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Documento 2

Civilización Maya

La civilización Maya se desarrolló en el sur de México, Guatemala, Honduras y Belice. Los


vestigios más antiguos datan del siglo II de nuestra era. En la misma época en que
Europa iniciaba el período más oscuro de la Edad Media, la civilización maya entraba en
su época clásica, la de mayor esplendor.
Este pueblo fue un gran constructor de palacios y templos. Estos últimos suelen ser muy
altos, colocados sobre pirámides escalonadas que permiten que desde su cumbre se
domine el paisaje por sobre la naturaleza virgen de la selva. Alrededor del siglo X los
mayas comenzaron a abandonar los centros de su cultura clásica desplazándose hacia el
norte, a la península de Yucatán, pero allí cambió su estilo: en la ciudad principal de
Chichén-ltzá el estilo escultural y arquitectónico de los mayas recibió la influencia de los
toltecas.

Los toltecas no sólo influyeron en las artes sino que también en la religión. Aportaron su
dios Quetzalcoatl (la Serpiente Emplumada), que en Yucatán se conoció como Kukulkán.
Es durante este período cuando los mayas comienzan a hacer sacrificios humanos con el
fin de aplacar la ira de sus dioses, lanzando víctimas propiciatorias al cenote (pozo)
sagrado de Chichén-ltzá, por ejemplo.

Entre los lugares más ricos en temas arquitectónicos se destacan Palenque, centro
religioso de gran importancia cuajado de palacios, templos y estatuas; Copán, en la
República de Honduras; Chichén-ltzá, en Yucatán, con su famosa Torre del Caracol y el
tema recurrente de la Serpiente Emplumada Tikal, con su gran plaza que domina la selva
guatemalteca con más de 9.000 metros cuadrados de pavimento (Es la mayor ciudad
descubierta hasta ahora en el Hemisferio Occidental); Uxmal; Piedras Negras, entre otros.

Ellos fueron excelentes escultores dejando obras tales como el obelisco de Quiriguá y los
de Copán. También eran hábiles ceramistas. Los mayas tenían una escritura de glifos aún
no del todo comprensible, a pesar de que el obispo Landa se preocupó de salvar de las
llamas de los conquistadores muchos textos dibujados en pieles, fibras de maguey y
tejidos de algodón.

Crearon dos calendarios. Uno de 18 meses con 20 días más cinco suplementarios y otro
ceremonial de 20 meses, de 13 días cada uno, con lo cual el año resultaba ser de 260
días.

Los sacerdotes mayas estudiaron el cielo y lograron suficientes conocimientos


astronómicos como para determinar el período planetario de Venus y la necesidad de
intercalar un día más, cada 4 años en su calendario. Al parecer también predecían con
extraordinaria exactitud toda clase de fenómenos celestes, como por ejemplo los eclipses.

Organización social: Al igual que otros pueblos de la zona, los mayas basaban su
organización social en los clanes totémicos, exogámicos, y en el patriarcado. El padre de
familia poseía una autoridad ilimitada sobre sus hijos hasta la mayoría de edad. El clan
estaba regido por un jefe, "halachuinic”. Existían además caudillos o jefes militares en
cada uno de los clanes.
Actividades económicas: Los mayas fueron hábiles cazadores, pescadores en los lagos
y ríos con anzuelos hechos de espinas de pescado y con arpones con punta de
piedra. Su actividad primordial era la agricultura, sembraban preferentemente maíz, el
frijol y el cacao con el cual preparaban el chocolate. Ellos fueron el primer pueblo en
conocer y fumar las hojas del tabaco.

Religión: La religión maya era sumamente complicada, por lo cual su culto requería un
gran número de sacerdotes junto a los cuales giraban adivinos y curanderos. Los
sacerdotes se denominaban "balames", los adivinos "chilanos" y los curanderos
"chamanes". Al frente del panteón maya estaba "Nohochacyum", quien protege a los
humanos de sus variados enemigos, entre los cuales está la serpiente "Hapikem". Lo
siguen la Luna, su esposo, los dioses de los cuatro puntos cardinales y otras deidades
inferiores. Aparte de los dioses propiamente tales existían los semidioses y los héroes
como "Itzamna" o Votán".
En la religión maya los sacrificios humanos eran sustituibles en el rito y al parecer se
efectuaban sólo en raras ocasiones. Generalmente se inmolaban animales.

Imperio Azteca
Los aztecas se establecieron e impusieron su dominio en la meseta mexicana hacia fines
del siglo XII D.C. Antes de su arribo, la región había sido el asiento de numerosos pueblos
indígenas, siendo los toltecas los unificadores de los elementos culturales anteriores. Los
aztecas, también llamados mexicas o tenochcas, fueron uno de los últimos pueblos
nahuas que llegaron a la región procedente del Norte del Río Grande.
Según su propia leyenda, provenían de un lugar llamado Aztlán. Aquel sitio era donde las
águilas levantaban el vuelo, simbolizando de esta manera el amanecer que posibilita la
vida. Su dios Huitzilopochtlii, les había asegurado que vengaría todas las ofensas que
hubieran recibido y los convertiría en un pueblo poderoso, para ello, debían buscar el
lugar donde se posara el águila sobre un nopal y fundar ahí su ciudad. En una isla casi
estéril (1325 D.C.), vieron al águila según las indicaciones dadas por su dios. Decidieron
allí hechar las bases de su capital. Construyendo en primer lugar un templo en honor a su
dios. Así nació Tenochtilán. Establecidos por fin, los aztecas iniciaron los trabajos de la
desecación del pantano, construcción de diques, canales y chinampas para el cultivo. La
ciudad se fue delineando alrededor de estos jardines flotantes sobre el lago. Asegurada
su existencia, la población experimentó un importante crecimiento, que culminó con la
instalación de puentes de unión entre las costas y la ciudad.
El centro de la ciudad fue erigido como sitio ceremonial. Entre los edificios más
importantes, se encontraba las pirámides en honor de sus dioses, canchas de juego de
pelota, residencias para sacerdotes y guerreros y altares para las ceremonias litúrgicas.
Palacio real, casas para la nobleza y el mercado complementaban este barrio central. La
gente común, en tanto, se agrupaba en los sectores que rodeaban la urbe.
Desde esta ciudad, el pueblo azteca inició una serie de campañas de conquista contra
sus vecinos con el doble propósito de tomar prisioneros de guerra para los sacrificios y
adquirir las tierras y productos que escaseaban en el lago. Convertidos en temibles
guerreros, lograron ampliar sus territorios hasta los límites del actual México.
La cultura azteca recogió todos los elementos que habían producido sus antecesores y
formó con todo ello un amplio y homogéneo cuadro cultural.
Organización social:
1. Nobleza o PILLI. Formaban la corte real. Vivían en casas de dos pisos, podían
tener más de una esposa y poseían tierras y esclavos para su servicio personal. La
nobleza no era hereditaria, sino que debía adquirirse por méritos propios según la
actividad de cada cual.
2. Artesanos o MAYEQUES. Su oficio era hereditario.
3. Gente común o MACEHUALES. Todos aquellos que, no habiendo podido
destacarse en ninguna labor, se dedicaban al trabajo de las tierras. Algunos vivían
en la más completa miseria, lo que los llevaba a venderse como esclavos a los
pillis.
Sin embargo, la base de toda la estructura social estaba dada por el CALPULLI. En él
se agrupaban todos los que gozaban de un antepasado común. El calpulli era el dueño
de las tierras del linaje, las que eran repartidas anualmente entre las familias que la
componían.
La organización social se caracterizó por su marcado clasismo y la absoluta preeminencia
de los siguientes grupos:
- Militar. La actividad militar, fundada en una sólida formación, constituyó la principal
profesión de los aztecas. En ella se mezclaban elementos puramente bélicos con
fines de tipo religioso.
- Sacerdotal. La clase sacerdotal era numerosa pero vital para la vida del pueblo, ya
que era la depositaria de la cultura. Entre sus actividades más significativas
destacan la predicción del futuro, el desarrollo de las ciencias, la conservación de
la historia, el cuidado de los enfermos y la conducción del calendario.
- Comercial. Eran espías, militares, sacerdotes y propiamente comerciantes o
pochtecas. Tenían su propio dios y los juicios se ventilaban en cortes ad hoc para
ellos. Esta consideración especial surgió como consecuencia de su importancia
política. Visitaban los más variados rincones del imperio, conocían las lenguas y
costumbres de los diversos pueblos sometidos, poseían facilidad para camuflarse e
infiltrarse entre ellos.
Imperio Inca
Los Incas ocuparon un territorio que corresponde actualmente a zonas de: Andes del
Perú, Bolivia (lago Titicaca), Norte de Argentina (Tucumán), Ecuador, Sur de Colombia,
y Chile hasta el río Maipo.
El centro del Imperio Inca era la ciudad del Cuzco, que era la capital del imperio
Tahuantinsuyo; cuya fundación se atribuye a Manco Capac y que fuera destruida por los
españoles para utilizar sus materiales edificando iglesias y residencias. Existía una
importante red de caminos todos los cuales confluían en Cuzco, utilizados para las
actividades militares y por un sistema de correos llamados chasquis.
El Imperio Inca existente a la llegada de los españoles era una monarquía basada en la
autoridad religiosa. El Inca o emperador era hereditario, considerado encarnación del Sol.
La leyenda atribuye su origen a una pareja de hermanos Manco Capac y Mama Ocllo, que
descendieron desde el Lago Titicaca y en el cerro de Huanacaure fundaron la actual
Cuzco. En el Imperio Inca antiguo, el Inca se casaba con su hermana para mantener pura
la estirpe familiar; pero tenía un harén y podía elegir como sucesor un hijo de una de sus
concubinas.
El primer conquistador fue Sinchi Roca que a mediados del siglo XII A.C. fundó un imperio
que fue extendido por sus sucesores Lloque Yupanqui, Mayta Cápac, Cápac Yupanqui e
Inca Roca que se apoderaron de territorios de los aimarás. Hacia 1492 - descubrimiento
de América - Tupac Yupanqui dominaba hasta la zona de la actual Tucumán y Atacama,
cubriendo el Imperio Inca desde el lago Titicaca, Pasto, Nazca, abarcando territorios del
actual Ecuador y sur de Colombia.
El sucesor de Yupanqui fue Huayna Cápac. A su muerte en 1525, el Imperio quedó
dividido entre sus hijos Huáscar en la zona de Cuzco y Atahualpa en la zona de Quito,
Ecuador. A la llegada del español Pizarro, Atahualpa había derrotado a Huascar y
gobernaba todo el Imperio.
El Imperio Inca, llamado Tahuantinsuyu, estaba dividido en cuatro regiones que se
llamaban Constisuyo, Collasuyo, Antisuyo, y Chinchasuyo; cada una de las cuales tenía
un gobernante o Cápac, miembro de la familia del Inca. Estas regiones se subdividían en
provincias regidas por un funcionario también nombrado por el Inca.
El idioma originario de los incas es desconocido. A partir del 1450, el Inca Pachacútec
impuso la lengua quechua como lengua oficial. Los pueblos incaicos no conocieron la
escritura. Sin embargo, sabían hacer cálculos auxiliándose con un sistema de cordones
de distintos grosores, longitud y color, en los que hacían variables cantidades de nudos,
llamados quipus.
La principal manifestación artística fueron las grandes obras y ciudades, para lo cual
utilizaban la piedra y un mortero hecho de mezcla de arcilla y piedra, llamado pirca.
Actividades económicas: La economía del Imperio Inca se basaba en la agricultura
consistente en cultivos de Maíz, Papa, Quinoa, Cacao, Algodón, Frijol y Coca. Contaban
con grandes obras de regadío y un sistema de terrazas sobre las laderas. Usaban
animales de servicio, especialmente la llama, la vicuña, la alpaca y el guanaco; de los que
además obtenían lana.
Frecuentemente se designa a la civilización de los incas como la Civilización del Maíz,
debido a que en realidad su economía y casi toda su alimentación, se basaba en el cultivo
de dicho vegetal. La planta del maíz, que no era conocida por los europeos antes de ser
descubierta la civilización del Imperio Inca, es de gran valor alimenticio, y constituía la
principal fuente de sustento de la población incaica.
La tierra era considerada propiedad del Inca. Asignaba una parte a los sacerdotes y a los
campesinos; los que además de sus parcelas laboraban las del Sol (los sacerdotes) y las
tierras del Inca. Los cultivos se hacían en terrazas con obras de riego, sin usar el arado -
que desconocían - sino una azada que empujaban con el pie.
Con lana de las llamas y especialmente las vicuñas, y con algodón, fabricaron telas
excelentes y en colores vivos. Tenían un buen conocimiento de la metalurgia, utilizando
intensamente el oro y la plata en la fabricación de ídolos, joyas y espejos; y usaron otros
metales para fabricar armas y herramientas.
Organización social: La sociedad incaica estaba dominada por la figura del Inca, que se
veneraba como un dios a quien nadie podía mirar directamente.
La aristocracia, eran los grandes señores cercanos al Inca entre los que designaba los
jefes militares y altos funcionarios. Los Amautas, eran los sabios y sacerdotes. Los
Curacas, eran los jefes de los territorios conquistados. Los Ayllus, eran comunidades
tribales formadas por familias consanguíneas, cuyos integrantes se casaban entre sí y
eran regidas por los curacas.
Religión: La religión inca evolucionó desde las primitivas creencias quechuas hacia un
culto del Sol - al que denominaban Apu Punchau o Inti – y también la Luna, la Lluvia y el
Rayo. Divinidades secundarias eran los dioses tutelares de las tribus, identificadas con
animales como la serpiente, el perro, el jaguar o el cóndor, que se representaban con
tótems y ciertos elementos naturales como las estrellas, las montañas, el aire y el mar.
Existía gran cantidad de sacerdotes encabezados por un supremo sacerdote llamado
Vallac umu.
Descubrimientos, conquista de América
A fines del siglo XV la Corona de Castilla aprueba el proyecto de Cristóbal Colón (1492)
para navegar hacia el Occidente a través del Océano Atlántico, como parte de la
expansión en que se encontraba empeñada España y que incluía la búsqueda de oro,
especias y de una ruta hacia las Indias Orientales. Las primeras tierras descubiertas
fueron las de las Antillas y Colón las confundió con tierras asiáticas. A pesar de esta
confusión geográfica que se mantuvo hasta la primera década del siglo XVI, las Antillas
fueron integradas como parte de los territorios que constituían el área de explotación
europea de fines del siglo XV.
La primera fundación en las Antillas fue la ciudad de Santo Domingo, que se convirtió en
el núcleo de la primitiva ocupación española de América organizándose como factoría
comercial bajo la administración colombina. Fue el primer ensayo de conquista y
colonización española en América. Allí surgieron los puntos de partida de la
administración colonial, que más tarde serían trasladadas al continente.
La dócil población aborigen antillana que practicaba una economía de plantadores, fue
sometida a un duro régimen de trabajo, ya sea mediante la esclavitud generalizada o bien
a través del sistema de encomiendas. La incesante búsqueda de oro y la explotación de
yacimientos auríferos conseguidas mediante el abuso de la mano de obra aborigen,
condujo a un rápido y abrupto descenso demográfico en Santo Domingo, por consiguiente
se impulsó la conquista de islas cercanas (Cuba, Puerto Rico, Jamaica) como fuente
potencial de mano de obra. Hacia 1530, el agotamiento de los yacimientos auríferos y la
despoblación indígena tuvo como consecuencia la introducción de esclavos provenientes
de África.
Más tarde, el núcleo de la conquista y colonización de la costa atlántica se trasladó al
interior, fundándose la ciudad de Panamá sobre la costa del Pacífico, desde donde se
realizó la expansión hacia América Central Ístmica y hacia Perú.
A partir de ese momento Panamá cobra importancia como asiento de puertos
intermediarios en el tráfico comercial de América y España, puesto que allí se
concentraban fundamentalmente las exportaciones de metales preciosos peruanos que se
transportaban por rutas terrestres hasta alcanzar la región de puertos del Caribe.
MÉXICO: Expediciones privadas de exploración y conquista que tuvieron por base a la
isla de Cuba, al mando de Hernán Cortés, llevaron a cabo el descubrimiento del estado
Azteca en el siglo XVI.
Los aztecas estaban intentando estabilizar una unificación política sobre muchas otras
poblaciones de alto desarrollo cultural. Su dominación, si bien mantuvo intactas algunas
autonomías administrativas en las poblaciones sometidas, fue resistida sobre todo por las
onerosas exigencias tributarias. En ese sentido la llegada de los españoles ofreció una
oportunidad de independencia a esas comunidades que se negaban a someterse al
estado militarista azteca.
El éxito de las técnicas militares españolas y el apoyo de los pueblos descontentos con el
dominio azteca provocaron el derrumbe del estado azteca. Inmediatamente los españoles
organizaron un rápido dominio del área cultural azteca y de una numerosa población
indígena que posteriormente fue repartida como recompensa militar entre los miembros
de las huestes conquistadoras. La experiencia previa de la colonización en las Antillas
favoreció el traslado a México de la encomienda como institución de trabajo indígena para
la explotación agrícola, minera y manufacturera, adaptándola a la nueva situación cultural
y demográfica.
La exploración minera se inició tempranamente y se caracterizó por la gran dispersión de
sus yacimientos ubicados en su mayoría fuera de los límites del antiguo imperio Azteca. A
diferencia del caso peruano, en México se generalizó el trabajo.
En cuanto a la agricultura durante el siglo XVI sobrevivieron las mismas formas técnicas
de explotación indígena prehispánicas pero se alteraron especialmente las estructuras
económicas en cuanto a que los españoles exigieron una intensificación de la producción
e impusieron reglas económicas distintas a las que tenían vigencia durante el período
prehispánico.
Poco tiempo después comenzó la diversificación de la economía mexicana convirtiendo a
Nueva España en el área más rica de toda América española. En el siglo XVII comenzó a
desarrollarse la hacienda como nueva unidad económica. Las haciendas, ingenios y
obrajes se sostuvieron con mano de obra indígena.
PERÚ: La conquista del Perú fue realizada por una sociedad de privados (Almagro,
Pizarro y Lucke), que se organiza en Panamá, con el propósito de buscar metales
preciosos. Confirmadas las informaciones sobre la existencia de un gran estado indígena
al sur de Panamá en el área andina, la conquista se realizó desde 1531. El área andina
estaba ocupada por pueblos de alto grado de desarrollo tecnológico desde mucho tiempo.
Uno de estos pueblos, los Incas, había comenzado una rápida expansión política desde el
Cuzco a partir del siglo XV y que fue interrumpida por la llegada de los españoles.
La rápida victoria militar española, obtenida por la debilidad del estado incaico conmovido
en esos momentos por luchas internas y también por la superioridad bélica hispánica,
permitió la inmediata sustitución de la administración de los Incas por la española.
Durante el primer siglo de dominación hispánica, la agricultura intensiva, base de la
economía de autosuficiencia de la población indígena, no se interrumpe pero se inicia una
intensiva explotación minera que va a proveer de grandes cantidades de metales
preciosos a Europa. El reparto de mano de obra indígena encomendada a particulares
constituye la primera etapa de la colonización del Perú, la principal fuente de recursos
económicos de los conquistadores. Los encomenderos, apoyándose en la organización
indígena preexistente canalizan esa mano de obra hacia la producción de manufacturas.
CHILE: La conquista de Chile está vinculada con el proceso de incorporación territorial
que siguió la conquista del Perú. Primero lo hizo Diego de Almagro y luego Pedro de
Valdivia, en búsqueda de metales preciosos, honra y fama.
Posteriormente estas huestes comprobaron la ausencia de grandes cantidades de
metales pero en su lugar encontraron una organizada resistencia indígena.
La colonia
El período colonial abarca, tanto en América Hispana como en Chile, aproximadamente,
desde mediados del siglo XVI hasta los inicios del siglo XIX.
Una vez terminada la Conquista, los españoles se establecieron definitivamente en el
territorio comprendido entre Copiapó y el río Biobío. Los indígenas que habitaban en este
territorio fueron repartidos en encomienda para que ejecutaran los trabajos forzados que
los conquistadores requerían. La mayor parte de ellos murieron durante el primer siglo de
la Conquista, debido a que fueron robadas sus tierras, y obligados a trabajar en
condiciones muy malas, realizando trabajos muy pesados, como los que se hacían en los
lavaderos de oro.
Como se debilitaban, eran presa fácil de las enfermedades que trajeron los
conquistadores, desconocidas para ellos. Periódicamente la viruela, el tifus, el sarampión,
la peste bubónica y la gripe atacaban a la población, disminuyéndola notablemente. A ello
se suma la separación que hacían los colonizadores de las familias indígenas: muchas
veces marido y mujer vivían en lugares distintos y no tenían hijos.
Con el tiempo, rápidamente los aborígenes perdieron los rasgos característicos de su
cultura, adoptando el idioma y la religión de sus conquistadores
Los mestizos surgieron del contacto entre los conquistadores españoles y las mujeres
indígenas. Como prácticamente no vinieron mujeres españolas a Chile (sólo podía venir a
América si estaban casadas), los conquistadores tomaban a mujeres indígenas con las
que procreaban hijos de sangre mezclada. Los mestizos se unían a su vez entre sí
aumentando cada vez más su proporción, convirtiéndose en el grupo más numeroso.
Estos vivían principalmente en el campo, donde trabajaban como peones y también
realizaban trabajos en las minas. Llevaban una existencia muy pobre, debido a que
faltaban lugares de trabajo y a que frecuentemente se entregaban al ocio y al vicio.
También llegó población negra como esclavos de los conquistadores, de escaso número
por su alto precio y por la dificultad para traerlos a un país tan apartado.
Economía Colonial: El desarrollo económico de Chile durante el siglo XVII estuvo
marcado por el hecho de constituir una simple Gobernación dentro del Imperio Español. El
sistema de Monopolio Comercial limitaba el intercambio con otros países, por lo cual a lo
largo de los siglos XVII y XVIII surgieron mercados regionales en América necesarios para
una relativa expansión económica. Chile mantuvo contacto en estas materias con el
virreinato del Perú y el del Río de la Plata, además del intercambio con la metrópolis. Sin
embargo, el mercado chileno funcionaba en un sistema de autosuficiencia, donde la mejor
representante de esta situación era la Hacienda, verdadera esfera cerrada que consumía
lo que ella producía.
La minería no fue destacada. El oro era poco abundante y los medios de extracción
demasiado imperfectos para hacer rendir las minas, además, faltaban operarios
competentes. La plata, que fue hallada en algunos minerales, dio también pocos
rendimientos. El único metal que, por su abundancia y fácil explotación, se aprovechó en
escala más considerable, fue el cobre. En el siglo XVII la baja en la extracción de oro,
conjuntamente con la desaparición de la mano de obra indígena ocupada en los pesados
trabajos de los lavaderos, obligó a los colonos a activar la producción agropecuaria.
La actividad ganadera se centró en las Estancias, donde los animales pastaban en
completa libertad. De ellos se aprovechaban los cueros, sebo y grasa. La carne que no
era convertida en charqui, se quemaba. De las ovejas aprovechaban la lana y el cuero; de
las cabras, el cordobán. Todos aquellos derivados no perecibles de la ganadería eran
comerciados localmente y exportados hacia el Perú. Se cultivaban la vid, el trigo, el maíz
y el cáñamo.
En cuanto al comercio, a pesar de las trabas que lo contenían, tomó también mayor
desarrollo. Fuera del trigo y del cobre, el Perú recibía de Chile frutas secas, vinos y, como
antes, grasas, cordobanes, charqui, harina y sebo. Devolvía, en retorno, armas, objetos
de vestido, arroz y azúcar principalmente. Por cierto que esta internación era escasa a
consecuencia del excesivo precio que los artículos europeos alcanzaban en Chile.
En el siglo XVIII el núcleo de las actividades agropecuarias era la hacienda, conformando
verdaderos latifundios. Las faenas eran similares a las del siglo anterior, aunque se
agregan industrias caseras en manos de las mujeres, industrias de telares y cerámica.
En las explotaciones agrícolas el trigo seguía siendo el principal de los productos y se le
cultivaba en casi todo el territorio. Venían después la cebada, el maíz, el frijol y la lenteja;
luego la papa, la arveja y los árboles frutales. Entre todos esos cultivos seguían
prosperando también los del olivo y de la vid. En cuanto a los derivados de la ganadería,
el queso, la grasa, el sebo, el charqui, la lana y los cueros, eran artículos de exportación,
principalmente a España y al Perú.
Atención preferente continuaban prestando los colonos a la minería, el cobre siguió
constituyendo la más preciosa fuente de riqueza mineral, y aunque su precio era bajo,
salía ya en grandes porciones para el Perú y España, y en pago a los contrabandistas.
Administración:
El sistema político-administrativo que se estableció en América fue un modelo creado por
España. Las instituciones clásicas del mundo español tendieron a mantener las
características esenciales en estas nuevas tierras, aunque los criollos y peninsulares
tendieron a transformarlas de acuerdo a su realidad.
El rey estuvo a la cabeza de toda la institucionalidad administrativa, jurídica y política. El
Consejo de Indias gobernó América por orden real. Para poder controlar y fiscalizar
América, la Corona creó, a medida que fue necesario, toda una institucionalidad, parte
con residencia en España y parte en América.
Los vínculos de América con España estuvieron regulados por instituciones que
representaban la autoridad y el poder del rey en estas tierras, ya que ellas eran
posesiones de la corona y no del pueblo o nación hispana. Así había quedado dispuesto
en la Bula Papal Inter Caetera de 1493. Las Indias, como fueron llamadas, pasaron a
constituir un bien público que los reyes no podían enajenar o vender, como podían hacerlo
con sus otros reinos.
Los organismos que administraron América fueron: Consejo de Indias, Casa de
Contratación, Virreinatos, Capitanías Generales – Gobernaciones, Audiencias, Consulado,
Cabildo.
El Consejo de Indias y la Casa de Contratación eran organismos que funcionaban en
España, mientras que el resto estaba establecido en América.
El Real y Supremo Consejo de Indias: Las atribuciones del Consejo de Indias tocaban
el ámbito de lo ejecutivo, legislativo y judicial, realizando sus actuaciones en nombre del
rey. Realizaba el Juicio de Residencia o examen judicial al cual eran sometidas todas las
autoridades al término de sus respectivos gobiernos.
La Casa de Contratación: Con sede en España, tenía a su cargo la organización del
tráfico comercial entre España y América.
El Virreinato: Los virreinatos eran gobernados por un virrey, quien era el representante
directo de la Corona. En el siglo XVI se establecieron en América dos virreinatos: el de
Nueva España o México (1535) y el de Perú (1544); en el siglo XVIII se incorporaron otros
dos: Nueva Granada (1717) y el Río de la Plata (1776). El virrey era la máxima autoridad
existente en las Indias, por lo que gozaba, en el territorio que se le había asignado, de las
mismas facultades que el rey, aunque las instrucciones para su gobierno las recibía
directamente del Consejo de Indias.
Capitanías Generales y Gobernaciones: Las capitanías generales – gobernaciones,
fueron territorios dirigidos por un jefe militar que desarrollaba el poder civil y judicial.
Durante la Colonia eran cuatro las capitanías generales: Santo Domingo, Guatemala,
Venezuela y Chile.
Las Audiencias: La Real Audiencia era el supremo tribunal de justicia durante la época
colonial.
El Cabildo: Representaban a la comunidad y derivaban su nombramiento de ésta, y –
caso único – no del rey. El cabildo se ocupaba del gobierno de las ciudades...
Religión: Una profunda fe en Dios, en la Virgen María y en la corte celestial alumbró el
mundo espiritual del conquistador y del criollo. La estrecha unión con el Estado confundió
los fines de ambos que aparecieron, por así decirlo, actuando en un solo sentido. La
teología fue el cauce inspirador de las grandes decisiones y el gobierno, las leyes y en
alguna forma la economía, debieron amoldarse a sus dictámenes.
La Iglesia como institución tuvo una importancia capital en el mundo colonial, compartió
directa o indirectamente con las autoridades civiles, las responsabilidades de gobierno. La
Iglesia estuvo vinculada al Papado y a la monarquía. Los reyes en su calidad de católicos
amparaban y apoyaban a la Iglesia, a la vez que tenían algunos derechos sobre ella. Es lo
que se ha denominado Derecho de Patronato.
Conforme a este sistema, los reyes proponían a Roma a los eclesiásticos que debían
ocupar los altos cargos. Obispos, canónicos, etc. Sólo el Rey podía autorizar la
construcción de iglesias, capillas, conventos. A su vez, proporcionaba los fondos para
todos los gastos, cobrando por su cuenta el derecho del Diezmo.

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