El Teatro de la Vivencia se caracteriza por la representación en el aquí y ahora de unas
circunstancias “como si” estuviesen sucediendo realmente. La actriz, el actor, se entrega a la
experiencia física, emocional y mental del personaje que ha de interpretar, viviendo una realidad (conflictos, deseos, sucesos pasados…) “como si” se tratase de la suya propia, pero sabiendo que no lo es. Esta ficción es la base del juego teatral que hace posible la experiencia terapéutica, ya que permite que la persona explore un universo diferente al suyo habitual. Puede reír, llorar, gritar, bailar, seducir, mentir, amenazar, suplicar, presumir… hacer y ser más allá de la estructura costumbrista en la que vive.