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Estudio de tiempos con cronómetro

Definición.-

Equipo para la toma de tiempos:


1.- Cronometro.(mecánico o digital o electrónico)
2.- Tabla especial para toma de tiempos (anatómica).
3.- Formas impresas para la toma de tiempos.
4.- Cinta métrica.
5.- Calculadora.

Requisitos personales del analista:


1. Honradez.
2. Tacto y comprensión.
3. Lleno de recursos. (Creatividad)
4. Confianza en sí mismo.
5. Buen juicio y habilidad analítica.
6. Personalidad agradable, persuasiva y optimista.
7. Paciente y controlado.
8. Bien vestido y limpio.
10.Entusiasta.

Cronometraje del trabajo


El estudio de tiempos suele constar de seis etapas siguientes:

1.- Seleccionar el trabajo que se va a estudiar.

Selección del trabajo:


Lo mismo que en el estudio de métodos, lo primero que hay que hacer en el estudio de
tiempos es seleccionar el trabajo que se va a estudiar. La selección rara vez se hace sin un
motivo preciso, que de por si obliga a elegir determinada tarea; por ejemplo:

1) novedad de la tarea, no ejecutada anteriormente (cuando son nuevos el producto, el


componente, la operación o la serie de actividades);
2) cambio de material o de método, que requiere un nuevo tiempo tipo;
3) quejas de los trabajadores o de sus representantes sobre el tiempo tipo de una
operación;
4) demoras causadas por una operación lenta, que retrasa las siguientes, y posiblemente las
anteriores, por acumularse los trabajos que no siguen su curso;
5) fijación de tiempos tipo antes de implantar un sistema de remuneración por rendimiento;
6) bajo rendimiento o excesivos tiempos muertos de alguna máquina o grupo de máquinas;
7) preparación para un estudio de métodos o para comparar las ventajas de dos métodos
posibles;

La finalidad del estudio de métodos es evidente: consiste en perfeccionar el método con


que se efectúa una tarea, y a nadie le cabe duda de que es una función del especialista en
estudio del trabajo. Los operarios incluso le quedaran agradecidos si consigue evitarles
faenas fatigosas o molestas. Pero el propósito del estudio de tiempos no es tan claro, y si
no se explica con especial cuidado puede ser objeto de interpretaciones completamente
erróneas o falseadas, con el consiguiente descontento.

Cuando se pueda escoger entre varios operarios, es mejor preguntar al supervisor y a los
representantes de los trabajadores que obrero, a su juicio, se debería estudiar primero,
subrayando que debe ser competente y constante en su trabajo. Deberá tener un
rendimiento promedio o ligeramente superior, y en ningún caso deberá ser una persona que
por temperamento no pueda trabajar normalmente cuando siente que la observan. Si existe
la probabilidad de que el trabajo estudiado se realice en serie, posiblemente por un gran
número de operarios, es importante que el estudio se base en varios trabajadores
calificados.

En la práctica del estudio de tiempos se hace la distinción entre los trabajadores llamados
“representativos” y los “calificados”. Es representativo aquel cuya competencia y
desempeño corresponden al promedio del grupo estudiado, lo que no coincide
necesariamente con el concepto de trabajador calificado.

Trabajador calificado
El promedio representativo de los empleados bien entrenados y capaces de ejecutar todas
y cada una de las fases que comprendan un trabajo, de acuerdo con las exigencias del
mismo.

Esa insistencia en seleccionar trabajadores calificados tiene su razón de ser. Al fijar


tiempos tipo, sobre todo cuando vayan a servir para calcular primas, deberá procurarse que
sean de un nivel que pueda alcanzar y mantener un trabajador calificado sin excesiva
fatiga. Como cada cual trabaja a distinta velocidad, los tiempos registrados deben
ajustarse para determinar ese nivel, aplicándoles factores que dependen del criterio del
especialista en estudio del trabajo. La experiencia ha demostrado que las cifras exactas se
sitúan dentro de un margen de velocidades bastante limitado, alrededor de lo normal para
un trabajador calificado. Observando a trabajadores lentos o no calificados, o bien
excepcionalmente rápidos, se suele llegar a tiempos demasiado largos (o sea “holgado”), y
por tanto antieconómicos, o demasiado cortos (o sea “ajustados”), que son injustos para el
trabajador medio y que más tarde probablemente sean motivo de quejas.

Recomendaciones a considerar para realizar un estudio de tiempos

Una vez seleccionado el operario cuyo trabajo se estudiará en primer lugar, el especialista
deberá hablarle, en compañía del supervisor y del representante de los trabajadores,
para explicarle cuidadosamente el objeto del estudio y lo que hay que hacer. Se le pedirá
que trabaje a su ritmo habitual, haciendo las pausas a que está acostumbrado, y se le
recomendará que exponga las dificultades que se encuentre.

Es importante convencer al supervisor de que no vigile más al trabajador: hay obreros que
experimentan verdadero pánico cuando los observa su superior. Cuando se haya
implantado un método nuevo hay que dar al trabajador tiempo sobrado para habituarse
antes de cronometrarlo. Lleva mucho tiempo adaptarse a un método nuevo y alcanzar la
velocidad máxima constante. Tal vez se necesiten varios días e incluso varias semanas de
práctica, según la duración o complejidad de la operación, antes de que el trabajo se pueda
cronometrar valederamente para fijar tiempos tipo. Tampoco deberá utilizarse para medir
el tiempo un trabajo hecho por obreros recién asignados a un puesto al que aun no están
perfectamente habituados.
De ningún modo se intentará cronometrar al operario desde una posición oculta, sin su
conocimiento o llevando el cronómetro en el bolsillo. No sería honrado, y en todo caso no
faltaría quien se enterara y la noticia se propagaría rápidamente. El estudio del trabajo no
debe tener nada que ocultar.

Es igualmente importante que el especialista esté de pie mientras realiza el estudio.


Entre los obreros hay tendencia a pensar que todo el trabajo les toca a ellos, mientras que
el analista es un mero espectador. Acentuará esa impresión si se instala cómodamente:
pronto le perderían el respeto, que es la mayor ventaja con que cuenta. Por consiguiente, no
deberá sentarse ni recostarse, sino colocarse de pie en una postura cómoda en que pueda
quedarse mucho tiempo si fuera necesario. El estudio de tiempos exige intensa
concentración y constante atención, particularmente para tomar el tiempo de “elementos” o
“ciclos” muy breves, y esta generalmente reconocido que de pi e es más fácil mantenerlas.

La mayoría de los operarios pronto se habituarán a trabajar a su ritmo normal, pero los de
tipo nervioso, especialmente las mujeres, tienden a trabajar más de prisa de lo que
acostumbran, con los errores y tropiezos consiguientes. Cuando así sea, el analista
detendrá su estudio, charlará con el operario para quitarle la nerviosidad, o incluso lo
dejará solo un rato ha
sta que se le pase.

Un estudio de métodos bien hecho, antes de cronometrar una tarea, simplifica


enormemente la fijación de los tiempos tipo. Se ha procurado indicar algunos de los
problemas prácticos que tendrá que resolver el especialista en estudio del trabajo para
obtener tiempos representativos, pero hay muchos más que solo se aprende a resolver en la
dura escuela de la experiencia, en el ambiente de la fábrica o del taller, conviviendo con los
que allí trabajan.

2. Obtener y registrar toda la información posible acerca de la tarea, del operario y de


las condiciones que puedan influir en la ejecución del trabajo. (Registrar una descripción
completa del método descomponiendo la operación en “elementos”).

Los detalles del lugar de trabajo pueden registrarse con mayor rapidez y exactitud
fotografiándolos con una simple cámara de revelado e impresión inmediatos dotada de
flash. Es importante registrar toda la información pertinente obtenida por observación
directa, por si acaso se debe consultar posteriormente el estudio de tiempos. Si la
información es incompleta, el estudio puede ser prácticamente inútil a los pocos meses.
Dicha información puede agruparse como sigue:

A. Información que permita hallar e identificar rápidamente el estudio cuando se


necesite:
Numero del estudio;
Número de la hoja
Nombre del especialista que hace el estudio;
Fecha del estudio;
Nombre de la persona que aprueba el estudio (jefe del departamento de Estudio del
trabajo, jefe de producción u otro superior competente).
B. Información que permita identificar con exactitud el producto o pieza que se
elabore:
Nombre del producto o de la pieza;
Numero del plano o de la especificación;
Numero de la pieza (si no es el del plano);
Material;
Condiciones de calidad.
C. Información que permita identificar con exactitud el proceso, el método, la
instalación o la máquina:
Departamento o lugar donde se lleva a cabo la operación;
Descripción de la operación o de la actividad;
Número de la hoja de estudio de métodos o de instrucciones (cuando existan);
Instalación o maquina (marca de fábrica, tipo, tamaño o capacidad);
Herramientas, plantillas, dispositivos de fijación y calibradores utilizados;
Croquis del lugar de trabajo o de la maquinaria, y de la pieza, o de una u otra,
Mostrando las superficies trabajadas (al dorso del formulario o, en caso necesario, en hoja
aparte anexa al estudio);
Velocidad y avance de la maquina u otros datos de la regulación que determinen el ritmo de
producción de la maquina o proceso (como temperatura, presion, caudal, etc.). Es preferible
que el capataz ponga su “visto bueno” en la hoja misma como confirmación de la exactitud
de los datos.
D. Información que permita identificar al operario:
Nombre del operario;
Número de la ficha del operario.
E. Duración del estudio:
Comienzo (hora en que empieza el estudio);
Término (hora en que termina el estudio);
Tiempo transcurrido.
F. Condiciones físicas de trabajo:
Temperatura, humedad, buena o mala luz y demás datos que no figuren en el croquis del
lugar de trabajo. En caso de utilización de un dispositivo electrónico que no permita
registrar las informaciones anteriores, Éstas deberán consignarse en una hoja especial,
similar a una hoja de cronometraje normal y debidamente marcada con un código de
referencia.

DESCOMPONER LA TAREA EN ELEMENTOS


Después de registrar todos los datos sobre la operación y el operario necesarios para
poderlos identificar debidamente mas tarde y de comprobar que el método que se utiliza es
adecuado o el mejor en las circunstancias existentes, el especialista deberá descomponer
la tarea en elementos.

El ciclo de trabajo empieza al comienzo del primer elemento de la operación o actividad y


continúa hasta el mismo punto en una repetición de la operación o actividad; empieza
entonces el segundo ciclo, y así sucesivamente.

Elemento es la parte delimitada de una tarea definida que se selecciona para facilitar la
observación, medición y análisis.

Ciclo de trabajo es la sucesión de elementos necesarios para efectuar una tarea y obtener
una unidad de producción. Comprende a veces elementos casuales.

Es necesario detallar los elementos para poder:


1) separar el trabajo (o tiempo) productivo de la actividad (o tiempo) improductiva;
2) evaluar la cadencia de trabajo con mayor exactitud de la que es posible con un ciclo
integro: el operario quizá no trabaje al mismo ritmo durante todo el ciclo y tienda a
ejecutar ciertas operaciones más rápidamente que otras;
3) reconocer y distinguir los diversos tipos de elementos (véase más adelante) para
ocuparse de cada uno según su tipo;
4) aislar los elementos que causan especial fatiga y fijar con mayor exactitud los tiempos
marginales de descanso (suplementos por fatiga);
5) verificar más fácilmente el método, de modo que más tarde se note en seguida si se
omiten o añaden elementos, para el caso en que haya protestas contra el tiempo tipo de la
tarea;
6) hacer una especificación detallada del trabajo;
7) extraer los tiempos de los elementos que se repiten a menudo, como el manejo de los
mandos de máquinas o la quita y pon de piezas en los dispositivos de fijación, a fin de poder
establecer datos tipo.

Delimitar los elementos


Hay algunas reglas generales para delimitar los elementos de una operación, entre las
cuales las siguientes:
Los elementos deberán ser de identificación fácil y de comienzo y fin claramente
definidos, de modo que una vez fijados puedan ser reconocidos una y otra vez.
Los elementos deberán ser todo lo breves que sea posible, con tal que un analista experto
pueda aún cronometrarlos cómodamente. suele fijarse en 0,04 minutos ( 2,4 segundos).
Para observadores menos expertos puede ser de 0,07 a 0,10 minutos. (4.2 a 6 segundos)
Dentro de lo posible, los elementos, sobre todo los manuales, deberían elegirse de manera
que correspondan a segmentos naturalmente unificados y visiblemente delimitados de la
tarea.
Dada, por ejemplo, la acción de alcanzar una llave, acercarla al trabajo y apretar una
tuerca, se pueden identificar las acciones de estirar la mano, asir la llave, acercarla,
cambiarla de posición en la mano para manejarla mejor y colocarla en la tuerca. Para el
trabajador es un solo conjunto de movimientos, más bien que una serie de actos autónomos.
Es preferible tratarlos como un solo elemento, que se designará “tomar llave” o “tomar y
colocar llave” y cronometrar todos los movimientos juntos, que hacer un corte, digamos, en
el instante en que los dedos tocan por primera vez la llave, y dividir así en dos elementos el
grupo natural de movimientos.
Los elementos manuales deberían separarse de los mecánicos. Estos pueden calcularse a
partir de los avances automáticos o las velocidades fijadas y servir para verificar los
tiempos cronometrados. Los elementos manuales dependen comúnmente por entero del
operario. Esta separación es de particular importancia cuando se quiere calcular tiempos
tipo.
Los elementos constantes deberían separarse de los variables.
Los elementos que no aparecen en todos los ciclos (casuales y extraños) deben
cronometrarse aparte de los que si aparecen.

3.- Tamaño de la muestra Determinar el tamaño de la muestra de acuerdo al tiempo ciclo


del proceso o pieza que se está estudiando

4. Medir el tiempo con un instrumento apropiado, generalmente un cronómetro, y


registrar el tiempo invertido por el operario en llevar a cabo cada “elemento” de la
operación. Determinar simultáneamente la velocidad de trabajo efectiva del operario por
correlación con la idea que tenga el analista de lo que debe ser el ritmo tipo y convertir los
tiempos observados en “tiempos básicos”.

5. Compilar
Para determinar los suplementos que se añadirán al tiempo básico de la operación.
Calificación en el lugar de trabajo
La calificación deben hacerse única y exclusivamente en el momento de realizar el estudio.
El analista evalúa la velocidad, destreza, la ausencia de movimientos falsos, el ritmo, la
coordinación y la eficiencia, asi como todos los demás factores de la productividad

Suplementarios o Tolerancias
Hay que conceder tolerancias al trabajador, de modo que el estándar que se fije sea justo
y llevadero para todo trabajador normal, actuando de un modo continuo y a velocidad media.
El estudio de tiempos abarca un tiempo reducido, en el que es imposible observar todas las
variables que influyen en la fatiga y otros retrasos.

6. Definir
El “tiempo estándar” propio de la operación.

Tiempo estándar:
El tiempo estándar para una operación determinada, es el que necesita un operario más o
menos preparado y entrenado, trabajando a una velocidad normal para ejecutar la
operación.
Se determina para cada elemento, multiplicando el tiempo promedio obtenido por un factor
de conversión que incluye la calificación del operario y las tolerancias otorgadas.

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