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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Trabajo Final :
Las tensiones entre el currículum universal y el contextualizado.
Un análisis sobre las prácticas educativas del Uruguay, algunos desafíos de ayer y de
hoy.
Mayo de 2017
Introducción
En este trabajo se pretende problematizar las propuestas de reformulación curricular
que se plantean en el Uruguay actual desde una visión de largo plazo.
En el S. XVII, para Comenio el padre de la Didáctica, ésta consistía en el “…
arte de enseñar todo a todos. Y de enseñar con tal certeza que sea imposible no obtener
buenos resultados. Y de enseñar rápidamente (…) y de enseñar sólidamente, no
superficialmente.” (Comenio citado en Behares, 2004).
Sin embargo en el S.XXI la Didáctica, desprovista de toda esa confianza, parece
convertirse en el arte de enseñar algunas cosas a unos y otras cosas a otros, sin ninguna
certeza de que ello vaya a resultar, con el convencimiento de que los procesos son lentos y
dificultosos y sin la intención de solidificar conocimientos los cuales tienden a verse cada vez
más como fugaces, inciertos y optativos.
Estos movimientos dentro de la Didáctica como actividad de investigación y
principalmente como actividad prescriptiva de un “deber ser” (Behares, 2004), se
corresponden con continuas reformulaciones del currículo.
A los efectos de este trabajo entendemos por currículum al conjunto de objetivos,
destrezas, contenidos, metodologías y evaluaciones directamente relacionados entre sí que
orientan la práctica pedagógica (Alexander, 2001). También de forma un poco más extensa
podríamos considerar al currículum como una noción que incluye:
Sin embargo la lucha de clases era un enemigo temido tanto para la propuesta
conservadora como para la propuesta reformista. Los primeros buscaban que los pobres
aceptaran su situación, que naturalizan las diferencias y su lugar en la sociedad, los segundos
buscaban disolver esas diferencias en el terreno común de la escuela:
La ley entonces sintetiza toda una concepción educativa desde una perspectiva de
derechos que se venía desarrollando y que relativiza a la concepción de igualdad entre los
sujetos haciendo más bien énfasis en la equidad, obligando a grandes transformaciones
curriculares para asegurar el cumplimiento de la Ley, compensando las desigualdades de base
que se reconocen sin cuestionar su mecanismo de producción histórico-social. (Bordoli,
2006b, Bordoli, 2006b).
Por lo tanto se vuelven evidentes tensiones que venían siendo veladas, el curriculum
universal disciplinar enciclopédico y homogéneo se resquebraja, surgiendo múltiples ofertas
programáticas y adecuaciones curriculares con el fin de la atención a la diversidad y la
progresiva implementación de un currículum basado en competencias mínimas.
La atención a la diversidad durante el siglo XX comenzó en la Educación Primaria
frente al desafío que planteaba la Educación rural y posteriormente por el desarrollo de la
Educación especial y de esta manera surge la necesidad de realizar un análisis de las políticas
y las prácticas que subyacen a los procesos de integración educativa.
A fines del siglo XX los desafíos actuales con respecto a la universalización del
sistema educativo hacen que estas propuestas sean extendidas a toda la educación,
actualmente la diversidad en las aulas, disimulada en el 900, pasó a ser una realidad social
que requiere otras miradas y abordajes posibles desde la pedagogía y la didáctica.
En un documento del Banco Mundial (2004) referido a la inclusión educativa en
Uruguay se plantea lo siguiente:
1
Información obtenida de la página oficial del Consejo de Educación Secundaria, programas ciclo
básico: http://www.ces.edu.uy/index.php/planes-ciclo-basico
- Propuesta 2016: dirigida a adolescentes entre 13 y 17 años que habiendo egresado de
Educación Primaria no se matriculan en la Educación Media. Se desarrolla en 3 años
y cada año está organizado en trayectos semestrales. Generalmente integrado por
estudiantes que asistían al Programa de Aulas Comunitarias, con altos niveles de
vulnerabilidad social y pedagógica (Aristimuño, 2016).
Propuesta 2016
La propuesta 2016 actualmente se desarrolla en ocho liceos de todo el país, (dos en
Montevideo, tres en Canelones, uno en Durazno, Treinta y Tres y Maldonado), en dos grupos
que funcionan en forma simultánea y con espacios comunes con los estudiantes
pertenecientes al plan 2006.
Los alumnos se incorporan a partir de primer año de ciclo básico con el objetivo de
poder realizar un seguimiento durante su trayectoria en esta propuesta.
Como primer aspecto a destacar es que a lo largo de toda su redacción se enfatiza en
el lugar central del estudiante dentro del proceso educativo “el estudiante se ubica en el
centro del proceso educativo con sus peculiaridades, y posibilidades” (CES, 2016, p. 3); “el
foco está puesto en el alumno”(CES, 2016, p. 4).
Tal como destaca Aristimuño (2016), la centralidad del alumno en el proceso
formativo generará consecuencias en la construcción y desarrollo curricular no siempre
evidentes. Que el alumno sea el centro con sus peculiaridades y posibilidades implicará que
el curriculum sea adaptado al alumno, como se evidencia a través de las siguientes palabras:
Tal como lo analiza Dogliotti (2008) han sido recurrentes las ocasiones en que los
cambios curriculares en los programas se fundamentan en las capacidades de los estudiantes
para ingresar y mantenerse en el liceo, haciéndose énfasis en sus intereses, sus realidades
dejando de lado los elementos de orden epistémico, en relación al saber. En este caso, el
sujeto aprendiente en lugar de privilegio dentro del proceso educativo, se constituye en el
parámetro principal para organizar la cantidad de asignaturas y tiempos pedagógicos con la
finalidad de evitar su desaliento, su posible rezago o desafiliación.
Bordoli (2006b) afirma que los saberes deben estar en el centro del campo curricular,
y deben ser iguales para todos por más que puedan ser didactizados en función de contextos
determinados. En este caso, las limitaciones cognitivas, las experiencias previas (fracaso
escolar, por ejemplo), y el contexto de vulnerabilidad sociocultural, aparentan moldear los
curriculum y servir para seleccionar los saberes que deben ser transmitidos, evidenciando una
tradición curricular “psicologizada” (Dogliotti, 2008).
Nos enfrentamos por lo tanto a los curriculums contextualizados, y a los riesgos que
estos acarrean: “...el cuerpo docente realizará una adecuación del currículum al contexto en el
que se enseña, a los intereses, expectativas y conocimiento de los estudiantes, diseñando las
estrategias de trabajo y de evaluación en el aula.” (CES, 2016, p. 2).
En relación a los saberes y currículos contextualizados, Peregalli (2006),
remarca la importancia que en las instituciones educativas circulen saberes distintos a
los contextos. Afirma que se puede partir de ellos pero que es imprescindible que tengan
algo de lo diferente, de lo desconocido. Basándose en Chevallard sostiene que la
trasposición didáctica constituye un acto de justicia y que el saber curricular “debe
cumplir con una doble condición: estar suficientemente cercano al saber sabio (el de la
ciencia) y debe presentarse como suficientemente alejado del saber de los ‘padres’.”
(Chevallard, s. f., citado en Peregalli, 2006, p. 5).
En este sentido, Bordoli (2006a, 2006b) destaca que estos nuevos discursos
educativos centrados en la equidad y discriminación positiva, se traducen en el marco
curricular en conceptos de contextualización, adecuación al medio y diversidad curricular
rompiendo con “el contrato social que anudaba a todos los sujetos en un mismo proyecto
utópico de igualdad en el cual, la escuela y el curriculum único ocupaban un lugar
destacado.” (Bordoli, 2006b, p. 12).
Referirnos a curriculum contextualizado nos lleva a cuestionarnos acerca de la
concepción de sujeto que puede estar latente en esta propuesta educativa. El hecho de
renunciar en cierta medida a saberes universales, comunes a todos, nos enfrenta quizás a un
posicionamiento de “saberes mínimos para sujetos mínimos o minimizados” (Redondo, s.f.,
citado en Peregalli, 2006, p. 10 ).
Este aspecto se vuelve especialmente significativo y riesgoso cuando es en los
mismos centros donde se definen las expectativas de logro, tal como se refleja a
continuación:
“Se espera que en los espacios de coordinación se trabaje a partir de las expectativas
de logro definidas para los distintos niveles del Ciclo, tanto en lo que refiere a competencias
transversales como específicas de las asignaturas” (CES, 2016, p. 2).
“...la definición en el centro de las expectativas de logro a alcanzar por los
estudiantes, se constituye en el eje orientador del trabajo docente.” (CES, 2016, p. 6).
Concepciones como la expuesta por Lasida, son las que generan resistencias a
nivel de los cuerpos docentes, peligrando transformarse el ámbito educativo en un
suministrador casi exclusivo de mano de obra para el mercado de trabajo. Pero, ¿ cómo
lograr un equilibrio en las propuestas educativas donde los estudiantes puedan “elegir”
sus trayectorias formativas y laborales?.
Por lo tanto destacamos que los aportes de la sociología que denuncia a la
educación como uno de los aparatos más eficientes de reproducción de la desigualdad
(Torres, 1996) y los aportes de la psicología en cuanto al reconocimiento de la
singularidad de los sujetos a la hora de aprender llevan entonces a construir nuevos
currículum donde se trate a cada uno según sus capacidades y condicionamientos
previos, con el riesgo, denunciado por Martinis (2006) de construir las políticas
educativas, el currículum prescripto y las prácticas cotidianas en torno a la figura de un
sujeto carente, peligroso en potencia, que desde el principio sabemos que no puede
aprender lo mismo que los demás.
Quizás algunas respuestas pueden pensarse desde una didáctica que aborde la
complejidad del acto educativo, que brinde las herramientas conceptuales y metodológicas
para afrontar una tarea que requiere de un abordaje diverso.
El cambio escolar dependerá de lo que los docentes hagan y piensen. No habrá mejora
sin docentes, sin apostar a un profesionalismo interactivo el cual incluye redefinir el rol
docente y las condiciones en las que se trabaja (Fullan, 2002), sin embargo las nuevas
propuestas curriculares y la exigencia de variadas adecuaciones despierta grandes resistencias
en los educadores.
Los cambios que la tarea docente requiere implica atender a lo diverso y lo complejo
del proceso educativo así como también van a pautar hacia otros aspectos como son el
espacio y el tiempo pedagógico. La tarea educativa debería pensarse no desde la soledad e
individualidad del docente en cada aula, sino la Escuela como comunidad educativa,
ampliando sus propuestas al contexto, generando nuevas construcciones de sentido.
Aparecen varias corrientes psicológicas como fundamentación de los cambios
curriculares, pero la educación latinoamericana han tenido una impronta marcada de la
corriente constructivista, lo que da lugar a un modelo que parte de la premisa de que el
aprendizaje humano es el resultado del proceso de construcción interior del conocimiento a
través de la actividad que realiza con el medio, destacándose la intervención activa del
estudiante en el proceso de aprendizaje, una intervención tan destacada que lleva a
convertirlo en el centro de todo el proceso educativo.
La enorme convicción con que los Estados latinoamericanos se han lanzado bajo los
auspicios de los organismos internacionales a ampliar el acceso a sus sistemas educativos,
nos recuerda la fe de los reformistas del 900 en la igualdad de oportunidades. Sin embargo,
las propuestas curriculares que centradas en el aprendiente pretenden adaptar el saber a las
capacidades previas de los estudiantes, nos retrotraen a las concepciones de los conservadores
que proponían una distinta selección de contenidos en función del destino social de cada
grupo. Por más que en la actualidad el argumento para estos cambios curriculares sea la
equidad y no la estabilidad social.
La renuncia y la denuncia de los curriculums universales, disciplinares, complejos,
enciclopédicos, contenidistas, amplios, abstractos, distanciados de los contextos locales y las
realidades cotidianas y la apuesta por currículums diversos, flexibles, sencillos, centrados en
competencias básicas, transdisciplinares, concretos, contextualizados y relacionados con los
intereses de los estudiantes nos parece por lo menos problemático. Según Santos (2006) estas
tensiones pueden convertirse en falsos dilemas.
Una escuela liberadora debe apartarse de las realidades concretas y del entorno en
algún momento, generar abstracciones a partir de las realidades concretas o a partir de
conceptos abstractos volver a encontrarlos en las realidades cercanas y también en las lejanas.
La complejidad y el desafío educativo que esta tarea nos plantea como educadores,
requiere de un planteo reflexivo sobre las estructuras y fundamentos curriculares, para
atender los desafíos actuales y futuros que la enseñanza y el aprendizaje demandan.
Referencias bibliográficas
Barrán, J.P. & Nahum B. (1993). Historia social de las Revoluciones de 1897 y 1904.
Montevideo, Uruguay: Ediciones de la Banda Oriental.
Behares, Luis E. (dir.) (2004). Didáctica mínima. Los Acontecimientos del Saber.
Montevideo, Uruguay: Psicolibros.
Bertino, M., Bertoni, R., Tajam, H. (2005). Historia económica del Uruguay. Tomo
III. La economía del primer batllismo y los años veinte. Montevideo, Uruguay: Instituto de
Economía, Editorial Fin de Siglo
Coll, C. (2007a). Las competencias en la educación escolar: algo más que una moda y
mucho menos que un remedio. Aula de Innovación Educativa, 161, 34-39.
Dogliotti, P. (2008). Cuerpo y currículum: una mirada a los Programas del Ciclo
Básico de Educación Media (Plan 1996). Bordoli, E. (Coord.) Coloquio permanente de
políticas educativas, Línea de investigación: “Políticas educativas y enseñanza”.
Departamento de Psicología de la Educación y Didáctica. Papeles de Trabajo, 18-24.
Montevideo, Uruguay: FHCE-UdelaR, Departamento de Publicaciones.
Ley No. 18.437. (2008). Ley General de Educación. Registro Nacional de Leyes y
Decretos. Montevideo, Uruguay.
Mancebo, M.E & Goyeneche, G. (2010) Las políticas de inclusión educativa entre la
exclusión social y la inclusión pedagógica. Mesa de “Políticas de inclusión educativa”. IX
Jornadas de la Facultad de Ciencias Sociales. Udelar. Montevideo, Uruguay. Recuperado de
http://cienciassociales.edu.uy/wp-content/uploads/2013/archivos/Mesa_12_y_17_Mancebo-
Goyeneche.pdf
Peregalli, A. (2006). Ponencia: Pensar las ONG’s más allá del contexto: aportes desde
el campo curricular. Seminario: Educación y Justicia. Instituto de Altos Estudios, Centro de
Estudios Multidisciplinarios. Montevideo, Uruguay.
EJEMPLOS :
PROTOCOLOS ADECUACIONES CURRICULARES EN
SECUNDARIA
A N E P
ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE
EDUCACIÓN PÚBLICA CONSEJO DE
EDUCACIÓN SECUNDARIA
Nombre
Cédula de Identidad
Fecha de nacimiento
Sexo
Educación Formal:
Institución
Educación no Formal:
Curso/Actividad
Institución/Organismo
Disponibilidad de conexión a
Internet
Experiencia Laboral
Situación familiar/social
PROCESO CURRICULAR
Etapa Inicial
Inquietudes / intereses
Expectativas
Otros
Desarrollo Curricular
Descripción del desarrollo de las competencias acordadas por el Colectivo Docente en el marco del perfil de
egreso:
A N E P
ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN PÚBLICA
CONSEJO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
Otros
Importante:
1) La Historia de Aprendizaje debe tener un carácter descriptivo de los procesos de
aprendizaje, que aporte información significativa para la toma de decisiones de docentes y
estudiantes evitando juicios valorativos reduccionistas.
2) Es importante indicar la fecha de realización de cada registro en la Historia de
Aprendizaje. 3) El Equipo de Dirección, el Colectivo Docente y el Secretario liceal
acordarán el o los responsables de realizar el registro en la Historia de Aprendizaje de cada
estudiante en el Sistema Corporativo.
1
Competencias Generales a modo de ejemplo: comunicativas y expresivas,
BIO EVP E. FIS ESM GEO HIST I. ESP ING MAT INF C.FIS ECA
BIO EVP E. FIS ESM GEO HIST I. ESP ING MAT INF C.FIS ECA
7 7 6 7 8 8 8 8 8 7 8 9
TRABAJO EN RED
• COORDINACIÓN:
ESTRATEGIAS