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UNIDAD 1
Michel Fize
Los adolescentes
Introducción
La adolescencia empieza cada vez más temprano y termina cada vez más tarde
El autor comienza refiriéndose a distintos estudios que apuntan al inicio más temprano
de la pubertad. Esto estaría relacionada a una mejor calidad de vida, por ende y
sobretodo una mejor alimentación.
Según la mayoría de los especialistas la edad de la pubertad llega más temprano que
antes: se han “ganado” de 3 a 5 años en un siglo.
Basándose en esta supuesta precocidad de la pubertad, algunos autores han llegado a
afirmar que esta transformación tiende a adelantarse aproximadamente cinco meses
antes cada diez años. Una mejor alimentación y mejores condiciones generales de vida
podrían explicar estos “avances”. En realidad, este adelantamiento de la pubertad es
muy discutible, o cuando menos exagerado. Buffon, seguido por Rosseau, fue uno de
los primeros en mostrar que la edad de la pubertad variaba más bien en función de los
pueblos, los climas, los medios sociales… así como la alimentación.
Vemos también que la entrada en la pubertad de las muchachas siempre ha sido y sigue
siendo mas precoz que la de los chicos (Buffon). En la actualidad, se estima que una
pubertad “normal” empieza a los 13 años para el muchacho y a los 11 años para la
muchacha, y dura, en promedio, de dos a tres años.
Al fin y al cabo, poco importa que exista o no una precocidad de la pubertad, puesto que
de todas maneras la adolescencia actual se inicia antes de la aparición de los caracteres
sexuales secundarios.
Se trata de un universo valorizado y valorizante: el de las marcas, de las libertades para
salir… De ahí la reivindicación de una adolescencia que permite escapar del mundo
estrecho y poco glorioso de la infancia.
De modo que los signos precursores de la adolescencia, contrariamente a la idea
preconcebida, no son propios de la pubertad sino culturales. Sí, si asimilamos
adolescencia y juventud. De hecho, la mayoría de los especialistas no distingue las dos
edades, no obstantes, los psicólogos prefieren hablar de adolescencia y los sociólogos
de juventud, a la que definen como la etapa del ciclo de vida en la que el sujeto sigue
siendo dependiente en todos los aspectos: cívico, residencial, y económico.
Se puede considerar que la salida de la adolescencia coincide con el final de la
preparatoria (que de por si suele corresponder con la mayoría de la edad civil). En
efecto, con la entrada a un nuevo mundo (universitario para unos, profesional para
otros) se entablan nuevas relaciones con los demás, se tiene otra percepción de sí
mismo; en resumen, se inicia una nueva edad: la de la juventud.
Entonces ¿Cómo establecer una frontera entre la juventud y la edad adulta? Cuando se
accede a la responsabilidad social al vivir con una pareja duradera y a la autonomía
financiera al tener un trabajo estable (lo que anteriormente ocurría entre los 20 y 25
años). Para algunos autores lo que determina realmente el paso a la edad adulta es más
bien el hecho de volverse padre a su vez.
En resumen, la transición hacia el mundo adulto se hace hoy de manera progresiva,
caótica, lo que, en última instancia, acaba por poner en tela de juicio la noción de
“adulto”.
Rice
Diferentes enfoques:
VISIÓN BIOLÓGICA
Gesell intentó tener en consideración las diferencias individuales, aceptando que cada
niño nacido es único, con sus propios ´´factores genéticos o constitución individual y
secuencias de maduración innatas´´. Enfatizó que ´´la influencia de la cultura nunca
puede trascender a la maduración´´. De todas formas a pesar de su intención de
reconocer diferencias individuales él consideraba que muchos principios, tendencias y
secuencias eran universales para los humanos.Este concepto contradice parcialmente los
hallazgos de la antropología cultural y la psicología social y educativa, que destacan las
diferencias individuales determinadas de forma significativa por la cultura.
Una de las críticas principales al trabajo de Gesell está relacionada con su muestra. El
elaboró sus conclusiones a partir del estudio de chicos y chicas de New Haven,
Connecticut, con un estatus socioeconómico desfavorable. Sostenía que tal muestra
homogénea no conduciría a generalizaciones falsas.
VISIÓN PSICOANALÍTICA
Sigmund Freud
Freud: medico vienés interesado por la neurología, el cerebro y los trastornos nerviosos.
Creador de la teoría psicoanalítica, su hija Anna Freud fue quien aplicó esta teoría a los
adolescentes. Describió la adolescencia como un período de excitación sexual, ansiedad
y en ocasiones perturbación de la personalidad. De acuerdo con Freud la pubertad es la
culminación de una serie de cambios destinados a terminar con la sexualidad infantil.
Durante la infancia, el placer está vinculado con actividades orales (estadio oral). El
objeto sexual, está fuera de su propio cuerpo, gradualmente, el placer, se vuelve
autoerótico; la satisfacción se obtiene a través de actividades desarrolladas por sí
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PSICOLOGÍA EVOLUTIVA DE LA ADOLESCENCIA Y LA JUVENTUD
mismos. En torno a los dos o tres años de vida, el interés se centra en el placer por
actividades anales y de eliminación ( fase anal). A este período, sigue gran interés por el
propio cuerpo y los propios órganos sexuales (fase fálica). Desde los seis años (aprox.)
hasta la pubertad, inicia la etapa de latencia, donde los intereses sexuales disminuyen la
intensidad dando lugar a relación con otras personas que ayudan y satisfacen el afecto.
Freud destacó dos elementos importantes en el objetivo sexual del adolescente, con
algunas diferencias entre hombres y mujer:
Hombre Mujer
Freud también destacó que una vida sexual normal está asegurada sólo cuando hay una
convergencia entre el afecto y la sensualidad, estando ambos dirigidos hacia el objeto
sexual. El deseo combinado de verdadero afecto y de descarga de tensión sexual son las
necesidades subyacentes que motivan a los individuos a buscar un objeto de amor.
Anna Freud
Anna Freud entendía al Yo como la suma de los procesos mentales que tienen la
función de salvaguardar la función mental. El Yo es el poder evaluador, razonador, del
individuo. Por superyó , Anna Freud entendía el yo-ideal y la conciencia que proviene
de la adopción de los valores sociales del progenitor del mismo sexo. En consecuencia,
el renovado vigor de los instintos en la adolescencia desafía directamente las
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PSICOLOGÍA EVOLUTIVA DE LA ADOLESCENCIA Y LA JUVENTUD
Anna Freud creía, sin embargo que la armonía entre el ello, el yo y el superyó era
posible, y ocurre finalmente en la mayoría de los adolescentes. Este equilibrio se
consigue si el superyó se desarrolla lo suficientemente durante el periodo de latencia –
pero no inhibe demasiado los instintos, lo que causaría un sentimiento de culpa y una
ansiedad extremos- y si el yo es suficientemente fuerte y sabio para mediar en el
conflicto.
VISIÓN PSICOSOCIAL
La tarea global del individuo es adquirir una identidad individual positiva a medida que
avanza de una etapa a la siguiente.
Para Erikson la adolescencia es una crisis normativa, una fase normal de conflicto
incrementado, caracterizada por una fluctuación en la fuerza del yo.
7 conflictos de Erikson
Parece que las identidades físicas y sexuales son las primeras en establecerse. En la
adolescencia temprana, los jóvenes se preocupan por su imagen corporal antes de
desarrollar interés por escoger una vocación o examinar sus valores morales e
ideologías.
Formar relaciones nuevas y más madurez con los iguales de ambos sexos:
los adolescentes deben cambiar su interés por las personas del mismo sexo y
sus juegos de la niñez por el establecimiento de amistades heterosexuales-
Llegar a ser un adulto significa también aprender habilidades sociales y las
conductas requeridas en la vida en grupo.
La teoría de Kurt Lewin sobre el desarrollo del adolescente esta esbozada en su artículo
fieldtheory and experiment in social psychology: concepts and methods. Su teoría de
campo explica y describe la conducta de los individuos adolescentes en situaciones
específicas.
El concepto fundamental de Lewin es: ´´esa conducta (C) es una función (f) de una
persona (P) y de un entorno (E)´´. Para comprender la conducta de un adolescente, se
debe tener en cuenta la personalidad del individuo y su entorno como factores
independientes. La suma total de todos los factores ambientales y personales en
interacción se denomina espacio de vida (Ev) o espacio psicológico.
La conducta es una función del espacio de vida, C = f (Ev), lo que incluye factores
físico-ambientales, sociales y psicológicos tales como las necesidades, motivos y las
metas, todos los cuales influyen sobre la conducta. La teoría de campo de Lewin integra
los factores biológicos y ambientales en la conducta sin intentar juzgar cuál de ellos
tiene mayor influencia.
Esta teoría asume tanto las diferencias en personalidad como las culturales, lo que da
cuenta de amplias variaciones individuales en la conducta.
VISIÓN COGNITIVA
C
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PSICOLOGÍA EVOLUTIVA DE LA ADOLESCENCIA Y LA JUVENTUD
E R
Se tiene en cuenta la cognición como todo aquello no observable por la mente, todos los
procesos, actividades y unidades. Lo interesante a la hora del estudio del desarrollo
cognitivo es el estudio de cómo cambian estos procesos mentales con la edad.
Piaget mostro que desde el nacimiento mismo, las competencias intelectuales sufren un
continuo desarrollo que nunca acaba. Piaget no enseño que el desarrollo cognitivo es el
resultado combinado de las influencias del entorno, la maduración del cerebro y el
sistema nervioso. Utilizo cinco términos para describir la dinámica del desarrollo:
adaptación, asimilación, acomodación, equilibrio, esquema.
Esquema: representa los patrones originales del pensamiento, o las estructuras mentales
que la gente utiliza para enfrentarse a los sucesos del entorno. (Por ej.: cuando los niños
ven algo que desean, aprenden a darle alcance y tomarlo. Crean un esquema que es
necesario en la situación).
Por ejemplo, los niños pueden ver perros de diferentes tipos (asimilación) y aprender
que a algunos se les puede acariciar sin peligro y a otros no (acomodación).
¿Qué relación existe con otras capacidades cognitivas, tales como las habilidades
intelectuales, morales y la resolución de problemas sociales? La persona que tiene
habilidades intelectuales superiores para la resolución de problemas no tiene
necesariamente habilidades superiores para la resolución de problemas sociales.
I. Etapa egocéntrica indiferenciada de (de 3 a 6 años). Hasta cerca de los 6 años, los
niños no pueden hacer una distinción clara entre su propia interpretación de una
situación social y el punto de vista del otro, ni pueden comprender que su propia
concepción pueda no ser correcta.
II. Etapa de toma de perspectiva diferencial o subjetiva (6 a 8 años). Los niños a esta
edad desarrollan un conocimiento de que los otros pueden tener una perspectiva social
diferente, por tienen una escaza comprensión sobre la razones de los puntos de vista de
los otros. Son capaces de inferir las intenciones y los pensamientos de otras personas,
pero basan sus conclusiones en observaciones físicas que pueden no ser correctas, sin
darse cuenta de que las personas pueden esconder sus verdaderos sentimientos.
IV. Etapa de la toma de perspectiva mutua o de una tercera persona. Los niños pueden
ser sus propias perspectivas, las de sus compañeros, así como las de una tercera persona
neutra. Como observadoras en tercera persona, pueden contemplarse a si mismo como
objetos y como sujetos. Pueden comprender una perspectiva más generalizada que
podría ser percibida por la mayoría de un grupo. La amistad ya no es rascarse la espalda
mutualmente, sino una serie de interacciones a lo largo de un amplio periodo de tiempo.
Se considera que los conflictos emergen a partir de las diferentes características de
personalidad.
Durante la adolescencia, el individuo puede cambiar hacia un nivel aun mas alto o mas
abstracto en la toma de perspectiva interpersonal, lo que implica la coordinación de
todas las perspectivas ajenas posibles: una perspectiva social. Además, el individuo se
hace consciente de que la idea de la ley y moralidad como sistema social depende de la
perspectiva de grupo consensuada.
La teoría de Selman supone una perspectiva que va más allá de los aspectos limitados a
la vertiente cognitiva del aprendizaje, orientándose hacia la inclusión del conocimiento
interpersonal y social-cognitivo.
El microsistema. Las influencias más inmediatas sobre el adolescente están dentro del
microsistema e incluyen aquellos con los que tienen contacto inmediato. Para la
mayoría de los adolescentes, la familia inmediata es el microsistema principal, seguido
de los amigos y la escuela. Los microsistemas cambian cuando los adolescentes entran o
salen de diferentes contextos sociales. Por ejemplo, el adolescente puede cambiar de
escuela, dejar de ir a la iglesia o a la sinagoga, abandonar algunas actividades y unirse a
otras. En general, el microsistema de los iguales aumentan en influencia durante la
adolescencia, proporcionando refuerzos poderosos en términos de aceptación,
popularidad, amistad y estatus.
que los niños agresivos no tienen relaciones cercanas con sus progenitores,
especialmente con el padre, su desarrollo de la conciencia se ve perjudicado.
El papel del refuerzo. La mayoría de los teóricos sociales resaltan el papel del
reforzamiento, o la influencia de las respuestas de otros sobre la conducta futura.
Bandura amplia esta idea, hablando de reforzamiento vicario y de
autorreforzamiento. El reforzamiento vicario consiste en las consecuencias positivas o
negativas que uno observa en la experiencia de otros. Observar que otros son
recompensados por una conducta agresiva aumenta la posibilidad de que el observador
también muestre agresión.
Los adolescentes que establecen metas en niveles razonables y alcanzan tal nivel, se
sienten orgullosos y satisfechos internamente y se hacen progresivamente menos
dependientes de los refuerzos que pudieran darles los padres, los profesores y los jefes.
Es especialmente importante a la hora de resaltar que lo que hacen los adultos y el papel
de los modelos que representan es muchos más importante en su influencia sobre la
conducta del adolescente de lo que se dice. Los profesores y los padres son los que
mejor pueden fomentar la amabilidad humana, el altruismo, los valores morales y una
conciencia social mostrando ellos mismo tales virtudes.
Las teorías de Margaret Mead y otros antropólogos culturales han sido denominadas
determinismos culturales y relativismo cultural porque los antropólogos resaltan la
Los antropólogos cuestionan las verdades básicas de todas las teorías sobre las edades
del desarrollo del niño y del adolescente (tales como la de Freud, Piaget, Selman).
Mead, por ejemplo, observo que los niños de Samoa siguen un patrón de crecimiento
relativamente continuo, sin cambios abruptos de una edad a otra. No se espera de ello
que se comporten como niños, como adolescentes o como adultos. Los nativos de
Samoa no tienen nunca que cambiar drásticamente sus formas de pensar o actuar; no
tiene que olvidar como adultos lo que aprendieron cuando niños; por ello la
adolescencia no representa un cambio abrupto o transición de un patrón de conducta a
otro.
Mead creía que los vínculos familiares estrechos deberían debilitarse para proporcionar
a los adolescentes más libertad de forma que pudieran elegir por si mismos y vivir sus
propias vidas. Demandando menos conformidad y menos dependencia y tolerando las
diferencias individuales dentro de la familia, se puede minimizar el conflicto y la
tensión adolescente-padres. También Mead escribió que los jóvenes pueden ser
aceptados dentro de la sociedad de los adultos en edades más tempranas. Un empleo,
incluso a tiempo parcial, promovería una mayor independencia monetaria. La
paternidad podría ser pospuesta, defendía Mead, pero no necesariamente las relaciones
sexuales o el matrimonio. A los adolescentes se les debería más voz en la vida social y
política de la comunidad. Estas medidas eliminarían algunas discontinuidades del
condicionamiento cultural de la crianza de los niños en la sociedad occidental y
permitiría una transición más suave, más fácil hacia la edad adulta.
Perinat Adolfo
Introducción
La adolescencia es una fase del ciclo vital que se inicia con la pubertad. Cuando nos
referimos a ella como fase del ciclo vital implica su relación con otras fases del
desarrollo. Así, entendemos la adolescencia como una edad de transición. A esta etapa
se le adscriben cuestiones psicológicas (estados anímicos y modalidades de
comportamiento) y sociológicas (como actores que desempeñan un papel,analizando
como la sociedad prescribe – tolera – prohíbe a sus adolescentes). Muchos rasgo de
comportamiento son asumidos por los adolescentes porque le son propuestos por la
sociedad adulta como propios de ellos, acaban asumiéndolos plenamente, forman parte
de su identidad en esa fase de la vida. Hay que entender la relación entre los procesos
psicológicos y sociales como en una constante tensión dialéctica entre lo que la persona
escoge ser y lo que la sociedad le impone/propone que ha de presentar en el escenario
de la vida.
El texto se centrara en Europa occidental desde los siglos XV y XVI (edad moderna
hasta hoy).
Entendiendo la juventud como en relación con las demás etapas del desarrollo, es lo que
justifica la representación social del joven como transeúnte hacia la adultez. El núcleo
del estatus de adulto, simplificando las cosas, se configura por sus funciones sociales
básicas: la de constituir una familia y la de producción económica. En definitiva, la
pregunta de cómo eran lo jóvenes de antaño o el estudio de cómo son los adolescentes
hoy inevitablemente remite a estos dos aspectos que histórica y socialmente están
interconectados. Esto conduce a la siguiente tesis: el conocimiento de cómo ha sido la
juventud (la adolescencia) en una época histórica es inseparable del de la organización
familiar y el modo de producción económica.
La familia modal que vive del terruño durante estos siglos XV a XIX es la nuclear: una
pareja con un promedio de cuatro a seis hijos. Aquí, se fragua una intensa dinámica
social en la que se regulan las herencias, las relaciones entre padres que legan en vida y
sus hijos que se hacen cargo de la explotación, y , de rechazo, determina la edad de
acceso al matrimonio. Ésta se sitúa entre los veinticinco y treinta años para los mozos y
en una fecha algo más temprana para la mujer. El joven es ahora reconocido
socialmente ya como adulto; el matrimonio, por tanto, es un auténtico rito de paso de la
juventud a la adultez.
que las habilidades del trabajo eran adquiridas como parte de la actividad rutinaria: la
gran escuela era la vida.
Ha quedado consignado que los niños pasaban a ser jóvenes (socialmente hablando)
cuando salían de la familia. La costumbre era ponerlos a trabajar como criados en otra
familia.
Se concebía la servidumbre de los jóvenes como una forma de educación, parte del
aprendizaje para la vida.
Esta sociedad agrícola precapitalista constituye un tejido social tupido en el que existen,
¡cómo no!, rivalidades, venganzas, fraudes y exacciones pero, a ña vez, un intenso
espíritu comunitario.
Este último aspecto es el que los historiadores subrayan como una de las
manifestaciones más genuinas del ser joven en la Europa preindustrial. La sociedad
medieval poseía sentido de la fiesta, estas eran una manifestación más de las
solidaridades comunales. Los jóvenes llevaban a cabo agrupaciones y organizaban
desfiles, romerías, carnavales, actuaciones. Además, eran habituales las cencerradas
nocturnas a vecinos que habían contravenido alguna costumbre o dejado de cumplir
alguna obligación social. De esta forma ejercían un cierto control sexual sobre sus
miembros, concretamente en lo tocante al matrimonio. También había fraternidades que
reunían a los aprendices de artesanos.
Uno de los aspectos subrayados por los historiadores es la profunda connivencia que
había entre adultos y jóvenes a la hora de perpetrar éstos sus desmanes.
Existe una profunda conexión entre estos aspectos, así como con una de sus
consecuencias más trascendentales en lo que atañe a la niñez y adolescencia: la idea de
que su preparación para la vida se ha de realizar confinada en el ámbito de la institución
escolar.
Allí donde las familias adoptan esta forma de economía mixta los hijos ya no son
colocados como criados fuera a los seis o siete años; permanecen en casa. Las
relaciones familiares cobran forzosamente otro cariz: probablemente el desapego que
implicaba y se seguía de su emancipación sucede una atmósfera de mayor intensidad de
intercambios y, también de conflictos. La autoridad puede verse desafiada en la medida
en que el tema de la herencia deja de ser crucial. Con la posibilidad de un salario, el
matrimonio se hace más accesible y, de hecho, disminuye la edad de los contrayentes en
tres o cuatro años: la transición de la juventud se hace más corta.
Otra vieja institución medieval que se mantiene es la del aprendizaje artesano. Es, con
todo, un número relativamente reducido de jóvenes el que pueden colocarse allí y
aspirar a situarse socialmente. Cada maestro, en efecto, acoge periódicamente a un
muchacho (generalmente de dieciocho a veinte años) y le va enseñando, mediando un
contrato, las artes del oficio a lo largo de tres o cuatro años.
La burguesía crea la mentalidad moderna del trabajo como ethos; es decir: lo reviste de
valor moral. Cree ver en su prosperidad material el signo de la bendición de Dios.
En las familias de la burguesía se gesta una nueva visión de la familia y de los hijos.
Ello va a repercutir forzosamente en su manera de entender cómo debe ser un
adolescente y qué tipo de actividades le son propias. Son varios y de índole diferente los
factores que van a entrar en juego. En primer lugar, las nuevas actividades a que se
entrega la burguesía exigen una preparación más especializada para sus hijos y
herederos que sólo la escuela parece estar en condiciones de dar. Por lo tanto, aunque la
costumbre de colocarlos como aprendices en familias de parientes o asociados persista,
la escuela va a cobrar un nuevo protagonismo, aunque no de inmediato.
Ahora se inculca a los padres que tienen deberes para con sus hijos y una
responsabilidad en que estos sigan su vocación al trabajo. Esto no sólo conecta con el
renovado recurso a la escuela sino que descubre una concepción de la actividad abierta a
posibilidades que exigen una preparación ad hoc que habrán de procurarles.
Se pude observar una resistencia de los padres a que los hijos permaneciesen tiempo
lejos de la familia, lo cual era obligado allí donde la escuela estaba fuera de la localidad
en que ubicaba la casa familiar.
El gran logro de los colegios fue, muy particularmente, domeñar el turbulento mundo
estudiantil, ´´una muchedumbre heteróclita, exuberante de vitalidad, siempre dada a la
farsa, enormemente propensa a las agresiones nocturnas y algaradas ciudadanas.´´
La significación de todo este proceso, que afecta a los niños y a los que hoy calificamos
de adolescentes y jóvenes, es múltiple. En primer lugar, emerge la representación de la
infancia y la niñez como una fase específica de la vida, segregada de la de los adultos.
Esta segregación tiene su exponente más notorio en la escuela: se instituye el mundo
escolar como el ámbito de vida propio de una niñez prolongada hasta los dieciséis o
dieciocho años. La escuela no se concibe desde el ángulo de la instrucción útil para la
vida, sino del cultivo de la religión y educación para la vida social. Hay un propósito
explícito de romper las viejas solidaridades juveniles y de sometimiento a un régimen
autoritario y disciplinario.
La familia que se delinea en los siglos XVIII y XIX en las clases pudientes basa su
estatus social no en la posesión de la tierra, sino en actividades profesionalizadas:
producción, gestión, administración, etc. Esta profesionalización la detenta el cabeza de
familia, con lo cual se convierte en la única fuente de recursos (monetarios). Dentro de
las familias, hijos e hijas empiezan a ser considerados en sí y no en función de lo que
aportan a la economía familiar; surge otra visión prospectiva: los hijos ya no nacen con
un pan debajo del brazo sino con un porvenir. La función económica de los hijos deja
paso a nuevas funciones que son afectivas y simbólicas: la perpetuación del linaje y el
sentimiento de orgullo paterno/materno.
Las deserciones y la búsqueda de un nuevo trabajo eran proverbiales, lo cual creó una
imagen de juventud rebelde y desaprensiva. Otros muchos adolescentes se iniciaron en
el trabajo de la mano de sus padres, también obreros. Era la herencia que podían
dejarles.
El boom de la escolarización que se produce a lo largo del siglo es una de sus más
inmediatas consecuencias; pero la escolarización generalizada es también causa de que
se acentúe esta dependencia: la escuela la cultiva en su propio funcionamiento y la
proyecta en la familia al obligarla a organizarse en torno a la actividad escolar de los
hijos. En este sentido, se hace plausible la afirmación de que la adolescencia es un
producto de la escolarización. Sin embargo, la adolescencia no es el resultado único de
la escolarización; quizás esta última sea sólo el ejecutor de propuestas educativas que en
algún grado son tributarias de ideas y de miras que impregnan la sociedad, sobre todo
sus clases dirigentes.
En las clases bien pensantes se produce una intensa reacción, que asume las propuestas
de pedagogos, pensadores y reformadores políticos de educar a la juventud en la rectitud
moral y solidez intelectual.
Surge el interés por los deportes, que provee de una buena salud espiritual, se crea la
idea de cristiano musculoso.
Los estudiantes universitarios entre sí cultivaban una cálida y abierta amistad, asociaban
su masculinidad a normas morales elevadas, un tanto pretenciosas, que creían que les
preservaban tanto de las cosas de la niñez como de la permisividad adulta. La
masturbación y los contactos sexuales no podían por menos de ser frecuentes. Por el
contrario estas conductas no eran tan castigadas como otras para no admitir su
existencia. La institución escolar tenía todo lo que Goffman denomina institución
totalitaria.
El cambio de siglo trae consigo una intensa laicización de los ideales educativos que lo
habían regido en sus comienzos.
Surgen así las agrupaciones juveniles como ser scouts y wandervogel. Con las
agrupaciones juveniles tuteladas por los adultos culmina el proceso histórico que crea la
adolescencia: un grupo de edad protegido y dependiente, dedicado exclusivamente a
Peter Blos
Psicoanálisis de la adolescencia
Introducción
La conducta por momentos desquiciada del adolescente abruma a los padres o a otros
adultos, porque no pueden proyectar cuál será en el futuro el destino de tales
comportamientos caóticos.
a) Adolescencia temprana
Cronológicamente hablando se extiende desde los 8 y 9 hasta los 15 años
aproximadamente y comprende las siguientes subfases:
En las niñas, el proceso de crecimiento se inicia antes que en el varón, lo que determina
problemas de relación entre ambos. Niñas muy intrusivas y desenvueltas; niños huidizos
y chiquilines, inmaduros.
b) Adolescencia media
La adolescencia media comienza entre los 15 o 16 años y termina alrededor de los 18
años, edad que coincide con el egreso del secundario.
Podría subdividirse en dos etapas, en función del acercamiento del sujeto a un tipo de
sexualidad que desea parecerse a la del adulto, mas allá de que logre el comienzo de la
sexualidad genital y ella sea continuada.
Con la ruptura de estos vínculos de masa, que le otorgan una pertenencia a la manera de
un límite corporal y constituido como cuerpo social, el adolescente comienza su pasaje
hacia la adolescencia tardía.
Se ubica entre los 18 y los 28 años. Las problemáticas que el sujeto debe resolver en
esta etapa son la inserción en el mundo vocacional y laboral y el encuentro con una
pareja estable.
Algunos conflictos psíquicos que los adolescentes deben resolver en esta etapa son:
1). De los 18 a los 21 años. Se caracteriza por una gran conmoción y caos interior,
debido al sentimiento de soledad que lo domina. Como ya ocurrió en la adolescencia
temprana, la pérdida del cuerpo institucional (como antes del cuerpo somático) sume al
adolescente en un estado depresivo. Se observa un sujeto desorientado, confuso, a veces
caótico. O su contrario, ordenado y sobreadaptado.
3). De los 25 a los 28 años. Se configura como la entrada a la adultez. Esta etapa supone
la capacidad de frustracion para aceptar la caída de los ilusorios caracteristicos de la
edad media (ideal de justicia, de verdad, de amor). Esta aceptacion es la que le permitirá
insertarse en la sociedad adulta, compleja e incoherente.
En la mujer:
El desarrollo femenino, tiene lugar cuando las gónadas femeninas u ovarios alcanzan la
madurez: producen las células germinales (óvulos), que llevarán a la menarca. Signo
más visible de que en la niña ha comenzado el proceso hacia la madurez sexual.
También han crecido otros órganos de reproducción, como el útero, las trompas de
Falopio y la vagina.
En el varón:
Es importante destaca, que todos los cambios biológicos determinados por la herencia
filogenética, no comportan una significación propia, sino aquella que le es dada por la
cultura en la cual se insertan.
Es posible que, en este sentido, el adolescente de todas las culturas haya sido sometido a
“ritos de iniciación”, que llamariamos de formalizacion y contencion, que ponen
nombre al pasaje que se produce desde el cambio biológico, cuyo significado es la
pérdida de lo infantil, la familia protectora y nutricia, la endogamia, la madre, el pasado,
hasta la cultura cuyo significado es el pasaje a la adultez, el padre, los vinculos
formales, la exogamia, el futuro.
EJEMPLOS:
especifico del desarrollo humano, lo nombró como un segundo nacimiento. Se hizo eco
de los conceptos de Platón, en la República, postulando que los niños deberían ser libre
de expresar sus energías para desarrollar sus talentos. Esta perspectiva sugiere que el
desarrollo normal tiene lugar en un ambiente no restrictivo (idea muy actual).
Sin embargo la adolescencia recibió atención por parte de los investigadores dos siglos
después, en el 1900 cuando la sociedad urbana industrial necesito prolongar los años de
la infancia, cuando los avances tecnológicos hicieron necesaria la mano de obra infantil
y juvenil. Consecuencia de ello se aplica la educación obligatoria hasta los 16 años. Lo
veían como único medio para socializar adecuadamente a estas generaciones, que
sufrían transformaciones sociales.
Nacen así las primeras ideas que imperan actualmente del adolescente como individuo
“en formación”, al no exigírseles las mismas responsabilidades que a un adulto.
También en el siglo XIX la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin
dio un fuerte impulso al examen científico del desarrollo. Su hincapié en el instinto de
supervivencia de las distintas especies (lo que Freud llamaría las pulsiones de
autoconservación) estimulo el interés por la observación, en principio de los niños,
como medio de identificar los distintos modos en que se adaptan al entorno.
Los adultos del siglo XIX tenían autoridad y la sociedad les atribuía experiencia y
sabiduría para coaccionar la conducta de sus hijos. La adolescencia duraba hasta los 21
años, aproximadamente, y la educación se basaba en un fuerte control pulsional. El
acceso a la adultez estaba determinado por el matrimonio.
En este contexto histórico, político y socio-cultural se gestan las primeras teorías sobre
la adolescencia, nacidas en la primera mitad del siglo XX.
2. Diferentes conceptualizaciones de la Adolescencia
1904, en Estados Unidos, Stanley Hall expone su Teoría Biogenética de la
Adolescencia, en su libro: Adolescence. Hall fue el pionero en la utilización de métodos
científicos del estudio de la adolescencia, de hecho es considerado el padre de la
Psicología de la Adolescencia. Parte de la base de que el desarrollo obedece factores
fisiológicos y genéticos que determinan el crecimiento, desarrollo y conducta del
individuo.
Un año mas tarde (1905), Sigmund Freud publica Tres ensayos de una teoría sexual,
donde desarrolla la “metamorfosis de la pubertad”, provocando una verdadera
revolución intelectual. En este trabajo, Freud expuso sus primeros descubrimientos
sobre este periodo de la vida, caracterizado por una reedición de la problemática edípica
y al mismo tiempo, por profundas transformaciones del aparato psíquico. En la
adolescencia nos adentramos en la etapa genital en la cual las pulsiones sexuales
requieren satisfacción. Se reedita la problemática edípica y se resuelve con la elección
de objeto sexual. La tarea primordial del adolescente será el logro de la primacía genital,
junto con el desasimiento de la autoridad de los padres.
- A continuación, nos referiremos algunos autores que continuaron sus
exploraciones sobre el tema a partir de este trabajo fundacional
Uno de ellos fue SigfriedBernfeld (1923), quien tuvo una intensa actividad docente y
clínica en Viena y estudió la adolescencia desde la perspectiva individual y grupal. Su
principal contribución a la teoría fue su descripción de un tipo específico de desarrollo
El analisis de estos procesos intelectuales descubre que los temas que polarizan el
interés del adolescente son los mismos que promovieron los conflictos entre las
diferentes instancias psíquicas a causa de la pubertad, es decir, entre la realización o el
renunciamiento a determinados impulsos sexuales, la rebelión o el sometimiento a la
autoridad u otros.
Anna Freud no fue muy optimista con respecto a las posibilidades de análisis en la
adolescencia. “Uno no pude analizar en la adolescencia. Es como correr junto a un
tren expreso”.
Donald Woods Winnicott (1896-1971) fue una de las figuras más destacadas del
psicoanálisi inglés.
1923 hasta 1963, donde contribuyó a constituir la Pediatriá como especialidad, y luego
hizo su transito al Psicoanálisis. Supervisó durante seis años con Melanie Klein, a partir
de 1935, y fue analista de su hijo.
Tenia un enorme respeto intelectual hacia la obra de Klein, pero cuestionó sus teorías
sobre el instinto de muerte y la envidia constitucional. Su larga experiencia pedíatrica y
analitica lo conducía a asignar un papel más importante a la influencia de la madre real
y su comportamiento en el desarrollo de la primera infancia, una concepción que
guardaba, al mismo tiempo, equilibrio con la significacion otorgada a la fantasía.
Durante la Segunda Gerra Mundial fue nombrado psiquiatra consultor en el Plan Oficial
de Evacuación de Personas, para supervisar los albergues de niños que necesitaban
atención especial. De esta experiencia nacen muchas de sus observaciones acerca de la
tendencia antisocial en particular, y de los adolescentes en general. En un artículo de
1968 que dedica por completo a este último tema, plantea que el adolescente es
inmaduro, que adquiere madurez en forma gradual y que, en este proceso, necesita de
manera especial de su familia.
Margaret Mead (1930), junto con su esposo, Gregory Bateson, consideraron que la
adolescencia no es una ‘época tormentosa dentro de la sociedad africana, y que en otras
sociedades los conflictos que los jóvenes tienen que enfrentar se debe a un medio social
que los limita y a que los adultos no los ayudan.
A partir de las investigaciones de la Antropología Social, E. Erikson, revisa los
planteamientos freudianos y cuestiona la universalidad de la problemática adolescente.
Afirma que, en su teoría, la exploración sobre el concepto de identidad es tan
importante como lo fue para Freud la investigacion sobre la sexualidad. Además este
autor plantea que el núcleo fundamental del desarrollo lo constituye la adquisición de
una identidad del Yo que varía según la cultura. Para Erikson, existe una influencia
constante y mutua entre las ideologías y las cosmovisiones del contexto sociocultural, y
los jóvenes que forman parte de esa cultura. El adolescente se inserta en la cultura
gradualmente, aunque de hecho viene atravesado por ella desde antes de su nacimiento.
independizarse emocionalmente de los padres es una ardua tarea para ellos y para los
mismo padres.
Plantea que para cada etapa del ciclo vital “existe una crisis de conflictos interiores y
exteriores que la personalidad soporta, reemergiendo de cada crisis con un aumento
sentimiento de unidad interior…” El logro de esa tarea evolutiva contiene un elemento
común a todas las culturas y es la idea de que el niño, con el fin de adquirir una
identidad del Yo fuerte y sana, debe recibir un gran reconocimiento de sus logros.
El autor postula 8 etapas en las cuales surge un conflicto con dos desenlaces posibles: si
el conflicto es elaborado positivamente, la cualidad posita se incorpora al Yo y puede
producirse un desarrollo ulterior saludable; pero si el conflicto persiste, el Yo se debilita
porque se integra una cualidad negativa.
Las 8 etapas siguen un orden cronológico:
Confianza vs. Desconfianza básica
Autonomía vs. Verguenza y duda
Iniciativa vs. Culpa
Laboriosidad vs. Inferiorida
Identidad vs. Difusión del propio rol (confusión de identidad)
Intimidad vs. Aislamiento
Fecundidad vs. Estancamiento
Integridad o generatividad vs. Desesperación
Erikson sostiene que muy pocas veces el adolescente se identifica con sus padres, en la
medida en que necesita discriminar y separar su propia identidad de las de ellos, y
agrega que los adolescentes se sobreidentifica con héroes y campeones, y en este
sentido, la pandilla, la barra ayudan al individuo a encontrar su propia identidad
sobreidentificándose con sus compañeros. La madurez comienza cuando se estableció la
identidad del Yo y surge un individuo integrado e independiente, “cuando ya no tiene
que poner en tela de juicio su propia identidad”.
Basandose en las ideas de Erikson anteriormente expuestas, Peter Blos (1962) concibe
a dichas transformaciones como “tareas evolutivas”, tomando en cuenta que cada fase
está signada por un conflicto específico, una tarea psíquica particular y una
resolución, requisito para pasar a otro nivel de mayor complejidad.
Blos, se doctoró en Biología en la Universidad de Viena, en 1934; pero luego su carrera
tuvo un desvío que lo vinculo con el psicoanálisis, a través de Anna Freud y August
Aichhorn. La influencia de este último, a quien Blos consideró su maestro, fue dicisivo
para su vuelco hacia el campo de la adolescencia.
De sus investigaciones ya en Estados Unidos y de su trabajo clínico devienen dos textos
clásicos: Psicoanálisis de la adolescencia y La transición adolescente.
El primero de estos trabajos, define a la adolescencia como “la etapa terminal de la
cuarta fase del desarrollo psicosexual, la fase genital, que había sido interrumpida por el
periodo de latencia”. Afirma que “veremos a la adolescencia como la suma total de los
intento de ajustarse a la etapa de la pubertad, al nuevo grupo de condiciones internas y
externas (endógenas y exógenas) que confronta el individuo”.
Utiliza el término pubertad para calificar las manifestaciones biologicas de la
maduracion sexual (caracteres sexuales primarios y secundarios), y reserva el de
adolescencia para calificar los procesos psicologicos de adaptacion a las condiciones de
la pubertad.
En cuanto al proceso de hallazgo de objeto, Blos plantea que, al resurgir los impulsos
sexuales, se dividen los caminos de niños y niñas. En las niñas suele darse con
anterioridad. Según el autor en la pubertad los varones son hostiles con ellas, las atacan,
agreden y tratan de evitarlas precisamente por el resurgimiento de la angustia de
castración. En un segundo momento, alrededor de los 14 o 15 años, los cambios
corporales se han estabilizado, esta subfase llamada por el autor de adolescencia media
se destaca por ocupar al adolescente en:
Desinvestir el vínculo con sus padres, o, dicho de otro modo, el duelo por los
padres de la infancia,
El hallazgo de objeto exogámico,
La prevalencia del narcisismo y de ciertas defensas ligadas a él.
El adolescente medio sale en búsqueda del objeto sexual mediante u desplazamiento de
investiduras libidinales desde el propio cuerpo hacia el objeto externo; a esto Blos lo
denomina “hambre de objeto”.
Finalmente, en la última fase de la adolescencia, “Los impulsos han de cambiar hacia la
genitalidad y los objetos sexuales cambian de preedípicos y edípicos encestuosos a
objetos heterosexuales no incestuosos”.
El grupo Kleiniano de la Sociedad Británica de Psicoanálisis, tuvo una fuerte influencia
en la formacion de los primeros psicoanalistas argentinos. L mas importante difusora de
esta teoría, que enriqueció con aportes propios, fue Arminda Aberastury, psicoanalista
argentina de saparecida en 1972.
Aberastury trabajó con Mauricio Knobel, quien fue profesor de Psicología Evolutiva
en nuestra facultad. Ambos autores consideran que el adolescente atraviesa
desequilibrios e inestabilidades extremos y que ello configura una entidad
semipatológica a la que dio el nombre de “Sindrome normal de la adolescencia”.
Este sindrome esta compuesto por 10 manifestaciones:
1. Búsqueda de si mismo y de la identidad
2. Tendencia grupal
3. Necesidad de intelectualizar y fantasear
4. Crisis religiosa que van desde el ateismo hasta el misticismo más fervoroso.
5. Desubicacion temporal, en las cuales el pensamiento adquiere las características
del proceso primario.
6. Evolucion sexual manifiesta que va desde el autoerotismo hasta la
heterosexualidad genital adulta.
7. Actitud social reivindicatoria con tendencias antisociales de diversa intensidad
8. Contradicciones sucesivas en las manifestaciones de la conducta, dominada por
la acción.
9. Separación progresiva de los padres.
10. La intelectualización del conflicto parece ser un medio conveniente para manejar
el conflicto, ya que de este modo la actividad mental mantiene una “tensa
vigilancia”de los procesos pulsionales.
Estos autores sostienen que los adolescentes tiene que atravesar tres duelos que
acompañan el proceso normal:
Duelo por el cuerpo infantil
Duelo por la identidad infantil
Marcelo N. Viñar
Los jóvenes de hoy aman el lujo, estan mal educacdos, desdeñan la autoridad, no tienen
ningún respeto por sus mayores y charlan en vez de trabajar.
Ya no se ponen en pie cuando un adulto entra en la habitación en donde se encuentran.
Contradícen a sus padres, en la mesa se apresuran a engullir los postres, cruzan las
piernas y tiranizan a sus maestros.
Sócrates, siglo V a aC.
He leído con asombro estas citas de Hesíodo y Sócrates sobre los malos hábitos y
conductas de los adolescentes que derrumbarían y liquidarían los valores más preciados
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Lic. Oberto L. Guillermina
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA DE LA ADOLESCENCIA Y LA JUVENTUD
NO AL SINGULAR
Otra premisa que quiero aportar al debate es que la adolescencia como franja etaria
o etapa de la vida, nunca debe conjugarse en singular. Siempre hay una pluralidad
de adolescencias en cada tiempo histórico y según el lugar geográfico y social, y
por otra parte, son de considerar las diferencias de estilos personales que muestra la
diversidad humana. No hay una noción unitaria y genérica: la adolescencia debe ser
estudiada en la diversidad de sus contrastes.
NO AL DETERMINISMO LINEAL
El dato cronológico y biológico no deja de importar (los cambios del cuerpo son obvios
y evidentes) pero lo más arduo es la semiología psicosocial de los cambios. De las
consecuencias psíquicas del empuje puberal sí debemos ocuparnos.
NO A LA NATURALIZACIÓN, SÍ A LA CONSTRUCCIÓN
La adolescencia, como proceso, se construye, la maduración acompaña, la biología es
una apoyatura, pero el tránsito adolescente entre infancia y vida adulta es
transformacional no solo madurativo, algo que se logra con trabajo psíquico y cultural,
o se estanca y culmina en fracaso.
NO A LA HERENCIA POSITIVÍSTA
Lo que nos llega del filósofo clasico, seguramente como simplificacion, es un empeño
en traducir la realidad, que siempre es chisporroteante y contradictoria, múltiple en
elementos fijos, estables. Podemos hablar de esencias en el mundo de la naturaleza
(maderas, metales,vidrio), cuyos atributos o cualidades son fijos para una sustancia. Por
mal camino andariamos si queremos aplicar el mismo criterio y procedimiento para
pensaren ciencias humana. Tal vez se pueda adjudicar esta fijeza a la orden
neuro/hormonal para los cambios que acontencen en cierto momento del desarrollo,
para producir el cambio del cuerpo infantil, prepuberal, en cuerpo adulto y definitivo.
EL TIEMPO VIVENCIAL
Una de las aristas de la época actual que más me interpela y da qué pensar es la
velocidad de los acontecimientos y el ritmo de las experiencias. Con la revolución
informatica y la instantaneidad de la información, todo saber parece accesible al
instante…salvo el poder de nuestra mente o nuestro espíritu para procesarlo. Somos la
civilización de la imagen y de lo efímero.
¿Qué ocurre cuando la información y el acontecer vertiginoso viene de la infancia o
durante el empuje puberal? ¿Cómo se inscriben interiormente las experiencia? En mi
saber y entender, inscribir una experiencia en la mente requiere dos tiempos: uno
transitivo, en el que los acontecimientos están ocurriendo; otro reflexivo, de inscripción,
asimilación, donde lo ocurrido se significa y se inscribe; y queda un resto que es basura
a evacuar.
Yo tenía el hábito de que mis paciente desplegaran en un relato los avatares de sus
síntomas, conflictos y malestares. El paciente era el narrador de sí mismo. Hoy los
síntomas tiene poca cabida en el espacio mental, y el padecimiento en buena parte de los
casos, no es una novela o cuento, lo que llamamos fantasía de enfermedad. hoy se trata
de la crísis de pánico, del trastorno alientario,de clnductas adictivas. El padecimiento no
es sufrido sino actuado. En la cultura del vértigo, el tiempo vivencial interiorizado, es
producto de realidades sociales en cambio permanente y de mosdo acelerado, la
pregunta que debemos hacernos los psicoanalístas es, ¿qué efecto tiene en la mente y en
la psicopatología la interiorización de un presente vertiginoso que pulveriza o estalla la
temporalidad historizante?
CAPÍTULO 4
La primer entrevista
Definición de la entrevista
Instrumento psicológico en el que un profesional (entrevistador), establece una
conversación con un paciente, candidato o entrevistado.
Es un proceso intersubjetivo en el cual se reduce la subjetividad del
entrevistador al ser una persona entrenada profesional y éticamente, para
dilucidar las pautas de conducta manifiestas y latentes del entrevistado.
Entendiendo que el entrevistador sabe y es consiente de los objetivos de la
entrevista.
Además de que posee un conocimiento pleno de alguna o varias teorías de la
personalidad
Tareas de la primer entrevista general con un adolescente
La entrevista es un instrumento progresivo que consiste en:
Clasificación de la entrevista
Suele iniciar con una pregunta abierta o lo que se denomina tribuna libre. Es una
pregunta abierta, general, que se lanza para que el entrevistador exprese lo que desee, lo
que venga a su mente.
Estas entrevistas son de uso fundamentalmente clínico, son aquéllas en las que el
evaluador no utiliza un instrumento preestablecido en la realización de las preguntas ni
un registro estructurado de las respuestas.
La entrevista clínica siguiendo un modelo médico: tipo más utilizado en la
práctica clínica, por los profesionales de la salud. El objetivo de la misma es
evaluar la presencia de signos y síntomas que configuran un clínico definido que
permita realizar un diagnóstico.
La entrevista siguiendo un modelo psicoanalítico. Entrevista libre, y se permite
la abierta asociación por parte del paciente sin ser interferido por el terapeuta.
Entrevista embudo
CAPÍTULO 5
El encuadre permite que sienten las bases para el futuro de la transferencia, para que
haya una buena relación, tiene que estar estructurado un encuadre adecuado.
Como en la entrevista con niños, el contrato con adolescentes es doble, pues se debe
llevar a cabo también con los padres. El futuro de que el contrato sea respetado depende
de que tanto los padres como el joven logren entender el valor de seguir lineamientos
que se establecen al inicio del tratamiento.
En los adolescente:
Interes del paciente por ser ayudado
Puntualidad y regularidad en la asistencia
Forma positiva de comunicarse con su terapeuta
Sus esfuerzos por superar su problemática a pesar de sus propias resistencias
Tolerar la frustracion
Puede seguir la regla de asosiacion libre
Expresa sus afectos
Capacidad de verse a si mismo
En los padres:
Pagan con puntualidad
Aceptan los requerimiento tecnicos del tratamiento y tratan de favorecerlo
Hacen cambios autoplásticos para favorecer el tratamiento de su hijo.
En los adolescentes:
En los padres:
Nuestro cuerpo está habilitado para captar el mundo externo a través de la información
que le aportan los sentidos.
La vista es el sentido que nos permite captar la imagen a través del ojo humano. Casi
todos los ojos miran, pero son pocos los que observan y menos ven. La acción de ver
implica un acto de conciencia en donde el entorno percibido no pasa inadvertido al ojo
que mira.
Observar es un acto de voluntad consciente que selecciona una zona de la realidad para
ver algo. Implica un acto total cual el sujeto está comprometido perceptivamente en
forma holística, es decir, que además de la vista utiliza el oído- la escucha-, el olfato,
etc., y las categorías culturales internalizadas que le permiten ordenar y dar sentido a lo
que percibe.
Puede definirse a la observación científica como:
“Técnica de recolección de información consistente en la inspección y estudio de las
cosas o hechos tal como acontecen en la realidad (natural o social) mediante el empleo
de los sentidos (con o sin ayuda de soportes tecnológicos), conforme a las exigencias
de la investigación científica y a partir de las categorías perceptivas construidas a
partir y por las teorías científicas que utiliza el investigador”.
Tipos de observación
Observación precientífica: no constituye una técnica en sí misma sino más bien una
“actitud”, es decir disposición de un sujeto para captar los fenómenos de la realidad,
cualidad básica para la adquisición de conocimientos rigurosos y sistemáticos
necesarios para la instrumentación de la observación científica.
UNIDAD 2
R. Rodulfo
ESTUDIOS CLÍNICOS
Del Significante al pictograma a través de la práctica psicoanalítica.
El punto de partida para este texto, ha sido cierta inquietud por fundamentar
psicoanalíticamente el concepto de adolescencia, darle especificidad psicoanalítica; no
como término meramente descriptivo venido de otra parte.
De hecho esto aquí planteado ya lo he pensado en la perspectiva de trabajo. “El
adolescente y sus trabajos”. Esto merece ampliación.
Hay una pregunta que se usa mucho y que me pareció muy productiva como pregunta
clínica frente a un niño o un adolescente, es: ¿En qué trabajo anda ese chico o ese
adolescente que viene a consulta? ¿En qué trabajo de simbolización anda? Pregunta para
evaluar diagnostico diferencial en cuanto a detectar que el chico esté muy atascado en
algunos de sus trabajos o sin abrir otros trabajos que son necesarios para su
estructuración.
(El concepto de “trabajo” es nuclear en la tradición psicoanalítica; por ejemplo: “el
trabajo del sueño” o “el trabajo del duelo”.)
Con respecto a los trabajos en sí mismos, distingo por lo pronto unos seis (6); pero debe
ser mirado también con cuidado porque no se trata de una lista o clasificación. Con sólo
exponerlos se verá que están obviamente trabados entre sí. De manera que podría
decirse que son seis facetas, perspectivas o matices del trabajo adolescente.
El hecho central es que en la adolescencia, si es que se lleva a cabo ese trabajo, por
primera vez lo extrafamiliar deviene más importante que lo familiar, sino este punto
nodal lo constituye un profundo trastrocamiento (ej.: joven que manifestaba sólo
sentirse ella misma en su casa y su mejor amiga era su madre).
Lo extra familiar no asoma por primera vez en la adolescencia, hace su primera
irrupcion en la angustia dsel octavo mes, como lo ha localizado Spitz; “El extraño”es
la emergencia originaria de una manera fobica temprana originaria, que seria la primer
irrupcion de lo extrafamiliar.
Lo extrafamiliar genera una crisis: la emergencia del extraño pone en crisis cierta
certidumbre narcisita que hasta ese momento estructuraba al pequeño, que es que todo
era materno. Universo era igual a madre (englovando la categorai madre a todos
incluido el padre, hermanos, todo lo que estuviera en torno).
Una palabra sobre la función del amigo. Sugiero que la función del mismo me parece
que se puede entender si uno la opone a la del extraño. Así como el extraño irrumpía
causando angustia en lo familiar, la función del amigo creo que se debe pensar como
una transformación muy importante del objeto transicional. En tanto el amigo
mitiga los rigores de la posición familiar/extrafamiliar, la suaviza, funcionando como
un articulador.
Luego, será el verse como Otro, para lo cual el adolescente se dirige ahora hacia
fuera de su familia, hacia todo e lcampo social. Pensemos por ejemplo en los nuevos
idealies: la banda, elgrupo, etc. y para terminar, en lo que Peter Blos llamaba
consolidación, en verse nuevamente en el Otro, sólo que otro un poco mas
abstractos, con referencia a ciertos ideales.
6) El último punto que destaco como trabajo en esta serie abierta es, lo califico, como
del desplazamiento a la sustitución, particularmente en términos de elección de
objeto, si se examina esta crucial esfera, o en términos edípicos. Una cosa es en el
plano de desplazamiento, que ya se alcanza durante la niñez, ligado a la represión.
En la sustitución hay algo distinto que no es la represión y el desplazamiento sino que
invoca el concepto de Untergang (Freud), es decir, hundimiento, sepultamiento,
desintegración, desaparición. Porque lo prohibido del incesto no sólo concierne a la
madre como objeto, eso es una versión muy estrecha, en realidad concierne a no
perseverar, a no insistir en una cierta matriz madre-niño como verdadero núcleo de lo
incestuoso.
Dos observaciones:
Como psicoanalistas, la adolescencia es la última ocasión que tenemos de
intervenir antes de lo ya terminado de estructurar.
Marta P. Vega
Capitulo 4
Freud postula una sexualidad en dos tiempos e introduce la idea pubertad como un
articulador que establece un enlace entre ambos tiempos. El segundo tiempo de la
sexualidad con las metamorfosis de la pubertad genera una serie de restructuraciones
psíquicas, que se sientan en el primer momento pero que, como todo segundo tiempo en
la concepción freudiana, actúa retroactivamente resinificando aquel primer momento y
fundamentalmente, inaugurando otro tiempo.
Desasimiento es también la expresión usada por Freud para describir uno de los
momentos del proceso de duelo. Dice en “Duelo y Melancolía”: “¿En qué consiste el
trabajo que el duelo opera? Creo que no es exagerado en absoluto imaginarlo del
siguiente modo: el examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado ya no existe
más, y de él emana una exhortación de quitar toda libido de sus enlaces con ese objeto.
A ello se opone una comprensible renuencia; universalmente se observa que el hombre
no abandona de buen grado su posición libidinal aun cuando su sustituto ya asoma.
El término complejo había sido utilizado por el grupo suizo de Bleuler y Jung, con
quien Freud había comenzado a intercambiar científicamente. En Jung, complejo
implicaba un conjunto de ideas cargadas afectivamente y capaces de guiar el curso
asociativo. El primer uso del término complejo lo hace Freud en 1906 en un artículo que
ha sido prácticamente olvidado por el Psicoanálisis aunque ofrece cierto interés teórico:
”La indagatoria forense y el psicoanálisis”. En este trabajo Freud explica los
experimentos de Jung de los cuales surgirá el concepto de complejo. Dice así: “Los
experimentos que ellos llevaron a cabo ( se refiere a Bleuler y a Jung) adquirieron su
valor por el hecho de que ellos supusieron que la reacción a la palabra estímulo no podía
ser una cuestión de azar sino que debía estar determinada por un contenido ideacional
presente en la mente del sujeto que reaccionaba.”
“Esta influencia (se refiere a la del complejo ideativo) actúa ya sea porque la palabra
estímulo toca al complejo directamente, o porque el complejo logra hacer una conexión
con la palabra a través de lazos intermedios”.
Hay otro modelo freudiano que rompe con la linealidad de la causación psicológica del
preexistente que condiciona lo posterior, y es el principio de retroacción o
retroactividad, que surge en el “Proyecto de una Psicología para neurólogos” (1895).
Este concepto fractura la idea de una temporalidad cronológica y formula que la
elaboración retroactiva se desencadena por la aparición de nuevos acontecimientos, o
por una maduración orgánica que permite relaborar experiencias anteriores. Lo que se
elabora, sin embargo, no es lo vivido en general sino aquello que no pudo ser integrado
en un contexto significativo, siendo el prototipo el hecho traumático. Además la
evolución de la sexualidad humana en dos tiempos favorece la retroactividad,
(Laplanche y Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis).
Sintetizando: lo que Freud plantea con el término complejo es que hay algo que existe
en el sujeto frente a lo cual un elemento externo actúa como disparador y permite no
sólo la manifestación de aquello que lo pre-existía, sino también una retranscripción de
las experiencias del primer tiempo de la sexualidad humana a través de la retroacción,
un tiempo de reordenamiento en el cual algo nuevo ha de producirse en este segundo
tiempo que se inaugura con la pubertad, con el advenimiento de la tensión sexual.
Ahora veamos como formula la temática Edípica desde esta estructura conceptual. Si
rastreamos las formulaciones sobre el Edipo en los textos freudianos podemos
discriminar tres elaboraciones sucesivas:
Sin embargo, también otorgaba participación a los padres. Sostiene: “La atracción
sexual actúa también generalmente sobre los propios padres, haciendo que por un rasgo
natural prefiera y proteja la madre a los varones, mientras que el padre le dedica mayor
ternura a las hijas”.
Y agrega: “Los niños se dan perfecta cuenta de tales preferencias y se rebelan contra
aquel de sus inmediatos ascendientes que los tratan con mayor rigor”.
Es decir que la conducta de los padres provoca alguna reacción en los niños. La
influencia de los padres es comprendida en el marco de la interacción.
De este modo siguen a su propia pulsión sexual. Y renuevan al mismo tiempo con ello
el estímulo que parte de los padres cuando su elección coincide con la de ellos”.
Se trata entonces de dos entidades constituidas: los niños siguen su propia pulsión
sexual y renuevan con ella el estímulo que parte de los padres.
En esta primera conceptualización los padres no constituyen la sexualidad del niño sino
que interactúan con algo que es propio del niño. Son entidades que interactúan, y que, a
través del intercambio, se influyen mutuamente. Se trata entonces de un enfoque
interaccionista a diferencia de la concepción intersubjetiva en la cual las entidades
no prexisten sino que se constituyen en el seno mismo de la interrelación y son
rigurosamente interdependientes.
y la salida del Edipo a través de las identificaciones que conlleva a: la formación del
superyo, a la organización del carácter, a una identidad sexual y a la elección de objeto.
En el tercer planteo teórico Freud formula que el Edipo es diferente en el hombre que en
la mujer, convierte a la castración en el centro del Edipo y a partir de ciertas precisiones
conceptuales sobre el complejo de Edipo y el complejo de castración se puede
diferenciar el recorrido en ambos sexos.
En Freud con el término falo se designa una teoría infantil, la que supone que todos los
seres animados e inanimados tienen pene, lo que se conoce como la premisa universal
del falo.
Cuando afirma que “es tenido en cuenta” Freud se refiere al orden de las
representaciones, al orden de la subjetividad del niño o de la niña.
El falo es entonces la forma en que Freud conceptualiza la creencia del niño de que
todos los seres tienen pene desde su propio conocimiento de la existencia de pene y
vagina. De modo que falo designa una doble entidad: desde la subjetividad del niño al
pene y desde la teoría a la falta del mismo y sus efectos en el aparato psíquico.
La descripción de Freud sobre la subjetividad del niño con respecto al falo reconoce dos
momentos. Un primer momento de la fase fálica con la creencia de que todos los seres
animados y los objetos tienen pene y un segundo tiempo en que el pene está presente,
pero se puede perder. Aparece así la angustia de castración en el varón, o que se ha
perdido en la niña (desde la perspectiva del varón) o que no lo recibió (desde la de la
niña, complejo de castración). En este segundo momento de la fase fálica, aunque el
varón se considera a sí mismo dotado de pene supone que puede perderlo porque la niña
no lo tiene, porque lo perdió. La niña considera que el varón tiene pene y que es
completo y que ella no lo tiene porque su madre no se lo dio.
Como se planteó anteriormente Freud considera una doble oleada en el desarrollo sexual
humano:1) el primer tiempo, breve, de una fase genital infantil, alrededor de los cinco
años , en que el niño se siente sexualmente atraído por el progenitor del sexo opuesto y
rivaliza con el progenitor del mismo sexo por el amor del objeto. En “El sepultamiento
del complejo de Edipo” (1924) destaca que el niño renuncia a este complejo conjunto de
fantasías y deseos edípicos por tres causas:
3) por un imperativo filogenético que conduce a una nueva fase del desarrollo. Este
complejo se reprime y el niño entra en la latencia.
Freud postuló (1931 y 1933), que el descubrimiento de la ausencia del pene es un punto
crucial en la evolución de la niña, del cual parten tres caminos o desenlaces posibles: la
inhibición o neurosis, el complejo de masculinidad y la feminidad normal.
Con respecto a la sexualidad llamada por Freud normal, la niña decepcionada por la
falta del falo supuesto en el pene, transforma el deseo de éste en deseo de un hijo.
Es necesario destacar que la propuesta de Freud con respecto al Edipo en uno y otro
sexo implica diferente grado de complejidad. En el varón el amor hacia la madre
continúa el enlace amoroso hacia ella derivado de las vivencias de satisfacción
tempranas y el padre, tomado como modelo identificatorio, se transforma finalmente en
rival porque interfiere en el vínculo amoroso hacia la madre. En cambio, en la niña, el
complejo comienza siendo invertido, homosexual, negativo, porque la madre es su
primer objeto de amor y rivaliza con el padre por el amor de la madre. En la niña, para
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PSICOLOGÍA EVOLUTIVA DE LA ADOLESCENCIA Y LA JUVENTUD
OctaveFernandezMoujan:
El duelo es uno de los fenómenos más comunes en la vida de todo ser humano. Su
importancia radica en la redefinición que aporta a los procesos de desarrollo; aparece
ante cualquier pérdida y provoca un reconfiguración objetal. Su elaboración se basa en
las posibilidades del individuo ante el cambio y éste último sólo tiene lugar si el
individuo está decidido internamente a renunciar a la estructura que hasta el momento le
dio una relación más o menos estable.
La adolescencia es un período ilustrativo del fenómeno del duelo. El adolescente no
sólo es sujeto de duelo sino que también es objeto de duelo para los padres que pierden
a su hijo pequeño; por esa razón se ubica al proceso de adolescencia como un fenómeno
familiar y social.
Con el duelo tenemos bosquejadas dos tareas fundamentales de la adolescencia:
1) La lucha por la recosntrucción de su realidad psíquica (Mundo interno).
2) La lucha por la reconstrucción de sus vínculos con el mundo exterior.
Ambas están supeditadas a una tercera: la lucha por la identidad.
En la adolescencia tenemos:
Un cuerpo nuevo, cambiante; un esquema corporal nuevo que no coincide con el
conocido.
Nuevos roles sociales.
Un yo que debe enfrentar la no coincidencia entre la identidad infantil y las nuevas
identificaciones.
(COMPILADORA QUIROGA)
MOUJAN
El “esperar” opera sobre un “espacio” confusional que genera tres tipos clásicos de
ansiedades; 1) de persecución; 2) depresivas, ligadas a fantasías sobre la perdida, de ser
atacado, o de haber atacado, como también de perder una estructura y transitar por un
espacio incierto, lo cual agrega 3) otra ansiedad muy importante e este proceso de duelo,
ligado a vivir la identidad en crisis, y que suele manifestarse como despersonalización,
extrañamiento y desorientación: la ansiedad confusional.
En este proceso hay dos puntos de resistencia del yo, primero, cuando la libido objetal
liberal y el objeto ocupa el lugar del Yo (“la sobra del objeto recae sobre el Yo”). La
otra resistencia actúa cuando la libido narcisista no se desplaza a “nuevos objetos”, sino
que trata de repetir la configuración y la experiencia concomitante.
En el duelo patológico existe una identificación parcial duradera con el objeto perdido,
como lo vemos en determinadas elecciones vocacionales o vinculares, donde se busca
repetir la relación infantil familiar sin darse tiempo a la propia asunción de la identidad.
Existe una primacía parcial del objeto sobre el Yo; en un área restringida, el Yo “repite”
la relación objetal anterior.
Melanie Klein, desde el enfoque de las relaciones objetales, centra su análisis en los
mecanismos yoicos para controlar las ansiedades de perdida y culpa. Primero se disocia
y se proyecta hacia “afuera” (del yo) todo lo “malo” (odio, vacío, destrucción, objetos
persecutorios) y se retiene todo lo “bueno” (amor, objetos bondadosos). Le interesa,
más que la libido vuelta al yo, “el objeto bueno” vuelto al yo (idealización). En segundo
lugar, paulatinamente, va intercalando periodos de integración donde lo malo y lo bueno
van formando la unidad perdida (de la identidad). Deja para el final un tercer periodo
más depresivo, donde la culpa y el dolor son asumidos y el amor se puede entonces
desplazar hacia nuevos objetos con un sentido reparatorio.
Como hemos visto hasta ahora, ante la pérdida o ruptura de una configuración de la
relación objetal, se ponen en movimiento las cargas libidinales, las relaciones objetales
(fantasmales e ilusorias) unidades de información, tratando de reestablecer vínculos que
calmen la ansiedad. Para ello hay que volver primero a uno mismo (narcisismo,
idealización del yo, desapego), o por lo menos a un espacio “entre”, a fin de tantear o
explotar luego nuevas relaciones, supuestamente más maduras.
Teniendo en cuenta la necesidad del espacio “entre”, queremos exponer ahora como
puede entenderse el proceso de duelo dentro de la teoría de los objetos transicionales
desarrollada por Winnicott. Este autor supone que, para que el duelo se desarrolle, tiene
que existir un primer momento de desplazamiento libidinoso hacia un objeto ilusorio,
que no es interno ni externo sino “entre”. En un segundo momento, este objeto
transicional estructura un campo imaginario ilusorio, que permite al yo la espera
necesaria y la entrada paulatina en el tercer momento del duelo: la aceptación del objeto
real externo, con el correspondiente desplazamiento libidinal en el nuevo vínculo.
Proponemos un espacio imaginario totalizador, donde todos los objetos están presentes
dentro de un espacio-tiempo mítico, donde el pasado, el presente y el futuro se
encuentran en esta estructura imaginaria mítica, en la cual el yo participa al
desidentificarse de todo objeto y poder devenir en el otro, a través de una totalidad sin
dejar de ser uno. El yo se siente parte de un todo por participación lo que le da identidad
grupal si confusión con objeto alguno. No hay “relación objetal” que produce en el yo la
percepción de una Gestalt que le da identidad.
Es decir que, en este modelo, coexisten durante el proceso de duelo una perdida (objetal
y estructural) y un renacer (o transformación) dado por el descubrimiento de la
“función” del objeto en relación; es decir, el “valor” real que tuvo durante relación con
el yo hasta el momento de la crisis. Este valor es descubierto por desidentificación, de
igual manera que durante el proceso de duelo edípica, cuando el hijo descubre la
función paterna, pudiendo entonces dejar la rivalidad con el padre (sometimiento o
tiranía) y asumir su propia paternidad (como “función”), que le dará una nueva
identidad.
Mas adelante veremos la importancia que tiene el modelo propuesto para entender el
duelo adolescente, ya que durante este periodo coexisten una perdida y un renacer.
Para que este trabajo del duelo tenga éxito: una buena experiencia con el mundo externo
durante el duelo, una imaginación mediadora y creativa, cierta capacidad participativa,
un pensamiento lógico formal desarrollad y capacidad reparatoria.
Llegados a este punto, debemos plantear algunas diferencias entre el duelo adolescente
y el duelo normal ante una perdida “objetal” importante. El duelo adolescente no es un
duelo “puro” que supone una pérdida y nuevo y un nuevo “renacer”. Es decir no solo se
vive una pérdida y su consecuente desplazamiento de la libido objetal hacia el yo, si no
que hay un desplazamiento de la libido narcisista hacia nuevos objetos, requeridos no
por la pérdida sino por la nueva configuración yoica “desarrollada”.
La tercera etapa del proceso del duelo, que busca los nuevos objetos, se visualiza desde
la perspectiva del renacer como primera etapa, donde el yo “naciente” desplaza su libido
hacia nuevos objetos desde el comienzo.
Hay, pues, tres procesos simultáneos (pérdida, logro y descubrimiento), que, una vez
integrados, nos permiten entender uno de los problemas más frecuentes de los
adolescentes con relación objetal: la rebeldía. Es muchas veces una forma de oponerse a
los padres refugiándose en un mundo narcisista e idealizado, que detiene el proceso de
cambio con una “revolución” aparente que justifica al adolescente para no seguir
luchando por su identidad, quedándose enganchado en peleas familiares que tapan el
miedo a un mundo más abierto (miedo a veces compartido por los padres). Esto suele
apreciarse cuando se insiste en ver a la adolescencia como una pura “primavera”, donde
El duelo siempre supone una renuncia; el “renacer” siempre supone una asunción:
asumir aquello que se descubre en el acto de “ver renacer”.
Así como los vínculos muy narcisistas dificultan el duelo, los vínculos basados en el
“desapego” lo ayudan, pues permite descubrir otro orden basado en el “desapego” lo
ayudan, pues permiten descubrir otro orden basado en estructuras totalizadoras que unen
sin poseer y que transforman en nuevas configuraciones (renacer) los viejos vínculos,
más allá de que haya habido pérdidas reales o no.
Este orden orientan y contiene los procesos de duelo propios del orden de las
identificaciones.
Veamos ahora como se da este proceso de duelo en las tres etapas de la adolescencia.
invadida al yo. Entonces podrá vivenciar todo el cuerpo o parte de él como separado de
la mente, y así darlo como un objeto sin identidad que usaremos y poseeremos.
tanto que los varones en su rasgo “pasivo”, retienen aspectos femeninos que han
perdido en el desarrollo puberal.
El pensamiento mágico, aunque muy debilitado, les permite satisfacer sin tener que
llevar a cabo determinadas conductas, pues la idea reemplaza al objeto. En esta línea,
también la imaginación ilusoria y semántica les da la posibilidad de una cierta
satisfacción que sustituirá el objeto perdido, el no alcanzado aun y el no realizad. Las
inhibiciones y aislamientos son útiles muchas veces (sin ser temporarios) ya que
detienen el proceso de duelo y lo hacen menos abrumante y exigente; las nuevas
relaciones serían la confirmación de la inexistencia de las viejas.
La mala conducta sirve muchas veces durante la pubertad para desplazar la culpa
inherente al duelo: el púber se porta mal para ser castigado por algo de lo cual no se
siente profundamente culpable.
El duelo durante la etapa que llamaremos globalmente “los 15 años”. El duelo se centra
más en este periodo, en el yo psicológico, entiendo por tal las identificaciones y la
función imaginativa y pensante. Propongo esta arbitraria denominación porque entiendo
útil diferenciar dentro de las perdidas, las que involucran las configuraciones
identificatorias de la infancia, el pensamiento concreto y la imaginación limitada a lo
ilusorio y semántico.
El culto a la amistad típico de esta edad (en la pubertad, es mas bien compañerismo de
la “barra”) ejemplifica estos fenómenos; los amigos se extrañan, se disculpan, sufren
por sus ambivalencia ante el otro, se sinceran ante una falla, son susceptibles al error del
otro, se sinceran ante una falla, son susceptibles al error del otro, etc.
Ya dijimos que el duelo no es “puro”, dado que junto a la pérdida hay un renacer que
complementa la visión pesimista. Al vacío se le opone un “descubrimiento” de aspectos
potenciales y nuevos. La culpa se complementa con el sentimiento de responsabilidad
en los vínculos, y la impotencia reparatoria, con la importancia en la asunción de lo
descubierto.
Hay ciertos mecanismos yoicos que tiene utilidad fundamental para elaborar el duelo en
esta edad. El primero es la fluctuación del yo, que remplaza a la disociación puberal.
Consiste en una extrema facilidad del yo para fluctuar entre distintos aspectos sin
sensación de contradicción ni de disociación. Esta fluctuación desde distintos aspectos
yoicos tiene la singularidad de permitir también que coincidan partes del yo perdidas
con otras aun no asumidas. Asimismo, fluctúan sus sentimientos a modo compensatorio;
por ejemplo, cuando se siente muy ligado afectivamente, el adolescente procura
volverse “odioso” para tomar distancia.
La imaginación creativa sería una manera de crear una realidad autónoma respecto de
las identificaciones o representaciones del pasado. A partir de una percepción global se
desarrolla creativamente una realidad imaginaria.
Los grupos y la barra de amigos son otra ayuda importante en el duelo. Al crear un
campo de triple carácter: social, psicológico, e imaginario, ayudan a integrar y elaborar
lo que en realidad aun esta disociado y no asumido: la identidad y los roles sociales.
Por último, diremos algo sobre las seudoidentidades temporarias que realiza el yo y el
desapego que posibilita la identidad personal en pleno desarrollo. Ambos dan un sostén
importante durante el periodo de desprendimiento del duelo, cuando todavía no se han
establecido las nuevas relaciones. Evitan un exagerado narcisismo y la disociación entre
los aspectos “buenos” y “malos”. La ultimaetap adolescente coincide con la tercera
etapa del duelo: el desplazamiento hacia nuevos objetos, diferentes a los de la infancia.
Esto tiene especial importancia en los roles sociales y en una elección mas libre de las
relaciones con los objetos externos. Supone el logro de una identidad básica que
capacite al sujeto para estar “solo” –que no es lo mismo que estar aislado, ni marginado.
Estar “solo” es una capacidad propia del logro de la identidad; es una manera de decir;
estar despegado, libre frente a los objetos por donde se desplazan, los nuevos intereses,
confiado en poder cambiarlos y repararlos; y especialmente, el poder depender de ellos
y mantenerse independiente simultáneamente, por participar en relaciones con identidad
grupal.
Finalmente, podemos afirmar que existe una coincidencia entre los tres momentos del
duelo que describimos y los tres periodos adolescentes. En la pubertad priva el retiro del
objeto; en la mediana adolescencia predominan las tendencias narcisistas, la
Luis Kancyper
2. adolescencia y a posteriori
Historia: es una serie de acontecimientos, que son singulares para cada sujeto y marcan
la vida de un individuo. Apunta hacia lo subjetivo particular.
En una carta a Fliess, Freud refiere a una hipótesis de nuestro mecanismo psíquico. Este
se establece por estratificación de los materiales existentes en forma de huellas
mnémicas, las cuales experimentan a veces una reorganización, una reinscripción.
S. Freud plantea la adolescencia como una nueva etapa libidinal en la cual las
transformaciones que acontecen se deben fundamentalmente a dos aspectos:
2) El proceso del hallazgo del objeto, con mandato genital y más allá de las figuras
parentales.
Este nuevo embate de su realidad de incompletud centra una primera batalla narcisista
que sacude todas sus instancias psíquicas: el yo, el ideal del yo, el superyó, el yo ideal;
Adolescencia y alteridad
La adolescencia y la interpelación
OctaveFernandezMoujan
Cabría suponer una vinculación del frecuente derrumbe psicótico y las reacciones
psicóticas que aparecen en este período con esta labilidad del yo.
No es un duelo puro, sino mezclado con un renacer.
El Yo requiere de una ayuda del mundo exterior, los objetos deben ser idealizados para
poder garantizar las necesidades imperiosas y auténticas del self; esta necesidad en la
infancia se gratifica concretamente y en la adolescencia psicológicamente. El Yo del
adolescente recurre a mecanismos defensivos regresivos y a conductas por medio de
objetos transicionales que le permiten mantener la ilusión de la gratificación .
Los mecanismos regresivos a que recurre el Yo adolescente son básicamente la
disociación, la identificación proyectiva e introyectiva, la idealización y la
omnipotencia; la idealización se hace a costa de la disociación y proyección de los
aspectos más persecutorios y rechazantes.
A los 15 – 16 años, la zona (del Yo) idealizada (que coincide con el grupo espontáneo
de púberes) empieza a resquebrajarse y aceptar más lo disociado y rechazado del self y
del mundo externo y en este momento comienzan a tener importancia las relaciones con
los objetos ambivalentes, donde bueno y malo se integra y la zona transicional da lugar
al compromiso y es una edad donde se puede observar la capacidad de pensar que tiene
el Yo del adolescente y de renuncia al narcisismo.
Todos los cambios son graduales y cuando se llega a los 18 años, se abandona
totalmente la zona transicional y se acepta en el contexto social el nuevo núcleo de
pertenencia que conforma la nueva identidad.
Los yo corporal, psicológico y social se integran definitivamente el empobrecimiento
Yo psicológico de la pubertad es fortalecido por el Yo corporal (zona transicional) para
liego fortalecerse por el Yo social.
UNIDAD 3
Rodriguez – Tomé
La pubertad se caracteriza por una fuerte aceleración del ritmo y de la amplitud de los
cambios corporales, cuyo impacto concierne tanto a chicas como chicos, a sus familias
y al ambiente sociocultural que los rodea.
El desarrollo puberal propiamente dicho es desencadenado por una activación del eje
hipotálamo – hipofisiario que va a determinar un incremento importante de la
producción de la gonadotropinas (LH y FSH), éstas activan, a su vez, las gónadas:
Ovarios en las niñas y testículos en los varones, que van a producir las hormonas
sexuales femeninas (estrógenos: estriadol, etc.) y masculinas (andrógenos: testosterona).
Las hormonas sexuales estimulan el desarrollo de la talla y de las masas muscular y
adiposa, así como el aumento del volumen y la maduración de los órganos genitales y
ellas intervienen directamente en la reproducción de la especie. Un mecanismo de
retrocontrol Neuro hormonal regula el desarrollo y el funcionamiento de este sistema.
Los primeros indicios del comienzo de la pubertad no son a simple vista y se producen
un año antes de que se manifiesten los caracteres sexuales secundarios.
Para una gran mayoría de los adolescentes la maduración puberal no constituye una
experiencia traumatizante.
La maduración puberal comporta algunos otros problemas que merecen ser comentados:
Los adolescentes de hoy son más precoses, en su desarrollo físico y sexual, que los fines
del siglo XIX y la mayor parte del siglo XX.
Entre los factores que intervienen directamente en el adelanto histórico de los inicios de
los menstruos aparece:
Estos factores contribuyen al aumento global de la estatura que se observa en las nuevas
generaciones: el estirón es más precoz y la talla adulta más elevada.
Las imágenes del propio cuerpo: las imágenes del propio cuerpo se elaboran en
el contexto de las relaciones cotidianas con los otros. El entorno social es indispensable:
la experiencia de ser en sí uno y el mismo y tenga sentido para sus interlocutores. Los
adolescentes por sí mismo construyen la imagen del propio cuerpo que es
multidimensional e incluye numerosas facetas que van más allá de la morfología.
Pubertad y sexualidad
En el ámbito de la sexualidad hay dos situaciones que merecen ser señaladas: los
embarazos no deseados y las enfermedades sexualmente transmitidas.
Peter Blos
Psicoanálisis de la adolescencia
La total ausencia de masturbación durante esta etapa indica una incapacidad para
manejar los impulsos sexuales de la pubertad, además indica que la masturbación
infantil ha sido reprimida a un grado tal que la alienación necesaria de impulsos
pregenitales con sexualidad genital no puede ser lograda.
FernandezMoujan
Por medio del rasgo de carácter, se expresarían en el yo las identificaciones del objeto
perdido y los del esperado .estos objetos cambian para el púber varón y la púber mujer
por influencias culturales y biológicas.
La pérdida del púber varón es la feminidad (La madre), a la cual tiene que recuperar por
medio de la identificación como objeto desexualizado.
El púber varón, con su carácter pasivo, se autocastra transitoriamente, esperando una
mayor tolerancia a los impulsos sexuales pero simultáneamente se identifica con su
novedad, el resurgimiento de lo masculino.
Adrián Grassi
El des-orden
Teniendo en cuenta que el título del trabajo anticipa la adolescencia como momento de
transformaciones y cambios, algunas precisiones conceptuales provenientes de la
epistemología del "pensamiento de los sistemas complejos" darán el trasfondo sobre el
cual se plantean estos desarrollos.
Lo puberal-lo adolescente
Los cambios corporales piden una revisita de la imagen especular. Un nuevo pasaje
por el estadio del espejo como formador de la función del yo (Lacan, 1975), el cual no
es sin su imagen corporal. A la vez que con la apertura hacia la genitalidad, el cuerpo
pre-genital queda chico y limita al/la adolescente para registrar sus nuevas experiencias
y exploraciones. Con el erotismo ligado a la genitalidad, la eyaculación y lo orgásmico
en general, se registran nuevas vivencias, experiencias y sensaciones que requieren de
inscripciones psíquicas para su significación.
No obstante, no puede soslayarse un planteo que contenga la idea de que los duelos y
las crisis de la adolescencia se juegan en un terreno que es el de un sistema de
relaciones, en este caso familiares. De allí que creemos más apropiado nombrarlas no
tanto como crisis de, sino en la adolescencia, para incluir todo lo que comprometen de
circuitos libidinales de "lo puberal de los padres" y del reposicionamiento
generacional.
Respondemos a través de Silvia Bleichmar, de quien tomamos su planteo sobre los dos
tiempos de la sexualidad humana:
( ... ) no corresponden a dos fases de una misma sexualidad, sino a dos sexualidades
diferentes: una desgranada de los cuidados precoses, implantada por el adulto,
productora de excitaciones que encuentran vías de ligazón y descarga bajo formas
parciales y otra con primacía genital, establecida en la pubertad y ubicada en el
camino madurativo que posibilita el ensamblaje genital, no constituyendo entonces una
simple reedición del acmé de la sexualidad infantil, sino un modo de recomposición
ordenado y guiado por la existencia de una primacía de carácter genital (Bleichmar,
2006: 95).
No habría que olvidar que la conclusión del momento infantil de la sexualidad final del
complejo de Edipo previo a la latencia, plantea varias posibilidades respecto del destino
de la libido:
No veo razón alguna, para denegar el nombre de represión al extrañamiento del
yo respecto del complejo de Edipo, si bien las represiones posteriores son
llevadas a cabo la mayoría de las veces con la participación del superyó que aquí
recién se forma. Pero el proceso descripto es más que una represión; equivale
cuando se consuma idealmente a una destrucción y cancelación del complejo.
Dicha operatoria, sepultamiento del complejo de Edipomediante, se produce
no sin conflicto, no sin las marcas de la historia familiar (libidinal) infantil y no
sin la consideración por lo nuevo y no familiar del objeto.
Tanto en la inscripción del cuerpo genital como en este pasaje a elección de objeto
heterofamiliar, "el vínculo al otro" (Berenstein, 2005) compañero/a sexual, sujeto de
deseo, es marca que funda e inaugura. En lo que a constitución del cuerpo genital se
refiere, señalamos que la iniciación sexual marca un antes y un después, un hito en los
procesos de subjetivación, el cual no es sin "el otro". El otro (a la vez par y extraño),
en su función de compañero/a sexual (opaco, ajeno), en presencia (y diferencia), con su
participación coadyuva en la inscripción del cuerpo genital.
Adrián Grassi
Freud y el hallazgo
¿Qué es lo que postula Freud con el hallazgo de objeto? Sigamos su texto Las
metamorfosis para puntuar cuáles son las distintas posibilidades llegada su hora.
El Psicoanálisis enseña que existen dos caminos para el hallazgo de en primer lugar el
que se realiza por apuntalamiento en los modelos en la temprana infancia y en segundo
lugar el narcisista. Cada uno de estos modos de hallazgo de objeto requiere de ciertas
consideraciones. No hemos inferido que los seres humanos se descomponen
tajantemente en dos grupos según su elección de objeto responda a uno de los dos
tipos. Promovemos esta hipótesis: todo ser humano tiene abiertos frente a sí ambos
caminos para la elección de objeto, pudiendo preferir uno u otro.
Y como agregado nuestro -o una mixtura de ambos-, junto a otra forma de encuentro
que se adiciona a las mencionadas por la alteridad del objeto, por su ajenidady
extrañeza, extraño por lo que conlleve de no conocido. Al considerar los procesos
psíquicos en su vertiente saludable, destacamos la importancia de la no fijeza ni
exclusividad en ninguno de los modos.
Hallazgo no es encuentro
Hallazgo es descubrir con ingenio algo hasta entonces no conocido. Por lo cual,
hallazgo no es tanto la acción de encontrar, como una cualidad de la actividad subjetiva.
Si el encuentro de objeto es un hallazgo, lo es porque el proceso estuvo comandado por
la creatividad del sujeto. En este sentido, lo novedoso, lo imprevisto en el hallazgo se
opone a lo ya dado, a lo ya conocido, a lo ya establecido y prefijado. A la inmovilidad.
Hallazgo y re-encuentro
95 Fundación Doxa Sucursal Capacitación - Crisol 14 B° Nueva Córdoba - Te 4685709
Lic. Oberto L. Guillermina
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA DE LA ADOLESCENCIA Y LA JUVENTUD
Luego y una vez que alcanza la representación del objeto por fuera de la propia
corporeidad, “(…) quizás justo en la época en que el niño pudo formarse la representa
global de la persona a quien pertenecía el órgano que le dispensaba satisfacción", se
producirá la elección infantil de objeto.
¿Cómo se produce la exterioridad del objeto? Tengamos en cuenta que cuando Freud
habla de objeto se refiere a representaciónes psíquicas de los objetos y no al objeto del
mundo externo. Ese es un trabajo que no es mera "toma de conciencia'' de su
exterioridad y su globalidad, sino que es trabajo de expulsión. Recordemos que el
"lo trago lo escupo" de la denegación, lo bueno adentro, lo afuera, requiere de actividad
agresiva por parte del bebé. Al escupir, el bebé expulsa el objeto creando la exterioridad
a sí. Se crean e inician las diferencias yo-no yo, sujeto objeto, interno externo, dentro
fuera y la representación global de la persona a quien pertenecía el órgano que le
dispensaba satisfacción. Proceso este que no se da de una vez y para siempre, sino que a
lo largo de toda la estructuración psíquica vuelve y re-vuelve desde el pecho y lo oral,
y todos los momentos de la constitución del psiquismo en la niñez/ adolescencia.
El cuerpo puberal
Paradoja y cuerpo
Decir que la adolescencia comienza con el hecho biológico de los cambios corporales es
una visión tan evolutivista como decir que un hijo comienza su existencia con el
nacimiento. Pues, ¿cuándo nace el deseo de hijo, cuándo nace el deseo de crecer propio
de la adolescencia, que determina entre otros los tratos del cuerpo?
Cao M.
Capitulo dos
96 Fundación Doxa Sucursal Capacitación - Crisol 14 B° Nueva Córdoba - Te 4685709
Lic. Oberto L. Guillermina
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA DE LA ADOLESCENCIA Y LA JUVENTUD
En el marco de esta inédita dinámica cobra notoriedad la crisis que infiltra por entero el
registro narcisista. Esta se inicia con la llegada de la pubertad y se continúa durante el
fulgor adolescente, como lo reflejan las turbulencias que permanentemente aquejan a los
equilibrios que sustentan el campo de la autoestima. Este campo al encontrarse
entramado con la facultad de generar logros contribuye a definir la capacidad
instrumental con la que cuenta el sujeto en cada ciclo vital.
En este sentido, los enunciados críticos que en mayor o menor medida comienzan a
cuestionar y descalificar los posicionamiento subjetivos parentales pueden llegar a
impactar de lleno en la línea de flotación de su narcisismo. Es en ese momento cuando
surgen ciertas estrategias inconscientes parar evitar las desagradables consecuencias de
dicho impacto. De este modo algunos padres pueden intentar hacerse amigos de su hijos
o compinches, en un intento de disolver la pugna generacional y el replanteo de sus
vidas valores, como así también de lo que hasta allí su proyecto de vida.
han venido ejerciendo sobre la vapuleada trayectoria del planeta adolescente, ilustra el
papel protagónico que adquieren las significaciones Imaginarias Sociales.
Podemos entonces arribar a la conclusión de que las producciones de subjetividad
proveniente de los sucesivos contextos socioculturales resultaron decisivas en la
modelación de los consecutivos imaginarios adolescentes y sus conductas asociadas. En
este reconocimiento lleva implícito el requisito por el cual todo relevamiento a
efectuarse en torno al conjunto de vicisitudes al que se vio expuesto desde su aparición
la condición adolescente, no podría ponerse en practica sin al imprescindible inclusión
de los puntos de vista resultantes de la emergencia y el despliegue del registro
transubjetivos. Otro tanto ocurrió de forma simultanea con las incumbencias del
registro intersubjetivo, aquel que focaliza la facultad estructurante de las vinculaciones
en la constitución y complejización del psiquismo. Esta situación mantuvo su vigencia
en tanto la negación, el rechazo, y el desconocimiento perduraron en torno a las
particularidades de la condición adolescente. Fue por esta razón que el registro
intrasubjetivo detento históricamente una preponderancia casi monopólica a la hora de
gestar los desarrollos que abrieron el camino para fundar las bases de la clínica
psicoanalítica con adolescentes.
En el trabajo con adolescentes, es necesaria una visión que conjugue la dinámica que se
despliega en el accionar de estos tres registros.
Registro transubjetivos: trama que sostiene la “condición adolescente”. Vinculado
con los modelos identificatorios de adolescencia sociales.
Registro intersubjetivo: Preponderancia del Registrovinculado con las relaciones
entre los sujetos, sociales.
Registro intrasubjetivo: se refiere a los aspectos internos, propios del sujeto
adolescente vinculado con lo intra psíquico.
EL MUNDO NO BASTA
La metamorfosis adolescente sienta sus bases en una serie de sucesivas rupturas, la más
difundida es la que se produce en el marco de la continuidad de los equilibrios del
psiquismo infantil a propósito del advenimiento de un conjunto de alteraciones
psíquicas y corporales.
evitar que el equilibrio del funcionamiento psíquico del sujeto adolescente resulte
perturbado o colapse por las trapisondas a que lo expone la maduración física.
Para facilitar el trabajo de reesamblado temporal de las representaciones ligadas a la
imagen corporal, resulta necesaria la salida a escena de una fuerza que tenga perfil
reconstructivo. Esta fuerza se va hacer cargo de los baches generados por las fallas en el
ensamble de perfiles anteriores.
En la esfera emocional el procesamiento de los afectos que despierta la pubertad y
luego la adolescencia, va a redundar en cambios en la forma de vincularse con los
otros y consigo mismos, un aspecto afectado es la autoestima. Sin embargo, los
coletazos a los que se vera expuesta la esfera emocional no van a repercutir solo en la
dimensión de la autoestima, sino que en su arrolladora intensidad van arrastrar a la
totalidad del registro narcisista.
El Registro narcisista se vera involucrado en la zona de riesgo que queda delimitada en
torno de la factibilidad de obtener logros que demanda la cultura, sin poder sopesar
con precisión los recursos con los que cuenta, La obtención de esos logros va a
depender de la aceptación de los otros del vinculo, en tanto que fuentes externas de
reconocimiento y amor, con sus respectivos correlatos en el ámbito del mundo interno.
Las oscilaciones afectivas que van a bambolear al registro narcisista alcanzaran con su
onda expansiva tanto a los otros del vínculo, como a los propios intereses y proyectos
en juego.
El procesamiento de la condición adolescente general va a producir una serie de
síntesis afectivas transitorias comandadas por la operatoria del reensamblado.
Reensamblados que intentaran llenar lugares vacantes, esta dinámica es la que explica
la volubilidad adolescente a la hora de reaccionar frente a estímulos provenientes del
medio circundante.
Verónica Vega
Cap. 6
Hallazgo de objeto en la adolescencia
Prepubertad: para niños y niñas del mismo sexo el otro sexo no es objeto de deseo, se
relacionan entre sí.
Verónica Vega
Cap. 7
Sexualidad femenina
Hasta finales de los años 20, el movimiento psicoanalítico no tenía una teoría especifica
sobre el desarrollo femenino. Se habían propuesto variantes de un complejo de Electra
en el que suponía que la experiencia de las mujeres era una imagen especulkar del
complejo de Edipo descripto para los hombres.
Es al explicar la adquisición de la femineidad que Freud plantea los conceptos de
envidia al pene y castración.
Partiendo de la base de una sexualidad infantil masculina para ambos sexos, Freud sitúa
la complejidad de; desarrollo sexual femenino en dos cambios: el de zona erógena y el
de objeto. El primero se sitúa en torno a la zona genital originalmente dominante (el
clítoris como análogo al pene) a favor de una zona : la vagina a la que el autor vincula
con el ano. El segundo de los cambios recide en el objeto de amor, pasando de la madre
al padre. Freud dice que esto es debido al complejo de castración, en el cual la mujer
queda desilucionada de su madre y se inclina hacia quien tiene el órgano valorado (el
padre).
En base a esta teória, existen para Freud tres caminos en el desarrollo de la sexualidad
femenina:
La identidad femeninano deriva para dichos autores de una envidia al pene, sino que se
basa en la idea del conocimiento de la vagina y tal conocimiento da acceso en la niña a
su sexualidad.
A pesar de la diferencia radical de ambas corrientes en cuanto a la importancia que se le
adjudica a la envidia al pene, las dos teorias toman como punto de partida la posición de
la niña en una dimención anatómica-evolutiva. Sea el objeto de amor la madre o el
padre, y la zona erógena vagina, el clítoris o el pene, parece que lo que está en tela de
juicio se refiere en última intancia a qué parte de la anatomía es el destino.
Decía Simon de Beauvoir que “no se nace mujer, se llega a serlo”. Esto significa que la
interpretascion cultural de los atributos sexuales se distinguen del hecho de haber nacido
con uno u otro carácter sexual. Por ende, la sexualidad se desarrolla en un contexto
familiar, social y cultural bajo un determinado sistema ideológico acerca de lo que se
considera femenino/masculino.
Esto entonces introduce la necesidad de explicitar qué se entiende por “género”.
El concepto de “genero”
Concepto de género:
Término que no pertenece al campo del psicoanálisis.
Deriva del latín genus que significa nacimineto u origen y es utilizado en el
campo de la gramática para clasificar las palabras en femeninas o masculinas.
Concepto tomado por la antropología feminista para realizar un trabajo
deconstructivo de la naturalización de las diversas formas de desigualdad.
El neonatólogo norteamericano Money descubrió en la década del 50 que si a un
niño que había nacido con problemas genéticos (hermafrodita) se le adjudicaba
el sexo incorrecto, una vez pasado el tiempo, la familia, no deseaba la
reasignación del sexo correcto. Money consieró que no era posible siguir
sosteniendo que la identidad del Yo del sentimiento de ser nena o varó se basara
en la anatomía sexual sino que, por lo contrario, se trataba de un referente de
caractes simbólico. En la construcción del sentimiento del ser, tenía mayor
poder la creencia de los padres y el entorno que la realidad del cuerpo biológico.
Es Robert Stoller quien traslada al psicoanálisis el termino género y denomina
“identidad de género nuclear” a la sensación que tiene el individuo de ser
varón o mujer. Identidad adquirida en los primeros diciocho meses de vida (la
“representación primordial”).
Los psicoanálistas que han trabajado el concepto de género entienden que la
sexualidad biológica se halla sometida a las fuerzas de fantasia inconscientes de
los padres para con sus hijos.
En este sentido, entiendo que la identidad de género se articula en mayor medida con la teoría
del narcisismo, que con la del Edipo. El significado de “ser femenino o masculino”no se
Para concluir retomaré la idea de Scott quien propone una dimención de género que no
está basada en un sistema de antagonismos (masculino-femenino), sino en dos partes
interrrelacionadas aunque distintas y con cuatro elementos:
1) Símbolos y mitos culturales disponibles que evocan representaciones múltiples.
2) Los conceptos normativos (religión, educación, leyes) que afirman el significado
del varón y de la mujer para una sociedad.
3) Institiciones y organizaciones sociales de relaciones de género: el sistema de
parentesco.
4) La identidad
La ideas de Scott permite plantear al género como las relaciones sociales entre sexos y
asé mostrar que no existe un mundo para las mujeres aparte de los hombres y que la
masculinidad y femineidad pueden ser pensado como un continuum en las aspectos
psícologicos que se integran en la mente de toda mujer y todo hombre.
Entonces en relacion a este concepto se ha explicado que si bien se encuetra
relacionado al narcisismo y que comienza a formarse entre los 18 y 2 años, la identidad
de género como tal queda establecida tras la elaboracion de los duelos por el cuerpo
infintil, la identodad infantil y por la bisexualidad. Esto significa desde un punto de
vista teórico, que es recien en la fase de la adolescencia tardía (luego de los 18 años),
que es posible hablar de una identidad de género formada.
FernandezMoujan
EL PENSAMIENTO ADOLESCENTE
Evidentemente son tareas que se superponen, pero que, con finalidades de estudio,
separamos para dedicarnos a una de ellas: jerarquizar las funciones yoicas. De estas
funciones, la más prominente es sin duda el pensamiento.
Cabría preguntarnos: ¿por qué es tan importante esta función durante la adolescencia?
Los vínculos infantiles toman una característica especial, que Piaget conceptualizó
como “la inclusión de lo posible dentro de lo real”: son vínculos inmediatos, en los
que se requiere un pensamiento lógico concreto capaz de reproducir configuraciones
mentales similares a las propuestas por la realidad. El pensamiento es un compás de
espera para la acción.
Los vínculos adultos que el adolescente empieza a descubrir se caracterizan porque hay
una percepción de los “objetos reales incluidos dentro de los posibles”, lo cual quiere
decir que existiría un tipo de pensamiento lógico-formal capaz de pensar a partir de
ideas y no sólo sobre objetos reales (dichas ideas, más adelante, son transformadas en
reales o no).
En esto podemos ver cómo hay un ir y venir entre dos tipos de pensamiento:
1) Mágico, que controla el objeto omnipotentemente y
2) científico que controla los objetos de una manera más real.
Uno intenta controlar la realidad; el otro se prepara para conectarse con la realidad
haciendo proposiciones (hipótesis) que tienen que ser puestas a prueba.
Antes de entrar en más detalles haré un paréntesis para hablar de las ideas como
objetos transicionales.
Las ideas y palabras como objetos transicionales. Las palabras y las ideas tienen en el
adolescente funciones de evacuación, control, tanteo y elaboración de la pérdida. La
función que adquieran depende fundamentalmente de las fantasías subyacentes y de la
fortaleza del Yo para tolerar las ansiedades.
Son una transición: por un lado, se alejan de los objetos infantiles, reemplazándolos
por símbolos abstractos, pero por otro lado son utilizados mágicamente como si fueran
juguetes (la cáscara formal es adulta, pero el contenido es infantil). Es por esto que las
llamaremos “palabras juguetes”, considerando que apuntan a la misma finalidad que
los objetos transicionales: desprendimiento paulatino de lo familiar y control de lo
desconocido.
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En la pubertad recién se empieza a familiarizar con esta nueva estructura del pensar; en
la mediana adolescencia se desarrolla y ejercita restringidamente para que luego, en la
adolescencia tardía, se detecte la caída definitiva de la omnipotencia del pensar, en aras
de un manejo más real de los objetos y de la comunicación con sus pares y adultos.
Creo que la adquisición de un tipo de pensamiento que pasa del interés por lo concreto
(cosas y personas) al interés por las ideas permite a los adolescentes, especialmente
después de los 15 años, salirse del tiempo y espacio dados, descubrir dentro de sus
“mundos” (grupo, generación) una nueva idealidad personal y proyectar una futura
cultura, distinta de la que se les propone.
El pensamiento y la acción son los instrumentos básicos que tienen los adolescentes
para elaborar el cambio. No nos tiene que extrañar que muchas de las consultas en esta
edad se deban justamente a problemas en el pensar.
Aún conserva algunos de sus caracteres omnipotentes, pero a nivel grupal. Los
adolescentes de esta edad pueden discutir lo que piensan (sus ideas son realmente ideas
para comunicarse) aunque restringidamente. Las ideas se comparten y discuten en
grupos de pares, es decir que se acepta hasta cierto punto una prueba de realidad aunque
al principio se busquen grupos ideológicos muy semejantes y no se toleren los
diferentes. Llamamos al pensar de este período pensamiento mesiánico, porque es
compartido necesariamente por otros que expresan ideas semejantes, salvadoras y
redentoras, que no necesitan ser puestas a prueba más allá de su ámbito.
En la adolescencia tardía, la identidad está más afirmada, el duelo ha pasado sus etapas
críticas y el pensamiento lógico formal ha sido totalmente aprendido: todo esto permite
al adolescente renunciar al pensamiento omnipotente, mágico y mesiánico de las etapas
anteriores y adoptar un pensamiento creador y realizador: ni la erotización ni el control
de los objetos son obstáculos para pensar de una manera más personal, flexible y capaz
de interrogarse sobre el futuro y proponer ciertos cambios.
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EJEMPLO:
El pensamiento en las distintas fases de la adolescencia, con ejemplos extraídos de
historias del test de Phillipson (respuestas a la lámina n? 1).
Luis tiene 12 años. Responde así a la primera lámina del Phillipson:
“Acá no veo nada... no veo nada, no se ve (¿qué podría ser?) un hombre (trate de
imaginar algo) . . .
¿Del paisaje también le tengo que decir? Un hombre en un restaurant. . . o veo la gente
acá, una mesa, y esto. . . no puedo. . . esto es el maítre. . . y esto pareciera una bailarina
que está dando vueltas, pero no puede ser, después hay una ventana y gente.”
En seguida vemos que piensa en imágenes no concretas sobre las que construye una
historia de carácter mesiánico (piensa en el más allá), cargada de misterio y con un
tinte reivindicatorío (héroe que hace una hazaña). No se preocupa mucho porque su
pensamiento se concrete en alguna realización. La meta de este tipo de pensamiento es
desentrañar el mundo desconocido, cargado de posibilidades, mediante ideas
mesiánicas y fantasías omnipotentes (héroe), únicas capaces de enfrentarlo.
Se ve que Mirta reflexiona, piensa sobre sus ideas con una preocupación concreta de
realización (fracasada). Acepta que lo real está sumergido en un mundo de
posibilidades y se pregunta cuál de ellas explica lo real (el fracaso). Lo mesiánico, el
más allá (como podría ser el infierno) es ubicado inmediatamente en el campo real:
dentro de sí. Tiene todas las características del pensamiento lógico-formal: a) piensa
sobre ideas que buscan realizarse, y b) parte de lo real, la lámina bien observada,
sumergiéndose allí, con los personajes, en el mundo de posibilidades que incluyen lo
real.
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