... \os Mosteases, zona congestionada
y de superficie insuficiente. Tam-
S. Z.—El ocho de noviembre tie- bién se había propuesto un terre-
ne lugar la reunión aconsejada a no próximo a la Escuela de Inge-
Prieto. La lógica se impone. Quedo nieros de Caminos. Para mí su lo-
vinculado a la Comisión de Enla- calización estaba clara. La prolon-
ces Ferroviarios y esta Comisión gación de la Castellana hacia el
hace suyos los planes del proyec- Norte era fundamental para el
to Zuazo-Jansen de mil novecien- crecimiento de Madrid. En esa zo-
tos treinta. La Comisión de Enlaces na deberían ir situados los Minis-
Ferroviarios va a ser disuelta terios. Estaba también la viabi-
transcurrido un año, pero ya el lidad al contar con los terrenos del
gran error que hubiera supuesto antiguo hipódromo. Si en un plazo
el plan de Reyes quedaba desba- de cinco años el Ayuntamiento hu-
ratado. Del diez de noviembre de biera construido un hipódromo
mil novecientos treinta y dos es nuevo, aquel terreno hubiera sido
el decreto de constitución del Ga- suyo. Al no hacerlo así revertía
binete de Accesos y Extrarradios nuevamente al Estado.
de Madrid. Presidía el ingeniero
Sota Redondo, y yo figuraba como C. F.—La prolongación de la
vicepresidente. En definitiva, eran Castellana fue también, lógicamen-
mis ¡deas las que prevalecían en te, obra del Gabinete.
las actuaciones del Gabinete.
S. Z.—Así es. El Gobierno desea-
C. F.—Los socialistas se habían ba inaugurar esta prolongación el
opuesto a su proyecto de prolon- catorce de abril de mil novecientos
gación de la Castellana, y ahora, treinta y tres. La cosa requería
Prieto, un ministro socialista, es grandes urgencias. Me comprometí
quien le respalda en su actuación. a tener el proyecto a tiempo con
ayuda del ingeniero Torroja con
S. Z.—Prieto me respaldaba siem- quien había colaborado anterior-
pre que su partido se lo permi- mente en la obra del Frontón Re-
tiera. El socialismo español era coletos.
muy distinto al europeo de su tiem-
po. Este era un socialismo que ad- El problema de la prolongación
mitía la coexistencia con el capi- de la Castellana era para mí emi-
talismo. El socialismo español era nentemente urbano. No me plan-
por el contrario un socialismo teé un trazado y unos perfiles, sino
marxista y con él nada podía ha- la creación de un nuevo elemento
cerse. Las grandes obras que ne- que había que incorporar a la ciu-
cesitaba realizar Madrid para pa- dad y que debería estar siempre
sar de pueblo grande a metrópo- en función de ella. El quince de
lis requerían la presencia de ca- abril de mil novecientos treinta y
pital experimentado. Las empresas tres la prolongación de la Caste-
extranjeras traían, además de su llana es abierta al público.
dinero, fórmulas financieras que A todo esto yo no era un fun-
hacían posibles estas obras. El ca- cionario del Gobierno, sino un
pital español ha sido siempre de arquitecto particular al que se le
pocos vuelos y la amenaza marxis- encargaba una serie de trabajos
para ser desarrollados en su estu- ne que ir a un régimen federalista rece después desaparecerán Cibe-
dio. La oposición de los socialistas que incluiría a Portugal. Sólo con les y Neptuno y todo lo que pue-
me aparta del Gabinete de Acce- esto la descongestión de Madrid da entrar en conflicto con el trán-
sos y Extrarradios y en él, los in- se produciría de manera inevi- sito rodado. No se puede hacer
genieros reducen la prolongación table. tabla rasa con una ciudad aún en
d un problema de ingeniería. Los Nuestro crecimiento debería ha- el supuesto de que así se resol-
técnicos del Ayuntamiento, por su cerse hacia la Sierra, creando tam- vieran perfectamente los proble-
parte, hacen su plan de prolonga- bién una zona industrial hacia el mas actuales. Una ciudad es tam-
ción de la Castellana a la que pre- Jarama. Madrid englobaría la Ca- bién su historia.
tendían llevar, hasta Chamartín, sa de Campo y El Pardo, que por Pretendemos convertir la ciudad
por lo que hoy es paseo de La ser zonas propiedad del Estajo en una carretera al mismo tiempo
Habana. permitirían el ser planificadas sin que destruimos ésta. Lo más bo-
una preocupación exclusiva por los nito que tenía España no eran los
C. F.—Como final de nuestra pueblos ni las ciudades, era la
charla desearía que contestara a beneficios económicos. La Monta-
ña del Príncipe Pío y la Dehesa carretera, y estamos matando la
unas preguntas sobre Madrid. carretera y aniquilando su belleza.
¿Cree usted que Madrid es una parece que se destinarán a zona
verde. Esto me parece una medida Ahora debía ser estudiado el
ciudad que puede «salvarse» aún Madrid de los cinco o siete millo-
urbanísticamente? En caso afirma- muy positiva.
nes, cifras a las que se llegará
tivo, ¿cuál sería en su opinión un Habría que remodelar toda la antes de lo que pensamos. El pro-
plan de acción eficaz? zona interior congestionada que blema económico de la ciudad es
S. Z.—Madrid «tiene arreglo» hoy no sirve ni como vivienda ni también fundamental y parece que
aunque, eso sí, no es fácil encon- como calle. Esto es urgentísimo no es tenido en cuenta. Madrid no
trar la solución. Para enfocar sus porque está aprobada la estructu- tiene ingresos, vive del Estado. Es-
problemas yo organizaría como ra subterránea y aún no se sabe to es grave.
primera medida unas conversacio- cómo estará ordenado lo que se
nes con asistencia de cuatro o cin- encuentre en la superficie. C. F.—¿Qué piensa del futuro
co técnicos extranjeros de talla. Los problemas de tráfico son im- centro comercial de la Castellana?
Creo que el asunto es tan comple- portantes y hay que resolverlos, S. Z.—Me parece un disparate
jo que una persona sola quedaría pero no son únicos en la ciudad. monstruoso y un fracaso econó-
desbordada. Tampoco, francamen- Hay que considerarlos pensando mico. Obedece a una copia de la
te, veo que los profesionales espa- siempre en el conjunto. Primero es vida americana. Pero no es así
ñoles podrían llevar la cosa a feliz la ciudad, y en ella, como uno como vivimos en España. Tiene
término. Así, convocar a una serie de sus problemas, el tráfico. Los vida una calle comercial como
de técnicos de altura y celebrar problemas de la circulación son Serrano, hoy revalorizada en ese
amplias reuniones de trabajo para ios que más se ven y por esto pa- sentido, porque su existencia no es
situar la cuestión es lo primero recen los más importantes, pero de ahora. Había una base sobre
que yo haría. Después de trazado piénsese en la red de desagües, la que apoyarse. Otro error, en
un plan general los problemas se por ejemplo. La mayor parte de mi opinión, es el gran bloque de
irían resolviendo gradualmente. los servicios subterráneos de Ma- propiedad horizontal individual.
Creo que una solución para Ma- drid son inservibles. Yo defendí Creo que será de funestas conse-
drid tiene que estar supeditada a la permanencia de la plaza de Co- cuencias, dada la insularidad del
una solución nacional. Españq tie- lón porque si esta plaza desapa- carácter español.
— LIBROS
BEDFORD BY THE RIVER. M a x Lock (FRIBA, M T P I ) Gerald King (ARIBA,
M T P I ) David G r o v e , BA (OXON). Editado p o r John M u r r a y , L o n d r e s , 1952.
Los autores del presente libro, su ner; planear una nueva carretera N o obstante, su equipo material
preocupación por aquellos proble- para proporcionar acceso desde la no ha alcanzado el «standard» re-
mas que la conservación y remo- plaza de St. Paul a la parte pos- querido para proveer sus actua-
delación de una ciudad plantean. terior del centro comercial y nue- les necesidades.»
Las primeras páginas ofrecen vo aparcamiento; completar el Este capítulo comienza por la
una breve introducción histórica sistema central de comunicaciones consideración de los rasgos físi-
de la ciudad. en el centro de la ciudad; esta- cos del distrito. Continúa con una
blecer una nueva estación de au- breve historia de Bedford, no de
PROPÓSITOS tobuses próxima al centro co- los edificios históricos, aconteci-
mercial y administrativo; edificar mientos del pasado o personali-
«El presente estudio para Bed- nuevos lugares de reuniones pú- dades que allí vivieron, sino de la
ford busca acentuar sus rasgos blicas y oficinas administrativas ciudad como conjunto, expresión
sobresalientes y mitigar sus pro- para el Condado, así como cen- física de sus calles, espacios abier-
pios defectos. Así se resolverán tros sociales; construir un centro tos, áreas industriales, interrelacio-
ios problemas que se han presen- cultural y de recreo ¡unto al río, nes entre estos factores, así como
tado en la actualidad, debido, so- incluyendo un nuevo cine, teatro, contexto ciudadano y urbano.
bre todo, a la expansión desequi- piscina cubierta y restaurante; es- La ciudad de Bedford se encuen-
librada de los últimos setenta años, tudiar nuevamente el mercado de tra a unos 80 kilómetros de Lon-
haciendo homogéneo su creci- productos agrícolas, con posible dres, siendo Cambridge el núcleo
miento en los próximos veinte.» aparcamiento para 250 vehículos; de mayor influencia. El Condado
Bedford es una ciudad dedicada a aumentar la capacidad del anti- es rico en productos agrícolas. So-
la industria manufacturera y pro- guo aparcamiento en el centro; lamente las industrias derivadas
orciona por igual puestos de tra- aumentar el área industrial exis- de la extracción de arcillas, tales
ajo a hombres y mujeres. El co- tente con la inclusión de nuevas como fábricas de ladrillos y ce-
mercio y los negocios se mezclan factorías y aprovechamiento ade- mentos, están basadas en sus re-
asimismo en parecida medida. cuado de los actuales espacios cursos naturales. La región se apo-
Al abordar el estudio de Bed- existentes destinados a tal efecto; ya económicamente en sus ex-
ford encontró el equipo de Max demoler 1.300 viejas casas y la traordinarias posibilidades de mer-
Lock las siguientes interesantes mayor parte de las más deterio- cado más que en las de tipo in-
ventajas: atmósfera de amistad radas; reconstruir estas zonas, pre- dustrial.
entre sus moradores; numerosas viamente desocupadas, aptas para Los servicios de la ciudad abas-
tiendas y oficinas administrativas; el nuevo planteamiento urbano tecen, aproximadamente, al doble
el río Ouse como elemento pro- de la ciudad. Dotar de un mayor de la población; es por esto que
veedor de grandes posibilidades número de parques a aquellos sec- adquiere especial importancia el
deportivas, creando espacios tores que en este momento care- planteamiento generoso de servi-
abiertos dentro del corazón de la cen de ellos, así como jardines pú- cios y dotaciones.
ciudad; variedad de servicios e in- blicos y campos de deporte para
niños y adultos; hacer más amenas Bedford es el límite de la nave-
dustrias; fuerte raigambre cultu- gación por el río Ouse. Por este
ral; carencia de urbanizaciones las áreas próximas al río, favo-
reciendo su mejor uso; acomodar motivo, en el siglo X se conver-
densas; mutua interdepedencia en- tiría en una de las más importan-
tre la población rural y urbana; si- los 73 nuevos grupos escolares
que con anterioridad habían sido tes plazas de mercado. Este aspec-
tuación de privilegio dentro del to se irá desarrollando hasta
Condado y particularmente muy solicitados; proveer el adecuado
número de locales de tiendas, así nuestros días, llevando consigo el
buenas comunicaciones con Lon- aumento progresivo de población,
dres y Midland. como de los correspondientes de
recreo. produciéndose la explosión de-
Entre los inconvenientes po- mográfica en el siglo XIX, donde
drían citarse: rápido crecimiento, Se estudia el problema de la el crecimiento es tres veces supe-
congestión en zonas comerciales congestión del tráfico como con- rior al promedio general en Ingla-
y demás servicios públicos, des- secuencia del continuo crecimien- terra y Gales. Los actuales estu-
igual y distante situación de las to, el de enlaces en el interior de dios de las pirámides de crecimien-
estaciones de ferrocarril, subsue- la ciudad, y sus relaciones con to muestran, asimismo, el gran des-
lo inseguro y poco apto para la las comunicaciones exteriores tan- equilibrio que se ha producido en
construcción, río y vías férreas to por carretera como por ferro- los últimos cuarenta años.
como barreras que obstruyen el carril; el aumento de factorías El carácter de la ciudad en el
fácil cruce de ciudad, carencia en Bedford, debido a la política presente no es consecuencia de un
de adecuadas instalaciones en londinense de segregación indus- plan estudiado. Se ha desarrolla-
algunas urbanizaciones de la zona trial. Oxford, Cambridge y Luton, do sin control alguno. Por este mo-
Sur, como consecuencia de la gue- ciudades que circundan a Bedford, tivo se pretende hacerle útil a la
rra. se hallaban ya saturadas. La ciu- comunidad cada metro cuadrado
Los propósitos fundamentales se- dad es dividida en pequeños sec- de terreno. Grandes cambios se
guidos en el estudio fueron: cons- tores para ordenar el estudio de seguirán produciendo en el futu-
truir la carretera del Oeste para servicios. Escuelas, iglesias, par- ro. Las ciudades son tan variadas
liberar el centro de la ciudad del ques, lugares de recreo, tiendas, como la gente que en ellas habi-
tráfico Norte-Sur, rodeando las etcétera, quedarán repartidos en- ta. Bedford podría ser considera-
vecindades del Oeste y Sur. Atraer tre las ocho zonas naturales que da como una ciudad de clase me-
todo el tráfico del Sur hacia la se advierten en su primer sondeo. dia, ciudad diversa, no tan peque-
ciudad, a través de la carretera ña para aquellos ciudadanos que
de Ampthill; proyectar tres nue- BACKGROUND desean ir de compras o a diver-
vos cinturones que rodeen los ba- tirse, como para los que sólo ha-
rrios extremos, creando un nue- «Aunque no ha habido mayores cen de ella un lugar de trabaio.
vo puente de acceso en la zona cambios en el balance de las fun- El área actual de construcción de-
Este del centro de la ciudad; du- ciones desde 1900, ha sido sor- bería ser aumentada. Siete mil per-
plicar la espina central, reconsi- prendente la transformación en la sonas están esperando ser acogi-
derando la unión de Willmer's Cór- constitución física de la ciudad. das dentro del distrito. Las malas
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6 ARPROACH
ROAá
\ yy
WESTERN
\ // .' RELIEF ROAD
1111
"••" Carreteras propuestas.
TOO • • # # • # • vías existentes formando parte de nuevas rutas para ciclistas y peatone
jü^f Nuevos puentes propuestos sobre el río y el ferrocarril. Remodelamiento propuesto para
el centro de la ciudad. •
Kf-ri vvvri»
••» TI
>«1 Publu Buildm
Mat-R of \sserahK
Profwvd Sh.sps
m %*+ fe.
i*S *sy^
condiciones del subsuelo dificul- EL CENTRO DE LA CIUDAD servicios comunitarios, tales como
tan los anhelos de nuestro proyec- transportes, comedores, instalacio-
to. El estudio adecuado del terre- «La forma de remodelación y nes, etc. Los productos del campo
no, alternando convenientemente reparación en el antiguo centro quedarían subordinados a la nue-
su uso, permitiría el hacer com- ha estado principalmente condi- va estación de autobuses.
patibles de la forma más aprove- cionada por las necesidades de El planteamiento general del
chable los diferentes usos urba- crecimiento industrial, negocios y plan sería realizado en varias
nísticos, por una parte, y de cam- administración, así como por el etapas sucesivas, sin perturbar las
pos de cultivo y explotaciones tráfico que las sirve. El estudio relaciones existentes entre los em-
agrícola, por otra. Elstow y Bid- gradual del corazón central como plazamientos de viviendas y la
denham son dos pequeños núcleos conjunto es una tarea ingente, colocación de sus servicios, en
residenciales que Bedford podría pero necesaria.» función de sus propios usuarios.
absorber. No hay razones físicas En la actualidad, un fuerte caos
TRABAJO
para no hacerlo. En un principio se aprecia en el corazón de la ciu-
quedarían separados por un den- dad, muy heterogénea en su mez- «La expansión industrial de
so cinturón verde. El desarrollo cla de usos. Bedford ha sido continua y aún
concéntrico es imposible en los Se propone: Mantener el centro no ha alcanzado su final. La ciu-
sectores que son bañados por el en su actual emplazamiento, con dad posee un emplazamiento
río, dado el peligro que éste re- posible expansión hacia el Oeste. ideal para albergar las factorías
presenta por sus periódicas inun- Proveer al centro de sus corres- segregadas de Londres.»
daciones. La expansión lineal en pondientes aparcamientos. Abrir Los habitantes de Bedford dis-
dirección única es menos intere- espacios en las zonas Norte y Sur ponen de las más variadas for-
sante para la agricultura. N o obs- para su especial dedicación a jar- mas de trabajo. Esto es debido
tante las distancias límites no son dines, edificios públicos y lugares principalmente a la variada gama
excesivas con respecto al centro, de recreo. Desarrollar y recons- de posibilidades como centro de
lo que permite una mayor elasti- truir las áreas comprendidas entre administración, comercio y educa-
cidad en el planteamiento. Se pro- Midland Road, Bromham Road y ción. Sin embargo, no se puede
ponen nuevas carreteras y puentes Tavistock Street. Adecuar oficinas, considerar a Bedford como una
de acceso, facilitando su recorri- tiendas, almacenes, etc., a sus co- ciudad industrial. La industria ma-
d o ; nuevas instalaciones eléctri- rrespondientes funciones. nufacturera es hoy la más impor-
cas, de gas y todo tipo de servi- El actual centro tiene la ventaja tante, siendo al menos la mitad
cios e instalaciones canalizadas. de ser compacto y ocupar un lu- de la población dependiente de
Bedford seguirá teniendo el mis- gar central en el conjunto de la una manera más o menos directa
mo carácter, incluso cuando al- ciudad. de este tipo de industria.
cance los 80.000 habitantes que Los principios que se seguirían La estructura industrial afecta
se prevén. En ningún momento se en este centro podrían ser: Vías principalmente a la población de
sacrificarán aquellos valores por exclusivas de peatones. Aparca- Bedford y Kempston. Hombres y
los que el ciudadano se siente or- mientos y accesos de servicio en mujeres jóvenes, en parecida pro-
gulloso de su ciudad. la parte posterior de las tiendas. porción, se reparten los variados
Independencia total de locales tipos de trabajo en la agricultura,
comerciales con respecto a otros fábricas, transportes y otros ser-
CARRETERAS Y FERROCARRILES usos. Sería, en definitiva, un com- vicios públicos. Las mujeres en-
plemento del actual. cuentran con más facilidad pues-
«Las proporciones proyectadas Los aparcamientos se incremen- tos de trabajo en los sectores ad-
para resolver los problemas de trá- tarían en un 100 por 100. ministrativos, centros de educa-
fico en el presente y futuro de Sin lugar a duda, el elemento ción e industrias manufactureras.
Bedford deben ser dirigidos hacia condicionante de la estructura de
la ciudad es el río Ouse. Parques «BARRIOS - VECINDADES»
los siguientes fines: desviación del
tráfico en las calles centrales; co- a su alrededor, aumento de sus «Los servicios del barrio no pue-
nexión con las carreteras radiales, posibilidades recreativas, diversio- den ser simplemente planeados di-
y aumento ordenado de circula- nes de todo tipo, restaurantes y vidiendo la ciudad en áreas de
ción en el centro de la ciudad.» otros servicios serían el comple- igual población, sino considerando
N o se estima conveniente el ha- mento ideal de esta importante las características sociales y físicas
cer variar el trazado de las vías barrera. de sus diferentes partes.»
de ferrocarril aunque son éstas La plaza de St. Paul agrupa to- Hasta ahora se ha considerado
precisamente las que, ¡unto con el dos los elementos del centro ad- esta ciudad como lugar de traba-
río, dificultan considerablemente ministrativo: Juzgado, Ayuntamien- jo. Se analizará ahora como lugar
las conexiones con el área cen- to y oficinas municipales y del habitable.
tral. Son estudiadas estadísticamen- Condado. En Bedford, las barreras físicas
te y nuevas normas de veloci- Generalmente, ninguno de es- y los contrastes sociales entre los
dad se adoptarán para el casco tos edificios puede absorber el diferentes barrios, han caracte-
urbano. volumen de trabajo existente. Ca- rizado los diversos sectores de la
Bedford ha sido de siempre el recen, por otra parte, de espacio ciudad. En un principio se tomó
foco de comunicaciones del distri- suficiente de aparcamiento. Se es- como base para dividir la ciudad,
to. Sus carreteras y ferrocarriles tima conveniente un reajuste de la agrupación por zonas de acuer-
conectan prácticamente con toda espacios para estos mencionados do con la similitud de las casas,
la geografía británica. De igual lugares. Se conservaría su actual igualdad en el carácter de las
manera la red regional, dada su emplazamiento y se sometería a tiendas, uso parecido de servicios,
amplitud, facilita a los habitantes los edificios a un proceso de re- etcétera. Estas divisiones fueron
de sus contornos las posibilida- modelación. realizadas antes de un estudio
des de trabajo, comercio, educa- Se prevén para la industria nue- analítico y riguroso. Posteriormen-
ción y diversiones. Estudios deta- vos emplazamientos, en estrecha te, una detallada investigación so-
llados del flujo de trabajadores relación con la línea de ferroca- ciológica de las personas y s u s
que diariamente cumplen sus ser- rril que une Bedford con Cam- formas de vida dio conclusiones
vicios en Bedford, así como los bridge, lo que sería una mayor similares.
estadísticos de focos de atracción unión a estos servicios al formar El área total se dividió en «uni-
dentro del casco urbano, han ser- un grupo compacto y ordenado dades-calle». De cada calle se re-
vido de base de partida para que en la actualidad no lo es. cogía la siguiente información:
cambiar sus antiguas vías de pe- Sacando de su actual contexto la número de casas, edad, tipo, con-
netración y distribución. Como con- pequeña y dividida industria po- dición, número de cuartos habi-
secuencia surgirá el replantea- drían ser aprovechados los terre- tables, número de individuos com-
miento de la estación de servicios nos desocupados por nuevos nú- prendidos entre 0-4 años, 5-18 y
públicos de transporte y amplia- cleos residenciales. La distribución de 19 en adelante. Las viviendas
ción de los aparcamientos ya exis- en zonas nos daría como conse- así clasificadas se agruparon en
tentes. cuencia una mayor agrupación de diez tipos.
El mercado semanal en
Otra forma de clasificación fue su adecuación al emplazamiento, Objeto de turismo, deporte, d'h
establecida en función de su es- distinguiendo tiendas que forman versión y descanso es el río Ouse
tructura, cubiertas, iluminación, for- ya parte de peaueños centros co- en Bedford. Sin embargo, sus cre-
ma de acceso, jardines, etc. merciales y aquellas otras que eran cidas e inundaciones que con pe-
El objeto de este sondeo era consideradas como independien- riodicidad se producen, son cir-
conocer el número de viviendas tes. Se nota que la zona colindan- cunstancias de especial interés en
que debería ser demolido, limpian- te con la carretera de Londres po- sus límites de influencia sobre la
do estas zonas posteriormente y see un núcleo comercial compac- población. En el año 1947 se pro-
habilitándolas a continuación para to. No así la de Elstow. Se deduce dujo una catastrófica inundación
nuevas edificaciones. la necesidad de un centro comer- que aún hoy no podría ser evi-
El orden de preferencia esta- cial en este último. La disposición tada en el caso cíe que aquellas
blecido para su demolición fue: en los nuevos barrios estará basa- circunstancias se repitieran.
En un primer período se derriba- da principalmente en el concepto El proyecto de rehabilitación del
rían aquellas viviendas que, ha- de centro comercial. río supondría un gran desembolso
llándose en mal estado, su densi- Especial interés se observa en el económico y políticamente impo-
dad fuera superior a 300 habita- tratamiento de los locales y cen- sible por el momento. Sólo, pues,
ciones por hectárea. A continua- tros de reunión, tales como clubs, bastará por ahora su adecuación
ción serían tratadas aquellas que sociedades culturales, recreativas, a las necesidades de la ciudad
se encontraran en un pobre esta- y locales que poseen licencia para como su principal suministrador de
do de conservación y con difícil expender licores y bebidas alco- agua.
acceso. Por último se considera- hólicas. «TOWNSCAPE»
rían las que estando en buen uso,
«EL RIO»
su densidad superara las 300 habi- «Es el armonioso grupo de tan
taciones por hectárea. «El caudal del río Ouse fluctúa diferentes elementos lo que hace 135
El peldaño inmediato en este variablemente, pudiéndose incre- de esta ciudad un lugar de belleza
estudio alcanza hasta el tratamien- mentar su volumen hasta un 100 singular.»
to de las tiendas. Se observa por 100.» Este trabajo no ha incluido el
diseño de edificios individuales,
pero, en todo momento, las cons-
tantes del paisaje y el entorno han
estado presentes en sus decisiones.
(No se olvide que esta región es
lugar de procedencia del grupo
Max Lock), hasta ahora se había
analizado la ciudad en sus más
diversos aspectos. Consideraremos
ahora su carácter externo, su fiso-
nomía de ciudad.
Aún está presidido el casco de
la ciudad por algunas leves mues-
tras del antiguo recinto amuralla-
do. Pocos restos de la época nor-
manda se conservan, siendo las
iglesias del siglo XVII los rasgos
más sobresalientes. St. Paul se alza
con aire de catedral, honor que
a punto estuvo de alcanzar. Su
espectacular aguja de coronación
es familiar guía desde cualquier
punto de la ciudad. En el área
central los estilos Regencia y Vic-
toriano se mezclan con otros ejem-
plos Georgianos. Es High Streei
la arteria del centro urbano. En
esta calle se mezclan los más di-
versos estilos. Su conjunto global
Cardington Road y El Puente, dos aspectos característicos de Bedford. es de amable belleza, que se des-
vanece, sin embargo, al analizar
por separado sus elementos. Defi-
ciente política urbanística ha presi-
dido los últimos años de actividad
creadora. Derribos injustificados
han ido minando el carácter de la
ciudad. En la mente de los autores
de este libro se encuentra la con-
servación del ambiente histórico
que no hace tantos años aún se
respiraba. Mili Street, Tavislock
Street, las iglesias de Kimbollon
Road, Dame Alice Street, y otros
muchos sectores de Bedford son
clara muestra de esa conjugación
armoniosa de estilos diversos.
Con el estudio detallado de jar-
dines públicos, zonas verdes y
arbolado, así como consideracio-
nes sobre el valor cromático del
conjunto, concluye la presente
obra, realizada por estos urbanis-
tas ingleses ya por los años cin-
cuenta.
CONRADO MORENO
D3
Establecimiento comercial dedi-
cado a venta y exposición de te-
rrazos prefabricados ocupando
planta baja y sótano. La madera
ha sido usada como único mate-
rial de revestimiento. Gran mar-
quesina exterior frenteada de
acero inoxidable. El arquitecto ha
diseñado también el anagrama,
papel para la correspondencia,
facturas, etc.
RESUMEN INFORMATIVO
247.000 VIVIENDAS DE RENTA LIMITADA Y tercera categoría para las empresas industriales,
1 SUBVENCIONADAS SERÁN CONSTRUIDAS agrícolas o comerciales y que sean construidas con
ESTE A Ñ O destino a sus empleados. Las empresas podrán ob-
tener préstamos por vivienda de 75.000 pesetas.
Noventa y siete mil viviendas de renta limitada y SUBVENCIONADAS: El cupo señalado para esta
ciento cincueta mil subvencionadas podrán ser cons- clase de viviendas es de 150.000, distribuidas del si-
truidas durante el presente año, según orden de guiente modo: 25.000 por inmobiliarias reguladas por
Ministerio de la Vivienda. orden ministerial de 5 de noviembre de 1955; 125.000
Dichas cifras totales de viviendas que podrán ser viviendas por promotores no incluidos en aquella
promovidas durante 1968, se desglosan del siguiente orden.
modo:
Si el número de viviendas solicitadas en cada pro-
RENTA LIMITADA: Grupo I a) 15.000 viviendas des- vincia excediera al asignado, se seleccionarán las
tinadas a sociedades inmobiliarias reguladas por la solicitudes atendiéndose a su mayor interés social,
orden ministerial de 5 de noviembre de 1955; b), según el siguiente orden; viviendas destinadas a al-
57.000 para los promotores no incluidos en aquella quiler, acceso a la propiedad o promovidas para
orden. asociados; viviendas destinadas a venta.
Grupo II a), 15.000 viviendas de tercera categoría Si las circunstancias fueran idénticas, se resolve-
para construir en los polos de promoción y de des- ría mediante sorteo.
arrollo, en comarcas más necesitadas por edificios En las solicitudes para construir viviendas del gru-
ruinosos o por chabolismo, o promovidas por enti- po I de renta limitada, el promotor habrá de de-
dades benéficas. Para la construcción de estas vi- clarar el precio máximo de venta o importe del ac-
viendas se concederán préstamos que no podrán ceso a la propiedad o, finalmente, el importe del
exceder de 150.000 pesetas; b) 10.000 viviendas de alquiler.
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