Вы находитесь на странице: 1из 3

UNA LEY INQUEBRANTABLE

Una ley física o ley científica es un principio teórico deducido de hechos concretos,
aplicable a un grupo definido de fenómenos y que se puede enunciar como que un
fenómeno en particular siempre ocurre si se presentan ciertas condiciones. Como por
ejemplo la “ley de gravedad” que nos dice que en la superficie de nuestro planeta, una
fuerza de atracción, va a provocar que cualquier cuerpo sufra una aceleración de 9.81
m/s2. En otras palabras “todo lo que sube tiene que bajar”. Esta ley sin importar quién
lo haga, como lo haga ni con que lo haga, indefectiblemente va a actuar en todo cuerpo
que se halle sobre la superficie terrestre. De la misma manera, la ley de “acción y
reacción” enunciada por Newton, nos dice que todo cuerpo que ejerce una fuerza
(acción) sobre otro, este reacciona con la misma fuerza (reacción) pero en sentido
contrario. Y así por ejemplo con todas las leyes que conocemos de la física. En cuanto
a las escrituras podemos encontrar la “ley de la siembra” que nos dice: todo lo que el
hombre sembrare eso también segará (Gálatas 6:7). En esta ley entran varios factores,
es decir, podemos sembrar plantas, flores, verduras, etc. como así también amor,
ayuda, odio, rencor; en fin, sin importar quién lo haga, ni su forma física, ni su creencia
religiosa, todo lo que este siembre eso cosechará.
Así como la ley de la siembra y la cosecha, entre otras, en las escrituras hay una ley o
principio inquebrantable que generalmente nos ha costado entender. En la parábola de
los talentos (Mateo 25:14-30), en el versículo 29 Jesús nombra un principio que, a
primeras oídas, parecería injusto:
“Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le
será quitado”.
Este principio está asociado a los talentos, como también, en Lucas 19:26 está asociado
a las minas:
24 Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez
minas.
25 Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas.
26 Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que
tiene se le quitará.
Y por otro lado, en Mateo 13:12 Jesús se lo decía a sus discípulos mientras les
explicaba el porqué de las parábolas luego de contar la parábola del sembrador.
Mateo 13:10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por
parábolas?
11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino
de los cielos; mas a ellos no les es dado.
12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo
que tiene le será quitado.
En este pasaje este mismo principio está asociado a los misterios del reino.
Como dije antes, en un mismo principio entran distintos elementos, aun así, este
principio en particular puede sonar algo injusto o como que no encaja con el resto de las
escrituras.
Pero para entenderlo un poco mejor hay que aplicarlo con uno de los elementos más
importantes para este principio, “EL AGRADECIMIENTO”. Y así podríamos decir que:
“Al que es agradecido, más se le dará; y al que no agradece, aun lo que se le dio le
será quitado”.
Creo que esto es muy fácil de entender ya que lo vemos en nuestra vida diaria, cuando
uno le da algo a una persona o hace algo por ella y ésta se muestra agradecida, dentro
de uno se produce una sensación de satisfacción que aumenta el deseo de volverle a
dar. Por el contrario, cuando la persona hace un gesto de descontento o no se muestra
agradecida, deja una sensación de injusticia y esto disminuye el deseo de volver a
hacer algo por ella.
Recuerdo que desde mi infancia cada vez que se nos daba algo en respuesta a lo que
habíamos pedido anteriormente, la palabra clave que mis padres decían era:
-¿Cómo se dice?
Mientras sus rostros se quedaban detenidos expectantes hasta recibir la respuesta
como reacción demandada por aquella acción
-¡GRACIAS!
Era lo que se debía responder y solo luego de aquella respuesta, la sonrisa volvía a sus
rostros y todo volvía a su normalidad. De esta forma, fuimos enseñados a ser
agradecidos en cuanto a todo lo que se nos da y todo lo que hacen por nosotros.
También recuerdo que si alguna vez se nos daba algo y por algún motivo aquél regalo
nos desagradaba, o al recibirlo lo acompañaba un gesto de inconformidad, aquel regalo
era arrebatado de nuestras manos y ante aquella acción, con un tono de voz elevado y
con un gesto de confusión en el rostro, uno solo podría preguntarse
-¿Por qué?
Y la respuesta a aquella pregunta, como señal de justificación era:
-¡Por mal agradecido!
A pesar de la angustia que quedaba luego de aquella respuesta y la sensación de
pérdida causada por el faltante del reciente regalo, en nuestro interior, se manifestaba
un sello de “justicia” ya que sabiendo que por nuestra causa había sido la pérdida. Y
esta causa se remontaba a una sola razón, el no haber sido agradecido.
Parecería como que el mundo sigue girando y dentro de su curso mientras se cumpla
este principio de dar las gracias, pero cuando el agradecimiento no vuelve en respuesta
a una acción provocada sobre alguien, es como que el mundo se detiene a la espera de
esta reacción y al no hallar respuesta, inicia su giro nuevamente pero de manera muy
dificultosa para seguir manteniendo su curso causando una reacción negativa y la
relación que había entre estas dos personas ya no será la misma. Cuán importante es
ser agradecidos como así también demostrar nuestro agradecimiento hacia los demás.

Algo similar a esto sucede cuando alguien nos hace algún daño, aunque sea sin querer,
y uno se queda a la espera de que nos pidan perdón, es como que ante este tipo de
“acciones” son necesarias las “reacciones” positivas que permitirán que el mundo siga
su curso, como en este caso, lo son el perdón y el agradecimiento.
Este principio es fundamental para nuestro andar en Cristo. El no haber sido consciente
de estar agradecidos a Dios en todo, hizo que perdamos aun aquellas cosas que ya
habíamos recibido. Porque todo lo que agradecemos, más de eso recibiremos; pero lo
que no agradecemos, aun lo que hemos recibido, se nos quita.
Por eso, si prestamos atención a todas aquellas cosas que nos agradan y centramos
nuestro agradecimiento a Dios a causa de ellas, por este principio, más de estas cosas
recibiremos. Pero, por el contrario, si pasamos por alto todas las bendiciones recibidas y
nos centramos, más bien en lo que nos falta, lo que hayamos recibido lo perderemos.
Creo que el haber ignorado este principio, hizo que perdamos muchas de las
bendiciones que estaban destinadas para nosotros. Como así también, las que ya
habíamos adquirido.
Nuestra cultura “cristiana”, generalmente, nos lleva a pensar que el enemigo es
siempre el causante de que nuestras bendiciones sean retenidas o que nos haya
durado poco tiempo. Pero nunca pensamos que pudo haber sido por nuestra falta de
agradecimiento.
“Al que es agradecido, más se le dará; y al que no agradece, aun lo que se le dio le será
quitado”.
Cuando das gracias por las cosas que tienes, por pequeñas que sean, verás cómo
aumentan. Si estás agradecido a Dios por el dinero que posees, aunque sea poco, verás
que éste crece. Si estás agradecido por una relación, aunque no sea perfecta, verás que
mejora milagrosamente. Si estás agradeces a Dios por el trabajo que tienes, aunque no
sea el trabajo de tus sueños, las cosas empezarán a cambiar para que disfrutes más
realizándolo, y de pronto te surgirán todo tipo de oportunidades.
La otra cara de la moneda es que cuando no pensamos en nuestras bendiciones, sin
darnos cuenta podemos caer en la trampa de prestar atención a las cosas negativas
centrándonos en ellas. Activamos cosas negativas cuando hablamos de las que no
tenemos. Activamos cosas negativas cuando criticamos o encontramos defectos en
otras personas, cuando nos quejamos del tráfico, de hacer fila, de los retrasos, del
gobierno, de no tener suficiente dinero o del tiempo. Cuando pensamos en cosas
negativas, éstas también aumentan, pero además de eso, con cada cosa negativa que
activamos centrándonos en ella, cancelamos las bendiciones que estaban en camino.
Mejor es perder la cuenta contando las bendiciones que perder las bendiciones
contando los problemas.

Вам также может понравиться